China y Turquía generan aversión a los activos de riesgo

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China y Turquía generan aversión a los activos de riesgo
Pixabay CC0 Public DomainRaedon. China y Turquía generan aversión a los activos de riesgo

Tras un comienzo de mes relativamente tranquilo, la situación en Turquía llevó, a finales de la semana pasada, a un incremento de la tensión en los mercados. La lira turca ha perdido en efecto más del 40% frente al dólar y el euro desde el comienzo del año.

La situación económica del país se ha vuelto más complicada. La inflación por encima del 15% es una fuente de preocupación mientras el banco central, bajo la influencia del presidente Erdogan, todavía se niega a subir los tipos de interés considerablemente.

El creciente dominio del presidente Erdogan desde su reelección, incluyendo el nombramiento de su yerno como ministro de Finanzas, preocupa a los mercados, especialmente dado que el país tiene en estos momentos unas relaciones tensas con Estados Unidos, que está poniendo en marcha de manera gradual medidas de represalia. Así, Donald Trump anunció el viernes 10 de agosto la duplicación de los aranceles al acero y aluminio turcos. Como respuesta, las autoridades turcas han anunciado aumentos en los aranceles de varios productos estadounidenses, incluyendo vehículos, bebidas alcohólicas, tabaco y cosméticos.

La reacción exagerada de los mercados a este episodio debería parecer excesiva cuando se mira la situación fríamente. El riesgo de contagio es bajo. Sin duda, varios bancos europeos tienen activos en Turquía, sobre todo BBVA, pero el problema parece perfectamente manejable para las instituciones afectadas. Los impuestos adicionales a los metales también podrían tener un impacto negativo para algunos grupos con intereses en Turquía pero, de nuevo, es un tema muy limitado.

Finalmente, en términos del mercado de valores, Turquía tiene muy poco peso (menos del 1% del MSCI Emerging Markets y en torno al 3% del índice de los índices de deuda emergente). Es en el terreno geopolítico donde la crisis turca podría tener el mayor impacto. Un miembro de la OTAN, que alberga una importante base militar estadounidense, como amortiguador frente a la presión migratoria de los conflictos en Oriente Próximo, una Turquía debilitada no son buenas noticias, y a pesar de que el juego diplomático de Erdogan ha sido ambivalente durante algún tiempo.

El impacto económico en la economía mundial es por lo tanto muy limitado pero la semana pasada ha sido revuelta en los mercados. Más allá de Turquía, hay un fenómeno de retorno a la aversión a los activos de mayor riesgo, reforzada por los volúmenes bajos habituales durante una de las semanas más calurosas del año. La crisis turca refuerza en particular la desconfianza en los activos emergentes, cuyo sentimiento ya ha sido debilitado por los distintos episodios de la guerra comercial y por los datos mixtos de China. Más en general, estas preocupaciones sobre los países emergentes y el siempre presente espectro del endurecimiento de la guerra comercial están alimentando los temores sobre el crecimiento global.

En este contexto de desconfianza, un solo activo seguro parece estar siendo favorecido a ojos de los inversores: el dólar. Sin embargo, en general, un aumento brusco en el dólar lleva a la caída de ciertas clases de activos: materias primas, euro, divisas emergentes, deuda emergente, etc.

Mientras los últimos datos económicos del país han sido decepcionantes, las autoridades de planificación chinas han comunicado un plan de apoyo a la economía, pero han dicho que quieren evitar un endeudamiento excesivo y la creación de capacidad sobrante. Un tono relativamente moderado en comparación con el utilizado durante las anteriores desaceleraciones de la economía china y que también confirma el deseo de normalización de la economía anunciado en el 19º Congreso del Partido Comunista Chino el año pasado.

En un breve comunicado, el ministro chino de Comercio anunció una reunión inminente entre el viceministro chino de Comercio y el subsecretario de Asuntos Exteriores del Departamento del Tesoro Estadounidense para discutir “temas económicos y comerciales entre China y Estados Unidos”. Esta reunión tendrá lugar en Estados Unidos a finales de mes, por invitación de Washington.

Tribuna de Enguerrand Artaz, analista Crosst Asset de La Financiere de L’Echiquier.

Las valoraciones son modestamente mejores, pero las expectativas de MFS siguen silenciadas

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Las valoraciones son modestamente mejores, pero las expectativas de MFS siguen silenciadas
Pixabay CC0 Public DomainFoto: LunitLu. Las valoraciones son modestamente mejores, pero las expectativas de MFS siguen silenciadas

Las expectativas en los rendimientos a largo plazo de MFS Investment Management con respecto a las acciones globales son del 4,2%, con un alza moderada con respecto al 3,9% de enero. El principal factor de este incremento son las valoraciones modestamente mejores gracias a unos márgenes de beneficio que siguen siendo algo elevados, algo que puede ser insostenible en el grueso del mercado. 

Las expectativas a largo plazo para los bonos globales de MFS han experimentado una subida similar, desde un 3,1% al 2,6% de enero.

Los diferenciales de la deuda siguen comprimidos, especialmente en ciertas áreas del mercado, como la renta fija high yield, dejando poco margen en los diferenciales para compensar por un deterioro de los fundamentales o por la volatilidad.

A nuestro modo de ver, los inversores deberían considerar evaluar sus exposiciones al riesgo y sus exposiciones regionales a la renta variable mientras que reconocen que los rendimientos de la renta fija serán más difíciles de cosechar durante las próximas décadas de lo que lo han hecho históricamente.

En la mayoría de las regiones de renta variable y en los sectores de renta fija, nuestras expectativas a largo plazo siguen siendo menores que sus medias históricas. Mientras que la renta variable global ha disfrutado de un rally significativo en los últimos años -es posible que los mercados continúen en alza- creemos que se debe tener precaución dados los elevados márgenes de beneficios y las valoraciones. En renta fija, los rendimientos a corto plazo han aumentado en algunas regiones, pero los rendimientos a largo plazo siguen siendo bajos, dando pocas razones para sobreponderar la duración.

El gráfico muestra las expectativas de MFS a 10 años en rendimientos ajustados al riesgo para las principales clases de activos a julio de 2018.

Renta variable global

Nuestra expectativa a largo plazo para la renta variable global es del 4,2%, una ligera alza con respecto al 3,9% de enero. El principal factor de ese incremento es una mejoría entre las valoraciones entre unos márgenes empresariales elevados del 9%, que esperamos que gradualmente regresen hacia su media a 20 años del 7%. De forma similar, con respecto a nuestras expectativas del mes de enero, los ratios P/E se han comprimido y se espera que arrastren el rendimiento global económico en muchas regiones, mientras que son algo más razonables, siguen siendo elevados.

Las expectativas de retorno de MFS son más elevadas en regiones como los mercados emergentes y Europa, donde seguimos siendo más optimistas con respecto a la mejora de los fundamentales. La renta variable emergente está cotizando por debajo de sus valoraciones históricas a largo plazo, con un fuerte crecimiento esperado en las ventas que contribuirá aún más en los beneficios. En el Reino Unido, unos márgenes en expansión son el principal factor de unos rendimientos esperados ligeramente superiores.   

Renta fija

Nuestra expectativa sobre los rendimientos a largo plazo para los bonos globales agregados ha subido de un 2,6% en enero a un 3,1% n julio. El rendimiento a largo plazo actual de los bonos soberanos sigue siendo algo menor en relación a sus medias a largo plazo, aunque los rendimientos a corto plazo han aumentado en algunas regiones, principalmente en Estados Unidos y Canadá, conforme los bancos centrales han comenzado la normalización de sus tasas de interés. Los diferenciales del crédito siguen comprimidos, en especial en ciertas áreas del mercado como la deuda high yield estadounidense, dejando poco colchón de margen para compensar por un deterioro de los fundamentales o un aumento de la volatilidad. 

Mientras los rendimientos de algunos bonos soberanos a largo plazo han subido ligeramente en anticipación al incremento en el crecimiento y la inflación, continuamos esperando que las tasas de rendimiento permanezcan relativamente comprimidas. 

Los mercados globales de crédito han comenzado a divergir con los diferenciales de los rendimientos cercanos a mínimos históricos, y con un rendimiento relativamente menor tanto el crédito de grado de inversión como la deuda emergente. Un número de bancos centrales han comenzado el proceso de normalización de las políticas monetarias acomodaticias a través de cambios en sus programas de relajamiento cuantitativo, y en algunas regiones, incrementando las tasas de referencia. Predecimos que nuestra curva de rendimientos nominales se desplazará hacia arriba y en paralelo en los próximos 10 años, sugiriendo unas mayores tasas de rendimientos entre la mayor parte de las áreas de la curva.  

Conclusión

La diversificación global continuará siendo un tema clave conforme muchos activos en mercados desarrollados, a excepción de Estados Unidos y en mercados emergentes parecen tener unas mejores valoraciones que los activos de riesgo estadounidenses.

Se espera que los rendimientos de la renta fija sean considerablemente menores en los próximos 10 años, en relación a sus rendimientos históricos. Tanto la deuda soberana como los diferenciales de la deuda corporativa, así como algunas partes del mercado se encuentran en sus puntos más altos, también otras están en los menores niveles que estos activos han tocado en su historia reciente.   

Creemos que los inversores deberían considerar evaluar los riesgos de exposición y el posicionamiento regional en renta variable dentro de sus carteras, a la vez que reconocer que unos altos niveles de rendimientos en renta fija serán más difíciles de obtener en los próximos 10 años que lo que han sido históricamente.

Columna de Rabi B. Venkataraman, responsable global del equipo de Soluciones de Inversión de MFS Investment Management, y Jonathan W. Hubbard, director en el equipo de Soluciones de Inversión de MFS IM. 

El incómodo viaje para los bonistas de Tesla

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El incómodo viaje para los bonistas de Tesla
Foto: James McCloskey . El incómodo viaje para los bonistas de Tesla

Como muchos de ustedes, hemos seguido los últimos acontecimientos de Tesla con interés y curiosidad, aunque desafortunadamente no ha sido lo mismo para los inversores, he de añadir.

Asegurar la financiación para excluir la empresa de bolsa por los cauces normales sería prácticamente imposible, desde nuestro punto de vista. Es muy sencillo: el añadir un poco más de deuda a las cuentas de un fabricante de automóviles que sólo genera pérdidas no es muy apetecible desde el punto de vista de un acreedor.

Cualquier financiación de la escala que Tesla necesita para ser privatizada está muy lejos de cualquier nivel de tolerancia al riesgo de los inversores que suelen financiar este tipo de transacciones. A eso se debe nuestra curiosidad en la historia y es por lo que la SEC está poniendo en marcha su investigación.

Hay que recordar que la calificación crediticia de la deuda de Tesla de Moody’s es Caa1 con una perspectiva negativa. Los bonos emitidos el pasado verano con un cupón del 5,3% nunca han cotizado por encima, y hoy se sitúan a un precio en torno a 87, lo que implica una rentabilidad del 7,75% hasta su vencimiento en 2025.

Teniendo tal cantidad de deuda con una rentabilidad que debería ser mayor que la actual se requeriría un sólido nivel de generación de cash flow para garantizar su pago, y Tesla está bien lejos de poder conseguirlo; y esa es sólo otra de las razones que justifican que una operación que implique aumentar la deuda va a ser muy difícil de ejecutar.

Además, los inversores de crédito suelen sentirse cómodos con el rigor y la transparencia que exige la gestión de una empresa cotizada, así que excluirla sólo va a irritar más a los bonistas. Hacer realidad el sueño de Tesla no es un riesgo que quieran asumir sus bonistas aunque, dado el potencial alcista de sus títulos, los accionistas podrían pensar diferente.

¿Qué pasará con los bonos?

Elon Musk tiene muchos seguidores leales, así que podría ser posible que consiguiera a un número suficiente de inversores para poseer los activos de una compañía no cotizada pero, ¿en qué lugar deja eso a los infelices bonistas?

En este punto las previsiones no son claras. ¿Serán los bonos traspasados a esa nueva estructura? Si técnicamente no hay cambio de control, lo que requeriría un nuevo accionista mayoritario, no hay una obligación legal de recomprar los bonos antes de su vencimiento. Este podría ser el escenario del día final para los bonistas y podríamos esperar una caída drástica de los precios como consecuencia.

De manera alternativa, si se produjera un cambio de control, los bonistas podrían tener derecho a recibir 101,00 de cada título para permitir el acuerdo. Este, claramente, sería el escenario soñado, pero creer en los sueños cuando se trata de renta fija no es normalmente una estrategia rentable.

Luego  hay una gran cantidad de opciones diferentes en las que cambia la base de accionistas, pero sin ninguno mayoritario. Los nuevos propietarios de los activos podrían desear limpiar el balance de deuda, por lo que también es posible una oferta bajo par para los bonos.

Sería necesaria una transacción extraordinaria para excluir a Tesla de bolsa, con un gran cambio de accionistas y muchos resultados posibles. ¿Es posible? Probablemente no, pero hay algo en lo que podemos confiar: que el camino para los bonistas no parece ser tan cómodo como promete la experiencia Tesla.

Mark Holman es CEO y portfolio manager de TwentyFour, boutique de Vontobel AM.

El enfoque temático gana peso en la gestión de renta variable

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"Speed Meeting" con la Cámara de Comercio de España en Estados Unidos
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Michael Crane. El enfoque temático gana peso en la gestión de renta variable

Anu Narula y Paul Middleton, cogestores del Mirabaud Equities Global Focus Fund, confirmaban en la última revisión del fondo –con fecha de 31 de julio– la decisión de conservar su estrategia de utilizar temáticas para identificar áreas de crecimiento estructural e invertir en franquicias de alta calidad.

Una aproximación multitemática que llevó a éste a un magnífico posicionamiento, con un retorno por encima del 20,2% en 12 meses frente a la media de retornos del sector, situada en el 9,4%.

Con un enfoque a largo plazo, el objetivo del fondo es proporcionar un crecimiento superior del capital invirtiendo principalmente en una cartera concentrada de empresas en todo el mundo, centrándose en oportunidades que aporten ventajas tanto financieras como sostenibles.

El análisis ambiental, social y de buen gobierno (ESG) se integra también en el proceso de selección de valores seguido por Narula y Middleton. La evaluación positiva permite que el equipo de gestión identifique empresas centradas en el crecimiento a largo plazo.

Dentro de su aproximación temática los cogestores del Mirabaud Equities Global Focus Fund han elevado a 10 el total de temas ‘target’ con la inclusión reciente de “Consumidor Millennial” y “Automatización” como nuevos temas que conviven con otros previos, entre ellos “Fin de la globalización”, “Reflación”, “La explosión del dato” o “Health & Wellbeing”.

Para Narula la aproximación temática es hoy más pertinente de lo que lo ha sido nunca y gana fuerza día a día en sus decisiones de inversión, tal y como él mismo ha explicado en diversas ocasiones.

Pero, desde mi punto de vista, uno de los principales factores del éxito del gestor y su equipo estriba en que, además de esta aproximación multitemática -y más estructural que cíclica-, son expertos que buscan siempre incluir en sus carteras negocios maduros, con generación de cash y líderes en su nicho de mercado, especialmente en aquellas áreas que tienen altas barreras de entrada.

Demuestran, una vez más, que la apuesta de Mirabaud Asset Management sigue rigiéndose por una gestión cien por cien activa, de alto valor añadido, analizando compañía por compañía y con el horizonte puesto en el largo plazo. Y todo ello en un contexto de ejecución flexible y continuamente revisada.

En este sentido, y dada la frecuencia y gravedad de las rotaciones sectoriales que se observan hoy en el mercado de renta variable, el equipo del fondo Mirabaud Equities Global Focus ha decidido tomar menores posiciones en el sector activo. Tras analizar la situación han detectado que el contexto del mercado está ahora menos dominado por la beta y las correlaciones están disminuyendo, lo que supone más oportunidades alfa disponibles.

El único riesgo de mercado que los gestores ven en este momento es que, al estar la fase beta claramente relacionada con el QE, y como este soporte de liquidez se elimina globalmente, el viento de cola del mercado puede acompañarlo.

Elena Villalba es directora de Ventas de Mirabaud para España, Portugal y Latinoamérica.

¿El sistema bancario tal como lo conocemos actualmente puede desaparecer?

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¿El sistema bancario tal como lo conocemos actualmente puede desaparecer?
Foto: Cernadas, Flick Creative Commons. ¿El sistema bancario tal como lo conocemos actualmente puede desaparecer?

El pasado día 10 de junio se votó en Suiza una reforma del sistema financiero, que en el caso de que se hubiese impuesto el sí, hubiese cambiado el sistema financiero, tal como lo conocemos ahora. La iniciativa, bautizada como “Vollgeld” o “Sovereing Money Initiative”, fue promovida por la asociación Swiss Association for Monetary Modernization.

La votación tuvo como resultado un no a la iniciativa, siendo el porcentaje de un 24,3% los que votaron a favor, y un 75,7% los que votaron en contra. Si bien es cierto que Suiza es considerada una de las democracias más avanzadas del mundo, el papel de los referéndums coge especial relevancia.

La propuesta de reforma se basaba en que todos los depósitos a la vista estuvieran fueran del balance de los bancos nacionales trasladando tal función al Banco Central. Cada ciudadano con la reforma tendría el derecho a tener un depósito en el Banco Central, por lo que los bancos comerciales perderían el monopolio de los depósitos y la creación del dinero que actualmente ostentan. Los bancos centrales decidirían dónde irían a parar los depósitos y los bancos comerciales se convertirían en meros intermediarios.

Los defensores de esta reforma argumentan que la última crisis financiera supuso la inyección de miles de millones de euros en los bancos comerciales, como consecuencia de no saber administrar el poder que poseen. Con esta iniciativa pretenden que la economía vuelva a estar de parte de la vida real y protegiendo tanto los depósitos como los depositantes, respaldando las emisiones por el Banco Central.

Como podemos intuir, esta reforma de gran envergadura ha tenido una gran cantidad de detractores, principalmente por el lado de las grandes instituciones. Entre ellos se encontraban todos los partidos políticos de Suiza, el Consejo Federal, el Banco Nacional Suizo (BNS) y la Asociación de Banqueros Suizos.

Este tipo de medidas y reformas que vienen a dar solución a las crisis económicas no es algo nuevo, ya tras la depresión de 1929 fueron debatidas en el llamado “the Chicago Plan”, siendo rechazada posteriormente.

Casi 90 años después, y promovido por la crisis de 2008, esto vuelve a suceder. Se ha vuelto a hablar del monopolio que tienen los bancos en la creación de dinero y cómo éste puede ser poco beneficioso para la sociedad. El cuestionamiento del sistema de reserva fraccionaria por el que se rige nuestro actual sistema financiero se ha reactivado al cuestionarse el funcionamiento de depósito en el Banco Central, el papel de los préstamos, la creación de la masa monetaria y la creación del dinero.

Buen ejemplo de lo anterior se puede observar en el crecimiento tanto de los agregados monetarios M1 como el M3. Según observamos, el crecimiento del agregado monetario M1 (que es el que más se parece a la base monetaria), ha sido generalmente mayor que el agregado monetario M3 (que es el que más se parece a la masa monetaria).

Otro de los argumentos que los defensores manifiestan es que la oferta de dinero es procíclica. Los bancos comerciales prestan en situaciones de bonanza y disminuyen el crédito en situaciones de recesión, siendo su actividad procíclica.

En definitiva, tres son las características principales de esta iniciativa: los bancos comerciales ya no podrán crear su propia moneda; solo el Banco Central debería tener la responsabilidad de la creación de dinero; los bancos comerciales solo deberían poder prestar el dinero que ya existe, por ejemplo, cuentas de ahorro a largo plazo.

Está claro cuáles serían las consecuencias regulatorias directas de la iniciativa, pero lo realmente preocupante sería cómo afectará a la economía real un cambio del sector financiero tan radical.

En primer lugar, no existe un precedente con el que hacer una comparación de los efectos, lo que ya de por sí crearía una inseguridad jurídica importante con un escenario altamente incierto. En segundo lugar, la pérdida de confianza en el franco suizo se produciría con total seguridad, por lo que la economía suiza perdería una de sus grandes bazas como es la fortaleza de la moneda. En tercer lugar, se produciría una salida masiva de capitales y suiza perdería una de sus principales industrias, que es la bancaria. En cuarto lugar, el crédito sin duda se vería resentido, lo que lastraría gravemente la economía.

Todo parece indicar, en un primer momento, que las consecuencias económicas negativas superarían a las positivas. Pero de lo que no nos queda ninguna duda es de que el principal perjudicado sería el sector bancario. El sector bancario se reduciría a ser un mero intermediario y la gran red comercial que le reporta el poseer los depósitos de la población se vería 
altamente limitada. Otro problema 
más al que los bancos deben de
prestar gran atención, un sector
 profundamente debilitado tras la reciente crisis, que sufre el aumento de 
regulación, y que afronta el crecimiento amplio del
 sector fintech que se está produciendo (en España con gran lentitud).

En este último referéndum ha ganado el no, pero la posibilidad existe. Si los bancos vuelven a situarse cerca de las siguientes crisis financieras, estos referéndums volverán a revivir y puede que el poder de convicción de las grandes instituciones sea ya muy reducido en esta situación.

Tribuna de David Iglesias, miembro del Dpto. Financiero de la EAFI Aspain 11

Oportunidades de la renta variable de mercados emergentes (Parte II)

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Oportunidades de la renta variable de mercados emergentes (Parte II)
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Swaminathan. Oportunidades de la renta variable de mercados emergentes (Parte II)

En nuestra actualización de la estrategia para todas las capitalizaciones hemos apostado por la sencillez. Creemos que la inversión en los mercados emergentes exige convicción. En lugar de simplemente contar con los mayores integrantes de los índices, buscamos mantener una cartera de elevada convicción de empresas de alta calidad y una valoración razonable que reflejen nuestras mejores ideas.

El enfoque adoptado por la Housing Development Finance Corporation (HDFC), un conglomerado financiero indio fundado en 1977 y que fue un abanderado de la financiación de viviendas en el país, merece nuestro aplauso. Aprovechando nuestro último encuentro con ellos, cuando se les preguntó sobre lo que había cambiado con la aparición de los ordenadores en el modo en que concedían los préstamos, nos tranquilizó su respuesta: “Nada”.

El negocio de los préstamos no es especialmente complicado, pero los incentivos a corto plazo para mantenerse a la altura de la competencia han dado lugar en repetidas ocasiones a ciclos de auge y colapso (burbujas). HDFC se ha convertido en una entidad más compleja, pero su cultura conservadora en lo que respecta a los préstamos no ha variado.

Rotación de la estrategia

Hemos vendido la participación de la cartera en Chroma ATE, un fabricante y distribuidor taiwanés de instrumentos de medición y pruebas electrónicas. Se trata de una empresa de calidad que ha experimentado un marcado crecimiento de los ingresos y notables mejoras de márgenes operativos durante los tres últimos años por la fuerte demanda de sus mercados finales y por contar con una familia de productos muy competitiva.

La valoración de la empresa se ha recalificado significativamente y parece haber llegado ya a su nivel máximo, lo que limita su potencial de conseguir beneficios absolutos adicionales. Vamos a incluirla en nuestro listado de observación y seguiremos muy atentos a su actividad y valoración.

También vendimos nuestra posición en Antofagasta, una empresa chilena de minería de cobre y oro con una participación mayoritaria de la familia Luksic. Seguimos creyendo en la calidad a largo plazo de la base de activos, así como en la habilidad en materia de asignación de capital de su equipo directivo y de la familia propietaria. Aunque sus títulos ya han alcanzado nuestro objetivo de valoración a largo plazo, seguiremos muy atentos.

No se han producido cambios significativos en nuestra perspectiva o estrategia durante este periodo. Adoptamos un enfoque a largo plazo en la asignación de capital y esto puede ilustrarse con la rotación de la estrategia, que se encuentra a un nivel anualizado de aproximadamente el 14%.

Llevamos ya algún tiempo destacando nuestra opinión de que las valoraciones de muchas empresas asiáticas de calidad son demasiado elevadas y no es por tanto sorprendente que esto se refleje en el posicionamiento actual de la estrategia.

La cartera presenta un sesgo a favor de las empresas cotizadas de mercados que recientemente hayan tenido que hacer frente a periodos de dificultades económicas e inestabilidad política, como es el caso de Sudáfrica y Brasil. Es posible encontrar empresas de calidad en estos mercados que presenten valoraciones atractivas. Creemos que existe el potencial de que mejore la confianza de los consumidores y la actividad económica a largo plazo, si bien reconocemos que el punto de partida actual es muy bajo.

En China

Aunque las oportunidades en China han quedado limitadas a los inversores a largo plazo cuyo objetivo sea conseguir rentabilidad absoluta, nuestro equipo está preparando un listado de observación de compañías interesantes que coticen en el mercado de acciones de clase A.

Nos preocupa que las empresas que operan con acciones de clase A recuperen el hábito de suspender su cotización durante los periodos de debilidad del mercado y, por consiguiente, estamos analizando la situación actual. El atractivo a largo plazo de este mercado aumentaría notablemente si pudieran mantenerse los precios durante los ciclos de máximos y mínimos del mercado, por lo que seguiremos muy atentos a la situación.

Perspectivas de futuro

El apetito por la renta variable de los mercados emergentes ha ido desvaneciéndose según avanzaba este periodo, en marcado contraste con el interés y los flujos de inversión positivos ocurridos a principios de año. Consideramos que estos cambios de interés tan abruptos dejan clara la importancia de contar con una filosofía y un enfoque de inversión coherentes. Somos conscientes de la necesidad de no ceder en lo que respecta a la calidad, de mantener una estrategia a largo plazo y de aplicar una disciplina de valoración estricta.

Al contar con una perspectiva a largo plazo, somos optimistas sobre las oportunidades que brinda la tendencia estructural de mejora del nivel de vida que se observa en algunas partes del mundo en vías de desarrollo para los inversores en renta variable.

Glen Finegan, responsable de renta variable de mercados emergentes de Janus Henderson Investors.

En qué fijarse al final del ciclo

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En qué fijarse al final del ciclo
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Gonzalo Díaz Fornaro. En qué fijarse al final del ciclo

El mundo parece hacerse muchas preguntas estos días: ¿en qué punto del ciclo nos encontramos? ¿Cómo va a afectar a los mercados y a la economía mundial el progresivo abandono de los estímulos cuantitativos? ¿Son más atractivas las valoraciones ahora? ¿Qué consecuencias tendrá la guerra comercial? Aquí van algunas de mis respuestas.

Una pregunta que me plantean mucho estos días es en qué punto nos encontramos en este ciclo económico tan atípico. Tiendo a pensar que nos encontramos en la fase final de la recuperación económica y así lo sugieren datos como el indicador adelantado de Fidelity.

Las valoraciones sólo cuentan la mitad de la historia. Aunque las valoraciones actuales son elevadas desde una óptica absoluta, parecen más razonables desde una óptica relativa gracias a los fuertes incrementos de los beneficios propiciados por las rebajas de impuestos. En cualquier caso, no creo que las valoraciones puedan utilizarse para acertar con los tiempos del mercado.

Unas valoraciones elevadas no presuponen que el mercado vaya a caer mañana, sino que implican que el margen de seguridad es menor, la relación entre el riesgo y la rentabilidad se ha deteriorado y la probabilidad de pérdidas es mayor en el caso de que cualquier otro riesgo se materialice.

Otro elemento que nos indica en qué punto del ciclo nos encontramos es el aplanamiento de la curva de tipos, que ha suscitado mucha atención en fechas recientes. Una curva invertida no es la antesala segura de una recesión: es necesaria, pero por sí sola no basta. Si fuera tan fácil, se podrían distribuir las inversiones empleando un único indicador. En el pasado, a los mercados les ha ido bien en periodos en los que la curva de rendimientos se invertía, aunque cambiaban los sectores de mejor comportamiento.

¿Qué me preocupa?

Como suele ocurrir en esta fase del ciclo, existen varios factores de signo opuesto que influyen en el mercado. Atendiendo primero a las señales en ámbar, mi gran preocupación es que hay un nuevo sheriff en esa ciudad llamada Reserva Federal y de nuestras conversaciones con personas que han trabajado con él se deprende que el presidente Jerome Powell quiere llegar al “tipo neutral” cuando las cosas van bien y que se toma la volatilidad del mercado con mucha más tranquilidad que sus últimos predecesores. Dicho de otro modo, la put existe, pero todavía no está claro el precio de ejercicio.

En segundo lugar, la Fed ya se ha embarcado en el endurecimiento cuantitativo y se espera que se una a ella el Banco Central Europeo a finales de 2019. La liquidez también se ha reducido en China durante los últimos meses. Eso nos deja a Japón como último gran exponente de las inyecciones de liquidez, aunque el banco central nipón ha retocado últimamente el mecanismo de transmisión de su política monetaria.

No todas las señales son bajistas

Aunque abundan los motivos para la cautela en el entorno actual, no me parece que las perspectivas sean totalmente bajistas. La razón principal para el optimismo es que Donald Trump ha sido extremadamente positivo para la confianza empresarial en EE.UU. Los tipos impositivos de EE.UU. son los más bajos desde la década de 1930, la edad media de las infraestructuras es la más alta desde la Segunda Guerra Mundial y, desde el punto de vista de las empresas nacionales, las disputas comerciales hacen que las perspectivas de reinvertir en EE.UU. sean más atractivas.

Todo eso sugiere que no podrían darse mejores condiciones para la inversión empresarial y el arranque del ciclo de gasto y, si eso ocurre, volveremos a estar en una fase media del ciclo, más que final.

Otra consideración positiva es que si bien los gigantes tecnológicos como los FAANG (Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Alphabet, la matriz de Google) y los valores de crecimiento han liderado el mercado durante los últimos meses, todavía no hemos visto las señales habituales de euforia que deberían inquietar a los inversores racionales. Por último, si la Fed fuera a tomarse un respiro en su ciclo de subidas de tipos (o decretara un todavía más improbable recorte), volveríamos a estar en la brecha.

Posibles focos de tensiones

Varios son los posibles focos de tensiones que merecen atención. En primer lugar, cada vez está más claro que la guerra comercial es un problema real. A más largo plazo, los aspectos geopolíticos del comercio solo pueden empeorar. Los aranceles ya están teniendo unos primeros efectos indirectos (basta con fijarse en los precios de las materias primas o hablar con un agricultor de soja de EE.UU.), pero actualmente el mercado está adoptando una visión más positiva sobre los efectos indirectos secundarios, como la reducción del crecimiento económico y la estanflación. De producirse una reevaluación de estos riesgos tan difíciles de pronosticar, las ampliaciones serían de gran calado.

En segundo lugar, he pasado más tiempo recientemente con mis compañeros del área de renta fija y estos señalan que la deuda corporativa ha subido de forma bastante considerable. Cuando el 32º prestatario del mundo no es un país, sino una empresa (aplauso lento para AT&T, que en estos momentos acumula más deuda que Argentina), es hora de prestar atención.

El importe bruto de bonos con calificación BBB es el más alto de la historia y una desaceleración, por pequeña que sea, podría tener un efecto significativo en los mercados de bonos corporativos y los diferenciales.

También estoy muy atento a los factores de liquidez en los mercados de bonos corporativos. Las condiciones han cambiado espectacularmente durante los últimos años y cualquier movimiento del mercado se verá amplificado por el deterioro de la liquidez y agravado por la negociación algorítmica y los motores de inteligencia artificial. Considero el deterioro de la liquidez como una señal para adoptar una postura más defensiva.

Por último, no pierdo de vista a China en busca de señales que apunten a una desaceleración imprevista o una perturbación en el sistema financiero.

Amit Lodha es gestor del FF Global Focus Fund de Fidelity.

Bonos convertibles: una puerta a la inversión en renta fija y variable

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Bonos convertibles: una puerta a la inversión en renta fija y variable
Pixabay CC0 Public DomainMonsterkoi . Bonos convertibles: una puerta a la inversión en renta fija y variable

Los bonos convertibles son una forma de financiación que permite a los inversores comenzar como prestamistas y, potencialmente, terminar como accionistas gracias a la opción de conversión. Estos activos son cada vez más importantes en la asignación de las carteras de inversores institucionales.

En promedio, durante los últimos 10 años el rendimiento de los bonos convertibles ha superado ligeramente a las acciones internacionales con menos volatilidad gracias a su naturaleza flexible. De hecho, los bonos convertibles generalmente tienen características similares a los bonos en entornos correctivos de renta variable, y propiedades similares a las acciones en el contexto de subida de las bolsas, todo gracias a su convexidad.

Gracias a esta propiedad, cuando el precio de las acciones subyacentes se acerca al precio de conversión, el bono convertible ofrece una exposición equilibrada o «mixta» al riesgo de crédito y de capital. Cuando la acción está por debajo del valor de conversión, el bono convertible se comporta como un bono con un riesgo de tasas de interés y crédito. Sin embargo, la tasa de interés y la sensibilidad crediticia son más bajas que las de un bono tradicional debido a su perfil mixto.

Los retornos y la volatilidad anualizados de las distintas clases de activos observadas en los últimos cinco y diez años parecen respaldar esta teoría de la convexidad. Durante estos dos períodos de observación, los bonos convertibles internacionales mostraron, en promedio, una volatilidad más baja que las acciones internacionales. En términos de rendimiento, los bonos convertibles han captado parte del repunte del mercado de acciones de los últimos cinco años y han superado a los mercados de acciones en los últimos diez. Aunque los bonos convertibles internacionales han experimentado una mayor volatilidad en comparación con los bonos tradicionales, han compensado esta desventaja con mayores rendimientos en los últimos cinco años.

Universo de los bonos convertibles 

El universo de bonos convertibles internacionales está formado en la actualidad por aproximadamente 1.000 activos valorados entre 400.000 millones y 500.000 millones de dólares y emitidos principalmente en los Estados Unidos y Europa. Creemos que la gestión activa es clave para identificar los bonos con sólidos fundamentos y retornos atractivos. El análisis fundamental bottom-up es particularmente esencial para detectar oportunidades de inversión en valores que no están presentes en los índices de referencia.

El interés y la antigüedad de un bono convertible son especialmente importantes para los inversores con restricciones de pasivo (más del 80% de todos los bonos convertibles son deuda senior no garantizada). Más de dos tercios de los bonos convertibles pertenece a la categoría de high yield o sin calificación, donde el potencial de apreciación es más fuerte, siempre que sea selectivo. Además, la opción de conversión a acciones ofrece un potencial de subida mayor que el de un bono tradicional.

Para determinar su relevancia para el inversor, la obligación de conversión debe analizarse en el contexto de un mercado específico. Este análisis requiere competencia y experiencia porque involucra análisis técnicos, fundamentales y tácticos. Si se hacen bien, los beneficios para el inversor pueden ser sustanciales. 

 

Tribuna de Arnaud Brillois, gestor de Lazard Asset Management. 

Donald Trump no es Aquiles

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Donald Trump no es Aquiles
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Julie Corsi . Donald Trump no es Aquiles

Los mercados bursátiles se muestran claramente inquietos ante el cariz que está tomando la situación. En concreto, les preocupa que la cruzada proteccionista de Donald Trump provoque una crisis económica en China o, cuando menos, una drástica ralentización. La bolsa china ya ha perdido un 15% de su valor desde principios de año, tanto como el mercado argentino, que, sin embargo, cuenta con un armazón económico mucho más endeble.

La renta fija y las divisas de los países emergentes (incluida la moneda del gigante asiático) también acusan una gran desconfianza por parte de los inversores internacionales desde hace un mes. ¿Tienen razón los inversores al ver en Donald Trump una suerte de Aquiles moderno, cuya cólera le hace enfrentarse violentamente contra el enemigo y que no parará hasta destruirlo? No es por ofender, pero dudamos que el presidente de EE. UU. tenga el perfil de héroe homérico.

Cierto es que Donald Trump está ahora rodeado de unos asesores (especialmente Peter Navarro en política comercial y John Bolton en seguridad nacional) que son los artífices de la hipótesis sobre la amenaza estratégica, e incluso existencial, que representa China para Estados Unidos. Aunque las actuales hostilidades en el plano comercial solo representan los albores de un ataque de mayor calado contra el plan Made in China 2025, piedra angular sobre la que Xi Jinping ha edificado su visión a medio plazo para China, la confrontación no ha hecho más que comenzar.

El presidente chino no renunciará a su objetivo de impulsar a su país a lo más alto de la cadena de valor en la industria en general, y del sector tecnológico en particular. No obstante, sería un poco contradictorio admitir que Trump, fiel al estilo oportunista propio de un hombre de negocios del mundo inmobiliario, aplicará su programa político y económico de forma pragmática y, al mismo tiempo, creer que vaya a comportarse como un ideólogo doctrinario.

Su futuro político pasa, en primer lugar, por la votación del próximo 6 de noviembre, en la que el Partido Republicano intentará conservar una mayoría en el Congreso que hoy está a punto de perder. Donald Trump ha entendido a la perfección que la batalla de la balanza comercial es un tema político que le conviene, al igual que el de la inmigración a Matteo Salvini en Italia.

Víctimas colaterales

Sin embargo, también es consciente de que las grandes causas colectivas terminan donde empiezan los intereses individuales: cuando un número lo suficientemente importante de empresas estadounidenses haga pública su situación de víctimas colaterales de su campaña proteccionista, Trump sabrá que habrá llegado el momento de desplegar sus dotes de negociación con sus socios comerciales de cara a salir de la votación lo más airoso posible.

Además, sería bastante fácil para China ofrecer un acuerdo que Donald Trump pudiese presentar como una clara victoria y mantener al mismo tiempo sus objetivos a largo plazo. No obstante, no es seguro que esto vaya a suceder de forma inminente, dado que las elecciones se celebrarán dentro de cuatro meses. Por tanto, podemos esperar que el nerviosismo de los mercados se mantenga durante las próximas semanas, hasta que un nuevo apretón de manos, sin duda de lo más viril, selle por fin un acuerdo (o varios).

Para los inversores, el verdadero riesgo de estos aspavientos proteccionistas es más dañino de lo que pueda parecer. A corto plazo, los movimientos de pánico son, sin duda, excesivos, y se deben exclusivamente a un repunte de la volatilidad en los mercados, causado por posturas y exageraciones típicas de unas negociaciones realizadas de cara al público, sobre todo a manos de un titiritero con afán de protagonismo.

Sin embargo, el efecto de esta incertidumbre en la confianza de los consumidores, y en la de las empresas en sus cadenas de suministro globales, anuncia una amenaza mucho más grave a algunos meses vista: la de ser el catalizador de la reversión de un ciclo económico que ya da muestras de agotamiento y debilidad, en un momento en que los bancos centrales estarán cortos de munición y el margen de maniobra presupuestaria seguirá siendo muy limitado, tanto en EE. UU. como en Europa.

Didier Saint-Georges es managing director y miembro del Comité de Inversión de Carmignac.

Visión positiva en bolsa en un entorno en el que la geopolítica es la amenaza más inmediata

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Visión positiva en bolsa en un entorno en el que la geopolítica es la amenaza más inmediata
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Seyed Mostafa Zamani. Visión positiva en bolsa en un entorno en el que la geopolítica es la amenaza más inmediata

Aunque el crecimiento sincronizado de la demanda global fue una característica esencial que definió 2017, el impulso de crecimiento a corto plazo ha sido más discordante, donde la fortaleza de Estados Unidos ha contrastado marcadamente con la debilidad de otras economías importantes. En general, la tasa de aceleración del crecimiento económico mundial se ha moderado, pero la tasa de crecimiento residual sigue siendo fuerte y superior a la tendencia.

No creemos que la fortaleza económica de EE.UU. vaya a flaquear significativamente a corto plazo. Si bien el actual ciclo de crecimiento estadounidense se puede considerar largo según los estándares históricos, es probable que la reciente reforma tributaria estimule una reaceleración en el crecimiento de la demanda en lo que queda de año. El aumento del gasto de capital también nos da confianza en el crecimiento de la productividad a largo plazo y en la sostenibilidad de este ciclo.

Por otro lado, las tasas de crecimiento de la demanda china continúan moderándose a medida que las políticas destinadas a reequilibrar la economía y reducir la deuda se disparan. Los datos macroeconómicos a corto plazo de la Eurozona y Japón han sido desalentadores, pero no atribuimos una alta probabilidad a una mayor recesión sostenida en cualquiera de las economías, dada la flojedad de la política monetaria.

Mientras tanto, las tasas de crecimiento en los mercados emergentes varían significativamente, pero consideramos que las economías y las empresas de la región gozan de buena salud financiera para enfrentar las amenazas simultaneas de un dólar más fuerte y mayores tasas de financiación en dólares.

Objetivos de inflación

En el frente de la inflación, nuestra opinión es que los precios al consumidor registrarán un aumento en EE.UU. a medida que se cierre la brecha de producción y aumenten los salarios, y aún más lentamente en otras economías importantes. En este contexto, es probable que la política monetaria fuera de Estados Unidos siga siendo más flexible durante más tiempo.

No creemos que la Reserva Federal se vaya a desviar de su camino gradual de normalización a menos que se enfrente a una aceleración sostenida en los datos de inflación u otra evidencia de que la economía estadounidense se está sobrecalentando.

Renta variable: una visión positiva

En general, mantenemos una visión positiva de las bolsas globales y no consideramos que el aumento de los rendimientos de los bonos nominales sea de facto negativo para las acciones, dado el sólido respaldo del crecimiento de las ganancias, la actividad de fusiones y adquisiciones y las recompras de acciones.

La renta variable global permanece atractivamente valorada tanto frente a la deuda pública como frente a la deuda corporativa.

Renta fija: negativos en duración

En renta fija, nuestra visión sobre la duración global sigue siendo negativa. En particular, los bonos suizos y alemanes siguen pareciendo muy sobrevalorados y, en nuestra opinión, tienen un perfil de riesgo cada vez más asimétrico.

Dentro del crédito, las tasas de actuales de default en deuda high yield son todavía muy bajas según los estándares históricos.

No esperamos ninguna recuperación material en los incumplimientos de la deuda corporativa estadounidense a corto plazo, pero no vemos el ratio riesgo-recompensa como atractivo. En otros lugares, vemos una fuerte demanda para el atractivo rendimiento real de la deuda en moneda fuerte de los mercados emergentes.

Identificamos una inflación más alta de lo esperado en Estados Unidos, la geopolítica y un aterrizaje forzoso de China como los tres principales riesgos para los activos de riesgo globales. De estos, la geopolítica en general y el creciente proteccionismo en particular son quizás la amenaza más inmediata.

Erin Browne es responsable de Asset Allocation e Investment Solutions de UBS AM.