CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Scott Hudson. Risk Budget: Spend It Wisely
Para aquellos que elaboran presupuestos, el tiempo es un activo. Las decisiones prudentes de gasto a menudo tardan más tiempo en dar sus frutos. Comprometerse con un presupuesto a largo plazo puede rebajar la deuda y mejorar el flujo de caja. Gastar el presupuesto con decisiones a corto plazo, sin embargo, puede significar que lo que podría haber sido un buen resultado financiero se vuelve innegablemente menos seguro.
Del mismo modo, la gestión del presupuesto de riesgo de un manager activo afecta directamente a sus posibilidades de hacerlo mejor que el mercado. De hecho esas decisiones de gasto son un componente crítico de la gestión activa de los riesgos. En este campo, un gestor activo esencialmente identifica, cuantifica y establece sus asignaciones a activos de riesgo lo más eficientemente posible. El objetivo final es maximizar el posible beneficio con respecto a la cantidad de riesgo adoptada.
Al igual que sucede con las finanzas personales, hay compensaciones al presupuesto de riesgo: decidir un gasto para una cosa sacrifica la capacidad de gastar en otra distinta. Así que esas decisiones de gasto deben tener sentido y deben realizarse con un propósito. Para un gestor activo, eso es una cuestión de entender los riesgos inherentes de cada valor por separado, viendo qué potencial de crecimiento tiene la acción y reconociendo el potencial de deterioro. La idea es evitar riesgos no deseados.
¿Cuáles son algunas de las decisiones de presupuesto de riesgo que un gestor activo tiene que adoptar? En los mercados más difíciles, donde los gestores activos pueden desplegar sus fortalezas, deberían evitar los grandes nombres de la renta variable porque históricamente no han crecido tan rápido durante un ciclo de mercado. El gestor también podría tratar de posicionarse lejos de algunas de las partes más caras del mercado, que a menudo se han desbordado justo antes de los picos del mercado.
También deben mantenerse al margen de las partes más volátiles del mercado, que típicamente no evolucionan bien durante un ciclo de mercado. De hecho, parte del potencial de los managers para superar al mercado depende de su capacidad para mitigar los efectos de la volatilidad reduciendo el riesgo de caída hacia el nivel de seguridad. Esta es la razón de que sea tan importante integrar la gestión de riesgos en el proceso de inversión, desde la mesa del analista hasta la evaluación de cada empresa individualmente.
Como en las finanzas personales, el presupuesto de riesgo necesita tiempo para llegar a buen término. No es algo que se puede activar o desactivar sino más bien, un proceso basado en la disciplina y a largo plazo, mirando hacia el futuro. Los gestores activos manejan el presupuesto de riesgo en base a lo que ellos piensan que podría pasar, no sólo en base a lo que ha sucedido. Aquí es donde gastar sabiamente podría ofrecer las mejores oportunidad, sacrificando un poco ahora para estar más cerca de lo que posiblemente necesiten en el futuro.
James Swanson es estratega jefe de MFS Investment Management.
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Sebastien Bertrand. Did the Fed Make a Rate-Hike Mistake?
Hablar de si la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) elevó los tipos de interés demasiado tarde el pasado diciembre es contraproducente y, en esta etapa, no tiene sentido. El veredicto sobre si la Fed tomó la decisión correcta o no debe basarse en la información en el momento, no en una visión retrospectiva.
Las razones para una subida en diciembre eran simples: el mercado de trabajo estaba en auge, la economía parecía acercarse al pleno empleo rápidamente, y los modelos económicos dicen que, al final, estas circunstancias conducen a una mayor inflación. Así que si la Fed quería ser gradual en su ciclo de subidas para evitar tener que provocar una pronunciada desaceleración más adelante, entonces tenía que endurecer su política monetaria más pronto que tarde.
Se puede estar en desacuerdo con este argumento, señalando la posibilidad de que existiera algún tipo de atonía oculta en el mercado de trabajo y nuestra posible comprensión defectuosa del proceso inflacionista. Pero nada de lo que ha sucedido desde diciembre puede descartar que haya razones de peso en estos argumentos. La desagradable volatilidad del mercado vista en el último mes no debe alterar una evaluación apropiada de la economía y la política monetaria.
En todo caso la economía ha mejorado en 2016, tal y como esperaba la Fed. Aunque la actividad se ha debilitado un poco, el mercado de trabajo sigue pareciendo fuerte y hay señales de que finalmente, los salarios están subiendo. La volatilidad de los mercados financieros no parece apuntar a nada de lo que preocuparse en lo que respecta al estado de la economía. Esto debería tranquilizar a la Fed y hacer reflexionar a los críticos.
Curiosamente hay incluso quienes afirman que la subida de tipos de la Reserva Federal en diciembre del año pasado era un error, pero que no lo hubiera sido si lo hubiera hecho en 2014. Es difícil encontrar sentido a estos argumentos. El desempleo era más alto y la brecha en la producción era más grande en 2014, así que las razones de una relajación de la política monetaria simplemente era mucho más fuerte.
La Fed no tiene «ventanas de oportunidad» para subir los tipos, como si hacerlo fuera en sí mismo el objetivo de la política monetaria. Los tipos se elevan si, y sólo si, la economía lo necesita. Un endurecimiento de la política monetaria en 2014 habría mantenido la economía más débil. El camino más rápido para hacer que los tipos de interés se mantengan bajos durante más tiempo es subir los tipos demasiado pronto, como sabe muy bien el Banco Central Europeo tras sus repuntes en 2011.
Si la Reserva Federal cometió un error fue el de eliminar el resto de opciones tras la subida en diciembre.
Tras señalar aprincipios de 2015 que la Fed planeaban subir los tipos en algún momento de ese año, el Comité Federal del Mercado Abierto se sintió obligado a cumplir con esa especie de promesa. Lo contrario habría socavado su credibilidad. Pero la credibilidad a largo plazo proviene de hacer lo correcto, que en este caso era ser lo suficientemente flexible como para adaptarse a la situación y cambiar la política cuando cambian los hechos. Un punto que hasta Keynes habría defendido.
Puede ser que esto es lo que la Fed termine haciendo en 2016.
Aunque la reciente volatilidad no sugiere que el endurecimiento de la política monetaria en 2015 fuera un error, podría obligar a la Fed a cambiar sus planes de cara a este año. Ahora mismo, el organismo que preside Janet Yellen, está apuntando a tres o cuatro subidas más en 2016, algo que podría no ser adecuado.
Los últimos movimientos del mercado pueden no estar provocados por la debilidad económica, pero si podrían causarla. La debilidad del mercado puede crear debilidad económica que justifique entonces más debilidad del mercado. La Fed probablemente va a querer retractarse y hacer que la subida de tipos sea menos dura, pero obviamente esto no es lo mismo que decir la subida de tipos de diciembre fue un error.
Luke Bartholomew es estratega de renta fija de Aberdeen AM.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Daniel Zanini. ¿Por qué está Brasil como está?
A principios de febrero conocíamos que la inflación se aceleró en Brasil en enero hasta un 1,27% frente a 0,96% en diciembre y no lejos del 1,24% de hace un año. Este dato entraña dos récords: el mayor crecimiento de los precios en un mes de enero desde 2003 y un récord en su evolución anual que alcanza ahora niveles de 10,71%.
Inflación alta (y al alza), recesión económica, tensión política y desconfianza social y financiera, ¿cómo se ha llegado a este punto?. Voy a ceder la respuesta a esta cuestión al BCE. En su último Boletín Mensual analiza la situación de Brasil. Con todo, les anticipo la conclusión de la nota: “de cara al futuro, los riesgos a los que se enfrenta Brasil continúan situados a la baja, en un entorno de incertidumbre en materia fiscal y dificultades políticas que podrían seguir mermando la confianza”.
Tras el rápido crecimiento económico registrado en los años anteriores a la reciente crisis financiera mundial, Brasil se encontraba en una posición sólida para hacer frente a la Gran Recesión. Y sin embargo:
La fase bajista del ciclo de precios de las materias primas no energéticas puso de manifiesto las deficiencias estructurales subyacentes de la economía brasileña. Además, aumentaron los desequilibrios en un contexto de políticas expansivas y cuantiosas entradas de capital.
El cambio en el sentimiento de los mercados financieros mundiales ante el anuncio de la Reserva Federal de Estados Unidos, en mayo de 2013, de su intención de reducir las compras de activos (lo que se conoce en inglés como “taper tantrum”), tuvo un impacto significativo en la economía brasileña.
Las estimaciones del modelo indican que la reciente desaceleración brasileña está determinada, en gran medida, por la combinación de factores internos y el descenso de los precios de las materias primas.
Opinión de José Luis Martínez Campuzano, economista y estratega de Citi.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: sandeepachetan.com. ¿Qué puede hacer Brasil para liberar a largo plazo su potencial?
Indudablemente Brasil ha tenido últimamente su cuota de problemas y tribulaciones: la economía está en recesión, la inflación va en aumento, el déficit presupuestario se está ampliando, la calificación de la deuda soberana ha sido degradada y el ambiente político es un reto. Sin embargo, el país aún tiene mucho a su favor. Sigue siendo la economía más grande de América Latina y un país rico en recursos que van desde productos agrícolas a la metalurgia industrial. El hogar de algunas de las más fuertes instituciones políticas del continente, Brasil también ha dado pasos significativos en la mejora del bienestar económico de sus ciudadanos durante la última década: la proporción de la población que vive en la pobreza se ha reducido del 17,3% en 2006 a un 7,4% en 2014, según el Banco Mundial. ¿Qué puede hacer Brasil para aprovechar sus puntos fuertes, volver a reactivar su economía y recuperar su posición como una de las historias de crecimiento más emocionantes del mundo?
Expertos economistas de Credit Suisse se reunieron en la “Conferencia de Inversión Latinoamericana” (LAIC) durante enero en Sao Paulo y han señalado que enderezar el brazo fiscal es la preocupación más apremiante de Brasil. Pero también señalaron que la reparación de dos temas estructurales de largo plazo -una economía cerrada y baja productividad- son la clave para construir la base de un crecimiento sólido de largo plazo. ¿Cómo puede Brasil aumentar la productividad de sus trabajadores para mantener su competitividad en los mercados globales?
Apertura al mundo
“Brasil se habría beneficiado mucho más de la rápida expansión de su comercio a nivel mundial en los últimos decenios, si su economía fuera más abierta”, señaló el ex presidente de México, Felipe Calderón, orador principal en la LAIC. Calderón contrasta las experiencias de las economías del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela) y los de la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú). Los países de la Alianza del Pacífico tienen economías relativamente abiertas y en su mayoría exportan productos manufacturados, mientras que los países del Mercosur son relativamente cerrados y dependen mucho más de las exportaciones de materias primas, lo que los dejó particularmente vulnerables a los golpes relacionados a la desaceleración de la demanda China. Los commodities representan el 67% de las exportaciones brasileñas y las fuertes caídas en los precios del petróleo y el hierro, de los cuales Brasil es el tercer mayor productor mundial, han sido complicadas para el país. La economía se contrajo un 3,7% durante 2015, y economistas expertos en Brasil de Credit Suisse esperan una caída del 3,5% para este año y un 0,5% para el próximo, la primera contracción durante tres años desde 1901.
Cuando se trata de la apertura de la economía, mientras Brasil puede reclamar un significativo crecimiento del comercio durante el último más de medio siglo, ha quedado atrás en relación a otros países en este sentido. La diferencia en el coeficiente de apertura comercial (la suma de las exportaciones e importaciones como porcentaje del PIB) entre Brasil y el resto del mundo aumentó de 10,5 puntos porcentuales en 1960 (alrededor del 14% en Brasil y un 24,5% a nivel mundial) a casi 33 puntos en 2014 (alrededor del 26% en Brasil a un 59% en todo el mundo), según Credit Suisse.
Entre las razones: Brasil tiene las tarifas mundiales más altas de aduana en bienes de consumo y productos intermedios, y el segundo más alto arancel sobre los bienes de capital. El país también impone unas elevadas barreras no arancelarias, incluyendo impuestos estatales y federales, y no ha firmado un mayor número de acuerdos de libre comercio como otros países. En 2014, el país contaba con sólo cinco acuerdos comerciales, en comparación con 20 en los Estados Unidos, 40 en Colombia, 44 en la zona euro, 45 en México y 54 en Chile.
Y es un hecho que las economías cerradas tienen más dificultades para mantener la competitividad que las abiertas. Las barreras comerciales protegen las industrias nacionales, pero manteniendo fuera a los competidores extranjeros también se eliminan los incentivos para que ellos sean más eficientes. Por ejemplo, dijo Calderón, la recuperación posterior a la crisis en México se debió en parte a los nuevos acuerdos comerciales y la eliminación de las barreras arancelarias en toda la economía. «Cuantas más reducciones arancelarias se aplican a un sector, más competitivo se vuelve ese sector», dijo el ex presidente. «La gran lección es: abrir su mercado.»
Deficiente y lenta productividad
El profesor Ricardo Paes de Barros, presidente del Instituto Ayrton Senna de la Universidad Brasileña Insper, destacó la productividad laboral brasileña en términos llamativos en el LAIC. En 1980, un trabajador brasileño producía aproximadamente la misma cantidad, en términos de valor añadido, que un trabajador de Corea del Sur; hoy, se necesitarían tres brasileños para estar a la altura de un coreano. Asimismo, en los años 80, un trabajador brasileño era 10 veces tan productivo como un trabajador chino, mientras que hoy los dos son aproximadamente equivalentes.
En los últimos años, muchos trabajadores brasileños han dejado la agricultura y las profesiones de servicio. La baja productividad, los sectores en que se emplea mucha mano de obra, como el cuidado de la salud, la educación, y ventas minoristas han crecido rápidamente, con una participación de trabajadores en alza de un 51% en 1996 a un 59% en 2015. Mientras la productividad total de Brasil creció un 13,4% durante las últimas dos décadas, los trabajadores de las industrias que son intrínsecamente menos productivas crecieron un 3,7%.
Credit Suisse atribuye estos descensos de productividad a la concentración de trabajadores en el gobierno, que ganan sueldos más altos que los trabajadores del sector privado en puestos de trabajo similares, en campos como salud y educación. El crecimiento continuo del sector público brasileño Brasil limita el potencial de crecimiento de la productividad, según los economistas del banco. Cuanto mayor sea el sector público en la economía brasileña, menor es la probabilidad de que pueda crecer incluso un modesto 2% durante los próximos tres años.
Credit Suisse señala que Brasil podría gastar un 43% menos en todos sus servicios públicos, un 51% menos en educación, y un 70% menos en la atención de salud y aun así obtener los mismos resultados. Las deficiencias del sistema educativo brasileño sólo contribuyen aún más al lento crecimiento de su productividad, señala Paes de Barros. El profesor cree que en Brasil puede ser necesario recurrir a consultores internacionales para ayudar a reformar el sistema educativo, y también debiera ser mejor en la recolección y difusión de los datos de rendimiento de sus distritos escolares para aprender lo que funciona y lo que no. Brasil es aún una nación joven, con una proporción de personas en edad de trabajar que puede crecer por otros seis años. Invertir más sabiamente en su juventud es fundamental para las futuras perspectivas de crecimiento del país.
Columna de Ashley Kindergan, escritora y editora de The Financialist, una publicación de Credit Suisse.
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Carlos ZGZ. Surviving Chinese Volatility
Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, dijo una vez: “Los mercados adoran la volatilidad”. En lo abstracto, tiene razón, pero ahora mismo los inversores en renta variable china sin duda les gustaría mucho registrar un poco menos volatilidad.
Es probable que 2016 sea un año de volatilidad en China. Aparentemente, el gobierno parece dispuesto a continuar interviniendo en el mercado de acciones de clase A, por lo que podemos esperar que la volatilidad continúe. Dado que se espera que los sectores de fabricación y construcción crezcan más lentamente, habrá volatilidad macroeconómica. Y a medida que las empresas privadas consigan más cuota de mercado que las empresas de propiedad estatal, este será un factor que también contribuya a la volatilidad. Además, ya que el gobierno sigue adelante con la reforma estructural en el sector estatal, la reducción de capacidad será otro factor a tener en cuenta.
Podemos, sin embargo, apuntar a dos áreas donde es probable que haya menos volatilidad: el floreciente sector de consumo y los servicios de China y lo relacionado con el estrechamiento de las relaciones entre Estados Unidos y China, que se prepara para acoger su primera cumbre del G-20.
Esta volatilidad puede, sin embargo, crear oportunidades para los inversores, especialmente cuando los titulares asumen incorrectamente que los malos resultados de los índices de las bolsas implican señal de un aterrizaje forzoso de la economía del gigante asiático. Hay que tener en cuenta que la volatilidad producida por la puesta en marcha de las necesarias reformas, como la reducción del papel de las empresas de propiedad estatal (EPE), es algo bueno para el largo plazo.
De lo que sí sufre China es de un serio caso de ‘enfermedad de la deuda’, pero el tratamiento y los efectos secundarios podrían no ser tan graves como algunos esperan, y no es probable que asistamos a un dramático endurecimiento del acceso al crédito. La deuda se concentra en las empresas del Estado, mientras que las empresas privadas –que generan la mayor parte de los nuevos puestos de trabajo– y la inversión de China ya han reducido su apalancamiento.
Como he explicado anteriormente, la medicina para este problema está en otra ronda de reformas, que incluya el cierre de las más sucias, ineficientes y endeudadas empresas estatales como son las del acero y el cemento en lugar de provocar un desapalancamiento generalizado, dejando las empresas privadas más saludables con espacio para crecer. Al final del año pasado, el gobierno anunció que estaba finalmente preparado para comenzar a reducir la capacidad de la industria pesada relacionada con la construcción. Frente a los sucedido en Occidente después de la crisis financiera mundial, la cura para el problema de deuda de China en realidad debería mejorar el acceso al capital para las empresas privadas que impulsan el crecimiento de los puestos de trabajo y de la riqueza.
En lo que respecta a las relaciones entre Estados Unidos y China, seguirán siendo complicadas y ruidosas este año, pero los dos países continuarán participando productivamente en las cuestiones más importantes.
Las disputas territoriales en los mares de China meridional y oriental volverán a dominar los titulares, pero hay dos factores que merece la pena tener en cuenta. Estados Unidos no reclama nada de los territorios en disputa, y China parece resignada al hecho de que la Marina estadounidense continuará ejerciendo su derecho a patrullar esas aguas. El riesgo de accidentes se mantiene, pero ninguno de los jugadores parece estar buscando una excusa para iniciar un conflicto militar.
Por último, China se prepara para ser anfitriona por primera de una cumbre de líderes del G-20 en septiembre y es probable que se comporte de manera más conservadora durante los tres primeros trimestres de este año.
Entonces, ¿cómo pueden los inversores lidiar con toda esta volatilidad?
Lo más importante es reconocer que la renta variable china no refleja la salud de su economía, y que hay que esperar cierto grado de volatilidad en el mercado. En segundo lugar, hay que reconocer que los índices de los mercados representan insuficientemente a las partes más fuertes de la economía: las empresas de propiedad privada, y el sector de consumo y servicios. Es por esto que creemos en un enfoque activo para invertir en China, en lugar de una estrategia basada en ETFs.
Andy Rothman es estratega de inversión y autor del blog Sinology que publica Matthews Asia.
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Carlos ZGZ. Merging Markets
A pesar de la desaceleración del comercio mundial, parece que las bolsas están más globalizadas que nunca. Cuando un mercado cae, el contagio se propaga rápidamente y hace caer a los demás también. Antiguamente se decía que cuando Estados Unidos estornuda, el resto del mundo coge un resfriado. El S&P 500 es considerado como el principal indicador de los mercados bursátiles mundiales, pero desde el pasado verano la percepción ha cambiado y ahora son las bolsas chinas las que están estornudando.
Averiguar si un movimiento en un mercado de renta variable provoca una caída en otro es una tarea difícil. El hecho de que a la caída de un mercado de valores, le siga un retroceso en otro no significa necesariamente que el primero provocó la caída en el segundo. Asumir lo que le haría culpable de la falacia lógica post hoc ergo propter hoc, o “después del hecho, y, por lo tanto, debido al hecho”. Siempre puede haber un tercer factor que está moviendo a la baja los mercados de renta variable. Dado que nunca podemos probar todo, siempre existirá la posibilidad de que haya un tercer factor que no hemos incluido.
Es por ello que la ciencia propiamente dicha (en oposición a la ciencia económica) se basa en la idea de que nunca se puede demostrar nada, sólo se refuta algo. Y aquí, al menos, la economía, o más precisamente, la econometría, pueden ayudarnos. Podemos averiguar si un mercado de capital es bueno prediciendo los cambios en otro mercado de valores. Esto se conoce como la causalidad predictiva (usando el test que lleva el nombre del fallecido economista ganador del premio Nobel Clive Granger). Si los cambios en un mercado no son útiles para predecir el cambio en otro mercado, al menos refutó la causalidad. Si es útil, entonces hemos fallado en refutar la causalidad (aunque nunca podemos probarlo).
Las cosas se ponen un poco más confusas cuando nos damos cuenta de que la causalidad en realidad puede funcionar en ambas direcciones. Por lo que una caída en el mercado de valores chino podría ser la causa de una caída en el mercado de valores de Estados Unidos; sin embargo, al mismo tiempo, hay un circuito de retroalimentación mediante el cual las acciones de EE.UU. predicen movimientos posteriores en el mercado de valores chino. Como sucede a menudo en economía, es difícil averiguar quién fue primero, el huevo o la gallina.
Efectivamente, durante la última década más o menos el S&P 500 y el Shanghai Composit han registrado acciones predictivas que han causado movimientos el uno en el otro (véase el gráfico), a veces incluso al mismo tiempo. Algo de correlación es siempre probable, así que las cifras por encima de 80% de probabilidad más o menos empiezan a ser estadísticamente significativas. Entre 2003 y 2005 ambos índices se movieron más o menos de forma independiente, pero luego observamos que los movimientos en el S&P 500 comenzaron a afectar al Shanghai Composit. El rally de las bolsas estadounidenses han anticipado un posterior rally en la renta variable china (aunque con un aumento proporcional mucho mayor en China).
Pero a continuación, a finales de 2007 y principios de 2008 le tocó a China sentarse en el asiento del conductor, convirtiéndose en un anticipo fiable de lo que sucedía en Estados Unidos. La llegada de la crisis financiera afectó a la causalidad en ambos sentidos, lo que refleja la naturaleza global de la crisis.
Sin embargo, durante los siguientes años, hasta finales de 2011, el S&P 500 fue claramente dominante y se transformó en una manera eficaz de determinar la dirección de la renta variable china (y probablemente de la mayor parte del resto de mercados). Pero éste es un buen ejemplo de que probablemente entró en juego un tercer factor. Este fue el período en el que la Reserva Federal comenzó su programa de expansión cuantitativa, haciendo a los inversores más propensos a comprar deuda pública y provocando una búsqueda de rentabilidad. Lo que hicieron los inversores es moverse hacia activos de mayor riesgo progresivamente: en primer lugar hacia las bolsas estadounidenses y a continuación, a las bolsas de los mercados emergentes.
Los mercados de valores comenzaron a reafirmar su independencia hasta la puesta en marcha del taper tantrum. Cuando el presidente de la Fed, Ben Bernanke, anunció que el QE no duraría para siempre, se revirtieron los efectos del QE vistos hasta la fecha. Los inversores comenzaron a retirarse de las bolsas de los países de mercados emergentes primero, así que la causalidad se dio la vuelta hacia el otro lado. Las bolsas chinas se convirtieron en una mejor manera de pronosticar los movimientos de la renta variable estadounidense.
Desde el verano pasado los cambios de dirección del mercado de valores chino se convirtieron en un claro factor para saber qué sucedería en Estados Unidos. Esto no significa necesariamente que sea el único factor, o incluso el factor más importante, simplemente conduce los movimientos en Estados Unidos. Si preguntásemos a la mayoría de los inversores, dirán que China es el factor dominante.
Hay buenas razones para esto. En primer lugar, la economía china ha estado creciendo rápidamente (incluso si se ha ralentizado) lo que significa que es una parte cada vez mayor de la economía mundial. Además, los mercados de acciones secundarias están muy a menudo dominados por las empresas globales que crean gran parte de sus ingresos en otros mercados. Así que las empresas estadounidenses con grandes exportaciones a China deberían reaccionar a lo que sucede en la bolsa china.
Pero una de las consecuencias de los vínculos más estrechos entre las bolsas chinas y las bolsas estadounidenses es que el mercado de valores de Estados Unidos es, casi por definición, el que nos cuenta menos sobre la economía del país. Los mercados de renta variable pueden converger, pero eso no significa que las economías lo hagan.
Joshua McCallum y Gianluca Moretti son parte del equipo de renta fija de UBS Asset Management.
Foto: AtelierTeee, Flickr, Creative Commons. Retraso de MiFID II: un alivio que no debe conducir a relajación
El pasado día 10 de noviembre de 2015, la Comisión Europea indicaba ante el Parlamento Europeo que “podría ser necesario” demorar la entrada en vigor de MiFID 2 (Directiva sobre Mercados de Instrumentos Financieros) prevista para enero de 2017. Este anuncio era confirmado por el presidente de ESMA (European Securities and Markets Authority), alegando la enorme complejidad de las modificaciones a introducir en los sistemas de las entidades y los mercados. Los augurios finalmente se confirman y ayer la Comisión Europea publicaba finalmente dos propuestas legislativas que pretenden retrasar la aplicación de las normas conocidas como MIFID 2 y MIFIR relativas a los mercados de instrumentos financieros.
La aceptación del Parlamento consigue así poner a todos los actores de acuerdo en el retraso. Como ya era conocido en el escenario comunitario, no sólo los reguladores sino también determinados gobiernos de estados miembros y las propias instituciones financieras afectadas manifestaban (y siguen manifestando) ciertas preocupaciones ante la aprobación de las propuestas realizadas conforme al proceso de aprobación normativa por ESMA, no solo en lo referente al manido debate de la prohibición absoluta de retrocesiones, sino también en cuanto a muchos puntos referidos a la regulación de los mercados.
Sin embargo, la razón principal de este aplazamiento, de acuerdo con la nota de prensa de la Comisión, se centra en la sugerencia de ESMA, que avisó acerca de la posibilidad de que los bancos y otras instituciones financieras no dispusieran de tiempo suficiente para construir los sistemas de reportes de datos necesarios antes del primer plazo en 2017, al tiempo que alertó acerca del gran impacto que las nuevas normas tendrían sobre las entidades financieras.
Ciertamente, como ya anticipó ESMA meses atrás, para que la nueva norma pudiera desarrollarse de manera plenamente efectiva se necesitan establecer complejas infraestructuras técnicas, y se estima que ni las autoridades ni las compañías podrían tener preparados los sistemas necesarios para ello en la fecha inicialmente prevista. En concreto, ESMA señaló como especialmente arduas las labores de toma de datos, información de las transacciones, los parámetros de transparencia y la publicación.
Es prácticamente imposible valorar en 500 palabras la amplitud y profundidad de MiFID 2. Un proyecto normativo que intenta abarcarlo prácticamente todo, cubriendo muchos aspectos diferentes, todos relacionados con los instrumentos financieros europeos, y en una sola regulación. Pero obviando los aspectos relacionados con la regulación de los mercados (estructura de los mercados, derivados sobre materias primas, difusión de datos de negociación, entre otros) que son los causantes oficiales del retraso debido a las complejas infraestructuras técnicas necesarias para su implantación, lo cierto es que en lo referente a los aspectos referidos a las normas de conducta y protección de inversores, incluidas las retrocesiones, la noticia solo puede acogerse con cierto alivio por todos, incluidos los inversores.
Un alivio que no debe conducir necesariamente a la relajación definitiva y a pensar que acabaron las preocupantes reflexiones sobre cómo definir el modelo de negocio de las instituciones financieras afectadas (vendedores de fondos, gestores, asesores de inversión, bancas privada, empresas de servicios de inversión, bancos…). Y ello por una razón fundamental: a pesar de ese retraso en la entrada en vigor de la norma, todos los estados miembros de la UE deberán adherirse incorporando la Directiva MiFID 2 en sus respectivas legislaciones nacionales en el plazo inicialmente previsto, antes del 3 de julio de 2016 (en España, si hubiera capacidad legislativa para entonces). En definitiva, habrá que estar muy atentos a las trasposiciones legales y a la presión que los sujetos afectados aún puedan aplicar en aras de sus intereses antes de que MiFID 2 sea un hecho, aunque sea un año después.
Columna de Jesús Mardomingo, socio director del departamento bancario y financiero de Dentons en España
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Pixabay. China es sólo la excusa del desplome de los mercados; el dólar debería ser la única preocupación
Menudo comienzo de año. En tan solo tres semanas, hemos perdido todas las ganancias en el mercado de acciones conseguidas desde 2014 y 2015. El gráfico del MSCI Mundial, el MSCI de mercados emergentes y el MSCI Europa muestra que el escenario es el mismo tanto para EE.UU. como para Japón y China. ¡Un auténtico desperdicio!
Mientras tanto, Italia está al borde de una nueva crisis bancaria, el nuevo gobierno de Portugal está a punto de revertir todos los avances logrados durante los últimos cinco años y Reino Unido está siendo empujado hacia la puerta de salida de la UE. A todo ello, hay que añadir el gran tema político de los refugiados, las elecciones de Estados Unidos que cualquier persona con una pizca de cordura puede ver que están yendo de mal en peor, sin olvidar la implosión de los bajos precios del petróleo en Oriente Medio.
Los chivos expiatorios de China
Sí, es un duro comienzo de año y para mi confusión expertos y estrategas continúan a partes poniendo de excusa a China. El gigante asiático es el chivo expiatorio fácil, pero realmente, si a alguien le sorprende la desaceleración del crecimiento de China y su necesidad de ganar tiempo para cambiar su mezcla económica ¡debería devolver sus honorarios de la universidad!
Para explicar el mecanismo de la corrección actual, que ahora mismo está entrando en una fase bajista, he hecho esta ilustración: Los tres conductores del mercado (principales focos del mercado):
Nota: El eje del ciclo o la velocidad es el dólar estadounidense (un dólar más alto = velocidad más lenta; un dólar más débil = mayor velocidad).
Los 3 principales conductores del mercado:
1. El ciclo de tasas de la Fed: siendo el banco central dominante a nivel global, la Fed dicta la dirección absoluta de las tasas globales. El aumento de los tipos de interés en diciembre llegó tras un fuerte aumento de los costes de financiación para los sectores corporativos y privados, pero ahora la política de tasas (bancos centrales) y los tipos de interés del mercado están alineados y se prevé que aumenten.
El precio del dinero siempre es el input más importante para cualquier economía y justo ahora el mercado está descontando 1,7 aumentos en 2016 (42,5 puntos básicos) mientras la Fed está prometiendo de 3 a 4 subidas (75/100 puntos básicos).
Cuando nos centramos de nuevo en la Reserva Federal y en su ciclo de subida de tipos de interés, podríamos referirnos a ello como el juego de «a ver quién parpadea primero». ¿La Fed da marcha atrás o el mercado se mueve hacia arriba? Por ahora, claramente, el mercado se desvanece y desconfía de las intenciones de la Fed.
2. Los precios del petróleo: todo lo que hemos hecho y haremos en el resto del día será consumo energético. El crudo es el principal generador de gasolina y electricidad, por lo que input del coste de la energía es la clave determinante para los salarios y el consumo real.
El crudo ha afectado negativamente tanto el precio del dinero como el crecimiento global. El precio del dinero está afectado por el hecho de que hay menos «dinero para sobornos», Oriente Medio y todos los productores de materias primas ya no corren hacia superávits en cuenta corriente y, por lo tanto, tienen menos dinero para invertir en los mercados estadounidenses y europeos de renta fija. Esto hace subir el precio del dinero y los estudios académicos han demostrado que la reducción neta del rendimiento cuando «el dinero para sobornos» está fluyendo libremente ha sido alrededor de 100 puntos básicos (es decir: los rendimientos de los bonos a largo plazo habrían sido 100 puntos básicos más altos en este ciclo si no fuera por estos inversores).
Del mismo modo, los impulsos de crecimiento de los países de mercados de materias primas han sido netos negativo debido a que hay menos dinero disponible para la importación de bienes de capital y servicios.
Los precios del petróleo y la energía, no obstante, también añaden aumentos en el crecimiento. En 2016, Europa sentirá el impacto total de los bajos precios de energía. Como importador neto de energía, Europa conseguirá ganancias considerables en la renta disponible a nivel de consumidores y empresas. Esto hará que sea difícil para el Banco Central Europeo mantener la impresión de dinero a lo largo de 2016.
El BCE, no obstante, se está quedando rezagado respecto al mundo real. (No hay que olvidar que a principios de 2014, Mario Draghi, presidente del BCE, ¡disipó cualquier noción de la deflación!) El retraso significa que el BCE va a moverse agresivamente, pero al hacerlo se han ignorado el impacto neto positivo fundamental de la energía y la sanación total del consumidor y el sector empresarial en Europa. Conclusión: el BCE estará «en pausa» hasta este verano.
3. China: ¡que el crecimiento del PIB chino se ralentice no debería sorprender!
Por otra parte , Occidente continúa viendo y analizado a China en base a su supuesta hoja de balance, lo que está creando conclusiones incorrectas. ¿Tiene China problemas? ¡Absolutamente! ¿China tiene un aterrizaje forzoso? Tal vez, pero es poco probable. ¿Podrá ver China un aterrizaje suave después? No, eso es poco probable, pero tendrá un «largo de aterrizaje». Lo que significa que no tiene suficientes ahorros privados para mantener el juego y encima de esto se encuentran los beneficios de la Ruta de la Seda, la internacionalización del RMB y el banco AIIB. Esto no parece un «colapso». China se está desacelerando estructuralmente a la baja, pero los turistas chinos gastarán 275.000 millones de dólares en el extranjero este año y la nueva exportación de turistas de China pronto se convertirá en dinero también.
La “devaluación” es más bien una prueba de conducción de la libre circulación de capitales y un apoyo a la economía mediante el aumento de la liquidez para financiar el servicio de la deuda. Que China finalmente se esté moviendo de nuevo hacia delante con más movimiento de capital libre y facilitar el crédito para la financiación de los hambrientos mercados de los países emergentes hace que para mí sea difícil de interpretar como un punto de enfoque negativo.
Lo que sí es interesante es lo agresivos que están siendo los mercados al poner como excusa a China, como se puede apreciar en esta encuesta:
¡Toma esto! Desde la última encuesta (noviembre de 2015), la Fed ha elevado los tipos de interés, pero el mercado ha movido su enfoque del ciclo de tasas de la Reserva Federal a China a lo grande: en noviembre, el 59% de los encuestados vio la Fed como el mayor tema a nivel macro, ahora ¡menos del 23% considera que es importante! ¡China ha pasado de 27% al 66%!
Conclusión:
El mercado sigo siendo solo capaz de centrarse en un solo riesgo al mismo tiempo. Hasta ahora, 2016 se ha centrado solo en China, pero la única preocupación real debería ser la divergencia entre dónde la Fed ve el ciclo de tasas en 2016 (3-4 subidas) y lo que el mercado predice (1,7 subidas). Y cómo esto involucra la siguiente dirección en el aspecto macroeconómico. Los datos débiles no llevarán a la Fed a bajar el pedal en enero, pero como los datos comienzan a ver la luz en enero, creo con toda probabilidad que la Fed podría volver a 1-2 subida, e incluso, hasta 0-1 subidas.
Estrategia:
Somos muy negativos en el primer trimestre del año ya que nuestras perspectivas y estrategias para la primera parte del año advierten de tener «cuidado con el bache». No obstante, estamos llegando a niveles en los que el «valor» de nuevo se está materializando, especialmente en el espectro de niveles de crédito (grado de inversión y superior) y en energía/materias primas. Mi modelo es 100% risk-off, pero ahora me estoy cubriendo con opciones de compra acciones al alza y mi estrategia es cortos en el día y cerrar al final de la sesión, esperando a conocer nueva información (rotación de nuevo hacia la Fed debería ser el foco principal).
Mi estrategia en dólar – débil en 2016- está cerca de ser iniciada. El momentum a largo plazo se está volviendo lento. Ésta sigue siendo la principal conclusión: la dirección dólar estadounidense sigue siendo el rey, la gasolina del mercado. Cuanto mayor sea la ponderación en dólares, menor será el riesgo en los activos. El camino de menor resistencia para los inversores, responsables políticos y el crecimiento mundial sigue siendo el mismo: necesitamos un dólar más débil.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: John D. Carnessiotis. Grecia, el Brexit y los bancos centrales: las preocupaciones del equipo de renta fija de Pioneer para los próximos meses
La semana pasada el equipo de renta fija con grado de inversión de Pioneer estuvo reunido hablando del contexto político y económico que afrontará Europa en los próximos meses. Éstas son las tres cosas que más nos preocupan:
1. Así afecta el Brexit a los gilts y la libra
Ha sido una semana muy ocupada tanto para los políticos y los banqueros centrales como para Reino Unido, pero al final fue una semana satisfactoria para todos los interesados. El primer ministro británico, David Cameron, logró elaborar un proyecto junto con Donald Tusk, el presidente del Consejo Europeo, sobre el acceso al estado del bienestar en Europa y el Reino Unido de los inmigrantes. De acuerdo al documento, se negaría a los ciudadanos de la UE que trabajan Reino Unido ciertas desgravaciones fiscales y otros beneficios por un periodo máximo de cuatro años.
Durante meses, este problema ha sido el punto de fricción central y más polémico en la campaña de Cameron para reescribir los términos de la adhesión de Gran Bretaña de la UE. Esto permitirá que el borrador de acuerdo sea ratificado en la cumbre de líderes de la UE que se celebrará en Bruselas el 18 y 19 de febrero. Un resultado positivo en esta cumbre reforzaría las posibilidades del ‘sí’ en el referéndum de Gran Bretaña, que Cameron se ha comprometido a celebrar antes de finales de 2017. Sin embargo, en general se cree que el Cameron está a favor de celebrarlo a finales de junio de 2016.
Cualquier factor que arroje luz sobre el futuro de la adhesión de Reino Unido a la UE sólo puede ayudar a los activos del Reino Unido, y en particular a la libra, que ha sufrido en los últimos meses. Sin embargo, la propuesta de referéndum no es el único elemento que está lastrando la divisa. La semana pasada el Banco de Inglaterra (BoE) se convirtió en el último banco central en enviar una señal pesimista sobre la política monetaria. Aunque el Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra de (MPC) todavía prevé que la inflación se sitúe por encima del objetivo en 2-3 años, no dijeron nada que sugiera que se disponen a subir los tipos de interés a corto plazo. Esta postura validó la reciente caída en la rentabilidad de los gilts y su moneda. Aunque no estamos de acuerdo con los precios de mercado, es difícil que veamos un factor que cambie esto en las próximas semanas, por lo que hemos eliminado nuestra posición de corta duración en deuda pública británica.
2. ¿Están los bancos centrales perdiendo la fe?
Durante la última semana hemos visto algunas historias extrañas e interesantes referidas a los movimientos del mercado. Hace poco el Banco de Japón adoptó una política de tipos de interés negativos, que tuvo el efecto inmediato de debilitar el yen japonés. Pero el viernes 5 de febrero, el yen se ha fortalecido de nuevo y vuelva a cotizar en torno a 117 yenes frente al dólar. Poco después, el presidente del BCE, Mario Draghi, ha visto cómo el euro continúa fortaleciéndose a pesar de su aparente promesa de reducir aún más los tipos de interés en su próxima reunión de marzo.
La pregunta entonces es ¿por qué hay dos monedas fortaleciéndose pese a que sus bancos centrales están dando señales de rebaja en los tipos de interés? La explicación más común es que todo gira en torno al dólar. La Reserva Federal de EE.UU. ha sugerido que podría dejar los tipos de interés sin cambios en su reunión de marzo. De hecho, el mercado está valorando realizar solamente una subida más para el conjunto de 2016. Esto provocó que el dólar cayera la semana pasada, ha perdido casi un 3% frente al yen y el euro.
3. Política europea
El clima político general en Europa continúa deteriorándose. El primer examen del tercer programa de rescate griego está estancado desde octubre de 2015, debido al desacuerdo sobre el espinoso asunto de la reforma de las pensiones. Antes de la próxima cumbre europea del 18 y 19 de febrero, es probable que el Eurogrupo aumente la presión sobre Grecia para acordar un plan de reforma de las pensiones más radical que lo que propone actualmente el país heleno. El plan griego, que pasa por aumentar los ingresos en lugar de recortar las prestaciones, tiene incluso una oposición política significativa dentro de Grecia. Así que es probable que en los próximos meses aumente la retórica sobre este asunto.
Mientras tanto, en Portugal, la Comisión Europea está adoptando una perspectiva mucho más pesimista sobre las previsiones de crecimiento económico del país, lo que significa que el organismo cree que el presupuesto propuesto por Portugal pondrá en riesgo el Pacto de Estabilidad. El resultado más probable es que la Comisión Europea pida a Portugal que adopte nuevas medidas de recorte.
En una historia que ya se prolonga durante más de un mes, el Rey de España pidió al líder del Partido Socialista, Pedro Sánchez, que trate de formar gobierno después de que el líder de Partido Popular, de centro-derecha, admitiera que no podría reunir el apoyo suficiente para formar un gobierno viable. El dirigente socialista ha dicho que necesita por lo menos un mes más para llevar a cabo las negociaciones con otros partidos y buscar apoyos. Dudamos de que pueda formarse gobierno y todavía creemos que hay posibilidades de que se lleven a cabo nuevas elecciones.
Tanguy Le Saout es director de Renta Fija Europea de Pioneer.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Mauricio Macri. El déficit fiscal: el principal problema de la economía de Argentina
Sin lugar a dudas el último año económico del Gobierno saliente en Argentina, con un ministro de Economía sin capacidad para dominar los problemas principales que teníamos al principio de 2015, ha dejado una situación delicada al final de su mandato.
Los principales datos macroeconómicos son: un déficit fiscal del 8% del PIB sin contar deuda flotante, emisión monetaria de 200.000 millones de pesos argentinos, un 50% del total de la base monetaria, una inflación del 28%, un cepo cambiario que aceleró la caída de reservas en unos 5.000 dólares, con un stock de 24.000 millones de dólares en términos brutos y deudas con importadores atrasadas.
Pero el problema principal es el déficit fiscal y la solvencia cambiaria, siendo imposible abordar otros problemas como es recuperar la actividad económica y la generación de empleo genuino.
El ministro de hacienda Pray Gay pudo levantar inmediatamente el cepo cambiario habiendo obtenido el compromiso de liquidación de 400 millones de dólares por día con las “cerealeras”, la conversión de 3.000 dólares del swap con China y el arreglo con los importadores de la deuda comercial pendiente de pago y la obtención de 5.000 millones de dólares por el BCRA.
El levantamiento del cepo ha sido un éxito: dado el ciclo estacional de divisas las empresas necesitaban peos para pago de aguinaldo y sueldos de diciembre, liquidación parcial de las “cerealeras” por unos 400 millones de dólares y ausencia de demanda por importaciones, ya sea por no pagar las realizadas y no demandarse nuevas importaciones.
Estas condiciones condujeron a una oferta de abundantes de dólares y una ausencia de demanda de dólares de grandes compradores, que permitió la reducción de la cotización del dólar a 13,8 pesos argentinos por dólar, pero en economía en el corto plazo se puede hacer cualquier cosa pero no evitar las consecuencias. Los factores estructurales para un desplazamiento del dólar siguen vigentes, como son el déficit fiscal -y no se observaron medidas concretas para su reducción en forma drástica-, la reducción de subsidios a la energía (2% del PIB), un tenue combate al gasto del estado vía reducción del personal contratado y cuánto se va a ahorrar producto de los sobreprecios de las obras públicas.
En todos los temas se verá la decisión del Gobierno en sostener medidas justas y razonables, pero de alto costo político.
El ajuste tarifario afecta el apoyo político porque se dará en el GBA y CABA donde se encuentra el sector que mayoritariamente apoyó al Gobierno; en el segundo los sindicatos estatales que no son proclives a defender trabajadores sino las cajas de la obra sociales y sindicales producto de los aportes de los empleados ingresados que negociaron con funcionarios y ministros hasta el 10 de diciembre de 2015, que deberán ser saneados por el actual Gobierno. Y esto fue una medida del anterior Gobierno para complicar la gestión del actual: sin lugar a duda eliminar los sobreprecios de obras y servicios públicos donde los mismos llegaban a rondar el 30% y hasta el 50% es la gran duda que pongo ante este Gobierno si tiene realmente voluntad política para resolver.
En materia fiscal solo se ha visto concretado el anuncio de aumento de gastos o reducción de ingresos como retenciones totalmente justas para reactivar la producción y la exportación que hoy estarían llevando a un déficit fiscal nacional del 9%.
El problema heredado es grave, mucho más si no se tiene un diagnóstico claro en lo técnico, pero principalmente en lo político y todo ello sin contar que las condiciones externas producto del aumento de las tasas de interés en EE.UU., la caída del crecimiento chino y la recesión en Brasil, nuestro principal socio comercial, debilita el potencial de una salida rápida de la crisis económica, financiera y política, que ha dejado la administración de Cristina Kirchner y Axel Kicillor, sostenida por el accionariado destituyente de la militancia del Frente para la Victoria.
Columna de Cesar Ariel Omse, contador público especialista en Finanzas y Mercado de Capitales.