Las megatendencias son fuerzas capaces de transformar el mundo. Un claro ejemplo es la demografía, que impactará de forma severa en la sociedad, la economía y la geopolítica. Por ello, Bank of America ha localizado las 10 principales megatendencias que derivarán de los cambios demográficos y los retos que generarán.
Según destacan en su informe «Thematic Investing. Power to the People: Demographics Primer», la demografía además genera diversos enfrentamientos. Por ejemplo, implica un enfrentamiento entre jóvenes y mayores, con tantas personas que cumplen 80 años como recién nacidos, lo que ejerce presión sobre los sistemas sanitarios y aumenta el déficit de las pensiones; ricos frente a pobres, ya que los multimillonarios del mundo acumulan más riqueza que la mitad del planeta; urbanos frente a rurales, ya que, para 2030, más de mil millones de personas se habrán trasladado a vivir a las ciudades.
También, enfrenta empleados y máquinas, con una escasez de talentos de 85 millones para finales de la década y el estancamiento de los ingresos en medio de la automatización; y África más la nueva Asia frente a los países del norte, ya que estas regiones representarán el 90% del aumento de la población en edad de trabajar en los próximos 20 años.
A este ritmo, la sociedad podría alcanzar el «pico de niños» dentro de 35 años a medida que las tasas de fertilidad disminuyan, seguido del «pico de personas» 7 años después. Al mismo tiempo, el número de mayores de 65 años se duplicará con creces en 2050, ya que la esperanza de vida aumentará en más de 4 años.
Retos que generan oportunidades
Los riesgos abundan, pero muchas tendencias demográficas podrían equilibrarse. La inmigración ha añadido 7.000 millones de dólares al PIB mundial. La migración económica, climática y de refugiados en Europa podría pasar de los 25 millones actuales a 1.000 millones en 2050, aliviando la escasez en el continente que envejece más rápido y tiene la tasa de fertilidad más baja.
África y la Nueva Asia podrían cosechar el «dividendo demográfico» del crecimiento económico si preparan a los trabajadores para los futuros mercados laborales e invierten en educación. La urbanización podría mejorar el acceso a los servicios sanitarios y a la educación, y contribuir a las futuras necesidades de empleo. Y todo ello podría atraer inversiones en infraestructuras y tecnologías como la automatización, la tecnología de la salud, la tecnología de la educación y la tecnología financiera, entre otras.
El informe identifica 10 tendencias demográficas, que incluyen natalidad, envejecimiento de la población o inmigración, entre otras. Además, destacan empresas que se benefician de estas tendencias, entre las que están aseguradoras de vida, gestión de patrimonios y pensiones o tecnología y automatización; y contemplan los principios ESG, en particular la S, que sigue siendo un importante marco de riesgo para muchos de estos temas, como la inmigración, la desigualdad y la inclusión.
En especial, la tecnología y la automatización jugarán un papel clave. “Podrían abordar la escasez del mercado laboral, la transición demográfica de Asia y la conectividad en África. La tecnología de la salud puede ayudar a mitigar el descenso de la población en edad de trabajar», apuntan.
Las 10 megatendencias demográficas
Pico de fertilidad. La tasa de fertilidad mundial se ha reducido a la mitad desde los años 60, pasando de 5 hijos a menos de 2,5, por debajo de la tasa necesaria para que la civilización se reemplace a sí misma.
Envejecimiento. La civilización está envejeciendo, con tantas personas que cumplen 80 años como bebés recién nacidos, y más abuelos que nietos. Se espera que el número de personas de 65 años o más se duplique a partir de 2019-50.
Desigualdad. Se ha intensificado como consecuencia del COVID-19, y corre el riesgo de empeorar debido a factores como el cambio climático a largo plazo. La desigualdad entre personas se encuentra en su punto más alto en 150 años, abarcando materias como la sanidad, educación y tecnología.
La “Nueva Asia”. Más del 50% de los países de Asia oriental y sudoriental tuvieron un crecimiento de la población inferior al 1% en 2015-20. La población de China está creciendo al ritmo más lento de su historia, y Japón tiene los mayores índices de dependencia de la tercera edad. Por el contrario, países como India, Vietnam o Filipinas tienen perfiles demográficos más favorables.
El auge de África. El baby boom que se espera en África significa que más del 50% de sus países duplicarán su población para 2050. Si bien esto podría ofrecer una creciente reserva de trabajadores, se necesitan 10 millones de nuevos puestos de trabajo anuales para que puedan trabajar.
Inmigración. Ya sea por razones económicas o forzadas, la migración mundial sigue aumentando: 281 millones de migrantes internacionales en 2020, superando a los 258 millones de 2019, a pesar de que la pandemia limitó los desplazamientos en 2020.
Urbanización 2.0. Para 2030, la ONU espera que el mundo cuente con 43 megaciudades (frente a 31 en 2018) con una población de más de 10 millones de habitantes, y que el 66% de la población mundial viva en ciudades en 2050.
El futuro del trabajo. La población mundial en edad de trabajar ha alcanzado su punto máximo (66%) y está disminuyendo. Se prevé que, en Europa, para 2050 haya 95 millones menos de población en edad de trabajar que en 2015. Los cambios sociales y culturales también influyen, y las generaciones más jóvenes carecen de la experiencia y aptitudes necesarias para cerrar la brecha en la reserva de talento laboral.
Diversidad e inclusión. Dentro de muchos grupos sociales existen cuellos de botella y brechas culturales e institucionales, por cuestiones de raza, orientación sexual o género. Desbloquearlos reportaría beneficios económicos y permitiría mitigar algunos de los retos relacionados con el envejecimiento de la mano de obra.
Generación C. En la actualidad, estamos aprendiendo a vivir en un mundo tecnológico y lidiando con las preocupaciones sobre la privacidad, las implicaciones sanitarias, la seguridad y el mal uso de los datos. Esto debería allanar el camino para que la Generación C, nacida a partir del 2016, viva en armonía con la conectividad omnipresente.