La institucionalización del bitcoin y las razones por las que esta criptomoneda puede haber pasado de ser un activo especulativo a convertirse en una reserva de valor de última generación, digna de una asignación permanente en las carteras de los clientes, es el tema central de uno de los recientes análisis de BigSur Partners. Antes de entrar en materia en el estudio The Thinking Man, los expertos de la firma Rene Negron, Analyst, y Leandro Perez, Summer Intern, recuerdan las principales opciones que tienen los inversores para estar expuestos al bitcoin:
1.- Propiedad directa: El propio bitcoin a través de un monedero, en una bolsa/correduría de criptomonedas que puede estar custodiado por una bolsa, una institución o bajo custodia propia con monederos de hardware. Las ventajas incluyen que el inversor cuenta con la propiedad real del activo, un control total del mismo, y evita el riesgo emisor. Pero existen inconvenientes, como la seguridad, la gestión del monedero o una posible complejidad fiscal.
2.- ETFs de bitcoin al contado: Por ejemplo, el BlackRock iShares (IBIT) o un ETF de bitcoin al contado con opciones superpuestas incorporadas, como el ETF Bitcoin 2% Monthly Option Income (BITY) de Amplify. También hay ventajas con estos vehículos, como que se negocian como una acción, pero el bitcoin físico se mantiene en «almacenamiento en frío». A esto se une la simplicidad, que es un producto regulado, elegible para IRA/401(k), puede proporcionar acceso al mercado de opciones líquidas para cobertura/sobrescritura, y contar con posibles ventajas fiscales. E inconvenientes: riesgos de tracking error y también el pago de comisiones de gestión.
3.- Compañías cotizadas relacionadas con bitcoin: MicroStrategy (MSTR), tanto acciones MSTR como acciones preferentes convertibles con dividendos como STRK/STRF/STRD, Coinbase (COIN), Marathon (MARA), Riot Platform (RIOT) y Block (SQ). Auí también existen ventajas, como que el inversor puede arbitrar las diferencias de valoración entre el bitcoin y el valor de la empresa y que son opciones líquidas. Asimismo, presentan inconvenientes, como que están sujetas a riesgos de mercado e idiosincrásicos relacionados con la ejecución estratégica, además de existir potencial de sobrevaloración e inversión de tipo «meme».
De ser una moda a considerarse fundamental
El bitcoin ha experimentado una transformación radical hasta convertirse en una clase de activo institucional legítimo. Los autores del estudio recuerdan que en 2017, el CEO de JP Morgan Chase, Jamie Dimon, criticó esta criptomoneda, al afirmar que era “peor que los bulbos de tulipán” y predijo que “no acabará bien; explotará”.
En ese momento, el bitcoin cotizaba alrededor de los 2.500 dólares y se describía como una burbuja no regulada sin valor intrínseco. En 2025, la narrativa ha cambiado, ya que JP Morgan permite a los clientes de banca privada poseer bitcoins en sus carteras, aunque la entidad aún no custodiará criptoactivos dentro del banco y Dimon, aunque más moderado en su enfoque, sigue siendo escéptico.
A medida que las guerras comerciales y los excesos fiscales han aumentado la preocupación de los inversores sobre el destino del dólar estadounidense, el papel del bitcoin como cobertura contra la inflación y la devaluación, gracias a la tecnología, “no ha hecho más que aumentar”, según los expertos de BigSur Partners.
Antiguos detractores como Larry Fink, Ray Dalio y Bill Miller han pasado de utilizar términos como «blanqueo de capitales» y «burbuja» a otros como «oro digital» y «cobertura de cartera». Un cambio que refleja la creciente aceptación institucional del bitcoin. “En un mundo en el que los bancos centrales globales están continuamente dispuestos a imprimir más dinero, la oferta fija de bitcoins que probablemente existirá -21 millones en total- solo se ha vuelto cada vez más atractiva”, comentan.
A medida que las guerras comerciales y los excesos fiscales han aumentado la preocupación de los inversores sobre el destino del dólar estadounidense, el papel del bitcoin como cobertura contra la inflación y la devaluación, gracias a la tecnología, no ha hecho más que aumentar.
El auge institucional: por qué ha cambiado la confianza en el bitcoin
Tras superar los 70.000 dólares en 2024 y sufrir una corrección de alrededor del 20% en el primer trimestre de 2025, el bitcoin ha alcanzado nuevos máximos durante el verano, llegando a casi 121.000 dólares a finales de julio.
El bitcoin también demostró una sorprendente resistencia durante la volatilidad bursátil del “Día de la Liberación” en abril, cuando muchas acciones tecnológicas sobrevaloradas sufrieron graves pérdidas. Esta volatilidad moderada se debe, según los expertos de BigSur Partners, a que una mayor parte de la base de propietarios de bitcoins está formada por personas y organizaciones con filosofías de inversión menos especulativas y más lentas.
En la firma recogen una encuesta reciente de Coinbase-EY Parthenon que muestra que el 59% de los inversores institucionales planean destinar más del 5% de sus activos a criptomonedas, siendo bitcoin la principal exposición.
Un factor clave de esta adopción institucional ha sido el rápido crecimiento de los ETFs de bitcoin al contado, así como los fondos cotizados temáticos que ofrecen exposición a empresas que operan en el espacio criptográfico: solo en 2025, más de 68.000 millones de dólares procedentes de pensiones, endowments, family offices y gestores de activos han fluido hacia los ETFs de bitcoin al contado de EE. UU.
A su vez, este aumento de la demanda de ETFs ha impulsado el desarrollo de un mercado líquido de opciones de bitcoin, lo que permite a los inversores aplicar estrategias de volatilidad más sofisticadas sobre la exposición básica a la mayor criptomoneda del mundo. Es decir, cobertura y generación de ingresos corrientes mediante la venta de opciones cubiertas.
Solo en 2025, más de 68.000 millones de dólares procedentes de pensiones, endowments, family offices y gestores de activos han fluido hacia los ETFs de bitcoin al contado de Estados Unidos. A su vez, este aumento de la demanda de ETFs ha impulsado el desarrollo de un mercado líquido de opciones de bitcoin, lo que permite a los inversores aplicar estrategias de volatilidad más sofisticadas sobre la exposición básica al Bitcoin -es decir, cobertura y generación de ingresos corrientes mediante la venta de opciones cubiertas-.
Adopción global: Gobiernos, fondos de pensiones y empresas adoptan el bitcoin
Otro pilar importante en el creciente interés institucional por el bitcoin son los compradores soberanos, según explican los analistas de BigSur Partners. En marzo de 2025, la Administración Trump estableció una reserva estratégica de bitcoins con 200.000 unidades, lo que la convierte en el mayor poseedor estatal conocido de esta criptomoneda.
Además, Texas ha creado una reserva de bitcoin financiada con fondos públicos, asignando 10 millones de dólares a la compra de bitcoin; New Hampshire y Arizona han aprobado leyes que les permiten crear reservas de criptomonedas y El Salvador, Bután, Pakistán, Suiza, Noruega, Corea del Sur y Abu Dhabi han integrado el bitcoin y/o proxies de bitcoin en sus asignaciones de inversión soberana.
En el ámbito de las pensiones, la Junta de Inversiones del Estado de Wisconsin, el Sistema de Jubilación del Estado de Michigan, el Sistema de Jubilación de los Empleados Públicos de Ohio y el Sistema de Jubilación de los Empleados Públicos de California (CalPERS) han realizado inversiones multimillonarias en bitcoin y sus proxies. Esta tendencia se extiende a nivel internacional, con un plan de pensiones británico no revelado, pero de gran envergadura, que destina el 3 % de su cartera a bitcoin.
En el ámbito empresarial, Tesla, Block, Coinbase, GameStop y otras empresas han añadido bitcoin a sus balances. Los expertos destacan que MicroStrategy se ha transformado en una empresa de inversión en bitcoin apalancada, emitiendo valores en toda su estructura de capital (deuda senior, convertible, deuda y capital) y destinando los ingresos a la compra de bitcoin. Su director ejecutivo, Michael Saylor, considera que el bitcoin “es superior al efectivo y estamos ampliando nuestra estrategia de activos digitales para maximizar el valor para los accionistas”: la compañía posee 607.770 bitcoins con un valor de mercado de unos 72.000 millones de dólares.
La adopción corporativa del bitcoin ofrece ventajas estratégicas, pero conlleva riesgos significativos, según afirman en BigSur Partners. Las empresas que poseen bitcoin se enfrentan a la volatilidad de los precios, la incertidumbre regulatoria y posibles distorsiones en los beneficios, ya que las fluctuaciones del mercado pueden afectar a los resultados declarados.
Aun así, el bitcoin ofrece una cobertura atractiva contra la inflación y la devaluación de la moneda fiduciaria, lo que lleva a las empresas a tratarlo como un activo de tesorería a largo plazo.
“Creemos que la tendencia de más empresas a diversificar sus reservas en dólares fuera del efectivo y hacia el bitcoin probablemente continuará”, auguran en BigSur Partners, especialmente en un momento en el que los regímenes monetarios, de tipos de interés y comerciales “están siendo trastocados”.
Sin embargo, apuntan que, aunque las asignaciones de tesorería corporativa son un activo neto, muchas de las empresas que han decidido seguir este camino lo hacen precisamente porque sus negocios principales están fracasando o ya habrían fracasado si no fuera por la apreciación del bitcoin. “Será importante que veamos cómo más empresas con éxito operativo (como más nombres de Mag7) invierten capital en bitcoin, algo que esperamos que suceda gracias a una mayor claridad regulatoria”, concluyen.
Regulación, stablecoins y la erosión de la visión original de bitcoin
A medida que bitcoin se integra cada vez más en el sistema financiero mundial, la nueva legislación está remodelando la forma en que se regula y se accede a él. Las leyes FIT21 / CLARITY tienen por objeto aclarar los requisitos de registro y las estructuras reguladoras para los participantes en el mercado de bitcoin, incluidos los intercambios de materias primas digitales, los corredores y los distribuidores.
Los expertos consideran importante destacar que también buscan poner fin a la guerra territorial que desde hace años mantienen la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) y la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas (CFTC).
Además, la recientemente firmada Ley GENIUS establece un marco federal para las monedas estables, que exige una paridad 1:1 con el dólar, transacciones rápidas y de bajo coste, lo que las hace especialmente útiles para pagos transfronterizos, comercio y reservas, auditorías mensuales y cumplimiento de las normas de verificación de identidad y lucha contra el blanqueo de capitales.
Las stablecoins como USDC y USDT son monedas digitales vinculadas al dólar estadounidense, diseñadas para mantener un valor estable. Se utilizan principalmente en regiones con monedas inestables. La evolución de los marcos regulatorios marca un punto de inflexión crítico en la maduración de bitcoin. “Al proporcionar claridad regulatoria para los ETFs al contado y las monedas estables, estas reformas han sentado las bases legales para la participación institucional a gran escala”, aclaran.
Correlaciones e interconexión entre TradFi y DeFi
Una objeción común a las asignaciones estratégicas de carteras de bitcoin es que la mayor criptomoneda del mundo está altamente correlacionada con las acciones de crecimiento/tecnología, por lo que tiene un valor mínimo como diversificador.
A partir de los datos de correlación móvil de 90 días entre los rendimientos diarios del bitcoin y del Nasdaq 100, los expertos de BigSur Partners observan dos eventos reseñables: El primero, que las correlaciones entre el bitcoin y las acciones de crecimiento fueron más bajas en los primeros días del bitcoin y, desde entonces, han aumentado en paralelo con la adopción institucional.
El segundo hace referencia a que en los recientes episodios de volatilidad del mercado -Día de la Liberación, liquidación del carry trade japonés…-, el bitcoin se ha mantenido bien y ha sido más eficaz como diversificador de carteras.
De esta forma, los analistas de BigSur Partners resumen que la correlación actual de 90 días entre el bitcoin y el Nasdaq 100 es de solo 0,15. Lo que es único en este periodo es que las acciones se han recuperado junto con un periodo de debilitamiento del dólar, mientras que las correlaciones del bitcoin han disminuido significativamente. Por ello, interpretan esta situación como “una prueba más de que el bitcoin se considera cada vez más una reserva de valor y no un activo especulativo”.