Uno de los títulos preferidos que más se repite entre los expertos es Margin Call (2011). Para Carlos González Ramos, director de relación con inversores de Cobas AM, es “una película inteligente” que transmite “el vértigo de la toma de decisiones en el mundo financiero” justo antes del colapso de 2008. César Sala, presidente de Tesys Activos Financieros, coincide con esta opinión y añade como punto interesante su realismo y el retrato “del hombre de hielo sin escrúpulos” encarnado por Jeremy Irons.
“Además de que nos afectó a muchos personalmente, es cine del bueno”, apunta, además de considerarla como la película financiera “más realista, con poca tramoya”. Sala, que se declara cinéfilo, aconsejaría este film “simplemente por el placer de ver una buena película”, pero también porque “se puede sacar alguna conclusión de los efectos que genera la ambición desmedida y de cómo es capaz de corromper cerebros fantásticos”. Pero no es el único documento audiovisual que ha cautivado a los profesionales del sector financiero. Por ejemplo, Juan José del Valle, analista en Activotrade SV, cita el documental Inside Job (2010) y los films Too Big to Fail (2011) y The Big Short (2015) como sus favoritos.
Todos ellos “han sabido plasmar de manera más o menos técnica la industria financiera”, en este caso la crisis del 2008, según el experto. Del Valle hace especial hincapié en la última, The Big Short, que le impactó “para bien” debido a las enseñanzas que transmite “de la manera más realista posible y cercana con respecto a lo que pasó con la crisis de las hipotecas subprime”. El experto admite que “con un ritmo trepidante que pone los pelos de punta”, esta película consigue que el espectador logre aprender de los errores y excesos del pasado. “Los mercados financieros son más simples de lo que parece. Y en este caso particular, nos recuerda que, cuando se complican demasiado las cosas con los derivados, se puede llegar al punto de generar un conflicto de interés entre las partes”, indica.
César Sala (Tesys Activos Financieros) considera
adecuado producir una película sobre Warren
Buffett, “el mejor inversor de todos los tiempos
y he tenido la suerte de ser coetáneo” 
Too Big to Fail es la cinta de temática financiera favorita de Borja Fernández de Vega Figaredo, director comercial en Portocolom AV. La razón es sencilla: “Refleja fielmente cómo el Gobierno y Wall Street enfrentaron la crisis financiera de 2008 desde la visión de quienes debían tomar las decisiones”. Si consideramos el género documental, se decanta por Inside Job.
Series que abren los ojos
Por su parte, José Manuel Marín Cebrián, fundador de Fortuna SFP, resalta que, a veces, una buena serie puede abrir los ojos sobre “cómo funcionan las verdaderas dinámicas de poder, dinero y decisiones en el mundo empresarial” y comparte cuatro que le han marcado por diferentes motivos. Algunas de ellas, incluso, no cuentan con una trama principal de temática financiera. Primeramente, Marín Cebrián destaca la serie Suits, que aunque es una serie de abogados, ofrece una “lección magistral” sobre el mundo corporativo: negociaciones, fusiones, blindajes legales, lealtades estratégicas y reputación profesional.
“Hay una narrativa potente sobre cómo se forjan y destruyen carreras dentro de los grandes despachos”, puntualiza. También se decanta por Ozark, “mucho más que una serie sobre blanqueo de dinero”, ya que, según el fundador de Fortuna SFP, “obliga a reflexionar sobre estructuras financieras alternativas, la ingeniería fiscal, el lavado de activos y cómo se puede montar una red financiera paralela con fines ilícitos, pero muy sofisticados”. En tercer lugar estaría la tercera temporada de Industry. Para Marín Cebrián, “pocas series se atreven a mostrar el lado más brutal del mundo financiero con tanta crudeza y realismo” como esta.
En definitiva, es “la banca de inversión sin maquillaje”. Por último, cita a Succession, una “clase magistral” para entender cómo se toman decisiones en un gran holding mediático. “Aquí, el dinero no es el objetivo, es la herramienta para dominar y someter. Cada conversación es una negociación, cada gesto tiene un precio. La empresa es una familia… o al revés”, explica. Sorprende la mención de Mary Poppins (1964) por parte de Juan Elorduy Mota, miembro del comité académico de Digit Institute. Principalmente, por la imagen que la película da sobre la banca. Las cintas actuales, según el experto, ofrecen una visión más rejuvenecida de la banca y las finanzas que en el clásico protagonizado por Julie Andrews, “pero mantienen como rasgos característicos el dinero fácil, la avaricia, el fraude y la vida lujosa”.
Eso sí, en este aspecto también hay diferencias entre el ayer y el hoy: entonces, “eran todo hombres mayores en una gran mansión con jardín -sin mujeres-” y en la actualidad, “la imagen queda claramente reflejada en la cartelera de El Lobo de Wall Street”.
Luces, cámara… ¿educación financiera?
La mayoría de los entrevistados reconocen el potencial de los medios audiovisuales como herramienta para acercar la economía y las finanzas al público general. Para González Ramos, depende mucho del enfoque. “Algunas películas hacen un esfuerzo serio por documentar y explicar, aunque usen recursos narrativos o visuales para mantener el interés. Otras optan por una visión caricaturesca o excesivamente moralizante. El mundo del cine en general puede ser fiel a la esencia aunque no a los detalles”, argumenta.
En la misma línea, Fernández de Vega valora el poder del cine para enganchar a quienes no tienen conocimientos previos, siempre que haya “un buen guión”. Marín Cebrián coincide, ya que considera que “algunas películas reflejan el tejemaneje financiero con sorprendente precisión”. Aunque lanza una advertencia: “También es verdad que el séptimo arte tiene tendencia a exagerar, simplificar o dramatizar todo. Hay que verlas con criterio y saber separar el guión de la realidad”
De hecho, Del Valle, desde Activotrade, cree que es complicado mediante una película o serie plasmar el 100% de la realidad del sector. “Los consumidores de este tipo de contenido suelen demandar un mayor drama o “intensidad” que, en la mayoría de las ocasiones, no se corresponde con el día a día de los trabajadores del sector: desde comerciales, personal de soporte o back office a analistas o gestores de fondos, salvo excepciones o excesos del pasado”, explica. Su crítica se dirige especialmente a títulos como El lobo de Wall Street (2014), que puede llegar a “crear una imagen tóxica del sector”.
José Manuel Marín Cebrián (Fortuna SFP): “A veces,
una buena serie puede abrir los ojos sobre cómo
funcionan las verdaderas dinámicas de poder,
dinero y decisiones en el mundo empresarial”
En una línea similar, Elorduy explica que las películas que tratan temas bancarios o financieros “tienen cierto sesgo”, para añadir que las películas para tener tirón se centran en personas y operaciones relacionadas con banca de inversión, un negocio que tiene menos presencia en la vida diaria que la banca comercial. “Las tramas de investment banking son más ‘sexis’, en los dos sentidos”, argumenta el experto. También Fernández de Vega señala que muchas películas “caricaturizan” al profesional financiero para atraer audiencia. Para César Sala, el problema es más profundo: “Si el mundo de la inversión se nutre de personas que se acercan tras ver películas como Wall Street o El lobo de Wall Street, acabará pareciéndose más a la política que a las finanzas”.
Historias por contar: de Buffett a Mario Conde o casos de éxito del private equity
Si de imaginar nuevos guiones se trata, la vida del aún CEO de Berkshire Hathaway, Warren Buffett, lidera las propuestas. Tanto González Ramos como Sala coinciden en que el legendario inversor “merece una buena serie” que deje lecciones útiles para el mundo inversor actual. “Ha sido el mejor inversor de todos los tiempos y he tenido la suerte de ser coetáneo”, argumenta Sala.
Pero Marín Cebrián propone una mirada más local: los casos de Mario Conde y José María Ruiz-Mateos. “España ha tenido sus propios ‘lobos de Wall Street’ con acento castizo”, afirma. “Ambos crecieron rápido, demasiado”, argumenta y añade que los dos acabaron cayendo, “dejando tras de sí una mezcla de admiración, escándalo y sospecha”. Su ocaso, asegura Marín, no solo habla de ambición desmedida, sino de cómo el sistema puede volverse en contra de quienes lo desafían. Fernández de Vega, por su parte, propone una película sobre la crisis del euro de 2012, por ser una historia “poco contada” que afectó profundamente a países como Grecia, España, Italia o Portugal.
Si Elorduy pudiera elegir nuevos temas para la gran pantalla, propondría explicar cómo se vive en un país con hiperinflación, contar el origen del bitcoin y los cypherpunks, o volver al crack del 29. “Temas reales, duros y educativos que pueden tocar la vida de cualquiera”, dice. Las historias de éxito del private equity serían unos guiones interesantes para Édouard Boscher, director de Private Equity de Carmignac. El experto afirma que, desde que empezó en la industria del private equity, la imagen de este sector es negativa: mala gente, que saca activos de las compañías, que despide a gente para aumentar el valor de las empresas.
Pero esa imagen ha cambiado completamente y hay argumentos fuertes que demuestran que hay responsabilidad social, fuerte gobernanza corporativa e, incluso, preocupaciones medioambientales. “Lo que me gustaría ver en una película es una creación de valor responsable a través del private equity. Hay muy buenas historias”, asegura.
Juan Elorduy Mota (Digit Institute): “Propondría explicar cómo se vive en un país con hiperinflación, contar el origen del bitcoin y los cypherpunks, o volver al crack del 29”




