Los últimos meses han dejado un reguero de titulares que han sacudido los mercados, como las idas y venidas de los aranceles, el gasto público europeo, los avances de la IA china, las políticas internas de EE.UU. o el conflicto de Ucrania. La incertidumbre es inusitadamente alta en estos momentos, por lo que hemos pedido a un grupo de nuestros gestores, formado por Chris Forgan y Caroline Shaw (gama Multi Asset Open), junto con Mario Baronci y Becky Qin (Global Multi Asset Defensive), que explique cómo afrontan la inversión cuando la incertidumbre aumenta y cómo han abordado los últimos meses.
Como reza el viejo dicho, si hay algo que odian los mercados, es la incertidumbre. Pues bien, actualmente tenemos incertidumbre a raudales. Como inversores, a menudo debemos lograr un delicado equilibrio entre aprovechar las oportunidades y protegernos frente a los riesgos potenciales. El sentimiento del mercado había sido positivo durante algún tiempo, impulsado por la fortaleza de la economía estadounidense a pesar de las elevadas valoraciones.
Sin embargo, la táctica de choque empleada por Donald Trump durante sus primeros meses en el cargo ha pillado a muchos con la guardia baja. Además, el discurso en torno a la excepcionalidad de EE.UU. parece estar menos claro. Han aparecido señales de que el crecimiento económico estadounidense —la fuerza motora de gran parte del sentimiento positivo de 2024— podría no estar tan garantizado como se pensaba anteriormente.
La velocidad a la que cambian las políticas de EE.UU., en especial las idas y venidas de los aranceles, es desestabilizadora y está empezando a minar la confianza de las empresas y los consumidores. De hecho, la estanflación ya es la hipótesis de trabajo de nuestro equipo de Macroeconomía Global para EE.UU. en 2025, mientras que la
probabilidad de una recesión también ha aumentado con fuerza.
Los mercados han mostrado puntualmente su disconformidad con el elevado grado de incertidumbre durante las últimas semanas y las innumerables “incógnitas conocidas” que persisten. Desde los aranceles al comercio mundial hasta la orientación de las políticas internas de EE.UU., pasando por los modelos de IA en China y el conflicto en Ucrania, parece que cada día deja un nuevo titular en prensa que mueve el sentimiento en una dirección diferente. Así pues, ¿cómo están abordando nuestros gestores de fondos este periodo de mayor incertidumbre?
Caroline Shaw y Chris Forgan: Gama Multi Asset Open
Existen numerosas formas de elevar la resistencia de las carteras en momentos de mayor incertidumbre y volatilidad en los mercados. En la gama Multi Asset Open, contamos con una amplia paleta de instrumentos a nuestra disposición, como las opciones, los activos de cobertura y las inversiones alternativas cuando resulta apropiado, así como ajustar el tipo de exposición que tenemos a las clases de activos tradicionales con el fin de mejorar la resistencia de las carteras.
En un plano más general, existen varios enfoques que recomendaríamos a los inversores que consideraran cuando la volatilidad se dispara y la incertidumbre aumenta. En primer lugar, la gestión táctica de las exposiciones a las clases de activos tradicionales para aumentar la protección. Una manera de hacerlo es
rotando las exposiciones hacia las áreas de beta más baja que tienden a sufrir menos las sacudidas derivadas de los cambios en el sentimiento. Por ejemplo, en febrero sustituimos nuestra exposición a renta variable estadounidense de mediana capitalización por una estrategia de volatilidad mínima.
Las empresas de mediana capitalización se habían perfilado como uno de los beneficiarios clave de la agenda política proteccionista de Donald Trump, pero estos valores suelen ser más cíclicos y, por lo tanto, vulnerables a los cambios en el sentimiento del mercado. El enturbiamiento de la situación nos llevó a entrar en renta variable de volatilidad mínima, que sigue teniendo potencial para capturar algo de subida, pero debería ser más resistente ante la volatilidad.
Otra forma de pulir las exposiciones para tener en cuenta el aumento de la incertidumbre es mediante el uso de opciones. En la gama Open, reaccionamos al incremento de la incertidumbre en torno a la economía estadounidense comprando opciones de venta sobre la bolsa estadounidense para protegernos frente a una inversión del sentimiento. Preferimos este enfoque a reducir directamente nuestras posiciones en renta variable estadounidense, ya que, de nuevo, esto nos permitía mantener la exposición a las posibles subidas y, al mismo tiempo, nos ofrecía algo de protección frente a caídas a un coste reducido. Además, debido a la posibilidad de que se dé impulso al gasto público en Europa, sobre todo en defensa, también contratamos opciones de compra sobre bolsa europea.
En segundo lugar, también somos firmes defensores de las inversiones en activos de cobertura para tratar de conseguir resultados más homogéneos en momentos de volatilidad. Para ello, hemos mantenido una posición en oro durante muchos meses, ya que este activo suele comportarse bien en periodos de tensiones, pero también ofrece protección contra la amenaza de reactivación de la inflación.
En tercer lugar, nos gusta contar con varias fuentes de rentabilidades sin correlación en nuestras carteras. Esto reviste una importancia especial en estos momentos en los que la inflación persiste y está presionando al alza las correlaciones entre los bonos y las acciones, lo que significa que las carteras que están formadas únicamente por estas dos clases de activos podrían ofrecer menos diversificación ahora que durante las últimas décadas. Actualmente, invertimos en la estrategia Fidelity Absolute Return Global Equity, el fondo QSM Global Long/Short Equity y el fondo Brevan Howard Absolute Return Government Bond.
Por último, estamos adaptando nuestro enfoque a las condiciones imperantes en los mercados. Aunque eso podría no ser adecuado para todos los inversores, en el estallido reciente de volatilidad hemos operado activamente y hemos aprovechado al máximo el mandato amplio de la gama Open para aprovechar las oportunidades que han ido surgiendo. En entornos de mercado como estos, conviene actuar con rapidez y convicción.
Mario Baronci y Becky Qin: Global Multi Asset Defensive
El arranque de 2025 nos recordó al año 1999: las valoraciones habían alcanzado niveles excesivos, pero los fundamentales eran sólidos y el sentimiento positivo, lo que podría haber supuesto perderse unas ganancias sustanciales en caso de salir del mercado.
Sin embargo, el número de “incógnitas conocidas” con potencial para alterar el curso de los mercados financieros ha aumentado durante los últimos meses, como la publicación del modelo de DeepSeek, una posible resolución del conflicto en Ucrania, un mayor gasto en defensa en Europa y los cambios en las políticas de EE.UU., en especial los aranceles. Esta no es una lista exhaustiva y se ha elaborado antes de considerar las inevitables “incógnitas desconocidas”.
¿Cómo deberían responder los inversores? Creemos que lo prudente en la actualidad es aumentar la resistencia de las carteras invirtiendo en activos que puedan contribuir a la rentabilidad cuando cambia el discurso imperante en los mercados. No obstante, es importante señalar que no estamos intentando evitar totalmente el riesgo, sino gestionarlo eficazmente.
Nuestro enfoque conlleva reunir una cartera que no dependa de una única idea. Meter todo el dinero en la temática de la IA habría funcionado durante los últimos años, pero puede dejarte en fuera de juego más pronto que tarde cuando el mercado depare una sorpresa, ya que ninguna temática de inversión dura siempre.
Así pues, en lugar de intentar predecir correctamente una única y estrecha versión del futuro, es mejor tomar conciencia de que existe un abanico de futuros plausibles. Solo entonces se puede crear una cartera combinada que lo refleje con posiciones que pueden comportarse bien en diferentes condiciones, de tal modo que estemos mejor preparados cuando los mercados nos sorprendan.
La psicología económica nos dice que la angustia por las pérdidas se siente de forma más aguda que la alegría por las ganancias, un fenómeno conocido como aversión a las pérdidas. Por lo tanto, cuando se invierte en horizontes más cortos, el viaje importa tanto como el destino. Ahí es donde entra en acción la protección. Nuestro enfoque a la hora de gestionar la estrategia Global Multi Asset Defensive parte de esta premisa. Combinamos dos carteras con objetivos diferentes: una para capturar las subidas de los mercados y otra como protección.
¿Qué significa eso en la práctica? En conjunto, hemos estado reduciendo el riesgo, pero debido al peligro de vernos zarandeados por este mercado volátil, lo hemos conseguido reduciendo nuestro riesgo de tipos de cambio, en lugar de recortar nuestra exposición a acciones o bonos. Nuestra cartera alcista cuenta actualmente con exposición a sectores cíclicos y a la tecnología, además de varias áreas denostadas del mercado donde las valoraciones son menos exigentes, como los REIT, la bolsa de los países nórdicos y el sector de la defensa.
Nuestra cartera alcista también está expuesta a activos de renta fija, como la deuda de los mercados emergentes y los bonos high yield a corto plazo, que tienen rasgos atractivos de generación de rentas, pero una mayor diversificación y un menor riesgo de duración que la deuda pública de los países desarrollados. Paralelamente, nuestra cartera de protección está formada por activos de cobertura, como el oro y las materias primas, que deberían brindar apoyo si la inflación se dispara de nuevo, así como el franco suizo y opciones de venta.