España vive desde hace décadas un proceso de despoblación rural alarmante. Más del 24% de la población en zonas rurales tiene más de 65 años y, solo entre 2020 y 2023 desaparecieron más de 130.000 explotaciones agrarias, un 12,4% del total en apenas tres años, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Este fenómeno ha vaciado amplias zonas del país y amenaza con dejar sin relevo generacional a la agricultura y la ganadería, analiza el Grupo Pieralisien un reciente comunicado.
Sin embargo, la realidad empieza a mostrar signos de cambio. Según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), el medio rural registró en 2023 un saldo migratorio positivo de 55.000 personas y, desde 2018, más de 350.000 residentes se han instalado en pequeños municipios. El campo puede volver a ser atractivo, dicen, si hay inversión que genere empleo, tecnología y oportunidades. Y ahí es donde el grupo ve valor, con la entrada del capital privado.
Capital productivo
«La entrada de capital privado en el medio rural suele despertar recelo en estas regiones, pero no todos los fondos son iguales. Mientras algunos buscan únicamente beneficio inmediato, otros apuestan por la industria, la innovación y la sostenibilidad. Es lo que se conoce como capital paciente: inversión que cultiva, en lugar de arrasar», explica la entidad.
Este modelo, aplicado por el fondo DEA Capital a través de Pieralisi España, tiene una clara vocación transformadora, ya que respalda a empresas con una vocación centrada en sembrar futuro con capital que no especula, sino que enraiza.
Para Aldino Zeppeli, CEO del Grupo Pieralisi, «España no es solo un mercado, es un territorio estratégico para innovar desde lo local hacia lo global. Aquí no solo desarrollamos tecnología: construimos futuro desde el corazón del mundo rural. Nuestra presencia en Mengíbar (Jaén), epicentro del sector oleícola español, responde a una visión de largo plazo: estar cerca del territorio, crear soluciones útiles y contribuir a un desarrollo sostenible y justo del medio rural».
Inversión que se queda en el territorio
Con sede en Mengíbar desde el año 2011, Pieralisi ha consolidado un modelo industrial que combina innovación y arraigo territorial. Con el apoyo de DEA Capital, la compañía va a invertir en 2025 más de 750.000 euros en expansión productiva e investigación, impactando en la creación y el mantenimiento de cientos de empleos directos e indirectos, entre directos e indirectos, en Andalucía.
A esto se le suma que en los últimos años Pieralisi ha diversificado su actividad más allá del aceite de oliva. Su tecnología centrífuga impulsa proyectos de biogás a partir de residuos agroindustriales –prevén completar en los próximos años una veintena de proyectos de biogás con una inversión estimada de 10 millones de euros–, optimiza el tratamiento de aguas residuales en más de 1.800 estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) y favorece la valorización de residuos en industrias químicas, alimentarias y de reciclaje. Además, con el programa 2Life, reacondiciona maquinaria en desuso, alargando su vida útil y reduciendo la huella de carbono.
Del campo para el campo
La apuesta tecnológica de Pieralisi se centra en transformar residuos en recursos. Sus sistemas permiten convertir alperujo, lodos urbanos y residuos procedentes de la actividad industrial en biogás y biofertilizantes, prolongando la vida útil de los productos y devolver valor al territorio en el que se generan.
«Cuando una tecnología permite reducir el volumen de residuos, generar energía renovable y transformar el excedente en biofertilizantes, hablamos de una economía verdaderamente circular –explica Rodrigo Jaén, director general de Pieralisi en España y Portugal–. Y lo más importante: está ayudando a fijar población joven y cualificada en zonas rurales».
Con más de 13.000 millones de euros movilizados por el Gobierno a través del Plan 130 Medidas frente al Reto Demográfico y más de 600 proyectos ya en marcha, el campo español se perfila como protagonista de la transición ecológica. Y la experiencia de Pieralisi, así lo confirma: la repoblación rural se cultiva con inversión, sostenibilidad y arraigo, añaden.