Perspectiva para 2020: más allá de las oportunidades habituales

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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Josh Calabrese. Foto: Josh Calabrese

De cara a 2020, el crecimiento económico mundial parece suficientemente sólido para evitar una recesión, pero también parece estar ralentizándose lo suficiente como para llevar a muchos gobiernos a desplegar programas de estímulo fiscal. Si bien la economía estadounidense sigue contando con el respaldo de un consumo sólido y China se está estabilizando con estímulos mínimos, creemos que los ámbitos más atractivos trascienden los habituales: Las oportunidades para 2020 parecen centrarse en regiones como Japón y el Reino Unido, que carecen del favor de los inversores desde hace años.

Estados Unidos: crecimiento lento y estable

El consumo en Estados Unidos goza de buena salud, pues el país genera empleo y los salarios suben con fuerza, en especial, en puestos con salarios menores que deben ocuparse a escala local, por ejemplo, en los ámbitos del ocio, la atención sanitaria y la asistencia social. Los hogares, que en la actualidad poseen más acciones de compañías cotizadas que nunca por los bajos tipos de interés que ofrecen los bancos, también están experimentando un efecto patrimonial positivo por la fuerte alza del S&P500 durante 2019.

La demanda de viviendas también está repuntando. Al descender los tipos de las hipotecas a 30 años más de 100 puntos básicos (pb) en los últimos 12 meses, la demanda de dichos préstamos ha crecido significativamente (Gráfico 1). Cuando se compra una casa, también se adquieren muebles y demás bienes y servicios conexos, lo cual refuerza en mayor medida el consumo y el crecimiento.

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El eslabón más débil en Estados Unidos ha sido la inversión en inmovilizado, lastrada por la incertidumbre relativa a la cuestión de los aranceles y demás obstáculos idiosincráticos. Sin embargo, de cara a 2020, percibimos diversos factores que podrían rebajar estas presiones:

  • Las inversiones relacionadas con el petróleo cayeron por el debilitamiento de los precios en 2018. Al cierre de 2019, pensábamos que los precios del petróleo se habían estabilizado, por lo que debería reducirse el peso que este factor ejerce sobre la economía. Se trata de un elemento aparte con respecto a las presiones al alza sobre los precios del petróleo derivadas de las tensiones geopolíticas a comienzos de 2020.
  • La inversión en bienes de equipo se paralizó por el desplome de las inversiones en aeronaves, después de que dos accidentes con aviones Boeing 737 Max conllevaran una paralización de la producción. Es de esperar que la estabilización de la inversión en aeronaves devuelva el conjunto de las inversiones en bienes de equipo a terreno positivo.
  • La inversión en propiedad intelectual está saliendo bien parada del alza en el segmento tecnológico de la economía.

Al combinar estas observaciones con la madurez del capital social estadounidense y las dotaciones temporales que todavía pueden utilizarse para consignar plenamente como gasto las inversiones en inmovilizado a corto plazo, auguramos que la inversión no residencial permanecerá constante o aumentará moderadamente en 2020. Es probable que el último componente del PIB estadounidense, el gasto público, permanezca relativamente plano, aumentando las partidas de defensa.

El efecto neto de estos factores es un crecimiento positivo, si bien lento, de Estados Unidos. Nuestro modelo, que se remonta a 2004, nos indica un supuesto de referencia de crecimiento de los BPA en 2020 del 5,5% (Gráfico 2). La estimación se basa en una previsión de crecimiento del PIB del 2,1% y de crecimiento de las recompras de acciones del 3,5%. Se desvía significativamente de las estimaciones de consenso sobre crecimiento de los BPA, del 9,8%. Incluso nuestro supuesto alcista indica un crecimiento de los BPA de tan solo el 8,0%. Esta discrepancia sugiere una importante decepción entre los inversores que esperan que el crecimiento de los beneficios vaya en línea con las estimaciones de consenso que descuentan las ratios actuales de precio-beneficios.

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China: control de los estímulos para mantener la estabilidad

Si bien la ralentización de China indica la necesidad de adoptar estímulos, la política de su gobierno se ha centrado en pasar de inversiones indiscriminadas a un crecimiento de mayor calidad.

Con el fin de equilibrar estos factores contrapuestos, es posible que China continúe aplicando estímulos controlados que permitan que la economía siga creciendo a un ritmo moderado, pero no mucho más rápidamente.

En noviembre, el Banco Popular de China rebajó inesperadamente 5 pb el tipo de los mecanismos de crédito a un año (medio plazo), lanzó una repo inversa de siete días con la que rebajó su tipo al 2,5% por primera vez desde 2015 y posteriormente redujo sus tipos de préstamo a uno y cinco años. En enero, dicho banco central prosiguió con sus estímulos inyectando 115.000 millones de USD en el sistema financiero del país (1). Prevemos que el Banco Popular de China mantendrá su cauta moderación monetaria.

En términos fiscales, dos años de desapalancamiento del sector público han brindado a China margen para incrementar los estímulos y posteriormente establecer una cuota razonable de emisión de bonos, lo cual le otorga las herramientas necesarias para mantener el crecimiento. Sin embargo, ante la mejora de los datos de PMI, la aceleración del sector de servicios y que la actividad manufacturera se expandiera en noviembre a su ritmo más rápido en tres años, el gobierno chino parece menos preocupado por que el crecimiento económico sea inferior al 6%.Asimismo, las tensiones comerciales han comenzado a moderarse, tal y como pone de manifiesto el repunte de las importaciones chinas en los últimos meses (Gráfico 3). Por tanto, en definitiva, es probable que solo asistamos a estímulos fiscales específicos acompañados por más reformas estructurales.

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Resto del mundo: otro viraje hacia la política fiscal (2)

Las expectativas de ralentización del crecimiento en las dos mayores economías están impulsando al fin estímulos fiscales significativos a modo de respuesta, si bien proceden de ámbitos que los inversores podrían no esperar habitualmente:  

  • Japón: estímulos fiscales por valor de 120.000 millones de dólares (en torno al 1,9% del PIB) durante 15 meses
  • Alemania: en vista de un amplio superávit presupuestario, el nuevo gobierno se está planteando estímulos fiscales por encima del paquete climático, anunciado recientemente, valorado en 60.000 millones de dólares, quese suma al Acuerdo Verde Europeo, que prevé más de 100.000 millones de dólares en inversiones específicas
  • Reino Unido: planes para adoptar estímulos fiscales de entre el 1,2% y el 2,4% del PIB a partir de 2020 con el fin de contribuir a que la economía se recupere del lastre que ha supuesto la incertidumbre en torno a la salida de la Unión Europea
  • Corea del Sur: presupuesto más expansivo desde 2008-2009, en torno al 1,9% del PIB
  • India: estímulos de 20.000 millones de dólares

Esperamos que estos paquetes de estímulos y otros similares impulsen el crecimiento global, incluso en ausencia de actuación de Estados Unidos y China.

Perspectiva: las acciones superan a los bonos…

La estabilización de los datos de manufacturas, la aceleración del crecimiento del crédito, cierto reabastecimiento de existencias en Asia y la moderación de las tensiones comerciales apuntan a fundamentales globales sólidos, con cierto potencial alcista, según el giro de políticas de estímulos monetarios a estímulos fiscales.

La renta variable, en general, parece más atractiva que los bonos. Los tipos de interés se encuentran en niveles tan bajos que parecen descontar una recesión y el posicionamiento en acciones permanece orientado a una evolución bajista. De hecho, las salidas de fondos minoristas de renta variable se encuentran en máximos, por encima de sus niveles de 2008, claro testimonio de percepción negativa (habitualmente, indicador positivo). Es posible que, a medida que comencemos a ver evidencias de crecimiento moderado, repunten las rentabilidades de los bonos, las acciones suban y los inversores roten de bonos a renta variable.

. . . en mercados con precios razonables

A pesar de la solidez de los fundamentales y el sentimiento negativo —lo cual implica la posibilidad de que se produzcan sorpresas positivas—, los inversores en acciones deberían ser cautos. Algunos mercados, incluidos Estados Unidos, India, Taiwán, Corea del Sur, Australia y el mundo en general, muestran valoraciones muy elevadas. Si nos fijamos en las ratios de precio-beneficios de 12 meses de todo el mundo, comprobamos que Estados Unidos se encuentra en el percentil 95, solo superado por Australia.

Como indicamos anteriormente, la ratio de Estados Unidos ilustra una previsión de crecimiento de los beneficios del 9%, que consideramos excesiva.

Otros mercados ofrecen un dato mejor. Numerosas de las regiones que ofrecen precios atractivos llevan tiempo sin contar con el favor de los inversores; es el caso de Europa, América Latina, Reino Unido, China, Europa oriental y, muy especialmente, Japón. El cuadro 4 muestra las implicaciones de nuestro posicionamiento en los principales mercados.

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Renta fija: perspectiva negativa para activos de larga duración

Los mercados de renta fija descuentan un crecimiento extremadamente lento, si no una recesión. Creemos que se trata de una reacción exagerada. En vista de que los bancos centrales están alejándose de unas políticas monetarias agresivas y los estímulos fiscales están reforzando el crecimiento, auguramos una presión al alza sobre las rentabilidades, lo cual resulta negativo para los efectos a plazo más largo. Mientras tanto, la probabilidad de mayor inflación en Estados Unidos está aumentando, impulsada por el alza de los salarios y los efectos residuales de las tensiones comerciales. 

Nos encontramos infraponderados en deuda soberana de mercados desarrollados; los bonos de alta calidad y duración larga son especialmente vulnerables. Nos encontramos sobreponderados en deuda de mercados emergentes. Dado que es probable que se pronuncie la curva de rentabilidades de Estados Unidos, las divisas de mercados emergentes son asequibles y la duración de la deuda en monedas fuertes es mayor que la duración de su homóloga en moneda local, también preferimos esta última frente a la deuda en monedas fuertes.

El Gráfico 5 muestra por qué.Las ratios de Sherman de estos bonos —la cuantía de ingresos por intereses que se genera con respecto al riesgo de tipos de interés que se asume o el incremento porcentual de los tipos que anularía la rentabilidad— favorecen claramente a la deuda de alta rentabilidad y la deuda soberana de la esfera emergente.

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Resumen: Un año para inversores exigentes

La situación de los fundamentales, decentes, pero no excepcionales, todo el mundo apunta a que 2020 será, en general, un año de crecimiento lento, pero sostenido. Sin embargo, la rentabilidad potencial en los diversos mercados difiere en gran medida por las circunstancias únicas de cada uno. Además, la primera semana de 2020 ha demostrado la capacidad de los acontecimientos, que los inversores no pueden prever, de influir en los mercados, elevar la volatilidad y, en el caso del aumento de las tensiones entre Estados Unidos e Irán, disparar los precios del petróleo y la demanda de activos refugio.

Nuestro proceso de inversión nos permite ajustar con flexibilidad nuestra asignación de activos en caso de prever que tales episodios se prolonguen en el tiempo, ya que nuestro objetivo es proteger las carteras de la volatilidad a la baja. También tenemos la opción de fijarnos en la que puede resultar ser volatilidad a corto plazo. En el momento de redactar este texto, mantenemos una exposición prudente a activos de riesgo y una exposición ligeramente más alta al oro, como cobertura frente al riesgo geopolítico, al tiempo que seguimos atentos a la evolución de los acontecimientos. Creemos que, según su atención vuelva a centrarse en los fundamentales subyacentes, los inversores encontrarán oportunidades especialmente atractivas en la renta variable japonesa y su homóloga británica (especialmente, acciones de compañías de mediana capitalización del Reino Unido) frente a la zona euro y Estados Unidos. En el seno de la renta fija, creemos que la deuda en moneda local de mercados emergentes ofrece oportunidades más atractivas que el crédito con grado de inversión y de alta rentabilidad o los bonos de duración larga.

 

Columna de Andrew Harmstone, es senior portfolio manager en el equipo Global Multi-Asset de Morgan Stanley Investment Management, donde dirige la estrategia Global Balanced Risk Control (GBaR).

 

Anotaciones:

(1) Fuente: Financial Times 5 de noviembre de 2019 y 2 de enero de 2020

(2) Fuente: Haver, FT, Morgan Stanley Research, MSIM a 6 de diciembre de 2019

(3) Fuente: Bloomberg, diciembre 2019

(4) Fuente: Reuters, 5 de diciembre 2019

 

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Los claroscuros de la balanza comercial de México

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Foto: PxHere CC0. Los claro oscuros de la balanza comercial de México

Durante 2019 la economía mexicana registró un superávit en la balanza comercial de 5.820,3 millones de dólares, lo cual significa que entraron más dólares de los que salieron por motivos comerciales. El último año en que México había registrado un superávit comercial fue 2012, que ascendió a 18 millones de dólares. Si analiza uno las causas del superávit comercial, la noticia no es tan favorable, se trata de un claro oscuro de la economía.

Las ventas al exterior no crecieron gran cosa, en 2019 las exportaciones totales aumentaron en 2,3%, que se compara desfavorablemente con el crecimiento de 10,1% de 2018. El menor dinamismo de las exportaciones se explica en buena medida por la reducción en las exportaciones petroleras (-15,1%) resultado de una baja en el precio de la mezcla mexicana del petróleo y la reducción de 6,7% en el volumen de exportaciones de crudo. 

De cada dólar que generan las exportaciones, solamente 5 centavos provienen del petróleo, su importancia como generador de divisas se ha disminuido sustancialmente. Las exportaciones no petroleras aumentaron en 3,6%, que también es menor del 8,9% que se registró en 2018. El sector más dinámico en las ventas al exterior fue el agropecuario, sus exportaciones crecieron en 9,7%, casi tres veces más que el año anterior, lo cual nos indica que la política agropecuaria debería enfocarse a fortalecer los cultivos que se exportan en lugar de estar buscando la autosuficiencia alimentaria.

Las exportaciones automotrices crecieron en 3,9%, una tercera parte de lo que habían registrado en 2018, como consecuencia de la desaceleración de dicho sector a nivel mundial.  Las exportaciones del resto de las manufacturas crecieron en 3,1%, la mitad que en 2018.

Como las exportaciones totales crecieron muy poco, el superávit comercial se debe más bien a una reducción de las importaciones, las cuales en 2019 disminuyeron en 1,9%.  La baja se debe a la reducción de 12,3% de las importaciones petroleras y a la contracción de 0,6% de las importaciones no petroleras.  Las menores importaciones petroleras se debieron a que el volumen de ventas de productos petrolíferos de Pemex disminuyó en 7,8%, el cual incluye el volumen de gasolinas que se contrajo en 5,7%

Las importaciones de bienes de capital disminuyeron un 8,9%, que es el resultado de la disminución en las inversiones. Mientras no haya inversión no se comprarán maquinaria y equipo, ni siquiera para reponer el que se va desgastando.  Las importaciones de bienes de consumo e intermedios no petroleros se mantuvieron casi estables, aumentaron 0,5%.

El dinamismo de las importaciones registrado en 2019, es un fiel reflejo de la falta de inversión en la economía y a la baja en los gastos de consumo de la población.  Las cifras son totalmente consistentes con la contracción en la producción de bienes y servicios de la economía, ya que el PIB de 2019 disminuyó en 0,1%.

Columna de Francisco Padilla Catalán

 

¿Cómo puntúan las compañías japonesas en ESG?

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Cómo puntúan las compañías japonesas en ESG?

A menudo se dice que Japón va a la zaga del resto del mundo desarrollado en lo que respecta a las prácticas corporativas ambientales, sociales y de buen gobierno (ESG). Si comparamos las calificaciones de sus empresas con las de otros países, podemos concluir que efectivamente es así. Sin embargo, un análisis más profundo muestra que esta no es la historia completa.

De los principales mercados de valores del mundo, Europa tiene un desempeño considerablemente mejor que los demás en lo que se refiere a las calificaciones de ESG, con la mayor proporción de empresas mejores en su clase y una proporción significativamente menor de empresas con calificaciones bajas. El sesgo positivo en la distribución de las calificaciones de las empresas europeas en materia de ESG puede explicarse por su compromiso de larga data con los asuntos de ESG. Por el contrario, hay una marcada escasez de empresas mejor calificadas en Japón, aunque su distribución general de calificaciones no es materialmente diferente de la de los Estados Unidos.

Desglosar individualmente los componentes de los factores ESG nos da una mayor comprensión de las diferencias entre las regiones. En el informe elaborado por SYZ AM podemos observar, por ejemplo, que las empresas japonesas tienen un desempeño similar al de las europeas en cuanto a sus prácticas sociales y ambientales, pero están muy por debajo de las empresas europeas y estadounidenses en cuanto al buen gobierno. La deficiente puntuación del Japón en materia de gobernanza tiene su origen en las prácticas históricamente diferentes de sus empresas en otras partes del mundo.

En general, el modelo japonés de gobierno corporativo se ha caracterizado históricamente por las fuertes relaciones industriales y laborales, el predominio de personas con información privilegiada y la falta de supervisión independiente, en detrimento de los intereses de los accionistas. Sin embargo, desde el final de la burbuja económica de los años noventa, estas características se han debilitado considerablemente debido a la presión de los inversores extranjeros y, más tarde, de los fondos de pensiones, que promueven modelos más favorables a los accionistas.

Todo esto hace que la gobernanza empresarial japonesa esté avanzando en la dirección correcta, con una creciente independencia de la junta directiva, participaciones cruzadas en una tendencia descendente de 30 años y un aumento de los beneficios para los accionistas. Pero a pesar de estas mejoras, todavía hay mucho por hacer. Es más, a pesar de los progresos realizados en los últimos años, o tal vez debido a ellos, el impulso de las mejoras parece estar disminuyendo. La proporción de miembros independientes de la junta directiva parece estar estabilizándose en un tercio, y después de un largo período de importante desarrollo, la participación cruzada ha ido disminuyendo a un ritmo algo más lento en los últimos años.

El enfoque de gobierno corporativo orientado a las partes interesadas frecuentemente utilizado en Japón ha hecho que sus empresas obtengan una mala puntuación en las matrices orientadas a los accionistas que examinan la composición y la supervisión de las juntas, la distribución de dividendos para los accionistas, la propiedad y el control. Además, a pesar de que las reformas han sido eficaces, las prácticas siguen estando a la zaga de las de otros países industrializados. Para los inversores, los datos de buen gobierno pueden ayudar a calibrar la calidad de la gestión y la supervisión de la misma. Una buena supervisión puede ayudar a reducir el riesgo, y alinear los intereses de los accionistas y del gobierno corporativo puede mejorar los rendimientos.

En lo que respecta a las cuestiones ambientales, la cuestión más importante es el cambio climático y la inminente introducción del precio del carbono, que tendrá un importante impacto financiero en algunas empresas. Por lo tanto, es importante tener en cuenta estas cuestiones en el análisis y ajustar las valoraciones en consecuencia. Esto evita que los reglamentos se equivoquen y reduce el riesgo.  

En la esfera social, aparte de las cuestiones sociales universales de los derechos humanos, la gestión de la cadena de suministro y las repercusiones locales, la escasez de mano de obra de Japón, que está impulsada por el cambio demográfico, representa un importante desafío para las empresas.  En un mercado portuario altamente competitivo, el poder de negociación se traslada a los trabajadores, por lo que las mejoras en las condiciones de trabajo se han convertido en algo esencial en la lucha por el talento.

Tribuna de Joel Le Saux responsable de renta variable japonesas y gestor de carteras SYZ Asset Management.

¿Existe la posibilidad de un escenario ‘melt-up’ en los mercados estadounidenses?

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¿Existe la posibilidad de un escenario ‘melt-up’ en los mercados estadounidenses?
Pixabay CC0 Public Domain. ¿Existe la posibilidad de un escenario ‘melt-up’ en los mercados estadounidenses?

En un artículo publicado en marzo de 2019, describimos la posibilidad de un escenario ‘melt-up’ si los bancos centrales mundiales tuvieran mano dura en sus compras de activos e inyecciones de liquidez. Ese fuerte repunte podría caracterizarse por una excesiva liquidez persiguiendo a muy pocos activos invertibles, lo que daría lugar a marcados movimientos al alza en los precios de las acciones y los bonos. Es muy probable que ese resultado repercuta principalmente en los activos de las principales empresas estadounidenses.

Entonces, ese escenario parecía improbable a la luz de la política monetaria restrictiva llevada a cabo por la Reserva Federal. La Fed estaba reduciendo su balance, retirando la liquidez que había puesto a disposición durante sus programas de compra de activos o «Quantitative Easing» (QE) 1, 2 y 3. Esta restricción monetaria, junto con las subidas de los tipos de interés de 2018, hacía que el escenario de ‘melt-up’ fuera una posibilidad muy lejana.

Sin embargo, desde marzo de 2019, la política monetaria de la Fed ha sido completamente revertida, lo que ha provocado un aumento significativo de los precios de los activos. Tres reducciones de los tipos de interés e inyecciones masivas de liquidez en el mercado de repos de EE.UU., rociadas con una dosis de compras de bonos del Tesoro, han servido para tranquilizar al mundo financiero, que apenas un año antes se encontraba desestabilizado por los acontecimientos. Además, los inversores, marginados por la política monetaria de la Fed de 2016 a 2018, están volviendo a comprar activos estadounidenses.

A esto se suma que la salud financiera de las grandes empresas estadounidenses ha contribuido al alza de los mercados. Los precios de las acciones han subido gracias al generoso pago de dividendos y a la recompra de acciones. Además, las empresas ricas en efectivo han reducido sus necesidades de préstamos externos, disminuyendo así su huella de bonos en los mercados. La reducción de la cantidad de acciones y bonos de bluechips estadounidenses, que afrontan una marcada demanda de los inversores, explica en parte su rendimiento positivo en 2019. También es un buen augurio de un potencial incremento de los precios en el futuro.

Una posible «nube en el horizonte» que podría perturbar los mercados financieros de EE.UU. en el futuro es un déficit federal significativo, que se suma a la deuda colosal de la nación año tras año. A pesar de esto, el apetito por los bonos del Tesoro de EE.UU. sigue siendo fuerte.

¿Por qué? Aparte del actual programa de compra de activos de la Fed, una explicación es la falta de deuda soberana en otras partes del mundo, que está llevando a los inversores internacionales a los bonos del Tesoro estadounidense. El Banco Central Europeo (BCE), por ejemplo, es dueño del 40% de los bonos soberanos de la zona euro. Esta institución está expulsando mecánicamente a sus propios inversores locales (que necesitan bonos gubernamentales) para buscarlos en otras partes del mundo. En Japón, la situación es aún peor.

La política de tipos de interés negativos que se aplica en Europa y Japón también tiene que ver con que el capital de estas regiones está buscando desesperadamente retornos positivos. La oportunidad de invertir en cualquier activo en dólares en Estados Unidos, incluida la deuda pública, cada vez está siendo más elegida. Por tanto, los mercados estadounidenses están siendo apoyados por los flujos de capital internacional que vienen del extranjero.

El reciente incremento en los mercados de EE.UU. puede atribuirse al cambio de la política monetaria de la Fed, a la salud económica de las grandes empresas estadounidenses y a los flujos de capital que llegan del extranjero. ¿Qué podría decirse entonces sobre la posibilidad de un escenario ‘melt-up’?

Como moneda de reserva mundial, el dólar estadounidense cuenta con una ventaja muy específica. Sigue siendo el refugio seguro al que acudir cuando se afronta una incertidumbre mundial significativa. Además, los mercados de acciones y bonos de EE.UU. son los únicos mercados financieros lo suficientemente profundos como para acomodar una gran parte de los ahorros internacionales. (Los refugios tradicionales como el oro o los francos suizos son demasiado pequeños para absorber estos flujos de capital potenciales).

Si alguna vez el mundo se encuentra expuesto a riesgos geopolíticos, sanitarios o financieros importantes, podría aparecer una bandada de inversores mundiales para adquirir divisas y activos en dólares estadounidenses. En tal escenario, ese ‘melt-up’ podría convertirse en mucho más que una posibilidad hipotética.

Tribuna de Steven Groslin, gestor e integrante del comité ejecutivo de ASG Capital

Transformación digital: 4 pasos para instalarse en la nueva normalidad

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Foto: Pexels CC0. Transformación digital: 4 pasos para instalarse en la nueva normalidad

Si vamos a lo esencial, lo que está provocando una verdadera Transformación en el sector financiero tiene más que ver con antropología que con tecnología.

Para comprender esta (r)evolución es necesario centrarse en 4 pasos:

1 – Una nueva manera de Pensar – El Triángulo Virtuoso

Las Organizaciones más punteras diseñan su Estrategia desde el triángulo Empleado-Cliente-Comunidad, co-creando sus Curvas de Experiencia (o “journeys”) en un ejercicio de empatía tan rompedor como necesario.

Se trata de aflorar Lo-Que-de-Verdad-Importa, buscar cómo se conectan los tres vértices, hacerse cargo de lo que no funciona y solucionarlo con velocidad ganando así su Preferencia.

Se trata de poner a los humanos en el centro de TODO.

Una nueva manera de Hacer – Equipos “Donut” Ágiles

Pero para resolver con rapidez la rígida estructura matricial de una Organización Financiera ya no sirve. Del gran barco deben lanzarse Speed Boats hacia el horizonte.

Estos “equipos donut” (que rellenan su agujero con el triángulo virtuoso) rompen silos y favorecen una organización más líquida. Profesionales de diferentes departamentos y niveles, armados con metodologías para una innovación veloz y descentralizada, buscan soluciones coste-efectivas a las oportunidades detectadas.

Y en esos Speed Boats rigen nuevas dinámicas: las personas se imponen a los procesos, los entregables y prototipos a abstractos KPIs, las conversaciones constructivas a rígidos contratos y la improvisación inteligente a la planificación obsesiva.

Una nueva manera de Relatar – Narrativa Corporativa

Cuando los Speed Boats hacen sus descubrimientos y llegan a islas vírgenes llenas de cocoteros, mangos, sirenas y sirenos es muy importante documentarlo y contarlo. Muchas veces la tentación es quedarse a vivir en la isla. Y es que volver al gran barco da pereza.

El viejo modelo “vamos-a-colgar-en-las-paredes-los-posters-con-nuestra-misión-visión-y-valores” está caduco. La distancia entre el mensaje aspiracional y la realidad de la cultura organizacional suele causar frustración y desapego. Lo que se comunica no es coherente con lo que se vive.

Por lo tanto, la nueva Narrativa Corporativa debe tejerse con los pedazos de Futuro que ya se están viviendo en el presente. En todas las empresas hay valientes embarcados en SpeedBoats. ¿Quiénes son?, ¿dónde están?, ¿qué proezas están consiguiendo? Ellos son los que inspirarán a los demás.

Y si no tienes equipos donut deberías crearlos ya mismo. Si no, un Futuro rabioso y hambriento os va a devorar.

Una nueva manera de SER – Impacto Social

Una vez la Empresa piensa, hace y narra de manera diferente podemos decir que está dejando de ser lo que era para transformarse en algo nuevo.

Y este nuevo Ser se significa y se expresa con plenitud en contacto con la Sociedad. Los Estados están desbordados, los políticos ni saben ni quieren y los ciudadanos alzan la mirada al cielo en busca de una solución. Es hora de que las Empresas Financieras den su mejor cara y hagan de la Innovación Social su principal motor de progreso. Cada servicio, cada proceso, cada producto financiero debe ser diseñado para fomentar Sostenibilidad, Justicia e Igualdad.

Así que ha llegado el momento, es inevitable, es irrenunciable. Los accionistas, consejeros y top managers deben entender que para instalarse en la modernidad basta con asumir la Tendencia más poderosa: La Prosperidad de las Personas como Gran Propósito.

Los días 13, 14  y 15 de mayo de 2020, en Miami, Fl van a desarrollar una experiencia de aprendizaje transformadora con 40 Top Managers de empresas líderes. Más información aquí: Home | Miami Sprint Transformation – Mind the Gap

Are you in?

Por Sergi Corbeto & Sergio Masal, fundadores de Mind the Gap Miami

Inversión temática: crecimiento irreversible

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Pixabay CC0 Public Domain. Las bolsas de Santiago, Lima y Bogotá acuerdan contratas banco de inversión para avanzar en eventual integración

La inversión temática parte de la idea de invertir en algo que es irreversible, una tendencia o un cambio de grandes proporciones y con un impacto relevante sobre la economía, la sociedad y los mercados. Pero, ¿cómo trasladar esa tendencia o ese concepto a una cartera que permita batir al mercado? ¿Cómo generar alfa con la inversión temática?

El primer paso consiste en identificar los temas adecuados, los que ofrecen mayor potencial y un universo invertible adecuado. Las megatendencias, de por sí, son un concepto demasiado genérico. Su alcance es muy amplio y su horizonte temporal puede moverse entre los 20 y los 100 años. Para tener exposición a estas megatendencias es necesario descomponerlas en temas que sean invertibles, con un horizonte temporal de entre 5 y 20 años, e identificar también áreas dentro de cada tema que permitan desplegar posiciones más tácticas (ver gráfico inferior).

Tribuna Allianz GI

Por ejemplo, mencionar una megatendencia como la de innovación tecnológica puede significar decir todo o no decir nada. De ella, sin embargo, podemos extraer el tema de la inteligencia artificial (con áreas como el big data, la robótica o las aplicaciones) o el tema del comercio electrónico (con áreas como la venta online, las plataformas de pago o el envío a domicilio). O, dentro de la megatendencia de sostenibilidad y escasez de recursos, podemos centrarnos en el tema del agua (con áreas como el suministro de agua, la calidad o la eficiencia).

Hay otros temas cuyo vínculo con una megatendencia es menos obvio. Esto ocurre, por ejemplo, en el caso de preferencias de los consumidores que responden de forma lenta pero inexorable a factores demográficos. Este es el caso del crecimiento de la economía vinculada a las mascotas, un tema que forma parte de la megatendencia de demografía y cambios sociales y que incluye exposición a sectores como el farmacéutico, sanitario, asegurador y de alimentación.

Al invertir solo en las áreas de mayor potencial de crecimiento a escala mundial, los fondos temáticos también proporcionan el beneficio social de ayudar a las empresas emergentes en las industrias más punteras a obtener capital y alcanzar su potencial. 

En Allianz Global Investors contamos con una gama amplia de estrategias temáticas, que abarcan diversas tendencias, algunas de las cuales están a disposición del inversor español, como los fondos Allianz Global Water (que invierte en el suministro y la gestión del agua como recurso), Allianz Global Artificial Intelligence (que invierte en empresas que se benefician del uso o el desarrollo de la inteligencia artificial), o Allianz Pet & Animal Wellbeing (que invierte en el negocio del cuidado de las mascotas).

Cuatro pasos para una inversión temática de éxito

Tras más de 15 años de experiencia en la gestión de inversiones temáticas, y con un patrimonio en carteras temáticas que supera los 10.000 millones de euros, hemos identificado cuatro pasos imprescindibles para tener éxito con este tipo de estrategias.

  1. Temas y no modas: en primer lugar, es importante distinguir entre tendencias de largo plazo y simples modas pasajeras (que frecuentemente registran rápidas subidas de precio, pero que se evaporan con rapidez). En nuestro equipo de inversiones temáticas descartamos el 95% de las ideas de temas que nos llegan. Mucho de lo que se ve en los medios es solo ruido, modas pasajeras o simples visiones futuristas aún no existentes o no invertibles. Es vital elegir solo los temas que tienen sentido.

  2. Diversificación: un fondo temático necesita contar con un número suficiente de compañías invertibles (con tamaño y liquidez) que permita obtener una diversificación adecuada y no estar expuesto en exceso a riesgos particulares de compañías concretas.

  3. Pureza: los fondos temáticos deben tener exposición ‘pura’ al tema en el que invierten, para poder beneficiarse del potencial de revalorización que ofrece dicho tema. Esto supone que se debe invertir en empresas para las que todos sus ingresos, o al menos una parte importante de ellos, provengan o se deriven de su exposición al tema. Es importante tener capacidad de reacción y adaptación, ya que el grado de exposición de una compañía a un tema concreto puede variar con el tiempo.

  4. Elegir el momento: que un tema sea atractivo no significa que sea una buena inversión en todo momento. Temas como las energías renovables, internet o la biotecnología se han convertido en parte fundamental de nuestra vida cotidiana, pero todos ellos han sufrido largos períodos de volatilidad y de rentabilidades decepcionantes puesto que habían subido demasiado de prisa en algún momento dado.

El mejor momento para la inversión temática generalmente es (tal y como podría esperarse) durante su fase inicial, cuando el tema capta la atención de los inversores y las empresas empiezan a generar beneficios. Los precios típicamente suben al calor de grandes expectativas y registran fuertes caídas cuando se percibe que el impacto o la transformación esperada será más lenta de lo que se había descontado. Aquí se crea un segundo punto de entrada interesante.

Para mitigar los riesgos de entrada y salida, una buena opción es apostar por una estrategia multitendencia, en la que el gestor se encarga de realizar una asignación activa entre temas. Por esto lanzamos, hace ya tres años, nuestro fondo Allianz Thematica, un producto que invierte en los temas más atractivos en cada momento.

Cambios profundos

Los temas en los que invertimos implican cambios de gran calado, que se ven impulsados por la innovación, la regulación, factores socioeconómicos o una modificación estructural en la relación entre la oferta y la demanda. En Allianz Global Investors identificamos cuatro megatendencias: la urbanización; la innovación tecnológica; la sostenibilidad y la escasez de recursos; y los cambios demográficos y sociales. Nuestros fondos temáticos buscan identificar temas y valores ganadores dentro de estas megatendencias.

El prisma temático nos permite separar a los ganadores de los perdedores dentro de cada tendencia y mantener un enfoque de largo plazo, lo que representa una ventaja frente a la miopía imperante en el mercado. Los inversores tradicionales, al estar enfocados en un sector o región particular, son incapaces de analizar toda la cadena de valor de un tema concreto (que se puede desplegar a través de múltiples sectores o regiones), lo que genera ineficiencias que pueden ser aprovechadas por los gestores temáticos. 

Tribuna de Andreas Fruschki, director del equipo de Renta Variable Temática de Allianz Global Investors y gestor del fondo Allianz Thematica.

Uruguay y los intercambios de información con Argentina

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Cada año, las Instituciones Financieras deben preparar la información para enviar a las Administraciones Fiscales en el marco del Intercambio de Información Financiera con Fines Fiscales (en adelante CRS por su sigla en inglés). A continuación, comentaremos los aspectos prácticos más relevantes a tener en cuenta para los titulares de cuentas financieras en Uruguay.

De la mano con el compromiso de adhesión Uruguay a la Convención sobre Asistencia Administrativa Mutua en Materia Fiscal ratificada en 2016 y para dar cumplimiento a los acuerdos en materia Intercambio Automático de Información Financiera con Fines Fiscales (en adelante CRS por sus siglas en inglés), Uruguay ha aprobado determinadas disposiciones legales y reglamentarias que introducen la obligación a las Instituciones Financieras, de suministrar en forma automática y anualmente a la Dirección General Impositiva (DGI), la información correspondiente a determinados saldos, promedios y rentas de las cuentas debidamente identificadas mantenidas por personas físicas, jurídicas u otras entidades que configuren residencia fiscal tanto en Uruguay como en otro país, con el objetivo de que la DGI pueda dar cumplimiento a sus cometidos, así como proceder al intercambio de información con otras administraciones fiscales. 

¿Cuáles cuentas fueron excluidas de la obligación de informar en razón del monto?
 

Quedan por fuera de la obligación de reporte las cuentas preexistentes de personas jurídicas u otras entidades no residentes ubicadas en Uruguay de acuerdo a los procedimientos de debida diligencia, en tanto su saldo o valor al 31 de diciembre no supere los 20.000 dólares.

Asimismo, quedan exceptuadas de la obligación de reporte las cuentas financieras de personas físicas, jurídicas u otras entidades residentes en la República de acuerdo con los procedimiento de debida diligencia, en tanto su saldo o valor al 31 de diciembre de cada año o su valor promedio anual no supere las UI 400.000 (unidades indexadas cuatrocientos mil). (aproximadamente 50.000 dólares), para las PF y UI 160.000 para las PJ (unidades indexadas ciento sesenta mil – 20.000 dólares aproximadamente).

¿Qué información remitirá DGI al exterior?

En el marco de los estándares establecidos por la OCDE, la DGI remitirá a los fiscos extranjeros en relación a las personas no residentes titulares o beneficiarios finales únicamente la información referida al saldo al 31 de diciembre y rentas originadas durante el año. 

En caso de la titularidad de la cuenta estar en favor de una persona jurídica no residente, se comenzará a enviar información siempre y cuando supere un saldo mayor a 250.000 dólares. Bajo este escenario si bien no se reportará sobre el titular de la cuenta por ser persona jurídica, se analizará el beneficiario de la misma y su calidad como residente o no a los efectos del envío, no aplicando el umbral para el beneficiario persona física.

Es importante destacar que, si bien la información de saldos mensuales y promedios es utilizada para la fiscalización doméstica, no será reportado al exterior.

La residencia fiscal y el CRS.

Tal cual lo anunciara el Dr. Leonardo Costa del estudio Brum Costa Abogados en un evento en conjunto con nuestra firma en Buenos Aires sobre octubre de 2019, el gobierno electo de Uruguay tiene intenciones de valorar herramientas para flexibilizar los requisitos para obtener la residencia fiscal.  Si bien los requisitos para la obtención son 4 en términos generales, entendemos que únicamente se puede abordar la flexibilización de los montos de inversión inmobiliaria, ya sea o bien bajando los montos de inversión o valorando otro tipo de inversión distinta a bienes inmuebles. 

Para que tengas efectos reales la residencia fiscal debe venir acompañada con una planificación tributaria general del contribuyente, ya que, de poco sirve obtener la residencia fiscal en nuestro país si no pierdo la calidad de residente fiscal en mi país de origen. 

No hay que perder de vista si, y acá sí se logra un efecto importante de la residencia fiscal, que un residente fiscal uruguayo no va a estar sometido al envío de información financiera al exterior de manera automática en el marco del CRS, por sus cuentas financieras reportables.

Intercambio de Información “a requerimiento”

En el marco del acuerdo del Acuerdo entre Argentina y Uruguay para el intercambio de información tributaria y método par a evitar la doble imposición, los dos países establecieron mecanismos para someterse al intercambio de información, pero a diferencia de lo mencionado anteriormente, este intercambio no opera de forma automática.  

Este acuerdo incluye tanto normativa que prevé los problemas relacionados a evitar la doble tributación, como los aspectos inherentes con el efectivo intercambio de información para la cooperación tributaria internacional. 

Dentro de la información prevista para el intercambio se establece todo dato, declaración, documento o registro, en poder de las autoridades de un estado, previsiblemente relevante para la determinación, liquidación, control y recaudación de los tributos. 

Es importante destacar que para que opere efectivamente el intercambio el Estado Requirente debe cumplir con ciertos requisitos de forma y sustancia con el fin de garantizar la seguridad jurídica de los contribuyentes, prohibiendo expresamente las “operaciones de pesca”. Uruguay por el año 2017 únicamente respondió el 40% de los pedidos por parte de Argentina. 

 

Este artículo es a título informativo. 

Para un análisis más exhaustivo de la aplicación del convenio es necesario evaluar cada caso porque se pueden presentar particularidades en virtud de cada persona. 

 

Diego Vuille Lafourcade es socio director de VL Consultores, Contador Público egresado de la UCU, Posgraduado en Derecho Tributario Internacional y Magister en Derecho Tributario por la Universidad de Montevideo

Los treasuries ofrecen una buena protección contra los virus

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Pixabay CC0 Public Domain. Los treasuries ofrecen una buena protección contra los virus

Desde hace mucho tiempo hemos mantenido la opinión de que en las últimas etapas de un ciclo económico es prudente tener una asignación razonablemente grande y estratégica a los tipos «libres de riesgo», y al mismo tiempo tener una duración suficientemente «buena» para equilibrar la cartera y mitigar la volatilidad. Ese tipo de asignación de bonos irá en detrimento de la rentabilidad, pero debería mostrar una apreciación del capital en momentos de estrés.

En este comienzo de año, pensamos que los principales riesgos a los que se enfrentaban los inversores en renta fija eran de carácter geopolítico, en particular una nueva escalada de la guerra comercial que tenido tanto peso en la confianza empresarial durante 2019. Consideramos que una reescalada de este conflicto podría hacer que los activos de riesgo detuviesen su repunte, quizás estimulando a la Fed a recortes adicionales de los tipos, y ciertamente daría impulso y justificación a un fuerte rally de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos.

Ninguno de nosotros había contemplado el brote epidémico de un nuevo coronavirus, pero el resultado ha sido similar, en particular en lo que respecta al rendimiento de los activos «libres de riesgo»; tanto los bonos del tesoro a cinco como a diez años se recuperaron alrededor de 40 puntos básicos entre el 1 de enero y el final del mes.

Si bien todos estamos debatiendo ahora la forma en la que el brote podría afectar a ciertas industrias y empresas, el efecto directo que tendrá en la economía china (y por extensión en la mundial), y si impulsará la acción del banco central, también debemos permanecer atentos a la vulnerabilidad que tienen ahora los bonos del Tesoro a una recuperación. La historia demuestra que el impacto de esos acontecimientos tiende a tener forma de V, ya que el crecimiento del PIB se recupera rápidamente una vez que se restablece el orden. Por lo tanto, es probable que la caída de los rendimientos del Tesoro también tenga forma de V, a menos, por supuesto, que intervenga otro catalizador para mantener el miedo.

Así, si bien por un lado querríamos ser objetivos, con una asignación significativa a los tipos «libres de riesgo», que para nosotros en los últimos meses han sido los bonos del Tesoro de los EE.UU., por otro lado, deberíamos reconocer que las ganancias que han obtenido los inversores con ellos se corrijan. 

Averiguar el momento perfecto es prácticamente imposible en situaciones como ésta, pero una forma de abordar este riesgo es reducir gradualmente la «buena» duración desplazándose a la parte más corta de la curva UST, que sería menos sensible a un movimiento más alto en los rendimientos. Este movimiento sería puramente táctico, y parece lógico, pero incluso con una posición de riesgo estratégico es importante ser prudente y pragmático, ya que pueden ocurrir otras sorpresas y nos quedamos en una fase madura del ciclo de crédito.

Tribuna de Mark Holman, consejero delegado de TwentyFour AM (Vontobel AM).

La influencia del coronavirus en las carteras

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Pixabay CC0 Public Domain. La influencia del coronavirus en las carteras

Las fotos de la ciudad china de Wuhan, con 11 millones de habitantes, muestran calles desiertas. Desde el 23 de enero, Wuhan, seguida por gran parte de la provincia de Hubei que la rodea, fue puesta en cuarentena en un esfuerzo por contener la propagación de un nuevo coronavirus, una enfermedad respiratoria. En el primer trimestre de 2020, el impacto en la economía de China será altamente perjudicial.

Las medidas de cuarentena en la Provincia de Hubei han afectado a hasta 59 millones de personas, haciendo del encierro un experimento de salud pública a una escala nunca antes intentada. Sólo los alimentos y los suministros médicos pueden entrar o salir de una docena de ciudades de la provincia. La situación sigue evolucionando rápidamente y el coste humano está aumentando. Las autoridades de China han informado de más de 17.000 infecciones confirmadas y 361 muertes. Eso sugiere que se trata de un virus que ya es más contagioso, pero menos mortal, que el brote de SARS de 2003, que infectó a unas 8.000 personas y mató a casi 800.

El cierre también se ha propagado internacionalmente junto con los informes de casos fuera de China. La Organización Mundial de la Salud declaró la semana pasada que el virus era una emergencia sanitaria mundial y muchos gobiernos han impuesto prohibiciones a los ciudadanos chinos que entran en su país, incluidos los Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. Otros, como los suizos, franceses y británicos, desaconsejan los viajes no esenciales a la China continental. Las líneas aéreas, entre ellas Swiss Airlines, Air France, Lufthansa y British Airways, suspendieron todos los vuelos hacia y desde China, mientras que empresas como los fabricantes de automóviles Renault y Toyota, y cadenas alimentarias como Starbucks y McDonald’s, detuvieron la producción o cerraron sucursales, manteniendo a los empleados alejados de las fábricas y del transporte público a su regreso de la pausa.

 Daños a corto plazo

Hasta ahora, el contagio internacional del virus es limitado. Esta sigue siendo nuestra suposición. Dicho esto, nos mantenemos alerta a los riesgos negativos. China es ahora parte integral de la economía global. Representa el 17% del PIB mundial, en comparación con sólo el 4% en 2003, y el 13% del comercio mundial, en comparación con el 5%. Aporta casi el 70% de la demanda mundial de metales, casi tres veces más que en 2003, así como el 20% del gasto global en turismo, frente al 3% de hace 17 años. El impacto inmediato será el impacto en los viajes, lo que perjudicará a economías como la de Hong Kong, Tailandia y Vietnam, que dependen de los turistas chinos.

Desde un punto de vista macroeconómico a corto plazo, creemos que el impacto económico del virus en China será grave. China informará de su previsión de crecimiento del producto interno bruto para el primer trimestre a mediados de abril, con un PIB del cuarto trimestre de 2019 del 6,0%. El SARS redujo en 2 puntos porcentuales la tasa de crecimiento anual en el trimestre en el que atacó, y el coronavirus casi seguro que socavará el crecimiento. El sector de los servicios representa ahora el 53% de la economía de China, en comparación con el 42% en 2003. Sin embargo, las ventas al por menor en línea constituyen una gran parte de las ventas totales, lo que debería proporcionar alguna compensación.

La reacción dentro de China desde el comienzo del brote se ha silenciado, ya que muchos intercambios y negocios cerraron durante las vacaciones del Nuevo Año Chino. Cuando los mercados de valores chinos reabrieron el 3 de febrero, el compuesto de Shanghai cayó un 8,7% y el índice compuesto de Shenzen cayó más de un 9%.

 El estímulo del gobierno chino

Al reabrir los mercados, las autoridades del país anunciaron una serie de medidas para contener el impacto económico negativo. Entre ellas figuran medidas para garantizar la liquidez del sector bancario, subvenciones de los tipos de interés a las empresas afectadas e incentivos para impulsar los préstamos bancarios a la economía. Si bien estas medidas pueden contribuir a la confianza, es poco probable que eviten una desaceleración en los tres primeros meses del año. De ser necesario, las autoridades podrían señalar un gasto fiscal más proactivo cuando el Congreso Nacional Popular se reúna en marzo.

Esperamos que la actividad manufacturera china se recupere a medida que la producción vuelva a la normalidad, lo que podría comenzar ya en el segundo trimestre del año. Sin embargo, los patrones de consumo pueden tardar más tiempo en recuperarse de lo que debería haber sido un período de vacaciones de alto gasto. Con un estímulo adecuado, es probable que China continúe en la senda de su economía interna, pasando de un crecimiento impulsado por la industria manufacturera a un crecimiento impulsado por el consumo y los servicios.

 Implicaciones de la clase de activos

El impacto económico y de mercado del SARS fue efímero y localizado. Esta comparación histórica puede ser engañosa, ya que el ciclo comercial se encontraba entonces en una fase temprana y, por consiguiente, las valoraciones eran mucho menos costosas. Las acciones mundiales siguieron recuperándose a principios de 2003, mientras que las acciones asiáticas tuvieron un rendimiento inferior hasta que el número de casos alcanzó su punto máximo, antes de recuperarse fuertemente una vez que se contuvo la propagación. De la misma manera, las monedas asiáticas sensibles al crecimiento tuvieron un rendimiento inferior, pero las monedas carry trade de los mercados emergentes se mantuvieron estables.

A pesar de un fuerte comienzo de año, los principales mercados de valores son ahora negativos. La renta variable de los Estados Unidos ha sido más resistente, y los mercados de renta variable emergentes y chinos han bajado casi un 10% desde el comienzo del año.

El precio de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos y de los Bunds alemanes aumentó en respuesta a la evolución de la propagación del coronavirus, con rendimientos a diez años que disminuyeron alrededor de 30 y 20 puntos básicos respectivamente desde el 23 de enero, y el oro se apreció 25 dólares por onza. Ambos ofrecen garantías en una cartera de activos múltiples.

También estamos observando de cerca el tipo de cambio dólar/yuan chino, que se está negociando en torno al umbral psicológicamente importante de 7,00 yuan por dólar estadounidense, apoyado por la reciente tregua comercial de la «fase 1» entre los Estados Unidos y China. Creemos que la menor liquidez durante el período de vacaciones exageró el reciente movimiento al alza del dólar/yuan. La fijación de un yuan más fuerte a medida que los mercados se reabrieron muestra que las autoridades chinas quieren anclar la moneda. El dólar/yuan parece demasiado alto, comparado con nuestras expectativas de un dólar más débil este año.

Gestión de la volatilidad de la cartera

Desde la perspectiva de la asignación de activos, creemos que nuestro actual posicionamiento equilibrado, que es ligeramente inferior a la ponderación de las acciones y sobreponderar las estrategias de carry con coberturas en oro y en bonos del Tesoro de EE.UU., ayudará a navegar por la volatilidad actual.

Los mercados de valores han visto cierta toma de beneficios desde el comienzo del año y las valoraciones todavía parecen relativamente altas. Nos mantenemos neutrales en nuestra exposición a las acciones emergentes, ya que creemos que el efecto del virus será efímero y esperamos un estímulo del banco central chino.

También hay apoyo para la renta variable en este entorno en forma de las ganancias del cuarto trimestre. En los Estados Unidos, casi el 40% de las empresas ya han informado, en comparación con el 16% en Europa y el 21% en Japón. Los resultados iniciales muestran sorpresas positivas tanto en los EE.UU. como en Europa con fuertes resultados en el sector tecnológico.

Por ahora, estamos observando de cerca el desarrollo del coronavirus, en particular para detectar signos de que las tasas de infección han alcanzado su punto máximo. Estamos preparados para adaptar las exposiciones de la cartera, y esperamos confirmar que el coronavirus se está comportando como una gripe estacional que muere a medida que las tasas de transmisión disminuyen y la inmunidad crece, en línea con las expectativas de la OMS.

Tribuna de Stéphane Monier, jefe de inversiones de Lombard Odier.

Perspectiva para 2020: más allá de las oportunidades habituales

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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Josh Calabrese . Foto: Josh Calabrese

De cara a 2020, el crecimiento económico mundial parece suficientemente sólido para evitar una recesión, pero también parece estar ralentizándose lo suficiente para llevar a muchos gobiernos a desplegar programas de estímulo fiscal. Si bien la economía estadounidense sigue contando con el respaldo de un consumo sólido y China se está estabilizando con estímulos mínimos, creemos que los ámbitos más atractivos trascienden los habituales: Las oportunidades para 2020 parecen centrarse en regiones como Japón y el Reino Unido, que carecen del favor de los inversores desde hace años.

Estados Unidos: crecimiento lento y estable

El consumo en Estados Unidos goza de buena salud, pues el país genera empleo y los salarios suben con fuerza, en especial, en puestos con salarios menores que deben ocuparse a escala local, por ejemplo, en los ámbitos del ocio, la atención sanitaria y la asistencia social. Los hogares, que en la actualidad poseen más acciones de compañías cotizadas que nunca por los bajos tipos de interés que ofrecen los bancos, también están experimentando un efecto patrimonial positivo por la fuerte alza del S&P500 durante 2019.

La demanda de viviendas también está repuntando. Al descender los tipos de las hipotecas a 30 años más de 100 puntos básicos (pb) en los últimos 12 meses, la demanda de dichos préstamos ha crecido significativamente (Gráfico 1). Cuando se compra una casa, también se adquieren muebles y demás bienes y servicios conexos, lo cual refuerza en mayor medida el consumo y el crecimiento.

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El eslabón más débil en Estados Unidos ha sido la inversión en inmovilizado, lastrada por la incertidumbre relativa a la cuestión de los aranceles y demás obstáculos idiosincráticos. Sin embargo, de cara a 2020, percibimos diversos factores que podrían rebajar estas presiones:

  • Las inversiones relacionadas con el petróleo cayeron por el debilitamiento de los precios en 2018.Al cierre de 2019, pensábamos que los precios del petróleo se habían estabilizado, por lo que debería reducirse el peso que este factor ejerce sobre la economía. Se trata de un elemento aparte con respecto a las presiones al alza sobre los precios del petróleo derivadas de las tensiones geopolíticas a comienzos de 2020.
  • La inversión en bienes de equipo se paralizó por el desplome de las inversiones en aeronaves, después de que dos accidentes con aviones Boeing 737 Max conllevaran una paralización de la producción. Es de esperar que la estabilización de la inversión en aeronaves devuelva el conjunto de las inversiones en bienes de equipo a terreno positivo.
  • La inversión en propiedad intelectual está saliendo bien parada del alza en el segmento tecnológico de la economía.

Al combinar estas observaciones con la madurez del capital social estadounidense y las dotaciones temporales que todavía pueden utilizarse para consignar plenamente como gasto las inversiones en inmovilizado a corto plazo, auguramos que la inversión no residencial permanecerá constante o aumentará moderadamente en 2020. Es probable que el último componente del PIB estadounidense, el gasto público, permanezca relativamente plano, aumentando las partidas de defensa.

El efecto neto de estos factores es un crecimiento positivo, si bien lento, de Estados Unidos. Nuestro modelo, que se remonta a 2004, nos indica un supuesto de referencia de crecimiento de los BPA en 2020 del 5,5% (Gráfico 2). La estimación se basa en una previsión de crecimiento del PIB del 2,1% y de crecimiento de las recompras de acciones del 3,5%. Se desvía significativamente de las estimaciones de consenso sobre crecimiento de los BPA, del 9,8%. Incluso nuestro supuesto alcista indica un crecimiento de los BPA de tan solo el 8,0%. Esta discrepancia sugiere una importante decepción entre los inversores que esperan que el crecimiento de los beneficios vaya en línea con las estimaciones de consenso que descuentan las ratios actuales de precio-beneficios.

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China: control de los estímulos para mantener la estabilidad

Si bien la ralentización de China indica la necesidad de adoptar estímulos, la política de su gobierno se ha centrado en pasar de inversiones indiscriminadas a un crecimiento de mayor calidad.

Con el fin de equilibrar estos factores contrapuestos, es posible que China continúe aplicando estímulos controlados que permitan que la economía siga creciendo a un ritmo moderado, pero no mucho más rápidamente.

En noviembre, el Banco Popular de China rebajó inesperadamente 5 pb el tipo de los mecanismos de crédito a un año (medio plazo), lanzó una repo inversa de siete días con la que rebajó su tipo al 2,5% por primera vez desde 2015 y posteriormente redujo sus tipos de préstamo a uno y cinco años. En enero, dicho banco central prosiguió con sus estímulos inyectando 115.000 millones de USD en el sistema financiero del país (1). Prevemos que el Banco Popular de China mantendrá su cauta moderación monetaria.

En términos fiscales, dos años de desapalancamiento del sector público han brindado a China margen para incrementar los estímulos y posteriormente establecer una cuota razonable de emisión de bonos, lo cual le otorga las herramientas necesarias para mantener el crecimiento. Sin embargo, ante la mejora de los datos de PMI, la aceleración del sector de servicios y que la actividad manufacturera se expandiera en noviembre a su ritmo más rápido en tres años, el gobierno chino parece menos preocupado por que el crecimiento económico sea inferior al 6%.Asimismo, las tensiones comerciales han comenzado a moderarse, tal y como pone de manifiesto el repunte de las importaciones chinas en los últimos meses (Gráfico 3). Por tanto, en definitiva, es probable que solo asistamos a estímulos fiscales específicos acompañados por más reformas estructurales.

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Resto del mundo: otro viraje hacia la política fiscal (2)

Las expectativas de ralentización del crecimiento en las dos mayores economías están impulsando al fin estímulos fiscales significativos a modo de respuesta, si bien proceden de ámbitos que los inversores podrían no esperar habitualmente:  

  • Japón: estímulos fiscales por valor de 120.000 millones de USD (en torno al 1,9% del PIB) durante 15 meses
  • Alemania: en vista de un amplio superávit presupuestario, el nuevo gobierno se está planteando estímulos fiscales por encima del paquete climático, anunciado recientemente, valorado en 60.000 millones de USD, quese suma al Acuerdo Verde Europeo, que prevé más de 100.000 millones de USD en inversiones específicas
  • Reino Unido: planes para adoptar estímulos fiscales de entre el 1,2% y el 2,4% del PIB a partir de 2020 con el fin de contribuir a que la economía se recupere del lastre que ha supuesto la incertidumbre en torno a la salida de la Unión Europea
  • Corea del Sur: presupuesto más expansivo desde 2008-2009, en torno al 1,9% del PIB
  • India: estímulos de 20.000 millones de USD

Esperamos que estos paquetes de estímulos y otros similares impulsen el crecimiento global, incluso en ausencia de actuación de Estados Unidos y China.

Perspectiva: las acciones superan a los bonos…

La estabilización de los datos de manufacturas, la aceleración del crecimiento del crédito, cierto reabastecimiento de existencias en Asia y la moderación de las tensiones comerciales apuntan a fundamentales globales sólidos, con cierto potencial alcista, según el giro de políticas de estímulos monetarios a estímulos fiscales.

La renta variable, en general, parece más atractiva que los bonos. Los tipos de interés se encuentran en niveles tan bajos que parecen descontar una recesión y el posicionamiento en acciones permanece orientado a una evolución bajista. De hecho, las salidas de fondos minoristas de renta variable se encuentran en máximos, por encima de sus niveles de 2008, claro testimonio de percepción negativa (habitualmente, indicador positivo). Es posible que, a medida que comencemos a ver evidencias de crecimiento moderado, repunten las rentabilidades de los bonos, las acciones suban y los inversores roten de bonos a renta variable.

. . . en mercados con precios razonables

A pesar de la solidez de los fundamentales y el sentimiento negativo —lo cual implica la posibilidad de que se produzcan sorpresas positivas—, los inversores en acciones deberían ser cautos. Algunos mercados, incluidos Estados Unidos, India, Taiwán, Corea del Sur, Australia y el mundo en general, muestran valoraciones muy elevadas. Si nos fijamos en las ratios de precio-beneficios de 12 meses de todo el mundo, comprobamos que Estados Unidos se encuentra en el percentil 95, solo superado por Australia.

Como indicamos anteriormente, la ratio de Estados Unidos ilustra una previsión de crecimiento de los beneficios del 9%, que consideramos excesiva.

Otros mercados ofrecen un dato mejor. Numerosas de las regiones que ofrecen precios atractivos llevan tiempo sin contar con el favor de los inversores; es el caso de Europa, América Latina, Reino Unido, China, Europa oriental y, muy especialmente, Japón. El cuadro 4 muestra las implicaciones de nuestro posicionamiento en los principales mercados.

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Renta fija: perspectiva negativa para activos de larga duración

Los mercados de renta fija descuentan un crecimiento extremadamente lento, si no una recesión. Creemos que se trata de una reacción exagerada. En vista de que los bancos centrales están alejándose de unas políticas monetarias agresivas y los estímulos fiscales están reforzando el crecimiento, auguramos una presión al alza sobre las rentabilidades, lo cual resulta negativo para los efectos a plazo más largo. Mientras tanto, la probabilidad de mayor inflación en Estados Unidos está aumentando, impulsada por el alza de los salarios y los efectos residuales de las tensiones comerciales. 

Nos encontramos infraponderados en deuda soberana de mercados desarrollados; los bonos de alta calidad y duración larga son especialmente vulnerables. Nos encontramos sobreponderados en deuda de mercados emergentes. Dado que es probable que se pronuncie la curva de rentabilidades de Estados Unidos, las divisas de mercados emergentes son asequibles y la duración de la deuda en monedas fuertes es mayor que la duración de su homóloga en moneda local, también preferimos esta última frente a la deuda en monedas fuertes.

El Gráfico 5 muestra por qué.Las ratios de Sherman de estos bonos —la cuantía de ingresos por intereses que se genera con respecto al riesgo de tipos de interés que se asume o el incremento porcentual de los tipos que anularía la rentabilidad— favorecen claramente a la deuda de alta rentabilidad y la deuda soberana de la esfera emergente.

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Resumen: Un año para inversores exigentes

La situación de los fundamentales, decentes, pero no excepcionales, todo el mundo apunta a que 2020 será, en general, un año de crecimiento lento, pero sostenido. Sin embargo, la rentabilidad potencial en los diversos mercados difiere en gran medida por las circunstancias únicas de cada uno. Además, la primera semana de 2020 ha demostrado la capacidad de los acontecimientos, que los inversores no pueden prever, de influir en los mercados, elevar la volatilidad y, en el caso del aumento de las tensiones entre Estados Unidos e Irán, disparar los precios del petróleo y la demanda de activos refugio.

Nuestro proceso de inversión nos permite ajustar con flexibilidad nuestra asignación de activos en caso de prever que tales episodios se prolonguen en el tiempo, ya que nuestro objetivo es proteger las carteras de la volatilidad a la baja. También tenemos la opción de fijarnos en la que puede resultar ser volatilidad a corto plazo. En el momento de redactar este texto, mantenemos una exposición prudente a activos de riesgo y una exposición ligeramente más alta al oro, como cobertura frente al riesgo geopolítico, al tiempo que seguimos atentos a la evolución de los acontecimientos. Creemos que, según su atención vuelva a centrarse en los fundamentales subyacentes, los inversores encontrarán oportunidades especialmente atractivas en la renta variable japonesa y su homóloga británica (especialmente, acciones de compañías de mediana capitalización del Reino Unido) frente a la zona euro y Estados Unidos. En el seno de la renta fija, creemos que la deuda en moneda local de mercados emergentes ofrece oportunidades más atractivas que el crédito con grado de inversión y de alta rentabilidad o los bonos de duración larga.

 

Columna de Andrew Harmstone, es senior portfolio manager en el equipo Global Multi-Asset de Morgan Stanley Investment Management, donde dirige la estrategia Global Balanced Risk Control (GBaR).

 

Anotaciones:

(1) Fuente: Financial Times 5 de noviembre de 2019 y 2 de enero de 2020

(2) Fuente: Haver, FT, Morgan Stanley Research, MSIM a 6 de diciembre de 2019

(3) Fuente: Bloomberg, diciembre 2019

(4) Fuente: Reuters, 5 de diciembre 2019

 

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