Indignación, caos y una reforma exprés del sistema previsional de Chile: ¿Esperamos eso para cambiar el SAR?

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Foto: PeakPX CC0. Indignación y caos: reforma exprés al sistema previsional de Chile ¿Esperamos eso para cambiar el SAR?

En Chile, tanto el impresionante descontento popular de consecuencias lamentables, como las medidas que anunció el gobierno para reencauzar el orden, se derivan de los deficiencias del sistema previsional, prototipo de los sistemas para el retiro en Latinoamérica, que no se corrigió a lo largo de 40 años, y que en consecuencia propició condiciones precarias.

¿De qué se derivó esta crisis?

Los pensionados reciben un porcentaje escaso como para llevar una vida decorosa: entre 40 y 50% de su último salario. Han de hacer malabares para sortear las alzas de precio de bienes y servicios, como de la luz y el metro, que fueron las gotas que derramaron el vaso de la indignación. El dinero que reciben no puede aumentarse, pues ya no aportan, solo retiran el ahorro acumulado en su ciclo laboral, en tanto el costo de la vida sube y sube.

Luego de años de protestas, apenas en el gobierno anterior y en la administración actual se propusieron medidas para intentar elevar las pensiones futuras a entre 70% y 80% del salario. Pero como no pasaron, ni se planteó o hizo algo para paliar los apuros de los jubilados, el enfado y hartazgo subieron al grado que vimos: manifestaciones por doquier, las más numerosas de la historia, decenas de heridos, muertos, estado de emergencia, toque de queda, y finalmente, la renovación exprés del sistema de pensiones. Se tuvo que llegar a este grado de urgencia para rectificar y replantear lo que estuvo mal durante cuatro décadas.

¿Qué se propone ahora?

A la elaboración de esta nota, los distintos actores debatían las medidas inmediatas que anunció el gobierno para serenar los ánimos:

  • El ahorro obligatorio se elevaría de 10 a 15% del salario. Los empleados seguirían aportando 10% y los patrones contribuirían con 5%. Así, los empleadores aportarían un porcentaje similar al de sus pares de México. Aún se discuten y rebaten las cifras definitivas. El Estado chileno, a diferencia del mexicano, seguiría sin poner un solo peso a la contribución directa, aunque entrega beneficios que no contempla el SAR, como se apunta enseguida. Nótese, sobre todo, el contraste entre ese 15% propuesto y el 6,5% (bruto) del SAR.
  • Se daría un incremento inmediato de 20% de la Pensión Básica Solidaria que se otorga a mayores de 65 que pertenecen al 60% más vulnerable de la población. Aplicarían requisitos. La ayuda era de 110.201 pesos chilenos (2.900 pesos mexicanos) y subiría a 132.241 pesos (3.425 pesos mexicanos)
  • El gobierno daría un complemento de 16,28% a los trabajadores que perciben apenas el salario mínimo, 301 mil pesos chilenos, con lo que percibirían ahora 350 mil. El mínimo equivale a alrededor de 7.800 pesos mexicanos, más del doble que el nuestro. Con este complemento, los trabajadores de ingresos más bajos percibirían el equivalente a alrededor de 9.000 pesos mexicanos. El incremento beneficiaría por partida doble: mayor salario, mayor monto de contribución a las AFP.

Las adecuaciones al sistema de pensiones serían parte de las disposiciones, que se complementarían con apoyos a comunidades de escasos recursos, anulación de los aumentos de tarifas, entre otras medidas de alcance amplio.

¿Cuáles son las lecciones para el SAR?

  • El Sistema de pensiones de México es una calca del chileno. Su concepto, molde y estructura son los mismos pero con parámetros menores. El de Chile no logró el cometido de generar pensiones dignas a pesar de que su tasa neta de contribución (después de comisiones) casi duplica a la del SAR (10% vs 5,50%), y pese a que su régimen de inversión está diseñado y extendido para generar rendimientos potenciales altos.
  • El de México es muy corto en aportaciones y “tímido” en materia de inversiones.
  • Así como están las cosas, extrapolando, cabe esperar que las condiciones de nuestros jubilados sean lo doble de duras y sufridas que las de los chilenos, pues las pensiones no pasarán de alrededor de 26% de su último salario. ¿A qué tipo o nivel de indignación y protestas estamos expuestos entonces?

El SAR nació con deficiencias y huecos ostensibles. En 22 años no ha tenido reformas correctivas de fondo. Si Chile puede hacer una reforma exprés, drástica, para tratar de contrarrestar la situación precaria de los jubilados y prever que los que todavía laboran no lleguen al retiro en condiciones penosas ¿De plano no se puede hacer algo al SAR para evitar lo inminente?

Columna de Arturo Rueda

Invertir en línea con los principios de la Iglesia Católica

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Pixabay CC0 Public Domain. generica

Desde Rerum Novarum, la encíclica del Papa León XIII publicada en 1891, hasta Laudato Si’ del Papa Francisco, la Iglesia Católica no ha cesado de reflexionar sobre el papel de las finanzas y ha construido de manera progresiva un cuerpo doctrinal sobre esta cuestión. La Doctrina Social de la Iglesia afirma que sólo el desarrollo humano integral y respetuoso con la persona y con el bien común es creador de valor verdadero.

Atendiendo a estos principios doctrinales, y a iniciativa de la Conferencia Episcopal de Francia (CEF), en 2008 lanzamos el fondo E.T.H.I.C.A. para ofrecer a las diócesis la posibilidad de seguir los Principios de la Iglesia a la hora de invertir en renta variable de la zona euro.

E.T.H.I.C.A. integra en su proceso de inversión las llamadas ‘Ethical Benchmarks for the Financial Management of Church’s Assets’ (referencias éticas para la gestión financiera de los activos de la Iglesia), elaboradas de conformidad con la Doctrina Social de la Iglesia y aprobadas por el Consejo de Asuntos Económicos, Sociales y Jurídicos de la CEF en 2007. El fondo aplica una serie de filtros específicos. Además de las exclusiones tradicionales (armas controvertidas, pornografía, juego o tabaco), las compañías se seleccionan según principios como el respeto a los derechos humanos y a la vida, la promoción de la paz y el respeto de los derechos fundamentales del trabajo. 

La estrategia sigue los principios de la Doctrina Social de la Iglesia para proteger las inversiones frente a prácticas que supongan un riesgo ético, pero también para premiar a las empresas con mejores comportamientos morales adoptando un enfoque ético en la selección de valores. Estas normas se tienen en cuenta a la hora de evaluar y calificar los perfiles éticos de las empresas de dos formas concretas. 

Por un lado, se integran en el análisis cualitativo y fundamental, puesto que el análisis y la selección de valores constituyen el núcleo central de nuestro proceso de inversión ética. Por otro lado, forman parte de nuestro sistema de calificación cuantitativa, utilizado para detectar las peores prácticas éticas y seleccionar valores que cumplan los requisitos de este fondo. Alrededor del 60% de los valores de nuestro universo de inversión no son admisibles para el fondo.

Los dos primeros principios son de exclusión y se combinan en un filtro de Derechos Humanos aplicado al inicio del proceso para excluir las peores prácticas éticas así como actividades controvertidas concretas. Los otros cuatro principios se utilizan para puntuar cuatro ámbitos de análisis (medioambiental, social, de gobierno corporativo y de comportamiento de mercado), y constituyen nuestro filtro ético para seleccionar los valores admisibles.

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Rentabilidad del fondo. Fuente: Allianz GI

Buscamos dos perfiles de compañías. En primero lugar, las empresas que catalogamos como creadoras de valor, las «mejores de su categoría» en términos de factores ASG y de posicionamiento ético, con capacidad para generar beneficios estables a largo plazo. Generalmente presentan modelos de negocio sólidos y elevadas barreras de entrada (con capacidad de generación de flujos de caja estables y baja volatilidad). El segundo tipo está representado por empresas en transformación, que realizan «esfuerzos notables» en términos de posicionamiento ASG y ético, y cuyo objetivo es mejorar en un horizonte de tres años. Esta mejora puede deberse a una adquisición, a la venta de activos o a un giro sustancial en la estrategia con un cambio en el equipo directivo.

E.T.H.I.CA. se centra en empresas que se benefician de tendencias positivas a largo plazo –concretamente, aquellas relacionadas con retos de desarrollo sostenible, como, por ejemplo, la transición climática o la protección a los consumidores– que se corresponde con una dinámica de crecimiento relativamente desvinculada de los ciclos económicos. Para cualquier decisión de inversión, uno de los criterios fundamentales que tiene en cuenta el equipo gestor es la capacidad de la empresa de generar rentabilidades sostenibles a largo plazo.

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Desde el lanzamiento del fondo ha existido una estrecha colaboración entre el equipo de inversión de E.T.H.I.C.A. y la CEF para garantizar que los principios éticos se traducen e integran en el proceso de inversión de forma óptima. Por ejemplo, la sensibilidad especial con la corrupción se ha traducido en el afianzamiento de este criterio, y la definición de actividades controvertidas ha brindado la oportunidad de debatir profundamente los aspectos relacionados con el respeto a la vida.

Tras más de diez años de existencia, y a pesar de haber sido lanzado en plena crisis financiera, el balance del fondo E.T.H.I.C.A. es más que positivo en términos de rentabilidad. De esta forma, hemos podido poner en valor las reservas financieras de las instituciones eclesiásticas, asegurando al mismo tiempo la coherencia con los Principios de la Doctrina Social de la Iglesia.

Tribuna de Christine Clet-Messadi, gestora del fondo E.T.H.I.C.A. de Allianz Global Investors

Gestión activa: invertir a largo plazo en mercados volátiles

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Foto cedidaFoto: Morgan Stanley. Foto: Morgan Stanley

No podemos influir ni siquiera predecir el entorno macroeconómico o político, pero sí podemos aspirar a garantizar que las acciones que incluimos en las carteras sean las más sólidas que podamos encontrar. Nuestro equipo de inversión se centra en seleccionar acciones de alta calidad que revalorizarán el capital a largo plazo y tratarán de minimizar la posibilidad de pérdidas permanentes de capital. A estas compañías bien gestionadas y con un retorno sobre el capital operativo alto y sostenible, además de con potencial de crecimiento y beneficios resilientes, las denominamos “compounders”.

Estas compañías son bastante difíciles de encontrar, por lo que, cuando las compramos, nuestra convicción se refleja en el tamaño significativo de las posiciones, hasta del 10% de la cartera, y una participación activa para la cartera superior al 90%. La ventaja de una cartera que incluye dichos compounders estables se evidencia en la trayectoria de revalorización del capital a largo plazo —con una volatilidad a largo plazo inferior con respecto a la de los índices de referencia generales— durante 18 años de Morgan Stanley Investment Funds (MS INVF) Global Brands Fund.

Invertimos en compounders sostenibles en un mundo cada vez más complejo

MS INVF Global Brands Fund siempre se ha centrado en compañías con poca necesidad de capital y con activos intangibles sólidos, como marcas o redes, que favorecen la capacidad de fijación de precios y unos ingresos en constante crecimiento, beneficios sólidos, fuertes flujos de caja libres y un dividendo permanente.

Como inversores activos, estamos siempre atentos al cambiante panorama de los consumidores y los competidores y somos conscientes de los riesgos potenciales para la sostenibilidad de los retornos sobre el capital a largo plazo. Esto incluye los riesgos sustanciales en el ámbito ESG, así como las oportunidades importantes que esta área puede brindar a las compañías que poseemos. Nuestros gestores analizan los factores ESG importantes como parte de su análisis bottom-up fundamental. Creemos que incorporar los factores ESG es esencial para revalorizar el capital a largo plazo, identificar compounders sostenibles y seleccionar ganadores frente a perdedores.

Nos encargamos directamente de los votos delegados, nos reunimos regularmente con la alta dirección, los miembros de los consejos y los comités de remuneración de las compañías que poseemos y nos implicamos cuando debemos hacerlo. A menudo, esto significa centrarse en las estructuras de incentivos, que, en nuestra opinión, pueden ser clave en las decisiones de los equipos directivos.

Una cartera activa para protegerse contra los inciertos mercados de hoy en día 

La alta calidad está, por su naturaleza, menos expuesta a posibles acontecimientos adversos, como lo demuestra la trayectoria de resiliencia frente a mercados bajistas de MS INVF Global Brands Fund.

En este mundo cambiante, los inversores en renta variable global deberían buscar compañías sólidas y gestores que posean acciones para el largo plazo en lugar de para el corto plazo.

 

Gráfico Morgan Stanley

La rentabilidad pasada no es un indicador fiable de resultados futuros. Todos los datos de rentabilidad corresponden al valor liquidativo al inicio y al final del periodo, son netos de comisiones, y no tienen en cuenta las comisiones y costes incurridos en la emisión y reembolso de participaciones. La fuente de todas las cifras de rentabilidad y los datos del índice es Morgan Stanley Investment Management.

 

Columna de opinión de William Lock y Bruno Paulson, gestores del equipo International Equity de Morgan Stanley.

 

Información importante:

Solo para clientes profesionales. El valor de las inversiones y de las rentas derivadas de ellas puede disminuir y aumentar, por lo que usted podría no recuperar el importe invertido originalmente.

Comunicación comercial emitida por Morgan Stanley Investment Management Limited (“MSIM”). Autorizada y regulada en el Reino Unido por la Autoridad de Conducta Financiera. Domicilio social: 25 Cabot Square, Canary Wharf, Londres E14 4QA. Número de registro en Inglaterra y Gales: 1981121. Existen otros riesgos relacionados con este tipo de inversiones. Consulte el folleto y el documento de datos fundamentales para el inversor del fondo para obtener información exhaustiva sobre riesgos. Los documentos pueden obtenerse de forma gratuita en la dirección que se indica anteriormente o descargarse de morganstanley.com/im. Las opiniones expresadas pertenecen a los autores en la fecha de publicación y están sujetas a cambios en función de la situación económica o del mercado. No estamos obligados a actualizar la información o las opiniones contenidas en este documento, ni a comunicar los cambios que se produzcan en nuestras opiniones o en los análisis o en la información.

El mes de la reversión

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Foto cedidaFoto: Morgan Stanley. Foto: Morgan Stanley

En septiembre, se respiró cierto optimismo y se registraron sacudidas a modo de advertencia. Tras una rentabilidad excepcional en agosto, septiembre resultó ser mucho más complicado, pues las noticias se tornaron menos calamitosas (aunque no necesariamente positivas) y la deuda pública dejó de resultar tan atractiva. También llegaron, por fin, las esperadas reuniones del Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal. Si bien sus responsables no se mostraron en modo alguno restrictivos, sus posturas sí decepcionaron ante las elevadas expectativas (el BCE rebajó los tipos solo 10 puntos básicos (pb) y la Reserva Federal indicó posibles rebajas de cara al futuro).

Aunque sus comentarios no excluían una mayor relajación monetaria, en ambos casos existía un claro elemento de cautela en torno a la adopción de más medidas acomodaticias que inquietó a los mercados de bonos. De manera algo sorprendente, los mercados de crédito aguantaron adecuadamente (el crédito estadounidense superó en rentabilidad a su homólogo europeo).

La esperanza de una mejor evolución económica y la reanudación por el BCE de las compras de crédito compensaron otros extremos decepcionantes. Consideramos que las ventas masivas que se registraron en los mercados desarrollados de bonos suponen una corrección, más que el comienzo de un mercado bajista. Parece que las rentabilidades de la deuda pública se están anclando en una banda delimitada a la espera del resultado de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China y de más información acerca del rumbo que adoptará la economía global.

Consideramos que lo mejor es mostrar un posicionamiento cercano a neutral, con un ligero sesgo optimista. No se avecina una recesión global. Deben aprovecharse las rentabilidades y las oportunidades en crédito dada su debilidad. Las exposiciones deben concentrarse allá donde los fundamentales sean sólidos y las valoraciones, razonables. En cuanto a deuda soberana de la esfera desarrollada, nos decantamos por Australia, España, Nueva Zelanda y Estados Unidos (probablemente, el más vulnerable en caso de producirse más noticias negativas); en los mercados emergentes, nos decantamos por Brasil, Indonesia, México y Perú.

Gráfico Morgan Stanley

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Perspectiva para la renta fija

La rentabilidad de los bonos cedió en septiembre una parte significativa de la óptima evolución de agosto; la rentabilidad de los bonos europeos se vieron especialmente afectados. Consideramos que la corrección de septiembre respondió a tres razones principales:

 

  1. Decepción ante las medidas de política monetaria adoptadas por la Reserva Federal y el BCE, concretamente, el modo de referirse a posibles actuaciones en el futuro; se produjo un reajuste al alza acerca de posibles rebajas de tipos en el futuro.
  2. Las valoraciones se habían vuelto exigentes, haciendo que el mercado fuera vulnerable a una corrección. Las rentabilidades habían caído a niveles que normalmente se asocian con recesiones, por debajo de lo apropiado para la situación económica actual.
  3. Los datos económicos no se desplomaron. Aunque todavía parece que estamos lejos de una mejora sostenida en el tiempo, que la situación no se deteriorara en mayor medida fue positivo.

Aunque el BCE anunció un paquete integral de medidas acomodaticias más allá de los tipos de interés —donde se incluyen una rebaja del precio del dinero, el escalonamiento de los tipos de depósito ante el BCE para las entidades de crédito, orientaciones prospectivas y el programa de expansión cuantitativa (QE) de duración indefinida—, las declaraciones del BCE tras su decisión fueron más restrictivas en el sentido de que el regulador se encuentra al límite de sus posibilidades acomodaticias.

Una mayor relajación de la política, de requerirse, ya dependería de las autoridades fiscales. Que esta fuera la última reunión del presidente Draghi antes de cederle el testigo a Christine Lagarde tampoco resultó de ayuda. Ni los mercados ni nosotros tenemos certeza del comportamiento de la “nueva” dirección del citado banco central. Puede que ahora emerja el carácter restrictivo latente, que fue suprimido por Draghi.

No se registraron datos económicos significativos suficientemente distintos de los que el mercado esperaba para cambiar nuestra postura. El débil gasto de las compañías (inversiones en inmovilizado), la baja confianza empresarial, el deterioro de los márgenes corporativos y la caída de la actividad comercial global no se han superado.

Si bien esta debilidad es más evidente en los ámbitos manufacturero e industrial de la economía global (puede que ya nos encontremos en una recesión manufacturera técnica), nos preocupa que, de no desaparecer, mine su única fortaleza: los hogares estadounidenses y europeos. Los datos de los mercados de trabajo y de consumo deben analizarse detenidamente.

Seguimos considerando improbable que se produzca una recesión real del conjunto de la economía y que esta ralentización se parece más a la situación de 2015/2016, cuando el sector manufacturero se contrajo temporalmente, pero la resiliencia del sector servicios mantuvo el crecimiento del conjunto de la economía.

El desempleo en Estados Unidos se encuentra en mínimos de los últimos diez años, al igual que en Europa, y el crecimiento de los salarios es positivo en términos reales, si bien es moderado en términos históricos. Sin embargo, no podemos mostrarnos complacientes con respecto a los riesgos. Los mercados de trabajo no pueden combatir indefinidamente la continua debilidad y existen algunos indicios de que la contracción manufacturera está destruyendo empleo.

Además, China no está actuando como la locomotora mundial que ha sido los diez últimos años tras la crisis financiera global. La política monetaria y fiscal expansiva ha sido más moderada que en el pasado, pues las autoridades chinas tratan de lograr un equilibrio entre adoptar reformas orientadas al desapalancamiento y combatir los efectos del conflicto comercial con Estados Unidos. Parece que las autoridades chinas se conforman con detener o ralentizar la mayor debilidad de la economía, en lugar de tratar de devolver el crecimiento a niveles de los últimos años. Debe analizarse la política macroeconómica de China.

Por tanto, los datos económicos no están mejorando realmente. Las guerras comerciales, la salida del Reino Unido de la Unión Europea y el deterioro de la confianza empresarial no se han disipado. Incluso aunque las economías estadounidense y global esquiven una verdadera recesión, son vulnerables a acontecimientos imprevistos. Por ejemplo, los efectos sobre el petróleo y la economía global del ataque a infraestructuras petrolíferas saudíes podrían haber sido mucho peores.

Todo esto implica que los bancos centrales permanecerán ultravigilantes, manteniendo un sesgo acomodaticio. Más de 15 bancos centrales han rebajado los tipos de interés este año. Solo Noruega ha evolucionado en contra de la tendencia y efectivamente ha elevado los tipos, pero se trata de un país inusual por su estructura económica y no nos resulta indicativo de la posible evolución en otras regiones.

La gran preocupación es que la política monetaria se encuentra al límite de su eficacia. Los tipos bajos y su descenso contribuyen a reducir los costes de financiación y ayudan a los deudores, pero, ante la elevada incertidumbre económica global y la falta de resultados en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China (al menos, en el momento de redactar este texto), resulta complicado convencer a las personas o las compañías de que se endeuden augurando un futuro más optimista y favorable.

Si bien pueden debatirse los efectos de la política monetaria en estos bajos niveles, lo que consideramos inapelable es que los bancos centrales continuarán intentándolo, es decir, que los tipos seguirán bajando si los datos económicos continúan deteriorándose.

Durante este periodo de intensa incertidumbre, seguimos buscando señales/indicadores que muestren cómo evolucionará la situación. Seguimos pensando que la curva de rentabilidades es el mejor barómetro de la confianza del mercado. En nuestra opinión, una medida de éxito, por ejemplo, la reflación, sería un pronunciamiento de las curvas de rentabilidades. Si el estímulo monetario funciona, las curvas deberían pronunciarse.

A corto plazo, parece avecinarse un periodo de mayor calma: aparentemente, Estados Unidos y China reanudarán las negociaciones comerciales, la situación política en Italia se ha estabilizado, parece improbable un divorcio sin acuerdo a finales de octubre entre el Reino Unido y la Unión Europea y los bancos centrales volverán a relajar sus políticas en noviembre.

Aunque siguen preocupándonos las tendencias vigentes (tanto de los datos económicos como de las políticas), los mercados podrían asentarse, con las rentabilidades de la deuda pública ancladas en bandas delimitadas y el crédito y los mercados emergentes, estabilizados. No recomendaríamos reducir las exposiciones por ahora o elevar la duración en mercados de deuda pública.

Consideramos que lo mejor es mostrar un posicionamiento cercano a neutral, con un ligero sesgo optimista. No se avecina una recesión global. Deben aprovecharse las rentabilidades y las oportunidades en crédito dada su debilidad. Las exposiciones deben concentrarse allá donde los fundamentales sean sólidos y las valoraciones, razonables. En cuanto a deuda soberana de la esfera desarrollada, nos decantamos por Australia, España, Nueva Zelanda y Estados Unidos (probablemente, el más vulnerable en caso de producirse más noticias negativas); en los mercados emergentes, nos decantamos por Brasil, Indonesia, México y Perú.

  • Tipos y monedas de mercados desarrollados

Análisis mensual:

Los bonos soberanos de la esfera desarrollada sufrieron una corrección en septiembre, revirtiendo parte de la óptima evolución de agosto. El diferencial entre el bono estadounidense a 10 años y su homólogo a dos años aumentó 5 puntos básicos, pues el mercado reaccionó positivamente a la mejoría en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China y la evolución favorable de las conversaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea (1).

Si bien los bancos centrales mantuvieron su actitud acomodaticia en septiembre, su tono no fue tan moderado como se esperaba. El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de Estados Unidos decidió rebajar la banda objetivo para los fondos federales 25 pb y el interés a las reservas excedentarias (IOER) otros 5 puntos básicos, hasta el 1,80%, tras una votación dividida entre la incertidumbre sobre el crecimiento global y una economía nacional que aguanta bien (2). 

El presidente saliente del BCE, Mario Draghi, presentó un amplio paquete de medidas de estímulo en la reunión del BCE: rebajó el tipo de refinanciación, anunció medidas de expansión cuantitativa de duración indefinida, reforzó las orientaciones prospectivas sobre tipos de interés, relajó los términos de las operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico e introdujo un escalonamiento de las reservas para los bancos.

Sin embargo, en los mercados imperó la decepción, concretamente, por la reticencia a seguir rebajando los tipos de interés y la discrepancia de posturas de algunos de los miembros más restrictivos del Consejo de Gobierno.

Perspectiva:

Es probable que el crecimiento global siga descendiendo en lo que resta de 2019. Los bancos centrales han adoptado posturas más acomodaticias, aunque divididos, concretamente, en Estados Unidos y la zona euro. Prevemos que esta situación persistirá, pues sigue prevaleciendo la incertidumbre del entorno geopolítico y económico.

Los tres grandes riesgos que percibimos para las perspectivas son la salida del Reino Unido de la Unión Europea, las disputas comerciales entre Estados Unidos y China y que la debilidad de los sectores manufacturero y comercial pese sobre el consumo. Dado este contexto, prevemos que las rentabilidades del Tesoro estadounidense permanecerán claramente por debajo del 2%.

  • Tipos y monedas de mercados emergentes

Análisis mensual:

La evolución de los activos de renta fija de mercados emergentes fue heterogénea en el mes, pues el repunte de las rentabilidades de los valores del Tesoro estadounidense lastró los activos denominados en dólares. En el segmento de dicha moneda, el ámbito de crédito de duración más corta superó en rendimiento a la deuda soberana y la alta rentabilidad rindió por encima de los segmentos de activos con grado de inversión de mayor duración. La evolución de la deuda nacional de mercados emergentes también mejoró el mes pasado, contribuyendo de forma ligeramente positiva las divisas de estos mercados (3). 

Durante el periodo, los precios del petróleo se debilitaron, los precios de los metales evolucionaron de forma heterogénea y las materias primas agropecuarias se fortalecieron, por lo general. Contribuyó a la tolerancia al riesgo general en el mes la relajación de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, pues ambas partes mostraron gestos de buena voluntad: Estados Unidos postergó la aplicación de aranceles y China eximió de aranceles a productos antes sujetos a dichos gravámenes y se comprometió a adquirir productos agropecuarios estadounidenses. La ralentización de los indicadores manufactureros y de crecimiento propició una respuesta de relajación global de los bancos centrales y los gobiernos.

Perspectiva:

Mantenemos la cautela acerca de la deuda de mercados emergentes. Las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China, previstas para el 11 y el 12 de octubre, probablemente incidirán en la percepción del mercado, que hace poco acusó las amenazas estadounidenses de restringir los flujos de capitales hacia China. Resulta difícil predecir el resultado de las negociaciones de octubre: algunos analistas se inclinan por una escalada de la tensión a corto plazo (es decir, que el 15 de octubre Estados Unidos apruebe aranceles a las importaciones de China), seguida por una posible tregua en una cumbre de mandatarios en torno al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico en noviembre.

La situación política en Estados Unidos también está contribuyendo a la volatilidad, pues el proceso de destitución iniciado por los demócratas en la cámara baja podría incidir en los cálculos de Trump con respecto a China, así como dificultar la ratificación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá.

Este frágil entorno para el comercio está pesando sobre el crecimiento global (los últimos indicadores de actividad de alta frecuencia tienden en su mayoría a la baja) y llevando a los bancos centrales de países desarrollados y emergentes (como ya destacamos con anterioridad) a redoblar sus esfuerzos acomodaticios. Una política monetaria acomodaticia debería resultar positiva para las posiciones en duración larga, pero menos favorable para el rendimiento de las monedas de mercados emergentes, pues prevemos una apreciación del dólar a corto plazo, impulsado por una política monetaria de la Reserva Federal más restrictiva con respecto a otros bancos centrales, y mayor aversión al riesgo.

  • Crédito

Análisis mensual:

En septiembre, los diferenciales corporativos se estrecharon ligeramente en general, reflejando la falta de convicción del mercado para evolucionar en cualquier dirección. En septiembre, también se produjo una reversión parcial de la buena marcha en agosto de la deuda pública alemana, sin riesgo, impulsando la rentabilidad absoluta negativa en el mes.

Los factores clave del mes fueron en primer lugar, el anuncio para el 1 de noviembre del programa QE del BCE, de 20.000 millones de euros cada mes, además de una rebaja de los tipos y el escalonamiento de los depósitos, que debería resultar positivo para las entidades de crédito; en segundo, unos datos económicos globales ligeramente mejores que las expectativas en comparación con meses anteriores —si bien podría afirmarse que esto último se debió a un descenso de las expectativas, los índices de sorpresas sí mejoraron en septiembre—; y en tercer lugar, la evolución política, como el ataque a una refinería saudí, la actualidad sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea, la situación política en Italia y la coyuntura comercial entre Estados Unidos y China, extremos que incidieron en la confianza en determinadas jornadas, pero cuyo efecto en términos netos en el conjunto del mes fue limitado. El índice Bloomberg Barclays U.S. Corporate cedió 6 puntos básicos en septiembre para cerrar el mes 114 puntos básicos por encima de la deuda pública (4). 

Los valores financieros rindieron peor que los no financieros en el mes. Frente a la deuda pública, el índice Bloomberg Barclays U.S. Corporate generó un excedente de rentabilidad del 0,42% en septiembre. El grado de inversión estadounidense rindió por encima del mercado europeo. El grado de inversión europeo avanzó 1 punto básico, hasta 109 puntos básicos, en septiembre, según el índice Bloomberg Barclays Euro-Aggregate Corporate. A diferencia del crédito estadounidense, los valores financieros cerraron planos y se anotaron mejores resultados que sus homólogos no financieros, que cerraron con un avance de 1 punto básico.

El crédito con grado de inversión sigue evolucionando en positivo desde comienzos de año: el grado de inversión europeo cedió 42 puntos básicos, con un resultado mejor que los activos estadounidenses con grado de inversión, que perdieron 39 puntos básicos. Con respecto a la deuda pública de duración equivalente, el índice U.S. IG ha rendido un 4,07% desde comienzos de año, mientras que el grado de inversión europeo ha rendido un 3,87% (5).

Perspectiva:

Si bien las valoraciones se han incrementado ante la sólida trayectoria desde que comenzó 2019, percibimos diversas señales que alertan de un aumento del riesgo macroeconómico, como que el Reino Unido abandone la Unión Europea sin acuerdo, las negociaciones comerciales en curso entre Estados Unidos y China no lleguen a puerto y la debilidad de los datos manufactureros a escala global (PMI). Sin embargo, nuestra hipótesis de referencia no baraja una recesión. Lo que esperamos es que prosigan un crecimiento bajo a escala global y una inflación también reducida, a tenor de los bajos tipos reales y las acomodaticias condiciones financieras.

  • Activos titulizados

Análisis mensual:

Aunque la actualidad geopolítica y los datos económicos globales siguen siendo preocupantes, los datos económicos estadounidenses continúan mostrando resiliencia, pues el desempleo se encuentra en mínimos históricos, los salarios suben y los niveles de gasto son adecuados y el aumento de las ventas de viviendas sigue contando con el empuje de unos tipos hipotecarios menores.

Los diferenciales nominales corrientes de los bonos de titulización hipotecaria de agencia con cupón se ampliaron 4 puntos básicos en septiembre, hasta 101 puntos básicos, por encima de los valores del Tesoro estadounidense interpolados (6). La duración del índice Bloomberg Barclays U.S. MBS se prolongó un tercio de año hasta 2,73 años en septiembre al elevarse ligeramente los tipos durante el mes. Sin embargo, las amortizaciones anticipadas de préstamos hipotecarios siguen acelerándose, lo cual refleja los mínimos registrados por sus precios recientemente (7). 

Los tipos hipotecarios nacionales subieron 3 puntos básicos en septiembre, hasta el 3,72%, pero siguen siendo muy bajos en términos históricos. Los tipos hipotecarios han bajado 36 pb en 2019 y se encuentran 110 puntos básicos por debajo del máximo registrado en noviembre del pasado año (8). 

Las liquidaciones de conjuntos específicos mantienen su solidez al buscar los inversores grupos con menores riesgos de amortización anticipada. La cartera de bonos de titulización hipotecaria de la Reserva Federal se contrajo en 22.000 millones de dólares durante el mes de septiembre, hasta 1,467 billones de dólares; la reducción en lo que va de año asciende a 170.000 millones de dólares (9).

Los fondos de inversión hipotecaria registraron entradas netas por valor de 580 millones de dólares en septiembre, elevando las entradas netas desde comienzos de año hasta los 12.700 millones de dólares (10). Las entradas en fondos de inversión hipotecaria en 2019 han sobrepasado las salidas de 2018 de 7.600 millones de dólares y han contribuido a compensar en parte el descenso de las posiciones en bonos de titulización hipotecaria de la Reserva Federal.

Sin embargo, en general, las reducciones en el balance de la Reserva Federal de las inversiones en bonos de titulización hipotecaria, que se han incrementado hasta prácticamente 20.000 millones de dólares cada mes en los últimos meses, superan significativamente las crecientes entradas de fondos y plantean un obstáculo para las valoraciones de dichos activos de agencia en 2019.

Perspectiva:

En general, nuestra perspectiva permanece sin cambios. Albergamos una perspectiva de crédito fundamental positiva en relación con las condiciones para la financiación residencial y al consumo tanto en Estados Unidos como en Europa, si bien hemos empezado a reducir parte de nuestra exposición a crédito titulizado al pronunciarse los temores a una posible recesión.

Mantenemos cierto pesimismo acerca de los bonos de titulización hipotecaria de agencia, si bien hemos reducido nuestra infraponderación en dichos activos en los últimos meses. Los bonos de titulización hipotecaria de agencia se encuentran sometidos a presiones por el aumento de los riesgos de amortización anticipada por la caída de los tipos hipotecarios y también por la dinámica actual de oferta y demanda de la Reserva Federal, que sigue reduciendo sus posiciones en los citados activos e incrementando el “market float” en 20.000 millones de dólares cada mes.

Sin embargo, los diferenciales de los bonos de titulización hipotecaria de agencia se han ampliado sustancialmente en los últimos meses en respuesta a dichos riesgos y ahora ofrecen un valor relativo más comparable. Buena parte de las condiciones negativas para los bonos de titulización hipotecaria de agencia parece estar ya descontada en esta fase.

 

Columna de Jim Caron, portfolio manager y miembro senior del equipo de Renta Fija Global de Morgan Stanley Investment Management.

 

Anotaciones

(1) Fuente: Bloomberg, a 30 de septiembre de 2019.

(2) Fuente: Bloomberg, a 30 de septiembre de 2019.

(3) Fuente: J.P. Morgan, a 30 de septiembre de 2019.

(4) Fuente: Bloomberg Barclays, a 30 de septiembre de 2019.

(5) Fuente: Bloomberg Barclays, a 30 de septiembre de 2019.

(6) Fuente: J.P. Morgan, a 30 de septiembre de 2019.

(7) Fuente: Bloomberg, a 30 de septiembre de 2019.

(8) Fuente: Bankrate.com, a 30 de septiembre de 2019.

(9) Fuente: Banco de la Reserva Federal de Nueva York, a 30 de septiembre de 2019.

(10) Fuente: Flujos de fondos en Estados Unidos de Lipper, a 30 de septiembre de 2019.

 

 

IMPORTANT INFORMATION

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Por qué el futuro pertenece a las plataformas

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Pixabay CC0 Public DomainFoto: bluesnap. futuro

Cada vez más, un mayor número de bancos desea utilizar plataformas o convertirse ellos mismos en una, con el fin de mejorar su acceso al mercado en determinados segmentos, aumentar su alcance o utilizar economías de escala. En el negocio de los depósitos, la economía de plataforma ya está mejorando las transacciones entre los bancos y sus clientes, y esto está abriendo el mercado a nuevos actores.  

El verdadero poder de la digitalización es evidente cuando las empresas repiensan toda la cadena de valor añadido desde cero y desarrollan nuevos modelos de negocio. Precisamente en el sector bancario hay un segmento que no ha sido especialmente innovador en las últimas décadas: el negocio de los depósitos.

La Importancia de los depósitos para la banca

Con el 40% del total del balance de los bancos europeos, los depósitos de los clientes son una importante fuente de financiación. Son especialmente estables y tienen un efecto ventajoso en la estructura del balance y en las cifras de los índices de liquidez, como el coeficiente de cobertura de liquidez a corto plazo (LCR por sus siglas en inglés) o el coeficiente de financiación estable neta (NSFR por sus siglas en inglés).

Al mismo tiempo, los depósitos de ahorro representan un tercio del total de los activos privados del total de clientes a nivel mundial. Y son un importante producto de anclaje a través del cual los bancos pueden adquirir nuevos clientes y fortalecer sus relaciones con los clientes existentes. De este modo, cumplen de forma simultánea dos funciones, ya que son un producto popular para el cliente y una importante fuente de financiación para los bancos.

En el pasado, las entidades de crédito sólo podían captar depósitos de clientes para su financiación si disponían de su propia infraestructura y de su propio acceso de clientes, por ejemplo, a través de una red de sucursales o de una amplia base de clientes en línea, y por lo tanto, podían actuar como su propio punto de venta. Por otra parte, los bancos sólo podrían ofrecer a sus clientes productos de ahorro si podían colocar el dinero del cliente en su propio balance sin que ello se tradujera en elevados costes o desequilibrios en la estructura de su balance.

Aquí es donde la economía de la plataforma ha cambiado las reglas del juego para todos los participantes ya que permite la separación del proveedor del producto y del punto de venta financiero. En pocas palabras, esto permite a la banca elegir si quiere captar depósitos para financiar u ofrecer depósitos como producto, sin que uno esté condicionado por el otro.

Menores costes por Intereses

Con la ayuda de una plataforma bancaria abierta, los bancos que desean captar depósitos tienen acceso a millones de ahorradores a través de los numerosos socios de puntos de venta conectados además de no tener que ocuparse ellos mismos de las adquisiciones de clientes, la gestión de cuentas, el servicio de atención al cliente, etc. Para el banco, el acceso a fuentes de financiación adicional es fundamental, y la plataforma se lo ofrece en forma de una propuesta de «depósitos como servicio». Aumenta el tamaño del mercado al que pueden dirigirse los productos de depósito del banco, y al hacerlo, reduce sus costes por intereses y les ayuda a diversificar su combinación de financiación.

De este modo, algunos bancos europeos como Creditplus Bank AG -especializado en créditos al consumo perteneciente al grupo francés Crédit Agricole- utiliza, por ejemplo, la banca abierta para sus operaciones de depósito. Como banco receptor de depósitos, recoge el dinero de los clientes de portales directos como Zinspilot, así como del Deutsche Bank, y al hacerlo disfrutan de una cobertura mucho mayor.

Además, la economía de plataforma también rompe las fronteras geográficas en el negocio de los depósitos. Por ejemplo, el banco francés Mymoneybank capta depósitos minoristas en Alemania sin haber establecido su propia infraestructura en el país. A través de la misma plataforma, el banco británico Close Brothers Limited capta depósitos de Alemania en euros y lista productos adicionales en la plataforma de interés Savedo en Suiza como garantía contra el Brexit, con el fin de acceder a depósitos de clientes situados fuera de la Unión Europea.

Este ejemplo muestra claramente la eficiencia de la plataforma dentro de la cadena de valor añadido; los bancos que aceptan depósitos se ponen en contacto con numerosos socios de puntos de venta de una sola vez. Recaudan el dinero de los clientes a través de varios socios y de diferentes países, aunque son capaces de ejecutar todos los procesos de forma estandarizada y uniforme utilizando la misma infraestructura. Por otra parte, los socios de punto de venta tienen acceso a una amplia gama de productos de numerosos bancos de diferentes países a través de una única fuente.

Un mercado propio para la banca

El uso de una plataforma de Open Banking permite a los bancos establecerse como un punto de venta financiero central para sus clientes, ofreciendo también los productos de depósito de terceros bancos. Esto se realiza a través de la relación de cliente existente sin que el cliente tenga que abrir una cuenta adicional en el tercer banco. Un ejemplo destacado de ello es el Deutsche Bank, que ha establecido su propio mercado de interés ZinsMarkt con la ayuda de la plataforma Deposit Solutions, que ofrece productos de terceros a sus clientes. El banco lo ha utilizado con éxito para reforzar la lealtad de los clientes y adquirir nuevos clientes.

Los bancos privados, como Merck Finck, también satisfacen la demanda de sus clientes de rendimiento de intereses sobre las partidas de efectivo ofreciendo los productos de depósito de terceros bancos, en este caso controlados por el asesor de clientes. También conceden una importancia central a la atención integral de todas las necesidades de los clientes desde una sola fuente.

Acceso de nuevos actores al negocio de depósitos

Sin embargo, como nuevo estándar de operaciones, la plataforma no sólo permite a los bancos maximizar los beneficios de los depósitos como producto o fuente de financiación de los clientes, sino que también permite a los nuevos agentes del mercado participar en el negocio de los depósitos, es decir, a aquellos cuyo acceso estaba restringido estructuralmente.

Como tal, el sector bancario cooperativo ha estado utilizando el Open Banking en el negocio de los depósitos con éxito desde hace algún tiempo: como especialista en créditos inmobiliarios, el Münchener Hypothekenbank no estaba en condiciones de comercializar productos de depósito a clientes privados ni de financiarse a sí mismo de esta manera.

Por el contrario, las cooperativas de crédito tenían un gran inventario de depósitos y con frecuencia no podían competir con los tipos de interés de otros bancos, por lo que corrían el riesgo de perder gradualmente a sus clientes. Con el MünchnerHyp como banco de depósito y las cooperativas de crédito como puntos de venta financieros dentro de un sistema cerrado, es una situación en la que todos ganan. Las cooperativas de crédito pueden ofrecer a sus clientes los atractivos productos de depósito de MünchnerHyp, mientras que MünchnerHyp añade el dinero a su balance y alivia la carga de las cooperativas de crédito.

El Open Banking abre el mercado a entidades no bancarias

Las entidades no bancarias también ganen acceso al mercado de depósitos. Los servicios de información de cuentas, los portales de comparación y las empresas de comercio electrónico están desarrollando nuevos modelos de negocio. Además de nuevas ofertas centradas en el cliente con el fin de establecerse como un punto de contacto central para todas las necesidades financieras importantes de sus clientes. A través de la conexión con la plataforma de Open Banking -aunque en realidad no sean un banco en sí mismos- pueden por primera vez también ofrecer a sus clientes productos de depósito.

Nuevo estándar de transacciones para un mercado de 50 billones de dólares

El desarrollo del Open Banking como estándar de la industria para el negocio global de depósitos apenas ha comenzado. El mercado mundial de depósitos tiene un valor asombroso de 50 billones de dólares. Sin embargo, con casi 100 bancos en 18 países utilizando la plataforma Deposit Solutions, junto a los ejemplos citados anteriormente, el Open Banking en el negocio de los depósitos ya no es una aplicación de nicho.

Esto queda subrayado por el fuerte crecimiento y la expansión internacional de la plataforma. Además de Europa, en el futuro también estará disponible para su uso por parte de los bancos en el mercado estadounidense. Dadas las grandes ventajas para todos los participantes del mercado y el hecho de que el Open Banking también abre el mercado de depósitos a nuevos proveedores la era de la banca de plataformas en esta importante categoría de productos está por fin sobre nosotros.

Tribuna de Ricardo Guimarães da Costa, director España & Portugal de Deposit Solutions GmbH

Renta variable, high yield y alternativos, antídotos frente a los tipos bajos

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Pixabay CC0 Public Domain. Renta variable, high yield y alternativos, antídoto frente a los tipos bajos

El empuje de las economías emergentes y el buen tono de la economía estadounidense permitirá a la economía a nivel global cerrar 2019 con un crecimiento por encima del 3%, pese a la debilidad que está mostrando la eurozona, con Alemania cerca de la recesión técnica (su economía se contrajo un 0,1% en el segundo trimestre) e Italia sufriendo los estratos de la parálisis política que ha frenado en seco su actividad económica. La desaceleración del crecimiento de la economía a nivel mundial, tras un prolongado periodo de crecimiento, es evidente, aunque los riesgos de una contracción son todavía limitados.  

No cabe duda de que la guerra comercial seguirá siendo el principal catalizador de los mercados en los próximos meses, con una Administración Trump que, con las elecciones a un año vista, se verá empujada a llegar a acuerdos con China, aunque sean parciales, y mantendrá su presión sobre la Fed para que adopte una política monetaria más laxa, con el objetivo de mantener una economía robusta y a los mercados en calma de cara a una cita con las urnas donde Trump querrá convertir la situación económica en una de las palancas para su reelección.  

Sin duda, los bancos centrales y sus decisiones de política monetaria se han convertido en uno de los grandes catalizadores de los mercados en los últimos meses, aunque el viraje que han experimentado la Fed y el BCE desde antes del verano ha tenido un impacto limitado en unos mercados que ya habían descontado, en buena parte, ese cambio de rumbo.   

La Fed ha recortado 25 puntos básicos los tipos de interés de forma consecutiva en las últimas reuniones, por primera vez en la última década, ante los previsibles efectos negativos de la guerra comercial, y frenará la normalización del balance a partir de otoño. Del mismo modo, el BCE ha retrasado cualquier subida de tipos hasta finales de 2020, volviendo a abrir la puerta a nuevos estímulos, ante el estancamiento de la actividad económica en las grandes potencias del continente y el elevado nivel de deuda pública. También ha adoptado un tono acomodaticio, insistiendo en el uso de estímulos para mantener en el entorno el 2% la inflación, que se ha convertido en el gran fantasma para el organismo, con la amenaza latente de aumentos de precios muy bajos por la globalización, los moderados precios de las materias primas y la ausencia de presiones salariales. 

En el escenario actual del mercado, la mayor parte de activos de renta fija pueden acumular pérdidas en próximos meses, debido a la existencia de una burbuja provocada por las compras del BCE para estimular la economía. Con las Letras del Tesoro en negativo, influidas por la tasa de facilidad de depósitos en el BCE, la tesorería no va a ser rentable, aunque siempre es buena opción para reducir la volatilidad de las carteras, si es posible por la vía de depósitos bancarios con una remuneración nula o si no con fondos monetarios asumiendo ligeras pérdidas. Las otras oportunidades, en esta ocasión con expectativas de retorno positivo, las encontramos en la renta variable americana y emergente y en los activos alternativos. 

El excelente comportamiento de las bolsas este ejercicio hace que la relación entre las cotizaciones y los resultados (PER) esté ligeramente por debajo de la media histórica, pero no son tan exigentes si se produce el aumento de beneficios que se espera para el próximo año. Las rentabilidades por dividendo, salvo en EE.UU., son muy atractivas, en comparación con el retorno que se puede obtener con la renta fija, con las empresas anunciando subidas de dividendos y recompra de acciones. 

En el caso de los activos alternativos, se sitúan como una buena opción frente a los bajos retornos esperables de los bonos europeos, asentados en mínimos históricos por la compra de bonos por parte del BCE. No debemos perder de vista high yield de EE.UU. y Europa, siempre con una diversificación recomendable vía fondos. 

La volatilidad y los tipos bajos alargados en el tiempo complican alcanzar rentabilidades positivas en los mercados, pero existen todavía opciones interesantes donde encontrar oportunidades para maximizar el retorno de nuestras carteras. La diversificación y la búsqueda constate de oportunidades permiten conseguir un retorno razonable para el nivel de riesgo que se asume en las carteras. 

Tribuna de Miguel Ángel García, de Diaphanum

Los países «VARPS» mantienen su atractivo

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Foto cedidaFoto: Nicki Mannix . Foto: Nicki Mannix

Los mercados frontera suelen estar menos consolidados que los emergentes (EM, por sus siglas en inglés) debido a los riesgos políticos que llevan aparejados y a su incapacidad para cumplir los requisitos de inclusión del índice de mercados emergentes de MSCI (MSCI EM). A menudo, este último factor puede estar relacionado con la falta de transparencia para los inversores sobre los valores de una compañía, los controles de capitales y el carácter no fungible de sus divisas, así como con restricciones arbitrarias a la flotación libre o con límites en el nivel de titularidad por parte de extranjeros. Esto, a su vez, puede permitir a los inversores obtener rentabilidades considerables, pero también sufrir pérdidas significativas ante la dificultad para acceder a información y a liquidez y para salir de algunos de estos mercados.

Los mercados frontera que hemos priorizado en 2019 son los VARPS (estos son: Vietnam, Argentina —solo valores de comercio electrónico cotizados en EE. UU.—, Rumanía, Pakistán y Arabia Saudí), que han proporcionado a los inversores oportunidades de inversión atractivas en los últimos años. Explicamos nuestras perspectivas a corto plazo para estos mercados.

Vietnam: la estrella que sigue ascendiendo

La economía vietnamita mantiene su sólida trayectoria alcista, y se prevé que su crecimiento económico superará el 6 % este año: la tasa más elevada del Sudeste Asiático. Creemos que sus exportaciones agrícolas y su cadena de suministro siguen beneficiándose de la disputa comercial entre EE. UU. y China. Sin duda alguna, las reformas económicas han impulsado las perspectivas del país, al tiempo que sus tendencias demográficas son sumamente favorables para los negocios: más del 65 % de la población tiene menos de 35 años. Asimismo, los salarios se sitúan en un nivel lo suficientemente reducido —incluso más atractivo que el de China— como para atraer inversión extranjera.

Vietnam ha sido el mercado bursátil que mejor evolución ha registrado en el Sudeste Asiático en 2019 y constituye un país con una importante sobreponderación en nuestra cartera. Priorizamos el sector de la construcción, principalmente el segmento el siderúrgico —dado que se beneficia del auge del sector inmobiliario de lujo y del plan de industrialización del país—, y el sector lácteo, en vista de que la clase media del país, con un elevado poder adquisitivo, empieza a optar por un estilo de vida más sano.

Argentina: una peligrosa transición

Los votantes argentinos acudieron a las urnas el 27 de octubre para elegir al presidente y al vicepresidente del país, así como la mitad de los escaños del Congreso. Las elecciones llegaron en un momento crucial para Argentina, que lidia con una continua crisis económica.

Si bien varios gobiernos han intentado volver a situar a Argentina como destino de inversión a través de varias reformas, creemos que el país tiene graves problemas de solvencia.

Su programa a gran escala de endurecimiento monetario y presupuestario probablemente mantenga su economía en un estado de recesión este año y los siguientes. Resultará interesante observar los acontecimientos en el plano de las elecciones y probablemente sea sensato esperar a que algunos de estos obstáculos se disipen. Por este motivo, consideramos que es aconsejable contar con una exposición reducida a los activos locales argentinos, y los recibos de depósitos americanos (American Depositary Receipts, ADR) podrían constituir una mejor opción para acceder a los valores argentinos por el momento. Los ADR resultan una opción favorable, dado que permiten a los inversores acceder a liquidez en el país sin temer que se produzcan controles de capitales inminentes.

Rumanía: tiempos para el optimismo

El Gobierno rumano asustó a los inversores a finales de diciembre de 2018, cuando introdujo un impuesto sobre su sector bancario que provocó un desplome de los valores bancarios del país. A su vez, las agencias de calificación amenazaron con rebajar sus perspectivas para Rumanía, lo que generó controversia entre los miembros del bloque europeo y el Banco Central de Rumanía. Tras este anuncio, los impuestos bancarios se han derogado parcialmente, y priorizamos una posición de sobreponderación en este sector para sacar partido del repunte.

A largo plazo, creemos que los valores bancarios rumanos son sumamente atractivos debido a sus sólidas reservas de capital, a sus importantes rendimientos y a la reducción de los préstamos no productivos (NPL, por sus siglas en inglés). Asimismo, priorizamos la exposición al sector inmobiliario, en vista de que Rumanía está incrementando su perfil de centro industrial para muchas de las principales empresas de la Unión Europea (UE) que buscan reubicar sus bases de producción.

En última instancia, creemos que Rumanía es un motor de crecimiento subestimado en Europa del Este, e Italia, Alemania y Francia están trasladando de forma creciente sus cadenas de suministro a este país. En esencia, Rumanía es un «caso de convergencia» típico en la UE y se ha beneficiado de numerosas ventajas de gran calado durante varios años.

Pakistán: un buen valor

A pesar de que Pakistán presenta algunos riesgos en el plano político, sus valoraciones bursátiles muestran niveles extremadamente atractivos y prevemos participar en oportunidades de inversión interesantes a medida que surjan. Priorizamos la exposición a sectores con escasa implicación política, como el de materias primas.

Arabia Saudí: una atracción compleja

Por ahora, priorizamos una ligera posición de infraponderación en Arabia Saudí: el país protagoniza un momento complicado debido a la situación política, los temores a crisis petroleras y el riesgo de ejecución derivado del programa de transformación económica orientado a prescindir de los hidrocarburos. Esperaremos a que la situación política se relaje en Oriente Medio y a presenciar mayores indicios en las proyecciones del déficit presupuestario a corto plazo para adoptar una postura más optimista respecto del país. Creemos que Arabia Saudí cuenta con unas perspectivas más favorables debido al ingente programa de privatización que se está llevando a cabo con el objeto de liberar los activos estatales. El nuevo Gobierno reformista tiene la intención de diversificar la dependencia del país a los hidrocarburos con el fin de que derive en una economía tecnológica de elevado valor: por ejemplo, actualmente se está construyendo una enorme megaurbe tecnológica de 500 000 millones de USD, conocida como NEOM, en el noroeste del país. En términos de posicionamientos temáticos, priorizamos las firmas de alquiler de coches y el sector bancario.

Creemos que los mercados frontera ofrecen un componente de diversificación en una cartera más general de mercados emergentes, dado que, por naturaleza, no están correlacionados debido a sus menores niveles de liquidez en comparación con los países emergentes más desarrollados, como China o la India. Sin embargo, tal y como hemos destacado, el clima político y económico de estos países puede ser volátil, por lo que resulta de suma importancia prestar una especial atención a cualquier cambio que pueda producirse. Creemos que el acceso a los mejores mercados frontera también puede ofrecer liquidez; al fin y al cabo, creemos que los mejores mercados de este tipo terminarán por lograr el estatus necesario para incorporarse en el índice de mercados emergentes de MSCI (MSCI EM). Ello permite a los inversores aprovechar la fase inicial de esta progresión con la seguridad de estar diversificando en la totalidad de los mercados emergentes y accediendo a sus ventajas de liquidez.

 

Columna de opinión de Tim Love, director de inversiones de GAM Investments 

 

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¿Estamos viviendo un “momento sputnik” en la tecnología de la información?

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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: NASA Goddard Space Flight . Foto: NASA Goddard Space Flight

La computación cuántica —un término que para casi todo el mundo es tan extrañamente raro como apasionantemente futurístico— está haciéndose un hueco en el interés de la gente. Combina la omnipotencia tecnológica de la computación digital con la asombrosa complejidad y abstracción de la teoría física más importante del siglo XX. Promete iniciar una nueva revolución tecnológica que podría dar forma al siglo en el que vivimos, de la misma forma que el desarrollo de circuitos digitales lo hizo en el siglo XX.

Durante mucho tiempo, los ordenadores cuánticos sonaban a ciencia ficción y su desarrollo parecía demasiado lejano. No obstante, todos sabemos que el futuro se acerca a pasos agigantados. Recientemente se ha revelado que los ingenieros de Google han logrado diseñar un ordenador cuántico que, por primera vez, ha solucionado un problema que un ordenador convencional es incapaz de resolver.

Concretamente, el procesador del ordenador de Google (conocido como Sycamore) solo necesitó 200 segundos para llevar a cabo una tarea informática especial para la que el mejor superordenador del mundo necesita 10 000 años. Hace unos años, Google acuñó el concepto «supremacía cuántica»: la idea de que un ordenador cuántico es superior a cualquier otro ordenador tradicional clásico en la ejecución de ciertas tareas. Parece que esta «supremacía cuántica» ya está aquí. Por tanto, podríamos estar ante un «momento Sputnik» en la tecnología de la información. Si bien se trata más bien de un hito simbólico —dado que el problema resuelto por Sycamore es de naturaleza muy académica—, el logro de Google podría estimular drásticamente el desarrollo de la tecnología de la información cuántica, como hizo el histórico hito del Sputnik para los viajes espaciales en la década de 1950.

Así pues, ¿qué es un ordenador cuántico? En primer lugar, aunque los ordenadores convencionales (con sus piezas cada vez más pequeñas) son objeto de efectos cuánticos, su funcionalidad principal se basa por completo en la física clásica.

La denominada «arquitectura von Neumann», en la que se basan todos los ordenadores en la actualidad, garantiza que los pasos de cálculo se procesan de forma secuencial, esto es, bit a bit. Cada una de las unidades de información del menor tamaño posible asumen un estado definido de 1 o 0.

En cambio, los ordenadores cuánticos emplean las mismas características de la teoría cuántica directamente y, por tanto, son objeto de una teoría de la información completamente distinta. En los ordenadores cuánticos, el equivalente de un bit clásico es un bit cuántico, o cúbit en su versión abreviada.

Los cúbits tienen algunas características increíbles: Por ejemplo, pueden asumir ambos estados —0 y 1— de forma simultánea, así como todos los valores intermedios, como «medio 1» y «medio 0». Esto se debe a la capacidad de los estados cuánticos para existir en las denominadas «superposiciones»: el solapamiento de los estados tradicionales mutuamente excluyentes.

Esta extraña característica de las partículas cuánticas era antaño origen de acalorados debates entre los padres de la física cuántica y terminó por encontrar su expresión en el conocido experimento del gato de Schrödinger. Además, varias partículas cuánticas pueden asumir los denominados «estados entrelazados». Esta es otra característica poco habitual del universo cuántico que no tiene equivalente en nuestro mundo clásico. Es como si los cúbits estuvieran vinculados entre sí mediante un resorte invisible. A través de una «espeluznante acción a distancia» (un término originariamente inventado por Albert Einstein de forma irónica, dado que consideraba que el entrelazamiento era imposible), los cúbits están en contacto directo entre sí. Cada bit cuántico «sabe», por decirlo de algún modo, lo que el resto está haciendo en ese momento.

Por tanto, los cúbits entrelazados existen en una superposición de infinitos estados distintos al mismo tiempo y todos ellos están conectados a través de una banda invisible e incalculable. En palabras más sencillas: el sistema de multipartículas se encuentra en todos los estados posibles de forma simultánea.

Solo se materializan estados individuales específicos (con una probabilidad respectiva) tras una medición física. Antes de ese momento, están objetivamente indeterminados: otra característica extraña del universo cuántico. Ahora con la ayuda del algoritmo correspondiente, todos los cúbits entrelazados pueden procesarse simultáneamente.

Es como si muchas fábricas de chocolate hubieran empezado sus líneas de producción al mismo tiempo y empezaran a producir chocolate en paralelo. Y cuantos más cúbits estén entrelazados, más estados pueden procesarse al mismo tiempo.

Al contrario de los ordenadores convencionales, cuyo poder informático aumenta de forma lineal con el número de componentes computacionales, el poder de un ordenador cuántico aumenta de forma exponencial con el número de cúbits empleados. Así pues, el desempeño de un ordenador cuántico no se duplica cuando otros 100 cúbits se incorporan a los 100 cúbits existentes, sino que lo hace cuando un solo cúbit se añade a los 100 cúbits originales.

Si se incorporan otros 10 cúbits, su desempeño aumenta en 1000 veces (para ser más precisos, en 1024 veces); con 20 nuevos cúbits, el ordenador cuántico ya es un millón de veces más rápido y con 50 nuevos cúbits, un billón de veces más rápido. Por tanto, con 100 nuevos transmisores de información, mientras que el desempeño de un ordenador tradicional simplemente se duplica, el aumento en el desempeño de un ordenador cuántico difícilmente puede cuantificarse. Con ese enorme poder de computación paralela, se podrían resolver problemas que aún son demasiado complejos para procesar incluso para los «superordenadores» que se utilizan hoy día en física, biología, investigación climática o cualquier otro campo.

No obstante, si lo analizamos de forma más pormenorizada, la paralelización masiva lograda con la ayuda de los estados entrelazados no puede compararse con la producción paralela de fábricas de chocolate. La información almacenada y procesada en los sistemas entrelazados es muy distinta de la información procesada por los ordenadores digitales ordinarios.

Los ordenadores cuánticos no trabajan literalmente en paralelo, sino que organizan la información de tal modo que se distribuye en muchos componentes entrelazados del sistema general. Imagínese un libro con 100 páginas. En un libro normal de 100 páginas, cada vez que lee una página, ha accedido a un 1 % del contenido del mismo. Después de leer todas las páginas una a una, ya sabe todo lo que hay en el libro.

Un libro cuántico, en el que las páginas están entrelazadas, funciona de otra manera. Si se leen las páginas una a una, solo se accede a texto aleatorio incomprensible, y después de leer todas las páginas una tras otra, se sabe muy poco del contenido del libro. Ello se debe a que la información del libro cuántico no está impresa en las páginas individuales, sino que está codificada de forma casi exclusiva en la correlación de las páginas entre sí. Si alguien quiere leer el libro, debe hacerlo mirando todas las páginas simultáneamente.

En este sentido, destacamos cinco problemas que superan los límites de los ordenadores actuales y muestran las increíbles posibilidades que podrían surgir con los ordenadores cuánticos:

  1. Criptografía: Los métodos comunes de encriptación de hoy en día se basan en la refactorización de los resultados de dos números primos muy amplios. Desde un número de un cierto grado en adelante, esta tarea ya no puede resolverse con un ordenador clásico. En 1994, el científico informático Peter Shor desarrolló un algoritmo que, con la ayuda de un ordenador cuántico, podía factorizar en sus divisores los resultados más grandes de los números primos utilizados en la actualidad en tan solo unos minutos.
  2. Resolución de problemas complejos de optimización: Los matemáticos consideran la tarea de encontrar la solución óptima entre muchas variantes especialmente complicada. Estos problemas se dan en logística industrial, en el diseño de microchips o en la optimización del flujo de tráfico. Incluso con un pequeño número de variantes, los ordenadores tradicionales fallan en el cálculo de soluciones óptimas. Los ordenadores cuánticos, en cambio, podrían resolver estos problemas de optimización en un tiempo reducido en términos comparables.
  3. Asimismo, podrían surgir importantes aplicaciones en el ámbito de la inteligencia artificial: Las «redes neuronales profundas» que se utilizan en este campo presentan complejos problemas de optimización combinatoria que pueden resolverse de forma mucho más rápida y adecuada por los ordenadores cuánticos que por los clásicos. De este modo, las máquinas podrían ser infinitamente más inteligentes de lo que lo son en la actualidad.
  4. Búsquedas en bases de datos de gran envergadura: A la hora de buscar en conjuntos de datos no clasificados, los ordenadores clásicos tienen que examinar todas las entradas de datos de forma individual. Por tanto, el tiempo de búsqueda se incrementa en paralelo al número de entradas de datos, algo que, en el caso de grandes cantidades de datos, pasa a ser una tarea demasiado prolongada para un ordenador tradicional. En 1996, el científico informático Lov Grover publicó un algoritmo de computación cuántica para el que el número de pasos de cálculo necesarios se incrementa solo con la raíz cuadrada del número de entradas de datos. En vez de necesidad mil veces más de tiempo para mil millones de entradas de datos en comparación con un millón, con el algoritmo de Grove un ordenador cuántico necesitaría un tiempo tan solo 30 veces superior, lo que constituiría una mejora impresionante para números de gran envergadura.
  5. Búsquedas de nuevos compuestos químicos: En la simulación de sistemas cuánticos, se producen sin cesar problemas complejos de optimización a la hora de encontrar la mejor configuración posible —es decir, la más eficiente desde el punto de vista energético— de los electrones en un átomo o molécula en una situación con muchas alternativas. Los físicos y químicos teóricos han lidiado con estos problemas durante décadas con un éxito limitado. Las ecuaciones cuánticas correspondientes son sencillamente demasiado complejas para que los ordenadores clásicos las resuelvan. Los ordenadores cuánticos podrían categorizar y modelizar directamente el comportamiento de los electrones involucrados, dado que ellos mismos se comportan como un sistema cuántico. Podría utilizarse esta mejor comprensión del comportamiento molecular y de las reacciones químicas concretas para encontrar nuevos medicamentos o desarrollar tecnologías de baterías mucho más eficientes.

Algunos físicos incluso creen que los ordenadores cuánticos nos permitirán resolver cualquier problema que suceda en la naturaleza, desde el comportamiento de los agujeros negros, el desarrollo original del universo y las colisiones de partículas elementales de alta energía hasta la superconductividad y la modelización de las 100 000 millones de neuronas (y más de mil conexiones) presentes en nuestro cerebro. En cualquier caso, merecerá la pena leer la sección científica de los periódicos con mayor atención en las próximas semanas y meses para descubrir qué nos depara este ámbito.

 

Columna de Lars Jaeger, responsable de la división Alternative Risk Premia y gestor de GAM Systematic en GAM Investments

 

Fuente: www.larsjaeger.ch

 

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¿Una oportunidad dorada?

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Una oportunidad dorada?

Dado que el oro no tiene una TIR obvia, calcular su valor desde una perspectiva de inversión puede ser difícil. Por contraintuitivo que parezca, el equipo Real Return de Newton cree que para entender la utilidad del oro para los inversores es necesario considerar la creación de dinero.

Para la mayoría de los inversores profesionales, el oro es una reliquia del pasado con poca utilidad en el paisaje de inversión complejo y sofisticado de hoy en día. Creemos que parte del problema de esta percepción es el énfasis excesivo en lo que es el oro (un metal sin valor intrínseco aparente) y la falta de discusión sobre lo que son casi todos los demás activos financieros (promesas de pago en un papel). Un aspecto interesante es que los metales preciosos han sido una forma de “dinero” superior a los pagarés durante la mayor parte de la historia del hombre, mientras que hoy en día es al revés.

Pensamos que gran parte de este cambio de percepción obedece a la estabilidad y al “progreso” a nivel económico y social, pero las finanzas no son una ciencia, y por muy sofisticadas que pensemos que se han tornado, tendemos a cometer los mismos errores (por lo general relativos al apalancamiento y al envilecimiento del dinero) una y otra vez. La verdad innegable es que la mayor parte del dinero es crédito, creado por los bancos comerciales. Así, no sorprende que los bancos creen el tipo de dinero que más les conviene en ese momento. Este es el motivo por el que es necesario que estén regulados, y explica por qué —si la política no se ha pensado muy bien— gran parte de nuestro crecimiento crediticio puede constar de activos no productivos que no respaldan al PIB futuro.

Tal como identifica nuestro tema de la “financierización”, la política monetaria persistentemente acomodaticia del pasado reciente ha creado fuertes incentivos en el sistema financiero para dar preferencia a la financierización en lugar de asumir riesgos y financiar la economía real. Según Bernstein, “los adelantos a expensas de la futura capacidad productiva han crecido a mayor ritmo que la capacidad productiva propiamente dicha”, con lo que estamos acumulando más y más pasivos sobre una base productiva que crece a bajo ritmo.

En este contexto, en el que el activo de una persona es el pasivo de otra, la postura de las autoridades monetarias de que inflar los precios de los activos (por ejemplo mediante programas de flexibilización cuantitativa) también infla la “riqueza” puede considerarse un tanto falaz: en su conjunto, no lo hace. De hecho, como todas las inflaciones, cabe describirse más bien como una transferencia de riqueza. Es más, la inflación de los precios de los activos conlleva costes significativos (como la desigualdad y la distorsión financiera), algunos de los cuales ya han quedado patentes en la inestabilidad política reinante en gran parte del mundo occidental. Es probable que los costes en términos de asignación inadecuada del capital se hagan evidentes cuando baje la marea de los precios de los activos. 

Llevamos tiempo argumentando que las autoridades se han arriesgado a crear la tercera mayor burbuja de las dos últimas décadas, y pensamos que el “giro” de la Reserva Federal estadounidense hacia una postura más acomodaticia como respuesta al tropiezo invernal del mercado no hace más que confirmarlo. El nivel de financierización de la economía estadounidense es sobrecogedor. Según cálculos de Bank of America Merrill Lynch, el valor de los activos financieros privados se aproxima a seis veces el PIB, cuando en los 50 años hasta 2000 osciló en un rango de 2,5 a 3,5 veces.2 Ahora sí que es la cola de los mercados financieros la que realmente menea al perro de la economía real: si el mercado cae, también lo hace la economía.

¿Por qué invertir en oro?

Teniendo esto en cuenta, el factor clave del oro es que no es un pasivo de nadie: no es una promesa de pago, con lo que no forma parte del sistema de crédito. Esto lo convierte en una buena póliza de seguros en épocas de estrés crediticio, y con ello en una buena herramienta de diversificación dentro de una cartera. Además, el metal precioso no puede “emitirse” a voluntad (su extracción es cada vez más difícil y costosa), su oferta es bastante plana y la dinámica de flujo/existencias es muy distinta a la de las materias primas industriales (porque la producción anual es pequeña comparada con la cantidad de oro en circulación). El oro tiene atributos monetarios físicos contrastados a lo largo de miles de años (principalmente el hecho de que no se degrada).

Hay quien lo considera irrelevante en el actual mundo digital, pero con los crecientes problemas que representan las violaciones de ciberseguridad, no creemos que los activos físicos deban ya descartarse. Como inversión, la “reliquia bárbara” ha tendido a mantener su valor en términos reales a (muy) largo plazo. No obstante, debemos tener cuidado con las estadísticas de rentabilidad en periodos de tiempo muy prolongados. Los plazos importantes son aquellos que representan horizontes de inversión razonables, y no cabe duda de que el oro ha vivido periodos de varias décadas en los que no ha levantado cabeza. Por consiguiente, no sugerimos que el oro sea un activo para todas las coyunturas, a no ser que uno pretenda vivir para siempre. 

¿Cuándo debería invertirse en oro?

Tradicionalmente han existido varios motivos por los que invertir en oro, por ejemplo en momentos en los que ha existido un riesgo razonable de envilecimiento de la moneda o de inflación monetaria, en los que el sistema crediticio se ha visto amenazado, en fases de tensión en el sistema monetario o incluso cuando se ha perdido la fe en la capacidad o voluntad de los bancos centrales para apuntalar los precios de los activos. Los siguientes son solo algunos escenarios (de los menos extremos) que consideramos razonablemente plausibles de cara a los meses y años venideros:

– En el pasado reciente hemos tenido mucha inflación monetaria (los bancos centrales han “imprimido” en torno a los 12 billones de dólares desde la crisis financiera global) y de activos, pero apenas ha habido inflación de los precios de consumo. En el próximo ciclo —o en las fases finales del actual— cabe esperar un redoble de los esfuerzos de las autoridades para crear inflación. Ya se está hablando de utilizar las finanzas monetarias para reactivar la economía real en lugar de remunerar a los propietarios de activos (teoría monetaria moderna y similares).

– El actual ciclo de crédito es un monstruo con todas las características habituales, como por ejemplo apalancamiento excesivo, poca protección del inversor (deterioro de las condiciones de emisión) y prácticas contables cuestionables (ajustes de EBITDA). Actualmente, China está rompiendo récords de apalancamiento corporativo.

– El entusiasmo con el que la administración Trump está intentando eliminar déficits comerciales bilaterales parece estar opuesto al actual sistema monetario (un patrón dólar de facto), que depende de que la divisa estadounidense haga precisamente eso para brindar al mundo una oferta de dólares.

– Los bancos centrales cuentan con escasa munición tradicional para combatir la próxima crisis.

Cambios sutiles en el orden mundial, a favor de una mayor polarización y a expensas del multilateralismo, también podrían estar espoleando a los bancos centrales —por ejemplo en China y en Rusia— a elevar sus reservas de oro. Por último, vale la pena considerar cómo ha cambiado la inversión en las últimas décadas. La “gran levitación” de los precios de los activos se ha combinado con la teoría financiera moderna y la mayor capacidad de computación para crear un sistema (descrito en nuestro artículo “Una perspectiva sobre la rentabilidad”) en el que el inversor o ahorrador final invertirá seguramente en una “estructura” vinculada a un índice en cierta manera alejado de los activos subyacentes.

En este mundo, el “precio” es el principal determinante del valor, y la volatilidad histórica de los precios es la principal medida de riesgo. El problema del oro en el contexto de una cartera institucional —y el motivo por el que quizá sea más adecuado para el inversor particular— es que el precio no siempre es relevante; los inversores que desean una “póliza de seguros” generalizada, o los bancos centrales interesados en diversificar fuera de las divisas fiduciarias, también ven valor en otros atributos independientes del precio.

Es más probable que este concepto lo entiendan mejor los inversores en el mundo emergente que aquellos de nosotros en Occidente que hemos vivido el periodo más estable de la historia humana. Esto no quiere decir que los inversores institucionales (y sobre todo los gestores de patrimonios) no deban considerar una posición en oro. No obstante, creemos que no deberían esperar que se comporte de forma convencional; quizá deban verlo más bien como una “divisa” en la que desean denominar parte de sus activos y que debería mantener su aceptabilidad, liquidez y valor en momentos de tensión.

Tribuna de Iain Stewart, miembro del equipo Real Return de Newton.

Las compensaciones del CEO: ¿Dulce o travesura?

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Foto: MaxPixel CC0. Las compensaciones del CEO: ¿Dulce o travesura?

En «The Legend of Sleepy Hollow», Ichabod Crane se encuentra con un jinete sin cabeza que arroja su cabeza hacia Crane y lo tira de la silla. Crane nunca más fue visto. En las leyendas del norte de Europa, los jinetes sin cabeza suelen atacar a los intrusos que están marcados por su arrogancia. A medida que se acerca Halloween, los CEO y los miembros del comité de compensación que diseñan complicados esquemas de pago ejecutivos que atormentan a los inversores deben ser cautelosos.

El problema es que los inversores están llegando a creer cada vez más que tales esquemas de pago no alinean los intereses de los CEO con los de los inversores. El mes pasado, el Consejo de Inversores Institucionales (CII) de EE.UU. apuntó a la complejidad general del plan de pago y, en particular, a las medidas de adquisición basadas en el rendimiento. En un comunicado, el director ejecutivo de la CII, Ken Bertsch, dijo: «El aumento constante del salario promedio, incluso cuando el desempeño del mercado es mediocre, sugiere que el pago por desempeño puede ser un espejismo».

El otorgar a los CEO’s niveles de incentivos salariales más altos, en general, no se ha alineado con el rendimiento total de los accionistas en la historia reciente. Lo que es más, descubrimos que el período promedio de pruebas y adjudicación de premios basados en el desempeño para las empresas que estudiamos fue de tres años, lo que  en muchos casos resulta estar demasiado enfocado al corto plazo.

De hecho, en las últimas temporadas, el sentimiento de los inversores institucionales sobre el pago ejecutivo se ha vuelto más negativo, especialmente entre los grandes propietarios de activos europeos y al menos algunos de los planes de pensiones estadounidenses más influyentes. En 2018, el Sistema de Retiro de Empleados Públicos de California (CalPERS ) anunció nuevas políticas de votación que dieron como resultado un porcentaje significativamente mayor de votos de desaprobación que en el pasado. Además, al menos otros seis grandes inversores institucionales fueron identificados como votantes en contra de al menos el 25% de todos los planes de manera similar en 2017.

Según Simiso Nzima, director de inversiones  para el gobierno corporativo en CalPERS, «durante uno, dos o tres años, el desempeño puede verse bien, pero a lo largo de 10 años, la relación a veces simplemente no existe”.

Nuestra propia investigación está de acuerdo con esta evaluación. En CalPERS, el porcentaje de votos negativos aumentó aún más en 2019, como lo hizo para varios otros inversores prominentes. La exposición a continuación muestra el porcentaje de votos negativos por voto emitidos por cinco propietarios de grandes activos seleccionados contra compañías estadounidenses en las últimas tres temporadas de representación. Todos menos uno aumentaron sus porcentajes de voto negativos cada año.

votos

Según Norges Bank, que supervisa el fondo  de un billón de dólares (trillion en inglés) Global Pension Fund Global, y ha sido particularmente expresivo en sus críticas sobre la complejidad de los planes de pago actuales, «la junta debe garantizar que la remuneración sea impulsada por una creación de valor a largo plazo, y que alinee los intereses del CEO y los accionistas. Una proporción sustancial de la remuneración anual total debe proporcionarse como acciones que están bloqueadas durante al menos cinco y preferiblemente diez años, independientemente de la renuncia o la jubilación».

No todos los grandes propietarios de activos están de acuerdo. Algunos continúan apoyando prácticamente todos los planes de pago propuestos, mientras que otros han sido aún más agresivos que los cinco que se muestran aquí. El debate aún no se ha resuelto.

Pero cada vez se hace más hincapié en la simplicidad y transparencia del plan de pago, y en la necesidad de una mejor alineación entre los incentivos salariales del CEO y la creación de valor sostenible a largo plazo. Los inversores hacen preguntas difíciles y con un mayor sentido de urgencia. Los CEO que buscan evitar el destino de Ichabod Crane pueden querer escuchar…

Columna de MSCI, escrita por Ric Marshall