Las estimaciones del sector apuntan que los mercados privados pasarán de los 13 billones de dólares actuales a más de 20 billones en 2030. Pero antes de llegar a esa fecha, los inversores deberán afrontar un segundo semestre de 2025 cargado de incertidumbre. Sobre esta visión más a corto plazo, las principales firmas de inversión se han pronunciado en sus outlooks de mitad de año, que coinciden en que los activos alternativos seguirán teniendo sentido en las carteras de los inversores.
Por ejemplo, en opinión de Goldman Sachs AM, los mercados privados, los hedge funds y las estrategias de cobertura ante riesgos extremos pueden ofrecer rutas alternativas hacia la resiliencia, además de brindar exposición a temas de crecimiento persistente y acelerado. “En los mercados privados, seguimos esperando una fuerte demanda por parte de los inversores hacia el crédito privado, impulsada por sus históricamente atractivos rendimientos ajustados al riesgo y sus beneficios de diversificación”, reconocen.
Además, añaden que, para los inversores que necesitan liquidez o buscan reequilibrar sus carteras, las innovaciones continuas en los mercados secundarios están ofreciendo nuevas opciones. “También creemos que el entorno actual seguirá favoreciendo la generación de alfa por parte de los hedge funds, al mismo tiempo que refuerza el valor de diversificación que estas inversiones han proporcionado históricamente”, afirman.
Desde la óptica de M&G, consideran que la reciente recuperación de los mercados privados probablemente no se verá desviada por los eventos recientes, ya que “los impulsores de crecimiento estructural siguen vigentes y continuarán”, señalan. Y añaden: “Las perspectivas para el crédito privado son más positivas que antes, con márgenes y demanda que probablemente mejorarán. El capital privado podría verse afectado por mayores costos de financiación y un entorno operativo más complicado para las inversiones. La naturaleza no cotizada de los mercados privados probablemente esté protegiendo a los inversores de lo peor de la volatilidad del mercado a corto plazo, al tiempo que preserva los atractivos a largo plazo de esta clase de activos”, insisten.
Peter Branner, CIO de de Aberdeen Investments, y Paul Diggle, Chief Economist de Aberdeen Investments, consideran que los mercados privados son una oportunidad estructural dado que se encuentran una situación “idónea” gracias a un entorno de tipos de interés a la baja, a un crecimiento económico que se ralentiza, pero no se contrae, y a un historial de oferta insuficiente de activos de calidad en áreas como el inmobiliario, las infraestructuras y el crédito privado.
Ideas de inversión
A la hora de hablar de ideas concretas, desde Goldman Sachs AM señalan que las soluciones de financiación flexibles, como el capital híbrido, pueden ayudar a las empresas con fundamentos sólidos a optimizar sus estructuras de capital. “En un entorno macroeconómico impredecible, vemos oportunidades para invertir en temas de crecimiento persistente y acelerado. El aumento del gasto en defensa e infraestructuras en los mercados desarrollados refuerza la solidez de la seguridad económica, a pesar de la reciente volatilidad a corto plazo en los mercados bursátiles. La inteligencia artificial, la transición hacia energías limpias y el retorno de la producción industrial están impulsando una fuerte demanda de energía y electricidad. Creemos que será necesario un mayor crédito privado orientado a la transición climática para ampliar las soluciones energéticas a través de distintos países y casos de uso”, argumentan desde la gestora.
Según las gestoras, el crédito privado ha sido uno de los activos alternativos más atractivos durante los primeros seis meses del año y lo seguirá siendo los próximos seis restantes. “En los mercados privados, el aumento de los costes de financiación podría representar un desafío para las empresas más arriesgadas, poco convencionales y/o aquellas con flujos de caja a largo plazo expuestos a la incertidumbre. No obstante, a pesar de los desafíos, podrían surgir oportunidades para inversores especializados en deuda, así como un mayor incentivo para que las empresas se financien a través de partes más dispuestas a evaluar sus condiciones específicas”, argumentan desde M&G.
Para la gestora esta no es la única idea de inversión para el segundo semestre, también consideran que el real estate puede verse poco afectado por la incertidumbre. “Si bien es posible, parece poco probable que un entorno económico o corporativo más débil perjudique notablemente la actual y sólida demanda de ocupación. De hecho, la oferta limitada y la evidencia constante de aumento en los niveles de alquiler sugieren que la recuperación inmobiliaria actual está bien fundamentada”, explican.
En ese sentido, los dos expertos de Aberdeen Investments añaden: “El mercado inmobiliario directo global parece atractivo, con una mejora de los mercados de ocupación y de crédito, pero con una oferta limitada. La diversificación de la cartera es importante en un mundo impredecible. Con señales cada vez más frecuentes de correlación positiva entre la renta variable y la renta fija —ambas suben y bajan al unísono—, las carteras estándar de renta fija y renta variable no proporcionarán suficiente diversificación”.
En cambio desde M&G advierten de que no todas las áreas del universo de los mercados privados serían inmunes a una caída de la confianza del mercado, y para private equity, la situación podría volverse más complicada: “Si el mundo se resigna a unos niveles arancelarios más altos que los actuales, esto podría tener un efecto inflacionario, dificultando la capacidad de los bancos centrales para reducir los tipos de interés tanto o tan rápidamente como se esperaba. Esto incrementaría los costes de financiación para el capital privado. El entorno operativo para las empresas también se vería afectado, lo que posiblemente prolongaría los períodos de tenencia de activos y dificultaría las salidas (exits)”.