¿Desde cuándo es tan fácil abrir una cuenta de inversión?

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¿Desde cuándo es tan fácil abrir una cuenta de inversión?
Pixabay CC0 Public DomainFoto: endlesswatts. ¿Desde cuándo es tan fácil abrir una cuenta de inversión?

Siempre hablamos de cómo la tecnología nos facilita la vida. Un ejemplo tangible es lo fácil que es abrir un contrato para empezar a invertir. Es impresionante como ha avanzado el sector financiero en temas tecnológicos. Lo que antes tardaba semanas –o inclusive, meses– hoy en día se puede hacer en tan sólo 5 minutos. En México con GBMfondos, tan sólo con una INE o Pasaporte, pueden abrir un contrato y empezar a invertir.

Es increíble saber que hoy en día, alguien con 10.000 pesos puede abrir su contrato con sólo acceso a internet y su identificación, sin siquiera salir de su casa. Así, cuando le llegue ese momento en el que decide invertir, lo puede hacer sin complicaciones y sin barreras. Nada me da más gusto que la idea de poder ayudar a más personas a lograr su objetivos de vida, sin importar dónde estén.

Sin embargo, lo que me ilusiona de la tecnología no es sólo los procesos que está haciendo más eficientes. Es todas las vidas que alcanza a tocar; todos los momentos y lugares en donde se tiene acceso a tus inversiones.

Hoy en día, la rendición de cuentas es algo a lo que todos estamos acostumbrados. El que los clientes puedan saber cómo van todas sus inversiones en cualquier momento y en cualquier lugar era algo que necesitábamos, y hoy en día es una realidad. Ya podemos olvidar esos tiempos en los que se tenía que esperar a que llegara el estado de cuenta para poder ver el desempeño de un fondo, o tener que marcarle a un asesor para pedir la posición, día a día, semana tras semana.

También me ilusiona mucho el futuro de las finanzas. La información da pie a que podamos evaluar las mejores alternativas, no solo las más conocidas. Esto fomenta la competencia y le brinda a los inversionistas las herramientas para tomar la mejor decisión sobre su dinero. Cuando se nivela el campo para todos los jugadores, sólo los verdaderamente buenos –y no necesariamente los más grandes– vencerán.

Entre otras cosas, los costos se reducirán. Por lo mismo del punto anterior, las instituciones financieras tenemos que dejar de diferenciarnos por productos de inversión –ya que habrá muchos más– y empezar a pensar en la experiencia del inversionista. Pensar en todos los puntos de contacto, en las necesidades reales y solucionarlas. Todo lo que hagamos tiene que tener una raíz en el diseño centrado en el usuario, para ofrecer soluciones a problemas con los que las personas viven en su día a día, y no sólo en crear vehículos de inversión para venderlos, y esperar a que alguien los compre.

Es un hecho que la tecnología va a cambiar muchas cosas en el futuro, y habrá que adoptar la tecnología para mejorar la experiencia de nuestros inversionistas. Pero en lo que ese futuro se hace realidad, me detengo de nuevo y me pregunto con asombro: ¿desde cuándo es tan fácil abrir una cuenta de inversión?

Columna de GBMfondos.

¿Cómo actuar tras la decepción reflacionista de Trump?

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¿Cómo actuar tras la decepción reflacionista de Trump?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: White House. ¿Cómo actuar tras la decepción reflacionista de Trump?

El mercado de bonos no cree que esto pueda ocurrir. Me refiero a la implementación de la agenda de crecimiento económico de Trump, el retorno de la inflación que fue el tema de nuestro informe del primer trimestre. En los días

vertiginosos después de las elecciones, las tasas a largo plazo de los bonos del Tesoro retrocedieron, a medida que caló el enfoque reflacionario.

Pero no duró. Para el 15 de diciembre, el pagaré a 10 años del Tesoro estadounidense había ganado 80 puntos básicos hasta el 2,6%, pero a mediados de año descendió al 2,3%, incluso mientras el entusiasmo del mercado de valores seguía inalterado. Este trimestre, es justo decir que el pesimismo del mercado de bonos sobre el camino de los tipos a corto plazo se ha profundizado un poco más.

En marzo, la reserva federal estadounidense y el mercado de bonos tuvieron perspectivas sustancialmente similares sobre el paso de las tasas de interés a corto plazo para los próximos 10 años, una situación inusual.

Sin embargo, desde junio las visiones han sido divergentes, la Reserva Federal ha mantenido su perspectiva, mientras que el mercado ha revisado la baja su previsión. La reserva federal se ha centrado en la tasa de desempleo del 4,3% y en sus expectativas de fortalecimiento moderado continuo del mercado laboral. Se prevé un aumento más de las tasas este año y tres en 2018.

La curva del mercado implica solo un aumento más de las tasas entre ahora y fines de 2018. El mercado puede estar centrándose en el hecho de que la inflación central permanece por debajo del objetivo del 2% de la Reserva Federal y la creencia de que el crecimiento no será lo suficientemente fuerte para que la Reserva Federal permanezca en su rumbo proyectado. La divergencia en las expectativas de las tasas a corto plazo sienta las bases para una potencial mayor volatilidad en las tasas futuras, que crea riesgos para los inversionistas de renta fija.

En particular, en Eaton Vance creemos que el mercado se ha sobrepasado y que es vulnerable a que las tasas a corto plazo aumenten más rápido de lo esperado.

Normalización del balance

Hay otro factor que entra en escena en este trimestre: la normalización del balance. En junio, la Reserva Federal anunció que comenzaría a extender parte del balance de 4,2 billones de dólares que acumuló como estímulo a comienzos de la crisis financiera de 2008.

La Reserva Federal dijo que inicialmente cedería el valor de 6.000 millones de bonos del tesoro que vencen y el valor de 4.000 millones en valores respaldados por hipotecas (MBS) de su balance cada mes, y paulatinamente aumentaría esos importes hasta 30.000 millones de dólares y 20.000 millones de dólares, respectivamente.

Al no volver a invertir en esos vencimientos a largo plazo, la Reserva Federal podría estar en posición de generar presión ascendente, y de elevación, en el extremo más largo de la curva.

Eso podría potencialmente compensar la tendencia de aplanamiento de la curva de este año, debido al aumento en las tasas a corto plazo y el aplanamiento de los rendimientos a largo plazo. Entre mediados de abril y el final del trimestre, la diferencia entre los bonos del Tesoro estadounidense a 30 años y 2 años se redujeron a 22 puntos básicos (bps) hasta 146 bps.

Parte del cálculo del mercado sobre el paso de las tasas a corto plazo puede ser que la normalización del balance se llevará a cabo en parte o en todos los aumentos de tasas que la reserva federal está anticipando. Incluso si la evaluación actual del mercado sobre las tasas cortas es correcta, la potencial «normalización» de las tasas a largo plazo incitaría la perspectiva de mayor volatilidad tanto en los mercados de bonos como de acciones.

A pesar del ciclo de crédito extendido, seguimos creyendo que la exposición de la tasa de interés presenta un mayor riesgo para los inversionistas de renta fija que el crédito y el riesgo de incumplimiento. Y a pesar del estrechamiento del diferencial entre los sectores de renta fija, seguimos favoreciendo a los sectores de crédito de baja calificación y menor duración así como las estrategias de retorno absolutas con las bajas correlaciones con los mercados de valores y bonos estadounidenses. Creemos que los préstamos a tasa flotante están particularmente bien posicionados en el entorno actual.

Por más desafiante que sea tomar decisiones de inversión oportunas, una decisión debería ser relativamente directa: ya sea que sea lógico tomar un enfoque activo o pasivo.

Payson F. Swaffield, CFA, es CIO de renta fija de Eaton Vance Management.

Cómo ganar con una Latinoamérica que pide pista

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Cómo ganar con una Latinoamérica que pide pista
Pixabay CC0 Public DomainFoto: Flikaman. Cómo ganar con una Latinoamérica que pide pista

Los últimos tres años no han sido de los más brillantes para Latinoamérica en términos de crecimiento económico e inversiones bursátiles. Las causas de la más débil performance económica tuvieron que ver principalmente con cuatro efectos:                                                   

  1. Las economías emergentes más pujantes, que se encuentran fuera del continente, disminuyeron su velocidad de crecimiento, como fue el caso de China y Rusia. Sólo India fue capaz de mantener un ritmo de crecimiento estable.
  2. Brasil, principal referencia de la región por el tamaño de su economía, tuvo la recesión más importante de su historia entre 2015 y 2016.
  3. El populismo latinoamericano, que gobernó muchos países de la región, comenzó a resquebrajarse con un alto impacto económico para los PIB de sus naciones.
  4. El banco central de los Estados Unidos, la Reserva Federal, comenzó a subir las tasas de interés después de 6 años de niveles de costo de dinero cercano al 0%.

¿Qué cambió ahora?

Varios aspectos cambiaron positivamente para pensar que lo peor para la región fue dejado atrás y que las expectativas más optimistas para el año entrante están más que justificadas.

Por un lado, la desaceleración de la economía China, una de las principales aliadas del comercio exterior latinoamericano, ha sido menos brusca de lo esperado, permitiendo readecuar las expectativas pesimistas sembradas inicialmente.

En segundo lugar, la política monetaria acomodaticia y gradualista que la Fed viene mostrando permitió moderar el temor del encarecimiento acelerado del crédito para la región, lo que también tuvo su correlato en una caída del dólar a nivel mundial y un sostenimiento de los precios de las materias primas en niveles razonables para las naciones productoras.
Finalmente, existe un factor claramente político en la región: se visualiza un evidente giro hacia partidos gobernantes de centro desde el populismo. El punto de partida fue el de la presidencia de Mauricio Macri en Argentina, seguido por Michel Temer de Brasil y el favoritismo de Piñera en Chile.

Como la historia económica lo marca, los mercados financieros han venido anticipando este cambio y punto de inflexión en las economías latinoamericanas. Siempre las bolsas se adelantan a los ciclos económicos, sean expansivos o recesivos, ya que tienen la posibilidad de reflejar las expectativas inmediatamente en el precio de los activos financieros.

Así es como el índice MSCI de Mercados Emergentes acumula una mejora de 66% desde el 31 de diciembre de 2015 que compara con el 22% acumulado del índice S&P500.

A pesar del alza, el mencionado índice MSCI de Latinoamérica está aún un 38% por debajo del valor que mostraba el mismo en abril de 2011, el mejor momento desde la salida de la crisis de 2008.

Una de las maneras más diversificadas de jugar la historia del “renacer” latinoamericano es a través del ETF ILF, compuesto por las 40 principales empresas de la región considerando su capitalización bursátil.

Pero también los mercados bursátiles permiten apostar a la recuperación puntual de una economía de la región que tiene mejores perspectivas por sobre otras. En este sentido, la mejor forma de poder invertir potenciando las ganancias es a través de los ETF individuales de cada país.

El listado se puede ver a continuación:

La historia de Latinoamérica es una que recién está comenzando. Solo es cuestión de elegir el momento concreto (timing) para saber cuándo ingresar y apostar al despegue de la región.

Opinión de Diego Martínez Burzaco, director de MB Inversiones

Las opciones señalan un riesgo bajo de que el mercado sufra algún tipo de corrección a corto plazo

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Las opciones señalan un riesgo bajo de que el mercado sufra algún tipo de corrección a corto plazo
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: André Mouraux. Las opciones señalan un riesgo bajo de que el mercado sufra algún tipo de corrección a corto plazo

Una vigilante Reserva Federal estadounidense ha creado un entorno boyante para las bolsas. El índice S&P 500 va camino de registrar su año menos volátil desde 1964. Además, la volatilidad anticipada medida por el VIX está cerca de mínimos históricos.

Aunque la falta de volatilidad anticipada en el S&P 500 se refleja en el VIX, la distribución de los rendimientos que sugieren las opciones –que proporcionan estimaciones extremadamente eficientes de la evaluación del riesgo a corto plazo– indican que en el mercado no están sonando las alarmas sobre la probabilidad de una severa corrección a corto plazo.

Esto también es cierto para los mercados de renta variable de Europa, Reino Unido, Asia y en las economías de los países emergentes. Mientras el recurrente «está tranquilo, casi demasiado tranquilo» suele estar seguido por algún evento turbulento, las opciones indican que las condiciones pacíficas continuarán en casi todas partes por el momento y las bolsas seguirán con el mismo tono.

Las perspectivas para los bonos parecen mejores que para las acciones. Las opciones indican que los bonos del gobierno de Estados Unidos con vencimiento más largo tienen una relación de riesgo ‘upside-to-downside’ más alta que la renta variable, aunque la relación no indica un gran atractivo, ya que se sitúa justo por debajo de los niveles promedio a largo plazo. Esto sugiere que los riesgos para los bonos están elevando gradualmente los tipos reales, que tienen mucho menos impacto en el largo plazo de la curva de rendimientos que en el corto plazo, ya que los precios de las opciones también indican que los riesgos de inflación están contenidos.

El oro y el petróleo tienen un riesgo limitado de upside-to-downside, indican los precios de las opciones. Esto también es consistente con la probabilidad de que el riesgo de inflación pase desapercibido y de tener unas tasas reales más altas, lo que desafiaría los activos físicos como el oro y el petróleo.

Con la inflación de Estados Unidos en el 1,9% y una baja tasa de desempleo situada en el 4,4%, puede ser que el mercado crea que la Fed está, o planea estar, por delante de la curva, tras haber desaparecido el riesgo de una inflación desbocada que requeriría un ajuste agresivo.

Eso podría inclinar la economía hacia una desaceleración y hacer que las bolsas sufran una corrección. Pero dado que vemos un bajo riesgo inflacionista, no creemos que se vaya a producir un endurecimiento de corte agresivo que podría desbaratar el crecimiento económico. Esto es consistente con el denominado bajo riesgo de cola negativa para las acciones, tal como está implícito en los precios de las opciones.

Sin embargo, cualquier aumento gradual de las tasas reales también sería un contratiempo para las acciones, aunque ligero, tal y como indican los precios de las opciones.

Las opciones señalan que este no es el momento de adoptar riesgos exagerados debido, si acaso, a la falta de potencial alcista más que a la posibilidad de un gran retroceso en los mercados.

Las bolsas parecen estar operando bajo la premisa de que la baja volatilidad que ha impulsado la evolución en 2017 continuará sin disminuir. El mercado de opciones, sin embargo, parece estar más preocupado de que las subidas serán bastante limitadas durante algún tiempo y señalan un mayor riesgo de una trayectoria descendente más que ascendente.

Ashwin Alankar es director global de asignación de activos y gestión de riesgos en Janus Henderson Investors.

Cómo afectan la geopolítica y los desastres naturales a la renta fija

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Cómo afectan la geopolítica y los desastres naturales a la renta fija
Ryyta, Flickr, Creative Commons. Cómo afectan la geopolítica y los desastres naturales a la renta fija

Dejamos atrás un verano que, a diferencia de otros, en líneas generales ha transcurrido más tranquilo en los mercados financieros. Todo ello con permiso de las tensiones geopolíticas surgidas cuando Corea del Norte disparó la tensión militar con el lanzamiento de un misil que sobrevoló territorio japonés. A esto le añadimos el paso de los huracanes por las costas de América y sus dañinos efectos en la economía.

Algunas de las tensiones que pueden surgir en los mercados son más predecibles que otras aunque, normalmente, lo predecible o esperado por el mercado suele ir digiriéndose paulatinamente y con menos volatilidad. Las dificultades surgen cuando los hechos que se producen son totalmente inesperados o cuando, en el caso de los desastres naturales, hemos minusvalorado su ferocidad o sus efectos y, por ende, su impacto en la economía.

Un patrón que se suele repetir en este tipo de situaciones es que, desde el primer momento, tenemos al oro apreciándose, actuando como el activo refugio por excelencia que es. Su liquidez, su independencia de los bancos centrales y la facilidad para comprarlo en “distintos formatos” sin duda lo hacen muy atractivo. A partir de esta premisa, el resto de activos cotizados como bolsa, bonos o divisas suelen incrementar su volatilidad y en algunos casos sufren caídas en sus cotizaciones. En la actualidad comprobamos que los mercados están muy globalizados y que cuando alguien “estornuda” al otro lado del globo, aquí en Europa también lo notamos. Esto ocurre también con este tipo de eventos, los mercados de todas las partes del mundo se mueven al unísono, salvo que el elemento perturbador sea realmente algo muy local.

Analicemos un poco más en detalle lo acontecido este verano. Por un lado, las noticias del lanzamiento del misil por parte de Corea del Norte dieron lugar a movimientos de muy corta duración en el tiempo, generando caídas en las bolsas mundiales (de alrededor del -2%) y subidas de los precios de los  bonos de gobierno en general, especialmente del Treasury americano (+0,5%) y del bono alemán (del +0,8%) que son considerados los activos refugio dentro del mundo de los bonos. El resto de los bonos corporativos también sufrieron caídas en precio, igual que las acciones, pues son considerados activos de más riesgo que los mencionados anteriormente. El oro, por su parte, se apreció aproximadamente un 2% aunque estos movimientos duraron poco tiempo. Si miramos los días posteriores veremos que los activos recuperaron sus niveles previos. Esto pone de manifiesto que los mercados han considerado esta amenaza como un “one-off”, es decir, algo que puede ser un hecho aislado y no tiene por qué volver a ocurrir. A partir de este momento los mercados lo dejarán en el olvido mientras no se produzca una escalada militar de mayor envergadura o duración en el Pacífico.

Por otro lado, tuvimos el efecto de los huracanes y sus consecuencias sociales y económicas así como su impacto en el PIB e inflación norteamericanas. La cuantificación monetaria de los desastres naturales suele dilatarse en el tiempo. Precisamente por ello el día en el que se producen tienen un efecto muy similar al comentado previamente, generando mucha volatilidad y huida del dinero hacia activos refugio, provocando la salida de capitales de los activos considerados como de mayor riesgo. Los desastres naturales suelen afectar de manera muy distinta al precio de las cotizaciones, sectorialmente hablando, y se suele repetir el patrón de que se ven muy negativamente afectadas las compañías de seguros y reaseguros por tener impacto directo en sus cuentas de resultados. Una vez hechas las cuantificaciones pertinentes estos eventos sí pueden tener mayor incidencia en el comportamiento a medio plazo de los distintos activos y aquí cada gestor deberá decidir cuánto está ya cotizado en el precio de cada activo y cuánto no y actuar en consecuencia.

Podemos concluir que cuanto más inesperados son este tipo de eventos más volatilidad inicial generan, y los movimientos de huida hacia los activos refugio son más acusados. En este punto también hay que reconocer que cuanta menor incidencia tienen a medio y largo plazo sobre las economías y el tejido empresarial, menor es su duración. En este sentido, nos recuerdan en algunas ocasiones al paso de las estrellas fugaces.

Tribuna de María Morales, responsable de gestión de Renta Fija en GVC Gaesco

Inversión activa frente a inversión pasiva en renta fija

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Inversión activa frente a inversión pasiva en renta fija
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Moyan Brenn. Inversión activa frente a inversión pasiva en renta fija

Es importante recordar que cuando un inversor decide replicar un índice no consigue evitar las decisiones de asignación de activos relativas a los ratings, los sectores o los países, o a la sensibilidad a los tipos de interés y el posicionamiento en la curva, sino que simplemente ha asumido las decisiones implícitas en la configuración del índice.

Algunos inversores tratan de abordar esta cuestión seleccionando cuidadosamente índices más estrechos y específicos; así, por ejemplo, un inversor que necesite más rentabilidades que las que ofrece la deuda pública de los países centrales de Europa podría optar por índices más centrados en bonos corporativos de alta calidad crediticia o de alto rendimiento. Aunque existen gran cantidad de índices de bonos detallados, es poco probable que se ajusten con precisión a las preferencias y al hábitat natural de un inversor concreto (por ejemplo, en lo que respecta a duración o calificación crediticia), por lo que se mantiene cierto grado de aproximación.

También existe un problema derivado del uso de la capitalización de mercado para ponderar los bonos incluidos en el índice o la cartera. En las bolsas, la ponderación por capitalización garantiza que se invierte más dinero en las empresas más valiosas y que existe una correspondencia importante con la liquidez.

Sin embargo, en los mercados de bonos, si una empresa o un estado emiten más deuda, eso no significa automáticamente que tenga más valor o un mejor riesgo de crédito, y si los niveles de deuda ya son elevados puede significar justo lo contrario. Por lo tanto, un índice ponderado por capitalización incrementará la exposición a los títulos que están aumentando su apalancamiento y riesgo.

En el caso concreto de la deuda pública, el nexo entre el nivel de endeudamiento de un país y el nivel de sus rendimientos es complejo por las diferencias existentes en materia de liquidez y dinámica de mercado, por lo que la compensación adicional que buscará un inversor por elevar el riesgo país no se conseguirá íntegramente de forma automática.

Problemas de pérdida de oportunidades

Tres son las grandes diferencias que hemos observado en la réplica de índices de bonos y que destacamos a continuación:

1. Dado que las acciones son títulos perpetuos (equivalentes a un préstamo perpetuo), pero los bonos tienen en su mayoría vencimientos fijos, no sorprende que las nuevas emisiones tengan un peso mucho mayor en los mercados de bonos (aprox. 20%) que en las bolsas (en torno al 1%). Por lo general, las nuevas emisiones suelen salir al mercado con descuento, pero las normas de ajuste de los índices pueden hacer que los bonos se incorporen a los índices con retraso, por lo que esta oportunidad no se puede aprovechar. Además, los fondos que replican índices no podrían beneficiarse del hecho de evitar nuevas emisiones en las que el rendimiento no esté en consonancia con los riesgos.

2. Quienes invierten en bonos con restricciones (y los índices de bonos con restricciones) a menudo se ven limitados por el rating de crédito, ya sea directa o indirectamente, por la vía de las exigencias de capital que fija la legislación. Por lo tanto, las rebajas de los ratings crediticios provocan periódicamente ventas forzosas, sobre todo en los límites del universo investment grade o de alta calidad crediticia. Eso se manifiesta en el hecho de que los bonos BB han ofrecido las mejores rentabilidades a largo plazo de todos los ratings. Se ha calculado que las ventas forzosas en los límites del universo de alta calidad crediticia cuestan a los inversores entre un 0,3% y un 0,6% anual. Este efecto se ve acentuado por los procesos relativamente lentos de las agencias de rating. No es infrecuente que los gestores activos se adelanten a las revisiones a la baja de los ratings, lo que les permite anticiparse a las ventas forzosas de los inversores pasivos.

3. Además de la posibilidad de perder rentabilidades, encontramos el argumento ético por el cual la indexación supone para el inversor rehuir su responsabilidad a la hora de evaluar adecuadamente los bonos en los que invierte, de modo que no contribuye a la determinación de los precios y al mejor funcionamiento de los mercados de renta fija. Se podría afirmar que este aspecto es especialmente importante para los inversores institucionales que tienen un estatus elevado dentro de un país o desean adoptar una postura ética a la hora de invertir.

Conclusión

De un modo genérico, la inversión pasiva siempre irá por detrás de los índices, mientras que la gestión activa trata de igualarlos o superarlos. El gran objetivo de la gestión activa es identificar las ineficiencias de los mercados financieros para actuar sobre ellas y aportar valor:

  • Las bolsas y los mercados de bonos presentan diferencias estructurales que dificultan la inversión pasiva en renta fija.
  • Una cartera activa siempre permite a los inversores tomar decisiones de asignación de activos bien fundamentadas que
  • están en consonancia con sus objetivos de inversión.
  • Los filtros crediticios y la selección de bonos individuales son factores importantes para reducir las pérdidas de oportunidades.

Michael Wray es diseñador senior de soluciones de inversión de Fidelity.

Activos inmobiliarios: encarando la revolución digital

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Activos inmobiliarios: encarando la revolución digital
Pixabay CC0 Public DomainKirkandmimi. Activos inmobiliarios: encarando la revolución digital

La digitalización está creando olas a lo largo de toda la economía mundial. Esta tendencia está cambiando fundamentalmente los modelos de negocio; está cambiando la manera en la que los productos se diseñan, fabrican y distribuyen; y está influyendo considerablemente en el modo en que las empresas se comunican con los clientes y les proporcionan sus servicios.

En el sector inmobiliario, esta transformación está creando un efecto de “bola de nieve”. Está cambiando la manera y el lugar en el que los empleados trabajan, compran y viven. Como respuesta a esos cambios, los requisitos de los entornos del trabajo y de la oficina están evolucionando hacia la colaboración y la conectividad.

La venta minorista física está siendo reenfocada hacia la interacción con la marca y la experiencia del consumidor. Además, la necesidad de análisis, almacenamiento y transmisión de datos ha crecido considerablemente. Estas tendencias cuestionan la definición tradicional del sector inmobiliario.

El rostro del cambio

El sector inmobiliario tradicional se está adaptando a medida que evolucionan los modelos de negocios de sus inquilinos. Además, las nuevas modalidades de propiedad se están convirtiendo en parte esencial de esta transformación. La venta minorista a través de múltiples canales es un buen ejemplo de estos cambios. El papel de una tienda minorista ha evolucionado debido a los nuevos formatos de compra “en cualquier momento, desde cualquier lugar”.

La tienda física se está convirtiendo en un punto de encuentro para el posicionamiento de las marcas y para la interacción cara a cara con el cliente, más que en un simple punto de distribución. Al mismo tiempo, el enfoque de los comerciantes minoristas en mejorar la logística y las estrategias de abastecimiento está transformando los activos inmobiliarios industriales y logísticos. Por último, el canal directo “de la marca al consumidor” está cobrando cada vez más importancia a medida que los fabricantes se vuelven más capaces de comercializar y vender productos directamente a los consumidores. Las fortunas de los diferentes sectores de comercio minorista e industrial este año han subrayado la importancia de este cambio para los inversores –véase el gráfico inferior–.

También estamos viendo cómo los proveedores de contenidos “over-the top” (OTT) como Netflix y Amazon están afectando la industria tradicional cinematográfica y de televisión. Los nuevos servicios de medios de comunicación que se transmiten a través de múltiples dispositivos están cambiando la dinámica de la radiodifusión.

Los proveedores de contenidos OTT necesitan escalabilidad y flexibilidad para producir contenido original. En 2015, Netflix anunció que filmaría su nuevo programa íntegramente en su propio estudio, alquilado en Los Ángeles. Este anuncio cuestionó un paradigma establecido de en Hollywood. Desde entonces, los componentes inmobiliarios, incluidos los estudios cinematográficos y las instalaciones de producción, se han convertido en una parte crucial y diferenciadora de la cadena de suministro de los proveedores de contenidos OTT, a medida que la dinámica del espacio de streaming ha migrado más hacia una lucha por la exclusividad.

La rápida digitalización crea datos de manera exponencial, transformando las necesidades de almacenamiento y transmisión de datos. Las empresas, agencias gubernamentales y consumidores están recibiendo y consumiendo más datos que nunca. El almacenamiento en la nube y el aumento de la importancia del Big Data para la toma de decisiones requieren una infraestructura robusta para el almacenamiento, el procesamiento y la transmisión de datos. Los usuarios de datos quieren soluciones inmobiliarias fiables.

A medida que los clientes se están centrando en obtener el mayor valor posible de los centros de datos, el enfoque inmobiliario pasa a la creación de campus conectados que aúnan los elementos críticos de centros de datos, redes y conectividad en la nube en un único entorno seguro. Esta tendencia todavía tiene camino por recorrer. La evolución del hardware tecnológico y el desarrollo de aplicaciones avanzadas para el mismo requieren un consumo de datos cada vez mayor. Se prevé que el tráfico de datos móviles continúe creciendo rápidamente, y se estima que el tráfico de dispositivos inalámbricos y móviles represente el 67% de todo el tráfico de Internet en 2021. Los operadores móviles y las compañías telefónicas siguen invirtiendo en equipos y tecnología de torres, impulsando así una demanda secular de torres.

Nuevos sectores: nuevas oportunidades de inversión

Se han producido cambios sectoriales significativos en la industria inmobiliaria y de REITs en los últimos años, lo los cuales conllevan repercusiones importantes para los inversores. Los sectores principales tradicionales han visto descender su ponderación en el índice de REITs, mientras que los nuevos sectores, especialmente los centros de datos y las torres, se han convertido en una parte importante del conjunto de oportunidades de inversión. La digitalización y el aumento de la conectividad social seguirán siendo los principales artífices que determinarán las oportunidades de inversión en REITs a medio y largo plazo.

Estos cambios estructurales ya están ocasionando grandes diferencias de rentabilidad dentro de los sectores inmobiliarios más afectados. Los centros de datos y las torres siguen beneficiándose de una tendencia ascendente. Aunque existe cierta posibilidad de presión sobre los precios de las operaciones en la nube a gran escala a corto plazo, Internet y la nube siguen impulsando la demanda a largo plazo de centros de datos.

Estas condiciones favorables también continúan respaldando a partes del sector industrial a costa de las partes más tradicionales del sector de venta minorista, a medida que los cambios en las preferencias de los consumidores traen consigo una alteración fundamental de las cadenas de suministro.

Tribuna de Svitlana Gubriy, jefa de Fondos REIT globales de Aberdeen Standard Investments.

 

El ciclo natural de la gestión activa

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El ciclo natural de la gestión activa
Pixabay CC0 Public Domain. El ciclo natural de la gestión activa

Aunque el mercado alcista ha favorecido la inversión pasiva, es la gestión activa la que se alinea mejor con los objetivos a largo plazo de los inversores.

La inversión alfa, al igual que los mercados, es cíclica, por lo que es mejor para el inversor ser paciente y esperar a que una tesis dé sus fruto. Los mercados tienden a ser irracionales en períodos cortos de tiempo y los precios pueden reaccionar exageradamente a factores irrelevantes como las elecciones y el clima.

Estos eventos suelen tener poco impacto material en los fundamentales de una empresa o en sus perspectivas de crecimiento a largo plazo. Eventualmente, en algún punto de un ciclo, los precios reflejan las cosas que realmente importan: el crecimiento, el flujo de caja y las ganancias.

Es por eso que pensamos que los managersactivos más destacados están mejor alineados con los objetivos a largo plazo de un inversor. Creemos que los managers activos son aquellos que pueden demostrar convicción mediante un active share alto y largos períodos de tenencia de los valores, añadiendo valor en mercados volátiles y colaborando en la toma de decisiones de inversión.

Riesgos del mercado

Estos gestores especializados pueden evitar los riesgos del mercado, que es la caída pasiva en un mercado en declive. Pueden además, explotar las ineficiencias del mercado, seleccionar activamente los valores e asumir intencionalmente ciertos riesgos en un intento de crear más valor a largo plazo. Por contra, los gestores pasivos sólo pueden seguir las tendencias del mercado hacia arriba o hacia abajo.

Creemos que tener este enfoque a través de un ciclo completo es esencial para capturar las mejores oportunidades de inversión, al tiempo que se gestiona el riesgo y se busca evitar empresas que están en declive, porque los picos y valles del mercado son extremadamente difíciles de manejar.

Hemos visto históricamente que algunas empresas superan a sus pares en ciclos de mercado completos, pero el rendimiento superior puede tardar más de lo que nadie anticipa. Desde MFS creemos que los managers que están enfocados a largo plazo –y que tienen la convicción de encontrar múltiples ideas dondequiera que surjan– están mejor posicionados para mejorar potencialmente los retornos durante largos períodos de tiempo.

Michael Roberge, co-CEO de MFS.

La fortaleza del euro está justificada y es duradera

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La fortaleza del euro está justificada y es duradera
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Hernán Piñera. La fortaleza del euro está justificada y es duradera

El euro se beneficia de su situación en la confluencia de varias grandes tendencias, tanto económicas como políticas. En primer lugar, justo en el momento en el que las perspectivas económicas europeas por fin mejoran, el ciclo económico confirma sus síntomas de agotamiento en Estados Unidos.

El índice PMI adelantado de la actividad industrial estadounidense está cayendo desde comienzos de año y, aunque el consumo aguanta todavía, lo está haciendo a expensas de un importante descenso de la tasa de ahorro de los hogares (ha pasado de un 5,4% a un 3,6% en un año) y de un uso cada vez mayor de los créditos al consumo, que están en máximos históricos y están llevando a los bancos a endurecer sus condiciones de financiación.

En este sentido, la evolución del tipo de cambio euro-dólar en 2017 es la inversa de su comportamiento en 2014, cuando las perspectivas económicas de Estados Unidos eran ostensiblemente mejores que las de la zona euro. Además, también es patente en estos momentos que las especulaciones populistas de Donald Trump no han cuajado y han quebrado las esperanzas que albergaba el mercado sobre una gran reforma fiscal.

Como mucho, el Congreso controlado por los republicanos tal vez consiga durante el segundo semestre alumbrar un presupuesto 2018 con algunas reducciones de impuestos, bienvenidas pero claramente insuficientes para contrarrestar las fuerzas de la ralentización del ciclo.

En un plano más profundo, Donald Trump está dilapidando de forma duradera el crédito geopolítico de Estados Unidos frente al resto de potencias. Al abandonar el Acuerdo Transpacífico (TPP), al sembrar dudas sobre el mantenimiento de la protección del paraguas nuclear estadounidense en beneficio de los miembros europeos de la OTAN, al instalar la improvisación y las contradicciones en el corazón de las decisiones estratégicas, EE. UU. está erosionando su liderazgo mundial y está dando a Europa y a China la ocasión de potenciar el suyo.

También el oro

La respectiva evolución de la moneda estadounidense, la europea y la china encarna en parte el comienzo de este profundo cambio en los roles.

Huelga decir que el precio del oro, última moneda de reserva, se beneficia también de este fenómeno desde comienzos de año. En estos momentos, tiene todo el sentido que los responsables de asignación de activos revisen el peso estructu- ral que desean dar al dólar en sus carteras.

Las distorsiones de los precios de la deuda pública y el cambio de paradigma del cruce euro-dólar generan importantes perturbaciones en los mercados. La normalización de los tipos de la renta fija, que Mario Draghi no podrá eludir por mucho más tiempo, pondrá en dificultades a los inversores que no se hayan anticipado a esta próxima fase.

También afectará invariablemente a la prima de riesgo de las bolsas. El euro podría revalorizarse mucho más allá de la cota de los 1,20 dólares, que apenas refleja su valor teórico en paridad de poder adquisitivo, lo que sería perturbador para los resultados de las empresas de la zona euro.

De media, estos resultados deberán revisarse a la baja entre un 5% y un 8% por cada subida del 10% del euro.

Pero la cuestión más decisiva es la perspectiva de un choque entre estos dos movimientos: un euro fuerte que endurece las condiciones financieras en la zona del euro y el fin ineludible de una política monetaria excepcionalmente expansiva por parte del BCE.

Didier Saint-Georges es miembro del comité de inversiones y managing director de Carmignac.

Renta fija LatAm: “Despacito” va dejando de ser una moda pasajera

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Renta fija LatAm: “Despacito” va dejando de ser una moda pasajera
Pixabay CC0 Public DomainGeralt. Renta fija LatAm: “Despacito” va dejando de ser una moda pasajera

Pasaron ya los tiempos en los que la inversión en bonos de emisores latinoamericanos estaba reservada a los gestores de carteras más osados o especializados en la región. Hoy en día, quien más quien menos mantiene en su cartera de renta fija algún papel latinoamericano.

Las políticas expansivas de los principales bancos centrales y la consecuente búsqueda de rendimiento en un entorno global de tipos de interés bajos e incluso negativos son los principales factores que habitualmente se señalan para justificar la demanda creciente de bonos de emisores latinoamericanos por parte de los inversores internacionales.

Pero no hay que olvidar la mejora en las economías de la región, los ajustes de sus balanzas fiscales y por cuenta corriente, la disminución de las presiones inflacionistas, el crecimiento de los beneficios de sus empresas, la estabilidad política, las reformas estructurales que se están llevando a cabo, el mayor número de emisores y de emisiones en los mercados internacionales de deuda, etc. Estos también son motivos que explican la presencia de deuda de la región en un mayor número de carteras.

Según el Banco de Pagos Internacionales, en junio de 2016 el valor de la deuda internacional viva de corporaciones no financieras de América Latina y el Caribe alcanzaba los 406.000 millones de dólares, triplicando la cifra de junio de 2010. Las nuevas emisiones de bonos internacionales de Latinoamérica solo para la primera mitad de 2017 ya ascienden a 93.000 millones de dólares, según datos de Dealogic. Hablando de presencia en los mercados de deuda internacionales, no podemos dejar de mencionar la reaparición estelar de Argentina en abril del año pasado tras 15 años de tener cerradas las puertas del crédito internacional, con su emisión de 16.500 millones de dólares y el bono centenario de 2.750 millones de dólares emitido en junio de este año (con un rendimiento inicial del 7,9% y 3,5 veces sobresuscrito).

También destacan un nutrido número de emisores corporativos de la región con primarios en los mercados internacionales, muchas de las veces –40% en 2016– acompañados de recompras de emisiones existentes que les han permitido sanos ejercicios de refinanciación de su deuda a tipos más bajos y vencimientos más largos.

Está claro que todo este flujo de emisiones primarias mejora enormemente la situación de liquidez, diversidad y tamaño del mercado de deuda de Latinoamérica. Pero, ¿es también síntoma de un apalancamiento excesivo y una potencial burbuja, como apuntan algunas voces? Pues bien, si tomamos los datos de junio de 2016 recopilados por Bank of America Merrill Lynch, los emisores latinoamericanos con calificaciones de grado de inversión están un 30% menos apalancados que las compañías norteamericanas. Muy parecida es la comparativa con los niveles de liquidez que mantienen las corporaciones latinoamericanas en sus balances.

Obviamente, ni todos los países ni todas las compañías latinoamericanas están en la misma situación ni tienen idénticas perspectivas. Las oportunidades que nos ofrezca la deuda de la región serán diversas y cambiantes, pero ¿puede un inversor que aspire a construir una cartera sólida en el medio plazo obviar un activo como la renta fija LatAm Ya está dejando de ser una moda pasajera, su mayor resiliencia puede evitar descalabros de sus precios como los vividos en 2013 a causa del taper tantrum provocado por Bernanke y, cada vez más, es una pieza imprescindible en el engranaje de la construcción de carteras diversificadas.

Tribuna de Meritxell Pons, directora de Asset Management en Beta Capital Wealth Management. Crèdit Andorrà Financial Group Research.