CC-BY-SA-2.0, FlickrPhoto: Steve Snodgrass
. Let’s Stick To The Knitting
A veces la política influye en los factores económicos, a veces no. El ex presidente Ronald Reagan fue un gran defensor de la economía centrada en la oferta, utilizando el trabajo de importantes economistas como Friedrich Hayek para proporcionar justificaciones teóricas de sus medidas políticas. Pero tengo que admitir una sensación de frustración que ha estado creciendo constantemente durante todo el año cuando alguien en la oficina comienza a hablar conmigo sobre política.
¿Cuándo nos volvimos todos expertos expertos, dispuestos a expresar nuestras opiniones sobre cuestiones que van desde el Brexit a Trump, pasando por el referéndum italiano y el futuro probable de Marine Le Pen en las próximas elecciones presidenciales francesas? ¿En qué momento los beneficios empresariales, los múltiplos de valoración y las perspectivas dejaron paso a la última encuesta de opinión como referente para las bolsas?
Hasta que Mariano Rajoy volvió a ser nombrado como presidente en España, el país estuvo sin gobierno durante más de 10 meses. En ese periodo de tiempo, el crecimiento del PIB español no se detuvo, registrando un 0,8% en los dos primeros trimestres de 2016 y un crecimiento ligeramente menor del 0,7% en el tercer trimestre. Un ejemplo que ilustra como a menudo no existe ningún vínculo entre la política y la economía.
Tampoco está clara la correlación entre el crecimiento económico subyacente y el comportamiento de las bolsas. Las ganancias de una empresa no se pueden comparar al crecimiento del PIB. Sólo porque una economía está yendo bien, o mal, no significa necesariamente que los mercados de valores vayan a correr la misma suerte.
Al observar las empresas más pequeñas, así es cómo funciona en la práctica. La rentabilidad de Prosegur, el negocio español de seguridad y transporte de dinero, depende del crecimiento del mercado europeo de alarmas y del mercado de movimiento de efectivo en América Latina. Los ingresos de otro grupo español, Viscofan, el fabricante de envolturas para cárnicos, responden exclusivamente a la demanda mundial de proteínas. ¿Lo entienden?
Independientemente del panorama económico, nuestra estrategia de inversión, mezcla de estilos ‘value’ y ‘growth’, favorece a las empresas que se benefician de las situaciones de crecimiento estructural, las posiciones de recuperación y los negocios cíclicos. Es cierto que esto último está más relacionado con la evolución de la economía.
Un buen ejemplo del tema del crecimiento estructural es el de la externalización europea. Las grandes empresas, limitadas por la burocracia, han logrado una mayor flexibilidad utilizando este método en una amplia gama de industrias, incluyendo sistemas de tecnología de la información, ingeniería, software y automoción.
Las situaciones cambiantes son una característica particular de los fabricantes europeos de materiales de construcción. En una industria conocida por su engranaje operativo, las empresas han reducido los costes desde la crisis financiera mundial. Cuando las ventas lleguen a niveles más parecidos a su media a largo plazo, el crecimiento debería ser significativo.
Al comienzo de cada año, los analistas tienden a hacer pronósticos optimistas sobre el crecimiento de los beneficios empresariales europeos, y en los meses siguientes tienen que rebajarlos. Así que cuando hago mis previsiones para el crecimiento de las pequeñas empresas europeas para el año 2017, los colegas empiezan a parecer escépticos.
Pero aquí están las matemáticas. El aumento del empleo sigue impulsando la eurozona hacia un crecimiento del 2%. Añada una inflación del 1%, el efecto de las adquisiciones del año anterior y la prima de crecimiento general de las empresas más pequeñas nos lleva a un crecimiento de alrededor del 6% de los ingresos. A continuación, sumamos la caída de los costes de producción y algunos beneficios adquisiciones y allí lo tienes. Una clase de activos que, a pesar de todas las turbulencias políticas que hay en torno a ella, produce un crecimiento decente.
Por lo tanto, la próxima vez que se sientan tentados a hablar de política, encuestas de opinión y los caprichos del sistema del Colegio Electoral de los Estados Unidos, intente contenerse, por muy tentador que sea. Nadie sabe qué camino van a seguir los acontecimientos políticos claves, igual que nadie sabe cuál va a ser la reacción de la renta variable a esos acontecimientos. Como inversores, vamos a tratar de mantener el rumbo y a centrarnos en los fundamentales de las empresas.
Ian Ormiston es gestor de Old Mutual Global Investors.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Travis Wise. La mejora de los datos fundamentales de la banca europea sitúa la deuda financiera híbrida en el punto de mira
Desde la crisis financiera, y obedeciendo tanto a la nueva normativa (Basilea III y Solvencia II) como a la presión de los inversores y competidores, los emisores del sector financiero vienen reforzando continuamente la calidad de su balance. La cantidad, pero también la calidad de sus fondos propios se ha acrecentado constantemente, con un aumento de más de un billón de euros de los fondos propios duros de los bancos europeos desde el final de 2007, es decir, un incremento del 70% en siete 7 años. Debido a las restricciones impuestas, el volumen de los balances ha dejado de aumentar, e incluso disminuye en el caso de numerosas entidades.
La consecuencia de esta evolución es una disminución de la ratio de apalancamiento, que en el caso de los bancos europeos se sitúa a su nivel más bajo de los últimos 20 años. Por tanto, en la actualidad las instituciones financieras son no solo más sólidas, sino también menos arriesgadas. Esta tendencia es estructural y, a nuestro modo de ver, no está llamada a invertirse en los próximos dos o tres años, gracias a la vigilancia de los organismos de supervisión y de los mercados. Por consiguiente, el sector financiero es uno de los pocos que ofrece visibilidad sobre la continuación de la mejora de sus datos fundamentales, una cualidad infrecuente y apreciable para los inversores institucionales.
En un momento en que escasean las oportunidades en los mercados de renta fija, donde se corre el riesgo de que los rendimientos sigan siendo bajos de forma sostenida debido al contexto económico, la deuda híbrida del sector financiero ofrece, a nuestro parecer, una configuración perfecta:
Datos fundamentales sólidos y en clara mejoría, por efecto de la nueva normativa
Cotizaciones muy atractivas para un riesgo moderado
Una oferta razonable en un mercado que ya tiene peso y está bien desarrollada, con una demanda en sensible crecimiento desde hace varios trimestres, procedente de inversores institucionales que están reconsiderando este atractivo segmento.
En la actualidad, se pueden construir dos carteras: una principal, centrada, aunque no exclusivamente, en los títulos de deuda Tier 2, que ofrecen rentabilidades del 3% al 4% para una cartera con una calificación global con grado de inversión (en torno a BBB), y una segunda cartera centrada en los títulos de deuda “Additional Tier 1”, que ofrecen una rentabilidad del 5% al 6% y tienen una calificación media de tipo ‘crossover’ y en torno a BB.
Consideramos que estas dos carteras son complementarias y se deben integrar en asignaciones que variarán en función de las capacidades de asumir riesgo de cada inversor, pero que podría rondar los dos tercios en títulos de deuda Tier 2 y un tercio en títulos de deuda “Additional Tier 1”.
François Lavier es gestor del fondo Objectif Credit Fi y de estrategia en deuda financiera de Lazard Frères Gestion
Pixabay CC0 Public DomainFoto: FraukeFeind. Nuevo año, ¿nuevas inversiones?
Siempre al finalizar un año y prepararnos para empezar un año nuevo nos planteamos nuevos retos y nuevas ilusiones para el próximo año, pero antes debemos mirar atrás y revisar cómo nos ha ido. Este razonamiento también se aplica a nuestras inversiones, ¿cómo han evolucionado? ¿hemos ganado o perdido? ¿qué hemos hecho bien o que podemos mejorar?
Vamos a plantearnos una serie de consejos para mejorar nuestras inversiones en este año nuevo que empieza. Primero como hemos comentado, empezaremos por revisar nuestra trayectoria en este año que se acaba. Aunque hay algunos brókeres chilenos que nos dan esta información, no es fácil encontrar un bróker que nos proporcione todas estas herramientas para revisar la evolución de nuestra cartera.
¿En qué instrumentos hemos invertido a lo largo del año?
Nuestra primera pregunta para revisar nuestra inversión es esta, hemos invertido en renta fija o en renta variable, más específicamente en fondos, acciones, ETFs; o si solo inviertes en fondos en acciones, esta pregunta será fácil y rápida de contestar, pero si tienes más inversiones es recomendable hacerse un pequeño esquema donde tengamos presente que cantidad y el porcentaje de nuestra cartera que está invertida en cada uno de los instrumentos. De esta forma conseguimos ver la estructura de nuestras inversiones con un solo vistazo y saber que, cantidad de dinero tenemos invertida en acciones o fondos. A continuación, les presentamos un ejemplo:
Esta pregunta es interesante para saber el listado de todas las empresas en las que hemos invertido a lo largo del año y que montó hemos invertido en cada empresa. Para después poder ver qué empresas nos han hecho ganar dinero y las empresas por las que nuestra cartera ha tenido pérdidas o no ha conseguido la rentabilidad esperada. También podemos incluir si estas empresas han terminado el año con datos positivos o han tenido pérdidas.
Muchas personas se centran en un determinado sector que conocen e invierten todo su dinero en acciones de este sector. Por ejemplo, hemos invertido solo en el sector bancario: Banco de Chile, Banco Santander, Itau Corpbanca, A continuación, vamos a ver la evolución de estos bancos.
Al revisar el gráfico del año de Banco de Chile, observamos cómo ha tenido una proyección positiva, con una tendencia alcista desde julio. A pasado de cotizar en 71,12 pesos al empezar el año, a cotizar 78,6200 pesos a finales de diciembre.
Al revisar el gráfico anual de Banco Santander, observamos que ha seguido una tendencia alcista durante el año, pasando de cotizar a 31,66 pesos a cotizar a 37,15 pesos.
Al revisar el gráfico del Banco Itau Corpbanca, observamos que, aunque empezó el año con una tendencia alcista hasta alcanzar los 6,201 pesos ahora se encuentra en los mismos valores que a principios de año 5,504 pesos.
Una vez hemos visto la evolución algunos de los bancos de Chile, debemos determinar que la mayoría de los bancos analizados han seguido una trayectoria positiva a lo largo del año, excepto Itau Coprbanca que ha vuelto a valores de principios del año. También podemos observar que, aunque han reportado buenos resultados, tampoco han sido unas ganancias excepcionales, por los que nos podría ayudar diversificar en otros sectores con buenas perspectivas.
¿En qué países hemos invertido?
Hemos invertido en acciones de Chile o nuestra cartera está compuesta por acciones americanas. Si hemos invertido en fondos: ¿hemos invertido en fondos de América Latina o hemos invertido en fondos de Asia, Brasil o Estados Unidos? Es importante conocer donde hemos invertido nuestro dinero, para estar atentos de los eventos que nos pueden afectar.
¿Cuál ha sido el plazo de la inversión? ¿Somos inversores a corto plazo o a largo plazo?
Es el momento de determinar si nuestras inversiones están funcionando o debemos de centrarnos en inversiones más riesgosas o más conservadoras. Aunque lo mejor siempre es diversificar nuestras inversiones, debemos tener en cuenta las ventajas y desventajas de invertir a corto y largo plazo:
Los inversionistas que invierten a largo plazo experimentan menor presión al invertir.
Al invertir a largo plazo tenemos menores comisiones.
Al invertir a largo plazo no hace falta vigilar las inversiones todos los días.
Al invertir a corto plazo las probabilidades de perder nuestro dinero se multiplican.
Al invertir en largo plazo debemos tener paciencia y no podremos recuperar nuestro dinero en el corto plazo.
¿Los resultados han sido positivos? ¿Por qué?
Aunque hayamos reportado resultados positivos en nuestras inversiones, es importante revisar cuales han sido las razones de nuestra ganancia para poder mantener estas ganancias en el largo plazo. A continuación, vamos a poner algunos ejemplos:
Una correcta diversificación.
He recibido dividendos que me han ayudado a mejorar mis inversiones.
¿Los resultados han sido negativos? ¿Cuáles han sido los motivos?
Si han sido negativos, con más motivo debemos de revisar nuestras inversiones y tomar decisiones. ¿Estamos invirtiendo en las empresas equivocadas? ¿O en sectores en decadencia? ¿Nuestro plazo de inversión es el correcto? Debemos de tener en cuenta todas estas cuestiones y tomar decisiones que nos ayuden a mejorar nuestras inversiones en el nuevo año.
He perdido dinero con las inversiones a corto plazo.
He invertido en el sector inmobiliario y estas empresas han reportado malos resultados durante el año.
No he diversificado lo suficiente.
Ahora que ya hemos visto algunos consejos para controlar nuestras inversiones y prepararnos para el año nuevo, ten en cuenta que también debemos tener en cuenta que debemos de declarar nuestras inversiones en el momento de la Operación Renta 2017.
Opinión de Andrea Broseta, responsable de desarrollo de negocio en Rankia Chile.
Pixabay CC0 Public DomainFoto: Alex_Koch. El equilibrio “perfecto”
Se acaba un año muy duro y sin rendimiento en la mayoría de activos. Empezamos con fuertes bajadas entre enero y febrero. Recuperamos el camino perdido durante casi cuatro meses para vivir un día de locos con el Brexit. Finalmente, llegó Trump para acabar de romper todas las previsiones.
Los bancos centrales tienen como objetivo mantener el precio de los activos y van a seguir presentes en los mercados, no los subestimemos. Esto hará que se mantenga el equilibro “perfecto”. El problema es que todos los activos (renta fija, variable, inmobiliario,…) nos siguen pareciendo caros y además distan de sus precios fundamentales.
Todo lo que se nos viene encima en el 2017 es más que sabido por todos (subida tipos, inflación, estallido de la deuda…). Creemos que en muchos activos seguirán respetando sus rangos, vender en tops y comprar en dips. Focalizarse en empresas y gestores de calidad, nada de experimentos.
En DiverInvest seguimos pensando que ser cautos y tener una cartera cada vez más diversificada y muy bien construida va a ser fundamental para abordar 2017. El crecimiento del mundo (aproximadamente un 3,2% de media en los últimos cinco años) parece que va a seguir así, bajo y lento. Los problemas reales persisten. Además, Trump está moviendo todos los mercados especialmente la inflación en EE.UU., los bonos, el dólar y la bolsa. Trump va a ser un líder muy errático pero no hay más líderes. Tendremos mercados aún más volátiles.
Por ello, proponemos seguir tomando riesgos asimétricos. Hay que gestionar el riesgo de forma activa. Optamos por gestores muy activos de sesgo conservador, a la vez que usamos productos de gestión pasiva con costes muy bajos para la parte de generación de rentas. Y por último, como siempre, ¡el cash is King!
Somos conscientes que nos encontramos en un entorno atípico jamás visto. Por ello trabajamos a diario por si el equilibrio “perfecto” se pudiera romper en cualquier momento.
Éste es el cuadro resumen de nuestras recomendaciones para el año 2017.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Clint Mason. ¿Qué veremos en 2017, estancamiento o recuperación?
Al comenzar 2016, hubo claramente preocupaciones legítimas sobre la sostenibilidad de la recuperación. Esto se debió a una contracción en la actividad manufacturera de Estados Unidos, lo que, a su vez, hizo que el crecimiento de Estados Unidos decepcionara en un contexto de continua debilidad en el mundo desarrollado.
Sin embargo, algunos indicios habían comenzado ya a surgir indicando que quizás no todo era fatalidad y pesimismo. En el último trimestre de 2015, los precios de las materias primas industriales comenzaron a recuperarse desde sus niveles mínimos. La debilidad persistente de los precios del petróleo tendió a oscurecer un rebote general de las materias primas, pero este fue un indicador muy rezagado. La demanda de petróleo se mantuvo sólida y los precios finalmente se recuperaron convincentemente.
La agresiva relajación monetaria y fiscal en China comenzó a dar sus frutos, deteniendo la desaceleración del crecimiento en esa economía clave. Los recientes datos en Estados Unidos apuntan a un crecimiento moderado, mientras que podemos calificar las condiciones económicas tanto en Europa como en Japón de resistentes.
Quedan obstáculos
¿Frustrarán de nuevo las fuerzas del estancamiento un repunte significativo en el crecimiento global? Ciertamente, los vientos en contra aún persisten. Los niveles de deuda y capacidad siguen siendo incómodamente altos, la demanda final es anémica y es probable que perduren los factores que causan un crecimiento inusualmente débil de la productividad.
Sin embargo, la relajación de las condiciones financieras en todo el mundo desarrollado, que comenzó a principios de 2016, está comenzando a fomentar un cambio en las tasas de crecimiento. Esto tiene potencial para desencadenar el primer repunte sincronizado en el crecimiento mundial desde la recuperación de 2010. Aunque es extremadamente improbable que cualquier recuperación del crecimiento coincida con el nivel de la que comenzó en 2000, representaría un importante cambio en la dirección.
Desde Investec, hay una probabilidad creciente de que la mejora de las métricas de crédito, las cifras constantes de gasto de los consumidores y una mejora esperada en el gasto de capital (aunque fuera baja), puedan producir un período de alivio del estancamiento económico global a más largo plazo.
Por supuesto, una evolución de este tipo estaría supeditada a la evolución de la economía china y, a pesar de los problemas estructurales a largo plazo, esperamos que el impacto de la política monetaria fiscal y expansionista estabilice el crecimiento por más tiempo de lo que prevé ahora mismo el consenso.
Otros mercados emergentes clave, como Brasil, continúan revertiendo los indicios previos de recesión, mientras que los países orientados a las reformas, como India e Indonesia, también están bien posicionados para mantener sus tasas de crecimiento en el próximo año.
Philip Saunders es co-responsable de Multi Asset Growth de Investec.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Marco Zanferrari. ¿Qué diferencias pueden presentar los mercados desarrollados y emergentes en términos de recuperación?
En los últimos años, tanto los países desarrollados como los emergentes han respondido a la larga sombra de la gran recesión de 2008 y 2009, y los ciclos en cada uno de estos mercados han sido divergentes.
La recuperación de las economías desarrolladas se ha visto perjudicada por dos factores: el lento proceso de reparación de los balances, especialmente en el sector bancario, y las diferentes consecuencias de los programas de expansión cuantitativa (QE). Estos factores se han confabulado para generar un crecimiento débil, un regreso desesperadamente lento al pleno empleo, bajo crecimiento de los salarios y electorados díscolos.
Por el contrario, las economías emergentes pusieron en marcha contundentes programas de estímulos entre 2008 y 2010. Estas medidas tuvieron tanto éxito que algunas economías, como China, Brasil y Rusia, tuvieron que dar marcha atrás y tirar del freno en 2011 y 2012. Esto ha provocado que entre 2014 y 2016 también hayan experimentado una desaceleración de sus economías, recesiones, depreciación de sus divisas y la carga de la renegociación de la deuda.
Tanto para las economías desarrolladas como para las emergentes, las perspectivas para 2017 estarán estrechamente correlacionadas con la forma en que se aborden estos diferentes problemas.
Economías desarrolladas
En EE.UU., Donald Trump asumirá la presidencia el 20 de enero de 2017, y el partido Republicano tendrá el control sobre ambas cámaras del Congreso. Trump ha propuesto medidas de estímulo tales como una rebaja de los impuestos personales y de sociedades, así como numerosos programas de inversión en infraestructuras destinados a impulsar el crecimiento y promover la repatriación del capital mantenido en el extranjero. Asimismo, tiene previsto reformar la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible (poniendo fin a los incentivos para contratar a trabajadores durante solo 29 horas a la semana), levantar las restricciones a la producción de energía (relanzando la producción de gas de esquisto, petróleo, gas natural y carbón limpio) y revisar la Ley Dodd-Frank sobre regulación bancaria. Sorprendentemente, pretende lograr una tasa de crecimiento de «al menos un 3,5% y hasta un 4%».
A pesar de cierto ahorro que podría provenir de una reducción de las cargas reglamentarias y la cancelación de las aportaciones de EE.UU. a los programas de la ONU sobre cambio climático, todo apunta a que el déficit fiscal estadounidense se ampliará, como ya ocurrió con la presidencia de Ronald Reagan. Más allá de producir esos ahorros, los déficits fiscales solo pueden financiarse con impuestos, tomando prestado o creando dinero nuevo y crédito (como se ha visto con los estímulos fiscales de China en el período 2008-2010).
Dado que la vía fiscal queda automáticamente excluida y que la Reserva Federal de EE.UU. no cooperará en una impresión de billetes sin motivos justificados, el endeudamiento se convierte en la única solución para financiar dichos déficits. Inmediatamente después del resultado electoral, los rendimientos de los bonos comenzaron a repuntar, las expectativas de inflación están mejorando y el dólar se ha apreciado.
En cuanto a sus relaciones con el exterior, Trump ha afirmado que renegociará el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), se retirará del Acuerdo Transpacífico (TPP) e impondrá aranceles elevados a países que «manipulan las divisas» para detener la entrada de acero subvencionado ilegalmente y otros materiales industriales fundamentales a precios por debajo del mercado. También tiene previsto disuadir a las empresas estadounidenses de deslocalizar puestos de trabajo. Con ello, Trump pretende restablecer el empleo en los sectores manufactureros, minero, maderero, acerero, del aluminio y otras industrias pesadas.
El programa de Trump está destinado a recomponer las fortalezas centrales de la economía mejorando sustancialmente la situación de las empresas y los hogares estadounidenses. Preveo un repunte del producto interior bruto (PIB) hasta el 2,5% y que el índice de precios al consumo (IPC) alcance el 2,1% en 2017.
En Europa, el panorama es mucho menos positivo. El lento avance en el proceso de resolución bancaria, la debilidad del programa de QE del Banco Central Europeo (BCE) y la consiguiente pendiente hacia tipos de interés negativos son algunos de los problemas que impiden que la economía de la zona se recupere. El desempleo en el continente se ha mantenido en niveles de dos dígitos, y el crecimiento de los ingresos es insignificante. En consecuencia, tanto en la izquierda como en la derecha han aparecido movimientos políticos populistas y xenófobos que vienen a perturbar el panorama político.
Dado que el próximo año los gobiernos de centro derecha o centro izquierda de Italia, Holanda, Francia y Alemania se enfrentan a referéndums o elecciones, el riesgo de que se produzcan nuevos cambios drásticos es significativo. En algún momento, uno o más de estos electorados podrían aplastar a las élites gobernantes y plantear una amenaza existencial al orden establecido, la Unión Europea (UE) o incluso la zona euro. En mi opinión, el crecimiento del PIB real probablemente se mantendrá en torno al 1,5% en el mejor de los casos, y la inflación no alcanzará el objetivo «cercano, pero por debajo del 2%» fijado por el BCE.
La economía británica ha tenido un comportamiento relativamente positivo en comparación con la de la UE, y se ajusta al modelo estadounidense de reparación gradual de los balances respaldada por inyecciones de liquidez conforme a un programa de QE. El crecimiento el PIB real se ha situado en una media del 2,3% desde 2013, y –a diferencia de lo que hemos visto en la zona euro–, la deflación no ha sido un problema. No obstante, el voto a favor del Brexit celebrado en junio de 2016 ha amenazado a Reino Unido con la pérdida del acceso a la zona de libre comercio de la UE, caídas en la inversión extranjera directa y un posible golpe importante al estatus de Londres como capital financiera de Europa.
De momento, la mayor parte de los efectos se han reflejado en la caída del 14% que ha experimentado el índice ponderado por el comercio de la libra esterlina, pero cuando comiencen las negociaciones formales con la UE en marzo de 2017, la divisa podría fácilmente seguir perdiendo terreno. Dichos descensos incrementarían los precios de las importaciones y se trasladarían al IPC, lo que lastraría el crecimiento real de los salarios. Dado que el gasto en consumo representa el 65% del PIB de Reino Unido, el crecimiento económico se desaceleraría notablemente. Preveo un crecimiento del 1,4% y un IPC del 2,5%.
En Japón, al igual que en la zona euro, la reparación de los balances de los bancos y las reformas estructurales han sido lentas, y el impacto del programa de «expansión cuantitativa y cualitativa» (QQE) ha sido muy inferior a lo esperado. Por consiguiente, el crecimiento ha sido débil y la reiterada deflación ha constituido un problema persistente. Las políticas económicas del primer ministro Shinzo Abe, conocidas como «Abenómica», no han estado a la altura de las expectativas, y las perspectivas para 2017 apenas son mejores que para 2016. Preveo un crecimiento del PIB real del 0,7% y unos precios al consumo planos en general.
Economías emergentes
Entre las economías emergentes, el exceso de creación de crédito y de apalancamiento entre 2008 y 2010 hizo necesario poner en marcha un proceso correctivo que transcurrió desde 2013 hasta 2015, especialmente en Brasil, Rusia, India y China. Aparentemente, esa fase finalizó en 2016, como pone de manifiesto el hecho de que los precios de las materias primas tocaran fondo y comenzado una moderada tendencia alcista en la primera mitad del año, junto con las renovadas entradas de capital en las economías de mercados emergentes. No obstante, China constituye una notable excepción, ya que en 2014 se embarcó en otro episodio de expansión del crédito.
Dado que China es, con diferencia, el mercado emergente más grande y el principal comprador de materias primas en los mercados mundiales, el repunte renovado del crecimiento del crédito podría provocar otro episodio de inflación. Esto no solo desbarataría el ajuste de China hacia un modelo de crecimiento más orientado al consumo, sino que también tendría graves repercusiones en otros mercados emergentes, especialmente los productores de materias primas y las economías de Asia Oriental fronterizas con China.
Hasta ahora, el crecimiento excesivo del crédito en China parece estar confinado en gran medida dentro de los sectores financiero y público, pero hay señales preocupantes de que la explosión del crédito comienza a extenderse a la economía en general. En primer lugar, se han producido una serie de mini burbujas en los mercados de renta variable (2014 y 2015), así como en los mercados de la vivienda y de materias primas.
En segundo lugar, las grandes empresas industriales del Estado (SOE) han registrado un fuerte repunte tanto del crecimiento como de los beneficios. Por último, los precios a la producción, que habían registrado caídas durante cuatro años consecutivos, comenzaron a repuntar de nuevo en octubre. Cuanto antes aborden las autoridades chinas estos problemas, menos daño habrá para la economía y el empleo, pero si hay nuevos retrasos, el ajuste, cuando finalmente se produzca, será más brusco.
Uno de los grandes interrogantes para 2017 es de qué forma exactamente abordarán las autoridades chinas el problema (ya sea con medidas represivas y controles directos, o restringiendo el crédito y permitiendo que las fuerzas del mercado transmitan los ajustes necesarios).
Pixabay CC0 Public DomainPhoto: AnaGuzzo, Flickr, Creative Commons.. Spain Is Open for Business: Politics Aside, Spain Offers an Appetizing Opportunity for Investors
2016 ha sido un año difícil para España. Después de dos elecciones y diez meses sin gobierno, el Partido Popular de centro-derecha, encabezado por Mariano Rajoy, pudo finalmente tomar las riendas del poder. La fragilidad del gobierno, que no tiene la mayoría parlamentaria, hace que incluso podría llegarse a convocar una tercera llamada a las urnas. A pesar de este tumultuoso contexto político y sin hacer mucho aspaviento, la economía española ha conocido una auténtica expansión. El FMI estima que su crecimiento en 2016 ha sido del 3,1%, convirtiendo a España en la envidia del mundo desarrollado.
La recuperación de su economía desde la profunda recesión financiera de 2008 se debe en parte al fuerte impulso del mercado de private equity. El país registró un récord de 72 acuerdos en esta industria en 2015, por un total de 2.000 millones de dólares, según el servicio de investigación Preqin.
Sin embargo, aunque el número de transacciones alcanzó un máximo histórico, el volumen en dólares fue el más bajo de los pasados cinco años, lo que refleja que ahora son las pequeñas y medianas empresas las que invierten en private equity. También son justamente estas compañías las que hoy ofrecen las oportunidades de crecimiento más atractivas.
Los inversores están empezando a prestar atención. En 2015, se obtuvo una cifra récord de 1.270 millones de euros con el cierre de nuevos acuerdos de private equity, siempre según Preqin. Hoy por hoy España cuenta con 25 fondos de capital riesgo que suman 3.600 millones de euros de capital objetivo.
Aun así, el mercado es pequeño comparado con su potencial. Esos 3.600 millones de euros representan sólo el 0,3% del Producto Interno Bruto (PIB) de España, mientras que los 1.340 billones de dólares de capital objetivo en EE.UU. corresponden aproximadamente al 7% de su PIB.
Si tuviera que nombrar qué inversiones de private equity me parecen más prometedoras, encabezarían mi lista aquellas empresas que pueden ser consideradas como disruptivas, bien por sus novedosos productos o por su manera de hacer las cosas. Y el hecho es que muchas de dichas compañías se ubican en España.
¿Cuáles son? Es más fácil que las empresas de pequeño tamaño, más ágiles, puedan crear disrupción. Aparte de ofrecer mayores perspectivas de crecimiento, estas empresas suelen ofrecer valoraciones más atractivas que las grandes y a menudo no son tan perseguidas por los principales fondos de inversión.
Los sectores de la economía española donde la disrupción ha florecido incluyen las telecomunicaciones, el transporte, la tecnología médica, la biotecnología, la educación y el sector inmobiliario.
En lo que se refiere a las telecomunicaciones, veo especiales oportunidades en jóvenes empresas cuyos servicios complementan la oferta tradicional de operadores de cable y satélite.
En el ámbito de la tecnología médica, hay dos factores decisivos en la prestación innovadora de servicios sanitarios. El primero es el aumento de los costos de la atención médica. El segundo es la preocupación por la seguridad del paciente. En ambos casos, la tecnología juega un papel clave.
He aquí algunos ejemplos recientes de inversiones de private equity en pequeñas y medianas empresas disruptivas españolas de las dos industrias que arriba mencionaba:
· GPF Capital adquirió una participación mayoritaria en la empresa de telecomunicaciones Acuntia que se dedica al diseño, integración y mantenimiento de redes de comunicación, lo que incluye arquitectura de red, colaboración en video, seguridad y movilidad, y centros de datos
· Magnum Capital compró una participación en el capital de Orliman, fabricante y distribuidor de dispositivos ortopédicos no invasivos para las extremidades y el torso, productos que se utilizan en la prevención de lesiones, tratamiento de enfermedades crónicas y recuperación de lesiones postquirúrgicas u otras
· Eneas Alternatives Investments, de la que soy socio, se hizo con el control de Lug Healthcare Technology, una empresa de tecnología médica que ha desarrollado un proceso trazable y sin igual destinado a evitar el error humano tanto en la prescripción, la administración como la gestión del inventario de fármacos en hospitales.
En España hay incontables empresas similarmente disruptivas de industrias en crecimiento. Además, se combinan en este pais dos hechos procipios. Por un lado muchas de estas compañías están deseando contar con un capital que la prolongada recesión ha hecho difícil circular. Por otro lado si se compara con EE.UU., entre las empresas españolas de private equity, la competenciaes reducida.
Si a ello añadimos el hecho de que España cuenta con una población de casi 50 millones de habitantes con un buen nivel educativo, más grande que la de California por ejemplo, que su PIB de 1,4 billones de dólares es el cuarto más grande de Europa y que alberga a algunas de las mejores escuelas de negocios del mundo, nos encontramos con un campo de juego atractivo para el private equity.
Foto: Breakingpic / Pexels. El rally de Santa Claus
El rally de Santa Claus, también conocido como el rally de Navidad, es el aumento de precio de las acciones de las empresas, generalmente observado en las ultimas semanas de diciembre y los primeros días de enero.
Este efecto se atribuye generalmente a la anticipación de las inyecciones de capital que se dan en enero así como a muchas operaciones que se realizan antes del cierre de año fiscal (por razones de contabilidad).
Para muchos el rally únicamente es de los 2 o 3 días antes de Navidad a los 2 o 3 días después. Sin embargo, si analizamos el comportamiento de las bolsas durante todo diciembre, podemos ver el rally se adelanta o se atrasa en los distintos años. En algunos años, el rally únicamente es de 4 días, y en otros dura hasta 3 semanas.
A continuación les muestro esta gráfica donde podemos ver (mas o menos) los rallies de los últimos 20 años para la Bolsa Mexicana de Valores y para el S&P 500. Para el 2016, se muestran del 2 al 13 de diciembre.
En promedio, los rallies empezaron por ahí del 15 de diciembre y terminaron el 3 de enero… todo parece indicar que estar invertido en la bolsa durante el mes de diciembre es una buena decisión… ¿cómo ven?
Columna de BBVA Bancomer, escrita por Juan Carlos Leyva Quiroga
Pixabay CC0 Public Domain. Japan Stands To Benefit From Trump Policies
Viendo el mercado de acciones japonés el 8 de noviembre de 2016, en Nikko AM tuvimos una sensación de déjà vu por el voto de Brexit, que sorprendió al mundo en junio. Pero a medida que los resultados para el Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos se hicieron más claros, nos sentimos alentados por la aparición en escena de un nuevo presidente republicano que se beneficiará del control total del Congreso.
Además de los propios Estados Unidos, creemos que el país que más se beneficiará de las políticas que prevé la administración de Trump estaría Japón. Los tres pilares de las políticas de Trump son: reforma tributaria, desregulación y gasto en infraestructuras. Creemos que es muy probable que estas medidas sean implementadas, dado que no habrá una situación de bloqueo político en Washington.
Se espera que estas políticas impulsen el crecimiento del PIB de Estados Unidos en los próximos años y, dada la dependencia de Japón de Estados Unidos, su principal socio económico (20% del total de exportaciones, valoradas en 15 billones de yenes en 2015), el país también se beneficiará de ello.
Hacer caer el yen
En cuanto a la política monetaria de Estados Unidos, el inicio del ciclo de subidas de la Reserva Federal desde diciembre de 2015 implica que la economía estadounidense se está recuperando de forma constante. El mercado de trabajo también está mejorando, como lo demuestra la tasa de desempleo que cayó al 4,6% en noviembre de 2016, su nivel más bajo desde 2007 (antes de la crisis financiera mundial).
Es probable que los estímulos fiscales de Trump en el entorno actual provoquen un aumento de los tipos de interés, lo que dará lugar a que el dólar estadounidense se fortalezca frente al resto de divisas importantes. Si los inversores adoptan decisiones basadas en los fundamentos (es decir, si el mercado de divisas se ve impulsado por los diferenciales de tipos de interés), pensamos que la moneda que probablemente más verá caer su valor es yen japonés.
Esto se debe a que el diferencial entre los tipos de interés de Estados Unidos y de Japón se ampliará a medida que los tipos de interés de Estados Unidos aumenten y los de Japón se mantengan anclado en un nivel bajo debido al nuevo marco de políticas del Banco de Japón. Bajo ese marco, introducido en septiembre de 2016, el banco central se compromete a mantener la rentabilidad del bono a 10 años en alrededor del 0% a través de su política de control de la ‘curva de rendimiento’.
Dado que un dólar estadounidense excesivamente fuerte puede afectar a las ganancias de los exportadores estadounidenses, la fortaleza «unilateral» del dólar podría desencadenar una intervención política. Dicho esto, Estados Unidos ya tiene un gran déficit comercial, y un dólar estadounidense más fuerte se traducirá en menores precios de importación, impulsando el nivel de ingresos disponibles. Esto probablemente tendrá un impacto positivo en el crecimiento del PIB estadounidense.
Perspectivas para la renta variable japonesa
En cuanto a la tendencia de las ganancias corporativas para Japón, los ingresos y beneficios interanuales cayeron por primera vez en cinco años en la primera mitad del año fiscal (abril a septiembre de 2016) debido al fortalecimiento del yen desde 112,57 yenes por dólar a 101,35 yenes por dólar.
Sin embargo, a pesar de la fortaleza del yen, el margen de beneficio neto está en alza y está a punto de superar las expectativas del mercado alcanzando un máximo histórico este año fiscal (finalizado en marzo de 2017) gracias a los agresivos esfuerzos de reducción de costes de las empresas. Como las principales compañías siguen asumiendo un cambio dólar/yen de alrededor de 100-105, si el yen sigue más débil de lo que estas empresas esperan (por encima de 110), esperamos que el crecimiento del beneficio por acción se acelere, haciendo subir el mercado. Creemos que esto es especialmente probable dado que los recientes movimientos de la divisa moneda han sido muy rápidos.
En términos de valoración, el PER para el conjunto del mercado TOPIX es atractivo. De hecho, a finales de septiembre de 2016, los múltiples cayeron por culpa de los inversores extranjeros (véase Gráfico 3), ya que el fortalecimiento del yen desencadenó escepticismo sobre las políticas económicas del gobierno, conocida como ‘Abenomics’. Hasta ese mes, los inversores extranjeros vendieron el equivalente a seis billones de yenes interanuales netos en acciones japonesas, la mayor cifra desde que la Bolsa de Tokio comenzó a recopilar estos datos en 1982.
Sin embargo, con los rendimientos a nivel mundial cayendo y el yen debilitándose ahora frente al dólar estadounidense, los inversionistas extranjeros han vuelto a comprar hasta dos billones de yenes netos en acciones solo entre octubre y noviembre. Las condiciones de oferta/demanda en el mercado están claramente mejorando. El programa del Banco de Japón para la compra de ETFs se amplió a seis billones de yenes anuales en julio pasado y también esperamos alrededor de seis billones de yenes anuales en recompras corporativas este año fiscal.
Por último, creemos que una mejora más amplia en el gobierno corporativo de las empresas japonesas se traducirá en mayores precios de las acciones. Entre los éxitos significativos de Abenomics se encuentra la implementación del Código de la Administración de Japón en 2014 y del Código de Gobierno Corporativo de Japón en 2015. Algunos años después de la introducción de estos códigos, estamos viendo un cambio significativamente positivo en la forma en que los máximos directivos se están involucrando con los accionistas. Creemos que, de aquí en adelante, esta tendencia sólo se acelerará. Se espera que el Código de Administración sea revisado en 2017 para mejorar el monitoreo y el compromiso de las compañías de gestión de activos para ayudar a aumentar el valor para los accionistas.
En conclusión, creemos que en un mundo cada vez más incierto, Japón ofrecerá una oportunidad convincente para los inversionistas serios.
Hiroki Tsujimura es CIO de Japón de Nikko Asset Management.
Pixabay CC0 Public Domain. El estado del asesoramiento financiero en España
Las consecuencias de la crisis financiera y económica iniciada en 2007 derivaron en la venta masiva de productos financieros, provocando una importante crisis de confianza hacia la totalidad de la industria financiera. Consecuencia de ello es que actualmente el ahorrador e inversor español exige una mayor ética, información, transparencia, cualificación y calidad en el asesoramiento financiero. Casi el 90% de los ahorradores españoles se interesa ahora más que antes por conocer las características de los productos financieros que contrata.
Además, la exigencia de una mayor regulación, mediante la entrada en vigor de MiFID II -con impactos potenciales en los incentivos, la formación de la red de distribución y el gobierno de productos- y la ESMA -con directrices sobre el alcance de conocimientos y competencias adecuados- afectarán al modelo de negocio y a la futura estrategia de las entidades financieras, favoreciendo aún más la profesionalización y la consolidación del asesoramiento financiero.
A lo anterior hay que añadir que los avances tecnológicos en la industria financiera han permitido un aumento de la información disponible para los ahorradores e inversores españoles, los cuales ya no se conforman con cualquier consejo y exigen profesionales preparados, formados y acreditados que proporcionen un verdadero valor añadido mediante un servicio totalmente personalizado. Se trata de una realidad que ha venido para quedarse, y ello supone una gran oportunidad para el reconocimiento de la profesión del asesoramiento financiero en nuestro país.
Adicionalmente, el incremento de la tasa de ahorro y las crecientes necesidades de servicios de gestión patrimonial en un entorno de bajos tipos de interés y complejidad para comprender la evolución de los mercados, se han posicionado como variables sumamente importantes.
No obstante, en la actualidad sólo un 10% de los clientes quiere un asesoramiento financiero, solo 1 millón de clientes percibe asesoramiento financiero, frente a 10 millones que reciben simplemente una comercialización de productos financieros.
Uno de los importantes retos pendientes que deberemos asumir los asesores financieros en España será la misión de fomentar una mayor educación y cultura financiera. No solamente deberemos aportar soluciones e ideas, si no que también deberemos aportar una importante labor educativa en la actual sociedad española del siglo XXI.
Prueba de todo esto son los datos obtenidos en la encuesta de EFPA España publicada el 26 de octubre de 2016, donde se refleja que el 72% de los ahorradores sigue apostando por los depósitos como un vehículo adecuado para rentabilizar sus ahorros, seguido de un 47% en fondos de inversión, un 17% en inversión inmobiliaria y un 7,40% en bonos y deuda.
Nos encontramos en un entorno de transición donde el ahorrador español deberá convertirse en inversor y necesitará nuestra ayuda para tomar mejores decisiones de ahorro e inversión, aprovechando mejor las oportunidades que le permitan conseguir sus objetivos y mejorando su salud financiera.
La palabra crisis viene del griego y significa «cambio»; este nuevo paradigma presenta una gran oportunidad para que el asesoramiento financiero siga creciendo, consolidándose como una profesión con mayor prestigio y por tanto altamente reconocida.
Columna de Alicia Egido Littleton, agente financiera ymiembro de la European Financial Planning Association.