Pixabay CC0 Public Domain. Ante el cambio climático, el coste de la inacción supera con creces el de la inversión necesaria para combatirlo
Los efectos del cambio climático son imposibles de ignorar. Continuamente vemos noticias sobre las altas temperaturas récord que se recogen, o sobre fenómenos meteorológicos extremos, tales como tormentas, incendios forestales e inundaciones- que ocurren cada vez con más frecuencia, o el visible derretimiento de las capas de hielo.
A medida que la población mundial crece, la demanda de energía, las emisiones de gases de efecto invernadero y las temperaturas siguen aumentando. La magnitud del desafío del cambio climático es inmensa, lo que lleva a una urgencia de actuar sin precedentes.
La mayoría de los países aceptan que la quema de combustibles fósiles es uno de los factores que más ha contribuido al aumento de las temperaturas. En 2015, más de 180 naciones se comprometieron con los objetivos del Acuerdo de París: mantener el calentamiento global dentro de un rango de 2°C, e idealmente dentro de 1,5°C, desde la época preindustrial. Sin embargo, la evolución de este acuerdo ha sido lenta y las emisiones de gases de efecto invernadero han alcanzado un nuevo máximo en 2018.
El año pasado, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático publicó su Informe especial sobre el calentamiento global de 1,5 °C. Este documento advierte del daño ambiental, social y económico que podemos esperar si los gobiernos no toman medidas más ambiciosas para alcanzar los objetivos fijados en París.
Limitar las consecuencias del calentamiento global es uno de los retos más importantes de nuestro tiempo. El cambio climático plantea una amenaza potencial. Además, un planeta más cálido también afecta el perfil de riesgo de muchas empresas y economías en las que invertimos.
Es probable que estas compañías y economías se vean obligadas a incurrir en costes importantes durante la transición mundial hacia fuentes de energía con bajas emisiones de carbono. Además, el aumento de los daños físicos relacionados con el cambio climático y la inversión en medidas de adaptación para limitar estos daños a largo plazo, también acarrearán gastos significativos.
Por eso tanto los inversores como los gestores de fondos necesitan entender cómo estos cambios afectarán al valor de sus activos. La evaluación de los riesgos y oportunidades del cambio climático debería constituir un componente central en los análisis de inversión que se realizan, así como la integración de los factores de medio ambiente, la sociedad y la gobernanza (ESG).
Se trata de conocer en profundidad la forma en que cada empresa está expuesta a los problemas relacionados con el cambio climático, y lo que estas compañías tienen previsto hacer para hacer frente a estos retos. Todas deben estar abiertas al cambio y ser más resilentes en medio de la rápida evolución de las políticas climáticas, la percepción de la sociedad y los avances tecnológicos.
Dicho esto, también debemos decir que hay oportunidades. La transición a una economía con bajas emisiones de carbono requerirá grandes cantidades de capital privado para construir infraestructuras de energía renovable, transporte con bajas emisiones de carbono y mejorar la eficiencia energética.
Se necesitarán inversiones inmensas en sectores y subsectores como muros de contención, tecnología de refrigeración o gestión del agua y del suelo, para adaptarse a los efectos físicos del aumento de las temperaturas. El cuánto se determinará exactamente en función del ritmo de la transición a una energía baja en carbono. Si no se progresa lo suficiente ahora, se incurrirá en mayores costes más adelante. Los inversores y los gestores desempeñarán un papel fundamental al asignar todo este capital.
Tribuna de Eva Cairns, analista de ESG de Aberdeen Standard Investments.
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. inflación y polític amonetaria, la incómoda realidad
En los últimos meses hemos visto cierta holgura inflacionaria en el mundo y México no ha sido la excepción. Dependiendo del país, la inflación general ha bajado entre 40 y 80% de su nivel 12 meses desde octubre del año pasado (Gráfica 1), y algunos países han aprovechado dicha baja para empezar a relajar la política monetaria. Algunos bancos centrales ya no pueden seguir reduciendo su tasa (como el Banco Central Europeo), por lo que se han embarcado en programas de estímulo monetario agresivos. ¿Cuáles son los riesgos, sobre todo del lado inflacionario, si se relaja demasiado la política monetaria?
La inflación es un arma de doble filo. Una inflación controlada es deseable para el buen desempeño de la economía, pero una inflación muy baja (incluso negativa) o muy alta puede ser disruptiva y nociva para una población.
Vamos a ver, entonces, el riesgo importante que se corre al relajar la política monetaria. La inflación general se puede dividir en dos partes: La inflación subyacente y la inflación no subyacente. En esencia, la inflación subyacente es la inflación de los bienes y servicios, excluyendo comida y energía. Por otro lado, la inflación no subyacente es la inflación de la comida y la energía. ¿Por qué se hace la diferencia?
La canasta con la que se mide la inflación subyacente tiene productos que responden a las fuerzas normales del mercado. Sus precios son menos volátiles y tienden a marcar el derrotero de la inflación en el mediano plazo. Por otro lado, la canasta con la que se mide la inflación no subyacente está compuesta de productos más volátiles y que pueden ser influenciados por choques externos y/o regulaciones gubernamentales, es decir, es la inflación que provoca choques de corto plazo.
Esto es importante pues la injerencia del Banco Central de cualquier país está mucho más ligada a la inflación subyacente que a la no subyacente. Por ejemplo, una baja de tasas de la Fed podría reactivar el consumo de bienes y servicios en general, aumentando sus precios y generando inflación subyacente, pero esa misma baja tendrá muy poco efecto en el precio de la gasolina o del aguacate, que están más ligados a temas geopolíticos o climáticos.
En este sentido, uno de los grandes indicadores que los Bancos Centrales utilizan es la inflación subyacente. En la gráfica 2 vemos como se ha comportado la inflación subyacente el último año.
Es fácil observar la divergencia: mientras que la inflación general va a la baja, la inflación subyacente no ha cedido. ¿Por qué? La variable que falta en esta ecuación es la inflación no subyacente. La inflación no subyacente ha bajado considerablemente (muy de la mano con la baja del precio del petróleo), arrastrando a la inflación general. Un ejemplo es México. La última observación de la inflación no subyacente (mensual de octubre) fue de 1,01% 12 meses, y el mes anterior tocó su mínimo nivel en toda la historia (0,71% 12 meses). Lo anterior nos lleva que, en México, la inflación general se encuentre en 3%, con la inflación subyacente en 3,7% y la no subyacente en 1,01%.
La inflación subyacente ha bajado en todo el mundo porque los precios de las materias primas han bajado (Gráfica 3). Sin embargo, parece que la tendencia ha empezado a revertirse.
Entonces, la inflación general no ha bajado por las acciones de los bancos centrales, sino por choques globales. De hecho, la inflación subyacente se ha mantenido, por lo que el trabajo de los bancos centrales no ha sido muy efectivo.
Los argumentos para relajar la política monetaria han sido variopintos, desde el más obvio que es la inflación bajando (que ya argumenté que no es del todo cierto) hasta debilidad económica. En este último me gustaría ahondar un poco.
Hay dos formas de clasificar los datos económicos: datos duros o datos suaves. Los datos duros son los datos que dependen de un indicador económico, por ejemplo, el crecimiento del PIB, o la tasa de desempleo. Por otro lado, los datos suaves son los datos que tienen que ver con las expectativas de las personas, por ejemplo, el sentimiento del consumidor o los PMI / ISM.
En EE.UU. los datos que han presentado debilidad están más ligados a los datos suaves, por ejemplo, el ISM manufacturero se encuentra por debajo de 50 (en terreno de contracción) y la confianza del consumidor se contrajo durante octubre. Sin embargo, los datos duros siguen arrojando cifras sólidas: el desempleo se encuentra en mínimos de décadas y el crecimiento económico mantuvo su ritmo (1.9% el 3T19). En la gráfica 4 vemos la tendencia. Las sorpresas en indicadores que siguen a datos duros han sido positivas, mientras que los indicadores que siguen a datos suaves han sido negativas.
Entonces, la debilidad percibida en la economía ha tendido a ser más anímica que real. ¿Esta combinación de cosas, a donde nos podría llevar?
Una política monetaria acomodaticia va a imprimir una dinámica positiva a la economía, y en una economía trabajando más allá de pleno empleo (como lo es EE.UU.), esto deberá tener repercusiones inflacionarias. De hecho, ya existe cierta presión por parte de sueldos y salarios en EE.UU. Esto nos puede llevar a que la inflación subyacente aumente. Asimismo, el alivio causado por la baja en los precios de las materias primas parece que empieza a revertirse (Gráfica 3), por lo que puede empezar a haber presiones del lado de la inflación no subyacente. Es decir, es probable que veamos presiones inflacionarias en el corto o mediano plazo, y una política monetaria acomodaticia podría aumentar dichas presiones.
Entonces, ¿Qué tan justificada es una baja agresiva de tasas en estos momentos? Creo que no mucho. Los bancos centrales (México incluido) deberán ser cautelosos al momento de realizarlas, pues creo que el panorama económico no está aún para dicha relajación.
En el caso particular de México, no hay que olvidar que el único mandato de Banxico es controlar la inflación (no promover el crecimiento), por lo que sacrificar diferencial respecto a la tasa de EE.UU. en pos de dinamizar la economía aludiendo a una inflación controlada (que ya vimos que la subyacente ha resistido los embates del Banco central) podría ser contraproducente si no se hace con cautela. Podría desencadenar salidas masivas de capital, detonando una depreciación del peso, y generando inflación; y los extranjeros ya empezaron a protestar, un ejemplo es la recomendación de Morgan Stanley del 5 de noviembre referente a cerrar posiciones largas en México pues los rendimientos esperados ya no justifican los riesgos.
Banxico tiene que tomar esto en cuenta al momento de decidir y al momento de manejar las expectativas de los jugadores en el mercado. Estamos en un punto frágil del ciclo económico, y dar señales equivocadas podría traer más problemas que soluciones.
Columna de Franklin Templeton México, escrita por Luis Gonzali, CFA. Estratega de Renta Fija
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Jean Wimmerlin. Foto: Jean Wimmerlin
En los últimos meses, los mercados financieros han pasado de una postura de rechazo a la tolerancia al riesgo hacia un rápido giro en la dirección opuesta. El “miedo a quedarse fuera” parece estar dando impulso a los activos de riesgo en estos momentos y los mercados han corrido para no quedarse fuera de la racha alcista de finales de año. Puede que, tras el pesimismo del verano, cuando el rendimiento de los bonos a 10 años del Tesoro estadounidense cayó hasta un mínimo intradía del 1,44 % en agosto, cualquier atisbo de esperanza esté magnificándose.
No se puede entender la fuerte recuperación de los activos de riesgo sin hablar de la liquidez. Los bancos centrales de los grandes países desarrollados (la Reserva Federal, el Banco Central Europeo y el Banco de Japón) están engordando de nuevo sus balances. La Reserva Federal insiste en que su reciente decisión de comprar letras del Tesoro de EE.UU. por valor de 60.000 millones de dólares al mes para aliviar las tensiones en los mercados monetarios “no es relajación cuantitativa”, pero dado que parte de esta liquidez parece estar fluyendo hacia los activos de riesgo, se podría discrepar de esta afirmación.
El otro vector es la guerra comercial entre EE.UU. y China. El optimismo es cada vez mayor en torno al éxito de las conversaciones de la fase 1, pero es muy discutible que estas desemboquen en un acuerdo comercial lo suficientemente significativo como para mejorar las perspectivas económicas de los dos países. El propio gobierno chino ha aludido a este extremo al señalar que resulta improbable que se alcance un acuerdo a largo plazo a tenor de las demandas estadounidenses.
Algunos han mencionado también los recientes datos económicos de EE.UU. como motivo para el optimismo, pero los datos mundiales siguen siendo bastante desiguales y se observa una sorprendente debilidad en algunas áreas. En octubre, China registró su crecimiento más bajo en el sector servicios en ocho meses, el sector manufacturero de Singapur lleva seis meses contrayéndose y la economía de Hong Kong se ha estancado a raíz de las protestas. Por su parte, el índice de sorpresas económicas de Citi se mantiene en territorio negativo. Así pues, los datos económicos mundiales están siendo inferiores a lo previsto en líneas generales. Estados Unidos parece encaminarse hacia una recesión inminente en los beneficios empresariales: se prevé que los beneficios del cuarto trimestre, junto con los del tercer trimestre, sean negativos.
Por último, una mirada más detenida a los mercados de bonos corporativos pone de relieve muchas señales de tensiones. La inquietud ante el riesgo de recesión ha reducido la demanda de la deuda high yield con calificaciones más bajas que podrían sufrir una rebaja en su rating. El mercado de préstamos apalancados está de capa caída y el volumen de emisiones se ha reducido alrededor de un 40 % interanual, mientras que la deuda corporativa CCC —muy apalancada y sensible al ciclo económico— continúa dando muestras de una gran debilidad.
A pesar de todo ello, los mercados parecen estar apostando por que se trata de una desaceleración de mitad de ciclo que puede capearse con pequeños retoques de los bancos centrales. En nuestra estrategia de renta fija flexible, llevamos tiempo dudando de este análisis. Creemos que las señales apuntan al fin de este ciclo económico, no a una desaceleración de mediados de ciclo. Históricamente, los movimientos alcistas breves y acusados de los activos de riesgo han sido comunes en los últimos compases de los ciclos. Esperamos que los datos macroeconómicos sigan deteriorándose en todo el mundo, lo que debería dar lugar a nuevos recortes de los tipos de interés, una situación que favorece a la deuda pública de alta calidad.
Por lo tanto, seguimos desarrollando una estrategia barbell defensiva que conjuga deuda pública estadounidense y australiana con calificación AAA con una exposición muy selectiva y de baja duración a deuda corporativa y situaciones especiales. A pesar de nuestro enfoque conservador, seguimos encontrando nuevas oportunidades en los mercados internacionales de renta fija, desde deuda pública griega y egipcia hasta productores de vacuno y avícolas de EE. UU. y Brasil. De cara al futuro, sigo teniendo la certeza de que mi equipo posee la experiencia y la flexibilidad necesarias para pilotar la estrategia a través de las próximas etapas del ciclo crediticio, gestionando el riesgo sin dejar de buscar rentabilidades positivas.
Columna de Ariel Bezalel, responsable de estrategia del área de Renta Fija y gestor del fondo Jupiter dynamic Bond
Pixabay CC0 Public Domain. Acciones USA de crecimiento y de calidad, con Brown Advisory
La expansión económica de Estados Unidos está siendo la más prolongada de la historia. Quizá por esta razón se ha comenzado a hablar, cada vez con mayor frecuencia, sobre la posibilidad de que entrara en una recesión. Probablemente esto sea así en parte por las tensiones comerciales, que evocan la guerra arancelaria de la década de los años 30.
Sin embargo, si bien la economía estadounidense crece a un ritmo menor que en años previos, el giro en la política monetaria por parte de la Reserva Federal (Fed), a comienzos de año, inyectó optimismo en el mercado, invirtiendo su tendencia vendedora de finales de 2018.
A lo largo del año la guerra comercial entre Estados Unidos y China ha moderado algo las ganancias, pero el cambio de la Fed hacia tipos de interés más bajos durante un largo periodo de tiempo está apoyando la continuidad del ciclo económico, creando las condiciones para un mercado de renta variable potencialmente fuerte.
Coincidiendo con este escenario, la categoría VDOS de renta variable internacional USA crecimiento es la segunda más rentable en el año (24,94%), solo por detrás de la tecnológica TMT (27,57%). Dentro de esta categoría, de una selección con la mayor calificación VDOS, el más rentable es la clase B en euros de Brown Advisory US Equity Growth, con una revalorización de 33,77%.
Referencia su gestión al índice Russell Growth 1000, invirtiendo alrededor del 90% de sus activos en empresas medianas y grandes de Estados Unidos, que en general son aquellas con una capitalización de mercado superior a 2.000 millones de dólares.
Su estilo de inversión se puede definir como Large-cap Growth. Su estrategia consiste en invertir en una cartera concentrada de empresas de elevada calidad, que frecuentemente ofrecen rendimientos por dividendo superiores a la media y un fuerte potencial de ingresos por crecimiento, con valoraciones razonables, capaces de generar un comportamiento superior a largo plazo respecto al S&P 500, con menor volatilidad y mayor protección frente a bajadas.
Forman una cartera concentrada de empresas con modelos de negocio probados, respecto a los que el equipo gestor tiene una gran convicción de su capacidad para producir un crecimiento del beneficio por acción de 14%, o superior, a lo largo de un ciclo de mercado.
Su proceso de inversión y su disciplina de valoración buscan identificar resultados que estén sesgados a su favor. Su estrategia se basa en una cultura y filosofía únicas, que apoyan la creencia compartida de que las carteras concentradas con baja rotación, creadas a partir de un análisis fundamental sólido, pueden generar retornos atractivos.
La gestión del fondo corre a cargo de un equipo experimentado, con Kenneth Stuzin como responsable principal. Ken es socio de la gestora y gestor de la estrategia Large-Cap Growth. Antes de su incorporación a Brown Advisory LLC, fue vicepresidente y gestor de carteras de Gran Capitalización en JP Morgan Investment Management y estratega de carteras cuantitativas, asesorando a clientes en temas de mercados de capitales y decisiones de asignación estratégica de activos. Se graduó en Administración de Empresas (BA) y obtuvo su Máster en Gestión y Administración de Empresas (MBA) por la Universidad de Columbia y cuenta con la certificación CFA. Es miembro del Endowment Committee del Bryn Mawr School y Trustee (Administrador) del Centro Médico Johns Hopkins Bayview.
El proceso inversor parte de un universo de aproximadamente 3.000 nombres que, tras pasar por varios filtros, queda reducido a unos 250 nombres. Se seleccionan compañías con una capitalización de mercado de 2.000 millones de dólares, pero que desempeñan el papel de empresa de gran capitalización, con un modelo de negocio capaz de generar una tasa de crecimiento de al menos el 14%. Los filtros se centran en sus ventajas competitivas esenciales y en la dedicación y capacidad de su equipo directivo.
La idea de inversión puede generarse a partir del gestor, de los analistas, de reuniones con las compañías o de otras estrategias de inversión de Brown Advisory. A partir de estas ideas, se identifican los generadores de crecimiento, se crea un modelo financiero detallado a partir de los archivos públicos, se llevan a cabo rigurosas entrevistas con el equipo de dirección y se construye un marco de valoración basado en un escenario de subidas/bajadas. La tesis resultante pasa una prueba de stress con el sell-side del grupo.
Durante la fase de decisión, se finalizan las tesis de inversión y los objetivos de subidas/bajadas, se definen los escenarios posibles y sus márgenes de variación, definiéndose las decisiones de compras/ventas para mitigar el efecto emocional. Se establece, además, un marco de valoración que maximice las subidas, que minimice la volatilidad en las bajadas y controle el riesgo.
La cartera típicamente incluye entre 30 y 35 valores, con una ponderación de entre el 1,50 y 5% por cada uno, con el top 10 suponiendo entre el 35 y el 50% de la cartera. La posición en liquidez puede oscilar entre el 1 y 5%. Para gestionar el riesgo, se optimiza constantemente la cartera, modificando las posiciones para adaptarse a los perfiles de subidas/bajadas. Aplican lo que el equipo gestor denomina ‘Capitalismo Darwiniano’ en cuanto a que las posiciones se sustituyen: si una entra, otra sale.
Normalmente, la venta de una acción es por una de estas tres causas: la tesis de inversión del valor ya no se ajusta a la tesis definida; la valoración es exagerada respecto a los fundamentales; y que surjan oportunidades alternativas, ya que, en una cartera concentrada con un número de integrantes limitado, se genera una competencia por atraer capital inversor.
La cartera incluye entre sus mayores posiciones nombres como Microsoft Corporation (4,81%), Zoetis, Inc. Class A (4,36%), Visa Inc. Class A (4,25%), SBA Communications Corp. C (4,06%) y Amazon.com, Inc, (3,91%). Por sector, los mayores pesos corresponden a tecnologías de la información (30,67%), salud (21,59%), consumo discrecional (11,14%), industriales (11,02%) y servicios de telecomunicación (6,07%).
Tomando como referencia el índice Russell Growth 1000, la evolución histórica del fondo por rentabilidad lo posiciona en el grupo de los mejores de su categoría, en el primer quintil, durante 2018 y 2019, batiendo al índice de su categoría en 2015 y 2017. A tres años registra un dato de volatilidad del 16,44% y del 19,24% a un año, con una ratio Sharpe en este último periodo de 1,05 y un tracking error, respecto al índice de su categoría, del 4,55%. La inversión en la clase B en euros de Brown Advisory US Equity Growth requiere una aportación mínima de 10 millones de euros, aplicando a sus participes una comisión fija del 0,75% y de depósito de hasta el 0,02%. El fondo cuenta también con una clase para inversores individuales, con una aportación mínima de 50 euros y comisiones fija y de depósito del 1,50 y 0,01% respectivamente. Cuenta también con una clase A con cobertura en euros, que puede suscribirse a partir de 5.000 euros, con una comisión fija del 1,75% y de depósito del 0,02%.
A pesar de la debilidad mostrada globalmente por el sector industrial, el sector consumo, que supone aproximadamente un 60% del Producto Interior Bruto (PIB) de la economía estadounidense, está mostrando fortaleza, por lo que parece poco probable que el país vaya a entrar en recesión en el corto plazo.
Las valoraciones de la renta variable de Estados Unidos son aún razonables y de calidad relativamente alta. Las compañías de mayor capitalización y con mayor capacidad innovadora son estadounidenses, por lo que su crecimiento potencial es significativo, más aún si los riesgos geopolíticos van desapareciendo o reduciéndose.
Su evolución por rentabilidad en los últimos tres años, respecto al resto de fondos de su categoría, respecto a la volatilidad incurrida en el mismo periodo, hacen a este fondo merecedor de la calificación cinco estrellas de VDOS.
Tribuna de Paula Mercado, jefa de análisis de VDOS
Pixabay CC0 Public Domain. Mirabaud Fixed Maturity 2025
El pasado 25 de octubre lanzamos Mirabaud Emerging Market Fixed Maturity 2025 denominado en euros. Tan solo 5 días tras su lanzamiento, ya logró capturar la atención de más de 500 inversores, lo que hace que el fondo sea “traspasable”. El periodo de comercialización finaliza el próximo 25 de noviembre y está disponible en todas las plataformas.
Al configurar nuestras carteras de deuda emergente, en Mirabaud defendemos una gestión de convicción. En un momento en el que los tipos de interés están en caída libre y los expertos avanzan una preocupante desaceleración de la economía mundial, la deuda emergente se perfila como uno de los vehículos con mayor potencial. Su capacidad para ofrecer retornos atractivos y baja volatilidad son un gran aliciente para inversores con visión a medio y largo plazo, y una vía clara para aprovechar las oportunidades existentes y obtener el máximo rendimiento.
A través de un enfoque buy and hold, el fondo se construye sobre las mejores ideas de inversión en deuda emergente, emitida por más de 50 emisores y 30 países diferentes. Está, además, muy diversificado en cuanto a tipología de bonos: corporativos (54%), soberanos (27%) y cuasi-soberanos (19%). Teniendo en cuenta el magnífico momento que atraviesan los mercados emergentes, contamos para esta nueva estrategia con una TIR bruta estimada del 3,8% y un cupón estimado del 4% en euros tras descontar los costes de cobertura estimados.
La calidad crediticia de la cartera será de BB-. Por otro lado, su vencimiento medio es de 4,7 años, lo que se traduce en una duración de 3,7 años; un período que no es demasiado corto y que consideramos ideal para invertir en deuda emergente, sobre todo en este momento.
Existen distintas ventajas invirtiendo con un enfoque buy and hold a vencimiento fijo. Una de ellas es que se reducen los costes por operaciones comparado con los de los bonos individuales y los fondos tradicionales. Mientras, casi eliminamos el riesgo de liquidez, un factor que, hoy en día, está teniendo un efecto considerable tanto en el retorno como en el riesgo.
La distribución del fondo está disponible en clase de reparto y en clase de acumulación, con los siguientes ISIN dependiendo del perfil inversor: A (clase retail), N (clase limpia), I (clase Institucional):
Mirabaud – Emerging Market 2025 Fixed Maturity Euro A cap. EUR LU2051644214
Mirabaud – Emerging Market 2025 Fixed Maturity Euro A dist. EUR LU2051644305
Mirabaud – Emerging Market 2025 Fixed Maturity Euro N cap. EUR LU2051644644
Mirabaud – Emerging Market 2025 Fixed Maturity Euro N dist. EUR LU2051644727
Mirabaud – Emerging Market 2025 Fixed Maturity Euro I cap. EUR LU2051644487
Mirabaud – Emerging Market 2025 Fixed Maturity Euro I dist. EUR LU2051644560
A nivel macro, las economías emergentes mantienen un ritmo de crecimiento interesante y, según publicaba el FMI a principios de año, el diferencial de crecimiento entre países emergentes y desarrollados seguirá ampliándose. El crecimiento de los últimos 20 años ha sido espectacular, situando su participación al crecimiento del PIB mundial en torno al 60%, y con perspectivas de seguir creciendo.
Los países emergentes ya no son un nicho, son una parte cada vez más grande del mundo. El crecimiento de la deuda emergente es el reflejo real del crecimiento económico y, mientras este continúe, la deuda emergente seguirá avanzando. El crecimiento económico todavía es mucho mayor que el de la deuda, y esto hace que la solvencia y los riesgos de crédito, de media, sigan siendo bastante bajos.
Tribuna de Elena Villalba, directora general de Mirabaud Asset Management para España, Portugal y Latinoamérica
Foto: PeakPX CC0. Indignación y caos: reforma exprés al sistema previsional de Chile ¿Esperamos eso para cambiar el SAR?
En Chile, tanto el impresionante descontento popular de consecuencias lamentables, como las medidas que anunció el gobierno para reencauzar el orden, se derivan de los deficiencias del sistema previsional, prototipo de los sistemas para el retiro en Latinoamérica, que no se corrigió a lo largo de 40 años, y que en consecuencia propició condiciones precarias.
¿De qué se derivó esta crisis?
Los pensionados reciben un porcentaje escaso como para llevar una vida decorosa: entre 40 y 50% de su último salario. Han de hacer malabares para sortear las alzas de precio de bienes y servicios, como de la luz y el metro, que fueron las gotas que derramaron el vaso de la indignación. El dinero que reciben no puede aumentarse, pues ya no aportan, solo retiran el ahorro acumulado en su ciclo laboral, en tanto el costo de la vida sube y sube.
Luego de años de protestas, apenas en el gobierno anterior y en la administración actual se propusieron medidas para intentar elevar las pensiones futuras a entre 70% y 80% del salario. Pero como no pasaron, ni se planteó o hizo algo para paliar los apuros de los jubilados, el enfado y hartazgo subieron al grado que vimos: manifestaciones por doquier, las más numerosas de la historia, decenas de heridos, muertos, estado de emergencia, toque de queda, y finalmente, la renovación exprés del sistema de pensiones. Se tuvo que llegar a este grado de urgencia para rectificar y replantear lo que estuvo mal durante cuatro décadas.
¿Qué se propone ahora?
A la elaboración de esta nota, los distintos actores debatían las medidas inmediatas que anunció el gobierno para serenar los ánimos:
El ahorro obligatorio se elevaría de 10 a 15% del salario. Los empleados seguirían aportando 10% y los patrones contribuirían con 5%. Así, los empleadores aportarían un porcentaje similar al de sus pares de México. Aún se discuten y rebaten las cifras definitivas. El Estado chileno, a diferencia del mexicano, seguiría sin poner un solo peso a la contribución directa, aunque entrega beneficios que no contempla el SAR, como se apunta enseguida. Nótese, sobre todo, el contraste entre ese 15% propuesto y el 6,5% (bruto) del SAR.
Se daría un incremento inmediato de 20% de la Pensión Básica Solidaria que se otorga a mayores de 65 que pertenecen al 60% más vulnerable de la población. Aplicarían requisitos. La ayuda era de 110.201 pesos chilenos (2.900 pesos mexicanos) y subiría a 132.241 pesos (3.425 pesos mexicanos)
El gobierno daría un complemento de 16,28% a los trabajadores que perciben apenas el salario mínimo, 301 mil pesos chilenos, con lo que percibirían ahora 350 mil. El mínimo equivale a alrededor de 7.800 pesos mexicanos, más del doble que el nuestro. Con este complemento, los trabajadores de ingresos más bajos percibirían el equivalente a alrededor de 9.000 pesos mexicanos. El incremento beneficiaría por partida doble: mayor salario, mayor monto de contribución a las AFP.
Las adecuaciones al sistema de pensiones serían parte de las disposiciones, que se complementarían con apoyos a comunidades de escasos recursos, anulación de los aumentos de tarifas, entre otras medidas de alcance amplio.
¿Cuáles son las lecciones para el SAR?
El Sistema de pensiones de México es una calca del chileno. Su concepto, molde y estructura son los mismos pero con parámetros menores. El de Chile no logró el cometido de generar pensiones dignas a pesar de que su tasa neta de contribución (después de comisiones) casi duplica a la del SAR (10% vs 5,50%), y pese a que su régimen de inversión está diseñado y extendido para generar rendimientos potenciales altos.
El de México es muy corto en aportaciones y “tímido” en materia de inversiones.
Así como están las cosas, extrapolando, cabe esperar que las condiciones de nuestros jubilados sean lo doble de duras y sufridas que las de los chilenos, pues las pensiones no pasarán de alrededor de 26% de su último salario. ¿A qué tipo o nivel de indignación y protestas estamos expuestos entonces?
El SAR nació con deficiencias y huecos ostensibles. En 22 años no ha tenido reformas correctivas de fondo. Si Chile puede hacer una reforma exprés, drástica, para tratar de contrarrestar la situación precaria de los jubilados y prever que los que todavía laboran no lleguen al retiro en condiciones penosas ¿De plano no se puede hacer algo al SAR para evitar lo inminente?
Desde Rerum Novarum, la encíclica del Papa León XIII publicada en 1891, hasta Laudato Si’ del Papa Francisco, la Iglesia Católica no ha cesado de reflexionar sobre el papel de las finanzas y ha construido de manera progresiva un cuerpo doctrinal sobre esta cuestión. La Doctrina Social de la Iglesia afirma que sólo el desarrollo humano integral y respetuoso con la persona y con el bien común es creador de valor verdadero.
Atendiendo a estos principios doctrinales, y a iniciativa de la Conferencia Episcopal de Francia (CEF), en 2008 lanzamos el fondo E.T.H.I.C.A. para ofrecer a las diócesis la posibilidad de seguir los Principios de la Iglesia a la hora de invertir en renta variable de la zona euro.
E.T.H.I.C.A. integra en su proceso de inversión las llamadas ‘Ethical Benchmarks for the Financial Management of Church’s Assets’ (referencias éticas para la gestión financiera de los activos de la Iglesia), elaboradas de conformidad con la Doctrina Social de la Iglesia y aprobadas por el Consejo de Asuntos Económicos, Sociales y Jurídicos de la CEF en 2007. El fondo aplica una serie de filtros específicos. Además de las exclusiones tradicionales (armas controvertidas, pornografía, juego o tabaco), las compañías se seleccionan según principios como el respeto a los derechos humanos y a la vida, la promoción de la paz y el respeto de los derechos fundamentales del trabajo.
La estrategia sigue los principios de la Doctrina Social de la Iglesia para proteger las inversiones frente a prácticas que supongan un riesgo ético, pero también para premiar a las empresas con mejores comportamientos morales adoptando un enfoque ético en la selección de valores. Estas normas se tienen en cuenta a la hora de evaluar y calificar los perfiles éticos de las empresas de dos formas concretas.
Por un lado, se integran en el análisis cualitativo y fundamental, puesto que el análisis y la selección de valores constituyen el núcleo central de nuestro proceso de inversión ética. Por otro lado, forman parte de nuestro sistema de calificación cuantitativa, utilizado para detectar las peores prácticas éticas y seleccionar valores que cumplan los requisitos de este fondo. Alrededor del 60% de los valores de nuestro universo de inversión no son admisibles para el fondo.
Los dos primeros principios son de exclusión y se combinan en un filtro de Derechos Humanos aplicado al inicio del proceso para excluir las peores prácticas éticas así como actividades controvertidas concretas. Los otros cuatro principios se utilizan para puntuar cuatro ámbitos de análisis (medioambiental, social, de gobierno corporativo y de comportamiento de mercado), y constituyen nuestro filtro ético para seleccionar los valores admisibles.
Rentabilidad del fondo. Fuente: Allianz GI
Buscamos dos perfiles de compañías. En primero lugar, las empresas que catalogamos como creadoras de valor, las «mejores de su categoría» en términos de factores ASG y de posicionamiento ético, con capacidad para generar beneficios estables a largo plazo. Generalmente presentan modelos de negocio sólidos y elevadas barreras de entrada (con capacidad de generación de flujos de caja estables y baja volatilidad). El segundo tipo está representado por empresas en transformación, que realizan «esfuerzos notables» en términos de posicionamiento ASG y ético, y cuyo objetivo es mejorar en un horizonte de tres años. Esta mejora puede deberse a una adquisición, a la venta de activos o a un giro sustancial en la estrategia con un cambio en el equipo directivo.
E.T.H.I.CA. se centra en empresas que se benefician de tendencias positivas a largo plazo –concretamente, aquellas relacionadas con retos de desarrollo sostenible, como, por ejemplo, la transición climática o la protección a los consumidores– que se corresponde con una dinámica de crecimiento relativamente desvinculada de los ciclos económicos. Para cualquier decisión de inversión, uno de los criterios fundamentales que tiene en cuenta el equipo gestor es la capacidad de la empresa de generar rentabilidades sostenibles a largo plazo.
Desde el lanzamiento del fondo ha existido una estrecha colaboración entre el equipo de inversión de E.T.H.I.C.A. y la CEF para garantizar que los principios éticos se traducen e integran en el proceso de inversión de forma óptima. Por ejemplo, la sensibilidad especial con la corrupción se ha traducido en el afianzamiento de este criterio, y la definición de actividades controvertidas ha brindado la oportunidad de debatir profundamente los aspectos relacionados con el respeto a la vida.
Tras más de diez años de existencia, y a pesar de haber sido lanzado en plena crisis financiera, el balance del fondo E.T.H.I.C.A. es más que positivo en términos de rentabilidad. De esta forma, hemos podido poner en valor las reservas financieras de las instituciones eclesiásticas, asegurando al mismo tiempo la coherencia con los Principios de la Doctrina Social de la Iglesia.
Tribuna de Christine Clet-Messadi, gestora del fondo E.T.H.I.C.A. de Allianz Global Investors
Foto cedidaFoto: Morgan Stanley. Foto: Morgan Stanley
No podemos influir ni siquiera predecir el entorno macroeconómico o político, pero sí podemos aspirar a garantizar que las acciones que incluimos en las carteras sean las más sólidas que podamos encontrar. Nuestro equipo de inversión se centra en seleccionar acciones de alta calidad que revalorizarán el capital a largo plazo y tratarán de minimizar la posibilidad de pérdidas permanentes de capital. A estas compañías bien gestionadas y con un retorno sobre el capital operativo alto y sostenible, además de con potencial de crecimiento y beneficios resilientes, las denominamos “compounders”.
Estas compañías son bastante difíciles de encontrar, por lo que, cuando las compramos, nuestra convicción se refleja en el tamaño significativo de las posiciones, hasta del 10% de la cartera, y una participación activa para la cartera superior al 90%. La ventaja de una cartera que incluye dichos compounders estables se evidencia en la trayectoria de revalorización del capital a largo plazo —con una volatilidad a largo plazo inferior con respecto a la de los índices de referencia generales— durante 18 años de Morgan Stanley Investment Funds (MS INVF) Global Brands Fund.
Invertimos en compounders sostenibles en un mundo cada vez más complejo
MS INVF Global Brands Fund siempre se ha centrado en compañías con poca necesidad de capital y con activos intangibles sólidos, como marcas o redes, que favorecen la capacidad de fijación de precios y unos ingresos en constante crecimiento, beneficios sólidos, fuertes flujos de caja libres y un dividendo permanente.
Como inversores activos, estamos siempre atentos al cambiante panorama de los consumidores y los competidores y somos conscientes de los riesgos potenciales para la sostenibilidad de los retornos sobre el capital a largo plazo. Esto incluye los riesgos sustanciales en el ámbito ESG, así como las oportunidades importantes que esta área puede brindar a las compañías que poseemos. Nuestros gestores analizan los factores ESG importantes como parte de su análisis bottom-up fundamental. Creemos que incorporar los factores ESG es esencial para revalorizar el capital a largo plazo, identificar compounders sostenibles y seleccionar ganadores frente a perdedores.
Nos encargamos directamente de los votos delegados, nos reunimos regularmente con la alta dirección, los miembros de los consejos y los comités de remuneración de las compañías que poseemos y nos implicamos cuando debemos hacerlo. A menudo, esto significa centrarse en las estructuras de incentivos, que, en nuestra opinión, pueden ser clave en las decisiones de los equipos directivos.
Una cartera activa para protegerse contra los inciertos mercados de hoy en día
La alta calidad está, por su naturaleza, menos expuesta a posibles acontecimientos adversos, como lo demuestra la trayectoria de resiliencia frente a mercados bajistas de MS INVF Global Brands Fund.
En este mundo cambiante, los inversores en renta variable global deberían buscar compañías sólidas y gestores que posean acciones para el largo plazo en lugar de para el corto plazo.
La rentabilidad pasada no es un indicador fiable de resultados futuros. Todos los datos de rentabilidad corresponden al valor liquidativo al inicio y al final del periodo, son netos de comisiones, y no tienen en cuenta las comisiones y costes incurridos en la emisión y reembolso de participaciones. La fuente de todas las cifras de rentabilidad y los datos del índice es Morgan Stanley Investment Management.
Columna de opinión de William Lock y Bruno Paulson, gestores del equipo International Equity de Morgan Stanley.
Información importante:
Solo para clientes profesionales. El valor de las inversiones y de las rentas derivadas de ellas puede disminuir y aumentar, por lo que usted podría no recuperar el importe invertido originalmente.
Comunicación comercial emitida por Morgan Stanley Investment Management Limited (“MSIM”). Autorizada y regulada en el Reino Unido por la Autoridad de Conducta Financiera. Domicilio social: 25 Cabot Square, Canary Wharf, Londres E14 4QA. Número de registro en Inglaterra y Gales: 1981121. Existen otros riesgos relacionados con este tipo de inversiones. Consulte el folleto y el documento de datos fundamentales para el inversor del fondo para obtener información exhaustiva sobre riesgos. Los documentos pueden obtenerse de forma gratuita en la dirección que se indica anteriormente o descargarse de morganstanley.com/im. Las opiniones expresadas pertenecen a los autores en la fecha de publicación y están sujetas a cambios en función de la situación económica o del mercado. No estamos obligados a actualizar la información o las opiniones contenidas en este documento, ni a comunicar los cambios que se produzcan en nuestras opiniones o en los análisis o en la información.
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En septiembre, se respiró cierto optimismo y se registraron sacudidas a modo de advertencia. Tras una rentabilidad excepcional en agosto, septiembre resultó ser mucho más complicado, pues las noticias se tornaron menos calamitosas (aunque no necesariamente positivas) y la deuda pública dejó de resultar tan atractiva. También llegaron, por fin, las esperadas reuniones del Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal. Si bien sus responsables no se mostraron en modo alguno restrictivos, sus posturas sí decepcionaron ante las elevadas expectativas (el BCE rebajó los tipos solo 10 puntos básicos (pb) y la Reserva Federal indicó posibles rebajas de cara al futuro).
Aunque sus comentarios no excluían una mayor relajación monetaria, en ambos casos existía un claro elemento de cautela en torno a la adopción de más medidas acomodaticias que inquietó a los mercados de bonos. De manera algo sorprendente, los mercados de crédito aguantaron adecuadamente (el crédito estadounidense superó en rentabilidad a su homólogo europeo).
La esperanza de una mejor evolución económica y la reanudación por el BCE de las compras de crédito compensaron otros extremos decepcionantes. Consideramos que las ventas masivas que se registraron en los mercados desarrollados de bonos suponen una corrección, más que el comienzo de un mercado bajista. Parece que las rentabilidades de la deuda pública se están anclando en una banda delimitada a la espera del resultado de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China y de más información acerca del rumbo que adoptará la economía global.
Consideramos que lo mejor es mostrar un posicionamiento cercano a neutral, con un ligero sesgo optimista. No se avecina una recesión global. Deben aprovecharse las rentabilidades y las oportunidades en crédito dada su debilidad. Las exposiciones deben concentrarse allá donde los fundamentales sean sólidos y las valoraciones, razonables. En cuanto a deuda soberana de la esfera desarrollada, nos decantamos por Australia, España, Nueva Zelanda y Estados Unidos (probablemente, el más vulnerable en caso de producirse más noticias negativas); en los mercados emergentes, nos decantamos por Brasil, Indonesia, México y Perú.
Perspectiva para la renta fija
La rentabilidad de los bonos cedió en septiembre una parte significativa de la óptima evolución de agosto; la rentabilidad de los bonos europeos se vieron especialmente afectados. Consideramos que la corrección de septiembre respondió a tres razones principales:
Decepción ante las medidas de política monetaria adoptadas por la Reserva Federal y el BCE, concretamente, el modo de referirse a posibles actuaciones en el futuro; se produjo un reajuste al alza acerca de posibles rebajas de tipos en el futuro.
Las valoraciones se habían vuelto exigentes, haciendo que el mercado fuera vulnerable a una corrección. Las rentabilidades habían caído a niveles que normalmente se asocian con recesiones, por debajo de lo apropiado para la situación económica actual.
Los datos económicos no se desplomaron. Aunque todavía parece que estamos lejos de una mejora sostenida en el tiempo, que la situación no se deteriorara en mayor medida fue positivo.
Aunque el BCE anunció un paquete integral de medidas acomodaticias más allá de los tipos de interés —donde se incluyen una rebaja del precio del dinero, el escalonamiento de los tipos de depósito ante el BCE para las entidades de crédito, orientaciones prospectivas y el programa de expansión cuantitativa (QE) de duración indefinida—, las declaraciones del BCE tras su decisión fueron más restrictivas en el sentido de que el regulador se encuentra al límite de sus posibilidades acomodaticias.
Una mayor relajación de la política, de requerirse, ya dependería de las autoridades fiscales. Que esta fuera la última reunión del presidente Draghi antes de cederle el testigo a Christine Lagarde tampoco resultó de ayuda. Ni los mercados ni nosotros tenemos certeza del comportamiento de la “nueva” dirección del citado banco central. Puede que ahora emerja el carácter restrictivo latente, que fue suprimido por Draghi.
No se registraron datos económicos significativos suficientemente distintos de los que el mercado esperaba para cambiar nuestra postura. El débil gasto de las compañías (inversiones en inmovilizado), la baja confianza empresarial, el deterioro de los márgenes corporativos y la caída de la actividad comercial global no se han superado.
Si bien esta debilidad es más evidente en los ámbitos manufacturero e industrial de la economía global (puede que ya nos encontremos en una recesión manufacturera técnica), nos preocupa que, de no desaparecer, mine su única fortaleza: los hogares estadounidenses y europeos. Los datos de los mercados de trabajo y de consumo deben analizarse detenidamente.
Seguimos considerando improbable que se produzca una recesión real del conjunto de la economía y que esta ralentización se parece más a la situación de 2015/2016, cuando el sector manufacturero se contrajo temporalmente, pero la resiliencia del sector servicios mantuvo el crecimiento del conjunto de la economía.
El desempleo en Estados Unidos se encuentra en mínimos de los últimos diez años, al igual que en Europa, y el crecimiento de los salarios es positivo en términos reales, si bien es moderado en términos históricos. Sin embargo, no podemos mostrarnos complacientes con respecto a los riesgos. Los mercados de trabajo no pueden combatir indefinidamente la continua debilidad y existen algunos indicios de que la contracción manufacturera está destruyendo empleo.
Además, China no está actuando como la locomotora mundial que ha sido los diez últimos años tras la crisis financiera global. La política monetaria y fiscal expansiva ha sido más moderada que en el pasado, pues las autoridades chinas tratan de lograr un equilibrio entre adoptar reformas orientadas al desapalancamiento y combatir los efectos del conflicto comercial con Estados Unidos. Parece que las autoridades chinas se conforman con detener o ralentizar la mayor debilidad de la economía, en lugar de tratar de devolver el crecimiento a niveles de los últimos años. Debe analizarse la política macroeconómica de China.
Por tanto, los datos económicos no están mejorando realmente. Las guerras comerciales, la salida del Reino Unido de la Unión Europea y el deterioro de la confianza empresarial no se han disipado. Incluso aunque las economías estadounidense y global esquiven una verdadera recesión, son vulnerables a acontecimientos imprevistos. Por ejemplo, los efectos sobre el petróleo y la economía global del ataque a infraestructuras petrolíferas saudíes podrían haber sido mucho peores.
Todo esto implica que los bancos centrales permanecerán ultravigilantes, manteniendo un sesgo acomodaticio. Más de 15 bancos centrales han rebajado los tipos de interés este año. Solo Noruega ha evolucionado en contra de la tendencia y efectivamente ha elevado los tipos, pero se trata de un país inusual por su estructura económica y no nos resulta indicativo de la posible evolución en otras regiones.
La gran preocupación es que la política monetaria se encuentra al límite de su eficacia. Los tipos bajos y su descenso contribuyen a reducir los costes de financiación y ayudan a los deudores, pero, ante la elevada incertidumbre económica global y la falta de resultados en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China (al menos, en el momento de redactar este texto), resulta complicado convencer a las personas o las compañías de que se endeuden augurando un futuro más optimista y favorable.
Si bien pueden debatirse los efectos de la política monetaria en estos bajos niveles, lo que consideramos inapelable es que los bancos centrales continuarán intentándolo, es decir, que los tipos seguirán bajando si los datos económicos continúan deteriorándose.
Durante este periodo de intensa incertidumbre, seguimos buscando señales/indicadores que muestren cómo evolucionará la situación. Seguimos pensando que la curva de rentabilidades es el mejor barómetro de la confianza del mercado. En nuestra opinión, una medida de éxito, por ejemplo, la reflación, sería un pronunciamiento de las curvas de rentabilidades. Si el estímulo monetario funciona, las curvas deberían pronunciarse.
A corto plazo, parece avecinarse un periodo de mayor calma: aparentemente, Estados Unidos y China reanudarán las negociaciones comerciales, la situación política en Italia se ha estabilizado, parece improbable un divorcio sin acuerdo a finales de octubre entre el Reino Unido y la Unión Europea y los bancos centrales volverán a relajar sus políticas en noviembre.
Aunque siguen preocupándonos las tendencias vigentes (tanto de los datos económicos como de las políticas), los mercados podrían asentarse, con las rentabilidades de la deuda pública ancladas en bandas delimitadas y el crédito y los mercados emergentes, estabilizados. No recomendaríamos reducir las exposiciones por ahora o elevar la duración en mercados de deuda pública.
Consideramos que lo mejor es mostrar un posicionamiento cercano a neutral, con un ligero sesgo optimista. No se avecina una recesión global. Deben aprovecharse las rentabilidades y las oportunidades en crédito dada su debilidad. Las exposiciones deben concentrarse allá donde los fundamentales sean sólidos y las valoraciones, razonables. En cuanto a deuda soberana de la esfera desarrollada, nos decantamos por Australia, España, Nueva Zelanda y Estados Unidos (probablemente, el más vulnerable en caso de producirse más noticias negativas); en los mercados emergentes, nos decantamos por Brasil, Indonesia, México y Perú.
Tipos y monedas de mercados desarrollados
Análisis mensual:
Los bonos soberanos de la esfera desarrollada sufrieron una corrección en septiembre, revirtiendo parte de la óptima evolución de agosto. El diferencial entre el bono estadounidense a 10 años y su homólogo a dos años aumentó 5 puntos básicos, pues el mercado reaccionó positivamente a la mejoría en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China y la evolución favorable de las conversaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea (1).
Si bien los bancos centrales mantuvieron su actitud acomodaticia en septiembre, su tono no fue tan moderado como se esperaba. El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de Estados Unidos decidió rebajar la banda objetivo para los fondos federales 25 pb y el interés a las reservas excedentarias (IOER) otros 5 puntos básicos, hasta el 1,80%, tras una votación dividida entre la incertidumbre sobre el crecimiento global y una economía nacional que aguanta bien (2).
El presidente saliente del BCE, Mario Draghi, presentó un amplio paquete de medidas de estímulo en la reunión del BCE: rebajó el tipo de refinanciación, anunció medidas de expansión cuantitativa de duración indefinida, reforzó las orientaciones prospectivas sobre tipos de interés, relajó los términos de las operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico e introdujo un escalonamiento de las reservas para los bancos.
Sin embargo, en los mercados imperó la decepción, concretamente, por la reticencia a seguir rebajando los tipos de interés y la discrepancia de posturas de algunos de los miembros más restrictivos del Consejo de Gobierno.
Perspectiva:
Es probable que el crecimiento global siga descendiendo en lo que resta de 2019. Los bancos centrales han adoptado posturas más acomodaticias, aunque divididos, concretamente, en Estados Unidos y la zona euro. Prevemos que esta situación persistirá, pues sigue prevaleciendo la incertidumbre del entorno geopolítico y económico.
Los tres grandes riesgos que percibimos para las perspectivas son la salida del Reino Unido de la Unión Europea, las disputas comerciales entre Estados Unidos y China y que la debilidad de los sectores manufacturero y comercial pese sobre el consumo. Dado este contexto, prevemos que las rentabilidades del Tesoro estadounidense permanecerán claramente por debajo del 2%.
Tipos y monedas de mercados emergentes
Análisis mensual:
La evolución de los activos de renta fija de mercados emergentes fue heterogénea en el mes, pues el repunte de las rentabilidades de los valores del Tesoro estadounidense lastró los activos denominados en dólares. En el segmento de dicha moneda, el ámbito de crédito de duración más corta superó en rendimiento a la deuda soberana y la alta rentabilidad rindió por encima de los segmentos de activos con grado de inversión de mayor duración. La evolución de la deuda nacional de mercados emergentes también mejoró el mes pasado, contribuyendo de forma ligeramente positiva las divisas de estos mercados (3).
Durante el periodo, los precios del petróleo se debilitaron, los precios de los metales evolucionaron de forma heterogénea y las materias primas agropecuarias se fortalecieron, por lo general. Contribuyó a la tolerancia al riesgo general en el mes la relajación de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, pues ambas partes mostraron gestos de buena voluntad: Estados Unidos postergó la aplicación de aranceles y China eximió de aranceles a productos antes sujetos a dichos gravámenes y se comprometió a adquirir productos agropecuarios estadounidenses. La ralentización de los indicadores manufactureros y de crecimiento propició una respuesta de relajación global de los bancos centrales y los gobiernos.
Perspectiva:
Mantenemos la cautela acerca de la deuda de mercados emergentes. Las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China, previstas para el 11 y el 12 de octubre, probablemente incidirán en la percepción del mercado, que hace poco acusó las amenazas estadounidenses de restringir los flujos de capitales hacia China. Resulta difícil predecir el resultado de las negociaciones de octubre: algunos analistas se inclinan por una escalada de la tensión a corto plazo (es decir, que el 15 de octubre Estados Unidos apruebe aranceles a las importaciones de China), seguida por una posible tregua en una cumbre de mandatarios en torno al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico en noviembre.
La situación política en Estados Unidos también está contribuyendo a la volatilidad, pues el proceso de destitución iniciado por los demócratas en la cámara baja podría incidir en los cálculos de Trump con respecto a China, así como dificultar la ratificación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá.
Este frágil entorno para el comercio está pesando sobre el crecimiento global (los últimos indicadores de actividad de alta frecuencia tienden en su mayoría a la baja) y llevando a los bancos centrales de países desarrollados y emergentes (como ya destacamos con anterioridad) a redoblar sus esfuerzos acomodaticios. Una política monetaria acomodaticia debería resultar positiva para las posiciones en duración larga, pero menos favorable para el rendimiento de las monedas de mercados emergentes, pues prevemos una apreciación del dólar a corto plazo, impulsado por una política monetaria de la Reserva Federal más restrictiva con respecto a otros bancos centrales, y mayor aversión al riesgo.
Crédito
Análisis mensual:
En septiembre, los diferenciales corporativos se estrecharon ligeramente en general, reflejando la falta de convicción del mercado para evolucionar en cualquier dirección. En septiembre, también se produjo una reversión parcial de la buena marcha en agosto de la deuda pública alemana, sin riesgo, impulsando la rentabilidad absoluta negativa en el mes.
Los factores clave del mes fueron en primer lugar, el anuncio para el 1 de noviembre del programa QE del BCE, de 20.000 millones de euros cada mes, además de una rebaja de los tipos y el escalonamiento de los depósitos, que debería resultar positivo para las entidades de crédito; en segundo, unos datos económicos globales ligeramente mejores que las expectativas en comparación con meses anteriores —si bien podría afirmarse que esto último se debió a un descenso de las expectativas, los índices de sorpresas sí mejoraron en septiembre—; y en tercer lugar, la evolución política, como el ataque a una refinería saudí, la actualidad sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea, la situación política en Italia y la coyuntura comercial entre Estados Unidos y China, extremos que incidieron en la confianza en determinadas jornadas, pero cuyo efecto en términos netos en el conjunto del mes fue limitado. El índice Bloomberg Barclays U.S. Corporate cedió 6 puntos básicos en septiembre para cerrar el mes 114 puntos básicos por encima de la deuda pública (4).
Los valores financieros rindieron peor que los no financieros en el mes. Frente a la deuda pública, el índice Bloomberg Barclays U.S. Corporate generó un excedente de rentabilidad del 0,42% en septiembre. El grado de inversión estadounidense rindió por encima del mercado europeo. El grado de inversión europeo avanzó 1 punto básico, hasta 109 puntos básicos, en septiembre, según el índice Bloomberg Barclays Euro-Aggregate Corporate. A diferencia del crédito estadounidense, los valores financieros cerraron planos y se anotaron mejores resultados que sus homólogos no financieros, que cerraron con un avance de 1 punto básico.
El crédito con grado de inversión sigue evolucionando en positivo desde comienzos de año: el grado de inversión europeo cedió 42 puntos básicos, con un resultado mejor que los activos estadounidenses con grado de inversión, que perdieron 39 puntos básicos. Con respecto a la deuda pública de duración equivalente, el índice U.S. IG ha rendido un 4,07% desde comienzos de año, mientras que el grado de inversión europeo ha rendido un 3,87% (5).
Perspectiva:
Si bien las valoraciones se han incrementado ante la sólida trayectoria desde que comenzó 2019, percibimos diversas señales que alertan de un aumento del riesgo macroeconómico, como que el Reino Unido abandone la Unión Europea sin acuerdo, las negociaciones comerciales en curso entre Estados Unidos y China no lleguen a puerto y la debilidad de los datos manufactureros a escala global (PMI). Sin embargo, nuestra hipótesis de referencia no baraja una recesión. Lo que esperamos es que prosigan un crecimiento bajo a escala global y una inflación también reducida, a tenor de los bajos tipos reales y las acomodaticias condiciones financieras.
Activos titulizados
Análisis mensual:
Aunque la actualidad geopolítica y los datos económicos globales siguen siendo preocupantes, los datos económicos estadounidenses continúan mostrando resiliencia, pues el desempleo se encuentra en mínimos históricos, los salarios suben y los niveles de gasto son adecuados y el aumento de las ventas de viviendas sigue contando con el empuje de unos tipos hipotecarios menores.
Los diferenciales nominales corrientes de los bonos de titulización hipotecaria de agencia con cupón se ampliaron 4 puntos básicos en septiembre, hasta 101 puntos básicos, por encima de los valores del Tesoro estadounidense interpolados (6). La duración del índice Bloomberg Barclays U.S. MBS se prolongó un tercio de año hasta 2,73 años en septiembre al elevarse ligeramente los tipos durante el mes. Sin embargo, las amortizaciones anticipadas de préstamos hipotecarios siguen acelerándose, lo cual refleja los mínimos registrados por sus precios recientemente (7).
Los tipos hipotecarios nacionales subieron 3 puntos básicos en septiembre, hasta el 3,72%, pero siguen siendo muy bajos en términos históricos. Los tipos hipotecarios han bajado 36 pb en 2019 y se encuentran 110 puntos básicos por debajo del máximo registrado en noviembre del pasado año (8).
Las liquidaciones de conjuntos específicos mantienen su solidez al buscar los inversores grupos con menores riesgos de amortización anticipada. La cartera de bonos de titulización hipotecaria de la Reserva Federal se contrajo en 22.000 millones de dólares durante el mes de septiembre, hasta 1,467 billones de dólares; la reducción en lo que va de año asciende a 170.000 millones de dólares (9).
Los fondos de inversión hipotecaria registraron entradas netas por valor de 580 millones de dólares en septiembre, elevando las entradas netas desde comienzos de año hasta los 12.700 millones de dólares (10). Las entradas en fondos de inversión hipotecaria en 2019 han sobrepasado las salidas de 2018 de 7.600 millones de dólares y han contribuido a compensar en parte el descenso de las posiciones en bonos de titulización hipotecaria de la Reserva Federal.
Sin embargo, en general, las reducciones en el balance de la Reserva Federal de las inversiones en bonos de titulización hipotecaria, que se han incrementado hasta prácticamente 20.000 millones de dólares cada mes en los últimos meses, superan significativamente las crecientes entradas de fondos y plantean un obstáculo para las valoraciones de dichos activos de agencia en 2019.
Perspectiva:
En general, nuestra perspectiva permanece sin cambios. Albergamos una perspectiva de crédito fundamental positiva en relación con las condiciones para la financiación residencial y al consumo tanto en Estados Unidos como en Europa, si bien hemos empezado a reducir parte de nuestra exposición a crédito titulizado al pronunciarse los temores a una posible recesión.
Mantenemos cierto pesimismo acerca de los bonos de titulización hipotecaria de agencia, si bien hemos reducido nuestra infraponderación en dichos activos en los últimos meses. Los bonos de titulización hipotecaria de agencia se encuentran sometidos a presiones por el aumento de los riesgos de amortización anticipada por la caída de los tipos hipotecarios y también por la dinámica actual de oferta y demanda de la Reserva Federal, que sigue reduciendo sus posiciones en los citados activos e incrementando el “market float” en 20.000 millones de dólares cada mes.
Sin embargo, los diferenciales de los bonos de titulización hipotecaria de agencia se han ampliado sustancialmente en los últimos meses en respuesta a dichos riesgos y ahora ofrecen un valor relativo más comparable. Buena parte de las condiciones negativas para los bonos de titulización hipotecaria de agencia parece estar ya descontada en esta fase.
Columna de Jim Caron, portfolio manager y miembro senior del equipo de Renta Fija Global de Morgan Stanley Investment Management.
Anotaciones:
(1) Fuente: Bloomberg, a 30 de septiembre de 2019.
(2) Fuente: Bloomberg, a 30 de septiembre de 2019.
(3) Fuente: J.P. Morgan, a 30 de septiembre de 2019.
(4) Fuente: Bloomberg Barclays, a 30 de septiembre de 2019.
(5) Fuente: Bloomberg Barclays, a 30 de septiembre de 2019.
(6) Fuente: J.P. Morgan, a 30 de septiembre de 2019.
(7) Fuente: Bloomberg, a 30 de septiembre de 2019.
(8) Fuente: Bankrate.com, a 30 de septiembre de 2019.
(9) Fuente: Banco de la Reserva Federal de Nueva York, a 30 de septiembre de 2019.
(10) Fuente: Flujos de fondos en Estados Unidos de Lipper, a 30 de septiembre de 2019.
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Cada vez más, un mayor número de bancos desea utilizar plataformas o convertirse ellos mismos en una, con el fin de mejorar su acceso al mercado en determinados segmentos, aumentar su alcance o utilizar economías de escala. En el negocio de los depósitos, la economía de plataforma ya está mejorando las transacciones entre los bancos y sus clientes, y esto está abriendo el mercado a nuevos actores.
El verdadero poder de la digitalización es evidente cuando las empresas repiensan toda la cadena de valor añadido desde cero y desarrollan nuevos modelos de negocio. Precisamente en el sector bancario hay un segmento que no ha sido especialmente innovador en las últimas décadas: el negocio de los depósitos.
Al mismo tiempo, los depósitos de ahorro representan un tercio del total de los activos privados del total de clientes a nivel mundial. Y son un importante producto de anclaje a través del cual los bancos pueden adquirir nuevos clientes y fortalecer sus relaciones con los clientes existentes. De este modo, cumplen de forma simultánea dos funciones, ya que son un producto popular para el cliente y una importante fuente de financiación para los bancos.
En el pasado, las entidades de crédito sólo podían captar depósitos de clientes para su financiación si disponían de su propia infraestructura y de su propio acceso de clientes, por ejemplo, a través de una red de sucursales o de una amplia base de clientes en línea, y por lo tanto, podían actuar como su propio punto de venta. Por otra parte, los bancos sólo podrían ofrecer a sus clientes productos de ahorro si podían colocar el dinero del cliente en su propio balance sin que ello se tradujera en elevados costes o desequilibrios en la estructura de su balance.
Aquí es donde la economía de la plataforma ha cambiado las reglas del juego para todos los participantes ya que permite la separación del proveedor del producto y del punto de venta financiero. En pocas palabras, esto permite a la banca elegir si quiere captar depósitos para financiar u ofrecer depósitos como producto, sin que uno esté condicionado por el otro.
Menores costes por Intereses
Con la ayuda de una plataforma bancaria abierta, los bancos que desean captar depósitos tienen acceso a millones de ahorradores a través de los numerosos socios de puntos de venta conectados además de no tener que ocuparse ellos mismos de las adquisiciones de clientes, la gestión de cuentas, el servicio de atención al cliente, etc. Para el banco, el acceso a fuentes de financiación adicional es fundamental, y la plataforma se lo ofrece en forma de una propuesta de «depósitos como servicio». Aumenta el tamaño del mercado al que pueden dirigirse los productos de depósito del banco, y al hacerlo, reduce sus costes por intereses y les ayuda a diversificar su combinación de financiación.
De este modo, algunos bancos europeos como Creditplus Bank AG -especializado en créditos al consumo perteneciente al grupo francés Crédit Agricole- utiliza, por ejemplo, la banca abierta para sus operaciones de depósito. Como banco receptor de depósitos, recoge el dinero de los clientes de portales directos como Zinspilot, así como del Deutsche Bank, y al hacerlo disfrutan de una cobertura mucho mayor.
Además, la economía de plataforma también rompe las fronteras geográficas en el negocio de los depósitos. Por ejemplo, el banco francés Mymoneybank capta depósitos minoristas en Alemania sin haber establecido su propia infraestructura en el país. A través de la misma plataforma, el banco británico Close Brothers Limited capta depósitos de Alemania en euros y lista productos adicionales en la plataforma de interés Savedo en Suiza como garantía contra el Brexit, con el fin de acceder a depósitos de clientes situados fuera de la Unión Europea.
Este ejemplo muestra claramente la eficiencia de la plataforma dentro de la cadena de valor añadido; los bancos que aceptan depósitos se ponen en contacto con numerosos socios de puntos de venta de una sola vez. Recaudan el dinero de los clientes a través de varios socios y de diferentes países, aunque son capaces de ejecutar todos los procesos de forma estandarizada y uniforme utilizando la misma infraestructura. Por otra parte, los socios de punto de venta tienen acceso a una amplia gama de productos de numerosos bancos de diferentes países a través de una única fuente.
Un mercado propio para la banca
El uso de una plataforma de Open Banking permite a los bancos establecerse como un punto de venta financiero central para sus clientes, ofreciendo también los productos de depósito de terceros bancos. Esto se realiza a través de la relación de cliente existente sin que el cliente tenga que abrir una cuenta adicional en el tercer banco. Un ejemplo destacado de ello es el Deutsche Bank, que ha establecido su propio mercado de interés ZinsMarkt con la ayuda de la plataforma Deposit Solutions, que ofrece productos de terceros a sus clientes. El banco lo ha utilizado con éxito para reforzar la lealtad de los clientes y adquirir nuevos clientes.
Los bancos privados, como Merck Finck, también satisfacen la demanda de sus clientes de rendimiento de intereses sobre las partidas de efectivo ofreciendo los productos de depósito de terceros bancos, en este caso controlados por el asesor de clientes. También conceden una importancia central a la atención integral de todas las necesidades de los clientes desde una sola fuente.
Acceso de nuevos actores al negocio de depósitos
Sin embargo, como nuevo estándar de operaciones, la plataforma no sólo permite a los bancos maximizar los beneficios de los depósitos como producto o fuente de financiación de los clientes, sino que también permite a los nuevos agentes del mercado participar en el negocio de los depósitos, es decir, a aquellos cuyo acceso estaba restringido estructuralmente.
Como tal, el sector bancario cooperativo ha estado utilizando el Open Banking en el negocio de los depósitos con éxito desde hace algún tiempo: como especialista en créditos inmobiliarios, el Münchener Hypothekenbank no estaba en condiciones de comercializar productos de depósito a clientes privados ni de financiarse a sí mismo de esta manera.
Por el contrario, las cooperativas de crédito tenían un gran inventario de depósitos y con frecuencia no podían competir con los tipos de interés de otros bancos, por lo que corrían el riesgo de perder gradualmente a sus clientes. Con el MünchnerHyp como banco de depósito y las cooperativas de crédito como puntos de venta financieros dentro de un sistema cerrado, es una situación en la que todos ganan. Las cooperativas de crédito pueden ofrecer a sus clientes los atractivos productos de depósito de MünchnerHyp, mientras que MünchnerHyp añade el dinero a su balance y alivia la carga de las cooperativas de crédito.
El Open Banking abre el mercado a entidades no bancarias
Las entidades no bancarias también ganen acceso al mercado de depósitos. Los servicios de información de cuentas, los portales de comparación y las empresas de comercio electrónico están desarrollando nuevos modelos de negocio. Además de nuevas ofertas centradas en el cliente con el fin de establecerse como un punto de contacto central para todas las necesidades financieras importantes de sus clientes. A través de la conexión con la plataforma de Open Banking -aunque en realidad no sean un banco en sí mismos- pueden por primera vez también ofrecer a sus clientes productos de depósito.
Nuevo estándar de transacciones para un mercado de 50 billones de dólares
El desarrollo del Open Banking como estándar de la industria para el negocio global de depósitos apenas ha comenzado. El mercado mundial de depósitos tiene un valor asombroso de 50 billones de dólares. Sin embargo, con casi 100 bancos en 18 países utilizando la plataforma Deposit Solutions, junto a los ejemplos citados anteriormente, el Open Banking en el negocio de los depósitos ya no es una aplicación de nicho.
Esto queda subrayado por el fuerte crecimiento y la expansión internacional de la plataforma. Además de Europa, en el futuro también estará disponible para su uso por parte de los bancos en el mercado estadounidense. Dadas las grandes ventajas para todos los participantes del mercado y el hecho de que el Open Banking también abre el mercado de depósitos a nuevos proveedores la era de la banca de plataformas en esta importante categoría de productos está por fin sobre nosotros.
Tribuna de Ricardo Guimarães da Costa, director España & Portugal de Deposit Solutions GmbH