BNP Paribas AM amplía su gama de ETFs climáticos con un nuevo fondo de renta variable global

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BNP Paribas Asset Management ha anunciado el lanzamiento de un nuevo ETF de renta variable global, con el que amplía su gama de inversión socialmente responsable y de vehículos alineados con los índices de referencia armonizados con el Acuerdo de París (SRI PAB, por sus siglas en inglés). Según destacan desde la gestora, esta gama cuenta con más de 6.500 millones de euros en activos bajo gestión.

Este nuevo vehículo, el BNP Paribas Easy MSCI ACWI SRI S-Series PAB 5% Capped UCITS ETF, es un subfondo de BNP Paribas Easy Irish ICAV y ya cotiza en Euronext Paris, Borsa Italiana y SIX, además está previsto que el 23 de mayo comience a cotizar en Deutsche Börse Xetra.

Según explica la gestora, el fondo trata de replicar la rentabilidad del índice MSCI ACWI SRI S-Series PAB 5% Capped Index  y tiene como objetivo ofrecer a los inversores exposición a empresas de todo el mundo, tanto de los mercados desarrollados como de los emergentes, que cuentan con unos estándares elevados en materia de cuestiones medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG). Además, este ETF climático se propone cumplir con los objetivos de los índices armonizados con el Acuerdo de París, reduciendo en al menos un 50% las emisiones de gases de efecto invernadero con respecto al universo de inversión inicial y alcanzando un objetivo adicional de descarbonización de como mínimo un 7% anual.

Está clasificado como Artículo 8 en virtud del Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR, por sus siglas en inglés). En este contexto, promociona características medioambientales y sociales invirtiendo en empresas evaluadas según criterios ESG, como la oportunidad medioambiental, la contaminación y los residuos, el capital humano o el gobierno corporativo, o en función de sus esfuerzos por reducir su exposición al carbón y a los combustibles fósiles no convencionales. Por lo tanto, el fondo excluye a las empresas pertenecientes a sectores con un impacto ESG negativo, a las que incumplen los principios incluidos en el Pacto Mundial de las Naciones Unidas y a las que están implicadas en controversias relacionadas con los criterios ESG. En este sentido, el ETF se compromete a invertir un mínimo del 35% de sus activos netos en inversiones sostenibles y pretende mantener un error de seguimiento inferior al 1% frente al índice subyacente.

«Vemos un gran interés en los ETFs SRI PAB y nos enorgullece anunciar la ampliación de nuestra gama de ETFs en el marco de nuestro vehículo irlandés de gestión colectiva de activos (ICAV). A través de este nuevo ETF nuestros clientes en España y Portugal podrán acceder a las oportunidades de crecimiento a largo plazo que ofrece la renta variable global, integrando al mismo tiempo un enfoque ESG sólido. Con el ya existente MSCI SRI World PAB ETF y este nuevo ETF, tendrán acceso a la renta variable de mercados desarrollados y emergentes», ha destacado Sol Hurtado de Mendoza, directora general de BNP Paribas Asset Management para España y Portugal.

Desde la gestora destacan que el volumen de activos gestionados en el marco de la temática de inversión que persigue la consecución del objetivo de cero emisiones netas en 2050, en la que se incluyen los ETF PAB, ha mostrado un impresionante aumento del 2.456% en los últimos diez años, pasando de 2.300 millones de euros en 2014 a 58.500 millones en 2024. «Aun cuando el peso de esta temática sigue siendo reducido en comparación con el volumen total de activos gestionados por todos los ETF (3,4%), su crecimiento demuestra el interés del mercado por los ETF climáticos», indican desde BNP Pariabas AM. 

La próxima década debería ser testigo de un cambio en el atractivo relativo de las distintas clases de activos

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Ya plantados en el segundo trimestre del año, las gestoras recalibran algunas de sus perspectivas. Por ejemplo, desde Amundi consideran que, en los próximos 10 años, podríamos ver un mayor crecimiento y una menor inflación en comparación con sus previsiones a largo plazo de 2023, debido en parte a los aumentos de productividad derivados de la adopción de la Inteligencia Artificial (IA).

Esta es solo una de las conclusiones que ha presentado en su informe Capital Market Assumption, que ofrece a los inversores previsiones actualizadas sobre 40 clases de activos, con la incorporación este año de la renta variable de mercados emergentes excluyendo China.  Según explica la gestora, sus nuevas hipótesis macroeconómicas tienen en cuenta los cambios en las trayectorias de la transición energética y el impacto de la IA en el crecimiento de la productividad, y son la base de una asignación estratégica de activos que apunta a cambios importantes en las expectativas de riesgo-rentabilidad y en el papel de las distintas clases de activos en la construcción de carteras.

«La próxima década debería ser testigo de un cambio en el atractivo relativo de las distintas clases de activos. Los bonos son el pilar y su atractivo renovado se extiende a los mercados emergentes. La renta variable de los mercados emergentes también debería verse favorecida, en particular la india. La renta variable europea también debería recuperar cierto atractivo», apunta Vincent Mortier, director de Inversiones del Grupo Amundi. 

Por su parte, Monica Defend, directora del Amundi Investment Institute, señala que el cambio climático, la transición energética y la geopolítica probablemente impulsarán a los países hacia sendas de crecimiento distintas. «Pueden surgir nuevos ganadores, mientras que los bancos centrales tendrán que gestionar un delicado equilibrio, manteniendo la estabilidad de los precios y costes del servicio de la deuda asequibles para financiar la transición», afirma Defend. 

Escenario central para 2024

En comparación con la edición del año pasado, la gestora ha revisado su escenario central de 2024 para reflejar la evolución del cambio climático, las tensiones geopolíticas y el posible impacto a largo plazo de la IA en la economía global. «Nuestro escenario central de 2024 tiene en cuenta una mayor probabilidad de retrasos en las políticas climáticas y una reducción de las perspectivas de alcanzar el objetivo de 1,5-2°C en 2050», indica su informe. 

Según explica, estos ajustes tienen importantes implicaciones macroeconómicas para la próxima década, con unos riesgos generales de transición más bajos y unos riesgos físicos más altos, ya que los costes se están repartiendo a lo largo de un periodo de tiempo más largo. En este sentido, según la gestora, los bancos centrales tendrán que reconciliar los objetivos de política monetaria, los elevados niveles de deuda y la necesidad de yields a largo plazo relativamente bajos para financiar la transición.  También pone el foco en la inflación: «Nuestras previsiones de inflación a corto plazo se mantienen por encima de los objetivos de los bancos centrales, pero se han recortado con respecto al año pasado porque los costes de la transición energética se extienden a lo largo de un período de tiempo más largo. A medio y largo plazo, el aumento de la productividad impulsado por la IA, junto con reducciones de costes más generales, arrastrarán la inflación hacia los objetivos de los bancos centrales».

Por el contrario, añade que los niveles de crecimiento a 10 años de los mercados desarrollados se revisan al alza debido al retraso de las políticas climáticas y a algunos efectos positivos derivados de la adopción de la IA. Suponemos que esta adopción será gradual, dada la necesidad de evaluar los costes sociales y energéticos de la IA. Amundi estima que hacia 2050 el aumento de los riesgos físicos derivados de los fenómenos meteorológicos extremos y la disminución de los efectos de la IA deberían reducir el crecimiento. «El crecimiento anual de los mercados emergentes será de media un 2,3% superior al de los mercados desarrollados entre 2024 y 2033. Esta ventaja de crecimiento disminuirá en las dos décadas siguientes, ya que el camino hacia el net zero parece más difícil para muchos mercados emergentes. Sin embargo, también vemos que algunos países emergentes, concretamente los ricos en minerales críticos como Chile e Indonesia, se benefician de la transición», añade.

Por último, la gestora comenta que un impuesto sobre el carbono tendría un impacto significativo en el crecimiento y la inflación, afectando especialmente a los mercados emergentes y a los hogares de renta baja. Una transición justa es la base de la fiscalidad del carbono.

Asignación estratégica

La gestora explica que los resultados previstos a 10 años son, de media, serán ligeramente inferiores a las expectativas del año pasado, pero observan un cambio en las preferencias relativas por clases de activos. Según su opinión los menores retornos previstos y la mayor volatilidad también tendrán importantes implicaciones en términos de asignación estratégica de activos. La gestora observa varias tendencias. En primer lugar, una reordenación de los perfiles de las clases de activos. «Tras la fuerte recuperación del año pasado, la visión a largo plazo sobre los bonos de alta calidad crediticia sigue siendo positiva. La deuda de mercados emergentes, los hedge funds y la deuda privada son las clases de activos que ofrecen el potencial de rentabilidad más atractivo con un riesgo moderado», apunta el informe.

Además, en sus conclusiones indica que entre la renta variable de los mercados desarrollados, el mercado estadounidense debería quedar rezagado en general (5,6% de rentabilidad prevista anualizada para los próximos 10 años), debido a las altas valoraciones, mientras que la renta variable Pacífico excluyendo a Japón y la europea podrían ofrecer mejores resultados (en torno al 6,5%). «La renta variable india, los mercados emergentes excluyendo a China y el capital riesgo destacan como las clases de activos con mayor potencial de rentabilidad (por encima del 7%). Se espera que los sectores ganadores a escala global sean la sanidad, los servicios informáticos y de comunicaciones y el sector financiero», apuntan.

También creen que se producirá una asignación estratégica de activos más diversificada. En este sentido, defiende que las carteras tendrán que diversificarse aún más para hacer frente a la mayor volatilidad prevista en los activos de riesgo y aumentar el potencial de rentabilidad. «Seguimos considerando la renta fija como un motor clave de las carteras, en particular los activos de alta calidad. La mayor volatilidad de la renta variable obligará a los inversores a buscar fuentes adicionales de diversificación, como la deuda de los mercados emergentes», matiza.

En último lugar, la gestora apunta en su informe, que no se perderá el foco en los activos reales y alternativos. «Estos activos contribuirán a mejorar los perfiles de riesgo-rentabilidad a largo plazo de las carteras y merecen una asignación en torno al 20%. Los hedge funds y la deuda privada son los preferidos de los inversores que desean un riesgo moderado, mientras que el capital riesgo es para inversores con mayor apetito por el riesgo. Las infraestructuras son un buen diversificador que podría beneficiarse de importantes inversiones destinadas a la mitigación y adaptación al cambio climático», concluyen.

Schroders nombra a Alex Tedder corresponsable de renta variable

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Foto cedidaAlex Tedder corresponsable de renta variable de Schroders.

Schroders ha anunciado el nombramiento de Alex Tedder como corresponsable de renta variable. Según explica la gestora,  Alex Tedder dirigirá el negocio de renta variable junto a Rory Bateman. Además, Mark Lacey ha sido nombrado responsable de renta variable temática. Por su parte, Simon Webber ha sido ascendido a responsable de renta variable global.

Alex Tedder, veterano inversor con más de 25 años de experiencia en los mercados mundiales de renta variable, supervisará las áreas de inversión global, cuantitativa y de mercados desarrollados, mientras que los equipos de inversión de Asia y los mercados emergentes seguirán dependiendo de Rory Bateman. En este nuevo cargo, Alex también conservará sus responsabilidades de gestión de carteras, lo que demuestra su compromiso con el liderazgo y la gestión de inversiones.

Tras este anuncio, Rory Bateman, corresponsable de Renta Variable y corresponsable de inversiones de Schroders, ha comentado: «Durante los últimos diez años, he colaborado ampliamente con Alex. Sus excepcionales habilidades para navegar por las complejidades de los mercados de renta variable, su talento para la selección de valores y su impresionante historial de inversión, junto con su capacidad para guiar al más alto nivel a nuestro equipo, lo convierten en una parte indispensable de nuestro liderazgo en renta variable”.

Otros nombramientos

Junto al nombramiento de Alex Tedder, la gestora ha anunciado otras promociones senior dentro del área de inversión en mercados cotizados. De esta forma se demuestra la fortaleza del talento interno de Schroders y su compromiso por satisfacer las necesidades de inversión de los clientes mediante una gestión activa. “El compromiso inquebrantable de Schroders con la gestión activa y la obtención de resultados excepcionales para los clientes sigue siendo nuestro principio rector. Los ascensos estratégicos anunciados de mis compañeros, que en conjunto suman más de 50 años de experiencia en inversiones en nombre de los clientes de Schroders, ponen de manifiesto este compromiso. Es una prueba del profundo talento que hemos cultivado dentro de nuestras filas y de nuestra dedicación a la excelencia en todo lo que hacemos”, ha destacado Johanna Kyrklund, directora de inversiones de Schroders.

En concreto, en el área de inversión temática, Mark Lacey, que cuenta con casi tres décadas de experiencia en inversiones en los mercados globales de la energía, dirigirá los equipos que invierten en cinco áreas fundamentales: cambio climático, gestión del capital natural, innovación tecnológica, demografía y cambio social. Estas áreas representan tendencias clave que están configurando nuestro mundo y el futuro de la inversión. Mark continuará con sus actuales responsabilidades de gestión de carteras, garantizando el mismo nivel de dedicación y atención al detalle que ha definido su carrera hasta la fecha.

Además, dentro del área de renta variable mundial, Simon Webber, un experimentado inversor global, con amplios conocimientos de inversión y fuerte liderazgo, ampliará sus funciones. Webber se incorporó a Schroders en 1999 y ha acumulado una sólida experiencia en una serie de mercados y sectores globales que abarcan la tecnología, la industria, los servicios públicos, la automoción, las telecomunicaciones y el consumo discrecional. En particular, ha dirigido la estrategia de cambio climático global de Schroders desde su creación en 2007 y continuará con sus actuales responsabilidades de gestión de carteras.

WisdomTree amplía su gama de renta variable con el lanzamiento del US Quality Growth UCITS ETF

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WisdomTree ha anunciado el lanzamiento de su nuevo ETF WisdomTree US Quality Growth UCITS ETF (QGRW). Según explica, el fondo, que trata de replicar la evolución del precio y el rendimiento, antes de comisiones y gastos, del WisdomTree US Quality Growth UCITS Index, ha empezado a cotizar en la Bolsa Xetra y en la Bolsa Italiana, y lo hará en la Bolsa de Londres a partir de mañana.  El índice al que sigue este nuevo ETF es propio y está diseñado para seguir el rendimiento de empresas estadounidenses de gran capitalización con fuertes características de calidad (por ejemplo, alta rentabilidad) y crecimiento que cumplen los criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) de WisdomTree.

El enfoque de WisdomTree pretende ofrecer una mayor participación en los mercados alcistas y generar un exceso de rentabilidad positivo a lo largo de un ciclo de mercado completo. En opinión de la gestora, el factor de crecimiento pretende captar las empresas que cuentan con un crecimiento de las ventas, los beneficios realizados y los beneficios previstos, entre las que suelen figurar empresas innovadoras y gigantes tecnológicos, lo que permite una mayor participación al alza. El factor calidad añade estabilidad a una cartera y ayuda a filtrar los nombres menos rentables, altamente especulativos y de baja calidad. «Esta combinación posiciona al WisdomTree US Quality Growth UCITS ETF como una solución estratégica de renta variable a largo plazo para los inversores que buscan una exposición meditada al segmento de crecimiento del mercado de renta variable estadounidense sin sacrificar la calidad de su cartera», indican. 

En opinión de Pierre Debru, Head of Quantitative Research & Multi Asset Solutions de WisdomTree, «el crecimiento tiende a captar empresas innovadoras y en crecimiento, lo que se traduce en una mayor inversión en gigantes tecnológicos, aunque los rendimientos históricos sugieren que invertir en valores de crecimiento sin filtros puede ser un juego perdedor a largo plazo. La aplicación de un filtro de calidad a las acciones de crecimiento puede ayudar a garantizar que las empresas de la cartera son sanas y pueden ofrecer resultados a lo largo del tiempo. Las acciones de crecimiento de alta calidad han sido históricamente mejores que una inversión en crecimiento puro para ayudar a los inversores a aguantar las caídas máximas sin sacrificar la capacidad de participar en los repuntes del mercado. El nuevo ETF es una alternativa a las estrategias de crecimiento como el Nasdaq 100, ya que adopta un enfoque más integral de construcción de carteras, en lugar de centrarse únicamente en la capitalización bursátil de los constituyentes o en la bolsa de valores donde cotizan”.

Por último, desde la gestora indican que los inversores europeos ahora pueden acceder a este nuevo ETF, que es una estrategia que ya estaba disponible en Estados Unidos, lanzada originalmente en 2022. WisdomTree US Quality Growth UCITS ETF se unirá a la gama de ETFs Quality Growth de 360 millones de dólares de WisdomTree. “Desde la fundación de WisdomTree, nos hemos centrado en lanzar soluciones de inversión diferenciadas y de valor añadido para nuestros clientes. En el centro de nuestra filosofía de renta variable está la convicción de que las acciones de calidad deben ser la piedra angular de toda cartera de renta variable. Son vitales para crear carteras resilientes que puedan ayudar a los inversores a acumular riqueza a largo plazo y capear los temporales inevitables que surjan. Sabemos que los inversores están posicionando sus carteras para beneficiarse de las próximas bajadas de tipos en EE.UU., que se espera sean un catalizador positivo para la renta variable estadounidense de crecimiento. Pero como hemos visto en los últimos años, nada está garantizado en los mercados financieros. Por lo tanto, al centrarse en la calidad más que en la capitalización bursátil, los inversores pueden beneficiarse de un enfoque más sólido que los fondos de crecimiento ponderados por capitalización bursátil, sin sacrificar la rentabilidad en los mercados alcistas”, añade Alexis Marinof, Head of Europe de WisdomTree.

Dunas Capital compra Gesnorte

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Foto cedidaDavid Angulo, presidente del Grupo Dunas Capital.

Dunas Capital, la plataforma independiente de gestión de activos mobiliarios, inmobiliarios y alternativos, ha anunciado la firma de un acuerdo para la compra del 100% de Gesnorte SGIIC. Según explican, se trata de una operación de gran valor estratégico que permitirá la creación de sinergias y economías de escala, así como mantener el fuerte ritmo de crecimiento que el Grupo Dunas Capital viene experimentando desde su creación, del 35% anual compuesto.

«La combinación de ambas firmas tiene  lógica en que ambas comparten una filosofía muy similar, en la que priman la preservación del capital de sus clientes, muchos de los cuales operan en el sector asegurador, que se caracteriza por estar altamente regulado y requerir de unos bajos niveles de riesgo», indican desde la firma.

Gesnorte gestiona en la actualidad alrededor de 300 millones de euros en varios fondos cuyas carteras combinan activos de renta fija y renta variable. Los principales accionistas y clientes de Gesnorte son compañías de seguros de gran tradición y reputado prestigio en el sector asegurador, como Helvetia Seguros, Reale Seguros, MGS Seguros, Nacional de Reaseguros, ERGO Seguros y Ges Seguros.

Por su parte, el Grupo Dunas Capital fue creado en 2016, tras la compra de Inverseguros, después que los socios fundadores detectaran que había una demanda por cubrir en el mercado de productos de inversión enfocados al sector asegurador.

A raíz de este anuncio, David Angulo, presidente del Grupo Dunas Capital, ha señalado: “En un entorno cada vez más complejo, nuestro grupo ha conseguido posicionarse como una de las gestoras independientes que más crece, manteniéndonos siempre fieles a nuestros valores de innovación, independencia, transparencia, flexibilidad, experiencia y sostenibilidad. La alianza con Gesnorte nos permite continuar con este crecimiento, en este caso de forma inorgánica, al unir nuestras fuerzas con una casa que comparte los mismos principios que los nuestros”.

La operación está sujeta a la aprobación de las autoridades regulatorias pertinentes. Grupo Dunas Capital ha contado con el asesoramiento de Simmons & Simmons en los aspectos legales de la transacción, mientras que Gesnorte ha sido asesorado por Garrigues.

 

Renta variable: cautela y sectores defensivos de cara a la segunda mitad del año

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El primer semestre de 2023 ha sido positivo para los mercados de renta variable global. Ahora, está por ver si este buen ambiente va a persistir en lo que queda de año. A tenor de las opiniones de los estrategas de las gestoras, todo apunta a que la cautela dominará en los mercados y, por lo tanto, en las estrategias de inversión. 

En Evli explican que el optimismo imperante en el mercado a finales del año pasado respondió a las expectativas que apuntaban a que la economía iba a poder evitar la entrada en recesión, lo que impulsó las bolsas tanto en Europa como en EEUU, “pese a la crisis de algunos bancos regionales norteamericanos”.

Pero ahora no hay tantos motivos para la alegría. En la firma recuerdan que el hecho de que el principal impulsor del rally bursátil en EEUU ha sido la subida de grandes compañías tecnológicas, gracias a su apuesta por la Inteligencia Artificial, “ha estrechado los catalizadores del alza, y ha provocado una sobrevaloración en el mercado”.

Mientras, en BNY Mellon resumen que las bolsas van a acusar una desaceleración del crecimiento económico y una mayor presión de la política monetaria de los bancos centrales. Es más, en la firma recuerdan que “la renta variable toca suelo durante las recesiones”. Una opinión similar muestra Robert Almeida, gestor de carteras y estratega de inversión mundial de MFS Investment Management, que afirma que en las recesiones, la renta variable suele esperar hasta que el riesgo de recesión resulta inminente antes de descontar la debilidad. “El mercado de renta variable suele adentrarse en un profundo letargo a finales del ciclo y despertar mucho más tarde que otros mercados, aunque de forma abrupta”.

Las bolsas afrontan unos meses en cierta medida desfavorables, en los que la campaña de resultados empresariales del segundo trimestre del año y las previsiones que realicen las compañías serán determinantes. Desde Eurizon recuerdan que las valoraciones absolutas (ratio precio/beneficios) y relativas (prima de riesgo frente al bono soberano de referencia) “son coherentes con unos rendimientos a medio plazo en línea con la media histórica”. Sin embargo, la posible prolongación de la fase de restricción monetaria o, por el contrario, una fuerte ralentización del crecimiento económico, “podría reavivar la volatilidad, atenuada últimamente, ya que se espera que prevalezca el escenario de aterrizaje suave”.

Estrategia

En Evli son conscientes de que, en este escenario, hay que adoptar una postura defensiva en renta variable, bajando la exposición al riesgo de la cartera y aumentando el porcentaje en activos con menor riesgo. “Para acceder a rendimientos atractivos y consistentes, es necesaria una estrategia basada en invertir sin ninguna restricción geográfica, sectorial, o por tamaño, en compañías baratas que generan flujos de caja libre positivos y tienen un apalancamiento moderado, con fuerte cobertura de la deuda». Para no perder oportunidades de ningún tipo, la es imprescindible no tener “ninguna restricción geográfica, sectorial o por tamaño de la compañía”, según apuntan desde la firma.

Kevin Thozet, miembro del Comité de Inversiones de Carmignac, se posiciona a favor de los sectores más defensivos “en un contexto de desaceleración moderada de la economía”, como salud y consumo no cíclico. En Eurizon, tienen un posicionamiento neutral para la renta variable de cara a la segunda mitad del año. Eso sí, hay preferencia por los mercados estadounidense y japonés, al tiempo que Europa pierde peso en su cartera, así como los mercados emergentes. 

Los estrategas de Fidelity también reconocen que “cada vez somos más cautos”, por lo que apuestan por “un sesgo de calidad y defensivo a medida que aumentan los riesgos”. La firma espera que 2023 sea un año de contracción de los beneficios, con presiones especialmente fuertes en EE.UU. y Europa, “donde las empresas tendrán que seguir lidiando con la inflación y el endurecimiento monetario. Los sectores defensivos, como el consumo básico y la atención sanitaria, están mejor situados”.

Por su parte, Fabiana Fedeli, CIO de renta variable, multi-activos y sostenibilidad de M&G, a pesar de que el consenso de mercado se muestra “cada vez más pesimistas en torno a las acciones, ante la perspectiva de una recesión inminente”, desde su punto de vista, “preferimos adoptar una opinión más equilibrada, reconociendo que aun con una probabilidad elevada de una tendencia a la baja en los datos macroeconómicos, el grado de deterioro frente a las expectativas actuales será el verdadero determinante de la evolución de las bolsas”.

La experta sostiene que a primera vista, “los mercados de renta variable global parecen cotizar en niveles razonables de cara a los riesgos a los que se enfrentan si asumimos una recesión moderada, pero no un descenso más pronunciado de la demanda, pero si  profundizamos en los datos, hay diferencias notables no solo entre mercados regionales, sino también entre acciones de un mismo mercado”. Por lo tanto, ve conveniente “hilar fino”, es decir, optar por la selección de valores como “principal motor de alfa” a través de la diversificación.

En el universo  desarrollado, Japón sigue siendo uno de sus mercados favoritos. “Hemos encontrado varias empresas que están mejorando su apalancamiento operativo, y con ello su crecimiento del beneficio, además de elevar la rentabilidad para sus accionistas mediante subidas de dividendo y operaciones de autocartera, incluso sin el respaldo del entorno macroeconómico. Pero un aspecto menos reconocido, junto a esta cultura de autoayuda y reforma corporativa, es la perspectiva de que el crecimiento de los salarios impulsará el consumo, aportando otro motor potencial de crecimiento de cara a los próximos años.

En BNY Mellon, que perciben una mayor probabilidad de recesión en el corto plazo, infraponderan la renta variable de manera táctica, pero sobreponderan este activo desde el punto de vista estratégico. “Las recesiones son dolorosas, pero hacen aflorar excelentes oportunidades en renta variable”, aseguran desde la firma. En renta variable estadounidense, los estrategas de BNY Mellon consideran que las valoraciones no son lo suficientemente baratas como para compensar la probabilidad de recesión, por lo que considera «limitado» el potencial alcista a corto plazo, incluso en un auténtico escenario de aterrizaje suave- y un riesgo sesgado a la baja». Por lo tanto, la firma mantiene la cautela sobre las perspectivas a corto plazo de la renta variable estadounidense. En renta variable emergente, la firma está tácticamente neutral. 

Helen Jewell, Deputy CIO de BlackRock Fundamental Equities, EMEA espera para la renta variable europea «rentabilidades más planas a medida que el impacto de unos tipos de interés más altos se filtre a las economías», al tiempo que considera que este entorno económico incierto «exige centrarse aún más en los fundamentales de las empresas y brinda oportunidades a los gestores activos para generar rentabilidades atractivas, incluso si el mercado en general permanece plano».

Así, Jewell opta por los valores defensivos, que «pueden proporcionar beneficios constantes durante las turbulencias económicas, como quedó demostrado en recesiones pasadas». en este punto menciona al sector del lujo, puesto que «las empresas que venden productos artesanales de primera calidad a consumidores de rentas altas que creen que esos productos mantendrán su valor, pueden mantener márgenes de beneficio saludables y cualquier retroceso de las valoraciones por temores al crecimiento económico puede presentar una atractiva oportunidad de compra». Entre las empresas industriales cíclicas, la experta busca valores «con posiciones dominantes en el mercado que estén preparados para una recesión y que, en nuestra opinión, coticen con fuerza ante noticias económicas positivas».

Los valores del sector sanitario pueden ayudar a rebajar la fiebre inflacionista

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Una de las ventajas de invertir en sanidad es que sus empresas tienen una demanda inelástica. Si uno necesita una nueva válvula cardiaca, la inflación no va a influir en esa decisión.

Creemos que las empresas sanitarias son bastante resistentes durante los periodos de inflación porque sus productos no son sustituibles y aportan innovación. De ahí a la estrategia que llevamos a cabo en nuestro fondo AB International Health Care. Un ejemplo sería el auge de la robótica en cirugía. Esta tecnología permite a los pacientes abandonar el hospital más rápidamente. Hay menos complicaciones asociadas a estas cirugías.

De este modo, todos salen ganando. Ganan los pacientes: salen antes del hospital y no tienen los mismos efectos secundarios. Los hospitales salen ganando: cambian las camas mucho más deprisa y operan con más eficacia. Así que, en periodos de inflación, creemos que productos como estos tienen una mayor demanda porque las empresas quieren obtener resultados más eficientes.

Una de las cosas que a menudo se malinterpreta de la sanidad es la idea de que es un sector puramente defensivo. En nuestra opinión, eso no es cierto. Es defensivo, pero también ofensivo. Y es ofensivo en términos de innovación. Abarca desde la secuenciación genética, que nos ayudará a predecir el cáncer mediante un análisis de sangre, hasta nuevos tipos de medicamentos como la terapia génica o las vacunas de ARNm, que fueron muy útiles durante el Covid.

Pero una de las formas en que nos diferenciamos es que no intentamos predecir el éxito de los ensayos clínicos. Es muy difícil conseguir que un fármaco llegue a los ensayos en humanos y salga al mercado. Las estadísticas son en realidad del 8%, lo que significa que el 92% de las veces la empresa va a fracasar. Así que, con esas bajas probabilidades, es realmente difícil averiguar cuáles tendrán éxito.

En lo que nos centramos cuando pensamos a largo plazo, en términos de tecnologías interesantes, sería en el aumento de cosas como el aprendizaje automático y la inteligencia artificial en la atención sanitaria. No es ningún secreto que la sanidad ha ido a la zaga de muchos otros sectores en cuanto a adopción de tecnología. Ha sido mucho más fácil pedir una comida por teléfono que hablar con un médico. El Covid ha cambiado muchas cosas. Creemos que seguirá cambiando. Pero creemos que tecnologías como el aprendizaje automático y la inteligencia artificial desempeñarán un papel más importante en los próximos años.

Pero, al fin y al cabo, lo que nos importa es la capacidad de una empresa para ganar dinero de forma rentable, generando altos rendimientos sobre el capital invertido y siendo capaces de reinvertir esos beneficios en el negocio. Es una forma elegante de decir capitalización de calidad.

En este sentido, la atención sanitaria es fabulosa. Hay mucha innovación, demanda inelástica y poder de fijación de precios. Tiene rentabilidad y fuertes tasas de reinversión. Por lo tanto, creemos que, independientemente del entorno del mercado, los inversores deben tener exposición a la asistencia sanitaria.

¿Hay más volatilidad por delante? Abróchese el cinturón con valores defensivos

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Después de un tumultuoso 2022, los inversores esperan que finalmente se ponga fin al endurecimiento monetario y, con ello, llegue un respiro a la brutal volatilidad del mercado. Sin embargo, dado que los beneficios empresariales aún se están ajustando a un nuevo régimen, el camino estará lleno de baches. ¿Qué pueden hacer los inversores para reducir el riesgo?

La volatilidad del mercado del año pasado fue impulsada principalmente por la incertidumbre sobre la inflación y los tipos de interés. El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, no ha dicho cuándo la Fed dejará de subir los tipos, pero ha señalado la intención de la institución monetaria de moderar el ritmo de los incrementos de los mismos en los próximos meses.

Una vez que vemos una tasa terminal, la pregunta es: ¿la renta variable volverá a estar a toda máquina?

No necesariamente.

Los riesgos actuales podrían alterar los mercados

Los mercados aún se están ajustando a la pérdida de las fuerzas estabilizadoras clave que dominaron la era anterior al Covid. Esto no significa necesariamente una repetición de 2022, pero en nuestra opinión, los inversores harían bien en prestar atención a los posibles catalizadores de la continua volatilidad del mercado: inflación continua, tipos de interés en aumento y un sector de la tecnología de la información en maduración que no está garantizado para seguir creciendo a un ritmo vertiginoso.

Cabe empezar con la inflación.

A pesar de la evidencia de que la inflación se está enfriando, incluidos los precios más bajos en las gasolineras y la desaceleración de los precios al consumidor, la inflación está lejos de extinguirse. El Índice de Precios al Consumidor de Estados Unidos aumentó un 6,5% en diciembre con respecto al año pasado, justo en línea con las expectativas, pero no lo suficiente como para calmar las preocupaciones sobre las presiones inflacionistas. El indicador de inflación preferido por la Reserva Federal, el índice de precios PCE, también muestra que los aumentos de precios se están moderando, pero persisten. En la zona del euro y el Reino Unido, la inflación de los precios al consumidor todavía supera un incómodamente alto 10%.

Incluso si llegamos al final del ciclo de ajuste monetario en 2023, los bancos centrales de todo el mundo siguen aumentando los tipos al ritmo más rápido de las últimas dos décadas. En nuestra opinión, la Fed se encuentra en la segunda fase de su ciclo de ajuste, con un par de aumentos de 25 puntos básicos que todavía son probables en 2023. Cuando la inflación finalmente se modere, las empresas y los mercados tardarán en adaptarse a la nueva realidad de tipos más altos y un crecimiento económico más lento. Los inversores deberían esperar más volatilidad a medida que se desarrolla este proceso.

Las acciones tecnológicas ya no son presagios del crecimiento

En la recesión del año pasado, las acciones tecnológicas estuvieron en el epicentro de la volatilidad del mercado. Después de años de beneficios recurrentes, los inversores ahora reconocen que los valores tecnológicos no crecerán para siempre. Pero creemos que las preocupaciones generales sobre el sector están fuera de lugar.

Hace veinte años, la tecnología se caracterizó por un crecimiento explosivo, pero poco en cuanto a madurez o rentabilidad. Hoy, la rentabilidad ha mejorado considerablemente junto con la expansión dentro del software, los semiconductores y los servicios de pago.

Las empresas de hipercrecimiento, que incluyen muchas compañías tecnológicas de alto vuelo, surgieron durante la pandemia, pero fueron rechazadas en la reorganización del 2022. El factor clave de la baja rentabilidad de la tecnología fue una reducción de la calificación de las empresas que carecían de rentabilidad. Tanto en 2020 como en 2021, muchas firmas del sector orientadas al crecimiento que no tenían un historial de rentabilidad vieron cómo sus acciones alcanzaban valoraciones elevadas. A medida que el mercado cambió su enfoque del crecimiento a la rentabilidad en 2022, estos títulos se desplomaron.

Los nombres tecnológicos rentables han experimentado menos volatilidad

Pero muchas empresas de tecnología rentables y de alta calidad que operan entre bambalinas no se enfrentan a los mismos riesgos que los gigantes orientados al consumidor. A menudo se pasan por alto, por ejemplo, los habilitadores de la tecnología de bajo perfil y las empresas de servicios de pago que tienen modelos comerciales sostenibles y grandes flujos de ingresos recurrentes. Si bien puede parecer contradictorio, pensamos que las acciones tecnológicas seleccionadas con estos atributos exhiben características defensivas, que pueden ayudar a amortiguar los picos de volatilidad del mercado.

El software es un caso de estudio interesante. Muchas empresas de software de alto perfil que estaban creciendo rápidamente pero que no tenían perspectivas de lograr una rentabilidad a medio plazo alcanzaron alturas increíblemente elevadas en 2021 en las bolsas. A medida que el mercado se centró más en la rentabilidad el año pasado, estas acciones cayeron en desgracia de manera sorprendente. Sin embargo, varios nombres estables y de alta calidad que pasaron desapercibidos evitaron esta montaña rusa. Son estos tipos de compañías las que creemos que aún pueden acumular a tasas atractivas, con menos volatilidad general.

Además, los sectores defensivos tradicionales, como el cuidado de la salud y los productos básicos de consumo, en general, han proporcionado menos riesgo de beneficios durante las recesiones económicas.

Calidad, Estabilidad, Precio: Claves para navegar en tiempos inciertos

Entonces, ¿cómo pueden los inversores identificar acciones con el potencial de capear episodios de volatilidad del mercado? Creemos que un enfoque disciplinado y de baja volatilidad para comprar empresas estables y de alta calidad al precio correcto (QSP) brinda a los inversores múltiples formas de mitigar el riesgo mientras siguen participando en las ganancias del mercado.

En primer lugar, los inversores pueden darle un mordisco a la inflación con calidad. Las empresas de calidad con un fuerte poder de fijación de precios suelen demostrar una rentabilidad constante, incluso en entornos inflacionarios. Compañías como estas se ven a menudo en sectores defensivos tradicionales, como los servicios públicos y los productos básicos de consumo.

Los inversores también pueden compensar la desaceleración del crecimiento con estabilidad. Las empresas estables tienen un colchón a la baja porque normalmente tienen una beta más baja (sensibilidad al mercado más amplio) que las empresas de crecimiento tradicionales. El análisis fundamental puede descubrir empresas con características de estabilidad en una amplia gama de sectores, incluidos el financiero, el energético y el de tecnología de la información.

Nuestro análisis sugiere que las empresas que califican alto tanto en calidad como en estabilidad tienen una caja sustancial y menos deuda en sus balances que incluso los baluartes defensivos tradicionales. De hecho, en 20 recesiones del mercado entre el 1 de enero de 1970 y el 31 de diciembre de 2021, nos encontramos que las acciones del S&P 500 segregadas en el quintil más alto para las características del QSP obtuvieron buenos resultados durante las recesiones del mercado.

A la calidad por sí sola le fue mal en 2022, pero la calidad junto con la estabilidad funcionó mejor, al mismo tiempo que mitiga el riesgo. En el caso de la tecnología, este diferencial de comportamiento fue particularmente llamativo. Las estrategias de baja volatilidad que buscaban equilibrar el riesgo y el rendimiento a través de la selección de acciones bottom-up en las defensas tradicionales, así como en sectores como tecnología, finanzas y energía, tenían más palancas para manejar la volatilidad.

Por supuesto, identificar estas empresas de alta calidad y resistentes a los shocks puede ser un desafío. Creemos que un enfoque de alta convicción que utiliza la gestión activa puede ayudar a identificar empresas con características de calidad y estabilidad que tienen precios competitivos porque el mercado no las aprecia por completo.

Este marco para la selección de acciones puede ayudar a los inversores a reducir las pérdidas en una recesión mientras participan en la mayor parte del alza durante una recuperación. Incluso si la inflación y la volatilidad siguen siendo elevadas, los patrones de rendimiento más suaves pueden ayudar a animar a los inversores a seguir invirtiendo en acciones durante las recesiones y posicionarse para obtener mejores resultados a largo plazo.

Encontrando oportunidades en 2023 después de un año de mercado inolvidable

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La mayoría de los inversores probablemente estén felices de ver 2022 en el espejo retrovisor. Mirando hacia 2023, la inflación y la posibilidad de recesión siguen siendo el punto focal del mercado global. Nuestro escenario base es que la inflación retrocederá aún más a medida que disminuyan las presiones de la cadena de suministro y los bancos centrales seguirán comprometidos con una política más estricta. Sin embargo, es probable que el resultado de esta política sea una desaceleración de la economía. Esto podría crear oportunidades para los inversores.

Es probable que Europa ya esté en una recesión y que Estados Unidos caiga en una, con suerte una leve. Los perfiles de riesgo/beneficio parecen favorecer la renta fija sobre la renta variable mundial, especialmente durante la primera mitad de 2023. Cualquier recesión y la recuperación posterior bien pueden ser rápidas y crear volatilidad en el mercado. Pensamos que será tan importante como siempre estar diversificado y seleccionar inversiones activamente, particularmente cuando se incline hacia activos de riesgo.

Como discutimos en nuestras Perspectivas Macro más recientes, los precios caros de las acciones y el potencial de un techo en las tasas de interés han estado impulsando una preferencia hacia la renta fija. Esperamos que los inversores busquen calidad y tal vez aumenten la duración en 2023, con algunas ideas a considerar: extender la duración puede brindar oportunidades de ingresos atractivas, y los bonos del Tesoro de EE.UU. podrían ser el núcleo para construir la duración.

Asimismo, las empresas con grado de inversión (IG) nos parecen un lugar atractivo para los inversores que buscan ingresos relativamente seguros. El crédito de alto rendimiento (HY, por sus siglas en inglés) parece atractivo para los inversores con un horizonte temporal de varios años, en nuestra opinión, ya que los rendimientos actuales y la selección activa brindan un colchón para incumplimientos potencialmente más altos a corto plazo en el sector.

La Fed marca el ritmo

La conclusión clave: «No luches contra la Reserva Federal». Es probable que los bonos se recuperen a medida que la Reserva Federal de EE. UU. (Fed) logre sus objetivos, ya sea que el aterrizaje de la economía de EE. UU. sea suave o duro. Es menos probable que las acciones rindan tan bien, a menos que el aterrizaje sea suave. De lo contrario, la caída de las ganancias compensará la caída de los rendimientos de los bonos y es poco probable que las acciones avancen. Ese resultado es también una receta para una elevada volatilidad de las acciones.

Algunas inversiones pueden actuar como cobertura contra la inflación y posibles rebajas en los beneficios. El impacto de la inflación en las infraestructuras cotizada en 2023 debería ser silenciado, en particular para los activos regulados, que a menudo tienen cláusulas de ajuste por inflación. Las ganancias en este espacio parecen estar mejor protegidas en general que las rentabilidades de las acciones globales, en nuestra opinión.

En última instancia, históricamente, la inversión en bienes raíces comerciales de Estados Unidos ha tenido un desempeño favorable en períodos de aumento de los tipos de interés e inflación. Los riesgos macro actuales y las dislocaciones del mercado pueden crear oportunidades de compra atractivas durante los próximos 12 a 18 meses en algunos sectores de activos inmobiliarios comerciales.

Tribuna de Stephen Dover, estratega jefe de mercado de Franklin Templeton y director del Franklin Templeton Investment Institute

Ideas para la asignación de renta variable tras un año de factores extremos

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Como gestores de renta variable que invierten con la mente puesta en los riesgos factoriales, hemos observado que algunos gestores activos se han enfrentado a serias dificultades en 2022. La razón fue que el mercado giró hacia un grupo más reducido de beneficiarios en medio de inmensos cambios en los precios de las materias primas, las condiciones económicas, la política gubernamental y las expectativas de los tipos de interés. No es de extrañar que la selección de valores se vea dificultada cuando el entorno macroeconómico provoca una menor diferenciación y un conjunto limitado de ganadores.

En lugar de recompensar los fundamentales sólidos en Value, Growth y Quality, hemos presenciadouna rotación de factores en los extremos, es decir, entre el deep value (relacionado con la subida de tipos), el crecimiento especulativo (relacionado con la desaceleración económica) y la beta más baja (relacionada con la guerra y la crisis de las materias primas). A largo plazo, Wellington Managment cree que los fundamentales acabarán imponiéndose, pero nuestro estudio sobre el comportamiento de los factores en los últimos dos años revela algunos aspectos importantes de cara a realizar las asignaciones:

  • Considerar las asignaciones defensivas para complementar el enfoque Growth y Value – El hecho de que nos encontremos en una nueva etapa de mercados volátiles y carentes de dirección no es necesariamente bueno o malo para la selección activa de valores o para los resultados. «Pero sí puede significar que se necesiten asignaciones defensivas específicas, ya que los perfiles de riesgo de las asignaciones Growth y Value cambian más a menudo y de forma más violenta, lo que dificulta el equilibrio del riesgo a lo largo del ciclo (algo que ya estamos viendo)», dicen los expertos de Wellington Managment.
  •  Buscar sectores con mayores oportunidades para la selección de valores – Como el entorno de los tipos de interés y la inflación está cambiando, varias de las dinámicas Growth (persistencia) y Value (diferenciación de la calidad) pueden evolucionar o volver a los patrones anteriores a la gran crisis financiera global (o incluso a los de la época anterior a las puntocom): más volatilidad/menos sostenibilidad de los márgenes, más foco en los balances, más oportunidades para la selección de valores en todo el espectro de capitalización del mercado y más posibilidades de reversión a la media. «Cabe esperar que esto favorezca el análisis fundamental bottom-up y fomente la exposición a los segmentos de pequeña y mediana capitalización, al value y a los dividendos», apuntan desde Wellington Managment.
  • Tener en cuenta el desajuste del horizonte temporal al valorar la habilidad a la hora de seleccionar valores – A veces, la selección de valores se ve perjudicada cuando los gestores se centran en la inversión con una visión a largo plazo basada en la ejecución fundamental de las compañías y no directamente en el sentimiento macroeconómico actual. Este desajuste de horizontes temporales es el principal reto que plantea nuestro método de ánalisis de gestores y es aún más acusado cuando el mercado es hipersensible a los factores macroeconómicos a corto plazo, como ha ocurrido recientemente. «Sin embargo, estamos dispuestos a aceptar los retos de la selección de valores durante un periodo razonable si la cartera de un gestor se comporta como cabría esperar y existe un proceso sólido, dotado de recursos y replicable que sustente la selección de valores», destacan desde Wellington Managment.
  • Buscar estrategias de diversificación – Si tenemos en cuenta las dificultades típicas de la gestión activa, las asignaciones a estrategias de valor de gran capitalización, renta variable y baja beta pueden diversificarse si se produce un cambio de régimen en detrimento del crecimiento, elmomentum y la alta calidad.
  • Incrementar el uso de los test de estrés macro – «En nuestra opinión, en los próximos 10 años veremos una mayor diferenciación en los ciclos económicos y en la política macro a nivel mundial en comparación con los 10 años anteriores», comentan desde Wellington Managment. «La realización de un conjunto de test de estrés macro puede constituir una herramienta importante para determinar si los movimientos macroeconómicos a corto plazo, exógenos al proceso de asignación, tienen el potencial de perjudicar el cumplimiento de los objetivos de rentabilidad y riesgo a largo plazo», añaden.
  • Evaluar a los gestores teniendo en cuenta el dilema de la gestión activa – Si los gestores activos intentan controlar la concentración del índice asignando las ponderaciones del índice de referencia a grandes nombres, corren el riesgo de ser etiquetados como «seguidores del índice de referencia» cuando su participación activa caiga en picado. En igualdad de condiciones, observamos que los gestores activos tienden a sobreponderar de forma significativa un mayor número de valores «con tendencia alcista» en lugar de utilizar el mismo capital para sobreponderar moderadamente un valor de mega capitalización. «Creemos que este sesgo puede generar mayor alfa a largo plazo, pero también provoca un mayor carácter cíclico en los resultados activos. La clave reside en cómo un gestor equilibra esta disyuntiva, un factor importante a la hora de evaluar las asignaciones de los gestores activos», terminan.

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