La inversión en licencias de taxiha sido una de las mejores inversiones de los últimos años. Principalmente, debido a que desde los años 90 no se conceden nuevas licencias.
Como se observa en este gráfico, comparado con el Ibex desde el año 2001 hasta el 2016.
Las nuevas licencias cuestan 457 euros. En el mercado secundario se llegan a negociar a más de 150.000 euros. La prueba evidente de que el monopolio del taxi se está acercando a su fin.
Los taxistas no entienden que el problema no es Uber o Cabify. Los usuarios prefieren los VTC porque son más baratos, tienen tarifa prefijada, son coches elegantes y limpios, los conductores son profesionales, amables y educados, y te ofrecen un servicio exquisito. Si ofrecieran un mal servicio, no tendrían clientes. De echo en Japón, Uber ha fracasado ya que, en el país del sol naciente, los taxistas dan un servicio admirable.
Huelgas aparte, lo más importante es quién va a pagar el pato: por un lado, el pobre taxista que compró su licencia en los últimos cinco años y que ahora está viendo cómo su valor se desploma casi un 50% en dos años. ¡Y por otro, como siempre, nosotros! Ya se está hablando de la creación de un fondo de compensación de 2.100 a 5.250 millones de euros.
Mi recomendación a los taxistas: véndete tu licencia de taxi y cómprate una de VTC. A los que no sois taxistas, en mi caso, desde que me he comprado una bici eléctrica, mi vida es otra.
La innovación tecnológica rompe con las posiciones de dominio de un mercado, obligando a los operadores actuales a adaptarse o desaparecer.
Pixabay CC0 Public DomainEdwindoms610. Bajistas o alcistas: ¿el próximo colapso de China o el siglo de China?
Tras el fuerte rally de la renta variable china en 2017, una de las preguntas que más nos han hecho durante los últimos road shows europeos es ¿y ahora, qué? Nos dirigimos hacia una drástico “regreso a la media” o si estamos al comienzo de algo grande. En nuestra opinión, lo que ocurrió en 2017 fue sólo el comienzo de un periodo multianual de subidas de la renta variable china impulsada por varios factores. El cambio fundamental en el modelo de crecimiento de la economía china en la razón principal.
Después del elevado crecimiento de los últimos 40 años, el gobierno chino ha adoptado un modelo de crecimiento económico más lento que se centra en la calidad y la sostenibilidad. Durante este proceso, varias cuestiones estructurales integradas en el modelo de crecimiento previo insostenible como el elevado endeudamiento, los desequilibrios del mercado inmobiliario, la sobrecapacidad, el agotamiento de los recursos y la destrucción medioambiental se están teniendo en cuenta, uno por uno. Mientras tanto, el país continuará impulsando la innovación y la investigación y desarrollo para mejorar su competitividad global.
Durante este proceso, los inversores comenzarán a darse cuenta de que los argumentos típicos presentados por los pesimistas sobre China no se sostienen y que la historia de China es cada vez más real y sostenible. Creemos que este cambio en la percepción global de China por parte de los observadores de todo el mundo provocará una revalorización de la prima de riesgo de las acciones chinas, lo que conducirá una subida sostenida.
Creemos que la inclusión de las acciones onshore chinas en el MSCI, conocidas como “Clase A”, tanto en los índices emergentes como globales, también contribuirá a la revalorización. Al añadir las acciones A a estos índices, MSCI ha indicado que el mercado de acciones clase A no es un mercado más y que no puede obviarse siendo el segundo mercado mundial en términos de tamaño, pero además es totalmente invertible para los inversores extranjeros utilizando la plataforma Stock Connect o las cuotas QFII. La inclusión de las acciones clase A en los índices MSCI significa que los inversores que utilizan los índices MSCI como índices de referencia tendrán que comprar las acciones chinas para evitar la desviación.
MSCI comenzó en junio de 2018 con una inclusión parcial del 2,8%. Tras la inclusión total, las acciones chinas clase A representarán alrededor del 20% del MSCI Emerging Markets Index. Las acciones chinas, incluidas las cotizadas en Hong Kong y los American Depository Receipts, representarán, en última instancia, alrededor del 40% del índice de mercados emergentes MSCI tras la inclusión total, probablemente dentro de cinco o seis años. Como resultado, anticipamos que los inversores pasarán cada vez más tiempo estudiando las acciones chinas, tanto onshore como offshore, como una clase de activos prometedora e invertible.
Somos optimistas a medio y largo plazo con la renta variable china a pesar de la volatilidad que hemos visto recientemente. La mejor manera de capturar las oportunidades es analizar los temas clave que impulsarán el crecimiento e identificar las compañías más competitivas y mejor gestionadas. Nos gusta el tema de la innovación tecnológica, ya que es la principal fuerza impulsora detrás del desarrollo económico de China para el futuro.
China aspira a convertirse en un líder mundial en innovación en 2035. Esto lo ha comprendido Washington, que ha identificado la amenaza y está tratando de detener, o al menos frenar este aumento. También nos gusta el tema de actualización del consumo y la fabricación avanzada. El plan estratégico «Hecho en China 2025» apunta claramente a aumentar el contenido nacional de los materiales y componentes centrales, centrándose en chips, memorias y software avanzados que actualmente son competencia de compañías extranjeras.
El próximo colapso de China, escrito en 2001 por Gordon G. Chang, preveía el colapso de la economía china junto con su sistema político en 2006, y posteriormente en 2011. Diecisiete años más tarde, China es mucho más fuerte que en 2001 y es más estable políticamente que en un gran número de países desarrollados. Creemos que la economía china cuenta con los medios y recursos para afrontar sus problemas estructurales, ofreciendo a lo largo del camino grandes oportunidades para los inversores que sean capaces de darse cuenta de algo grande está sucediendo en la segunda economía del mundo. El siglo XXI va a ser el “Siglo chino” como escribió Oded Shenkar en 2006,cuando en su best-seller predijo que China superaría a Estados Unidos y se convertiría en la mayor economía para ¿2026? Es bastante probable.
Tribuna de Sabrina Ren, gestora de JK Capital Management Ltd., filial de La Française.
La Fed ya ha ejecutado, tal y como estaba previsto, la segunda subida de tipos de interés de este año. Esta subida, sobradamente esperada, se justifica por la buena salud de la economía estadounidense. Dado un crecimiento estimado para el segundo trimestre del 3% y una tasa de desempleo en mínimos históricos, mientras la inflación se mantiene próxima al 2%, la regla de Taylor estima tipos de interés de referencia óptimos en el 5%, a gran distancia del actual nivel del 2%. Parece evidente, pues, que la normalización monetaria mantenga su curso y, por lo tanto, la Fed podría aplicar aún dos subidas más este año hasta el 2,5%.
Sin embargo, como suele pasar, la política monetaria genera algunas controversias.
En primer lugar, la curva de tipos en Estados Unidos se está aplanando de forma preocupante. El diferencial entre tipos a dos y a diez años ha alcanzado hace poco 40 puntos. Tal y como señalaba recientemente la gobernadora de la Fed, Lael Brainard, desde 1960 hasta ahora ha habido un único caso en el que una curva invertida de tipos no ha ido seguida de una recesión.
De acuerdo con las proyecciones de la Fed, la curva de tipos se invertirá entre los años 2019 y 2020. Dicho contexto podría llevar a la Reserva Federal a intentar obtener una pendiente de la curva mayor mediante directrices más simétricas en lo que respecta a su objetivo de inflación.
El objetivo podría mantenerse en el 2% a lo largo del ciclo, autorizando a su vez subidas y bajadas. Este cambio de tornas provocaría un deslizamiento de las perspectivas de inflación.
La segunda controversia no tiene que ver con Estados Unidos. Y es que, ¿puede la Reserva Federal aumentar los tipos de interés en solitario, mientras el resto de bancos centrales del mundo entero mantienen sus tipos de interés en mínimos históricos? Ni el BCE, ni los bancos centrales de Suecia, Noruega, Suiza, Australia y Nueva Zelanda, o el Banco de Inglaterra, han reaccionado a las subidas implementadas por la Fed. Incluso las economías emergentes están manteniendo tipos de interés monetarios históricamente bajos y muy pocos países han iniciado la normalización monetaria. En un contexto así, el repunte del dólar y el aumento de los tipos de interés en Estados Unidos podrían amenazar el crecimiento mundial.
Por consiguiente, si bien es probable que la política monetaria siga normalizándose en Estados Unidos, deberán examinarse muy detenidamente las actas que se publiquen tras la reunión de la Fed, pues no se descarta que la Reserva Federal, al mando de Jerome Powell, adapte levemente su “función de reacción”.
Tribuna de Nicolas Forest, jefe global de renta fija de Candriam
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Nick Kenrick
. El verano no es necesariamente la mejor época para tomar decisiones muy significativas en los mercados
Ojo por ojo, diente por diente. Así reza ahora el mercado. Incluso la decepción más mínima se sanciona. Netflix, con una caída del 5% y posterior y, más dramáticamente, Facebook, con un retroceso del 19%, se convirtieron en víctimas de la ira de los inversores que llevan ya demasiado tiempo soñando con un crecimiento inmutable, especialmente en las acciones del sector tecnología.
En Europa, después de un inicio titubeante y de reportes de beneficios empresariales promedio, se registró un reequilibrio después de los robustos resultados de Total, Telefónica, Carrefour y Capgemini, entre otros. Por ahora, nada apunta a una considerable desaceleración económica, incluso si la volatilidad del tipo de cambio y el aumento en los precios de las materias primas han pasado su factura a ciertas empresas internacionales.
Todo esto no ha evitado que los inversores continúen saliendo de Europa: los flujos al exterior registran la semana consecutiva número 20. También aquí aplica la ley del Talión. Mientras Europa no haya restaurado el rumbo hacia la estabilidad política y el pronóstico sobre el aumento en los beneficios no se haya confirmado para 2018, los inversores seguirán huyendo de la zona.
Lo contrario también es cierto en Estados Unidos. Durante la semana pasada, las estrategias de cotización de renta variable en EE.UU. registraron las entradas más altas de las últimas tres semanas – unos 3.800 millones de dólares–, llevando las entradas de capital en renta variable estadounidense a más de 52.000 millones de dólares desde el inicio del año.
Y también… la guerra comercial
La calma entre Europa y Estados unidos posterior a la reunión entre Donald Trump y Jean-Claude Juncker debería dar estabilidad a los mercados… hasta el próximo tweet y la siguiente amenaza.
El verano no es necesariamente la mejor época para tomar decisiones muy significativas en los mercados. Después de tres meses de un desempeño pobre, el stock picking y la gestión del value podrían recuperarse a partir de la fortaleza de ganancias mejores de lo esperado y descuentos en el valor de los activos.
Las perspectivas conllevan cautela y el pesimismo en el entorno impulsado por las confrontaciones por el intercambio comercial actúa como un blindaje. Sin embargo, el rumbo de la economía continúa y la situación actual de las tasas ha evitado que podamos elegir una solución segura que genere rendimiento.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: fen-tastic. Préstamos sindicados: un activo resistente a la volatilidad
Cuando comenzamos el año 2018, anticipamos un año de fundamentales crediticios razonablemente favorables, un mayor descanso de la política monetaria global acomodaticia y un nivel significativo y sostenido de volatilidad. También creímos que los inversores, en la búsqueda aún de rendimientos, probablemente continuarían haciendo la vista gorda ante los riesgos, particularmente en la deuda de baja calidad.
En su mayor parte, nuestras perspectivas iniciales se han cumplido, incluidos los picos de volatilidad en los mercados que ya anticipamos. Como se esperaba, los senior loans o préstamos sindicados resistieron esos episodios particularmente bien. Como resultado, nuestras expectativas anuales para 2018 permanecen intactas y seguimos viendo una atractiva oportunidad en términos de rentabilidad/riesgo en los senior loans.
Estos préstamos, originados por bancos comerciales y otras grandes instituciones financieras, están asegurados o colateralizados por los activos de las empresas prestatarias. NN Investment Partners tiene un equipo de 46 personas dedicado exclusivamente a esta clase de activos en Scottsdale, Arizona con mucha experiencia y distribuye entre sus clientes la estrategia NN (L) Flex – Senior Loans Fund.
A comienzos de año, estimamos que habría períodos de notables caídas impulsadas por la normalización de los tipos de interés, lo que provocaría una mayor duración del crédito. Esa suposición en general se ha materializado. Los rendimientos totales en la mayoría de las clases de activos de renta fija se mantuvieron estables a negativos durante la primera mitad del año, y el S&P 500 obtuvo una rentabilidad total del 2,65%, logrando recuperarse después de registrar un 0,76% negativo en el primer trimestre de 2018.
En este contexto, el índice de préstamos apalancados S&P/LSTA, como se anticipó, mostró un alto nivel de estabilidad con pérdidas de valor de mercado limitadas, retornos totales positivos cada mes del año y un rendimiento total del 2,16% hasta el 30 de junio de 2018.
Eso es por no decir que todas las partes del mercado de préstamos evolucionaron sin problemas. A pesar de arrojar un rendimiento convincente a seis meses del 4,7%, los préstamos con calificación CCC se enfrentaron a obstáculos durante los picos de volatilidad del mercado en marzo y abril, registrando rendimientos de entre el 0,00% y el -0,04% respectivamente para esos meses.
Esta experiencia puede ser una breve visión de lo que probablemente ocurrirá cuando la perspectiva de crédito/valoraciones perpetuamente alcista comience a materializarse de manera más significativa. El impacto potencial subraya nuestra preferencia continua por subponderar el CCC y los préstamos con calificación inferior.
En nuestra opinión, la cacofonía de las preocupaciones macroeconómicas y geopolíticas seguirá siendo desconcertante para los inversores, dando lugar a una imagen un tanto turbia de los riesgos reales en el horizonte. Las valoraciones caras de 2016 y 2017 y las continuas tensiones en las arenas políticas locales (elecciones de mitad de mandato de 2018) y globales (muchas de las cuales ahora son atribuibles al comercio), probablemente darán lugar a nuevos episodios de volatilidad en los próximos meses.
En consecuencia, invertir en cosas predecibles resultará ser más desafiante. Dicho esto, suponiendo que la volatilidad no adopte una naturaleza sistémica, la estructura única de la clase de activos de senior loans debería proporcionar un lugar tranquilo contra los obstáculos macro y mantener las expectativas actuales de rentabilidad.
Tribuna de Dan Norman, managing director y director de Voya Investment Management Senior Loan Group, la unidad de senior loans de NN IP en Estados Unidos.
Pixabay CC0 Public DomainFoto: Gellinger. Los “catalizadores” del crédito nos mantienen en nuestra postura neutral
El actual ciclo crediticio se está prolongando de manera poco habitual; no obstante, el análisis de nuestro equipo de crédito con calificación investment grade sobre los posibles “catalizadores” de un cambio en el ciclo sugiere que todavía no nos hallamos en una fase especialmente peligrosa, aunque la salud del mercado apenas recibe el visto bueno médico. De los cinco catalizadores del crédito que vigilamos, tres se sitúan en ámbar (política monetaria más restrictiva, valoraciones caras y volatilidad anormalmente baja, aunque creciente), uno en rojo (empeoramiento de la salud corporativa) y tan solo uno en verde (salud macroeconómica).
La política monetaria no es restrictiva, pero se está tornando menos laxa. La expansión fiscal en una etapa muy tardía del ciclo se está traduciendo en una aceleración del crecimiento, pero no puede durar eternamente sin generar inflación y una respuesta monetaria. La década de 1990 ofrece un buen ejemplo, aunque de gran dificultad, pues en aquellos tiempos la Fed abordaba el pleno empleo y las crecientes presiones salariales (y una menor tasa de inflación general) con un endurecimiento de su política, pero sus intervenciones se veían limitadas por las crisis en los mercados emergentes, lo que parece menos probable en la actualidad. El desmantelamiento de la expansión cuantitativa, aunado a la financiación mediante deuda del estructuralmente abultado déficit presupuestario del presidente Trump que anticipamos, podría continuar impulsando los rendimientos hacia cotas más elevadas.
Las valoraciones se han abaratado y, hoy en día, coinciden con sus medias a largo plazo. La volatilidad implícita y observada de la renta variable y la renta fija marcó niveles muy reducidos a lo largo de enero de este año, y el subsiguiente repunte ha venido de la mano de una ampliación de los diferenciales. No queda claro el grado en el que la política monetaria y la volatilidad interactúan. El aumento de la volatilidad de mercado (en las divisas y los bonos de los mercados emergentes, en las acciones de todo el mundo, etc.) se antoja sumamente desconectado del endurecimiento monetario que está acometiendo la Fed, incluso si resulta difícil establecer una conexión en términos estadísticos. Esto nos deja con un catalizador en rojo: la salud corporativa. En teoría, la calificación crediticia óptima de una parte considerable del universo de gran capitalización es de “BBB” (desde una óptica de optimización del coste del capital).
En el pasado, la calificación de crédito media de este mismo universo era, aproximadamente, de “A”, y las compañías han venido modificando paulatinamente sus mecanismos de financiación a través de la actividad de fusiones y adquisiciones y recompras de acciones, de modo que la proporción del mercado investment grade que ahora cuenta con una calificación de BBB ha alcanzado niveles nunca vistos.
¿Deberíamos preocuparnos? Si bien la transición crediticia sugiere una mayor fragilidad financiera entre las firmas de gran capitalización en general, la evolución en términos de debilidad financiera vinculada al paso de A a BBB resulta ínfima — y queda contrarrestada en cierto modo por el nivel de compensación ofrecido a los prestamistas con el fin de financiar sus préstamo-s. Además, nuestra labor ascendente (bottom up) y con visión de futuro en los universos de compañías analizadas en Estados Unidos y Europa muestra una mejora en la cobertura de intereses en los últimos años, a pesar del aumento del apalancamiento — lo que se deriva de unos bajos rendimientos garantizados en cada ronda de refinanciación-. En conclusión, nuestra postura neutral con respecto del crédito sigue siendo adecuada en esta etapa, aunque los productos de diferenciales de duraciones más cortas han recibido una creciente atención en nuestras carteras gestionadas y multiactivos.
Renta variable europea
En términos de la moneda única, las rentabilidades de las acciones europeas han quedado a la zaga de otros mercados desde principios de año, aunque debe considerarse en el contexto del sólido comportamiento de batida al índice registrado a finales de 2016 y en 2017. Esto tiene como telón de fondo unos datos económicos más débiles y, hasta fechas recientes, un euro más robusto, el cual se situaba, en compases previos del año, en un nivel de 1,25 frente al dólar estadounidense, lo que presentaba un escollo para la renta variable europea. No obstante, dado que la atonía económica probablemente se revelará transitoria (y que el euro debería depreciarse), mostramos optimismo con respecto de la región.
Las actuales previsiones económicas de un crecimiento del 2,3% en Europa para este añodeberían traducirse fácilmente en un crecimiento del 10% de los beneficios corporativos para 2018 (y, hoy en día, anticipamos que los beneficios crecerán a una tasa del 8% en 2019). Los datos procedentes de Europa podrían ser menos favorables, aunque gran parte del cambio sedebe abrumadoramente a los datos de encuestas, que han caído desde máximos plurianuales,pero siguen sugiriendo una continuada expansión económica.
La debilidad se limita con frecuencia a unos cuantos sectores, como las finanzas o la industria en el caso del índice IFO de confianza empresarial en Alemania (nuestras carteras de renta variable europea suelen infraponderar ambos sectores, aunque estamos reforzando moderadamente los valores industriales). En efecto, el Viejo Continente no solo presenta un elevado apalancamiento operativo y una economía y un mercado bursátil muy abiertos, sino que además se ve sumamente influenciado por las tendencias cíclicas mundiales, que siguen revelándose propicias. El último giro positivo en los ratios de revisión de beneficios se considera alentador en este contexto, y las valoraciones son más baratas. Son pocas las compañías de fuera de Alemania (y, en cierta medida, de Francia) que están anunciando presiones salariales, aunque los datos descendentes (top down) muestran que los salarios aumentan a su mayor ritmo desde 2011.
Mientras tanto, la elección en Italia de un Gobierno populista crea problemas para el futuro (existen más incógnitas que certezas), aunque parece que se ha logrado evitar una crisis acorto plazo; de igual modo, en España, el riesgo político se mantiene contenido. Teniendo todo esto en cuenta, no hemos introducido cambios en nuestras carteras de asignación de activos, que siguen privilegiando las acciones europeas — una posición que hemos mantenido durante gran parte del periodo desde enero de 2015-.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Mariusz Kluzniak
. ¿Es el momento de recuperar el amor por Europa?
En todo Reino Unido encontramos diversidad de opiniones sobre Europa, incluso en el mundo de la inversión. Lamentablemente, mucho de lo expresado se debe a falta de conocimiento o de comprensión sobre las oportunidades que ofrece la región o las oportunidades para invertir en ella. Seleccionar un único título quizá no sea tan gratificante como se podría esperar, por lo que merece la pena recordar que Europa no son tan solo Nestlé y Volkswagen.
Europa es una economía madura, con problemas demográficos, lo que plantea ciertas oportunidades de inversión potencialmente muy interesantes. Sólo hay que fijarse, por ejemplo, en la creciente demanda de empresas que prestan servicios de asistencia sanitaria o que pueden ayudar a ahorrar para la jubilación ahora que los gobiernos están obligando a asumir esta responsabilidad de manera más personal. Sin ir más lejos Amundi es una de las mayores empresas de inversión del mundo, aunque no se reconozca en Reino Unido.
En lo que respecta a las políticas, Europa está aprendiendo lentamente, a diferencia quizá de Reino Unido, que la posibilidad de promulgar políticas económicas radicalmente diferentes está limitada por la fortaleza de las finanzas nacionales y los niveles de deuda existentes.
Adoptar el euro como moneda única resultó muy problemático para algunos países, pero la disciplina impuesta al desaparecer la solución a corto plazo de las devaluaciones de moneda les ha obligado a asumir cambios significativos a países como España, Portugal e Irlanda, que ahora están viendo los beneficios de su labor. No obstante, el ruido político ha distraído la atención de los logros conseguidos por las empresas de la región.
Líderes mundiales con una estrategia a largo plazo
De Europa son muchas de las empresas punteras del mundo, desde ámbitos como la logística y los servicios de mensajería urgente, con DHL, al importante proveedor informático para líneas aéreas Amadeus. Una gran cantidad de compañías de todo el mundo lleva décadas usando sistemas de gestión SAP. Si no, fijémonos también en marcas de lujo como Hermes, o en la fortaleza de algunas como L’Oreal.
Las críticas que reciben estas compañías europeas por ganar menos que las de la competencia de otras regiones suelen estar equivocadas, ya que las del viejo continente frecuentemente optan por invertir en proyectos a más largo plazo en lugar de mirar asustadas hacia atrás mientras los accionistas exigen más.
En Europa se suele emplear un enfoque más a largo plazo, en lugar de vender inmediatamente al nuevo máximo postor para ganar dinero rápido. Actualmente las recompras de acciones se están volviendo más habituales en Europa de lo que lo eran hace 30 años, pero este no ha sido el principal motor del crecimiento de los beneficios por acción (EPS), una acusación que sí puede atribuirse a otros mercados.
Para los inversores a los que les preocupa que Reino Unido abandone la UE, este puede ser un buen momento para mirar a su alrededor y ver cuántas empresas europeas se encuentran presentes en nuestra vida diaria, y si son accesibles como inversión.
Europa ofrece estrategias muy diversas que pueden resultar interesantes a los inversores, y un fondo que invierte exclusivamente en Europa, excluyendo a Reino Unido, puede ser una opción adecuada dado el temor y aversión generalizado a todo lo europeo que lamentablemente es ahora prevalente en Reino Unido. Para nuestra estrategia paneuropea, seguimos marcadamente infraponderados en renta variable británica, lo que refleja la incertidumbre existente sobre el Brexit y su proceso.
Tim Stevenson, gestor de renta variable europea en Janus Henderson Investors.
Pixabay CC0 Public DomainFoto: Douglas Lemoine. ¿Son sostenibles las increíbles ganancias de la bolsa estadounidense?
MFS Investment Management, la gestora internacional que cuenta con centros de inversión en Boston, Hong Kong, Londres, Ciudad de México, Sao Paulo, Singapur, Sídney, Tokio y Toronto, tiene un enfoque fundamental a la hora de examinar el mercado financiero. ¿Y, a qué se refieren con un enfoque fundamental? Hacen alusión al análisis de los flujos de caja, de los balances financieros, de la calidad de los beneficios. Todas estas cuestiones importan realmente. Pero, en la actualidad los mercados atraviesan un ciclo que es más dependiente de los titulares, que hablan de aranceles y de posibles guerras comerciales.
Según Rob Almeida, gestor de renta variable institucional en MFS Investment Management, los beneficios del segundo trimestre de las empresas que pertenecen al índice S&P 500 están atravesando un ciclo enorme. “Necesitaríamos cuestionar y examinar la durabilidad y la sostenibilidad de este ciclo, discernir qué parte de esta cadena de ganancias se alimenta de factores que son únicos. Puede tratarse de un periodo de recompras de acciones o del impacto de la reforma fiscal, por lo que debemos centrarnos en aquellas empresas que tienen unos beneficios con una durabilidad sostenible en el tiempo, y en saber qué empresas carecen de esta característica”, explica.
“Este año ha sucedido algo en el mercado que ha sido muy diferente de lo ocurrido en los últimos años, las valoraciones de la renta variable han bajado. Lo que está sucediendo es que los beneficios empresariales están creciendo a un ritmo mucho mayor que los precios de las acciones. Por lo tanto, los inversores se están cuestionando la sostenibilidad del poder de los beneficios, están comenzando a examinarlos. Lo cual no es un fenómeno atípico en un momento tardío del ciclo”, añade Almeida.
Para James Swanson, estratega jefe de MFS Investment Management, la estrategia a seguir es clara: “Lo que haremos en MFS es centrarnos en los beneficios empresariales y su sustentabilidad, examinando los factores que los están impulsando. Vamos a continuar haciendo este análisis para nuestros inversores en adelante. Estén conectados”, concluyó Swanson.
Opiniones de James Swanson, estratega jefe de MFS Investment Management, y Robert M. Almeida, gestor de renta variable institucional.
Pixabay CC0 Public DomainNietjuh. Las políticas monetarias y Trump marcan el rumbo de la economía
La economía estadounidense no se toma ningún respiro: sigue creciendo a un ritmo bastante fuerte y funcionando a toda máquina en cuanto al consumo de los hogares, la inversión empresarial y el gasto público. Además, la posibilidad de otra ronda de rebajas fiscales antes de las elecciones de mitad de mandato en noviembre compensa cualquier posible pérdida de impulso en el segundo semestre después del «subidón» del primero.
En este contexto, el mensaje que transmitió la Fed en junio fue claramente positivo y sin ambigüedades: a menos que se produzca una desaceleración importante, la Fed mantendrá su rumbo de normalización, subirá los tipos a corto plazo en 25 puntos básicos al trimestre y seguirá dejando adelgazar su balance a medida que venzan los bonos adquiridos en su programa de expansión cuantitativa. ¿Cómo podría el banco central actuar de otra manera, cuando acaba de revisar al alza sus proyecciones de crecimiento del PIB, prevé que la tasa de desempleo llegue a un mínimo de varias décadas y espera que la inflación se estabilice justo por encima de su objetivo del 2%?
A este lado del Atlántico, ahora hay un nivel similar de visibilidad en cuanto a las previsiones de política monetaria, pero esta es prácticamente la única similitud con los Estados Unidos. Efectivamente, el impulso económico en la zona euro se ha desacelerado en la primera mitad del año y las presiones inflacionistas subyacentes siguen débiles, en el mejor de los casos.
Si bien se prevé una estabilización del crecimiento en los próximos meses gracias a la resistencia de la demanda interna, las tensiones del comercio mundial y las amenazas de aranceles seguirán lastrando los sectores industriales sensibles a las exportaciones. Frente a este entorno de dinámica de crecimiento positiva pero más moderada y el aumento de los riesgos bajistas (por no mencionar los riesgos políticos en Italia), Draghi volvió a dar una de cal y otra de arena. El BCE mantiene formalmente su rumbo de normalización de la política monetaria dado el afianzamiento de unas perspectivas económicas positivas, pero en vista de los riesgos a la baja e incertidumbre, establece un calendario extremamente cauteloso para esta normalización: el fin probable (pero no seguro) del programa de expansión cuantitativa para finales de año, y una primera subida de tipos aplazada hasta después de mediados de 2019.
La idea subyacente está clara: el BCE se inclina hacia la cautela y quiere mantener unas condiciones financieras muy relajadas hasta que esté más seguro de que nada hará descarrilar la expansión en curso de la zona euro. Este panorama de crecimiento más moderado y baja inflación, que implica unas políticas monetarias laxas durante más tiempo, caracteriza no solamente a la zona euro, sino también, más o menos, a todo el mundo desarrollado (menos Estados Unidos), incluidos Japón y Australia.
Por su parte, la dinámica de crecimiento se está ralentizando de manera generalizada en los mercados emergentes. En China, los temores sobre el impacto de los aranceles de Estados Unidos sobre las industrias relacionadas con exportaciones se suman a un entorno de crecimiento interno que ya es más moderado. No obstante, las autoridades chinas cuentan con las herramientas necesarias para gestionar estos contratiempos hasta cierto punto, recurriendo a la política monetaria (que últimamente ha pasado a ser decididamente laxa) y del tipo de cambio (el yuan se ha depreciado un 5% frente al dólar en dos meses).
En cambio, la tendencia general de política monetaria en los mercados emergentes es hacia un endurecimiento de las condiciones de crédito para contener la depreciación de las divisas y las consiguientes presiones inflacionistas importadas. Las subidas de tipos en Turquía, Indonesia, México, la India o el final del ciclo expansivo en Sudáfrica, Brasil o Rusia dan fe del cambio del entorno macroeconómico de los mercados emergentes, desencadenado por el endurecimiento de la política monetaria de la Fed y su impacto sobre las economías que dependen de la financiación en dólares.
Tribuna de Adrien Pichoud, economista jefe de SYZ AM.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Kurtis Garbutt. Tres instrumentos de renta fija que se benefician del aplanamiento de la curva de tipos
En el segundo trimestre del año, la curva de rendimiento continuó aplanándose. La Reserva Federal de Estados Unidos elevó los tipos por séptima vez en este ciclo, mientras que la deuda a largo plazo se negociaba en un rango justo por debajo del 3% en el segundo trimestre. Desde Eaton Vance, vemos varias implicaciones:
La mayoría de los sectores de renta fija están ahora en territorio negativo.
En Estados Unidos, una serie de indicadores, como el bajo desempleo y el crecimiento constante, sugieren que el mercado puede estar subestimando las fuerzas inflacionistas y unos tipos de interés potencialmente más altos a largo plazo.
Al mismo tiempo, un riesgo político elevado y la posibilidad de una guerra comercial global podrían presionar a la baja los rendimientos a largo plazo.
Creemos que hay una mayor claridad con respecto a la dirección de los tipos en el extremo corto de la curva de rendimiento que en el extremo largo.
En este entorno, es posible que los inversores deseen considerar diversas inversiones a tasa variable cuyos rendimientos ahora son más altos y están aumentando:
Floating-rate loans: Los préstamos a tasa flotante generalmente se ofrecen a un margen superior al Libor, por lo que el payout de un préstamo aumentará a medida que lo haga el índice de referencia. Los préstamos están por debajo de los instrumentos investment-grade, pero tienen una combinación inusual de características de respaldo de crédito: son sénior en la estructura de capital y están garantizados por activos corporativos.
Tax-exempt floating-rate: Los instrumentos de tasa variable exentos de impuestos son una opción para los inversores que pueden lidiar con problemas de mayor calidad, como notas de tasa variable (FRN) y obligaciones de tasa de demanda a tasa variable (VRDO). Aproximadamente el 95% del mercado combinado de FRNs y VRDOs, que supone 229.000 millines de dólares (US$229 Bn) tienen una calificación de investment grade.
Floating-rate structured: Los productos estructurados de tasa flotante comparten un elemento básico común: un conjunto de títulos cuyo flujo de efectivo se divide para crear un nuevo conjunto de bonos, o «tramos». Los compradores de los tramos junior reciben un mayor rendimiento a cambio de aceptar más riesgos, como el incumplimiento de algunos de los títulos subyacentes.