Desacoplamiento económico: Cuando a EE.UU. le va bien, a México le da pulmonía

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Desacoplamiento económico: Cuando a EE.UU. le va bien, a México le da pulmonía
Foto: Dean Hochman. Desacoplamiento económico: Cuando a EE.UU. le va bien, a México le da pulmonía

Para bien o para mal, con la firma del TLCAN a principios de la década de los 90, la economía de México se casó con la de EE.UU., siendo este último el miembro dominante en la relación. Si a EE.UU. le iba bien, a México también le iba bien, y si a EE.UU. le iba mal, pues México también tenía que sufrir el mismo destino. Esta simbiosis es muy común en el reino animal: las rémoras con los tiburones, las hienas con los leones, los perros con los humanos.

Pero en la actualidad hay algo que no se siente bien; algo que esta fuera de lugar; algo que está rompiendo la simbiosis (Gráfica 1).

¿Cómo podemos explicar ese desacoplamiento económico que hemos visto los últimos 3 años entre México y EE. UU.? Si bien el crecimiento en EE. UU. puede ser explicado en gran medida por las políticas fiscales de Trump, en México, la guerra comercial y la incertidumbre política actual han desincentivado varios ramos económicos.

En primer lugar, está la inversión. De 1994 a 2016, la inversión fija bruta en el país creció alrededor de 2% al año. Sin embargo, de finales de 2016 (elección de Trump) a mediados de 2018 (elección de AMLO) tuvo un crecimiento prácticamente nulo, y de mediados de 2018 a finales de año tuvo un decrecimiento de 11% en términos anualizados. Sin tomar en cuenta los periodos de crisis y recesión (que para este lapso serían 1994-1995, 2000-2001 y 2008-2009), nunca se había visto una baja tan marcada en la inversión fija bruta en un periodo no-recesivo.

En segundo lugar, están los flujos de capital. Cada vez que había apetito por los mercados emergentes (ME), México era un claro beneficiario (Gráfica 2). De hecho, la correlación entre los flujos a México y a ME antes de 2017 era de casi 60%. Sin embargo, desde la elección de Trump, los flujos a México parecen haberse detenido, a pesar de que siguió habiendo apetito hacia ME. De la misma forma, la correlación entre los flujos bajó del 60% histórico, a tan solo 22%.
En tercer lugar, están, de manera más reciente, los factores internos.

  1. Formación bruta de capital pública y privada: En los últimos 10 años, la formación bruta de capital privado ha crecido a una tasa de 2.6%. Sin embargo, los últimos 3 años (desde la elección de Trump), el crecimiento ha sido nulo. Por otro lado, los últimos 10 años, la formación bruta de capital público ha decrecido 5% en términos anuales.
  2. Curva de aprendizaje del nuevo gobierno: Es normal que el primer año de gobierno sea lento en término de gastos y, por lo tanto, en término de crecimiento económico. El efecto en 2019 es probable que sea más acentuado, ya que la mayor parte de los altos mandos no tienen experiencia en la burocracia mexicana.
  3. Pemex como una carga para el crecimiento: Si bien Pemex es una empresa importante para el presupuesto nacional, representa apenas el 3% del PIB mexicano. Pemex es una empresa altamente endeudada, poco productiva y con una necesidad de capitalización importante. Conforme el gobierno siga desembolsando recursos para apoyarla, las finanzas públicas se deteriorarán, y esto hará que la economía se ralentice.
  4. Un mal manejo de la fuerza laboral: Con los recientes aumentos en los salarios mínimos, muchos sindicatos y fuerzas laborales se han visto empoderados, y han pedido mayores recursos al gobierno y a la iniciativa privada. Lo anterior ha desembocado en paros y huelgas. Es interesante mencionar que, en los 3 meses del actual gobierno, ha habido alrededor de 45 huelgas relacionadas a la industria, cifra muy superior a las 13 huelgas industriales que hubo en todo el sexenio de Enrique Peña Nieto (Gráfica 3). Asimismo, hay que recordar que el sector industrial y manufacturero representan alrededor del 16% del PIB mexicano, por lo que una paralización en parte de este sector podría influir negativamente el crecimiento económico.

Si bien el consumo privado ha sido el motor de la economía los últimos años, es un motor que apuntala el crecimiento de corto plazo. Una vez que el consumo se desincentiva, la economía decrece. Por otro lado, lo que ha caído ha sido la inversión, la cual apuntala el crecimiento de largo plazo. Desincentivar la inversión no tiene efectos muy visibles en el corto plazo, pero si en el largo plazo, es por ello que el estancamiento en inversión observado a partir de la elección de Trump y el empeoramiento observado a partir de la elección de AMLO nos esta empezando a pasar factura. Basta ver los últimos números del IGAE (Gráfica 4). En estos se nota que la economía se empezó a enfriar a partir de finales de 2016, y en su última observación, se ve que el IGAE cae de manera importante. Hay que recordar que el IGAE sirve como un indicador adelantado del crecimiento económico, por lo que ver números de crecimiento económico bajo, o incluso negativos, los próximos trimestres no debería sorprender a nadie.

En este sentido, tampoco debería sorprender las constantes bajas de pronóstico de crecimiento, tanto por parte del mercado, como por parte de organismos internacionales y del banco central.

México, por una u otra cuestión, se ha distanciado de su socio comercial más importante. Esto nos ha costado crecimiento, vitalidad y momentum. Si bien EE. UU. parece estar en una parte madura del ciclo, todavía no parece que vaya a existir una desaceleración fuerte este año. Ese impulso es probable que México lo pierda, porque, al final del día, cuando a EE. UU. le va bien, a México le da pulmonía, o ¿cómo era el dicho ese, Dr. Carstens?

Columna de Franklin Templeton escrita por Luis Gonzalí, CFA

Cómo ganar dinero portándose bien

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Cómo ganar dinero portándose bien
Pixabay CC0 Public DomainFoto: TeroVesalainen. Cómo ganar dinero portándose bien

Desde que en 2006 la ONU estableció los Principios de las Naciones Unidas para la Inversión Responsable, la ISR (Inversión Socialmente Responsable) se ha consolidado como una nueva tipología de inversión en el mercado, que pone el foco del gestor en compañías que cumplen algunos, o todos, de los 21 criterios medioambientales, sociales y de ética en el gobierno corporativo establecidos por la ONU.

En abril de 2014, Inverco publicó una circular que establece que cada gestora define su propio ideario ISR, que no tiene por qué coincidir con el de las demás. Y que distingue entre la inversión ISR y la inversión solidaria, que cede parte de los ingresos por comisiones a proyectos solidarios.

Una inversión es ISR tanto si el gestor utiliza criterios excluyentes -evita empresas cuyo modelo de ingresos es contrario al ideario ISR- o incluyentes – apuesta por empresas acordes a este ideario-. Abarca un amplio universo de activos: activos monetarios (letras del Tesoro, pagarés de empresa, etc…), renta fija (deuda pública, bonos y obligaciones, etc…), renta variable (acciones, bonos convertibles, etc…), y otras instituciones de inversión colectiva.

Relevancia creciente

Hasta tal punto ha crecido la relevancia de la ISR que la Comisión Europea ha propuesto modificar la Directiva MiFID II para incluir el sesgo ISR en las preguntas del test de idoneidad a inversores. En concreto, quiere añadir una pregunta sobre si el inversor quiere que su cartera de fondos se diseñe con criterios socialmente responsables, además de sobre su perfil de riesgo, horizonte temporal, y preferencias.

¿Cómo es el día a día de un gestor de fondos ISR? Añade estos criterios al estudio, análisis y selección de valores, combinando análisis fundamental y gestión activa para lograr rendimientos a largo plazo, beneficiando al conjunto de la sociedad. Los tres ámbitos ISR en los que se fija el gestor son:

Medio ambiente: busca o evita empresas con actividades positivas o negativas para el entorno medioambiental, como emisiones de gases de efecto invernadero, energías renovables, eficiencia energética, etcétera.

Sociedad: identifica actividades relacionadas con la comunidad, tales como mejora de la salud y la educación, el respeto a los derechos humanos, o la no discriminación en el lugar de trabajo, así como la implicación de los stakeholders. Valora cuestiones como las normas del trabajo, relaciones con las comunidades locales, la gestión del talento, y otras.

Buen Gobierno: detecta compañías gestionadas con calidad en aspectos como su cultura, el perfil de riesgo, la rendición de cuentas del consejo de administración, la dedicación al desempeño social y ambiental, o la ausencia de corrupción, entre otras.

¿Quién invierte en ISR?

Los gestores de fondos ISR solemos preguntarnos: ¿quiénes son nuestros inversores? La respuesta es fácil: los millennials, mucho más activistas en temas como la lucha contra el cambio climático, la eliminación de la corrupción en las empresas, o la defensa del talento. Y también, ¿qué valor aporta a las compañías cumplir criterios ISR? Respuesta, la menor exposición al riesgo y la mayor correlación positiva con ciclos alcistas. Las compañías gestionadas con criterios ISR están menos expuestas a riesgos por incumplimientos regulatorios y legislativos.

Empresas, por ello, con menores perspectivas de volatilidad, con un modelo productivo más “limpio”, menos expuesto a bajadas de ratings en sus bonos o a caídas de su acción. 

La ISR ha llegado para quedarse

Apostar por ISR es asumir las tendencias de inversión que van a dominar el mercado en los próximos 25 años. ISR ha pasado de ser una moda a ser norma en la gestión de activos.  Las compañías ISR nos gustan porque aportan calidad y presentan altas expectativas de crecimiento (quality growth). 

La gestión ISR no es por tanto value. Gestionar fondos ISR es invertir en las compañías que cumplen más criterios socialmente responsables (fondos Best in-class), que apuestan por temáticas sostenibles (fondos temáticos) o que operan en los sectores con más sesgo ISR (fondos nicho), pero todo ello, a un precio razonable. Podríamos decir así que la gestión ISR se identifica más con el estilo GARP (growth at a reasonable price).

Sector en alza

En España, la inversión ISR ha superado los 30.000 millones de euros en activos en instituciones de inversión colectiva (IIC) tanto nacionales como extranjeras, con una tasa de crecimiento del 32% en los dos últimos años, según Spainsif. Aunque la mayoría de fondos ISR son extranjeros.

En Fidentiis Gestión SGIIC somos muy conscientes de la importancia de la inversión ISR para la industria, y para los inversores. Somos una de las pocas gestoras independientes españolas que ha lanzado un fondo ISR, el European Megatrends. Un fondo que invierte en compañías cuyo modelo de negocio se apoya en tendencias como la descarbonización de la economía, la calidad de vida, y la digitalización.

En conclusión, Fidentiis Gestión aporta a través del fondo ISR gestión activa en compañías de calidad y crecimiento. Que no significa gestión más cara, sino más beneficiosa.

Tribuna de Álvaro Llanza, gestor del fondo European Megatrends de Fidentiis Gestión SGIIC

Los mercados han alcanzado un punto de inflexión

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Los mercados han alcanzado un punto de inflexión
Pixabay CC0 Public DomainFoto: Free-Photos. Los mercados han alcanzado un punto de inflexión

Diez años después de que la bolsa estadounidense tocase mínimos tras la gran corrección desatada por la gran crisis financiera, es hora de plantearse el escenario que tenemos por delante. En nuestra opinión, es importante tener en cuenta que los mercados financieros parecen haber alcanzado un punto de inflexión y que hoy es más difícil actuar en ellos que en la última década.

Pero por difícil no queremos decir que necesariamente tendrán que internarse en una tendencia bajista. Más bien, queremos decir que hay mucha menos visibilidad en el futuro, con múltiples corrientes cruzadas que hacen que el viaje que tenemos por delante tenga poca visibilidad en cuestiones como la política monetaria, el comercio, la geopolítica y la futura trayectoria de unos mercados alcistas maduros, como el de Estados Unidos.

En otras palabras, no parece sencillo que volvamos a vernos impulsados por una nueva ola de dinero fácil en estos momentos. A menos que haya indicios que sean obvios a simple vista, creemos que los inversores a largo plazo deben ser más agudos, deben estar más concentrados y tener un plan claro de lo que pretenden lograr. En medio de la incertidumbre actual, creemos que los inversores de renta variable necesitan responder a una pregunta fundamental: ¿existe una convicción de inversión duradera que pueda resistir el paso del tiempo?

Sin embargo, esto no implica que los inversores tengan que quedarse inmóviles y a un lado de bolsas como la estadounidense. Ni tan siquiera en años como el pasado, tan difíciles para los mercados financieros. Nuestra experiencia nos ha demostrado que siguiendo un enfoque de inversión de “crecimiento de calidad”, los inversores siempre van a encontrar oportunidades atractivas en el mercado de renta variable estadounidense. Esta estrategia consiste en centrarse en el análisis bottom-up para buscar empresas estables y de calidad con un crecimiento sostenible de los beneficios y a un precio razonable.

Nuestro enfoque se basa en la convicción de que el crecimiento sostenible de los beneficios impulsa el rendimiento de las inversiones a largo plazo. Al identificar empresas con precios razonables y de alta calidad que puedan aumentar sus ingresos más rápidamente que el mercado sobre una base sostenible, creemos que seremos capaces de lograr rendimientos superiores a través del efecto de las ganancias compuestas y la apreciación del capital.

También es fundamental para nuestra filosofía la creencia de que la capitalización de la riqueza requiere preservar el capital en los mercados bajistas, y que las franquicias de alta calidad pueden proporcionar una medida de protección contra las desventajas. Por ejemplo, podemos ver lo que ocurrió el año pasado: cuanto peor se pusieron las cosas en 2018, mejores fueron nuestros ratios de rentabilidad, especialmente en el cuarto trimestre.

Nos interesan las empresas con una sólida implantación en sus respectivos mercados y que cuenten con fundamentales sólidos, lo que nos lleva a pensar en buenas perspectivas. Los sectores en los que invertimos incluyen productos de primera necesidad, productos de consumo discrecional, atención médica, finanzas y tecnología de la información.

Como inversores de alta convicción, realizamos inversiones en empresas sobre la base de nuestra capacidad para proyectar sus perspectivas financieras en los próximos cinco a diez años con un alto grado de confianza.

Un ejemplo es UnitedHealth Group, la aseguradora más grande del mundo, que cuenta con un nexo único entre atención sanitaria y tecnología, y que representa una significativa cantidad de gasto en Estados Unidos (20% del PIB). A medida que la atención médica sufre una transformación disruptiva para contener los costes y mejorar los resultados de los pacientes, esperamos que UnitedHealth se beneficie. La compañía cuenta con un sólido balance general y una asignación de capital disciplinada, y esperamos ver un crecimiento en el rango del 13% al 15% en 2019, así como una expansión significativa durante la próxima década.

Otro ejemplo es Copart, el líder en la industria de subastas de automóviles reacondicionados. Esperamos que la compañía incremente sus ganancias a un ritmo de dos dígitos, al tiempo que ofrece una protección a la baja en caso de recesión. A diferencia de las compañías de automóviles tradicionales, los volúmenes de Copart están relacionados con las millas recorridas y los accidentes que dañan a los vehículos, a diferencia de las ventas de vehículos nuevos y la confianza del consumidor. Los ingresos de la empresa tienden a no caer tanto en una recesión, por lo que sus ganancias son más duraderas que las de otras empresas de la industria.

Tribuna de Matthew Benkendorf, CIO de Quality Growth de Vontobel AM

La alimentación saludable se abre espacio en Asia

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La alimentación saludable se abre espacio en Asia
Pixabay CC0 Public DomainFoto: elizadean. La alimentación saludable se abre espacio en Asia

Todos somos conscientes, de alguna forma, de la importancia de la comida en la cultura asiática. De hecho, lo más común es que el primer contacto de muchos occidentales con la cultura china, india, tailandesa, vietnamita y coreana sea a través de la cocina de esos países.

La alimentación es importante para muchos asiáticos. Se trata de una exitosa exportación cultural y una fuente de orgullo para la diáspora – posiblemente la expresión más potente del “poder blando” de Asia. También es una forma de medir cómo ha mejorado la vida a lo largo de las últimas tres décadas para aquellos que permanecen en la región.

Los desarrollos recientes en los sectores de alimentación y agricultura son un buen ejemplo del efecto de la generación de riqueza y otras dinámicas, como la urbanización, que llevan a una mayor demanda interna de todo tipo de productos: desde automóviles hasta lavadoras. Además, cuando la gente es más rica, se vuelve más exigente.

Una generación atrás, mucha de la gente que vivía en Asia era feliz con tres comidas al día. Trágicamente, todavía hay muchas personas que pasan hambre debido a la desigualdad de ingresos, que puede ser más extrema que la del mundo desarrollado. Sin embargo, existe también un sinnúmero de personas en Asia que ahora prefieren hacer la compra en el supermercado (tanto online como en la tienda) antes que en un mercado callejero; que consumen más proteína y grasas en su dieta; y que, más recientemente, han comenzado a preguntarse qué comen y cómo se produce.

Aunque parezca sorprendente, China es el cuarto mercado mundial de comida orgánica. El mercado chino de comida y bebida orgánica empaquetada vale 2.800 millones de dólares y está previsto que crezca a una tasa de crecimiento anual compuesto del 14% hasta 2022.

La seguridad alimentaria es un asunto particularmente sensible para China. Una historia de escándalos relacionados con la producción alimentaria hace que la creciente clase media del país suela estar dispuesta a pagar más por aquellas marcas, tanto extranjeras como locales, en las que confía. Las empresas con buenos regímenes medioambientales, sociales y de gobernanza cuentan, por ende, con una clara ventaja inicial.

Los gustos de los consumidores en otros puntos de Asia también están cambiando. Factores como el mejor acceso al conocimiento, estilos de vida sedentarios y un aumento de los casos de obesidad infantil han forzado a la ciudadanía a analizar más cuidadosamente lo que comen. Al tiempo que los consumidores asiáticos se vuelven más sofisticados, muchos buscan alternativas más saludables. Esto está impulsando el crecimiento del mercado de snacks sanos, que contienen menos azúcar y grasas.

La legislación también está desempeñando su papel. Algunos países asiáticos como Tailandia, India y Sri Lanka han introducido impuestos para reducir el contenido de azúcar de la comida y las bebidas, a raíz de que en Europa y Estados Unidos se hayan implementado medidas similares. Mientras, Filipinas y Vietnam han presentado propuestas en ese sentido. Ser “insano” ahora conlleva un inmediato coste financiero.

La consecuencia para las empresas es que los productos de eficacia probada que solían venderse pueden dejar de ser tan populares. Los fabricantes de alimentos y bebidas tendrán que innovar para poder mantener su relevancia en un mercado cambiante.

Esto se evidencia en las conversaciones que hemos mantenido con los equipos de gestión como parte de nuestro habitual calendario de visitas a empresas. Los gestores de Aberdeen Standard Investments realizaron 1.600 viajes a cerca de 900 firmas de la región Asia-Pacífico en 2017 y, de nuevo, en 2018.

Por ejemplo, en India, Hindustan Unilever produce una gama “natural” de comida y productos de cuidado personal que utiliza ingredientes completamente naturales y que no tienen químicos ni conservantes. Esta cartera está creciendo dos veces y media más rápido que la media de la empresa. En Vietnam, la firma Dairy Products, más conocida como Vinamilk, está desarrollando granjas lecheras que producen leche orgánica como respuesta al crecimiento de la demanda interna de este producto premium.

También está aumentando el interés por vivir de forma más sana. En 2017, la región Asia-Pacífico supuso el 30% del mercado de salud y bienestar, que abarca los “súper alimentos”, suplementos y sérums. Supone un aumento considerable frente al 19% que representaba en 2007.

La salud y el bienestar, los productos naturales y la seguridad alimentaria son tendencias de la industria que se han vuelto tan importantes en los mercados emergentes de Asia como lo eran en occidente. Hace un tiempo que la alimentación dejó de significar únicamente mantener el hambre a raya. Para cada vez más consumidores, lo que entra en su cesta de la compra refleja las mayores expectativas que generan la mejora de la riqueza y el conocimiento.

Tribuna de Hugh Young, director gerente de Asia en Aberdeen Standard Investments

¿Perfil defensivo?: estos sectores pueden mantener los dividendos

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¿Perfil defensivo?: estos sectores pueden mantener los dividendos
Pixabay CC0 Public DomainCouleur . ¿Perfil defensivo?: estos sectores pueden mantener los dividendos

Que las correcciones son inevitables es una perogrullada del mundo de la inversión. Pero, aunque estos movimientos pueden ser desconcertantes, un análisis más detallado de siete grandes caídas muestra que los índices de mercados globales no dan una imagen fiel de qué es lo que ocurre.

En cada una de las correcciones algunos sectores se mantienen mejor que otros. Incluso cuando el S&P 500 cayó un 55,3% entre 2007-2009 durante el desplome producido tras el estallido de la Gran Crisis Financiera, el sector de consumo de productos básicos (staples), perdió alrededor de un 29% y el de salud un 38%.

Caer menos tampoco alivia demasiado pero, aunque la historia no predice retornos futuros, los datos muestran que la selección y la diversificación puede ayudarnos al fortalecer una cartera cuando los mercados están cayendo. Muchas de las áreas que mejor se han comportado durante caídas anteriores están compuestas por empresas que se caracterizan por pagar dividendos. Se trata de un factor que ofrece un potencial de retorno estable cuando los precios de las acciones muestran volatilidad y también es un sello que distingue a un equipo directivo disciplinado y conservador. Pero no todas las compañías que pagan dividendos son iguales. La clave está en identificar empresas con un fuerte balance, buenos cash flows y la disciplina de mantener la retribución durante las caídas.

En Estados Unidos existe una amplia gama de compañías en todos los sectores e industrias que pagan dividendos sustanciales. Entre ellos se encuentran: Home Depot (en el sector del consumo minorista), Microsoft, Broadcom e Intel, dentro del sector tecnológico, la empresa de servicios sanitarios UnitedHeald, el fabricante de maquinaria médica, Abbot Laboratories, y las farmacéuticas Merck, Abbvie y Gilead Services y, por último, ConocoPhillips y Exxon Mobil dentro de la industria petrolera.

Tribuna de Alan Berro, gestor de Capital Group.

¿Qué se necesita para realmente fortalecer las finanzas de Pemex? El programa actual es insuficiente

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¿Qué se necesita para realmente fortalecer las finanzas de Pemex? El programa actual es insuficiente
Foto: Eduadrdo Otubo. ¿Qué se necesita para realmente fortalecer las finanzas de Pemex? El programa actual es insuficiente

Pemex se encuentra en una situación de pérdidas y deuda elevada y el gobierno ha establecido un programa de apoyo para resolver dicha problemática.  Sin embargo, las medidas que se anunciaron no son una solución integral ni van a la raíz del problema.  Cuando una empresa enfrenta pérdidas y deuda elevada debe instrumentar acciones que le permitan renegociar su deuda, reducir impuestos, aumentar ingresos, vía ventas y deshaciéndose de activos no productivos, y reducir gastos.  Las medidas tienen que estar orientadas a generar utilidades, o reducir pérdidas, para aumentar la capacidad de pago.

El gobierno va a asumir un pasivo laboral de Pemex por 35.000 millones de pesos, lo cual le ayuda a disminuir la deuda, le va a reducir la carga fiscal por 15.000 millones de pesos y estima que como resultado de la lucha contra el robo de hidrocarburos habrá ingresos adicionales por 32.000 millones de pesos, estas medidas van en el sentido correcto y contribuyen a resolver la problemática. Aunque en el caso de los ingresos adicionales habrá que analizar bien las cifras porque se están instrumentando mecánicas de distribución de gasolina que son mucho más costosas y afectan los costos y por lo tanto no ayudan a reducir las pérdidas.

Pero hay otras medidas que son incorrectas.  Se le va a capitalizar con 25.000 millones de pesos, sin embargo, esta decisión no ayuda debido a que esos recursos se van a destinar a construir una refinería y no le va a generar ganancias a Pemex, al contrario, le va a costar más producir gasolina que importarla, por lo que las pérdidas en lugar de reducirse se van a aumentar. Solamente en la medida en que los recursos que se le otorguen a Pemex se canalicen a proyectos rentables la medida irá en el sentido adecuado.

Un elemento que hace falta y es muy necesario es modificar los procesos de producción para reducir costos e incrementar la productividad.  En el caso de Pemex, a pesar de que la producción de petróleo se ha reducido, el tamaño de su planta productiva apenas se redujo a partir de 2014.  En 2000 Pemex tenía 132.728 plazas ocupadas y producía 3,0 millones de barriles diarios, lo que significa que cada empleado generaba 22,7 barriles diarios.  El personal se incrementó hasta 2013, cuando llegaron a tener 154.774 plazas con una producción de 2,55 millones de barriles diarios lo que implica que cada empleado producía en promedio 16,2 barriles diarios. A partir de la reforma energética que realizó el gobierno anterior, el personal de Pemex empezó a descender y para 2017 el número de plazas ocupadas era de 124.660 y la producción de 1,95 millones de barriles diarios, por lo que el promedio de producción por trabajador disminuyó hasta 15,6 barriles por día.  Estas cifras lo que muestran es que, si realmente se desea fortalecer las finanzas de Pemex, se tienen que revisar los procesos de producción para incrementar la productividad de la empresa, no se puede estar incrementando el personal cuando la producción disminuye, como sucedió desde 2000 hasta 2013. Si con la producción actual se quisiera tener la misma productividad por empleado que existía en 2000 Pemex debería tener 86.000 plazas ocupadas, lo que significa un recorte de alrededor de 30% de personal.

Mientras al programa de apoyo le falten acciones orientadas a disminuir los costos e incrementar la eficiencia y rentabilidad de Pemex, será solamente un paliativo y distará mucho de contribuir a la solución real de los problemas de la entidad.

Columna de Francisco Padilla Catalán

 

Entre el temor y la esperanza

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Entre el temor y la esperanza
Foto: ColiN00B. Entre el temor y la esperanza

Tras un 2018 para olvidar, cabe señalar que, de momento, la recuperación espectacular de los activos de riesgo no ha venido acompañada de una mejora de los indicadores económicos. De hecho, la Comisión Europea acaba de revisar sus previsiones de crecimiento europeo del 1,9% al 1,3% para 2019.

La desaceleración del crecimiento del comercio mundial y la incertidumbre provocada por el pulso entre Donald Trump y Xi Jinping ha frenado a la locomotora alemana, que a punto ha estado de entrar en recesión. Por su parte, China aún no ha adoptado medidas que puedan tranquilizar al mercado sobre la evolución de crecimiento y el impacto del cierre del Gobierno Federal siembra la confusión en la economía estadounidense.

En Estados Unidos, una de las principales conclusiones es que, si bien el impacto de las medidas fiscales de Trump se está desvaneciendo, el mercado laboral sigue igual de dinámico. En este sentido, los datos de enero han sido dispares, con un excelente informe de empleo, pero unos indicadores de confianza del consumo a la baja, afectados probablemente por el cierre del Gobierno federal. Además, la Fed dio un giro sorprendente al tomarse una pausa y mantenerse a la espera, lo que calmó los temores de los mercados sobre una inminente subida de tipos.

No obstante, las subidas salariales de más del 3% podrían ser el factor de estímulo en el segundo semestre para una nueva subida de tipos. Por lo que respecta a las empresas, la temporada de resultados está sorprendiendo por la calidad y la magnitud de los beneficios.

En la zona euro, todos los países, excepto España, se han vuelto a debilitar: en enero el índice PMI compuesto de la zona euro (51) sitúa en el mejor de los casos el crecimiento anualizado en el 1%. Los índices de Francia e Italia, 48,2 y 48,8 respectivamente, muestran una contracción de la actividad durante el periodo. En Alemania, preocupan el alcance y la duración de la ralentización. La economía aún no ha empezado a estabilizarse, pero confiamos en la capacidad de la región para recuperarse.

En este sentido, es probable que la actividad repunte, ya que la mayoría de los efectos no recurrentes están desapareciendo. Además, el conjunto de las políticas ha mejorado, con medidas expansivas que deberían incrementar en casi un 1% el poder adquisitivo de las familias francesas e italianas. Por su parte, el BCE perdió la oportunidad para subir los tipos y probablemente no modificará su política monetaria, lo que contribuye a la estabilidad de los mercados.

Por último, la actividad económica ha seguido cayendo en China durante el mes de enero y el último índice PMI de fabricación chino siguió decepcionando con un dato del 48,3. El sector de la construcción da escasas muestras de recuperación, si bien es cierto que tampoco empeora. En cuanto a las valoraciones de los mercados emergentes, se mantienen en mínimos históricos, con un perfil de riesgo-rentabilidad especialmente atractivo en un contexto de estabilización macroeconómica. Además, la moderación de la Fed, el atractivo relativo y los flujos positivos dieron un impulso a todos los segmentos de los mercados emergentes globales.

¿Qué hacer en este contexto?

En el universo de renta variable, seguimos siendo prudentes, ya que después de estos choques sísmicos suele haber nuevas sacudidas. Así pues, mantenemos un posicionamiento neutral en nuestras asignaciones a renta variable, con una sobreponderación de los sectores cíclicos, como los valores tecnológicos o algunos valores petroleros, y una infraponderación del sector químico.

Los niveles de las valoraciones no justifican una recogida de beneficios, sin embargo, la magnitud del repunte y la reducción de la volatilidad reactivan la adopción de medidas protectoras mediante opciones (puts). Además, apostamos por los mercados emergentes, siendo la única sobreponderación geográfica en nuestras carteras. Rusia, Turquía, Brasil… ¡Oportunidades no faltan! Solo prevemos una vuelta a la temática value si los tipos suben, pero de momento es un poco pronto para ello.

En el crédito, hemos detectado dos ejes, dependiendo del apetito de riesgo: los bonos de alto rendimiento a corto plazo con un tipo de rentabilidad superior al 2% y los fondos con fecha de vencimiento de bonos high yield con un rendimiento de casi el 6%.

Por último, el perfil de los convertibles refleja nuestro estado de ánimo del momento, es decir, poder beneficiarnos de las subidas del mercado, limitando el riesgo. Sus valoraciones son razonables, con una volatilidad implícita inferior al 30%, y el rendimiento actual, salvo el perfil de la acción, ha vuelto a casi cero. Por ese motivo, pensamos que es el momento de reforzar esta clase de activo.

Tribuna de Laurent Denize, director de inversiones adjunto global de ODDO BHF AM

Cómo gestionar la llegada inminente de la revolución sostenible

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Cómo gestionar la llegada inminente de la revolución sostenible
. Cómo gestionar la llegada inminente de la revolución sostenible

El mundo ha alcanzado un punto de inflexión. Está cambiando y tenemos que cambiar con él. Nuestro modelo global actual no es sostenible y el desafío al que nos referimos va más allá del cambio climático. Esta es una de las cinco megatendencias que se asegura que van a tener efecto en el mundo en el que vivimos.

Existen algunos efectos que ya se están haciendo notar: nuestra población ha aumentado un 70% en los últimos 70 años y aumentará en otro billón de personas a lo largo de la próxima década. Además, utilizamos los recursos 1.7 veces más rápido de lo que el mundo es capaz de regenerar en un año. El cambio climático está exacerbando todo lo anterior, creando riesgos tanto físicos como de transición, y la tecnología está cambiando nuestras vidas a un ritmo extraordinario. De acuerdo con el World Economic Forum, el ritmo de la revolución digital es tal que el 65% de los niños de hoy en día tendrán trabajos que aún no existen.

Estas fuerzas tendrán un efecto transformador en nuestras economías y las compañías tendrán que encontrar nuevas formas de hacer las cosas. Muchas tendrán incluso que cambiar lo que producen, encontrar nuevas soluciones más innovadoras y adaptarse rápidamente a los cambios que exigen los reguladores y consumidores. La transición significa riesgo, pero también presenta oportunidades sustanciales. Es necesario decir que las compañías que estén preparadas y bien posicionadas para un mundo más sostenible tienen más probabilidades de prosperar.

Desde el punto de vista de los inversores, esto también requiere un cambio ya que deben mirar a las empresas de una manera mucho más amplia que antes para localizar rendimientos sostenibles a largo plazo.

El cambio es inminente y afectará a cada compañía de casa sector en cada rincón del globo. Tendremos que interrumpir muchos de nuestros sistemas y procesos de manera profunda, cambiando fundamentalmente la manera en la que hacemos muchas tareas a diario.

Estamos en un punto de inflexión porque ya no hay opción de adaptarnos o no. Las fuerzas del cambio son cada vez mayores. Además, la transparencia y la responsabilidad que conllevan el aumento de la información y la facilidad con la que se dispone de ella, ya están cambiando el comportamiento de los consumidores y lo que compran. La forma en la que votan los ciudadanos también está cambiando y, consecuentemente, la agenda política está evolucionando.

En un ecosistema complejo como el de nuestra economía global, todos toman parte en el juego de desarrollar un sistema más sostenible. Las compañías son las responsables de adaptarse de una forma suave y ordenada. Esto será esencial si quieren continuar creciendo y atrayendo capital. También significa proveerse de más transparencia para permitir a los inversores tomar decisiones más informadas.

Los gestores de capital también deben adaptarse e innovar. Es esencial encontrar mejores formas de descubrir cómo son realmente las empresas y los países sostenibles, y dónde se encuentran sus fortalezas y debilidades. Tendrán también un rol crítico a la hora de incentivar a las compañías a la hora de llevar a cabo un proceso de adaptación ordenado.

Los propietarios de activos son también jugadores importantes. La demanda es tal vez la mayor fuerza para el cambio. Si exigen lo correcto a sus managers y compañías y dirigen más patrimonio hacia empresas sostenibles, sus voces rápidamente se transformarán en un rugido que será muy difícil, sino imposible, de ignorar por parte de las empresas.

Los empresarios pueden llevar esto a cabo definiendo sus creencias a largo plazo, valores y objetivos. ¿Qué nivel de emisiones de carbón o consumo de agua quieren lograr? ¿Cómo de importante son los objetivos del desarrollo sostenible? Cada vez más, vemos inversores centrándose no solo en lo que crea dinero, sino en cómo se hace el dinero. Este es un ingrediente vital para la sostenibilidad de nuestro futuro.

En este contexto, las exclusiones fueron un primer paso. Si bien son una forma muy eficiente de expresar los valores de los inversores, no necesariamente apoyan ni impulsan el cambio dentro de un sector. El siguiente paso es mirar la sostenibilidad a través de la lente de la mitigación del riesgo. Así, los criterios no financieros ambientales, sociales y de gobierno (ESG) se pueden utilizar para mitigar el riesgo de manera efectiva. Una solución a considerar es evitar un enfoque de exclusión y diferenciar entre lo mejor y lo peor, esencialmente promoviendo a los mejores estudiantes de una clase y limitando la exposición a aquellos que se muestran menos dispuestos o capaces de adaptarse.

Dada la escala y el ritmo de la revolución de la sostenibilidad, es probable que este sea el mayor impulsor de los rendimientos de las inversiones en el futuro. Por lo tanto, es clave identificar los modelos de negocios que están mejor ubicados para beneficiarse a medida que nuestras economías continúan transformándose.

A modo de resumen, la sostenibilidad es el mayor impulsor de los rendimientos de las inversiones en la historia moderna. Requerirá que repensemos fundamentalmente la sustentabilidad, la inversión y, de hecho, que lo repensemos todo.

Artículo de opinión de Patrick Odier, senior managing partner de Lombard Odier.

Cambio climático y retos medioambientales, con Nordea

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Cambio climático y retos medioambientales, con Nordea
Foto: Ryyta, Flickr, Creative Commons.. Cambio climático y retos medioambientales, con Nordea

No parece haber duda alguna sobre los cambios ambientales que se están produciendo en todo el mundo. La creciente concentración de la población en las grandes ciudades, la masiva producción de objetos de consumo o el uso de combustibles fósiles, entre otros, están causando un deterioro en nuestro entorno que, de no frenarse, puede llevarnos a una situación crítica para la continuidad de la vida sobre la Tierra, tal como la conocemos.

Durante la 24 Conferencia de las Partes, organizada el pasado diciembre en Katowice por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP24 por sus siglas en inglés), Polonia se mostró de acuerdo en unirse a las disposiciones sobre cambio climático, de la anterior conferencia en París, solicitando a los países que contribuyeran con informes de transparencia y de los daños y pérdidas que supuestamente puede ocasionar el cambio climático. Informes que incluirían las emisiones de gases de efecto invernadero del país, más los esfuerzos para reducirlos y el grado de éxito alcanzado. Por ejemplo, el caso de una fuerte tormenta que destruyera las infraestructuras existentes o la pérdida de las cosechas debido a una sequía.

Las nuevas disposiciones firmadas en esta conferencia dan a los países integrantes del Acuerdo Climático de París hasta 2024 para que envíen sus primeros informes bianuales de transparencia e inventario nacional, incluyendo informes de cualquier daño que afirmen que haya sido causado por un cambio climático causado por el hombre, o antropogénico.

Aunque es bien conocido que no todos los países han tomado una postura colaboradora en cuanto a protección ambiental y cambio climático se refiere, la región nórdica se percibe como un modelo a seguir respecto a cuidado ambiental y cambio climático. Tal vez por ser una región con una larga tradición de cooperación política entre países. Los retos a los que hemos de hacer frente en este asunto continúan aumentando, tanto en tamaño como en número, lo que hace que la cooperación cobre mayor importancia hacia delante.

No resulta por tanto sorprendente que sea una gestora nórdica la que posiciona a su fondo Nordea 1-Global Climate and Environment Fund en la primera posición por rentabilidad durante el año, dentro del grupo de fondos con la mayor calificación VDOS que invierten en esta temática, con un 15,93% de revalorización en su clase BI en euros.

Su objetivo de inversión es generar retornos atractivos a largo plazo, ajustados por riesgo, respecto al mercado global de renta variable, invirtiendo en compañías que se benefician de la megatendencia medioambiente y cambio climático. El equipo gestor cree que el mercado no es capaz de considerar e incorporar en su totalidad el impacto que el medio ambiente y el cambio climático pueden tener en los futuros flujos de caja de una compañía.

El universo de inversión del fondo incluye tres grandes grupos: eficiencia de recursos, protección medioambiental y energías alternativas. La estrategia se focaliza en identificar  líderes globales, tanto actuales como potenciales, en segmentos de baja penetración, que aporten soluciones para una sociedad sostenible y que generen retornos atractivos para los inversores.

La filosofía de inversión se basa en un proceso de toma de decisiones disciplinado y repetible, capaz de reducir el riesgo de sesgos no intencionados. Para tomar estas decisiones se apoyan en análisis fundamental, en la creencia de que los flujos de caja libre son en última instancia los mejores impulsores del valor de la acción. Utilizan análisis propietario y focalizan su inversión en el largo plazo, dejando de lado el ruido del corto plazo de lado. Un proceso de inversión disciplinado y repetible que permite al equipo gestor alcanzar su objetivo de inversión.

El fondo está gestionado por dos gestores, Thomas Sørensen y Henning Padberg, que forman también parte del resto del equipo de Fundamentales de Renta Variable, que a su vez les presta apoyo a ellos. Los gestores cuentan con total discreción para tomar sus decisiones de inversión con respecto a la estrategia de inversión y deciden conjuntamente los activos a incluir en la cartera y sus ponderaciones. El equipo contribuye de forma significativa a la decisión final de inversión, proporcionando información de valor añadido como análisis de compañías, visitas a las empresas y preparación de modelos de valoración.

Thomas Sørensen ha sido gestor del Nordea 1-Global Climate and Environment Fund desde su lanzamiento en 2008. Se incorporó a la división de Gestión de Activos de la compañía en 1999, llegando a tomar un buen número de responsabilidades de análisis y de gestión. Hoy es responsable de análisis global del super sector de materias primas y forma parte del equipo de renta variable European Focus. Thomas comenzó su carrera en 1997 con Nordea. Thomas es licenciado en Finanzas por la Copenhagen Business School.

El fondo sigue un proceso de inversión estructurado y disciplinado, centrado en el largo plazo y basado en análisis fundamental bottom-up y modelos propietarios. El proceso de generación de ideas se concentra en identificar compañías cotizadas globales que deriven sus flujos de caja futuros a partir de su exposición a la megatendencia medioambiente y cambio climático. Para que esté incluido en el universo de inversión debe tener al menos un 20% de sus ingresos procedentes de esta megatendencia, aunque típicamente supone un 50%. En esta etapa participan gestores y analistas globales, de emergentes, de small/midcaps y de ASG. De forma general el universo de inversión se distribuye entre energías alternativas (5%), eficiencia de recursos (70%) y protección ambiental (25%).

En la siguiente etapa del proceso inversor, el universo se pasa por un filtro de liquidez. Se establece un umbral de liquidez objetivo de 10 días de negociación para cada valor, sin que se exceda el 20% del volumen medio diario de negociación. Esto asegura que la cartera sea lo suficientemente liquida, ya que gran parte del universo incluye compañías de pequeña y mediana capitalización.

El análisis fundamental, a continuación, se focaliza en identificar casos de inversión en los que el equipo gestor tiene una visión diferenciada sobre factores fundamentales clave reflejados en su análisis, diferenciándose inicialmente los casos estratégicos y a continuación su atractivo por valoración. En esta etapa se trata de identificar el valor de la compañía, sus expectativas de mercado en el segmento en que opera, los fundamentales del negocio, su evolución financiera (la forma en que está capitalizando sus estrategias sobre cambio climático) y la cultura corporativa y su alineación con los principios de sostenibilidad a todos los niveles.

En el proceso de construcción de la cartera, el equipo gestor cuantifica constantemente la relación entre los aspectos positivos y el riesgo de cada inversión potencial. Las ponderaciones en la cartera se refuerzan hacia nombres de gran convicción, con la obligada disciplina de venta, utilizándose las herramientas de gestión de riesgo para crear la cartera óptima. El equipo gestor cuantifica la relación entre ventajas y riesgo, evaluando la recompensa respecto al riesgo (Ratio Sharpe) de cada valor. El resultado de este análisis se utiliza entonces como herramienta guía para seleccionar compañías que ofrecen las oportunidades más atractivas de retorno respecto al riesgo incurrido.

La observación de la disciplina de venta significa que cualquiera de las siguientes consideraciones puede provocar la venta de las acciones de una empresa: 1) que se haya alcanzado el precio objetivo; 2) que los fundamentales de inversión se hayan deteriorado; 3) que la compañía ya no se beneficie de la tendencia medioambiente y cambio climático; 4) que un cambio en la dirección o en la estrategia incapacite a la empresa para capitalizar su estrategia y 5) que se identifique una oportunidad de inversión más atractiva.

La cartera final del fondo incluye, entre sus mayores posiciones, acciones de American Water Works (3,39%), Linde (3,28%), Waters (2,91%), Eversource Energy (2,86) y LKQ (2,7%). Por sectores, las mayores ponderaciones en la cartera del fondo corresponden a Industriales (27,27%), tecnologías de la información (23,03%), materiales (20,17%), utilities (10,95%) y salud (5,33%). Estados Unidos (56,81%), Alemania (10,65%), Reino Unido (5,84%), Francia (5,46%) y Holanda (5,32%) representan los mayores pesos por país.

Con un patrimonio total bajo gestión de 495 millones de euros, la evolución por rentabilidad lo posiciona entre los mejores de su categoría, en el primer quintil, durante 2016, 2017 y 2019, batiendo al índice de su categoría en el año 2015. A tres años, registra un dato de volatilidad del 13,35% y del 16,13% en el último año, con una ratio Sharpe de -0,24 en el último periodo anual y un tracking error, respecto al índice de su categoría, del 4,23%. La suscripción de Nordea 1-Global Climate and Environment Fund requiere una inversión mínima inicial de 75.000 euros, aplicando a sus suscriptores una comisión fija del 0,85% y de depósito de hasta el 0,125% mensual. El fondo tiene también disponible una clase E en euros más adecuada para inversores individuales, con una comisión fija del 1,50% y de depósito del 0,12%.

El equipo gestor cree que las expectativas son en general sólidas, impulsadas por factores subyacentes. Muchas soluciones son económicamente viables, generan retornos atractivos y pueden ofrecer rentabilidades a corto plazo, razón por la que reciben cada vez mayor atención. Continúan encontrando excelentes oportunidades de inversión bottom-up en compañías capaces de capitalizar en base a soluciones climáticas globales que añadan valor económico y medioambiental a sus usuarios finales.

En su opinión, las compañías de mediano tamaño están frecuentemente mejor posicionadas para capitalizar soluciones medioambientales y de cambio climático. Estas compañías son frecuentemente innovadoras en su categoría, tienen un fuerte posicionamiento en su sector u ofrecen servicios especializados a sus clientes. Las empresas con soluciones climáticas inteligentes, que son líderes globales en los mercados de nicho, son las que ofrecen las mejores oportunidades desde el punto de vista del equipo gestor.

Consideran que el cambio climático y los retos ambientales son un fenómeno global que no está limitado a ciertas regiones o países. La asignación de activos por región o país está basada en análisis bottom-up. Actualmente encuentran las mejores oportunidades en el mundo desarrollado, en cuanto a retorno generado respecto al riesgo incurrido.

Por su notable evolución por rentabilidad, respecto al riesgo asumido, en el último periodo de tres años, Nordea 1-Global Climate and Environment Fund obtiene la calificación cinco estrellas de VDOS, en su clase BI en euros.

Análisis de Paula Mercado, directora de Análisis de VDOS y quefondos.com

Mercados emergentes: la ocasión la pintan calva

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Mercados emergentes: la ocasión la pintan calva
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Stephen Hanafin . Mercados emergentes: la ocasión la pintan calva

Los mercados emergentes se encuentran en un momento dulce que no se suele presentar a menudo. Aunque no se pueden obviar los riesgos, existen varias razones por las que los inversores están regresando a esta clase de activo después de un 2018 nefasto.

Los mercados emergentes han comenzado 2019 con muy buen pie

El arranque del año ha sido fulgurante en los mercados emergentes. Tras un 2018 para olvidar, de pronto esta clase de activo vuelve a gozar del favor de los inversores. El nerviosismo del año pasado ante la reducción de la liquidez internacional, la excepcionalidad estadounidense y las salidas de capitales parecen ahora un recuerdo lejano.

Indudablemente, la coyuntura externa se ha vuelto más favorable para los mercados emergentes. En un contexto marcado por la ralentización de las previsiones de crecimiento, tanto dentro como fuera de sus fronteras, la Reserva Federal de EE.UU. se ha apresurado a cambiar de discurso a pesar de las tensiones del mercado laboral y las presiones salariales al alza. Al reconocer la posibilidad de que los tipos de interés podrían permanecer estables en el futuro inmediato, apuntando al mismo tiempo a una ralentización del adelgazamiento de su balance, la Fed ha dado luz verde a la tolerancia al riesgo.

Mucho se ha hablado sobre los riesgos de recesión en EE.UU. a la vista de las dinámicas típicas de final de ciclo, como son el endeudamiento empresarial elevado y la curva de tipos plana. Para los mercados emergentes, la clave es ahora si la Fed puede guiar el vuelo de la economía hacia un aterrizaje ideal que la aproxime al crecimiento tendencial: ni demasiado ni demasiado poco.

La rebaja de las expectativas de crecimiento de EE.UU. y la consiguiente revisión a la baja de la trayectoria prevista de los fondos de la Fed ha perjudicado al dólar frente a las monedas emergentes, que siguen recuperándose de sus mínimos de 2018 después de vivir su particular calvario el pasado mes de septiembre. El billete verde, lastrado ya por el doble déficit mientras cotiza en máximos históricos ponderado por intercambios comerciales, parece cada vez más vulnerable.

Paralelismos con 2016

Se han establecido muchos paralelismos entre el balance actual de los riesgos en los mercados emergentes y la recuperación de éstos a comienzos de 2016. Se observan varias similitudes sorprendentes: la visión negativa global, una Fed menos dispuesta a subir tipos, el giro a la baja del dólar, el hundimiento de los precios del petróleo, las bajas valoraciones de la deuda emergente y la política monetaria más laxa en China. Sin embargo, también existen notables diferencias: el umbral político para que se active otra ronda de relajación cuantitativa se ha elevado mucho, mientras que los niveles de deuda de las empresas estadounidenses y las bolsas se encuentran en una situación menos favorable. Además, debido fundamentalmente a China, el que una vez fue un saludable superávit por cuenta corriente total en los mercados emergentes ahora se ha reducido, a pesar de los sonados ajustes de países deficitarios como Turquía y Brasil a causa de la recesión.

Después del buen comportamiento de los mercados de activos en enero y de que hayan quedado atrás gran cantidad de buenas noticias, algunos actores del mercado de deuda emergente, tal vez incómodos con el posicionamiento o doloridos por la experiencia de 2018, están cuestionando en estos momentos la solidez de la recuperación. Ciertamente, no estamos ante la clásica racha alcista de los mercados emergentes. El crecimiento y los intercambios comerciales siguen decepcionando en el mundo en desarrollo y los últimos datos de los PMI manufactureros y los nuevos pedidos sugieren una mayor atonía de la actividad.

Un factor determinante para el desfallecimiento del crecimiento emergente ha sido el endurecimiento de las condiciones financieras internacionales durante los últimos doce meses y la posterior salida en tromba de flujos de inversión y capitales de esta clase de activos de los no residentes. Otro factor clave es la moderación económica que está viviendo China, afectada por la debilidad del consumo y la desaceleración del impulso al crédito. Hasta ahora, la respuesta que han dado las autoridades chinas, tanto en el plano monetario como en el fiscal, se ha orientado a la economía interna y ha ido de menos a más. Esperamos que la intensidad de la respuesta aumente a mediados de año a medida que el presidente Xi se centre en cumplir su promesa de duplicar el PIB per cápita de China entre 2010 y 2020, lo que hará que los planes de reducción del endeudamiento sean temporalmente menos prioritarios. Cualquier contratiempo en las negociaciones comerciales en marcha entre EE.UU. y China probablemente acelere este proceso.

Obstáculos en el horizonte

Un posible acicate para el crecimiento emergente este año y que concitará mucha mayor atención son las políticas monetarias más expansivas de los bancos centrales. Varios países emergentes presentan ahora tipos de referencia elevados, expectativas de inflación a la baja y brechas de producción amplias. Si nuestra tesis en torno a la depreciación del dólar se confirma, países como Turquía, México, Indonesia y Sudáfrica, entre otros, podrían tratar de dar marcha atrás a las subidas de tipos del año pasado y flexibilizar las condiciones financieras. Tras un difícil 2018, creemos que el crecimiento emergente va a recuperarse y que el diferencial con los mercados desarrollados va a divergir otra vez, lo que estimulará las rentabilidades sobre el capital.

Obviamente, el resto del año no va a ser una travesía tranquila. Rara vez es así para los inversores en los mercados emergentes y debajo de la superficie acechan gran cantidad de riesgos potenciales. Podrían materializarse fácilmente obstáculos de índole interna en forma de sanciones sobre Rusia, decepciones en la reforma fiscal en Brasil, conflictos civiles en Venezuela o temor a una restructuración de deuda en El Líbano. La política es otro posible foco de problemas que nunca se apaga del todo en el mundo emergente. Se van a celebrar gran cantidad de elecciones nacionales en territorios volátiles como la India, Indonesia, Argentina, Ucrania, Israel, Sudáfrica y Nigeria, que podrían volver a poner nerviosos a los inversores inquietos y aumentar la volatilidad en los mercados.

Continuidad política

El año pasado destacó por las significativas transiciones políticas que se vivieron en una gran variedad de países como Brasil, México, Pakistán y Zimbabue. Sin embargo, si en 2018 todo giró en torno a los cambios de régimen, pensamos que 2019 se caracterizará por la continuidad política y que los gobernantes actuales ampliarán sus mandatos y mantendrán el rumbo político actual. Tras los traumáticos descensos de 2018, parece que los mercados emergentes vuelven a estar en un buen momento. Los inversores están regresando atraídos por las bajas valoraciones de los diferenciales y las monedas, junto con las ventajas de diversificación que brinda una clase de activos que a menudo no se comprende bien.

“La ocasión la pintan calva”, reza el dicho, y los observadores con experiencia en los mercados emergentes son conscientes de que las buenas oportunidades no duran para siempre. Sin embargo, en un momento en el que probablemente el dólar estadounidense y los rendimientos reales de EE.UU. han tocado máximos de este ciclo, creemos que las rentabilidades para los inversores en los mercados emergentes podrían mantenerse durante los próximos meses.

Columna de Paul Greer, gestor de fondos de renta fija emergente en Fidelity International.