CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Steven Lilley. ¿Puede una cartera de bonos multi-sectorial ofrecer mayor rentabilidad/riesgo que una estrategia 'core'?
Cuando los inversores establecen una asignación de activos para su cartera, a menudo comienzan con una estrategia «core» de bonos, normalmente referenciada al índice Bloomberg Barclays U.S. Aggregate como cimento de su componente de renta fija. El índice Agregado ofrece alta calidad crediticia ya que dos tercios del mismo se comprenden de valores del gobierno o relacionados con el gobierno.
Sin embargo, las características del índice agregado han cambiado a lo largo del tiempo. Como ilustra el gráfico, la duración efectiva del índice se ha ido extendiendo, y ahora está en 6,1 años, aproximadamente un 50% mayor que lo que era hace una década.
Al mismo tiempo, aunque las rentabilidades han subido últimamente, el índice no ofrece un elevado nivel de renta relativo a su sensibilidad a los tipos de interés. Esta combinación de rentabilidad y duración establece una relación desfavorable entre rentabilidad y riesgo para muchas asignaciones «core» de inversores en bonos.
Una subida de tipos ha supuesto grandes riesgos históricamente para este tipo de estrategias nucleares, reduciendo la rentabilidad los bonos de larga duración que son sensibles a los tipos de interés. De momento, el 2018 no constituye una excepción. Hasta el 20 de junio, el índice Agregado ha generado una pérdida de algo más de un 2%. Las clases de activos con menos sensibilidad y mayor rentabilidad se han comportado mejor, una vez más.
Para los que están preocupados porque continúen subiendo los tipos de interés, ¿hacia dónde pueden mirar entonces los inversores? Como hemos discutido recientemente, bajar la calidad crediticia y la duración en vehículos de inversión tales como high-yield, deuda investment grade, préstamos bancarios, y valores asimilables a renta variable es una estrategia que ha tenido éxito en períodos pasados de subidas de tipos.
Estas clases de activos generalmente ofrecen mayor rentabilidad, tienen una correlación baja o negativa con los bonos del Tesoro americano (ver Tabla 1) e históricamente, han generado mayores rentabilidades totales que el índice Agregado a lo largo del tiempo. Por supuesto, eso no significa que vayan a superar su comportamiento todos los años.
A largo plazo, los bonos high-yield han generado una rentabilidad atractiva ajustada por su riesgo, con mucha menor volatilidad que el índice S&P 500.
A pesar de este perfil de retorno, a algunos inversores les preocupa el potencial de riesgo crediticio y volatilidad de una asignación pura de high-yield, y eso les lleva a infraponderar esta clase de activo. Por ejemplo, de acuerdo con Morningstar, los inversores han retirado en los últimos 3 y 5 años 27.000 millones de dólares y 43.000 millones de dólares respectivamente de fondos de inversión y ETFs invertidos en high-yield.
Una tercera alternativa
En lugar de tomar uno u otro enfoque (la seguridad de los bonos del gobierno o el riesgo de una menor calidad crediticia), hay una tercera alternativa que los inversores podrían querer considerar: una estrategia multi-sectorial.
Dicho enfoque incluirá asignaciones a sectores del índice agregado así como varios sectores de crédito, incluyendo bonos high yield e investment grade, préstamos bancarios, y valores asimilables a la renta variable. Una cartera diversificada con un mix de estos activos podría generar una renta más elevada y un mayor retorno total en comparación con el índice agregado, pero con menor volatilidad que una cartera pura de high yield.
El gráfico 2 ilustra una cartera hipotética que mezclase al 50% de bonos high yield, 30% del índice agregado, así como un 10% de bonos corporativos de mercados emergentes y un 10% renta variable de EE.UU.
Durante el período que muestra el gráfico (del 1 de enero de 2002 a 31 de mayo 2018), este índice sintético habría generado un 87% de la rentabilidad del índice high yield (es decir, el índice ICE BofAML High Yield Master II), pero con un 30% menos de volatilidad. De hecho, este mix generó más de un 90% de la rentabilidad del S&P 500, pero con menos volatilidad que el mercado de renta variable.
Predecir correctamente la dirección de los tipos de interés con cierto grado de certeza, es notoriamente difícil, así que no estamos sugiriendo que los tipos hayan de subir desde niveles actuales. Pero si los inversores revisan sus asignaciones, es importante reconocer la exposición a riesgos potenciales en sus carteras. Aquellos con grandes asignaciones «core» a bonos podrían estar sujetos a un mayor riesgo de tipos de interés que en el pasado.
Al invertir en áreas sensibles al crédito dentro del mercado de bonos, reduciendo así la sensibilidad a los tipos de interés, creemos que un enfoque multisectorial podría ofrecer mayor renta y más rentabilidad total, y al mismo tiempo, reducir la volatilidad de la cartera añadiendo potencialmente beneficios de diversificación.
Stephen Hillebrecht es especialista de producto de Renta Fija de Lord Abbett.
Foto: MaxPixel CC0. Invertir con una lente de género
La inversión responsable es una forma general de ver las oportunidades de inversión, yendo más allá del análisis financiero de una compañía para evaluar completamente el desempeño de una compañía en una variedad de factores ambientales, sociales y de gobierno (ESG).
Como resultado, en lugar de identificar solo un conjunto selecto de «asuntos de mujeres», el proceso de inversión de Calvert busca evaluar la interfaz de las mujeres y las corporaciones de manera más amplia, ya sea en el lugar de trabajo, el mercado o la comunidad. Numerosos estudios han relacionado el desempeño financiero corporativo mejorado con una mayor diversidad, incluida una mayor representación de las mujeres en juntas corporativas y equipos ejecutivos.
Nuestro enfoque centrado en las mujeres se centra en cuestiones específicas en cada una de las siguientes áreas clave:
Lugar de trabajo
Equidad de pago
Discriminación en la contratación, el empleo, la promoción
Programas de tutoría
Grupos de empleados centrados en las mujeres
Balance de vida y trabajo
Derechos humanos
Tratamiento de las trabajadoras a lo largo de toda la cadena de suministro
Tráfico humano y salud reproductiva
Gobernancia
Porcentaje de mujeres en juntas directivas y en camino a puestos de liderazgo
Número de mujeres en puestos ejecutivos
Relaciones comunitarias
Apoyo a empresas propiedad de mujeres
Filantropía enfocada en género y compromiso corporativo
Garantizar que las mujeres tengan el mismo acceso al crédito
Seguridad e impacto del producto
Representación de mujeres en materiales de marketing
Productos químicos tóxicos encontrados en productos
Aplicando la lente de género
Al revisar las compañías para la inversión, utilizamos nuestro sistema interno de puntuación patentado para revisar y calificar todos los componentes de un universo invertible. El sistema de investigación patentado de Calvert es un aspecto central de nuestro proceso de inversión responsable y uno de nuestros Cuatro Pilares de nuestra Inversión Responsable. Además, captura los criterios de ESG de múltiples fuentes de datos, centrándose en factores a largo plazo junto con un puntaje circunstancial a más corto plazo que captura problemas potenciales de la compañía o controversias que podrían afectar la decisión de invertir de Calvert.
En el caso de cuestiones de género, examinamos si una empresa exhibe falta de diversidad en sus juntas directivas corporativas o en sus filas ejecutivas, discriminación en la contratación o remuneración, o un patrón de acoso. Nuestro enfoque también capta los problemas relacionados con la seguridad del producto o los abusos en las cadenas de suministro de la empresa que causan un daño significativo a las mujeres.
Por ejemplo, una empresa minorista como un joyero o un concesionario de automóviles probablemente no cumpliría con los Principios de Calvert si encontramos una discriminación persistente y generalizada. Cuando las compañías que de otra manera son atractivas se ven sometidas a estos eventos, como a través de acciones de cumplimiento por parte de la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC), buscamos que la compañía responda de manera oportuna y significativa.
Otro ejemplo de cómo pueden manifestarse los problemas clave de las mujeres en el lugar de trabajo se relaciona con la seguridad en el lugar de trabajo y la paridad salarial. La existencia de multas de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) por sí mismas no puede ser descalificadora, pero hemos descartado a las compañías que demuestran un patrón de discriminación salarial.
En pocas palabras: en Calvert, en lugar de identificar solo un conjunto selecto de «asuntos de mujeres», nuestro proceso de inversión observa la interfaz de las mujeres y las corporaciones de manera más amplia. Las empresas con políticas que no abordan las prácticas discriminatorias o los problemas de seguridad del producto se enfrentan a graves riesgos financieros, comerciales y sociales.
La XXI Conferencia Internacional sobre Cambio Climático (COP21), celebrada en diciembre de 2015, terminó con la adopción del Acuerdo de París, que establece el marco global de lucha contra el cambio climático a partir de 2020. Se trata de un acuerdo histórico de lucha contra el cambio climático, que promueve una transición hacia una economía baja en carbono.
Los gobiernos de los países firmantes acordaron –entre otros- los siguientes puntos en términos de emisiones:
1. El objetivo a largo plazo de mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2°C sobre los niveles preindustriales.
2. Limitar el aumento a 1,5°C, lo que reducirá considerablemente los riesgos y el impacto del cambio climático.
3. Que las emisiones globales alcancen su nivel máximo cuanto antes, si bien reconocen que en los países en desarrollo el proceso será más largo.
4. Compromete a todos los países a que, cada cinco años, comuniquen y mantengan sus objetivos de reducción de emisiones, así como la puesta en marcha de políticas y medidas nacionales para alcanzar dichos objetivos.
Para conseguir estos objetivos, se deben ejecutar planes de acción en muchos ámbitos, pudiendo destacar: la reducción del consumo energético de los edificios; el incremento del peso de las energías renovables dentro de las fuentes de generación de energía; y la migración a medios de transportes alternativos y menos contaminantes.
En primer lugar, según el World Energy Council, los edificios y los comercios representan cerca del 40% del consumo energético a escala mundial, y se estima que el potencial ahorro energético es muy elevado. Una de las áreas en la que más se está trabajando es en la de la construcción sostenible, donde cada vez tienen mayor aceptación los sistemas de construcción alternativos, como por ejemplo los paneles aislantes, los cuales proporcionan un aislamiento a los edificios que minora su demanda energética.
En segundo lugar, las energías renovables ocupan y ocuparán una posición cada vez más relevante dentro del mix de producción global de energía, ya que cada vez son más competitivas frente a las fuentes de energía convencionales.
Por último, otro punto muy importante que se debe afrontar es la migración a sistemas de transporte eficientes, menos contaminantes y que no se abastezcan de combustibles fósiles, en este sentido el augede las bicicletas eléctricas responde a una mayor concienciación acerca de los hábitos saludables y a los efectos nocivos de la contaminación.
En este sentido la inversión socialmente responsable permite a los inversores acceder a estas temáticas de cambio con todas las oportunidades y ventajas (para el medio ambiente) que ello conlleva.
Cabe destacar que la inversión socialmente responsable no trata solo de aplicar criterios de exclusión de empresas con impacto negativo en el medio ambiente, sino que es una aproximación a la sostenibilidad de manera integradora.
Precisamente por tener esta visión de integración la ISR contribuye a fomentar el cambio hacia un mayor desarrollo sostenible con la cooperación de las empresas, que observan la ventaja de actuar de forma responsable y tener, así, muchas más oportunidades para ser objeto de interés por parte de los inversores.
Caja de Ingenieros ha sido una entidad pionera en la apuesta por los productos de inversión con estos criterios ISR, porque consideramos que la responsabilidad no está reñida con la rentabilidad. Es más, muchos datos que hemos recogido demuestran mayores rentabilidades en las inversiones realizadas con criterios ISR y de buen gobierno, porque las empresas responsables suelen tener un coste de capital más bajo. Actualmente contamos con dos fondos de inversión y dos planes de pensiones con criterios ISR: Fonengin ISR, CI Environment ISR, CI Global Sustainability ISR y CI Climate Sustainaibility ISR.
Tribuna de Xavier Fàbregas, director general de Caja Ingenieros Gestión
Pixabay CC0 Public DomainFoto: PeterArreola. ¿Temor por el alza del dólar? ¿Qué hacer?
Muchos están inquietos ante la posibilidad de que sus ahorros pierdan valor por el alza del tipo de cambio. Es importante considerar varios elementos para tomar las decisiones apropiadas:
El precio máximo del dólar interbancario ha sido de 21,98 pesos, en enero de 2017. La subida de 21%, desde 18,17 pesos, fue consecuencia del nerviosismo por las múltiples declaraciones del presidente electo de EUA de que aplicaría medidas comerciales contra México, y también sociales, contra inmigrantes indocumentados, que disminuirían los flujos de divisas a nuestro país. Una vez que las medidas fueron realidad, el alza perdió fuelle.
Al paso del tiempo, el dólar volvió a subir, también contra las monedas fuertes (Euro, Libra, dólar canadiense) y rebotó a 20,88 pesos por dólar, más de un peso debajo del máximo de 21,98. Por cierto que en su cotización parece que no han influido las preferencias electorales por el candidato de la izquierda.
Podría entenderse que la mayor parte de las acciones que aplicaría el presidente de EUA contra México ya han sido tomadas. ¿Cabe pensar en medidas adicionales que puedan representar efectos más severos? Es posible. Las consecuencias más negativas para nuestro país tal vez se derivarían de la cancelación del TLC o de su continuidad bajo condiciones muy desfavorables. Hay alguna posibilidad, claro, de que el relevo presidencial genere incertidumbre, mas no tanto por el previsible triunfo de la izquierda en sí, sino por los métodos con que el nuevo gobierno intente solventar los desequilibrios de las cuentas nacionales, como ya se ha visto en otros cambios sexenales.
Productos para cubrirse o buscar ganancias cambiarias
Dado que no se puede predecir lo que a fin de cuentas pasará, quien tenga temores de alzas adicionales, puede cubrirse con uno o varios productos a la vez:
Fondos de inversión, de dólares o euros, que ofrecen los bancos, casas de bolsa y operadoras de fondos
Compra de portafolios o referencias de cotización continua en la bolsa mexicana de valores, ETFs, como el BIL.MX, que es una mezcla de billetes de uno a tres meses del gobierno de EUA; UUP.MX, que es la emulación del precio del dólar; SHV.MX, que contiene bonos del tesoro estadounidense de menos de un año, o algunos otros que reproducen el comportamiento de monedas fuertes y que se adquieren a través de casas de bolsa. Tanto los fondos de inversión tradicionales como estos ETFs, implican cargos por comisiones.
También se puede optar por cheques de caja en dólares en algunos bancos, y por la alternativa más básica de todas, la compra directa de divisas, que no implican comisiones sino diferenciales entre los precios de compra y venta de hasta 4%, (compras a precio caro, venta a precio barato) es decir, estas alternativas suelen resultar hasta tres veces más caras que los fondos o ETFs.
Hay otra consideración para los que desean convertir sus ahorros a dólares: hoy por hoy, con lo que se ha señalado, no puede descartarse que el tipo de cambio baje. Si bajara a 18,75, la pérdida para quien se haya cubierto a 20,88 pesos, sería de 9% más el porcentaje de comisión o el diferencial por la compra-venta.
Quien crea que a partir de la cotización actual el peso puede devaluarse más y prefiera por eso cubrirse o buscar ganancias cambiarias, es importante que tome en cuenta que, si el dólar rebota a 22,00 pesos o incluso más, tiene que determinar bien el punto para vender y deshacer su cobertura antes de que el tipo de cambio vuelva a bajar. Tenga presente que en los mercados financieros siempre se dan vaivenes, alzas y bajas, idas y vueltas, que pueden diluir las ganancias o hacer inefectiva la cobertura. En todo caso, su asesor financiero es el indicado para ayudarle a tomar las decisiones que mejor se adapten a sus necesidades.
Columna de Arturo Rueda. Este material no constituye asesoría financiera ni recomendación alguna de compra o venta de valores o títulos de ningún tipo.
Pixabay CC0 Public DomainFoto: igorovsyannykov. El cambio del comportamiento del consumidor: las implicaciones para los inversores de bonos
Por un largo periodo, los productores de bienes de consumo que dominaban la mayor parte de las estanterías de los supermercados o los grandes almacenes de ventas tendían a controlar una cuota dominante del mercado. Hoy, sin embargo, el escenario tradicional se ha visto afectado por la disrupción, ya que los productos básicos, tales como los productos envasados, se han vuelto menos relevantes para el consumidor. En MFS Investment Management, creemos que hay tres amplias razones para esto.
En primer lugar, el comercio electrónico permite opciones casi infinitas, democratizando y devaluando el espacio en el estante, que era antes tan preciado. En segundo lugar, las redes sociales han permitido a los consumidores ser “prosumidores”, influyendo en los patrones de consumo con recomendaciones en línea y sus “likes”. Por último, las preferencias del consumidor han cambiado hacia productos más auténticos o locales, particularmente entre los “millennials”, quienes han dejado de confiar en muchas marcas. Por todas estas razones, las barreras a la entrada en el espacio de los productos básicos han disminuido considerablemente.
Como muestra el gráfico, el peso en el índice de los bonos emitidos por empresas no cíclicas de bienes de consumo ha crecido en aproximadamente un 65% en los últimos 10 años. Con casi un 17%, este sector representa el mayor peso de ponderación en el índice. Esto es debido al hecho de que, desde la crisis financiera global, las empresas productoras de productos básicos han accedido a los mercados de crédito para conseguir fondos para financiar estrategias de mejora de su cartera, principalmente a través de adquisiciones, ya fuera para financiar inversión en investigación y desarrollo, y/o para incrementar el gasto en tecnología para conectarse digitalmente con los consumidores. El resultado para los inversores de bonos es que la calidad del crédito se ha deteriorado, mientras que, al mismo momento, la compensación por el riesgo de crédito ha disminuido.
La búsqueda global por rendimiento, combinada con una ausencia de volatilidad, ha diluido el descubrimiento de oportunidades en precio en los mercados de crédito. Este entorno benigno de inversión ha acelerado un giro hacia un comportamiento de inversión indiscriminado, en un momento en el que los inversores deberían ser extremadamente selectivos. Los inversores de bonos pueden hoy encontrarse con una exposición significativa a empresas de productos domésticos que se enfrentan a un fuerte riesgo de disrupción o pueden tener una menor a la debida en empresas cuyos productos es más complicado que se conviertan en productos básicos, como el tabaco, los perfumes y cosméticos o el alcohol.
En mi opinión, tiene sentido evitar empresas que sufren una erosión de fidelidad a la marca. Las consecuencias de cometer un error pueden ser punitivas.
Columna de Robert M. Almeida, gestor de renta variable institucional en MFS Investment Management
Pixabay CC0 Public DomainWokandapix
. Cuatro consideraciones clave para preparar el tercer trimestre de 2018
Desde Lyxor ETF consideramos que hay cuatro elementos para prepararse de cara al tercer trimestre de 2018. Estas son según nuestra visión:
1. Prepararse para el mal tiempo
Es aconsejable tener precaución ante las actuales guerras comerciales, las tensiones geopolíticas, el creciente populismo y la omnipresencia incierta sobre el momento y/o el alcance de la retirada de las políticas monetarias «súper flexibles». Esperamos algunas condiciones tormentosas -especialmente en la renta variable- a medida que el coste de la deuda se dispara y la economía mundial alcanza su punto máximo. Obtener unos retornos decentes será más difícil, especialmente en destinos más convencionales, por lo que para instaurar tranquilidad habría que centrarse en la diversificación, saliendo de los caminos trillados y utilizando reductores de riesgo y otras estrategias de protección.
Sin embargo, existen algunos puntos positivos, así que no hay motivo para ser totalmente reacio al riesgo. La apretada agenda política de Europa podría retrasar el endurecimiento de la política monetaria, y el parche actual está previsto que sea temporal. Cualquier recuperación debería desencadenar en un restablecimiento del crecimiento de los beneficios y de las reservas de apoyo. Sin embargo, las cuestiones políticas indican que no se debe ser tan positivo como antes, pero hay buenas expectativas para Francia gracias a las fuertes reformas estructurales. Se siguen viendo favorecidos los sectores cíclicos, como el consumo discrecional, así como la construcción y los materiales. Están bien posicionados para beneficiarse de la recuperación nacional y han estado desapalancándose y mejorando su solvencia en los últimos dos años. Los inversores se están alejando de la mayoría de los bonos europeos convencionales.
En los Estados Unidos, los vientos en contra son tales que deberían mantener a la Reserva Federal en su senda actual. Esperamos que los bonos del Tesoro permanezcan disociados de las tensiones políticas en Europa y que gradualmente se desvíen más. Esperamos rendimientos más bajos en la renta variable, especialmente porque hay poco espacio para un impulso económico adicional más allá de los recortes de impuestos y las elecciones de mitad de período que amenazan con provocar turbulencias. Las compras corporativas deben, al menos, proporcionar algún tipo de apoyo. El crédito (ya sea de alta o baja calidad) está fuera del radar inversor, ya que el coste de la deuda está aumentando en un momento en que el apalancamiento está en máximos históricos y la recesión puede estar acercándose.
Existe un sentimiento positivo con respecto a las materias primas, pero más aun con los metales básicos. Tanto el petróleo como los metales básicos deberían seguir contando con el apoyo de datos fundamentales sólidos, ya que la recuperación de la demanda se enfrenta a una difícil oferta. Sin embargo, el petróleo presenta un poco más de riesgo a la baja. También se percibe un interés en los activos relacionados con materias primas, como el FTSE 100, el cual quedó rezagado con respecto a la recuperación inicial de los precios de las materias primas.
La inflación como clase de activo sigue siendo interesante, y los eventos de ruptura pueden representar el camino de menor resistencia en los próximos meses. También ofrecen beneficios de diversificación que podrían resultar beneficiosos a medida que nos encaminamos hacia la salida de un mundo de baja inflación y baja volatilidad.
Con los mercados desarrollados superpoblados y sobrevaluados, podría ser el momento de buscar oportunidades en algunos destinos más exóticos. China puede ser una buena opción, pero podría ser el momento de incluir algún mercado emergente adicional. Otros países ofrecen superávit externos, una inflación baja y un crecimiento razonable, y ahora podrían tener un mejor valor tras la reciente liquidación. De esta manera el dólar estará protegido en caso de que se debilite. Podría ser el momento de renovar el enfoque en las historias internas de Asia, dado que los riesgos externos podrían aumentar. La renta variable china onshore se beneficia de un crecimiento razonable, una mayor accesibilidad y una baja correlación con la renta variable desarrollada. Los mercados de la ASEAN también son atractivos, como podría ser, con el tiempo, el caso de la India.
La economía estadounidense ha sido más resistente que la de Japón y la zona euro. Sin embargo, su indicador de sorpresa económica ya ha superado su pico. Los bonos corporativos deberían verse presionados a medida que la deuda corporativa se acumule -alentada por la reforma fiscal- y la Reserva Federal se endurezca. Si un inversor tuviese que mantener el crédito, sería recomendable buscar un producto de corta duración. Cuando aumentan los temores de la deuda y los balances generales se ven afectados, la volatilidad de la renta variable también tiende a aumentar, lo que constituye un incentivo para reducir o remodelar las exposiciones a la renta variable. Una mayor ponderación de los ingresos de calidad o de las existencias de valor podría ser una solución en esta fase tardía del ciclo.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Jeff, PJ and Taiki. El poder disruptivo de la eficiencia energética
Al hablar sobre la energía como parte del componente medioambiental de los factores ESG, las personas a menudo se centran en los tipos de energía que consumen. Sin embargo, éste es solo un aspecto de la historia y debemos analizar la cuestión en conjunto. El otro aspecto —el modo en que se usa esa energía— es igualmente importante.
Eficiencia para reducir a la mitad el consumo
El equilibrio de las emisiones de gases de efecto invernadero de los últimos años ha respondido más a las mejoras en la eficiencia energética que a un cambio en los tipos de energía que se consumen. Los avances en eficiencia energética están modificando los patrones tradicionales de inversión en inmovilizado y consumo, con implicaciones significativas para todos los sectores de la economía.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) pronostica que para 2040 el consumo global de energía crecerá un 30%. De no producirse mejoras en la eficiencia energética, ese aumento sería del 60%. La mayor parte de este crecimiento provendrá de los mercados emergentes, especialmente, la India, donde el rápido crecimiento de la población y un mayor acceso a la tecnología impulsarán la demanda de energía. En los mercados desarrollados, las mejoras en eficiencia energética generarán reducciones en el consumo energético, incluso según avance el crecimiento económico.
Incentivos y sanciones
El avance de la eficiencia energética responde a un sistema de incentivos y sanciones. A excepción de en Estados Unidos, la mayoría de los de los países han adoptado reglamentos para cumplir los compromisos del Acuerdo Climático de París. Por lo tanto, lo que se necesita en relación con el aspecto de las sanciones es una mejor ejecución normativa.
En este sentido, Europa ha establecido un régimen de comercio de derechos de emisión de carbono. China, actualmente el mayor emisor de gases de carbono procedentes de combustibles fósiles, también está planificando un régimen similar, potencialmente el más grande del mundo. Otras de las iniciativas ejecutivas que se están desplegando en China son la adopción de sanciones más severas para quienes contaminen, la consolidación de la formulación de políticas energéticas en el Ministerio de Ambiente Ecológico (de reciente creación), el cierre de centrales ineficientes de carbón y acero y la prohibición de la importación de residuos.
Datos recientes de la AIE indican que el crecimiento de la demanda de energía en China ya se ha ralentizado considerablemente, “de una media del 8% anual entre 2000 y 2012, a menos del 2% anual desde 2012”, y se prevé que la media será un 1% anual hasta 2040. A escala mundial, en la última década, se ha producido un aumento de los reglamentos sobre eficiencia energética, lo cual, sin duda, ha contribuido a la ralentización, también de China. Sin embargo, la AIE pronostica que “el consumo nal en 2040 aumentará un 40%” si no se continúan implementando nuevos reglamentos.
Así pues, el componente sancionador resulta más bien obvio en todo el mundo, mientras que el incentivo es el impulso a la productividad resultante de la eficiencia.
Por cada unidad de energía, las compañías de los diferentes sectores económicos de cualquier parte del mundo pueden aumentar su rentabilidad y su competitividad mejorando la eficiencia energética.
De hecho, casi todos los sectores del mundo emiten CO2: industria, transporte, construcción, agricultura y silvicultura, electricidad y calefacción. Todas estas compañías tienen un incentivo para reducir las emisiones, pero quedan muchas que no pueden realizar cambios importantes en sus fuentes de energía.
Lo que sí harán será reducir su huella de carbono y mejorarán la rentabilidad, principalmente, a través de inversiones en inmovilizado destinadas a aumentar la eficiencia con la que utilizan la energía.
Analizamos tres áreas clave de la economía en que la eficiencia energética está impulsando la inversión en inmovilizado y la reducción de emisiones de CO2.
1. Producción de acero
El sector siderúrgico, que representa el 6,7% del total de las emisiones mundiales de CO2, es un buen ejemplo de las implicaciones que la eficiencia energética puede tener para la inversión en inmovilizado de las compañías. Para cumplir con los objetivos del Acuerdo Climático de París para 2050, el sector necesita reducir las emisiones más del 70% por tonelada de acero producido.
Un enfoque directo sería pasar de los hornos básicos de oxígeno tradicionales a los hornos de arco eléctrico, que generan la mitad de emisiones de CO2 por tonelada de acero. Los hornos de arco eléctrico también implican costes de capital más bajos y mayor flexibilidad en los volúmenes de producción. Suelen trabajar principalmente usando chatarra de acero, mientras que los hornos básicos de oxígeno suelen trabajar con mineral de hierro.
Por lo tanto, es natural que un país que no está sino desarrollando su infraestructura —y aún no dispone de volúmenes considerables de chatarra de acero— use hornos básicos de oxígeno. No obstante, una vez que un país comienza a acumular automóviles o electrodomésticos desguazados e infraestructuras obsoletas, es lógico que los productores de acero hagan la transición a los hornos de arco eléctrico.
En China, casi el 95% de la producción de acero se realiza a través de hornos de oxígeno. Si el país transitara un porcentaje significativo de su producción de acero a hornos de arco eléctrico, los beneficios que se obtendrían por el consiguiente descenso de las emisiones y las nuevas y cuantiosas inversiones en inmovilizado por parte de las compañías serían sorprendentes. Esta transición requiere que exista chatarra disponible y respaldo reglamentario, y en ambos aspectos los indicios son alentadores.
La Asociación Mundial del Acero estima que la disponibilidad de chatarra de acero de China se situará en 220 millones de toneladas en 2020 (frente a 145 millones de toneladas de 2015) a medida que los productos y la infraestructura del país entren en la fase de reemplazo.
Desde el punto de vista reglamentario, el gobierno aspira a reducir la capacidad de acero, lo cual exige la clausura de 1,25 toneladas de capacidad antigua por cada tonelada de capacidad nueva que se incorpore en regiones medioambientalmente sensibles. Sin embargo, si una siderúrgica reemplaza su capacidad antigua por hornos de arco eléctrico, podrá hacerlo en una proporción de 1:1, creando un incentivo estructural para cambiar a este tipo de hornos.
Las implicaciones de la eficiencia energética no se limitan a la industria pesada. En el sector minorista de la alimentación, encontramos ejemplos en un grupo líder de supermercados del Reino Unido, que ha reducido el consumo de electricidad un 11,6% desde 2005 a pesar de aumentar su superficie un 54,2%, y en un supermercado que trabaja exclusivamente por Internet y que distribuye sus productos directamente a sus clientes utilizando vehículos eléctricos, lo cual suprime la necesidad de disponer de vitrinas refrigeradas en una tienda equipada con calefacción central.
Dado que el consumo de energía representa del 7% al 10% de los costes totales de una tienda tradicional, es probable que el menor consumo de electricidad impulse la rentabilidad del negocio a largo plazo. La eficiencia energética no es solo una ventaja competitiva directa: también produce beneficios intangibles —mejor imagen de marca y mayor demanda—, ya que los consumidores buscan opciones “más ecológicas” y alternativas de bajo coste.
3. Residencial: reformas para mejorar la eficiencia energética
Las mejoras en la eficiencia energética residencial están cambiando los presupuestos de los hogares. En Europa, donde el 97% del parque inmobiliario no es energéticamente eficiente, el gasto en energía representa, de media, el 10% de la renta de los hogares. La calefacción representa el 65% del consumo medio de energía en el hogar.
Las reformas para mejorar la eficiencia energética incluyen la instalación de mejores sistemas de calefacción, refrigeración e iluminación, así como de aislamiento y eficiencia en el consumo de agua. Las regiones con viviendas anticuadas en climas más fríos están liderando la transformación hacia una mayor eficiencia energética.
Una mejor eficiencia energética residencial podría generar unos niveles de renta disponible superiores, valores inmobiliarios más elevados y beneficios relacionados con el empleo, el crecimiento, la innovación y el consumo. Por desgracia, el periodo que transcurre hasta que se materializan los resultados puede ser bastante largo, especialmente, en el caso de las reformas más sólidas para la mejora de la eficiencia energética. Además, considerando que los reglamentos se centran principalmente en el ámbito corporativo, las personas se enfrentan a menos sanciones que las incentiven para actuar.
Aun así, las mejoras en la eficiencia energética de los hogares han reducido los costes energéticos residenciales. La obligación introducida recientemente en California de que todas las viviendas nuevas incluyan paneles solares demuestra el uso que puede dársele a la reglamentación para mejorar la sostenibilidad residencial. Ámsterdam ha dado un paso incluso más importante con su Agenda sostenible: para 2020, la ciudad neerlandesa quiere generar un 20% más de energía renovable, consumir un 20% menos de energía por habitante, mejorar la calidad del aire cambiando a vehículos con cero emisiones y garantizar que el 65% de los residuos de los hogares se recojan de manera eficiente para su reciclaje.
Esta recolección de residuos forma parte de la importancia que le atribuye a la “economía circular”, cuyo objetivo es reutilizar todos sus productos y que cuenta con la participación de Amsterdam Waste to Energy Company (AEB). AEB recupera residuos de los hogares y otras materias primas, como desechos de frutas y verduras, y genera electricidad a partir del calor que produce su incineración. La biomasa liberaría la misma cantidad de carbono si se dejara pudrir, por lo que esta fuente de energía es neutral en cuanto a emisiones de carbono. AEB ya genera suficiente energía como para abastecer 300.000 hogares.
Ámsterdam espera eliminar paulatinamente el gas natural para 2050. Para conseguirlo, ofrece incentivos y financiación tanto a personas físicas como a empresas, con préstamos a bajo interés para inversiones en sostenibilidad y subvenciones para propietarios de viviendas que desean acelerar el proceso para prescindir del gas. Es un modelo de cómo las ciudades pueden usar incentivos y sanciones para mejorar su eficiencia energética general a escala municipal en lugar de esperar soluciones globales o multinacionales.
Invertir con una visión prospectiva
Ahora ya vemos los dos aspectos de la tendencia energética respetuosa con el medioambiente: la elección de la energía, así como la eficiencia con la que se utiliza. El cambio hacia la eficiencia energética puede crear un efecto disruptivo sobre prácticamente todos los sectores económicos y tiene el potencial de reducir el crecimiento del uso de energía previsto a la mitad, mejorar los beneficios corporativos y estimular la inversión en los sectores industrial, minorista y residencial.
En el proceso de construcción de nuestra cartera, analizamos las calificaciones medioambientales, sociales y de gobierno de cada compañía utilizando datos de Sustainalytics. También reconocemos una cuarta categoría, de “cambio climático”, que duplica el escrutinio que concedemos al medioambiente en el marco de los factores ESG.
En el seno de dichos factores, la eficiencia energética es un asunto que se enmarca en la categoría medioambiental. Nuestro objetivo es garantizar que la calificación media de las compañías incluidas en cada una de nuestras cestas de países y sectores se encuentre en el cuartil superior de estas cuatro categorías. Creemos que los factores ESG, en términos generales, están transformando la economía global. Al considerar estos factores en nuestro proceso de inversión, pretendemos situarnos a la vanguardia de la eficiencia energética y otras tendencias disruptivas.
Opinión de Andrew Harmstone, gestor jefe de carteras de la estrategia Global Balanced Risk Control de Morgan Stanley IM.
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A lo largo de las campañas políticas todos los candidatos presidenciales se han dedicado a ofrecer lo que el electorado desea escuchar, pero ninguno ha planteado la política económica que instrumentaría para lograr los objetivos que todos plantean, más empleos y mejores salarios.
Ni los salarios aumentan por decreto ni los puestos de trabajo se generan por decisión de la autoridad. Para lograrlo se tienen que instrumentar acciones que resuelvan las causas de raíz de los bajos sueldos. El desarrollo regional de México es muy desigual en buena medida como resultado de bajísima productividad en algunas zonas y actividades. En el país conviven zonas que crecen a tasas similares a las de los países asiáticos con otras cuya actividad económica decrece, conviven empresas muy competitivas mundialmente con otras que apenas pueden sobrevivir. Buena parte de estas desigualdades se deben a las grandes diferencias en los niveles de productividad regional y en las empresas.
Las pequeñas y medianas empresas generan el 42% del PIB y el 78% del empleo, y la gran mayoría de estas empresas, alrededor del 95%, son micros, tienen menos de 5 trabajadores, o pequeñas, entre 6 y 10 trabajadores. Por lo tanto, si se desea incrementar el nivel de empleo y el salario de los trabajadores se tienen que instrumentar medidas que permitan elevar el nivel de productividad de estas empresas. Mayor productividad implica que se podrá hacer más con los mismos recursos lo que se traduce en posibilidades de producir más, vender más, crecer, contratar más gente y aumentar los salarios que reciben los trabajadores. Adicionalmente, la actividad industrial informal es muy amplia, con fuerte impacto en el empleo, pero con bajísimos niveles de productividad.
Para incrementar la productividad se requiere tener acceso a tecnología más moderna, a máquinas más eficientes. Los costos de los créditos de las empresas pequeñas son demasiado elevados, la falta de acceso al mercado formal les genera financiarse en condiciones muy desfavorables. Esos elevados costos financieros les impiden modernizar sus equipos. Adicionalmente, para ser más productivos los empleados también tienen que capacitarse, pero debido al reducido número de trabajadores y de ventas, les impide pagar la capacitación que se requiere.
Se necesita una propuesta integral para aumentar la productividad de las empresas pequeñas y las informales, que les permita acceso a tecnología más moderna, mayor capacitación y financiamiento más barato. Lograrlo no necesariamente implica dar subsidios. Se podrían establecer programas entre universidades públicas y privadas con las empresas, de tal forma que juntos encuentren formas de mejorar la tecnología, de aumentar la capacitación de los trabajadores, de plantear programas educativos regionales encaminados a fortalecer a las actividades económicas de esa zona en específico. Fomentar cadenas productivas con las grandes empresas les permitiría también mejorar su productividad porque se tendrían que ajustar a los estándares de calidad y puntualidad de sus clientes y una vez cumpliendo podrían ser estos contratos su acceso a financiamientos más baratos. Desafortunadamente ningún candidato ha hecho mención a propuestas para elevar la productividad de las pequeñas empresas ni que harán con los programas existentes para apoyarlas, esos son los temas que deberían abordar en lugar de ofrecer aumentar el gasto vía programas asistenciales y reducir los impuestos.
Pixabay CC0 Public DomainMakunin
. El índice no es tu amigo
¿Por qué considerar la rentabilidad absoluta al invertir en crédito? La rentabilidad absoluta ha vuelto con fuerza al terreno de la renta fija por varias razones. En primer lugar, los principales índices de bonos contienen una contradicción fundamental debido a que están ponderados según la capitalización de mercado.
En renta fija, esto significa que los emisores con cargas de deuda más elevadas tendrán mayor representación, y cuando una compañía o gobierno emite más bonos, su cuota aumenta. Otra razón es que en los principales índices no existe una forma de ajustar atendiendo a la calidad o el vencimiento de la deuda, por tanto una emisión BBB de 1.000 millones de dólares a 30 años tendrá la misma ponderación que una emisión AAA de 1.000 millones de dólares a 1 año, aunque la primera conlleva un riesgo mucho más alto para los inversores.
Por ejemplo, a principios de la década de 2000, muchas compañías del sector de las telecomunicaciones se sobre-endeudaron y después tuvieron problemas o incluso quebraron. De igual modo, en los años precedentes a la crisis financiera, los bancos se apalancaron muy rápidamente y su presencia aumentó hasta más del 50% del índice.
El sentido común aconseja moderar la exposición a un sector cada vez más endeudado, pero un inversor que se guía por el índice de referencia estaría inclinado a aumentar su asignación precisamente en el momento menos conveniente. Por el contrario, tras la crisis financiera, los bancos han reducido su apalancamiento y saneado sus balances (la cantidad total de deuda ha permanecido estable en general).
Desde una perspectiva fundamental, esta situación es más favorable para los tenedores de bonos, y de hecho, las financieras han batido al universo más amplio. Pero también en esta ocasión, el inversor que se guía por el índice de referencia habría seguido precisamente la estrategia equivocada, disminuyendo su exposición al sector cuando lo beneficioso hubiera sido mantener o aumentar la ponderación.
El segundo argumento para adoptar un enfoque de rentabilidad absoluta en la deuda hace referencia al riesgo de tipos de interés presente en muchos índices. Como los tipos de interés han estado en niveles extremadamente bajos durante muchos años, las compañías han aprovechado para cerrar condiciones atractivas durante periodos más largos. Por tanto, el vencimiento medio del índice de deuda global se ha elevado a casi nueve años, aumentando la exposición al riesgo para los inversores, aunque la rentabilidad que se ofrece ha descendido.
El tercer inconveniente de los índices de referencia de la renta fija es que en el caso de los índices de grado de inversión, las actuaciones de la agencia de calificación pueden desencadenar ventas y compras en los momentos equivocados. Si se degrada a un emisor por debajo del umbral establecido, los bonos son eliminados del índice.
Por el contrario, si un emisor mejora su calificación, en el siguiente ajuste, su deuda se incluirá en los principales índices. Pero normalmente, el precio de mercado ya se habrá ajustado mucho antes, por eso un enfoque tan estricto de índice de referencia o pasivo hace que se venda en los puntos bajos y se compre en los altos.
La gestión activa puede servir para mitigar los tres problemas que acabamos de describir, aunque siempre habrá consideraciones de fidelidad al índice, o “error de seguimiento”. En un momento en el que la prima que se ofrece está comprimida en relación con niveles históricos, creemos que hay sólidos motivos para seleccionar y que el gestor goce de la máxima capacidad de discreción, independientemente del índice, lo que apunta hacia la rentabilidad absoluta.
Además de la adopción de un enfoque flexible, creemos que hay otros tres principios para ayudar a lograr el éxito a lo largo de los ciclos económicos.
Principio 1: Hacerse globales. En un momento concreto, las diferentes regiones estarán en puntos diferentes del ciclo económico o de deuda. Por lo tanto, un enfoque global puede liberar a los inversores de los vaivenes de la economía doméstica; el gestor puede acudir a donde se encuentren las oportunidades más atractivas y los fundamentales de negocio sean estables o estén mejorando.
Principio 2: Aumentar la diversificación. Pasar de un foco doméstico a un abanico de oportunidades globales aporta el beneficio de una mayor diversificación. Abrir el universo de inversión a un enfoque multi-activos de crédito, que incluya deuda high yield y titulizada mejorará aún más la diversificación.
Principio 3: Ser dinámicos. Aunque abrir el universo de inversión aporta beneficios, un enfoque activo por sector y región es fundamental para la rentabilidad.
Gestionar el riesgo y la rentabilidad: nada es gratis
Si no hay un índice de referencia al que seguir, los inversores debemos considerar el nivel de riesgo que estamos dispuestos a asumir y las correspondientes oportunidades de rentabilidad. Hay tres categorías principales de riesgo en la deuda: liquidez, mercado e idiosincrasia; todas requieren una atenta gestión.
Liquidez: como los bancos se han retirado significativamente del mercado de emisiones de renta fija, la capacidad de comprar y vender de una forma ordenada es importante. Por tanto, los gestores deberán respetar límites en la cuota de cada emisor y título que tienen, y también tener cuidado con la larga lista de pequeñas emisiones de bonos del mercado.
Riesgo de mercado: incluso en un marco de rentabilidad absoluta, la cartera puede tener cierta exposición a la dirección general de los mercados. En la deuda, nuestra métrica preferida es el Weighted Duration Times Spread (WDTS). Cada título tendrá un riesgo según su vencimiento y valoración crediticia, por eso al multiplicar los dos por la ponderación en la cartera se obtiene un indicador de la volatilidad y la exposición de mercado esperadas.
Riesgo idiosincrático: existe siempre el riesgo de un trastorno de crédito o impago, y esto debe valorarse con un riguroso análisis cualitativo y cuantitativo. Además, las posiciones deberán dimensionarse según el riesgo esperado de la emisión, de este modo, un resultado adverso no provocará grandes descensos de la cartera.
Como hemos mencionado, existe un amplio espectro de fondos en el espacio del crédito multiactivos, rentabilidad absoluta pero pueden agruparse en cuatro grandes categorías de objetivo de rentabilidad y exposición de clase de activos:
Uno de los errores más comunes entre los inversores de fondos de rentabilidad absoluta es confundir rendimiento u objetivos con rentabilidad esperada. Rara vez coinciden ambos, especialmente en el corto plazo. En las últimas fases del ciclo de crédito, cuando el apalancamiento corporativo aumenta y las primas se estrechan, se debe ser más cauteloso con las estrategias más agresivas, ya que experimentarán alta volatilidad y descensos cuando los mercados vendan, si es que lo hacen. De hecho, las carteras más defensivas con alguna exposición a riesgo de tipos de interés tendrán una rentabilidad superior, ya que las rentabilidades soberanas suelen tener una relación plana o inversa con los diferenciales de crédito, especialmente para el grado sub-inversión.
Tribuna de Luke Copley, gestor de carteras del equipo de renta fija global de Allianz Global Investors y especialista en producto de renta fija global en Allianz GI.
Foto cedida. El trabajo colaborativo y el fin de las fronteras productivas
Si bien hace menos de dos décadas las compañías más poderosas del mundo ostentaban grandes oficinas como monumentos al poder, en la actualidad muchas de ellas, al igual que centenares de “startups” de todo el planeta, se han abierto a nuevas alternativas como el trabajo colaborativo para optimizar recursos, trabajar en comunidad y maximizar sus resultados.
Con más de 3.750 millones de personas conectadas a internet en todo el planeta, el lugar de trabajo ha cobrado un nuevo significado y se ha descentralizado, lo que se traduce tanto en retos como oportunidades para el sector inmobiliario en una era denominada como la cuarta revolución industrial, que no es más que la transición hacia un mundo cada vez más globalizado, entrelazado y digital.
Gracias a la tecnología ahora el mundo se acerca cada vez más al concepto de aldea global propuesto por el teórico canadiense Marshall McLuhan (1911-1980) para referirse a una sociedad que se construye sistemáticamente en la red, donde las fronteras son cada vez más difusas.
El trabajo colaborativo, conjunto, integrado, articulado o coworkingpor definición, es una forma de trabajo a través del cual distintas organizaciones o personas comparten en un mismo espacio conocimientos, recursos, experiencias, redes de contactos para crecer de manera equilibrada y sostenida en el tiempo lo que conduce a la optimización de costos y recursos, esto es, acceso compartido a “innovadores, innovaciones, talentos y costos inmobiliarios reducidos”.
Incubadoras y aceleradoras de empresas, emprendimientos con potencial de crecimiento e incluso grandes corporaciones apuestan por este modelo no solo en Estados Unidos sino también en mercados emergentes de Latinoamérica.
Con esta tendencia se apuesta por un cambio del paradigma en el mercado inmobiliario tal y como lo ha descrito el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) en varios de sus reportes.
Y es que optimizar el espacio inmobiliario se ha convertido en una necesidad en las grandes urbes del planeta. WEF estima que el sector inmobiliario consume más del 40% de la energía mundial al año y también advierte que es la actividad económica que más recursos o materia prima demanda del planeta.
Sumado a ello, WEF señala en el reporte “Environmental Sustainability Principles for the Real Estate Industry” de enero de 2016 que los edificios contribuyen con el 20% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero del mundo.
Así las cosas, la industria está llamada a generar un cambio en los lineamientos e insertarse de manera más acelerada en la economía colaborativa como lo han hecho sus pares en sectores como el transporte o el turismo. En un reporte del portal en internet de WEF se cita al socio principal y presidente de PwC Alemania, Norbert Winkeljohann, quien afirmó que la economía colaborativa en el sector inmobiliario, es decir el alquiler o préstamo de bienes inmuebles en vez de la adquisición, podría llegar a generar ingresos por 335.000 millones de dólares en el mundo para 2025.
El sector inmobiliario, en el contexto del trabajo conjunto y compartido (coworking), ha encontrado en los millennials,-población joven cuyas edades oscilan entre 21 y 34 años-, un aliado no solo por su capacidad de innovación para generar nuevas formas de organizar y asumir el trabajo, sino que además se constituye en un segmento de la población importante e influyente en las pautas de consumo en un futuro inmediato. Se estima que la población del milenio para Estados Unidos alcance su punto máximo en 76,2 millones para el 2036, así como para el 2020 este segmento poblacional se constituirá en un tercio de la fuerza de trabajo mundial, según concluye el estudio “Las carreras de los millennials visión 2020” de ManpowerGroup.
En consecuencia, los empresarios empiezan a considerar nuevas alternativas para la gestión de su personal, adaptarse a las nuevas tendencias de consumo y al impacto que podría generar la conquista económica de este segmento poblacional en los próximos años.
El desafío entonces para el sector inmobiliario es llegar a captar a aquellos emprendedores jóvenes a quienes una sala de Starbucks, un comedor de McDonald’s o incluso su propio apartamento se pueden convertir en espacios compartidos para la generación y creación de bienes y servicios, máxime cuando no se cuenta con la capacidad económica para optar por otras alternativas.
Citada en un reciente boletín de prensa de Microsoft, una encuesta realizada por la OIT concluye que “para el 56% de los jóvenes lo más importante al evaluar un empleo es la calidad de la experiencia de trabajo”.
“En Microsoft, la innovación está asociada, entre otros factores, a la diversidad. Equipos de trabajo inclusivos y compuestos por una diversidad de miradas, son esenciales para generar mejores ideas, desarrollar mejores productos, y ofrecer mejores experiencias para los empleados”, dice la firma de tecnología estadounidense.
Nueva York, semillero global del coworking
Después de Silicon Valley (California), el de Nueva York es el principal ecosistema de emprendimiento del planeta de acuerdo al informe The Global Startup Ecosystem publicado en 2015 por la consultora Compass. Entre 7.100 y 9.600 empresas están activas en esta ciudad, generando unos 90.000 puestos de trabajo y un ecosistema emprendedor valorado hasta por 49.800 millones de dólares.
Nueva York también es pionera en el modelo de trabajo compartido y por ello grandes firmas del sector como WeWorkhan nacido allá y se han expandido por todo el mundo. WeWork tiene una red mundial de oficinas colaborativas y ha construido una comunidad alrededor de esta cultura empresarial que le ha permitido alcanzar una valorización en el mercado de unos 20.000 millones de dólares.
Esta organización cambia la forma en la que las personas trabajan al punto de que no solo los emprendedores deciden mudarse a este tipo de instalaciones sino también grandes organizaciones como Uber Eats y Spotify lo han hecho en la sede de WeWork en Bogotá, la capital de Colombia.
“Es una tendencia que cada vez va a ser más fuerte“, resume el gerente de la compañía para América Latina, Patricio Fuks, quien además adelantó a medios de comunicación que la estrategia de expansión regional será por medio de ‘management’ de edificios y la búsqueda de inversionistas interesados en desarrollar proyectos.
Según lo explica la misma organización, en menos de 8 años We Work ya cuenta con 253 edificios en 22 países y 75 ciudades alrededor del mundo. Considerada la cuarta “startup” más valiosa a nivel mundial, esta organización ya tiene 250.000 miembros a nivel mundial.
We Work selló recientemente con Microsoft una alianza a través de la cual las dos multinacionales “combinan herramientas y espacios de trabajo inteligentes para hacer realidad el futuro del trabajo en Latinoamérica”, según informaron en un comunicado de prensa.
“La colaboración se basa en habilitar el estilo único de trabajo de cada grupo o equipo, sin importar dónde se encuentren ubicados. De acuerdo con IDC, 72,3% de los empleados trabajarán de manera remota para 2020, lo cual destaca la importancia de impulsar la colaboración desde ahora”, se añade en el documento.
Fundada en el 2011, NeueHouse es otra de las organizaciones pioneras en este modelo desde la ciudad de Nueva York y actualmente ofrece espacios de trabajo privado para empresarios y líderes creativos. Además, otras compañías como Soho House se presentan como alternativas innovadoras, junto con otras empresas como Regus, The Yard, Cubico e Ignitia Office, quienes comenzaron su emprendimiento en Manhattan y hoy desarrollan su concepto en varios países del mundo.
Una investigación del sector publicada este año por Nexudus, Essensys y WUN Systems expone que en 2015 existían 8.900 espacios de trabajo colaborativo en el mundo, sin embargo esa cifra creció a 15.500 el año pasado y para 2018 se proyecta que habrá por lo menos 18.900 de estas oficinas. Asimismo, en el informe se expone que el número de usuarios de estos servicios creció significativamente entre 2015 al 2017, al pasar de 545.000 miembros a más de 1,27 millones en el mundo.
Sin embargo, para este año en el reporte titulado “2018 Coworking Forecast” Nexudus, Essensys y WUN Systems proyectan que el número de trabajadores bajo el modelo colaborativo crecerá a 1,69 millones.
Esto debido, en parte, a que se estima que habrá más y mayores espacios dedicados al trabajo colaborativo en el mundo tanto en áreas urbanas como rurales, así como una mayor aceptación del concepto en el ámbito empresarial.
En esta misma línea se prevé que más corporaciones decidan optimizar sus recursos y trasladar parte de sus operaciones a estos espacios con el propósito también de lograr una conexión más fuerte con el ecosistema local de emprendedores.
Las grandes organizaciones perciben ahora que al trabajar en espacios compartidos estos empresarios pueden convertirse en socios estratégicos e incluso en clientes de sus servicios. Sumado a ello, se cobra una mayor conciencia con respecto a los temas de sostenibilidad y también una necesidad de fortalecer la cultura organizacional de aquellas empresas que buscan diferenciarse.
Asimismo el mercado podría beneficiarse de nuevos espacios de trabajo colaborativo pensados en nichos específicos como por ejemplo los actores de la banca y los nuevos jugadores de la industria fintech, aquellos negocios emergentes que buscan revolucionar el mercado financiero con tecnología e innovación.
Por otro lado, también se espera un crecimiento de empresas en este sector, según concluye una encuesta de la firma CBRE del tercer trimestre de 2017 en la que se afirma que el 44% de las compañías en EE.UU. están cambiando de lugar en donde operan, sustituyendo sus oficinas por lugares más flexibles y un 65% espera unirse a este grupo para el 2020 en las Américas. De manera que, para el 2030, se estima que un 30% de los espacios de oficina serán espacios abiertos y flexibles de trabajo colaborativo, gracias a los incentivos financieros y la necesidad de colaboración de este siglo.
Fundada por socios colombianos en EE.UU., Prodigy Network se presenta como una plataforma global de inversión y desarrollo de activos inmobiliarios, que se ha dedicado a dar acceso a aquellos activos que durante años fueron privilegio de los inversionistas institucionales.