El cortoplacismo, el mono proverbial y los mercados

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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Emilie Cudelou . Foto: Emilie Cudelou

Los titulares que cambian constantemente no constituyen una tesis de inversión. En un entorno de mercado que se ve impulsado al ritmo de las publicaciones de tweets, una selección por parte de los inversores, una gestión activa del riesgo y un horizonte temporal extendido nunca han sido tan importantes.    

“El espectáculo de los mercados de inversión mordernos a veces me ha llevado a la conclusión de que convertir la compra de una inversión en algo permanente e indisoluble, como un matrimonio, excepto por causa de muerte o alguna causa mayor, podría ser un remedio para los males contemporáneos. Esto obligaría al inversor a dirigir su mente a las perspectivas de largo plazo y solo a estas”, John Maynard Keynes.

Consideremos el mes de agosto:

Desde la apertura del mercado el 31 julio a los niveles mínimos que se alcanzaron una semana después, el índice del S&P 500 perdió cerca de un 6,5% de su valor. Para el 13 de agosto, el mercado de renta variable estadounidense había recuperado más del 4% de estas pérdidas, solo para entregar estas ganancias unos días después. Esta actividad del mercado palidece en comparación con el movimiento intradía en el precio del S&P 500 el 23 de agosto o la volatilidad en el mercado de futuros de ese mismo día. A final del mes, el índice S&P 500 había perdido menos del 2% de su valor desde el 31 de julio, una pequeña pérdida dada la tumultuosa actividad del mes de agosto (1).

Los bonos, en contraste, han permanecido como un mar de tranquilidad, siempre que el inversor se hubiera posicionado en largo. El bono de diez años del Tesoro estadounidense tuvo un rally más de 50 puntos básicos, con un rendimiento de más del 5% en el mes de agosto, mientras que, en su extremo a largo plazo, la curva del Tesoro mostraba un rendimiento total superior al 10% para el mismo periodo. Para muchos inversores, estas estadísticas de rendimiento y volatilidad representan un buen rendimiento anual, y un mucho mejor rendimiento en términos mensuales.

Como uno podría imaginar, escribir una nota de esta naturaleza lleva algo de tiempo e implica generar una idea, escribirla, editarla, pulirla, producirla y que el departamento de cumplimiento la apruebe. Mi intención es siempre llegar con una visión oportuna mientras opero dentro de los límites de lo publicable.

Considerando este mandato, ¿cómo puede uno proporcionar un comentario oportuno en el contexto de la volatilidad actual en los mercados? ¿Cómo puede uno sentirse confortable articulando unas perspectivas de mercado a sabiendas de que después de unos tweets enviados oportunamente pueden hacer que el contenido de la nota se vuelva obsoleto mientras la nota sigue en producción? En otras palabras, ¿deberían los titulares, como los vistos en las últimas semanas, alterar el mensaje? ¿Debería temer quedarme obsoleto antes de la publicación?

La respuesta rápida es: no

Respondo a la pregunta con confianza, a pesar de todos los titulares y los tweets. Respondo a la pregunta con confianza, a pesar de la reciente volatilidad que a veces ayuda y otras veces daña las carteras. Respondo a la pregunta con confianza, conforme la cita de Keynes antes mencionada resuena en mi mente y reflexiono sobre el estilo de inversión de MFS, que está profundamente arraigado en el compromiso de unos estándares de rendimientos a largo plazo. El cortoplacismo en los mercados ha llegado a unas proporciones epidémicas. Considere como frecuentemente los comentarios evocan frases como “risk on/risk off”, los mercados están siendo “golpeados” por la guerra comercial, o los inversores están siendo alentados a “comprar la caída”. Hoy en día, los mercados están “respaldados” por unas negociaciones comerciales conciliatorias o bancos centrales “acomodaticios”, y mañana, la inhabilidad de los negociadores comerciales para llegar a un acuerdo en una fecha concreta creará debilidad en los mercados. ¿No ha sido precisamente este el guión que ha seguido el mes de agosto?  

Lo que es más importante para los inversores: ¿se puede invertir pensando en los titulares o en los tweets? ¿Tiene algún gestor una verdadera ventaja competitiva para especular sobre el flujo de noticias que ocurrió en el mes pasado? No lo creo.

En mi opinión, adivinar la dirección o fuerza de los vientos políticos es el equivalente al mono proverbial que tira dardos a una lista de nombres de acciones. Además, creo que esto es cierto independientemente de si los vientos políticos se originan en Estados Unidos, China, Hong Kong, Reino Unido, Italia o Argentina. Los titulares y los tweets políticos no constituyen una tesis de inversión, y nuestro trabajo es no posicionar o realizar operaciones en una cartera sobre resultados cortoplacistas de esta naturaleza.

Curiosamente, cuando me encuentro con inversores y clientes alrededor del mundo, casi todos están de acuerdo en estos sentimientos. De hecho, “loco” es el adjetivo más utilizado para describir el actual entorno de inversión. Estos son comentarios que son bienvenidos y que sintonizan con nuestra filosofía de inversión en MFS IM. Creemos firmemente en un horizonte de inversión de largo plazo.

Se necesita tiempo para proporcionar al research fundamental una pista de despegue que permita influenciar de forma significativa la valoración de las inversiones que realizamos en nombre de nuestros clientes -mientras que también brinda la oportunidad de arbitrar las dislocaciones del mercado creadas por el pensamiento a corto-plazo.

Reconozco que muchos participantes del mercado no estarán de acuerdo con estos pensamientos. Consideremos los hechos: operamos en un mercado en el que el periodo de tenencia en cartera nunca ha sido más bajo, la cobertura realizada por el research de Wall Street parece estar muy centrada en los resultados corporativos del siguiente trimestre y en los titulares, los medios financieros producen ruido en el mercado y las gestoras de inversión incentivan estructuras que se centran en los estándares a corto plazo. Ninguna de estas prácticas es saludable para obtener unos resultados a largo plazo para los clientes. Iré un paso más allá y añadiré que estas dinámicas están de hecho dañando los resultados de las inversiones.       

No me malinterpreten, mi intención aquí no es descartar la importancia del proteccionismo, populismo o la globalización, tampoco quiero decir que las opiniones y la dirección de los bancos centrales globales no sean importantes para proporcionar liquidez al mercado, para las valoraciones de los activos y para los ciclos económicos. Mi opinión aquí es que nos debemos fijar en horizontes de inversión realistas y en las expectativas de rendimientos que tienen los inversores y los dueños de los activos.

Las negociaciones comerciales pueden influenciar la confianza empresarial y el gasto de capital, la retórica populista, por su parte, alimenta la dinámica de la inflación y todos estos riesgos geopolíticos pueden afectar a las valoraciones de los activos. Sin embargo, a pesar de los titulares constantes, el enfoque de MFS IM como gestores activos debe permanecer en los fundamentales, es decir, los ingresos, los gastos, los beneficios, los balances contables, los flujos de caja, la deuda, el gasto en inversión, las decisiones de asignación de capital y demás consideraciones. Últimamente hemos expresado los desafíos que vemos en el horizonte para muchos de estos factores fundamentales.

Dicho de otra manera, uno no puede comerciar dentro y fuera de las tendencias fundamentales a largo plazo, siempre ganan al final. Dados el “loco” entorno de mercado, la selección por parte de los inversores, una gestión activa del riesgo y un horizonte temporal extendido deberían tener más importancia.   

Columna de Williams J. Adams, director de inversiones de renta fija en MFS Investment Management.

 

 

Anotaciones:

  1. Fuente: Bloomberg, a 30 de agosto de 2019

La fortaleza estadounidense

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Pixabay CC0 Public Domainjnn1776. jnn1776

La guerra comercial instigada por el gobierno estadounidense actual está afectando al crecimiento económico y a los beneficios empresariales en todo el mundo. Las economías y los mercado de valores de Europa y la esfera en desarrollo han resultado ser especialmente vulnerables por su dependencia de la cadena de suministro manufacturera global.

Sin embargo, los inversores que deseen diversificación y estabilidad deberían fijarse en el ojo de la tormenta: Estados Unidos. La economía, el dólar y los mercados bursátiles estadounidenses gozan de características únicas que los convierten en una parte vital de cualquier cartera de inversión, incluso a pesar de que el recrudecimiento actual de la incertidumbre económica sea causa del propio sistema político de Estados Unidos.

La economía estadounidense se presta a aislarse en gran medida de factores externos. Con una población de 372 millones de personas, se estima que el 80% de su economía se basa en el consumo. Las cifras del PIB del segundo trimestre demuestran su importancia: en pleno recrudecimiento de la guerra comercial y con una caída de la inversión empresarial del 5,5% en comparación con el año anterior, el PIB estadounidense logró anotarse un avance del 2,1%, por encima de las expectativas de Wall Street, gracias a la solidez del consumo.

Tal es la confianza del consumidor que las solicitudes de hipotecas para adquisiciones de vivienda (en contraposición a operaciones de refinanciación) también han subido de manera sostenida. Al seguir creciendo el peso del consumo y los servicios en la economía estadounidense, resulta cada vez más improbable que la ralentización industrial o manufacturera sea el origen de una recesión en el futuro. En vista de la tensa situación actual del entorno comercial global, se trata de una característica de gran atractivo que presentan muy pocas economías.

Gráfico GAM Investments

Para los inversores internacionales, la estabilidad del dólar estadounidense también es de vital importancia para conservar el valor de sus inversiones en moneda local. De nuevo, Estados Unidos se encuentra en una posición excepcional en este aspecto. El dólar estadounidense goza de solidez y estabilidad gracias a su condición de moneda de reserva de facto, extremo que apenas muestra signos de que vaya a cambiar.

El comercio global se realiza cada vez más en dólares estadounidenses y la deuda denominada en dicha moneda en manos de empresas y gobiernos se aproxima a los 10 billones de dólares. La economía mundial ha asimilado literalmente la situación del dólar de Estados Unidos motivada por su capacidad para hacer las veces de reserva de valor (por la elevada liquidez de sus mercados de capitales), así como por sus altos niveles de liquidez y seguridad.

El último punto es crucial, pues la Reserva Federal demuestra claramente estar preparada para actuar como prestamista de último recurso. Durante la crisis financiera mundial de 2008, el banco central estadounidense instauró líneas de swap de divisas con nada menos que otros 14 bancos centrales para asegurar una oferta sostenida de liquidez en dólares.

El dólar estadounidense no es inmune a la depreciación, naturalmente, como se vio en la primera década del siglo XXI, cuando la economía a duras penas se recuperó de la recesión. El gobierno estadounidense recientemente planteó la posibilidad de devaluar su moneda un 10% para apuntalar la fabricación destinada a exportaciones. Sin embargo, el proceso de “dolarización” de, aproximadamente, la última década, combinada con las características intrínsecas que se describen con anterioridad, sugiere que el dólar estadounidense seguirá siendo una moneda atractiva en las turbulencias económicas globales en curso, que no de las específicas de Estados Unidos.

En cuanto a los mercados de capitales y, concretamente, la renta variable de Estados Unidos, volvemos a encontrarnos con la excepcionalidad de dicho país. Aunque algunas empresas estadounidenses centradas en el ámbito internacional, como Nike, han pedido al gobierno de Estados Unidos rebajar el tono en el enfrentamiento comercial, la rentabilidad de las empresas del país sigue siendo sólida.

Las expectativas medias de crecimiento de los beneficios de las empresas correspondientes al segundo trimestre apuntan un alza del 4% con respecto al año pasado, si bien numerosas empresas están demostrando flexibilidad en la gestión virando sus cadenas de suministro en detrimento de China en lugar de esperar a la resolución de la incertidumbre política.

En la práctica, esto implica trasladar las fábricas a jurisdicciones de “segundo nivel” como México, Tailandia e Indonesia. También contribuye positivamente la actitud cada vez más “proclive” de la Reserva Federal, que se ha mostrado más abierta a reducir los tipos de interés ante la inminencia de una tormenta económica global. Sin embargo, Estados Unidos también ofrece algo intrínsecamente superior con respecto a otros mercados que trasciende las condiciones imperantes: una rentabilidad de los recursos propios sistemáticamente mayor que en otros mercados.

Gráfico GAM Investments

¿Cuál puede ser la explicación de esto? En pocas palabras, mayor calidad de los equipos directivos de las empresas. No es una mera sospecha de que las empresas estadounidenses simplemente se gestionan mejor que otras, sino un fenómeno observado de manera empírica.

En un estudio básico realizado en 2010 por Nicholas Bloom y John Van Reenen (1), las empresas estadounidenses obtuvieron la mejor puntuación global en cuanto a dirección, a partir de criterios como adopción de técnicas de fabricación modernas, control del rendimiento, consecución de objetivos internos, procesos de revisión de homólogos, estructuras de incentivos y gestión del talento. Aunque la solidez de su infraestructura de formación empresarial puede que sea parte de la razón de esta puntuación elevada, es posible que el enfoque darwiniano de Estados Unidos hacia el éxito y el fracaso individual en el mundo corporativo sea el que más incida en este sentido.

Es interesante señalar que el Reino Unido logró el noveno puesto a escala mundial; los autores del estudio destacaron una cultura fatalista de mediocridad directiva personificada en la cultura popular por personajes como Basil Fawlty, David Brent y Alan Partridge. Resulta complicado relacionar dichas caricaturas con personajes de Estados Unidos porque en ese país prácticamente no existen. La superioridad en la gestión se combina con la enorme profundidad del mercado bursátil estadounidense, donde en 2017 se negociaban a diario, de media, casi 6.500 millones de acciones. El resultado es que el índice S&P 500 tiende a mostrar “asimetría” con el tiempo, pues evoluciona adecuadamente cuando sube la renta variable global, pero también traza una evolución defensiva sólida cuando caen las acciones de todo el mundo, reflejando su capacidad, descontada, de afrontar todo tipo de situaciones.

Gráfico GAM Investments

La fortaleza estadounidense es un fenómeno económico y de inversión más que contrastado. Puede que otros estilos de inversión y regiones muestren un crecimiento más alto, como los mercados emergentes, con sus incipientes clases medias, mientras puede que otros parezcan ofrecer un valor directo más elevado, como la ridiculizada renta variable europea.

Sin embargo, la economía, la moneda y los mercados bursátiles estadounidenses gozan de una resiliencia que se debe, en parte, al legado estructural, pero también en buena parte a que los responsables de sus instituciones económicas y los consejos de administración de sus empresas siempre son de alta calidad.

Estas ventajas únicas posicionan a Estados Unidos adecuadamente para bregar con un periodo prolongado de incertidumbre geopolítica y económica a escala global, incluso a pesar de que el origen de esta situación sea interno. Si bien algunos expertos argüirían que la administración estadounidense está tratando de hacer que el país dependa menos del exterior, la buena noticia es que los mercados de capitales de Estados Unidos siguen siendo fácilmente accesibles para los inversores internacionales.

 

Tribuna de Julian Howard, responsable de Multi-Assets Solutions en GAM Investments. 

 

Anotaciones: 

(1) «Why Do Management Practices Differ Across Firms and Countries?» Bloom & Van Reenen, 2010

 

Advertencias legales importantes:

 
Los datos contenidos en este documento tienen simplemente el objetivo de la información y no constituyen asesoramiento de inversión. Por la veracidad y exactitud del contenido de esta información se declina toda responsabilidad. Cualquier recomendación u opinión contenida en este documento puede cambiar y refleja el punto de vista de GAM en las actuales condiciones económicas. Se declina toda responsabilidad por la veracidad y exactitud de los datos. La rentabilidad pasada no es un indicador de la rentabilidad actual o futura.

 

 

Uruguay y la residencia fiscal por permanencia en el país

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Foto cedidaBahía de Montevideo. ,,

Como ya es sabido, las mudanzas internacionales se han convertido en los últimos años en una de las principales herramientas para la planificación patrimonial, fiscal y familiar. Es por ello que en el siguiente articulo nos detendremos a estudiar una de las principales causales por las cuales se puede obtener la residencia fiscal en el Uruguay y algunos aspectos prácticos a considerar a la hora de tramitarla.

Como hemos comentado en anteriores artículos, Uruguay a partir de su reforma fiscal impulsada en el año 2006, ha diferenciado los conceptos de residencia legal y fiscal y establecido incentivos que los han convertido en una jurisdicción muy atractiva a la hora de buscar en donde establecer la residencia fiscal, sobre todo para aquellos ciudadanos de países limítrofes como lo son los argentinos y brasileros. 

Entre otros estímulos impulsados por la legislación uruguaya en esta materia, podríamos mencionar el Tax Holiday – Vacaciones fiscales o su sistema tributario territorial, más allá de su seguridad jurídica y estabilidad política que siempre lo ha caracterizado.

Por un lado, en Uruguay la residencia legal es aquella que se vincula al lugar donde un individuo vive, otorgando, dependiendo de qué tipo de residencia legal se obtenga, ciertos derechos civiles en el país. Mientras que la residencia fiscal será la que determinará qué tipo de impuesto se le aplicará a una persona y en donde la misma será considerada fiscalmente a los efectos de por ejemplo aplicar convenios para evitar la doble imposición.

Aspectos generales para la obtención de la residencia fiscal en el Uruguay

La residencia fiscal en Uruguay está regulada por la normativa referente al Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF), Titulo 7 del Texto Ordenado de 1996 y el Decreto 148/007. A menos que el contribuyente acredite su residencia fiscal en otro país mediante un certificado de residencia fiscal emitido por la autoridad fiscal competente de ese Estado, se convertirá en residente fiscal en Uruguay si cumple con una de las siguientes condiciones:

1. Que permanezca en Uruguay por más de 183 días en un año calendario. Para determinar dicho periodo de permanencia se considerarán todos los días en que se registre presencia física efectiva en el Uruguay, cualquiera sea la hora de entrada y salida (no computándose aquellos días en que la persona se encuentre como pasajero en tránsito), y las ausencias esporádicas que según establece el Decreto 148/007 serán aquellas que no superen los 30 días corridos, o

2. Cuando radique en territorio nacional el núcleo principal o la base de sus actividades o de sus intereses económicos o vitales. Respecto de esta causal es necesario hacer algunas precisiones;

3 Se considerará que una persona tiene sus intereses vitales en territorio nacional, cuando residan habitualmente en el Uruguay, el cónyuge y los hijos menores de edad que dependan de aquél, siempre que el cónyuge no esté separado legalmente y los hijos estén sometidos a patria potestad. Estableciéndose que en caso de que no existan hijos, bastara con la presencia del cónyuge.

4. Se entenderá que una persona tiene en el territorio nacional el núcleo principal o la base de sus actividades, cuando genera en el país rentas de mayor volumen que en cualquier otro país, no configurándose la existencia de la base de sus actividades cuando se obtengan exclusivamente rentras puras de capital, aun cuando la totalidad de sus activos estén radicados en el Uruguay.

5. Por otra parte, respecto de la causal de intereses económicos, la reglamentación establece taxativamente que se considerará que una persona radica la base de sus intereses económicos en el Uruguay, cuando tenga en territorio uruguayo, una inversión:

I. En bienes inmuebles con un valor superior a UI 15.000.000 (unidades indexadas quince), aproximadamente USD 1.800.000 (dólares estadounidenses un millón ochocientos mil). Considerándose a estos efectos el costo fiscal actualizado de cada inmueble.

II. Directa o indirecta, en una empresa por un valor superior a UI 45,000,000 (unidades indexadas cuarenta y cinco millones), aproximadamente USD 5.400.000 (dólares americanos cinco millones cuatrocientos mil), que incluye actividades o proyectos que han sido declarados de interés nacional, de acuerdo con las disposiciones de la Ley N ° 16.906 de 7 de enero de 1998 y su reglamentación. Para determinar el monto de la inversión realizada, se considerarán las reglas de valuación del Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas.

Tax Holiday o Vacaciones Fiscales

De acuerdo a lo establecido por el art 6 Bis del Título 7 del Texto Ordenado de 1996, las personas que obtengan su calidad de residentes fiscales en el Uruguay, podrán optar por tributar el Impuesto a la Renta de los No Residentes, por el ejercicio fiscal en que se verifique el cambio de residencia al Uruguay y durante los cinco ejercicios fiscales siguientes. Dicha opción podrá realizarse exclusivamente con relación a los rendimientos de capital mobiliarios.

Respecto de los rendimientos de capital mobiliario es preciso mencionar que a partir del 1 de enero de 2011 en Uruguay se aprobó la extensión al criterio de la fuente, que hasta el momento era puramente territorial. Estableciéndose entonces que los rendimientos de capital mobiliario provenientes de depósitos, préstamos y en general de toda colocación de capital o de crédito de cualquier naturaleza, obtenidos en el exterior, pasaran a estar gravados por el IRPF.

Por lo tanto, aquellos que obtengan la residencia fiscal en el Uruguay estarán exonerados de tributar por dichas rentas durante el periodo anteriormente descripto.

Aspectos prácticos de la permanencia en Uruguay 

1. Consideraciones para el conteo de los días de permanencia:

En primer lugar, y como la normativa lo establece, es importante mencionar que para el conteo de los 183 días se consideraran las salidas esporádicas del país de hasta 30 días corridos o menos.

Esto quiere decir, que en caso de haber salido del país por un periodo de 30 días corridos o menos, estos días que se permaneció fuera del país contaran para el computo de los 183 días, número al que se debe llegar a los efectos de obtener la residencia fiscal por la causal de los días.

Computaran incluso para el conteo de los 183 días las estadías de algunas horas en el Uruguay, no así, los pasajeros que se encuentran en tránsito.

2. Certificado de Ingresos y Egresos:

Para comprobar la permanencia en el país se requerirá un certificado de ingresos y egresos emitido por la Dirección Nacional de Migraciones, el cual además permitirá realizar un conteo en detalle de los días de permanencia antes de someter a consideración de la Dirección General Impositiva (DGI) la solicitud del Certificado de Residencia Fiscal.

3. Salidas esporádicas:

En cuanto al criterio de las salidas esporádicas, es importante aclarar que en base al fallo 179/2019 emitido por el Tribunal de lo Contencioso Administrativo (TCA), a raíz de una solicitud de Certificado de Residencia Fiscal (CRF) tramitada ante la DGI, quedo establecido cual es la interpretación que las autoridades fiscales y administrativas le otorgan a este concepto. A continuación, les dejamos una breve explicación acerca del fallo emitido y el criterio asumido por las autoridades en el Uruguay.

Específicamente en este caso la persona de nacionalidad española que pretendió obtener el CRF presentó documentación de la cual surgía que había permanecido físicamente 76 días en el país, que sumado a los días en que estuvo fuera del mismo por periodos menores a 30 días corridos, acumulaban un total de 228 días en el Uruguay.

En primera instancia, la DGI entendió que se debía interpretar la palabra permanecer, indicando que la misma implica una situación de estabilidad y duración en el tiempo y no algo esporádico o accidental. Entendiendo entonces que la presencia física exige justamente la permanencia de la persona en el territorio nacional, y que, si bien existe la posibilidad de computar las salidas esporádicas de hasta 30 días corridos, estas justamente deben ser ocasionales y esporádicas, de forma aislada.

Al respecto, y luego de haber sido rechazada por parte de la DGI la solicitud presentada por él ciudadano español, y habiéndose agotado la vía administrativa, este decidió comenzar una acción de nulidad ante el TCA. Sin embargo, la situación continuo incambiada y el TCA apoyo el criterio asumido por la DGI, manteniendo firme el rechazo de la solicitud, sosteniendo que resulta claro que el criterio de permanencia física por más de 183 días en el país no puede abarcar situaciones donde la permanencia se transforma en excepción, y las ausencias esporádicas pierden la calidad de tales al convertirse en la regla.

Por lo tanto, y a partir de este fallo, podemos sostener que, si bien la normativa no menciona nada respecto de las salidas de hasta 30 días corridos, en el sentido de las veces que estas se pueden realizar, no es posible asumir una actitud donde dichas salidas sean la regla en la estadía de la persona en el país, y los días en que efectivamente hay presencia física en el mismo, sean la excepción.

Augusto Tachini es especialista en nternational Tax Law, Legal and Compliance, de Insight-trust

 

Renta fija emergente: gestión activa, con límite de VAR, y carteras de vencimiento en moneda fuerte

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Renta fija emergente: gestión activa y flexible, con límite de VAR, y carteras de vencimiento fijo en moneda fuerte
Pixabay CC0 Public Domain. Renta fija emergente

Las previsiones de crecimiento que se barajan para las economías emergentes siguen estables, apuntando a un 4,1% en 2019 y un 4,7% en 2020, según el FMI. A esto se suma que la inyección de liquidez que van a proporcionar los bancos centrales, precisamente para alejar el temor a un frenazo del crecimiento económico global, también ayuda a los mercados emergentes al frenar el alza del dólar.

Por otro lado, los mercados emergentes, en análisis global, mantienen una tasa de impago por debajo de la media histórica de estos mercados y un endeudamiento relativamente bajo frente al de los países desarrollados.

El potencial de esta clase de activo es evidente, especialmente en el escenario de tipos en el que vivimos y que, previsiblemente, seguiremos viviendo durante un tiempo. Pero a los inversores a veces les generan rechazo los riesgos que esta renta fija puede llegar a alcanzar; y es un miedo muy razonable.

Desde Mirabaud proponemos dos estrategias especialmente adecuadas para poder beneficiarse de las perspectivas de la deuda emergente: invertir en carteras muy flexibles, pero siendo muy estrictos limitando los riesgos; o construir una cartera de bonos muy diversificada en activos específicos y de calidad, en dólares o euros, y esperar a vencimiento sin que la volatilidad a corto y los problemas de falta de liquidez nos desvíe del objetivo final.   

La solución que entraría dentro del marco de la primera estrategia es Mirabaud Global Emerging Market Bond Fund, que tiene la flexibilidad de invertir en cualquier tipo de activo en renta fija, en dólar y moneda local, pero con un aspecto claramente diferenciador: el fondo incorpora un límite de VAR de entre 3%-6%. Actualmente se encuentra en 4,5%, con una volatilidad del 4,3%. El límite de VAR nos permite invertir en deuda emergente, pero con “paracaídas”.

Nuestro objetivo es localizar las mejores oportunidades de inversión en cualquier momento del ciclo económico, pero no a cualquier precio ni a cualquier plazo. La TIR actual del fondo es del 11% y la duración de tres años. Esta estrategia requiere un modelo de gestión activa, especialmente por las posiciones que mantenemos en deuda emergente en moneda local, ya que solo así se pueden mitigar de manera eficiente los riesgos de estas divisas sin dejar de aprovechar las oportunidades presentes en este tipo de deuda.

La herramienta que ofrecemos a nuestros inversores en el segundo marco estratégico de inversión, vía carteras de vencimiento fijo, es Mirabaud Emerging Market 2024 Fixed Maturity. Lanzamos el fondo el pasado mes de mayo -ya cerrado a nuevas inversiones- y ha mostrado una magnífica evolución: se cerró con una TIR estimada del 8% y duración modificada de 3,14 años, diversificando en más de 30 países.

La herramienta a vencimiento, clara apuesta de Mirabaud por la inversión dinámica de cara a cubrir las cambiantes necesidades de los inversores -y cada vez más demandada por nuestros clientes-, ofrece un mayor grado de certeza en la rentabilidad esperada, a la vez que reduce a un mínimo los crecientes problemas de liquidez en los mercados de bonos.

El fondo tiene un perfil similar al de un bono sencillo, pero está dotado de la diversificación propia de una cartera de instrumentos de deuda exclusivamente denominada en dólar, y se centra en la obtención de los atractivos rendimientos que ofrecen actualmente los emisores de los mercados emergentes.

Fundamentalmente, sigue un enfoque buy and hold de deuda corporativa, soberana y cuasi-soberana. Inicialmente, la estrategia se lanzó en dólares porque no consideramos la inversión en moneda local en un fondo con cartera a vencimiento a más de 4 años, ya que requiere una gestión activa debido a los riesgos que mencionábamos anteriormente.

Actualmente, estamos trabajando para lanzar otro Fixed Maturity en Deuda Emergente”, pero denominado en euros. El segmento de deuda emergente denominada en euros está creciendo rápidamente y, durante los próximos años, esperamos ver un aumento en el número de emisores y emisiones. En Mirabaud estamos ultimando el lanzamiento de esta nueva estrategia en euros, que verá la luz en pocas semanas y vendrá a cubrir las necesidades de muchos inversores.

Como comentaba al inicio de este artículo, y pese a que este verano no ha sido su mejor escenario, en Mirabaud estamos plenamente seguros de que la deuda de emergentes sigue proporcionando muy buenas oportunidades. La clave para localizar las oportunidades más interesantes estriba en garantizar una toma de decisiones dinámica y activa, lo que, hoy, se configura como el único modo de aprovechar las oportunidades existentes, tanto en moneda local como en dólar.

Tribuna de Elena Villalba, directora general de Mirabaud AM para España, Portugal y Latinoamérica

El Ahorro Voluntario del SAR es propulsado por PensionISSSTE; ¿Solventará el problema de las pensiones ínfimas?

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Wikimedia CommonsFoto: Germán Torreblanca. El Ahorro Voluntario del SAR es propulsado por PensionISSSTE. ¿Solventará el problema de las pensiones ínfimas?

El Ahorro Voluntario (AV) del SAR se nutre en gran medida con el Solidario (AS) de los trabajadores del Estado. Según datos del regulador al cierre de agosto, PensionISSSTE, séptima administradora en activos netos, concentraba 21.711 millones de pesos, el 25,71% del AV del sistema; estaba casi a la par de XXI Banorte, primera en activos (3,55 veces más), que conjuntaba 22.234 millones, el 26,33% del AV total.

Ahorro Voluntario medio: 1.851 pesos por cuenta

El Monto acumulado de AV es llamativo. Al disgregar la información la lectura es diferente y concluyente. Véase la tabla.

  • El AS en PensionISSSTE constituía el 10,34% de las Aportaciones Obligatorias (AO) de sus afiliados. Apréciese su ventaja sobre las proporciones de AV en XXI Banorte (2,98%) y SURA (2,34%), segundo y tercer lugar, y sobre las de Coppel (0,56%) y Azteca (0,27%), penúltimo y último.
  • Un dato relevante es la cantidad media por cuenta, el AV por persona, considerando cuentas registradas; se asume que los no registrados no hacen contribuciones complementarias. En PensionISSSTE era de 13.583 pesos, tendiente a ser impulsor (falta ver si decisivo) de la tasa de reemplazo. La segunda y tercera media individual más altas, lejos de la primera, eran la de Profuturo, con 3.842 pesos, y la de SURA, con 3.000. En la parte baja, Coppel, con 129 pesos, y Azteca, con 67.
  • La cantidad media por afiliado registrado del SAR de 1,851 pesos, es evidente que no mueve la aguja de la pensión esperada. Al ritmo actual, dentro de 20 años, cuando comience el retiro de la primera generación de cotizantes exclusivos del sistema, la media por cuenta sería de alrededor de 6.000 a 7.000 pesos, irrelevante aún en términos de tasa de reemplazo, sin influencia como para elevar la pensión a cifras dignas.
  • El AV total, de 84.440 millones de pesos, llamativo en términos absolutos, era todavía mínimo en relación al AO: 2,34%.

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¿A qué se debe la alta contribución voluntaria de los del PensionISSSTE?

A los incentivos de sus derechos laborales: el empleado que ha inyectado de manera voluntaria hasta 2% más de su salario a su cuenta individual, ha sido premiado por la dependencia o entidad federal en que labore hasta con 6,5% adicional. Así, su aportación no obligatoria se eleva a 8,5%. O sea que es el Estado (nosotros, vía impuestos) quien en realidad carga con la mayor parte del AS. En descargo de los burócratas se reconoce su esfuerzo meritorio pues su cuota individual de AO, 6,125%, casi iguala a la tripartita (Estado + trabajador + patrón) de los inscritos al IMSS. Con la cuota patronal de 5,175%, su AO es de 11,3% y con su prestación se maximiza al 19,8% de su sueldo. Este porcentaje sí está alineado a las sugerencias internacionales y se considera suficiente para producir pensiones dignas.

Una lección: el mero hecho de que el burócrata aporte 6,125% ineludible (hasta 8,125% con el 2% voluntario), es prueba de que sí, los asalariados de la iniciativa privada pueden (y deben) hacer AO superiores al raquítico 1,125% vigente. No hay razón para postergarlo.

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Ahorro Voluntario, considerable en monto. Crecimiento con tendencia al equilibrio

El crecimiento del AV se estabiliza. Su porcentaje de incremento anual ha disminuido a partir de 2014 para consolidarse entre 25% y 29%. De incrementos en torno a 60% y 80% entre 2011 y 2013, ha pasado a máximo de 43% en 2015, y a mínimo de 25% en abril de 2019, según cifras de Consar. Es natural, ya que al partir de cero en 2010, los incrementos en los primeros años se perciben como proporcionalmente mayúsculos. Sería comprensible que sus variaciones sucesivas fuesen menores a 20%.

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¿El Ahorro Voluntario solventará el problema de pensiones ínfimas?

No. En lo absoluto. Influirá para elevar la pensión de los trabajadores al servicio del Estado, siempre que su vida laboral mayoritaria transcurra ahí y ejerzan la opción de AS en forma regular. Pero será irrelevante para los de la iniciativa privada, salvo casos puntuales. ¿Entonces no tiene caso hacer aportaciones voluntarias? Tiene caso. Hay que hacerlas y lo más cuantiosas posible. Dada la baja tasa de contribución obligatoria, es la única alternativa para tratar de aumentar, aunque sea en poca medida, la tasa esperada de reemplazo.

Cada vez hay más canales y esquemas para facilitar el depósito de AV –el “cómo”–, mas no hay incentivos ya no digamos como los de los burócratas, ni siquiera alicientes o complementos menores –el “de dónde”– que propicien el AV consuetudinario y sostenido. Además, está visto por la experiencia en países maduros, en teoría con mayor cultura financiera, que no es habitual que el grueso de los asalariados ahorre.  

Columna de Arturo Rueda

Inversión de impacto y los objetivos de sostenibilidad de la ONU

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ODS Allianz
Pixabay CC0 Public Domain. Inversión de impacto y los objetivos de sostenibilidad de la ONU

Los inversores empiezan a darse cuenta de que tienen la capacidad de influir eligiendo dónde y cómo invierten su dinero. Invertir con objetivos de sostenibilidad en mente permite a los inversores influir en el funcionamiento de la economía o en el comportamiento de las empresas.

La inversión puede impulsar la innovación canalizando fondos hacia nuevas tecnologías, reforzar el comportamiento positivo premiando las buenas prácticas e influir en la cadena del valor económico. Asimismo, determinadas estrategias pueden invertir con un objetivo específico en mente, como, por ejemplo, abordar la necesidad de agua potable o reducir las emisiones de carbono.

Este tipo de estrategias de inversión no solo redundan en beneficio del medio ambiente o la responsabilidad social, sino que además tienen la capacidad de generar rentabilidades atractivas.

Una nueva generación de inversiones

La denominada inversión de impacto se basa en tres principios. En primer lugar, el propósito de la estrategia debe ser generar un impacto social o medioambiental positivo a la vez que ofrecer rentabilidades atractivas. En segundo lugar, debe existir una relación causal entre la inversión y el impacto generado. Por último, el impacto social o medioambiental debe ser identificable y ha de comunicarse para garantizar la transparencia y la rendición de cuentas a los inversores.

Para calificar que una estrategia de inversión es de impacto es necesario que la inversión se centre en abordar problemas medioambientales y sociales acuciantes, y es aquí donde los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la ONU se utilizan como marco internacional reconocido y creíble.

Los 17 ODS globales se crearon con motivo de la Asamblea General de la ONU en 2015 como medio para alcanzar un futuro mejor y más sostenible en 2030. Cada objetivo se enfoca en un área determinada, como eliminar la pobreza, reducir los residuos, proporcionar acceso a una educación de calidad y actuar para frenar el cambio climático.

Aunque puede que muchas inversiones tengan cierta relación con un tema social o medioambiental, eso no significa necesariamente que cumplan los criterios de la inversión de impacto. Por ejemplo, la inversión de impacto en recursos hídricos supone financiar proyectos relacionados con la eficiencia hídrica o la calidad del agua, no invertir en agua embotellada. La inversión de impacto en el sector agrícola significa invertir en seguridad y sostenibilidad alimentaria, y no en futuros de materias primas.

Por ejemplo, a la hora de formular una estrategia de inversión de impacto en mercados ilíquidos, nos aseguramos de que somos capaces de medir directamente el impacto de una inversión y demostrar una causalidad entre la inversión y el impacto generado.

Nuestros criterios para la inversión de impacto en mercados cotizados obedecen a una lógica similar. No obstante, demostrar una causalidad entre la inversión y el impacto resulta más difícil en los mercados secundarios a menos que las inversiones se realicen para proyectos concretos, como por ejemplo en el caso de los bonos verdes.

Dado que el acceso al capital a través de valores cotizados resulta esencial para muchas empresas cuyos productos, servicios y actividades generan un impacto medioambiental y social positivo, también hay margen para la inversión de impacto en este ámbito. Consideramos que la implicación en las empresas en las que se invierte constituye una poderosa herramienta para propiciar una relación más estrecha entre la inversión en renta variable o en bonos y unos resultados positivos.

Además de las ventajas financieras, una estrategia de impacto diversificada puede, simultáneamente, repercutir positivamente en múltiples ámbitos. Por ejemplo, invertir en una central de generación combinada de calor y electricidad para mejorar la eficiencia energética puede brindar acceso a energía asequible y limpia (ODS 7), contribuir al desarrollo de industrias, innovación e infraestructuras sostenibles (ODS 9) y promover un consumo y una producción responsables (ODS 12). La capacidad de aplicar los ODS de forma más amplia permite a los inversores entender los proyectos desde la perspectiva de sus ámbitos de acción.

Si bien los ODS tienen muchas ventajas, resulta difícil utilizarlos para medir el impacto o incluso como marco absoluto para la construcción de carteras. Es por ello que medir indicadores clave (KPI) de impacto específicos de los proyectos es una parte esencial de nuestra estrategia de inversión. Esos KPI de impacto se utilizan en decisiones de inversión y para fines de seguimiento continuo. En definitiva, el uso de los ODS ofrece una ruta atractiva a los inversores que quieren contribuir a mejorar el mundo, pero la definición de los criterios que se deben tener en cuenta y de los procesos de medición requieren de un cuidadoso desarrollo. 

Allianz GI

Tribuna de Andreas Fruschki, gestor del fondo Allianz Global Water y director de análisis de renta variable en Europa de Allianz Global Investors.

Navegar en el universo de la deuda pública emergente

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Jarrett Fifield sailing boat Unsplash
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Jarrett Fifield . Foto: Jarrett Fifield

Este verano ha sido difícil para los inversores: se han intensificado las preocupaciones en el plano geopolítico y los rendimientos de la renta fija han vuelto a caer como consecuencia de la búsqueda de refugio por parte de los flujos de capital. 

Pero no todo ha sido negativo, la deuda pública emergente denominada en divisa fuerte, según el índice JP Morgan EMBI Global Diversified, ha registrado rentabilidades de doble dígito, expresadas en términos de dólares, en lo que va de año (1) y ha batido a los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años.

El descenso de los rendimientos estadounidenses ha sido un factor clave de esta rentabilidad superior. No obstante, este sigue siendo un resultado destacable, dado que se ha logrado en un contexto de desaceleración del crecimiento mundial y de escaramuzas comerciales de distinta intensidad entre los grandes bloques económicos —EE. UU., China, la UE y Japón—, y ha desafiado la tendencia habitual, en la que los activos emergentes son los primeros en verse perjudicados en un clásico contexto de aversión al riesgo.

Los indicios no son alentadores, pero…

En el ciclo de subidas de tipos más reciente de la Reserva Federal (Fed) de 2015 a 2018, los rendimientos estadounidenses comenzaron su tendencia bajista antes del cambio de discurso de la Fed y cayeron mucho más que el ajuste al tipo oficial de los fondos de la Fed.

Los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años, la referencia de esta clase de activos, alcanzaron su máximo en el 3,23% a principios de noviembre de 2018, mientras que la Fed aplicó su última subida del ciclo en su reunión de diciembre.

Desde entonces, el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años ha descendido por debajo del 1,5 %, mientras que, hasta ahora, la Fed ha realizado dos recortes de 25 puntos básicos (en julio y en septiembre) hasta llevar la horquilla del tipo de los fondos federales en el rango del 1,75% y el 2,00%.

Además, tras tambalearse al borde del precipicio durante un tiempo, el tramo de 2 a 10 años de la curva de rendimientos se invirtió una vez más a finales de agosto, lo que tradicionalmente se ha considerado como la antesala de una recesión.

Algunos analistas parecen estar ponderando al alza el efecto de la guerra comercial junto con la decreciente influencia del impulso a corto plazo proporcionado por los recortes de tipos y la ley estadounidense de empleo (Jobs Act) de 2017, y concluyen que no hay manera de evitar una recesión.

Sin embargo, también podría argumentarse que (en base en las reacciones que se han observado a las noticias sobre el plano comercial) el descenso de los rendimientos estadounidenses en todo el espectro de vencimientos constituye más una consecuencia de las incertidumbres con respecto a las guerras comerciales y la correspondiente debilidad económica, que un reflejo de la aplicación de un endurecimiento monetario excesivo y demasiado precipitado que esté asfixiando cada vez más al ciclo económico.

Este último escenario es el que se produjo de forma manifiesta en 1994 y 1995, cuando la Fed subió los tipos hasta en siete ocasiones en 12 meses y llevó el tipo oficial del 3% al 6%, y en el ciclo de subidas de 2004-2006.

Esta vez, la política de la Fed ha sido más comedida, y los inversores en renta fija prevén que el banco central seguirá recortando los tipos para apuntalar el contexto económico mundial. Si estas expectativas se materializan, la postura acomodaticia de la Fed podría revertir la inversión de la curva, mientras que cualquier acuerdo final en el plano comercial entre EE.UU. y China debería propiciar una inclinación de la curva. Lo más seguro es que la continuidad de la incertidumbre probablemente ponga a prueba el coraje de los inversores de manera regular.

No exactamente una cobertura “natural”…

Los indicios que arroja la deuda pública emergente denominada en divisa fuerte respecto de la probabilidad de una recesión en EE.UU. tampoco son inequívocos. Esta clase de activos difícilmente constituye una cobertura natural frente a una ralentización económica mundial.

La rentabilidad más reciente de las categorías de calificación distintas a grado de inversión se situó en sintonía con cualquier otra clase de activos de renta fija sensible al crecimiento. El diferencial de estos países con calificaciones reducidas se ha ampliado y está ahora en 439 puntos básicos (2).

En cambio, el mensaje que emiten los movimientos en el tramo de mayor calidad —grado de inversión— de la deuda emergente resulta más contrario: los diferenciales de la deuda emergente con grado de inversión se sitúan en el tramo más reducido de su horquilla histórica, en 165 puntos básicos (2).

Por otro lado, el índice JPM EMBIG Diversified Investment Grade ha obtenido una rentabilidad del 16,61% este año (3), superando así la rentabilidad del índice de referencia de los bonos estadounidenses a diez años recién emitidos, FTSE 10-Year Treasury, en un 4,2% durante el mismo periodo. Solo en agosto, este segmento de la deuda emergente registró una revalorización del 4,15%, lo que no parecería indicar una recesión mundial inminente.

Desde el punto de vista de las valoraciones, la actual diferencia entre los diferenciales del segmento de alto rendimiento y el de grado de inversión en el EMBI Global Diversified se acerca a su máximo histórico de 499 puntos básicos, similar a los niveles observados el 27 de octubre de 2008, en el punto álgido de la crisis financiera (Gráfica 1).

Gráfico GAM Investments

Incluso si la proporción de deuda pública desarrollada que se negocia con rendimientos negativos descendiera, la demanda de activos que arrojen rendimientos positivos con parámetros fundamentalmente sólidos se mantendrá en el contexto actual.

Cabe esperar que se produzcan retrasos temporales cíclicos en la clase de activos emergente debidos al impredecible contexto de la guerra comercial, dado que las economías emergentes han demostrado ser las más favorecidas por la globalización.

No obstante, los fundamentales de los países emergentes han mejorado en los últimos años, tal y como ilustra la postura prudente que reflejan las crecientes reservas de divisas (Gráfica 2) de estos países, que se sitúan en máximos históricos.

Gráfico GAM Investments

Motivos para estar convencidos sobre la inversión en mercados emergentes…

En conclusión, tenemos razones de peso para creer que, en vista de la reversión del sentimiento sumamente bajista descontado en los mercados desarrollados, los segmentos de la deuda emergente que arrojan mayores rendimientos deberían, una vez más, batir a aquellos de mayor calidad. No se trata tanto de una opinión ni de una previsión, sino de una visión calculada con base en comparaciones históricas y en las reacciones que hemos observado en los mercados. A nuestro juicio, esta situación constituye una oportunidad cíclica para invertir en deuda pública emergente denominada en divisa fuerte. Creemos que la mejor forma de aprovechar esta oportunidad es centrarse en los fundamentales económicos constatables de cada país. A partir de ahora, realizaremos una evaluación a medio plazo de la solvencia relativa y mantendremos nuestro proceso de inversión basado en las valoraciones, que llevamos más de una década perfeccionando.

 

Columna de Bogdan Manescu, gestor de inversiones en GAM Investments. 

 

Anotaciones: 

(1) A 30 de agosto de 2019

(2) A 30 de agosto de 2019.

(3) A 30 de agosto de 2019.

 

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Globalización: de viento de cola a viento de frente

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Foto: Boris Smokrovic
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Boris Smokrovic. Foto: Boris Smokrovic

Una versión acelerada de la globalización, etiquetada por algunos como una hiperglobalización, ha estado en marcha durante la mayor parte de una generación. Incitada en parte por el TCLAN (NAFTA), el inicio del euro y la aceptación de China en la Organización Mundial del Comercio, las empresas multinacionales han navegado la ola de la globalización junto con los vientos de cola seculares en sus márgenes. Pero con la creciente preocupación de que la globalización haya llegado a sus límites, ¿se encuentran en estos márgenes en riesgo?  

En la era posterior a la crisis global financiera, los directores financieros se han vuelto extremadamente adeptos a emplear todo tipo de ingeniería financiera para incrementar los márgenes, los beneficios y los precios de las acciones. Han adoptado unas estrategias más ligeras de capital, incrementado el apalancamiento, se han comprometido en una deuda más elevada, financiado fusiones y adquisiciones y recomprado acciones. Las empresas también se han vuelto más competentes a la hora de reducir costes gestionando cadenas de valor globales, obteniendo bienes y servicios intermedios en todo el mundo y ensamblándolos en países de bajo coste. Al mismo tiempo, se han involucrado en un arbitraje fiscal y regulatorio internacional.   

Pero a medida que nos globalizamos cada vez más y más, los beneficios marginales de una globalización adicional han disminuido. El valor agregado resultante del TCLAN, la formación de la Eurozona y la deslocalización parece estar llegando a su fin.

¿Mejor imposible?

Si bien la globalización ha entrado en decadencia y ha regresado con más fuerza por miles de años, el orden mundial establecido tras Bretton Woods, que dio origen a la cadena de valor global actual, se ha visto respaldado por el rol central del dólar estadounidense como divisa de reserva mundial, mientras que instituciones como la Organización Mundial del Comercio y el Fondo Monetario Internacional y Estados Unidos han actuado como los ejecutores a nivel mundial.   

Con este telón de fondo, la cadena global de valor se ha basado en una reducción implacable de los aranceles. Pero hay signos crecientes de que la globalización ha podido alcanzar sus límites, con unos niveles crecientes de desigualdad y un incremento simultáneo del populismo entre los síntomas.

La guerra comercial entre Estados Unidos y China cuestiona la viabilidad de la cadena de valor global en un mundo donde las tasas de aranceles globales puede que se estén revertiendo tras décadas de caídas. Si Estados Unidos finalmente aplicase un 25% de arancel en todos los bienes importados de China, los niveles de aranceles, en términos generales, aumentarían hasta un nivel no visto desde la década de los años 60.   

Sin embargo, las cadenas globales de valor globales no han sido diseñadas con el estilo de aranceles de los años 60. A esos niveles, las cadenas de valor probablemente se desgastarían. Al mismo tiempo, las barreras no arancelarias parecen estar al alza en todas las partes. La cadena de valor global fue construida para un mundo de bajos aranceles en el que el comercio libre es percibido como un bien público. Pero los acontecimientos recientes ponen en tela de juicio esa opinión, poniendo en riesgo la multimillonaria cadena de valor global en riesgo.   

Sin palancas que accionar

En un entorno en el que los directores financieros han accionado todas las palancas disponibles, ¿hay algún de margen de error desde la perspectiva del precio de los activos? Argumentaríamos que no hay mucho. Si la globalización se revierte y las cadenas de valor mundiales se ven socavadas o se ven forzadas a realizar unos costosos ajustes, es probable que los márgenes brutos de beneficio se vean afectados negativamente. Las empresas que generaron unos márgenes superiores a la media, unos beneficios y un rendimiento de las acciones no porque produjeran unos productos superiores, sino porque gestionaban de forma efectiva las cadenas de suministro globales pueden encontrarse en posiciones insostenibles, ya sin una ventaja económica.  

Y en un entorno en el que los equipos gestores tienen menos cartas para poner en juego y los márgenes están en riesgo debido a disrupciones en las cadenas de suministro, las empresas con unos modelos de negocio realmente diferenciados, una propiedad intelectual única y un fuerte valor de marca están probablemente mejor posicionadas para lidiar con las cambiantes condiciones globales. Las empresas que no puedan modificar rápidamente la producción para evitar los impactos de los aranceles y aquellas que carezcan de un poder de fijación de precios, podrían estar en riesgo.

Esta posible dislocación hace que la selección de seguridad sea cada vez más importante a medida que la dispersión del mercado se reafirma y después de una década monolítica de acción en los precios basada en los índices. En esencia, a finales del ciclo los inversores se han vuelto mucho más selectivos, evitando empresas altamente apalancadas con márgenes brutos decrecientes, así como cíclicas de menor calidad. Como suele ser el caso, los entornos empresariales cambiantes tienen una forma de exponer las vulnerabilidades corporativas, aumentado la importancia de ser selectivos. 

 

Columna de Erik Weisman, economista jefe y gestor de carteras de renta fija de MFS Investment Management, and Robert M. Almeida, gestor de carteras y estratega global de inversiones.

 

El sector de servicios de comunicación de EE.UU. celebra su primer aniversario: ¡vaya año!

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El sector de Servicios de Comunicación de EE.UU. celebra su primer aniversario: ¡Vaya año!
Pixabay CC0 Public Domain. Servicios de Comunicación

La reclasificación a gran escala de tres sectores bajo el estándar GICS (Global Industry Classification Standard) en septiembre de 2018 resultó en un reequilibrio significativo del índice base S&P 500, el lanzamiento de nuevos fondos y el aumento de la actividad inversora.

Los cambios del S&P tuvieron lugar el 24 de septiembre de 2018, y el más importante de ellos fue reclasificar el antiguo sector de servicios de telecomunicaciones por el de servicios de comunicación. El nuevo sector agrupó a activos de medios interactivos dominantes y conocidos, así como a proveedores de entretenimiento y grandes firmas de telecomunicaciones.

¡Vaya año!

El principio del año no ha sido fácil. El sector de servicios de comunicación cayó más rápidamente que la media del mercado durante la corrección del último trimestre de 2018, ya que los inversores huyeron de las empresas tecnológicas y apostaron por una seguridad relativa a través de acciones más defensivas, bonos o efectivo.

Sin embargo, desde principios de 2019 hasta finales de abril, el sector repuntó debido a las expectativas de un crecimiento atractivo de los ingresos. Los miedos de que se produjeran interferencias políticas en las empresas más grandes frenaron de alguna manera al sector, pero ahora está mostrando un momentum renovado, ganando un 24,4% desde principios de año (frente al aumento del 20,9% del mercado).

El valor que mejor ha rendido este año ha sido Twitter, con retornos del 50% basados en el aumento de la cantidad de usuarios. Aunque la mirada de los inversores ha estado puesta en blue chips de perfil alto como Facebook y Alphabet, también han contribuido significativamente al rendimiento del sector AT&T –cuya cotización se ha visto impulsada por el interés de un inversor activista- y Walt Disney –que entusiasmó a los inversores tras anunciar una nueva plataforma de streaming-. Ambas acciones han contribuido alrededor del 25% al total del movimiento del sector en el índice.

Cuando se produjo el lanzamiento, hubo dudas sobre cómo funcionaría esta mezcla de subsectores, y SPDR argumentó que la muestra era atractiva: los resultados apoyan esta visión.

Puede haber baches momentáneamente… y luego un pastel

Alphabet está siendo investigada en Estados Unidos, debido a las preocupaciones de que Google se comportó de forma monopolística en su negocio publicitario. El empeño de políticos y reguladores podría terminar afectando a Facebook, que debe afrontar sus propias batallas legales en el ámbito de la privacidad.

Un resultado de esto podría ser la disgregación de los negocios. Sin embargo, estos movimientos podrían tardar años y afrontar extensos desafíos judiciales. No obstante, una ruptura no tiene por qué ser necesariamente dañina para los accionistas.

Es probable que los servicios de comunicación nunca sean aburridos. El sector se compone de una mezcla interesante entre comunicación y contenido para medios, redes sociales, entretenimiento y videojuegos. Este posicionamiento significa que casi siempre habrá empresas que ofrezcan un rápido crecimiento de las ventas, un flujo significativo de noticias y un enfoque en las FAANG.

El incremento de la publicidad digital también puede ser un motor para el sector, ya que los grandes jugadores de las redes sociales generan plataformas que alcanzan a audiencias inmensas a nivel global. Adquirir el sector da acceso a todas estas temáticas sin tener que escoger el ganador o estar extremadamente expuesto a los riesgos idiosincráticos de acciones individuales.

Tribuna de Rebecca Chesworth, jefa de estrategia de renta variable y sectores en SPDR ETF EMEA

 

SPDR S&P US Communication Services Select Sector UCITS ETF (Ticker: SXLC)

Lea más sobre la gama sectorial de SPDR: https://www.spdrs.com/investment-ideas/investing-with-spdr-sector-etfs?WT.mc_id=dis_sec_comms_es_fs_adv_sep19

 

 

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Una alianza para la sostenibilidad

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HSBC tribuna
Pixabay CC0 Public Domain. Una alianza para la sostenibilidad

La relación entre el equipo financiero de una compañía y sus socios bancarios a menudo carece de un ingrediente vital: las compras. Los bancos han fracasado con demasiada frecuencia a la hora de involucrar a los líderes en compras, lo cual limita nuestro conocimiento en cuanto a las prioridades en la cadena de suministro.

Un diálogo continuo entre el socio bancario y las funciones del departamento de compras pueden favorecer las prioridades de los equipos de compradores, promoviendo resultados relacionados con la agilidad, la sostenibilidad y el riesgo, que están interrelacionados.

La sostenibilidad de la entrega siempre ha sido una prioridad en la cadena de suministro. Mediante la identificación de proveedores estratégicos, la financiación puede ofrecer apoyo cuando sea necesario para facilitar operaciones que puedan resistir los cambios del mercado. Sin embargo, ahora se debe profundizar en este concepto ya que las empresas compradoras están cada vez más presionadas por los consumidores finales cuya tendencia es evaluar los impactos a gran escala de sus decisiones de compra. Esta es la razón por la que el interés medioambiental, social y el gobierno corporativo han llegado hasta el consejo de administración.

En los últimos años la visión sobre la sostenibilidad ha sufrido un cambio paradigmático. En lugar del altruismo, son las dinámicas en los negocios las que dirigen el cambio en nuestro comportamiento. El reciente estudio Navigator: Made for the Future encargado por HSBC reveló que el 57% de las compañías planean incrementar las inversiones en sostenibilidad los próximos dos años. En esta encuesta, realizada a más de 2.500 empresas en 14 países, se refleja que alrededor de un tercio de las compañías esperan cambiar radicalmente los próximos 24 meses, desde lo que venden a donde trabajan, ya que buscan oportunidades de crecimiento en un mundo que cambia rápidamente.

Según este estudio, tecnologías como la robótica encabezan los planes de gastos de las empresas y las compañías están ahora priorizando la inversión en el bienestar y las habilidades futuras de sus empleados. Mediante las cualificaciones de los empleados y la adopción de tecnologías innovadoras, el objetivo final de las empresas es ser más eficientes, más centradas en el cliente y más ecológicas. Más de la mitad de las empresas encuestadas planean aumentar su inversión en la experiencia del cliente (52%) y el 45% aumentará el gasto para ser más sostenible desde el punto de vista medioambiental. Casi una cuarta parte (24%) quiere ser más ecológica para atraer y retener al personal con talento, y el 30% está sintiendo la presión de los clientes para mejorar en esta área. Asimismo, el 48% de los encuestados que dijeron que la innovación es importante señalaron también que la sostenibilidad es clave para sus planes de crecimiento.

Los bancos internacionales juegan un papel clave en el apoyo a la transición de las compañías para ser más sostenibles. Si un banco comprende de manera global el contexto de un proveedor dentro de la cadena de suministro, tal vez ofrezca mejores condiciones para su financiación. Este apoyo puede incluir créditos verdes, financiación de inversiones de capital por parte de proveedores clave, o programas más amplios de financiación de la cadena de suministro que vinculen la tasa de financiación de los proveedores a sus estándares de sostenibilidad.

Ser sostenible supone tener un modelo de negocio sostenible. Las entidades de crédito ya están evaluando este criterio desde la perspectiva del riesgo al tomar decisiones, lo que influirá en las decisiones en temas relacionados a los créditos. La inversión inicial puede traer ahorro a largo plazo. Mientras que mejorar las condiciones de trabajo o comprar maquinaria eficiente supone hacer una gran inversión inicial, esta se verá traducida en reducciones a largo plazo de ineficiencias, uso de energía y coste para las compañías.

Al Igual que los beneficios en cuanto al coste, la creciente importancia de los factores ESG para los consumidores y accionistas se traduce en un riesgo potencial para los beneficios y la reputación de las empresas. Ya estamos considerando riesgos de transición en industrias que van a tener que hacer cambios relacionados con la sostenibilidad.

Aunque el departamento de compras puede no considerar en principio que los bancos sean importantes para alcanzar los objetivos, en realidad su potencial para impulsar la eficiencia y la liquidez a lo largo de la cadena de suministro los hace relevantes y valiosos. Esta conversación más amplia entre los equipos de compras, los equipos de finanzas y los socios bancarios puede acelerar el progreso hacia un futuro más sostenible para todos.

Tribuna de Stuart Nivison, Global Head de Client Network Banking en HSBC.