Tres ideas para diversificar las carteras de renta fija en 2023

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En este artículo, Amar Reganti -Fixed Income Strategist- y Adam Norman -Investment Communications Manager- de Wellington Management, identifican tres tipos de estrategias que consideran bien posicionadas para reforzar la diversificación de las carteras de renta fija, al tiempo que pueden generar rentas atractivas con un riesgo controlado.

  1. Estrategias macro de tipos y divisas

En 2022, la evolución macroeconómica y de los mercados se vio afectada en buena medida por la persistencia de altos niveles de inflación, a la que siguió el consiguiente endurecimiento de la política de tipos de interés por parte de los principales bancos centrales del mundo. Ante este panorama, muchos activos de renta fija generaron pérdidas, lo cual, a su vez, llevó a muchos gestores a darse cuenta de que sus carteras de deuda carecían de una adecuada diversificación de riesgos.

En nuestra opinión, una importante lección de todo esto es que, para afrontar los próximos años, puede ser fundamental contar con cierta exposición a estrategias de tipos y divisas (FX) de retorno absoluto, dirigidas a obtener rentabilidades totales positivas en cualquier entorno macroeconómico. Tales estrategias intentan sacar partido de las fases de volatilidad macroeconómica y del mercado, así como de las diferencias más marcadas que puedan surgir en el futuro entre economías menos sincronizadas con el ciclo global.

En 2023, creemos que la volatilidad del mercado seguirá siendo intensa, lo que elevará la dispersión dentro de las clases de activos, pero también la disparidad entre los países y las empresas. Todo ello debería traducirse en una mayor demanda de flexibilidad y de verdadera diversificación en las carteras que principalmente permita a los inversores adaptarse a la coyuntura del mercado en cada momento y aprovechar las correcciones en cuanto tengan lugar. Para responder adecuadamente a los altibajos del mercado antes de que sea demasiado tarde, puede ser decisivo disponer de liquidez suficiente en la cartera.

En este sentido, podrían ser muy útiles las estrategias macro de retorno absoluto, las cuales pueden aportar estabilidad a la cartera cuando los mercados lidian con los bancos centrales, que de contener la volatilidad en el pasado se han convertido en un factor que puede desencadenarla. En función de cómo se ejecuten, estas estrategias pueden complementar las inversiones tradicionales de bonos core y del Tesoro estadounidense.

  1. Estrategias de bonos core y bonos core plus

Dada la actual desaceleración en algunos sectores de la economía mundial, en 2023 puede ser conveniente recurrir a estrategias que inviertan en bonos core, especialmente a medida que se consolide el endurecimiento de la política de tipos de interés. Bajo nuestro punto de vista, la caída del dólar estadounidense el año pasado, la ralentización de la inflación, el aumento de los riesgos geopolíticos y la amenaza inminente de recesión mundial dotan hoy de mayor atractivo a los títulos de renta fija de alta calidad.

Los títulos de renta fija de alta calidad siempre han desempeñado un papel fundamental en la diversificación general de las carteras al aportar duración y rentas fiables. De hecho, la duración puede actuar como contrapeso de otros activos de la cartera; por ejemplo, las fases de aversión al riesgo, que pueden afectar negativamente a la renta variable, suelen provocar un alza de los precios de los bonos de alta calidad. Por su parte, las rentas pueden reforzar la solidez del retorno absoluto de estos bonos, incluso cuando fluctúan los diferenciales crediticios.

En el entorno de tipos persistentemente bajos de los últimos años, los inversores pagaban un coste de oportunidad por tener bonos de alta calidad en detrimento de los activos de mayor riesgo y rentabilidad. Sin embargo, dicho coste se ha reducido por el significativo aumento de los rendimientos, por lo que, en nuestra opinión, ha llegado el momento de revisar el papel fundamental que desempeña el crédito de alta calidad en una cartera de renta fija diversificada. Cabe recordar, igualmente, que un bono de alta calidad con convexidad positiva gana más valor cuando bajan los tipos del que pierde cuando estos aumentan. Si bien es posible que el inversor asuma un mayor riesgo de duración, normalmente se beneficia de una mayor revalorización del capital durante las fases de búsqueda de activos más seguros y, además, mitiga el riesgo de reinversión en situaciones de tipos sustancialmente más bajos: una razón de peso para invertir en títulos de renta fija de alta calidad.

  1. Estrategias de bonos de corta duración

A determinados inversores puede resultarles contradictorio exponerse a bonos core y bonos core plus y, a la vez, a estrategias de bonos de corta duración. No obstante, estamos convencidos de que el universo de la corta duración tiene cabida en muchas asignaciones de renta fija, sobre todo ante la persistente incertidumbre en torno a la política de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) en 2023.

En 2022, el endurecimiento de la política monetaria de la Fed fue rápido y agresivo, con una subida los tipos de los fondos federales del 4,25 % en el cómputo del año y con la probabilidad de que se produzcan nuevas subidas en 2023. Si bien esta postura más restrictiva desató una considerable volatilidad en el mercado y la caída de los precios de los activos, un segmento sacó partido de ello: la renta fija de corta duración. Tanto los bonos de corto vencimiento como los activos equivalentes a la liquidez están teniendo ahora mejores rendimientos que en ningún otro momento desde que empezó la crisis financiera global en 2008. Esto es más evidente por la forma invertida actual de la curva de rendimientos, en cuyo extremo corto los tipos también han aumentado y brindan un atractivo carry por unidad de duración. Además, debido a los vencimientos más cortos, estas participaciones permiten a los inversores redistribuir la liquidez disponible en otras oportunidades de mercado potencialmente más interesantes.

Por último, actualmente los mercados de futuros están descontando una política de la Fed más expansiva de lo que las previsiones de la entidad sugieren. Si esta finalmente llevara los tipos a niveles más altos —y los mantuviera ahí— de lo esperado por muchos analistas, la inversión en títulos a corto plazo puede ayudar a los inversores a aprovechar el diferencial entre ese escenario acomodaticio anticipado por el mercado y otro en el que la Fed pondría en marcha más medidas restrictivas.

Wellington Management, con más de 400 mil millones de dólares gestionados en renta fija se encuentra entre los líderes en la gestión de carteras de esta clase de activo. Su oferta comprende una amplia gama de fondos de renta fija con diversos objetivos de inversión.

Para saber más visite su página web.

Tribuna escrita por Amar Reganti -Fixed Income Strategist- y Adam Norman -Investment Communications Manager- de Wellington Managment.

Un nuevo rumbo para la renta fija

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En la actualidad, los inversores de renta fija deben adaptarse a un entorno muy diferente que afecta profundamente a la forma de gestionar esta clase de activo, sobre todo las carteras de crédito.

¿Cómo ha cambiado el contexto para los mercados de renta fija? 

Paul: El entorno de tipos de interés y rendimientos bajos de los últimos años ha dado paso a un panorama completamente nuevo para la renta fija. En 2020, si invertías en bonos del Tesoro, la probabilidad de que obtuvieras un rendimiento negativo era muy alta —en resumen, era pagar por comprar deuda pública, mientras que incluso en los sectores de mayor rendimiento las rentabilidades totales se veían amenazadas. En contraste, en 2023 los bonos se están beneficiando de la subida de tipos y en el segmento de crédito, además, por los atractivos diferenciales.

El año pasado asistimos a un giro en la política monetaria de los bancos centrales para hacer frente a la inflación, y esperamos que esta tendencia continúe. De cara al futuro, confiamos en que este nuevo régimen, marcado por unos niveles altos de inflación, mayor volatilidad y una política monetaria más restrictiva, se mantenga sin cambios.

Esta nueva coyuntura genera oportunidades únicas para los inversores en renta fija a largo plazo, sobre todo en el segmento de crédito, siempre y cuando logren desenvolverse con éxito, dado que, en comparación con la última década, se trata de un territorio desconocido.

¿Qué deben tener en cuenta los inversores de renta fija en el nuevo entorno? 

Paul: El régimen macroeconómico en el que nos adentramos se define por una serie de características nuevas que, en conjunto, modificarán nuestro punto de vista sobre la deuda. Nuestro equipo de estrategia macroeconómica prevé una inflación más alta e inestable, una mayor volatilidad de los tipos de interés, una política monetaria más restrictiva, un aumento de la dispersión —en concreto en el segmento de crédito— y más períodos de correlación positiva entre la renta fija y la renta variable. Como consecuencia, surgirán numerosas oportunidades, pero también riesgos.

¿Cómo deberían abordar los inversores de renta fija este cambio de régimen? 

Paul: Si bien las reglas del juego no han saltado por los aires, pensamos que en cierto modo el entorno actual ha reformulado los criterios para invertir en renta fija con buenos resultados. A tal fin, pueden resultar útiles los siguientes consejos:

  1. Replantearse el papel de los bonos. La mayor volatilidad de la inflación pondrá en entredicho la inversión pasiva en renta fija, por lo que tal vez sea más conveniente optar por asignaciones más dinámicas y diversificadas. Considerar todo el universo de la renta fija, desde la deuda pública hasta la deuda titulizada, pasando por toda la gama de riesgos del segmento de crédito, puede brindar a los inversores mayores posibilidades de sacar partido de las principales ventajas de esta clase de activo: liquidez, rendimientos y rentabilidad descorrelacionada con la renta variable.
  2. Convertir la volatilidad en una posible ventaja. Dado el probable aumento de la volatilidad y la dispersión, pensamos que las estrategias activas obtendrán mejores resultados. Al fin y al cabo, la renta fija es más cíclica de lo que se suele pensar. De hecho, la retirada de los estímulos por parte de los bancos centrales nos ha servido para reafirmar nuestra consideración del crédito como un activo cíclico, y que ser ágil es decisivo a la hora de afrontar un entorno en constante cambio. En este sentido, de cara al próximo ciclo anticipamos una gran dispersión entre los títulos individuales.
  3. Tener en cuenta diferentes perspectivas. En el nuevo entorno, el éxito dependerá de la capacidad del inversor para reconocer la información relevante, lo que será más probable si dispone de múltiples perspectivas a partir del acceso a una amplia variedad de regiones, especialidades y puntos de vista. No hay que olvidar que los emisores de títulos de deuda también dependen de la financiación de capital público o privado. Como gestores de renta fija y renta variable, consideramos que, para un gestor de inversiones, disponer de información de ambos aspectos de la estructura de capital de la empresa puede ayudarle a tomar decisiones mejor fundamentadas. También pensamos que los criterios ASG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo) pueden influir decisivamente en la rentabilidad a largo plazo, sobre todo a medida que aumente la dispersión entre los emisores con categoría de grado de inversión.
  4. Vigilar de cerca la liquidez. Los acontecimientos recientes en el Reino Unido han vuelto a demostrar la trascendencia de que las carteras de renta fija mantengan perfiles de liquidez adaptados a un mercado más volátil.

¿Qué deben tener en cuenta los inversores en los próximos doce meses? 

Paul: Este año va a ser interesante para los mercados de renta fija. Si bien no esperamos una recesión grave, ponemos en duda que los bancos centrales hayan contenido la inflación. Esto seguramente se traduzca en una recesión más larga pero menos profunda y en que los rendimientos de los bonos puedan continuar en niveles altos, quizás durante más tiempo de lo previsto por el mercado. En consecuencia, los títulos de crédito podrían deparar buenas rentabilidades a medida que las empresas desapalanquen sus balances en un contexto de crecimiento económico lento, pero no catastrófico. Si la evolución de los tipos coge desprevenido al mercado, prevemos una mayor volatilidad, lo que brindará a los gestores activos la oportunidad de cosechar mejores resultados relativos.

¿Cómo está evolucionando nuestra plataforma para satisfacer las necesidades de los inversores en el nuevo entorno?

Erich: En nuestra opinión, es importante que los gestores tengan acceso a una amplia gama de recursos en todo el universo de la renta fija. Como compañía, llevamos gestionando títulos de renta fija en diferentes ciclos del mercado desde 1928 y, con el tiempo, hemos desarrollado una robusta plataforma de soluciones de inversión de la mano de equipos especializados tanto en investment grade como en high yield. Un aspecto característico de todas nuestras estrategias es la confianza en la gestión activa, respaldada por el análisis fundamental, como clave para tratar de batir la rentabilidad del conjunto del mercado a largo plazo.

Entendemos que este enfoque se adapta muy bien al entorno actual. La mayor dispersión, el incremento de la volatilidad de los tipos de interés y la mayor diferenciación entre países representan oportunidades interesantes para los inversores activos en renta fija, pero si se quiere elevar la probabilidad de que estas se materialicen, en nuestra opinión son necesarios el análisis fundamental profundo y el acceso a un amplio conjunto de conocimientos regionales y sectoriales. Nuestros equipos de renta fija trabajan de forma independiente, lo que les permite ser fieles a su filosofía y proceso de inversión, pero sacan un enorme partido de la cultura de colaboración de Wellington a la hora de obtener las múltiples perspectivas que consideramos esenciales en el nuevo régimen, ya sean ideas de sus colegas de renta variable o análisis de nuestros estrategas macro o geopolíticos.

Asimismo, la liquidez sigue siendo un aspecto fundamental en un mundo tan «restrictivo» como el actual. Gestionamos carteras de elevada liquidez y comprendemos la importancia de ser capaces de proveer liquidez a los clientes a diario, cuando más lo necesitan.

¿Qué papel desempeña la sostenibilidad en la renta fija?

Andrés: A la hora de detectar los riesgos y las oportunidades tanto por sectores como por empresas, creemos que el análisis exhaustivo de los criterios ASG es tan importante ahora mismo como el análisis fundamental del crédito.

Los factores ASG pueden ejercer una enorme influencia en la rentabilidad de una empresa a largo plazo, sobre todo a medida que aumente la dispersión entre los emisores con categoría de grado de inversión. Los cada vez mayores riesgos asociados a las cuestiones ASG en ámbitos como el cambio climático o los problemas de la cadena de suministro, sumados a la rápida actualización de las normativas, dan nuevos bríos a las empresas más rentables para que avancen en sus prácticas de sostenibilidad. Esta dinámica acelerada no ha hecho más que aumentar la necesidad de identificar a los posibles ganadores y perdedores en materia de cuestiones ASG.

Hemos emprendido alianzas climáticas de enorme relevancia con dos de las principales instituciones del mundo en sus respectivos ámbitos del cambio climático: el Centro de Investigación Climática Woodwell y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Nuestros gestores de renta fija, cuya perspectiva se orienta al largo plazo, necesitan saber cómo evolucionará el clima, a qué riesgos físicos y de transición nos enfrentamos, y qué podemos hacer para guiarles a través de una transición sensata; un análisis científico para el cual resultan fundamentales los acuerdos de investigación con Woodwell y el MIT.

Wellington Management, con más de 400.000 millones de dólares gestionados en renta fija se encuentra entre los líderes en la gestión de carteras de esta clase de activo. Su oferta comprende una amplia gama de fondos de renta fija con diversos objetivos de inversión. Para saber más visite su página web.

Tribuna de opinión de Erich Stock, Director de Desarrollo de Negocio, Europa Meridional, en Wellington Managment; Paul Skinner Director de inversiones; y Andrés Pedreño, Sales Manager, Iberia, en Wellington Managment.

 

 

Ideas para la asignación de renta variable tras un año de factores extremos

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Como gestores de renta variable que invierten con la mente puesta en los riesgos factoriales, hemos observado que algunos gestores activos se han enfrentado a serias dificultades en 2022. La razón fue que el mercado giró hacia un grupo más reducido de beneficiarios en medio de inmensos cambios en los precios de las materias primas, las condiciones económicas, la política gubernamental y las expectativas de los tipos de interés. No es de extrañar que la selección de valores se vea dificultada cuando el entorno macroeconómico provoca una menor diferenciación y un conjunto limitado de ganadores.

En lugar de recompensar los fundamentales sólidos en Value, Growth y Quality, hemos presenciadouna rotación de factores en los extremos, es decir, entre el deep value (relacionado con la subida de tipos), el crecimiento especulativo (relacionado con la desaceleración económica) y la beta más baja (relacionada con la guerra y la crisis de las materias primas). A largo plazo, Wellington Managment cree que los fundamentales acabarán imponiéndose, pero nuestro estudio sobre el comportamiento de los factores en los últimos dos años revela algunos aspectos importantes de cara a realizar las asignaciones:

  • Considerar las asignaciones defensivas para complementar el enfoque Growth y Value – El hecho de que nos encontremos en una nueva etapa de mercados volátiles y carentes de dirección no es necesariamente bueno o malo para la selección activa de valores o para los resultados. «Pero sí puede significar que se necesiten asignaciones defensivas específicas, ya que los perfiles de riesgo de las asignaciones Growth y Value cambian más a menudo y de forma más violenta, lo que dificulta el equilibrio del riesgo a lo largo del ciclo (algo que ya estamos viendo)», dicen los expertos de Wellington Managment.
  •  Buscar sectores con mayores oportunidades para la selección de valores – Como el entorno de los tipos de interés y la inflación está cambiando, varias de las dinámicas Growth (persistencia) y Value (diferenciación de la calidad) pueden evolucionar o volver a los patrones anteriores a la gran crisis financiera global (o incluso a los de la época anterior a las puntocom): más volatilidad/menos sostenibilidad de los márgenes, más foco en los balances, más oportunidades para la selección de valores en todo el espectro de capitalización del mercado y más posibilidades de reversión a la media. «Cabe esperar que esto favorezca el análisis fundamental bottom-up y fomente la exposición a los segmentos de pequeña y mediana capitalización, al value y a los dividendos», apuntan desde Wellington Managment.
  • Tener en cuenta el desajuste del horizonte temporal al valorar la habilidad a la hora de seleccionar valores – A veces, la selección de valores se ve perjudicada cuando los gestores se centran en la inversión con una visión a largo plazo basada en la ejecución fundamental de las compañías y no directamente en el sentimiento macroeconómico actual. Este desajuste de horizontes temporales es el principal reto que plantea nuestro método de ánalisis de gestores y es aún más acusado cuando el mercado es hipersensible a los factores macroeconómicos a corto plazo, como ha ocurrido recientemente. «Sin embargo, estamos dispuestos a aceptar los retos de la selección de valores durante un periodo razonable si la cartera de un gestor se comporta como cabría esperar y existe un proceso sólido, dotado de recursos y replicable que sustente la selección de valores», destacan desde Wellington Managment.
  • Buscar estrategias de diversificación – Si tenemos en cuenta las dificultades típicas de la gestión activa, las asignaciones a estrategias de valor de gran capitalización, renta variable y baja beta pueden diversificarse si se produce un cambio de régimen en detrimento del crecimiento, elmomentum y la alta calidad.
  • Incrementar el uso de los test de estrés macro – «En nuestra opinión, en los próximos 10 años veremos una mayor diferenciación en los ciclos económicos y en la política macro a nivel mundial en comparación con los 10 años anteriores», comentan desde Wellington Managment. «La realización de un conjunto de test de estrés macro puede constituir una herramienta importante para determinar si los movimientos macroeconómicos a corto plazo, exógenos al proceso de asignación, tienen el potencial de perjudicar el cumplimiento de los objetivos de rentabilidad y riesgo a largo plazo», añaden.
  • Evaluar a los gestores teniendo en cuenta el dilema de la gestión activa – Si los gestores activos intentan controlar la concentración del índice asignando las ponderaciones del índice de referencia a grandes nombres, corren el riesgo de ser etiquetados como «seguidores del índice de referencia» cuando su participación activa caiga en picado. En igualdad de condiciones, observamos que los gestores activos tienden a sobreponderar de forma significativa un mayor número de valores «con tendencia alcista» en lugar de utilizar el mismo capital para sobreponderar moderadamente un valor de mega capitalización. «Creemos que este sesgo puede generar mayor alfa a largo plazo, pero también provoca un mayor carácter cíclico en los resultados activos. La clave reside en cómo un gestor equilibra esta disyuntiva, un factor importante a la hora de evaluar las asignaciones de los gestores activos», terminan.

Para conocer más sobre nuestro contenido, visite nuestra página web.

Ideas para la asignación de renta variable tras un año de factores extremos

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Como gestores de renta variable que invierten con la mente puesta en los riesgos factoriales, hemos observado que algunos gestores activos se han enfrentado a serias dificultades en 2022. La razón fue que el mercado giró hacia un grupo más reducido de beneficiarios en medio de inmensos cambios en los precios de las materias primas, las condiciones económicas, la política gubernamental y las expectativas de los tipos de interés. No es de extrañar que la selección de valores se vea dificultada cuando el entorno macroeconómico provoca una menor diferenciación y un conjunto limitado de ganadores.

En lugar de recompensar los fundamentales sólidos en Value, Growth y Quality, hemos presenciadouna rotación de factores en los extremos, es decir, entre el deep value (relacionado con la subida de tipos), el crecimiento especulativo (relacionado con la desaceleración económica) y la beta más baja (relacionada con la guerra y la crisis de las materias primas). A largo plazo, Wellington Managment cree que los fundamentales acabarán imponiéndose, pero nuestro estudio sobre el comportamiento de los factores en los últimos dos años revela algunos aspectos importantes de cara a realizar las asignaciones:

  • Considerar las asignaciones defensivas para complementar el enfoque Growth y Value – El hecho de que nos encontremos en una nueva etapa de mercados volátiles y carentes de dirección no es necesariamente bueno o malo para la selección activa de valores o para los resultados. «Pero sí puede significar que se necesiten asignaciones defensivas específicas, ya que los perfiles de riesgo de las asignaciones Growth y Value cambian más a menudo y de forma más violenta, lo que dificulta el equilibrio del riesgo a lo largo del ciclo (algo que ya estamos viendo)», dicen los expertos de Wellington Managment.
  •  Buscar sectores con mayores oportunidades para la selección de valores – Como el entorno de los tipos de interés y la inflación está cambiando, varias de las dinámicas Growth (persistencia) y Value (diferenciación de la calidad) pueden evolucionar o volver a los patrones anteriores a la gran crisis financiera global (o incluso a los de la época anterior a las puntocom): más volatilidad/menos sostenibilidad de los márgenes, más foco en los balances, más oportunidades para la selección de valores en todo el espectro de capitalización del mercado y más posibilidades de reversión a la media. «Cabe esperar que esto favorezca el análisis fundamental bottom-up y fomente la exposición a los segmentos de pequeña y mediana capitalización, al value y a los dividendos», apuntan desde Wellington Managment.
  • Tener en cuenta el desajuste del horizonte temporal al valorar la habilidad a la hora de seleccionar valores – A veces, la selección de valores se ve perjudicada cuando los gestores se centran en la inversión con una visión a largo plazo basada en la ejecución fundamental de las compañías y no directamente en el sentimiento macroeconómico actual. Este desajuste de horizontes temporales es el principal reto que plantea nuestro método de ánalisis de gestores y es aún más acusado cuando el mercado es hipersensible a los factores macroeconómicos a corto plazo, como ha ocurrido recientemente. «Sin embargo, estamos dispuestos a aceptar los retos de la selección de valores durante un periodo razonable si la cartera de un gestor se comporta como cabría esperar y existe un proceso sólido, dotado de recursos y replicable que sustente la selección de valores», destacan desde Wellington Managment.
  • Buscar estrategias de diversificación – Si tenemos en cuenta las dificultades típicas de la gestión activa, las asignaciones a estrategias de valor de gran capitalización, renta variable y baja beta pueden diversificarse si se produce un cambio de régimen en detrimento del crecimiento, elmomentum y la alta calidad.
  • Incrementar el uso de los test de estrés macro – «En nuestra opinión, en los próximos 10 años veremos una mayor diferenciación en los ciclos económicos y en la política macro a nivel mundial en comparación con los 10 años anteriores», comentan desde Wellington Managment. «La realización de un conjunto de test de estrés macro puede constituir una herramienta importante para determinar si los movimientos macroeconómicos a corto plazo, exógenos al proceso de asignación, tienen el potencial de perjudicar el cumplimiento de los objetivos de rentabilidad y riesgo a largo plazo», añaden.
  • Evaluar a los gestores teniendo en cuenta el dilema de la gestión activa – Si los gestores activos intentan controlar la concentración del índice asignando las ponderaciones del índice de referencia a grandes nombres, corren el riesgo de ser etiquetados como «seguidores del índice de referencia» cuando su participación activa caiga en picado. En igualdad de condiciones, observamos que los gestores activos tienden a sobreponderar de forma significativa un mayor número de valores «con tendencia alcista» en lugar de utilizar el mismo capital para sobreponderar moderadamente un valor de mega capitalización. «Creemos que este sesgo puede generar mayor alfa a largo plazo, pero también provoca un mayor carácter cíclico en los resultados activos. La clave reside en cómo un gestor equilibra esta disyuntiva, un factor importante a la hora de evaluar las asignaciones de los gestores activos», terminan.

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