Asia, el mundo del mañana

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Asia, el mundo del mañana
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Khairul Nizam. Asia, el mundo del mañana

Cuando nos referíamos a Asia, la abreviatura I+D solía referirse a «Imitación y Duplicados», pero esto ha cambiado. Hoy, las empresas asiáticas están a la vanguardia en Investigación y Desarrollo de tecnología orientada, sobre todo, a smartphones, realidad aumentada y virtual, casas inteligentes, inteligencia artificial, y vehículos eléctricos y autónomos. En Mirabaud Asset Management creemos que los inversores podrán beneficiarse si optan por empresas tecnológicas asiáticas expuestas a estas cinco áreas clave.

En los últimos años, los fabricantes chinos de smartphones han aumentado sistemáticamente su cuota en el mercado mundial a costa de los dos participantes principales, Apple y Samsung Electronics. Empresas como Huawei, Vivo y Oppo, relativamente desconocidas fuera de Asia hasta hace pocos años, suman hoy una cuota de mercado mundial que supera tanto a Apple como a Samsung. No es de extrañar si se piensa que estas tres empresas chinas y otras como ellas (Xiaomi, ZTE, Lenovo…) venden modelos similares o de características superiores a precios mucho más bajos que los productos estrella de Apple y Samsung. En Mirabaud, para aprovechar el auge de los fabricantes de smartphone asiáticos, hemos optado por invertir en empresas de nicho chinas, taiwanesas y coreanas que fabrican los componentes más punteros.

La realidad aumentada (RA) y la realidad virtual (RV) son dos áreas tecnológicas relativamente nuevas que ofrecen grandes oportunidades para empresas asiáticas tanto de hardware como de software. Por ejemplo, Lenovo se ha asociado con Google para incorporar Tango, una nueva tecnología de Google que permite utilizar juegos de RA y otras funciones. Asimismo, Samsung Electronics está acercando la RV al público en general. Por unas 100 libras (unos 120 euros), la empresa coreana ofrece los auriculares Samsung Gear VR que, combinados con un dispositivo Samsung, ofrecen al usuario una experiencia de RV de alta calidad a un precio relativamente bajo. 

La casa inteligente supone una oportunidad especialmente atractiva para las empresas asiáticas. Por ejemplo, y de nuevo, Samsung Electronics es el primero en ofrecer un frigorífico con congelador inteligente que, dotado de cámaras, fotografía los alimentos que hay en su interior cada vez que las puertas se cierran. Las imágenes pueden verse en la aplicación Samsung Smart Home, de forma que al estar haciendo la compra se puede consultar lo que hay en el frigorífico en ese momento. Pero hay más ejemplos, como el altavoz y asistente personal controlado por medio de la voz de Amazon, llamado Echo. Se calcula que Amazon ya ha vendido 10 millones de unidades de Echo, a pesar de haberlo lanzado solo en tres países. En Mirabaud, hemos invertido en el fabricante taiwanés del altavoz que va incorporado en Echo. 

También en inteligencia artificial

Las empresas asiáticas también están realizando grandes inversiones para liderar la investigación en inteligencia artificial (IA).  Baidu, por ejemplo, la empresa de búsqueda por Internet más grande de China, orienta sus actividades en IA, como reconocimiento de voz, síntesis de voz y reconocimiento facial, a la mejora continua de su negocio central de búsquedas por internet.

En el futuro, creemos que los vehículos eléctricos y autónomos irán ganando terreno. Los inversores globales podrían plantearse invertir en empresas de mercados desarrollados para aprovechar esta tendencia.  Nosotros, en cambio, hemos preferido invertir en empresas asiáticas que realizan componentes esenciales asociados a ella, como baterías de vehículos eléctricos, arneses de cables, cajas de cambio, estaciones de carga o cámaras para vehículos autónomos.  

En Mirabaud Asset Management, tenemos, así, una importante exposición a empresas tecnológicas asiáticas, tanto en fondos de Asia (excluido Japón) como de mercados emergentes globales. De hecho, en ambos fondos el sector más sobreponderado es el tecnológico. 

En nuestros viajes de investigación a Asia, hemos identificado una serie de empresas que tienen exposición a una o varias de estas cinco áreas clave de crecimiento. Como gestores boutique realmente activos, gestionamos carteras concentradas de unos 40 títulos. Ambos fondos tienen una gran exposición a acciones tecnológicas de pequeña y mediana capitalización no indexadas que están creciendo rápidamente gracias a numerosos y atractivos desarrollos tecnológicos.

Dan Tubbs es responsable del equipo de Mercados Emergentes Globales de Mirabaud Asset Management.

¿La vuelta al ‘value’ en Europa es temporal o ha llegado para quedarse?

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¿La vuelta al ‘value’ en Europa es temporal o ha llegado para quedarse?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Oliver Bruchez. ¿La vuelta al ‘value’ en Europa es temporal o ha llegado para quedarse?

Durante un largo periodo de tiempo hemos estado operando en un entorno donde los inversores se han decantado por  títulos europeos de calidad «a cualquier coste», en detrimento de las alternativas. El estilo growth lleva eclipsando al value desde 2007 y la persistencia de los tipos de interés bajos ha reducido las rentas que brindan otros activos, como los instrumentos líquidos y la renta fija.

Dicha evolución impulsó el atractivo de las acciones que, según los inversores, podrían ofrecer una rentabilidad robusta y fiable, principalmente, las denominadas «FANG» (Facebook, Amazon, Netflix y Google). El carácter sostenido y duradero de este sesgo favorable al crecimiento ha propiciado que la elasticidad de la relación entre los precios de los activos de crecimiento y sus homólogos de valor llegara a niveles extremos.

Sin embargo, durante el segundo semestre de  2016, asistimos a una  notable variación del entorno y numerosos valores de crecimiento de calidad que considerábamos que presentaban precios excesivos a comienzos del año pasado se ajustaron a la baja, mientras que ámbitos más cíclicos del mercado, como los sectores energético y financiero, subieron con fuerza.

Los motivos de esta evolución son diversos pero giran en torno a tres factores: el auge del populismo, que ha llevado a los gobernantes a relajar la austeridad; las expectativas de que se adopten estímulos presupuestarios a largo plazo; y la debilidad estructural de los mercados de renta fija, como resultado de una titularidad excesiva, que se une a la posibilidad de que se eleven los tipos de interés (y regrese la inflación).

¿Dónde podemos encontrar valor en la actualidad?

Numerosos analistas esperaban que el reequilibrio entre growth y value siguiera adelante una vez iniciado 2017, aunque los valores de crecimiento europeos han sido, hasta ahora, la gran sorpresa gracias a su elevada rentabilidad relativa positiva.

La pregunta que debemos plantearnos ahora es si el resurgimiento del value fue un alza considerable, pero temporal, o un indicio de reequilibrio más a largo plazo. No hay garantía de que vayan a continuar las presiones reflacionarias y cabe destacar que el aumento de los salarios aún no iguala la aportación inflacionaria del encarecimiento del petróleo, factor impulsor a largo plazo de las tendencias inflacionarias. No obstante, el valor europeo sigue siendo, sin duda, una de las oportunidades de inversión más interesantes y contrarias al consenso de  2017.

Intuimos que la rentabilidad relativa positiva a largo plazo del valor goza de pleno sentido. Es posible que comprar títulos infravalorados se traduzca en ganancias con el paso del tiempo, siempre que se eviten activos problemáticos, es decir, los de aquellas empresas estancadas o con parámetros fundamentales en deterioro. Con respecto a la zona euro, confiamos en las perspectivas de sectores como el industrial y de materiales, excluyendo consumo básico y telecomunicaciones, y hacemos especial hincapié en los mercados centrales de Francia y Alemania. A escala paneuropea, excluido el sector industrial, percibimos un abanico más amplio de oportunidades en TI, así como ciertas perspectivas positivas en los ámbitos de servicios públicos de suministro y consumo discrecional.

Un año de teatralidad política

En lo que va de 2017, los mercados europeos han recogido el testigo de su homólogo estadounidense, pasando por alto los problemas que pueden surgir con motivo del ciclo electoral en el viejo continente. La temporada de publicación de resultados ha sido, por lo general, positiva y la volatilidad de los mercados bursátiles se encuentra en mínimos.

El año 2017 sigue cargado de citas electorales y los inversores ya fijan su atención en las presidenciales francesas como próximo hito, tras la reciente cita con las urnas en los Países Bajos. Si bien parece improbable que  Marine Le Pen —líder del Frente Nacional, partido de extrema derecha contrario a la inmigración— se haga con la presidencia, basta con fijarse en el desplome de la popularidad de François Fillon, favorito hasta hace poco, para comprender que la situación puede cambiar rápidamente.

Sin embargo, la volatilidad de los mercados bursátiles no es algo de lo que asustarse, pues ofrece una oportunidad para identificar empresas de calidad que cotizan a precios atractivos, así como la posibilidad de participar en una recuperación de las cotizaciones más a largo plazo.

Desde un punto de vista racional, invertir en valor exige un horizonte más a largo plazo y es importante que los inversores eviten juzgar a las empresas basándose en la percepción o en tendencias impredecibles del mercado a corto plazo. Centrándose en un análisis exhaustivo de los datos de los valores y los mercados, consideramos que es posible detectar aquellas empresas que presentan un potencial infravalorado o que se ha dejado pasar durante el ciclo del mercado.

Nick Sheridan es gestor de renta variable europea de Henderson.

La historia de las tres D

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La historia de las tres D
Pixabay CC0 Public Domain. La historia de las tres D

Las “tres D” representan tendencias seculares que explican por qué hoy vivimos en un mundo de bajos tipos de interés. En efecto, las condiciones financieras acomodaticias que han propiciado los bancos centrales con sus respectivas políticas monetarias se deben a la conjunción de estas tres realidades: desendeudamiento, demografía y digitalización.

Empecemos por la primera de ellas. En los últimos años, tanto a este lado del Atlántico como en Estados Unidos los países han acumulado voluminosos niveles de deuda. Por ello, ahora se encuentran en una situación en la que están intentando controlar dichos volúmenes, pues reducirlos resulta muy complicado. Si volvemos la vista atrás y analizamos momentos históricos  que también se hayan caracterizado por altos niveles de endeudamiento, encontramos en la Gran Bretaña de la primera mitad del siglo XIX uno de los ejemplos más representativos. Tras las guerras napoleónicas, la reina Victoria asumió el trono en 1836 en un momento en el que el ratio deuda/PIB del país ascendía al 230%. Con una clara influencia de mentalidad germana gracias a la nacionalidad de su marido, la reina hizo de la contención de la deuda uno de sus grandes objetivos. Sin embargo, llevo al país cerca de 70 años poder reducirla y durante dicho tiempo los tipos permanecieron en niveles reducidos.

Regresando al presente, nos encontramos hoy en Europa en una situación bastante similar, pero en la que los gobiernos no pueden limitar la deuda pública pues han de hacer frente al desafío que supone una población envejecida. Y es aquí cuando surge nuestra segunda D: la demografía. El envejecimiento de la población supone un claro reto para las administraciones y lo es en dos vertientes.  Por un lado implica una subida de los costes sanitarios en los que debe incurrir para atender adecuadamente a dichos ciudadanos y al mismo tiempo conlleva un aumento del gasto en pensiones. Al prolongarse la longevidad, esto tiene su traslación directa en el número de años que un individuo recibe dicha prestación. Para ejemplificarlo de forma más clara, un estudio de Moody´s ha estimado que  en base a este escenario, el ratio deuda/PIB de los países desarrollados podría incrementarse de media de entre un 2% y un 4% anual.

Se trata de dos fuerzas muy poderosas porque por un lado, como veíamos, la reducción de la deuda es una tarea que lleva muchos años, pero además, por otro, la existencia de una población más envejecida repercute directamente en el consumo. De forma paralela, al intentar controlar el ratio deuda/PIB los gobiernos dejan de invertir en otras áreas de la economía, lo que redunda en una menor creación de puestos de trabajo. En consecuencia, si se reduce el número de personas que forman parte del mercado laboral esto inevitablemente se trasladará también a las cifras de consumo. Y es aquí donde llegamos a la tercera D (digitalización) y donde el círculo se cierra.

Dejando a un lado los efectos positivos que han traído consigo las nuevas tecnologías y la digitalización, no cabe duda de que actualmente están teniendo un claro impacto en la destrucción de puestos de trabajo. Pensemos en actividades tan cotidianas como reservar las vacaciones. Frente a los pocos que todavía siguen prefiriendo visitar su agencia de viajes, la gran mayoría opta por hacerlo por internet comparando multitud de opciones entre diferentes páginas, lo que a su vez tiene un claro efecto deflacionista pues la opción elegida es, en la gran mayoría de los casos, la más interesante en relación al coste. Otro claro ejemplo lo encontramos en el sector de los bancos. La banca electrónica está ganando cada vez más protagonismo en la sociedad, sobre todo entre los estratos de población más jóvenes, lo que ha dado lugar a una drástica reducción del número de sucursales bancarias y en consecuencia de puestos de trabajo.

Por tanto, nos encontramos ante la conjunción de tres tendencias que, estrechamente vinculadas entre sí, dan lugar a un escenario, al menos en el caso europeo, en el que no prevemos un repunte significativo de la inflación y en el que los tipos de interés tampoco subirán mucho. 

Tribuna de Mondher Bettaieb, director de Crédito Corporativo en Vontobel AM

China: una nueva economía basada en la innovación

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China: una nueva economía basada en la innovación
Pixabay CC0 Public DomainChristels. China: una nueva economía basada en la innovación

Hace pocos días que hemos iniciado el nuevo año chino, el año del gallo, según el calendario lunar. Comenzó el 28 de enero y es el signo predispuesto al triunfo y al éxito, basado en el trabajo duro y la paciencia. Estos dos últimos son los valores que precisamente está aplicando China para transformar un nuevo modelo de economía de producción a innovación.

El presidente chino, Xi Jinping, ha anunciado en numerosas ocasiones este camino de innovación que ha emprendido el país, para lograr un cambio estructural en su economía y alcanzar un desarrollo sostenible. Ya en 2012 anunció una estrategia de desarrollo basada en la innovación y, un año después, señaló que eliminarían todas las barreras del pensamiento y sistemas que obstaculizan la innovación. De hecho, desde entonces, la palabra “innovación” ha salido más de mil veces en los discursos públicos de Xi Jinping.

El mensaje está claro: si China quiere situarse en el centro económico del mundo, como ya lo fue en otros momentos de la historia, tiene que innovar para incrementar el valor añadido de sus productos y crear mayor valor per cápita. Lo cierto es que China es la factoría mundial desde 2010, será una nación basada en innovación en 2020 y liderará el poder científico en 2050.

El conocido debate sobre el puzzle Needham sigue haciendo su eco de vez en cuando: ¿por qué China perdió el tren de la innovación que se desencadenó en las revoluciones industriales y se quedó atrás, si fuimos los primeros que inventamos algunas maravillas históricas como la brújula, la imprenta móvil, la pólvora y el papel? China no podrá sostener su ritmo de desarrollo económico basando la hipótesis en su creciente coste laboral, un modelo productivo basado en productos de poco valor añadido, enormes problemas con el medio ambiente, aumentos en la discrepancia de ingreso entre ricos y pobres,  etc. De ahí que la innovación sea la clave para dar la vuelta a esa tendencia.

Un largo camino

Parece un cuento chino, pero no lo es. China Innova es una realidad, aunque queda mucho camino por recorrer. Por mucho que percibamos que China está compitiendo con bajo coste laboral, imitando productos de otros países e incluso utilizando competencia desleal, un experto con amplitud de miras no puede negar la existencia de una realidad tan abrumada como que China lidera el ranking de solicitud de patente global en WIPO (World Intellectual Property Organization) desde 2012, por delante de la Unión Europea y EE.UU. Se estima que la inversión de toda la sociedad china en las actividades científicas alcanzó los 1,43 billones de Yuanes en 2015, una cantidad aproximadamente de 195 mil millones de euros, según la tasa de cambio actual. Se duplicó esta cantidad en comparación con 2010, y las inversiones empresariales en I+D pesan más de 77%. Por poner algún ejemplo, empresas chinas como Huawei y ZTE están en la lista de las empresas con mayores patentes globales solicitadas, e invierten más del 10% de sus ventas anuales en I+D.

Como explica el profesor de la Universidad de Harvard, Richard Freeman, en el prólogo de The Source of Innovation in China (Palgrave MacMillan, 2015), China es número uno a nivel mundial en la cantidad de obtención de títulos de licenciado, máster y doctor en ciencia-ingeniería. También es el número uno en la exportación de productos tecnológicos. Si extendemos el concepto de innovación, podemos encontrar innovación más allá de los inventos tecnológicos, hasta los modelos de negocio, organización y estrategias. Desde el punto de vista económico y empresarial, tiene todo el sentido ya que las innovaciones tecnológicas tienen que ser capaces de convertirse en productos comerciables para alcanzar éxito en el mercado. En este sentido, las políticas de emprendimiento y cambio no tendrán límites en su alcance. Consciente de sus propias debilidades, la economía de China, con su cultura milenaria, reflexiona, aprende, e innova constantemente a todos los niveles. Con el comienzo del año nuevo, esta transformación de la economía innovadora seguirá su curso y seguro que triunfará. Como el signo del gallo, lo logrará con trabajo y paciencia.        

Columna de Yingying Zhang, profesora de CUNEF.

El cambio climático alberga oportunidades de inversión sin explorar

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El cambio climático alberga oportunidades de inversión sin explorar
Pixabay CC0 Public Domain. El cambio climático alberga oportunidades de inversión sin explorar

Las noticias en los medios de comunicación internacionales sobre diferentes temas medioambientales son cada vez más comunes; desde la contaminación de Londres hasta los dañinos niveles de monóxido de carbono que se experimentan actualmente en Shanghái, entre otras ciudades. Los políticos, la población y también los inversores somos conscientes de que los efectos del cambio climático son cada vez más preocupantes y que debemos de tomar las medidas necesarias para combatirlo, y cuanto antes sea, mucho mejor.

En el ámbito de la gestión de activos, el enfoque “cambio climático y medio ambiente” es una megatendencia que llevamos observando varios años y que ha dado lugar a un universo de inversión muy amplio, compuesto por cerca de 1.000 empresas con una capitalización bursátil de más de 5 billones de euros.

El efecto de los catalizadores de crecimiento relacionados con el cambio climático y el medio ambiente en el flujo de caja de las empresas mundiales están, a día de hoy, muy infravaloradas por el mercado. El desconocimiento y la falta de medición cuantitativa en ciertas ocasiones provoca que las inversiones relacionadas con el cambio climático se vean lastradas por la creencia de que tardan en generar rentabilidad y que dependen de subvenciones. Pero, como llevamos observando en los últimos años, eso no es cierto.

Las oportunidades relacionadas con las soluciones al cambio se clasifican en tres grupos de inversión y, entre éstos, la eficiencia de los recursos es el de mayor envergadura. Este grupo es conocido por generar rendimientos rápidamente a través del uso de redes de suministro inteligentes, movilidad sostenible, edificios inteligentes y materiales avanzados. Por otro lado, las oportunidades de inversión relacionadas con la protección del medio ambiente se centran en la gestión de residuos y en la limpieza del agua y el aire.

El resto está conformado por soluciones de energía alternativa, que desafían la creencia común de que los paneles solares y los molinos eólicos dominan el universo de inversión relacionado con el cambio climático y el medio ambiente. Las cuestiones climáticas inciden en todas las industrias y cadenas de valor, pero Nordea busca posiciones en mercados consolidados que ofrezcan productos de nicho, cuyos valores deben superar un riguroso proceso de selección antes de pasar a formar parte de la cartera de uno de nuestros fondos. De hecho, no se tienen en consideración las empresas con una calificación de criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés) inferior a B. Los fundamentales de negocio, los resultados financieros y la cultura corporativa también son factores determinantes para su selección e incorporación a nuestros porfolios.

Según los últimos datos, los valores que componen, por ejemplo, el Nordea 1 – Global Climate and Enviornmental Equity, fondo que gestiono junto a mi compañero Thomas Sorensen, registran una emisión de carbono un 40% inferior que la totalidad del mercado de renta variable y el fondo registró una rentabilidad superior a la de su grupo de homólogos según Bloomberg y la del índice MSCI Global Environment en 2016.

Otra máxima de la que no estamos de acuerdo es la de dar por hecho que la inversión en títulos relacionados con el cambio climático y el medio ambiente está orientada únicamente a los inversores con horizontes a largo plazo. Este universo de inversión es muy amplio y todavía no se ha podido analizar lo suficiente para extraer conclusiones tan determinantes. De hecho, todavía nos encontramos con muchos inversores que siguen sin comprender en qué consiste. Lo que si podemos confirmar es que aquellos inversores que se han informado debidamente y que han apostado por la inversión  a través de este enfoque podrán aprovecharse de un segmento de mercado que presenta, y parece presentar, un sólido crecimiento.

Columna de Henning Padberg, gestor del fondo Nordea 1 – Global Climate and Enviornment Equity

 

 

 

 

¿Cómo elegir a mi depositario?

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¿Cómo elegir a mi depositario?
Foto: jpcolasso, Flickr, Creative Commons. ¿Cómo elegir a mi depositario?

El depositario en los instrumentos de inversión colectivos es clave para garantizar la correcta protección del participe y que la gestora pueda ejecutar la política de inversión de forma eficiente y eficaz.

No obstante, las funciones del depositario no siempre son conocidas por todos los participantes de la industria ni por los propios participes de los instrumentos. En un número muy significativo de las ocasiones, las decisiones de inversión se toman teniendo en cuenta solo factores de rentabilidad pasada, prestigio de la gestora o confianza en el comercializador del instrumento.

El depositario del instrumento es un factor que debería ser considerado por el inversor ya que, como han demostrado casos recientes, no es neutro quién ejerce la función tanto a efectos de protección del participe en situaciones extremas como a efectos del funcionamiento de la gestora.

¿Quién elige al depositario?

La decisión de quién es el depositario de un instrumento está muy ligada a la gestora del instrumento, siendo esta quien lo elije en el caso de los fondos de inversión, los fondos de capital riesgo y los fondos de pensiones individuales.

En el caso de las sicavs, fondos de pensiones colectivos y EPSVs la decisión formal del depositario es tomada por los órganos de gobierno de estos, pero el peso de la gestora en la decisión suele ser importante, salvo en el caso de autogestión.

¿Qué variables se deben considerar para la elección del depositario?

A pesar de que la comisión de depositaría está limitada en su importe por la normativa, las comisiones medias reales que tienen los diferentes productos están habitualmente muy por debajo de los límites legales, lo que hace que para instrumentos homogéneos las comisiones de depositaría suelen tener una dispersión muy pequeña entre depositarios. Por esta razón, los factores fundamentales que se deben considerar a la hora de seleccionar al depositario deberían ser:

·      Capacidad para ofrecer un servicio custodia y liquidación de valores y efectivo acorde con la política de inversión y la gestión del instrumento.

·      Calidad del servicio que presta a las gestoras con las que desarrolla la función.

·      Capacidad de adaptación a los cambios operativos, de mercado y normativos.

·      Independencia a la hora de ejercer su función de supervisión de la gestora y capacidad operativa para complementar los controles que debe ejecutar la propia gestora.

·      Reputación del depositario ante el resto del sistema y ante los organismos supervisores.

Los beneficiados de que un instrumento tenga un depositario de calidad, independiente, solvente y con prestigio son tanto los participes como las gestoras e impacta directamente en la protección y calidad de la inversión, por lo que el inversor, adecuadamente asesorado por el comercializador, debería introducir en su matriz de decisión de una inversión quien es el depositario de la misma.

El próximo 18 de mayo se celebra en la Bolsa de Madrid la IV Jornada de Securities Services organizada por Cecabank, en la que se debatirán sobre aquellos aspectos que más afectan a la industria de la inversión colectiva. Asistirán representantes de los supervisores, reguladores, gestoras de IICs y fondos de pensiones, aseguradoras, sociedades de valores y bancos.

Columna de opinión de Javier Planelles, director del Área de Servicios Operativos de Cecabank

Las 10 mejores formas de financiar tu emprendimiento

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Las 10 mejores formas de financiar tu emprendimiento
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: yoppy. Las 10 mejores formas de financiar tu emprendimiento

Arrancar cualquier emprendimiento no es fácil. Y mucho menos cuando no sabemos cómo cubrir algunos de los costos iniciales.

Les cuento de algunas alternativas que pueden tener en cuenta:

FFF

Cuando un emprendimiento todavía es solo una idea, y no tenemos nada que garantice la devolución del dinero, solo hay 3 grupos de personas que nos pueden prestar dinero a bajo o nulo costo, o invertir en nuestro emprendimiento. En el ámbito de las start ups se los llama FFF, por la sigla en inglés de Amigos, Familia, y Tontos.

Si bien esta puede ser una fuente de financiamiento barata, hay que tener en cuenta los riesgos que implica. Si se van a poner en juego relaciones personales, hay que tratar de evitar problemas aclarando desde un principio los riesgos que está asumiendo el inversor, o la forma en que devolverás el dinero si las cosas no salen bien.

Microcréditos o créditos de capital semilla

Son otorgados por el gobierno, diferentes ONGs, y algunos bancos. Se trata de créditos de montos bajos para colaborar con emprendedores ya sea al arrancar con sus emprendimientos, o para incorporar distintas herramientas que mejoren la productividad.

Tienen la ventaja de que no necesitan garantía real, pero hay que prestar atención a las tasas de interés. Hay veces que la tasa está subsidiada por algún organismo del gobierno y por eso es baja, pero en otros casos el riesgo que asume el que otorga el crédito se ve reflejado en tasas muy altas de interés.

Consignación

Si se trata de un emprendimiento en el que venderemos productos de terceros, se puede firmar un contrato de consignación con el proveedor. En el mismo se pactará el precio de compra de los productos, la posibilidad de devolver aquellos que no se vendieron, y la fecha en la que se pagarán aquellos que si logramos vender.

Crowdfunding

Esta metodología implica la colaboración de muchas personas pero no solo en forma de préstamos de dinero o participaciones en la empresa, sino también en forma de donación a cambio de un beneficio. Este último puede ser la posibilidad de ser uno de los primeros en acceder al producto, una carta de agradecimiento, un descuento, entre otros.

Esta forma de financiamiento tuvo su auge en productos tecnológicos pero ya se utiliza para financiar desde la construcción de un edificio hasta la edición de un libro o la realización de un recital. Algunas de las plataformas más conocidas para acceder a esta forma de financiamiento o inversión son:
    Crowdear
    Sesocio
    Weeshing
    Indiegogo
    Kickstarter
    Crowdium
    Idea.me
    Kiva
    Lanzanos

Inversores ángeles

Se llama inversores ángeles a aquellos que invierten en empresas en una etapa temprana. Se los llaman así por invertir en emprendimientos de muy alto riesgo. Suelen hacerlo en montos pequeños y en muchas empresas al mismo tiempo, para que el éxito de algunas pueda compensar la pérdida total de su inversión en algunas otras. Algunos de ellos son:
    Emprear Business Angels
    Cygnus Angel Club
    Business Angels Club del IAE
    South Ventures

Clientes estratégicos

Si bien no es muy difundido como forma de financiación, muchas de las grandes empresas que conocemos hoy en día, basaron su crecimiento en invertir solo en productos o servicios ya vendidos, a veces con pagos por adelantado de los clientes. En el libro “The Customer Funded Business” John Mullins explica 5 distintas aproximaciones que algunos emprendedores utilizaron para lograr esto.

Incubadoras o aceleradoras

Estos organismos no solo permiten financiar tus gastos iniciales con dinero, sino también proveen de muchos de los servicios que podrías necesitar al empezar un emprendimiento como mentorías, espacio físico, herramientas, experiencia y contactos. Pueden encontrar muchas información sobre programas de aceleración en el sitio Fundacity. Por otro lado, si prefieren ver un poco más sobre algunas de las incubadoras más conocidas, estas son:
    Scalabl
    54 Ventures
    NxtpLabs
    Wayra
    Incutex
    Emprear
    Fide
    Incubacen
    Incubatec
    LP Hub
    Socialab

Bartering

Consiste en brindar algunas horas de trabajo semanales a una empresa, a cambio de la utilización de instalaciones o herramientas que ella tenga.

Gobierno

Los gobiernos nacionales, provinciales, y municipales, suelen tener diversos programas para ayudar a financiar sus primeros pasos a los emprendimientos y pymes. En argentina podemos ver en el sitio web del ministerio de producción los distintos programas disponibles.

Capital propio

Si ya probaste las hipótesis que tenías antes de empezar tu emprendimiento, y podés estimar con un nivel aceptable de certidumbre los resultados de tu inversión, no es mala idea usar algunos ahorros que pensábamos destinar a un gasto. Después de todo, como dicen, “un auto o unas vacaciones no te van a dar una empresa, pero una empresa te puede dar algún día varios autos o vacaciones.”

Columna de Jonatan Kon Oppel

¿Cuáles son los países con quienes EE.UU. tiene el mayor déficit comercial?

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¿Cuáles son los países con quienes EE.UU. tiene el mayor déficit comercial?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: DonkeyHotey. ¿Cuáles son los países con quienes EE.UU. tiene el mayor déficit comercial?

Donald Trump solicitó se hiciera un análisis a fondo de las causas del déficit en cuenta corriente (bienes y servicios) de Estados Unidos y qué países lo afectan más. Para empezar, le tendrán que informar que EE.UU. tiene un déficit en cuenta corriente desde 1975, mucho antes que se firmara el TLCAN, y ello se debe a que como el ahorro interno es insuficiente para financiar la inversión requieren de ahorro externo, que es sinónimo de tener déficit en cuenta corriente.  Asimismo, le explicarán que el máximo del déficit en cuenta corriente de EE.UU. fue de 762.000 millones de dólares y se registró en 2006, cuando el republicano George Bush era el presidente.

En 2016 el déficit de EU en cuenta corriente fue de 502.000 millones, resultado de un superávit de servicios (financieros, tecnológicos, turismo, etc.) de 250.000 millones y un déficit de bienes de 750.000 millones y lo que más importaron fueron coches, petróleo y celulares.  Si EE.UU. quiere importar menos bienes los tiene que fabricar de mejor calidad y a menor precio, pero ello no se logrará mientras el dólar se aprecie, como lo hizo durante el último año, y sus costos de fabricación no se reduzcan.

De los 5 socios comerciales más importantes de EE.UU., en 2016 el mayor déficit de bienes lo tuvo con China y fue por 347.000 millones, le compró 462.000 millones y le vendió tan solo 116.000 millones.  En tamaño de déficit le sigue Japón con 69.000 millones, a quien le exportó 63.000 millones, y en tercer lugar el déficit más grande se registró con Alemania con 65.000 millones y a quien le vendió 49.000 millones.  Hay que resaltar que Estados Unidos no tiene firmado tratados de libre comercio con ninguno de esos tres países, por lo que no se puede concluir que los tratados de libre comercio son la principal causa del déficit de EE.UU..

Los siguientes socios comerciales de EE.UU. son México y Canadá, con México tuvo en 2016 un déficit de 63.000 millones, una quinta parte del déficit con China, y le exportó a México 231.000 millones, o sea el doble que a China y más de lo que les vendió a China, Japón y Alemania juntos.  Con Canadá tuvo un superávit de 11.000 millones y le vendió 267.000 millones.

Por lo tanto, si el objetivo de EE.UU. es reducir el déficit comercial, tendrá que iniciar por reducir sus importaciones de los países que mayor déficit le causan y con quienes no tiene tratados de libre comercio.  Adicionalmente, limitar las importaciones de México y Canadá le pueden perjudicar, porque la integración de las 3 economías generadas por el TLCAN es de tal magnitud, que las importaciones que realiza un país son insumo para sus exportaciones, lo que implica que limitar las compras del exterior le acaba disminuyendo las exportaciones.

Si realmente EE.UU. desea reducir el déficit comercial tiene que atacar las raíces del mismo, generar mayor ahorro interno, tener un dólar menos fuerte (que se deprecie el dólar), reducir sus costos de producción y aumentar la calidad de sus productos.  Si no hace dichos cambios, no va a ser posible ver en las carreteras americanas circular más automóviles norteamericanos en lugar de los japoneses, coreanos y alemanes, quienes les han ganado el mercado vía precios y calidad.

Columna de Francisco Padilla Catalán

Gobernanza de productos e incentivos: los detalles que concreta la Directiva Delegada que complementa MiFID II publicada el pasado viernes

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Gobernanza de productos e incentivos: los detalles que concreta la Directiva Delegada que complementa MiFID II publicada el pasado viernes
Foto: Technologies, Flickr, Creative Commons. Gobernanza de productos e incentivos: los detalles que concreta la Directiva Delegada que complementa MiFID II publicada el pasado viernes

El Diario Oficial de la UE publicó el pasado viernes la Directiva Delegada 2017/593, de 7 de abril de 2016, que complementa MiFID II. Esta Directiva Delegada resuelve muchas de las dudas que aún sobrevolaban en la aplicación de la directiva de instrumentos financieros e incluye novedades importantes en materia de gobernanza de productos e incentivos.

En materia de gobernanza de productos, la Comisión considera que se deben aplicar estas normas tanto para productores como para distribuidores cuando una empresa de servicios de inversión cree, desarrolle, emita o diseñe instrumentos financieros e intervenga también en la distribución de tales productos.

Asimismo, y a la luz de los requisitos dispuestos en MiFID II y en aras de la protección de los inversores, las normas en materia de gobernanza de productos deben aplicarse a todos los productos vendidos en mercados primarios y secundarios, con independencia del tipo de producto o servicio prestado y de los requisitos aplicables en el lugar de la venta. Sin embargo, tales normas pueden aplicarse de manera proporcionada, dependiendo de la complejidad del producto y del grado en que pueda obtenerse información públicamente disponible, teniendo en cuenta la naturaleza del instrumento, el servicio de inversión y el mercado destinatario. Por proporcionalidad debe entenderse que estas normas pueden ser relativamente simples para determinados productos sencillos distribuidos en régimen de mera ejecución, cuando tales productos sean compatibles con las necesidades y las características del mercado minorista general.

Para el funcionamiento eficiente de las obligaciones en materia de gobernanza de los productos, los distribuidores deben informar periódicamente a los productores de su experiencia con los productos. Aunque los distribuidores no deben estar obligados a informar de cada venta a los productores, sí deben proporcionarles los datos necesarios para que puedan revisar los productos y comprobar que siguen siendo conformes con las necesidades, características y objetivos del mercado destinatario que hayan definido. La información pertinente puede incluir datos relativos al importe de las ventas fuera del mercado destinatario del productor, un resumen de los tipos de clientes, una síntesis de las reclamaciones recibidas o las respuestas obtenidas tras plantear las preguntas propuestas por el productor a una muestra de clientes.

Finalmente, en materia de gobernanza de producto, la Directiva Delegada impone a las empresas de servicios de inversión la obligación de identificación y evaluación debida de las circunstancias y las necesidades de los clientes en los que se pretendan centrar a la hora de ofrecer o recomendar productos. Asimismo, les obliga a revisar periódicamente los productos de inversión que ofrecen o recomiendan y los servicios que prestan, teniendo en cuenta todo evento que pueda afectar sustancialmente al riesgo potencial asociado al mercado destinatario identificado.

Incentivos

En materia de incentivos, MiFID II ya restringió la posibilidad de que las empresas perciban o paguen incentivos. No obstante, la Comisión señala que solo deben abonarse o cobrarse honorarios, comisiones o beneficios no monetarios cuando lo justifique la prestación de un servicio adicional o de nivel superior al cliente pertinente. Puede tratarse de proporcionar al cliente asesoramiento en materia de inversión sobre una amplia gama de instrumentos financieros que le convengan, incluido un número apropiado de instrumentos de proveedores terceros de productos, y el acceso a tales productos, o de proporcionarle asesoramiento no independiente combinado bien con una oferta para evaluar, con una periodicidad mínima anual, si los instrumentos financieros en los que haya invertido siguen conviniéndole, o bien con otro servicio continuo que probablemente le resulte de valor.

También puede tratarse, en el área de los servicios distintos del asesoramiento, de proporcionar al cliente acceso, a un precio competitivo, a una amplia gama de instrumentos financieros que probablemente satisfagan sus necesidades, incluido un número apropiado de instrumentos de proveedores terceros sin vínculos estrechos con la empresa de servicios de inversión, junto con, por ejemplo, la provisión de herramientas de valor añadido, como instrumentos de información objetiva, que ayuden al cliente de que se trate a adoptar decisiones de inversión o le faculten para el seguimiento, la modelación y el ajuste de la gama de instrumentos financieros en los que haya invertido. El valor de las mejoras de la calidad antes referidas que la empresa de inversión proporcione a los clientes receptores del servicio pertinente ha de ser proporcional a los incentivos percibidos por dicha empresa.

En este sentido, la Comisión también señala que para que las empresas de servicios de inversión establecidas en la Unión Europea puedan cumplir el requisito de no aceptar ni retener honorarios, comisiones u otros beneficios monetarios o no monetarios abonados o proporcionados por un tercero o por una persona que actúe por cuenta de un tercero en relación con la prestación del servicio a los clientes, según lo dispuesto en el artículo 24, apartados 7 y 8, de MiFID II, conviene que las empresas de servicios de inversión que presten a la vez servicios de ejecución y de investigación fijen su precio y lleven a cabo su prestación por separado.

Tribuna de Ana García Rodríguez, socia responsable del departamento de servicios financieros y regulatorio bancario de Baker McKenzie.

Todo tiempo pasado fue mejor, o no

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Todo tiempo pasado fue mejor, o no
Foto: Max Pixel / Creative Commons Zero - CC0. Todo tiempo pasado fue mejor, o no

Actualmente reina un pesimismo generalizado en cuanto a la situación del mundo. Solo una minoría piensa que nuestra sociedad globalizada progresa, hecho totalmente comprensible si tenemos en cuenta las consecuencias de la Gran Recesión, la situación geopolítica inestable, el cambio climático, las desigualdades sociales y el terrorismo. Pero la realidad es que la actualidad tan cambiante desvía nuestra atención de las noticias más lentas, subexpuestas, pero a menudo más fundamentales. El estadista y médico sueco Hans Rosling, desaparecido recientemente, utilizaba datos visuales para describirnos las numerosas evoluciones positivas por las que atraviesa el mundo. Probablemente seguirán su obra Steven Pinker, Max Roser y Johan Norberg, optimistas convencidos de los beneficios del progreso, que basan su punto de vista en series de datos que se remontan mucho más tiempo atrás.

Los números en perspectiva

Tomemos como ejemplo la pobreza extrema. Hace doscientos años, alrededor del 90% de la humanidad vivía en unas condiciones de vida que actualmente calificaríamos de extrema pobreza. El aumento de productividad generado por la industrialización ha ido dejando atrás estas condiciones de vida. Sin embargo, en el año 1950 tres cuartas partes de la población mundial se encontraban en esta situación. A principio de los años 80, este porcentaje aún se situaba en el 44%. En cambio, el 2015 era del 10%, un resultado excepcional, especialmente si tenemos en cuenta que la población mundial se ha multiplicado por siete en los dos siglos transcurridos.

El estado de salud de la población en general también ha experimentado una mejora espectacular. El 1800 aproximadamente el 40% de los niños fallecía antes de cumplir los cinco años. El 2015 esta cifra había disminuido al 4%. La esperanza de vida media era de 30 años a principios del siglo XX, respecto a los más de 70 años actuales. El 1947 la mitad de la población mundial sufría malnutrición crónica, mientras que en 2017 esta cifra se situaba en el 10%.

Además, la mejora de la salud ha ido acompañada de un progreso en educación y un retroceso del analfabetismo. Las cifras de la OCDE indican que hace dos siglos el 12% de la población mundial sabía leer y escribir. Esta cifra fue aumentando a lo largo del siglo XIX hasta alcanzar el 20%, en 1950 llegó al 40% y actualmente se situa en el 86%. El 1950 un niño pasaba una media de 3,2 años en los pupitres de la escuela, respecto a los casi ocho años actuales.

El atractivo de la edad de oro

Hay más evoluciones positivas que se deben mencionar: la democracia se extiende, la intensidad del CO2 de la economía baja… De hecho, no somos muy conscientes de los grandes pasos que ha dado la humanidad. Los sucesos negativos suelen causar más impresión que los sucesos positivos; una tendencia imputable a la evolución humana, porque el miedo y la prudencia aumentan considerablemente las oportunidades de vivir mejor y más tiempo. Steven Pinker nos aporta otra explicación, que invoca la psicología de la moral. Quejarse de los problemas demuestra, por ejemplo, que les damos importancia. El atractivo de la edad de oro no es de extrañar, aunque esta edad de oro no haya existido nunca; la idealización de la infancia despreocupada es un buen ejemplo de ello.

Sin embargo, algunas evoluciones despiertan inquietud. Podemos citar, entre otros, el calentamiento del planeta; los ecosistemas amenazados pueden trastornar la vida de millones de personas. En muchos lugares, las condiciones de vida solo pueden cualificarse de lamentables y la opresión sigue siendo un fenómeno ampliamente extendido. Las desigualdades de los salarios y de la riqueza aumentan en numerosas partes del mundo. La globalización y los avances tecnológicos engendran, sin lugar a dudas, más prosperidad, pero también surgen ganadores y perdedores. Tampoco podemos olvidar que el progreso no siempre sigue una trayectoria lineal. No hace falta mucha imaginación para prever un nuevo conflicto militar a gran escala. Hay muchas razones para seguir atentos, vigilantes, e indignados, sobre todo a la vista de las últimas derivas políticas. Yo tampoco suelo ser el economista más optimista, pero detenerse de tanto en tanto para “rascar” la superficie no puede hacer daño a nadie.

Columna de Degroof Petercam por Hans Bevers