El talento y la innovación financiera no entienden de género

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El talento y la innovación financiera no entienden de género
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El sector del Fintech e Insurtech lleva experimentando, desde hace un tiempo, un cambio transcendente: no solo está revolucionando el sector financiero y de seguros, tal y como lo conocemos en cuanto a modelos de negocio, sino a las personas que lo gestionan. Cuando hablamos de los sectores financiero y de seguros, nos vienen a la cabeza hombres en traje, corbata incluida, con maletín y pegados a un móvil y trabajando 15 horas al día. Ahora está cambiado el paradigma de quién y cómo se trabaja en el ecosistema. De este modo, ya vemos a mujeres en deportivas liderando proyectos innovadores y disruptivos, fomentando una cultura de igualdad de género y diversidad.

En este escenario, las startups y compañías del ecosistema, con un ADN tecnológico e innovador muy fuerte, son el perfecto catalizador para que la mujer sea cada vez más relevante en el sector financiero. Pero, ¿de dónde viene tal cambio? ¿Cómo apoya el sector Fintech, como industria, a las mujeres que aspiran a ocupar puestos directivos y de responsabilidad en un entorno que a priori, teniendo en cuenta que combina finanzas y tecnología, está plenamente dominado por los hombres?

El cambio reside en la educación que, afortunadamente, hemos recibido en las últimas décadas. Desde el colegio, la universidad y, por supuesto, nuestra familia. La educación permite transmitir conocimiento a partes iguales, niños y niñas son educados en aulas donde participan y aprenden de sus maestros sin diferenciarlos, sin premiar su género, sino su esfuerzo, su constancia y su trabajo diario. Asimismo, nuestros padres (entiéndase por papá y mamá) nos han animado a perseguir nuestros objetivos, a estudiar lo que queríamos para convertirnos en lo que deseábamos. Ya quedan lejos los estereotipos de que la enfermería, el magisterio, la costura o la cocina son profesiones de mujeres. Y en Fintech solo hace falta trabajo duro, no es necesario ser hombre o mujer.

Lo cierto es que, según un estudio que elaboró AEFI el año pasado, un 28% de los empleados de compañías Fintech son mujeres, aunque ya prácticamente la mitad de los proyectos del ecosistema están liderados por ellas. El emprendimiento de las mujeres dentro de esta industria, sin duda, nos está permitiendo mejorar su representación y participación en todos los ámbitos.

Tenemos que seguir trabajando para reducir la brecha de género, pues sigue vigente la discriminación, tanto negativa como positiva, en el ámbito laboral. Gracias al ecosistema Fintech se tiene una oportunidad de mostrarle a la industria la relevancia del papel que juegan las profesionales. Por su carácter innovador, el universo Fintech e Insurtech tiene la llave para derribar barreras y apostar por el talento de las personas, sin prejuicio de su género. Sin duda, el talento debe ser el que marque la toma de decisiones y la clave reside en la apuesta plena por la meritocracia. Y esto, simplemente, significa que los puestos estén ocupados según la valía del candidato.

No obstante, la realidad es que todavía escasea el número de mujeres en la mayoría de consejos de administración, aunque se trata de una cuestión con un marcado componente generacional, y abundan las ofertas de empleo que rezan “Se precisa secretaria”. No me cabe duda de que nos encontramos ante una verdadera transformación pero que lleva su tiempo.

Es un cambio cultural que ya ha comenzado a dar frutos y seguirá en ello. Aquí, la educación juega un papel relevante, desde los niveles más básicos. En cuanto a áreas de estudio se refiere, las ciencias técnicas y la tecnología han estado protagonizadas por hombres; sin embargo, gracias a la apertura de miras que da la educación, tendremos una mayor presencia de la mujer en este tipo de especialidades. Y servirá para remarcar la idea de que los límites se los marca uno mismo, independientemente de su género: The sky is the limit.

Las nuevas generaciones están liderando este cambio y, en el caso de determinados perfiles de financieros, ingenieros y programadores más jóvenes, se está eliminado esa perspectiva de género y las mujeres ya no se sienten obligadas a adquirir un rol masculino para sentirse integradas o escuchadas.

Además, desde el ecosistema Fintech, debemos ser los abanderados de la flexibilidad en el trabajo y apostar por la plena conciliación, dirigida a ambos sexos, para avanzar hacia la verdadera igualdad. Existen algunos mecanismos, como el teletrabajo o la utilización de aplicaciones tecnológicas, que nos están ayudando a avanzar en este ámbito. Un embarazo o cuidar de la familia no impide que la mujer siga contribuyendo de forma activa en el desarrollo de una compañía, puesto que su nivel de responsabilidad y su sentido del deber no disminuyen.

Pero, además, las mujeres podemos aportar algunos puntos que enriquezcan el valor de las compañías que, cada vez más, buscan profesionales con habilidades sociales fuertes. Los hard skills siguen siendo fundamentales, pero los soft skills son el complemento perfecto para liderar equipos y proyectos. Esa capacidad de liderazgo, la correcta gestión de conflictos y de mentoring son algunos de esos soft skills que demanda el ámbito tecnológico de hoy en día y un punto que las mujeres dominamos con habilidad y profesionalidad.

Estamos en un momento clave para que las compañías Fintech e Insurtech se conviertan en referentes para fomentar el papel de la mujer en el ámbito profesional y financiero. Es cuestión de talento, educación y meritocracia.

Leyre Celdrán. Business Manager de la Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI)

Mucho ruido sobre la renta variable y el crédito

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Mucho ruido sobre la renta variable y el crédito
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Henrique Simplicio. Mucho ruido sobre la renta variable y el crédito

La renta variable y la deuda corporativa se suelen entender bien. En los 20 últimos años, el «coeficiente beta» entre el crédito y la renta variable se ha situado en 0,5 tanto en Estados Unidos como en Europa; esto implica que, por cada subida (o caída) del 1% en los precios de la renta variable, los mercados de crédito han tendido a registrar un avance (o un deterioro) del 0,5%.

En la actualidad, esta relación parece más sólida que nunca. Por ejemplo, el R cuadrado entre la deuda corporativa de alto rendimiento y la renta variable de Estados Unidos se halla cerca del 90%, su nivel más elevado desde 2008 (1). Sin embargo, esto no siempre  ha sido así: a finales de los noventa, a mediados de la primera década de 2000 y, de manera efímera, justo en los primeros compases del año pasado, los diferenciales corporativos se ampliaron (los precios retrocedieron), mientras que la renta variable prosiguió su trayectoria alcista.

Se entiende fácilmente por qué los mercados de crédito y de renta variable hacen buena pareja: los titulares de renta variable poseen, en esencia, un crédito subordinado, con la expectativa de obtener un flujo de dividendos en ausencia de impago.  Ahora bien, en algunas circunstancias podría no ser así. Por ejemplo, los inversores podrían mostrar un mayor optimismo en cuanto al rumbo futuro de los beneficios, lo que favorecería a la renta variable mucho más que a la deuda corporativa. La composición subyacente de los índices de renta variable y de renta fija puede ser muy diferente (y lo está siendo cada vez más). Y así sucesivamente.

Examinar los marcos

¿Qué señal podría indicarnos que nos estamos adentrando en uno de esos periodos de «menor complicidad» en esta pareja? Dos marcos me vienen a la mente. El primero es el reloj deuda-renta variable, que agrupa los factores anteriores en cuatro cuadrantes macroeconómicos y asigna un estilo al comportamiento de los mercados de renta variable y de crédito en cada uno de dichos cuadrantes a medida que gira el reloj.

En román paladino, las cuatro fases del ciclo económico se expresan en función de las expectativas sobre la evolución probable de la renta variable y el crédito: conforme aparecen brotes verdes de crecimiento tras la recesión y se fortalecen los balances, los diferenciales se estrechan (es decir, los precios de la deuda corporativa suben) y la renta variable se debilita; cuando la recuperación económica se afianza, impulsando los flujos de efectivo y reduciendo el apalancamiento, ambos activos se comportan bien. A continuación, la tercera fase de reflación fomenta un comportamiento empresarial más arriesgado (por ejemplo, recompras de acciones y actividad de fusiones y adquisiciones), lo que catapulta la renta variable y amplía los diferenciales corporativos. Finalmente, conforme pierde fuelle la economía, ambos activos se deterioran al unísono, con la ampliación de los diferenciales y la caída de los precios de la renta variable.

Por desgracia, y aunque resulta (extremadamente) elegante, este marco carece de base empírica. Como muestra el gráfico 1, las rentabilidades del crédito y la renta variable suelen dar sobresaltos en el reloj metafórico, por lo que resulta difícil determinar «a qué hora» empezarán o finalizarán las fases del ciclo para la renta variable y el crédito. Cierto, desde el mínimo registrado por el S&P 500 en los primeros compases de 2016, hemos eludido la reflación en dos ocasiones, y hemos pasado de una recuperación (diferenciales más reducidos y revalorización de la renta variable) a una corrección (diferenciales más elevados y caída de la renta variable). También nos hemos movido en el sentido contrario a las agujas del reloj, pasando de la reflación (revalorización de la renta variable y ampliación de los diferenciales) a la recuperación.

Un segundo enfoque adopta los principios establecidos en el modelo de Merton  para determinar la compensación que exigen los inversores para asumir riesgos de crédito y de liquidez, respectivamente (2). Consulte nuestro informe de julio de 2015 sobre liquidez si desea obtener más información al respecto (3). En resumen, este marco plantea la siguiente pregunta: ¿están viendo los inversores en crédito algo que los inversores en renta variable ignoran?. Tanto los mercados de renta variable como los de crédito tienen en cuenta fundamentales crediticios similares, pero el riesgo de liquidez es más específico del crédito, y una variación en los diferenciales que refleje preocupaciones relacionadas exclusivamente con la falta de liquidez debería ayudar a inferir información sobre la coyuntura financiera imperante en los mercados.

En periodos en los que los inversores en deuda corporativa exigen una mayor compensación por los diferenciales como consecuencia del miedo a no poder vender su(s) crédito(s) de inmediato sin experimentar un sustancial descuento en el precio, lo que no se refleja en los precios de la renta variable (es decir, un movimiento a lo largo del eje X del gráfico 2), poseer deuda corporativa se torna una opción más atractiva.

Este marco presenta ciertas desventajas. Por ejemplo, exige la construcción de un índice de renta variable imaginario con las mismas ponderaciones que el índice de deuda corporativa, en lugar de utilizar índices cotizados como el S&P 500, el Eurostoxx o el FTSE. No obstante, proporcionó una guía valiosa tanto en el año 2000 como en 2007. Y aunque solo hemos recorrido la mitad de la distancia a lo largo del eje X con respecto a cualquiera de esos periodos, la prima de liquidez en el crédito ha venido experimentando un ligero incremento.

Hoy en día, el grupo de estrategia de asignación de activos (Asset Allocation Strategy Group) para la región EMEA privilegia la exposición a la renta variable frente al crédito. Después del desplome registrado en el cuarto trimestre de 2018, ambos mercados han repuntado de manera sincronizada este año, aunque siguen ofreciendo una prima de riesgo razonablemente buena en términos históricos.

A escala regional, preferimos Europa a Estados Unidos: los fundamentales corporativos parecen revelar un mejor tono (el apalancamiento se ha visto más limitado, la deuda se ha refinanciado, la cobertura de intereses está aumentando, el apalancamiento neto está cayendo, los bancos se hallan bien capitalizados y los bancos centrales ofrecen respaldo), y la prima de riesgo que se ofrece es mayor en términos de moneda común. Ahora bien, la deuda corporativa se está tornando, a todas luces, interesante.

Columna de Maya Bhandari, gestora de carteras multiactivo en Columbia Threadneedle. 

 

 (1) R cuadrado (r2) en periodos móviles de 12 meses entre el rendimiento de los beneficios a 1 año del S&P 500 y el YTW del índice BaML HPOO

 (2) Como ya ha comentado ampliamente el economista Robert Merton, entre otros expertos, los titulares de deuda corporativa podrían ser considerados «emisores» de opciones de venta para los titulares de renta variable.

(3) https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/j.1540-6261.1974.tb03058.x

 

 

¿Fue 2018 un punto de inflexión para los mercados?

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¿Fue 2018 un punto de inflexión para los mercados?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: 12019 . ¿Fue 2018 un punto de inflexión para los mercados?

Un crecimiento económico más lento, la intensificación del conflicto comercial, el retorno de la volatilidad en la renta variable y el naciente programa de normalización fuera de Estados Unidos sugiere que 2018 puede haber sido un punto de inflexión para los mercados. Varios factores conforman este punto de vista.

En primer lugar, en 2018 el crecimiento económico fue bastante fuerte en varias regiones. Pero mientras que el crecimiento se mantuvo sólido en algunas regiones como Estados Unidos y Canadá, a medida que el año progresa, en regiones como China y muchas otras, comienza a desacelerarse. Si bien la economía estadounidense ha mantenido un sólido impulso gracias a los vientos de cola del estímulo fiscal, los sólidos datos del empleo y la confianza del consumidor, factores que han servido de apoyo durante varios trimestres a un alto crecimiento del PIB, se espera que se enfrié a medida que 2019 progresa.

La desaceleración en China es una mayor preocupación dado el alto apalancamiento de la naturaleza de su economía, pues un menor crecimiento dificulta el servicio de la deuda. Además, el gobierno se enfrenta a un difícil acto de equilibrio: tratar de desapalancar la economía, y al mismo tiempo, respaldar el crecimiento económico que se está viendo arrasado por la guerra comercial y la desaceleración del crecimiento global.

Un segundo factor que apunta hacia 2018 como punto de inflexión es que la ola de proteccionismo liderada por Estados Unidos ha resultado en una firme escalada de las tensiones entre Estados Unidos y varios de sus principales socios comerciales. Mientras que las tensiones comerciales entre Estados Unidos, Canadá y México han disminuido con una nueva redacción del TLCAN (NAFTA), las tensiones entre Estados Unidos y China siguen sin estar resueltas. La imposición inicial de aranceles sobre las importaciones chinas a Estados Unidos resultó en represalias en forma de aranceles chinos sobre los productos estadounidenses. Los aranceles impuestos sobre los bienes pueden dar lugar a una serie de complicaciones más allá de un simple impacto en el precio, que en sí mismo puede ser un impuesto para los consumidores si el impacto en el precio no es absorbido mediante un recorte en el precio por parte de los exportadores o con unos precios más altos pagados por los importadores. Otros impactos incluyen la disrupción de las cadenas globales de suministro, muchas de las cuales han sido construidas durante décadas, así como los desequilibrios en la oferta conforme los compradores sustituyen unos bienes por otros producidos en regiones no sujetos a tarifas.    

Mientras que un nuevo acuerdo comercial entre Estados Unidos y China podría ser bien recibido por los mercados, la naturaleza disruptiva del conflicto puede dificultar un regreso al origen. La forma en que estos conflictos comerciales se desarrollen en última instancia entre Estados Unidos y sus principales socios comerciales serán importantes para el crecimiento futuro, conforme una mayor escalada podría ser un obstáculo para el crecimiento mundial en un momento en el que la economía mundial ya podría estar en terreno vulnerable.

El camino que puedan tomar las tasas de interés a futuro, conforme los bancos centrales a nivel global buscan pavimentar el camino para un entorno de tasas más normalizado, es un tercer factor para considerar. En Estados Unidos, la Reserva Federal ha elevado tipos en nueve ocasiones desde 2015, incluyendo cuatro subidas de 25 puntos básicos en 2018. El Banco de Canadá elevó tipos tres veces, y el Banco de Inglaterra incrementó tipos en una ocasión durante el pasado año, todo ello sugiere un deseo por normalizar los tipos de interés desde unos niveles muy bajos en estos países siempre que el crecimiento global siga cooperando. El Banco Central Europeo y el Banco de Japón han mantenido sus tasas a unos niveles muy bajos y esperan mantenerlos en esos niveles en 2019. También ha habido un giro desde la política de relajamiento cuantitativo a nivel global a una política de endurecimiento cuantitativo conforme el Banco Central Europeo ha finalizado su programa de compras y la Fed ha continuado disminuyendo su balance contable. Sin embargo, ahora parece que los bancos centrales están reconsiderando el camino hacia la normalización conforme el crecimiento económico parece menos cierto de lo que era hace sólo unos meses.  

El factor final a considerar es el retorno de la volatilidad en el mercado de renta variable, que ha estado inactivo durante todo 2017, pero que regresó abruptamente en 2018, primero con un repunte en el mes de febrero antes de regresar a unos menores niveles a lo largo del segundo y del tercer trimestre. El cuarto trimestre marcó un nuevo régimen en la volatilidad del mercado, conforme la confluencia de las acciones de los bancos centrales, las tensiones comerciales y la incertidumbre política expusieron la fragilidad de un mercado de renta variable que no podía seguir soportando unas tensas valoraciones.  

A este entorno con una mayor volatilidad, se le añade que el potencial del crecimiento de los beneficios parece estar desapareciendo y que los márgenes continúan en un unos niveles altos, quizá insostenibles. Se espera que el crecimiento del beneficio por acción caiga entorno a una cifra media de un solo dígito en 2019 mientras que los márgenes del beneficio por acción se enfrentan a vientos en contra por unos costes de endeudamiento más altos, así como a unas presiones salariales crecientes en un mercado laborar más ajustado. Las disrupciones en la cadena de suministros como resultado de las disputas comerciales entre Estados Unidos y China son una fuente adicional de tensión. Los beneficios son lo que realmente importan a los mercados de renta variable en el largo plazo, y puede que la economía y los mercados de capitales se estén adentrando en un entorno más difícil donde los beneficios se pueden estar adentrando a unos mayores vientos en contra a los que han tenido que experimentar en los últimos años. Con este telón de fondo, ¿cómo deberían preparar sus carteras los inversores?

La alineación es primordial

Dado el potencial para una economía y un entorno de mercado agitado en el futuro, un tema que en MFS Investment Management consideran importante es la alineación. La alineación con la tolerancia al riesgo, el horizonte temporal y los objetivos de rendimiento del inversor. 

En MFS, también animamos a los inversores a mantener un horizonte de inversión en el largo plazo al estructurar sus carteras, 2018 fue un ejemplo de lo difícil que puede ser realizar predicciones en el corto plazo cuando los mercados cambian de buen tiempo a tormentas en el curso de un año. También destaca la importancia de desarrollar una estrategia de asignación de activos y cumplir con las reglas de rebalanceo y no dejar que el miedo a perder la oportunidad o el miedo a la volatilidad desvíe el rumbo.

Columna de Jonathan W. Hubbard, director ejecutivo del equipo de soluciones de inversión de MFS Investment Management.
 
 

La revolución digital de la India

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La revolución digital de la India
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Bo Jayatilaka. La revolución digital de la India

El Gobierno y el banco central de la India tienen la misión de formalizar rápidamente e incrementar el acceso a las finanzas en la economía nacional. El Gobierno de Modi ha introducido un sistema de identificación biométrico universal llamado Aadhaar que busca mejorar la eficiencia de la economía india, reduciendo a su vez la dependencia que el país tiene de las operaciones con efectivo. Gracias a Aadhaar, será más fácil realizar un seguimiento del historial de crédito de las personas y permitirá una mayor eficiencia en la concesión de préstamos por parte de las entidades financieras indias. A pesar de que la India es una de las mayores economías del mundo, el efectivo sigue siendo aquí la forma predominante de pago. De acuerdo con el instituto de investigación indio Niti Aayog, las operaciones indias sin efectivo apenas alcanzan las 11 per cápita al año, uno de los niveles más bajos entre las mayores economías del mundo. Esto es debido a una aversión a los pagos sin efectivo, tanto en las áreas rurales como en las urbanas, pero también a la falta histórica de infraestructura para los pagos en todo el país.

Aadhaar siempre fue un proyecto que se intuía complejo, ya que pretende identificar biométricamente a la población india, que asciende a 1400 millones. Se ha tardado siete años, pero se ha conseguido un progreso significativo y ahora unos 1200 millones de indios pueden ser identificados mediante la huella digital, el ADN o un escáner de retina. Esto, a su vez, facilita la apertura de nuevas cuentas bancarias sin papeleos y debería ayudar a aumentar la base imponible formal, reduciendo a su vez el tamaño de la economía sumergida e impulsando la calificación crediticia del país con agencias como Moody’s y Standard and Poor’s.

El siguiente pilar de la transformación digital en la India proviene del programa nacional de inclusión financiera, conocido como Jan Dhan Yojana, así como del enorme cambio del país al adoptar los servicios móviles. El primero de estos tenía como objetivo ampliar y hacer asequible el acceso a los servicios financieros y se puso en marcha en 2014. Desde entonces, se han abierto más de 300 millones de cuentas bancarias que permiten acceso a los bancos a un abanico mucho más amplio de individuos en toda la India. Creemos que Aadhaar, el programa Jan Dhan Yojana y el surgimiento de la India como el segundo mayor usuario de internet del mundo están restructurando la economía india: Aadhaar incluso permite a los usuarios transferir dinero con sus teléfonos móviles mediante el uso de un número de identificación único.

El impulso de la India para digitalizar la economía ha ido en paralelo con el reciente despliegue del proyecto de ley del impuesto sobre bienes y servicios. Creemos que el esperado proyecto de ley del impuesto sobre bienes y servicios supone un gran hito para la economía, pues con su aprobación se eliminarán las barreras al comercio, se prescindirá de costes innecesarios y se mantendrá un crecimiento más sólido a largo plazo.

El proyecto de ley del impuesto sobre bienes y servicios surge como una modificación constitucional gracias a la cual un único impuesto indirecto nacional sustituirá toda una serie de impuestos estatales y nacionales que gravan una serie de bienes y servicios. Creemos que el impuesto también suprimirá a su vez la eterna burocracia y papeleo con el fin de crear un mercado indio funcional y racionalizado. Antes del impuesto sobre bienes y servicios se aplicaban distintos impuestos a nivel estatal, con lo cual se creaba un escenario comercial complejo. El proyecto de ley del impuesto sobre bienes y servicios aspira a lograr una mayor uniformidad y continuidad comercial para las operaciones nacionales y extranjeras y, a su vez, impulsará el crecimiento del país.

Según la nota de investigación «India’s Digital Leap-The Multi-Trillion Dollar Opportunity» de Morgan Stanley, el potencial de crecimiento de la India es enorme, y predice que el PIB podría alcanzar los 6 billones de dólares en 2027 gracias al impulso digital de Modi. Si eso ocurriese, India se convertiría en la tercera mayor economía del mundo tras EE. UU. y China. Creemos que también tendrá consecuencias más allá de la India. El potencial aumento del comercio electrónico, los productos financieros y las inversiones convertirán a la India en un mercado significativo para las corporaciones globales. Y lo que es más importante, si India tiene éxito, se convertirá en un modelo para otros países emergentes y también para mercados desarrollados.  

A pesar de que las valoraciones de renta variable india se encuentran actualmente en niveles elevados en comparación con los mercados emergentes desde un punto de vista histórico, creemos que hay oportunidades seleccionadas que se pueden explotar; la divisa india se ha vuelto más estable últimamente, al igual que su perspectiva de calificación crediticia a más largo plazo, lo que hace que invertir aquí sea más atractivo. Creemos que la digitalización, la desmonetización y la aprobación del proyecto de ley del impuesto sobre bienes y servicios aumentarán aún más el vasto potencial de la India.

A medida que se aproximan las elecciones generales nacionales de mayo de 2019, cualquier cambio en el Gobierno podría suponer un riesgo para el ritmo y la naturaleza del programa de reformas indio. Sin embargo, la mayoría de candidatos políticos parecen ser proempresa y creemos que el motor del crecimiento de India no muestra señales de ralentización. No obstante, creemos que una selección de valores cuidadosa será fundamental para cosechar los beneficios de este mercado a medida que el panorama empresarial del país evoluciona rápidamente.

En términos de exposición a la India, preferimos una posición de sobreponderación moderada. Desde una perspectiva sectorial, los bancos de los sectores privado y público, el sector de la educación, los servicios de consultoría, las petroquímicas y el consumo discrecional seleccionado, como coches y textiles, parecen interesantes. Mientras tanto, sector inmobiliario y los productos de consumo, tales como el tabaco están caros y por el momento son menos atractivos.

Columna de Tim Love, responsable de inversiones en GAM Investments

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Sector tecnológico: no hemos hecho más que empezar

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Sector tecnológico: no hemos hecho más que empezar
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Bod Tilden. Sector tecnológico: no hemos hecho más que empezar

Sería muy fácil decir que, con los cambios drásticos que ya hemos visto en este sector, estamos llegando al final del ciclo. Sin embargo, no creemos que sea así; más bien al contrario. Pensamos que esto es solo el comienzo de los muchos avances tecnológicos que están por venir, especialmente en áreas de tecnología como el blockchain

En nuestra opinión, existen dos detonantes claves que explican la extraordinaria disrupción vista en el periodo posterior a 2007. Primero, la Ley de Moore: el principio de que el precio de la tecnología se reduce a la mitad cada 18 meses. La consecuencia económica de esto es que permitió a los consumidores adquirir dispositivos como el iPhone a un precio asequible y con un consumo de energía y tamaño gestionables, dos ventajas que no hubieran sido posibles en los años 1999 y 2000. Hasta ese momento, la mayoría de los ordenadores debían enchufarse a la toma de corriente para funcionar a una velocidad normal, pero el cambio de siglo marcó un punto de inflexión en el cual los dispositivos móviles pasaron de ser meros teléfonos a asumir las funciones de los ordenadores personales. Esto generó la proliferación de los dispositivos; lo cual nos lleva a la segunda parte de nuestra tesis: el efecto de las redes.

A mediados de la década de 1990, Robert Metcalfe ideó una ley en relación con las telecomunicaciones, en la que postulaba que el valor de una red aumenta exponencialmente a medida que crece el número de usuarios. Esto tiene sentido: si solo hay una persona con una máquina de fax, en realidad no sirve de mucho; pero a medida que prolifera el número de terminales la red se vuelve más poderosa y se puede multiplicar el número de puntos de conexión en progresión geométrica. Cuando se combinan estos dos factores, tenemos el bajo coste del terminal móvil junto con la ley de Metcalfe sobre las redes, lo que presagia una explosión del valor intrínseco que abre un montón de nuevas posibilidades sumamente disruptivas.

Creemos que esta plataforma ya está lista para que un gran número de nuevas tecnologías tomen posiciones, además de las oportunidades que ya brinda. Por ejemplo, la fase de interacción en redes sociales no se habría expandido tanto sin una tecnología móvil mejorada que la sustente; aun así, ha tenido que madurar en muchos aspectos. El software como servicio (SaaS) ha sido un nuevo motor clave de crecimiento, al permitir a los particulares, más que a las empresas, tomar decisiones sobre qué software quieren usar en su negocio. Muchas de estas empresas SaaS comenzaron con una sola persona o con un pequeño equipo y luego se establecieron y se expandieron eficazmente basándose en la experiencia de los usuarios: antiguamente la decisión de visar un enorme acuerdo de licencia de software se hubiera tomado en el seno de un consejo de administración. Estos tipos de avances amplían mucho más las posibilidades de proliferación.

En adelante creemos que un gran motor de la tecnología será el blockchain. Como tecnología principal que sostiene a las criptomonedas, el blockchain ha salido a relucir en algunas noticias negativas. No obstante, está empezando a verse como una tecnología realmente valiosa para automatizar el proceso de confianza, al permitir a los usuarios prescindir del intermediario en áreas que actualmente requieren una contraparte de confianza. Con el tiempo, creemos que debería cubrir multitud de formatos de transacciones, desde la compraventa de entradas para conciertos online hasta la realización de operaciones inmobiliarias (erradicando con ello la necesidad de contratar los servicios de agencias inmobiliarias o abogados). Incluso podrían eliminarse algunos procesos de contabilidad aplicados en transacciones de negocio. El blockchain podría ser la gran tecnología de nueva generación, aunque de momento se encuentra probablemente al nivel en que estaba Internet hace 15 años. Dicho esto, creemos que es conveniente identificar las nuevas tendencias en una etapa temprana y comprender su potencial para después buscar las mejores oportunidades de inversión.

La tecnología no solo está influyendo en el mundo donde vivimos, sino que también tiene un impacto notable en nuestra manera de examinar estas empresas desde la perspectiva de inversión. El creciente dominio de los valores tecnológicos en el S&P 500, por ejemplo, ha provocado que los responsables del índice tomen la decisión radical de reclasificar a los pesos pesados de la tecnología, Google y Facebook, para integrarlos en el sector servicios de comunicación recientemente ampliado. Esto significa que ahora se hallan en el mismo sector que la compañía de medios Disney y los proveedores de servicios de telecomunicaciones, lo que hace las cosas aún más interesantes a la hora de gestionar un fondo de tecnología, ya que muchos valores clave han salido del índice de referencia aplicado a este sector.

Esto nos sirve para ilustrar todavía más hasta qué punto la tecnología está trastocando cada tipo de actividad empresarial. John Chambers, ex director general de Cisco, predijo que todas las empresas serían negocios de tecnología y aquellas que no lo fueran dejarían de existir. En nuestra opinión, sea cual sea el sector que esté examinando ahora, y con independencia de su posición, deberá comprender estas nuevas tecnologías y saber quiénes tienen más probabilidades de ser ganadores y perdedores. Cada día vemos dónde las empresas han adoptado nuevas tecnologías y dónde no. Un ejemplo actual es el sector minorista: cada vez sabemos con más claridad qué minoristas están haciendo un esfuerzo razonable para sobrevivir al declive del comercio tradicional, al añadir a su negocio un sólido componente de venta online, y cuáles no. Estas últimas empresas están quebrando a un ritmo cada vez más rápido.

En el ámbito de la inversión, no se trata simplemente de identificar los temas más candentes y las mejores fórmulas para invertir en ellos. A pesar de la indudable importancia que revisten, creemos que es igual de crucial examinar el valor intrínseco de la compañía. En este sector tan cambiante, puede ser difícil predecir qué nivel de ingresos y beneficios obtendrán las empresas, por lo que planteamos diversos escenarios en los que podrían hallarse y usamos el modelo del flujo de caja descontado (DCF) para estimar su valor intrínseco.

Para nosotros, es esencial establecer el valor intrínseco de una empresa, tarea que se remonta al inicio de la inversión en tecnología hacia finales de la década de 1990. En aquel momento, la gente se dejaba llevar demasiado por los conceptos y perdía totalmente el contacto con la realidad cuando se trataba de determinar las valoraciones, lo cual provocó el crac de 2000/2001. Aunque creemos que todavía existen enormes oportunidades en todo lo que rodea al sector de tecnología, eso también comporta el riesgo de caer en la euforia, y los inversores deben ser conscientes de ello.

Columna de Mark Hawtin, responsable de inversiones de GAM Investments

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Sacar “tajada” en el año del cerdo

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Sacar “tajada” en el año del cerdo
Pixabay CC0 Public DomainSkeeze. Sacar “tajada” en el año del cerdo

Los inversores esperarán que los mercados den muestras de mayor dinamismo ahora que nos adentramos este 2019 en el año del cerdo en China. Sin embargo, como le ocurre al cerdo, durante los últimos trimestres al mercado chino se le podría calificar de “lento” y “poco atractivo” desde el punto de vista del crecimiento del PIB y el sentimiento inversor.

De hecho, la contracción que sufrió el mercado en 2018, de aproximadamente el 14%, y el crecimiento previsto de los beneficios del 12% durante el año, se han combinado para arrastrar las valoraciones hasta un nivel próximo a mínimos de varios años. Las previsiones son complejas: las guerras comerciales, la disrupción y las reformas en China han sacudido las expectativas de las empresas y han creado riesgos y oportunidades a partes iguales.

Conflicto comercial: oportunidades en la incertidumbre

De los aproximadamente 505.000 millones de dólares en que se valoraron las exportaciones chinas a EE.UU. en 2017, Trump impuso en agosto un arancel del 10% a 200.000 millones de dólares en productos, y está amenazando con aplicar nuevos aranceles si no se alcanza un acuerdo comercial en marzo. Esta incertidumbre ha erosionado la confianza de exportadores, empresas y consumidores.

En lo que respecta a las empresas exportadoras cotizadas de China, se ha producido una caída bursátil generalizada que refleja la probabilidad de que el conflicto se prolongue y tenga un desenlace adverso. Sin embargo, no todos los exportadores se ven afectados por igual y, de hecho, algunas empresas ya han trasladado el grueso de su capacidad de producción a países más baratos como Vietnam. De hecho, estas empresas deberían estar posicionadas para beneficiarse del endurecimiento de las relaciones comerciales entre China y EE.UU. Este hecho, sumado a la naturaleza indiscriminada de las caídas, ha dejado algunas oportunidades de compra muy interesantes.

La disrupción de internet: implicaciones cambiantes

El nivel de actividad online en China se ha movido a un nivel muy superior al de muchos mercados desarrollados. El panorama competitivo también está evolucionando con rapidez debido tanto a un cambio en las preferencias como a varias modificaciones recientes en las políticas de las autoridades. Desde un punto de vista estratégico, las empresas más grandes también están desarrollándose más allá de un modelo centrado en el consumidor, para atender también a clientes empresariales de forma más directa. En un plano más general, la evolución de la actividad online está provocando fragmentación en algunos mercados, ya que una red de distribución eficaz ya no es una barrera de entrada importante. Los fabricantes ya pueden vender de forma mucho más directa al usuario final, una novedad que está alterando la creación de valor dentro de la cadena de suministro.

Reformas financieras: riesgos a la baja

Aunque las empresas de servicios financieros de China a menudo pasan por ser gigantes estatales anquilosados, algunos negocios han demostrado una gran creatividad para sortear la regulación de forma innovadora. A este respecto, cabe citar las empresas de tecnologías financieras fuera del ámbito de la regulación bancaria y los bancos que usan clasificaciones de préstamos alternativas para evitar los exigentes requisitos en materia de riesgo crediticio y los límites a la concesión de préstamos.

A consecuencia de ello, se ha generado un elevado riesgo sistémico en China. Sin embargo, un aspecto que debería animar a los inversores a largo plazo es que los reguladores han actuado con decisión recientemente para contener estos riesgos en ciernes.

Reformas de la oferta: fuera lo viejo, dentro lo nuevo

Las reformas de la oferta también son un factor relevante a tener en cuenta. Inicialmente se centraron en resolver el problema de las “empresas zombis”, con objetivos como reducir la capacidad de producción de carbón en 250 millones de toneladas y la capacidad de producción de acero entre 100 y 150 millones de toneladas. Aunque esta política ha presionado mucho la capacidad de algunas empresas, ha sido una ventaja para otras que ya venían operando de forma eficiente dentro de la normativa medioambiental.

Ahora se está haciendo más hincapié en impulsar la innovación y fomentar las cadenas de suministro con mayor valor añadido. China ya produce más del doble de licenciados en ciencias e ingeniería que EE.UU., por lo que las nuevas industrias tienen una reserva de talento amplia y relativamente barata. La consecuencia de que China se desarrolle más allá de su condición de “fábrica del mundo” será que el país se convertirá en una amenaza competitiva más directa para las naciones desarrolladas. Además, aquellas empresas chinas que carezcan de una cultura de innovación quedarán cada vez más regazadas, un fenómeno que impulsará el auge de la iniciativa privada.

En busca de cambios positivos

En última instancia, China es un país ingente con una economía cada vez más diversificada, una población que duplica ampliamente la de la Unión Europea y una superficie que es casi 40 veces la del Reino Unido, de ahí que los cambios tengan unas repercusiones muy amplias para el conjunto de su sector empresarial. Aunque la política monetaria y la presupuestaria podrían ajustarse para brindar más apoyo y estabilizar la economía durante el año, las rentabilidades de la bolsa china en 2019 probablemente se caractericen más por su grado de divergencia. Por lo tanto, para los inversores será clave evitar a los débiles de la camada e identificar a las empresas que salgan al mundo preparadas para abrazar el cambio.

Tribuna de Charlie Sunnucks, gestor de fondos del equipo Jupiter Global Emerging Markets.
 

¿Las Afores roban? Mitos, actitudes y preguntas frecuentes sobre el SAR

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¿Las Afores roban? Mitos, actitudes y preguntas frecuentes sobre el SAR
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: CafeCredit.com. ¿Las Afores roban? Mitos, actitudes y preguntas frecuentes sobre el SAR

En charlas con promotores, excompañeros, profesores y colegas, ha habido de hace tiempo preocupaciones acerca de las preguntas, mitos, aseveraciones, reclamos, creencias, ideas y actitudes de rechazo e indiferencia hacia y sobre el sistema de pensiones. Algo de todo eso es lo siguiente:

  • ¿Cuál es la mejor Afore? Es una de las preguntas más frecuentes, uno de los datos más solicitados. Apelan al prototipo, al ideal. En términos simples, lo que los afiliados buscan es un gestor que otorgue los mayores rendimientos de forma consistente. Uno que nunca pierda. El servicio les inquieta menos. Incluso algunos periodistas, con “jiribilla”, han hecho la pregunta para ver qué material sacan para una nota.
  • Las Afores roban. Se ha venido escuchando desde el inicio del sistema, a ritmo creciente. Se ha atestiguado en entornos socio-académicos. También en sobremesas familiares. Prolifera material, vínculos y foros alusivos en la Web. Lo han dicho reporteros y avivado congresistas. Inquieta que se incube en instituciones académicas, privadas y públicas. Ha sido frase de uso frecuente por estudiantes de carreras económico-administrativas, en opiniones intramuros, en foros de discusión o espacios informales, en trabajos expuestos en clase y hasta en entrevistas para vacantes de practicante o analista primerizo. Me ha tocado entrevistarlos y oír su aseveración, a rajatabla. Raro ha sido quien no lo ha expresado. A decir de ellos mismos, así se instruye en las aulas, se alimenta por mentores, se canaliza el rechazo al sistema, se refleja en las cifras de afiliados pendientes de registro.
  • El candidato de la izquierda se llevará el ahorro. Previo y durante la campaña presidencial de 2012 se reproducía el runrún de que el actual mandatario, si ganaba, se llevaría el dinero del SAR (sin especificar a dónde) o lo usaría para fines descabellados. Me tocó escucharlo de profesionales independientes, empleados de rango medio-alto, estudiantes y sí, incluso de profesores. Es probable que la versión haya salido de sus rivales políticos. Circula ahora la especie actualizada de que lo usará para sufragar deudas por la cancelación del NAICM y otros fines poco claros.
  • Indiferencia de millenials. Puede que el desdén de los afiliados jóvenes se derive de los mitos o habladurías citadas, y de otros similares, aunque también se nutre de hechos concluyentes:
  1. El entendimiento general de que el sistema no proveerá un retiro digno,
  2. La lectura que hicieron de las pérdidas de los tiempos de la crisis y las de años recientes,
  3. Los desaguisados sistemáticos por malas prácticas de traspasos que vieron y supieron de primera mano.

Lo cierto es que muchos millenials no se registran y prefieren no saber, no regularizarse, y evitan inmiscuirse o hacer cuentas para ver en qué medida podrían potenciar su tasa de reemplazo si ahorraran desde ahora, aprovechando la amplitud de su horizonte laboral y su capacidad de destinar mayores proporciones de ahorro voluntario sin que sus finanzas se trastoquen.

¿Cómo invertir creencias? Ante todo, tratando de ir al fondo de la cuestión. No es tarea para un año o dos. No es solo falta del hábito de ahorro o cultura financiera, ni la inexcusable dejadez por el futuro. Estos son síntomas de idiosincrasia, carencias y malformaciones de estructura en el sistema educativo, propensión generacional hacia el consumo, etcétera. Hay que plantear el tema de las pensiones al menos en tres niveles escolares (medio-superior, profesional y posgrado); coercer las prácticas indebidas y aplicar sanciones que desalienten delitos y procuren confianza en las instituciones; hacer programas y campañas sociales; incrementar volumen, formatos y canales de información…

Columna de Arturo Rueda
 

Reflexiones sobre China y EE.UU.

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Reflexiones sobre China y EE.UU.
Pixabay CC0 Public Domain. Reflexiones sobre China y EE.UU.

El hecho de que tanto Estados Unidos como China -las dos economías más grandes del mundo- se encuentren en las últimas etapas de su ciclo económico con recursos limitados para estimular el crecimiento está afectando aún más al sentimiento de los inversores. Además, el crecimiento europeo ha sido decepcionante, ya que la economía, que depende en gran medida del comercio, ha sido la que más ha sufrido las perturbaciones del comercio mundial.

No es de extrañar entonces que el sentimiento del mercado haya seguido la dirección de las negociaciones entre China y Estados Unidos sobre comercio y otros asuntos económicos. Mientras Estados Unidos, China y Europa buscan reescribir las reglas del comercio mundial a su favor, los inversores tendrán que prepararse para una mayor volatilidad del mercado en 2019.

Al monitorizar las negociaciones en curso entre Estados Unidos y China sobre comercio, aranceles, protección de la propiedad intelectual y otros muchos temas, debemos reconocer que la relación ha cambiado fundamentalmente y se ha tornado cada vez más competitiva y tensa. Además, las dos partes siguen estando demasiado alejadas y ninguna de ellas ha sufrido un dolor económico suficiente como para llegar a un compromiso real.

A medida que las empresas de todo el mundo miran hacia el futuro, muchas ya están haciendo planes. Las empresas de ensamblaje final de productos electrónicos están estableciendo y ampliando sus instalaciones fuera de China a petición de sus clientes estadounidenses. Tailandia parece ser popular para las empresas de electrónica y Vietnam ya domina el sector textil y de la confección. Las tarifas estadounidenses han acelerado la toma de decisiones que ya estaban siendo consideradas por muchas empresas debido al aumento de los costos en China. No ha habido un número significativo de cierres de instalaciones en el gigante asiático, aunque el desgaste podría significar que puede que disminuzca su empleo.

En el frente doméstico, China se enfrenta a una desaceleración del crecimiento económico. Hay signos de debilidad que están surgiendo en el mercado laboral. Mientras que los ingresos de la clase media y de los empleados siguen siendo fuertes, los salarios de los trabajadores no cualificados se están elevando lentamente. La confianza de los consumidores no está por las nubes, pero sigue siendo buena. Sin embargo, el crecimiento del crédito al consumo está disminuyendo, lo que conduce a una ralentización de las ventas de automóviles y a una disminución de los ingresos en Macao, que tienden a ser los primeros indicadores de la disminución de la demanda.

Es probable que las autoridades chinas proporcionen nuevos estímulos fiscales y monetarios a medida que la desaceleración se haga más dolorosa, y es probable que en el período comprendido entre marzo y abril de 2019, tras el Año Nuevo Chino, se produzca un mayor impulso favorable a los estímulos.

Es probable también que el comercio y las tecnologías sensibles seguirán siendo objeto de controversia. Ambos países se enfrentan a retos en sus economías y cada una de las partes tiene muchos incentivos para llegar a compromisos. Pero tanto Estados Unidos como China también tienen objetivos estratégicos distintos a largo plazo que están en desacuerdo entre sí. En este contexto, los inversores deberían estar preparados para un período de elevada volatilidad del mercado.

Artículo de opinión de Ritchie Tuazon, gestor de renta fija, Jared Franz y Stephen Green economistas de Capital Group.

Que no te engañen las métricas contables

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Que no te engañen las métricas contables
Pixabay CC0 Public DomainFoto: masch. Que no te engañen las métricas contables

La venta masiva que tuvo lugar en el mercado a finales de año ha renovado la atención hacia las valoraciones. Hasta hace poco, los cambios económicos estructurales han sostenido el crecimiento (y el momentum). Los índices de valoración tradicionales han tendido a excluir determinadas compañías. Antes de examinar de cerca la estrategia CROCI y su definición de valor, es importante comprender lo que se captura en los indicadores de valoración tradicionales, donde la valoración del Valor y sus características operacionales pueden parecer mediocres.

La tabla de valoración siguiente considera la cobertura de CROCI de las dos partes del mercado basadas en definiciones tradicionales, ponderada por las capitalizaciones bursátiles.

La brecha de valoración entre el Valor convencional y el Crecimiento se reduce de forma significativa cuando se emplean valoraciones económicas. Basándose en la convencional relación P/E, el descuento del Valor al Crecimiento es de un tercio, mientras que, en el P/E económico, este descuento cae hasta una décima.

Asimismo, el Crecimiento ofrece ventas significativamente más altas y mayores ingresos y esa parte del mercado tiene escaso apalancamiento financiero. La rentabilidad y la conversión de los flujos de caja es sustancialmente más alta, lo que permite que el Crecimiento tenga una mayor habilidad para financiarse a sí mismo a través de recursos internos. A nivel práctico, esto refleja una mayor tolerancia a cualquier deterioro de las condiciones de crédito si el ciclo de endurecimiento económico continuase.

Por comparación, el Valor tradicional tiene mayor apalancamiento financiero, lo que lo sitúa en un escenario de mayor riesgo en un ciclo de endurecimiento. Dada la debilidad de los fundamentales del Valor según su definición tradicional, cualquier resurgimiento podría ser difícil de sostener. El Valor fácilmente podría desempeñarse mejor que el tradicional Crecimiento si los fundamentales de este último se deteriorasen relativamente, pero esto requeriría cambios materiales en la economía subyacente.

El Valor necesita una mejor definición

Seguimos creyendo que la causa fundamental de las perspectivas desalentadoras para el Valor tradicional es su insatisfactoria definición. Un planteamiento común es el de dividir el universo de inversión, con la parte del Valor aglutinando a aquellos activos que comercian a o bajo el nivel del valor intrínseco. Aunque esta definición no es controvertida, existe una dificultad inherente a la hora de estimar ese valor intrínseco en sí. El candidato principal para determinarlo es el flujo de fondos descontados (DCF, por sus siglas en inglés), pero es muy complicado lograr que sea uniforme en varias compañías, dado el número de suposiciones que se necesitan y el siempre presente peligro de apoyarse en previsiones a largo plazo. Por ello, históricamente, los inversores han recurrido a múltiplos de valoración para aproximar el ratio precio/valor intrínseco, como son el precio/beneficio, precio/valor contable, valor empresarial/ingresos operativos, etcétera.

Cualquiera de estas relaciones debería ofrecer ideas sobre la valoración real de las acciones. Pero hay truco: la escasa calidad de los datos que se utilizan para calcular estos índices. Es común basarlos en las cuentas presentadas, pero, pese a los esfuerzos para armonizar los estándares contables, esas no siempre son comparables. La gestión empresarial tiene demasiada libertad en la implementación de métricas contables, lo que puede llevar a políticas de contabilidad materialmente diferentes, incluso en el mismo sector. La infradeclaración de activos y pasivos también es común, un problema que se exacerba con la inflación, algo que afecta, sobre todo, a empresas intensivas en capital con activos viejos.

Por ello, creemos que los índices más tradicionales sobreestiman el Valor en empresas menos rentables, con activos a largo plazo e intensivas en capital y lo subestiman en aquellas impulsadas por el capital intelectual. El resultado es que las carteras de Valor tradicionales son, por ende, de menor calidad y más cíclicas de lo deseable.

CROCI: un enfoque diferente del valor

El enfoque central de la metodología CROCI es mucho más claro: se centra en estimar la rentabilidad económica real de las empresas y el valor que les da el mercado. Esto requiere una comprensión detallada de los modelos de negocio de las firmas, de las inversiones de capital necesarias para operar sus negocios y de los beneficios que generan tras eliminar las inconsistencias que generan las distintas políticas de contabilidad.
Crear una cartera de valor con esta visión es muy sencillo y no requiere numerosos factores externos. Tomemos la relación precio/beneficio: ambos componentes tienen que ser tomados en cuenta. Si ignoramos el segundo y nos centramos solo en las valoraciones, lo más probable es que se generen carteras agresivas, lo que puede contener varias trampas de valor. En nuestra opinión, el número de factores que se utilizan no es importante, siempre que hayan sido determinados correctamente. La estrategia CROCI se basa en un enfoque que pueda producir carteras con características operacionales y de valoración materialmente diferentes a las definidas en los índices de Valor tradicionales.

Tribuna de Francesco Curto, jefe de la estrategia de inversión CROCI, y Colin McKenzie, responsable de CROCI Intelligence

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Fondos de REITS, ¿qué habéis hecho por mí últimamente?

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Fondos de REITS, ¿qué habéis hecho por mí últimamente?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Chris Isherwood. Fondos de REITS, ¿qué habéis hecho por mí últimamente?

La respuesta predominante es: “¡Más que los demás!» Desde finales de septiembre de 2018, los fondos de inversión que invierten en REITS globales se han apreciado un 3,2 %, lo que contrasta con la caída del 8,5 % sufrida por el MSCI World Equities Index (1). Pero, ¿a dónde nos dirigimos ahora y qué papel puede desempeñar el sector inmobiliario cotizado para los inversores?

“No se enfade al echar la vista atrás”: ¿cómo terminó 2018 para el sector inmobiliario global?

El índice FTSE EPRA NAREIT Developed Index cedió un 5,6 % en 2018 (2). Aunque puede que las cifras absolutas no hayan resultado abrumadoras, los REIT aportaron significativas ventajas en cuanto a la diversificación de los clientes tras alcanzar su mínimo del año en febrero. Posteriormente, se anotaron ganancias moderadas al relajarse las expectativas de crecimiento y reflación en todo el mundo y al buscar los inversores flujos de rentas más defensivos y resilientes. Prevemos que esta tendencia continuará, dado el mayor grado de incertidumbre macroeconómica y la agudizada volatilidad que aqueja a los mercados de capitales, como la observada en 2018.

“Otro ladrillo en el muro”: diversificación y nada más que diversificación.

El viejo dicho «location, location, location» (ubicación y solo ubicación) es sin duda cierto cuando hablamos de inmuebles, pero la diversificación también es una ventaja clave de los REIT. Los REIT globales ofrecen diversificación del riesgo asociado a la renta variable, así como diversificación regional, con un reparto geográfico de aproximadamente el 50 % en Norteamérica, 30 % en Asia Pacífico y 20 % en Europa. Esta dispersión geográfica ayuda a diversificar los riesgos macro, entre los que destacan las condiciones económicas, la política monetaria de los bancos centrales y los factores políticos. El sector inmobiliario es, en última instancia, un negocio sumamente localizado, donde los tipos de inmuebles, ciudades y países operan en distintos puntos del ciclo inmobiliario. Por lo tanto, la diversidad geográfica brinda a los fondos de gestión activa un mayor conjunto de oportunidades que alberga inversiones atractivas a elegir.

Aunque los fondos REIT estadounidenses ofrecen ventajas de diversificación gracias a su menor correlación con respecto al conjunto de mercados de renta variable, los REIT internacionales añaden una capa extra de ventajas similares, con una correlación proporcionalmente menor respecto a la renta variable estadounidense:

Los fondos REIT también presentan una de las correlaciones más bajas de sectores respecto a la tecnología (especialmente durante el pico de las punto-com) y en fechas más recientes (véase el gráfico de abajo), lo que ofrece un contrapeso potencial a los inversores que se encuentran sobreponderados en el sector tecnológico.

“Los tiempos están cambiando”: ¿qué pasa con los tipos de interés y cómo afectan al sector?

Tras varios años de mal comportamiento relativo respecto al conjunto del mercado bursátil y con el comentario muchas veces oído de que los “REIT se resienten en un entorno de subidas de tipos de interés” ahora parece probable que el ciclo de tipos de interés esté tocando techo en EE. UU. Esto debería ser positivo para los REIT.

Por otro lado, la idea de que el sector está actuando simplemente como sustituto de los bonos carece de fundamento: la correlación a largo plazo entre los títulos inmobiliarios y los bonos del Estado en realidad es casi cero:

En resumen…“¿La vida a toda máquina”? 

Los REIT han ofrecido una valiosa diversificación y rentabilidad ampliada a los inversores tanto en fechas recientes como a largo plazo. Aunque su evolución no siempre puede describirse como vivir “la vida a toda máquina”, además de poder sufrir contratiempos en un entorno de subidas de tipos de interés, en este punto del ciclo económico las empresas relativamente defensivas y predecibles orientadas a ingresos pueden resultar atractivas a muchos inversores.

Columna de Tim Gibson y Guy Barnard, codirectores de Renta variable inmobiliaria global, en Janus Henderson Investors.  

(1) Fuente: Bloomberg, del 28/09/18 al 29/01/19, rentabilidad total en dólares estadounidenses. La rentabilidad pasada no es indicativa de rentabilidades futuras.

(2) Fuente: Bloomberg, del 29/12/2017 al 31/12/2018, rentabilidad total en dólares estadounidenses. La rentabilidad pasada no es
indicativa de rentabilidades futuras.

Información importante:

Este documento recoge las opiniones expresadas por el autor en el momento de su publicación y podrían ser diferentes de las de otras personas/equipos de Janus Henderson Investors. Los sectores, los índices, los fondos y los valores que se mencionan en este artículo no constituyen ni forman parte de ninguna oferta o invitación para comprarlos o venderlos.

Las rentabilidades pasadas no son garantía de rentabilidades futuras. El valor de las inversiones y las rentas derivadas de las mismas pueden disminuir o aumentar y es posible que los inversores no recuperen la cantidad invertida en un principio. La información presentada aquí no representa un asesoramiento de inversión o una recomendación. Con fines promocionales.