Apoyado en las perspectivas de despliegue global de las infraestructuras impulsadas por la transición energética, los desarrollos tecnológicos y la inteligencia artificial (IA), la Asociación de Empresas de Asesoramiento Financiero (Aseafi) celebró Aseafi Infrastructure & Debt. Esta jornada reunió a destacados expertos para analizar la evolución del activo y las oportunidades de inversión derivadas de sus crecientes necesidades de financiación.
Representantes de firmas como Deloitte, EY Parthenon, Impax, Qualitas Energy, Nordea y Crescenta compartieron su visión sobre los retos y las oportunidades de un sector en constante transformación. Asimismo, se puso en valor que la combinación de infraestructura y deuda será fundamental para construir un modelo de inversión sostenible y resiliente, al ofrecer una visión estratégica para afrontar los retos de un sector clave en la transformación energética global.
El presidente de Aseafi, Carlos García Ciriza, destacó en su intervención de apertura del acto “los desafíos y las oportunidades que la transición energética y la inversión en deuda representan para el futuro del activo» y añadió que en la asociación están comprometidos «con ofrecer a las empresas las herramientas necesarias para adaptarse a los nuevos modelos de inversión sostenible y afrontar la transformación del sector”. García Ciriza también remarcó que este tipo de encuentros permiten compartir conocimiento y experiencias de valor para ayudar a las empresas a tomar decisiones estratégicas en un entorno cada vez más exigente.
La primera mesa de debate, moderada por Fernando García de la Santa, Investment Manager en Atlantica Sustainable Infrastructures Ltd., ha contado con la participación de Karolina Anna Mlodzik, Partner Infrastructure & Capital Projects en Deloitte y Javier García Seijas, socio responsable del sector de Infraestructuras en EY Parthenon, quienes ofrecieron una visión global sobre el sector de infraestructuras y destacaron el crecimiento sostenido que está experimentando esta clase de activos, impulsada por megatendencias como la digitalización, la urbanización y la transición energética.
Además, han subrayado la importancia de contar con marcos regulatorios claros y acceso a financiación flexible para poder materializar los proyectos de infraestructuras necesarios para alcanzar los objetivos climáticos, especialmente en un contexto de alta inflación y tipos de interés elevados. En lo que respecta a las geografías preferidas para invertir, destacan Europa, Reino Unido y Estados Unidos, y en cuanto a necesidades de infraestructura digital y redes de transmisión “hay una clara tendencia hacia los fondos de continuidad”, matizó García. Por su parte, Mlodzik comentó que “debe haber una puesta clara desde el punto de vista regulatorio”.
Ambos ponentes también han puesto en valor que en España los activos de transporte tienen buenas perspectivas, “de hecho, España se ha convertido en un referente en cuanto al desarrollo de carreteras, puesto que ha tenido que afrontar todas las casuísticas”, explicaron.
Crecimiento a largo plazo
En el bloque sobre inversión en infraestructuras cotizadas, Harry Boyle, co-Portfolio Manager of the Impax Sustainable Infrastructure strategy and the Impax Water Strategy, explicó que “ahora es un momento especialmente atractivo para invertir en infraestructuras cotizadas, ya que ofrecen una combinación única de crecimiento a largo plazo y generación de ingresos estables”. Boyle también advirtió sobre los riesgos inherentes a la inversión en infraestructuras, como la sensibilidad a cambios en políticas gubernamentales y regulatorias, la volatilidad de tipos de interés y divisas, así como la liquidez del mercado. “Gestionamos estos riesgos mediante un proceso de inversión activo, buscando compañías con modelos de negocio estables, sensibles a la transición energética y a las megatendencias globales”, aseguró.
En la siguiente intervención, Ana Hernández, Manager de Inversiones en Crescenta, puso en valor la capacidad de las infraestructuras privadas para aportar estabilidad en tiempos de incertidumbre, al destacar que la digitalización, descarbonización y desglobalización suponen una proyección de 150 billones de inversión hasta 2050. Además, resaltó que, “con el auge de los data centers, y el aumento de la necesidad de la fibra óptica, aumenta la inversión en infraestructura digital” y ha destacado que, desde 2014, ha habido un crecimiento en estrategias de infraestructura de un 16%.
Hernández también compartió con los asistentes la fórmula para mitigar la volatilidad en el mercado: “Hay que intentar pensar en décadas, no en trimestres, priorizar la preservación del capital antes que las ganancias, buscar la propiedad, flujos de caja y calidad en compañías, no seguir el mercado directamente, sino tener una estrategia disciplinada y delegar las inversiones en profesionales”.
Uno de los momentos clave del evento fue la mesa sobre la combinación estratégica de equity y deuda en la transición energética, que contó con la participación de Rocío López, Head of Retail Investors y José María Arzac, Partner & Co-Head of Credit en Qualitas Energy. Ambos han destacado que la estrategia de la compañía se basa en “una gestión integral de toda la cadena de valor, apoyada en nuestra compañía de servicios QERS, lo que nos permite optimizar los proyectos desde el desarrollo hasta la operación, generando eficiencias y reduciendo riesgos”. También han subrayado la importancia de contar con instrumentos de deuda innovadores para financiar proyectos de energías renovables en un entorno cada vez más competitivo.
Prima de complejidad en deuda
En la mesa dedicada a la inversión en deuda, moderada por Vicente Varó, director general de Finect, Javier Navarro, gestor de fondos en Abante, Itziar Gómez de la Vega, Head of Debt Advisory en Bestinver Securities y Carlos Farras, socio fundador y CIO en DPM Finanzas EAF han debatido sobre las posibilidades y oportunidades del sector de la deuda.
Itziar Gómez recalcó que las operaciones en este ámbito son altamente estructuradas y complejas, lo que aumenta la prima de complejidad, sobre todo cuando los proyectos son financiados inicialmente por bancos y luego por inversores institucionales. “La liquidez es uno de los mayores retos, ya que, en muchas ocasiones, las transacciones pueden estar bloqueadas durante meses”, ha apuntado.
Desde el punto de vista de los inversores de capital riesgo, Carlos Farras señaló que “las infraestructuras representan una excelente oportunidad para diversificar carteras, ya que ofrecen una baja correlación con los mercados y ayudan a reducir su volatilidad”.
Por su parte, Javier Navarro resaltó que “la descorrelación es una ventaja clave, puesto que proporciona estabilidad a las carteras y actúa como un soporte frente a las fluctuaciones del mercado”. Al hilo de ello, ha hecho hincapié en que la clave para el éxito de estas inversiones depende del tipo de activo, la localización geográfica y la duración de los proyectos, así como de los riesgos inherentes a cada infraestructura, que deben estar bien remunerados.
El bloque dedicado a la financiación NAV, ha tenido lugar de la mano de Eric Halverson, socio fundador de Qualitas Funds y João Pita Rua, director de Inversiones de Qualitas Funds, ambos abrieron la puerta a la financiación Net Asset Value como una oportunidad poco explorada. “La financiación NAV es una herramienta potente para otorgar préstamos respaldados por el valor neto de los fondos de private equity, lo que permite a los gestores financiar adquisiciones, expansiones o apoyar a compañías en transición sin depender de la calidad crediticia de las empresas individuales en cartera”.
El evento concluyó con la intervención de Ana Rosa Castro Aguilar, Head of Wealth y Advisory Business Spain en Nordea Asset Management, que compartió los detalles acerca de cómo activar la liquidez limitando el riesgo en un entorno de mercado incierto. “Los european covered bonds se presentan como una solución defensiva sólida en tiempos de volatilidad, respaldados por activos de alta calidad, emitidos por entidades financieras altamente reguladas y con un historial de más de 200 años sin impagos”, aseguró.
Castro también aclaró que estos bonos “ofrecen seguridad y estabilidad, muy similar a una cuenta bancaria asegurada, gracias a su doble capa de protección: garantías sobre activos y prioridad de pago en caso de insolvencia”. En un contexto donde los depósitos tradicionales ya no son una opción segura, destacó que los covered bonds permiten a los inversores conservar su capital y obtener una rentabilidad moderada, adaptándose a los nuevos retos del mercado.