«Es la economía, idiota»

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Pixabay CC0 Public DomainSharon McCutcheon. Sharon McCutcheon

Tan cierto hoy como cuando el eslogan fue acuñado por el estratega de la campaña presidencial de Bill Clinton de 1992, la salud de la economía estadounidense tendrá un papel esencial a la hora de dilucidar quién será el próximo inquilino de la Casa Blanca.

Como en cualquier juego de cartas, la suerte también interviene y Trump está demostrando tener más que la mayoría. Clinton consiguió su famosa victoria contra George W. Bush con su promesa de dinamizar una economía renqueante. Aunque el rival demócrata al que se enfrentará Trump podrá sin duda utilizar una desaceleración de la economía estadounidense en 2020, las expectativas en el mercado de una recesión en toda regla el próximo año podrían acabar mostrándose equivocadas. La economía estadounidense tiene más probabilidades de seguir avanzando lentamente, una visión compartida por los economistas del FMI, que pronostican un crecimiento del 2,1 % en 2020, frente al 2,4 % previsto para este año (1).

Sin embargo, existe la sensación —plenamente fundada— de que las perspectivas de crecimiento de EE.UU. siguen siendo frágiles a tenor de la desaceleración económica mundial que estamos experimentando (provocada en parte por las políticas proteccionistas de Trump, ejemplificadas en la guerra comercial con China, entre otras) y que probablemente se prolongue hasta 2020 y más allá. De hecho, con independencia de cómo se desarrollen las elecciones del año próximo, la actitud beligerante de Trump hacia China desde que asumió la presidencia ha alimentado una rivalidad competitiva entre los dos países que definirá el panorama económico y político mundial durante el futuro próximo.

En cuanto a las perspectivas actuales en torno al crecimiento mundial, resulta preocupante que a los bancos centrales de la mayoría de los países occidentales les queda poca munición para contrarrestar una desaceleración acusada. Los tipos de interés se mantienen en mínimos históricos y si bien el Banco Central Europeo (BCE) indicó que reactivaría su programa de compra de bonos, en otras regiones hay poco interés en seguir su ejemplo. El presidente saliente del BCE Mario Draghi ha hecho un llamamiento a los gobiernos de la zona euro para que aumenten su gasto público en apoyo de sus economías. Ciertamente es la vía que plantea menos resistencia y probablemente sea atractiva para los políticos que buscan la reelección, como hemos visto en el Reino Unido con los grandes compromisos de gasto que ha asumido no solo el Partido Laborista, sino también un Partido Conservador que en el pasado abogó por la austeridad. Un aspecto importante es que incluso el FMI parece estar alentando estos días un aumento del gasto público en los países en los que “la actividad se ha debilitado o podría desacelerarse con fuerza” y donde “el margen para relajar la política monetaria es reducido”(2).

Una deuda para la posteridad

Salir del bache a golpe de gasto no es nada nuevo, pero la idea surge en un momento en el que la deuda media de las grandes economías del mundo supera el 70% de su PIB, lo que supone su nivel más alto de los últimos 150 años, si se exceptúa el pico que coincidió con la Segunda Guerra Mundial (3). Atender esta deuda no es un problema cuando los tipos de interés son bajos, pero puede convertirse rápidamente en un dolor de cabeza si los tipos empiezan a subir y el crecimiento se disipa. En la última edición de su informe de estabilidad financiera, el FMI calcula que una desaceleración económica tan solo la mitad de grave que la que vivimos durante la crisis financiera de 2007-2008 podría colocar en riesgo de impago hasta el 40% de la deuda corporativa en circulación en las grandes economías del mundo: unos mareantes 19 billones de dólares (4). La sostenibilidad de semejantes niveles de deuda en un momento en el que la economía mundial está frenándose sigue siendo una cuestión de primer orden para 2020 y años posteriores.

Podría parecer que el panorama es desolador si no fuera por el hecho de que la mayoría de las economías occidentales ha aguantado bastante bien ante un mundo cada vez más inestable e incierto. Si nos fijamos en el Reino Unido, por ejemplo, la economía ha dado muestras de resistencia a pesar de ese culebrón nacional llamado Brexit. Los agoreros podrían argumentar que el país todavía tiene que salir de la Unión Europea, por lo que es demasiado pronto para calibrar el impacto real. Es un argumento válido, pero creo que es poco probable que asistamos al escenario catastrófico que muchos pronosticaron inmediatamente después del referéndum británico. En cuanto a EE.UU., el desempleo está próximo a su nivel más bajo de los últimos 50 años y sigue observándose un aceptable crecimiento del empleo, si bien este se ha moderado recientemente. Aunque han surgido dudas en torno a la inseguridad laboral, sobre todo en la denominada gig economy o economía a demanda y ante el mayor porcentaje de trabajadores estadounidenses que no participan en la economía, el cuadro general sigue siendo alentador. Entretanto, la inflación, que fue el azote de los sistemas económicos en las décadas de 1970 y 1980, se ha domeñado hasta el punto de que nos encontramos buscando formas de insuflar inflación en nuestras economías, a menos, obviamente, que seas Argentina.

Entre las buenas noticias, surgen obviamente áreas de inquietud. La actividad manufacturera mundial aminora desde hace varios meses, a pesar de que el ritmo de descenso se ha suavizado ligeramente, mientras que las exportaciones mundiales registraron su segunda caída más rápida desde 2012, con Alemania a la cabeza (5). En lo que respecta a China, la segunda mayor economía mundial, el crecimiento del PIB se ha hundido hasta mínimos de casi 30 años, lo que ha suscitado dudas sobre su capacidad para contribuir a reactivar el crecimiento mundial, como hizo después de la crisis financiera mundial de 2007-2008.

Sacar el máximo partido al ciclo electoral

En realidad, todos estos datos económicos sugieren que la economía mundial se encuentra cerca de su cima: son posibles tanto una continuación del crecimiento moderado como una grave contracción. Y enfrentarse a esa encrucijada es particularmente complicado en un año electoral en EE.UU. Los inversores pueden encontrar cierto alivio en la evolución histórica de la bolsa en el periodo anterior a unas elecciones presidenciales estadounidenses. De acuerdo con un estudio de los ciclos electorales entre 1952 y 2000, un inversor con una cartera que replicara el índice S&P 500 durante los 27 meses anteriores a unas elecciones estadounidenses (desde el 1 de octubre del segundo año de un mandato presidencial hasta el 31 de diciembre del año electoral) habría registrado importantes ganancias; así, el valor de su cartera se habría incrementado entre un 16% y un 70%, dependiendo del año electoral. Como contrapunto útil, el mismo estudio concluyó que los mercados bajistas, definidos como un descenso del 15% o más en el valor del S&P 500, históricamente suelen darse en el primer y segundo año de los mandatos presidenciales [6]. Este último punto es aún más pertinente, si cabe, a tenor de la duración del mercado alcista actual.

En un año de elecciones en EE.UU., es inevitable que la figura polarizadora de Donald Trump domine la actualidad informativa y continúe ejerciendo una influencia perturbadora en los mercados mundiales. La política siempre ha tenido la capacidad de distraer y desviar la atención de los fundamentales, y la rivalidad continua entre EE.UU. y China seguirá influyendo en los mercados durante muchos años. Así las cosas, no se debe subestimar la importancia de fundamentar las decisiones de inversión en estudios y análisis sólidos.

Columna de Edward Bonham Carter, vicepresidente de la gestora Jupiter Asset Management

 

Anotaciones:

(1) FMI, World Economic Outlook, octubre de 2019

(2) FMI, World Economic Outlook, octubre de 2019

(3) FT/Deutsche Bank Research, septiembre de 2019

(4) FMI, Informe sobre la estabilidad financiera mundial, octubre de 2019

(5) IHS Markit, Global PMI report, octubre de 2019

(6) Presidential Elections and Stock Market Cycles, Marshall Nickles Edd, 2004, Graziadio Business Review

Las acciones estadounidenses se encuentran en un camino de sólidos rendimientos para 2019

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Wikimedia Commons. Gabelli FUnds

El mercado de valores de EE.UU. comenzó noviembre con un fuerte repunte de dos días provocado por un informe positivo sobre el empleo del mes de octubre que calmó los temores sobre una posible recesión. Esto preparó el escenario para que las acciones subieran más durante el mes y continúen la serie de cierres récord en 2019.

Durante el mes, hubo ventas temporales de noticias negativas relacionadas con la guerra comercial, pero a estas les siguieron titulares positivos que elevaron las acciones. En general, la mejora en las negociaciones comerciales, la claridad del Brexit, un consumidor estadounidense resistente y una Reserva Federal acomodaticia mantuvieron las acciones en el camino de sólidos rendimientos para 2019.

El catalizador de fusiones y adquisiciones para el aumento visto tres días antes del Día de Acción de Gracias en los precios de las acciones fue el ‘merger monday’ cuando se anunció una oleada de grandes operaciones que incluyen: la transacción de 26.000 millones de dólares entre Charles Schwab y TD Ameritrade, la de LVMH con un acuerdo de 16.200 millones de dólares por Tiffany y en el sector farmacéutico destaca Novartis en una adquisición de The Medicines Co. por 9.700 millones de dólares.

La ola de volumen de fusiones y adquisiciones globales que comenzó en 2014, medida en dólares estadounidenses, continúa acumulando en el año 2,73 billones (trillion en inglés) por medio de 26.321 transacciones pendientes anunciadas y completadas hasta el 30 de noviembre de 2019 versus 3,07 trillones en 30.225 ofertas vistas en 2018 según datos de Bloomberg.

El operador hotelero relativamente desconocido Unzio Holdings (3258.T) fue atacado con una rara oferta hostil nacional del agente de viajes de Tokio H.I.S. Co (9603.T) en julio. Este catalizador ha despertado un intenso interés por parte de prominentes firmas de capital privado global, bancos y hedde funds, todos atraídos por las propiedades japonesas y otras propiedades inmobiliarias de Unzio que se venden con descuento, al tiempo que prueba los esfuerzos del primer ministro Abe para aumentar los retornos de los accionistas para compradores extranjeros con renovados estándares en gobierno corporativo y divulgación. La guerra de licitación hostil y amistosa transfronteriza sin precedentes para Unizo se intensificó el 24 de noviembre cuando dijo que había recibido seis ofertas de compra más, además del acuerdo propuesto por Blackstone Group. Mayor actividades de fusiones y adquisiciones está por venir…

Columna de Gabelli Funds escrita por Michael Gabelli

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Para acceder nuestra metodología de inversión y cartera de arbitraje de fusión dedicada, ofrecemos los siguientes fondos UCITS en cada disciplina:

Gamco arbitraje de fusión

GAMCO Merger Arbitrage UCITS Fund, lanzado en octubre de 2011, es un fondo abierto incorporado en Luxemburgo y que cumple con la regulación UCITS. El equipo, la estrategia dedicada y el registro datan de 1985. El objetivo del Fondo de Arbitraje de Fusión GAMCO es lograr un crecimiento de capital a largo plazo invirtiendo principalmente en transacciones anunciadas de fusiones y adquisiciones de acciones manteniendo una cartera diversificada. El Fondo utiliza un enfoque de inversión altamente especializado diseñado principalmente para beneficiarse de la finalización con éxito de las fusiones, adquisiciones, ofertas públicas, adquisiciones apalancadas y otros tipos de reorganizaciones corporativas propuestas. Analiza y supervisa continuamente cada transacción pendiente por posibles riesgos, incluidos: reglamentación, términos, financiación y aprobación de los accionistas.

Las inversiones de fusión son una alternativa altamente líquida, no correlacionada con el mercado, probada y consistente con los valores de renta fija y de renta variable tradicionales. Los retornos de fusión dependen de los diferenciales de oferta. Los diferenciales de oferta son una función del tiempo, la prima de riesgo de transacción y las tasas de interés. Por lo tanto, los rendimientos están correlacionados con los cambios en las tasas de interés a mediano plazo y no con el mercado de valores en general. La perspectiva de un aumento de las tasas implicaría un mayor rendimiento de las fusiones a medida que los diferenciales se amplíen para compensar a los arbitrajistas. A medida que disminuyen los mercados de bonos (aumentan las tasas de interés), los rendimientos de las fusiones deberían mejorar a medida que las decisiones de asignación de capital se ajustan a los cambios en los costos del capital.

La volatilidad del amplio mercado puede conducir a la ampliación de los diferenciales en las posiciones de fusión, que, junto con nuestras carteras de fusiones bien documentadas, ofrecen el potencial de TIR mejoradas. Las fluctuaciones diarias de la volatilidad de los precios junto con un capital menos propietario (la regla de Volcker) en los Estados Unidos han contribuido a mejorar los diferenciales de las fusiones y, por lo tanto, los rendimientos generales. Por lo tanto, nuestro fondo está bien posicionado como alternativa de sustitución de efectivo o renta fija.

Nuestros objetivos son acumular y preservar la riqueza a lo largo del tiempo, sin dejar de estar correlacionados con los amplios mercados globales. Creamos nuestro primer fondo de fusión dedicado hace 32 años. Desde entonces, nuestro rendimiento de fusión ha aumentado los activos de los clientes a una tasa anual de aproximadamente 10,7% bruto y 7,6% neto desde 1985. Actualmente, administramos activos en nombre de clientes institucionales y de alto patrimonio global en una variedad de estructuras de fondos y mandatos.

Gamco all cap value

El Fondo UCITS GAMCO All Cap Value, lanzado en mayo de 2015, utiliza el PMV patentado de Gabelli con una metodología de inversión Catalyst ™, que funciona desde 1977. El Fondo busca rendimientos absolutos a través de la inversión de valores impulsada por eventos. Nuestra metodología se centra en la inversión con un enfoque fundamental y  bien investigado para conseguir las mejores oportunidades, con un enfoque en valores de activos, flujos de efectivo y catalizadores identificables para maximizar los rendimientos independientemente de la dirección del mercado. El fondo se basa en la experiencia de su equipo de cartera global y más de 35 analistas value.

GAMCO es un inversor activo de valores con enfoque bottom-up que busca lograr una apreciación real del capital (en relación con la inflación) a largo plazo, independientemente de los ciclos del mercado. Nuestro proceso de selección de valores orientado al valor se basa en los principios fundamentales de inversión articulados en 1934 por Graham y Dodd, los fundadores del análisis moderno, y aumentados por Mario Gabelli en 1977 con su introducción de los conceptos de Private Market Value (PMV ) con un Catalyst ™ en el análisis de la renta variable. PMV con Catalyst ™ es nuestra metodología de investigación única que se enfoca en la selección de acciones individuales identificando empresas que se venden por debajo del valor intrínseco con una probabilidad razonable de realizar sus PMV, que definimos como el precio que un comprador estratégico o financiero estaría dispuesto a pagar por la totalidad empresa.

Los factores de valoración fundamentales es utilizada para evaluar valores antes de la inclusión / exclusión en la cartera, nuestro enfoque, impulsado por la investigación, considera el análisis fundamental como un enfoque de tres frentes: flujo de efectivo libre (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización, o EBITDA, menos los gastos de capital necesarios para crecer / mantener el negocio); tendencias de ganancias por acción; y el valor de mercado privado (PMV), que abarca los activos y pasivos dentro y fuera del balance. Nuestro equipo llega a una valoración PMV mediante una evaluación rigurosa de los fundamentales de la información disponible al público y el juicio obtenido de la gestión de reuniones, que abarca empresas de todos los tamaños a nivel mundial y nuestro amplio conocimiento acumulado de una variedad de sectores. Luego identificamos negocios para la cartera con un margen adecuado de seguridad y respaldado por nuestra investigación profunda.

 

¿Puede volver el crecimiento mundial rápidamente al alza?

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Puede volver el crecimiento mundial rápidamente al alza?

Si hay un riesgo bien arraigado en la mente de los inversores en este momento es el de una recesión global generada por un crecimiento mundial, que frenará en seco violentamente de aquí a varios trimestres.

Los argumentos –inevitablemente, fuente de angustia– que alimentan esta hipótesis son numerosos: estancamiento o escalada del conflicto chino-estadounidense, recesión manufacturera que arrastra consigo a la de los servicios, ralentización de las ganancias de productividad, a pesar de la oleada de innovaciones tecnológicas o, incluso, estallido de las burbujas infladas de los tipos negativos.

Como lo peor nunca es cierto –pues si lo fuera, el precio de los activos ya lo reflejaría-–exploremos la hipótesis de un repunte del crecimiento. En lugar de ver el vaso medio vacío, intentemos visualizar las condiciones que deberían confluir para que el crecimiento mundial vuelva rápidamente al alza, con sus efectos sobre las grandes clases de activos financieros.

En primer lugar, una salida del conflicto comercial entre China y Estados Unidos estaría en condiciones de levantar la carga que pesa sobre la confianza de las empresas. Si se firmara un acuerdo de mínimos o más amplio, podría desbloquearse un número nada despreciable de inversiones: las sociedades disfrutarían de una mayor visibilidad, necesaria para contraer obligaciones a largo plazo.

Luego, la inflación podría comenzar a materializarse bajo los efectos de toda la liquidez inyectada por los banqueros centrales. Esto daría de nuevo a las empresas que cuentan con pricing power (poder de fijación de precios) la posibilidad de aumentar sus precios y, con ello, sus beneficios, lo cual consolidaría sus márgenes en igual medida.

Si se pudieran reunir estas condiciones, tenemos razones de sobra para creer que saldría adelante una exposición a la renta variable: de repente, su prima de riesgo resultaría muy apreciable con respecto a los activos sensibles a los tipos gubernamentales.

También la deuda pública considerada más segura muestra un rendimiento a menudo nulo, e incluso negativo. En tal caso, deberá darse preferencia a las empresas sensibles al ciclo en vez de los valores «de calidad», debido al repunte económico, y también por su valorización relativa, especialmente depreciada en la actualidad.

Aunque este escenario de momento resulta muy hipotético, sin embargo, no debe descartarse, debido al carácter imprevisible del hombre más poderoso del mundo a día de hoy, Donald Trump. A pesar de que el presidente norteamericano a menudo ha sorprendido desagradablemente al mercado, un cambio brutal en sus relaciones con China, resulta -con el fondo de la campaña presidencial y del procedimiento de destitución-, un poco más probable cada día. 

Donald Trump se ha autoinvitado a las negociaciones sobre la guerra comercial. En el último minuto se ha pactado un encuentro sorpresa con el viceprimer ministro chino. Los mercados han aplaudido la noticia, viendo en ella avances significativos en el conflicto que opone Pekín a Washington.

Entretenimiento educativo (edutainment): una revolución digital en la educación

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Pixabay CC0 Public Domain. Entretenimiento educativo (edutainment): una revolución digital en la educación

El rápido desarrollo de las tecnologías digitales y la innovación están cambiando drásticamente la manera en la que las personas se comunican, hacen negocios, compran, pasan su tiempo libre y se ganan la vida. Esta denominada «revolución digital» también ha propiciado nuevas formas más económicas, agradables y efectivas de educar a las personas, lo que ha redefinido por completo nuestra percepción de lo que es la educación, quién la imparte y de qué manera.

La digitalización en curso de la sociedad y la difusión de la automatización están modificando los perfiles laborales, lo que conlleva la necesidad de reciclarse y mejorar las competencias permanentemente. Las tecnologías y las soluciones innovadoras contribuyen a abordar estas necesidades, al brindar la flexibilidad necesaria para formarse en cualquier momento y lugar: una cualidad sumamente necesaria en un mundo en el que muchas personas experimentan dificultades para conciliar adecuadamente su exitosa trayectoria profesional con sus responsabilidades familiares. Estas formas innovadoras de impartir educación también despiertan un interés considerable entre los millennials, que son grandes conocedores de la tecnología y constituyen una de las generaciones más numerosas de la historia. Los millennials, a los que a menudo se denomina “nativos digitales”, manifiestan una marcada preferencia por los servicios online que permiten seleccionar el contenido a la carta, como Airbnb, Netflix o Spotify, y esperan el mismo tipo de servicio y flexibilidad a la hora de adquirir nuevos conocimientos.

¿Por qué abogar por el entretenimiento educativo?

Las personas desarrollan habilidades y adquieren conocimientos mejor cuando se implican activamente en el proceso de aprendizaje. El entretenimiento educativo, también conocido como “eduentretenimiento”, incorpora las soluciones, contenido, sistema y herramientas del mundo de los medios digitales y el entretenimiento al modelo educativo. Estas innovaciones explotan las estructuras del pensamiento humano, al recurrir a una interacción lúdica y a sistemas de lógica y recompensa para maximizar la implicación y el entretenimiento de los estudiantes, mejorando así tanto el proceso de aprendizaje como su calidad.

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Basado en la obra de Van Dam N.H.M., «The E-Learning Fieldbook», editorial McGraw-Hill, año 2003.

La educación es un derecho humano fundamental que contribuye a la erradicación de la pobreza y la desigualdad. Recibir una educación abre la puerta a disfrutar de oportunidades profesionales que de lo contrario resultaban inaccesibles y guarda una correlación directa con la obtención de salarios más elevados, con tener una mejor salud y con sentirse globalmente satisfecho con la vida. Un gran número de estudios también han identificado una vinculación clara y positiva entre el número de años que una población pasa en las escuelas de media y el producto interior bruto. Garantizar una educación inclusiva y equitativa y promover oportunidades de aprendizaje para todos durante toda la vida es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. 

A pesar de los considerables beneficios de la educación para el bienestar de las personas y de la sociedad en su conjunto, un gran número de lugares en el mundo siguen teniendo un acceso muy limitado a la educación. Afortunadamente, la innovación disruptiva brinda herramientas para abordar algunos de los problemas más acuciantes del enfoque tradicional a la educación, como el incremento desbocado de los costes, la escasa accesibilidad a la educación y la limitada eficacia de la misma. La rápida evolución de la tecnología digital y las soluciones innovadoras ofrecen el potencial de transformar profundamente el sector educativo, reducir costes, mejorar la calidad y ampliar el acceso a la educación en todo el mundo. 

Las soluciones digitales resultan especialmente pertinentes para llegar a los estudiantes situados en las regiones más recónditas del mundo, y ello con un coste muy inferior al que normalmente conllevarían las metodologías tradicionales de enseñanza y aprendizaje. De este modo, permiten que la educación resulte más económica y accesible para las personas en cualquier región del mundo.

Explotar el enorme potencial del entretenimiento educativo

Observamos nuevos grupos de empresas innovadoras que han decidido afrontar este desafío y crear oportunidades prometedoras para los inversores a largo plazo en el ámbito de la educación lúdica. La educación es uno de los sectores de mayor tamaño e importancia de la economía mundial pero, en la actualidad, tan solo un 2% de los 5 billones de dólares invertidos al año en educación en todo el mundo se destina al canal digital. Esta tendencia está comenzando a cambiar. Según EdTechXGlobal, el mercado internacional de tecnología educativa registrará una tasa de crecimiento anual compuesto del 17% para 2020, por lo que alcanzará los 252.000 millones de dólares. Esta tendencia a largo plazo genera una gran oportunidad de negocio para las empresas rentables y de rápido crecimiento que ofrecen servicios innovadores, contenido digital, herramientas y sistemas diseñados para transformar el sector educativo. Se trata de una interesante oportunidad para los inversores a largo plazo que buscan exponerse a esta temática de crecimiento a largo plazo mientras se encuentra en sus fases iniciales de desarrollo.

“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”, Nelson Mandela

Tribuna de Kirill Pyshkin, gestor del fondo Credit Suisse (Lux) Edutainment Equity

Acceso a motores únicos, flexibilidad y prima de iliquidez: ventajas de la deuda privada frente a la pública

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Pixabay CC0 Public Domain. Acceso a motores únicos, flexibilidad y prima de iliquidez: ventajas de la deuda privada frente a la pública

Con los tipos de interés en niveles históricamente bajos, la deuda inmobiliaria comercial, la deuda de infraestructuras y la deuda corporativa son cada vez más atractivas, pero no solo porque sus yields sean potencialmente más altos. En este artículo, comparamos la deuda privada con la pública y resaltamos algunos beneficios de invertir en la primera.

Acceso a motores únicos

Una de las ventajas de la deuda privada es que permite invertir en mercados que de otra forma no serían accesibles. Por ejemplo, en infraestructuras, puede ofrecer acceso a segmentos como las energías renovables. En Reino Unido y Europa, los proyectos de renovables suelen estar respaldados por subsidios gubernamentales que los salvaguardan frente a las fluctuaciones en los precios de la energía. Y lo que es más importante: la compañía puede utilizar los pagos por la energía que ofrece para crear un flujo de caja estable para los inversores.

Algunas empresas de servicios públicos cotizadas también cuentan con proyectos de renovables, pero sus negocios son tan extensos que exponen a los inversores a fluctuaciones en el precio de la energía y a los cambios en los precios minoristas. Al incluir proyectos renovables en sus carteras, los inversores pueden obtener exposición potencial a motores que son más idiosincráticos y que están menos ligados al ciclo económico, para diversificar así las fuentes de rentabilidad. Los retornos no se ven influenciados por los cambios en los precios, sino por factores ambientales y riesgos tecnológicos específicos del proyecto.

Acceso a emisores más pequeños

La deuda inmobiliaria comercial en los mercados privados suele englobar uno o algunos activos en diferentes regiones en Reino Unido. Los motores subyacentes del mercado varían en función del sector y de la localización. Una oficina en una ubicación prime en Londres tiene motores económicos diferentes a un parque industrial en el norte de Inglaterra. La deuda comercial inmobiliaria nos permite invertir en emisores pequeños o menos comunes con activos únicos. Estas compañías no suelen buscar financiación en el mercado público de bonos.

Influencia directa

Los inversores en deuda privada pueden tener una influencia mucho mayor en la negociación y estructuración de la deuda, ya que esas inversiones suelen hacerse a la medida de las necesidades específicas del activo o de la compañía que está siendo financiada. Además, suelen tener algún tipo de cláusula financiera, como puede ser un determinado nivel de deuda o de rentabilidad que, si se incumple, alertaría a los inversores y les permitiría intervenir para evitar problemas.

Estructura de la deuda y valores de recuperación

Cerca del 95% de las emisiones del mercado público de bonos no están aseguradas por activos que podrían ser vendidos para repagar a los inversores en el caso de que se produjese un impago. En los mercados privados de deuda, casi todas las emisiones están aseguradas, por lo que se reduce el riesgo para los inversores.

Valores de recuperaciónSi se produce un impago, los valores de recuperación para los activos privados suelen ser mucho más elevados que los de los mercados públicos. Concretamente, un bono corporativo privado tiene un valor de recuperación de cerca del 80%, mientras que el de uno público no asegurado es del 50%.

Flexibilidad en la negociación

Un bono puede ser vendido a muchos participantes en el mercado. Las operaciones privadas implican a muchas menos partes –normalmente el prestatario y/o un pequeño número de inversores-, lo que aporta un margen considerable en las negociaciones. Por tanto, si un inversor tiene un determinado requisito, puede trabajar con el prestatario para gestionarlo.

Ratings

Los bonos públicos suelen contar con el rating de agencias de calificación, lo que da a los inversores una idea de su calidad y su riesgo. Por el contrario, la mayoría de la deuda privada carece de dichos ratings: corresponde al inversor o al gestor llevar a cabo el análisis dentro de la valoración del crédito. Pero eso también significa que menos inversores podrán participar en la deuda, por lo que hay menos competencia. Además, esta realidad alienta un enfoque más prudente respecto a la gestión del riesgo, que depende de un análisis robusto de la deuda, lo que contrasta con los mercados públicos de bonos, que suelen depender de las agencias.

Compensación por la iliquidez

Los bonos públicos se negocian de forma activa, lo que hace que los precios de mercado estén disponibles inmediatamente; mientras que los activos privados no suelen negociarse de manera regular, por lo que no existen precios de mercado inmediatos para ellos. En cambio, se valoran a un “coste amortizado” o mediante el cálculo de su “valor justo”.

La deuda privada y otros tipos de activos ilíquidos suelen pagar yields más elevados para compensar a los inversores el hecho de que no puedan liquidar de forma inmediata una posición. Este potencial retorno extra frente a los bonos públicos comparables se conoce como “prima de iliquidez”.

Conclusión

La inversión en deuda privada ofrece muchas potenciales ventajas: yields más elevados, seguridad, flexibilidad e influencia sobre la estructura del activo, y el derecho a intervenir si surgen problemas. También puede mejorar la diversificación de la cartera, al ofrecer exposición a motores idiosincráticos diferentes.

Estas ventajas conllevan un pero. La falta de un mercado en el que operar de forma inmediata limita la capacidad de los inversores para cambiar las posiciones rápidamente. Por tanto, es fundamental invertir solo en activos bien estructurados que estén gestionados de forma profesional y que hayan pasado por un proceso de valoración crediticia.

Tribuna de Marianne Zangerl, directora de inversiones de Aberdeen Standard Investments

Enfoque contrastado de asignación activa

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Foto cedida. Morgan Stanley IM

El enfoque hacia el riesgo nos ayuda a decidir cuándo reducir la exposición a renta variable, brindar protección a la baja en mercados más volátiles o aumentar el peso de la renta variable para participar en mercados al alza.

La volatilidad histórica puede no ser un buen indicador de la volatilidad futura, por lo que nuestro objetivo es anticiparnos a la volatilidad, analizando los indicadores principales —como el VIX, en el ámbito de la renta variable, y los diferenciales de crédito, en el segmento de la renta fija— y centrándonos en el riesgo de acontecimientos adversos.

Nuestro objetivo es identificar las posibles fuentes de volatilidad del mercado y comprender su posible impacto en las clases de activos en que invertimos. El equipo aplica un enfoque de control de riesgos que trata de anticipar la volatilidad en los mercados, ajustando la exposición a renta variable de los fondos para reflejar nuestras perspectivas.

Gestión activa del riesgo total de la cartera

Adoptamos innumerables decisiones cuando posicionamos dinámicamente nuestros fondos para beneficiarnos de las tendencias macroeconómicas que, a juicio del equipo, son las que pueden determinar el riesgo y las rentabilidades.

Nuestro objetivo es maximizar las rentabilidades a lo largo del tiempo y gestionar activamente el riesgo total de la cartera, dado nuestro objetivo de combinar la participación en mercados alcistas con la protección frente a pérdidas.

Esto incluye la determinación de las ponderaciones relativas de renta variable, renta fija, efectivo y activos vinculados a materias primas, en consonancia con la volatilidad objetivo de la cartera, incorporando los pronósticos de volatilidad del equipo.

Tras determinar la combinación general de renta fija, renta variable y efectivo, determinamos las posiciones tácticas en el seno de las clases de activos, por ejemplo, entre regiones o sectores de renta variable. El equipo utiliza tanto el análisis cuantitativo como el fundamental como base para la generación de ideas de inversión.

Gráfico Morgan Stanley IM

Los factores ESG como ventajas competitivas

Mejoramos aun más el proceso de inversión de Global Balanced Fund al incorporar los factores medioambientales, sociales y de gobierno (ESG) valorados por el mercado. Con este enfoque centrado en la sostenibilidad, el equipo cree que puede llegar a mitigar riesgos que de otro modo no se atenderían.

Es importante destacar que nuestro enfoque reconoce las ventajas competitivas que disfrutan las compañías que demuestran gestionar adecuadamente los factores ESG.

Una gran variedad de instrumentos

El nivel final de flexibilidad está asociad a la implementación por parte del equipo de las exposiciones a las clases de activos, que se pueden lograr a través de una gran variedad de instrumentos. GBaR Fund invierte en fondos propios de MSIM con gestión activa y en fondos de terceros, mientras que Global Balanced Income y Global Balanced Fund invierten principalmente en posiciones directas de valores.

El equipo también puede utilizar fondos cotizados, materias primas cotizadas y derivados, como futuros sobre índices, para ajustar las exposiciones de cada fondo. Lo consideramos un medio eficiente y rentable para ajustar tácticamente las exposiciones.

También empleamos contratos a plazo sobre divisas para lograr cobertura de divisas. Lo que en última instancia tratamos de lograr es ofrecer a nuestros inversores una estrategia activa basada en estudios académicos, centrada en el riesgo en lugar de en las rentabilidades, con el objetivo de ofrecer rendimientos sistemáticos, en contraposición a una apuesta de riesgo con nuestra asignación activa.

 

Columna de opinión de Andrew Harmstone, gestor y responsable del equipo Global Balanced Risk Control (GBaR) en Morgan Stanley IM

 

 

Información importante:

Solo para clientes profesionales. El valor de las inversiones y de las rentas derivadas de ellas puede disminuir y aumentar, por lo que usted podría no recuperar el importe invertido originalmente.

Comunicación comercial emitida por Morgan Stanley Investment Management Limited (“MSIM”). Autorizada y regulada en el Reino Unido por la Autoridad de Conducta Financiera. Domicilio social: 25 Cabot Square, Canary Wharf, Londres E14 4QA. Número de registro en Inglaterra y Gales: 1981121. Existen otros riesgos relacionados con este tipo de inversiones. Consulte el folleto y el documento de datos fundamentales para el inversor del fondo para obtener información exhaustiva sobre riesgos. Los documentos pueden obtenerse de forma gratuita en la dirección que se indica anteriormente o descargarse de morganstanley.com/im. Las opiniones expresadas pertenecen a los autores en la fecha de publicación y están sujetas a cambios en función de la situación económica o del mercado. No estamos obligados a actualizar la información o las opiniones contenidas en este documento, ni a comunicar los cambios que se produzcan en nuestras opiniones o en los análisis o en la información.

 

 

 

 

Más allá de Trump: ¿prevalecerán los fundamentales en 2020?

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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Cloud Shepherd. Foto: Cloud Shepherd

Cuesta pensar en algo que pueda dar impulso a la economía mundial en 2020. Esperamos más de lo mismo: un crecimiento mundial exiguo, una política monetaria cada vez más expansiva y mayor riesgo político, mientras que las potentes fuerzas deflacionistas originadas por un mundo excesivamente endeudado, el envejecimiento demográfico y la disrupción tecnológica, siguen actuando en segundo plano.

En julio de este año, la economía estadounidense entró oficialmente en la expansión económica más larga de su historia. Aunque la Reserva Federal ha enmarcado el estancamiento del crecimiento dentro de una desaceleración de mediados de ciclo de la que puede escaparse mediante pequeños retoques en la política monetaria, considero que existen múltiples presiones que sugieren que la economía mundial está alcanzando el final del ciclo, y muchas de ellas están íntimamente ligadas a la economía china, que se ha frenado considerablemente este año.

El sector manufacturero se encuentra ya técnicamente en recesión en el 60% de los países, incluido EE.UU., lo que no sorprende a la vista de que China es el principal motor del crecimiento del PIB mundial. La guerra comercial está agravando la desaceleración, tanto en China como en el resto del mundo, pero las causas últimas de esta debilidad son de índole más estructural.

El efecto combinado de la desaceleración de la economía china y la política de endurecimiento monetario de la Reserva Federal durante los dos últimos años —tras una década arrastrando a los mercados hacia la complacencia— ha comenzado ahora a dejarse notar en la economía mundial.

¿Podría China provocar una reanimación de la economía mundial, como ha hecho varias veces tras la crisis financiera de 2008? Considero que es harto improbable: las autoridades chinas han dejado claro que no contemplan estímulos monetarios masivos, el país ya posee unos niveles de deuda elevados y un mercado inmobiliario inflado, y cada ronda de estímulos desde 2008 ha tenido un efecto progresivamente menor a la hora de dar impulso a la economía.

El fuerte incremento de la inflación este año por el encarecimiento de la carne de cerdo, debido a la epidemia de gripe porcina, ha limitado aún más la capacidad del banco central para relajar las condiciones monetarias.

En cuanto a EE.UU., el país parece encaminarse hacia una recesión inminente en los beneficios empresariales: se prevé que los beneficios del cuarto trimestre, junto con los del tercer trimestre, sean negativos. Según una encuesta reciente, la mitad de los directores financieros del país espera que se produzca una recesión antes de las elecciones presidenciales de noviembre de 2020, lo que probablemente tenga una repercusión considerable en la inversión empresarial.

Los mercados de deuda corporativa también están emitiendo señales de tensiones, ya que el miedo a la recesión ha reducido la demanda de deuda la deuda high yield de menor calidad, que podría sufrir una rebaja de su nota crediticia. Esta frágil dinámica es especialmente preocupante si tenemos en cuenta que la deuda corporativa está en máximos históricos y ronda la mitad del PIB nacional, después de que billones de dólares se hayan destinado a improductivas recompras de acciones. Dentro de este contexto, el sector tecnológico parece especialmente vulnerable, como también lo es al riesgo político, a tenor de que los dos grandes partidos apoyan actuar contra las grandes tecnológicas.

Con todo esto en mente, esperamos que los datos macroeconómicos sigan deteriorándose en todo el mundo en 2020, lo que debería obligar a los bancos centrales a recortar los tipos de interés; ello empujará los tipos de los bonos cada vez más a la baja. De hecho, salvo que medie un shock inflacionista, pensamos que los tipos de los bonos del Tesoro de EE.UU. podrían caer hasta cero durante los próximos 12-18 meses, hasta converger con los tipos negativos que ya se observan en Japón y Europa.

Por lo tanto, seguimos desarrollando una estrategia barbell defensiva que conjuga deuda pública líquida estadounidense y australiana, con calificación AAA, con una exposición muy selectiva y de baja duración a deuda corporativa y a situaciones especiales. A pesar de nuestro enfoque conservador, seguimos encontrando nuevas oportunidades en los mercados internacionales de renta fija, desde deuda pública griega y egipcia hasta productores de vacuno y avícolas de EE.UU. y Brasil. De cara al futuro, sigo teniendo la certeza de que mi equipo posee la experiencia y la flexibilidad necesarias para pilotar la estrategia a través de la próxima etapa del ciclo crediticio, gestionando el riesgo sin dejar de buscar rentabilidades positivas.

Columna de Ariel Bezalel, responsable de estrategia del área de Renta Fija y gestor del fondo Jupiter Dynamic Bond de Jupiter Asset Management.

 

Información importante:

Esta comunicación es exclusivamente para inversores profesionales y no para uso de inversores minoristas. Este documento tiene una finalidad exclusivamente informativa y no debe considerarse como asesoramiento de inversión. Los movimientos de los mercados y los tipos de cambio pueden hacer que el valor de una inversión aumente o disminuya, y un inversor podría no recuperar íntegramente el dinero que invirtió.

Las opiniones expresadas en este documento pertenecen al gestor del fondo en el momento de su redacción, no coinciden necesariamente con las de Jupiter como empresa y podrían estar sujetas a cambio. Eso algo que sucede sobre todo durante periodos en los que las circunstancias del mercado cambian rápidamente. Se ha hecho todo lo posible para garantizar la exactitud de la información, pero no se ofrece ninguna seguridad o garantía en este sentido. Los ejemplos de posiciones se ofrecen exclusivamente con fines ilustrativos y no constituyen una recomendación de compra o de venta.

Publicado por The Jupiter Global Fund y/o por Jupiter Asset Management International S.A. (la Gestora de Inversiones), domicilio social: 5, Rue Heienhaff, Senningerberg L-1736, Luxemburgo, que es una sociedad autorizada y regulada por la Commission de Surveillance du Secteur Financier. Queda terminantemente prohibido reproducir parte alguna de esto documento sin el permiso previo de la Sociedad o de Jupiter Asset Management International S.A. 24709

 

 

¿Cómo gestionaron las afores sus inversiones en Bonos “M” y Udibonos para las Siefores Básicas?

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Foto: Pedro Sandrini / Pexels CC0. Pedro Sandrini

La tenencia de gubernamentales de gran riesgo, bonos “M” (M) y Udibonos (UDI), ha impulsado el desempeño del SAR en este año que fue el último de las Siefores Básicas (SB) 4, 3, 2 y 1, que se despiden con bombos. El sistema resarció lo perdido en 2018 y, a espera de la evolución de las variables y carteras en diciembre, apunta a la rentabilidad anual más alta en mucho tiempo.

Cuándo y cuánto: la dificultad de comprar en cimas y vender a tipos bajos

Los tenedores de bonos son vulnerables al abaratamiento por la subida de tasas, en tanto se benefician de su carestía cuando los tipos porcentuales caen.

No es solo tener mucho del activo redituable ni deshacerse del dañino. Importa el punto de entrada y la forma de salida. Dicho con simpleza: vender en las zonas de intereses altos produce menoscabos irrecuperables; comprar en las cimas para negociar o mantener en los ciclos de tipos bajos genera utilidades, en efectivo o contables, según el caso.

Las SB4, los fondos más riesgosos y de mayor potencial, llegaron a su último mes con alrededor de 37% en Ms y UDIs. Las referencias a 10 años bajaron hasta 257 y 157 puntos base, a 6,7% y 3,06%, respectivamente ¿Cómo actuaron las Afores en el año perjudicial y en el favorecedor?

En la primera gráfica se percibe que ante el tirón de casi 200 puntos del M “genérico” (marzo – noviembre, 2018), las administradoras variaron de modo heterogéneo su inversión en este activo. El contrasentido de las líneas refleja la disparidad de criterios para afrontar la volatilidad y aprovechar o dejar pasar oportunidades: hay dos que caen precipitadas; una que sube y cambia de rumbo; la que al final crece con fuerza; dos planas y simbólicas; alguna que “perseguía” al mercado, otra que lo evadía…

Rueda 1

 

  • Las SB4 conjuntadas empezaron con 14% y acabaron con 13% de tenencia. En lo individual, los Ms representaron máximos de 32% y mínimos de 0%, con rotundas variaciones.
  • Es notoria la reducción de PensionIssste, la de carga superior a inicio de 2018, a casi la mitad en octubre pasado (de 33% a 17%), y de Invercap, de 27% a poco más de 7% de sus activos.
  • Azteca acomodó su posición a la forma de variación de los bonos: era de 16% cuando la tasa genérica oscilaba en 7,5%; la subió a 24% cuando el mercado “volaba” a 8,80% y la fue disminuyendo a medida que tornaba a la baja, hasta 14,5%, cuando el M cotizaba en 6,95%.
  • XXI Banorte aumentó su tenencia al ritmo del alza del M, de 14% a 18%, para desistir en septiembre de 2018 una vez que el rendimiento superó 7,90%. Desde entonces la achicó hasta menos de 8% de sus activos. 
  • Sura actuó al revés de XXI Banorte. Optó por la reducción de 12,5% a 8% de su cartera en los primeros meses alcistas, compró paulatinamente a partir de que el M bordeaba 7,7%; aumentó progresivamente ya con la tendencia bajista y multiplicó sus compras a partir de que el bono cayó a 7,5% y, para cuando éste se movía debajo de 6,90%, la cotización más cara en casi dos años, elevó su proporción a 26%.
  • Es llamativa la línea zigzagueante azul en la parte media, de Principal, por las adquisiciones y disminuciones: de 21% a 17%; subibajas y reducción a 14% con el M abaratado; subidas a 25% todavía en buen momento y finalmente disminución a 19%.
  • Inbursa no varió su posición marginal (1%) en la tempestad. La aumentó a 7%, poco pero con buena puntería, cuando el M había perdido 185 puntos aunque le restaba potencial.
  • Coppel llegó a comprar en el período justo de modo testimonial: el 1% de sus recursos.

Udibonos por Ms, o lo inverso, por precaución o mayor aprovechamiento

Hubo Afores que vendieron Ms para tomar UDIs (y viceversa), tal vez por temor a presiones inflacionarias. La inflación, sabemos, cayó a mínimos. La sustitución no fue de 1 a 1. Cada cual siguió estrategias y magnitudes diferentes. Las líneas parecieran menos enmarañadas.

Rueda 2

 

  • La inversión grupal pasó de 21% a 24% del dinero de los trabajadores. La individual inicial fue máximo de 34% y mínimo de 3%; la final, de 40% y 1%.
  • Véase la táctica de Inbursa, que llevó sus UDI de 15% a 26%, comprando a precios medios, para soltarla quizás antes del rango propicio, hasta casi diluirla.
  • Profuturo, al contrario, comenzó comprando barato y continuó adquiriendo hasta agotarse el atractivo del producto. Su tenencia pasó de 28% a 40%.
  • XXI Banorte los incrementó de 22% a 30%, antes de la última racha ganadora.
  • PensionIssste subió su proporción de 3% a 11% al inicio del periodo óptimo. La aumentó a 14% en la última fase de revalorización.
  • Vuelve a ser llamativa la línea de Principal por los vaivenes de su posición: de 24% a 19%; de ahí a 29%; luego a 23% vendiendo barato; ampliación a 29% en pleno encarecimiento, y nueva disminución a 23%.
  • Y la de Invercap, que fue de 14% a 21%, conforme el mercado subía, y bajó hasta 12% a medida que las tasas bajaban, para aumentarla de nuevo a más de 21% en el lapso caro.

Recuperación y ganancias reales en el lustro

Como resultado de todo eso y, desde luego, de la gestión de las otras clases de activos, los resultados resultan llamativos, debajo del retorno de M10 y arriba del UDI (a excepción de dos Afores)

Retornos de SB4, M10 y Udibonos10. Enero a Noviembre 2019

Rueda 3

El pobre desempeño del SAR en cuatro años, a 2018, se explicó en buena medida por el salto de los tipos de interés: el M10 genérico subió 350 puntos, a 9,25%, en su segundo gran estirón desde la crisis, de agosto de 2016 a noviembre de 2018. La baja posterior fue decisiva para la recuperación y ganancias del conjunto de las SB4, al grado de producir (cifras a noviembre, pendientes de datos oficiales) la mayor rentabilidad del lustro. En este preciso período será, se ve inminente, superior a la inflación acumulada. La lupa, ahora, se pondrá sobre los “Generacionales”.

 

Columna de Arturo Rueda

Las inversiones de impacto son el futuro

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. Las inversiones de impacto son el futuro

Durante mucho tiempo invertir en una buena causa no se consideraba una verdadera inversión desde un punto de vista estrictamente financiero, sino que se veía como un acto de caridad o filantropía. Esto se debía a que faltaba la intención de generar rentabilidad. Pero esa contradicción entre rentabilidad y buenas intenciones es solo ilusoria y la denominada inversión de impacto está ayudando a cerrar esta brecha. Lo que era un nicho al comienzo de esta década se está convirtiendo en uno de los segmentos de inversión de más rápido crecimiento.

La inversión de impacto presenta varias características. Se trata de inversiones que, además de una rentabilidad financiera, también generan un impacto positivo sobre el medio ambiente o sobre la sociedad. Es importante que los efectos ecológicos y/o sociales pretendidos sean parte explícita de la estrategia de inversión. Según la definición de la Red Mundial de Inversiones de Impacto (Global Impact Investing Network o GIIN, por sus siglas en inglés), las inversiones de impacto deben cumplir con cuatro  requisitos. En primer lugar, intencionalidad; debe haber una intención declarada de lograr un efecto claramente definido. En segundo lugar, causalidad; el efecto deseado debe estar directamente ligado a la inversión. En tercer lugar, debe ser medible; saber en qué medida se ha logrado un efecto sobre la base de indicadores clave (KPIs) claramente definidos. Y, en cuarto lugar, debe contar con reportes o informes regulares; el impacto debe ser reportado de forma transparente.

Ahora, ¿cuáles son los efectos que deben lograrse? El consenso actual es que las inversiones de impacto tienen que actuar sobre al menos uno – lo ideal sería sobre varios– de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. Estos objetivos, con los que la propia ONU se comprometió en 2015 con la intención de lograr su cumplimiento en 2030, cubren un amplio espectro: desde combatir la pobreza y garantizar los alimentos, la salud y la educación a través de la igualdad de género, suministro sostenible de agua y energía hasta combatir el cambio climático y promocionar la paz.

La cuestión de las rentabilidades sigue ahí. Hay, desde luego, (grupos de) inversores que están dispuestos y pueden anteponer las buenas causas que defienden a las rentabilidades. Sin embargo, esto no aplica a la mayoría de los inversores. La buena noticia es que, según un estudio de la GIIN, la mayoría de los inversores de impacto – más del 90%– afirmó que se habían cumplido o excedido sus expectativas de rentabilidad. Esto demuestra que las inversiones orientadas al impacto pueden cerrar la brecha entre las buenas causas y las rentabilidades.

En el presente, el mercado para dichas inversiones sigue siendo comparativamente pequeño: según las estimaciones de la GIIN, a finales de 2018 el tamaño del mercado era ligeramente superior a 500.000 millones de dólares en todo el mundo. Si se añaden los bonos verdes, que no están incluidos en esta cifra debido a su carácter de instrumento de financiación corporativa (y no de inversión) y debido a que con frecuencia no cumplen del todo con los criterios de intencionalidad y, sobre todo, de causalidad, se llega a ligeramente más del doble de esta cantidad, 1,1 billones de dólares. Esto supone menos de un uno por ciento del total de la capitalización del mercado global de renta fija y renta variable. Sin embargo, el volumen ha crecido rápidamente en los últimos años. Y, aún más importante, el potencial es inmenso. La propia ONU asume que para cumplir los 17 SDG en 2030, será necesario invertir varios billones de euros. Es imposible para el sector público hacerlo por sí mismo, es indispensable el compromiso del sector privado.

Debido a este potencial de crecimiento, es esencial establecer estándares elevados para las inversiones de impacto “real”, como los mencionados anteriormente, para minimizar el riesgo de “ecopostureo” (o “greenwashing”). En un entorno tan dinámico, existe el peligro de que las inversiones tradicionales puedan simplemente etiquetarse como “inversiones de impacto” para beneficiarse de sus atributos positivos y buena imagen. Así, se corre el riesgo de decepcionar a los inversores; en el peor escenario, toda una clase de activos y estrategias podría quedar desacreditada ante el cliente. Para impedir esto, no deberían hacerse concesiones en la selección de los objetivos de inversión y en los criterios de cuantificabilidad y transparencia.

¿Cómo puede implementarse esto en términos concretos? Veamos algunos ejemplos: tras lanzar tres fondos para invertir en energías renovables que se cerraron con éxito, Allianz Global Investors lanzó este verano el fondo Allianz Impact Investment Fund (AIIF), sólo para inversores institucionales. Este fondo invierte en renta variable y deuda de proyectos y compañías que tienen una variedad de impactos medioambientales y/o sociales. Además de los análisis financieros estándar, al fijar los objetivos de inversión se incluyen indicadores clave (KPIs) frente a los que se pueden medir los efectos de forma constante, y se establece la forma y frecuencia en que se debe proporcionar la información extra financiera. La gama de posibles proyectos es amplia: desde microfinanzas y vivienda social a agricultura sostenible, reforestación y eficiencia energética.

Desde la perspectiva de los inversores institucionales europeos que deben cumplir con Solvencia II, hay una faceta adicional interesante: con su foco en las inversiones de impacto en los países de la OCDE, el fondo intenta lograr una rentabilidad ajustada a riesgo que también sea atractiva desde una perspectiva de consumo de capital. Con un plazo de diez años, más una opción de ampliación de dos años, puede también contribuir a la gestión de activos y pasivos.

Para apoyar inversiones de impacto en los mercados emergentes, que se necesitan de manera urgente, es importante movilizar el capital de inversores privados regulados, como las compañías de seguros o los fondos de pensiones. Una forma viable de hacerlo son las asociaciones (de inversión) público-privada, conocidas a menudo en el sector como “financiación mixta” y un área donde Allianz Global Investors se ha convertido en un auténtico líder. Asociarse con instituciones públicas reduce el riesgo de inversión y los costes de capital de solvencia para los inversores privados. Un ejemplo de este tipo de proyecto es la iniciativa Africa Grow, anunciada en Alemania a mediados de noviembre. Dentro de esta iniciativa, un vehículo de fondo de fondos invierte dinero del Ministerio Federal Alemán de Cooperación y Desarrollo, KfW DEG y Allianz en fondos privados de venture capital de África. Estos, a su vez, financian pequeñas y medianas empresas y start ups africanas, promocionando así el desarrollo social y ecológico.

Algunos pueden preguntar ahora de qué oportunidades de inversión disponen los inversores particulares. Debido a sus características – fondos de capital cerrado, vencimientos largos – los vehículos descritos anteriormente no están abiertos a las inversiones directas de inversores particulares. Sin embargo, este grupo de inversores tiene a su disposición, por ejemplo, entrar en el mercado de bonos verdes. Los bonos verdes son bonos emitidos por compañías o instituciones públicas para financiar proyectos medioambientales bien definidos y que están sujetos a unos estrictos requisitos de transparencia y de reporting: los Principios de Bonos Verdes de la International Capital Market Association (ICMA).  

En resumen, mirando a las inversiones de impacto, la inmensa necesidad mundial de financiación se está encontrando con una disposición a invertir cada vez mayor, no sólo para generar rentabilidades aceptables sino también para conseguir un impacto positivo. Esto está sucediendo en un momento en el que cada vez más compañías reconocen la necesidad de asumir responsabilidad ante el conjunto de la sociedad, además de perseguir sus propios intereses y los de sus accionistas. Por lo tanto, cada vez se van a integrar más las consideraciones de impacto en todas las decisiones de inversión. Mirando hacia el futuro, las inversiones de impacto pueden por lo tanto impactar la propia inversión, con el potencial de convertirse en el segmento de inversión del futuro.

Tribuna de Barbara Rupf Bee, responsable para EMEA de Allianz Global Investors.

Crédito emergente de calidad con UBAM

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Pixabay CC0 Public Domain. Crédito emergente de calidad con UBAM

Los inversores en renta fija a la caza de rentabilidad no tienen un objetivo fácil, pero hay alternativas que pueden ofrecer un buen nivel de rendimientos, sin necesariamente asumir un riesgo elevado. Entre ellas los bonos corporativos de los mercados emergentes.

Considerando los bajos niveles de los tipos de interés en los mercados desarrollados, los bonos corporativos de los mercados emergentes brindan la posibilidad de obtener rendimientos positivos, ajustados por riesgo. Si bien es cierto que es necesario ser selectivo, evaluando cuidadosamente factores como riesgo país y calificación de emisor y emisión y comparando los diferenciales, de forma que se seleccionen los que mayor margen ofrecen respecto a otros países o compañías con calificación crediticia similar.

Entre los fondos de la categoría VDOS de renta fija internacional emergentes que invierten en este tipo de activo, la clase IPC en dólares de UBAM – Emerging Market Corporate Bond es uno de los de menor riesgo medido por volatilidad en el año (4,91%) con una rentabilidad del 14,83%. 

Denominado en dólares, invierte sus activos netos principalmente en bonos emitidos por empresas domiciliadas en países emergentes, o que estén directa o indirectamente vinculados a países emergentes. Las inversiones corresponderán principalmente a emisiones denominadas en divisas de países de la OCDE. Toma como referencia el índice JPMorgan Corporate EMBI Diversified Composite EUR.

El fondo se gestiona activamente, en base a criterios fundamentales que combinan un enfoque top-down que analiza el entorno macro global y la selección de activos por país, con un enfoque bottom-up por el que se analiza cada título individualmente. Liquidez y diversificación son considerados elementos imprescindibles para ayudar a limitar el riesgo idiosincrático.

El equipo gestor está integrado por 11 personas, incluyendo tres gestores, cuatro analistas de crédito especializados por zonas geográficas y un estratega macro. A ellos se suman dos miembros que encabezan los equipos de control de riesgo y trading. Por último, hay una especialista de producto que ha sido a su vez gestora y analista macro en otras entidades. El gestor principal es Denis Girault. Con 28 años de experiencia en la gestión de activos, se incorporó a UBP en el año 2007, procedente de Barclays Capital. Denis ha sido también analista de crédito y ha trabajado para Merrill Lynch y Moody’s, entre otros. 

El equipo sigue un proceso de construcción de cartera basado en tres pasos, dos primeros top-down y un último paso bottom-up.

El primer paso consiste en identificar y cuantificar las tendencias macro globales. Esto da al equipo las principales métricas sobre las que se construirá la cartera, como duración, diferencial, calidad crediticia o peso en materias primas. Este proceso se revisa semanalmente.

El segundo paso es asignar una puntuación cuantitativa a cada país. Para ello se analizan factores tanto cuantitativos como cualitativos, correspondiendo un 70% de la puntuación a los cuantitativos y un 30% a los cualitativos. Se miden factores cuantitativos como crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB), déficit por cuenta corriente o ratio de deuda externa/PIB. El 30% cualitativo se mide a partir de factores como políticas fiscal y monetaria o historial de solvencia. La puntuación asignada varía entre 1 (más débil) y 6 (más fuerte). Como resultado, el equipo inversor obtiene unos límites de inversión mínimos y máximos por país, que se revisan mensualmente.

El tercer paso es un análisis de crédito que asigna un rating, o puntuación, interno de UBP a cada emisión. Este rating se compara con el rating medio del mercado y con el rating al que equivaldría el rango de precios en los que está cotizando cada título. Este paso también se revisa mensualmente.

Los tres pasos anteriores dan como resultado una cartera invertible a la que se aplican finalmente filtros de liquidez y diversificación para obtener la cartera final.

La cartera resultante incluye entre sus mayores posiciones emisiones de BATELCO INT FIN NO 1 LTD BATELC 4 1/4 05/01/20 (2,46%), BNQ CEN TUNISIA INT BOND BTUN 6 3/8 07/15/26 (2,07%), EMIRATES NBD BANK PJSC EBIUH 6 1/8 PERP (2,03%), STILLWATER MINING CO SGLSJ 6 1/8 06/27/22 (1,97%), y PTEROSAUR CAPITAL CO LTD JINJII 1 09/25/24 (1,96%). Por tipo de activo, un 74% corresponde a deuda corporativa, un 21,90% a deuda cuasi soberana, un 3,80% a deuda soberana, un 0,6% a deuda supranacional y el resto a liquidez. Por sector, financiero (18%) TMT (16%), metales y minería (15%), utilities (11%) y consumo (10%) representan los mayores pesos en la cartera.

La evolución por rentabilidad del fondo lo sitúa en el primer quintil durante 2015 y 2018, batiendo al índice de su categoría durante 2016 y 2019. A tres años, registra un dato de volatilidad del 7,76% que se reduce hasta el 4,91% en el último periodo anual, situándose entre los mejores de su categoría por este concepto, en el quintil cinco. También a un año su Sharpe es de 3,06, siendo su tracking error respecto al índice de su categoría del 5,08%. Aplica a sus partícipes hasta un 0,50% de comisión fija y hasta un 3% de comisión de depósito, además de una comisión variable del 20% sobre resultados positivos del fondo respecto a su índice de referencia.

El equipo gestor cree que los fundamentales de los mercados emergentes han mejorado notablemente en los últimos años, particularmente en el sector corporativo, y especialmente en la relación deuda/EBITDA y en la mayor facilidad para atender los pagos. Los recortes de tipos en EE.UU. y en sus propias economías, sin duda han contribuido enormemente a esta mejora, lo que les ha permitido refinanciarse a menores costes y a plazos más largos.

La deuda corporativa emergente se ve favorecida en el entorno de bajos tipos globales, ya que ofrece mayores cupones y mayores retornos potenciales, sin necesidad de incrementar significativamente los riesgos de crédito y de tipos de interés.

A nivel sectorial, el equipo gestor está analizando el sector relacionado con el oro buscando aquellos títulos que podrían verse beneficiados del alza de precios de este metal, típicamente asociado al entorno de bajos tipos y dólar fuerte, pero con perspectivas de debilitarse en el medio plazo. Los mayores riesgos los ven en una ralentización superior a la prevista en las economías de EE.UU. y China, así como en un cambio demasiado radical en sus políticas fiscales, que podrían provocar una fuerte positivización de la curva de tipos norteamericana, con el consiguiente impacto negativo en la mayor parte de la deuda global.

Por su excelente evolución por rentabilidad respecto al riesgo incurrido, medido por su volatilidad, en el último periodo de tres años, el fondo obtiene la calificación cinco estrellas de VDOS.

Tribuna de Paula Mercado, directora de Análisis de VDOS