Cinco tópicos sobre la inversión socialmente responsable

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Cinco tópicos sobre la inversión socialmente responsable
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Seyed Mostafa Zamani. Cinco tópicos sobre la inversión socialmente responsable

Los fondos de Inversión Socialmente Responsable (ISR), poco conocidos del público hasta hace unos años, abundan hoy en las carteras de los inversores europeos, tanto institucionales como privados.

La calidad intrínseca de los productos constituye, sin lugar a dudas, la clave principal de este éxito. Al invertir en ISR no se renuncia ni a la rentabilidad ni a la seguridad, todo lo contrario.

Más allá de su rentabilidad financiera, los fondos ISR ofrecen sobre todo a los inversores la posibilidad de cargar sus ahorros de sentido. Pero aún siguen existiendo tópicos sobre este tipo de inversión. Estos son algunos de los más extendidos.

ISR = RSC = Desarrollo sostenible: FALSO

El desarrollo sostenible es un “desarrollo que responde a las necesidades de las generaciones actuales sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de responder a las suyas”.

La RSC, o Responsabilidad Social Corporativa, es la aplicación del desarrollo sostenible al mundo empresarial. Es la forma en que una empresa incorpora los criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) a su estrategia y a su política general.

La ISR, o Inversión Socialmente Responsable, es la forma en la que los inversores integran el desarrollo sostenible y RSC en sus preferencias de inversión.

La ISR es una moda: FALSO

La ISR, que apareció hace más de un siglo en Estados Unidos como inversión ética, ha progresado mucho y experimentado un fuerte crecimiento en estos diez últimos años. Pobreza, desigualdades, exclusión, contaminación, cambio climático, escasez de recursos naturales son grandes desafíos económicos sobre los cuales los inversores pueden actuar. Invertir es una responsabilidad y una forma de vencer estos grandes desafíos a largo plazo.

Ante tales envites, la ISR es una forma concreta de apoyar una economía responsable, sacando provecho al mismo tiempo de las oportunidades de inversión que ofrece el desarrollo sostenible.

Los fondos IRS no son rentables: FALSO

La ISR suele ser percibida negativamente en cuanto a la rentabilidad financiera que puede ofrecer a los inversores. Sin embargo, su historial de rentabilidad desde hace más de diez años tiende a demostrar lo contrario.

Por ejemplo, el MSCI-KLD 400, el índice ISR más antiguo que tengamos hoy, integra las 400 empresas estadounidenses mejor calificadas desde el punto de vista social y medioambiental. Desde 2008, su rentabilidad supera la de su homólogo tradicional, el índice Standard & Poor’s 500 (que reagrupa las 500 primeras empresas estadounidenses), lo que demuestra que al invertir de forma responsable no se renuncia a la rentabilidad financiera.

Los fondos no tienen ningún impacto: FALSO

Cualquier fondo ISR debe realizar no sólo un análisis financiero riguroso de cada empresa sino también un estudio y una evaluación de sus prácticas Medioambientales, Sociales y de Gobierno corporativo (ASG) antes de decidir en cuál invertir. Las empresas, cali cadas por equipos especializados, se clasi can luego dentro de su sector de actividad. Nuestro objetivo consiste en cambiar positivamente las prácticas empresariales a través del compromiso y de la votación en las Asambleas Generales, promoviendo las mejores prácticas ASG.

Invertir en un fondo ISR sí que tiene pues un impacto ya que fomenta una mejora de los comportamientos ASG de todos los protagonistas de la economía real.

Es imposible comprobar que los fondos sean IRS: FALSO

Para responder a las expectativas de los inversores, la ISR debe ser trans- parente sobre los objetivos, los medios empleados y los resultados alcan- zados. Para ello, existen informes extra-financieros que proporcionan da- tos objetivos sobre la plus-valía social y medioambiental de las carteras ISR. Pueden contener:

  • Una calificación extra-financiera de la cartera y del conjunto de sus valores, junto con comentarios sobre sus características ASG.
  • Indicadores « testigo » para comparar la cartera con su índice de referencia desde el punto de vista medioambiental, social y de gobierno corporativo.

En BNP Paribas Investment Partners, estos informes extra-financieros, elaborados desde hace varios años, constituyen una herramienta imprescindible para medir y dar a conocer el valor añadido de la ISR a sus clientes.

Sol Hurtado de Mendoza es la responsable para España y Portugal del negocio de gestión de activos de BNP Paribas Investment Partners.

¿Es demasiado tarde para entrar en el rally de los mercados emergentes?

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No puedes invertir en Asia sin conocer de cerca el mercado: el mensaje de Matthews Asia en la celebración de su conferencia anual
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Luke Price. ¿Es demasiado tarde para entrar en el rally de los mercados emergentes?

Después de un fuerte rally en los mercados emergentes en lo que va de 2016, algunos inversores se preguntan si todavía queda recorrido al alza. Aunque las valoraciones de las acciones han subido, creemos que las señales apuntan a que sí.

Hasta septiembre, el índice de mercados emergentes de MSCI registra una rentabilidad del 16,4% frente al 6,1% del índice MSCI World y el 7,8% del índice S&P 500. Aunque existen riesgos, creemos que el repunte de los mercados emergentes podría continuar, impulsado en parte por el estímulo monetario de China, con el apoyo de la estabilización de los precios de las materias primas, el crecimiento continuado de Estados Unidos y los firmes datos de exportaciones de las economías de los emergentes.

¿Cuáles son los riesgos en el horizonte? Entre ellos está la posible subida de tipos de la Reserva Federal estadounidense, las elecciones estadounidenses centradas en los acuerdos comerciales a nivel global, y las tensiones geopolíticas que implican a Rusia y China.

Es comprensible que algunos inversores puedan querer recoger sus recientes ganancias y volver a casa, mientras que otros podrían ser reacios a invertir su nuevo. Sin embargo, vemos buenas razones para seguir teniendo posiciones y creemos que ciertas inversiones en los mercados emergentes tienen un margen considerable para evolucionar bien.

En enero, dijimos que la deuda y la renta variable de los mercados emergentes generarían fuertes rentabilidades en base a las atractivas valoraciones, los fundamentos siguen intactos y los factores técnicos son positivos. Incluso después del repunte, las acciones de los emergentes no han alcanzado a los niveles de la renta variable del mundo desarrollado pese a los cinco difíciles años que ha atravesado (gráfico izquierda). Y mientras que el descuento en PER de las acciones emergentes en relación con acciones de los mercados desarrollados se ha reducido, el 23% de brecha de valoración sigue siendo considerable (gráfico derecha).

Con valoraciones más altas, es importante ser selectivo, controlar los riesgos y evitar los mercados donde las valoraciones se han alargado. Estos mercados tienden a ser más volátiles, por lo que los inversores tienen que preguntar si la búsqueda de una mayor rentabilidad vale la pena, dado el riesgo adicional. Buscar activamente entre todas las clases de activos ofrece la flexibilidad necesaria para mantenerse ágil y gestionar los riesgos.

Brasil e Indonesia lideran las oportunidades

A medida que los mercados de renta variable y de deuda de los mercados emergentes se han recuperado, hemos visto un cambio en las oportunidades. Después de caída del 15% del año pasado, los bonos de mercados emergentes en moneda local se han vuelto cada vez más atractivos. Países como Brasil e Indonesia ofrecen unas de las mayores tasas de interés reales de todo el mundo ahora que las presiones inflacionistas se han relajado, lo que deja margen para los tipos caigan. Eso podría aumentar la rentabilidad de las posibles ganancias del precio y los lucrativos cupones.

Por otra parte, algunos mercados de deuda han pasado a ser demasiado populares, haciendo caer la rentabilidad de los bonos si se compara con la clasificación de los mercados desarrollados. La deuda de los mercados emergentes denominados en dólares emitidos por los gobiernos de Europa central y oriental, por ejemplo, cotizan ahora con diferenciales de crédito mucho más estrechos que los de una calificación similar de emisiones corporativas en Estados Unidos (gráfico).

Marco Santamaría es vicepresidente senior y portfolio manager, especialista en deuda de mercados emergentes en divisa fuerte en AB.

Morgan C. Harting es portfolio manager principal de las estrategias multiactivo income de AB.

Las curvas de rendimiento del mundo irán al alza con un programa fiscal en EE.UU.

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Las curvas de rendimiento del mundo irán al alza con un programa fiscal en EE.UU.
Wikimedia CommonsFoto: Jan Kronsell. Las curvas de rendimiento del mundo irán al alza con un programa fiscal en EE.UU.

En un discurso reciente, el Dr. Stanley Fisher de la Fed dio una serie de explicaciones muy convincentes de por qué la tasa de equilibrio de la economía americana (a la que eventualmente llegará la Fed) es ahora más baja que previo a la Gran Recesión de 2008, destacando la falta de innovación, productividad, envejecimiento de la población, incertidumbre, falta de crecimiento global; además de dar las razones por las que la política monetaria sola no puede resolver todos los problemas, haciendo un llamado a la política fiscal. De hecho, utilizando un modelo de la Fed, estimó que un incremento al gasto público en EUA del 1% del PIB, podría incrementar la tasa de equilibrio en 50 puntos base, mientras que una baja de impuestos de ese monto, lo haría en 40pbs.

El tema a discusión es qué impacto tendría en la curva de rendimiento si Hillary Clinton, una vez alcanzada la Presidencia, impulsa su plan de gasto en infraestructura aumentando el déficit fiscal (Donald Trump también prometió mayor gasto y menores impuestos). Siguiendo el orden de ideas, un impulso fiscal de este tipo, es lo que necesita la Fed para acelerar el proceso de reducir el estímulo monetario actual y llevar la tasa de referencia hacia el equilibrio. A nuestro juicio, la curva de rendimiento en EUA, no tiene incorporado dicho escenario e incorporarlo tendría un impacto de alza a lo largo de toda la curva de rendimiento.

La curva de bonos del Tesoro de EUA considera a partir del incremento de este diciembre de 25 puntos base, aproximadamente un alza de 25 puntos base por año hasta llegar al 2,25-2,50%, que es un ritmo demasiado lento. En estos momentos no estaríamos argumentando en contra del nivel de la tasa terminal de equilibrio del 2,25-2,50%, pero sí de la velocidad a la que se alcanza. Así, si consideramos un escenario en el que la Fed sube en diciembre de este año 25pb y en 2017 otros 25pb, pero a partir de 2018 una vez que esté en forma el estímulo fiscal, 50pb por año, hasta llegar a un rango del 2,25-2,50% en 2020, el impacto en la curva de rendimiento es a la alza a lo largo de toda la curva y, en particular, en la parte media.

En la gráfica 1 presentamos nuestra estimación de lo que tiene incorporada la curva de rendimiento de bonos del Tesoro estadounidense actualmente y la contrastamos al escenario recién descrito. Destaca de la gráfica 1, que aunque se llega a la misma tasa de equilibrio en ambos casos, en el escenario se llega unos años antes. Tan sólo esa diferencia tiene implicaciones para toda la curva de rendimiento, empujando para arriba los niveles de rendimiento de los bonos del Tesoro una vez que incorporen la trayectoria para la tasa de la Fed según el ejercicio descrito. Por ejemplo, el rendimiento para el bono de 10 años debería ser de 2,07%, que contrasta con el nivel actual del 1,79%.

En suma: la curva de bonos del Tesoro, que es la base para la determinación de otras curvas en el mundo, como la de México, tiene incorporado un escenario para la tasa de la Fed bastante laxo, por lo que cualquier empuje fiscal de la nueva Presidencia de EUA (que ambos candidatos han prometido) tendría repercusiones importantes al alza en las curvas tanto de EUA como de las del resto del mundo. Aquí presentamos un escenario con un cambio bastante leve, sólo para demostrar la dirección del impacto, pero la vulnerabilidad de la curva ahí está.C

Columna de FINAMEX escrita por Guillermo Aboumrad
 

La asignación a los hedge funds ha muerto. ¡Larga vida al Total Return!

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La asignación a los hedge funds ha muerto. ¡Larga vida al Total Return!
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Concepción Muñoz. The Hedge Fund Allocation Is Dead. Long Live Total Return!

Las salidas de capital de los hedge funds se están acelerando. Los hedge funds se están encontrando a sí mismos a la defensiva por unos pobre resultados, altas comisiones y difíciles estructuras legales, además de una avalancha de publicidad negativa. Los inversores se preocupan cada vez más de las comisiones en un entorno de bajas rentabilidades nominales. Ahora empieza a llegar una nueva dinámica: el miedo.

Quienes están todavía invertidos en hedge funds tienen razones para preocuparse de si la marea actual de salidas de capital inducirá el cierre de las compuertas, con hedge funds pidiendo el cierre para impedir que los inversores huyan en masa. Las retiradas masivas pueden ocurrir muy pronto, por lo tanto, la máxima comprobada a lo largo de la historia es: «Si usted va a entrar en pánico, hágalo en primer lugar.»

Pero a continuación tenemos una visión más benigna del futuro de los hedge funds:

Dentro de cinco años, no habrá ninguna asignación de capital a hedge funds. En su lugar se hará una asignación a activos total return. Esto consistirá en un grupo reducido –en número y comisiones– de supervivientes, hedge funds con talento que derriben sus muros y se ganen mantener la red de comisiones, mezclados con managers de alternativos líquidos. Al igual que los hedge funds de múltiples estrategias eclipsaron a sus homólogos de una sola estrategia, también lo hará la incorporación de estrategias multiactivo y dejarán de lado las estrategias únicas de alternativos líquidos. Este nuevo y mejorado tipo de asignación tendrá en general menores comisiones, impulsará la transparencia y ofrecerá mejores y más diferenciados ratios de rentabilidad ajustada al riesgo (ratios de Sharpe).

En la mayoría de los portfolios, ya vemos diferentes mezclas de total return. En un extremo del espectro están las mezclas de total return que se centran más en un resultado de apreciación del capital. Aquí tenemos más estrategias de alternativos líquidos multiactivos orientados al crecimiento que se asociarán con los hedge fundscon múltiples estrategias long-biased. Juntos, canibalizarán los mercados de valores y privados para proporcionar los mejores rendimientos en base a la revalorización del capital, al tiempo que controlan la volatilidad.

En el otro extremo del espectro habrá estrategias centradas en la conservación del capital, con alternativos líquidos multiactivo centrados en absolute return unidos a hedge fundsmúlti-estrategia centrados en relative value. Conforme los tipos de interés comiencen a subir, los inversores verán cada vez más estas mezclas como una fuente más estable y constante de preservación del capital. La mayoría de las carteras mezclarán estrategias centradas en la revalorización del capital y de conservación de capital en función objetivo del cliente.

La asignación total a total returncrecerá para ayudar a los clientes a alcanzar los resultados que son importantes para ellos. Con los bajos rendimientos nominales y  el aumento de la volatilidad, la mezcla de estrategias y el aumento de las asignaciones a total return –una estrategia basada en los resultados– estarán a la orden del día para la mayoría de las carteras. Los resultados incluyen capitalizar el dinero en términos reales con respecto a la inflación debido a ciertos obstáculos sobre marcos de tiempo definidos. Esta asignación estará centrada en lograr ratios de Sharpe más altos que los de las clases de activos tradicionales.

Hoy en día el 10% de las asignaciones a hedge fundsdarán paso a un 20% de las asignaciones a total return. Dentro de las carteras institucionales de los Estados Unidos, los hedge funds se encogerán de una dotación del 10% al 5%, mientras que los alternativos líquidos multiactivo crecerán un 15% para rebajar las comisiones al tiempo que mejora la liquidez y transparencia. Por supuesto, esto va a variar según la región. Reino Unido ya ha evolucionado hacia un 10%-15% de multiactivos (que ellos llaman el crecimiento diversificado). Esto va a seguir creciendo al 30%. Australia ha avanzado más en la eliminación de los hedge funds, debido a las comisiones.

Los alternativos líquidos en la cresta de la ola

Esto se debe a sus tasas más bajas, mayor liquidez y una mayor transparencia. Los alternativos líquidos también tienden a estar más sujetos a marketing y compliance que los hedge funds, una consideración importante en un universo posterior a Bernie Madoff.

Michael J. Kelly es managing director y responsable global de estrategias multiactivo de PineBridge.

Esta información tiene sólo fines educativos y no pretende servir como asesoramiento de inversión. No supone una oferta de venta o solicitud de compra de ningún producto de inversión o valor. Cualquier opinión proporcionada en este artículo no se debe ser tenida en cuenta en decisiones sobre inversión. Cualquier opinión, proyecciones, pronósticos y declaraciones a futuro son de carácter especulativo. Son válidas únicamente a la fecha presente y están sujetas a cambios. PineBridge Investments no está solicitando o recomendando actuaciones basadas en esta información.

La cabalgata del proteccionismo

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La cabalgata del proteccionismo
Foto Life-Of-Pix / Pixabay. La cabalgata del proteccionismo

Cada vez que los políticos enfrentan un problema buscan generar un enemigo a quien echarle la culpa de todos los males que aquejan a la sociedad.  Actualmente, los políticos han elegido al libre comercio como el responsable de todos los problemas que aquejan a la economía.  Esto no es una situación nueva, cada vez que hay una recesión se repite este fenómeno. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, todos los países de Europa quedaron devastados y por lo tanto deseban que sus políticas fiscales expansionistas tuvieran el mayor impacto posible sobre sus economías domésticas y no sobre la de los vecinos, por ello, en ese tiempo se estableció que los tipos de cambio fueran fijos y no se permitiera la devaluación del tipo de cambio para que nadie se aprovechara de las políticas expansionistas de los vecinos y las economías eran bastante cerradas.

Actualmente, con tipos de cambio flexibles, los políticos lo que plantean es cerrar las economías para incrementar la demanda sobre los bienes nacionales y por lo tanto aumentar la producción nacional.  Esta es la posición que se encuentra atrás de la decisión del Brexit en Inglaterra y de la propuesta del candidato republicano a la Casa Blanca. 

Sin embargo, dicha posición es errónea.  La historia muestra que los países que tienen mayor bienestar y crecimiento económico son los que se han enfocado al comercio exterior.  Si analizamos al imperio británico, su crecimiento y momentos de mayor auge los lograron como consecuencia de fomentar el comercio internacional, lo mismo se puede mencionar de los Estados Unidos de América.

Los países del sudeste asiático han sido muy exitosos precisamente porque su modelo de crecimiento económico se basó en fomentar el comercio internacional.  China, India y Corea del Sur, lograron un gran dinamismo en su crecimiento económico a partir de que abrieron sus economías.  El proteccionismo (cerrar la economía) funcionó en países que tenían poca industria, como fue el caso de los países latinoamericanos durante las décadas de los cincuenta a los setentas del siglo pasado, pero una vez que se industrializaron dejó de ser efectivo.   Pensar que un modelo de economía cerrada puede funcionar para países con un elevado nivel de desarrollo industrial es totalmente incorrecto.

Con el grado de globalización existente, cerrar la economía va a frenar la entradas de bienes que se utilizan para fabricar exportaciones y por lo tanto va a reducir las ventas al exterior.  Los políticos están ignorando este impacto sobre las exportaciones que reduce la producción nacional. Adicionalmente, los precios de los bienes se van a incrementar, hoy se compra lo importado porque es más barato y al limitarse esas adquisiciones el bienestar de los consumidores, particularmente de los de menor ingreso se va a reducir. En el caso de Estados Unidos se estima que el bienestar de los más pobres se reduciría alrededor del 30% y el de los más ricos alrededor del 10%.

Columna de Francisco Padilla Catalán

New York, New York

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New York, New York
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Andrew. New York, New York

“If I can make it there, I can make it anywhere” cantaba Frank Sinatra sobre la ciudad de Nueva York que, entre otras muchas características, constituye el principal mercado en Estados Unidos para emprendedores y oportunidades de negocios. Eso sí, también podría haberse estado refiriendo a la situación actual del mercado de deuda con grado de inversión.

Las nuevas emisiones a nivel global están cerca de sus máximos históricos, con Estados Unidos a la cabeza de la lista. Nueva York es el centro financiero de Estados Unidos y la ciudad en la que se están realizando la mayoría de estas emisiones.

La semana pasada “I melted away these Little town blues” de Zúrich y viajé a Nueva York para tomar el pulso a la acción. Durante las reuniones a las que asistí pude confirmar que existe una fuerte demanda de bonos corporativos globales. No solo estamos hablando de inversores que tradicionalmente invierten en bonos con grado de inversión, sino que también hay nuevos inversores en el mercado que están intentando conseguir su parte del pastel. Incluso aunque el volumen de operaciones de fusiones y adquisiciones se está reduciendo en Estados Unidos, el trabajo pendiente de refinanciación de estas operaciones seguirá siendo significativo y mantendrá la actividad de nuevas emisiones en un nivel elevado. En lo que llevamos de año, la tasa de ejecución para nuevas emisiones en Estados Unidos se sitúa algo por encima del billón de dólares, lo que supone un crecimiento del 6% respecto al año pasado.

Podría pensarse que este elevado nivel de nuevas emisiones en Estados Unidos podría frenar los flujos hacia bonos globales, sobre todo teniendo en cuenta que los costes de cobertura para inversores extranjeros han aumentado en los últimos meses. Sin embargo, este no es el caso, como se refleja en el porcentaje cada vez mayor de bonos corporativos en manos extranjeras. Incluso algunos inversores están invirtiendo sin cubrir la divisa en un intento de maximizar los retornos totales.

A pesar del elevado volumen de nuevas emisiones que estamos viendo a nivel global, hay que reconocer que dichas emisiones han sido muy bien digeridas por el mercado. De hecho, durante el receso de verano, la oferta ha seguido estando sobresuscrita. Por todo ello pensamos que el entorno actual caracterizado por bajos tipos de interés durante un largo período de tiempo junto con una demanda favorable continuará respaldando los bonos corporativos a nivel global.

Columna de opinión de Christian Hantel, gestor de carteras senior en Vontobel AM.

La victoria de Trump provocaría a corto plazo un alza en las bolsas estadounidenses

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La victoria de Trump provocaría a corto plazo un alza en las bolsas estadounidenses
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Gage Skidmore. La victoria de Trump provocaría a corto plazo un alza en las bolsas estadounidenses

La bolsa estadounidense se ha anotado abultadas ganancias en 2016 y sorprende que el S&P 500 haya registrado varios máximos consecutivos después de sufrir únicamente una breve corrección tras el referéndum británico sobre la UE. Sin embargo, durante el pasado mes el mercado parece haberse moderado en una coyuntura de atonía económica y pobre crecimiento de los beneficios. A la vista de ello, los inversores probablemente estén muy atentos a los riesgos bajistas para la bolsa estadounidense y se centren más en las posibles consecuencias de las próximas elecciones estadounidenses.

Los inversores, tal vez más que en anteriores comicios, aprecian riesgos claros en el resultado de la carrera presidencial de 2016. Mientras que Hillary Clinton es fundamentalmente la candidata de la continuidad, aunque con una línea más dura en temas comerciales, sanitarios y financieros, a Donald Trump se le considera, en líneas generales, un peligro para los mercados. A muchos, su discurso sobre el perjuicio que ha sufrido EE.UU. por la globalización les hace temer una oleada de proteccionismo y actitudes contrarias al libre mercado en todo el mundo.

Estas políticas plantean serios riesgos a los mercados y crean un considerable grado de incertidumbre, por lo que la creencia general es que una victoria de Trump desencadenaría ventas masivas en las bolsas, tanto en EE.UU. como en el resto del mundo.

Sin embargo, una victoria de Trump podría tener el efecto perverso de provocar un periodo de buen comportamiento de la renta variable estadounidense, al menos a corto plazo. En concreto, el aumento del gasto público y los recortes de impuestos —políticas simplistas, pero de éxito inmediato entre el público— podrían dar impulso a la economía interna y reactivar el crecimiento de los beneficios en la bolsa estadounidense, incluso si el efecto económico a más largo plazo es pernicioso.

En muchos aspectos, este hecho pone de relieve las dificultades que tienen los responsables de asignación de activos a la hora de tomar decisiones tácticas sobre lo que me gusta denominar “cisnes rojos”. A diferencia de sus homólogos de color negro, que son acontecimientos imprevisibles que afectan negativamente a los mercados, un cisne rojo es un acontecimiento que no puede pasarse por alto, pero que al que casi nadie presta atención porque el deseo inmediato de conseguir rentabilidades vence a las consideraciones a largo plazo.

En mi opinión, hay muchas razones para pensar que una victoria de Trump podría ser uno de estos cisnes rojos, es decir, un suceso beneficioso al principio para los activos estadounidenses, a pesar de que podría ser perjudicial a largo plazo.

Impulso en forma de gasto público

A pesar de lo reñido de la carrera presidencial, una victoria de Trump probablemente sorprendería a los inversores, dado que las encuestas llevan tiempo apuntando a una victoria de Clinton. Por lo tanto, es sensato suponer que cuando la campana suene para dar inicio a la sesión en Wall Street, la consecuencia inmediata de una victoria de Trump será un movimiento de huida del riesgo en todos los mercados.

Sin embargo, durante las semanas y meses posteriores ese movimiento probablemente se neutralice, ya que las propuestas de Trump serían muy estimulantes para la economía.

Además, Trump parece más proclive a financiar el gasto adicional con más deuda pública, a diferencia de Clinton, que ha prometido financiar la inversión en infraestructuras con una reforma de la fiscalidad de las empresas. Trump también se ha comprometido a simplificar los códigos tributarios, reducir el impuesto de sociedades al 15% y rebajar los impuestos a las personas físicas. Eso significa que una presidencia de Trump probablemente sería mucho más expansiva desde el punto de vista del gasto público que una de Clinton y, por consiguiente, los mercados subirían al calor de los cambios en la orientación y el tono de las políticas del gobierno.

Repatriación de grandes cantidades de tesorería

Las repatriaciones de tesorería también podrían aumentar a causa de la creciente hostilidad de la UE hacia los regímenes fiscales de muchas empresas estadounidenses. Si a esto se sumara a una reforma fiscal favorable en Estados Unidos con Trump como presidente, entonces podríamos ver a otras grandes empresas tecnológicas (como Google o Facebook) repatriar tesorería hacia EE.UU.

Reserva Federal: ¿Se mantendría la inacción?

A la vista de las dificultades que han tenido muchos para pronosticar la política monetaria estadounidense durante los últimos dieciocho meses, tal vez no sea sensato vaticinar cuál podría ser la reacción de la Reserva Federal a una victoria electoral de Trump. Sin embargo, si se produjera una huida inmediata del riesgo tras una victoria de Trump, la Fed podría optar por no subir los tipos en diciembre. La Fed ha mostrado extrema cautela a lo largo de 2016 y podría permitirse no subir los tipos después de que los datos estadounidenses hayan decepcionado este año. Considerando que la Fed solo ha subido los tipos de interés anteriormente cuando los mercados lo habían descontado, también hay que prestar atención a cómo comunicarían una eventual subida en el caso de victoria de Trump.

El debilitamiento del efecto Trump

Aunque se puede explicar cómo una victoria de Trump podría ser beneficiosa para los activos de riesgo estadounidenses a corto plazo, resulta difícil imaginarse cómo podría mantenerse este efecto positivo a más largo plazo, a la vista del nacionalismo de miras estrechas que destila la agenda económica de Trump. Las posturas contrarias a los intercambios comerciales en EE.UU. sentarían muy mal fuera y la subida de los aranceles estadounidenses probablemente tendría respuesta internacionalmente. Eso dañaría a las empresas estadounidenses con grandes negocios en el extranjero, especialmente aquellas con centros de fabricación en China y otras regiones.

Además, una presidencia de Trump socavaría la posición internacional de EE.UU. Los acuerdos comerciales existentes, como el Acuerdo Transpacífico y el NAFTA estarían amenazados, ya que Trump ha prometido abandonarlos o renegociarlos. El discurso beligerante de Trump en relación con las exportaciones chinas a EE.UU. también podría desencadenar una guerra comercial que llevaría a los chinos a estar menos dispuestos a comprar deuda pública estadounidense. En pocas palabras, una presidencia de Trump quebrantaría ese orden mundial que tanto beneficia a la economía estadounidense.

Conclusión

Las razones del perjuicio a largo plazo que sufrirían los mercados si Trump fuera presidente son claras. Sin embargo, no se aprecia igual de bien la posibilidad de que el mercado reaccione al alza a corto plazo tras una posible movimiento reflejo de la huida del riesgo. Un Trump presidente probablemente aplicaría más medidas de estímulo que el presidente actual o incluso su oponente en la lucha por la Casa Blanca.

Cuando los mercados vuelvan a centrarse de nuevo en este hecho y en el cambio general de la política de gasto público, entonces podríamos ver fuertes ganancias en los activos de riesgo estadounidenses. Pero debido a las consecuencias a largo plazo de una victoria de Trump, la política monetaria estadounidense también podría seguir siendo expansiva durante más tiempo, lo que daría apoyo al sentimiento del mercado. Por lo tanto, a la hora de abordar la elección de Trump, los inversores deberían estar atentos a los cisnes rojos, así como a los riesgos a más largo plazo.

James Bateman es el director de inversiones del área de Inversión multiactivos de Fidelity.

Por qué la ira de los votantes es positiva para la deuda de los mercados emergentes

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Por qué la ira de los votantes es positiva para la deuda de los mercados emergentes
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Kirilos. Why Voter Anger is Positive for Emerging Market Debt

El riesgo político casi siempre ocupa un lugar destacado en la lista de preocupaciones de los inversores en deuda de mercados emergentes, debido a que los países en los que invierten son propensos a inestabilidad, disturbios e incluso revoluciones.

Recientemente, sin embargo, las turbulencias en la política de varias economías emergentes clave ha sido algo de lo que alegrarse, en lugar de preocuparse, porque ha sido el resultado de los votantes demandando una gestión económica mejor.

La tendencia complementa un cambio en otros factores que antes considerábamos bajistas para la deuda de los mercados emergentes, y ahora se han convertido en alcistas, ayudando a que esta clase de activos haya generado algunos de los mejores rendimientos de 2016. Estos factores son el crecimiento económico, donde las perspectivas para los países emergentes en comparación con las economías desarrolladas han mejorado; los precios de las materias primas, que se han recuperado con fuerza; la economía y los mercados financieros de China, que se han estabilizado; y las perspectivas de política monetaria en Estados Unidos, donde ahora se espera que los tipos permanezcan en niveles bajos durante más tiempo.

Estos son los cuatro mercados emergentes que sufrieron tanto de asuntos fuera de su control, pero que ahora están en el proceso de hacer frente.

Brasil

En los últimos tiempos, el escándalo de corrupción conocido como ‘Lava-Jato’ entró en erupción, destapando un esquema de sobornos en la empresa petrolera estatal, Petrobras. Aunque Rousseff no está implicada directamente, muchos de sus miembros del partido si, incluyendo a Luiz Inácio Lula da Silva, miembro fundador del Partido de los Trabajadores.

En última instancia, la crisis económica y la ira pública contra la presunta corrupción generalizada socavaron la popularidad de Rousseff y descarrilaron su gobierno. Se vio obligada a abandonar su cargo este año y ha sido reemplazada por su ex vicepresidente, Michel Temer, que ha nombrado importantes figuras –bien vistas por los los inversores– para dirigir el Ministerio de Finanzas y el Banco Central.

No está claro si Temer conseguirá llevar a cabo todos sus planes para sacar a Brasil del atolladero, pero los inversores son optimistas.

Argentina

Mauricio Macri ganó las elecciones con una base pro-empresarial que incluía promesas de reducir los subsidios y los impuestos a la exportación, y normalizar las estadísticas económicas. También ayudó a Argentina poner fin a una disputa con los acreedores ‘holdout’. Estas medidas permitieron a Argentina para volver al mercado de bonos a principios de este año con una venta de deuda 16.500 millones de dólares, una señal de la renovada confianza de los inversores.

Venezuela

La crisis social y económica empeoró después de la muerte de Hugo Chávez en 2013, debido a que su sucesor, Nicolás Maduro, continuó con las políticas del ex presidente, pero sin su carisma, en un momento en el que los precios del petróleo se desplomaron en los mercados internacionales. Este año, un gran número de venezolanos han presionado a las autoridades para permitir un referendo que fuerce a Maduro a dejar el cargo- un proceso que hasta ahora ha sido obstaculizado por el consejo electoral, muy influenciado por el gobierno.

Si bien el panorama sigue siendo muy incierto, está claro que los militares van a ser clave en cómo evolucione la situación, dado su control sobre muchas áreas de la economía.

Sudáfrica

Conforme el poder pasó de Nelson Mandela, a Thabo Mbeki, a Kgalema Motlanthe y más recientemente a Jacob Zuma, las políticas económicas se han ido deteriorando, mientras que problemas graves como el alto desempleo persisten. Esto se hizo más problemático tras la desaceleración del crecimiento de China y la caída de los precios de las materias primas, especialmente debido a que el gobierno hizo poco por cambiar el rumbo.

Durante la presidencia de Zuma han surgido una serie de escándalos de corrupción, y un intento malogrado de reemplazar al ministro de Finanzas altamente respetado de Sudáfrica, Nhlanhla Nene, por un político poco conocido. Este último movimiento minó la confianza de los inversores en el país, lo que provocó un ataque de tensión en el mercado que sólo se disipó cuando Pravin Gordhan, ex ministro de Finanzas, recuperó su cargo.

En Sudáfrica el electorado también ha expresado recientemente su descontento con la gestión económica del gobierno: en las elecciones locales de agosto, el partido gobernante, el African National Congress, sufrió su peor resultado electoral desde que llegó al poder en 1994.

Perspectivas favorables

Es evidente que algunos de estos países están más cerca que otros de lograr el tipo de gestión económica que sus electores exigen. Sin duda habrá otros momentos de drama, pero lo importante es que, aunque el proceso es ruidoso y desordenado, la democracia está en marcha. Y muestra que estos países se están moviendo en la dirección correcta, aunque sea de manera irregular.

De cara al futuro, esperamos que el clamor por las reformas en los mercados emergentes respalde esta clase de activos, junto con la mejora en las perspectivas de crecimiento, el rebote en los precios de las materias primas, la estabilidad en las perspectivas de China y que la Reserva Federal de Estados Unidos siga siendo acomodaticia.

En este contexto, esperamos  que el atractivo de la deuda de los mercados emergentes crezca a medida que más inversores busquen fuentes de retorno atractivas, especialmente a la luz de la rentabilidad negativa que ofrecen la oferta de deuda pública de los mercados desarrollados.

John Peta es director de Deuda de Mercados Emergentes de Old Mutual Global Investors.

Las afores invierten más en bolsas extranjeras que en la BMV

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Las afores invierten más en bolsas extranjeras que en la BMV
Foto: Mauro Gonzalez Elizalde. Las afores invierten más en bolsas extranjeras que en la BMV

Las Administradoras de Fondos de Ahorro para el Retiro (Afores) canalizan más recursos a las inversiones en bolsas de valores del extranjero que a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).

De acuerdo con información de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), las administradoras mexicanas tienen inversiones en activos de renta variable extranjera por promedio de un 12,19% del total de sus inversiones, mientras que los recursos destinados a la renta variable nacional equivalen a un 6,79% del gran total.

La flexibilidad de los mercados extranjeros, las ligas que tienen una parte importante de las administradoras mexicanas con grupos financieros del exterior, así como las estrategias que los mejores desempeños que han registrado en los años recientes los mercados del exterior, respecto a la BMV, son algunas de las causas que explican el hecho.

Por Afore, Banamex es la que más recursos destina al mercado de renta variable, aunque no la que más inversiones hace en renta variable del extranjero. Banamex destina un 22,7% de sus recursos a las bolsas de valores y lo conforma de la siguiente manera: un 15,9 % del total está concentrado en renta variable foránea, mientras que el 6,8% se canaliza al mismo segmento del mercado mexicano.

La administradora que más recursos destina a los mercados de valores extranjeros es Profuturo, empresa que destina el 17,2% del total de sus inversiones a los mercados de valores del exterior; mientras que la única Afore que no tiene inversiones en las bolsas de valores extranjeras es PensionISSSTE, que solamente destina el 7,2% del total de los recursos al mercado de renta variable nacional.

Ninguna Afore, excepto el caso ya señalado de PensionISSSTE, tiene un porcentaje mayor de inversiones en renta variable nacional, respecto a la internacional, todas las Afores tienen preponderancia en recursos canalizados a los mercados del exterior.

Columna de Antonio Sandoval

Las dos vías de la economía estadounidense

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Las dos vías de la economía estadounidense
CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Ron Cogswell. The Two-Track U.S. Economy

Muchos observadores del mercado interpretaron el informe de empleo de septiembre de los EE.UU. como un poco decepcionante, ya que el crecimiento del empleo fue un poco más débil de lo esperado. Pero creo que fue un informe decente, y próximo a donde esperaría se encontrara considerando que la economía estadounidense se está moviendo en dos vías.

¿Qué quiero decir con esto? Actualmente estamos siendo testigos de una economía estadounidense en la que tanto el consumo como el empleo en el sector servicios han sido sorprendentemente robustos, mientras que estos mismos rubros en segmentos de producción siguen siendo suaves. El informe de septiembre mostró que esta tendencia continúa, con un fuerte crecimiento del empleo en los sectores de servicios, como la salud y la educación, y en especial en empresas de servicios profesionales (hasta 67.000 el mes pasado). Por el contrario, el sector manufacturero perdió otros 13.000 puestos de trabajo.

De hecho, el empleo manufacturero alcanzó su punto máximo en junio de 1979, hace aproximadamente cuatro décadas, con cerca de 20 millones de empleos en el sector (o 1 de cada 5 empleados). En su punto más bajo en 2010, sólo había 11,4 millones de puestos de trabajo manufacturero en los EE.UU. (o menos de 1 de cada 10 empleados).

Hay fundamentos tanto demográficos y tecnológicos detrás de esta tendencia de dos vías, como una población que envejece, así como las innovaciones en la tecnología que impulsan el empleo en las industrias de servicios, las cuales tienden a ser mucho más intensivas en cuánto al tipo de trabajo.

El porcentaje de de la población económicamente activa de Septiembre es otra señal de esta tendencia, mostrando una fuerte demanda de capital humano en la  economía actual, lo que hace que más gente regrese a la fuerza de trabajo. De hecho, la tasa de participación se ha recuperado de los mínimos de 2015, y ahora está de vuelta en torno al 63%.
 

El reciente aumento en la tasa de participación es aún más impresionante cuando se juzga junto a un envejecimiento de la población, ya que muchas más personas están saliendo de la fuerza laboral hoy en día (es decir, se retiran) de lo que hemos experimentado en décadas anteriores.

La economía de EE.UU. también se está moviendo en dos vías separadas en otro sentido. En los últimos años, hemos visto un fuerte crecimiento del empleo, pero  niveles apenas decentes de crecimiento reportado para el producto interno bruto. Algunos dicen que las altas cifras de empleo reflejan una economía de baja productividad. Estos argumentos sugieren que hemos necesitado contratar a muchas más personas para producir una cantidad relativamente menor de bienes, como si los resultados de la mano de obra y la manufactura se redujeran en su capacidad para generar el producto agregado. Creo que esto es una interpretación equivocada del panorama económico debido al hecho de que los números de productividad tradicionales no captan la influencia a la baja que han tenido las nuevas tecnologías sobre los precios.

El resultado final: Las tendencias de dos vías, evidentes en el informe de empleo de septiembre, son simplemente otras señales de que la economía de los EE.UU. está teniendo un mejor desempeño que el que las cifras generales pueden implicar. Entonces, ¿dónde nos deja esto desde la perspectiva de la política monetaria? La Reserva Federal puede mover, y probablemente mueva, las tasas en su reunión de diciembre a menos que se de un choque inesperado a la economía o los mercados.