La inteligencia artificial, con su promesa de revolucionar todos los frentes de la economía, ha dejado una huella indeleble en la dinámica de venture capital en Estados Unidos. Sin embargo, aunque el entusiasmo sigue llevando la inversión del capital de riesgo a nuevas alturas, está creciendo la brecha entre los grandes negocios –impulsados por los megafondos– y los más pequeños, según un informe de Silicon Valley Bank (SVB).
“La IA todavía es el motor de la inversión en venture capital en EE.UU., representando 58 centavos de cada dólar desplegado en 2025”, indicó la firma especializada en su reporte “State of the Market”, donde delinean sus perspectivas para la segunda mitad de 2025.
En ese sentido, para los profesionales del banco enfocado en innovación, la palabra del momento para el segmento de fondos VC es “bifurcación”.
“El levantamiento de capital en EE.UU. está perfilado para alcanzar los 56.000 millones de dólares este año, una caída de 21% respecto a 2024 y el nivel más bajo desde 2017. Aun así, los grandes fondos siguen creciendo, estirando la definición misma de inversión venture como la conocemos”, señaló SVB.
En ese sentido, el banco destacó que financiamientos sin precedente –como el deal de 40.000 millones de dólares que protagonizó Open AI– están llegando los montos de inversión de VC totales a niveles más altos, pero esto sólo beneficia a los negocios más grandes. “Vemos que los números de inversión siguen obstinadamente bajos para los deals bajo 100 millones de dólares”, indicaro en el reporte.
Dinámicas contrastantes
Las cifras recopiladas por SVB muestran que, durante los últimos tres años, más del 36% de los fondos recaudados de vehículos de VC han ido destinados a fondos de al menos 1.000 millones de dólares. En contraste, la proporción era de 22% en el período 2016-2019.
Aunque los meganegocios por compañías de IA están llevando los totales de inversión de venture capital a “la estratósfera”, desde SVB advirtieron que “no puedes medir la economía venture por la cantidad de VC que se está desplegando”.
Actualmente, acotan, casi dos tercios de los dólares de VC en EE.UU. están destinados a negocios sobre los 500 millones de dólares. En contraste, en el apogeo del boom de capital de riesgo de 2021, esa proporción era de sólo 18%.
En cambio, recalcaron desde SVB, mirando los deals bajo 100 millones de dólares, los niveles de VC están a la par del período pre-pandemia. Algo similar ocurre con el número de negocios, cayendo de su peak de 1.650 deals a los 1.150 que se registraron en esta edición del reporte.
Esta dinámica de cambio también ha afectado la forma en la que operan los megafondos. Los managers de grandes estrategias –como Andreessen Horowitz, General Catalyst y Coatue– están “cambiando las reglas (y las matemáticas) de la inversión en capital de riesgo. Cada vez hay fondos más grandes, estructurados de formas dinámicas.
“¿Qué está impulsando estas mega-inversiones? Megafondos, por supuesto”, subrayaron los autores del informe, agregando que los seis vehículos más grandes que han estado levantando capital desde 2021 han participado en negocios equivalentes a un tercio del VC recaudado en los últimos 12 meses. Esto contrasta con el 10% que marcaba a fines de 2024. “El aumento está impulsado casi exclusivamente por deals de IA masivos”, acotaron.
Rondas de capital
Otro fenómeno que se ha observado en el proceso de fundraising en el espacio de capital de riesgo es que las startups se están tomando más tiempo en “graduarse” entre una ronda de capitalización y la siguiente. Al ritmo más lento en la historia, según las cifras de SVB.
“Las startups que se están graduando a la siguiente serie en los últimos tres años cayó a la mitad, comparado con 2020, y no creemos que estoy vaya a cambiar pronto”, indicó la firma.
Ante este particular escenario de financiamiento, las firmas están moviéndose para cubrir esa necesidad con recortes de gastos y concentrarse en las utilidades, por un lado, o lanzando rondas de extensión o puente entre series.
“Con la mediana de tiempo entre rondas actual, a una compañía le tomaría diez años ir del capital semilla a la serie D”, indicaron, lo que es un 45% más tiempo que en 2022. “Si está tendencia continúa, va a perpetuar la masa de compañías que se mantienen privadas por más tiempo”, acotaron.
Otro efecto, agregaron, es que la tendencia está empujando a una variedad de inversionistas tempranos a vender sus posiciones en rondas posteriores, para poder devolver capital a los LPs antes.