Mercado inmobiliario: esta vez no es diferente

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Mercado inmobiliario: esta vez no es diferente
Foto: Victor Camilo, Flickr, Creative Commons. Mercado inmobiliario: esta vez no es diferente

El gran científico Albert Einstein dijo en una ocasión que locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes. Ni que decir tiene que aprender de nuestros errores constituye la mejor forma de evitar caer en la trampa de la locura. Sin embargo, en el embriagador punto álgido de un boom inmobiliario es muy fácil ignorar las experiencias anteriores. Todos sabemos que los mercados tienen ciclos y que estos no pueden subir eternamente, pero siempre son muchos los que se dejan llevar pensando que esta vez el resultado será distinto.

Los inversores están en lo cierto al señalar que existen diferencias evidentes entre el actual optimismo del mercado y el crash inmobiliario de 2007/08. Y todos nos dedicamos a buscar las mismas señales de ese crash y a convencernos de que, dadas las diferencias con el actual mercado, el resultado no puede ser el mismo.

En esta ocasión hay tres diferencias fundamentales que contribuyen al comportamiento alcista. Los bienes inmuebles parecen más baratos que la deuda pública. El diferencial entre los tipos de los bienes inmuebles y los de la deuda pública es mayor en el actual ciclo. Pero asumir que el sector inmobiliario está barato debido a que los bonos están caros sería analizar el valor de forma relativa. Pese a que los bienes inmuebles puedan estar más baratos que los bonos, continúan pareciendo sobrevalorados en términos absolutos.

Según el planteamiento del valor absoluto, la subida de los tipos de interés hará que la propiedad parezca más cara (incluso si los precios se mantienen), salvo que los ingresos aumenten de forma considerable. La subida de los tipos de interés también provocará que las propiedades parezcan más caras que la deuda pública, incluso según su valor relativo.

Tras un período en el que no era posible recurrir a la deuda de forma inmediata para la inversión inmobiliaria, actualmente puede accederse a ella más fácilmente y con márgenes menores. Esto está generando importantes oportunidades de financiación y los inversores asumen más deuda para hacerse con activos más arriesgados.

Pero en este caso hay dos ideas falsas. En primer lugar, el coste de la deuda no hace que varíe su impacto sobre los valores de riesgo para el capital –los riesgos siguen siendo los mismos, pese a las expectativas de mayor rentabilidad–. En segundo lugar, a medida que suben los mercados y cuanto más ha crecido el capital, llega el momento de deshacerse de la deuda, no de adquirir más.

Además, la cantidad de espacio de oficinas en construcción se encuentra en un nivel históricamente bajo, lo cual limita la oferta. Pero la cantidad de espacio en «términos reales» (es decir, el número de personas adicionales que puede alojar este espacio) es mayor que nunca, debido a la transformación que han experimentado los centros de trabajo en los últimos 30 años. Una mano de obra más flexible, el aumento de los espacios de oficinas abiertos, las ventajas tecnológicas y un diseño más eficiente han contribuido a que disminuya el promedio de superficie por persona. Hace treinta años, 10.000 metros cuadrados (m2) equivalían a unos 500 puestos de trabajo. Pero con el aumento de la eficiencia en el uso del espacio de oficinas, en la actualidad 10.000 m2 equivaldría a aproximadamente 1.250 puestos de trabajo. Esta misma tensión de mayor eficiencia del espacio existe en el mercado de la propiedad destinada al comercio minorista.

Así, el panorama inmobiliario ha cambiado de forma notable en los últimos 30 años, lo cual ha generado riesgos y oportunidades. Por ejemplo, finalmente Internet está teniendo la incidencia en el comercio minorista que habíamos previsto; ya no es necesario que el comercio utilice espacio para vender sus productos. Y si el contexto comercial no ofrece a los consumidores comodidad o una experiencia de gran calidad, los activos del sector de la venta minorista se verán relegados a una lamentable posición intermedia. Dicho esto, el sector industrial es el principal beneficiado por el cambio estructural que ha experimentado el sector minorista. La venta a través de Internet ha provocado un aumento de la demanda de almacenes industriales y de logística, tendencia que creemos que se mantendrá. Por ello, aunque existen cambios estructurales, es evidente que habrá claros beneficiados.

Pese a que es cierto que en esta ocasión el panorama del sector inmobiliario es distinto, no prevemos que esto vaya a cambiar en esencia nuestra perspectiva para el mercado. Los bienes inmuebles ya han avanzado bastante en determinados mercados y cabe esperar que en algún momento esta tendencia se suavice y sin duda se relaje. Lo que todavía es incierto es cómo y cuándo sucederá. Pero en el excitante mundo del capital en rápido crecimiento son muchos los inversores que suelen ignorar la principal ventaja de invertir en propiedades: un flujo de ingresos seguro, que cuenta con el respaldo de un arrendamiento y, en última instancia, de un inquilino estable realizando actividades ligadas al sector servicios. Esto cobrará aún más importancia a medida que se corrijan los valores.

Por supuesto, Einstein estaba en lo cierto, y en esta ocasión el ciclo no será distinto. Pero mantener la cautela y centrarse en los ingresos y el valor fundamental a largo plazo ahorrará a muchos caer en la insensatez cuando llegue la inevitable contracción.

Columna de Andrew Allen, responsable de estrategia e investigación sobre bienes inmuebles mundiales de Aberdeen AM

En 2016, el consumo de los mercados desarrollados seguirá impulsando el crecimiento

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En 2016, el consumo de los mercados desarrollados seguirá impulsando el crecimiento
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Vinoth Chandar. En 2016, el consumo de los mercados desarrollados seguirá impulsando el crecimiento

El crecimiento económico mundial probablemente se mantenga en niveles relativamente bajos en 2016, pero el riesgo de recesión sigue siendo reducido en un entorno en el que el crecimiento de los mercados desarrollados está aguantando bien. Aunque el efecto negativo derivado de una demanda internacional débil en líneas generales probablemente lastre el comercio y las manufacturas en 2016, el consumo de los mercados desarrollados probablemente siga impulsando el crecimiento, ya que la conjunción de las mejorías generalizadas en los mercados laborales y las bajas tasas de inflación está impulsando el poder adquisitivo. Estados Unidos y el Reino Unido previsiblemente crecerán a tasas similares a las de 2015 (ligeramente por encima de sus respectivas tendencias), aunque podríamos ver cierta aceleración del crecimiento en Europa y Japón.

Políticas monetarias divergentes

La continuación de la expansión monetaria en Europa y Japón a lo largo de 2016 contrastará con el arranque del ciclo de endurecimiento monetario en EE.UU. y el Reino Unido, lo que generará divergencias en las políticas monetarias. La obsesión de los mercados con el momento de la primera subida de tipos de la Fed en 2015 era un reflejo de las dudas sobre el impacto de estas divergencias y sobre si la economía mundial estaba preparada para unas condiciones financieras más restrictivas. Sin embargo, el punto más importante en el ciclo de política monetaria actual es que el ritmo de las subidas de tipos probablemente será lento y la trayectoria muy plana en 2016. Esto debería permitir a las economías seguir creciendo por ahora al tiempo que contienen la inflación, que preveo que continuará siendo baja durante todo el año.

En emergentes, la diferenciación es clave

Las condiciones en los mercados emergentes seguirán siendo difíciles debido al mismo conjunto de obstáculos que lastraron el crecimiento en 2015. La desaceleración de la demanda china sigue pesando en los exportadores emergentes, especialmente en los que suministran bienes o servicios a los sectores de la «vieja economía» de China. Unos precios estructuralmente más bajos en las materias primas son la causa del deterioro del sector exterior y los saldos presupuestarios en los países exportadores de estos materiales, una situación agravada a menudo por las depreciaciones cambiarias. Por último, la reducción del endeudamiento y unas condiciones financieras, en general, más restrictivas en todo el mundo son especialmente perjudiciales para los mercados emergentes, cuyo acceso a la financiación internacional se ha encarecido en 2015.

En este entorno, es especialmente importante diferenciar entre los países más afectados por estas dificultades y los que presentan unos fundamentales económicos y financieros más sólidos.

Principales riesgos

En 2016 debemos estar atentos a varios riesgos. Una desaceleración acusada en el crecimiento estadounidense rebajaría las expectativas de tipos de interés y socavaría el sentimiento del mercado, mientras que un aterrizaje forzoso en China sería difícil de digerir, no solo para los mercados emergentes, sino para el conjunto de la economía mundial. Por otro lado, una subida de la inflación más rápida de lo previsto en todo el mundo, pero especialmente en Estados Unidos, obligaría a reevaluar la política monetaria actual, lo que se traduciría en un calendario de endurecimiento monetario más acelerado del que se descuenta actualmente. Una crisis en los mercados emergentes, tanto si es el resultado de alguno de los factores anteriores como si no, se traduciría en una nueva reducción del crecimiento mundial con respecto a su trayectoria prevista.

En un plano positivo, una recuperación de los precios de las materias primas o una estabilización más larga de lo previsto (o incluso un rebote) del crecimiento económico en China podría dar lugar a una mejoría de los fundamentales en los mercados emergentes, poniendo así fin a un largo periodo de crecimiento decepcionante en este grupo de economías.

Anna Stupnytska es economista global de Fidelity Internacional.

Se impone la cautela ante la adicción de los mercados al respaldo de los bancos centrales

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Se impone la cautela ante la adicción de los mercados al respaldo de los bancos centrales
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: BCE Offcial. Markets’ Addiction to Central Bank Support Leaves Investors Stunned

Los mercados se han vuelto cada vez más volátiles este año y parecen estar mucho más dirigidos por el ánimo de los inversores que por los fundamentos económicos. En los últimos años, el mercado ha desarrollado una clara adicción a las ayudas de los bancos centrales y su reacción a los cambios en las decisiones de política monetaria se ha vuelto impredecible y a menudo dramática.

Este año hemos visto un par de buenos ejemplos. El 24 de agosto, conocido como ‘lunes negro’, las bolsas chinas cayeron casi un 9% en un día, tras la noticia de que el banco central de China no iba a rescatar de nuevo a los mercados después tras haber prometido anteriormente que si lo haría. Naturalmente, esto tuvo repercusiones en todos los mercados mundiales, incluyendo Europa y Estados Unidos. Ese día, el lunes negro, el Dow Jones se desplomó 1.000 puntos en la apertura, la mayor caída vista nunca.

El ejemplo más reciente data del 3 de diciembre, el día que el presidente del BCE, Mario Draghi, anunció medidas adicionales de estímulo con el fin de impulsar la economía de la zona euro y la inflación. Sin embargo, los mercados habían creado la imagen de ‘Super Mario’, el banquero central que ha demostrado ser capaz de sobrepasar las, ya de por si altas, expectativas de los mercado. En septiembre y octubre, Draghi había insinuado que podría poner en marcha un segundo programa de expansión cuantitativa con una extensión del programa de compra de bonos del BCE, en parte como una respuesta a los problemas de China que amenazan la economía de la eurozona.

Con esta imagen de ‘Super Mario’ en la cabeza, los mercados anticipaban el anuncio de un potente paquete de estímulos adicional en la reunión de diciembre. Sin embargo, Draghi decepcionó en este ocasión y la reacción del mercado no se hizo esperar: caídas en las bolsas, aumento del tipo de cambio del euro y, sobre todo, un fuerte aumento de la rentabilidad de la deuda pública. En cuestión de horas el bono alemán a 10 años repuntó hasta 20 puntos básicos. ¡Un aumento de casi el 50%!

Puede ser obvio que un entorno tan altamente volátil presenta grandes desafíos para los inversores. Hemos visto bastantes ejemplos de bancos centrales con problemas para comunicar sus intenciones a los mercados y es evidente que estos ejemplos continuarán. Desde una perspectiva de gestión del riesgo de la cartera, este tipo de acontecimientos subrayan la necesidad de realizar una asignación de activos imparcial, activa y bien informada. Teniendo en cuenta los importantes picos de volatilidad vistos en los últimos meses, cada vez más inversores optan por delegar sus decisiones de asignación de activos a equipos especializados de multi-assets.

En base a todo esto, desde primeros de noviembre hemos decidido infraponderar la deuda alemana en nuestros portafolios multiactivo. Tras esto hemos eliminado también algunos riesgos mediante la neutralización de nuestras posiciones en renta variable y en los spreads de renta fija. La consecuencias de la divergencia existente entre las políticas monetarias del BCE y de la Fed se ven ahora con más claridad. Los anuncios en diciembre de ambos organismos, junto con una liquidez del mercado inferior a la habitual, ha sido para nosotros razón suficiente para adoptar una perfil de asignación de activos de bajo perfil conforme cerramos el 2015.

Valentijn van Nieuwenhuijzen es responsable de productos multiactivo en NN Investment Partners.

 

México: ¿Aburrido? No importa, ¡así me lo llevo!

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México: ¿Aburrido? No importa, ¡así me lo llevo!
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto de Alex Steffler . México: ¿Aburrido? No importa, ¡así me lo llevo!

Consideramos que en el año 2016, y entre mercados emergentes, México será una de las historias más positivas. Nuestro escenario central para 2016 es que el crecimiento real del PIB seguirá acelerando en un contexto de inflación ligera. Proyectamos que se dará un estrechamiento de los desequilibrios fiscales y que seguirá existiendo apetito por nuevas emisiones de deuda, tanto en México como en el extranjero. La cuenta corriente se podría ampliar un poco como porcentaje del PIB, pero los flujos netos de inversión extranjera directa probablemente serán suficientes para financiar alrededor de la mitad de la brecha externa. Como no tenemos esperanzas de que surja una nueva agenda de reformas, consideramos que el entusiasmo de los inversionistas el año próximo se enfocará en el juego de adivinanzas asociado con las perspectivas de la política monetaria. De ninguna manera nos ofende la historia de México que pinta un tanto aburrida, de todas formas, ¡así me lo llevo!

Los riesgos externos en nuestro escenario central tienen que ver con la condición de la economía de los Estados Unidos y los precios del petróleo. Un crecimiento de los Estados Unidos menos dinámico de lo esperado, particularmente en cuanto a importaciones, seguramente repercutirá en menor crecimiento en México. La ventaja de este escenario sería que seguramente habría menos necesidad por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos por normalizar la política monetaria de manera agresiva, aspecto que sería positivo para aquellos activos de riesgo, incluidos los de México, si la desaceleración económica no fuera demasiado pronunciada. Mientras tanto, precios del petróleo mucho más bajos en el 2016 seguramente afectarían el sentimiento hacia México si la paraestatal Pemex siguiera retrasando los pagos a proveedores y prestadores de servicios, más allá de la fecha de pago prometida en mayo próximo. Las expectativas de crecimiento hacia 2017 y más allá también se verían afectadas en previsión a los posibles ajustes presupuestarios adicionales, en línea con la respuesta de la política del gobierno en el 2015-2016. La buena noticia es que el programa fiscal para el 2016 ha garantizado un precio promedio para la mezcla de crudo de exportación mexicano en 50 dólares por barril, frente a los 30 dólares actuales, situación que disminuye el riesgo de recortes de gastos adicionales en los próximos doce meses.

Los riesgos están asociados al crimen, la corrupción y los resultados de las próximas subastas petroleras en México. Desde nuestra perspectiva, parte del problema relacionado a la caída en los negocios y la confianza del consumidor de los trimestres pasados, así como la considerable baja en la popularidad del gobierno, tiene que ver con los casos particulares de crimen y corrupción suscitados en los últimos dos años. En este sentido, el surgimiento de nuevas situaciones de corrupción o crímenes de alto perfil, como es el caso del terrible desaparecimiento de 43 estudiantes en el estado de Guerrero en septiembre de 2014, seguramente presentaría importantes retos a la recuperación y a la reputación en general del país.

Proyectamos una aceleración en el crecimiento real promedio del PIB en el 2015 del 2,5% al 3%. Nuestras proyecciones se ubican ligeramente arriba de las expectativas del mercado en las más recientes encuestas del Banco Central del 2,4% en el 2015 y 2,7% del 2016. En nuestro pasado informe trimestral nos colocamos en 2,3% y 2,9% respectivamente. La ligera revisión al alza en nuestras proyecciones fue debido a un sorpresivo crecimiento favorable en el tercer trimestre y por las ligeras revisiones al alza a los reportes trimestrales anteriores. Del lado de la oferta, notamos que el crecimiento real del PIB habría sido de 0,5 puntos porcentuales más arriba del año a la fecha de no haber sido por la caída en la producción de petróleo. Ahora, desde la perspectiva de demanda, la suma de componentes del PIB también produce una figura de crecimiento mayor para el año pasado (4,3% frente al 2,4% actual), sin embargo, eso se debe primordialmente a errores de medición en acumulación de inventarios.  

Recientes indicadores económicos de alta frecuencia se han reportado mezclados. El punto fuerte sigue siendo la fortaleza del consumo privado. Varios indicadores, incluidas las ventas comerciales, el consumo doméstico, las ventas de vehículos y las ventas en general reportadas por empresas que cotizan en la bolsa de valores sugieren que el consumo privado creció un 4,6% interanualmente en términos reales durante el tercer trimestre, su nivel más alto desde principios de 2012. Las exportaciones manufactureras se han mantenido lentas a pesar de la depreciación del peso, y seguramente reflejan la menor demanda de importaciones por parte de los Estados Unidos. Finalmente, el crecimiento de la inversión ha sido algo irregular, ya que el también bajo crecimiento de la construcción ha compensado la fortaleza de las importaciones de maquinaria y equipo.

A pesar de las presiones persistentes que debilitan al peso, nos seguimos sintiendo optimistas en lo que respecta a la inflación. La inflación general anual probablemente rondará cerca del 2,2% en 2015, situada en un punto de los más bajos en décadas, mientras que la inflación subyacente seguramente cierre en el 2,5%. Hacia 2016 anticipamos que la inflación fluctúe alrededor de la meta que ha dado el Banco Central del 3% para la mayor parte del año, a partir de enero, en lo que se disipa el efecto base favorable y en tanto se materializa el mayor traslado del peso débil. Al momento, la mayor tasa de inflación anual que prevemos para 2016 es del 3,3%, hacia finales del año.

Existen riesgos de mayor y menor inflación el año próximo. Los principales riesgos asociados con la mayor inflación son el mayor grado de traslado de debilidad de la moneda y un salto en los precios de productos agrícolas, debido a que la inflación agrícola actual parece estar demasiado baja al momento. Mientras tanto, los riesgos de una inflación más baja se asocian con la intensificación de la competencia en algunos sectores, particularmente el de las telecomunicaciones, las aerolíneas y el segmento minorista. Por otro lado, en el tercer trimestre de 2016 la incertidumbre por la inflación seguramente aumente notablemente tras el lanzamiento esperado del nuevo índice de precios al consumidor, con un nuevo año base, distintos pesos, otras ciudades y una reclasificación de ciertos artículos.

En 2016 anticipamos 75 puntos básicos en aumentos de las tasas de interés al 4%, en línea con nuestra perspectiva interna con respecto a la trayectoria que la tasa de fondos federales de los Estados Unidos seguramente vaya a seguir. Consideramos que el Banco Central de México seguramente rompería sus vínculos con la Fed en caso de que sus alzas sean menores de lo esperado y que vengan con un mayor retraso, siempre y cuando la inflación en México esté controlada. El escenario alternativo, es decir aquel en el que la Fed apriete mucho más agresivamente de lo anticipado, seguramente daría como resultado aumentos de tarifas muy comparables por parte del Banco Central de México, dado el impacto negativo que este contexto le implicaría al peso mexicano y a todos los mercados emergentes en general.

Nuestra perspectiva interna (que no es nuestra proyección) es que el peso mexicano se reducirá a 18,20 pesos al dólar en doce meses. Consideramos que los riesgos asociados con este pronóstico están claramente inclinados hacia el lado fuerte, es decir que el peso esté más fuerte que los 18,20 en un año. Aunque entendemos los argumentos detrás de una tesis por un dólar fuerte, destacamos que México se beneficiaría de una economía estadounidense más fuerte, que las principales caídas en los precios del petróleo ya se dieron y que las autoridades mexicanas saben defender su moneda mediante ventas adicionales de dólares y aumentos de intereses.

Desde la perspectiva fiscal, felicitamos a las autoridades por redoblar sus esfuerzos y por ver la situación de los precios del petróleo como una instancia permanente. Proyectamos que el amplio déficit fiscal se reducirá al 3,2% del PIB en el 2016 de un déficit de alrededor del 3,5% del PIB en 2015, mientras que el déficit primario se reducirá hasta 0,6% del PIB de un déficit del 1,3% del PIB en 2015. Mientras tanto, en lo que respecta a las cuentas externas, prevemos un aumento del déficit de la cuenta corriente hacia el 3,5% del PIB en 2016 de un déficit del 2,8% del PIB en 2015, reflejo de una mayor demanda interna y el impacto negativo de los precios energéticos. Estimamos que los flujos netos de inversión extranjera directa van a financiar alrededor del 50% del déficit del próximo año.

Consideramos que las perspectivas políticas se mantendrán en general sin mayor eventualidad en el 2016. Consideramos que no se van a presentar reformas legislativas sustanciales ante el Congreso y que los principales partidos políticos se concentrarán en las elecciones de gobernadores de principios del mes de junio. Desde nuestra perspectiva, no será hasta mediados o finales de 2017 que los inversionistas y en particular los extranjeros, se pongan más pendientes de los desarrollos políticos, ya con miras a las elecciones presidenciales del 2018.

Finalmente, en el 2016, no anticipamos cambios en las calificaciones de deuda soberana de moneda extranjera a largo plazo en México. Lo anterior lo fundamentamos en nuestro escenario central de que es poco probable que se lleguen a materializar importantes sorpresas – ya sea positivas o negativas-. Además, en el caso dado de que se llegaran a dar algunas negativas, existirían las respuestas políticas adecuadas para afrontarlas.

Columna de opinión de Alonso Cervera, de Credit Suisse.

Los elevados niveles de consumo asiático

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Los elevados niveles de consumo asiático
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: jo.sau . All-Consuming Asia: A Retail Revolution Story

¿Sabía que los compradores por internet chinos gastaron unos 5.700 millones de dólares en un sólo día en noviembre del pasado año, que cada vez más consumidores indios acaudalados prefieren comprar el té en una farmacia o que los tailandeses urbanos visitan un hipermercado al menos una vez a la semana y la mitad de sus facturas mensuales corresponden a tiendas de alimentación?

Para la mayoría de nosotros este es el tipo de información aleatoria que normalmente se reserva para un concurso de preguntas y respuestas, pero para los gestores de fondos representan datos muy valiosos sobre la conducta de los consumidores y que reflejan algunos de los cambios que se han producido en Asia en los últimos años.

El gran crecimiento de China ha alterado a nivel mundial los precios pagados por los bienes de consumo, la demanda global de recursos naturales e incluso el flujo de capitales internacionales. Se ha escrito mucho acerca de cómo los responsables de las políticas del país promueven el consumo doméstico como un futuro catalizador del crecimiento, aunque el hecho es que los consumidores de esta nación ya llevan tiempo reflejando pautas de comportamiento en esta línea.

La locura por el comercio electrónico en China también hace que este país sea el mercado de smartphones más importante del mundo y que sólo en los tres primeros meses del año se vendieran 98,8 millones. El país es el mercado de automóvil más importante del mundo y, junto con la India, aspira al título de mercado de oro más importante a nivel global.

También la India

Con todo esto resulta sencillo poner un excesivo foco sólo en China. La India es otro país en el que las reformas se encuentran en la agenda y en el que una creciente clase media urbana está cambiando las pautas de consumo. Y esto es importante ya que la gente que vive en las ciudades tiende a ganar y a gastar más.

A pesar de que solo tres de cada diez indios se clasifican como «urbanos» en las estadísticas del censo, estos representan más del 70% del mercado de las denominadas mercancías de consumo masivo (FMCG, por sus siglas en inglés). Y estos consumidores están desarrollando nuevos patrones de conducta en el sector de la distribución.

Por ejemplo, las farmacias se han convertido en el canal de ventas de la «vieja economía» de más rápido crecimiento en el ámbito de las FMCG. Los farmacéuticos atraen a un consumidor más exclusivo que parece preferir comprar tés, zumos de frutas y alimentos saludables envasados a un hombre que lleva una bata blanca.

Por otra parte, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) compuesta por 10 países, se ha convertido en algo que recuerda a un mercado único de unos 625 millones de consumidores. Esto ha contribuido a que la región emerja lentamente de la gigante sombra de China.

Se ha pasado de la extracción de materias primas a actividades económicas que se encuentran más arriba en la cadena de valor. Mientras China habla de reequilibrio, la ASEAN ha encontrado principalmente un medio satisfactorio de exportar y reciclar riqueza internamente, en forma de una creciente demanda del consumidor.

Los ingresos han crecido partiendo de una base limitada y existe una enorme demanda sostenida de vivienda, bienes de consumo no perecederos, transporte y servicios bancarios. Las poblaciones, tal y como es habitual entre los mercados emergentes, son jóvenes.

Sin olvidar Filipinas

El consumo doméstico representa aproximadamente el 70% del crecimiento económico de Filipinas y esto ya lleva cierto tiempo siendo así, según Jaime de Ayala, director ejecutivo y presidente de Ayala Corp, el conglomerado más antiguo del país. Las remesas de los filipinos que se encuentran en el extranjero han sido un fuerte factor de impulso para los mercados de consumidores de rentas medias, tales como las telecomunicaciones, el sector inmobiliario y otros servicios.

Por otra parte, lo que justifica la inversión en Indonesia, el miembro más importante de la ASEAN, está estrechamente vinculado con su población de unos 254 millones de personas. Más de la mitad de los indonesios viven en ciudades y esta cifra se incrementa en unas 300.000 personas cada año.

Lo que hace que este país nos resulte incluso más atractivo es que las empresas de productos de consumo no están sujetas a controles gubernamentales estrictos, como suele ocurrir en sectores más «estratégicos», como la defensa, los servicios públicos o la aviación. Esto significa que la competencia existe y que es posible que la innovación tenga lugar.

Algunas dificultades

Obviamente no todo es perfecto. Sin ir más lejos, el crecimiento chino está sufriendo una desaceleración. Esto puede ser positivo a largo plazo porque las tasas de crecimiento de dos dígitos eran, en retrospectiva, insostenibles. Sin embargo, a corto plazo todo el mundo padece las consecuencias.

Asia lucha por recuperar el impulso, en parte debido a su dependencia de la demanda china. A pesar de que las tasas de crecimiento siguen siendo más elevadas que en otras partes del mundo, los beneficios corporativos están cayendo, lo que puede afectar al empleo y los salarios.

En particular, las economías asiáticas que dependen más de la inversión extranjera están siendo penalizadas por las salidas de flujos de capital indiscriminadas de la región. Las previsiones de que la Reserva Federal estadounidense seguirá subiendo los tipos de interés el año que viene también tienen la culpa.

Sin embargo, hay muchas personas en Asia que se están enriqueciendo. Muchas tienen una renta disponible por primera vez en su vida y quieren gastar este dinero. Las empresas de más éxito ya han averiguado una forma de explotar estos cambios fundamentales.

A pesar de que Asia debe superar múltiples desafíos inmediatos, el inversor debería tener en cuenta las tendencias a más largo plazo que están cambiando las vidas de miles de millones de personas en toda la región cada día. Porque estos cambios terminarán haciendo que alguien se beneficie sustancialmente.  

Un bonito 2016 para planificar financieramente

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Un bonito 2016 para planificar financieramente
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Mike Fleming. Un bonito 2016 para planificar financieramente

Como anticipan los analistas, el 2016 no será un año fácil. Una desaceleración en el crecimiento económico, la incertidumbre por la política monetaria de algunos bancos centrales, la inflación que crece en el mundo emergente, temas políticos, entre muchas cosas. Y cabe decir, nuevamente, que el panorama dista mucho de los libros de texto de la economía clásica, según la cual, cada vez que se cae la economía debe disminuir la inflación, pues bajan las presiones de demanda. Esta vez, por lo menos en países de Latinoamérica, no es así.

Por la incertidumbre, la que juega en contra de las decisiones lógicas, es que, en vez de arriesgar, debemos planificar. Incertidumbre es, por ejemplo, no saber si en la ruleta en el casino caerá rojo, negro o, aunque con menor probabilidad, el cero que es verde. Nadie, que yo conozca, se ha hecho millonario jugando en un casino (excepto, claro está, el dueño del casino), lo que demuestra que cuando no se saben las cosas con certeza, la apuesta puede llevar a comprometer el dinero. En una economía con incertidumbre, en unos mercados con incertidumbre, el tratar de pegarle al activo rentable, es como tratar de adivinar el número de la ruleta en el cual caerá la bola.

Por eso es importante durante un año que se vislumbra complejo, darle paso a la planificación financiera, es decir, a establecer metas y objetivos de mediano y largo plazo con el fin de estructurar un plan de ingresos, egresos, ahorro, planeación fiscal, entre otras cosas, para llevarlo a cabo. A diferencia del ejemplo del casino, la planificación financiera de una forma estructurada, se parece mucho más a un juego de Monopolio, en el cual la construcción constante de un patrimonio financiero, brindará sus frutos futuros por encima del que no construyó ese patrimonio.

Durante muchos años de mi vida jugué Monopolio de forma intensa y en la mayoría de las veces me iba muy bien. Aprendí que no era comprar las propiedades en las que siempre uno caía, sino que era estrictamente necesario comprar propiedades en cada lado del tablero, dándole énfasis a las últimas que era donde las rentas futuras eran mayores. Pero, como en un proceso de planeación financiera, uno estaba tentado a no esperar y gastarse todos los recursos iniciales en los tres primeros lados del tablero, lo cual de ninguna forma es eficiente. Además, aprendí, que era necesario tener en cuenta los lugares de cada propiedad, con el fin de que las probabilidades de caer en cada una, aumentara el efecto positivo al gastar los recursos.

Todo lo que aprendí del Monopolio lo he aplicado a los temas de planificación financiera, que es mucho más que el juego original. “Jugar” financieramente también tiene retos como los imprevistos, las cosas que te pasan en la vida, entre otras cosas. Pero en un año complicado, como dije anteriormente, es mejor pensar en que somos jugadores de Monopolio que de ruleta. En todas las ruletas puedes salir afectado, sino, piensa en la ruleta rusa.

 

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la visión de Old Mutual sobre los temas tratados.

Opinión de Manuel García Ospina, gerente de la Escuela de Planeación financiera y comercial de Old Mutual.

VIVE LA LIBERTÉ!

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VIVE LA LIBERTÉ!
. VIVE LA LIBERTÉ!

Después de que el pasado enero la libertad de expresión fuera devastada de nuevo en París, los ataques terroristas del 13 de noviembre tuvieron como objetivo otra forma de libertad. La libertad de tomar una cerveza en una terraza o asistir a un concierto tranquilamente y desde el respeto hacia los demás. Dicho de otra forma, la libertad de vivir. Ahora les toca a los políticos forjar una respuesta conjunta al terrorismo. Y, a todos y cada uno de nosotros, en la medida en que podamos, negar la victoria a los asesinos siendo más libres que nunca. Si bien una mera forma de ser constituye un acto de resistencia ínfimo frente a la barbarie, en ella se encarna a diario, muy veladamente, uno de nuestros valores más preciados.

En el plano profesional —el caso de muchos de nosotros, espero— la libertad reside en afirmar, frente a todo tipo de presiones, nuestra autonomía de pensamiento, que a menudo coincide con la de la mayoría. Sentirse libre para defender las propias convicciones, a veces con tesón, e incluso cambiar de opinión si lo consideramos justificado o reconocer los errores y atreverse a corregirlos. En ocasiones, esto requiere cierta obstinación, pero, ¿quién dijo que cultivar un espíritu libre fuera fácil?

En su ámbito, hoy los inversores deberían plantearse si son prisioneros de sus costumbres. A menudo, a muchos de ellos les suele costar renunciar a estrategias que les han funcionado bien durante mucho tiempo. Recordamos, por si hiciera falta, los estragos que provocan todos los cambios de tendencia, como el fin del liderazgo de los valores tecnológicos a principios de la presente década, el de los valores financieros en 2008 o el de las materias primas hace cuatro años. En este momento, estamos convencidos de que hay motivos para poner en entredicho la tendencia de mercado de los últimos siete años.

En Estados Unidos, el mercado no ha comprendido la envergadura del riesgo de ralentización económica que se vislumbra. Los resultados de las empresas empezaron a empeorar durante el tercer trimestre, ya que, si bien el ciclo de los tipos de interés está a punto de comenzar, el ciclo económico cuenta ya su séptimo año de recorrido. Los márgenes de las empresas se habían ampliado considerablemente hasta hace poco y alcanzaron niveles históricos, impulsados especialmente por la reducción de los costes salariales y la caída de los tipos de interés. Ahora, la reducción de la tasa de desempleo empieza a fomentar una subida de los costes salariales, mientras que la evolución de los tipos de interés se convertirá en un factor negativo. Así, los márgenes de las empresas inevitablemente caerán, sobre todo si el dólar se aprecia. De ello se desprende que el motor de crecimiento que supone la inversión de las empresas se debilitará.

¿Podrá el consumo tomar el relevo? La reducción de los costes salariales no impidió, hasta hace poco, un nivel de consumo muy resistente, aupado por una tendencia bajista de la tasa de ahorro y de los gastos financieros. Desde hace ya tres años, la tasa de ahorro se mantiene (el famoso «efecto riqueza» ya no funciona) y la confianza de los hogares (medida todos los meses por el Consumer Confidence Index del Conference Board) ha empezado a decaer desde principios de año. Así, incluso con un ligero incremento de los ingresos medios, es muy poco probable que se produzca una aceleración del consumo en Estados Unidos.

Por último, el motor de las exportaciones es, en sí mismo, muy vulnerable en este momento. Dado que la ralentización de la actividad industrial china sigue su curso, las empresas se ven obligadas a liquidar el excedente de capacidad en forma de exportaciones baratas, lo que refuerza la presión sobre los volúmenes de negocio de los exportadores estadounidenses.

Esta perspectiva mundial no se refleja actualmente en el índice S&P 500 (que se mantiene en el 2%, uno de sus niveles más altos). Una de las principales razones es que la ingeniería financiera, y especialmente los importantes programas de recompra de acciones, han seguido inflando los beneficios por acción. La primera subida de tipos de interés —que tendrá como telón de fondo un endeudamiento neto de las empresas estadounidenses que ha aumentado un 80 % en tres años, de los 1,5 billones de dólares de 2012 a los casi 2,8 billones actuales—, pesará inevitablemente sobre el estímulo que suponen los beneficios por acción.

El repunte cíclico que está experimentando Europa desde principios de año ha impulsado la esencia de su potencial. Según las últimas estadísticas disponibles, el cuarto trimestre debería confirmar la continuidad de esta mejora. No obstante, existen cada vez más motivos para prever una desaceleración de la zona del euro en los próximos trimestres. Efectivamente, la drástica depreciación del euro, el desplome de los precios energéticos, la leve reducción de las políticas de austeridad presupuestaria y la mejora de la confianza empiezan a ver truncados sus efectos, mientras que el contexto mundial se torna menos favorable.

Al mismo tiempo, el aumento de la concesión de préstamos bancarios, que empezó a mejorar a partir de febrero de 2014, apenas logra hoy superar el ritmo anual del 1% e incluso ha vuelto a caer al 0,4 % en octubre. El billón de euros en concepto de préstamos con intereses de demora que aún siguen presentes en los balances de los bancos europeos obviamente está ahí por algo. Francia e Italia son los dos últimos países que han mostrado esperanzadores indicios de reformismo pero, por ahora, sin ningún efecto notable sobre el ritmo de inversión, que sigue en niveles muy débiles. Ahora le toca a Mario Draghi utilizar de nuevo el arma de la depreciación del euro para tratar de impulsar las exportaciones y estimular un poco la inflación. Ante el ciclo económico mundial y las presiones deflacionistas que intensifican la ralentización del universo emergente, no deberíamos hacernos demasiadas ilusiones sobre el efecto de estas medidas.

Este análisis puede parecer alarmista o prematuro. Sin embargo, cabe destacar que siete años después de la gran crisis de 2008, la forma en la que los bancos centrales han tratado la situación no ha logrado más que un crecimiento económico muy mediocre, mientras que los riesgos vinculados al sistema financiero han aumentado. La reacción de los inversores ante esta divergencia podría mantenerse, durante un tiempo, anestesiada por la fe en los mágicos remedios de los bancos centrales. Pero, hoy en día, creemos que la ralentización del universo emergente, así como el intento de normalización de la política monetaria estadounidense, aumentan considerablemente el nivel de fragilidad de los mercados.

Consideramos que ha llegado el momento de que todas las estrategias de gestión activa orientadas a la preservación del capital defiendan su libertad con respecto a los índices. Esto pasa por reducir su «beta», es decir, su exposición al riesgo de mercado y, por el contrario, recurrir ampliamente a la generación de alfa como motor de rentabilidad y, en última instancia, como herramienta adicional de gestión de riesgos.

Didier Saint-Georges es miembro del comité de inversiones y managing director de Carmignac.

¿Cuál será el impacto del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) en las cadenas de suministro en México?

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¿Cuál será el impacto del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) en las cadenas de suministro en México?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto de cuxclipper  . ¿Cuál será el impacto del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) en las cadenas de suministro en México?

Al igual que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) hace más de 20 años, el TPP (Trans-Pacific Partnership o Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica) tendrá impactos relevantes sobre las cadenas de suministro de las empresas mexicanas. Aunque el nuevo acuerdo promete beneficios tangibles para el país, es importante que las empresas se preparen y adapten sus cadenas de suministro a las nuevas condiciones del mercado. Hacerlo de forma tardía impactará su productividad y competitividad ante el nuevo escenario que se vislumbra.

¿Qué es el TPP?

El TPP es una propuesta de libre comercio que incluye a 12 países: Australia, Brunei Canadá, Chile, Darussalam,  Estados Unidos, Japón, Malasia, México,  Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Este acuerdo busca la liberación de cerca de 18.000 aranceles en total, y en el caso de México, el convenio incluirá unas 12.000 fracciones arancelarias. Del total en México, al menos 77% se liberará inmediatamente después de que se apruebe el acuerdo; y el resto, en un plazo que va de 10 a 15 años.

Los 12 países que pertenecerán al acuerdo conformarán un mercado potencial de unas 800 millones de personas, es decir, alrededor de 11% de la población mundial. La suma de los PIB -Producto Interno Bruto- de estas naciones representa 40% del PIB mundial. Es un mercado que consume $3.300 mdd al año, según datos de la revista Fortune.

Las áreas que se están negociando en el TPP son: Acceso a Mercados, Reglas de Origen, Obstáculos Técnicos al Comercio, Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, Defensa Comercial, Competencia, Compras Públicas, Servicios, Inversiones, Comercio Electrónico, Telecomunicaciones, Entrada Temporal, Servicios Financieros, Asuntos Legales, Propiedad Intelectual, Medio Ambiente, Laboral y Cooperación. Adicionalmente, se han incorporado los denominados temas horizontales que incluyen Coherencia Regulatoria, Competitividad, Desarrollo y Pequeñas y Medianas Empresas.

Las exportaciones a los países que formarán parte del TPP son de 337 billones de dólares, los cuales representan 85% de las exportaciones totales de México, de acuerdo con  datos de 2014 (ver tabla posterior). En cuanto a las importaciones, corresponden al 59% de todas las importaciones del país. En cualquier caso, es importante resaltar el peso específico de Estados Unidos en este mercado: representa 94% de las exportaciones al TPP y 80% de las exportaciones totales de México.

Aun cuando es necesario recorrer el camino de la aprobación del tratado en los diferentes países miembros, se estima que a partir de su firma se tendrán 24 meses para que los países ejecuten los pasos necesarios para su instrumentación.

Si al pasar ese tiempo hay, al menos, seis países -incluidos Estados Unidos y Japón, por ser los mercados más grandes que juntos representen el 85% de la suma de los PIB de los países firmantes-  el tratado entrará en operación de forma automática.

¿Por qué impactará a las cadenas de suministro mexicanas?

Aunque va a depender en gran medida de cómo se implemente, el TPP va a tener impactos en nuestras cadenas de suministro, entendiendo este concepto como los flujos de información, dinero y mercancía desde los proveedores, pasando por la transformación, hasta llegar al cliente final. Por ejemplo:

·        El  pacto abrirá nuevas oportunidades de negocio para el sector productivo mexicano en seis mercados de Asia-Pacífico: Australia, Brunei, Malasia, Nueva Zelandia, Singapur y Vietnam.
·        Recordemos que Estados Unidos representa 80% de las exportaciones totales de México, por lo que México probablemente seguirá siendo un ente transformador de las importaciones provenientes de los países asiáticos para convertirlos en productos hacia el mercado americano.
·        Se espera que la exportación de México crezca 30% en un período de 5 años, según ha informado este año la Secretaría de Economía.
·        El tratado implica mayor regulación para las industrias que quieran participar, en algunos casos, mayor protección (propiedad intelectual, denominación de origen, entre otras)
·        Asia-Pacífico es la región de mayor dinamismo económico. El porcentaje de crecimiento anual 2005-2012 en la región de América del Norte se mantuvo en niveles de 8,3%, mientras que para la región de Asia fue de 24,2%, según la Secretaría de Economía e el Instituto Nacional de Estadística y Geografía).

¿Cómo preparase para ser exitoso?

Este panorama obliga a las empresas a prepararse con tiempo en acciones como:

·        Entender las fracciones arancelarias que se liberan, tanto para la exportación y como para la importación, así como los tiempos en que se producirán, para preparar la cadena de suministro de cara a la nueva proveeduría, tomando en cuenta el costo total de propiedad (no solo el precio).
·        Prepararse para tener mayor interacción con un nuevo bloque comercial, nuevos consumidores, estilos y costumbres.
·        Desarrollar las capacidades internas de las empresas para cumplir con las exigencias del tratado. Recordemos que el TPP es un tratado más amplio y que pone reglas más exigentes, como los temas de propiedad intelectual, medio ambiente, laboral y denominación de origen.

Muy probablemente veamos un flujo de inversión extranjera de los países que conforman el tratado, en particular de los países asiáticos y australes, que se verán en la forma de nuevas plantas, adquisiciones de compañías o de inversiones de capital para la recepción y distribución de sus productos.

A nivel macro, implicará mayores inversiones para la expansión y modernización de los puertos del Pacífico, mejoras en la conexión con otros modos (carretero, ferrocarril, aéreo, naval) y agilización de los procesos aduaneros. En particular, se deberá facilitar el flujo desde los puertos a los centros logísticos y de transformación mexicanos, para luego llegar al territorio de Estados Unidos. Este flujo también le dará un impulso al futuro corredor logístico del Istmo de Tehuantepec y a la zona económica especial de esta región, para los flujos que van hacia el Atlántico, así como la del Corredor Norte, para los flujos que van hacia Estados Unidos.

Es importante prepararnos para el nuevo escenario que se conformará con el TPP, haciendo los ajustes necesarios en nuestras cadenas de suministro (en términos de proveeduría, manufactura, logística y comercio exterior) para capitalizar los beneficios que representarán para nuestro país. Estas acciones generarán una ventaja competitiva en las compañías que entiendan las nuevas reglas y aprovechen este acuerdo.

Columna de Argenis Bauza, de KPMG

¿Por qué hay casi 50 puntos básicos entre las expectativas de los economistas para la inflación mexicana y el mercado?

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¿Por qué hay casi 50 puntos básicos entre las expectativas de los economistas para la inflación mexicana y el mercado?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto de N@ncyN@nce. ¿Por qué hay casi 50 puntos básicos entre las expectativas de los economistas para la inflación mexicana y el mercado?

Si bien la inflación en México ha venido descendiendo desde el pasado mes de mayo, mes con mes, las encuestas de los economistas privados que realizan tanto Banco de México como Banamex identifican que este fenómeno es temporal y que se daría un rebote que bien podría ocurrir en la segunda mitad de 2016.

La baja en las tarifas de los productos agrícolas, energía y telecomunicaciones, así como del petróleo -entre otros-, ha provocado un descenso en la inflación de México que incluso la ubica por debajo del nivel del 3% desde mayo de 2015. En diciembre de 2014 la inflación anual terminó en el 4,08%; entre enero y mayo de 2015 se ubicó en un rango entre el 3,1% y el 3% y a partir de mayo a la fecha ha descendido mes con mes para ubicarse en noviembre en un 2,2%, que representan niveles históricos.

La expectativa de la inflación general para 2015 se ubica en  el 2,4%, muy por debajo del 3,5% esperado hace un año de acuerdo con las encuestas y para 2016 se proyecta una inflación del 3,3% según las últimas encuestas. Es importante mencionar que esta perspectiva para 2016 ha venido bajando mes con mes.

Estos nuevos niveles de inflación del orden del 2% que se están viendo en México ha despertado la duda entre el mercado y los economistas si se puede o no mantener este nivel. Hoy el mercado –a través de las posiciones que mantienen los inversionistas institucionales como son las Afores y las sociedades de inversión en Udibonos que vencen en los próximos 5 años-, considera que la inflación en los próximos cinco años se podría mantener en niveles del 2,5% o menos y los economistas en sus proyecciones visualizan que la inflación regresa a niveles del 3%.

¿Cómo se llega a estos números? En el mercado mexicano se tienen tanto instrumentos que cotizan hasta 30 años tanto en tasas nominales (Mbonos) como en tasas reales (Udibonos). Al restarle a la tasa nominal (Mbonos) la tasa real (Udibonos) al mismo plazo de vencimiento, se obtiene la inflación implícita a la que están operando los instrumentos de tasa real. Algunas emisiones si coinciden en sus vencimientos y otros no por lo que se calcula la tasa interpolada en cada caso para hacerlos comparativos.

Los Udibonos con vencimiento en los próximos dos años reflejan una inflación implícita cercana al 2,5%, mientras que los de mayor plazo (a partir de los siete años), observan una inflación implícita cercana al 3%. Con datos al viernes 18 de diciembre (al cierre), se tiene que las emisiones con vencimiento en diciembre de 2017 (171214) traen una inflación implícita del 2,5% mientras que la emisión que vence en 2022 (220609) trae una inflación implícita del 2,9%.

No es la primera vez que el mercado y los economistas presentan estas diferencias y habría varias causas de estas diferencias: Podría ser que el mercado está siendo más optimista con la expectativa de inflación. En contraparte, los economistas están siendo más reservados en sus pronósticos de inflación y por eso no se han querido bajar. El otro punto sería que por situaciones de mercado el inversionista castiga las emisiones cortas a través de sus cotizaciones para no sacrificar su tasa de interés durante los próximos meses en los que la inflación se mantendrá baja.

Habrá que ver cómo se desarrolla por un lado la inflación en los próximos meses así como sus componentes para validar la visión de los analistas y por otra parte las cotizaciones de estos instrumentos que reflejan la visión de los inversionistas institucionales.

Columna de Arturo Hanono, consultor para inversionistas institucionales en México

El fútbol, como los mercados, da revanchas

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El fútbol, como los mercados, da revanchas
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Agencia de Noticias Andes. El fútbol, como los mercados, da revanchas

Lo importante es esperar el momento adecuado y ver las oportunidades. El miércoles 9 de diciembre de 2015, el Independiente Santa Fe se coronó campeón de la Copa Suramericana, siendo el primer equipo colombiano en alcanzar este galardón. Fue un buen torneo para el equipo teniendo en cuenta que eliminó a verdaderos pesos pesados del fútbol suramericano, incluyendo a Emelec, equipo base de la selección ecuatoriana (que a quien no sabe, va de primera con todos los partidos ganados en la eliminatoria para el Mundial de Rusia 2018). 

En mi memoria está la imagen de hace unos años, 15 o casi 20 años quizá, cuando los jugadores de Santa Fe, en fogón improvisado, hacían sancocho al frente de la sede administrativa del equipo, como señal de protesta por los salarios que les adeudaban y como medida para demostrar que, literalmente, morían de hambre por dicha situación. Fue la época en que los dos equipos de la capital colombiana decidieron, en un apoyo mutuo, dividir las taquillas de los clásicos que se jugaban entre ellos, independientemente de quién actuara como local en cada ocasión. Lugo vino una restructuración corporativa y deportiva, que hoy pone al Santa Fe como uno de los equipos más ganadores en Colombia en los últimos años.

Mención aparte merece Robinson Zapata, arquero del equipo en este torneo. Tristemente recordado por ser el portero de la selección Colombia sub-20 que perdió con Brasil 9 a 0 en Londrina; en este último partido, en la definición desde el punto penal, se convirtió en el héroe de la noche. Justo reconocimiento para Zapata, quien nunca sucumbió a la adversidad y, a pesar de tener el célebre anti récord en su contra, hoy casi al final de su carrera, puede sacar pecho por todo lo alto. Y justo reconocimiento a Santa Fe (conste que soy hincha de Millonarios, pero al César lo que es del César).

Aprovecho el símil futbolístico para hablar de mercados. En no pocas ocasiones, los mercados tienen épocas malas, así como la que recordamos de Zapata. Sin embargo, se debe recordar que los mercados tienen ciclos de subida y de bajada, y es muy lógico y común, que luego de fuertes correcciones a la baja se presenten oportunidades de compra que se deben aprovechar por parte de cualquier inversionista que esté pensando en obtener unos retornos interesantes.

En este orden de ideas sigo pensando que, a pesar de que el panorama económico del país siga mostrando retos para los próximos años, los activos colombianos, particularmente las acciones, son un activo altamente interesante de cara a obtener retornos altos en el mediano plazo. Están desvalorizadas, los precios son atractivos, y me cuesta pensar que las compañías colombianas sean tan malas que los precios se queden ahí donde están. Tarde o temprano las acciones reflejan lo que es la empresa, y las compañías colombianas tienen, de lejos, mucho potencial y valor para el largo plazo

 

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la visión de Old Mutual sobre los temas tratados.

Opinión de Manuel García Ospina, gerente de la Escuela de Planeación financiera y comercial de Old Mutual.