Automatización: tema clave en la estrategia para renta variable global

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Automatización: tema clave en la estrategia para renta variable global
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Uno de los puntos diferenciadores del equipo de renta variable global de Mirabaud Asset Management radica en que, apostando siempre por una gestión activa, utiliza el marco temático como punto de partida para seleccionar aquellas compañías que tienen las mejores perspectivas a largo plazo. Compañías cuyos beneficios crecen a un ritmo más rápido que el del PIB y que se ven favorecidas por un viento de cola sostenible que les proporcione capacidad para crecer en un ciclo de bajo crecimiento como el actual.

A diferencia de las estrategias temáticas que pueden afrontar otras entidades, nuestro enfoque identifica 10 temas globales que, a partir de su definición, pueden ir desgranándose en múltiples subtemas que se aplican a todos los sectores de la industria. Uno de los 10 temas globales con el que trabajamos es el de “automatización” que, como explica Anu Narula, máximo responsable del equipo de gestión de renta variable global de Mirabaud Asset Management y gestor principal de la cartera de los fondos Mirabaud Equities Global Focus y Mirabaud Global Equity High Income, incluye a algunas de las compañías que son, hoy, los principales “agentes del cambio”.

La utilización de un marco temático como factor de selección de valores le ha dado excelentes resultados a Narula, de quien Citywire destaca los rendimientos positivos que ha generado en 2018, 8,61% (Clase I, euros) pese a lo extremadamente difícil del clima de inversión que se vivió durante el ejercicio-, ubicando al experto en el decimotercer puesto entre 1.982 gestores de gestión activa a nivel mundial. Mirabaud Global Focus (clase I, euros) acumula una rentabilidad del 12% en 2019, a 25 de febrero. El fondo cuenta con 5 estrellas Morningstar.

Personalmente, y centrándonos en el tema “automatización”, coincido al cien por cien con Anu Narula, al igual que comparto con él la certeza de que innovaciones como la inteligencia artificial o la robótica están cambiando radicalmente y a gran velocidad la forma en que vivimos y trabajamos. Para las empresas, la automatización presenta infinitas oportunidades para generar más eficiencia y productividad y llevar a soluciones más personalizadas al mercado.

Sería ingenuo, y muy temerario, no ver que esta tendencia apenas está comenzando. En Mirabaud lo tenemos claro: vendrán cambios significativos vinculados al tema de la automatización en todos los sectores de actividad, generando buenas oportunidades de inversión en múltiples industrias, incluyendo a las compañías que desarrollan tecnologías relacionadas con tendencias “hot” como la del coche sin conductor, o también a las consultoras especializadas en proporcionar asesoría para impulsar el cambio en las empresas y administraciones públicas a través de la digitalización.

En este contexto, en nuestra estrategia Global Equity High Income mantenemos exposición a la automatización a través de Accenture e Infosys, ya que ambas compañías forman parte de ese grupo de empresas que consideramos «agentes de cambio» al que antes me refería. Tienen la base de conocimientos necesarios para guiar a las empresas en la implementación de soluciones automatizadas, y están viendo como resultado una importante aceleración de sus ingresos.

También invertimos en automatización en nuestra estrategia Global Focus a través de Google, especialmente por su apuesta por la iniciativa de coche autónomo Waymo bajo la que este año está comenzando a comercializar un servicio de uso compartido de automóviles. Creemos que la oportunidad potencial de generar negocio para Google con este proyecto en el medio-largo plazo es significativa.

La actualización de sus aproximaciones temáticas, incorporando las más candentes en cada momento, y la calidad de los análisis que hace Mirabaud para la selección de valores son dos de sus grandes valores. La máxima: una contundente apuesta por una gestión activa, de convicción, flexible y que aproveche las mejores oportunidades del mercado en cada momento

Tribuna de Elena Villalba, directora general de Mirabaud Asset Management para España, Portugal y Latinoamérica

No estamos fuera de peligro

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No estamos fuera de peligro
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Stefano Maule. No estamos fuera de peligro

El mercado repuntó en enero, con una subida del índice MSCI World de casi un 8%, y es justo afirmar que la recuperación respondió definitivamente a noticias positivas. Podría decirse que los tres “lobos” principales que acecharon a los mercados en el cuarto trimestre —las guerras comerciales, China y la Reserva Federal de Estados Unidos— tuvieron motivos para mostrar optimismo durante el mes. El tono de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China pareció mejorar, y China comenzó a activar seriamente sus medidas de estímulo en un intento de potenciar el crecimiento. De forma más espectacular, Jerome Powell hizo el papel del leñador y rescató a Caperucita Roja de los lobos, ya que la Reserva Federal sorprendió al mercado, incluso a experimentados analistas de la autoridad monetaria, con su tono moderado en enero, a pesar del impresionante informe del mercado laboral estadounidense, que registró un aumento de 300.000 empleos (1).

Si bien reconocemos las mejoras, mantenemos la prudencia en las tres áreas y sugerimos que los lobos aún no han desaparecido, por lo que Caperucita Roja no está todavía fuera de peligro. Los últimos dos años nos han enseñado que no hay nada predecible sobre la evolución de la política comercial estadounidense y que queda mucho camino por recorrer para avanzar lo suficiente como para desactivar la “bomba” de la imposición de nuevos aranceles sobre China que se prevé entrarán en vigor el 1 de marzo. También afirmamos que la principal amenaza comercial a largo plazo está relacionada con el sector tecnológico más que con los aranceles sobre productos industriales o agrícolas. Un acuerdo sobre los aranceles es claramente posible, pero un tratado de paz en el ámbito tecnológico es mucho más difícil. Cada vez más, en todo el espectro político de Estados Unidos, el sector tecnológico se considera como el campo de batalla entre el poseedor del título (Estados Unidos) y el aspirante al trono (China). El arresto de la CFO de Huawei en Canadá es una señal de este aumento de la tensión, que podría terminar con la división de las cadenas de valor de la tecnología global en dos sistemas separados, con implicaciones importantes para el sector de hardware tecnológico.

Igualmente, el éxito de las medidas de estímulo de China no puede darse por hecho. Si bien el gobierno chino siempre ha llevado a cabo sus reflaciones en el pasado y ha arrastrado la economía mundial en consecuencia —especialmente después de la crisis financiera mundial—, el tamaño, la complejidad y el endeudamiento crecientes de la economía china lo hacen cada vez más difícil. Además, el enfoque de las iniciativas de este año hacia la economía interna y el consumo puede minorar el efecto de los beneficios en el extranjero.

Finalmente, aunque el tono moderado de la Reserva Federal es naturalmente positivo para los mercados, al desvanecerse la amenaza de endurecimiento automático, la autoridad monetaria puede verse obligada a ajustar sus políticas significativamente a medida que el mercado laboral presente restricciones. El desempleo ahora se ha reducido al 4% y el crecimiento de los salarios está aumentando, especialmente entre los niveles de menor remuneración (2).

Nuestra prudencia sobre el repunte de enero —y sobre la seguridad de Caperucita Roja— no solo está relacionado con las tres preocupaciones (o “lobos”) mencionados anteriormente. Otra amenaza subyace en que la economía global se está desacelerando de manera sincronizada. Las consecuencias favorables de los recortes de impuestos en Estados Unidos se están desvaneciendo, Europa está experimentando un crecimiento mínimo (con las perspectivas de PMIs en los niveles más bajos desde julio de 2013) (3) y China aún debe concretar los resultados de los estímulos. La preocupación radica en las consecuencias que esta desaceleración en curso tendrá sobre los beneficios de las compañías. Se agrava por las presiones en los márgenes que se sienten en Estados Unidos, donde se espera que los beneficios del primer trimestre se reduzcan en términos interanuales por la presión de los costes. Es posible que el saludable crecimiento previsto de los beneficios para este año —con ganancias del índice MSCI World del 6% en 2019 y crecimiento superior al 10% de los beneficios en Estados Unidos en el cuarto trimestre— no se materialice.

Dado que las estimaciones de beneficios se redujeron en enero, particularmente en Estados Unidos, el repunte de mercado durante el mes se debió en su totalidad al incremento de los múltiplos. El índice MSCI World pasó de 13,4 a 14,5 veces en el caso de los beneficios a 12 meses. No es una cifra particularmente elevada según los datos históricos, siempre que las previsiones de beneficios se cumplan, lo cual está lejos de ser cierto dada la desaceleración de la economía mundial. Ciertamente, los mercados no están descontando nada peor que una ligera desaceleración y tampoco los balances de las empresas altamente apalancadas están preparados para que suceda algo más grave. Dada nuestra inquietud acerca de las perspectivas de beneficios, continuaríamos abogando por mantener compounders en la cartera. La combinación de ingresos recurrentes y poder de fijación de precios debería proteger los ingresos y los márgenes, respectivamente, preservando sus beneficios. También es probable que queden relativamente inmunes ante cualquier dificultad financiera si los mercados de crédito sufren una convulsión.

Opinión de William Lock, Bruno Paulson y Dirk Hoffmann-Becking, del equipo de International Equity de Morgan Stanley Investment Management.

 

(1) Oficina de Estadísticas Laborales, 1 de febrero de 2019.

(2) Oficina de Estadísticas Laborales, 1 de febrero de 2019.

(3) Fuente: IHS Markit. Datos a 31 de enero de 2019.
 

IMPORTANT INFORMATION

The views and opinions are those of the author as of the date of publication and are subject to change at any time due to market or economic conditions and may not necessarily come to pass. The information presented represents how the investment team generally applies their investment processes under normal market conditions. This general communication, which is not impartial, is for informational and educational purposes only, not a recommendation. Information does not address financial objectives, situation or specific needs of individual investors. Investing involves risks, including the possible loss of principal.

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No estamos fuera de peligro

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No estamos fuera de peligro
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Stefano Maule. No estamos fuera de peligro

El mercado repuntó en enero, con una subida del índice MSCI World de casi un 8%, y es justo afirmar que la recuperación respondió definitivamente a noticias positivas. Podría decirse que los tres “lobos” principales que acecharon a los mercados en el cuarto trimestre —las guerras comerciales, China y la Reserva Federal de Estados Unidos— tuvieron motivos para mostrar optimismo durante el mes. El tono de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China pareció mejorar, y China comenzó a activar seriamente sus medidas de estímulo en un intento de potenciar el crecimiento. De forma más espectacular, Jerome Powell hizo el papel del leñador y rescató a Caperucita Roja de los lobos, ya que la Reserva Federal sorprendió al mercado, incluso a experimentados analistas de la autoridad monetaria, con su tono moderado en enero, a pesar del impresionante informe del mercado laboral estadounidense, que registró un aumento de 300.000 empleos (1).

Si bien reconocemos las mejoras, mantenemos la prudencia en las tres áreas y sugerimos que los lobos aún no han desaparecido, por lo que Caperucita Roja no está todavía fuera de peligro. Los últimos dos años nos han enseñado que no hay nada predecible sobre la evolución de la política comercial estadounidense y que queda mucho camino por recorrer para avanzar lo suficiente como para desactivar la “bomba” de la imposición de nuevos aranceles sobre China que se prevé entrarán en vigor el 1 de marzo. También afirmamos que la principal amenaza comercial a largo plazo está relacionada con el sector tecnológico más que con los aranceles sobre productos industriales o agrícolas. Un acuerdo sobre los aranceles es claramente posible, pero un tratado de paz en el ámbito tecnológico es mucho más difícil. Cada vez más, en todo el espectro político de Estados Unidos, el sector tecnológico se considera como el campo de batalla entre el poseedor del título (Estados Unidos) y el aspirante al trono (China). El arresto de la CFO de Huawei en Canadá es una señal de este aumento de la tensión, que podría terminar con la división de las cadenas de valor de la tecnología global en dos sistemas separados, con implicaciones importantes para el sector de hardware tecnológico.

Igualmente, el éxito de las medidas de estímulo de China no puede darse por hecho. Si bien el gobierno chino siempre ha llevado a cabo sus reflaciones en el pasado y ha arrastrado la economía mundial en consecuencia —especialmente después de la crisis financiera mundial—, el tamaño, la complejidad y el endeudamiento crecientes de la economía china lo hacen cada vez más difícil. Además, el enfoque de las iniciativas de este año hacia la economía interna y el consumo puede minorar el efecto de los beneficios en el extranjero.

Finalmente, aunque el tono moderado de la Reserva Federal es naturalmente positivo para los mercados, al desvanecerse la amenaza de endurecimiento automático, la autoridad monetaria puede verse obligada a ajustar sus políticas significativamente a medida que el mercado laboral presente restricciones. El desempleo ahora se ha reducido al 4% y el crecimiento de los salarios está aumentando, especialmente entre los niveles de menor remuneración (2).

Nuestra prudencia sobre el repunte de enero —y sobre la seguridad de Caperucita Roja— no solo está relacionado con las tres preocupaciones (o “lobos”) mencionados anteriormente. Otra amenaza subyace en que la economía global se está desacelerando de manera sincronizada. Las consecuencias favorables de los recortes de impuestos en Estados Unidos se están desvaneciendo, Europa está experimentando un crecimiento mínimo (con las perspectivas de PMIs en los niveles más bajos desde julio de 2013) (3) y China aún debe concretar los resultados de los estímulos. La preocupación radica en las consecuencias que esta desaceleración en curso tendrá sobre los beneficios de las compañías. Se agrava por las presiones en los márgenes que se sienten en Estados Unidos, donde se espera que los beneficios del primer trimestre se reduzcan en términos interanuales por la presión de los costes. Es posible que el saludable crecimiento previsto de los beneficios para este año —con ganancias del índice MSCI World del 6% en 2019 y crecimiento superior al 10% de los beneficios en Estados Unidos en el cuarto trimestre— no se materialice.

Dado que las estimaciones de beneficios se redujeron en enero, particularmente en Estados Unidos, el repunte de mercado durante el mes se debió en su totalidad al incremento de los múltiplos. El índice MSCI World pasó de 13,4 a 14,5 veces en el caso de los beneficios a 12 meses. No es una cifra particularmente elevada según los datos históricos, siempre que las previsiones de beneficios se cumplan, lo cual está lejos de ser cierto dada la desaceleración de la economía mundial. Ciertamente, los mercados no están descontando nada peor que una ligera desaceleración y tampoco los balances de las empresas altamente apalancadas están preparados para que suceda algo más grave. Dada nuestra inquietud acerca de las perspectivas de beneficios, continuaríamos abogando por mantener compounders en la cartera. La combinación de ingresos recurrentes y poder de fijación de precios debería proteger los ingresos y los márgenes, respectivamente, preservando sus beneficios. También es probable que queden relativamente inmunes ante cualquier dificultad financiera si los mercados de crédito sufren una convulsión.

Opinión de William Lock, Bruno Paulson y Dirk Hoffmann-Becking, del equipo de International Equity de Morgan Stanley Investment Management.

 

(1) Oficina de Estadísticas Laborales, 1 de febrero de 2019.

(2) Oficina de Estadísticas Laborales, 1 de febrero de 2019.

(3) Fuente: IHS Markit. Datos a 31 de enero de 2019.

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Adiós al Club de Tobi

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Adiós al Club de Tobi
. Adiós al Club de Tobi

La igualdad de género cada día está cobrando un espacio más relevante en las políticas de los países. Esta realidad que está cobrando por fin un protagonismo, avanza también en Chile, las empresas y las autoridades están tomando conciencia, y no se trata sólo de mejorar o igualar condiciones, sino que a nuestro juicio, también de provocar un cambio socio cultural profundo desde las bases, la educación.

En este contexto, SommerGroup quiso conocer entre más de 200 ejecutivos, cuáles son las principales acciones que podrían impactar en una mayor igualdad de género.

En la oportunidad incorporamos la variable, “Mayor desarrollo en la educación científico matemática”, la cual obtuvo un significativo 26% de apoyo. En este tema nos detendremos más adelante, porque merece un análisis aparte.

Por otro lado, la tendencia se inclinó mayoritariamente por la opción “Disminución de la brecha salarial”, un tema cultural que históricamente ha estado presente en el mundo laboral, promoviendo la desigualdad de género. Finalmente, la alternativa “Mejora de las condiciones que fomentan la compatibilidad familiar”, obtuvo el 33% de los votos, lo que muestra un interés por que las empresas apoyen la maternidad y el equilibrio con que necesitan contar las ejecutivas.

Las ejecutivas en cifras, participación laboral

Para analizar los resultados de nuestro sondeo, revisemos nuestra realidad con datos duros. Chile es el sexto país con menor participación laboral de mujeres entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). La tasa de participación femenina en Latinoamérica bordea el 60%, mientras que en nuestro país, aun cuando ha habido un avance importante en los últimos años, llega apenas a un 48% (INE).

Junto a lo anterior, y basándonos en un ranking 2017 de Iniciativa de Paridad de Género (IPG), se constata el escaso acceso de las mujeres a puestos de decisión en las organizaciones laborales. En el año 2017 el 47,5% de las firmas IPSA no tenía mujeres en puestos gerenciales. Asimismo, en el 2016, un 2,4% de la gerencia general estaba en manos de una mujer, y el 2017 no se consignó a ninguna en ese cargo.

La brecha salarial que se mantiene

Otro tema relacionado con lo anterior, y que evidencia la desigualdad de género en el mundo laboral, es la brecha salarial. En el mundo, de acuerdo a cifras de la OCDE, las mujeres ganan un 23% menos que los hombres en puestos similares, mientras que en Chile la cifra alcanza un 31,7%. Esta realidad coincide con la tendencia de nuestra encuesta, donde un 41% quiere un cambio en este sentido.

La educación, el origen de la desigualdad

Otro tema clave para contrarrestar este fenómeno de desigualdad, es disminuir la brecha desde sus bases estructurales y eso es desde las bases de la educación, tal como se menciona en nuestro sondeo.

Veamos lo que está sucediendo en el mundo académico científico. Hoy sólo el 20% de los estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile son mujeres. Algo similar a lo que sucede con las académicas titulares quienes no exceden el 15% del total (Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Universidad de Chile).

Estos datos hablan por sí solos, y reflejan una realidad que aún no se cambia desde sus estructuras, desde la formación de mujeres y de presentar oportunidades en el campo laboral como la tecnología, ingeniería, campos usualmente asociadas a los hombres. Respecto al área educacional, históricamente las mujeres han optado en mayor medida por carreras humanistas y esto tiene su germen en la educación escolar, e incide también variables sociales, prejuicios y desincentivos, que debemos romper para las generaciones actuales y futuras que se están formando desde los colegios.

Primeros pasos
En el país se están impulsando diversas iniciativas para responder a los cambios que se demandan. Tanto el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, como organizaciones de la sociedad civil han desarrollado campañas para romper con los estereotipos de género y mostrar que las niñas pueden y deben desarrollarse en todo su potencial.

Por su parte, varias universidades han impulsado programas para atraer mujeres y retenerlas en carreras de ciencias y tecnologías. Asimismo, diversas empresas han asumido el desafío de contar con más mujeres en puestos de decisión.

Finalmente, estamos en deuda, hay un tremendo desafío de transformar el mundo académico, para revertir esta realidad, la baja participación femenina en carreras científico matemáticas. Pero el cambio profundo debe partir desde nosotros mismos, erradicar prejuicios y creencias equívocas arraigadas, respecto al futuro desempeño laboral de la mujer. Porque las mujeres ejecutivas con el tiempo han ido ganando espacios y a una velocidad exponencial.

Sabemos que transformar la cultura es lo más difícil, porque es allí donde se tejen las diferencias e inequidades más profundas, que se van traspasando generación tras generación”, concluye Ximena Rodríguez.

El mercado europeo de bonos híbridos se enfría

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El mercado europeo de bonos híbridos se enfría
Pixabay CC0 Public DomainMyriams-Fotos. El mercado europeo de bonos híbridos se enfría

La emisión de bonos híbridos de Europa aumentó un 37% en 2018, a alrededor de 22.000 millones de euros respecto al año anterior, pero los volúmenes no llegaron a los niveles observados en 2013-2015, lo que indica que la actividad puede haber alcanzado su punto máximo teniendo en cuenta las perspectivas de un año más complicado en el mercado.

Dos tercios de las emisiones del año pasado se realizaron en el primer semestre, principalmente fueron empresas que buscaban refinanciar híbridos mediante opciones call (de compra). La cantidad de transacciones de bonos híbridos se redujo hacia finales de año en medio de la creciente volatilidad del mercado.

Vodafone fue el mayor emisor individual con alrededor de 4.000 millones de euros en emisiones de híbridos, seguido por Volkswagen, que emitió 2.750 millones, y Telefónica con 2.250 millones. El resto de emisiones no superaron los 2.000 millones.
Creemos que el volumen de emisión en 2019 debería reducirse a los niveles de 2016/2017, ya que diversos factores influyen en la oferta y la demanda:

  • Menos deuda híbrida que vence este año y que podría necesitar refinanciación
  • Una probable disminución en la actividad de fusiones y adquisiciones por parte de las compañías de uso intensivo de capital, las cuales, normalmente utilizan bonos híbridos para financiar estas operaciones y así evitar poner en peligro sus calificaciones crediticias
  • La volatilidad del mercado y el posible aumento de la prima de riesgo de la deuda subordinada en medio de la desaceleración del crecimiento económico y la persistente incertidumbre geopolítica

La deuda híbrida es inevitablemente sensible al sentimiento de confianza de la renta variable, a pesar de que los bonos híbridos mantendrán su atractivo como instrumento de financiamiento mientras los tipos de interés se mantengan bajos.
El 2018 fue un buen ejercicio para el mercado de híbridos, con una mayor diversidad de emisores con grado de inversión por sectores y país, a pesar de que las emisiones perdieron impulso hacia final de año.

El año pasado hubo varias tendencias importantes en el mercado de bonos híbridos de Europa:

  • Los nuevos emisores, procedentes de distintos sectores, llegaron al mercado buscando beneficiarse del favorable entorno de rendimiento y las ventajas de emitir títulos híbridos en lugar de valores de deuda pura
  • Las compañías con grado de inversión continuaron siendo los principales emisores en términos de volumen
  • Las empresas de sectores intensivos en capital, como los servicios públicos, las telecomunicaciones y el inmobiliario, continuaron dominando esta clase de activo. Los emisores de este último sector se mostraron cada vez más activos, responsables de más de 4.000 millones de euros en híbridos, en comparación con los 1.500 millones de 2016 y los menos

Tribuna de Azza Chammem, Analyst Corporates, Scope Ratings.

La sostenibilidad: mucho más que una tendencia

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La sostenibilidad: mucho más que una tendencia
Foto: Titoalfredo, Flickr, Creative Commons. La sostenibilidad: mucho más que una tendencia

No sé cuántos de vosotros recordáis qué pasó el 29 de enero de 1999… yo desde luego no. Sin embargo, es una fecha muy significativa, ya que podríamos considerarla como el nacimiento del movimiento de sostenibilidad corporativa moderno.

Este día Kofi Annan (secretario general de la ONU) pronunció las siguientes palabras en el Foro Económico de Davos ante cientos de ejecutivos: ¨Os propongo que vosotros, líderes de los mayores negocios del mundo, y nosotros, las Naciones Unidas, pongamos en común un conjunto de valores y principios que den un toque humano a los mercados globales”. De ahí surgieron el UN Global Compact, y los Principios de Inversión Responsable (PRI) a los cuales están adheridas a día de hoy 2.000 entidades, de las cuales unas 230 son gestoras de activos, con un volumen estimado de 70 billones de dólares.

Resulta curioso observar cómo el número de entidades adheridas a estos principios se ha disparado desde que tuvo lugar el comienzo de la crisis financiera. Y con ello, el volumen de activos bajo gestión en las distintas formas de inversión sostenible (inversión socialmente responsable (ISR), factores medioambientales, sociales y gobierno (ESG), temáticas, impacto…..)

Esto no es casual y responde a un cambio en la forma de hacer las cosas que desde nuestro punto de vista hará que la sostenibilidad no sea una tendencia sino un requisito a la hora de seleccionar dónde invertir.

En primer lugar, la historia nos ha demostrado que no es posible un crecimiento prolongado más justo y equitativo a largo plazo si no existe una colaboración entre la economía, la sociedad y la política; sin esta colaboración, la economía se hace muy vulnerable ante los “ismos” que están ahí, esperando una oportunidad: radicalismos, populismos, nacionalismo etc.

Cambio en el paradigma social: a nivel social nos encontramos ante una nueva generación para la que no todo vale. Que no está dispuesta a trabajar en cualquier sitio, que necesita más que nunca ese sentimiento de pertenencia y de orgullo de trabajar para una empresa y que se preocupa por el entorno en el que vive. Que, además, se siente más atraída por las empresas pequeñas y de nueva creación que por los grandes gigantes. A esto se une que, según Deloitte, en los próximos 15 años, el mundo vivirá la mayor transferencia de riqueza en la historia: 24.000 millones de dólares que pasan de la generación de la posguerra, los baby boomers, a los millennials. Y para esta nueva generación no tiene sentido trabajar para acumular riqueza por un lado y donar para arreglar lo que su empresa no ha cuidado por otro. Porque un mundo que combine hacer el bien con hacerlo bien es posible.

Por supuesto, no podíamos olvidarnos de la digitalización: el 60% de la población mundial está conectada a internet, principalmente vía smartphone, con un volumen y profundidad de información sin precedentes, por lo que podemos conocer prácticamente a tiempo real lo que están haciendo las compañías para obtener beneficios. Y además, podemos chequear la veracidad de lo que ponen en sus informes a golpe de click. Y qué queréis que os diga, me parece bastante simplista asegurar que ahora es cuando los inversores se preocupan por su dinero…. Yo diría más bien que ahora tienen más mecanismos para comprobar que lo que se dice y lo que se hace, encaja.

Por último, y por supuesto no menos importante….  la analítica de datos: ya no sólo podemos cotejar la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, sino que, además, podemos medir el alcance y la profundidad de las acciones, tanto positivas como negativas, de las empresas, y el grado de evolución.

En conclusión, esto no puede ser un juego de suma cero: los inversores hemos alzado la voz demandando una mejor manera de hacer las cosas sin cortoplacismos, tan presente hoy. A cambio de esta demanda, nosotros hemos de ofrecer una inversión más paciente, para que no se entre en el círculo vicioso de tomar medidas dudosamente positivas para la sociedad y el medio ambiente a corto plazo a cambio de otorgarnos unas rentabilidades que sean pan para hoy, y hambre para mañana.

Sólo así esta demanda de inversión sostenible vendrá acompañada de resultados económicos, pero también sociales, ambientales y políticos positivos para la sociedad en su conjunto.

Tribuna de Ana Guzmán, directora de Inversiones de Impacto de Portocolom Asesores EAF y miembro del consejo de administración

El talento y la innovación financiera no entienden de género

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El talento y la innovación financiera no entienden de género
Pixabay CC0 Public DomainFoto: inspiredimages. El talento y la innovación financiera no entienden de género

El sector del Fintech e Insurtech lleva experimentando, desde hace un tiempo, un cambio transcendente: no solo está revolucionando el sector financiero y de seguros, tal y como lo conocemos en cuanto a modelos de negocio, sino a las personas que lo gestionan. Cuando hablamos de los sectores financiero y de seguros, nos vienen a la cabeza hombres en traje, corbata incluida, con maletín y pegados a un móvil y trabajando 15 horas al día. Ahora está cambiado el paradigma de quién y cómo se trabaja en el ecosistema. De este modo, ya vemos a mujeres en deportivas liderando proyectos innovadores y disruptivos, fomentando una cultura de igualdad de género y diversidad.

En este escenario, las startups y compañías del ecosistema, con un ADN tecnológico e innovador muy fuerte, son el perfecto catalizador para que la mujer sea cada vez más relevante en el sector financiero. Pero, ¿de dónde viene tal cambio? ¿Cómo apoya el sector Fintech, como industria, a las mujeres que aspiran a ocupar puestos directivos y de responsabilidad en un entorno que a priori, teniendo en cuenta que combina finanzas y tecnología, está plenamente dominado por los hombres?

El cambio reside en la educación que, afortunadamente, hemos recibido en las últimas décadas. Desde el colegio, la universidad y, por supuesto, nuestra familia. La educación permite transmitir conocimiento a partes iguales, niños y niñas son educados en aulas donde participan y aprenden de sus maestros sin diferenciarlos, sin premiar su género, sino su esfuerzo, su constancia y su trabajo diario. Asimismo, nuestros padres (entiéndase por papá y mamá) nos han animado a perseguir nuestros objetivos, a estudiar lo que queríamos para convertirnos en lo que deseábamos. Ya quedan lejos los estereotipos de que la enfermería, el magisterio, la costura o la cocina son profesiones de mujeres. Y en Fintech solo hace falta trabajo duro, no es necesario ser hombre o mujer.

Lo cierto es que, según un estudio que elaboró AEFI el año pasado, un 28% de los empleados de compañías Fintech son mujeres, aunque ya prácticamente la mitad de los proyectos del ecosistema están liderados por ellas. El emprendimiento de las mujeres dentro de esta industria, sin duda, nos está permitiendo mejorar su representación y participación en todos los ámbitos.

Tenemos que seguir trabajando para reducir la brecha de género, pues sigue vigente la discriminación, tanto negativa como positiva, en el ámbito laboral. Gracias al ecosistema Fintech se tiene una oportunidad de mostrarle a la industria la relevancia del papel que juegan las profesionales. Por su carácter innovador, el universo Fintech e Insurtech tiene la llave para derribar barreras y apostar por el talento de las personas, sin prejuicio de su género. Sin duda, el talento debe ser el que marque la toma de decisiones y la clave reside en la apuesta plena por la meritocracia. Y esto, simplemente, significa que los puestos estén ocupados según la valía del candidato.

No obstante, la realidad es que todavía escasea el número de mujeres en la mayoría de consejos de administración, aunque se trata de una cuestión con un marcado componente generacional, y abundan las ofertas de empleo que rezan “Se precisa secretaria”. No me cabe duda de que nos encontramos ante una verdadera transformación pero que lleva su tiempo.

Es un cambio cultural que ya ha comenzado a dar frutos y seguirá en ello. Aquí, la educación juega un papel relevante, desde los niveles más básicos. En cuanto a áreas de estudio se refiere, las ciencias técnicas y la tecnología han estado protagonizadas por hombres; sin embargo, gracias a la apertura de miras que da la educación, tendremos una mayor presencia de la mujer en este tipo de especialidades. Y servirá para remarcar la idea de que los límites se los marca uno mismo, independientemente de su género: The sky is the limit.

Las nuevas generaciones están liderando este cambio y, en el caso de determinados perfiles de financieros, ingenieros y programadores más jóvenes, se está eliminado esa perspectiva de género y las mujeres ya no se sienten obligadas a adquirir un rol masculino para sentirse integradas o escuchadas.

Además, desde el ecosistema Fintech, debemos ser los abanderados de la flexibilidad en el trabajo y apostar por la plena conciliación, dirigida a ambos sexos, para avanzar hacia la verdadera igualdad. Existen algunos mecanismos, como el teletrabajo o la utilización de aplicaciones tecnológicas, que nos están ayudando a avanzar en este ámbito. Un embarazo o cuidar de la familia no impide que la mujer siga contribuyendo de forma activa en el desarrollo de una compañía, puesto que su nivel de responsabilidad y su sentido del deber no disminuyen.

Pero, además, las mujeres podemos aportar algunos puntos que enriquezcan el valor de las compañías que, cada vez más, buscan profesionales con habilidades sociales fuertes. Los hard skills siguen siendo fundamentales, pero los soft skills son el complemento perfecto para liderar equipos y proyectos. Esa capacidad de liderazgo, la correcta gestión de conflictos y de mentoring son algunos de esos soft skills que demanda el ámbito tecnológico de hoy en día y un punto que las mujeres dominamos con habilidad y profesionalidad.

Estamos en un momento clave para que las compañías Fintech e Insurtech se conviertan en referentes para fomentar el papel de la mujer en el ámbito profesional y financiero. Es cuestión de talento, educación y meritocracia.

Leyre Celdrán. Business Manager de la Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI)

Mucho ruido sobre la renta variable y el crédito

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Mucho ruido sobre la renta variable y el crédito
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Henrique Simplicio. Mucho ruido sobre la renta variable y el crédito

La renta variable y la deuda corporativa se suelen entender bien. En los 20 últimos años, el «coeficiente beta» entre el crédito y la renta variable se ha situado en 0,5 tanto en Estados Unidos como en Europa; esto implica que, por cada subida (o caída) del 1% en los precios de la renta variable, los mercados de crédito han tendido a registrar un avance (o un deterioro) del 0,5%.

En la actualidad, esta relación parece más sólida que nunca. Por ejemplo, el R cuadrado entre la deuda corporativa de alto rendimiento y la renta variable de Estados Unidos se halla cerca del 90%, su nivel más elevado desde 2008 (1). Sin embargo, esto no siempre  ha sido así: a finales de los noventa, a mediados de la primera década de 2000 y, de manera efímera, justo en los primeros compases del año pasado, los diferenciales corporativos se ampliaron (los precios retrocedieron), mientras que la renta variable prosiguió su trayectoria alcista.

Se entiende fácilmente por qué los mercados de crédito y de renta variable hacen buena pareja: los titulares de renta variable poseen, en esencia, un crédito subordinado, con la expectativa de obtener un flujo de dividendos en ausencia de impago.  Ahora bien, en algunas circunstancias podría no ser así. Por ejemplo, los inversores podrían mostrar un mayor optimismo en cuanto al rumbo futuro de los beneficios, lo que favorecería a la renta variable mucho más que a la deuda corporativa. La composición subyacente de los índices de renta variable y de renta fija puede ser muy diferente (y lo está siendo cada vez más). Y así sucesivamente.

Examinar los marcos

¿Qué señal podría indicarnos que nos estamos adentrando en uno de esos periodos de «menor complicidad» en esta pareja? Dos marcos me vienen a la mente. El primero es el reloj deuda-renta variable, que agrupa los factores anteriores en cuatro cuadrantes macroeconómicos y asigna un estilo al comportamiento de los mercados de renta variable y de crédito en cada uno de dichos cuadrantes a medida que gira el reloj.

En román paladino, las cuatro fases del ciclo económico se expresan en función de las expectativas sobre la evolución probable de la renta variable y el crédito: conforme aparecen brotes verdes de crecimiento tras la recesión y se fortalecen los balances, los diferenciales se estrechan (es decir, los precios de la deuda corporativa suben) y la renta variable se debilita; cuando la recuperación económica se afianza, impulsando los flujos de efectivo y reduciendo el apalancamiento, ambos activos se comportan bien. A continuación, la tercera fase de reflación fomenta un comportamiento empresarial más arriesgado (por ejemplo, recompras de acciones y actividad de fusiones y adquisiciones), lo que catapulta la renta variable y amplía los diferenciales corporativos. Finalmente, conforme pierde fuelle la economía, ambos activos se deterioran al unísono, con la ampliación de los diferenciales y la caída de los precios de la renta variable.

Por desgracia, y aunque resulta (extremadamente) elegante, este marco carece de base empírica. Como muestra el gráfico 1, las rentabilidades del crédito y la renta variable suelen dar sobresaltos en el reloj metafórico, por lo que resulta difícil determinar «a qué hora» empezarán o finalizarán las fases del ciclo para la renta variable y el crédito. Cierto, desde el mínimo registrado por el S&P 500 en los primeros compases de 2016, hemos eludido la reflación en dos ocasiones, y hemos pasado de una recuperación (diferenciales más reducidos y revalorización de la renta variable) a una corrección (diferenciales más elevados y caída de la renta variable). También nos hemos movido en el sentido contrario a las agujas del reloj, pasando de la reflación (revalorización de la renta variable y ampliación de los diferenciales) a la recuperación.

Un segundo enfoque adopta los principios establecidos en el modelo de Merton  para determinar la compensación que exigen los inversores para asumir riesgos de crédito y de liquidez, respectivamente (2). Consulte nuestro informe de julio de 2015 sobre liquidez si desea obtener más información al respecto (3). En resumen, este marco plantea la siguiente pregunta: ¿están viendo los inversores en crédito algo que los inversores en renta variable ignoran?. Tanto los mercados de renta variable como los de crédito tienen en cuenta fundamentales crediticios similares, pero el riesgo de liquidez es más específico del crédito, y una variación en los diferenciales que refleje preocupaciones relacionadas exclusivamente con la falta de liquidez debería ayudar a inferir información sobre la coyuntura financiera imperante en los mercados.

En periodos en los que los inversores en deuda corporativa exigen una mayor compensación por los diferenciales como consecuencia del miedo a no poder vender su(s) crédito(s) de inmediato sin experimentar un sustancial descuento en el precio, lo que no se refleja en los precios de la renta variable (es decir, un movimiento a lo largo del eje X del gráfico 2), poseer deuda corporativa se torna una opción más atractiva.

Este marco presenta ciertas desventajas. Por ejemplo, exige la construcción de un índice de renta variable imaginario con las mismas ponderaciones que el índice de deuda corporativa, en lugar de utilizar índices cotizados como el S&P 500, el Eurostoxx o el FTSE. No obstante, proporcionó una guía valiosa tanto en el año 2000 como en 2007. Y aunque solo hemos recorrido la mitad de la distancia a lo largo del eje X con respecto a cualquiera de esos periodos, la prima de liquidez en el crédito ha venido experimentando un ligero incremento.

Hoy en día, el grupo de estrategia de asignación de activos (Asset Allocation Strategy Group) para la región EMEA privilegia la exposición a la renta variable frente al crédito. Después del desplome registrado en el cuarto trimestre de 2018, ambos mercados han repuntado de manera sincronizada este año, aunque siguen ofreciendo una prima de riesgo razonablemente buena en términos históricos.

A escala regional, preferimos Europa a Estados Unidos: los fundamentales corporativos parecen revelar un mejor tono (el apalancamiento se ha visto más limitado, la deuda se ha refinanciado, la cobertura de intereses está aumentando, el apalancamiento neto está cayendo, los bancos se hallan bien capitalizados y los bancos centrales ofrecen respaldo), y la prima de riesgo que se ofrece es mayor en términos de moneda común. Ahora bien, la deuda corporativa se está tornando, a todas luces, interesante.

Columna de Maya Bhandari, gestora de carteras multiactivo en Columbia Threadneedle. 

 

 (1) R cuadrado (r2) en periodos móviles de 12 meses entre el rendimiento de los beneficios a 1 año del S&P 500 y el YTW del índice BaML HPOO

 (2) Como ya ha comentado ampliamente el economista Robert Merton, entre otros expertos, los titulares de deuda corporativa podrían ser considerados «emisores» de opciones de venta para los titulares de renta variable.

(3) https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/j.1540-6261.1974.tb03058.x

 

 

¿Fue 2018 un punto de inflexión para los mercados?

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¿Fue 2018 un punto de inflexión para los mercados?
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: 12019 . ¿Fue 2018 un punto de inflexión para los mercados?

Un crecimiento económico más lento, la intensificación del conflicto comercial, el retorno de la volatilidad en la renta variable y el naciente programa de normalización fuera de Estados Unidos sugiere que 2018 puede haber sido un punto de inflexión para los mercados. Varios factores conforman este punto de vista.

En primer lugar, en 2018 el crecimiento económico fue bastante fuerte en varias regiones. Pero mientras que el crecimiento se mantuvo sólido en algunas regiones como Estados Unidos y Canadá, a medida que el año progresa, en regiones como China y muchas otras, comienza a desacelerarse. Si bien la economía estadounidense ha mantenido un sólido impulso gracias a los vientos de cola del estímulo fiscal, los sólidos datos del empleo y la confianza del consumidor, factores que han servido de apoyo durante varios trimestres a un alto crecimiento del PIB, se espera que se enfrié a medida que 2019 progresa.

La desaceleración en China es una mayor preocupación dado el alto apalancamiento de la naturaleza de su economía, pues un menor crecimiento dificulta el servicio de la deuda. Además, el gobierno se enfrenta a un difícil acto de equilibrio: tratar de desapalancar la economía, y al mismo tiempo, respaldar el crecimiento económico que se está viendo arrasado por la guerra comercial y la desaceleración del crecimiento global.

Un segundo factor que apunta hacia 2018 como punto de inflexión es que la ola de proteccionismo liderada por Estados Unidos ha resultado en una firme escalada de las tensiones entre Estados Unidos y varios de sus principales socios comerciales. Mientras que las tensiones comerciales entre Estados Unidos, Canadá y México han disminuido con una nueva redacción del TLCAN (NAFTA), las tensiones entre Estados Unidos y China siguen sin estar resueltas. La imposición inicial de aranceles sobre las importaciones chinas a Estados Unidos resultó en represalias en forma de aranceles chinos sobre los productos estadounidenses. Los aranceles impuestos sobre los bienes pueden dar lugar a una serie de complicaciones más allá de un simple impacto en el precio, que en sí mismo puede ser un impuesto para los consumidores si el impacto en el precio no es absorbido mediante un recorte en el precio por parte de los exportadores o con unos precios más altos pagados por los importadores. Otros impactos incluyen la disrupción de las cadenas globales de suministro, muchas de las cuales han sido construidas durante décadas, así como los desequilibrios en la oferta conforme los compradores sustituyen unos bienes por otros producidos en regiones no sujetos a tarifas.    

Mientras que un nuevo acuerdo comercial entre Estados Unidos y China podría ser bien recibido por los mercados, la naturaleza disruptiva del conflicto puede dificultar un regreso al origen. La forma en que estos conflictos comerciales se desarrollen en última instancia entre Estados Unidos y sus principales socios comerciales serán importantes para el crecimiento futuro, conforme una mayor escalada podría ser un obstáculo para el crecimiento mundial en un momento en el que la economía mundial ya podría estar en terreno vulnerable.

El camino que puedan tomar las tasas de interés a futuro, conforme los bancos centrales a nivel global buscan pavimentar el camino para un entorno de tasas más normalizado, es un tercer factor para considerar. En Estados Unidos, la Reserva Federal ha elevado tipos en nueve ocasiones desde 2015, incluyendo cuatro subidas de 25 puntos básicos en 2018. El Banco de Canadá elevó tipos tres veces, y el Banco de Inglaterra incrementó tipos en una ocasión durante el pasado año, todo ello sugiere un deseo por normalizar los tipos de interés desde unos niveles muy bajos en estos países siempre que el crecimiento global siga cooperando. El Banco Central Europeo y el Banco de Japón han mantenido sus tasas a unos niveles muy bajos y esperan mantenerlos en esos niveles en 2019. También ha habido un giro desde la política de relajamiento cuantitativo a nivel global a una política de endurecimiento cuantitativo conforme el Banco Central Europeo ha finalizado su programa de compras y la Fed ha continuado disminuyendo su balance contable. Sin embargo, ahora parece que los bancos centrales están reconsiderando el camino hacia la normalización conforme el crecimiento económico parece menos cierto de lo que era hace sólo unos meses.  

El factor final a considerar es el retorno de la volatilidad en el mercado de renta variable, que ha estado inactivo durante todo 2017, pero que regresó abruptamente en 2018, primero con un repunte en el mes de febrero antes de regresar a unos menores niveles a lo largo del segundo y del tercer trimestre. El cuarto trimestre marcó un nuevo régimen en la volatilidad del mercado, conforme la confluencia de las acciones de los bancos centrales, las tensiones comerciales y la incertidumbre política expusieron la fragilidad de un mercado de renta variable que no podía seguir soportando unas tensas valoraciones.  

A este entorno con una mayor volatilidad, se le añade que el potencial del crecimiento de los beneficios parece estar desapareciendo y que los márgenes continúan en un unos niveles altos, quizá insostenibles. Se espera que el crecimiento del beneficio por acción caiga entorno a una cifra media de un solo dígito en 2019 mientras que los márgenes del beneficio por acción se enfrentan a vientos en contra por unos costes de endeudamiento más altos, así como a unas presiones salariales crecientes en un mercado laborar más ajustado. Las disrupciones en la cadena de suministros como resultado de las disputas comerciales entre Estados Unidos y China son una fuente adicional de tensión. Los beneficios son lo que realmente importan a los mercados de renta variable en el largo plazo, y puede que la economía y los mercados de capitales se estén adentrando en un entorno más difícil donde los beneficios se pueden estar adentrando a unos mayores vientos en contra a los que han tenido que experimentar en los últimos años. Con este telón de fondo, ¿cómo deberían preparar sus carteras los inversores?

La alineación es primordial

Dado el potencial para una economía y un entorno de mercado agitado en el futuro, un tema que en MFS Investment Management consideran importante es la alineación. La alineación con la tolerancia al riesgo, el horizonte temporal y los objetivos de rendimiento del inversor. 

En MFS, también animamos a los inversores a mantener un horizonte de inversión en el largo plazo al estructurar sus carteras, 2018 fue un ejemplo de lo difícil que puede ser realizar predicciones en el corto plazo cuando los mercados cambian de buen tiempo a tormentas en el curso de un año. También destaca la importancia de desarrollar una estrategia de asignación de activos y cumplir con las reglas de rebalanceo y no dejar que el miedo a perder la oportunidad o el miedo a la volatilidad desvíe el rumbo.

Columna de Jonathan W. Hubbard, director ejecutivo del equipo de soluciones de inversión de MFS Investment Management.
 
 

La revolución digital de la India

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La revolución digital de la India
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Bo Jayatilaka. La revolución digital de la India

El Gobierno y el banco central de la India tienen la misión de formalizar rápidamente e incrementar el acceso a las finanzas en la economía nacional. El Gobierno de Modi ha introducido un sistema de identificación biométrico universal llamado Aadhaar que busca mejorar la eficiencia de la economía india, reduciendo a su vez la dependencia que el país tiene de las operaciones con efectivo. Gracias a Aadhaar, será más fácil realizar un seguimiento del historial de crédito de las personas y permitirá una mayor eficiencia en la concesión de préstamos por parte de las entidades financieras indias. A pesar de que la India es una de las mayores economías del mundo, el efectivo sigue siendo aquí la forma predominante de pago. De acuerdo con el instituto de investigación indio Niti Aayog, las operaciones indias sin efectivo apenas alcanzan las 11 per cápita al año, uno de los niveles más bajos entre las mayores economías del mundo. Esto es debido a una aversión a los pagos sin efectivo, tanto en las áreas rurales como en las urbanas, pero también a la falta histórica de infraestructura para los pagos en todo el país.

Aadhaar siempre fue un proyecto que se intuía complejo, ya que pretende identificar biométricamente a la población india, que asciende a 1400 millones. Se ha tardado siete años, pero se ha conseguido un progreso significativo y ahora unos 1200 millones de indios pueden ser identificados mediante la huella digital, el ADN o un escáner de retina. Esto, a su vez, facilita la apertura de nuevas cuentas bancarias sin papeleos y debería ayudar a aumentar la base imponible formal, reduciendo a su vez el tamaño de la economía sumergida e impulsando la calificación crediticia del país con agencias como Moody’s y Standard and Poor’s.

El siguiente pilar de la transformación digital en la India proviene del programa nacional de inclusión financiera, conocido como Jan Dhan Yojana, así como del enorme cambio del país al adoptar los servicios móviles. El primero de estos tenía como objetivo ampliar y hacer asequible el acceso a los servicios financieros y se puso en marcha en 2014. Desde entonces, se han abierto más de 300 millones de cuentas bancarias que permiten acceso a los bancos a un abanico mucho más amplio de individuos en toda la India. Creemos que Aadhaar, el programa Jan Dhan Yojana y el surgimiento de la India como el segundo mayor usuario de internet del mundo están restructurando la economía india: Aadhaar incluso permite a los usuarios transferir dinero con sus teléfonos móviles mediante el uso de un número de identificación único.

El impulso de la India para digitalizar la economía ha ido en paralelo con el reciente despliegue del proyecto de ley del impuesto sobre bienes y servicios. Creemos que el esperado proyecto de ley del impuesto sobre bienes y servicios supone un gran hito para la economía, pues con su aprobación se eliminarán las barreras al comercio, se prescindirá de costes innecesarios y se mantendrá un crecimiento más sólido a largo plazo.

El proyecto de ley del impuesto sobre bienes y servicios surge como una modificación constitucional gracias a la cual un único impuesto indirecto nacional sustituirá toda una serie de impuestos estatales y nacionales que gravan una serie de bienes y servicios. Creemos que el impuesto también suprimirá a su vez la eterna burocracia y papeleo con el fin de crear un mercado indio funcional y racionalizado. Antes del impuesto sobre bienes y servicios se aplicaban distintos impuestos a nivel estatal, con lo cual se creaba un escenario comercial complejo. El proyecto de ley del impuesto sobre bienes y servicios aspira a lograr una mayor uniformidad y continuidad comercial para las operaciones nacionales y extranjeras y, a su vez, impulsará el crecimiento del país.

Según la nota de investigación «India’s Digital Leap-The Multi-Trillion Dollar Opportunity» de Morgan Stanley, el potencial de crecimiento de la India es enorme, y predice que el PIB podría alcanzar los 6 billones de dólares en 2027 gracias al impulso digital de Modi. Si eso ocurriese, India se convertiría en la tercera mayor economía del mundo tras EE. UU. y China. Creemos que también tendrá consecuencias más allá de la India. El potencial aumento del comercio electrónico, los productos financieros y las inversiones convertirán a la India en un mercado significativo para las corporaciones globales. Y lo que es más importante, si India tiene éxito, se convertirá en un modelo para otros países emergentes y también para mercados desarrollados.  

A pesar de que las valoraciones de renta variable india se encuentran actualmente en niveles elevados en comparación con los mercados emergentes desde un punto de vista histórico, creemos que hay oportunidades seleccionadas que se pueden explotar; la divisa india se ha vuelto más estable últimamente, al igual que su perspectiva de calificación crediticia a más largo plazo, lo que hace que invertir aquí sea más atractivo. Creemos que la digitalización, la desmonetización y la aprobación del proyecto de ley del impuesto sobre bienes y servicios aumentarán aún más el vasto potencial de la India.

A medida que se aproximan las elecciones generales nacionales de mayo de 2019, cualquier cambio en el Gobierno podría suponer un riesgo para el ritmo y la naturaleza del programa de reformas indio. Sin embargo, la mayoría de candidatos políticos parecen ser proempresa y creemos que el motor del crecimiento de India no muestra señales de ralentización. No obstante, creemos que una selección de valores cuidadosa será fundamental para cosechar los beneficios de este mercado a medida que el panorama empresarial del país evoluciona rápidamente.

En términos de exposición a la India, preferimos una posición de sobreponderación moderada. Desde una perspectiva sectorial, los bancos de los sectores privado y público, el sector de la educación, los servicios de consultoría, las petroquímicas y el consumo discrecional seleccionado, como coches y textiles, parecen interesantes. Mientras tanto, sector inmobiliario y los productos de consumo, tales como el tabaco están caros y por el momento son menos atractivos.

Columna de Tim Love, responsable de inversiones en GAM Investments

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