El encuentro de dos mundos

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El encuentro de dos mundos
Foto: Nicola Corboy, Flickr, Creative Commons. El encuentro de dos mundos

Si bien el espectacular crecimiento de los fondos indexados había comenzado a sacudir los cimientos de la industria de gestión de activos desde la década de 1990, fue la crisis de 2008 la que puso en marcha un proceso de transformación aún más profundo y que se observa especialmente bien en el ámbito de las inversiones alternativas. Concretamente, y más allá del refuerzo de las normas que rigen actualmente los fondos de inversión libre o hedge funds, posiblemente el cambio más extraordinario de este sector haya sido la aparición y el formidable crecimiento de los fondos alternativos con formato UCITS en Europa.

Esta evolución se origina por varias razones. Las incertidumbres macroeconómicas actuales y la consiguiente volatilidad de los activos son ciertamente la causa de una mayor demanda de fondos diferentes y percibidos como de menor riesgo desde todos los puntos de vista. En menor medida, también podemos apreciar aquí el efecto de un cambio de paradigma en la configuración de las carteras: los inversores están pasando progresivamente de una asignación de activos basada en clases a una asignación de activos basada en factores que combinan fondos indexados con un conjunto diversificado de alfas y/o soluciones orientadas a un perfil de rentabilidad concreto.

Ante esta demanda, la oferta se ha adaptado y, por un lado, los gestores de fondos de inversión libre se han puesto rápidamente a revisar su modelo para satisfacer a los inversores europeos, que demandan vehículos alternativos mejor regulados, más transparentes y más líquidos; por otro, los gestores considerados tradicionales, empujados en parte por la competencia de los fondos indexados, han querido aprovechar la oportunidad que ofrece esta nueva demanda para liberarse de ciertas ataduras con el fin de ofrecer soluciones menos vinculadas a los índices de referencia.

Aunque se ha gastado mucha tinta debatiendo sobre las ventajas de este nuevo formato, no se ha hablado tanto sobre las consecuencias que ha comenzado a tener para la industria de la gestión de fondos el acercamiento de dos mundos que vivían de espaldas. En efecto, hasta hace muy poco, la gestión de fondos se caracterizaba por estar dividida en dos bandos: los fondos tradicionales, por un lado, y los fondos de inversión libre o hedge funds, por otro. Cada universo se inscribía en una comunidad de gestores, distribuidores y selectores bien diferenciada y con culturas propias. En primer lugar, más allá del análisis de la estrategia, los criterios de selección y seguimiento de los fondos eran sustancialmente diferentes. Para analizar los fondos de inversión libre, los elementos más importantes eran el uso de la red para identificar nuevos candidatos, la reputación del gestor dentro de la comunidad, el análisis de las estructuras operativas y las visitas físicas periódicas para identificar los riesgos potenciales. Para el analista de fondos tradicionales, por el contrario, estos elementos eran el uso de filtros sofisticados sobre grandes bases de datos, la estructura legal y los aspectos normativos relacionados con la distribución del fondo, así como un análisis muy regular y detallado de la cartera y de sus resultados. Además, aunque la visión macroeconómica del inversor es menos importante en el caso de los fondos de inversión libre, sí desempeña un papel crucial a la hora de decidir una inversión en un fondo tradicional, dada la gran influencia del mercado en las rentabilidades conseguidas. Por último, también se observarán diferencias notables en cuando al tamaño de los respectivos universos, la estructura típica de comisiones y el horizonte de inversión medio del cliente.

Sin embargo, como hemos señalado, desde hace ya algunos años los dos universos se solapan y, de golpe, los gestores se tienen que enfrentar a expectativas y comportamientos muy diversos por parte de los inversores. Además, los analistas se reúnen e intentan encontrar un lenguaje común. Es evidente que vamos a asistir a un maridaje de las dos culturas que terminará desembocando en la formación de un espacio que cubrirá toda la gestión de fondos. Esta evolución es beneficiosa para el inversor, en la medida en que amplía los productos a su disposición y aumenta la competencia entre los gestores. En cuanto al análisis, si las respectivas experiencias se combinan, se enriquecerán mutuamente y la calidad de la selección saldrá reforzada. Ese es precisamente el objetivo que perseguimos en SYZ, y para conseguirlo contamos con un equipo único consagrado a la búsqueda de gestores de inversiones brillantes, allí donde estén.

Columna de Michaël Malquarti, responsable del área de Manager Research and Alternative Investments de SYZ Asset Management

El Brexit y el simplismo

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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Carlescs79.. londres

Hay cuestiones sobre las que uno puede responder con un simplismo fructífero. Al fin y al cabo, hay quien defiende que el simplismo es la última sofisticación. Sin embargo, política y simplismo son palabras que no pueden cohabitar en la misma frase. Por ello, darles una respuesta sobre la cuestión del Brexit no va a resultar simple.

Las encuestas en Reino Unido muestran hoy un apoyo del 50% a la idea del Brexit. Sin duda eso puede aumentar aún más hasta la celebración del referéndum, especialmente si los líderes euroescépticos se emplean a fondo en ridiculizar el “new deal” conseguido para el Reino Unido -firmado en la cumbre de la UE el pasado 19 de febrero-. Ciertamente, existen razones para apostar por una salida del Reino Unido de la UE. ¿Se las recuerdo? Una política de austeridad inspirada por Alemania y de exigida aplicación en todo el bloque. Los costes de los rescates a Grecia –y los que puedan venir-. La crisis de los refugiados. Una libra esterlina que está tan baja hoy como lo estuvo en los días más oscuros de la crisis financiera global –cuando toda la banca inglesa parecía que iba a desaparecer-. Un populismo político de un patriotismo trasnochado que también germina en el Reino Unido. Etc. Sí. Todas estas razones parecen contundentes. Pero en realidad no lo son. Solo son cosas obvias, y como tales, meras evidencias. Pero una evidencia no es razón o causa; por lo que no debemos caer en la tentación de apostar impulsivamente. Si uno observa (y escucha) con detenimiento, verá que existen aspectos que invitan a pensar que los votantes británicos finalmente respaldarán la continuidad del Reino Unido en la UE. Les expongo algunos.

1. Hasta hoy, Cameron y los líderes políticos de su partido (y de otros) no podían manifestar en público su apoyo por la permanencia. Al fin y al cabo, debían hacer creer que estaban dispuestos a contemplar la ruptura si la UE rechazaba las demandas del Reino Unido (bien jugado). En tales circunstancias, el monopolio de los discursos, los medios, las campañas y en definitiva, el monopolio de la atención pública, lo ha tenido en exclusiva el bloque del Brexit (salida). Y yo me pregunto. ¿A pesar de ese desequilibrio, solo han conseguido un respaldo del 50%? Pinta mal para ellos, ahora que “los otros” pueden empezar a hacer campaña por la permanencia.

2. El inteligente movimiento de Cameron, habiendo ofrecido la libertad de voto a sus ministros (levantando la disciplina de partido), ha resultado ser exactamente eso. Un movimiento muy inteligente. Pues en verdad la mayor parte de los líderes conservadores -con la excepción de Boris Johnson y Michael Gove- estarían ya dando soporte a Cameron en la idea de permanecer dentro de la UE bajo los nuevos acuerdos. Si es verdad que la libertad de voto hace del voto algo legítimo, la estrategia de Cameron ha cubierto con una pátina de legitimidad a su discurso -y el de sus ministros alineados-. Ciertamente una táctica algo mas soslayada a la que nos tienen acostumbrados los políticos de latitudes más meridionales.

3. Sin duda, los medios británicos seguirán de cerca este asunto hasta la fecha del referéndum. Según nos cuentan, Rupert Murdoch – cuyas empresas dominan el espectro mediático en el país- necesita la permanencia en la UE para consolidar sus negocios de televisión en Reino Unido, Alemania e Italia. Tal y como me describía una fuente ayer (de forma exquisita), la habilidad de un empresario está en ponerse del lado ganador, y teniendo en cuenta los intereses descritos, no es difícil imaginar por quién van a hacer campaña estos empresarios.

Si bien es cierto que existe un debate sobre los beneficios y los costes del Brexit, no es menos cierto que este debate no está teniendo lugar hoy, y probablemente no se dará hasta pocas semanas antes del referéndum. Es por ello que no debemos prestar mucha atención a las encuestas aún.

Debo admitir, no obstante, que la indefinición de las mismas seguirá inyectando nerviosismo en todos los activos británicos. Especialmente su divisa.

Acuerdos de asociación

Ya mirando mas a medio plazo –y a fin de inclinarme sobre la probabilidad de cada escenario-, observo por un lado a los que defienden la hipótesis de que sería más favorable para el Reino Unido una nueva relación económica con la UE “a la Noruega” o incluso “a la Suiza” (a través de la figura del Acuerdo de Asociación). Siendo honesto con ustedes, éste me parece un argumento muy poco sólido.

Estos acuerdos de asociación, firmados por Noruega y Suiza con la UE, incluyen cuatro condicionantes que no son negociables y que serán de exigido cumplimiento también para el Reino Unido, pues si se relajan en un caso, el resto pedirá también una revisión. Veamos. Según estos Acuerdos de Asociación: (1) Noruega y Suiza deben obedecer la regulación sobre los estándares comerciales vigentes en el mercado único de la UE, y no tendrán ningún derecho o voto en el diseño de tal regulación. (2) Noruega y Suiza deben trasponer todas las leyes relevantes de la UE en su legislación doméstica sin consulta a los votantes. (3) Los países asociados deben contribuir al presupuesto de la UE –entiendo que en menor medida que los países miembros-. (4) Los países asociados deben aceptar inmigración de la UE sin límites –no es de extrañar, pues, que Noruega y Suiza tengan hoy una proporción de inmigrantes de la UE mayor a la del Reino Unido-. El incumplimiento de estos requisitos por parte del Reino Unido (si decide salir de la UE y optar por un acuerdo de asociación) comportaría el bloqueo de los servicios de las empresas británicas en el mercado único. ¿Podría eso desembocar en muchas de estas entidades trasladando sus centrales fiscales a París, Fráncfort o Dublín, para poder operar en la UE? Seguro que esto les encantaría a estos gobiernos continentales. Con todo, no veo una ventaja clara de los acuerdos de asociación.

Por otro lado, están los que defienden que sería desfavorable para el Reino Unido optar por el Brexit, pues esto obligaría al Reino Unido a renegociar el acceso al mercado europeo único, mientras que los fabricantes de la Europa continental podrían seguir vendiendo en el Reino Unido bajo la normativa del la Organización Mundial del Comercio. Algo que debo acabar de contrastar. Fuentes consultadas nos explican que la especialización del Reino Unido en servicios hace de la permanencia en la UE algo crítico para el país, siendo, en cambio, indiferente para Alemania o Francia que Reino Unido sea, o no, miembro de la UE. Ayer me hicieron una pregunta sobre lo que podría pasar en este asunto. Respondí que necesitaba recabar mucha información y poner en orden todas las ideas. Aquí tienen el ejercicio. Les dije que no iba a ser simple. Tras la tarea, me inclino a pensar que no habrá Brexit. Aunque por supuesto, me puedo equivocar.

Columna de Álex Fusté, economista jefe de Andbank

Acciones y omisiones

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Acciones y omisiones
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Epic Fireworks. Acciones y omisiones

El ser humano peca tanto por la acción como por la omisión. La semana atrás hablé del “sesgo de la inacción”, aquel que surge cuando uno se paraliza y no toma decisiones (para nuestro caso, financieras). Pero existe una situación, que también es complicada de manejar, que es cuando el ser humano actúa mucho. Especialmente, en temas financieros, es un tema del que sufren las personas con una “sobreconfianza” extrema.

Vamos a ponerlo fácil: la sobreconfianza es aquella situación en la que muchas personas piensan que sus habilidades son mucho mejores que las del resto de la humanidad. Esto las lleva a cometer, en no pocas veces, imprudencias que son costosas. En los temas financieros esto se traduce en personas que compran y venden activos, pensando que tienen mejor información que el resto de personas o que creen que asimilan de mejor manera la información que tienen los demás o que pueden reaccionar más rápido o que pueden predecir el futuro de los mercados con exactitud (este último me encanta, porque se une con el consabido “lo sabía”, por lo cual el día de hoy, ven que en el pasado habían podido predecir el futuro que nos llevó a una situación particular…si lo sabían, hubieran actuado en consecuencia).

Generalmente, las personas que compran y venden activos generan un costo que no tienen en cuenta. Ven que, al poder predecir el retorno, piensan en una rentabilidad que muchas veces se ve “comida” por los costos en los que incurren. No son solo costos financieros, valga decir: el costo de tiempo, desgaste mental, entre otros, que implica el tratar de tomar decisiones basado en la sobreconfianza.

En mercados financieros, metámonos esto en la cabeza, no existe nadie que consistentemente sea mejor que el resto de personas. Nadie. Diversos estudios históricos muestran que personas que mueven sus inversiones constantemente, no obtienen una rentabilidad significativamente superior a los que tienen inversiones de mayor plazo.

Esto es así porque los mercados son dinámicos, y existe una diferencia radical entre “pegarle a todo en cada momento” y ver tendencias y aprovechar las oportunidades. Son dos cosas muy, pero muy diferentes. Piénsenlo un momento y verán que encuentran las diferencias.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la visión de Old Mutual sobre los temas tratados.

Opinión de Manuel García Ospina, vicepresidente de wealth management de Old Mutual Colombia.

Compliance es un asunto serio en América Latina

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Compliance es un asunto serio en América Latina
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Cliff. Compliance es un asunto serio en América Latina

2015 fue un año sin precedentes para las autoridades fiscales de América Latina.  Muchos más países en la región comenzaron a exigir mayores requerimientos en temas fiscales, lo que hizo que realizar operaciones a lo largo y ancho de la región se transformara en un desafío para muchas empresas.

Por ejemplo, Brasil expandió el requerimiento entre las empresas y el Gobierno con la facturación electrónica (e-invoicing), que impacta en la contabilidad en general, la gestión de inventario e incluso el área de recursos humanos. México, Perú, Uruguay, Ecuador, Colombia y Chile expandieron significativamente su legislación fiscal sobre facturación electrónica. A comienzos de 2016, ¿qué es lo que podemos esperar? Esperamos aún más desafíos… 

Automatizar la auditoría genera aumento de la recaudación para los gobiernos

Muchos gobiernos latinoamericanos hicieron obligatoria la facturación electrónica para frenar el fraude del pago del IVA (impuesto sobre el valor agregado). Un informe de la ONU estima que la evasión del IVA les cuesta a los gobiernos latinoamericanos entre un 17,8% a un 37% de su recaudación total por cada año, comparado con el 3% al 22% que representa esta evasión para otras sociedades basadas mayormente en el IVA

Esta obligatoriedad de emplear la facturación electrónica ya ha mostrado ser una eficiente herramienta para eliminar el fraude. Brasil, por ejemplo, colectó 58.000 millones de dólares en ingresos fiscales adicionales en un solo año, y México registró un aumento de recaudación del IVA del 34% en un solo trimestre, lo que le dio al país un retorno de 4,65 dólares por cada dólar gastado en auditoria. 

Hoy en día, en todos los gobiernos de América Latina se ve una marcada tendencia hacia la recopilación de datos aún más detallados – la contabilidad, registros de inventario, etc. – que permiten a los funcionarios poder verificar de manera automática las órdenes de compra, facturas y recibos de bienes.

Las autoridades gubernamentales expanden las acciones sobre el IVA a los impuestos sobre la nómina

Ahora que los gobiernos están comenzando a ver ingresos tangibles de sus programas de facturación electrónica, muchos países se están moviendo hacia otras potenciales áreas de fraude fiscal; en concreto, los impuestos sobre la nómina. El mismo informe de la ONU estima que la evasión de impuestos sobre la renta personal y corporativa es incluso más alta que la del IVA y que va desde el 46% al 49% de los ingresos totales de estos impuestos si se toma como referencia 2006-2010. Teniendo en cuenta que sólo la mitad de las economías de América Latina están bancarizadas y continúan estando basadas en una economía de efectivo, los impuestos sobre la nómina son un primer paso lógico para poner freno a esta evasión (aunque prevemos que en un futuro próximo, van a ir mucho más allá para abarcar las transacciones en efectivo, como las compras). México fue el primer país en introducir dicha legislación con su nómina electrónica en el 2014, requiriendo el registro electrónico de los recibos de la nómina. Brasil rápidamente siguió el ejemplo con una legislación de recursos humanos aún más amplia, el eSocial.

Negocios que son castigados cuando no efectúan sus compras localmente

En un esfuerzo adicional para aumentar los ingresos tributarios en el país y estabilizar sus economías emergentes, los gobiernos latinoamericanos están buscando a través de las regulaciones incentivar a las corporaciones a que utilicen proveedores locales, para la fabricación, así como también trabajadores locales, penalizando a aquellos que no lo hacen. En Brasil, los nuevos reportes escudriñan el inventario y la producción, dando al gobierno visibilidad de las cadenas de suministro y procesos de fabricación. Las autoridades impositivas de Brasil, SEFAZ, está utilizando esta información, junto con la facturación electrónica, para determinar la tasa de impuestos punitivos para las empresas que compran la mayoría de sus materias primas y suministros fuera del país. Bajo las reglas de la FCI de Brasil, si más del 60% de los bienes de la empresa provienen de exportaciones, su IVA es mayor.

Los gobiernos están examinando la manipulación de beneficios (es decir, la fuga de capitales)

Después de reclutar con éxito a empresas multinacionales a través de incentivos fiscales y la promesa de operaciones menos costosas, los países latinoamericanos están exigiendo una parte justa de los ingresos fiscales. Se estima en 154.000 millones de dólares el flujo de América Latina a jurisdicciones con tasas impositivas más bajas a través de los flujos de capitales ilícitos, según el informe de la ONU. Los países a nivel mundial, no sólo en América Latina, están implementando procedimientos para combatir este problema y garantizar que las empresas paguen impuestos en el país que realizan negocios, ya que se estima que entre el 4% y el 10% de los ingresos corporativos se pierden cada año en dicha «fuga de capitales». A petición de los gobiernos a nivel mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ha desarrollado un reporte país por país que proporciona un claro detalle de los beneficios, las ventas, los activos y los impuestos pagados, que se adoptarán en distintas líneas de negocios en el 2016.

El cumplimiento es un asunto serio en América Latina

Está claro que los gobiernos de toda América Latina toman la recaudación de impuestos muy en serio, y están implementando medidas integrales para reducir la evasión fiscal y el fraude a fin de maximizar sus ingresos. De hecho, México recientemente retuvo más de 384 millones de dólares en devoluciones del IVA a Colgate, Procter & Gamble y Unilever al auditar sus operaciones.

Las empresas multinacionales que operan en la región necesitan manejar sus operaciones de cumplimiento de forma proactiva, monitorear las tendencias para ver cuál es la próxima área que se verá afectada y determinar cómo deben actualizar sus procesos a fin de continuar cumpliendo con las normas locales, lo que constituye un desafío cuando se conducen operaciones en toda la región y ya no es una economía sino múltiples las que deben estar vigilando.  

Por Steve Sprague, VP de estrategia de producto de Invoiceware International.

Las sonrojantes rentabilidades de la industria de fondos de inversión y pensiones

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Las sonrojantes rentabilidades de la industria de fondos de inversión y pensiones
Foto: Stewf, Flickr, Creative Commons. Las sonrojantes rentabilidades de la industria de fondos de inversión y pensiones

Como viene siendo habitual en los últimos años, el profesor de Finanzas del IESE Pablo Fernández -junto a Alberto Ortiz Pizarro, Pablo Fernandez Acin e Isabel Fernández Acin-, ha sacado a la luz los informes anuales sobre la rentabilidad de los fondos de inversión en España 2000-2015 y sobre la rentabilidad de los fondos de pensiones en España en el mismo periodo. Me ha parecido oportuno y tal como ya hice en el año 2014, hablar de estos informes en mi blog, por que creo que es de los pocos estudios  que tenemos en la industria nacional que reflejan con absoluta claridad las mentiras de la industria de gestión de activos en España y por eso “el sistema” trata de que no se hable mucho de ellos.

Resumen del informe de fondos: la rentabilidad media de los fondos de inversión en España en los últimos 15 años (1,90%) fue inferior a la inversión en bonos del estado español a 15 años (5,4%) y a la inversión en el Ibex 35 (4,6%). Sólo 18 fondos de los 632 con 15 años tuvieron una rentabilidad superior a la de los bonos del estado a 15 años, 27 tuvieron una rentabilidad superior a la del Ibex 35 y 82 tuvieron rentabilidad negativa. El fondo más rentable proporcionó en los últimos 15 años a sus partícipes una rentabilidad total del 542% (promedio 13,2%) y el menos rentable del -64,7% (promedio -6,7%).

Resumen en pensiones: en el periodo diciembre 2000 – diciembre 2015, la rentabilidad anual media del Ibex 35 fue 4,62% y la de los bonos del Estado a 15 años del 5,40%. La rentabilidad media de los fondos de pensiones fue del 1,58%. Entre los 322 fondos de pensiones con 15 años de historia, sólo 2 superaron la rentabilidad del Ibex 35, y sólo 1 superó la rentabilidad de los bonos del Estado a 15 años. 47 fondos tuvieron rentabilidad promedio ¡negativa! Los fondos de pensiones tenían (diciembre 2015) 7,8 millones de partícipes y un patrimonio de 67.621millones de euros.

Columna de Martín Huete

Puede leer el artículo completo en su blog, en este link. Aquí ofrecemos solo un resumen

La Reserva Federal ya no sale al rescate

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La Reserva Federal ya no sale al rescate
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: donielle. La Reserva Federal ya no sale al rescate

Recientemente, repuntaron los mercados de acciones y crédito. Los mercados bursátiles desarrollados subieron en todo el mundo y las acciones japonesas tuvieron el mejor rendimiento. Las de los sectores tecnológico y de consumo discrecional registraron rendimientos superiores a los de aquellos sectores más defensivos, principalmente los de servicios públicos y telecomunicaciones. Al mismo tiempo, repuntaron los bonos con grado de inversión y alto rendimiento, reduciéndose sus márgenes (la diferencia entre su rentabilidad y la de las letras del Tesoro con vencimiento comparable). La rentabilidad de las letras del Tesoro de referencia de EE.UU. a 10 años se mantuvo relativamente estable.

Desafortunadamente, los inversores siguen enfrentando varios desafíos. Los riesgos de recesión parecen haberse moderado, pero no así el debilitamiento en las ganancias corporativas. Otra dificultad será el plan de acción de la Reserva Federal. Es probable que cumpla con su palabra y proceda cautelosamente, pero la inflación se ha fortalecido, lo que sugiere que el banco central puede no ser tan conciliador como espera el mercado.

Sin cambios en los factores fundamentales

A pesar de la mejora reciente para los mercados, el problema es que no han cambiado mucho los factores fundamentales. Tomemos como ejemplo el petróleo, la fijación de este año entre los inversores. Repuntó el petróleo recientemente después de que una declaración de Arabia Saudita y Rusia sugiriera que dichos países mantendrían la producción en los niveles de enero en caso de que otras naciones acordaran participar.

Pero hay varias razones para ser escépticos en cuanto a que este acuerdo pueda corregir el problema del exceso de oferta que ha causado la caída de los precios. Primero, no está claro si el acuerdo se celebrará, ya que Irán se negó a comprometerse a restringir la producción. Segundo, Irak y Arabia Saudita ya han aumentado la producción en enero, y Rusia también está cerca de alcanzar su capacidad de producción máxima. Finalmente, incluso en los niveles actuales, hay demasiada oferta. Las reservas de petróleo de EE.UU. alcanzaron recientemente su nivel más alto en 86 años.

Para las acciones, incluso aunque la economía global lograra eludir una recesión económica, está claro que estamos atravesando una recesión de ganancias cada vez más profunda. Las ganancias por acción (EPS) de las compañías del S&P 500 van camino a caer un 3,9% en comparación con el año pasado, y solamente este trimestre se está perfilando para ver una contracción del 4,8% con respecto al año anterior. La situación no es mejor en Europa, donde los pronósticos de crecimiento de los beneficios de la eurozona para el año 2016 bajaron un 7,3% en lo que va del año.

Consecuencias de una Reserva Federal menos potente

En el pasado, el crecimiento moderado, el ajuste de las condiciones financieras y las expectativas de un descenso de la inflación habrían provocado al menos una respuesta por parte de la Reserva Federal. Aunque continuamos creyendo que seguirán tranquilizando los bancos centrales de Europa, Japón y probablemente China, la Reserva Federal se encuentra en una situación un poco complicada. Los datos económicos, particularmente del sector industrial, son moderados, mientras que las expectativas de inflación permanecen cerca de los niveles más bajos de los últimos años. Aun así, la mayoría de las medidas de inflación real están mejorando. La inflación básica de EE.UU. es de un 2,2%, el ritmo más rápido registrado desde el otoño de 2008. Siguen cayendo los precios de los bienes importados, tanto de los productos del petróleo como de los que no tienen relación con la energía, pero la inflación inmobiliaria y médica se está acelerando.

Es poco probable que la Reserva Federal aumente las tasas de interés cuatro veces este año, como sugirió en diciembre pasado, ¿pero esperarán los bancos centrales durante todo 2016? Probablemente no; sin embargo, esto es exactamente lo que está sugiriendo el mercado de futuros. Cualquier alza representaría una postura más combativa que la que el mercado está reflejando actualmente. Si esto sucede en el contexto de un dólar más sólido, representará un mayor ajuste de las condiciones ya difíciles de los mercados financieros.

Para los inversores, hay varias consecuencias. En primer lugar, es poco probable que la Reserva Federal brinde un respaldo para los precios de activos como lo hizo en los últimos años. En segundo lugar, en un mundo donde las políticas de los bancos centrales están menos disponibles y son menos potentes, es más probable que la volatilidad se mantenga por encima de su promedio histórico.

Por último, lo más probable es que las expectativas de inflación actuales sean demasiado bajas. Incluso en un mundo de crecimiento lento, baja productividad y una actividad del mercado laboral en descenso, la inflación puede ser más alta de lo que sugieren las bajas expectativas actuales. En estas circunstancias, los valores del Tesoro protegidos contra la inflación (TIPS) pueden representar una buena oportunidad a largo plazo.

Columna de Russ Koesterich, estratega principal de Inversiones Globales de BlackRock

Los límites de la intervención (o cómo seguir esperando lo inesperado)

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Los límites de la intervención (o cómo seguir esperando lo inesperado)
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: EUTOPÍA MÉXICO. Los límites de la intervención (o cómo seguir esperando lo inesperado)

El pasado 17 de febrero, la Secretaría de Hacienda y el Banco de México anunciaron un conjunto de medidas encaminadas a darle soporte al peso mexicano, después de haber tenido un desempeño negativo en las primeras semanas del año: 1) un recorte al gasto público de 132.000 millones de pesos (0,7% del PIB), de los cuales, 100.000 millones serían aplicados a Pemex; 2) la eliminación de las subastas de venta de dólares sustituidas por una intervención discrecional, y; 3) un sorpresivo incremento en la tasa de interés de referencia de 50 puntos base por parte de Banxico, para situarla en el 3,75%.

La primera medida es sin duda acertada. En las últimas semanas, los mercados habían estado preocupados por la solvencia de Pemex, toda vez que los precios del petróleo probablemente se mantengan bajos por mucho tiempo. Dado que Pemex aporta 20% de los ingresos al Gobierno Federal, esto se tradujo en una preocupación sobre la solidez de las finanzas públicas en el mediano plazo; y por tanto, en el tipo de cambio y el riesgo soberano. Bajo esta perspectiva, el anuncio de recorte al gasto es oportuno y ayuda –en parte- a reducir algunas preocupaciones. Sin embargo, falta conocer los detalles de esa medida, sumando a un plan creíble de solvencia por parte de Pemex y finalmente observar un menor déficit público.

La segunda política también ayudará a que se observe menos volatilidad en la cotización del peso. En periodos de alta aversión al riesgo, el Banco de México podría intervenir para eliminar picos y mantener una tendencia más estable. El día del anuncio así lo hizo, a pesar de que no era un día en particular complicado en los mercados financieros. Banxico reportó que utilizó 2.000 millones de dólares, lo que indica que quizás estas intervenciones no sean muy recurrentes.

La tercera, el aumento en la tasa, fue un poco más difícil de entender. Según Banxico, la razón por la cual se implementó fue para contrarrestar un posible deterioro en las expectativas de inflación. A esa fecha, dichas expectativas se habían mantenido estables y sin signos de deterioro. La depreciación del peso se ha estado viendo reflejada principalmente en bienes comerciables, sin contaminar otros componentes, implicando un ajuste ordenado de precios. En este contexto, quizás la medida fue complementaria, simbólica o para incrementar -un poco- el costo de “irse corto” en el peso mexicano. En todo caso, no se puede negar que es una política preventiva, al fin y al cabo, pero no será determinante para el valor del peso.

El peso se ha recuperado del 17 al 26 de febrero, porque los mercados se han estado comportando de mejor manera, con el precio del petróleo recuperándose. La apreciación de 4,4% del peso frente al dólar ha ido en línea con la observada en el real brasileño (3,3%), el peso colombiano (3,8%) y el rublo ruso (3,8%).  Siendo bondadosos, quizás las medidas anunciadas sólo impulsaron un 1% de apreciación adicional.

En los siguientes meses, el peso aún enfrenta un panorama complicado. Por el lado externo, el precio del petróleo probablemente siga teniendo presiones a la baja, toda vez que no hay un acuerdo entre miembros de la OPEP que permita reducir la producción, incluso cuando la demanda está siendo más débil y la acumulación de inventarios se incrementa. Adicionalmente, el gobierno de China no ha decidido las herramientas de política económica que ayudaría a aliviar la desaceleración de su economía y las fuertes salidas de capital que experimenta: con un impulso fiscal, con un impulso monetario, o con una importante depreciación del yuan. Ésta última opción obligaría al peso a depreciarse aún más, toda vez que México es competidor de China en el mercado manufacturero.

Finalmente, el problema de solvencia de PEMEX seguramente se resolverá de manera paulatina. Si bien se puede dar un buen anuncio, el mercado quizás querrá ver resultados palpables de dichas medidas, algo que tomará tiempo.

Tras el anuncio del 17 de febrero, el secretario de Hacienda dijo a los medios: “Los inversores deberán esperar lo inesperado”. Si el plan de Pemex no convence y además, la volatilidad se incrementa por un entorno externo aún más complicado, las medidas para apuntalar al peso resultarían insuficientes. Ante estos riesgos, me parece que más bien las autoridades son las que, en beneficio de la estabilidad macroeconómica, deberían prepararse para lo inesperado.

Columna de Marco Oviedo.

Tipos de interés negativos: ¿están los bancos centrales abriendo la caja de Pandora?

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Tipos de interés negativos: ¿están los bancos centrales abriendo la caja de Pandora?
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Mark Vegas. Negative Rates Explained: Are Central Banks Opening Pandora’s Box?

El Banco de Japón (BoJ) ha imitado a los bancos centrales de Dinamarca, la Zona Euro, Suecia y Suiza al imponer un tipo de interés negativo en una parte de las reservas bancarias comerciales (véase el gráfico). En Suiza y Suecia, el principal tipo de interés oficial, así como el tipo marginal aplicado a las reservas, es inferior a cero. Los tipos de interés interbancarios a corto plazo son negativos en las cinco regiones mencionadas.

Los tipos daneses se redujeron por debajo de cero para conservar el vínculo de su moneda con el euro. En cuanto a Suecia y Suiza, la apreciación no deseada de sus monedas también fue una razón principal para apostar por tipos negativos. El Banco Central Europeo (BCE) y el BoJ justifican los tipos negativos a cuenta de sus objetivos de inflación, aunque ambos bancos centrales han apreciado el deterioro que vienen sufriendo sus divisas en los últimos años.

Un determinado banco puede eludir los tipos negativos empleando su liquidez excedente para aumentar la actividad de préstamos o invertir en valores. Sin embargo, esto no puede ocurrir en el conjunto del sistema bancario, ya que la cantidad total de reservas viene impuesta por el banco central. La reducción de reservas por parte de un banco se compensa con un aumento de las reservas mantenidas por otros; por lo tanto, los tipos negativos actúan como un impuesto al sistema bancario. Los sistemas danés, sueco y japonés aminoran este impuesto aplicando tipos negativos solo a las reservas bancarias de máximo nivel.

Pros y contras

Los partidarios de los tipos negativos argumentan que un recorte por debajo de cero ofrece un estímulo económico neto, incluso si no produce tanto efecto como un recorte aplicado cuando los tipos son positivos. A su juicio, la apuesta por tipos negativos ejerce una presión bajista adicional en los tipos aplicados a préstamos y depósitos de los bancos, lo que incentiva el endeudamiento y disuade el “atesoramiento”. Además, fomenta el “reajuste de las carteras” para introducir inversiones de mayor riesgo / extranjeras, lo que implica una revalorización de los activos o un descenso del tipo de cambio, respectivamente. La revalorización de los activos puede producir un «efecto riqueza» positivo sobre la demanda, mientras que una depreciación de la divisa estimula las exportaciones netas.

Los detractores aducen que los tipos de interés negativos merman la rentabilidad de los bancos, haciéndoles menos susceptibles de expandir sus balances. Los bancos de los países antes señalados se han mostrado reacios a imponer tipos negativos en los depósitos de particulares al temer que esa medida pueda desatar una oleada de rescates de efectivo. Esto ha limitado su capacidad para reducir los tipos aplicados a préstamos sin menoscabar los márgenes. Los bancos deben conservar los beneficios para generar un capital que les permita expandir su actividad prestataria. Por otro lado, cualquier impulso en los precios de los activos derivado de tipos negativos probablemente resulte efímero sin una mejora de los “fundamentales”, mientras que la devaluación del tipo de cambio es un juego de suma cero.

Rescates de efectivo

Los pensadores radicales como Andrew Haldane del Banco de Inglaterra han propuesto aumentar el alcance y la efectividad de los tipos negativos mediante la imposición de restricciones o sanciones por el uso de efectivo. Tales medidas podrían permitir a los bancos imponer tipos negativos en depósitos tanto minoristas como mayoristas sin verse inundados de órdenes de rescate de efectivo, aumentando así su capacidad para reducir los tipos aplicados a préstamos al tiempo que mantienen o aumentan los márgenes. Tales propuestas pueden tener un interés teórico, pero probablemente sean inviables desde el punto de vista político. Además, son peligrosas, pues amenazan con socavar la confianza pública en el papel del dinero como depósito de valor.

¿Es esto sólo el principio?

La experimentación de los bancos centrales con los tipos negativos podría extenderse en el tiempo. El presidente del BCE Draghi ha insinuado con firmeza su intención de aplicar un nuevo recorte del tipo para depósitos en marzo, mientras que muchos consideran la reciente medida del BoJ como un primer paso. El BCE podría copiar a otros bancos centrales en la introducción de un sistema escalonado para mitigar la merma que produce en los beneficios de los bancos y aumentar la posibilidad de aplicar un tipo marginal aún más bajo. No obstante, la necesidad y el acierto de tales iniciativas se ha puesto en tela de juicio. El problema es que los bancos centrales están abriendo la caja de Pandora, y cualquier beneficio de estímulo a corto plazo que obtengan se verá contrarrestado por el perjuicio más permanente que causa en el sistema bancario y por la pérdida de confianza pública en la estabilidad monetaria.

Simon Ward es economista jefe de Henderson.

Seis Afores concentran el 78% de las inversiones en CKDs

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Seis Afores concentran el 78% de las inversiones en CKDs
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Adrian Naik. Six Afores account for 78% of investments in CKDs

Los certificados de capital de desarrollo, también conocidos como CKDs, tuvieron en las Afores un crecimiento del 26% en 2015 al pasar de 124.000 a 155.000 millones de pesos (que equivalen a 8.600 millones de dólares), llegando a representar casi el 6% de los recursos que administran. Los CKDs son el vehículo mediante el cual las Afores pueden participar en el private equity.

Los límites normativos que tiene esta clase de inversiones deja todavía abierta la posibilidad que las Afores aumenten sus posiciones hasta casi dos veces más los montos actuales que tienen, para llevar el porcentaje del 6% actual hasta casi el 18% de los activos en administración.

De acuerdo con cifras de la firma Capital 414, empresa de servicios y consultoría financiera corporativa, en 2015 se emitieron cerca de 18.000 millones de pesos a través de 19 emisiones (mil millones de dólares). Esta cifra representa prácticamente el doble de la emisión observada tanto en monto como en emisiones respecto al año anterior y representa el tercer mejor año de emisiones desde su aparición en el año 2008. En 2010 se emitieron cerca de 22.000 millones de pesos y en 2012 la emisión fue de 26.000 millones de pesos.  Capital 414 en su reporte contabiliza unos 35.000 millones de pesos potenciales que se encuentran en el pipeline (1.900 millones de dólares).

A través de la inversión en CKDs, las Afores han financiado una creciente gama de proyectos y empresas. De acuerdo con la CONSAR, la distribución de las emisiones de CKDs en un 32% corresponde a inmuebles, en un 29% a infraestructura, en un 24% a capital, en un 7% a servicios financieros, 5% son forestal y tan solo un 3% corresponde a energía. Dados los requerimientos de recursos en sectores como son los de infraestructura o energía es de esperarse mayores emisiones en estos en los próximos años.

Al cierre de 2015 las Afores con mayores inversiones en CKDs son Afore Banamex con casi 36.000 millones de pesos (2.000 millones de dólares); Sura y XXI Banorte con 29.000 millones de pesos cada una (1.000 millones de dólares); mientras que Profuturo y PensionISSSTE mantienen 15.000 y 12.000 millones de pesos respectivamente (833 y 667 millones de dólares). Estas seis Afores concentran el 78% de la tenencia total en estos valores, de acuerdo con cifras de la firma capital 414.

Con inversiones entre los 5.000 y los 10.000 millones de pesos se encuentran Invercap con casi 10.000 millones de pesos (556 millones de dólares); Principal con 8.000 (444 millones de dólares); Inbursa con poco mas de 6.000 (333 millones de dólares), así como Coppel con 5.000 millones de pesos (278 millones de dólares). Las dos Afores con menos inversiones en CKDs son Metlife y Azteca con poco mas de 3.000 y 1.000 millones de pesos respectivamente (167 y 56 millones de dólares cada una).

La participación de las Afores en este tipo de instrumentos significa una gran responsabilidad en términos de la selección y la diversificación de ahí la importancia que le ha dado la CONSAR a estas inversiones donde no solo obliga a un análisis exhaustivo, sino que incluso requiere la aprobación de la inversión por parte del consejero independiente que participa en el comité de inversión.

Columna de Arturo Hanono, consultor para inversionistas institucionales en México.
 

No todo son malas noticias

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No todo son malas noticias
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Allan Ajifo. The Headlines Are Relentless, but the News Isn't All Bad

En lo que va de año, los titulares de prensa han sido un tanto angustiosos: China colapsa. Problemas con los bancos europeos. Devastación en el mercado del petróleo. Para ser claros, hay motivos de preocupación. El comercio mundial está disminuyendo de forma interanual y aunque no estamos todavía en niveles de recesión, hay una desaceleración. Lo que aún no está claro es si la desaceleración será temporal o prolongada.

Conforme continúa la transformación de su modelo económico, China sigue siendo una preocupación importante. Tanto las importaciones como las exportaciones han ido disminuyendo, y los temores sobre el sector bancario de China van en aumento. Afortunadamente, la deuda china no está en manos de muchos inversores fuera del país, por lo que una crisis bancaria o de deuda en el gigante asiático, aunque dolorosa, probablemente no tenga el mismo tipo de efectos en cadena a nivel mundial que la crisis hipotecaria iniciada en Estados Unidos en 2007-2009.

El consumo sube

Mientras tanto, el consumidor chino está empezando a tener más peso. El consumo está creciendo año tras año, y el mercado de la vivienda ha repuntado en el país en los últimos meses.

Europa es un cajón de sastre por ahora. Aunque las exportaciones alemanas se están desacelerando, el consumo en la zona euro está cogiendo velocidad y la política monetaria flexible sigue estando presente. En lo que respecta a Japón, la diversificación de su economía se encuentra en medio de un esfuerzo de reingeniería que va a necesitar varios años, por lo que ahora mismo no podemos ver muchos resultados.

El gasto del consumidor estadounidense representa una proporción mayor de la economía mundial que todo los resultados económicos de China. Y los consumidores estadounidenses ha pulverizado los datos en enero. Al parecer no recibieron el memo sobre todas las malas noticias que hay en el resto del mundo. Los ingresos reales en los Estados Unidos están aumentando, los salarios están creciendo y tanto el número de trabajadores y sus horas de trabajo están subiendo.

En general, elcontexto mundial no sugiere una recesión inminente.

¿Recesión?

La historia nos dice que el mercado bajista, como el que hemos visto en lo que va de año, no señala necesariamente a una recesión. Desde 1959, ha habido 11 caídas en el S&P 500 de la misma magnitud que las vistas en los últimos meses –caídas de entre el 10% y 19%–. Tres de esos episodios terminaron en recesión, mientras que los otros ocho no lo hicieron. La disminución media durante esos ocho episodios fue de aproximadamente el 16%. Y tan sólo seis meses después de que el retroceso llegara a su fin, la rentabilidad media en el S&P fue del 18-19%. También vale la pena señalar que la relación media del PER en esos períodos fue de 19 a 20 veces. Hoy en día está en un más que razonable 15 veces y media.

Mucho trabajo por hacer

Así que ¿nos dirigimos a una recesión? En mi opinión, no hay un «sí» o «no» como respuesta, sino más bien un proceso de dos etapas en el trabajo. El continuo descenso de los precios del petróleo -en gran parte debido a la caída de la demanda de China- es un coste de producción, y la caída de los costes siempre causa inicialmente cierto grado de destrucción de capital. No hay duda de que habrá ‘defaults’ entre las compañías del sector energético que necesitan un precio del barril de petróleo de 70, 80 o 100 dólares. Sin embargo, una vez que se atraviesa la fase de pérdida de capital, hay un impulso a la industria en forma de mayores beneficios por los menores costes de producción.

Otro de los efectos de las preocupaciones sobre China es que la caída de los precios de las materias primas ha rebajado las expectativas de una nueva subida de los tipos de interés, el costo de capital. Ahora tenemos dos costes de producción que probablemente seguirán siendo relativamente bajos durante el resto de 2016. Y, finalmente, los que deberían beneficiarse son las economías grandes como Estados Unidos, la eurozona, Japón y, curiosamente, la misma China.

La ansiedad es comprensible, y es aconsejable que los inversores sean prudentes. Es probablemente que lo mejor para los inversores sea mantenerse un poco y esperar a los datos macroeconómicos de las principales economías del mundo en los próximos meses. Eso debería ayudar a averiguar si lo peor de la crisis ya ha pasado.

James Swanson es estratega jefe de MFS Investment Management.