El mercado global de capital riesgo se encuentra en una encrucijada: ¿está listo para iniciar un nuevo ciclo de crecimiento o sigue atrapado en la incertidumbre macroeconómica y financiera? Según el análisis de mitad de año de Wellington Management, aunque persisten importantes desafíos, también emergen nuevas vías de liquidez e innovación estructural que podrían redefinir el futuro del venture capital (VC).
El informe, elaborado por Michael Carmen (CFA, Co-Head de Private Investments), William Craig (Investment Director) y Mark Watson (Investment Specialist), identifica cinco tendencias clave que marcarán la evolución del VC en lo que resta de 2025: la reapertura del mercado de OPV, la evolución incierta de las fusiones y adquisiciones, el auge de los fondos secundarios, los retos de liquidez para los gestores y el potencial de la tokenización como solución estructural.
OPV: reapertura más lenta de lo esperado
A principios de 2025, todo apuntaba a una inminente reactivación del mercado de salidas a bolsa, con varias compañías debutando con éxito en mayo. Sin embargo, la volatilidad del mercado cerró rápidamente esa ventana de oportunidad. Aunque el número de empresas preparadas para salir a bolsa sigue creciendo, Wellington cree que la reapertura real del mercado podría retrasarse hasta 2026.
Los expertos advierten que cualquier mejora será vulnerable a shocks macroeconómicos, como una actualización negativa en aranceles o, en el peor de los casos, una recesión. Mientras tanto, se prevé un despliegue de capital más lento en fases iniciales y de crecimiento, y un posible aumento en inversiones de fases avanzadas.
En este contexto, podrían alargarse los plazos entre rondas de financiación, elevarse los estándares de calidad y aumentar la presión sobre las valoraciones, con la excepción de las empresas del sector de inteligencia artificial (IA), que siguen despertando fuerte interés.
Fusiones y adquisiciones: expectativas frente a realidad
A finales de 2024, el valor de las operaciones de M&A en relación con el PIB cayó a su nivel más bajo en casi tres décadas. A pesar de las expectativas optimistas para 2025 (gracias a rebajas fiscales y menor presión regulatoria) la realidad ha sido más cauta.
Tras un aumento interanual del 25 % en marzo, abril trajo una caída mensual del 20 %. Según Wellington, es prematuro identificar una tendencia clara, aunque destaca que algunas empresas con liquidez están aprovechando este contexto para realizar compras estratégicas.
En el plano regulatorio, la reelección del presidente Trump impulsó las acciones de empresas con operaciones pendientes de aprobación. No obstante, el discurso oficial sigue evitando una “carta blanca” para las grandes tecnológicas. De hecho, en el primer trimestre solo se concluyeron tres investigaciones relevantes, lo que refleja un entorno aún incierto para el cierre de grandes acuerdos.
Fondos secundarios de private equity: expansión sostenida
El mercado secundario de private equity batió récords en 2024, con operaciones por valor de 162.000 millones de dólares, un 45 % más que el año anterior. En el primer trimestre de 2025, los fondos captaron otros 50.700 millones, el mejor arranque registrado recientemente.
La “dry powder” (liquidez disponible) alcanzó los 288.000 millones, mientras más de 250 fondos están actualmente en el mercado con un objetivo de recaudación combinado de 93.800 millones de dólares.
A pesar de estas cifras, Wellington no considera que haya una burbuja: el mercado secundario sigue estando menos capitalizado que el mercado primario, con una ratio inferior a 2 veces la liquidez sobre el volumen de transacciones (frente a más de 3 veces en el primario).
Aun así, se recomienda seguir de cerca los descuentos sobre el valor liquidativo (NAV). Las inversiones en buyouts, por ejemplo, se están transando en torno al 94 % del NAV. En cambio, el venture capital y el growth siguen ofreciendo descuentos más significativos, con valoraciones medias alrededor del 75 %. Este diferencial puede suponer oportunidades para los inversores, pero también un riesgo si la escasez de liquidez fuerza compras por encima del NAV.
GPs ante nuevos desafíos de captación y liquidez
La esperada estabilización de la captación de fondos en 2025 podría no materializarse. Wellington prevé otro año complicado, con una posible recuperación retrasada hasta 2026. Aunque el mercado secundario ha mejorado la liquidez, el mercado cotizado sigue siendo incomparablemente más dinámico, moviendo en solo cuatro días lo que el private equity mueve en todo un año.
Esto tiene consecuencias directas para los Limited Partners (LPs) institucionales, que enfrentan barreras para aumentar su exposición al capital privado. Como alternativa, Wellington anticipa una mayor entrada de capital procedente del mercado de patrimonios privados, lo que obligará a los General Partners (GPs) a adaptar sus productos hacia vehículos más accesibles, como los fondos semilíquidos.
Tokenización: una vía estructural hacia la liquidez
En este escenario marcado por la iliquidez, la innovación tecnológica podría ofrecer soluciones sostenibles. Wellington identifica la tokenización de activos como una herramienta transformadora para el private equity, con cuatro beneficios clave: mayor liquidez, gracias a la negociación secundaria, colateralización y liquidación más eficiente; menores barreras de entrada, al permitir fraccionar activos en unidades más pequeñas; reducción de costes operativos, mediante contratos inteligentes que eliminan intermediarios y mayor transparencia, con registros en tiempo real y trazabilidad gracias a la blockchain.
Además, esta tecnología será crucial para el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial con funciones económicas, al proporcionar la infraestructura que permitirá su integración en el ecosistema financiero.
Perspectiva general: diferenciación entre ganadores y rezagados
Según Wellington, el entorno actual del venture capital no solo está marcado por la incertidumbre, sino también por la diferenciación creciente entre empresas sólidas y vulnerables. Aquellas con buena capitalización, crecimiento sostenido y márgenes saludables serán las más atractivas para los inversores, mientras que otras podrían verse forzadas a recortar gastos, fusionarse o cerrar.
En este contexto, los inversores que cuenten con liquidez, visión a largo plazo y capacidad para identificar a los ganadores estructurales, podrían encontrar oportunidades valiosas en medio de un mercado fragmentado y en transformación.