Los mercados emergentes siguen siendo una opción atractiva

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Los mercados emergentes siguen siendo una opción atractiva
Pixabay CC0 Public DomainFoto: RogerMosley. Los mercados emergentes siguen siendo una opción atractiva

Los mercados emergentes han vivido un excelente 2017. Es muy probable que el índice de bonos corporativos emergentes en divisa extranjera termine el año en un +8%, mientras que por su parte el índice de bonos soberanos se situará incluso por encima de esta cifra. Los flujos hacia esta clase de activo (fondos de bonos emergentes) han sido sólidos a lo largo de la mayor parte del año y ascenderán a cerca de 70.000 millones de dólares, según datos de EPFR. En los mercados de deuda corporativa emergente, seguimos viendo un aumento de las emisiones netas en Asia, mientras que las emisiones en Europa emergente, Oriente Medio y África y Latinoamérica han sido bastante bajas, tendencia que probablemente continúe en 2018. Además, a medida que nos acercamos al final del año, el momentum de la rentabilidad sigue siendo fuerte, lo que contrasta con algunas partes del mercado europeo y norteamericano de bonos de alta rentabilidad.

Estos positivos desarrollos han hecho que las valoraciones se sitúen en máximos históricos, una situación que también se da en otras clases de activo a nivel mundial. Como gestores, un aspecto al que prestamos mucha importancia es al valor relativo entre diferentes clases de activo y en este sentido creemos que la deuda de mercados emergentes en divisa extranjera sigue ofreciendo un atractivo valor.

Uno de los parámetros en los que nos fijamos al determinar el valor relativo son los ratios de los diferenciales y cómo han evolucionado con el tiempo. Especialmente útil cuando los diferenciales están ajustados, el simple cociente entre los diferenciales EUR BBB y los emergentes BBB nos da información sobre el nivel de compensación relativa que los inversores obtienen por el riesgo de crédito relativo que están asumiendo. Pensamos que este parámetro es más efectivo que simplemente analizar las discrepancias entre los diferenciales simples. Por ejemplo, si tomamos el mismo nivel de rating, una clase de activo que aporta 100pbs más de diferencial en el momento en el que los índice de referencia comparable tiene de media 50 pbs es más atractiva que cuando los diferenciales de los índices de referencia están en 200pbs.  Con todo, es importante recordar que este es un aspecto más dentro del proceso de inversión por lo que sigue siendo fundamental analizar estos datos dentro de su contexto histórico y no de manera aislada.

Si comparamos el ratio de los diferenciales de las compañías emergentes en relación a los diferenciales europeos y estadounidenses para el mismo rating, descubrimos algunos puntos interés. El primero es que, por ejemplo, incluso después de un sólido 2017, las empresas emergentes resultan ahora más interesantes en comparación con el alto rendimiento europeo que lo que lo eran a principios de año y las valoraciones están en niveles similares a las de los bonos de alto rendimiento estadounidenses.

Este análisis está respaldado por varios factores. Para empezar, los factores técnicos y de momentum que comentábamos siguen siendo positivos para los mercados emergentes de cara a 2018. Asimismo, en relación a los fundamentales, un importante número de países emergentes siguen estando en una dase todavía temprana del ciclo de recuperación.  Brasil y Rusia, por citar solo un par de ejemplos, cuentan con bancos centrales que siguen poniendo en práctica políticas monetarias expansivas, se enfrentan a una inflación a la baja y, de hecho, no hace mucho estaban registrando un crecimiento del PIB negativo en términos anuales. Por supuesto existen diferencias entre países, pero en términos generales, el ciclo está en una etapa más temprana en los mercados emergentes que en los desarrollados.  Esto significa que se puede justificar una prima menor que en años anteriores para las compañías emergentes frente a compañías de países desarrollados con ratings similares.

Finalmente, a modo de conclusión, a pesar de que en niveles absolutos las compañías emergentes están algo caras, pensamos que siguen ofreciendo un valor interesante en términos relativos de cara a 2018.

Columna de Felipe Villarroel, gestor del fondo Vontobel Fund – TwentyFour Strategic Income en TwentyFour, boutique de Vontobel AM 

Las condiciones del mercado que empujan los flujos de inversión hacia la gestión pasiva

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Las condiciones del mercado que empujan los flujos de inversión hacia la gestión pasiva
Pixabay CC0 Public DomainSourireFelix. Las condiciones del mercado que empujan los flujos de inversión hacia la gestión pasiva

Algunos ya han pronosticado el fin de la gestión activa en las inversiones, sugiriendo que el análisis bottom-up de los fundamentales se ha quedado anticuado y que es demasiado caro e ineficiente. La aparente prueba para argumentar estas teorías es que los flujos de activos en índices y productos pasivos se han disparado, mientras que los fondos gestionados de forma activa han experimentado salidas netas de flujos los últimos años.

Desde que el mercado de renta variable de Estados Unidos tocara fondo a finales de la crisis financiera global, en marzo de 2009, las acciones han recuperado el 331% de forma acumulada, lo que le ha convertido en uno de los mercados más grandes de la historia y con capacidad para generar retornos importantes a los inversores. De media, el mercado ha sido alcista los últimos cinco años, este recorrido alcista marca ya su noveno año y no hay señales inminentes de que esté llegando a su fin.

El gráfico 1 muestra la duración y la expansión de los mercados alcistas, tomando como inicio 1932, según se observa, el actual mercado alcista ha sido superado solo por la expansión entre los años 1990 y 2000.

Los gestores pasivos han lanzado miles de productos durante las últimas década como respuesta a la fuerte entrada de capital de los inversores. Ahora mismo hay más índices que rastrean las diferentes clases de activos en Estados Unidos, que activos que cotizan en la bolsa. Desde enero de 2006, los inversores han puesto más de 1,4 billones de dólares en vehículos de inversión pasiva mientras que se retiraron 1,5 billones de dólares de fondos gestionados de forma activa. Con esta ritmo de crecimiento, para 2030, las estrategias pasivas serán dueñas de las acciones cotizadas.

Todos ganan el mercado

Los vientos de cola que se han encontrado los gestores en los últimos tiempos han sido la baja volatilidad, la dispersión de los precios y la falta de diferencia entre los activos de alta calidad y los de baja calidad. Los precios de las acciones han crecido de forma generalizada independientemente de la calidad de las empresas ­­–el mercado ha estado entregando sus propios trofeos–, ya que las empresas han sido recompensadas simplemente por estar.

Lo que habitualmente ha pasado es que las ganancias de las empresas han sido un ingrediente esencial para los precios favorables de las acciones, de tal forma que los inversores esperan que las acciones de las compañías con ingresos positivos tenga superen al as compañías que han tenido ingresos negativos a lo largo del tiempo. Esto es lo que exactamente ha ocurrido durante la última década, con un amplio margen entre unas y otras compañías. El conjunto de retornos de las empresas con ingresos negativos fue de -54,8% entre 2006 y 2016, comparado con la ganancia del 106,6% del as empresas que lograron ingresos positivos durante el mismo periodo.  Pero esta tendencias ha sido neutralizada durante los últimos cinco años, de tal forma que empresas con ingresos positivos y negativos se han comportado de forma similar.

Esto es por lo que la aproximación pasiva a las inversión ha tenido un comportamiento superior en estos últimos años y los inversores no se han visto recompensados por haber favorecido una y otra clase de compañías. En otras palabras, no ha importado cuáles fueran tus posiciones, simplemente con tener algo cotizado en el mercado a través vehículos pasivos los inversores han logrado fuertes retornos.  Curiosamente, esta tendencia revirtió en 2017, y en agosto vimos como el comportamiento de las empresas con ingresos positivos fue mejor que el de las compañías con ingresos negativos.

¿La historia se repite?

La publicación Businessweek predijo “la muerte” de las acciones en un reportaje de portada que publicó en 1979. En él detallaba como algunos inversores habían reemplazado sus asignaciones por activos no tradicionales como la inversión en metales precioso, arte o franquicias comerciales como Pizza Hut y Kentucky Fried Chicken, después de décadas de retornos mediocres. Aunque ahora este reportaje no nos parezca nada provocativo, sí lo fue para los amantes de la inversión en el aquel mercado de los años 70.

Las acciones se enfrentaron durante aquella década una inflación galopante, al alza de los precios del petróleo y a rendimiento persistentemente bajos, entre otros factores. Los bonos de mayor calidad (con calificación triple A) lograron un yield del 11% en 1970, mientras que los retornos de la renta variable, anualizada, alcanzaron el 5,9%, muy lejos del 10,4% que habían tenido de media anual. Nosotros estamos viendo una situación parecida hoy en los mercados, pero en vez de tipos de acciones, estamos hablando de inversores que se van de la gestión activo a la pasiva.

Visión 20/20

Echando la vista atrás, ahora sabemos que la predicción que hizo Businessweek en 1979 sobre la renta variable era errónea. Hipotéticamente, una inversión de 10.000 dólares en el mercado de renta variable norteamericano habría aumentado hasta los 674.470 dólares el 13 de agosto de 1979, sin embargo, para los inversores de aquel momento habría sido un retorno bajo debido a la fuerte inflación, el fin del patrón oro y los embargos del petróleo, entre otros aspectos.

Lo mismo podría ser cierto para un mercado actual con flujos positivos que básicamente han sido ininterrumpidos: cuando los mercados se mueven continuamente hacia arriba, no hace falta ser muy selectivo. Tener una amplia exposición del mercado durante momentos alcistas puede proporcionar una amplia rentabilidad para muchos inversores.

Sin embargo, los mercados en algún momento dejan de ser alcistas, lo que puede dejar a los inversores expuestos cuando el mercado cambie de tendencia y comience a ser bajista. Por ello, creemos que la gestión activa ayuda a los inversores a lo largo de todo el ciclo del mercado, incluido en los periodos bajistas y volátiles. Si bien hemos experimentado un mercado alcista prolongado, no creemos que hayamos visto el final de los ciclos del mercado.

 

Tribuna de Michael W. Roberge, director ejecutivo de MFS.

La descorrelación entre acciones y sectores probablemente derive en retornos diferenciales para la gestión activa

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La descorrelación entre acciones y sectores probablemente derive en retornos diferenciales para la gestión activa
Foo: Chmouel Boudjnah. La descorrelación entre acciones y sectores probablemente derive en retornos diferenciales para la gestión activa

En un contexto de amplia liquidez mundial, bajas tasas de interés y baja inflación en las principales economías desarrolladas, los activos con riesgo tuvieron un desempeño estelar en 2017. La fuerte revalorización de las principales bolsas mundiales se vio acompañada de una compresión de spreads en los bonos corporativos con grado de inversión, especulativos y de emergentes. El dinamismo del crecimiento global y del comercio dio impulso a los países emergentes que, en líneas generales, contribuyeron positivamente a la consolidación del ciclo alcista, con fuerte suba de sus acciones y deuda en moneda local y en dólares.

En términos regionales, los mercados emergentes acumulan hasta el momento la mayor suba, con el MSCI Emerging Markets apuntándose un 31%, liderado por las acciones Chinas que tuvieron una revalorización cercana al 50% en 2017. La economía China ha logrado coordinar un aterrizaje suave de su economía, a niveles de 6,5% anual, evitando la fuerte desaceleración que temían los mercados. Su economía se ha visto sostenida por un repunte de las exportaciones y gran dinamismo del consumo interno.

Las principales economías desarrolladas han visto una revalorización de sus bolsas de más de 20%, con sectores como el tecnológico doblando el retorno del mercado en el mismo periodo. En líneas generales las acciones de crecimiento lo han hecho significativamente mejor que las de valor y las empresas de gran capitalización han subido más que las pequeñas y medianas. Bajo el impulso de una reforma fiscal cada vez más probable en Estados Unidos, el mes de noviembre ha visto la gestación de una incipiente rotación hacia los sectores tradicionalmente considerados de valor y sectores beneficiarios del recorte de impuestos. De cara a 2018, destaca el posicionamiento en el sector financiero, industrial y energético.

La falta de tracción inflacionaria junto a las perspectivas de crecimiento sostenido para 2018, dificultan la justificación de una posición defensiva en los próximos doce meses, favoreciendo el status quo de los mercados que confían en una continuación del escenario de “Goldilocks: baja inflación y crecimiento moderado”. Sin embargo, con niveles de desempleo del entorno de 4% es difícil imaginar un mundo sin presiones salariales, especialmente considerando el impulso adicional al crecimiento para 2018 proveniente de la reforma fiscal americana.

Ante este escenario, pensamos que los inversores deben moderar sus expectativas de retorno para el año próximo y mantener carteras de inversión bien diversificadas que permitan participar del alza de los mercados en esta fase tardía del ciclo pero que a la vez proporcionen protección a la baja en periodos de aversión al riesgo. Con la volatilidad de las acciones en niveles históricamente bajos, pensamos que es importante diseñar carteras que puedan sobrellevar cambios repentinos de sentimiento. 

En los próximos doce meses la divergencia de política monetaria entre los principales bancos centrales y la dinámica sectorial diferencial marcaran la pauta de los mercados. La descorrelación entre acciones y sectores probablemente derive en retornos diferenciales para la gestión activa, subrayando la importancia de incluir gestores experimentados que puedan navegar con éxito un ciclo alcista longevo con valuaciones históricamente elevadas en muchas regiones y sectores.

Dentro de la renta variable, favorecemos una asignación global que incluya acciones americanas, europeas, japonesas y de mercados emergentes. Más allá del impulso adicional proporcionado por la reforma fiscal a las ganancias empresariales americanas, esperamos ganancias sostenidas en Europa y Japón. En emergentes, priorizamos la selectividad y nos inclinamos por economías que además de beneficiarse de un ciclo externo positivo estén embarcadas en procesos de reformas internas como Argentina.

Dentro de la renta fija, priorizamos una estrategia “barbell”, combinando bonos con grado de inversión y bonos del tesoro americano ligados a la inflación (TIPS) con una asignación a la parte más riesgosa de la renta fija para lograr carteras con un retorno atractivo pero que ofrezcan cierta protección en periodos de aversión al riesgo. Dentro de la renta fija con riesgo, preferimos los bonos corporativos de emergentes en dólares cuya dinámica se ve favorecida por una coyuntura internacional benigna y una recuperación de las economías domésticas.

Columna de Puente escrita por Analía Giachino

La lucha contra el cambio climático es una tarea de todos

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La lucha contra el cambio climático es una tarea de todos
Foto: Doug88888, Flickr, Creative Commons.. La lucha contra el cambio climático es una tarea de todos

Las temperaturas medias del planeta encadenan récords desde 2014, los eventos climáticos cada vez son más duros, las enfermedades respiratorias crónicas se multiplican, se están produciendo impactos irreversibles sobre la biodiversidad… son sólo algunos de los elementos en una lista de acontecimientos preocupantes que crecen año tras año.

El Acuerdo de París, adoptado en la Conferencia sobre el Cambio Climático de 2015, ha sido un poderoso acelerador para impulsar la concienciación sobre este asunto. Hasta la fecha, 169  países han ratificado este acuerdo, cuyo principal objetivo es mantener el calentamiento global por debajo de 2 grados en 2100. Este compromiso no puede ocultar la escala del reto ya que las emisiones de CO2 aumentaron de nuevo en 2017 después de tres años estancadas.

En torno a un 40% de las compañías aseguran estar preocupadas o muy preocupadas sobre los impactos potenciales del cambio climático en su cadena de valor, ya sea en el nivel de la producción, proveedores o distribución. La consecuencia directa es que más o menos la misma proporción cree que el cambio climático ya está afectando a sus costes operativos y, en consecuencia, a su rentabilidad futura.

Un estudio reciente de la organización CDP (Carbon Disclosure Project) muestra que las compañías están abordando el problema directamente. CDP también dice que el 68% de las compañías encuestadas han establecido objetivos climáticos para 2020 o más adelante, frente al 55% en 2016. Por el contrario, sólo el 14% de los encuestados han alineado sus objetivos con las evidencias científicas que apoyan el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 2 grados en 2100.

El proceso se ha puesto en marcha y se han hecho progresos significativos. Aun así, todavía queda mucho por hacer para alinear los objetivos de todas las partes implicadas con un camino sostenible. El mundo financiero tampoco se ha quedado al margen. La crisis económica y financiera ha contribuido a la aparición de un enfoque más amplio en la creación de valor. Esto se pone de manifiesto en la tendencia hacia la integración de criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) en las estrategias de inversión. Esta aceleración ha sido posible gracias al fuerte compromiso de responsables políticos internacionales, creando un entorno para que el sector financiero desempeñe un papel crítico a la hora de afrontar este gran reto del siglo XXI y de apoyar la transformación hacia una economía con emisiones bajas de carbono.

La disponibilidad de datos y el marco de reporting son elementos esenciales para tener en cuenta los asuntos climáticos en las estrategias de inversión. Para moverse de la intención a la acción, compañías e inversores necesitan más que nunca un marco estructural para difundir y analizar la información sobre temas medioambientales. En Oddo BHF Asset Management formamos parte de esta búsqueda de progreso continuo, por lo que hemos incorporado un análisis cuantitativo, que va más allá de la medición del carbono, de la contribución de nuestros fondos con criterios ESG a la consecución de los objetivos climáticos.

Nicolas Jacob, responsable de Análisis ESG en ODDO BHF Asset Management

2018: turno en Europa de la normalización monetaria

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2018: turno en Europa de la normalización monetaria
Foto: Minwoo, Flickr, Creative Commons. 2018: turno en Europa de la normalización monetaria

En 2012 Mario Draghi pronunció sus famosas palabras “Haremos lo que sea necesario” y casi nadie parecía aventurar que asistiríamos a un proceso continuado de políticas monetarias expansivas que se extendería hasta 2018. Cinco años después de las palabras del gobernador del BCE y tres después del inicio de la expansión monetaria en Europa, nos encontramos con una Zona Euro que crece por encima de su potencial a largo plazo, con la tasa de desempleo cayendo de manera sostenida desde 2013 y con el sentimiento económico en máximos de los de últimos diez años. Una combinación que, a priori, debería corresponderse con políticas monetarias menos expansivas.

La necesidad de políticas monetarias menos expansivas se asocia al término, ampliamente utilizado estos días, “normalización monetaria”. Aunque algunas voces siguen defendiendo que los niveles de inflación no justifican la retirada de los estímulos, cuando miramos el cuadro macro europeo no parece que exista una correspondencia lógica que justifique unos tipos de interés en terreno negativo.

Quizás el debate debería centrarse en si los estándares de inflación que están manejando los bancos centrales se corresponden con una economía en la que la globalización, las fuentes alternativas de energía y la disrupción de la tecnología llevan los precios de bienes y salarios a la baja. En cualquier caso, inflaciones en el entorno del 1,5% difícilmente casan con tipos a cinco años en negativo.

Dando por hecho que este proceso de normalización monetaria tendrá su inicio en 2018, nos surge una importante cuestión: ¿están los mercados preparados para el inicio de este proceso?

No tiene una respuesta fácil esta pregunta. Si hablamos con una muestra de gestores/analistas/intermediarios y demás agentes del mercado, la gran mayoría apostará por el inicio de la retirada de estímulos en Europa. Sin embargo, las curvas europeas siguen moviéndose en terreno negativo.

Una de las múltiples razones que podemos encontrar es la presencia de un comprador final, el BCE, que sigue cumpliendo con su mandato de comprar 60.000 millones al mes. Pero no sólo es el BCE, la enorme liquidez existente se encuentra penalizada por las acciones del BCE (con su tipo de depósito en negativo) lo que obliga a esa liquidez a participar de la búsqueda de rentabilidad en un entorno de tipos negativos.

Otro efecto perverso del QE es la naturalidad con la que estamos asistiendo a estrechamientos de los diferenciales en los bonos de peor calidad crediticia. A la complacencia que solemos experimentar los inversores en climas como el actual tenemos que unir la búsqueda, a veces desesperada, de rentabilidad. Esto nos está llevando a minusvalorar ciertos riesgos que sólo parecen evidentes cuando el viento cambia de dirección.

Dada la asimetría existente entre los fundamentales y los tipos de interés, la vía más adecuada nos parece la de la prudencia. No nos cabe duda de que Draghi hará uso de su habilidad para dar al mercado mensajes positivos, pero cuando ocurra la normalización monetaria podemos asistir a importantes movimientos en los mercados de renta fija (lo que supondrá tipos más altos) y, quizás, el momento más adecuado para prepararnos para el futuro sea ahora. 

Tribuna de David Ardura, director de Gestión de Gesconsult

Cómo posicionarse de cara al 2018

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Cómo posicionarse de cara al 2018
Pixabay CC0 Public Domain. Cómo posicionarse de cara al 2018

Sin dudas, el 2018 va a ser un año de grandes desafíos para el asesor financiero latino, su principal competencia va a ser la economía real. El cliente de banca privada encontrará retornos muy satisfactorios en la economía real, con países como Argentina y Brasil mostrando crecimiento, incremento en la inversión privada y tasas de retornos en proyectos locales muy satisfactorias, la tarea del asesor financiero se hará más desafiante.

Una buena administración del portafolio tendrá como principal desafío conseguir para sus clientes tasas de retornos superiores a las que su cliente puede conseguir invirtiendo localmente, ya sea en el mercado financiero o en la economía real.

Por otro lado, el mundo está con un crecimiento sincronizado tanto en regiones como en sectores, que hace que la inversión offshore se encuentre saludable para el inversor con apetito por el riesgo. 

En los portafolios favorecemos las inversiones globales a las regionales, apuntamos a mandatos flexibles en renta fija con posibilidad de movimiento de sus portafolios para tomar ventajas de la volatilidad esperada para el 2018; Y haciendo movimientos tácticos entre los diferentes sectores del crédito, optimizar arbitrajes de monedas y arbitrando movimientos en las curvas de tasas de interés.  

La inversión buy and hold en renta fija no tendrá buenos resultados, se necesita ser muy selectivo en el crédito, tener estrategias tácticas para optimizar los retornos.  

En cuanto a las posiciones en renta variable, preferimos la inversión global, estamos muy positivos en Europa, Japón y países emergentes. Estos últimos se benefician de este crecimiento mundial sincronizado y un escenario inflacionario bajo. 

Si bien existen riesgos geopolíticos, el mundo corporativo mundial está muy saludable y en ese contexto creemos que hay que sobre ponderar renta variable a renta fija. 

La dispersión muestra señales de aumento, lo que favorece la administración activa.  

Algunos de los factores que tenemos que tener bajo el radar y controlar en forma sistemática es la inflación americana, la posibilidad de un enlentecimiento en la economía y la llegada del final del ciclo económico americano.  Si bien por ahora no vemos que se cristalice ninguno de los tres factores, es conveniente monitorear de cerca a Estados Unidos, dado que la economía está en la fase final del ciclo económico. 

Algún cambio en esta economía puede ocasionar correcciones en el resto del mundo y provocar movimientos en los portafolios.

Para proteger al cliente frente a escenarios de volatilidad, somos muy cautelosos con los instrumentos utilizados, el manejo que estos hacen de los drawdowns, la correlación y overlapping de los mismos.  

Analizamos cada portafolio en forma integral, porque si bien hay instrumentos que aislados parecen muy interesantes, pueden no agregan valor cuando se combina con otros.

María Camacho es investment strategist, responsable de la creación de ideas de inversión, estrategias y seguimiento de productos financieros de LATAMConsultUs.

La inversión alternativa se abre paso en España

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La inversión alternativa se abre paso en España
Foto: titoalfredo, Flickr, Creative Commons. La inversión alternativa se abre paso en España

Ya hace unos años que vienen implantándose en nuestro país una serie de modalidades de financiación e inversión como alternativa a la banca tradicional. Vienen de la mano de las nuevas tecnologías, y facilitan operaciones que la banca poco a poco ha ido haciendo más inaccesibles para inversores y empresas de nuestro país.

El crowdlending como alternativa de inversión

Esta modalidad alternativa denominada crowdlending se define como aquella actividad que pretende crear una línea de financiación basada en conectar de manera directa inversión y financiación proporcionando así oportunidades más ventajosas de inversión alternativa.

El auge de la economía colaborativa hace posible el crecimiento de este tipo de plataformas que proporciona unas rentabilidades para los inversores que antes estaban reservadas únicamente a la banca tradicional.

Beneficios de este tipo de inversión 

Hablamos de rentabilidad, pero ya no es solo esa alta rentabilidad que las inversiones generan sino que la mayoría de estas plataformas no te cobran ninguna comisión por abrirte una cuenta o, si lo hacen, es mínima.

Además, puedes ver cómo retorna tu inversión mes a mes. Conocerás la cuota mensual que recibirás y, por ende, cómo irás recuperando así tu dinero junto con los intereses.

La comodidad que arrojan las plataformas es tal que existe una herramienta para que puedas realizar de manera automática las inversiones que más se ajusten a tus preferencias.

Además, uno de los aspectos más satisfactorios de este tipo de inversión es dónde se invierte tu dinero, el cual es prestado directamente a empresas que tú mismo eliges conociendo así en todo momento en qué está siendo utilizado tu dinero.

Y, te preguntarás: ¿cómo puedes invertir a través del crowdlending?

Las operaciones de financiación de empresas se cuelgan en el marketplace o mercado de estas plataformas haciendo posible que tú mismo inviertas en ellos eligiendo qué préstamo quieres financiar y qué cantidad quieres invertir.

Existen inversiones en préstamos garantizados por SGR que son inversiones desde 36 meses en préstamos cuya inversión es asegurada por las Sociedades de Garantía Recíproca y que garantiza una rentabilidad del 2%+Euribor. A su vez, las SGR, cuentan con el respaldo de CERSA y del FEI. Este tipo de inversión es únicamente ofertado por la plataforma MytripleA.

Ahora que conoces un poco de qué va, conoce todo sobre esta rentable alternativa con esta Guía completa para invertir en crowdlending.

Tribuna de Jorge Antón, CEO de MytripleA.

Bonos convertibles: acceso a altos rendimientos con protección en momentos de subidas de tipos

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Bonos convertibles: acceso a altos rendimientos con protección en momentos de subidas de tipos
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Linus Bohman. Bonos convertibles: acceso a altos rendimientos con protección en momentos de subidas de tipos

Durante los años de subidas de tipos de interés, los bonos convertibles han dado resultados positivos. Con el futuro endurecimiento de las políticas monetarias por parte del BCE y de la Fed, vemos atractivas oportunidades de inversión en estos híbridos, tanto en EE.UU., como en Europa.

En EE.UU. es un buen momento para invertir en bonos convertibles por dos razones principalmente:

  • El mercado primario está activo y permite identificar bonos convertibles que son asimétricos, convexos y defensivos. Particularmente en la cartera del fondo Lazard Convertible Global hemos cambiado parte de nuestros bonos convertibles de renta variable a valores más defensivos y convexos.
  • En el mercado estadounidense, muchos subsectores son muy atractivos y especulativos, como el juego (gaming), los contenidos “en la nube” o la inteligencia artificial. Estos sectores atraen muchos flujos de entrada e invirtiendo en ellos a través de bonos convertibles se logra acceso a un sector de alto crecimiento, protegiéndonos por el componente bono en caso de una burbuja.

En Europa, las mejores oportunidades en bonos convertibles están en empresas de pequeño y mediano tamaño. Debido a que el universo de bonos convertibles europeos es limitado en tamaño y tiene un fuerte sesgo hacia sectores como el inmobiliario, nos concentramos en el análisis de abajo hacia arriba (bottom-up), caso por caso.

Los bonos convertibles más adecuados para este momento del ciclo son aquellos que son muy convexos, tienen un fuerte bono de base, tienen una acción subyacente volátil y están emitidos por una empresa de crecimiento (growth).

El fondo Lazard Convertible Global se ha comportado mejor que el índice de referencia recurrentemente en periodos de subidas de tipos. Parte del éxito de esta estrategia reside en la selección de las empresas de crecimiento (growth), que son las que más nos gustan porque tienen los mismos intereses que los inversores de bonos convertibles: convertir el bono convertible y pagar a los inversores en acciones de nueva emisión. Para llevar a cabo esto, las acciones tienen que subir, que es precisamente lo que queremos como inversores de bonos convertibles.

Sectorialmente, prefiero la tecnología o sectores de consumo discrecional, por ejemplo. No son interesantes los bonos convertibles del sector inmobiliario, ya que dan altos dividendos a los accionistas (con los bonos convertibles tenemos cupón fijo, no dividendos), ni tampoco las compañías con calificaciones muy bajas, como los bonos calificados con CCC, ya que el componente de deuda del bono convertible se mueve con la calificación y no protege al inversor.

En nuestro fondo Lazard Convertible Global tenemos una baja exposición a los tipos de interés, no sólo en los EE.UU., sino también en Europa. En la actualidad, tenemos una duración modificada (sensibilidad de los precios del bono frente a variaciones en los tipos de interés del mercado) de 0,85, pequeña en comparación con las de los índices de referencia, que se sitúan entre 1,6 y 2,4.

Arnaud Brillois es director de inversión en convertibles de Lazard Frères Gestion.

 

¿Hay vida en Tokio?

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¿Hay vida en Tokio?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Moyan Brenn. ¿Hay vida en Tokio?

Tras la elección de Emmanuel Macron el pasado mes de mayo y su éxito en las elecciones generales que se celebraron el mes siguiente, el mercado parece haber desarrollado un gran entusiasmo por todo lo europeo. Las expectativas de recuperación económica y de un renacimiento del euro en una Unión de “dos velocidades” se han intensificado.

Los beneficios previstos para los próximos 12 meses del índice MSCI Europa ex UK han aumentado un 17% desde octubre de 2016, y la rentabilidad en el periodo fue superior al 20%. Mientras tanto, al otro lado del mundo, Japón ha experimentado una gran recuperación a nivel doméstico, en gran medida sin la participación de inversores extranjeros. Los beneficios esperados en Japón han aumentado un 18% en los últimos 12 meses, y el índice MSCI Japón acumula una subida del 25%1. Sin embargo, pese a la similitud en términos nominales, existen diferencias significativas entre las dos tendencias.

La mejora interanual de los beneficios esperados en Europa se ha visto impulsada por los sectores financiero, de consumo discrecional, industrial y de materiales, que aportan más de la mitad del crecimiento, mientras que el 90% de la mejora de los beneficios japoneses procede de los sectores industrial, de consumo discrecional y tecnológico.

Las perspectivas de los beneficios europeos dependen en gran medida, por tanto, de larecuperación cíclica de la demanda de materias primas, así́ como de las esperanzas puestas en la subida de los tipos de interés. Por otro lado, Japón se ha bene ciado de la recuperación de la demanda de sus productos, así́ como de una mejora significativa de los márgenes, apoyada por las fluctuaciones de su divisa.

Con el índice MSCI Word cotizando a 16,8 veces beneficios previstos para los próximos 12 meses y EE.UU. a 18,2 veces, resultan sin duda atractivas para los inversores globales las valoraciones de las acciones de Europa (ex Reino Unido) cotizando a 15,5 veces y las de Japón a 14,7 veces beneficios previstos.

Brecha amplia

Sin embargo, cabe destacar que la delta entre Europa y Japón se amplia todavía más si se tiene en cuenta la distribución sectorial. Con la excepción de los sectores de consumo básico y de atención sanitaria, que son mucho más pequeños en Japón, los demás segmentos cotizan en su mayoría por debajo de las valoraciones europeas, y en el caso del sector industrial muy por debajo de las mismas.

Tras la reciente reelección de Sino Abe, Japón se ha convertido en uno de los pocos países del G7 con un gobierno electo respaldado mayoritariamente por un partido tradicional. En la zona euro, Francia está gobernada por un presidente y por un partido que aun no han sido puestos a prueba, mientras que a Alemania le cuesta crear un nuevo gobierno e Italia celebra elecciones el próximo ano. Mientras tanto, Reino Unido enfrenta las dificultades del Brest y Estados Unidos está intentando encontrar un modus operandi con su nuevo presidente. Esto deja a Canadá́ como único miembro del G7 con un entorno político “tradicional”.

A menudo, nuestro equipo se ha mostrado escéptico con respecto a Japón, sobre todo porque las decisiones de asignación de capital de los equipos directivos de compañías japonesas con frecuencia han sido difíciles de entender.

La rentabilidad sobre el capital de las compañías japonesas cotizadas sigue rondando la mitad del nivel del mercado global. Hay varias razones para ello, pero estas normalmente incluyen unas adquisiciones caras —a veces compran compañías en sectores en los que tienen poca experiencia—, grandes participaciones cruzadas con poco o ningún fundamento económico, reservas de efectivo innecesariamente grandes, falta de disciplina de precios, una alta tolerancia a las ineficiencias y un gobierno corporativo débil.

Como siempre, nuestro enfoque de inversión es ascendente, centrado en identificar oportunidades a nivel compañía y basado en los fundamentales, pero seguimos muy de cerca los esfuerzos del gobierno japonés para introducir cambios, y estamos empezando a ver cierta mejora en las rentabilidades del mercado japonés. Por ahora no tenemos compañías japonesas en la cartera.

Francamente, nos parece que la calidad escasea en Japón, con solo un 12% del mercado capaz de cumplir con los per les de rentabilidad, de márgenes y de balance que buscamos. Todo esto antes de evaluar la calidad del negocio o de la gestión, que también hace que descartemos muchas otras compañías, dejando muy pocas en la lista.

Además, esta escasez tiene un precio. En Japón la calidad, cuando se encuentra, es la más cara del mundo desarrollado, cotizando en promedio a rentabilidades sobre el flujo de caja del 3,3%, cerca de un 50% más cara que nuestras carteras de calidad, que cotizan con una prima de tan solo el 10% respecto al mercado en su conjunto con una calidad significativamente más alta. Así́ que, por ahora, esperaremos pacientemente a que las valoraciones se vuelvan más atractivas, y a que los directivos de las compañías japonesas se orienten más hacia los accionistas y hacia la rentabilidad.

Opinión de William Lock, Bruno Paulson y Dirk Hoffmann-Becking, del equipo de International Equity de Morgan Stanley Investment Management.

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Elecciones en Cataluña y el mercado de renta fija: la incertidumbre política puede tener más efectos negativos en los países vecinos que en las empresas españolas

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Elecciones en Cataluña y el mercado de renta fija: la incertidumbre política puede tener más efectos negativos en los países vecinos que en las empresas españolas
Foto: Aranjez1404, Flickr, Creative Commons. Elecciones en Cataluña y el mercado de renta fija: la incertidumbre política puede tener más efectos negativos en los países vecinos que en las empresas españolas

Es increíble pensar que una región tan pequeña como Cataluña pueda atraer la atención de los inversores de renta fija en todo el mundo, pero como vivimos en un mundo de baja volatilidad histórica, los inversores buscan constantemente oportunidades que puedan mover el mercado, y Cataluña es ciertamente una de ellas.

La región ya ha asustado a los inversores varias veces en los últimos seis años. Cataluña no solo se vio afectada por la burbuja inmobiliaria española que se expandió entre 2008 y 2013, sino que también provocó crisis propias al exigir reiteradamente la independencia de España.

Bono del gobierno catalán, vencimiento 2020:

 

 

El gráfico anterior muestra el rendimiento de la deuda regional de Cataluña (vencimiento 2020) desde 2012 hasta la actualidad. Como puede observarse, hay tres momentos clave en los que el rendimiento de Cataluña aumentó: a principios de 2012, en marzo de 2016 y finalmente en octubre de este año.

A principios de 2012, el rendimiento del bono del gobierno catalán aumentó un 116% debido a una situación angustiosa en el sistema financiero español. En ese momento, España no pudo rescatar a su sector financiero y tuvo que solicitar un paquete de rescate a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad. Al mismo tiempo, la deuda regional de Cataluña por sí sola representaba el 38% de la deuda total de las comunidades autónomas españolas. Los inversores comenzaron a vender bonos soberanos españoles y papeles regionales porque temían enfrentar un default.

En julio del mismo año, sin embargo, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, anunció en Londres que el BCE estaba «listo para hacer lo que sea necesario para preservar el euro», reforzando su declaración diciendo «y créanme, será suficiente». Sólo una semana después, el BCE anunció un programa para comprar bonos del gobierno de los países europeos en dificultades, lo que redujo los rendimientos en toda la zona del euro, ya que los intercambios especulativos contra los países más débiles de la UE fueron desalentados. Después de esto, las cosas en la periferia comenzaron a estabilizarse.

En 2016, sin embargo, Cataluña sufrió otro golpe, ya que la región se enfrentó a 4.600 millones de euros en amortizaciones de bonos ese mismo año y reclamaba su independencia de España para arrancar. Como consecuencia, España amenazó con cortar el suministro financiero de Cataluña. Los inversores entraron en pánico una vez más y vendieron, tanto la deuda española, como la catalana.

Las facciones independentistas podrían sentirse decepcionadas al saber que el referéndum celebrado en octubre de este año no asustó tanto a los inversores como los eventos mencionados anteriormente. De hecho, aunque el rendimiento de los bonos de Cataluña aumentó 80 puntos básicos durante la crisis de 2017, se revirtió una vez que el gobierno español tomó el control de Cataluña, disolvió el parlamento regional y anunció nuevas elecciones.

Elecciones sin ganador

De cara a las elecciones que se celebrarán el próximo día 21, las encuestas indican que los partidos proindependentistas de Cataluña (PdeCat, ERC y CUP) no pueden obtener los 68 escaños necesarios para lograr el monopolio parlamentario, pero se mantienen mejor organizados que los partidos pro unidad. Los partidos antiindependentistas son ideológicamente muy diferentes, siendo uno izquierdista, uno liberal y el tercero conservador. Por lo tanto, es un desafío para ellos mostrar un frente unido en cualquier tema, salvo la soberanía misma.

Por lo tanto, nos enfrentamos a unas elecciones que podrían terminar sin ganador. Si los partidarios pro-independencia ganan la mayoría, continuarán con su impulso hacia la soberanía catalana; si los partidos antiindependentistas ganan, no podrán gobernar la región, y el movimiento separatista tomará el ejemplo de su incompetencia y continuará con su intento de independencia.

En este punto, ¿qué pueden esperar los inversores de tal resultado? La respuesta es que no pueden esperar nada diferente de lo que han experimentado en los últimos años: la situación se prolongará con subidas y bajadas durante más tiempo, y la volatilidad aumentará.

Se podría pensar que, en esta situación, los grandes perdedores serían los bonos de empresas con exposición a Cataluña. Sin embargo, si miramos los bonos subordinados (normalmente son los instrumentos más sensibles a los cambios de mercado) de los bancos catalanes Sabadell y CaixaBank, se observa que los rendimientos aumentaron 60 y 30 puntos básicos respectivamente tras el referéndum de octubre… pero luego rápidamente cayeron, tocando nuevos mínimos cuando el gobierno español restauró el orden.

Al mismo tiempo, los bonos subordinados de BBVA (que adquirió Catalunya Banc en 2015) no se inmutaron en absoluto mientras se intensificaba la crisis constitucional.

La razón por la cual los bonos corporativos españoles vieron una reacción marginal es porque la mayoría de los ingresos de estas empresas en realidad provienen de fuera de España. Según la Bolsa de Madrid, solo el 36% de los ingresos del Ibex de 2016 provinieron de España … BBVA, por ejemplo, emplea a más personas en México que en toda España.

Es importante señalar que la incertidumbre política en Cataluña puede tener más efectos negativos en los países vecinos que en las empresas españolas. El apoyo a los partidos independentistas en España puede interpretarse como un fortalecimiento del sentimiento nacionalista en Europa, algo que también podría influir en las elecciones italianas de mayo de 2018. Si ese es el caso, Europa tal como la conocemos, puede estar bajo amenaza.

Tribuna de Althea Spinozzi, analista de renta fija de Saxo Bank