Automatización y robótica: una pausa antes del próximo acelerón

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Automatización y robótica: una pausa antes del próximo acelerón
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La automatización y la robótica son tecnologías que están cobrando impulso rápidamente en todo el mundo debido a la creciente demanda de procesos de fabricación más rápidos y eficientes. Gracias a las mejoras del software y la disponibilidad de big data, también llamados macrodatos, los robots avanzados no solo están desplazando a los trabajadores humanos en labores repetitivas o peligrosas; también están permitiendo a las empresas industriales adquirir ventajas competitivas mediante la eficiencia operativa.

El departamento de análisis de Bank of America Merrill Lynch pronostica que el mercado mundial de la automatización de fábricas crecerá a una tasa de crecimiento anual compuesto (TCAC) del 7,6% entre 2016 y 2020, hasta alcanzar un total de aproximadamente 153.000 millones de dólares en ventas anuales en 2020. Se prevé que alrededor del 45% de las tareas de fabricación esté automatizado en 2025, frente al 10% en la actualidad.

El número de robots por cada 10.000 trabajadores (densidad de robots) ha aumentado de forma proporcional en todo el mundo. Según la Federación Internacional de Robótica (IFR), la densidad media mundial de robots en la industria pasó de 66 unidades por cada 10.000 trabajadores en 2015 a 74 unidades en 2016, lo que supone un incremento interanual del 12%. Las mayores densidades medias de robots en la industria se dan en las locomotoras industriales de alto valor añadido de Asia desarrollada (Corea del Sur, Japón) y Europa (Alemania). Sin embargo, la región que está experimentando el incremento más acusado en la densidad de robots son los países emergentes de Asia, especialmente China. Entre 2010 y 2016, la tasa media de crecimiento anual en la densidad de robots fue del 9% en Asia, frente al 7% en América y el 5% en Europa.

En este sentido, podemos afirmar que China es el principal foco de demanda de robots industriales. Entre las economías con importantes sectores industriales, China ha visto en los últimos tiempos cómo su densidad de robots aumentaba al ritmo más rápido en todo el mundo. La densidad de robots aumentó de 25 unidades por cada 10.000 trabajadores en 2013 hasta 68 unidades en 2016, un impresionante incremento del 172% en tres años.

El gobierno chino pretende seguir pisando el acelerador y convertir al país en una de las diez naciones más automatizadas del mundo en 2020. Para entonces, esperamos que la densidad de robots aumente hasta 150 unidades por cada 10.000 trabajadores, es decir, otro 120% más frente a los niveles de 2016. Cuando comparamos la situación de China con la de países que ya cuentan con elevadas tasas de automatización (Corea del Sur, Alemania y Japón) en términos absolutos, vemos que China necesitará entre 1,2 y 1,5 millones de robots para alcanzar esos niveles de densidad, lo que supone un incremento entre el 250% y el 340% sobre el parque operativo de 340.000 unidades de 2016. Eso supone una oportunidad potencialmente inmensa para que las ventas de los fabricantes de robots industriales converjan hacia ese nivel.

Las fábricas del mundo están evolucionando y entrando en una nueva era de innovación tecnológica impulsada por la automatización industrial. Hemos identificado cinco segmentos clave más allá de la robótica industrial que se articulan sobre las tendencias de automatización del mundo. Entre ellas, están los robots colaborativos o cobots. Aunque no contemplamos la posibilidad de que sustituyan a los robots industriales en líneas de producción muy automatizadas con poca intervención humana, creemos que la penetración de los cobots podría avanzar rápidamente en áreas de la producción que requieren del concurso de los seres humanos, como líneas de clasificación que utilizan sistemas de automatización de almacenes o islas de producción flexibles.

A medida que vayan mejorando las prestaciones de los cobots, cabe esperar que se produzca un incremento progresivo de su uso, por ejemplo, en las líneas de envasado de alimentos y medicinas y en las cadenas de montaje de semiconductores. En cuanto a los otros cuatro sectores que hemos identificado, tenemos el software industrial, la automatización de almacenes, los robots quirúrgicos y los robots de servicios.

El software de automatización es vital para mantener un alto grado de eficiencia y funcionalidad en todas las fases del ciclo de vida de una máquina o una fábrica. La adopción progresiva del software en los procesos de producción no solo ayuda a las empresas de automatización industrial con divisiones de software a generar nuevos ingresos; también puede impulsar la penetración de la robótica fuera de la industria. En cuando a la automatización de almacenes, esta pasa por ser una de las formas más eficaces para aumentar la rentabilidad de la inversión en el sector logístico, ya que mejora la precisión y la eficiencia, al tiempo que reduce los costes laborales.

Según Citi Research, la adopción de los procedimientos robotizados en los campos de la cirugía, la ortopedia y el diagnóstico podría aumentar a una TCAC del 18% hasta 2030. Por segmentos, la cirugía general debería acaparar el mayor número de procedimientos quirúrgicos robotizados en 2030. A medida que la tecnología mejore y bajen los precios, los robots de servicios representarán una porción cada vez más importante del mercado mundial de la robótica. Según la IFR, el número total de robots de servicios para uso profesional vendidos en 2015 aumentó un 25%, mientras que el valor de las ventas aumentó un 14% hasta un nuevo récord de 4.600 millones de dólares.

En lo que respecta al uso personal y doméstico, en 2015 se vendieron 3,7 millones de robots de servicios (como aspiradoras, cortadoras de césped, limpiadoras de ventanas), un 11% más que en 2014. Los segmentos relacionados con el hogar son actualmente el mercado de mayor tamaño para los robots de servicios, seguidos de cerca por los robots de entretenimiento (robots de juguete, pasatiempos, educación e investigación).

En resumen, seguimos creyendo en la fortaleza estructural a largo plazo de la automatización en el sector industrial mundial. Sin embargo, a pesar de que el crecimiento estructural continuado es el futuro de las empresas de automatización industrial, el sector sigue sufriendo ciclicalidad y podría experimentar periodos de crecimiento más lento. En otras palabras, consideramos que el sector de la automatización podría sufrir cierta volatilidad a medio plazo, similar al episodio de 2011 y 2012, cuando los volúmenes de pedidos de robots se tomaron un respiro. Así pues, en este contexto recomendaríamos a los inversores que fueran selectivos.

Tribuna de Damien Ng, Next Generation Investment Specialist en Julius Baer.

Venezuela: la crisis aún está lejos del fin

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Venezuela: la crisis aún está lejos del fin
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Beatrice Murch. Venezuela: la crisis aún está lejos del fin

Venezuela está en crisis. Su actividad económica se colapsa, su tasa de inflación está por los cielos y el valor se su divisa se ha desplomado. La población está abandonando el país en un éxodo masivo luego de cerciorarse de que no hay futuro.

La gente se muere de hambre. El peso promedio de la población se reduce cada año. De acuerdo con una Encuesta sobre las Condiciones de vida (ENCOVI), el peso promedio de los venezolanos en el 2017 fue 11 kilos menor que en 2016 y, en dicho año, 8 kilos menor que en el 2015. Lo anterior es una métrica real de una crisis profunda. De acuerdo con dicha encuesta, en el 2014, la gente que no sufría de pobreza representó al 51,8% de la población. En 2017 este dato se redujo al 13%. En otras palabras, 87 % de la población se consideraba en la pobreza.

Si el precio del petróleo es alto, como fue el caso antes de mediados de 2014, la situación es manejable, pero tan pronto se desploma no hay capacidad de generar nuevos ingresos.

El nivel real del PIB es actualmente 40% menor que en el 2015 y la tasa de inflación presenta ya un perfil de hiperinflación. Una taza de café con leche, de acuerdo con un reporte de Bloomberg, muestra el aumento de los precios. La tasa inflacionaria ya se pronostica en 1.000.000% para este año.

La divisa venezolana cotizaba a 10 unidades por dólar a principios de año y ahora está en casi 250.000 (cotización oficial). Durante el fin de semana, se devaluó drásticamente ante el dólar, un 95%. El nuevo bolívar soberano tiene un valor de 6.000.000 por cada dólar. Al mismo tiempo, la divisa (pagaré) se ha re-denominado al quitarle cinco ceros y se llama ahora bolívar soberano.

Para compensar la devaluación, el salario mínimo se incrementó en 3.500% a un equivalente de 30 dólares al mes. El IVA aumentó el 4%.

La cuestión es si el plan de Maduro es efectivo.

En resumen, existe una enorme devaluación que incrementará enormemente los precios de las importaciones y añade presión a la inflación actual, lo que constituye una ruta segura hacia la hiperinflación.

El aumento al salario mínimo es inútil ya que la producción se ha colapsado y los comercios están vacíos. Por tanto, a los venezolanos no les sirve de nada un aumento al salario mínimo, ni siquiera aunque este sea del 3.500%.

Las dos mayores debilidades del plan tienen que ver con la política monetaria y el tipo de compromiso ante el resto del mundo.

La máquina de imprimir

La cantidad de divisa circulante ha escalado desde principios del 2018 y es una fuente real de hiperinflación. La ecuación es fácil de entender. El banco central imprime más y más dinero para una divisa que a nadie le interesa tener. Además, sin un contrapeso en la producción, el precio interno de la divisa se reduce rápidamente, lo que genera una hiperinflación. Dicha dinámica surge invariablemente durante este tipo de episodios.

Hasta ahora, no existe ningún compromiso del banco central o del gobierno que podría cambiar las expectativas sobre el desempeño del país. Desde principios del 2018 la cantidad de divisa en circulación se ha incrementado drásticamente, como se demuestra en la gráfica. No existe ningún compromiso para revertir esta tendencia.

La conclusión más relevante es que nadie va a querer modificar este comportamiento, y nadie desea tener esta divisa, por tanto, el régimen de hiperinflación va a continuar.

En episodios anteriores de hiperinflación, el instrumento necesario para frenar una dinámica tan negativa es asumir un compromiso con las instituciones externas. Los compromisos pueden convertirse en una fuente de credibilidad si la política económica queda condicionada por estos. Estos son también una fuente de estabilización macro y esta es la razón de su utilidad.

¿Cómo cambiar la trayectoria?

Dicho de otro modo, si los compromisos son creíbles y el gobierno los cumple, entonces las expectativas se modifican y las actitudes cambian. Si la política económica gana credibilidad, entonces podemos anticipar nuevas relaciones comerciales con otros países, que a su vez van a limitar al país que atraviesa por un episodio de hiperinflación.

Al constatar que el gobierno respeta sus compromisos, los inversionistas extranjeros y las personas pueden modificar su percepción del país, lo que deriva en un perfil renovado y una trayectoria más sólida.

Thomas Sargent ha analizado muchos episodios similares de la década de los 20 en Europa. De acuerdo con su estudio, dichos compromisos resultan esenciales para detener la hiperinflación, pero Venezuela carece de ellos. Maduro incluso ha afirmado que no le interesa tratar con el FMI y tampoco involucrarlo en el proceso.

El hecho de que el nuevo bolívar soberano estará respaldado por una criptodivisa (el petro) no otorga credibilidad. Nos corresponde esperar a que el tipo de cambio entre las dos divisas se modifique.

El gobierno de Venezuela ha generado las condiciones para imitar a la Alemania de 1923 y las medidas anunciadas la semana pasada no acabarán con la crisis actual, sino que incluso pueden acelerarla, por lo que podemos entonces anticipar la continuación del éxodo desde Venezuela y un nuevo episodio de hiperinflación.

Pañales y pensiones

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Pañales y pensiones
. Pañales y pensiones

Hace casi cinco años leía en un portal español, “Las ventas de pañales para adultos en Japón superarán por primera vez a las de niños en 2014. Es un símbolo claro del rápido envejecimiento de un país cuya natalidad cae en picada”.

Elocuente y sugerente noticia que nos impone repensar sistemas de pensiones y de seguridad social. ¿Los niños que nacen hoy, a quienes debemos comprar pañales… qué sistema de pensiones les dejaremos…? Y ello más allá del bono demográfico de cada país, que si bien puede no sea semejante a Japón, no inhibe que las modificaciones del mercado laboral por 4ta revolución industrial, impacten ya en el complejo sostenimiento de generaciones aportantes para generaciones pasivas.

Fernando Savater en su muy buen libro “Las preguntas de la vida”, en cita que hago textual expresa, “no queremos más información sobre lo que pasa sino saber qué significa la información que tenemos, cómo debemos interpretarla y relacionarla con otras informaciones anteriores o simultáneas, y qué supone todo ello en lo consideración general de la realidad en que vivimos”.

Entonces es que Fernando Savater nos menciona tres niveles de entendimiento, veamos:

-La información: que nos presenta los hechos y los mecanismos primarios de lo que sucede.

-El conocimiento: que reflexiona sobre la información recibida, jerarquiza su importancia significativa y busca principios generales para ordenarla.

-La sabiduría: que vincula el conocimiento con las opciones vitales o valores que podemos elegir, intentando establecer cómo vivir mejor de acuerdo con lo que sabemos.

Fue el canciller Otto von Bismark quien en finales del siglo XIX, quien inició  un sistema de pensión pública para mayores de 60 años, sostenido por enormes cantidades de trabajadores industriales. 

Repasemos brevemente los cambios generacionales desde sXX y algunas características propias:

Generación Baby Boomers 1945/1964, nacidos en la posguerra. Gran tasa de natalidad. Trabajo estable y por largo plazo. Poco ocio y poca recreación. Familia tradicional. Perfil de acumulación por ahorro de largo plazo.

Generación X 1965/1981, básicamente trabajo en relación de dependencia. Buscando equilibrar el trabajo con vida social y el ocio. Primeros cambios tecnológicos con los que convivir.  Muchos cambios a nivel social. Son los padres de los millennials.

Generación Y o millennials 1982/1994, adaptados a todos los cambios tecnológicos, a la vida virtual como extensión de la vida real. Conviven con la necesidad de resguardos de privacidad respecto a qué exponer en redes sociales. Asumen la posibilidad de formato multitasking y no el workholic como sus padres. Afinidad plena con la idea de emprender y hacer por pasión. Lejanos absolutamente con la idea de empleo de por vida.

Generación Z 1995/hoy, nativos digitales, tienden a aprender por tutoriales, muy creativos y muy sobreinformados. En redes, a diferencia con sus padres, comparten vida privada. Las redes, donde pasan muchas horas al día, son el vínculo de vida social. Reconocen hacer por vocación.

Esta descripción de diferentes rasgos generacionales que obviamente no es taxativa, sino a manera de aproximación, nos puede generar al menos, una cabal idea de los significativos cambios que enfrentamos y a los cuales no podemos insistir con recetas del siglo XX, es urgente repensar los sistemas de pensiones y dejar los dogmatismos en la biblioteca…..

En el libro “La economía Gig”, su autora Diane Mulcahy, propone tres posibilidades diferentes para jubilarse, versión siglo XXI:

-Ahorrar para financiar una jubilación tradicional. Menciona la autora que la cada vez mayor y creciente cantidad de trabajadores independientes en Estados Unidos, pueden ahorrar a través de los planes 401K individual o un SEP IRA.

-Planear trabajar más tiempo y jubilarse más tarde. Es una opción que requiere actividad independiente y que tiene limitaciones por cuestionen de salud, que además de complicar continuidad laboral, impone necesidad de costo crecientes.

-Crear una nueva visión de la jubilación. En la economía gig, expresa la autora, “nuestras vidas laborales se entremezclan  con períodos de mini retiro, y nuestro retiro se entremezcla con el tiempo empleado en el trabajo”. Aunque no sea explícito, lentamente empleadores y gobiernos irán pretendiendo transferir el riesgo y la carga de financiar la jubilación casi por completo a los trabajadores.

Cambia, todo cambia….. Ayer las empresas colocaban sus productos en el mercado, luego fueron sus marcas, hoy se trata de relacionamiento…..

El Profesor Howard Gardner, en su libro “La generación APP”, es elocuente al afirmar, “nosotros somos los autores y, como tales, tenemos el privilegio de las últimas palabras. Deseamos para nosotros y para los que vengan después de nosotros, un mundo en el que todos los seres humanos tengan la oportunidad de crear sus propias respuestas, de formular sus propias preguntas y de abordarlas a su propia manera”.

A todos los hábitos que ya conocemos y que se nos recomiendan para una salud física y mental, hoy es necesario para nuestra salud financiera incorporar desde niños el hábito del ahorro por sobre el consumo, ya que necesitaremos ahorrar durante toda nuestra  tapa laboral activa, sea cual fuere nuestro formato de trabajo.

Expresa Howard Gardner: “Nuestra teoría es que los jóvenes de ahora no solo crecen rodeados de aplicaciones, sino que además han llegado a entender el mundo como un conjunto de aplicaciones, a ver sus vidas como una serie de aplicaciones ordenadas o quizás, en muchos casos, como una  única aplicación que se prolonga en el tiempo y que les acompaña de la cuna a la tumba. Hemos llamado superapp, a esta aplicación global. Las aplicaciones deben proporcionar al ser humano todo cuanto pueda necesitar y si la aplicación deseada no existiera todavía, alguien debería diseñarla inmediatamente”.

La tecnología es aliada en la innovación y generación de instrumentos de ahorro para las generaciones millennials y Z. Quizás es necesario ordenar todos los datos que parecen ya obvios y repensar los sistemas de pensiones. Como sea que se haga, nunca dejes de ahorrar….. 

Ernesto R.  Scardigno es experto en pensiones, Magíster en Políticas Públicas, Financial & Insurance Coach ICF Membership y miembro de la Cámara Internacional de conferencistas

 

 

La dinámica de la curva de rendimiento: la inversión de la curva no cuenta toda la historia

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La dinámica de la curva de rendimiento: la inversión de la curva no cuenta toda la historia
Pixabay CC0 Public DomainFoto: Lifeofbreath. La dinámica de la curva de rendimiento: la inversión de la curva no cuenta toda la historia

La prensa financiera está inundada con historias que subrayan la correlación entre una curva de rendimiento invertida, en la que los rendimientos a largo plazo de los bonos del Tesoro estadounidense caen por debajo de los rendimientos de la deuda soberana a corto plazo, y una recesión. Por lo que, como inversor, una vez que la curva de rendimiento se invierte, probablemente querrás infraponderar la renta variable y sobreponderar los bonos del Tesoro, ¿no? Después de todo, históricamente, el índice S&P 500 ha disminuido en un 33% durante las caídas de mercado desde 1929 y los tipos de interés suelen caer durante las recesiones.

Si todo fuera tan simple. En los últimos 60 años, mientras que la curva de tipos se ha invertido antes de cada recesión, registrando únicamente un falso positivo, la subsiguiente aparición de la recesión a veces ha tardado años en desarrollarse. Por ejemplo, la economía estadounidense no cayó en recesión hasta aproximadamente dos años y medio después de que los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años cayeran por primera vez debajo de los rendimientos de los bonos a 2 años a mediados de 1998. Y durante ese tiempo, que incluye la burbuja de las “puntocom”, el S&P 500 avanzó más del 40%. Claramente, saber que una recesión está llegando y el momento de su llegada son dos cosas muy diferentes. No acertar en el timing puede ser ruinoso, y para complicar la ecuación, esta el hecho de que la curva puede invertirse, regresar a su forma tradicional y volver a invertirse varias veces antes de una recesión. Por ejemplo, antes de la recesión de 1990, los rendimientos de los bonos del Tesoro a 2 y 10 años se invirtieron, una y otra vez durante todo un año. ¿En cuál de las muchas señales de inversión de la curva deberían haberse enfocado los inversionistas? Es difícil de saber.

No es la misma curva de rendimiento en la que invirtieron tus padres

Por lo general, los rendimientos de los bonos a largo plazo, como los bonos a 10 años, suelen ser mayores que las letras y notas a un vencimiento menor, pues los inversores demandan una mayor compensación por bloquear su dinero por un tiempo mayor. Pero, en la actualidad, el diferencial entre los rendimientos del Tesoro a corto y largo plazo está bastante comprimido. Y, si la curva de rendimientos continúa estrechándose al ritmo actual, no pasaran muchos meses antes de que los rendimientos de los bonos a 10 años se sitúen por debajo de los rendimientos de la nota a dos años. Pero dados estos años de una extraordinaria intervención por parte de los bancos centrales en los mercados de bonos globales, ¿envía la misma señal una curva de tipos invertida tal y como lo hizo en ciclos económicos anteriores? No estamos seguros de que lo haga.

¿Qué es lo que hace que la curva se aplane y que en ocasiones llegue a invertirse? Por lo general, una política monetaria más restrictiva por parte de la Reserva Federal estadounidense, teniendo en cuenta que los efectos de una política restrictiva por parte de la Fed suele ser mucho más fuerte en la parte corta de la curva que en la parte larga. Y un aplanamiento de la curva, así como una inversión en la curva, tiende a suceder en la parte final del ciclo conforme la Fed comienza a subir los tipos de interés. Y, que los ciclos, por definición, terminan en recesión. Pero es un salto lógico sugerir que la inversión de la curva puede causar una recesión. En nuestra opinión, mientras hay una correlación, no hay necesariamente causalidad.

E incluso, si hubiera causalidad en el pasado, podemos recordar la ley de Goodhart: cuando una medida se convierte en el objetivo, deja de ser una buena medida. En otras palabras, cuando los participantes del mercado, incluyendo la Fed, se concentra en un solo aspecto, como puede ser la forma de la curva de rendimiento, esta deja de ser una métrica efectiva.

¿Qué es diferente esta vez?

Este ciclo económico es único cuando se compara con otros ciclos económicos posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Para empezar, nuestro ciclo actual se ha visto influenciado por el uso de medidas de relajamiento cuantitativo por parte de la Fed, que resultó en una hinchazón de su balance contable. Muchos podrían argumentar que es precisamente el programa de compras, desde un 5% del producto interior bruto con anterioridad a la crisis financiera global, a un pico de aproximadamente un 25% del PIB en 2014, ha cambiado la dinámica tradicional en lo que se refiere a una inversión de la curva. El masivo programa de compras ejecutado por la Fed parece haber reducido la prima de vencimiento, el exceso de rendimiento que los inversores necesitan por comprometer sus posiciones en el largo plazo en lugar de en una serie de bonos a corto plazo. Los economistas de la Fed estiman que las tasas a largo plazo pueden ser del 0,75%-1,00% más bajas de lo serían en ausencia de un tamaño del balance contable fuera de lo normal. Algunos defienden que teniendo en cuenta el volumen de las políticas de relajamiento cuantitativo y su impacto moderador sobre la prima de vencimiento, la curva se debería tener que invertir entre 50 y 100 puntos básicos antes de que proporcione la señalización de una recesión en el pasado. Dicho esto, cada ciclo de negocio desde 1980 ha mostrado unas características únicas en relación a la prima de vencimiento, por lo que no estamos tan convencidos de que el argumento de la prima de rendimiento sea particularmente útil a la hora de establecer el timing de una recesión.

Otra característica única de este ciclo es que las tasas nominales son mucho menores que en los ciclos económicos previos, por lo que una inversión de la curva puede proporcionar una señal diferente a la enviada en el pasado. Algunos podrían argumentar que es más difícil invertir la curva cuando los rendimientos en la parte más próxima de la curva, dos años o menos) -a pesar de haber subido en los últimos años- siguen siendo anormalmente bajas. Para ilustrarlo, el caso de economía japonesa, con sus tasas de interés súper bajas, no ha experimentado inversiones en la curva con anterioridad a una recesión desde 1991, aunque ha caído en recesión en siete ocasiones desde ese año. Mientras que una inversión de la curva en Estados Unidos, a unos niveles tan bajos de tipos de interés, puede ser una señal más poderosa que en el pasado, no hay una evidencia empírica que pueda respaldar esta afirmación, por el momento.

Una rareza adicional de nuestro ciclo actual es que no todas las secciones de la curva de rendimiento se están comportando de forma similar. De hecho, la parte corta de la curva -desde la tasa de fondos federales hasta los dos años- se ha inclinado, mientras que el segmento entre 2 y 10 años, mucho más vigilado, se ha aplanado. Estaríamos más preocupados por la llegada de una recesión si ambas curvas estuvieran invertidas. El tramo de la curva que comprende desde la tasa de fondos federales hasta los 2 años de vencimiento es particularmente importante para el sistema bancario, ya que en esa parte es donde la mayoría de los bancos trabajan sus márgenes. En el caso en el que se invierta el punto actual, en el que los bancos pagan más por los depósitos a corto plazo que por los préstamos a 2 años, el flujo de los créditos bancarios podría secarse, limitando el crecimiento económico.

Atención a la macro

Por lo tanto, si los inversores no pueden confiar reflexivamente en la pendiente de la curva para ayudarse a guiar en la asignación en activos, ¿que deberían tener en cuenta? A nuestro modo de ver, deberían observar cuidadosamente los datos macroeconómicos. Los datos de alta frecuencia, tales como los índices de gestores de compras manufactureros, las nóminas no agrícolas y las solicitudes iniciales de desempleo, en conjunto, pueden ayudar a guiar la toma de decisiones de manera más integral que a depender demasiado de un solo indicador. Este tipo de indicadores macroeconómicos podrían ser una buena señal para evaluar si la Reserva Federal actuaría de una forma muy restrictiva, empujando a que las tasas a corto plazo se eleven demasiado, y en último lugar desencadenando una recesión.    

Columna de opinión de Erik S. Weisman, estratega jefe y gestor de renta fija de MFS Investment Management.  

Compromiso de Montreal: drivers para una transición hacia una economía baja en carbono

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Compromiso de Montreal: drivers para una transición hacia una economía baja en carbono
Pixabay CC0 Public Domain. Compromiso de Montreal: drivers para una transición hacia una economía baja en carbono

Al firmar el Compromiso de Carbono de Montreal, los inversores se comprometen a medir y divulgar públicamente la huella de carbono de sus carteras de inversión anualmente. 

El texto del  compromiso es el siguiente: «Como inversores institucionales, tenemos el deber de actuar en los mejores intereses a largo plazo de nuestros beneficiarios. En este rol fiduciario, creemos que hay riesgos de inversión a largo plazo asociados con las emisiones de gases de efecto invernadero, el cambio climático y la regulación del carbono. Con el objetivo de entender mejor, cuantificar y gestionar el carbono y los impactos relacionados con el cambio climático, los riesgos y las oportunidades de nuestras inversiones, es esencial medir nuestra huella de carbono. Por lo tanto, nos comprometemos, en una primera etapa, a medir y calcular la huella de carbono de nuestras inversiones anualmente con el objetivo de usar esta información para desarrollar una estrategia de compromiso y/o identificar un conjunto de objetivos de reducción de huella de carbono».

El Compromiso se lanzó el 25 de septiembre de 2014 en el PRI en persona en Montreal (un evento que se celebra anualmente y asisten por ejemplo empleados de las empresas signatarias de los Principios de Inversión Socialmente Responsable de la ONU: los UNPRI de todo el mundo y el año pasado 2017 fue en Berlín con más de 1000 asistentes, 140 ponentes y 35 sesiones) y cuenta con el respaldo de los Principios para la Inversión Responsable (PRI) y la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA FI).

Para lograr los requisitos del compromiso, los signatarios deben medir anualmente la huella de carbono de las acciones de sus portfolios, o al menos una parte. El Compromiso del Carbono de Montreal también considera la huella del carbono de otra categoría de activos, incluyendo el capital privado. La revelación puede ser hecha a través de un sitio web, un informe anual, informe de sostenibilidad, un informe sobre inversión responsable u otro canal de información público visible para los clientes y los beneficiarios.

El compromiso está abierto a todos los propietarios de capitales y gestores de inversión: no es necesario ser un signatario de los Principios para una Inversión Responsable (PRI, por sus siglas en inglés). Los compromisos de estos inversores permitirán que la comunidad inversora pueda comparar una cantidad creciente de portfolios con los índices mundiales de referencia, identificar campos y acciones prioritarias para reducir las emisiones y seguir los progresos de estas reducciones.

Las acciones que los inversores llevan a cabo después de medir su huella de carbono varían, desde el monitoreo regular de las emisiones a asegurar que son monitoreadas y entendidas, a invertir en las soluciones bajas en carbono, y la integración de análisis medioambientales en los procesos corrientes de inversión.

Supervisado por el PRI, ha atraído el compromiso de más de 120 inversores con más de 10 billones de dólares en activos bajo gestión, a partir de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21) en diciembre de 2015 en París. El respaldo al Compromiso de carbono de Montreal proviene de inversores de Europa, EE.UU, Canadá, Australia, Japón, Singapur y Sudáfrica.

El Compromiso de Carbono de Montreal permite a los inversores (propietarios de activos y gestores de inversiones) formalizar su compromiso con los objetivos de la Coalición de Descarbonización de Cartera, que moviliza a los inversores para medir, divulgar y reducir la huella de carbono de su cartera. Se han comprometido más de 100.000 millonesde dólares para esto a partir de la COP21.

Se puede ver en el documento Montreal Carbon Pledge: Accelerating Investor Climate Disclosuer la implementación de los inversores un año después de la COP 21 y el reparto de los signatarios por tipo de empresa  de gestión de activos de dicho compromiso según imágenes del mismo.

En junio de 2017, el Grupo de trabajo FSB sobre información financiera relacionada con el clima (TCFD-Task Force on Climate-related Financial Disclosures) publicó sus recomendaciones finales. El PRI alienta a todos los inversores a implementar la guía de divulgación de TCFD para propietarios de activos y administradores de activos, con los firmantes de Montreal Carbon Pledge bien posicionados para esto.

En enero de 2018, el PRI alineará su Marco de Informes para todos los signatarios del PRI con la orientación del TCFD, lo cual es una ayuda tener una taxonomía más consensuada entre gestoras de activos que gestionan IICs como fondos y planes de pensiones y también productos de seguro ahorro como planes de previsión asegurados, rentas vitalicias, Unit Link, etc.. de manera que los inversores tanto institucionales como minoristas estén mejor informados y con más transparencia de la actual (sin confusión de excesivas nomenclaturas similares para referirse a una misma temática) y así puedan votar con los pies, contratando los productos financieros más ajustados a la rentabilidad/riesgo de sus perfiles, pero que también contribuyan a la transición a una economía y a unos mercados financieros bajos en carbono.    

Tribuna de Luis Hernández Guijarro, gestor del fondo ético Esfera II Sostenibilidad ESG Focus FI en Esfera Capital Gestión SGIIC

¿Deberían los inversores preocuparse por el contagio a los mercados emergentes?

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¿Deberían los inversores preocuparse por el contagio a los mercados emergentes?
Foto cedida. Should Investors be Worried About EM Contagion?

Los mercados emergentes están en caída libre. Los principales motivos de este declive son la reciente fortaleza del dólar estadounidense, los temores a una guerra comercial y, más recientemente, la drástica depreciación de la lira turca. La profunda liquidación trae a la memoria la crisis del peso mexicano en 1994-1995, la crisis financiera asiática de 1997-1998 y, más recientemente, la devaluación china y la turbulencia en los mercados bursátiles de 2015-2016. ¿Deberían los inversores preocuparse por el contagio a los mercados emergentes?

La crisis en Turquía no sorprende demasiado. Su economía sufre un gran déficit comercial (6,3 % del PIB), grandes necesidades de financiación externa y unas crecientes presiones inflacionarias. La inflación de precios al consumidor se disparó, pasó del 10 % a comienzos de año a más del 15 % en junio. Sin embargo, el banco central mantuvo su tasa de interés en 17,75 % en su reunión de julio. Resultó evidente que la crítica a las altas tasas de interés del presidente Erdogan ha afectado la independencia del banco central, en consecuencia, se aceleraron las apuestas en contra de la lira. Es posible que una política más integral junto con austeridad fiscal y monetaria podría estabilizar la moneda y evitar una espiral inflacionista, aunque podría llevar a la economía a la recesión en 2019. Las buenas noticias son que los lazos económicos son mínimos entre Turquía y otros mercados emergentes.

Y lo que es más importante, los otros principales mercados emergentes están en mejor forma que Turquía. Las bases son sólidas: tienen baja inflación al igual que unas mejores cuentas comerciales y fiscales. Los niveles de deuda externa no son excesivos y algunos de los principales países (en especial China) cuentan con considerables reservas de divisas. Asimismo, los factores demográficos siguen siendo favorables al compararlos con las economías avanzadas. Por último, existe una tendencia a las reformas estructurales, institucionalidad y políticas contra la corrupción que deberían mejorar la estabilidad financiera a largo plazo. En la actualidad, parece que China y Brasil son los únicos países que podrían provocar una crisis económica más profunda debido a su tamaño y al aumento de la deuda soberana (Brasil) y a los niveles de deuda corporativa (China).

Brasil ha puesto en marcha un ambicioso proceso de reforma. El país está en una primera fase de recuperación económica tras su profunda recesión de 2015-2016. Desde entonces, el déficit comercial ha desaparecido en gran medida y la inflación y los tipos de interés son bajos en comparación con sus valores históricos. Si a esto le sumamos las significativas reservas en divisas fuertes y un acuerdo línea de swap directo con la Reserva Federal de Estados Unidos, el banco central cuenta con mucho margen para contrarrestar las presiones y defender el tipo de cambio. El problema está en que Brasil necesita crecimiento económico para liquidar sus enormes niveles de deuda pública y, en consecuencia, hay que continuar con las reformas. Por ello, es probable que continúe la volatilidad hasta las próximas elecciones presidenciales de octubre. No obstante, puesto que el expresidente Lula no puede ser elegido, el resultado más probable sigue siendo un gobierno de centroderecha con políticas promercado, aunque populista, lo que podría llevar a una valorización en los activos en Brasil.

China ha comenzado a transformar y modernizar su economía, lo que debería provocar un crecimiento económico más sostenible y robusto, si bien algo más lento. Entre las políticas de los dos últimos años se encuentra una reducción de los estímulos fiscales y monetarios para desinflar la burbuja inmobiliaria y reducir los niveles de deuda corporativa. El crecimiento económico se ha seguido ralentizando a un ritmo moderado, pasando de más del 7 % al 6,5 %. La reciente depreciación del yuan no debería suponer una gran sorpresa si tenemos en cuenta la generalizada fortaleza del dólar, así como las menores diferencias en cuanto a crecimiento, déficit comercial y tasas de interés frente a Estados Unidos. Por supuesto, el principal riesgo es un escalamiento en la guerra comercial. Si consideramos la recuperación de los índices de aprobación del presidente Trump y sus recientes escándalos políticos en relación con su abogado y director de campaña, puede que decida seguir jugando duro para satisfacer a sus principales partidarios. En consecuencia, las tensiones comerciales podrían intensificarse ante las elecciones de mitad de legislatura de noviembre. Sin embargo, China ya ha empezado a aplicar pequeños ajustes en sus políticas para blindar su economía frente al impacto negativo de los aranceles estadounidenses, que deberían empezar a resultar visibles en el cuarto trimestre. Incluso si los Estados Unidos imponen un arancel del 25 % en productos chinos por valor de 250.000 millones de dólares, el retraso en el crecimiento sería inferior al 1 % y un estímulo adicional bastaría para mantener el crecimiento del PIB por encima del 6 % en 2019. En un escenario más favorable para los mercados, el tono de Trump podría volverse más conciliatorio una vez hayan pasado las elecciones.

De hecho, la introducción de aranceles de Trump y su amenaza de más tarifas y sanciones han sido los principales catalizadores del reciente repunte del dólar, que ha sido el mayor freno para los mercados emergentes. Si consideramos la amplia cobertura mediática y que Trump ya ha amenazado con imponer aranceles a básicamente todas las importaciones chinas, tantas malas noticias deberían estar descontadas. Sin embargo, los mercados odian la incertidumbre y es probable que la volatilidad continúe durante la campaña política estadounidense y, en menor medida en Brasil. A menos que la situación quede totalmente fuera de control, podríamos ver una recuperación hacia finales de año.

Tribuna de Pascal Rohner, CFA, director de Inversiones de Banco Crèdit Andorrà (Panamá), Crèdit Andorrà Financial Group Research.
 

¿Cómo deberían posicionarse los inversores en este final de ciclo?

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¿Cómo deberían posicionarse los inversores en este final de ciclo?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Mutante Imantado . ¿Cómo deberían posicionarse los inversores en este final de ciclo?

Lo cierto es que siempre hay un mercado alcista en alguna parte. Para empezar, desde Fidelity creemos que los inversores deberían meter su dinero en valores con situaciones específicas: una cosa de la que se puede estar seguro en la parte final del ciclo es que la dispersión se incrementará y que surgirán muchas oportunidades para aumentar o disminuir la rentabilidad relativa.

No obstante, hay que tener cuidado con esa nueva raza formada por “determinados valores de crecimiento”. Los algoritmos que sugieren que los valores FAANG aguantarán en un movimiento de caída olvidan algunos aspectos matemáticos básicos: con unas capitalizaciones cercanas al billón de dólares, preveo que estas empresas estarán mucho más expuestas a la economía real que durante la última crisis, cuando su penetración era más baja y tenían mucho más recorrido de crecimiento.

A continuación figuran algunos de los mercados que creo que tienen más potencial para destacar durante los próximos años:

  • EE.UU.: las grandes divergencias en política monetaria deberían hacer que las empresas orientadas al mercado interno sigan brillando.
  • India: no le afectan las guerras comerciales y su evolución demográfica a largo plazo es favorable.
  • Mercados emergentes: el valor está empezando a emerger con claridad.
  • Japón: sólido ciclo de gobierno corporativo (devolución de capital a los accionistas), con algunos de los balances empresariales más sólidos del mundo.
  • Energía/petróleo: la falta de inversión durante los últimos años debería traducirse en mercados pujantes durante los próximos.
  • Reino Unido: tendría recorrido al alza en un escenario de “no al Brexit”.
  • Acciones infravaloradas: si la Fed hiciera una pausa en su ciclo de subidas de tipos, estas acciones serían las principales beneficiadas, con el sector financiero a la cabeza.

 

Amit Lodha es gestor del FF Global Focus Fund de Fidelity.

Las tendencias macroeconómicas que importan

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Las tendencias macroeconómicas que importan
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: bambe1964. Las tendencias macroeconómicas que importan

La ralentización de los datos de crecimiento se ha concentrado en el sector manufacturero. Buena parte de esta ralentización se ha manifestado en los índices de directores de compras (PMIs) del sector manufacturero y en la mayoría de los países se ha producido desde los altos niveles alcanzados a comienzos de 2018.

Los datos para el conjunto de las economías han mostrado, en general, una mayor fortaleza y las previsiones del consenso en cuanto al producto interior bruto (PIB) siguen revisándose al alza. La mayoría de los especialistas en previsiones económicas apuntan a un crecimiento en 2018 y 2019 en línea o por encima de la tendencia actual, situación en la cual se encuentran en este momento los PMIs. Sin embargo, los mercados mantienen sus dudas acerca de la sostenibilidad de dicho crecimiento.

A pesar de los signos de estabilización en los PMIs fuera de Estados Unidos, a los mercados les preocupa que la economía global haya pasado un punto de inflexión y sea improbable que se vuelvan a registrar los buenos resultados de 2017. El conflicto comercial, el populismo político, el endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos y el final del programa de expansión monetaria (QE) han pesado sobre la confianza de las empresas y los inversores.

Dicho esto, aunque la imposición de aranceles punitivos y gravosos para el crecimiento sigue representando un riesgo, los últimos datos de actividad han comenzado a sorprender positivamente. Nuestra hipótesis de referencia sigue siendo que la economía global continuará mostrando resiliencia y que los riesgos bajistas continuarán siendo limitados, lo cual previsiblemente resultará positivo para la recuperación de los mercados de crédito y emergentes.

Mercados emergentes

Sin embargo, también sabemos que un crecimiento demasiado robusto puede provocar problemas y el más importante en este momento son las tensiones que está ocasionando el crecimiento económico relativo positivo de Estados Unidos, principalmente en las economías emergentes. Ha sido el peor comienzo de año para las divisas de los mercados emergentes de los últimos 30 y la preocupación es por qué el debilitamiento de las divisas, unas políticas desacertadas, el alza de los tipos en Estados Unidos y una guerra de aranceles se traduzcan en un riesgo sistémico generalizado.

Aunque la entrada de capitales en los mercados emergentes sigue siendo positiva en el conjunto del año, en junio se produjeron grandes salidas lideradas por los inversores minoristas. Preocupan especialmente las evidencias de ralentización en la economía china, debido a su tamaño y su importancia para la economía global.

Nuestra valoración actual sigue siendo que los fundamentales de las economías emergentes se encuentran en una situación considerablemente mejor que en 2013 (y 2015, cuando el sector industrial a nivel global se ralentizó significativamente), por lo que el impacto que podría tener una subida de tipos en Estados Unidos es, en este momento, menor.

También nos animan las respuestas proactivas en materia de políticas aplicadas que estamos viendo en numerosas economías emergentes (subidas de tipos en Indonesia y México), provocadas por la presión de los mercados. No obstante, que se intensifique el conflicto arancelario y una desordenada ralentización de China siguen siendo riesgos clave para nuestra perspectiva, la cual, por lo demás, es positiva.

Los mercados de crédito (concretamente, el europeo) siguieron atravesando una mala época, incluso a pesar de la mayor tranquilidad en los mercados de deuda pública europea. Los riesgos políticos en Italia no se han disipado, por lo que parece probable que persista la volatilidad, aun así parece que el gobierno de dicho país ha dejado a un lado sus comentarios más extremos sobre expansión fiscal y contrarios a la Unión Europea (UE).

Por su parte, la actividad de fusiones y adquisiciones (M&A) pesaron sobre los mercados de crédito al generar más oferta e incrementar el apalancamiento, pero, dado que el riesgo de que se produzca una recesión sigue siendo remoto y que las valoraciones son atractivas, mantenemos nuestro optimismo, en especial, en el sector financiero.

Es posible que los mercados emergentes se vean sometidos a presiones derivadas de las inquietudes por el posible estallido de guerras comerciales y riesgos idiosincráticos. Sin embargo, la sólida respuesta en aplicación de políticas por parte de numerosos países y el descenso de las valoraciones están haciendo que numerosos mercados parezcan atractivos.

1.- Tipos y divisas de mercados desarrollados

Análisis mensual

Aunque en mayo todos los activos de riesgo registraron ventas masivas sistémicas, en junio los mercados comenzaron a revisar los riesgos idiosincráticos. Los temores a que los riesgos se contagiaran a la periferia europea comenzaron a disminuir y los diferenciales de España y Portugal se estrecharon prácticamente en 20 puntos básicos. La rentabilidad del bono del Tesoro estadounidense a 10 años cerró el mes plana; los rendimientos cedieron en la segunda mitad del mes al repuntar el revuelo de una posible guerra comercial. La curva del diferencial entre el bono del Tesoro estadounidense a dos años y su equivalente a 10 años se aplanó en 10 puntos básicos.

Perspectivas

Dada la mejora de la inflación y los datos económicos, la previsión del mercado y la expectativa propia de la Reserva Federal sobre subidas de tipos en 2018 han aumentado. En cuanto a la rentabilidad del bono del Tesoro estadounidense a 10 años, seguimos pensando que el 3% es una estimación acertada de su “valor razonable” actual.

Nos hemos mostrado relativamente neutrales en torno al dólar y estamos en modo de espera, centrándonos en pares de divisas neutrales en cuanto a la moneda estadounidense. Consideramos que la volatilidad en Italia continuará y repuntará en otoño, cuando probablemente los planes expansivos del gobierno conlleven nuevos choques entre las instituciones italianas y la UE.

2.- Tipos y divisas de mercados emergentes

Análisis mensual

Los activos de mercados emergentes atravesaron un segundo trimestre complicado, pues los riesgos de cola en cuanto a guerras comerciales son cada vez más prominentes, todo ello en pleno fortalecimiento del dólar y una Reserva Federal ligeramente más restrictiva. La volatilidad idiosincrática de los mercados emergentes ha aumentado, en especial, en Brasil, Argentina y Turquía.

La marcada depreciación del renminbi el pasado junio también pesó sobre la percepción del mercado. Los inversores (principalmente, minoristas) retiraron activos de estrategias en monedas fuertes por valor de 500 millones de dólares), mientras que los activos de estrategias en moneda local apenas variaron durante el mes.

En Argentina, el gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI) alcanzaron un acuerdo de crédito de contingencia por valor de 50.000 millones de dólares, con una duración de 36 meses; y otros 5.600 millones de dólares de multilaterales, todo ello por encima de las expectativas del mercado.

Por su parte, Turquía elevó su tipo de referencia en otros 125 puntos básicos, hasta el 17,75%, lo cual contrasta con la ausencia de cambios que auguraba el mercado (las estimaciones más elevadas de los analistas apuntaban a 100 puntos básicos).

Sorprendentemente, los activos mexicanos evolucionaron adecuadamente, teniendo en cuenta la situación externa y las elecciones presidenciales.

Perspectivas

Probablemente numerosas de las medidas comerciales se hagan efectivas antes de que las negociaciones avancen. Como resultado, es de esperar un efecto negativo, o insignificante, en el PIB y en los flujos comerciales de determinados países, además de un deterioro generalizado de la confianza de las empresas y los consumidores, lo cual sí tiene mayor importancia.

Cabe destacar que la respuesta de los mercados emergentes al implantar políticas ha sido más proactiva últimamente; numerosas economías consideradas vulnerables han reaccionado enérgicamente a las turbulencias de los mercados. Asimismo, las ventas masivas durante el segundo trimestre de 2018 parecen exageradas para países cuyos fundamentales mejoran (como Sudáfrica e Indonesia), por lo que ofrecen puntos de entrada atractivos en caso de que se rebajen las tensiones comerciales.

3.- Crédito

Análisis mensual

Los diferenciales de crédito estadounidense y europeo alcanzaron nuevos máximos desde comienzos de año en junio, pues ambos mercados cerraron el mes con una actitud más relajada. La oferta siguió siendo elevada en junio, tal y como lleva sucediendo todo el año. Dicha evolución se debe principalmente a las grandes operaciones de Walmart y Bayer: ambas financiaron fusiones y adquisiciones llevadas a cabo recientemente.

La disrupción por parte de Amazon de los modelos de negocio tradicionales prosiguió en junio con su adquisición de la farmacia online PillPack por 1.000 millones de dólares. Los diferenciales de las cadenas de farmacias físicas más tradicionales como CVS y Walgreens evolucionaron al alza tras la noticia, si bien llevará tiempo comprender plenamente cómo la presencia de Amazon trastocará estos consolidados modelos de negocio.

Perspectivas

Ahora, a mediados de año, podemos afirmar que los mercados de crédito no han evolucionado como se preveía en lo que llevamos de 2018. Sin embargo, los diferenciales se encuentran en niveles muy atractivos para un entorno no recesivo (nuestra hipótesis de referencia).

Seguimos decantándonos marcadamente por el sector financiero dada la solidez de sus fundamentales y la robusta supervisión regulatoria. Continuamos cautos en numerosos segmentos de los mercados no financieros ante el debilitamiento de los fundamentales, el aumento de la oferta y la generalización del riesgo tecnológico y de disrupción.

4.- Activos titulizados

Análisis mensual

Las titulizaciones sensibles a la evolución de los tipos apenas registraron variaciones durante el mes, mientras que los activos titulizados sensibles al crédito siguieron, en general, brindando rentabilidades positivas, impulsados principalmente por las rentas.

Los precios de la vivienda siguieron subiendo y cada vez son menos asequibles, precisamente por dicha subida y por el aumento de los tipos hipotecarios. Los diferenciales de los bonos de titulización hipotecaria comercial se ampliaron unos 5-10 puntos básicos en junio; pese a ello dichos activos, que han registrado rentabilidades relativas negativas significativas en los dos últimos años, han rendido significativamente mejor desde comienzos de 2018.

Perspectivas

Es de esperar que el encarecimiento de la vivienda resulte positivo para los préstamos antiguos, aunque podría ser problemático para los préstamos suscritos recientemente. Todavía percibimos valor atractivo en los bonos de titulización hipotecaria sobre inmuebles residenciales no de agencia; sin embargo, empezamos a mostrarnos más cautos ante el estrechamiento de los diferenciales en los últimos años.

Seguimos siendo muy prudentes en torno a las titulizaciones hipotecarias comerciales garantizadas por inmuebles minoristas, pero seguimos siendo optimistas en aquellos respaldados por inmuebles residenciales, edificios de oficinas, inmuebles industriales y centros de distribución.

En el ámbito de las titulizaciones hipotecarias europeas, percibimos que la reciente ampliación de los diferenciales puede ofrecer una oportunidad de inversión. Mantenemos el pesimismo en torno a Italia, pero pensamos que España, Portugal, Países Bajos, Alemania y Reino Unido siguen ofreciendo oportunidades atractivas en cuanto a bonos de titulización hipotecaria.

Tribuna de Jim Caron, de Morgan Stanley IM

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¿Qué ocurre en la industria bancaria europea?

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¿Qué ocurre en la industria bancaria europea?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Aaron Friedman. ¿Qué ocurre en la industria bancaria europea?

El índice de bancos de la eurozona (SX7E) cae un 18% en lo que va de año (a cierre del 24 de agosto) y el SX7P un 14%, que incluye países europeos no euro como Suiza, Reino Unido y países escandinavos. Los bancos son el sector de la bolsa europea que ha tenido un peor comportamiento en los primeros ocho meses del año.

Su caída en bolsa ha sido más pronunciada que la de los fabricantes de coches, impactados por la guerra comercial entre Estados Unidos y China y la amenaza de la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a las importaciones de coches europeos, o las aerolíneas, afectadas por la subida del petróleo, las numerosas huelgas en Francia y las presiones salariales de algunos de sus colectivos de trabajadores.

Esto es solo la radiografía bursátil del sector en 2018. Si echamos la vista atrás, vemos que el índice de bancos de la zona euro (SX7E) llegó a 500 en junio de 2007 y hoy está a 107. Esto es, el mismo nivel que en octubre de 1995, ¡hace 23 años!

Vivimos en un momento en el que una mayoría de gestores “value” (tan de moda en nuestro país) desvelan en la prensa que ellos no invierten en bancos… Aunque viendo el comportamiento en bolsa de los bancos europeos en los últimos años esta afirmación es entendible.

La realidad es que Warren Buffett –máximo exponente de la inversión value– ha mantenido históricamente un alto porcentaje de su cartera de inversiones en compañías financieras americanas (bancos y compañías de seguros).

¿Qué ocurre?

La amenaza de una recesión en Estados Unidos (tal y como parece indicar el spread 10Y-2Y de la curva del tesoro americana), el efecto de los tipos de interés negativos desde principios de 2016 (y la expectativa de que la subida de tipos en Europa puede ser mínima o inexistente si cambia el ciclo americano) y el desapalancamiento de las economías (reducción del stock de crédito) son las principales causas de un comportamiento bursátil que “asusta” a cualquier observador externo.

A esto hay que añadirle la amenaza de nuevos competidores digitales con costes de operación muy bajos (Revolut, N26, Transferwise…) que atacan nichos del negocio bancario muy rentables, los mayores requerimientos de capital y deuda con capacidad de absorción de pérdidas (MREL) y las contingencias legales heredadas de una época de crecimiento descontrolado (por ejemplo, las cláusulas abusivas en contratos hipotecarios).

Hoy por hoy, vender la idea de que la inversión en compañías financieras tiene sentido es, como poco, tan desafiante como vender hielo a los esquimales. A pesar de todo, en Fidentiis Gestión nos gustan los retos y vamos a tratar de intentarlo.

Pensamos que si la guerra comercial no se agudiza, el crecimiento europeo continuará sólido en 2019 y 2020 en torno al 1,5%-2%.

Una subida de 50 puntos básicos en la tasa depo (es decir, salir de los tipos negativos que pensamos son una medida de política monetaria extraordinaria) sería suficiente para provocar una mejora en rentabilidad y valoración muy significativa (mejora de un 3%-4% en ROE y subida del índice de bancos de un 50%). El BCE ya ha indicado que empezará a subir los tipos de interés en el verano de 2019.

Los nuevos competidores son una amenaza pero también pueden ser una oportunidad desde el punto de vista inversor. Véase el gran comportamiento bursátil de compañías como Adyen (más de un 100% en lo que va de año, Wirecard (lo mismo), Plus500 (+72% en lo que va de año), Swissquote (+95% en lo que va de año) y Virgin Money (+38% desde enero).

Las compañías de seguros europeas tienen un perfil mucho menos cíclico que los bancos, ofrecen una rentabilidad por dividendo atractiva y su comportamiento bursátil ha estado en línea con la del mercado en general (-2% desde enero).

No solo podemos invertir en renta variable bancaria; la deuda subordinada de los bancos ofrece rentabilidades atractivas.

El fondo de financieras europeas que gestionamos en Fidentiis Gestión (European Financial Opportunities) está en positivo en el año a pesar de la fuerte caída de los índices de bancos europeos.

Desde su lanzamiento el 1 de marzo de 2017, el fondo acumula una rentabilidad del 7,5% (el índice de bancos europeos, en el mismo periodo, cae un 11%). Nuestro punto de partida es siempre valorar el entorno macro para realizar un asset allocation adecuado entre renta variable y renta fija de distintos tipos de riesgo.

Dentro de la renta variable, invertimos en base a temáticas que pueden acelerar el crecimiento de BPA de las entidades. En momentos concretos podemos cubrir la cartera para proteger el capital de nuestros participes.

Por tanto, la respuesta a la pregunta que titula este artículo es: “Pocos inversores quieren invertir en bancos en este momento. Pensamos que la inversión en bancos, realizada con sentido común, tiene sentido a medio plazo”.

Luis Peña es gestor del Fidentiis European Financial Opportunities, UCITS.

Poli bueno, poli malo

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Poli bueno, poli malo
Foto: Ethenea. Poli bueno, poli malo

Se supone que el verano es una temporada tranquila. Cuando la mayoría de los políticos están de vacaciones, las historias más extrañas a menudo son noticia. El pasado mes de julio, el presidente estadounidense Donald Trump, por supuesto, fue el que se adueñó del escenario.

Como tantas otras veces, Trump causó revuelo a nivel internacional con un comportamiento que a menudo parecía errático, pero quizás ese sea su objetivo. Su forma de ser altamente narcisista deja poco espacio para otras interpretaciones. Pero como un psiquiatra de renombre dijo recientemente sobre el presidente, no es Trump quien está loco, sino la sociedad estadounidense.

El psiquiatra cita el ejemplo la cultura de las armas que llevan a los estadounidenses a creer que un mayor número de armas haría que el país sea más seguro. Esta extraña lógica hace que la mayoría de las otras sociedades sacudan la cabeza con incredulidad. Y el presidente Trump es, en todos los aspectos, parte de esta extraña sociedad, que todavía cree en la ‘economía del goteo’ en la que la riqueza va desde arriba hacia abajo, mientras que la gran mayoría de la población está totalmente aislada de la prosperidad.

Pero volvamos al POTUS. Después de un viaje bastante desastroso a Europa y herir los sentimientos de muchos europeos, el autoproclamado mejor negociador del mundo siempre ha querido pasar a la historia como no solo el que se enfrentó a Corea del Norte, sino también al oso ruso.

Relaciones con Rusia

Sin embargo, la reunión en Helsinki fue un fiasco completo en términos de percepción pública. Por supuesto, no hay nada fundamentalmente erróneo en que Estados Unidos y Rusia mejoren sus relaciones. Igualmente, una reunión entre los presidentes de los Estados Unidos y Rusia es algo realmente bienvenido. El objetivo era desactivar las tensiones entre Moscú y Occidente, pero en Helsinki, Trump demostró una vez más que no es el adecuado para esta tarea.

Casi todo lo que Trump podría haber hecho mal, lo hizo. Vladimir Putin está violando los derechos humanos en su propio país, durante años ha estado librando una guerra en Siria contra mujeres y niños, y la anexión de Crimea supone una violación permanente del derecho internacional. No es un hombre con el que el presidente de EE. UU., como líder del mundo libre, confraternizar. Pero eso es precisamente lo que hizo Trump en Helsinki.

El simple hecho de que Trump se reuniera con Putin sin condiciones previas o una demanda de concesiones rusas en Siria fue asombroso. Y luego estaba la cumbre en sí misma: el hecho de que Trump y Putin hablaran prácticamente a solas durante más de una hora a puertas cerradas, sin ayudantes presentes, es sospechoso.

Lo que se acordó, qué tratos secretos lograron los dos, posiblemente a expensas de terceros (o incluso de los EE. UU.), sigue siendo un misterio no solo para el mundo sino también para los asesores más cercanos de Trump. Esto da la impresión de que Trump confía más en Putin que en su propio personal.

Y en Europa…

Después de eso, el enfant terrible tuvo que idear algo más para parecerse al gran negociador nuevamente. La reunión con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, parecía la oportunidad perfecta. Mientras estaba en la etapa inicial, Trump interpretaba constantemente al policía malo, pero el día antes de la reunión volvió a mencionar algo que parecía haber pasado por su mente una o dos veces: ¡un mundo sin barreras comerciales, aranceles y sin competencia desleal! El poli bueno había regresado, y se había ido nadando con Juncker.

Para el observador externo, tampoco el resultado supone un inconveniente: la amenaza de aranceles para los automóviles se habían suspendido por el momento y las negociaciones se habían reanudado. ¡Mejor tarde que nunca!

El resultado es que los precios de las acciones de las empresas más afectadas por una guerra comercial experimentaron fuertes ganancias. Sin embargo, dado que uno nunca puede estar seguro con Trump si actualmente está desempeñando el papel de poli bueno o poli malo, la corrección del mercado de valores se reanudó.

Dicho esto, creemos que Trump (especialmente cuando se acerquen las elecciones de medio mandato) se dará cuenta de que se escribirán capítulos más halagadores sobre él en los libros de historia como el campeón del libre comercio global que lo contrario. Por lo tanto, confiamos en que una posible guerra comercial será un factor cada vez menos importante en las valoraciones. Los precios de las acciones podrán reanudar su ininterrumpida subiday la rentabilidad de la deuda considerada como refugio seguro, como los bunds y los bonos del Tesoro, podrán subir nuevamente. Es probable también que los diferenciales de crédito de los bonos corporativos se reduzcan una vez más.

Al final del día, todo habrá sido un mal sueño.

Tribuna de Guido Barthels, gestor senior de carteras de Ethenea Independent Investors S.A.

Capital Strategies es distribuidor de Ethenea en España y Portugal.