La deuda privada ha ido creciendo a paso seguro en el mercado peruano, y una categoría en particular está dominando el espacio: la deuda estructurada. Esa es una de las principales conclusiones de un análisis de Credicorp Capital sobre la clase de activos, en el que también identificaron una serie de vientos a favor para la categoría hacia delante.
En un presentación a cargo de Carlos Blanco, Managing Director de Deuda Privada, la firma financiera destacó la participación de mercado de los fondos de deuda estructurada, que concentran dos tercios del AUM de los vehículos de deuda privada. De los 2.200 millones de dólares de capital comprometido en estrategias de deuda alternativa al cierre de 2024, un 68% correspondía a este subsegmento.
Mientras que los activos gestionados se han mantenido más o menos estables en los fondos de deuda inmobiliaria, factoring, financiamiento de capital de trabajo y leasing se han mantenido más o menos estables en los últimos años, en términos relativos, la deuda estructurada ha estado impulsando el crecimiento del AUM de la deuda privada peruana.
Cifras de Credicorp muestran que el capital comprometido en este tipo de estrategias pasó de 1.100 millones de dólares, en 2023, a 1.500 millones de dólares en 2024. Así, el segmento ha ido acelerando el paso, considerando que los AUM cifraban 700 millones de dólares en 2022 y 2021 y 500 millones de dólares en 2020.
A la par, la capacidad de inversión de los vehículos de deuda estructurada ha ido creciendo, a una tasa anual compuesta (CAGR) de 22% entre 2020 y el año pasado.
Esto, muestran los datos de la firma de gestión de activos, se traduce en una mayor proporción de “pólvora seca”. Hace unos cincos años, el conjunto de fondos de la categoría cerró el ejercicio habiendo invertido 400 millones de dólares, equivalente al 76% del capital comprometido. En contraste, el año pasado se invirtieron 600 millones de dólares, sólo 43% del total comprometido.
Perspectivas para el segundo semestre
Para lo que queda del año, hay varios factores que le juegan a favor a esta categoría de fondos, según delineó Blanco en su presentación.
Por el lado de la capacidad de inversión, el ejecutivo indicó que la “importante” disponibilidad de capital probablemente llevará a los vehículos de la industria –12 fondos, al cierre de 2024; la mitad denominada en soles y la otra en dólares– a concentrarse en invertir los recursos.
En ese sentido, si bien se ve un ambiente de preocupación por el año electoral que enfrentará Perú el próximo año, desde Credicorp Capital aseguran que las compañías locales están dispuestas a asumir nuevos créditos, dada la caída de las tasas y una mejora en la coyuntura económica nacional.
Por el lado de la demanda, destacan que han observado un mayor apetito por deuda estructurada entre las compañías de seguros. En ese sentido, Blanco destacó que la regulación actual es “adecuada” para que los AUMs sigan creciendo, considerando que a las aseguradoras les sirve para el calce de activos y pasivos y para las AFPs se consideran como fondos tradicionales.
Así, en el mundo institucional se perfila como un “complemento ideal” para las inversiones de renta fija local, ya que el mercado público “no cuenta con muchas opciones”, según señaló Blanco en su presentación.
Ahora, la posibilidad de que haya un nuevo retiro de fondos de pensiones, una medida que se está proponiendo en el Congreso peruano. Este escenario, estiman en Credicorp, podría reducir los AUMs de deuda privada, complicando el panorama para el levantamiento de capital en nuevos fondos.
Eso sí, Blanco también recalcó que, incluso con los retiros que han enfrentado las AFPs, queda suficiente capital para invertir, lo que les da tiempo a los fondos de pensiones para recuperar su liquidez.