No se me ocurre mejor manera de iniciar este 2022 que hablando de uno de los proyectos más ilusionantes y transformadores que estamos impulsando desde Mirabaud Asset Management. Me refiero al proyecto «Grand Paris», el mayor plan urbanístico y de infraestructuras que se desarrollará en Europa y que transformará la fisonomía de una de las urbes más pobladas del mundo. Los datos en torno a este plan son impactantes: inversión de 35.000 millones de euros, desarrollo de 200 km de nueva red de metro –superior a la longitud del suburbano de Londres y Nueva York-, 68 nuevas estaciones que ofrecerán servicio a 2 millones de viajeros o construcción de 70.000 nuevas viviendas al año, entre otros.
El gran potencial de este proyecto nos llevó en 2019 a lanzar el fondo Mirabaud Grand Paris, un vehículo private equity de coinversión con los principales promotores inmobiliarios de Francia que permite participar en el desarrollo inmobiliario de la zona de Grand Paris. La estrategia ha despertado un gran apetito inversor entre clientes institucionales, por la excelente oportunidad relación rentabilidad/riesgo en un entorno de tipos bajos y con una TIR estimada superior al 14%, neta de comisiones de gestión. Entre nuestros clientes contamos con la confianza de un promotor de gran prestigio en el sector del Real Estate en España que ha decidido apostar por la estrategia, fiel reflejo del potencial que presenta nuestro Private Equity, Mirabaud Grand Paris. Para responder a esta demanda, el año pasado se reabrió el fondo de abril a septiembre y actualmente cuenta con 94 millones de euros comprometidos, 69 proyectos diversificados en cartera de 15 promotores de primer nivel, de los cuales ya se han cerrado 9 proyectos y otros 9 se encuentran en proceso.
En Mirabaud Asset Management nos marcamos como objetivo alcanzar los 300 millones de euros bajo gestión con este vehículo. La estrategia ha sido diseñada con una duración media de 5 años y con un horizonte de inversión de 8 a 10 años. Al combinar tres líneas estratégicas –desarrollo residencial, renovación urbanística y reestructuración patrimonial- con diferentes exposiciones al mercado y horizontes de inversión, Mirabaud Grand Paris ofrece al inversor interesantes vías de diversificación del riesgo y alta visibilidad del rendimiento.
El fondo se dirige principalmente a proyectos de desarrollo residencial (70%) en el corazón del desarrollo de Grand Paris, al tiempo que conserva la posibilidad de seleccionar ciertos proyectos comerciales (30%) exclusivos y competitivos. Todos los parámetros de inversión nos brindan una atractiva relación rentabilidad/riesgo.
El equipo de gestión de la estrategia está liderado por Renaud Dutreil (ex ministro de Francia) Head of Private Equity y Oliver Seux (ex directivo de Nexity) Head of Real Estate en Mirabaud Group, que aúnan un gran conocimiento de la esfera pública y de la experiencia en gestión de private equity. Asimismo, contamos con nuestro exclusivo grupo de socios promotores inmobiliarios consolidados, con nombres como Nexity, Bouygues Immobilier o Vinci que, a su buena posición financiera y solidez en sus balances, se suma su reconocida experiencia en gestión y capacidad para desarrollar con éxito un proyecto de esta envergadura.
Una estrategia reforzada por indicadores fundamentales muy sólidos
El proyecto parte de una realidad constatable: existe un gran desequilibrio a largo plazo entre la oferta y la demanda en el sector residencial y la presión para acelerar las reestructuraciones alimenta las operaciones de promoción en la región de París. A ello se suma el reto demográfico que afecta a las grandes urbes: mayor esperanza de vida, multiplicación del número de hogares debido a los nuevos modelos de familia, migración de zonas rurales, etc. Otros factores, como que París sea la sede de los Juegos Olímpicos de 2024, o el Brexit, que le convierte en centro financiero de referencia, son catalizadores de este proyecto. Asimismo, las oportunidades en un mundo post-COVID, que impulsa un nuevo modelo de ciudad y de soluciones habitacionales, soplan a favor de su desarrollo. Por último, pero no menos importante, Francia cuenta con un marco legal favorable, lo que fomenta de forma significativa la demanda de bienes inmuebles, tanto de viviendas como de oficinas.
En este contexto, el gobierno galo, principal valedor de este gran proyecto, se ha marcado como objetivo duplicar la construcción de vivienda nueva, pasando de las 35.000 viviendas al año a 70.000. Grand París será un referente del nuevo urbanismo: ciudades conectadas, sostenibles y centradas en el bienestar de sus habitantes. La sostenibilidad es eje vertebral de este proyecto, Grand Paris se marca como objetivo reducir el 40% del consumo de energía en los edificios de oficinas para 2030. Para ello, aplicará la estricta normativa francesa relativa a consumo energético y que, entre otras medidas, prevé que las nuevas viviendas tengan un bajo consumo energético y que los nuevos edificios produzcan más energía de la que consumen, además de obtener el sello HQE «Excelente» o BREEAM (certificado de construcción sostenible) «Muy Bueno», dependiendo de la tipología de edificio.
En definitiva, Grand Paris abre una oportunidad de inversión única y rentable a nuestros clientes, a la vez que ofrece un impacto social positivo, respondiendo a los intereses de los residentes de París de disfrutar de una oferta residencial vanguardista y un espacio de oficinas de primer nivel. Este anhelo de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos se alinea con el espíritu y propósito de Mirabaud de ofrecer un rendimiento ajustado al riesgo y contribuir a la consecución del bien común. Estamos encantados de iniciar este nuevo año aportando nuestra experiencia y conocimiento para hacer realidad este emblemático proyecto.
Columna de Elena Villalba, directora general de Mirabaud Asset Management para la Península Ibérica y Latinoamérica
Wikimedia CommonsEdificio de la Junta de la Reserva Federal Marriner S. Eccles. La Fed y la inflación: No siempre se puede conseguir lo que se quiere
En una fase anterior de mi carrera profesional viví en Londres. Me encantaba Londres, y me sigue gustando, por muchas razones -tengan paciencia, prometo que esto nos llevará de vuelta a la Reserva Federal (Fed)-. Una cosa que no me gustaba tanto eran los frecuentes retrasos en el metro. Durante el otoño, los avisos del sistema público explicaban a menudo que los trenes iban con mucho retraso debido a… las hojas en las vías. Esto fue recibido con una cortés sorpresa, ya que la caída de hojas en otoño no puede considerarse un fenómeno inesperado. El periodismo de investigación acabó revelando que sí, que la caída de hojas en otoño estaba prevista, pero que las que caían en las vías eran del tipo equivocado.
Pensé en esto cuando el presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo en la última conferencia de prensa del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) que «la inflación que obtuvimos no es en absoluto la que buscábamos».
Al igual que las hojas en las vías del tren de Londres, este anuncio ha generado una divertida perplejidad y cierta dosis de sarcasmo. Y al igual que en el caso de las hojas de Londres, es útil entender qué fue lo que falló.
Tal y como lo explicó Powell, la Fed esperaba que la inflación por encima del objetivo fuera el resultado de hacer funcionar por encima de sus posibilidades durante algún tiempo, por encima de los niveles de pleno empleo. En cambio, la inflación se ha disparado hasta casi el 7% antes de que se haya alcanzado el pleno empleo, en opinión de la Fed. Hay que culpar a las interrupciones de la cadena de suministro, a las «hojas equivocadas» que han bloqueado repentinamente el tránsito fluido de mercancías y han provocado un aumento inesperado de los precios. Algo imprevisible y que, ciertamente, no es culpa de la Fed, ¿verdad?
Pero al igual que las hojas equivocadas de Londres, esto parece más una excusa que a una explicación.
Sí, las cadenas de suministro mundiales sufrieron una repentina sacudida. Perocuando a principios del año pasado la economía mundial se paralizó y los países empezaron a imponer restricciones arbitrarias y siempre cambiantes a los viajes, el transporte y la actividad empresarial, una mente curiosa podría haber adivinado que esto afectaría a la oferta. El hecho de que una política monetaria extraordinariamente laxa, combinada con un repunte de la demanda reprimida, una expansión fiscal masiva y las restricciones de la oferta se tradujeran en un aumento de los precios no debería haber sido una sorpresa.
Se le puede llamar el tipo equivocado de inflación, pero cada vez que la demanda supera en gran medida a la oferta, el resultado es inflación. Al igual que en otoño se produce la caída de las hojas.
Creo que Powell es sincero cuando dice que «esta no es en absoluto la inflación que buscábamos». La Fed probablemente esperaba obtener una inflación interanual del 3%-4% durante un período prolongado, compensando lentamente la inflación con un fuerte crecimiento, un aumento del empleo y un incremento de los salarios reales. En cambio, la inflación se disparó y ya hemos recuperado con creces la baja inflación de los últimos 15 años. El Índice de Precios al Consumo (IPC) general está ahora por encima de la línea de tendencia de 1995-2008; estamos en territorio de superación directa (véase el gráfico siguiente). Los salarios nominales han quedado rezagados respecto a los precios y, si intentan alcanzarlos, harán que la alta inflación sea más persistente. Y cuanto más tiempo persista la alta inflación, más profundamente se incrustará en las expectativas de inflación, haciendo que el problema sea aún más difícil.
Puede que la Reserva Federal no haya conseguido lo que quería, pero creo que podría haber conseguido lo que necesitaba: un golpe de realidad.
Esta «inflación errónea» es el resultado directo de la política infinitamente laxa de la Reserva Federal, combinada con una política fiscal igualmente laxa. Y, sin embargo, la Fed parece haber sido sorprendida por su propia política: en septiembre, la mitad de los miembros del FOMC no veían ninguna razón para subir los tipos en 2022; el mes pasado todavía calificaban la inflación de «transitoria». Ahora todos reconocen que será necesario subir los tipos y han decidido duplicar el ritmo de reducción de las compras de activos.
El FOMC de diciembre ha sido saludado como un importante giro hacia la política monetaria. Pero la realidad es que, con una economía sobrecalentada y una inflación en máximos de varias décadas, la Fed seguirá ampliando su balance y manteniendo los tipos de interés en cero durante varios meses más, y espera mantener los tipos de interés reales en negativo durante todo el próximo año, como mínimo. Algunos podrían llamarlo «el tipo equivocado de pivote de halcón»…
La Fed debe actuar con cuidado porque se ha colocado en una posición muy difícil: necesita endurecer la política con la suficiente rapidez para evitar que la alta inflación se afiance; pero si endurece demasiado rápido podría perturbar los mercados financieros que se han vuelto demasiado dependientes de su apoyo a la liquidez.
Sería útil reconocer que las leyes básicas de la economía siguen siendo válidas: una política excesivamente relajada acaba provocando que la demanda supere a la oferta, y eso crea inflación. No hay que preocuparse por el tipo de hojas que caerán en las vías en otoño.
Los inversores deben prepararse ahora para una mayor volatilidad. La Fed ha reconocido que debe reaccionar ante la elevada inflación y ajustar su política; esto limitará su capacidad de apoyar y estabilizar los precios de los activos, y los mercados tendrán que ajustarse y acostumbrarse a ello. Además, la economía sigue sometida a una gran incertidumbre: desde la evolución de la pandemia de la COVID-19 hasta la forma en que las empresas se adaptan a las interrupciones de la cadena de suministro, pasando por los cambios en la política económica en todo el mundo. Parece que 2022 va a ser otro año interesante y desafiante. En algunos aspectos, tal vez, no sea en absoluto el tipo de interés que estábamos buscando, pero vamos a tratar de sacar lo mejor de él.
Tribuna de Sonal Desai, directora de inversiones para renta fija en Franklin Templeton.
Los criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) están asumiendo un papel protagónico en la actualidad. Aunque este concepto empieza a formarse hace más de dos décadas tras el lanzamiento del Dow Jones Sustainability Index, el primer índice de sostenibilidad, y la publicación de los Principios para la Inversión Responsable de la ONU, la situación actual, incluyendo la pandemia mundial y el cambio climático, ha generado un boom en la demanda y oferta de productos de inversión social y medioambientalmente sostenibles.
Como resultado de las tendencias descritas a nivel mundial, las grandes gestoras de activos empiezan a crear equipos especializados en inversión sostenible, así como políticas sofisticadas de ASG para mejorar su impacto, crear una oferta variada de productos para sus inversores, y brindar a sus stakeholders información precisa y homogénea que les facilite comparar y evaluar el impacto de las empresas o fondos en los que invierten.
Este tipo de inversiones pueden aplicarse a todo tipo de productos financieros, como fondos de inversión, planes de pensiones, fondos de capital riesgo, etc.
Existe una gran variedad de estrategias a la hora de abordar la sostenibilidad en los productos de inversión, en base a factores tales como: la teoría del cambio del producto -que incluye las áreas principales de impacto a realizar-, geografías de interés, profundidad del impacto, rentabilidad financiera, y sistemas de medición y reporting.
Por ejemplo, en Beka Finance contamos con el fondo de capital riesgo social Cuanimen Social Impact Fund, FCR PYME, que invierte en proyectos de impacto social y medioambiental y en compañías FinTech que fomentan la disrupción del sector financiero a través de la tecnología.
El tamaño del Fondo es de 60 millones de euros y está centrado en invertir en proyectos de emprendimiento social que demuestren un gran potencial de transformación social y/o medioambiental, así como una rentabilidad financiera estable, sostenible y a largo plazo. Por otro lado, buscamos compañías FinTech (el fondo ha realizado un enfoque especialmente notable en esta área), especializadas en fomentar la disrupción financiera y una mejora sustancial en el mercado, mediante el desarrollo tecnológico, a través de una mejor eficiencia, menores costes, transversalidad de uso y transparencia.
Otra iniciativa que está logrando buena tracción es canalizar los fondos a proyectos de alto impacto medioambiental a través de vehículos temáticos, especializados en un área de marcado sesgo sostenible.
Dentro de este segmento destaca la agricultura, una de las actividades de mayor impacto económico y medioambiental a nivel global. Su relevancia histórica a la hora de abastecer de productos alimenticios a una demanda siempre creciente, encuentra ahora un reto adicional por la necesidad de transformar la industria hacia prácticas sostenibles. En este sentido, algunos de los principales actores del sector están demostrando capacidad para minimizar el impacto medioambiental de esta industria, a través de técnicas innovadoras y aprovechamiento más optimizado de los recursos. Más allá de la mitigación de las externalidades negativas, así como el potencial de repoblar el suelo rústico de cultivos bien planificados y vegetación, se busca además la captación de emisiones de CO2 y su fijación al suelo. El aprovechamiento de esta herramienta natural de reducción de carbono en el aire contribuye así a que la agricultura tenga un efecto neto positivo sobre los gases de efecto invernadero.
Desde Beka Asset Management, la gestora de activos alternativos de Beka Finance, recientemente hemos lanzado un fondo de inversión en cultivos agrícolas con vocación de sostenibilidad: Beka & Bolschare Iberian Agribusiness Fund. A partir de nuestra colaboración con Bolschare, compañía especialista en este tipo de actividad, aspiramos a cultivar grandes extensiones de frutos secos en España y Portugal bajo un modelo agrícola sostenible, además de ofrecer a nuestros inversores unas rentabilidades objetivo muy cercanas a las de la inversión de capital riesgo. Mediante el desarrollo de técnicas innovadoras, la medición de numerosos parámetros y la constante monitorización de los cultivos, esperamos poder demostrar la escalabilidad de un modelo agronómico eficiente y de alto impacto medioambiental. Gracias a ello, el fondo ha sido el primero de capital riesgo en recibir la calificación de Producto Sostenible bajo la denominación del artículo 9 del Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles de la Unión Europea (SFDR).
Por otro lado, Beka Finance lidera dos plataformas de comunicación y educación sobre tecnologías financieras (FinTech) y su impacto social. Social Fintech y Spain Fintech fueron creadas con el objetivo de brindar información actualizada y relevante sobre un sector con enorme poder de transformación social a través de la disrupción de servicios financieros tradicionales en favor de una mayor eficiencia, eficacia, transparencia y democratización, buscando minimizar la brecha de desigualdad financiera en nuestra sociedad.
El interés de los clientes por destinar una parte de su inversión a iniciativas filantrópicas
En España nos queda recorrido si comparamos la demanda de inversión sostenible con la de países estadounidenses, anglosajones y suizos, pero el crecimiento es actualmente muy elevado a medida que el país hace catch up con los países pioneros. Esta tendencia se acelerará especialmente en los próximos años en el contexto del relevo generacional, ya que más del 60% de la «nueva generación» de familias con alto patrimonio no considera invertir sin tener en cuenta criterios ASG.
Es por tanto cada vez más relevantepara los inversores la búsqueda de una gestión estructurada y profesional de las actividades filantrópicas y de inversión social por parte de los inversores privados e institucionales.
Más allá de los aspectos de retornos híbridos que ofrece la inversión socialmente responsable (retornos financieros además de sociales y medioambientales), la filantropía sigue teniendo un lugar importante en las necesidades de nuestros clientes de banca privada, aunque exigiendo la misma transparencia y medición de impacto que en el caso de los fondos.
A nivel del inversor privado, este tipo de inversiones y donaciones sostenibles ofrecen intangibles que benefician no solamente a la sociedad sino a los propios family office, como por ejemplo a través del interés por generar cohesión familiar en torno a un proyecto social común que esté presente en los debates y conversaciones más humanas de la familia, generando orgullo de pertenencia, facilitando la conexión intergeneracional y sirviendo como ejemplo de los valores y principios familiares que han visto en sus predecesores.Incluso, más allá de la aportación económica, las familias a veces desean aportar sus habilidades, actitud, tiempo, pasión y energía al servicio de un proyecto en concreto.
Tendencias para los próximos años
El sector de la inversión social y medioambientalmente sostenible está en claro auge y esperamos seguir viendo este crecimiento exponencial durante los próximos 5 años. Más allá de los bonos verdes y la inversión socialmente responsable (ISR) más tradicional, esperamos crecimiento relevante en los fondos de capital riesgo sociales. Y una pauta clave para el desarrollo de ese subsector es la mayor involucración de los grandes fondos de pensiones y aseguradoras de este país. Otro hito para la industria en general, es la adopción de instrumentos público-privados, como es el caso de los bonos sociales, que ya han demostrado gran éxito en países anglosajones.
Tribuna de Rodrigo Aguirre de Cárcer, director de Impacto Social de Beka Finance, Paula Toledano, directora de Filantropía de Beka Finance Private Banking, Borja Menéndez, gestor del Beka & Bolschare Iberian Agribusiness Fund y Tatiana Ayala, asociada de la División de Impacto Social y Compromiso Civil en Beka Finance
Si consideramos el desempeño de los fondos de private equity para el último año fiscal en Estados Unidos (de junio 2020 a junio 2021) podemos afirmar que los retornos conseguidos por esta clase de activo son unos de los mejores de su historia, tanto desde un punto de vista absoluto como relativo (comparado con los mercados públicos). Cabe preguntarse, entonces, ¿a qué se debe este desempeño tan excepcional?
Para explicar este fenómeno podemos citar tres causas. Primero, la adecuada selección por parte de los fondos de private equity de los sectores que se beneficiaron de las tendencias que la pandemia aceleró, entre los que se encuentran las verticales asociadas al software y otras industrias menos glamorosas como: empaques (“packaging”) y el cuidado de mascotas (“petcare”). En segundo lugar, la abundante liquidez que benefició a los fondos de private equity a través de un financiamiento barato y con pocas restricciones (“covenant light”) a la hora de comprar compañías. Finalmente, en tercer lugar, un explosivo aumento del M&A (“mergers and acquisitions”, fusiones y adquisiciones de empresas) que ha llevado a los grandes bancos de inversión a registrar ganancias récord gracias a las comisiones asociadas a este mayor volumen de transacciones, lo que ha permitido contar con condiciones óptimas para comprar y, especialmente, para vender compañías.
Si a las causas anteriores sumamos la expansión de múltiplos ocurrida en el período señalado, especialmente en el sector tecnológico (por ejemplo, el índice Nasdaq pasó de transar a un múltiplo de 15 veces EV/Ebitda el 1T de 2020, a uno de 21 veces al 1T de 2021), podemos explicar por qué algunos de los principales endowments de las universidades en EE.UU. –portafolios que cuentan con una gran exposición a fondos de private equity– reportaron retornos altísimos para los doce meses terminados en junio de 2021. Así, por ejemplo, según el último reporte del endowment del MIT, su retorno anual fue de un 55,5%, una cifra impresionante para un portafolio de 27.400 millones de dólares.
Esta efervescencia ha llevado a algunos fondos de private equity a ejecutar transacciones de una escala que antes sólo estaba reservada para las grandes corporaciones. En marzo de 2021, Thoma Bravo, un fondo especialista en software, anunció la adquisición de RealPage, una compañía líder en la producción de software para la industria inmobiliaria en Estados Unidos. El monto de la transacción alcanzó los 10.200 millones de dólares, lo que representó un premio de 30,8% para el valor de la acción de RealPage. Meses después, se anunció la compra por un monto de 30.000 millones de dólares de la empresa Medline, un proveedor de insumos médicos en EE.UU., por parte de un grupo de fondos que incluía a Blackstone, Carlyle y Hellman & Friedman.
¿Dónde está el límite para los fondos de private equity? ¿Cuándo dejarán de crecer? Si consideramos que el capital administrado por estos fondos (4,5 billones de dólares) representa sólo un 4% del market cap de los mercados públicos (120 billones de dólares), el espacio que tienen estos fondos para continuar atrayendo capital y comprando compañías abiertas en bolsa para hacerlas privadas (“Public to Private”) pareciera ser muy significativo.
Después de 15 años trabajando en la industria de AM en Latinoamérica, el gerente regional para América Latina, Luis Martín del Campo, en Temenos Multifonds, líder global en soluciones para Operación de Inversiones, reconoce abiertamente que la gestión de activos en la región tiene aún un largo camino por recorrer. Y es que la industria del AM comenzó muchos años antes en países más desarrollados. “Latinoamérica está una década atrás de Asia y quizás dos décadas atrás de Europa y Norteamérica”, asevera Martíndel Campo, reconociendo lo provocador de su argumento, que contrasta con el optimismo habitual que suele haber sobre la región.
Apenas a finales de 2019, un reporte publicado por PWC, citado por el mismo Martín del Campo, estimaba que los AUM en América Latina podrían duplicarse hacia 2025, desde sus niveles de 2018, para rebasar la marca de los 5 billones de USD. La realidad ha sido diferente. Según el más reciente informe Global Asset Management 2021 de Boston Consulting Group (BCG), América Latina fue la región más rezagada de todo el mundo, con un crecimiento en AUM de apenas 9% entre 2019 y 2020, detrás de regiones emergentes como África y Oriente Medio, e incluso detrás de regiones más maduras como Norteamérica, que lograron tasas de crecimiento en torno al 12%, en el mismo periodo.
En contraste, la economía latinoamericana está en franca recuperación. Según S&P Global, el crecimiento promedio en las seis economías más grandes de América Latina será de 5.9% en 2021, luego de una contracción del 6.9% en 2020. Además, en su revisión semestral de las administradoras de fondos de pensiones mexicanas, la agencia crediticia Moody’s indicó que el incremento de los activos bajo gestión superó con creces la tasa de crecimiento anual compuesto de 12% exhibida por el sistema durante los últimos cinco años, por lo que debemos reconocer los claroscuros que presentan una industria y una región tan diversas como la gestión de activos en América Latina.
Transformación Operativa
Respaldándose en los citados informes de PWC y BCG, principalmente, Martín del Campo señala que la transformación operativa desempeñará un papel clave al facilitar la aparición y consolidación de nuevos Asset Classes en el mercado y dictará quiénes serán los líderes de la industria en los próximos años, o incluso, quiénes sobrevivirán y quiénes no. “Latinoamérica puede tener ciertas ventajas, si es que capitaliza en esta oportunidad de intensificar su transformación operativa y de converger aceleradamente hacia Europa, Norteamérica y Asia”.
De acuerdo a Martín del Campo, los mayores AM que solemos ver en Latinoamérica forman parte de algún grupo financiero local o internacional. “Lo que había permitido que no fuera necesario para éstos hacer más eficientes sus procesos operativos, toda vez que se apalancaban de los largos brazos de distribución y reconocimiento de marca de sus matrices”. Sin embargo, afirma que los AM latinoamericanos deben aprender del modelo europeo si desean subsistir. “Hay muchos procesos que en Latinoamérica todavía se hacen de forma manual, muchos datos que tienen que ser validados por el ojo humano y procesos que tienen que ser capturados por manos humanas”, sostiene.
Según el experto, este es el panorama operativo de Latinoamérica, y es algo que había resultado suficiente, pero que, dadas las nuevas presiones regulatorias, la sofisticación del inversionista, la competencia internacional, y la compresión de los márgenes de utilidad en la industria, es necesario cambiar. Martín del Campo señala que, en 2020, mientras la industria global creció tanto en términos de AUM como de ingresos absolutos, los márgenes operativos han permanecido estancados alrededor de 1/3 de los ingresos netos, ¡aun cuando la industria logró una reducción en sus costos operativos! “¿Cómo se explica esta aparente paradoja? La única explicación que se me ocurre, es que las comisiones por gestión, como proporción de los AUM, están cayendo a una velocidad mayor a la que la industria está logrando reducir sus costos operativos. ¡Es literalmente una presa que está siendo perseguida por un depredador más veloz! la única salida es dejar de correr y cambiar de estrategia. La industria de AM latinoamericana está en una encrucijada en la que tiene que abrazar la transformación operativa. No sólo para mantenerse rentable, sino para poder moverse hacia el futuro, y sobrevivir”, remarca Martín del Campo.
Estar preparado
¿Y qué es moverse hacia el futuro? Ofrecer al inversionista Asset Classes más lucrativas para el AM y a la vez más rentables para el inversionista: Activos Alternativos como Private Equity, Real Estate, Private Debt y Hedge Funds, o estrategias pasivas, como ETFs. En palabras de Martín del Campo “Hoy por hoy, la industria global de AM cuenta con $103 billones de dólares en activos bajo gestión, de los cuales, ya el 15% son alternativos, y se estima que su participación ascenderá a 16% para 2025. Aunque este aumento suene modesto, lo más relevante es que, con sólo el 15% de participación en la masa de AUM globales, los activos alternativos representaron en 2020, el 42% de los ingresos globales de la industria. Y lo que es aún más importante: se espera que esta proporción llegue, en 2025, al 46%. ¡Casi la mitad de los ingresos, siendo sólo el 16% de los AUM! Esto demuestra el poder estratégico de esta clase de activos: es el camino amarillo para los AM que quieran moverse hacia el futuro. Pero es un camino estrecho, y hay que ser de los primeros en tomarlo con decisión para recibir sus beneficios”, afirma.
“Seguramente habrá Asset Managers que me contraargumenten que las estrategias Centrales Activas (Active Core) como fondos de acciones de alta capitalización (large-cap equity), fondos de deuda local, o de mercado de dinero (money market), han crecido igual o más que los alternativos, o incluso que estrategias Especializadas tan relevantes para América Latina como acciones o deuda de mercados emergentes, sobrepasaron en 2020 su ritmo de crecimiento histórico, en términos de AUM. Mi respuesta para ellos: ¡Cierto! Y cierto también que estas estrategias –Centrales Activas y Especializadas– representan, en su conjunto, la mitad de esos $103 billones de dólares en activos bajo gestión globales. Desafortunadamente, la rentabilidad para ellos de estas estrategias está estancada y, de acuerdo con BCG, se espera que sean las estrategias más rezagadas de todas, tanto en crecimiento de AUM como de ingresos por gestión, a medida que los inversionistas les dan la espalda, para favorecer estrategias Pasivas o Activos Alternativos”, señala el experto.
Para ilustrar este último punto, Martín del Campo resalta que las estrategias pasivas, que son mucho más costo-eficientes de operar, y más asequibles para el inversionista. “Han pasado de representar el 9% de los productos de inversión en 2003, al 21% en 2020, medidos en AUM, hasta tener una proyección esperada del 25% en 2025”, explica el experto.
Además agrega que dicha tendencia es en parte resultado de dos factores: la competencia natural en una industria cada vez más abierta y globalizada, por un lado, y los esfuerzos de los reguladores por fomentar un mercado cada vez más transparente y un inversionista cada vez mejor informado, esto sí prácticamente sin excepción en cada uno de los mayores mercados de Latinoamérica.
Como ejemplo del primero de estos factores, Martín del Campo cita la presencia cada vez más activa y profunda de AM extranjeros entre los inversionistas institucionales más representativos de la región: los fondos de pensiones obligatorios, es decir las AFOREs y AFPs.
Desde diciembre de 2019, justo en la edición no. 21 de Funds Society aparece un reportaje interesantísimo sobre la entrada de gestoras internacionales a participar de la asignación de activos de las AFOREs en México, ahora vía vehículos más ágiles como los fondos mutuos, situación que se viene profundizando en otros mercados importantes como Chile desde hace ya más tiempo, y que abre avenidas importantes hacia el mercado menudista, “todo lo cual es muy positivo y muy bienvenido”, acota el experto. Como ejemplo del segundo factor, Martin del campo señala directrices regulatorias como el Decreto Ordinario 1242 del año 2013, del Ministerio de Finanzas colombiano; la Norma General 365 de mayo 2014, de la SVS (ahora Comisión del Mercado Financiero), regulador en Chile; la Ley de Fondos de Inversión, promulgada en México en junio de 2014; y la instrucción 555 de diciembre 2014, de la CVM, regulador en Brasil.
En resumen, hay presiones por todos lados. De un lado, la regulación está empoderando al inversionista, para que cada vez haya más transparencia; del otro, el crecimiento de estrategias más atractivas como las Alternativas y Pasivas; y la entrada de nuevos participantes en la industria, hacen que el inversionista tenga cada vez más información y más opciones, lo que lo hace cada vez más sofisticado y más exigente, “todo lo cual –una vez más– es muy positivo para la industria, pero a la vez representa un desafío para los AM que no estén ya muy avanzados en un proceso de adaptación”.
¿Y cómo van los AM en Latinoamérica en este proceso de adaptación?
Martín del Campo comenta que ha hablado con algunos que le confirman que están viendo crecer de manera exponencial la demanda de Activos Alternativos en su base de clientes, tanto institucionales como individuos, lo que ha supuesto una tremenda presión en su modelo operativo actual.
“Antes, cuando eran un par de fondos de Private Equity, para algunas docenas de clientes, manejar 20 o 30 llamadas de capital al mes, se podía hacer con procesos manuales, rellenando hojas de cálculo, enviando correos, o formatos en papel, etc. Pero, cuando ya hay docenas de fondos y centenas de clientes, es prácticamente imposible seguir manejando esta clase de activos con los procesos y herramientas tradicionales. Puedes tener un gran riesgo operativo, como generar quebrantos para un cliente por falta de consistencia en los datos; ya me ha tocado ver a AMs que han tenido que pagar millones de dólares para resarcir pérdidas a sus inversionistas, generadas por error”, sostiene.
¿La estrategia para sortear esto? Según Martín del Campo, el AM debe saber posicionarse con inteligencia y arrojo, y ser un pez más robusto, para capturar más clientes y más activos bajo gestión. “Se debe entender muy bien las estructuras de costos y de rentabilidad, entender muy bien cuáles son los productos, las Asset Clases que hoy están generando una mayor rentabilidad e intentar ir hacía esas clases”, explica. “Quienes no lo logren, serán absorbidos por esos peces más robustos, en un proceso de consolidación y racionalización que es tan común ver en industrias sometidas a un rápido proceso de disrupción y adaptación, provocado por tendencias fortísimas, como tendencias tecnológicas, demográficas o regulatorias”, detalla.
ETF Latinoamericanos y activos alternativos
Como se mencionaba anteriormente, la industria Latinoamericana debería moverse hacia una mayor inversión en Activos Alternativos y Pasivos, y Martín del Campo asegura que hay algo de movimiento en ese sentido, ya hay algo de crecimiento de ETF en Latinoamérica, que es un buen paso, pero se podría hacer más al respecto.
“Son pocos los AM con los que he hablado en Latinoamérica que están trabajando activamente en crear ETF propios. Muchos de ellos pueden distribuir ETF de un tercero, donde este tercero normalmente es extranjero. No hay realmente una industria de ETF latinoamericana y debería existir. En Colombia e incluso El Caribe, veo algunos esfuerzos de creación de ETF latinoamericanos y en México también. Esto no es fácil, se necesita saber cómo hacerlo y una infraestructura tecnológica adecuada, porque la carga operativa de gestionar un ETF es pesada”, indica.
Respecto a los activos alternativos, Martín del Campo detalla que su adopción ha sido lenta, en parte porque el mismo público inversionista no ha estado tan abierto sobre todo del lado menudista, porque no conocen mucho aún esta clase de activos. En ese sentido, señala que hace falta también mucha labor de educación y promoción de parte de los AM hacia el inversionista individual.
¿Y qué nos queda para el futuro? El experto ve una convergencia con Asia y Europa, pero a su propio ritmo. “En Latinoamérica podemos hacer un salto cuántico en algunos temas como la educación del inversionista y el ofrecimiento de activos alternativos a través de alianzas estratégicas con especialistas en cada una de las sub-Asset Classes alternativas. Acá veo que podemos tener ciertas ventajas, si capitalizamos. Es decir, que Latinoamérica acelere su transformación operativa y apalanque sus fortalezas y diferenciadores y converge”, menciona.
“No se trata de hacer un cambio radical en la estructura y la esencia de todos y cada uno de los AM en Latinoamérica, para convertirse todos en managers Alternativos y/o Pasivos, cada uno de ellos tiene su esencia, su diferenciador, y su lugar bien ganado dentro del espectro de posicionamiento por estrategia, tamaño, o nicho, por ejemplo; y cada uno de ellos agrega valor desde su posición al ecosistema y a la industria”, señala
Lo que Martín del Campo propone es adaptar sus modelos operativos para que, desde su muy bien ganado lugar en el mercado, puedan ofrecer a sus clientes estrategias más rentables para ambas partes, sin perder su esencia y diferenciadores, a través de uno de los 3 modelos que sobrevivirán, según BCG “…pero esos te los cuento en una siguiente entrevista”, concluye sonriente Martín del Campo.
Pixabay CC0 Public DomainGanapathy Kumar. Ganapathy Kumar
2021 ha resultado ser otro año para las criptomonedas. Bitcoin (~+97%), ethereum (~+527%) y la hoy infame dogecoin (~+4,486%) han superado drásticamente al índice S&P 500 (+22%) desde comienzos de año (1).
En agosto de 2008, en plena crisis financiera global, se publicó un documento de nueve páginas titulado «Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System» bajo un pseudónimo en una lista de correo sobre criptografía. Dos años después, Laszlo Hanyecz ofreció 10.000 bitcoins a cambio de dos pizzas, la primera transacción comercial reconocida con este nuevo concepto de pago. Trece años más tarde, Bitcoin sigue existiendo, funcionando como una red para mover valor por Internet sin una autoridad central —incluso aunque Bitcoin se haya convertido más en un activo especulativo que en un sustituto estable del dinero—. En la actualidad, esos 10.000 bitcoins valen aproximadamente 470 millones de dólares y los tokens de sistemas de criptomonedas cuentan con una capitalización de mercado total de unos 3 billones de dólares (2).
En la actualidad, los tokens de sistemas de criptomonedas cuentan con una capitalización de mercado total de unos 3 billones de dólares.
El mes pasado, por fin se lanzó el primer ETF vinculado a bitcoins, convirtiéndose en el ETF más rápido en alcanzar los 1.000 millones de dólares en activos (3). Un ETF que posee directamente bitcoins (en lugar de futuros sobre bitcoins) todavía aguarda autorización del regulador estadounidense, la SEC.
Blockchain, la tecnología subyacente
Bitcoin se asienta sobre la tecnología de cadenas de bloques o blockchain. Para muchas personas, el blockchain es un ámbito en el que resulta difícil sentirse cómodo porque se asienta entre la economía, la criptografía / elaboración de bases de datos, la estadística teórica y, en ocasiones, incluso la filosofía, disciplinas académicas de las que muy pocas personas albergan conocimientos en conjunto. También está rodeada por una gran cantidad de ruido de radicales seguidores libertarios y el sistema está plagado de exagerados casos de fraude. Si bien el blockchain supuso en un primer momento una innovación orientada al consumo, desechada por inversores profesionales y reguladores, el proyecto Libra de 2019 de Facebook (hoy Meta) para crear una moneda digital supuso un punto de inflexión: la posibilidad de que una compañía adecuadamente financiada, con más de mil millones de usuarios, creara una moneda privada con una escala más o menos instantánea y de importancia sistémica supuso una llamada de atención.
Sin entrar en cómo funciona el blockchain, el concepto fundamental es que es un nuevo tipo de arquitectura de base de datos que ofrece el potencial de desintermediar numerosos modelos de negocio existentes, en especial, del ámbito de los servicios financieros, entre otros. Esta nueva estructura de base de datos facilita la transferencia de valor entre partes por Internet sin una autoridad central. También permite crear contratos «inteligentes» que se suscriban automáticamente y dinero programable, lo cual explicamos más adelante. Su presencia y sus propiedades podrían, en teoría, reducir los costes de verificación y construcción de redes en la economía.
En términos más tangibles, hoy por hoy, cuando se usa dinero digital con una tarjeta de débito o de crédito para comprar algo, los bancos y las redes de pago obtienen comisiones por verificar la idoneidad del dinero que se paga al vendedor a cambio de un producto o un servicio en particular. Los costes de verificación son incluso más altos cuando son múltiples partes las que deben verificar/auditar la transferencia de activos a través de libros mayores de bancos transfronterizos. Este es el motivo por el cual los giros transfronterizos son lentos y costosos. La tecnología blockchain podría permitir que esas transferencias fueran más rápidas y asequibles, de maneras más fácilmente auditables por todas las partes implicadas. Las estructuras de las bases de datos blockchain podrían permitir la existencia de una «fuente de verdad» central, un libro mayor, que se distribuya entre numerosas partes que puedan almacenar una copia, acceder a él y añadirle elementos.
El blockchain tiene también la capacidad teórica de rebajar los obstáculos para comenzar a construir una nueva red. Si deseara empezar a construir hoy una nueva red de pagos centralizada, implicaría costes tecnológicos y de seguridad de vanguardia muy elevados. Las redes blockchain se pueden construir con el tiempo de manera mucho más barata, utilizando incentivos para usuarios, inversores y desarrolladores, aumentando la seguridad y el valor de la red a medida que crece. Consideramos que esta innovación en la economía de verificación y redes reviste repercusiones para las perspectivas a largo plazo en torno a los mecanismos de protección de las rentabilidades de algunas empresas de calidad y su forma de llevar a cabo su actividad hoy por hoy.
Las oportunidades que ofrece el blockchain
Consideramos que las propiedades del blockchain pueden presionar a sectores existentes para que aumenten su calidad y también pueden permitir crear nuevas compañías de calidad, lo cual, hasta ahora, no ha conseguido la economía de los sistemas centralizados. La presión del blockchain sobre compañías consolidadas podría alterar la dinámica actual de industrias competitivas y alentar la cooperación entre competidores naturales («coopetencia»). Un buen ejemplo es el ámbito financiero de las cadenas de suministro, un sector valorado en 16 billones de dólares (4) con una dependencia demasiado común de arcaicos formularios en papel y sellos (5). La competencia en clave de blockchain está alentando a bancos, compañías de commodities y transportistas a agrupar, normalizar y digitalizar sus procesos de maneras que antes habían resultado muy difíciles de conseguir. Así pues, los métodos en papel están pasándose al ámbito digital, con un ahorro significativo en costes operativos, aumentando las eficiencias y la velocidad y también liberando capital de garantías del sistema. Las estimaciones más alcistas sugieren que se podrían liberar del sistema hasta 1 billón de dólares en costes (6).
Si bien las redes blockchain son idóneas para grandes redes multilaterales con acuerdos significativos para trasladar derechos de propiedad, la solución eventual podría no ser una nueva compañía de blockchain descentralizada. En realidad, podría ser preferible simplemente mejorar los sistemas establecidos sobre bases de datos centralizadas existentes empleando aplicaciones o utilizar blockchain con permisos más centralizados, lo cual no difiere tanto de los sistemas que existen hoy en día. Sea como fuere, la presencia de blockchain está forzando el progreso. Sin la amenaza existencial que plantean, numerosos partícipes consolidados del sector carecen del ímpetu de cambio necesario —inevitablemente, en numerosos casos, la amenaza podría no ser suficiente—. Hay oportunidades no solamente en torno a sistemas que ya existen, también hay numerosas nuevas ideas y funciones que podrían convertirse en negocios de muy alta rentabilidad en el futuro, por ejemplo, una red de blockhain que permita a los clientes comprar arte o inmuebles, que sustituya a las complejas subastas y los honorarios legales.
Siguiendo con el tema de las cadenas de suministro, la experimentación con la tecnología blockchain se está traduciendo en innovación en el ámbito del rastreo de la procedencia de los productos, lo cual podría reducir los residuos significativamente. Aunque no se trata de un sistema descentralizado de blockchain como Bitcoin, Walmart está experimentando con la compañía de blockchain Hyperledger Fabric para aumentar la transparencia de las cadenas de suministro de alimentos. Esto podría permitir retirar de forma muy selectiva lotes específicos de alimentos contaminados, por ejemplo, con la bacteria E. coli, evitando así los ingentes desperdicios que se producen cuando se retiran alimentos indiscriminadamente al detectar casos de contaminación en la actualidad.
Criptomonedas y bancos centrales
La presión de cambio llega incluso a los bancos centrales. Hoy por hoy, los consumidores disponen de dos formas de dinero principales: el efectivo físico que emiten directamente los bancos centrales al portador y el dinero en cuenta presente en el sistema bancario. Pensamos que bitcoin ha demostrado el concepto de una nueva forma de valor entre iguales, una moneda privada en forma de activo digital al portador, con una política monetaria preprogramada. Si bien las monedas privadas no son algo nuevo, las monedas privadas digitales ofrecen el potencial de ver incrementada su escala y brindar un control descentralizado.
Asimismo, en el caso de los bancos centrales con mejor reputación, los activos programables digitales al portador representan numerosas oportunidades nuevas, pues pueden incrementar la seguridad del sistema de pagos. El efectivo siempre ha sido una alternativa razonable al dinero digital en cuenta. Sin embargo, al descender el uso de efectivo y depender sistemáticamente de los sistemas operativos de las compañías de pagos, ¿qué sucedería en caso de ataque informático contra cualquier red principal de tarjetas o, simplemente, de fallo? Si los bancos centrales pudieran emitir efectivo digital con tokens, podrían crear un sistema alternativo viable de pagos digitales. Los tokens emitidos por bancos centrales también podrían brindar funciones adicionales que no están presentes en el sistema hoy en día. Por ejemplo, podrían vincularse automáticamente a los tipos de interés de los bancos centrales, con independencia de que fueran positivos o negativos. Esto es algo especialmente interesante en el caso de los tipos negativos, cuya eficacia real actual se ve más restringida por la presencia de efectivo físico. Singapur, Canadá, China y Suecia han realizado pruebas con programas de monedas digitales avanzadas (7). Una de las compañías de nuestra cartera, Accenture, está llevando a cabo el proyecto E-krona para el Banco de Suecia.
Ofertas vía token
Más allá de crear nuevas formas digitales de efectivo al portador, los tokens se pueden estructurar de numerosas formas, tanto fungibles como no fungibles. Algunos de ellos están diseñados como tokens que se pueden gastar, por ejemplo, los de uso único para un videojuego o para una lavadora de una lavandería. Otros tokens se estructuran más como las acciones, pues brindan derechos teóricos sobre conjuntos de comisiones y beneficios. Por otro lado, otros tokens son representaciones digitales de activos, de monedas estables, que son fungibles y representan monedas fiduciarias, o tokens no fungibles, que representan la propiedad de arte digital, pero que también podrían representar arte físico o incluso su casa. La naturaleza personalizable de los tokens abre posibilidades para todos los demás segmentos de las finanzas y la transmisión de activos.
Los tokens son también otra forma de aportar liquidez para financiar negocios. Puede que haya oído hablar de las ofertas iniciales de monedas. Como estructura, ofrecen la posibilidad de hacer que los procesos de financiación de private venture capital o de caras ofertas públicas iniciales pasen de ser locales y cerrados a ser globales y estar abiertos a cualquier persona. La tokenización de activos puede trascender los servicios financieros; en teoría, la Mona Lisa podría convertirse en un token y la propiedad de la pintura podría pasar a ser más accesible y líquida. Los propietarios de un token de la Mona Lisa podrían adquirir derechos sobre los ingresos obtenidos para ver la obra. No sería descabellado pensar que en las próximas décadas algo similar a un token de la Mona Lisa pudiera formar parte de una estrategia de renta variable global diseñada en torno a productos sólidos.
Ya estamos invirtiendo
Hasta entonces, ¿por qué es interesante todo esto? Muchas de las posiciones existentes de nuestro equipo ya invierten en blockchain y están creando nuevos servicios que se benefician de esta tecnología. Ya hemos mencionado a Accenture como socio clave del banco central de Suecia, el Riksbank. Microsoft está llevando a cabo uno de los mayores productos de blockchain como servicio (BAAS) en la plataforma Azure. Hoy por hoy, permite a clientes como General Electric y T-Mobile desplegar redes de blockchain, confeccionar apps con confianza y almacenar datos off-chain. SAP cuenta con una oferta de BAAS similar integrada con su producto en la nube, Leonardo. Google está creando un motor de búsqueda para blockchain y se ha asociado con Chainlink, plataforma de blockchain que proporciona señales de datos, u oráculos, procedentes del mundo real de cara a la suscripción de contratos inteligentes. Visa es esencial a la hora de permitir que las monedas fiduciarias sirvan para los pagos con criptomonedas y está llevando a cabo amplias investigaciones e inversiones en la tecnología de cadenas de bloques, entre otras, en Anchorage Digital, uno de los principales proveedores de servicios de custodia de criptomonedas. DBS forma parte del consorcio eTrade Connect para modernizar las finanzas comerciales empleando Hyperledger. En este momento, estas exposiciones no son sustanciales, pero sí podrían ser muy relevantes a 10 años vista.
Potencial para resolver problemas
Todavía estamos en una fase muy temprana para la llegada del “Internet del valor”. La mayoría de los conceptos hasta la fecha no funcionan adecuadamente a escala fuera de entornos experimentales altamente controlados. El blockchain tendrá que demostrar que puede resolver problemas reales de forma viable económicamente. La lista de problemas que superar es larga, incluye: escalabilidad, velocidad, privacidad, seguridad, impacto medioambiental / intensidad energética y gobierno, entre otros. Los reguladores están abordando cuestiones como Know Your Client, medidas para evitar el blanqueo de capitales, regulaciones para la protección de datos (GDPR) y la protección de los inversores, si bien los enfoques varían: conseguir que las organizaciones de blockchain encajen en los registros existentes de servicios financieros o crear nuevos marcos. Un ámbito de atención común a escala global es el de los mercados de valores, pues se relaciona con el sistema financiero actual. En última instancia, el mundo de las criptomonedas ya está en marcha y puede que quizá ya no haya marcha atrás.
Shoot for the moon?
Es muy complicado afirmar qué nos depara el futuro, pero, si aventuráramos una respuesta, en un entorno en que unos sistemas centralizados y escalables funcionaran adecuadamente en general —como la plataforma de Visa, que tramita unas 2.000 operaciones cada segundo—, es más probable que el blockchain aliente la innovación de las compañías existentes y termine con la intermediación en la fijación de los precios en algunas de las capas funcionales que estas empresas llevan a cabo en la actualidad. En estos casos, a menudo no existe un problema ingente que arreglar, sino una serie de aspectos que mejorar. Sin embargo, para los casos en que las empresas consolidadas se han resistido hasta ahora al cambio y las aletargadas transmisiones de valor en papel son la norma, las nuevas compañías de blockchain podrían sustituir por completo maneras existentes de verificar la transferencia de activos. Hasta entonces, uno de los mayores obstáculos a los que nos enfrentamos inmediatamente es la regulación, si bien, una vez que exista un marco para encajar el blockchain en las políticas públicas, es posible que se dé un mayor impulso a la adopción institucional y el avance vuelva a acelerarse.
Numerosos inversores y economistas prominentes desprecian las criptomonedas. Dogecoin (8)podría terminar convirtiéndose en un caso de tulipomanía o, quizá, como dice su canción oficial (5): “To the Moon!” El ejército Dodge, con su estrategia HODL (Hold On for Dear Life), nos reta para que todos seamos más imaginativos sobre cómo podría ser el futuro.
Tribuna de Alex Gabriele, gestor de carteras y miembro del equipo de renta variable internacional con sede en Londres de Morgan Stanley Investment Management.
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Pixabay CC0 Public DomainLíderes del futuro en Asia. Asia
Respaldar al líder en un sector es una estrategia lógica, pero identificar a sus herederos es un generador de alfa más complejo. El análisis detallado de los perfiles de retorno de los valores demuestra que las compañías que son capaces de mejorar su retorno sobre acción (ROE por sus siglas en inglés) y situarse en el primer cuartil tienden a batir al mercado en el largo plazo.
Seleccionar esos negocios implica identificar una serie de características pero, incluso aunque las encuentres, la madurez del sector en el que opera dicha compañía es un factor importante. En las áreas de la “nueva economía” más maduras, como por ejemplo el e-commerce en China, puede tener más sentido identificar a los jugadores que están ganando cuota de mercado a costa de los líderes del sector.
Pero en muchas industrias emergentes, como por ejemplo los fabricantes de componentes para vehículos eléctricos, con frecuencia demuestra ser más fructífero respaldar al líder de la industria, debido a la incertidumbre inherente a los primeros estadios de sectores que están floreciendo y cambiando rápidamente.
Errores de los líderes
Los líderes de los sectores más establecidos pueden experimentar dificultades al surgir una serie de obstáculos, como la pérdida de su enfoque empresarial, lo que les puede llevar a acabar en una especie de “diversificación a peor”, es decir, situaciones en las que tratan de acceder a sectores nuevos u adyacentes a aquellos donde ya operan, pero con frecuencia no lo logran.
Incluso aunque los jugadores dominantes se benefician con frecuencia de la ventaja que supone ser el primero en dar el paso cuando el sector todavía está en su infancia, a medida que este madura se vuelve más segregado, al aparecer nuevos nichos de mercado que proporcionan a los nuevos rivales que vayan apareciendo la oportunidad de hacerse con el control de esas nuevas áreas. Un ejemplo de esto se está produciendo precisamente en el sector de e-commerce chino, donde aquellas compañías que tenían una posición dominante del mercado han visto cómo se erosionaba significativamente en los últimos años debido a la aparición de nuevos competidores.
Es por este motivo que nos centramos mucho en analizar los atributos particulares de cada compañía, porque esto nos ayuda a identificar quiénes pueden ser los próximos ganadores e incluirlos en nuestra cartera concentrada en 40 a 50 valores del fondo Asia Future Leaders, que en los últimos tres años ha sido capaz de casi triplicar la rentabilidad de su índice de referencia, el MSCI AC Asia ex-Japan index. El fondo ha sido calificado con las cinco estrellas de Morningstar.
Enfoque innovador
El núcleo de nuestra estrategia descansa sobre tres pilares: calidad del equipo directivo, escalabilidad e innovación, siendo esta última un elemento claramente diferenciador respecto a los marcos tradicionales de inversión.
Aprovechamos la profunda experiencia de nuestro panel Future Leaders, que está compuesto de profesionales muy experimentados con un perfil académico, incluyendo a Nathan Furr, profesor de la escuela de negocios francesa INSEAD y una voz preeminente en inovación. Estos expertos nos ayudan a identificar rasgos tangibles que con frecuencia son indicadores de compañías creativas.
La combinación de los insights que nos aporta este panel con nuestro modelo de análisis propietario nos permite identificar a compañías innovadoras e invertir en ellas en las fases tempranas de su desarrollo. A medida que estas compañías van creciendo, evaluamos continuamente cuál es su sesgo competitivo, con frecuencia para determinar si siguen manteniendo aspectos como una cultura corporativa puntera y la capacidad para penetrar nuevos mercados. Otras dos métricas que también estudiamos son en qué medida dan prioridad estas compañías al I+D e incentivan la innovación.
Características clave
Un denominador común de las compañías innovadoras es que éstas cuentan con una organización descentralizada que asigna una cantidad significativa de responsabilidad a los puestos intermedios y les premia por sus éxitos. Está por ejemplo el caso de un fabricante chino de materiales, que recompense a su equipo de I+D con un 15% de los beneficios que generen los nuevos productos que tengan éixto y con un 30% del incremento de los ingresos que obtengan a raíz de realizar mejoras en el proceso de producción.
Otro elemento que es importante en nuestro análisis es qué impulsa el área de I+D de un negocio. Con frecuencia, aquellas empresas que solo dependen en la inspiración de sus ejecutivos sénior para conseguirlo empiezan a tener dificultades, mientras que aquellas que se comprometen activamente con el feedback de sus clientes para a su vez influenciar al departamento de I+D tienen muchas más probabilidades de prosperar.
Más allá de estos ejemplos, en términos generales la capacidad para recopilar, procesar y reaccionar a los datos son las que impulsarán a las compañías líderes del futuro.
Metiendo el acelerador
Es esta habilidad para evaluar los datos, a través del uso de técnicas como machine learning o la inteligencia artificial, la que ha influenciado muchas de nuestras inversiones. Un ejemplo de esto es una compañía china fabricante de baterías eléctricas, que utiliza IA y machine learning para aplicar las últimas tecnologías disponibles a su proceso de producción. Es una compañía líder en una industria emergente, y su enfoque y su éxito en I+D es un elemento clave para nosotros.
Igualmente, otra acción que tenemos en cartera es un fabricante chino líder en baterías eléctricas que ha sido capaz de manejar los cuellos de botella vistos recientemente en la cadena de producción mejor que sus competidores, en gran parte debido a su integración vertical, que pensamos que es superior, al ser capaz de producir sus propias baterías y transistores de potencias, que son dos componentes clave de un vehículo eléctrico.
Estas dos empresas forman parte de una temática más amplia que se refleja en cartera, que es la posición dominante de China en la competición por las baterías eléctricas, especialmente dado que el tamaño de su mercado ya es cuatro veces más grande que el de EEUU, que hay ocho veces más puntos de recarga en China que en América, y que gran parte de las reservas mundiales de litio están en China. Estos factores nos hacen ser optimistas respecto a estas compañías en el inicio de 2022, aunque también hay otros sectores y países en los que también somos alcistas.
Oportunidades emergentes
Las perspectivas de crecimiento del PIB real a favor de India, Indonesia o Vietnam parecen fuertes de cara a 2022. En India vemos potencial para encontrar grandes oportunidades, ya que el número de compañías pendientes de OPV se ha duplicado respecto al año pasado. Es reseñable el ritmo de innovación en India, que se ha convertido en el tercer país con mayor número de unicornios (compañías privadas con una capitalización superior a 1.000 millones de dólares) del mundo.
La pandemia ha obligado a mucha gente del sudeste asiático a comprar online y adoptar otros servicios digitales, siendo muchos de ellos usuarios por primera vez. Esto implica que la oportunidad para las empresas de acceder a una audiencia nueva y de gran tamaño es potencialmente enorme.
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Overall Morningstar rating as of 12/31/2021 rated against 730 (O Inc) Asia ex Japan funds on a risk-adjusted basis’.
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En 2021 se realizaron 37 emisiones de fondos de capital privado en bolsa (BMV y BIVA) de las cuales 30 son para inversiones globales de capital privado (CERPIs) y 7 para inversiones locales (CKDs). De los 30 nuevos CERPIs, más de la mitad son subseries que permiten al administrador tener una serie por SIEFORE y así satisfacen el objetivo de inversión al plazo de cada una de las SIEFOREs generacionales.
Las emisiones de CKDs y CERPIs que se observan en 2021 son casi el doble de los que surgieron el año previo en ambos casos sin embargo, el número de nuevas emisiones de CKDs se bajó respecto a lo observado entre 2015 y 2018 (14-20 vs 7 en 2021).
Hace dos años (en diciembre de 2019), el número SIEFOREs aumentó de 5 a 10 SIEFOREs lo que permitió concretar la migración a Fondos Generacionales o Target Date Funds (SIEFOREs en función a la edad de retiro).
Con el paso del tiempo lo que se ha visto es que algunos emisores de CERPIs han optado por ofrecer CERPIs exclusivos por AFORE y/o SIEFORE lo que permite diferenciar la estrategia. El tamaño de los activos en administración y los costos también han sido los diferenciadores, entre otros, que se han encontrado.
En el caso de los CERPIs que se colocaron en 2021 el sector dominante fue el de fondo de fondos, mientras que en el caso de los CKDs el de bienes raíces como se puede observar en el siguiente cuadro
Los montos comprometidos se ven altos en varios casos ya que forman parte de la estrategia de contar con vehículos para los recursos actuales y futuros que recibirán las AFOREs, donde hay que tomar en cuenta que las AFOREs duplican sus activos prácticamente cada cinco años.
A lo largo de 2021 iniciaron su proceso inicial de listado en bolsa 10 CKDs y CERPIs. Los principales puntos que mencionar son:
Quieren emitir 5 CKDs y 5 CERPIs.
7 iniciaron el trámite en BIVA y 3 en BMV
Entre los 5 CERPIs tres son fondos de fondos; uno de energía y otro en bienes raíces. Solo hay un nuevo administrador
Entre los 5 CKDs están tres de bienes raíces y dos de deuda. Hay tres nuevos emisores potenciales.
En la emisión de nuevos vehículos de capital privado, de 2019 quedan 8 emisores que iniciaron su proceso de colocación y de 2020 hay 5 que están pendientes. La experiencia histórica nos dice que de estos 13 rezagados solo algunos podrían concretar su emisión, siendo más difícil para los de 2019 que para los de 2020 y 2021.
Aunque la tendencia en los últimos años favorece a la emisión de los CERPIs, la emisión de CKDs continúa dándose en forma selectiva, aunque no con el auge de 2015-2018.
Pixabay CC0 Public DomainOliver Plattner. Oliver Plattner
2021 se reveló como un año histórico para la demanda de activos de riesgo. Además, se registraron los mayores flujos de entrada en la renta variable mundial en comparación con los 19 años anteriores juntos, según indica el informe de Bank of America del 24 de noviembre. La entidad también pone de relieve que un tercio de esta demanda se dio en valores que portan una etiqueta ASG (criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo) o de sostenibilidad, y se han observado dinámicas similares en los mercados de crédito.
Según nuestra experiencia, a día de hoy, muchos inversores creen que la sostenibilidad constituye la última panacea. A título de ejemplo, estos inversores afirman que, si las empresas pagan más a su personal, esto se traducirá en un aumento de las ventas y la productividad y, en última instancia, reducirá los costes. También sostienen que rebajar las emisiones no solo ayudará al planeta, sino que también reforzará las cuentas de resultados de las firmas.
Esto resulta cierto para algunas firmas que ya están operando de forma sostenible o disponen de los medios y la capacidad para adaptarse a un mundo cambiante. Ahora bien, para muchas empresas, el cambio puede revelarse arriesgado y caro.
En las últimas décadas, numerosas compañías poco competitivas y centradas en los accionistas, que cuentan con productos o servicios sin diferenciación, han extraído rentas del medio ambiente, los proveedores, los trabajadores, los tenedores de bonos y otros. El auge de la sostenibilidad sugiere que estas palancas económicas perderán fuelle a buen seguro y probablemente se revertirán, lo que traerá consigo cierta presión en los márgenes de beneficios y las cuentas de resultados de las empresas. Nos tememos que los inversores cortoplacistas subestimarán la cantidad de empresas que exhiben un problema real respecto del valor final.
La sostenibilidad no es gratis y, en nuestra opinión, los esfuerzos por volverse más sostenibles pondrán en apuros a muchas firmas y puede que incluso lleven a algunas a la bancarrota.
Tendencias en aceleración
La pandemia aceleró muchas tendencias seculares bien conocidas como los medios digitales, la computación en la nube y el teletrabajo, aunque también ha precipitado otras que no resultaban tan evidentes, como la soledad, la desigualdad económica y, curiosamente, la demanda de los inversores de cambios en el comportamiento de las empresas.
Esto se ha traducido en el creciente reconocimiento por parte de las cúpulas directivas de la necesidad de adoptar prácticas empresariales más sostenibles. Este hecho se ilustra en el gráfico 1, que refleja el número de firmas de todo el planeta que aludieron, en sus publicaciones de resultados, a alguno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una serie de objetivos globales acordados por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2015 con el propósito de mejorar la calidad de vida en todo el mundo. Sin lugar a dudas, las compañías están captando el mensaje.
¿Qué importancia tiene esto?
Hay una larga lista de razones por las que la sociedad civil, los gobiernos y los grupos de interés especial se han preocupado por los asuntos ASG. No cabe duda de que el más notorio estriba en que abordarlos cobra una vital importancia en el éxito a largo plazo de nuestra comunidad global. Por poner un ejemplo, el ritmo desenfrenado con el que evolucionan el cambio climático o la desigualdad de ingresos podría tener repercusiones muy negativas desde un punto de vista social.
No es de extrañar que los inversores y los equipos directivos hayan tenido que empezar a prestar atención a esto por la forma en que estas consideraciones se trasladarán a las cuentas de resultados de las empresas de todo el mundo. Cabe reseñar que estamos empezando a constatar vínculos entre el interés en abordar cuestiones ASG, por un lado, y los factores financieros, por otro. Por ejemplo, cabe mencionar que las inquietudes en torno a la subida de los costes parecen concordar con el reciente aumento en las referencias a las cuestiones de sostenibilidad en la documentación de las empresas.
La relevancia es clave
La sostenibilidad generará nuevas oportunidades de negocio para algunos, al tiempo que intensificará los riesgos para otros, lo que traerá consigo unas divergencias sustanciales en el valor empresarial a largo plazo de muchas firmas. Ahora bien, lo que se deja con frecuencia en el tintero en la actual narrativa en materia ASG es la relevancia financiera, algo que, como es normal, incide en los precios de los activos.
Si bien la carestía en la mano de obra a escala mundial parece una consecuencia de la pandemia y los estímulos, también es una parte esencial del movimiento ASG en líneas generales. Si nos remontamos a unas décadas atrás, la mayor globalización y la robótica brindaron a las empresas una ventaja sobre la mano de obra. No obstante, en el último ciclo empresarial, aunque los responsables políticos rebajaron los tipos hasta el umbral del cero con el objeto de promover la contratación, los directores financieros se decantaron más bien por las recompras de acciones, lo que desembocó en los niveles más amplios de desigualdad en los ingresos de nuestros tiempos, ya que los inversores se enriquecieron y la economía y la mano de obra se quedaron atrás. Ahora se ha dado la vuelta a la tortilla y los trabajadores están presionando, exigiendo unos mayores salarios y obteniéndolos. Esto no debería sorprendernos.
En el entorno actual, los productores de combustibles fósiles y los productos que dependen de ellos también hacen frente a grandes óbices. Muchos actores de la industria petrolera apuestan por una clase media creciente en los mercados emergentes que apuntale la demanda y ayude a mantener el statu quo. No obstante, más de dos tercios de la demanda de petróleo guardan relación con los automóviles propulsados por motores de combustión interna, los cuales, bajo nuestro punto de vista, se tornarán obsoletos en un futuro no muy lejano. Las organizaciones demasiado complejas e ineficientes que tarden en adaptarse a este cambio no tienen muchos visos de sobrevivir.
Si echamos la vista atrás a los pasados cien años, nos queda una cosa clara: las empresas consolidadas en los diferentes sectores no se comportan bien ante las tecnologías disruptivas. La rotación hacia la sostenibilidad representa una fuerza disruptiva similar a la revolución industrial o el advenimiento de Internet. Configurará la sociedad y el entorno de inversión durante décadas. Pero no será gratis. Deparará algunos ganadores y algunos grandes perdedores. Y este nuevo paradigma se está produciendo en un momento en el que las primas de riesgo se hallan en mínimos históricos, lo que torna aún más importante la asignación responsable del capital.
Tribuna de Robert M. Almeida, gestor de carteras, director de inversiones y estratega global, y Robert M. Wilson, analista de research, en MFS Investment Management.
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Con la entrada en vigor a finales del año 2019 de la Directiva de la Unión Europea conocida como “Investment Firms Directive” (IFD), relativa a la supervisión prudencial de las empresas de servicios de inversión (ESI) y cuyas disposiciones han sido hasta la fecha objeto de transposición parcial al ordenamiento jurídico español, se estableció a nivel comunitario un completo régimen jurídico en materia de remuneraciones aplicable a las ESIs.
El objetivo de este régimen es alinear la remuneración de los altos directivos y restantes profesionales, cuyas actividades inciden de manera importante en el perfil de riesgo de las ESIs o de los activos que gestionen (el “colectivo identificado”) con una gestión prudente, sólida y eficaz de los riesgos presentes y futuros a los que se encuentran expuestas las ESIs, garantizando además que dichas remuneraciones no discriminen entre hombres y mujeres.
El objetivo de este régimen es alinear la remuneración de los altos directivos y restantes profesionales, cuyas actividades inciden de manera importante en el perfil de riesgo de las ESIs o de los activos que gestionen
En líneas generales, los principios que deben regir las políticas retributivas de las ESIs, así como los requerimientos específicos aplicables sobre la retribución variable que se conceda a los miembros del Colectivo Identificado, son muy similares a los previstos para las entidades de crédito en la famosa “Capital Requirements Directive IV” (CRD IV), como son, entre otros, el diferimiento y el abono de una parte de dicha retribución en acciones o instrumentos, con las particularidades propias del tamaño y la complejidad de las actividades de una ESI.
A modo de ejemplo, las ESIs tienen un periodo de diferimiento más corto en comparación con las entidades de crédito (de tres a cinco años en lugar de cuatro a cinco años) y no se encuentran sujetas a ninguna limitación específica en lo que respecta a la ratio entre los componentes fijos y los componentes variables de la retribución del colectivo identificado (en el caso de las entidades de crédito, el componente variable no puede superar el 100% del componente fijo, o el 200% en caso de que se apruebe por Junta), sino que deberán fijar en sus políticas de remuneración las ratios apropiadas, teniendo en cuenta las actividades de la ESI y los riesgos conexos, así como la incidencia del colectivo identificado en el perfil de riesgo de la ESI.
Las ESIs tienen un periodo de diferimiento más corto en comparación con las entidades de crédito y no se encuentran sujetas a ninguna limitación específica en lo que respecta a la ratio entre los componentes fijos y los componentes variables de la retribución del colectivo identificado
Con la finalidad de desarrollar algunos aspectos relevantes relativos a la regulación aplicable a las ESIs en materia de remuneraciones, se publicaron en el Diario Oficial de la Unión Europea tres Reglamentos Delegados con impacto directo e inmediato en el ámbito de la remuneración de los altos directivos de las ESIs.
El primer Reglamento Delegado
Fija los criterios que las autoridades nacionales competentes deben seguir a la hora de someter a determinadas ESI (en las que deberán concurrir una serie de circunstancias específicas de volumen de activos y de actividad) a los requisitos prudenciales recogidos en el Reglamento de la Unión Europea “Capital Requirements Regulation” (CRR), en el ejercicio de la facultad discrecional que el artículo 5 de la IFD confiere a dichas autoridades.
La consecuencia directa de que una ESI cumpla con los requisitos para que las autoridades competentes decidan que la misma quede sujeta a lo previsto en el CRR es que dicha ESI será objeto de supervisión para comprobar el cumplimiento de determinados requisitos prudenciales previstos en la CRD IV para las entidades de crédito, entre los que se encuentran los relativos a las políticas de remuneración y la retribución variable del colectivo identificado(i.e. diferimiento mínimo de cuatro años y fijación de una ratio máxima del 100%/200%, entre otros).
El segundo Reglamento Delegado
Establece por primera vez criterios objetivos específicos, tanto de carácter cualitativo, como de carácter cuantitativo, así como una serie de definiciones y de supuestos de exclusión, que servirán para que las ESIs determinen la composición de sus colectivos identificados.
Este Reglamento Delegado resultaría de aplicación a las ESIs sujetas a la IFD y su contenido recuerda al previsto en el antiguo Reglamento Delegado 604/2014, aplicable a las entidades de crédito, con las particularidades propias que caracterizan a las ESIs. En cambio, aquellas ESIs que deban cumplir con los requisitos previstos en el CRR y en la CRD IV deberán determinar la composición de sus colectivos identificados conforme (i) a los criterios mínimos de identificación previstos en la propia CRD IV, y (ii) a los criterios cualitativos y cuantitativos previstos en el Reglamento Delegado (UE) 2021/923 de la Comisión de 25 de marzo de 2021, aplicables a las entidades de crédito.
El tercero y último de los Reglamentos Delegados
Especifica las clases de instrumentos que reflejan de manera adecuada la calidad crediticia de una ESI desde una perspectiva de continuidad de la explotación, así como las posibles soluciones alternativas que resultan adecuadas a efectos de garantizar que una parte de la remuneración variable del colectivo identificado, diferida y no diferida, consista en acciones o instrumentos.
Las ESIs sujetas a la IFD deberán cumplir con las nuevas Directrices de la EBA
El “Final report on Guidelines on sound remuneration policies under Directive (EU) 2019/2034” (EBA/GL/2021/13) tiene como finalidad establecer Directrices sobre políticas y prácticas de remuneración adecuadas aplicables a las ESIs al amparo de la IFD, bajo el principio de “comply or explain”
Al igual que ocurre con el Reglamento Delegado que recoge los criterios para determinar al colectivo identificado, estas Directrices resultarán de aplicación a aquellas ESIs que se encuentren sujetas a la IFD. Por el contrario, aquellas otras ESIs que deban cumplir con los requisitos prudenciales previstos en el CRR y en la CRD IV tendrían que aplicar, en principio, el documento “Final report on Guidelines on sound remuneration policies under Directive 2013/36/EU” (EBA/GL/2021/04), que resultará de aplicación desde el próximo 31 de diciembre de 2021.
Entre otras novedades, las nuevas Directrices aplicables a las ESIs fijan reglas específicas sobre el establecimiento, la composición y las funciones del Comité de Remuneraciones, obligatorio en caso de una ESI cuyos activos promedio fuera y dentro de balance en los últimos cuatro ejercicios supere los 100 millones de euros, y recogen la necesidad de aplicar un enfoque neutral en cuanto al género para los aumentos salariales y para el desarrollo o progreso de la carrera profesional.
Estas nuevas Directrices resultarán de aplicación a las ESIs sujetas a la IFD desde el 30 de abril de 2022, debiendo las ESIs actualizar sus políticas de remuneraciones y restante documentación relacionada antes de dicha fecha para ajustarlas a lo previsto en las citadas Directrices. Si las Juntas Generales de Accionistas tuviesen que adoptar cualquier acuerdo a este respecto, el mismo deberá adoptarse antes del 30 de junio de 2022. Sin perjuicio de lo anterior, así como de la transposición completa de la IFD en España, las políticas de remuneración de las ESIs deberán aplicarse en línea con estas nuevas Directrices para el ejercicio que empiece con posterioridad al 31 de diciembre de 2021.
Tribuna de Mónica San Nicolás, directora de Compensación General, de Consejeros y de Directivos de KPMG Abogados, y Gonzalo Cajigas, senior manager del departamento de Compensación y Beneficios en KPMG Abogados.