Pixabay CC0 Public Domain. Riding the S Curve of Creative Disruption
La curva S, que muestra la trayectoria de crecimiento de una empresa que crea un nuevo producto o incluso una nueva industria, puede ser un aliado o un enemigo para los inversores. Si encuentra una empresa de este tipo al principio de la curva S, podría mantener las acciones cuando llegue el período de crecimiento explosivo. Invertir en la parte superior de la curva S, supone que ya habrá perdido gran parte del crecimiento. Es en ese punto -cuando la mayor parte de su crecimiento ya ha quedado atrás- cuando muchas empresas deciden cotizar en los principales índices bursátiles. Los gerentes activos más experimentados tratan de encontrar estas empresas al principio de la curva, con el objetivo de aprovechar un mayor potencial de crecimiento.
Un ejemplo de esto son las computadoras personales, que generaron una industria que provocó efectos sin precedentes en muchos aspectos de la sociedad, incluyendo la forma en que trabajamos, aprendemos y consumimos contenido. De hecho, aún se puede sentir el efecto dominó de la revolución del ordenador, incluso pese a la evolución de los propios dispositivos.
Bajo estos escenarios de disrupción creativa, las oportunidades de inversión para los gestores activos experimentados proviene de: 1) entender dónde en qué punto de la trayectoria de su crecimiento está una compañía junto con los principales impulsores del crecimiento en una industria determinada y 2) la capacidad de reasignar activos a medida que el mercado madura. ¿Estamos en la fase de adopción temprana, donde hay un gran potencial pero se necesita paciencia? ¿Estamos en la fase de expansión, donde el crecimiento se acelera casi verticalmente? ¿O en la fase de madurez, donde los competidores inundan el mercado, el producto se convierte en algo corriente y los márgenes se comprimen?
Tal y como ha demostrado la historia, estos ciclos se repiten. En los últimos años los smatphones han desplazado al ordenador personal. En lugar de almacenar datos en disquetes, ahora los almacenamos en la nube. En lugar de consumir contenido de entretenimiento en casa en un televisor, cada vez más consumimos más en un dispositivo móvil. La disrupción creativa es un proceso interminable, que crea oportunidades y riesgos a cada paso. Tener una plataforma de análisis integrado ayuda a un gerente capacitado a identificar las oportunidades y los riesgos y tomar decisiones en consecuencia.
El mercado es un mecanismo de descuento de toda la información disponible. Lo que hacemos como gestores es tratar de determinar lo que el mercado ha descontado y si es correcto. Nuestro objetivo es reconocer una tendencia o un activo infravalorado y el peso del riesgo de ese activo adecuadamente. Tener diversos puntos de vista en toda la organización -en términos de explorar oportunidades desde una perspectiva tanto fundamental como cuantitativa, a través de geografías y analistas de diferentes sectores- puede jugar un papel importante en la adopción de mejores decisiones de inversión y esperamos mejores resultados.
Una cultura colaborativa y una plataforma de análisis integrada pueden ayudar a los portfolio managers a entender los efectos de las ondas creadas por las nuevas tecnologías. Los equipos de gestores y analistas con talento están mejor posicionados para pensar en una escala global que aquellos quienes están enfocados estrictamente en la tecnología o el producto en sí. Por ejemplo, ¿se adoptaría una nueva tecnología, como los métodos de pago electrónico, más rápidamente en los mercados desarrollados, debido a una ventaja de la infraestructura, creando oportunidades para que las tecnologías establecidas ganen cuota de mercado en los mercados menos desarrollados? Este es el tipo de problemas en el que un gestor activo cualificado esperaría mantenerse por delante de la curva.
Robert M. Almeida, Jr. es portfolio manager de MFS.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: J.P. C.. El peso mexicano ha dado el peor retorno en divisas emergentes desde 2014: Banxico tiene que subir los tipos más que la Fed
El peso mexicano ha sido la peor inversión de un grupo de monedas emergentes en lo que va de 2016 y a partir de junio de 2014 cuando empezó el ciclo de apreciación del dólar. Para el inversionista extranjero, basado en dólares americanos, al invertir en monedas emergentes y ganar la tasa de interés local, el peso mexicano ha sido la peor inversión con las mayores pérdidas en lo que va del año.
En el cuadro 1 destacan las monedas con mayores retornos: el real brasileño, el ruso rublo, el rand sudafricano y el peso colombiano con grandes retornos positivos, mientras que el peso mexicano se encuentra al final de la tabla con minusvalías de (-) 13,1%. Se ha tratado de explicar el mal rendimiento de este año, como el resultado de una compensación de mejores rendimientos en años anteriores, pero si analizamos desde que comenzó el ciclo de apreciación del dólar estadounidense a finales de junio de 2014, la conclusión es la misma: el peso mexicano está también al final de la tabla.
La tasa de interés en México es bastante más baja que la de Brasil, Rusia, Sudáfrica y Colombia, monedas que han logrado una fuerte apreciación este año. A lo largo del año, hemos explicado el bajo desempeño del peso mexicano con base en factores internos y externos, pero hemos subrayado también que el nivel nominal de la tasa de interés tiene que estar acorde con el nivel de riesgos de invertir en pesos mexicanos, y cuando el nivel está por debajo entonces el peso pierde valor por la salida de flujos de inversión de cartera. Un indicador de esta condición pudiera ser el comportamiento de extranjeros en el mercado de dinero. Como muestra el reporte de balanza de pagos, los extranjeros han salido de posiciones de mercado de dinero en lo que va del año. Además, los que no han salido pudieron ya haber cubierto su riesgo cambiario en el mercado de derivados y eso explica en parte la depreciación de la moneda nacional y la consecuencia ha sido el aumento del riesgo inflacionario como ya lo muestra la inflación al productor (ver más adelante). En cambio, los países mencionados que han logrado una apreciación de sus monedas, ofrecen rendimientos nominales más altos que México lo que se ha traducido en flujos positivos a sus mercados.
Los retos para la política monetaria en 2017 son enormes: Ahora anticipamos una inflación general de 4,5%. El reciente acuerdo de la OPEP traerá precios de la gasolina más altos con la liberalización de precios a partir del 1 de enero, el reciente aumento a los salarios mínimos pudiera contagiarse a otras negociaciones salariales y presionar aún más los costos de las empresas, que de por sí la inflación al productor ya señala incrementos importantes en los precios de bienes intermedios. La inflación 12 meses al productor de bienes intermedios en noviembre alcanzó el alarmante nivel de 9,2%. Vale la pena recordar que en 2015, dichos bienes mostraron una inflación alrededor de cero, lo que ayudó a bajar la inflación al consumidor en dicho año.
Además, hemos observado una nueva depreciación del peso a partir de la elección presidencial en EUA y están latentes mayores impactos por la política anti-TLCAN de Trump. Por su parte, la inflación al productor de bienes de consumo, que podría ser un precursor de la inflación subyacente al consumidor, en el mes de noviembre alcanzó el nivel de 4,6%.
La inflación ha estado contenida dentro del rango del objetivo de 3% +/- 1% a pesar de la depreciación del peso. El mayor reto para el Banco de México en los últimos años ha sido el evitar que la depreciación del tipo de cambio, que tiene un impacto directo de alza en los precios de las mercancías que contienen componentes importados, no se contagie a otros precios como los de servicios. Dicho contagio ocurriría si se da una pérdida de confianza en el poder adquisitivo de la moneda nacional, desatando una inflación generalizada. En buena medida, ha sido clave la credibilidad que ha logrado el Banco de México en el combate a la inflación y, más importante, la figura del Dr. Agustín Carstens por lo que su salida en 2017 conlleva al reto de encontrar su reemplazo.
En la gráfica 3 destaca la importante depreciación del peso mexicano a partir de julio de 2014, la inflación general contenida dentro del rango para la meta de precios y la baja inflación de servicios mostrando el nulo contagio hasta ahora.
El próximo Gobernador del Banco de México, tiene que ser totalmente creíble y autónomo del Gobierno Federal. El principal desafío para el Banco de México en 2017 será el de evitar que las nuevas presiones sobre los costos de las empresas, por mayores precios de energía, de materias primas y de tipo de cambio se contagien a otros bienes y servicios de la economía ajenos a dichos costos, y caigamos en un proceso de aumentos generalizados de precios. El próximo Gobernador tendrá que tener la credibilidad necesaria para mantener la confianza en el poder adquisitivo de la moneda nacional. Para ello, y frente al nuevo escenario de la Fed, tendrá también que ser totalmente autónomo del Gobierno Federal y que no le tiemble la mano para elevar el nivel de la tasa de referencia acorde con los retos que vienen.
La Reserva Federal pudiera acelerar el desmantelamiento de la política monetaria acomodaticia. Esto en respuesta al plan Fiscal de Trump revirtiendo la dirección de los flujos a mercados emergentes de vuelta a Estados Unidos. Hay que recordar que la economía mexicana necesita flujos extranjeros para financiar el déficit de cuenta corriente y el déficit público y estaremos compitiendo con otros países emergentes con mayores tasas de interés nominales. El fin de las “eternas” tasas bajas de la Fed marcaría un nuevo ciclo de alzas de tasas de interés de Banxico que comenzó el mes pasado y en el que además de seguir a la Fed, tendrá que subir por encima de dichos movimientos. Así, en 2017 Banxico estaría lidiando con: i) la reducción de flujos de cartera a mercados emergentes y de inversión extranjera directa, y ii) con las mayores presiones inflacionarias. En este contexto anticipamos que la Fed suba su tasa de interés en 25 puntos base en la reunión de diciembre, y Banxico en 50 puntos base. En 2017, la Fed subiría 50 puntos base, mientras que Banxico al menos 100 puntos base.
Pixabay CC0 Public Domain. El viento comienza a soplar
La visión de consenso volvió a quedar en evidencia y la amenaza que suponía Donald Trump se materializó el 8 de noviembre. Sin embargo, el pavor inicial de los inversores dio paso rápidamente a una ovación generalizada. Se ha vuelto a imponer, por tanto, la teoría de los juegos: el consenso era tan pesimista sobre las consecuencias de la elección de Donald Trump que lo único que podía hacer era tranquilizarse. En este súbito optimismo probablemente interviene también el cambio de ac- titud de los inversores, que primero se centrarían en los excesos del candidato y, después, percibieron repentinamente algunas virtudes en su programa económico. No obstante, para comprender la magnitud de la reacción de los mercados es preciso tener en cuenta que este programa de inversiones, de reduc- ción de la presión scal y de prome- sas proteccionistas no es, en modo alguno, un suceso aislado.
Como recordábamos en septiembre, la opinión pública del mundo occidental demanda desde hace casi un año que se pongan en marcha estímulos presupuestarios, dirigidos a la demanda interna, que recojan el testigo que dejan las políticas al borde del agotamiento de los bancos centrales. El programa de Donald Trump se inscribe en esta tendencia y va a actuar como un acelerador. Por consiguiente, nos equivocaríamos al subestimar su fuerza de arrastre. Al fin y al cabo, se trata de Estados Unidos y, por eso, este programa de reactivación económica, aunque se quede en unas proporciones más modestas cuando se tope con las limitaciones que impone la realidad, tendrá ramificaciones en todo el mundo.
Uno de sus efectos podría ser avivar en el continente europeo las tentaciones cada vez más fuertes de liberarse del yugo de la ortodoxia financiera impuesta por Bruselas. Un nuevo viento del oeste, inevitable portador de borrascas y momentos de calma, sopla ya en los mercados de bonos, acciones y divisas.
Fortaleza del dólar
Las inversiones en infraestructuras del programa de Donald Trump difícilmente alcanzarán los vertiginosos importes anunciados, pero el déficit de equipamientos públicos en EE.UU. es absolutamente real y los dos candidatos contaban con el objetivo de remediarlo en sus programas. Así pues, este componente keynesiano de las políticas anunciadas debe tomarse muy en serio. No obstante, hay que ser conscientes de que la ejecución de estos proyectos, y aún más sus efectos multiplicadores sobre el resto de la economía, llevará tiempo y deberá lidiar con las restricciones nancieras. Los mercados, como ocurre a menudo, se apresuran a descontar las previsiones.
El componente fiscal del programa es ciertamente el más decisivo. Dado que los republicanos ostentan la mayoría en el Congreso, podría aplicarse con gran celeridad y, en este caso, estamos ante una política de oferta bastante contundente. La rebaja del impuesto sobre la renta podría reactivar la confianza de los consumidores, que comienza a menguar, y la rebaja del impuesto de sociedades (hasta el 15%) podría constituir un poderoso estímulo para la economía. Tendrá un efecto directo sobre los beneficios netos de muchas empresas estadounidenses, pero lo más importante es que podría desencadenar porfin la recuperación de la inversión privada.
Con todo, no es una apuesta ganada, ya que no es seguro que las empresas decidan invertir en lugar de reducir su endeudamiento. No obstante, el contexto económico sí podría facilitarlo. La elección de Donald Trump se ha producido en un momento en el que los indicadores adelantados han empezado, en efecto, a estabilizarse globalmente, un ligero lo que augura, como mínimo, un ligero repunte cíclico mundial. Este es el caso concreto de EE. UU., donde los últimos datos de actividad industrial han comenzado a enderezarse después de la caída del año pasado, provocada por el hundimiento de la actividad en el sector petrolero. El plan de reactivación de Donald Trump se beneficiará, pues, de un ligero viento favorable y, también contribuirá a reforzarlo y extenderlo.
Cuando menos, el acusado descenso de la presión fiscal sobre las empresas animará a estas a invertir principalmente en territorio estadounidense. También podría atraer a un mayor número de inversores extranjeros. Por consiguiente, entra dentro de lo posible que los flujos de capitales en dirección a EE. UU. se aceleren. En este fenómeno, cabe destacar una fuerza que podría ser muy poderosa y duradera en favor del dólar, lo que, además, podría moderar el ritmo del endurecimiento monetario de la Fed.
La segunda ramificación: deterioro duradero de los mercados de renta fija
Aquí también conviene encuadrar el fenómeno Donald Trump en su contexto. Los mercados de renta fija ya estaban muy caros y descontaban, en conjunto, unas perspectivas de «estancamiento a largo plazo» hasta el infinito. A este respecto, cabe señalar que las estrategias activas de renta fija habían tenido ocasión de reducir considerablemente la sensibilidad de sus carteras a los tipos de interés desde comienzos de verano. Varias semanas después de la elección de Donald Trump, se puede afirmar que los mercados de bonos ya han iniciado el camino de retorno hacia unos niveles de valoración más razonables. Pero al diagnóstico se suman también unas mejores perspectivas económicas, así como un aumento de las previsiones de inflación.
Ciertamente, es demasiado pronto para proclamar una gran desviación de los tipos a largo plazo. El mundo no ha pasado de repente a ser inflacionista: en estos momentos, se conforma con ser menos deflacionista. Incluso en EE. UU., donde la inflación ya ha corregido el rumbo y justifica una subida de tipos más intensa que en Europa, por el momento estamos simplemente ante un repunte cíclico: las presiones demográficas y el endeudamiento público siguen constituyendo importantes frenos estructurales. Por lo tanto, la posibilidad de una subida rápida de los tipos de interés se perfila como uno de los principales riesgos y demanda estrategias de renta fija ágiles, aunque podría ser tolerable para las bolsas.
Tercera ramificación clave: un nuevo apuro para los mercados emergente
El cóctel formado por un dólar fuerte, tipos de interés al alza y amenazas proteccionistas no es, en absoluto, un buen augurio para las economías emergentes y los mercados han tomado rápidamente buena nota de esta circunstancia. Los activos mexicanos, afectados directamente por las amenazas de Donald Trump, se han visto especialmente penalizados y descuentan en estos momentos que las declaraciones del candidato Donald Trump van a llevarse a la práctica sin reservas. ¿Serán realmente tan radicales? Lo dudamos.
A Donald Trump no le va a quedar otro remedio que encontrar un equilibrio entre «proteger» a la clase trabajadora estadounidense y salvaguardar los intereses de las empresas del país, que necesitan la mano de obra mexicana, los recursos naturales canadienses y los costes de producción asiáticos. En cuanto a las relaciones comerciales con China, se verán influenciadas enormemente por el encaje geopolítico que se quiera preservar en Extremo Oriente. Sin duda, se re- negociarán tratados comerciales y tal vez se sustituyan acuerdos multinacionales por tratados bilaterales, pero es improbable que se pueda dar marcha atrás a veinticinco años de globalización económica. Más allá de las tensiones a corto plazo, y sin distinguir entre las clases de activos, los mercados emergentes que han sabido recomponer unos fundamentales sólidos desde 2013 parecen haber recibido un castigo excesivo desde el 9 de noviembre.
Los mercados andaban buscando un nuevo marco de funcionamiento desde 2015, cuando tomaron conciencia de que la simple intervención de los bancos centrales estaba llegando a sus límites en sus efectos, tanto en la economía real, que mantiene su atonía, como en los precios de los activos financieros. El movimiento general hacia políticas presupuestarias más expansivas parece ser la respuesta que va a guiarlos de ahora en adelante; con ello se responde a las demandas de la población, ciertamente, pero también resulta conveniente para unos bancos centrales cada vez más limitados.
Las elecciones estadounidenses constituyen un hito decisivo en esta transición, que continúa con los comicios europeos que se celebrarán en 2017. Así pues, se perfila en el horizonte un nuevo marco en los mercados que conlleva principalmente un cambio de tendencia en los tipos de interés, una apreciación de las monedas de los países que sepan atraer capitales y rotaciones sectoriales y geográficas profundas en el seno de las bolsas. No obstante, no podemos perder de vista que este cambio de panorama se sustenta en grandes alternancias políticas que, en lo que respecta a Europa, podrían volver a poner presión en 2017 sobre la unión de la zona del euro. Los mercados que en buena lógica se adapten rápidamente a esta transición entre modelos económicos deberían seguir vigilando los riesgos políticos que la acompañan.
Didier Saint-Georges es miembro del comité de inversiones y managing director de Carmignac.
Pixabay CC0 Public Domain. La llegada de Trump ya ha cambiado las dinámicas de los mercados
A seis semanas de que Donald Trump sea investido presidente, el 20 de enero de 2017, nuestros pensamientos se han focalizado rápidamente hacia las repercusiones políticas y económicas generales de la victoria del antiguo empresario y su administración.
El rechazo mostrado por los votantes de Estados Unidos tanto hacia el poder establecido como hacia la globalización (algo de lo que también fuimos testigos en el referéndum británico sobre la permanencia a la UE) haacentuado claramente el riesgo geopolítico. Tras el referéndum en Italia y las elecciones presidenciales en Austria, las próximas citas electorales en Europa –los importantes comicios en Francia y Alemania el año que viene– esta tensión seguirá presente durante algún tiempo.
Las consecuencias serán demoledoras si el rechazo a la globalización sigue propagándose por toda Europa, sobre todo para el endeble sistema bancario del Viejo Continente. Cualquier nuevo elemento que desestabilice la zona euro instigado por los partidos populistas que intentan sacar a un Estado miembro importante de la moneda única podría ejercer una gran presión en el sistema financiero e incidiría de manera significativa en los mercados mundiales.
El pasado mes escribí sobre cómo la era de «tipos más bajos durante más tiempo» se está viendo cuestionada por el repunte del crecimiento, la inflación y los tipos de interés, y lo que esto podría suponer para los activos de riesgo. No cabe duda de que, tras la victoria de Trump, no podemos mostrarnos complacientes en relación con las perspectivas de inflación.
Es probable que el presidente electo defienda un programa de políticas fiscales de corte expansionista, como unas considerables rebajas de impuestos y un programa de gasto en infraestructuras —ambas medidas revisten un carácter potencialmente inflacionista. Por consiguiente, hemos asistido al repunte de los rendimientos de los bonos, es decir, los mercados nos están diciendo que una respuesta fiscal y un aumento de la inflación es lo que nos aguarda cuando Trump entre en la Casa Blanca, una dinámica que se revela menos positiva para la renta fija de cara al futuro.
Apuesta por los sectores cíclicos
En los mercados de renta variable, los inversores han respondido dejando de lado los sectores defensivos similares a la renta fija y apostando por los sectores cíclicos, mientras que las acciones estadounidenses que generan beneficios en el mercado interno han gozado del favor de los inversores como consecuencia de la naturaleza aislacionista del discurso preelectoral de Trump, lo que ha beneficiado en particular a las pequeñas empresas.
Los valores financieros también se han visto favorecidos por la positivización de la curva de rendimientos de la renta fija, pues la capacidad de los bancos para recapitalizarse ha experimentado una mejora sustancial, algo que se ha reflejado en una rotación sectorial bastante agresiva. Si Trump emprende un programa de índole proteccionista, probablemente seremos testigos de una mayor división entre la economía interna y la economía internacional.
A todas luces, todavía estamos digiriendo las posibles consecuencias de la presidencia de Trump, aunque si el mercado está en lo cierto al considerar que las políticas de la nueva administración apuntarán al final de un largo periodo alcista en el mercado de renta fija y desembocarán en el repunte del crecimiento y la inflación, puede que se vea alterada la dinámica de «más bajos durante más tiempo» que hemos observado en los mercados en los últimos años. En otras palabras, puede que la tendencia de los rendimientos de los bonos de los países centrales hacia cotas cada vez más reducidas, lo que forzaba a los inversores a apostar por los activos de riesgo, ya no constituya un catalizador clave. Nuestra estrategia de inversión revelará un cariz algo diferente si se mantiene sin cambios la forma de la curva de rendimientos de la renta fija.
Tipos de interés
Ahora bien, se plantea otra cuestión de relevancia: si los tipos de interés suben como consecuencia del repunte de la inflación, ¿cómo podremos costearlos, dados los elevados niveles de endeudamiento en el mundo desarrollado? Sin duda, no resulta nada claro cómo unos cupones más elevados podrían beneficiar a ningún gobierno de los mercados desarrollados.
En el Reino Unido, el énfasis en Estados Unidos ha contribuido a frenar el castigo a la libra esterlina, y existe margen para que la divisa británica se aprecie frente al dólar de aquí en adelante a medida que el foco de atención mundial gira desde los acontecimientos en el Reino Unido hacia los de Estados Unidos y el resto del planeta.
El mercado de Japón ya reviste una naturaleza de valor/cíclica y, por tanto, se ha beneficiado del alejamiento de los valores defensivos. Hemos estado analizando la región con más detenimiento en las últimas semanas, debido a que nuestra discreta sobreponderación podría verse comprometida por una serie de revisiones de beneficios a la baja (las previsiones para 2016 se han reducido desde el 9% hasta el 0%). Sin embargo, hemos decidido mantener nuestra posición sobreponderada en la renta variable nipona, puesto que las acciones siguen exhibiendo unos precios razonables, en un contexto en el que el yen fluctúa favorablemente frente al dólar. No obstante, somos conscientes de cuán crucial resultará la futura trayectoria del yen para la economía y los beneficios futuros.
Mark Burgess es director de Inversiones para EMEA y director global de Renta Variable de Columbia Threadneedle Investments.
Pixabay CC0 Public Domain. Time Is a Terrible Thing to Waste
Las percepciones erróneas de los inversores acerca de lo que afecta a sus resultados a menudo les hacen pasar demasiado tiempo midiendo lo que no importa y no analizan suficientemente lo que sí. Es hora de empezar a mirar lo que realmente cuenta al elegir un gestor de inversiones.
El trabajo de los inversores es hoy más duro que nunca. Están adoptando más riesgo que en décadas pasadas para lograr rendimientos similares. Y lo hacen en un contexto de incertidumbre geopolítica y de mercado, cosas que no pueden controlar, pero que aún así deben tomar en consideración. Es comprensible que esa sensación de incertidumbre, junto con la necesidad de asumir más riesgos, esté llevando a los inversores a centrarse en lo que es tangible y fácil de medir, en un esfuerzo por ganar cierto sentido de control.
Vemos que los inversores gastan mucho tiempo anclados en el desempeño pasado a corto plazo –la rentabilidad de tres años domina la toma de decisiones por ejemplo– así como el seguimiento de los índices de referencia tradicionales que apuntan más a los cambios en los precios que al valor verdadero a largo plazo. Pero estas métricas no importan tanto a los resultados de la inversión.
Así que es hora de tener una conversación disruptiva. Desde MFS queremos ayudar a los inversores a volver a gastar tiempo en lo que saben que siempre ha contado más: en las personas, los procesos y la filosofía, pero también una dosis saludable de honestidad en torno a los horizontes de tiempo.
Sin embargo, en un mundo centrado tan a corto plazo, eso es un obstáculo significativo. La falta de claridad en torno a los horizontes temporales parece ser una convención creciente, y es difícil romper con el sentimiento popular, especialmente en un momento de angustia máxima. Los mercados son más complejos y encontrar retornos es más difícil. Pero aquí hay una verdad importante. Si miramos lo que es fácil de medir sólo creamos una ilusión de control y alimenta a la aversión a la ambigüedad: un sesgo de comportamiento conocido que se activa porque no nos gusta la incertidumbre.
Además, la micro-medición a corto plazo no ayuda a predecir el futuro, generar rendimientos o cumplir con los objetivos a largo plazo de los inversores. Por el contrario, provoca un comportamiento pro-cíclico (de pastoreo) entre los inversores, que, como señaló el Fondo Monetario Internacional en un documento sobre la inversión anticíclica, los aleja de su «ventaja intrínseca como inversores de horizonte largo».
Aunque los inversores pasan mucho tiempo evaluando los los atributos clave más difíciles de medir de los portfolio managers durante su proceso de búsqueda, tienden a dejar de lado esas métricas en las evaluaciones posteriores a la contratación, especialmente a corto plazo. Podría ser una práctica común volver a medir el rendimiento, pero existe el peligro de depender demasiado de lo que no persiste.
Como se puede ver en los gráficos de abajo, incluso los gestores con mejores resultados no repiten en ese pedestal período tras período.
El personal, el proceso y la filosofía de un gestor, que reflejan la fortaleza de su inteligencia colectiva, su cultura y la gestión de su talento y sus negocios, tienden a ser mucho más constantes. ¿Por qué eso importa tanto a los inversores? Debido a que estas cualidades pueden reflejar la capacidad de un gerente para a contracorriente cuando es necesario y aplicar su visión en la búsqueda de oportunidades que otros gestores se pueden estar perdiendo y reconocer los riesgos que otros no ven. En resumen, los inversores quieren ver señales de que el poder de un manager sea contracíclico.
La gestión pasiva típicamente no integra factores los factores ESG (medio ambiente, sociales y de gobierno), y sin embargo creemos que estas consideraciones son más importantes que nunca para «hacer lo correcto» para los inversores para los que trabajamos. Pero hacerlo bien depende de ambos. El horizonte temporal de los inversores tiene que alinearse con cómo sus encargados de la inversión toman decisiones dentro de sus carteras, de lo contrario podría dañar las expectativas y los resultados. Por ejemplo, la rotación de la cartera es una consideración importante al alinear los horizontes de los inversores y la toma de decisiones de los managers. Cuando los inversores ven a un gestor activo con baja rotación de la cartera (es decir, un enfoque a más largo plazo), pueden entender mejor por qué ese portfolio manager necesitaría un ciclo de mercado completo para generar alfa.
El trabajo que hacemos como industria para juntar el horizonte temporal de los inversores y la toma de decisiones de los gestores se basa realmente en la mejora de la confianza. Porque en última instancia, los inversores necesitan confiar suficientemente en la habilidad de un gestor como para permitir que funcione.
Carol W. Geremia es presidenta de MFS Institutional Advisors, Inc. y coresponsable de distribución global de la firma.
Pixabay CC0 Public Domain. Japan’s “Show Me the Money” Corporate Governance: 3Q update
En general, los márgenes de beneficios corporativos antes de impuestos en Japón se desaceleraron en el trimestre, pero antes de que uno se asuste y comience a decir que los márgenes están a punto de caer en picado, hay que darse cuenta de que hay razones estructurales de gobierno corporativo a largo plazo que sustentan la tendencia alcista global y que la período de 2005-2007 mostró que los márgenes de beneficio pueden estabilizarse a un nivel alto durante un período de tiempo prolongado.
De hecho, mientras que la media general de cuatro trimestres cayó de su nivel récord, esto se debe al efecto deun crecimiento económico global bastante suave y a la fortaleza del yen, mientras que el sector no manufacturero, centrado casi exclusivamente en el mercado doméstico, marco un nuevo máximo histórico.
El hecho es que, en parte debido al estímulo de la administración de Shinzo Abe, las grandes corporaciones japonesas continúan su cambio estructural para conseguir una mayor rentabilidad. Abenomics es «la guinda del pastel» de la mejora del gobierno corporativo que hemos destacado durante mucho tiempo.
De hecho, aunque el aumento del número de directores independientes y otros temas recientes de gobernanza son muy importantes a medio plazo para Japón, es crucial para los inversores entender que la mayoría de las empresas japonesas han comprendido el mensaje de rentabilidad y lo han adoptado durante más de una década. Esto se demuestra por la divergencia en los márgenes de beneficio de la tendencia en el crecimiento del PIB en los gráficos anteriores, mostrando que a pesar de que el crecimiento del PIB se ha mantenido moderado, los márgenes de beneficio han aumentado.
Desde la era de Koizumi, Japón ha emprendido grandes racionalizaciones en la mayoría de las industrias y generalmente el número de jugadores se ha reducido de siete en adelante hasta tres. Los frutos de esta reestructuración tardaron más en llegar que en el mundo occidental y acabaron escondidos por una serie de crisis (el choque de Lehman, las turbulencias en China, la fortaleza del yen y, por supuesto, el tsunami de Tohoku), pero desde que comenzó Abenomics, el contexto mundial para Japón ha sido estable y no ha habido crisis domésticas, permitiendo así que los frutos maduren.
Conclusión
Esperamos que el margen de beneficio medio antes de impuestos de cuatro trimestres aumente en los próximos trimestres debido a un yen más débil, y que los márgenes de las industrias no manufactureras se mantengan a un nivel alto.
Además, muchos sectores continúan con sus racionalizaciones y recortes de costes que ayudarán a apoyar sus márgenes de ganancia. Por supuesto, si el yen se debilitara a 120 yenes por dólar, entonces incluso el margen de beneficio del sector manufacturero probablemente volverá o incluso superará su máximo anterior.
Cabe señalar también que estas estadísticas del Ministerio de Hacienda no cubren los ingresos después de impuestos, y debido a las recientes reducciones de impuestos a las empresas, el margen de beneficio neto total (excluidas las cancelaciones extraordinarias) probablemente se expandirá aún más que los datos antes de impuestos mostrados anteriormente.
Foto: FlySi, Flickr, Creative Commons. La robótica como idea de inversión: ¿avanzamos demasiado deprisa?
La robótica es una rama de la ingeniería y podríamos definirla como la ciencia que se encarga del diseño, fabricación y la puesta en funcionamiento de robots. Actualmente, se aplica a distintos campos como pueden ser la biotecnología, inteligencia artificial, medicina, uso doméstico, etc.
Conviene tener en cuenta que muchos de los grandes avances en la historia de la humanidad pertenecen al sector tecnológico, dentro del que encontramos la robótica como un subsector cada vez más importante. Desde hace mucho tiempo, los robots son una pieza fundamental en industrias como la automovilística, pero también en otras como la salud o biotecnología. Actualmente existen las impresoras 3D, los robots quirúrgicos o aspiradores independientes, algo impensable hace apenas unos años.
Prácticamente todos los sectores miran hacia los robots como una manera de ahorrar costes, evitar errores e incrementar la eficiencia.
La robótica en la práctica
Recientemente, leíamos la noticia del nacimiento de Kirobo Mini, un robot cuyo objetivo es convertirse en nuestro amigo y facilitarnos la vida (por ejemplo, encargándose de las llamadas si estamos conduciendo, siendo nuestro copiloto, etc).
Los robots son cada vez más importantes en la cirugía accediendo a zonas muy difíciles para las técnicas tradicionales. Son más precisos, lo que hace que las operaciones también se lleven a cabo de forma más ágil y sean menos invasivas. Todo esto, proporcionando una visión tridimensional al cirujano.
La robótica como tendencia para invertir
Como bien sabemos, existe una gran cantidad de fondos de inversión y ETFs que forman parte de distintas categorías. En cuanto a los sectoriales, tenemos fondos y ETFs que invierten exclusivamente en un sector como puede ser la biotecnología, industria, tecnología, financiero, metales preciosos…
Podemos encontrar también fondos y ETFs que invierten solamente en empresas relacionadas con la robótica. Antes de adentrarnos en estos productos, veámos qué empresas se dedican a la robótica.
Robotics Business Review elabora cada año una lista de las que considera las 50 mejores empresas relacionadas con la robótica: 3D Robotics, ABB Robotics, Aethon Inc, Alphabet Inc, Amazon, Autonomous Solutions, Canvas Technology, Carbon Robotics, Clearpath Robotics, Cyberdyne, Delphi Automotive, DJI, Akso Bionics, Energid Technologies, EPSON Robotics, FANUC Robotics, Fetch Robotics, Foxconn Technology Group, GreyOrange, IAM Robotics, Intuitive Surgical, iRobot, Jibo, Kawasaki, Knightscope, KUKA Robotics, Lockheed Martin, Locus Robotics, Omron Adept Technologies Inc, Open Bionics, Rethink Robotics, ReWalk Robotics, Robotiq, Samsung, Savioke, Schunk, Seegrid, Siasun Robot & Automation Co Ltd, SoftBank Robotics Corporation, Soil Machine Dynamics Ltd, Swisslog, Titan Medical, Toyota, ULC Robotics Inc, Universal Robots, Vecna Technologies, Verb Surgical, VEX Robotics, Yamaha Robotics y Yaskawa Motoman para 2016.
¿En qué empresas invierten los fondos y ETFs de robótica?
Tenemos algunos fondos de inversión y ETFs que invierten específicamente en robótica. Veamos las principales posiciones. Las que aparecen en negrita son las empresas que forman parte de la anterior lista (50 mejores compañías de robótica).
La robótica puede ser una tendencia interesante para invertir a largo plazo y mediante fondos o ETFs tenemos la ventaja de la diversificación y acceso a un elevado número de empresas. Hace no tanto ni siquiera existía el ordenador, el teléfono móvil en color, la pantalla táctil… Hoy en día, existen los robots quirúrgicos. ¿Avanzamos demasiado deprisa?
Columna de Aneliya Vasileva, responsable de la sección de fondos de inversión en Rankia
Foto: Dalbera, Flickr, Creative Commons. Una combinación ganadora
Con los tipos de interés en mínimos históricos, el recurso tradicional de colocar dinero en cuentas de ahorro se vuelve cada vez menos atractivo. Aunque en su momento podían proporcionar un crecimiento de capital o retornos decentes, el rendimiento real está entrando a menudo en terreno negativo una vez que se tenga en cuenta la inflación. Esta situación supone un desafío para todo el que busque hacer crecer su patrimonio a través de cuentas de ahorro.
La alternativa es invertir. Sin embargo, muchos dudan de esta opción debido a la volatilidad del mercado causada por la inestabilidad política y económica. Por este motivo, Amundi ha diseñado un fondo que ofrece una protección parcial de capital para aquellos que quieren incrementar su rentabilidad pero evitando altos niveles de riesgo.
Amundi Funds Protect 90 tiene una característica especial de protección que asegura las ganancias de modo que el fondo nunca caerá por debajo del 90% del mayor valor liquidativo registrado desde su creación, independientemente de las tendencias del mercado financiero. La garantía de capital crece junto con el valor liquidativo, proporcionando tranquilidad frente a la incertidumbre económica y financiera.
Una inversión protegida significa ser capaz de adaptarse a diferentes situaciones de mercado con el doble objetivo de buscar rentabilidad y proteger el ahorro.
Invertir en un amplio universo
Amundi busca reducir los riesgos de los inversores operando en un universo de inversión amplio y diversificado y gestionando activamente el fondo para adaptarse a las cambiantes condiciones del mercado. Este enfoque equilibrado proporciona exposición a muchas fuentes de rendimientos no correlacionados, así como acceso a una amplia gama de oportunidades de inversión.
Al invertir en todas las clases de activos, incluyendo acciones, bonos, divisas, sector inmobiliario y materias primas, Amundi es capaz de suavizar la trayectoria del fondo a largo plazo, conduciendo a mayores rendimientos potenciales. La estrategia de diversificación también abarca todos los sectores industriales y regiones geográficas, incluida Europa, Norteamérica y Asia Pacífico, así como los países emergentes.
El equipo del Amundi Funds Protect 90 refuerza este amplio y diversificado enfoque de inversión al expresar sus visiones de inversión de una forma eficiente. Esto significa considerar todos los tipos de vehículos de inversión, incluyendo ETFs, fondos indexados, fondos de gestión activa, instrumentos del mercado monetario y derivados (principalmente futuros), así como inversiones directas de renta variable y de bonos en grandes, medianas y pequeñas compañías.
En caso de caídas agudas de mercado, el fondo podrá invertir el 100% de sus activos en instrumentos del mercado monetario. En tal caso, no aprovecharía el potencial de rendimiento de los activos dinámicos.
Tranquilidad para los inversores cautelosos
Amundi Funds Protect 90 tiene un amplio atractivo, tanto para aquellos que están dando sus primeros pasos en los mercados financieros, como para inversores más experimentados que busquen una estrategia temporal de menor riesgo hasta que las condiciones mejoren.
A pesar de que Amundi recomienda un periodo mínimo de inversión de al menos tres años, la liquidez diaria significa que el inversor puede acceder a su dinero en cualquier momento que lo necesite, ofreciendo tranquilidad a aquellos inversores cautelosos en momentos de incertidumbre económica y de mercado. Desde 2008 Amundi ha lanzado con éxito estrategias similares para sus redes asociadas en Europa y Asia. Amundi Funds Protect 90 proporciona un enfoque fresco para aquellos que quieran potenciar su rentabilidad sin exponer su patrimonio a niveles de riesgo elevado.
Isabelle de Malherbe es directora de especialistas de producto de Soluciones Estructuradas de Amundi
Documento informativo para clientes profesionales. Amundi Funds Protect 90: compartimento de Amundi Funds, SICAV luxemburguesa registrada en CNMV con el nº 61. Más información en www.amundi.es
Foto: Migossan, Flickr, Creative Commons. Italia aviva los mercados tras el referéndum
Decepción en los mercados por el “no” de Italia en el referéndum celebrado en el cual se consultaba la reforma de la constitución para quitar poder al Senado y a las autoridades regionales, dejando atrás el llamado bicameralismo perfecto. Esto lo interpretaron algunos como un camino para afincarse al poder y quitar voz, de forma indirecta, a los partidos pequeños. Sin embargo el objetivo de Matteo Renzi (Partido Democrático) era llevar a cabo reformas estructurales modernizando el mecanismo italiano.
El resultado ha reafirmado las encuestas previas, del 60% en contra. Con esto, el que ha sido máximo dirigente desde 2014 reconocía su derrota anunciando que dejará el cargo. Italia vuelve a la incertidumbre con la posibilidad de nuevas elecciones, en donde el partido Movimiento 5 Estrellas intentará llegar al poder a través de su discurso anti-euro. Esta es la principal preocupación de Mario Draghi, que vuelve a considerar la ampliación del QE e intentar calmar los mercados tras la inestabilidad en la moneda comunitaria y el nuevo escenario en Italia.
Gana peso una ampliación por parte del Banco Central Europeo (BCE) en la compra de activos, vistos los problemas de Italia para entrar en la senda del crecimiento y trasladando esas preocupaciones a la política monetaria del BCE. El riesgo bancario que podría incurrir no haría más que profundizar el mal estado del sector italiano, que se ha ido desvaneciendo en confianza inversora durante el presente año y forzará a Mario Draghi a llevar a cabo el programa de compra de bonos para contener los mercados.
Ha quedado claro que Renzi estaba sosteniendo la confianza en Italia a través de reformas económicas que, aunque no estaban dando los resultados esperados, el camino tomado había conseguido mayor estabilidad, algo más que importante para implantar medidas desde el BCE que veía como tras este revés el euro se desvanecía a niveles de marzo de 2015 y posteriormente se recuperaba.
Desde España se presenta preocupación por las volatilidades que esto trae, principalmente desde el sector bancario español muy ligado a la economía italiana como es el caso de Banco Popular y su vinculación con UniCredit, la eléctrica Endesa por la situación de su máximo accionista Enel u otras importantes entidades españolas con importantes acuerdos comerciales con el país transalpino.
Por el momento, tras las importantes caídas de los mercados en preapertura por la incertidumbre que esto genera, los principales parqués cotizan al alza tras haberse descontado durante la semana pasada el resultado del referéndum.
Veremos si conforme se vayan produciendo acontecimientos y estudiando las repercusiones que esto podría traer en la fortaleza de la eurozona los mercados vuelven a presentar claras dudas. Principalmente delicado es el horizonte para uno de los principales banco italianos, Monte dei Paschi di Siena, en proceso del aumento de capital de 5.000 millones de euros, acciones que previsiblemente se convertirían en menos atractivas para el inversor.
Desde Aspain11 Asesores Financieros EAFI mantenemos una reducida posición en Italia, debido a la volatilidad que ha habido en el último año, atendiendo a las oportunidades que se abren tras los diferentes procesos, tal y como ya sucediese tras el Brexit o la victoria de Donald Trump en la carrera a La Casa Blanca.
Columna de Lucas Rojas, miembro del Departamento Financiero de Aspain 11 Asesores Financieros EAFI
Foto: Doug8888, Flickr, Creative Commons.. Trump en la Casa Blanca: impacto en las materias primas
Muchas de las políticas presentadas por el presidente electo Trump comentadas en el periodo de campaña están alineadas con tendencias actuales y pasadas del partido republicano, pero otras parecen ser diametralmente opuestas al ADN de ese partido. La manera en que el presidente electo Trump interactúa con el partido republicano nos presenta claves en cuanto a la manera en que las posiciones de la política pudieran impactar finalmente en los precios de las materias primas a nivel global.
Recursos agrícolas
Una guerra comercial podría perjudicar a los agricultores estadounidenses, ya que EE.UU. es un gran exportador de productos agrícolas, incluyendo trigo al Medio Oriente y Asia, maíz y etanol a Latinoamérica, y semillas de soja a China. Si la administración de Trump introduce una política de energía en la cual los estándares de combustible renovable sean menos onerosos, la demanda del etanol y biodiesel para mezcla se podría ver afectada negativamente, por lo tanto, impactaría en los precios del maíz y semilla de soja.
Metales y minería
Es probable que el presidente electo Trump presione para firmar un plan de infraestructuras, como lo señaló repetidamente durante su campaña. En mi opinión, esto sería mayormente positivo para los metales y minería, particularmente el acero y cobre, pero mucho dependerá de qué tipo de plan se implemente. Trump, con su patrimonio en bienes raíces, podría inclinarse a construir nuevos proyectos, tales como autopistas y puentes, los cuales podrían beneficiarse de las industrias del acero y cobre. Sin embargo, podría haber un retroceso en este plan si el ala moderada fiscal conservadora del partido intenta dirigir hacia incentivar el sector privado para construir infraestructuras a través de descuentos tributarios y reformas de regulaciones. Esto sería una ayuda menor para los metales y minería ya que podría resultar en un estímulo general menor del sector de las infraestructuras.
Otro asunto pendiente para los metales y minería es el grado de restricción de la administración de Trump sobre restringir los acuerdos comerciales actuales. Considero que una guerra comercial con China y/o México tendría un impacto negativo en el crecimiento del mercado emergente, y seguramente afectaría a los precios de los metales.
Energía: área de unanimidad
Si existe un área principal de unanimidad entre las alas populistas y fiscal conservadora del partido republicano, es respecto a la política energética. Es probable que las compañías de energía tengan ventajas fiscales bajo la administración de Trump. Los proyectos de oleoductos que están parados, incluyendo el Keystone, podrían ser aprobados y seguir adelante, en mi opinión. El impacto potencial en los precios del petróleo no es claro en este momento, aunque con menos legislación, espero un ligero aumento en la producción de petróleo en EE.UU. Asimismo, un dólar estadounidense más fuerte podría significar un ligero descenso en los precios del petróleo, y al mismo tiempo, un estímulo fuerte a las infraestructuras en EE.UU. podría significar una demanda en el consumo de petróleo.
No está claro cómo abordará la administración de Trump la situación de Irán. Si el presidente electo toma el camino del aislacionismo, elimina el acuerdo actual y reintegra las sanciones, esto podría ser positivo para los precios del petróleo.
Si el TLCAN es renegociado, como se mencionó durante la campaña, las exportaciones de gas natural a México podrían verse afectadas negativamente. De acuerdo a la Administración de Información Energética (Energy Information Administration, EIA) de EE.UU., el país exporta actualmente alrededor de 3 millones de millones de pies cúbicos diarios de gas natural a México.
Finalmente, es probable que las políticas de energía renovable sean recortadas en los siguientes cuatro años. Es probable que las regulaciones sobre el carbono, y otras referentes al medio ambiente sean aplazadas, los créditos tributarios a la energía verde probablemente no sean renovados y los estándares de la economía de combustible promedio empresarial (corporate average fuel economy, CAFE) están en riesgo de expirar.
¿Y el oro?
El precio de los futuros del oro aumentó dramáticamente después de la victoria de Trump, pero cayó después del calculado discurso de aceptación del presidente electo. En el corto plazo, si los comentarios de Trump provocan un repunte de la volatilidad, la Reserva Federal podría volverse más cautelosa. En el largo plazo, si el cambio tan esperado de política monetaria a fiscal finalmente se lleva a cabo, los tipos podrían normalizarse más rápidamente de lo anticipado, presionando los precios del oro.
Columna de opinión de Saurabh Lele, analista senior de mercados de Loomis Sayles (afiliada a Natixis Global AM)