REITs, FIBRAs… el exponencial crecimiento de los fondos inmobiliarios en el mundo

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El estudio “Global REIT Approach to Real Estate Investing” ha logrado documentar el exponencial crecimiento de las FIBRAs, también conocidas en el mundo como Real Estate Investment Trust (REIT por su siglas en inglés)  a nivel global, especialmente para los países en desarrollo, como en el caso de México.

El informe resume el espectacular crecimiento de las FIBRAs en todo el mundo desde su creación, hace más de 60 años, y los beneficios del modelo “REIT” para las comunidades, las economías y los inversores. Actualmente hay 42 países y regiones, que representan el 84% del PIB mundial con una población combinada de 5.000 millones de personas, que han promulgado la legislación REIT.

El origen

La figura de los REITS, al igual que las FIBRAs de México, es la figura de fideicomisos de inversión en bienes raíces, que a su vez tiene la posibilidad de constituirse en emisoras a través  del sistema bursátil.

Los REIT se afianzaron tempranamente en los EE. UU. en 1960, y los Países Bajos, Nueva Zelanda, Taiwán y Australia adoptaron el modelo antes de 1970. Los REITs continuaron extendiéndose por todo el mundo; Brasil se convirtió en el primer país en adoptar REITs en América del Sur en 1993, Israel y el Emirato de Dubai en los Emiratos Árabes Unidos fueron los dos primeros países en adoptar REITs en Medio Oriente en 2006, seguidos por Sudáfrica en 2013 como el primer país de África. Mauricio es el país más reciente en adoptar REITs en 2023.

En México, actualmente, las FIBRAs administran más de 2.000 propiedades, el equivalente a casi  el 5% del PIB nacional con rendimientos en los últimos tres años del 15%, en comparación con el 8,2% del IRT de la BMV.

El Producto Interno Brutos y las FIBRAs

En 1990, los países y regiones con REITs tenían sólo una participación del 6% pero han crecido hasta representar el 63% de la población mundial en 2022. Asia ha impulsado el crecimiento de los países y regiones de REITs, sobre todo en India en 2014 y China en 2021. Estos países y regiones también representan el 84% del PIB global de 2022, en comparación con el 28% del PIB global en 1990. El PIB de los países y regiones REIT ha aumentado de 6,5 billones de dólares a más de 84 trillones de dólares en este período.

De acuerdo al estudio elaborado por la Nareit, el crecimiento del número de las FIBRAs a nivel global desde 1990 alcanza un total de 940 REITs que cotizan en el mercado de valores, con una capitalización bursátil combinada de aproximadamente 2 trillones de dólares a finales de 2023.

Las regiones de Europa y el Pacífico han experimentado el mayor crecimiento de los REITs desde 2020: Europa agregó 62 REITs (lo que representa un crecimiento del 31%) y el Pacífico agregó 13 REIT (con crecimiento del 25%). China es otro motor de crecimiento: adoptando el modelo en 2021, que a finales de 2023 contaba ya con 33 REITs cotizados en la Bolsa de Valores de Beijing.

El estudio también muestra que, a largo plazo, los bienes raíces cotizados a nivel mundial, incluidos los REIT, en general han superado tanto a las acciones como a los bonos globales. La tasa de crecimiento anual compuesta de los rendimientos desde febrero de 2005, hasta diciembre de 2023, es del 7,5% para el índice FTSE EPRA Nareit Global Extended, en comparación con el 5,8% del mercado bursátil mundial en general (representado por MSCI EAFE), el 5,7% del sector inmobiliario privado y 3,1% para los bonos globales (índice de bonos Bloomberg Barclays Global-Aggregate). Los REITs también han tenido una baja correlación con otras acciones y bonos, y los REITs del FTSE EPRA Nareit Global tienen una correlación de 0,82 con el MSCI EAFE.

El caso de México y por qué las FIBRAs son tan relevantes

La inversión en fideicomisos inmobiliario permite que la persona o inversionista institucional esté expuesto al mercado inmobiliario, pero a través de un vehículo que diversifica el riesgo de un solo inmueble entre variedad de inmuebles, asegura una administración profesional, ordenada y alineada a los intereses de los inversionistas.

Necesitamos capital profesional para desarrollar y transformar edificios de forma que sean menos intrusivos en temas de emisiones de carbono, energía y consumo de agua, y que además incorporen principios de economía circular y que apoyen el crecimiento de la economía y la demanda de distintos sectores en México.

Las FIBRAs continúan avanzando en la adopción de mejores prácticas internacionales de gobierno corporativo y estandarización de sus reportes; esto importante porque los inversionistas necesitan información clara y bajo altos estándares para la toma de decisiones de inversión, de ahí la importancia de la labor de la AMEFIBRA, quién asesora y unifica conceptos para los 15 Fideicomisos de Inversión en Bienes Raíces que actualmente cotizan y operan en México.

En la primera semana del mes de Septiembre la AMEFIBRA estará organizando la nueva edición del FIBRA DAY titulado “Mexican REITs Investor Conference” que se llevará a cabo nuevamente en la Ciudad de Nueva York, donde se estará analizando el mercado de las FIBRAs con la experiencia internacional de los REITS y donde expertos del sector analizarán el gran potencial de madurez y crecimiento de los bienes raíces y particularmente de las FIBRAs mexicanas, ante inversionistas estadounidenses y extranjeros.

Además, Bank of America dio a conocer en su reciente nota de análisis una buena noticia para el sector de Real Estate. Se trata de las perspectivas que la institución financiera tiene sobre los bienes raíces, haciendo una especial mención al caso de los Fideicomisos de Inversión en Bienes Raíces, mejor conocidos como FIBRAs.

BofA señala que la historia ha demostrado que las FIBRAs pueden tener un mejor rendimiento que el del principal índice del mercado bursátil mexicano, el S&P/BMV IPC. Se observó en cuatro ocasiones que de 2013 a 2018 los rendimientos de las notas a 10 años alcanzaron puntos máximos, en promedio el índice de FIBRAs tuvo un mejor desempeño que el mercado. Según el análisis de Bank of América, los ya esperados recortes de tasas tanto por parte de la Fed de Estados Unidos como por parte de Banxico, serán un catalizador importante para los Fideicomisos de Inversión en Bienes Raíces.

El proceso de recuperación económica continuará en 2024 y seguiremos siendo testigos del crecimiento en adquisiciones de inmuebles por parte de los REITs en el mundo, así como la constante profesionalización del sector a través de las mejores prácticas internacionales, convirtiéndose en un sector cada vez más maduro, seguro y atractivo para los inversionistas a nivel global. Conocemos el potencial de México y las FIBRAs participan para crear las oportunidades, la infraestructura y las propiedades industriales, comerciales, hoteleras, educativas, centros de trabajo y de almacenamiento y distribución que necesita nuestro país ante el actual fenómeno del nearshoring.

Por Salvador Daniel Kabbaz Zaga, Presidente de AMEFIBRA y Director General de Fibra Danhos.

A un año de la Ley de Delitos Económicos en Chile: lecciones aprendidas y camino por recorrer

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Justicia (PX)

Sin lugar a duda, la publicación de la Ley de Delitos Económicos en Chile, en agosto de 2023, despertó la ansiedad del mundo empresarial, debido al establecimiento de un régimen de tratamiento penal especial para aquellas acciones cometidas en el ámbito de los negocios, expansión de la responsabilidad penal de la persona jurídica y la designación de varios individuos responsables de la integridad corporativa de la empresa, en lugar de una sola persona.

Desde entonces, las organizaciones a nivel general aceleraron su paso para actualizar sus políticas y procedimientos internos y así cumplir con la nueva legislación. Esto ha sido acompañado por el fortalecimiento de sus áreas de cumplimiento, mediante la implementación de modelos de prevención y detección de conductas ilícitas más efectivas, nuevos sistemas de gobernanza, un mayor énfasis en el rol de los miembros de la organización y refuerzo de sus programas de capacitación.

En nuestra experiencia con clientes de diversos sectores, uno de los principales desafíos que han enfrentado las compañías en este camino ha sido la creación de un sistema de prevención de delitos efectivo y fácil de incorporar en la cultura organizacional.

¿La razón? Para lograr el desarrollo de un método eficaz es necesario aunar esfuerzos entre distintas áreas de la empresa, que cada uno de los colaboradores comprenda su rol, las responsabilidades y riesgos que implican sus acciones en la organización.

Si bien hemos visto grandes avances desde la publicación de la norma, existe otro reto importante a considerar: el proceso de implementación de nuevos modelos de prevención de delitos requerirá una revisión constante y pruebas de efectividad realizadas por terceros independientes. Éstos cumplirán un rol clave respecto de actualizaciones de dichos modelos, además de supervisar posibles situaciones de riesgos penales, evaluar el diseño y efectividad de los controles y proponer planes de acción para mantener un método de prevención de delitos efectivo.

Hoy, a casi un año desde la publicación de la ley, y cuando nos encontramos ad portas de la entrada en vigor de las modificaciones a la norma de responsabilidad penal de las personas jurídicas, será el momento de poner a prueba los cambios implementados por las empresas y ver cómo los tribunales abordarán los primeros casos bajo la nueva legislación para perseguir la responsabilidad penal, ya sea que ellos se inicien por intereses legítimos o por la instrumentalización de la norma.

¡Hay dinero para todo … la liquidez existente (y creciente) seguirá impulsando los mercados!

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Cuando los bancos centrales del mundo empezaron a subir la tasa de interés para combatir la inflación, y anunciaron que iban a recoger dinero de sus políticas expansionistas, creímos que la liquidez iba faltar. Sin embargo, no ha sido así. De hecho, hay más liquidez de la que siempre hubo, y los movimientos de los flujos de inversión a nivel global parecen mostrarlo.

Así, más allá de los datos económicos puntuales que nos tienen atentos mes tras mes a sus anuncios, como el IPC, el desempleo, la tasa de interés, entre otros…, hay varias realidades en el mundo que están determinando el rumbo de los mercados financieros, a saber:

. La alta liquidez que existe en la economía global, provista principalmente por el gobierno estadounidense, mediante su exceso de endeudamiento. Entre 1 de junio de 2023 (momento en que se resolvió el más reciente debate del techo de la deuda) y hoy, el monto total del endeudamiento federal se ha incrementado en 3,56 trillones de dólares (pasando de  31,464 trillones de dólares a 35,126 trillones), es decir, es como si Estados Unidos hubiera metido el total de la economía de Francia en su endeudamiento.

No hizo falta que los bancos centrales mantuvieran una política monetaria excesivamente laxa como lo hicieron entre 2009 y 2021 para proveer liquidez, porque fue el gobierno federal el que “se hizo cargo de la situación”. Este endeudamiento llega a la economía de alguna manera: lo provee el gobierno en forma de subsidios, pago de deuda, etc … este dinero llega a incrementar los niveles de efectivo globales y se quedan dando vueltas por ahí (no “desaparecerán” hasta tanto el Tesoro estadounidense decida recoger deuda, que es muy improbable que suceda, por lo menos en el corto plazo).

En los próximos años el gobierno federal enviará 1,6 trillones de dólares a la economía global en forma de intereses de su deuda, y son recursos que se destinarán “a algo”. Los bonos del Tesoro los tienen inversionistas, sea cual sea su denominación (bancos centrales, institucionales, retail), y una vez les lleguen harán algo con esos recursos, que en la mayoría de los casos, será reinvertirlo.

Lo anterior ha alimentado la liquidez que impulsa los mercados financieros. Esto se muestra en los diferentes flujos de inversión que llegan a los activos financieros: todo sigue recibiendo inversiones. Hemos dicho en ocasiones anteriores que los Money Markets (fondos del mercado monetario) han sido los grandes receptores de inversiones en el último año, esto en otras ocasiones podría haber indicado una disminución de flujos de inversión hacía otros activos, pero esto no ha sido así en esta oportunidad.

Las acciones, por ejemplo, llevan 17 semanas seguidas recibiendo flujos de inversión que han totalizado más de 252 billones de dólares (252.000  millones de dólares), y ni siquiera ante la turbulencia de Japón a inicio de agosto, esos flujos disminuyeron. Incluso, esta semana las acciones recibieron los mayores flujos en tres semanas, siendo sectores que se encontraban rezagados, como Servicios Públicos (Utilities) y Consumo Básico, los que se han visto ampliamente beneficiados.

A los bonos tampoco les ha ido nada mal. De hecho, cuando se mira como porcentaje de sus propios activos, son los bonos gubernamentales globales (aunque aquí principalmente es Estados Unidos el principal receptor) los que más han recibido flujos (15%), mientras que los bonos corporativos grado de inversión, lo han hecho en el 8%. Esto a la vez que, como dijimos, los money markets reciben y reciben dinero aún (las últimas dos semanas monetarias han sido extremadamente positivas para estos instrumentos, con más de 50.000 millones de dólares en la recepción de flujos).

Ahora, algo muy interesante y que explica lo que ha sucedido en los mercados financieros, es que los money markets, como porcentaje del total de fondos mutuos, ha bajado su participación a lo largo del tiempo, pasando de representar el 30% en 2010 a un 18% aproximadamente en la actualidad. En pandemia, subieron levemente a algo más de 22%, sin embargo la tendencia es a la baja.

Y esto es bien diciente: este tipo de vehículos tienen muchos más activos pero su participación porcentual es más baja porque, como no, los demás activos (acciones, principalmente) se han valorizado tanto que representan un mayor porcentaje del total cada vez más.   Y bueno, si se cree que el exceso de dólares afecta de alguna manera a las inversiones en Estados Unidos, sucede todo lo contrario: realmente es el ganador de todo esto, y hoy cuando se evalúan los portafolios globales, casi el 70% de los mismos están invertidos en activos estadounidenses.

Llegado a este punto, y viendo los diferentes datos de liquidez, flujos, entre otros, es comprensible que los bancos centrales, especialmente la Fed, se muestre cauta al momento de tomar decisiones sobre la tasa de interés. Si yo fuera un banquero central, también al observar el panorama completo, tendría muchas preguntas sobre los efectos posteriores de cualquier decisión.

Hay exceso de liquidez en el mundo, la misma nunca hizo falta a pesar de que los bancos centrales subieron tasas y de que algunos incluso recogieron algo de los dineros que habían lanzado a la economía. Pero los mercados financieros se siguen alimentando de los recursos que existen, siguen teniendo movimientos positivos porque la liquidez se sigue registrando a manos llenas. De momento, a pensar de los temas económicos (recesión), geopolíticos, etc, hay muchos elementos para pensar que los mercados van a seguir al alza alimentados por esta liquidez creciente (al menos, hasta la próxima discusión del techo de la deuda, a desarrollarse en mayo de 2025, se podría anticipar que vamos a seguir viendo mucha más liquidez en el mundo).

 Columna de Manuel Felipe García Ospina, vicepresidente de Negocios Internacionales de Skandia Colombia. Las opiniones expresadas son responsabilidad de su autor y representa su punto de vista personal; y no reflejan necesariamente la posición de Skandia sobre los temas tratados.

 

La importancia de la transparencia en costos de administración en la industria financiera

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La transparencia en los costos de administración juega un papel crucial en las decisiones de inversión de los inversionistas. Con demasiada frecuencia, nos vemos absorbidos por el énfasis en los retornos pasados o las expectativas futuras, olvidando que los cobros por administración son fundamentales. Además, las comisiones opacas representan no sólo un desafío ético, sino también un obstáculo para la salud financiera de largo plazo de los inversionistas.

En el contexto chileno, aunque se han implementado herramientas como el TAC (Costo Total Anualizado) para facilitar la comparación de costos entre fondos, persistía la sensación generalizada en el mercado financiero de brechas significativas que dificultan cotejar de forma simple, transparente y precisa los costos de inversión entre fondos mutuos.

La buena noticia es que recientemente la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) ha lanzado un Comparador de Costos de Fondos Mutuos. Esta herramienta revela los costos promedios por distintas categorías de fondos y la considerable variabilidad entre administradoras dentro de una misma categoría.

Más allá de eso, lo más destacable es su capacidad para facilitar la comparación simple de comisiones entre fondos comparables y la simulación del impacto a largo plazo en términos monetarios de un fondo seleccionado en comparación con un cobro moderado.

Adicionalmente, con la inclusión de los costos de los instrumentos subyacentes de los fondos (por ejemplo, los fondos de fondos), se logra un análisis mucho más preciso y que es difícil obtener por parte de los inversionistas.

Estudios internacionales han identificado que altos costos de inversión están estrechamente relacionados con la regulación del mercado de capitales, el nivel de educación financiera y el grado de competencia en la industria. Las mejores prácticas internacionales enfatizan la necesidad de que todas las comisiones de administración y transacción se presenten de manera justa y transparente, asegurando así que los inversionistas puedan tomar decisiones de inversión informadas con pleno conocimiento de los cobros involucrados.

En este sentido, esta nueva herramienta disponible en el mercado será de gran ayuda para promover la educación financiera, especialmente al aumentar la conciencia sobre la importancia de los costos de inversión y su transparencia.

¿Por qué la gente no invierte y por qué debería invertir?

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NN (L) Aleternative Beta: cómo aprovechar los rendimientos de los hedge funds sin invertir en ellos
Foto cedida

Por Ariel Cecchi*

Lograr estabilidad y seguridad financiera en la era moderna es a menudo un desafío. Los días de seguridad laboral de por vida y pensiones garantizadas han quedado atrás.

El mercado laboral actual está en constante cambio, con frecuentes cambios de empleo, nuevas reformas y corporaciones que ajustan continuamente sus plantillas para satisfacer las demandas del mercado. Los gobiernos también están lidiando con esquemas de pensiones tradicionales insostenibles.

Por ejemplo, el envejecimiento de la población y el descenso de las tasas de
natalidad suponen un gran reto, ya que el número de trabajadores disminuye en relación con el de jubilados.

Antes y ahora
Hace algunas décadas, los individuos no necesitábamos revisar y gestionar nuestras finanzas regularmente; el sistema de pensiones era lo suficientemente sólido como para proporcionarnos estabilidad financiera a la edad de jubilación. Además, comprar a crédito era menos común que hoy en día, por lo que la gente ahorraba para comprar bienes en lugar de pedir préstamos.

Hoy, la situación es diferente. Los gobiernos tienen problemas urgentes que resolver, aparte del bienestar de los trabajadores, y nosotros nos dejamos llevar por hábitos de consumo excesivos. Esto hace que seamos más vulnerables financieramente.

Al igual que los gobiernos, nosotros también tenemos otras preocupaciones y dificultades. El ajetreo diario suele hacer que nos centremos en las necesidades inmediatas, dejando poco espacio para considerar los objetivos y la estabilidad financieros a largo plazo, como invertir para una jubilación adecuada. Como resultado, el bienestar financiero de nuestro futuro se deja en un segundo plano hasta que queda poco espacio o es demasiado tarde para rectificar, dejándonos con unos ingresos de deficientes o una deuda considerable.

Por qué debería invertir?
Invertir es una forma de asegurar su futuro financiero y reducir deudas. Al hacer crecer su patrimonio a largo plazo, puede utilizar los rendimientos de su inversión para cubrir sus necesidades financieras a corto plazo sin pedir prestado y a largo plazo para su jubilación. Con los mercados financieros, el tiempo juega a su favor, ya que crecen de forma constante. Sin embargo, el inconveniente es que solemos ser reacios a invertir.

Invertir es como otro plan de vida
Mucha gente ve la inversión como algo lejano, difícil y ajeno, y sin embargo participa en procesos similares a lo largo de su vida sin dudarlo.

La inversión es similar a los estudios. Implica una planificación a largo plazo, invertir dinero y tiempo, y afrontar la incertidumbre. Al cursar una carrera académica, uno se fija el objetivo a largo plazo de obtener un título. Esto implica invertir dinero en matrículas, libros y viajes. También hay riesgos e incertidumbre; a pesar de tu duro trabajo, es posible fallar algún examen. Sin embargo, una vez superados estos contratiempos, se alcanza el objetivo de graduarse.

Del mismo modo, la inversión pretende aumentar el patrimonio con objetivos como comprar una casa, jubilarse cómodamente o financiar la educación de los hijos. Como en el caso de una formación, se invierte el dinero en el mercado para aumentar el capital. A pesar de los periodos de pérdidas y ganancias, como los años académicos que fluctúan entre el éxito y la dificultad, los mercados tienden a crecer con el tiempo. La atención debe seguir centrada en alcanzar
objetivos de inversión a largo plazo para garantizar el futuro bienestar financiero, del mismo modo que completar tus estudios asegura una futura carrera profesional.

Ver la inversión a través de la lente de las experiencias cotidianas, como una carrera académica, ayuda a eliminar barreras de percepción y fomenta una perspectiva más accesible hacia las inversiones.

El papel de objetivos financieros claros
Una de las principales razones que solemos tener para no invertir es la falta de planificación financiera o de objetivos claros. ¿Cuándo conseguimos mejores resultados: cuando planificamos con antelación o cuando decidimos en el momento? La planificación ofrece, por supuesto, mejores resultados.

Invertir es similar a planificar un fin de semana con antelación. Comprar entradas con antelación para el teatro garantiza que lo haremos, mientras que esperar hasta el sábado para decidir qué hacer suele dar lugar a una serie de excusas que usamos para no salir de casa. Sin unos objetivos claros, invertir también se convierte en una prioridad secundaria.

Cuando invierta, hágalo por un motivo concreto como renovar su casa, comprar un coche nuevo o jubilarse en buenas condiciones. Igual que lo haría con la emoción de ver una obra de teatro, visualice su casa renovada, su coche nuevo o su vida en la jubilación. Conectar emocionalmente con sus objetivos de inversión hace que sean más tangibles, relevantes y altamente motivadores, invitándole a invertir.

Perspectiva de la inversión a corto y largo plazo
A pesar de las preocupaciones por el futuro, vivimos en el presente y tendemos a dar prioridad a la gratificación inmediata por encima de los beneficios a largo plazo. Es esta tendencia la que a menudo nos lleva a gastar dinero ahora en lugar de invertirlo para obtener mayores beneficios en el futuro.

Estrechamente relacionado con nuestra actitud centrada en el presente está el miedo a las pérdidas. Tendemos a centrarnos más en las pérdidas a corto plazo que en las posibles ganancias a largo plazo. Esto se debe a que el disgusto de perder dinero suele ser más intenso que el placer de ganar la misma cantidad. Piense en el malestar que sentiría al perder 100 dólares comparado con la alegría de ganar 100 dólares. En consecuencia, tendemos a evitar las pérdidas en lugar de asegurar las ganancias.

Esta incomodidad se intensifica cuando con nuestra tendencia a evaluar el rendimiento de la cartera basándonos en referencias o puntos de referencia cercanos. Como inversores tendemos a evaluar los rendimientos en periodos cortos, de un mes a otro o a lo largo de un año, en lugar de fijarnos en las ganancias acumuladas desde el inicio de la inversión. Este enfoque a corto plazo no sólo aumenta el miedo a las pérdidas, las cuales evaluadas aisladamente parecen más prominentes, sino que también va en contra de la naturaleza de la inversión: el largo plazo.

Para adoptar una perspectiva más prospectiva, considere que si hubiera invertido 10.000 dólares en 2010 en una cartera de riesgo medio de acciones y bonos con una rentabilidad anual del 5%, su inversión valdría hoy el doble, 20.000 dólares. En lugar de fijarnos en las posibles pérdidas a corto plazo, como inversores deberíamos pensar en las pérdidas sufridas por las ganancias no realizadas a largo plazo cuando no invertimos.

Conclusión
El difícil panorama financiero actual hace que sea esencial que asumamos una mayor responsabilidad por nuestra estabilidad y seguridad financieras. Invertir es un camino claro hacia un futuro próspero.

Si tiene dudas sobre invertir, considere que es similar a otras actividades en la vida, que requieren objetivos claros y significativos con una perspectiva a largo plazo. En lugar de ver la inversión como una pérdida de ingresos actuales o un proceso plagado de fluctuaciones a corto plazo, considérese como una herramienta para aumentar su riqueza futura con un mínimo esfuerzo. Este enfoque garantizará su bienestar financiero y el de su familia.

*Founder and Managing Director of Behavioural Finance Consulting.

Llamada de emergencia, baby

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El viernes recibí un gráfico que me llamo mucho la atención: el VIX , el indicador de volatilidad implícita del mercado, había saltado a niveles similares a los que vimos en la crisis de 2008 o del COVID, el tercero más alto desde 1990. ¡Así, sin anestesia!

La semana anterior todo pintaba sobre ruedas, con la Fed orquestando magníficamente una baja de la inflación sin recesión y, de buenas a primeras, dos datos sacuden al mercado y llevan la volatilidad a niveles históricos, incorporando rápidamente recortes adicionales de tasas.

¿Qué paso? La combinación del aumento sorpresivo de tasas en Japón el miércoles 31 de julio, junto con un mal dato de empleo en Estados Unidos el viernes 1 de agosto causaron una corrección en el mercado de acciones y una baja relevante en las tasas de interés.

La pregunta es: ¿justifican estos datos el nivel de preocupación que se generó en el mercado?

Veamos algunas posibles explicaciones.

Si bien la decisión de Japón es muy relevante para muchos inversores apalancados en yenes para invertir en equity, todo parece indicar que el dato mas relevante es el de empleo en EE.UU.

El dato de desempleo de julio marca un 4,3%. ¿Es alto? No, el promedio histórico es 5,7%. ¿Subió mucho? Tampoco, el dato anterior era 4,1%. ¿Entonces? Algunos analistas miran muy de cerca este indicador como predictor de una recesión, ya que, en otras ocasiones, cuando observamos un incremento de 0,9% desde los mínimos del ciclo, es señal de que ya estamos en recesión. Te preguntarás cuánto fue el mínimo de desempleo de este ciclo post-COVID. Adivinaste: 3,4%, exactamente 0,9% inferior al nivel de julio.

¿Será que la Inteligencia Artificial, así como está pasando en las industrias, se nos está colando cada vez más en las mesas de trading automático y tendremos más de estos movimientos extremos ante datos no esperados? Sin dudas es una opción que no hay que descartar.

Ahora, si empezamos a mirar algunas semanas atrás, vemos cómo el mercado, al igual que el cuerpo humano, da señales antes de un susto. Desde mediados de julio estamos observando una rotación muy extrema desde los sectores más favorecidos en los últimos años (Large Cap Growth), hacia los sectores menos favorecidos (Mid & Small Cap Value). Esto podría indicar que muchos inversores se venían preparando para este dato de empleo, más allá de lo perfecto que se veía el mercado. ¿Será este el comienzo de la rotación? llevamos muchos años de liderazgo de un estilo y región, y ya van muchos que han pronosticado el cambio. Yo no quiero sumarme a esa lista, pero si plantarte la duda.

Una y otra vez vemos cómo los temas de moda alcanzan niveles de valuación que solamente se justifican en escenarios de perfección, esos que existen solo en los modelos. La realidad nunca es lineal y siempre es más divertida.

Es por eso que debemos luchar todos los días contra la tentación de seguir la corriente y tomar por el camino de las convicciones, que si bien tiene sobresaltos, sabes cómo es que llegaste.

Lo lindo del mercado es que se trata de predecir el futuro y como, por ahora, no existe esta habilidad, hoy nadie tiene la verdad.

 

Columna de opinión de Renzo Nuzzachi, CFA, Head of Intermediaries Latam de Compass

No repitamos los errores del pasado

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Un estudio de Morningstar de 2023 titulado «The Big Shortfall» revela una preocupante realidad para los inversores en fondos e ETFs temáticos: perdieron más de dos tercios de las ganancias potenciales debido al momento en que adquirieron sus inversiones. El caso de Ark Innovation (ARKK) es el ejemplo más paradigmático. La disparidad entre los rendimientos reportados y los rendimientos reales obtenidos por los accionistas se debe a que la mayor parte de los beneficios ocurrieron cuando había menos inversores en el fondo.

Si bien esta brecha también existe fuera del universo de los fondos temáticos (ver gráfica), es mucho más pronunciada en estos fondos, demostrando los peligros de dejarse seducir por el entusiasmo y las promesas de rendimientos excepcionales, lo que muchas veces resulta en decepciones.

El Poder de una buena historia

Aunque aspiramos a que nuestras decisiones de inversión se basen en análisis exhaustivos, la realidad muestra que las historias y narrativas juegan un papel crucial. Al invertir en un fondo temático, en general partimos de una suposición errónea: que una historia convincente garantiza ganancias.

Para evitar la seductora atracción de los fondos temáticos, es esencial confrontar la atracción emocional de la narrativa con un análisis crítico de su viabilidad como inversión.

La Paradoja de la Popularidad

Pese a la evidencia de resultados desfavorables en muchos fondos temáticos, su popularidad persiste. ¿Por qué ocurre esto? Pasan los años y los inversores comentemos los mismos errores, alimentados por la ilusión de que cada ciclo es único.

Esto nos lleva al tema del momento. La actual euforia por la inteligencia artificial (AI) atrae la atención entre inversores y asesores. La AI es vista como una oportunidad revolucionaria que promete transformar múltiples sectores, atrayendo grandes flujos de capital y generando un enorme optimismo entre los inversores.

Según PwC, sectores como los servicios financieros, la tecnología de la información y los servicios profesionales están viendo incrementos de productividad significativamente mayores gracias a la AI. Las principales tecnológicas y empresas de servicios públicos planean destinar cerca de $1 trillón en inversiones en infraestructura relacionada con la AI.

El impulso en torno a la inteligencia artificial llevó a los índices bursátiles a máximos históricos, con las grandes tecnológicas liderando el rally. Sin embargo, el rápido ritmo de suba ha generado preocupaciones entre inversores sobre las valoraciones excesivas, comparándolas con el auge de las puntocom de la década de 1990.

Aunque reconocemos que las valuaciones están altas en algunas áreas del mercado, creemos que el panorama de inversión actual es muy diferente al de la burbuja de las puntocom. A diferencia de las empresas tecnológicas no rentables de los años 90, la creciente demanda de AI ha impulsado ingresos para empresas clave en este campo, como Nvidia, que suministra GPUs a gigantes como Alphabet, Amazon, Microsoft y Meta.

Mientras estas empresas sigan siendo optimistas respecto a su capacidad de monetizar las inversiones que están haciendo, la euforia por los fondos AI seguirá. Además, las valoraciones de las acciones son mucho más bajas que en el punto máximo de la burbuja de las puntocom.

Confusión entre narrativa y realidad

Invertir en fondos temáticos implica apostar a que el tema en cuestión es el adecuado, con el instrumento y el timing correctos. Son demasiadas decisiones al mismo tiempo.

El entusiasmo por la AI puede llevar a la sobrevaloración de activos y a la creencia errónea de que los altos rendimientos actuales se sostendrán indefinidamente. Las valuaciones (eventualmente) importan.

Una alternativa a los fondos temáticos: el Neuberger Global Equity Megatrends

A diferencia de los fondos temáticos tradicionales, que a menudo se enfocan en tendencias a corto o mediano plazo, el Neuberger Global Equity Megatrends se distingue por su perspectiva a largo plazo y su amplia diversificación, abarcando diversos sectores y regiones. No se centra en una moda pasajera o en un tema extremadamente específico, sino que busca empresas cuyo crecimiento esté impulsado por tendencias globales socio-demográficas y tecnológicas de largo plazo. Estas incluyen sistemas inteligentes, la evolución del consumidor global, la salud y el bienestar, y la eficiencia energética, entre otras.

Su enfoque disciplinado en la valoración y el punto de entrada es crucial para gestionar el riesgo a la baja, concentrándose en empresas con crecimiento visible y predecible, con un énfasis particular en el flujo de caja y valuaciones razonables.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que, aunque las valuaciones no sean excesivamente altas, el fondo aún podría experimentar caídas si las condiciones del mercado se vuelven más desafiantes. La disciplina en la selección de acciones y la diversificación son claves, pero no protegen completamente al fondo de los riesgos inherentes del mercado global.

Reflexión final

A pesar de que creemos que la AI seguirá siendo un tema de inversión dominante en los próximos años, es prematuro identificar con certeza los ganadores y perdedores a largo plazo. Los desafíos y oportunidades más significativos en este campo aún están por desarrollarse. La experiencia histórica muestra que la adopción generalizada de avances tecnológicos, como Internet, suele tomar tiempo, y los líderes del mercado pueden cambiar rápidamente.

Al igual que con otras historias temáticas, invertir en AI hoy en día se sustenta en la emoción de cambios revolucionarios. Sin embargo, los riesgos son los mismos: comprar activos caros y de moda, a creencia en rendimientos exponenciales sostenibles y pensar que se pueden hacer predicciones precisas sobre desarrollos complejos.

A pesar de que no se registran los niveles alcanzados en la burbuja de los noventa, las valuaciones son altas y un cambio repentino en la percepción de los inversores sobre la capacidad para mantener el rápido ritmo de crecimiento de los ingresos en los próximos años en empresas como Nvidia, podría desencadenar correcciones en el mercado.

Todavía hay inversores que mantienen en sus portafolios fondos o ETFs temáticos con pérdidas significativas comprados hace años, esperando alcanzar el punto de equilibrio para poder venderlos. Tal vez ocurra, tal vez no. Una de las principales lecciones que uno debe tomar es mantener portafolios diversificados evitando la concentración temática.

En este contexto, considerar fondos como el Neuberger Global Equity Megatrends puede ser una alternativa, a través de su mayor diversificación, horizonte de largo plazo y un enfoque riguroso en la valoración.

Por otro lado, piensen en la actualidad en fondos que no han participado de la fiebre de AI: muchos de ellos han perdido terreno recientemente y han comenzado a ser cuestionados. El Morgan Stanley Global Brands por ejemplo, no ha tenido un buen desempeño relativo hasta mitad de año. El fondo invierte en acciones de alta calidad con una posición dominante en el mercado. Tal vez la oportunidad en la actualidad está en invertir en fondos como el Morgan Stanley Global Brands que, aunque han quedado rezagados, han demostrado consistencia a lo largo del tiempo.

En lugar de dejarse llevar por el fervor actual, es prudente adoptar un enfoque más cauto y fundamentado para evitar repetir los errores del pasado.

 

Esta columna de opinión ha sido realizada por Buda Partners para Funds Society.

El día que las máquinas tomaron el control de Wall Street

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ETFs de Bitcoin
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Con el trepidante auge de las inteligencias artificiales (IA), no parece ser tan descabellada la idea de que estas máquinas, en la expansión de su influencia, pudiesen apoderarse de un lugar tan icónico como Wall Street. De hecho, hubo un día, hace casi 40 años, en que esto ocurrió. Y fue sin inteligencia artificial.

Algo natural que pasa por la mente de cualquier portfolio manager es la idea de poder proteger su cartera de inversión. Para ello existen diversos vehículos financieros que ayudan a mitigar riesgos. Entre ellos están las llamadas opciones, un clásico instrumento que se transa desde hace más de tres siglos. Incluso hay una historia que dice que Tales de Mileto compró una opción para usar prensas de oliva un par de siglos antes de Cristo.

Las opciones son contratos que le otorgan al portador el derecho de comprar (o vender) algo (el subyacente de la opción) a un precio preestablecido en el contrato, al llegar una fecha determinada. Si llega la fecha y el valor de mercado del artículo es menor (mayor) al indicado en el contrato, no es necesario ejercer el derecho a comprar (vender). Es claro que este contrato puede o no generar valor a quien lo posee, pero no pérdidas adicionales a su costo de compra.

La naturaleza de las opciones las vuelve candidatas ideales para proteger una cartera, pues basta con tener opciones de venta de mis instrumentos en cartera, de forma que, si bajan mucho de precio, simplemente las vendo ejerciendo la opción.

Es curioso que, si bien estos contratos llevan mucho tiempo siendo transados, hace apenas 50 años no se conocía una forma de valorarlos de manera consistente. Fue gracias a la teoría de Black, Merton y Scholes que se logró dar con una fórmula para valorar estos instrumentos, lo cual significó el Nobel en el año 1997 para Robert Merton y Myron Scholes. Fischer Black, a esa fecha, ya había fallecido.

Esta teoría no solo explica cómo calcular el precio de las opciones, sino que también entrega una estrategia para construirla sintéticamente a partir del instrumento subyacente y un depósito. Esto siempre y cuando el precio del subyacente no varíe mucho. En general los precios siempre cambian y es necesario recalibrar la opción sintética. Como esto es un cálculo con fórmulas, es un trabajo ideal para un computador.

Este cálculo alcanzaría un punto crítico en octubre de 1987, cuando la bolsa de valores de Estados Unidos tuvo unas caídas que hicieron necesario un reajuste en los seguros sintéticos.

Entonces ocurrió lo impensado.

El problema fue que los algoritmos indicaban que, para reajustar sus seguros, tenían que vender las acciones subyacentes. Esto desencadenó que los precios siguieran bajando y, por ende, los seguros tuviesen que ser recalibrados nuevamente. Así se generó una bola de nieve entre que los precios caían y los replicadores de opciones salían a vender, haciendo bajar más los precios.

Esta bola de nieve ordenada por los computadores causó pérdidas que se estiman en el orden de 1,7 trillones de dólares. Pero no fue un ataque de los computadores a la humanidad, sino que más bien un uso descuidado de algoritmos. En este caso había un riesgo no considerado: que las opciones utilizadas como seguros eran más difíciles de construir cuando más se necesitaba que funcionara el seguro. Esto puede pasar con cualquier tecnología actual, pues todo modelo o tecnología tiene sus límites y riesgos, y es importante conocerlos bien.

Entramos desde hace tiempo a un mundo de avanzadas tecnologías y esa convivencia no se ha terminado de construir ni de dimensionar. Atender los riesgos y proyectar sus alcances es algo que se hace cada vez más difícil si pensamos que las máquinas entran en una fase de creación de sus propios algoritmos, con su propio aprendizaje.

Desde la vez que el computador Deep Blue venció a Gary Kasparov, en 1997, la máquina, creando sus propios algoritmos, no puede ser vencida por el ser humano. Y si quisiéramos saber cómo gana, simplemente no lo entenderíamos.

Las máquinas de inteligencia artificial siguen este mismo rumbo y es muy posible que, con el desarrollo de sus propios algoritmos, los humanos no entendamos lo que ellas piensan en función de las finanzas, ni mucho menos, como si fuera una fantasía distópica, podamos darnos cuenta de si van o no a tomarse Wall Street.

 

Esta columna fue escrita por LVA Indices

Activos alternativos: ¿puede Latinoamérica aprender de la experiencia europea?

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Este año el mercado chileno recibió la esperada noticia de que el Banco Central decidió finalmente elevar los límites de inversión para las administradoras de fondos de pensiones chilenas (AFPs) en activos alternativos. Una decisión que va en línea con la tendencia global de sostenido crecimiento e interés por este tipo de activos, que contribuyen de manera importante a la diversificación y a la obtención de retornos positivos por los gestores de fondos de todas latitudes, sean entidades estatales, fondos de pensiones o administradores privados.

Dada la variedad de sub activos y sectores que la conforman, su relativa corta edad en comparación a los activos líquidos, así como su rápido crecimiento y evolución, esta industria, sin duda, representa numerosas dificultades, desafíos y oportunidades para todos sus actores: gestoras, inversionistas, empresas, reguladores, asesores legales, consultores, etc. Ejemplo de ello son los temas que vemos cotidianamente en diverso nivel de discusiones: valorización, reportes, liquidez, sostenibilidad y ESG, mercados secundarios, participación gubernamental, distribución y democratización, por nombrar algunos.

Influencia clave de EE.UU. hasta la fecha

Sin embargo, en esta columna queremos centrarnos en una cuestión previa y transversal a toda esta vigorosa industria, tanto en Chile como en el resto de Latinoamérica, que es lo relativo a la inspiración ideológica que hay detrás de ella. ¿A que nos referimos con esto? Para decirlo de la manera más fácil y clara posible: ¿hacia dónde debiéramos mirar a la hora de buscar referencias, soluciones e innovaciones?

Sin duda, los lectores estarán de acuerdo que el primer reflejo ante esa pregunta es: al norte, particularmente a EE.UU. Quizás basta con ver a la vigorosa industria de venture capital en Chile que, por ser de reciente explosión y desarrollo, pareciera ser la muestra más evidente de esta inclinación anglosajona. Cliff, Vesting, Reverse Vesting, Safe, Notas Convertibles, Acciones Preferentes, Pre-Money, Post-Money, Seeds, Flip y muchos otros, son todos términos que han hecho su camino hasta nuestra realidad empresarial y jurídica. Desde California y Delaware, directo hasta nuestros contratos y la estructuración de nuestras compañías, pasando por el nada despreciable obstáculo de nuestro ordenamiento jurídico, de nuestro idioma e –incluso– del escrutinio de nuestras entidades públicas.

Esas latitudes han dictado hasta ahora, y de manera muy determinante, el desarrollo de esta industria. ¿Hay algo de malo en ello? Para nada. Chile y Latinoamérica meramente han hecho lo que todo el mundo hace: mirar donde están los inversionistas, el volumen de transacciones, las últimas tendencias, el know-how, los especialistas y donde (hasta ahora) ha estado la certeza jurídica e institucional.

Las circunstancias actuales obligan a un nuevo examen

No obstante, es sano para toda industria, sobre todo para una que ya tiene varios años de desarrollo y ha alcanzado un cierto nivel de madurez, como lo es la industria de activos alternativos, tener ciertos momentos de introspección. No es lo mismo levantar capital ni invertir (ni asesorar, ni supervisar) hoy que hace diez, cinco o –incluso– hace dos años.

Al vaivén propio de los ciclos macroeconómicos, se debe agregar una lista cada vez más extensa de factores globales a considerar. Solo por nombrar algunos, estos incluyen:

  • los riesgos políticos y geopolíticos (completamente acotados hasta hace muy poco y, hoy, constantemente cambiantes e impredecibles);
  • las evoluciones (o regresiones) socioeconómicas;
  • la revolución digital y la inteligencia artificial en sus distintas (y aun inconmensurables) manifestaciones;
  • los diversos efectos post pandémicos (tanto económicos como sociales);
  • el empoderamiento ciudadano;
  • accountability y mirada crítica hacia las instituciones vigentes; y
  • las diversas tendencias sectoriales y regulatorias en distintos ámbitos.

En fin, hoy existe un nivel de incertidumbre y fragilidad que en Occidente no habíamos tenido desde hace varias décadas y que probablemente considerábamos como parte de la historia y del siglo pasado.

Por todo lo anterior, resulta absolutamente esencial para una industria madura el preguntarse constantemente dónde están los recursos materiales e intelectuales para seguir creciendo de forma sostenida.

La cercanía cultural y legal entre América Latina y Europa continental

Una obviedad para hacer el punto: Latinoamérica es una región heterogénea, una mezcla de diferentes influencias y culturas, la cual es imposible reducir a solo un puñado de características comunes para afirmar que somos o no de una determinada manera. Sin embargo, igual de evidente es que hay, al menos, dos elementos que están mayoritariamente presentes en todo el continente y que no son para nada despreciables.

Primero, el idioma y la “cultura» de mercado. Sea español o portugués, claramente no es el inglés el idioma predominante, a veces, incluso, su dominio es menos frecuente de lo que debiera ser y de lo que nos gustaría en contextos profesionales; asimismo, mercados como los nuestros suelen estar más habituados a desarrollar empresas sostenibles en el tiempo, más que de crecimiento exponencial al estilo EE. UU. Segundo, el sistema jurídico: salvo acotadas excepciones, toda Latinoamérica tiene un sistema jurídico de Derecho Europeo Continental (Civil Law) y no de Common Law.

Dado que es con la Europa continental con quien más compartimos nuestra base cultural y jurídica, pareciera paradójico que no le demos la suficiente ponderación a la hora de buscar instituciones, figuras, modelos y referencias útiles para las realidades jurídicas, económicas y empresariales latinoamericanas.

Luxemburgo como ejemplo

Sin ahondar por ahora en los detalles, ha sido una grata sorpresa observar, por ejemplo, que Luxemburgo, el mayor centro de fondos de inversión del mundo después de EE. UU., basa sus muy diversos vehículos de inversión en exactamente las mismas instituciones jurídicas y económicas de nuestra región. Sociedades anónimas, de responsabilidad limitada y en comanditas (partnerships) son piedras angulares de una jurisdicción en la que se cruzan fondos de pensiones, de cesantía, compañías de seguro, bancos, otros inversionistas institucionales, fondos soberanos, administradoras de fondos mutuos, de fondos alternativos, family offices y HNWI, desde todas las partes del mundo para invertir, a su vez, en los más diversos puntos del planeta.

En efecto, parte sustantiva de la industria de fondos de inversión de Luxemburgo se basa en leyes comerciales, códigos, práctica administrativa y –quizás lo más relevante– principios económico-jurídicos, esencialmente similares a los de Chile y el resto de Latinoamérica. UCITS, UCI II, SIFs, SICARs, RAIF, SPF, etc., pueden sonar como conceptos totalmente ajenos y complejos, pero no son otra cosa que el envoltorio regulatorio bajo el cual subyacen las mismas sociedades que tenemos en cada uno de nuestros países.

Usando la experiencia europea para el crecimiento latinoamericano

Por estas razones, siendo esto válido para la industria de fondos de inversión y de activos alternativos, y también para la globalidad de nuestra realidad jurídico-económica, los problemas a resolver y las posibles soluciones a explorar desde una perspectiva europea muchas veces coincidirán con los de nuestra región. Asimismo, no es descabellado afirmar que su “importación” debiera ser posible de una forma mucho más fácil, fluida y natural que aquellas traídas desde el mundo anglo.

Por otra parte, en las materias en que Europa diverge de Latinoamérica, aquella aún debiera ser vista como una importante fuente de know-how. En nuestra opinión, esas materias obedecen principalmente al carácter comunitario de la economía de la Unión Europea y al poderoso impulso dado por la conjunción y dirección de recursos presupuestarios, monetarios, humanos e intelectuales que -así considerados- componen la segunda economía mundial y que han generado una vanguardia regulatoria en prácticamente todos los temas que son de interés para Latinoamérica.

Así, ESG, protección de datos, ciberseguridad, AML, gobiernos corporativos, colaboración público-privada, Fintech, servicios transfronterizos (pasaporte) y fomento del private equity y venture capital, son todos temas que cruzan de diversas maneras la industria de activos alternativos. Para ellos, y mucho más, hay Reglamentos, Directivas, softlaw, Guías, recomendaciones y -aún más relevante- varios años de ejercicio y desarrollo.

Lecciones prácticas para Latinoamérica

En particular, hay mucho que podría aprenderse fácilmente desde el otro lado del Atlántico, por ejemplo, en relación a:

  • estructuración de fondos (coinversiones, vehículos paralelos, feeders, masters, continuation funds, warehousing);
  • estrategias (private equity, deuda, real estate, infraestructura, venture capital, crypto, etc.);
  • relación con inversionistas (institucionales, HNWI, retails);
  • distribución, rescates, liquidez e incentivos para los gestores (carry);
  • gobernanza de los diversos vehículos (directorios, juntas y comités intermedios);
  • relación con reguladores y agencias estatales (imposible no pensar en los programas CORFO en Chile y cómo lo hacen el Fondo de Inversión Europeo, el Banco de Inversión Europeo y las distintas agencias nacionales);
  • relaciones con las empresas invertidas (transacciones y financiamiento a distintos niveles y en distintas jurisdicciones);
  • distribución/marketing, inversión y alcance a nivel regional y global;
  • fondos de impacto;
  • sostenibilidad; y
  • reporting.

Tiempo de mirar más hacia Europa

En conclusión, si agregamos el componente recién mencionado (vanguardia técnico-regulatoria y práctica) a nuestro primer punto (la cercanía jurídico-cultural), entonces, incrementar nuestra mirada hacia Europa parece prácticamente un imperativo, más que una mera sugerencia. ¿Todo lo que se hace y se legisla en Europa es bueno y un modelo a seguir? En absoluto, pero incluso en las materias que allí no se han realizado de la mejor manera, se puede tomar el “aprendizaje por error”. Los recursos están ahí, simplemente hay que darse el tiempo de utilizarlos.

“Trump trade”: ¿rebote técnico o el inicio de algo más sostenible?

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Donald Trump (WK)
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Aún faltan 4 meses para las elecciones presidenciales de Estados Unidos y como vimos la semana pasada, cualquier cosa es posible. Las diferencias entre Trump 1.0 en 2016 y Trump 2.0 en 2024 son enormes. La mayor diferencia es que en 2016, el consenso era que perdería abrumadoramente y Hillary Clinton ganaría fácilmente. Hoy, en 2024, Trump 2.0 no es tan diferente en su retórica, pero el consenso era que vencería a un Joe Biden que envejece rápidamente. El domingo 21 de julio se dio de baja y todo apunta a Kamala Harris como candidata demócrata.

El dato de IPC correspondiente a junio menor al esperado junto con el consenso de una victoria de Trump 2.0, llevaron a que varias áreas del «Trump trade» comiencen a destacarse: bancos, industriales, constructores de viviendas y empresas de pequeña y mediana capitalización.

Consideramos que estos movimientos son prematuros, en especial porque siempre puede haber una sorpresa en noviembre (sino miren lo que ocurrió este domingo). También hay un contexto de ganancias que probablemente no coincidan con los aumentos en los precios que hemos visto mientras las tasas sigan altas, lo cual seguirá siendo un obstáculo para varios sectores. Por eso creemos que la rotación es prematura.

Principales características de Trump 2.0

Cuando Trump fue elegido en 2016, varias políticas eran de fácil implementación y movieron a los mercados y la economía. Las más destacadas fueron las reducciones de impuestos, que hoy solo se extenderán en 2025, ya que estaban destinadas a expirar. Eliminar varias de las leyes de Biden, incluida la ley de infraestructura (curiosamente llamada Ley de Reducción de la Inflación), resulta improbable, aunque Trump ha dicho que revertiría los subsidios para vehículos eléctricos. Ambos partidos seguirán gastando como si la economía estuviera en depresión, aumentando el déficit y la deuda nacional.

La combinación de las elecciones presidenciales junto con la composición del Congreso determinará cómo se resolverá esta situación. Una victoria del Partido Demócrata aumenta las probabilidades de que los recortes de impuestos expiren, mientras que una victoria del Partido Republicano aumenta las probabilidades de que los recortes de impuestos se extiendan o se hagan permanentes. Afectan principalmente a los tramos más altos del impuesto sobre la renta y, por lo tanto, tienen consecuencias para los precios de los activos. En igualdad de condiciones, un recorte de impuestos sin el correspondiente recorte del gasto, impacta positivamente en la demanda agregada y es inflacionario. Esto resulta particularmente positivo para las materias primas, en especial para el oro.

Luego está el tema de los aranceles, que Trump 2.0 ha dicho que aumentará sobre China. Los aranceles son inflacionarios, y no olvidemos que México también será un objetivo nuevamente. China, esta vez, estará preparada y podría responder con más fuerza que durante Trump 1.0. Todo es una gran incógnita en este punto.

Uno de los grandes puntos de probable conflicto para Trump 2.0 es la Reserva Federal. La Fed ha estado combatiendo la inflación subiendo tasas y reduciendo su balance. Cuando Trump 1.0 comenzó, la Fed estaba subiendo las tasas de manera cautelosa desde su política de tasa cero mientras los mercados subían a un ritmo más moderado. La inflación no era un problema como lo es hoy. El riesgo de que las políticas de Trump tiendan a ser inflacionarias podría hacer que la Fed se mantenga paciente y posiblemente restrictiva con menos recortes de tasas, ya que Trump preferiría tasas mucho más bajas. Bajar la parte larga de la curva será un desafío con un déficit alto y un gasto que sigue en aumento, con la necesidad de emitir más deuda a tasas más altas en comparación con las tasas durante Trump 1.0.

No nos sorprendería que Trump 2.0 sea más duro con las grandes tecnológicas, con su candidato a vicepresidente J.D. Vance llamando a las grandes tecnológicas una oligarquía. Esto probablemente no debería generar grandes diferencias con los demócratas.

Las perspectivas sobre el dólar

Tanto Trump como su candidato a la vicepresidencia han manifestado públicamente su preocupación sobre la fortaleza del dólar. En esencia, un enfoque hacia un dólar más débil respaldaría la política industrial y la relocalización de la manufactura (reshoring), elementos fundamentales de la plataforma actual del Partido Republicano.

No obstante, la plataforma de Trump presenta contradicciones internas. Sus objetivos económicos actuales incluyen:

  • Aranceles
  • Tasas de interés más bajas
  • Un dólar más débil
  • Expansión fiscal
  • Menor inflación

Las primeras cuatro metas son incompatibles con la quinta. En igualdad de condiciones, la plataforma republicana propone medidas que tienden a aumentar la inflación.

Además, es probable que, en algún momento de 2025, la Reserva Federal finalice su programa de endurecimiento cuantitativo para preservar la liquidez bancaria y el funcionamiento del mercado del Tesoro. Los mercados también anticipan algunos recortes de las tasas de interés este año y durante ese período. Esto debería llevar a un debilitamiento gradual del dólar e impulsar la liquidez global.

Si se implementa una política de dólar más débil a partir de 2025, deberíamos esperar una rotación más sostenida hacia la renta variable internacional (Europa y mercados emergentes), así como acciones de valor y de pequeña capitalización.

Como mencionamos inicialmente, es posible que la rotación sea prematura, pero refuerza la importancia de mantener una cartera diversificada en términos de capitalización y estilos.

¿Cómo lo implementamos?

Podríamos profundizar en más aspectos, pero las diferencias entre las administraciones de Trump 1.0 y 2.0 sugieren que un segundo mandato podría ser más complicado. Además, el contexto macroeconómico de Estados Unidos es muy diferente al de entonces, con mayores desafíos, especialmente después de un año y medio de subas en los mercados.

En Buda Partners, hemos seleccionado cuidadosamente una gama de fondos y ETFs que, en nuestra opinión, podrían sobresalir en un contexto de una presidencia de Trump 2.0. Como hemos señalado anteriormente, los mercados emergentes parecen ser un segmento prometedor para los próximos años. Sin embargo, es crucial considerar diversos factores, como la fase del ciclo económico en China y la composición sectorial. En Buda Partners, tenemos una perspectiva clara sobre las principales acciones emergentes para los próximos años y nos esforzamos por seleccionar aquellos fondos e ETFs que estén alineados con nuestras convicciones más sólidas.

Además, hemos identificado ocho acciones clave de diferentes sectores y capitalización que podrían tener un desempeño excepcional bajo una nueva presidencia de Trump. No obstante, no todas presentan actualmente puntos de compra atractivos, especialmente en el contexto de la desaceleración económica que estamos observando. Por ello, hemos diseñado un plan estratégico para cada una de ellas, con el objetivo de implementarlo en los próximos meses. Algunas de estas acciones son de implementación inmediata, mientras que para otras podríamos necesitar esperar a que surjan mejores oportunidades de compra.

Para acceder a nuestro detallado informe y conocer más sobre nuestras recomendaciones y estrategias, les invitamos a ponerse en contacto directamente con nosotros.