La energía y otros sectores directamente afectados por la posible crisis de suministro (Parte III)

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Históricamente, la inversión de capital en el sector energético ha estado muy correlacionada con los precios de la energía, lo que a menudo ha provocado un exceso de oferta. El informe Perspectivas de la CROCI3 de este año (Homeward bound to Ithaca, febrero de 2022) mostraba cómo el gasto de capital en el sector alcanzó su máximo entre 2012 y 2014 -con un capex que casi duplicaba la depreciación- cuando los precios de la energía también estaban en sus niveles máximos. Este mayor gasto de capital significó que la base de capital aumentó muchas veces entre 1997 y su año máximo en 2014. Desde entonces, el bajo precio del petróleo ha provocado una reducción considerable de las nuevas inversiones en el sector, lo que ha provocado un descenso neto de su base de capital.

Los siguientes gráficos muestran la contribución geográfica del capex sectorial y del capital neto invertido, según la base de datos CROCI. A nivel mundial, los niveles de capex siguen siendo modestos en comparación con el último ciclo de capex.

Gastos de capital de las empresas de exploración de petróleo y gas (en millones de dólares)

Fuente: DWS, datos de la CROCI a 14 de marzo de 2022. DM – Mercados desarrollados; Asia (EM) – Mercados emergentes de Asia. 2022E para Rusia se basa en el tipo de cambio del 1 de enero de 2022.

Las tendencias del ICN para el sector indican una modesta mejora en 2022 gracias a un incremento de las inversiones estimadas, lo que contribuirá a compensar el gasto mucho menor de los dos últimos años. El éxodo de socios extranjeros podría afectar significativamente a los proyectos centrados en Rusia a corto plazo. Según la cobertura de CROCI para las empresas de exploración de petróleo y gas, la cuota de las empresas rusas se sitúa en el 21% del capital neto invertido en el sector energético mundial5.

Capital neto invertido por las empresas de exploración de petróleo y gas (en millones de dólares)

Fuente: DWS, datos de la CROCI a 14 de marzo de 2022. DM – Mercados desarrollados; Asia (EM) – Mercados emergentes de Asia. 2022E para Rusia se basa en el tipo de cambio del 1 de enero de 2022.

El futuro de Rusia en el sector energético

En cuanto a Rusia, varias grandes empresas de petróleo y gas se han retirado del país, y los activos rusos existentes de petróleo y gas parecen estar llenos de incertidumbre. Aunque el aumento de los precios de la energía debería hacer más lucrativo el incremento de las inversiones para cualquier productor de energía, a Rusia le resultará difícil debido a dos factores principales: 

1) Impacto inmediato: Con las sanciones financieras impuestas a Rusia por Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea, los participantes en el mercado se muestran cautelosos a la hora de comerciar con contrapartes rusas, a pesar de que el propio mercado energético está exento en gran medida. Hay informes de que los propietarios de petroleros adoptan un enfoque conservador hasta que la situación mejore. Casi dos tercios de sus ventas de crudo se mueven por barco, por lo que esto tiene un impacto negativo inmediato.

2) Impacto a largo plazo: Las reservas probadas de Rusia están entre las más altas del mundo. Sin embargo, entre el 40% y el 50% de las reservas probadas declaradas por las tres grandes empresas rusas están sin explotar, por lo que todavía se necesitan importantes inversiones de capital. En ausencia de la tecnología y el capital de las empresas occidentales, el desarrollo de nuevas reservas complejas va a ser especialmente difícil.

Sensibilidad de la rentabilidad real del sector energético mundial a la escalada de los precios de la energía

Según los datos de la CROCI, la valoración actual del sector implica que el precio del petróleo para 2022 es de 78 dólares por barril. Esto está casi en línea con la estimación media de consenso del precio del petróleo para 2022. Es probable que las estimaciones de consenso experimenten una revisión gradual, aunque significativa, al alza en caso de que el suministro de energía siga viéndose afectado durante un periodo prolongado. 

La rentabilidad global en efectivo o CROCI será ciertamente sensible a una posible revisión al alza de los precios de la energía de consenso.

Suponiendo que el precio del petróleo siga siendo elevado, con una media de 100 dólares por barril, esperamos que el CROCI de 2022E aumente del 3,2% al 6,2%. Si el precio medio del petróleo sube aún más y se sitúa en una media de 140 dólares por barril a lo largo del año, el CROCI alcanzaría el 10,7% según nuestros cálculos de sensibilidad.

Las decisiones de asignación de capital para el sector en general determinan en última instancia si el aumento de los precios de la energía se traducirá realmente en una mayor rentabilidad, una relación que se analiza en el informe CROCI Outlook 2022. El siguiente análisis de sensibilidad supone que los planes de capex de crecimiento siguen siendo disciplinados y que no llega ninguna nueva oferta importante al mercado.

Aglomeraciones energéticas y sensibilidad al precio del petróleo

 


Fuente: DWS, CROCI, datos disponibles el 14 de marzo de 2022. Datos agregados de las empresas cubiertas por la CROCI que se dedican principalmente a actividades de exploración de petróleo y gas.

La reciente subida del precio del petróleo pone al sector en un pequeño dilema en cuanto a las inversiones. Los factores que favorecen la disciplina de capex son los siguientes

-Sostenibilidad de que los precios de la energía se mantengan elevados: la actual subida de precios refleja un shock de oferta, con el riesgo de una importante corrección si se relajan las tensiones geopolíticas. En este contexto, la vida de los activos energéticos significa que la adición de capacidad persistirá durante un periodo incómodo. Por ejemplo, los yacimientos de petróleo suelen tener una vida útil de entre 15 y 30 años. El factor más crítico para la viabilidad de un campo petrolífero es si el precio del petróleo será suficiente para cubrir los costes de producción durante la vida del pozo.

-Demanda de combustibles fósiles a largo plazo: la tendencia histórica de la demanda mundial de petróleo creció más de un 40% en las tres décadas anteriores a la pandemia, pero las perspectivas de la demanda de petróleo probablemente se verán muy afectadas gracias a los objetivos de neutralidad neta del carbono en las próximas tres décadas.

-Mayor rentabilidad para los accionistas: un precio del petróleo más alto deja a las empresas energéticas con flujos de caja incrementales que podrían utilizarse para aumentar las recompras y/o los dividendos.

Frente a los factores que favorecen un mayor capex:

-Seguridad energética-para reducir la dependencia de Rusia, dadas sus importantes reservas de petróleo y gas en este país. Los productores de petróleo y gas podrían verse incentivados a centrarse en la expansión de nuevas instalaciones para compensar la pérdida de suministro de Rusia.

-Economía favorable: el aumento sostenido de los precios del petróleo hace que el capex de crecimiento sea más económico, especialmente los recursos difíciles de desarrollar, como los yacimientos en alta mar o de baja permeabilidad.

 

3 Perspectivas de la CROCI – De vuelta a casa a Ítaca, febrero de 2022 – https://www.dws.com/en-gb/capabilities/active-investments/croci/the-croci-way/croci-insights/

4 Hasta ahora no se ha observado ningún cambio significativo en el consenso sobre las estimaciones de capex, impulsado por la tensión geopolítica.

5 El capital neto invertido (CNI) a nivel mundial se refiere al universo de cobertura de CROCI, que no abarca a todos los productores de energía que cotizan en bolsa ni a ninguno de los que no cotizan, entre los que destaca Aramco. Es probable que la parte del ICN mundial que representan las empresas rusas sea menor si se incluyen todos los productores de energía cotizados o no cotizados, pero seguiría siendo importante dadas las exportaciones mundiales del país (Figura 3).

6 Basado en la valoración agregada de las empresas cubiertas por la CROCI que se dedican principalmente a actividades de exploración de petróleo y gas. Estos datos son del 14 de marzo de 2022.

 

Disclaimer

El rendimiento del capital invertido en efectivo (CROCI) es un análisis basado en los flujos de caja que, mediante una serie de ajustes económicos a los datos contables tradicionales, pretende que las empresas no financieras sean comparables, independientemente de su sector o domicilio. Las principales áreas en las que los «datos económicos» difieren de los datos contables son las siguientes 

̶ Contabilización de pasivos «ocultos»: el valor de empresa (EV) del CROCI incluye no sólo los pasivos financieros (como la deuda), sino también los pasivos operativos (como los compromisos de arrendamiento operativo, las garantías, los fondos de pensiones, las provisiones específicas, etc.).

̶ Depreciación de activos similares de manera similar – Ajuste de la depreciación para reflejar la «depreciación económica» y la vida económica útil efectiva.

̶ Valor de reposición de los activos – Inflando el valor de los activos netos utilizando el inflador correspondiente (basado en la edad real de los activos). 

̶ Activos no declarados – Capitalizar sistemáticamente los activos reales generadores de tesorería que quedan fuera del balance. Los costes de investigación y desarrollo y la publicidad son ejemplos de este tipo de activos. En los datos y gráficos presentados a lo largo de este documento, la letra «E» se refiere a los ejercicios que aún no han sido declarados. Los datos de estos años se calculan aplicando el modelo CROCI a las estimaciones de consenso del mercado sobre los datos contables. El Grupo CROCI no realiza previsiones ni proyecciones de datos contables.

Descargo de responsabilidad de CROCI

CROCI es una marca registrada de DWS. Toda la información de CROCI está autorizada por el Grupo CROCI Investment Strategy & Valuation de DWS («CROCI»). CROCI no es responsable de la gestión de inversiones de ningún producto de inversión («Producto de Inversión CROCI») basado o derivado de cualquier dato, estrategia y/o metodología de CROCI («Datos CROCI») y no proporciona ningún consejo o recomendación de inversión. CROCI no actúa en calidad de fiduciario en relación con ningún Producto de Inversión CROCI. Aunque CROCI hace todo lo posible por proporcionar información precisa, completa y actualizada, no garantiza la exactitud ni se responsabiliza de que los Productos de Inversión CROCI o los Datos CROCI sean adecuados para el propósito de cualquier inversor. CROCI no ofrece ni asume ninguna representación, garantía o condición, expresa o implícita, con respecto a cualquier Producto de Inversión CROCI o cualquier Dato CROCI.  CROCI no tendrá ninguna responsabilidad por cualquier pérdida o cargo que surja en relación con cualquier Producto de Inversión CROCI o cualquier Dato CROCI. 

CROCI® es una marca registrada de Deutsche Bank AG en determinadas jurisdicciones. DWS/Deutsche Bank AG se reserva todos sus derechos de marca registrados y no registrados. 

LA RENTABILIDAD PASADA NO PREDICE LA RENTABILIDAD FUTURA

© DWS Investments UK Limited 2022.

 

Transición climática, una asignatura aún pendiente en las cotizadas españolas

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Las expectativas del mercado en materia climática han ido sofisticándose en los últimos años. Ya no es suficiente con comunicar o anunciar compromisos, sino que se vuelve imperativo establecer una hoja de ruta detallada que asegure un plan de transición adecuado, unas métricas consensuadas y unos objetivos bien fundamentados que permitan ganarse la confianza de los accionistas y el liderazgo en el mercado.

Según un estudio de KPMG, en España únicamente el 14% de las 125 compañías del mercado continuo se han comprometido a alcanzar cero emisiones netas. De hecho, tan solo siete de ellas tienen un plan de transición público. No obstante, conviene resaltar como algunas de estas compañías ya sometieron su plan de transición a voto consultivo en sus juntas de accionistas, un paso significativo en el compromiso con el clima y la gestión de la empresa en dicho plan.

En líneas generales, podemos decir que mientras las expectativas del mercado en la materia son claras y su incumplimiento puede acarrear claros riesgos para las compañías, existe actualmente una carencia de estrategias definidas a largo plazo, así como de una mejor capacitación del consejo para que puedan definir y supervisar la consecución de los objetivos.

De un análisis interno llevado a cabo sobre las juntas de accionistas de cotizadas en Europa en 2021 hemos identificado, repartidas entre 32 compañías de diferentes sectores como Oil&Gas, Mining, Infraestructure, Utilities o Banking, un total de 54 propuestas relacionadas con el clima sometidas a voto que aportan notables conclusiones. De ellas, el 55% fueron emitidas por las compañías (contando con un apoyo generalizado en el voto final si bien lleno de advertencias en el feedback proporcionado) y el resto, responden a solicitudes de accionistas, algunas de las cuales han alcanzado el respaldo de hasta el 30% de los votos de la junta. De dicho análisis se observó un comportamiento de voto conservador por parte de los asesores de voto (en inglés proxy advisors) y los inversores institucionales, siendo los europeos más críticos que los americanos.

En particular, los mayores inversores mundiales (americanos todos) como Blackrock, Vanguard, FIL, State Street, Capital y JPMorgan votaron de forma más conservadora en algunos casos contradiciendo incluso la recomendación recibida de sus proxy advisors. Sin duda, este comportamiento irá evolucionando poco a poco como reflejo de las nuevas políticas de voto definidas, por parte tanto de los inversores como de los proxy advisors, ante estas propuestas, ya generalmente conocidas en el mercado internacional como Say on Climate.

Fruto de lo anterior así como por el objetivo común por alcanzar los acuerdos de París, es de esperar que, mientras el mercado va aumentando sus expectativas, las compañías adopten una cultura proactiva conscientes de su papel y responsabilidad en la transición climática y para ello implementen las acciones que permitan alinear su plan de transición y potencial liderazgo en materia de clima.

Tribuna de Borja Miranda Johansson, Head of M&A and Activism para Europa de Morrow Sodali

Transición energética ¡hay que actuar ya!

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Huracanes, sequías… En materia de medio ambiente, está claro que la humanidad se enfrenta a una verdadera emergencia climática. Numerosos informes científicos, como los publicados por el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), atestiguan que no hay pausa en el cambio climático. Todavía es posible actuar para preservar el futuro del planeta y de las futuras generaciones, sobre todo en términos de inversión.

A la hora de invertir, lo mejor es ser flexible y optar por un enfoque pragmático. Esto es aún más cierto cuando se trata de abordar los retos del cambio climático. Siendo realistas, invertir sólo en empresas ejemplares no permitirá alcanzar la reducción pertinente de las emisiones de gases de efecto invernadero. Es cierto que no podemos prescindir de los actores del sector de las energías renovables. Pero debemos ir más allá.

Es mucho lo que está en juego, ya que los efectos del cambio climático están evolucionando más rápido de lo previsto, provocando más catástrofes naturales en todo el mundo, como la ola de calor que afectó a Canadá en junio de 2021 y en la que se rondaron los 50ºC. En la última parte de su sexto informe de evaluación, publicado en abril, el IPCC1 destacó las soluciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Todavía es posible reducir las emisiones en un 50% para 2030, pero con una condición: actuar ya.

Ante este problema, en Carmignac hemos desarrollado un enfoque basado en tres ejes principales con el objetivo de invertir en los actores más virtuosos, así como en las empresas que creemos que podrían tener el mayor impacto.

Invertimos no sólo en proveedores de energía verde, sino también en empresas que desempeñan un papel clave en la transición energética, aquellas que son emisoras de CO2 pero que acabarán desempeñando un papel muy importante en la descarbonización de la economía mediante la transformación de sus actividades. De hecho, queremos tener un impacto real alentando a estos grandes actores a reducir sus emisiones de carbono a través de nuestro compromiso y diálogo con ellos. Por último, financiamos a las industrias que ofrecen soluciones innovadoras que tienen un impacto indirecto en la reducción del CO2 (empresas de aislamiento de edificios, economías circulares, etc.).

 

La inversión responsable, un factor clave para la acción
Hoy en día, el sector financiero aparece claramente como un actor principal en la transición ecológica y energética al responder al problema de la insuficiencia de fondos para hacer frente al cambio climático. En el sector de la gestión de activos, por ejemplo, asistimos desde hace varios años a una consideración ingente de criterios no financieros, que son ya tan importantes como los ratios financieros dentro del análisis fundamental.

Si bien Carmignac ha integrado criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG) desde sus inicios, ahora se hace hincapié en nuestro compromiso a través del diálogo con las empresas para conducirlas hacia soluciones más sostenibles, siendo nuestro objetivo, en última instancia, hacer una contribución positiva al medio ambiente y la sociedad. Para ello, hemos desarrollado una política específica de compromiso con los principales actores del proceso de transición, que implica encuentros de mayor calidad y más frecuentes.

Nuestra contribución a la transición energética

 

1Parte III del Sexto Informe de Evaluación del IPCC: Mitigación del cambio climático.

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La importancia de los profesionales certificados para los inversionistas retail e institucionales

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Hemos debido enfrentar un profundo cambio del perfil de los inversionistas del mercado de capitales brasileño, con la inclusión de millones de inversionistas de generaciones más jóvenes, a quienes aún les falta completar su formación financiera y les sobra ambición por los beneficios. En consecuencia, hoy es más importante que nunca asegurarnos de contar con un mercado con profesionales que tengan los conocimientos adecuados y que puedan asesorar correctamente a los recién llegados al mundo de las inversiones.

En este contexto, Brasil ha pasado por un drástico desarrollo de sus mercados de capitales en las últimas décadas. La fuerte caída en las tasas de interés reales, desde rendimientos de dos dígitos en la década de 1990 y principios del 2000, a tasas bajas de un solo dígito antes de 2020, tocando fondo en rendimientos negativos en medio de la pandemia, acompañada de digitalización, innovaciones y ofertas mejoradas, conducen a una oleada de nuevos inversionistas. Específicamente, la cantidad de inversionistas minoristas aumentó seis veces en solo tres años, a 4,2 millones de personas en 2021. El valor de su inversión en acciones aumentó un 150%, lo que impulsó su participación de mercado en un 50%, del 11% en 2018 al 17% en 2021.

Sin embargo, esto puede parecer un arma de doble filo. El mercado brasileño enfrentó un gran cambio de perfil. La antigua base de inversionistas ganó experiencia a lo largo del tiempo y la demografía sugirió un contingente maduro, con un 60% de los inversionistas mayores de 40 años. Por otro lado, la entrada masiva de nuevos inversionistas vino con un perfil opuesto. Entraron en los mercados de capitales con poca o ninguna experiencia. Los recién llegados también son mucho más jóvenes. El grupo de menores de 40 años creció nueve veces. Además, sus primeras ofertas estaban compuestas por productos más simples.

Este cambio generacional justifica medidas. La educación financiera es incipiente en Brasil. El país ha estado rezagado en las clasificaciones mundiales de educación financiera durante años. Además, muchos de los 3,5 millones de nuevos inversionistas están expuestos a valores muy sofisticados, a pesar de su falta de conocimiento e inexperiencia para evaluar adecuadamente las decisiones de inversión.

Esta preocupación se materializó a principios de 2022. Después de un período de tasas de interés bajas, que atrajo a los recién llegados y cambió su cartera hacia una más riesgosa, las cosas cambiaron repentinamente. El aumento de las tasas de interés y la guerra en Europa aumentaron el costo del capital y alimentaron la volatilidad. Los inversionistas sin experiencia pasaron factura. En algunos casos, la exposición a valores asimétricos magnificó los resultados.

Los profesionales de inversión competentes son una parte esencial del sistema. Los expertos transfieren conocimientos, experiencia y protegen a los inversionistas, al mismo tiempo que sientan las bases de asignación adecuadas.

Si bien muchos reguladores imponen requisitos para que las personas se conviertan en profesionales de la inversión. En general, los exámenes solo establecen los estándares mínimos, no las habilidades deseadas y necesarias. En consecuencia, es necesario subir el estándar.

Los inversionistas y las instituciones deben buscar profesionales de inversión de primer nivel. Estos tienen una sólida comprensión, capacidades avanzadas de análisis de inversiones, habilidades de gestión de carteras del mundo real y poseen una competencia escasa muy necesaria, la capacidad de ver el panorama general.

Los expertos también entregan mejores herramientas a los inversionistas para enfrentar situaciones inesperadas hacer frente a eventos no lineales. Tales discontinuidades incluyen eventos incontrolables e impredecibles como la pandemia de COVID-19, la reciente guerra ruso-ucraniana y otras relacionadas con la idiosincrasia propias de los mercados emergentes.

En un entorno con un gran grupo de asesores, las certificaciones, como las proporcionadas por CFA Institute, ayudan a los inversionistas a identificar profesionales competentes que cumplan con los altas estándares exigidos.  Además, algunas certificaciones también exigen un desarrollo profesional continuo y adherir a altos estándares éticos.

La irrupción millones de nuevos inversionistas creó la necesidad de actuar. Los programas de educación financiera y el asesoramiento de profesionales de inversión son factores claves para el desarrollo de mercados saludables y para proteger a los inversionistas. En esta línea, para los inversionistas resulta primordial trabajar con profesionales que hayan demostrado excelencia, credibilidad y que estén comprometidos con los valores éticos, particularmente en una industria donde la confianza y el conocimiento son sus cimientos.

 

Navegando en la incertidumbre de los ratings ESG

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La inversión ESG, que incorpora en los análisis cuantitativos criterios medioambientales, sociales y de gobernanza, es una de las tendencias con mayor recorrido a nivel internacional en los últimos años. Según un informe de la Global Sustainable Investment Alliance, a comienzos de 2020 un total de 35,3 billones de activos bajo gestión, o, lo que es lo mismo, más de un tercio de la inversión total a nivel global, se correspondía con inversión sostenible.

Conforme crece la inversión ESG crecen también tanto los mantras acerca de su potencial transformador (que parecen no poder ser rebatidos), como el número de críticos que parecen no creerse su propósito (aparentemente cargado de buenas intenciones). Así, el sector de la inversión ESG aún cuenta con ciertas controversias a sus espaldas, y no son pocos los que se muestran escépticos respecto a su verdadera capacidad de generar impacto positivo en la sociedad en la que vivimos.

Entonces, ¿cuál es la manera correcta de integrar consideraciones respecto a la protección del medioambiente o el bienestar de los empleados en las estrategias de inversión? Y, ¿cómo es posible diferenciar a las empresas más responsables en sus operaciones de las que no lo son?

La traducción de la sostenibilidad en términos financieros

Al igual que las calificaciones de riesgo crediticio evalúan la solvencia y perspectiva a futuro de las compañías desde un punto de vista exclusivamente financiero, los ratings ESG tienen como objetivo analizar su rendimiento en base a criterios medioambientales, sociales y de gobernanza.

Sin embargo, ante las polémicas en las que se ve envuelto frecuentemente el sector, como las acusaciones de greenwashing o la falta de consideración de determinadas externalidades negativas de las empresas evaluadas, resulta necesario definir en profundidad el objetivo y alcance de estas calificaciones.

De acuerdo con la definición de MSCI, una de las agencias de calificación líder a nivel internacional, los ratings ESG miden la resiliencia de una compañía en el largo plazo frente a riesgos sectoriales en los ámbitos medioambientales, sociales y de gobernanza.

Siguiendo la metodología de Sustainalytics, otra de las agencias referentes en el sector, estas evaluaciones parten de la premisa de que el mundo se encuentra en transición hacia una economía cada vez más sostenible, y que las compañías con una gestión más efectiva de los riesgos ESG tendrán un mayor valor en el largo plazo.

Así, los principales ratings ESG no se centran en el impacto que una compañía tiene en su entorno, sino que evalúan el riesgo en términos financieros derivado de la gestión de aquellos aspectos sociales, medioambientales y de gobernanza más relevantes (o materiales) para cada compañía.

Causas y polémicas asociadas a la falta de correlación

Con la proliferación de los ratings ESG, la falta de estandarización en torno a un marco común de evaluación ha dado lugar a un creciente escepticismo respecto a la validez y la aplicación práctica de los ratings ESG. De hecho, según estudios de la prestigiosa escuela de negocios MIT Sloan, el coeficiente de correlación entre los ratings ESG de 6 de las agencias de calificación más destacadas a nivel global es de 0,61 (en una escala de -1 a 1); mientras que la correlación entre las calificaciones crediticias de agencias como Moody’s y Standard & Poor’s aumenta hasta 0,99.

Siguiendo con los resultados de MIT Sloan, esta divergencia es debida principalmente a dos cuestiones:

– En primer lugar, el empleo de distintas métricas para evaluar un mismo aspecto medioambiental, social o de gobernanza es la principal causa de divergencia entre distintas evaluaciones. Así, un mismo atributo (como por ejemplo la diversidad de género), puede ser evaluado con métricas cuantitativas (como el porcentaje de mujeres en plantilla, en puestos de gestión o respecto al total de nuevas contrataciones), en base a métricas cualitativas (como las políticas e iniciativas en marcha en materia de igualdad) o con una combinación de ambas.

– Por otro lado, el alcance de las evaluaciones cobra también un peso relevante para explicar la falta de correlación existente. Principalmente, esto se debe a que distintas metodologías pueden conllevar el análisis de distintos aspectos ESG, resultando en que determinados temas (por ejemplo, la participación en actividades de lobby) pueden afectar a una calificación concreta y a otras no.

En una muy menor medida, esas faltas de correlación se deben a diferencias a la hora de evaluar la materialidad de los aspectos ESG en una misma compañía o sector; o, lo que es lo mismo, a que distintas agencias de calificación no sigan un mismo criterio respecto a la relevancia de un determinado aspecto ESG sobre el total de la evaluación.

Por tanto, es fundamental, tanto para los inversores como para las compañías analizadas, conocer las metodologías de los distintos proveedores de ratings e índices ESG y no tomar decisiones en base a una única fuente de información. De esta manera, la divergencia existente no supondrá una barrera para la gestión de sus inversiones y de la transparencia frente a sus grupos de interés externos.

¿Hay escepticismo entre los grandes gestores de activos?

El análisis de distintas agencias de calificación ESG pueda dar lugar a conclusiones muy útiles dentro de una estrategia de inversión responsable. Sin embargo, la divergencia existente entre los principales evaluadores provoca también una pérdida de credibilidad para determinados gestores de activos.

Recientemente, el responsable de monitorización de riesgos de Norges Bank, el fondo soberano más grande del mundo, afirmaba en una entrevista a Bloomberg que sus análisis incorporaban las calificaciones de los ratings ESG “en muy pocas ocasiones”, si es que lo hacían. En su lugar, el fondo noruego ha desarrollado una metodología de inversión sostenible, desagregando la información proporcionada por los ratings ESG para después tratarla en base a criterios propios.

Dicha perspectiva, cada vez más extendida entre las gestoras de activos, es seguida en España por entidades como Santander AM o BBVA AM, que cuentan con herramientas propias para evaluar la información proporcionada por proveedores externos e incorporarla en sus inversiones.

Por tanto, el potencial escepticismo existente entre los inversores aparece como una consecuencia más de las controversias derivadas de la falta de estandarización.

No es tanto que las divergencias entre la puntuación ESG otorgada por distintas agencias de calificación haga perder relevancia a sus análisis, sino que ponen encima de la mesa la necesidad de conocer el detalle de las distintas metodologías empleadas para poder sacar el máximo partido a la información analizada.

El camino hacia la estandarización y otras oportunidades a futuro

Con un panorama tan complejo como el actual, aparecen dos principales herramientas para la consolidación de los ratings ESG como fundamento de la inversión responsable: el avance de la regulación y el apoyo a las iniciativas en marcha en torno a la estandarización de las evaluaciones ESG.

En primer lugar, la regulación en cuanto a reporte de información no financiera y clasificación de productos de inversión servirá para reducir las controversias asociadas a las calificaciones ESG. En ese sentido, a nivel europeo hay muchas esperanzas puestas en la consolidación de las taxonomías medioambiental y social y el Reglamento sobre Divulgación de Finanzas Sostenibles de la Unión Europea (SFDR), como marco sobre el que evaluar el impacto no financiero de las inversiones.

Por otro lado, respecto a lo que concierne directamente a los ratings ESG, la iniciativa más relevante actualmente es la definición de estándares de reporte de sostenibilidad a nivel internacional que se está llevando a cabo por la Junta de Normas Internacionales de Sostenibilidad (International Sustainability Standards Board o ISSB, por sus siglas en inglés).

Creada en el marco de la COP 26 y liderada por el antiguo consejero delegado de Danone Emmanuel Faber, la ISSB depende directamente de la Fundación de Estándares Internacionales de Reportes Financieros (IFRS, por sus siglas en inglés).

Respondiendo a las demandas de los distintos grupos de interés del sector, se espera que la fijación de estándares de la ISSB sirva para terminar de una vez por todas con la falta de transparencia y ponga claridad a la inversión ESG.

Además, la Fundación consolida actualmente a dos de los estándares de reporte de sostenibilidad con mayor adopción a nivel internacional, la Sustainability Accounting Standards Board (SASB) y la Carbon Disclosure Standards Board (CDSB), y ha firmado un acuerdo de colaboración a mediados de marzo de 2022 con la Global Reporting Initiative (GRI). Por tanto, la ISSB aúna la perspectiva financiera de los riesgos asociados a aspectos ESG con la visión respecto al impacto que las compañías generan en el medioambiente y la sociedad.

Así, se espera que el complejo panorama actual de los ratings e índices ESG, que actualmente exige de un análisis en profundidad de metodologías y proveedores, comience a dar pasos hacia la homogeneización en el medio plazo. De esta manera, las empresas y gestores de activos podrán centrar sus esfuerzos y estrategias en lo realmente importante: la construcción de una sociedad justa y responsable para todos.

Tribuna de Juan Ignacio Fernández, Sustainability & Business Impact Consultant de Transcendent

El fin de la era 60/40

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Durante los últimos meses las conversaciones dentro del mundo de la gestión de activos han girado en torno a los retos a los que nos enfrentamos de cara a la construcción de carteras realmente diversificadas para los próximos años y que, a su vez, mantengan un potencial de rentabilidad razonable.

Las famosas y rentables carteras 60/40 que revolucionaron la gestión de activos en los años 80 y 90 están ahora de nuevo en boca de todos. Son muchas las voces del mercado que abogan incluso por la muerte de dicho enfoque. El modelo convencional de construcción de carteras basado en la correlacion negativa entre acciones y bonos en los momentos malos de mercado y positiva en los momentos buenos, que consistía en una simple estrategia de comprar y mantener de forma pasiva los mercados de renta fija en general, ha quedado denostado. Podemos asegurar que ha llegado a su fin si realmente velamos por el interés de los clientes. Tanto las acciones como los bonos caen a la vez, y en gran medida, por la misma razón.

La tendencia estructural a la que estábamos acostumbrados, de tipos de interés a la baja, ha dado un quiebro que ya se veía venir desde hace, por lo menos, un par de años. Este giro a una nueva tendencia al alza en los tipos de interés a largo plazo, que, entre otras cosas, descuentan la previsión de lo que vayan a hacer los de corto plazo (marcados por el Banco Central Europeo) ha hecho que los mercados de renta fija, en general, lejos de servir de colchón diversifcador de las carteras, haya contribuido aun más a sus caídas. Sólo en el primer cuatrimestre del 2022, con las “pequeñas” subidas en los tipos de interés a largo plazo, los principales índices de renta fija han tenido caídas cercanas al 9%. 

Adicionalmente, el grado de concentración existente en los mercados y en muchos índices, bien sea por el excesivo peso de determinadas compañías, sectores, áreas geográficas o estilos de inversión, hace que una estrategia basada en la extrapolación de lo que ha funcionado tan bien en la última década tenga un nivel de riesgo previsto más alto de lo esperado, y seguramente un nivel de rentabilidad esperada más bajo.

Gestionar con el “retrovisor” seguramente no es la mejor opción para alcanzar los objetivos de inversión en este nuevo entorno. Estamos en un nuevo ciclo al que hay que adaptarse con enfoques más dinámicos y con la búsqueda de activos que realmente aporten diversificación en las carteras y que, además, cumplan con el requisito ‘más difícil todavía’: cumplir con las expectativas de rentabilidad de los inversores. Se hace necesario discriminar estrategias dentro de la renta fija que realmente puedan añadir valor, segmentos dentro de la renta variable capaces de mantener márgenes y sin unos excesos de valoración sostenidos por los anormalmente bajos tipos de interés de la última década, e incluir activos alternativos o privados que tengan correlación positiva con entornos de inflación, y que de verdad, y no sólo por la etiqueta de su nombre, aporten una diversificación real a las carteras y puedan sumar potencial de rentabilidad.

La buena noticia es que existen oportunidades en todos esos campos, bien sea en estrategias de crédito corporativo, bonos catástrofe, sectores y compañías con márgenes sostenibles y beneficiados de entornos de inflación, crédito oportunístico en el sector inmobiliario, infraestructuras, oro, capital riesgo, etc. Aquellos modelos de construcción de carteras que sean capaces de explotarlas, saldrán beneficiados de este nuevo escenario. 

Tribuna de Diego Corral Basterra, socio de Diaphanum

Valor relativo en los mercados emergentes gracias a una inflación contenida y al aumento del rendimiento real

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El reciente aumento de los precios de las materias primas ha agravado la aceleración de la inflación que se ha registrado en todo el mundo, derivada de la interrupción de las cadenas de suministro que ha provocado la pandemia. Hace unos meses se pensaba que los factores impulsores de la inflación tendrían carácter transitorio, pero ahora parece que se va a mantener en niveles elevados durante más tiempo del previsto inicialmente, a pesar de la reducción de la renta real y de la actividad económica. 

Una consideración interesante es la diferencia entre los mercados emergentes y los desarrollados en lo que se refiere tanto al impacto de la inflación como a la respuesta que se le da. Los bancos centrales de los mercados desarrollados se han pasado los últimos diez años tratando de acercar la inflación a su objetivo, mientras que los de los mercados emergentes, en su mayoría, han seguido insistiendo en su propósito a largo plazo de reducción de la inflación. Tal y como muestra el gráfico, y de forma bastante inusual, la inflación ha estado esta vez relativamente más contenida en los mercados emergentes que en los desarrollados. 

Gráfico 1

En nuestra opinión, ello se debe principalmente a dos razones. La primera es que la recuperación económica de los mercados emergentes está siendo más débil, y la segunda es que los bancos centrales de estos mercados se han mostrado más proactivos a la hora de subir los tipos de interés.

Debilidad de la recuperación económica en los mercados emergentes

Los mercados emergentes, al igual que los desarrollados, han registrado fuertes contracciones del producto interior bruto (PIB) a causa de la pandemia, lo que a su vez ha provocado grandes brechas de producción (diferencia entre el PIB real y el PIB potencial). Además, la recuperación de los mercados emergentes ha sido menor que la de los mercados desarrollados, lo que se debe, en parte, al menor gasto fiscal y a unas tasas de vacunación inferiores. La debilidad de la recuperación económica y las brechas de producción suelen asociarse a unas tasas de inflación inferiores. 

Las autoridades de los mercados emergentes comenzaron a subir los tipos antes que los bancos centrales de los mercados desarrollados

De media, los bancos centrales de los mercados emergentes se han mostrado proactivos a la hora de subir los tipos de interés en relación con los de los mercados desarrollados, a pesar de las débiles condiciones nacionales. Ello se debe a varias razones.

Gráfico 2

1. El aumento de los precios de las materias primas afecta a algunos mercados emergentes más que a los desarrollados

Aunque la inflación afecta a los consumidores de todo el mundo, el reciente aumento de los precios de las materias primas está teniendo un fuerte impacto en muchos países de mercados emergentes. Los precios de los alimentos se han acelerado en todo el mundo, ya que tanto Rusia como Ucrania son importantes importadores de productos alimentarios básicos. Los alimentos constituyen el principal componente de las cestas de inflación en muchos mercados emergentes. Sin embargo, algunos países de mercados emergentes, especialmente en América Latina, han estado algo protegidos frente a la subida de los precios de los alimentos, ya que producen localmente gran parte de sus productos y, en algunos casos, son menos dependientes del trigo y los cereales.

2. Los bancos centrales de los mercados emergentes tienen que hacer mayores esfuerzos para demostrar su credibilidad y evitar que se consoliden las expectativas de inflación

Aunque muchas de las causas de inflación podrían parecer transitorias (alimentos, energía, problemas de suministro provocados por la pandemia, etc.), una vez que esta comienza a extenderse a otras áreas, las expectativas de inflación aumentan y el comportamiento cambia. En los mercados emergentes se podría llegar antes a esta situación que en los mercados desarrollados, ya que la mayoría de los mercados emergentes no suelen presentar niveles reducidos de inflación. 

3. Los bancos centrales de los mercados emergentes están acostumbrados a los ciclos de inflación, por lo que pueden utilizar los tipos de interés de forma más eficaz

Los bancos centrales de los mercados emergentes no han puesto en marcha medidas de expansión cuantitativa durante la pandemia, por lo que pueden utilizar los tipos de interés de forma más eficaz para hacer frente a los problemas de inflación, a diferencia de los bancos centrales de los mercados desarrollados.

4. La subida de tipos de interés puede proteger a los mercados emergentes frente a las salidas de capital cuando la Reserva Federal comience a subir los tipos

Los mercados emergentes suelen tener que hacer frente a salidas de capital en periodos de subida de tipos en Estados Unidos, ya que dicha subida suele reducir el diferencial de tipos de interés y, por tanto, disminuir la compensación que reciben los inversores por el riesgo país de los mercados emergentes. Por lo tanto, los bancos centrales de estos mercados deben adelantarse a la subida de tipos de interés en previsión de la futura actuación de la Fed. 

La política monetaria proactiva de los mercados emergentes ha provocado el aumento del diferencial de rendimiento real 

La aceleración de las subidas de tipos de interés por parte de los bancos centrales de los mercados emergentes ha impulsado al alza los diferenciales de tipos de interés reales y nominales entre emergentes y Estados Unidos. Además, el rendimiento real es mayoritariamente positivo en los mercados emergentes.

Gráfico 3Gráfico 4

En nuestra opinión, la mayoría de los mercados emergentes están en una posición relativamente firme para hacer frente a los próximos desafíos, gracias a unos fundamentales mayoritariamente sólidos. La deuda emergente denominada en divisa local resulta atractiva, gracias al elevado diferencial de rendimiento real. Ante el punto del que parten los tipos de cambio de los mercados emergentes y la previsión de un crecimiento positivo en la mayoría de estos mercados, pensamos que las divisas emergentes podrían contribuir este año a la rentabilidad total.

 

Capturar el crecimiento persistente en mercados de renta variable volátiles

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Los valores de crecimiento están sometidos a una gran presión, ya que la subida de los tipos de interés cambia la dinámica que impulsa las valoraciones de las acciones. Pero la volatilidad del mercado no debería distraer a los inversores. Creemos que las empresas que pueden ofrecer un crecimiento sostenible en una economía en desaceleración acabarán siendo apreciadas por sus beneficios empresariales y su potencial de retorno de la inversión.

Las correcciones del mercado siempre son dolorosas, pero los inversores en renta variable de crecimiento han sufrido un golpe especialmente duro este año. El índice Russell 1000 Growth cayó un 21,4% hasta el 27 de mayo, superando al S&P 500, que cayó un 12,2%. El rendimiento reciente se ha visto impulsado por una mentalidad de aversión al riesgo que ha alimentado importantes salidas de fondos de acciones de crecimiento. El aumento de los tipos de interés también tiende a perjudicar de forma desproporcionada a los valores de mayor crecimiento, especialmente a los más caros, porque ejerce una presión al alza sobre el descuento de los flujos de caja a largo plazo por parte de los inversores. Sin embargo, a medida que se desarrolla este ciclo, creemos que el debilitamiento de la economía ejercerá inevitablemente más presión a la baja sobre los beneficios cíclicos que sobre los beneficios de las empresas orientadas al crecimiento.

La incertidumbre en múltiples frentes está nublando las perspectivas. Los esfuerzos de la Reserva Federal de EE.UU. por combatir la inflación galopante mediante el endurecimiento de la política monetaria probablemente ralentizarán el crecimiento económico y fortalecerán el dólar estadounidense, presionando los beneficios internacionales de las empresas multinacionales. Mientras tanto, la guerra en Ucrania y las medidas de bloqueo de China para luchar contra un brote de COVID-19 amenazan con perjudicar el crecimiento económico mundial. La inflación, la subida de los tipos y las interrupciones de la cadena de suministro ponen en peligro las perspectivas de una eventual recuperación.

La rentabilidad debe prevalecer

Las condiciones del mercado y de las empresas han cambiado drásticamente. Sin embargo, creemos que algunos principios permanentes servirán a los inversores durante la actual volatilidad. Poner la rentabilidad en el centro es el eje de un enfoque estratégico de la inversión en crecimiento.

Sin duda, la rentabilidad será más difícil de conseguir a medida que los precios suban y el crecimiento del PIB se ralentice. Sin embargo, incluso en una economía en desaceleración, Estados Unidos sigue siendo el mercado más atractivo del mundo para encontrar empresas de crecimiento rentables. Los mercados de valores estadounidenses albergan aproximadamente dos tercios de las empresas de gran capitalización del mundo con características de crecimiento rentable.

Tanto en los buenos como en los malos tiempos, creemos que la rentabilidad ofrece una imagen más clara de las perspectivas futuras de una empresa que los beneficios. Las empresas pueden manipular fácilmente los beneficios para evitar mostrar una imagen completa de la salud del negocio. Medidas como la rentabilidad del capital invertido (ROIC) y la rentabilidad de los activos (ROA) pueden ofrecer un mejor indicador de los resultados económicos de una empresa, y de su capacidad para obtener resultados a lo largo del tiempo, en nuestra opinión.

En la reciente corrección, las empresas con un ROA y un ROIC elevados han tenido un rendimiento inferior. Pero los malos resultados a corto plazo no significan que las métricas de rentabilidad estén deterioradas como medidas del potencial de rentabilidad a largo plazo. A medida que las condiciones macroeconómicas se endurezcan, creemos que la rentabilidad volverá a estar de moda. El ROA y el ROIC ayudan a señalar el camino a las empresas con motores de crecimiento sostenible que pueden soportar las presiones externas. Del mismo modo, los balances de alta calidad ofrecerán ventajas a medida que el aumento de los tipos de interés aumente los costes de financiación, especialmente para las empresas con mayor carga de deuda.

Posicionar las carteras con las empresas adecuadas para estas condiciones requiere un enfoque discriminatorio. Aunque el aumento de los costes, la interrupción de la cadena de suministro y los retos laborales fueron un tema común en la reciente temporada de resultados, la dinámica empresarial y financiera de cada empresa es diferente.

Por ejemplo, observamos dos empresas industriales con un poder de fijación de precios y un impacto en los márgenes muy diferentes. Lincoln Electric Holdings subió los precios un 19% de un año a otro, pero sus márgenes brutos -el porcentaje de ingresos que supera el coste de los bienes vendidos- sólo mejoraron en 200 puntos básicos debido al aumento de los costes. Stanley Black & Decker subió los precios un 5% interanual, pero sus márgenes brutos se redujeron en 800 puntos básicos. La moraleja de la historia: los inversores deben tener cuidado de no hacer generalizaciones sobre la capacidad de las empresas o industrias para hacer frente a estos desafíos.

La reinversión impulsa el crecimiento sostenible

Las empresas que puedan mantener la rentabilidad en un mercado más difícil tendrán otra ventaja: disponer de un exceso de efectivo para reinvertir. En nuestra opinión, la reinversión estratégica y autofinanciada es un ingrediente esencial para el crecimiento futuro que sustenta el potencial de rentabilidad a largo plazo. Y creemos que crea más valor para el accionista que las recompras o los dividendos de las empresas.

Cuando la rentabilidad está bajo presión, hay que estar atento a las empresas que reducen la reinversión. La falta de inversión podría apuntalar los márgenes y aplanar un informe de beneficios trimestrales. Pero también podría ocultar la vulnerabilidad y la falta de preparación ante posibles amenazas a sus modelos. Durante la pandemia, nos propusimos comprobar que las empresas de rápido crecimiento invertían lo suficiente para mantener y aumentar la rentabilidad cuando el comportamiento de los consumidores y de las empresas se normalizara en todos los sectores. En tiempos de estrés, esto puede sonar contradictorio. Al contrario. Aunque las condiciones pueden ser diferentes hoy en día, esta cuestión clave de la inversión sigue siendo tan relevante como entonces.

Tribuna de Frank Caruso, director de Inversiones de Renta Variable de Crecimiento de EE.UU. y John H. Fogarty y Vinay Thapar, codirectores de Inversiones de Renta Variable de Crecimiento de EE.UU.

La reciente volatilidad de la renta variable mundial (parte II)

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La reacción inmediata a la invasión rusa fue justificadamente negativa. Los mercados empezaron a valorar las tensiones geopolíticas a mediados de febrero, pero el 24 de febrero fue cuando los mercados se despertaron con la noticia de la invasión de Ucrania. 

Dada la elevada exposición de Europa a las importaciones energéticas rusas, no debería sorprender que la región haya tenido un rendimiento inferior al de los mercados desarrollados en general. Y eso por no hablar de la proximidad del conflicto en sí, junto con el riesgo de que el conflicto se amplíe geográficamente con todo el impacto geopolítico y económico asociado en Europa.

La brusca corrección del sector financiero sugiere que se espera un prolongado enfrentamiento en las fronteras orientales de Europa, que engulliría a las economías de la UE. El sector europeo de consumo discrecional ha tenido un comportamiento casi igual de malo, lo que quizá implique un efecto perjudicial para la demanda.

En la siguiente tabla, hemos utilizado datos del 18 de febrero, casi una semana antes de la fecha del ataque hasta el 8 de marzo, momento en el que la mayoría de los índices de referencia de la renta variable tocaron fondo. Los mercados se han recuperado desde entonces, pero es evidente que la inquietud geopolítica sigue siendo grande.

Rendimiento de los mercados mundiales de renta variable entre el 18 de febrero y el 8 de marzo de 2022

tabla

Fuente: DWS, CROCI. La tabla muestra la rentabilidad de los precios de los respectivos índices MSCI. Las rentabilidades de MSCI World y MSCI U.S. en USD, mientras que las de MSCI Europe en EUR. El rendimiento es desde el precio de cierre del 18 de febrero de 2022 hasta el precio de cierre del 08 de marzo de 2022.

Impacto en el coste del capital 

Desde 2003, hemos medido la tasa de descuento semanal real implícita en el mercado para el universo de cobertura global de CROCI. Después de permanecer sin cambios durante casi un año en el 4,40% aproximadamente, aumentó 10 puntos básicos al inicio de la invasión y desde entonces ha cedido 5 puntos básicos. En comparación, en el punto álgido de la crisis del COVID-19 el tipo de descuento subió 40 puntos básicos en un corto espacio de tiempo.

Coste del capital

Fuente: DWS, CROCI, datos disponibles el 21 de marzo de 2022.

Riesgo potencial para la valoración: análisis de escenarios

La tensión geopolítica aún no se ha trasladado materialmente a las estimaciones de consenso. En consecuencia, el CROCI a 12 meses todavía no ha experimentado ninguna revisión significativa. Si las hostilidades se prolongan durante meses, en lugar de semanas, y provocan una crisis económica mundial en toda regla, el impacto en la rentabilidad mundial será, obviamente, mucho más importante, ya que el aumento prolongado de los precios de la energía alimentará la inflación. El subsiguiente choque de la oferta probablemente pesará más en el crecimiento mundial y comprimirá la rentabilidad de las empresas. Hemos modelizado un par de escenarios para reflejar esta posibilidad.

Suponiendo un escenario moderado en el que el CROCI se comprime en un punto porcentual, el PE económico podría aumentar en torno a un 15%, pasando de 28,8x a 33,0x. En un escenario más severo, en el que el rendimiento global del capital se comprime en dos puntos porcentuales, el PE económico podría aumentar algo más de un tercio, hasta 38,7 veces. Evidentemente, es poco probable que este nivel de descenso de la rentabilidad mundial se produzca de forma aislada y puede ir acompañado de una fuerte caída del precio económico sobre el valor contable, pero los movimientos del PE económico destacados anteriormente sirven para proporcionar una indicación simplificada del riesgo para los niveles de valoración actuales.

Para situar la escala de la disminución de la rentabilidad en un contexto reciente, la hemos mostrado en relación con la crisis financiera y la pandemia, para que estos dos períodos recientes de recesión mundial sean puntos de referencia.

A partir del siguiente gráfico, nos centramos en los períodos de fuerte compresión del CROCI provocados por la CFG en 2008 y la pandemia en 2020. Durante la CFG, el CROCI se comprimió casi cuatro puntos porcentuales en unos ocho meses. Antes de la pandemia, el punto de partida del CROCI era más bajo en relación con el anterior a la CFG y experimentó una compresión de casi tres puntos porcentuales. El nivel actual del CROCI está algo por encima del nivel observado antes de la pandemia, pero significativamente por debajo del nivel observado antes de la CFG. 

Compresión en la CROCI Global Agregada durante la GFC y el COVID-19

 


Fuente: DWS, CROCI, datos disponibles el 14 de marzo de 2022.

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Invertir en líderes ESG con una visión de administración responsable

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En el mundo de la inversión, cada vez cobra más importancia el papel de una buena administración responsable (o stewardship, en inglés). La robustez de los consejos de administración y equipos de gestión de una empresa está directamente relacionada con la calidad en las decisiones de asignación de capital a largo plazo y permite actuar en defensa de los intereses de todas las partes implicadas. Asimismo, la fortaleza de estos equipos se traduce en mayores ventajas competitivas y mejores rentabilidades a futuro.

Las estrategias que aúnan la inversión responsable con la obtención de rentabilidades atractivas a largo plazo cada vez suscitan más interés entre los inversores, y cabe señalar que la administración responsable es más importante cuanto más se extiende el horizonte temporal. Por tanto, si combinamos un horizonte de inversión a largo plazo con estrictos criterios de inclusión obtendremos una estrategia de baja rotación que no solo mejorará las rentabilidades derivadas de la inversión en empresas que incorporan factores ESG en sus modelos de negocio, sino que consolidará la obteción de beneficios a largo plazo.

¿Cuáles son las características de un buen administrador?

En nuestra opinión, una buena administración responsable conlleva sopesar con juicio las necesidades de todas las partes interesadas a fin de obtener beneficios: invertir en capital humano, proteger el planeta y destinar fondos a la innovación para asegurar la conservación de los beneficios futuros. Un buen administrador responsable es capaz de detectar y mitigar los principales riesgos ambientales, sociales y de gobernanza, e invierte en oportunidades igualmente significativas para atenuar la volatilidad de los beneficios empresariales, reducir sus costes de capital y afianzar las rentabilidades potenciales a largo plazo. Las compañías que son conscientes de su impacto en el planeta priorizan la transición hacia fuentes de energía más verdes y reducen su huella ambiental (la “E” de ESG). Asimismo, adoptan métodos más sostenibles para extraer materias primas y reducen los riesgos regulatorios.

Las compañías que se preocupan por sus empleados, sus clientes, su cadena de suministro y las comunidades (la “S” de ESG), y, como resultado, mejoran la diversidad, la igualdad y la inclusión en sus respectivas culturas corporativas. Con ello, reducen las tasas de abandono entre la plantilla, consolidan la fidelidad de su clientela, mejoran la sostenibilidad de las cadenas de suministro y promueven una mayor amplitud de miras y que se analicen detenidamente las decisiones. A su vez, una sólida estructura de gobernanza (la “G” de ESG) refuerza la capacidad de una compañía para asignar juiciosamente el capital y desarrollar su actividad con un objetivo a largo plazo, a fin de lograr rentabilidades más sostenibles. Las empresas responsables (a las que denominamos global stewards) invierten en innovación para adaptar sus negocios y expandirlos paulatinamente, al tiempo que consolidan su ventaja competitiva y su poder de fijación de precios. Así, crean una barrera que frena a la competencia o dificulta la llegada de nuevos participantes al mercado.

Inversión en administración responsable: con el foco en el largo plazo

Para que sea efectiva, esta inversión debe tener en cuenta la tendencia del mercado a centrarse en el crecimiento a corto plazo. Como podemos ver en la figura 1, de media, los inversores rotan las compañías en sus carteras cada 10 meses. Por el contrario, la estrategia de global stewards de Wellington persigue mantenerlas durante 10 años.

Un enfoque de administración responsable debe optar por la gestión activa para obtener buenos resultados a largo plazo. Esto implica analizar exhaustivamente las compañías en las que se invierte o aquellas que se contempla incluir. Es necesario entablar un diálogo informativo con los consejos de administración y los equipos directivos para asegurarse de que el modelo de negocio se basa en una perspectiva a largo plazo que apueste por la innovación y la sostenibilidad, y priorice la rentabilidad duradera sobre los beneficios empresariales del siguiente trimestre. También es fundamental que se trate de un diálogo activo para identificar, mantener y reforzar el círculo virtuoso de la compañía a largo plazo.

Invertir en líderes ESG con una visión de administración responsable

Cómo construir una cartera de administración responsable

Muchos fondos sostenibles tienen una clara preferencia de estilo: suelen inclinarse hacia la inversión tecnológica o de crecimiento. Sin embargo, el foco a largo plazo de la inversión en administración responsable se complementa bien con la construcción de una cartera diversificada que equilibre las exposiciones sectoriales y esté sometida únicamente a los riesgos de rentabilidad y de compañías concretas. Esta diversificación de la que hablamos y la relevancia de la selección de valores reducen los sesgos nacionales, sectoriales y factoriales, e incrementan el potencial de una buena administración responsable para generar rentabilidades superiores a las del mercado (alfa) en acciones concretas.

A nuestro modo de ver, en cualquier sector poco cíclico con altas rentabilidades se pueden encontrar opciones destacables para invertir con una estrategia de administración responsable y siguiendo un enfoque que priorice al negocio, a las partes interesadas y las rentabilidades para los partícipes. Las empresas responsables suelen ser de alta calidad y pueden reducir en gran medida la volatilidad de la cartera en la que se encuentren con respecto al mercado general. Además, facilitan la generación de un alfa más consistente y estable gradualmente.

Tribuna de Yolanda Courtines, gestora de Renta Variable en Wellington Management.