¿Por qué ampliar las posiciones en renta variable del Reino Unido?

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Pixabay CC0 Public DomainNimalan Tharmalingam . Nimalan Tharmalingam

Cómo cambian las cosas en un año. Tras un traumático 2018, el año pasado permitió a los inversores capturar la segunda mejor rentabilidad de los últimos 30 años con una combinación de valores de renta fija mundial y bonos a largo plazo. Por lo que respecta a las acciones, también fue un año de expansión sin precedentes de los múltiplos, superada solo una vez desde las postrimerías de los años 80, en 2009, cuando los mercados se hallaban en plena recuperación tras la devastadora crisis financiera. Por consiguiente, en 2020, los beneficios tendrán que transformarse en precios para que el avance tenga potencial (gráfico 1).

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Existen como mínimo dos motivos para creer que podrían lograrlo. En primer lugar, las amenazas relativas al comercio mundial y la versión más dura del Brexit resultan considerablemente más reducidas que antes, incluso a mediados de diciembre. La reducción de la incertidumbre debería favorecer una ligera recuperación de la confianza de las empresas y los beneficios corporativos en 2020, en especial en segmentos que se mostraron más sensibles a los acontecimientos en cada caso.

En segundo lugar, según el consenso y nuestros propios pronósticos, el crecimiento económico será prácticamente tibio: ni tan sólido que haga necesaria una subida de los tipos de interés, ni tan débil como para reavivar los temores de recesión. Por consiguiente, los responsables políticos han decidido mantener los tipos «bajos durante más tiempo», por lo que el tipo de descuento aplicado a los beneficios previstos probablemente se mantenga convenientemente bajo, con los diferenciales de crédito contenidos. Esto último vuelve una complicada tarea la inversión en renta variable diversificada si los mercados de renta fija no están en el punto adecuado. No obstante, hay excepciones, y el Reino Unido se presenta cada vez más como una de ellas.

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La renta variable del Reino Unido recupera el favor de los inversores

A principios de enero, ampliamos nuestra asignación a acciones británicas a favorable desde la anterior posición neutral, con lo que la renta variable en su conjunto se convirtió en una de las clases de activos que privilegiamos. Si bien las acciones del Reino Unido participaron de la revalorización generalizada el año pasado (gráfico 2), su avance en comparación con el de otros mercados fue lo suficientemente moderado para que la diferencia entre los PER a un año se ampliara en casi dos puntos frente a Europa y en tres puntos y medio en comparación con la renta variable mundial, más del doble de las medias históricas y cotas extremas de los 15 últimos años (gráfico 3). Las posiciones infraponderadas de los inversores también parecen extremas, a pesar del leve aumento en los flujos de los ETF después de las elecciones.

Esto no quiere decir que las perspectivas para el Reino Unido estén garantizadas, sino que son mucho menos inciertas que hace uno o dos meses. Siguen existiendo riesgos respecto del destino final del Brexit: con una abultada mayoría del Partido Conservador, de hecho puede haber aumentado la probabilidad de que el acuerdo comercial sea magro al tiempo que se ha reducido la perspectiva favorable de un acuerdo que conservara las ventajas de la estrecha coordinación.  Cualquier acuerdo o, incluso, la prórroga de los acuerdos transitorios también requiere la aprobación por parte de todos los Estados miembros de la UE. Sin embargo, como contraste, se han desvanecido los riesgos de aumento del impuesto de sociedades, nacionalización y una mayor carga regulatoria que prometió el Gobierno liderado por Corbyn.  Y, evidentemente, el Reino Unido es también un mercado defensivo en esencia, con buenos dividendos que siguen intactos.

En conjunto, el mercado británico ofrece una atractiva prima de riesgo, en su propio contexto y, especialmente, en comparación con otros mercados. El cambio en las revisiones de los beneficios llevadas a cabo por los analistas en las últimas semanas sugiere un mayor optimismo que el que se desprende de las actuales valoraciones del mercado.

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Anotaciones:

(1) Esto no quiere decir que se hayan resuelto, como puede verse, por ejemplo, en https://www.piie.com/experts/peterson-perspectives/trade-talks-episode-118-ins-and-outs-us-china-phase-one-trade-deal. Sin embargo, se ha producido un cambio de rumbo.

 

Información importante:

Exclusivamente para uso de inversores profesionales y/o cualificados (no debe entregarse a clientes particulares ni emplearse con ellos). Las rentabilidades pasadas no son indicativas de los resultados futuros. El valor de las inversiones y de los ingresos no está garantizado y puede tanto aumentar como disminuir; dicho valor puede verse afectado por las fluctuaciones de los tipos de cambio. Esto significa que un inversor podría no recuperar el importe invertido. Su capital está sujeto a riesgos. El presente documento tiene carácter meramente informativo y no debe considerarse como una oferta o una invitación para realizar una oferta de compra o venta de cualquier título u otro instrumento financiero, ni para prestar asesoramiento o servicios de inversión. La referencia a acciones o bonos específicos no debe interpretarse como recomendación de negociación. El análisis incluido en este documento ha sido elaborado por Columbia Threadneedle Investments para sus propias actividades de gestión de inversiones, puede haber servido de base para la toma de decisiones antes de su publicación y su disponibilidad tiene carácter accesorio. Todas las opiniones formuladas en el presente documento son válidas en la fecha de publicación, pueden sufrir cambios sin previo aviso y no deben ser consideradas como asesoramiento de inversión. La información obtenida de fuentes externas se estima fidedigna, si bien su precisión o integridad no pueden garantizarse. Este material incluye declaraciones sobre perspectivas futuras, incluidas previsiones de las condiciones financieras y económicas futuras. Ni Columbia Threadneedle Investments ni sus consejeros, directivos o empleados ofrecen garantía alguna de que dichas declaraciones sobre perspectivas futuras vayan a resultar acertadas.

Este material lo distribuye Columbia Threadneedle Investments (ME) Limited, sociedad regulada por la Autoridad de Servicios Financieros de Dubái (DFSA). Para distribuidores: Este documento ha sido concebido para ofrecer a los distribuidores información sobre los productos y servicios del Grupo y no está destinado a su posterior divulgación. Para clientes institucionales: La información contenida en este documento no constituye asesoramiento financiero alguno, y está dirigida exclusivamente a personas con el conocimiento adecuado en materia de inversión, que satisfagan los criterios normativos para ser considerados Clientes Profesionales o Contrapartes de Comercialización; ninguna otra persona deberá actuar sobre la base de esta información.  Publicado por Threadneedle Asset Management Limited («TAML»). Registrada en Inglaterra y Gales con el número 573204, Cannon Place, 78 Cannon Street, Londres EC4N 6AG, Reino Unido. Autorizada y regulada en el Reino Unido por la Autoridad de Conducta Financiera (FCA).

Columbia Threadneedle Investments es el nombre comercial en todo el mundo del grupo de sociedades Columbia y Threadneedle. www.columbiathreadneedle.com

Los fondos de pensiones de empleo en España ganarán transparencia con la nueva normativa

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Una de las principales modificaciones -en nuestra opinión, positiva- que trae consigo la reciente transposición parcial, a través del Real Decreto-ley 3/2020, de la directiva europea que regula las actividades y la supervisión de los fondos de pensiones de empleo en España, es el mayor nivel de información y transparencia a sus partícipes.

La medida se dirige a garantizar mayor protección para los partícipes de los fondos de pensiones de empleo y no cabe duda de que permitirá a estos llevar a cabo una mejor planificación y gestión del ahorro para su jubilación. En este sentido, también es importante detenerse en que en la transposición parcial echamos de menos un requerimiento explícito a las entidades gestoras para que informen del nivel previsto de prestación de jubilación a los partícipes de los planes de pensiones de empleo, como contempla la directiva.

Tendremos que esperar a conocer la reglamentación de la normativa para conocer el contenido final al respecto. Y no es algo a obviar, ya que la obligación de que las gestoras informen a los partícipes de su posible futura pensión privada puede llevar además a un aumento del ahorro en planes de pensiones, ya que se pondrá de manifiesto que el patrimonio acumulado por cada partícipe es claramente insuficiente para no ver grandes caídas del nivel de vida en su jubilación.

Otra importante novedad implícita en el Real Decreto Ley 3/2020 entronca con la regulación de un sistema de buen gobierno para los planes de pensiones de empleo, lo que fortalece la gobernanza de las entidades gestoras y las Comisiones de Control de estos vehículos y, en nuestra opinión, debería redundar en unos mejores resultados de la gestión del patrimonio. Según la nueva normativa, las entidades gestoras, de no haberlo hecho ya, tendrán un plazo de seis meses para optimizar su actual sistema de gobierno para garantizar una gestión adecuada y prudente de sus actividades.

Entre las modificaciones que llegan con la transposición es importante también tener en cuenta que, aunque los principales requerimientos en materia de gobernanza siguen recayendo principalmente sobre las entidades gestoras, la nueva normativa involucra a la Comisión de Control del fondo de pensiones de empleo en el propio sistema de buen gobierno, equiparando la Comisión de Control al órgano de dirección de la entidad gestora. Esto se traduce directamente en un hecho claro: los nuevos requerimientos exigidos por la ley a la Comisión de Control implican incorporar a miembros con conocimientos en materia de gestión de riesgos que les permita tomar la mejor decisión en interés de los partícipes y beneficiarios.

Hablamos de una mejor gestión del riesgo, lo que redunda en una mayor resiliencia para afrontar cambios y volatilidad del mercado y, en definitiva, mayor seguridad y protección a los partícipes de los planes de pensiones de empleo.

Pero la nueva normativa implica también una mayor carga para las gestoras y los planes de pensiones de empleo. Una de las posibles consecuencias a nivel macro es que las pequeñas gestoras que trabajan en este nicho de mercado y no cuenten con gran masa crítica se replanteen su posicionamiento, o incluso la cesión de este negocio a otras entidades con mayor capacidad.

Tribuna de Gregorio Gil de Rozas, director de Jubilaciones de Willis Towers Watson España.

Renta fija vs. renta variable: dos mercados que convergen con intereses divergentes

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Pixabay CC0 Public Domain. Renta fija vs. renta variable: dos mercados que convergen con intereses divergentes

En el actual ciclo económico y de inversión maduro, las empresas pueden encontrar mayores dificultades para hallar el equilibrio entre los intereses de sus accionistas y sus bonistas. Los inversores suelen pensar en acciones y bonos corporativos de forma separada. Sin embargo, en realidad son dos caras de la misma moneda y lo que favorece a un mercado puede tener implicaciones en el otro. Esto es importante ya que las decisiones tomadas por las empresas en la última década han hecho que estos dos mundos converjan. A medida que el ciclo madure, las empresas se verán obligadas a elegir qué lado favorecer.

La vulnerabilidad del mercado de deuda se está extendiendo

En todos los mercados desarrollados, las empresas han capitalizado el descenso de los tipos de interés desde la crisis financiera mundial aumentando considerablemente la carga de su deuda. En Estados Unidos, las empresas no financieras del mercado de bonos corporativos están más apalancadas de lo que estaban durante la crisis financiera y la caída de las puntocom. 

Claramente, desde la perspectiva de un inversor de deuda corporativa, esta es una tendencia preocupante. Sin embargo, también aumenta el riesgo para los inversores de renta variable, ya que los altos niveles de deuda incrementan el riesgo de dificultades financieras.

Lo que es importante, tanto para los inversores de acciones como los de crédito, es que esta acumulación de deuda ha sido más llamativa en sectores que los inversores están acostumbrados a considerar relativamente seguros. Los niveles de deuda de las empresas no cíclicas se han disparado mucho más allá de los máximos anteriores. Entre ellas se encuentran empresas de los sectores de consumo básico, comunicaciones, servicios públicos y atención sanitaria. En cambio, los emisores de los sectores más cíclicos han sido relativamente moderados.

Los peligros de las estrategias de bajo riesgo en renta variable

Seamos inversores de deuda o de acciones, estamos acostumbrado a pensar que las empresas no cíclicas son menos sensibles al ciclo económico y, por consiguiente, implican menor riesgo. Por ejemplo, los productos de primera necesidad y las empresas de servicios públicos son sectores populares en las estrategias de renta variable de baja volatilidad y alto dividendo. Sin embargo, su gran cantidad de emisiones de deuda significan que esto ya no puede darse por sentado. Invertir en una cesta únicamente de empresas no cíclicas podría exponer a los inversores a más riesgo, no menos.

¿Es hora de vengarse por las recompras de acciones?

Otra tendencia importante de las empresas en la última década ha sido el aumento de los pagos a los accionistas mediante dividendos y, sobre todo en los Estados Unidos, la recompra de acciones. Desde la perspectiva del inversor de renta variable, la recompra tiene al menos dos consecuencias inmediatas: 

  • Reduce el número de acciones en circulación, lo que proporciona un aumento de los beneficios por acción. Bank of America calcula que, desde 2013, las recompras netas han contribuido al 15% del crecimiento de las ganancias del mercado de valores de los Estados Unidos.
  • Inyecta una fuente adicional de demanda de las acciones de la compañía, esta demanda más alta puede presionar al alza el precio de las acciones.

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Desde la perspectiva del inversor en deuda, las recompras son negativas. Estas reducen la cantidad de capital social en los balances de las empresas, lo que significa que hay menos margen de maniobra ante imprevistos que permita proteger a los tenedores de deuda ante pérdidas. En el pico alcanzado en 2017, 150.000 millones de dólares, o el 34% de las recompras estadounidenses, se financiaron con deuda, según datos de Goldman Sachs a 3 de diciembre de 2019.

Si bien se puede argumentar que pasar de las acciones a los bonos ha sido una opción racional dados los bajos tipos de interés, este comportamiento podría haber alcanzado ahora su límite natural, especialmente para las empresas más vulnerables. Puede sorprender a algunos inversores que, antes de 2004, la emisión de nuevas acciones generalmente superaba a las recompras. El endurecimiento de las políticas monetarias puede obligar a las empresas a recortar los pagos a los accionistas (discrecionales) y potencialmente emitir más acciones.

El sector de servicios públicos podría ser como un canario en una mina de carbón, que avisa del riesgo de gas. Desde 2013, las empresas de servicios públicos han emitido más acciones de las que han comprado, lo que va en contra de la tendencia general del mercado.

Cuidado con la deuda BBB

Otra área de vulnerabilidad de los mercados de crédito y de valores es el segmento con calificación BBB del mercado de bonos corporativos. Estas son las compañías de grado de inversión más vulnerables (high yield). Esta cuestión ha crecido en importancia a medida que el volumen de los bonos BBB ha aumentado sustancialmente. Actualmente representan más del 50% del mercado de bonos corporativos de grado de inversión de los Estados Unidos. El volumen potencial de las rebajas de calificación es significativo. Claramente, este no es el tipo de incertidumbre que los inversores esperan cuando compran estos bonos para obtener ingresos estables.

Cómo navegar en un entorno complicado

Los inversores, tanto de acciones como de bonos, se enfrentan ahora a una serie de problemas comunes, lo que sugiere que los dos mundos están, en cierta medida, convergiendo. Para navegar en este entorno complejo, creemos que los accionistas tendrán que adoptar más la perspectiva del balance de los analistas de crédito, poniendo menos atención al crecimiento de los beneficios. Del mismo modo, los tenedores de bonos tendrán que centrarse cada vez más en la viabilidad de los márgenes actuales y las ganancias futuras, en lugar de apoyarse en la frágil ayuda de la cobertura de altos intereses.

Las empresas que siguen llevando a cabo medidas que favorecen a las acciones, podrían poner bajo presión a los inversores de sus bonos. Los diferenciales de crédito podrían aumentar a medida que aumente el riesgo de impago y de rebaja de la calificación crediticia. Por el contrario, las empresas que emprenden acciones que dan prioridad a los tenedores de bonos probablemente sean menos generosas a la hora de distribuir efectivo a los accionistas.

Los inversores tienen tendencia a considerar las inversiones en acciones y en crédito de forma aislada, separadas unas de otras. Sin embargo, esto ya no es apropiado (si es que alguna vez lo fue). A medida que los ciclos económicos y crediticios entran en sus últimas etapas, sus mundos convergen, pero sus intereses divergen.

Tribuna de Kristjan Mee, analista de Schroders

La transición hacia un enfoque rentabilidad–riesgo–impacto en los fondos de inversión

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Pixabay CC0 Public Domain. La transición hacia un enfoque rentabilidad – riesgo – impacto en los fondos de inversión

En septiembre de 2015, fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible con el objetivo de eliminar la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia y poner freno al cambio climático, entre otros, para conseguir un desarrollo mundial sostenible.

La Agenda incluye 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con el objetivo de promover la cooperación entre naciones y corporaciones y de movilizar y concienciar a la totalidad de la sociedad de la importancia de lograr las metas comunes y así garantizar un mundo más sostenible para las próximas generaciones. Estos ODS pretenden abordar los grandes retos globales, desde la lucha contra la pobreza o el cambio climático hasta la educación, la salud, la igualdad de género, la paz o las ciudades sostenibles. Y cada ODS incluye diferentes metas (en total 169) que contribuyen al cumplimiento del objetivo.

Pero para alcanzar un impacto real, no solo se debe implicar las instituciones, sino también a empresas e individuos – por ejemplo, mediante un consumo responsable -. El sector financiero y en particular los fondos de inversión no son ajenos a esa realidad, de hecho, deben financiar y respaldar el cambio necesario.

¿Cómo podemos influir en los ODS desde la gestión de fondos de inversión?

En sus inicios, las estrategias ISR se focalizaron exclusivamente en la exclusión de ciertas compañías o sectores de sus universos de inversión por el hecho, principalmente, de que su negocio estaba relacionado con actividades como, por ejemplo, el tabaco, el armamento o el juego. Durante los últimos años, la tendencia por parte de la comunidad inversora a la hora de acometer inversiones ha sido dar un paso más e incluir factores extra financieros en la definición de sus universos y procesos de inversión, como por ejemplo la consideración de factores ASG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo). Siguiendo esta misma línea, los ODS ofrecen la oportunidad de añadir indicadores no financieros para evaluar las externalidades positivas o negativas de nuestras inversiones, además de potenciar el diálogo con las empresas cotizadas en aras de influir estratégicamente en sus planes de negocio.

No hay que olvidar que la inversión responsable no está reñida en ningún caso con la rentabilidad, sino más bien todo lo contrario, como ya demuestran numerosos estudios. Y es que reducir riesgos (regulatorios, reputacionales, etc.) necesariamente nos debe conducir a compañías mejor gestionadas, con unos costes de capital menores, lo cual facilita entre otros el acceso a recursos de forma más eficiente.

Por este motivo en los próximos años será una constante la proliferación de fondos que incluyan los ODS en su política de inversión a través del lanzamiento de nuevos fondos, el cambio de política de los existentes o la inclusión de métricas no financieras que reporten el impacto en los ODS. La transición desde el tradicional binomio rentabilidad-riesgo hacia un enfoque rentabilidad-riesgo-impacto es ya una realidad.

En este sentido, las gestoras deben ayudar a empoderar al inversor particular y, en su misión fiduciaria, no cabe sino aumentar el diálogo con las empresas en las que se invierte, estableciendo un compromiso accionarial que vaya más allá de la mera retribución. Los ODS permiten a gestores y analistas aumentar la convicción en las empresas en que se invierte, mediante el análisis exhaustivo de indicadores clave de cada una de las submetas recogidas en los propios ODS. Porque si hoy en día la valoración de una compañía se establece principalmente en base a activos intangibles, ¿por qué no analizar aspectos claves de los grupos de interés y como éstos impactan en la empresa? Sólo así podremos anticipar riesgos potenciales y detectar también oportunidades de inversión.

Por todo ello la integración de factores ASG debe permitir establecer algún tipo de rating cualitativo que complemente al scoring habitual basado en métricas financieras.

El respaldo europeo a la inversión sostenible

Recientemente la Comisión Europea ha presentado el ambicioso “green deal” o pacto verde para Europa: un paquete legislativo, que incluye muchas medidas distintas, con el que pretende transformar radicalmente su economía para lograr que Europa sea el primer continente climáticamente neutral para el año 2050. La Comisión ha estimado que alcanzar los objetivos de la Agenda 2030 requerirá una inversión anual adicional de 260.000 millones de euros, alrededor del 1,5% del PIB de 2018. Este flujo de inversión deberá mantenerse (y previsiblemente incrementarse) en los próximos años.

La magnitud del desafío requiere, por lo tanto, movilizar tantos recursos públicos como privados. Una de las claves principales radica en la implicación del sector privado, al cual se le invita a tomar las riendas y fomentar la consecución de los ODS en sus respectivas áreas de actuación y entre sus principales grupos de interés para contribuir de forma activa en este proceso de transformación. Además de exigirle responsabilidad, también se le ofrecen oportunidades para desarrollar sus respectivos negocios.

Y en todo este ecosistema, las gestoras podemos y debemos contribuir activamente y tomando las riendas para conseguir estas metas.

Tribuna Xavier Fàbregas, director Caja Ingenieros Gestión

El Mirabaud Emerging Markets Fixed Maturity 2025 reabre para nuevas suscripciones con una TIR bruta del 3,9% en euros

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El Mirabaud Emerging Markets Fixed Maturity 2025 reabre para nuevas suscripciones con una TIR bruta del 3,9% en euros
Pixabay CC0 Public Domain. El Mirabaud Emerging Markets Fixed Maturity 2025 reabre para nuevas suscripciones con una TIR bruta del 3,9% en euros

Si 2019 ha sido un año muy interesante para la deuda emergente, 2020 no lo va a ser menos. De hecho, en un mercado en el que los tipos de interés plantean un escenario complejo, vemos cómo el segmento de la deuda emergente denominada en euros mantiene su crecimiento. Según las previsiones del FMI, este ejercicio también crecerá el mercado global de emergentes, concretamente un 4,7%, por encima del 4,1% del año pasado y del 2% de media de los países desarrollados.

Tenemos así un entorno de inversión altamente resiliente en el que prevemos un importante aumento del número de emisores y atractivos rendimientos durante los próximos años. En este hábitat favorable, y tras el éxito que nuestro Fixed Maturity 2025 Fund en euros obtuvo tras su lanzamiento el pasado 25 de octubre, ofrecemos nuevas oportunidades de inversión en este mercado pujante con la reapertura del fondo el próximo marzo.

El gran apetito que hemos detectado en el mercado por esta clase de activo a vencimiento fijo ante lo limitado que fue su periodo de comercialización (de apenas un mes) ha sido uno de los motivos de tomar esta decisión estratégica en relación al Mirabaud Emerging Markets 2025 Fixed Maturity Fund en euros.

Una decisión refrendada, además, por los estudios exhaustivos que el equipo de gestores y analistas del fondo, liderado por Daniel Moreno, ha realizado sobre el entorno de renta fija en mercados emergentes. A lo expuesto previamente, se suma un contexto clave: el crecimiento de la deuda emergente es el reflejo real del crecimiento económico y, mientras este continúe, la deuda emergente seguirá avanzando. En emergentes, el crecimiento económico todavía es mucho mayor que el de la deuda, y esto hace que la solvencia y los riesgos de crédito, de media, permanezcan bastante bajos.

El Mirabaud Emerging Markets 2025 Fixed Maturity Fund denominado en euros se gestiona con un enfoque buy and hold a vencimiento fijo, y se construye sobre las mejores ideas de inversión en deuda emergente, con más de 50 emisores y 30 países diferentes. Está, además, muy diversificado en cuanto a tipología de bonos: corporativos (59%), soberanos (25%) y cuasi-soberanos (16%).

Con esas premisas, y el magnífico momento por el que atraviesan los mercados emergentes, contamos para esta estrategia con una TIR bruta estimada del 3,9% y un cupón estimado del 4% en euros, tras descontar los costes de cobertura. La calidad crediticia de la cartera es BB-. Su vencimiento medio es de 4,5 años, lo que se traduce en una duración de 3,2 años; un período que no es demasiado corto y que consideramos ideal para invertir en deuda emergente, sobre todo en este momento.

Al configurar nuestras carteras de deuda emergente, en Mirabaud defendemos una toma de decisiones flexible y de convicción, porque creemos que es el único modo de aprovechar las oportunidades existentes y obtener el máximo rendimiento en cada momento del ciclo de mercado, por complicado que este sea. 

En este sentido, y centrándonos en el Mirabaud Emerging Markets 2025 Fixed Maturity Fund en euros, existen distintas ventajas invirtiendo con un enfoque buy and hold a vencimiento fijo en el actual momento de mercado. Una de ellas es que se reducen los costes por operaciones frente a los de los bonos individuales y los fondos tradicionales. Por otro lado, casi eliminamos el riesgo de liquidez, que, en la actualidad, es un factor que está teniendo un efecto considerable tanto en el retorno como en el riesgo.

El fondo abrirá sus puertas a nuevos inversores el próximo 2 de marzo, con un periodo de comercialización que concluirá el 27 de ese mes.

Tribuna de Elena Villalba, directora general de Mirabaud Asset Management para la Península Ibérica y Latinoamérica

El círculo vicioso en el que estamos…

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Foto: NeedPix CC0. Rueda

En la creación del presupuesto anual, tener correctos los supuestos macroeconómicos es de vital importancia. Es un tema del que ya he hablado en otras ocasiones, y que me gustaría retomar este mes.

Cuando se publicaron los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) en septiembre 2019 en México, hubo una serie de críticas respecto a que algunos supuestos macro eran demasiado optimistas. ¿Fueron infundadas estas críticas? Ya entrados en 2020, ¿siguen siendo realistas las metas que propuso el gobierno? En la Gráfica 1 podemos ver los supuestos y los pronósticos actuales.

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1. Menor crecimiento del PIB

A finales del año pasado, el crecimiento estimado para 2020 era de 1,40%. Sin embargo, este estimado ha ido a la baja por temas locales y globales. Específicamente, si no se logra contener en tiempo y forma la pandemia de coronavirus, podríamos ver cifras de crecimiento aún más deprimidas. Asimismo, si no se logra reactivar la inversión y la construcción en el país, podríamos enfrentarnos a un año similar al 2019.

Actualmente, el pronóstico de crecimiento bajó de 1,4% a 1%, sin embargo, ya hay analistas que tienen su estimado alrededor del 0,5%. Esto obviamente impacta en las finanzas públicas: menor crecimiento, menor recaudación. De hecho, por cada 0.5% menos de crecimiento, se estima que se dejará de recaudar alrededor de 17.247 millones de pesos. Es decir, si el crecimiento termina en 0,5% como lo estiman algunos analistas, el agujero en ingresos por esta cuestión sería de 51.741 mns. de pesos.

2. Producción de petróleo y precio de la mezcla

La producción de petróleo es el gran tema. El gobierno se ha ufanado de que logró detener la caída de la producción, lo cual es cierto, pero no ha ahondado en cómo lo ha hecho. Veamos los datos. En esencia hay 3 grandes zonas petroleras en el país: 1) Cuencas del sureste (por mucho la más productiva, equivalente al 95% de la producción); 2) Tampico-Misantla (4% de la producción); 3) Veracruz (1%).

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En la gráfica 2 vemos que efectivamente la producción detuvo su caída, pero ¿de dónde viene la producción extra que ha logrado contrarrestar los efectos de la caída en producción de Cantarell y Ku-Maloob-Zaap? Lo ideal sería que de nuevos pozos, pero la respuesta no es esa.

De los 200 campos activos que existían en el país a finales de 2019, solo 8 eran nuevos. Esos 8 nuevos campos (divididos entre la zona de Cuencas y Tampico-Misantla) aportaron 16,4 Mbd, es decir, prácticamente nada (menos del 1% de la producción a cierre de diciembre). Entonces, la producción extra debió venir de la sobreexplotación de los campos existentes, incluido Cantarell (Gráfica 3).

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¿Qué tan sostenible es esto? No mucho. El incremento en producción debe venir de la exploración de nuevos campos, y no de la sobreexplotación de los existentes.

En este sentido, la meta de 1.951 Mbd para 2020 es prácticamente imposible. De seguir con la misma estrategia, es probable que la producción se mantenga sin muchos cambios durante 2020, lo que implicaría que los estimados de los CGPE se quedarían cortos por alrededor de 200 Mbd. Esto implica un agujero en las finanzas públicas de 65.188 millones de pesos.

Ahora bien, respecto al precio del petróleo, actualmente se estima en 45 dólares por barril. Sin embargo, hay que recordar que la cobertura hecha para 2020 fue a un precio de 49 dólares (mismo que el presupuestado en los CGPE), por lo que se podría ejercer, y no habría un impacto para las finanzas públicas.

3. El tipo de cambio podría apreciarse.

Según fuentes cercanas al presidente podemos afirmar que hay dos cosas a las que teme y quiere evitar a toda costa: 1) perder el grado de inversión; 2) una depreciación fuerte del tipo de cambio.

Hasta ahorita una serie de factores externos (debilidad del dólar más que nada) ha ayudado a que el tipo de cambio se aprecie. Sin embargo, ¿esto es realmente positivo para las finanzas públicas? La respuesta es no. Un tipo de cambio depreciado ayuda a la recaudación a través de la venta de petróleo. Se estima que por cada 0,10 de dólar que se aprecie el tipo de cambio, se dejará de recaudar alrededor de 3.419 millones de pesos.

Entonces, con una FED ligeramente más acomodaticia por temas de crecimiento, esto podría implicar recortes extras a la tasa de interés, debilitando el dólar aún más (esto fortalecería al peso). Si bien este aún no es el caso base (pues se cree que la debilidad por el coronavirus será transitoria), es un riesgo que hay que tener presente.

Por lo pronto, a los niveles actuales (18,60 pesos por dólar), existe una apreciación de 1,30 respecto a los CGPE, lo que implica un agujero en la recaudación de 44.447 millones de pesos.

Juntando los 3 efectos mencionados, la recaudación para este año se podría ver afectada en 161.376 millones de pesos (Gráfica 4).

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Ahora bien, para estabilizar los ingresos se cuenta con el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), sin embargo, el año pasado se usó cerca de la mitad del FEIP, y su saldo a cierre de diciembre era de 158.500 millones de pesos (Gráfica 5), es decir, prácticamente el agujero en el presupuesto que esperamos para 2020.

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¿Qué es lo que hará el gobierno, acabarse el FEIP o hacer recortes al gasto? Creo que acabarse el FEIP mandaría una señal negativa al mercado, una señal más simbólica que realista, pues el saldo remanente del FEIP realmente no es un buen estabilizador del ingreso en casos extremos (como lo es, por ejemplo, el fondo soberano de Noruega, cuyo saldo equivale a 3 veces el PIB noruego). Entonces, probablemente aplique una combinación de ambas: utilizar el FEIP hasta cierto monto, y el resto solventarlo vía recortes al gasto.

Esto me hace pensar en un círculo vicioso: Falta de crecimiento que disminuye los ingresos, que a su vez disminuye el gasto, que a su vez disminuye el crecimiento. Y todo vuelve a comenzar. ¿Estamos en un “estancamiento sostenible” propiciado en su mayoría por la dinámica gubernamental? Después de todo, si revisamos la composición del PIB, el porcentaje que ha decrecido fue el correspondiente al sector gubernamental, mientras que el sector privado el año pasado creció, poco, pero lo hizo.

Por suerte, no tendremos que esperar mucho para ver cuál será el rumbo que tome el gobierno. A principios de abril publicarán los precriterios de política económica, que en esencia son el borrador de los CGPE para 2021 e incluyen una actualización de los supuestos macro para cierre de 2020. Ahí veremos si están corrigiendo el rumbo, o si podemos esperar un 2020 muy similar al 2019.

Columna de Franklin Templeton México, escrita por Luis Gonzali, CFA. Estratega de Renta Fija

En 5 años, los activos del SAR crecieron 26% en dólares. Sin soluciones aún para los “no registrados”

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Foto: PxHere CC0. A in

El lustro 2015-2019 fue especialmente difícil para el sistema de pensiones. El SAR sufrió reveses por las alzas verticales de las tasas “largas”, la devaluación del peso, y el repunte de la inflación, principalmente. Beneficiados por la moderación de las variables en los últimos trece meses, los activos netos del sistema crecieron 66,66% en el ciclo, con promedio anual de 13,33%. Dos miradas necesarias:

Descontando el 20,82% de inflación acumulada entre enero de 2015 y noviembre de 2019, el aumento de los activos fue de 37,93% en términos reales.

En dólares, los activos subieron 25,7%, con promedio anual de 5,14%. Pudo haber sido peor, pues entre junio de 2014 y enero de 2017 el tipo de cambio subió 70%. El sistema es vulnerable a las vicisitudes cambiaras; si los parámetros de inversión en activos internacionales se ampliaran, podría resentir menos la devaluación de la moneda.

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¿Cuánto cambiaron los activos netos en cada Afore?

  • Véase la tabla siguiente, ordenada por porcentaje de aumento. Las cinco primeras gestoras ganaron participación. Diríase que Sura la mantuvo y XXI Banorte dejó algo en el camino.
  • La participación de Azteca se duplicó, a 2,75%. En diciembre de 2014 el monto de sus activos no era ni un tercio de los de Inbursa; de mantener el ritmo, pronto dejaría a ésta el último lugar que ha ocupado por años.
  • Meritorio el crecimiento superior a 100% de PensionISSSTE, Coppel y Profuturo.
  • Invercap, Inbursa y Principal perdieron peso notorio. El incremento de sus activos fue inferior a 5% anual promedio, menos de lo que hubieran logrado por puras aportaciones si hubiesen mantenido el número de cuentas, e incluso sin afiliados nuevos. El rezago de Invercap fue consecuencia de flujos netos (entradas menos salidas) muy bajos, de 4,081 millones de pesos; el de Inbursa y Principal, de retiros netos de 7,077 y 21,215 millones de pesos, respectivamente. El caso de Principal es llamativo: perdió participación pese a sumar los 70.159 millones de pesos de Metlife.

rueda 2

Los “no registrados”, uno de los grandes pendientes del SAR

Desde el origen no hubo regulación ni soluciones o propuestas correctivas para registrar a millones de trabajadores, tampoco para encauzar a quienes se incorporan a la vida productiva. La proporción de registrados subió marginalmente pero los “no registrados” son más: eran 16,7 millones en 2014; son ya 19,2 millones al inicio de 2020. En alguna nota apunté que en Chile no hay tal problema porque el trabajador estipula la AFP al firmar su contrato laboral. En México, la tarea se deja a administradoras y (des)interesados. Es costosa y difícil.

Los “no registrados” se distribuyen y redistribuyen en función de la rentabilidad (criterio ya ampliado), que es el atractivo de quienes se cambian por motu proprio.

  • XXI Banorte perdió la mitad de trabajadores, todos los que tenía asignados y poco más.
  • El incremento de Azteca se debe a que en 2018 ganó la licitación para administrar 8,1 millones de cuentas por tres años. Consar describe el hecho así, para quien pueda entenderlo: “…se llevó a cabo un proceso masivo de asignación de cuentas a la Prestadora de Servicios (cuentas de trabajadores asignados con recursos depositados en Banco de México), lo que provocó un incremento considerable en el total de cuenta.
  • Resaltan los casos de Principal e Invercap, que perdieron el 36% y 34% de trabajadores. Principal cedió al 87% de los distribuidos; Invercap, a la totalidad, y fue dejada además por 400 mil registrados.
  • Casos paradigmáticos los de Coppel e Inbursa, que en 2015 contaban con el 100% de registrados y en 2019 seguían con cifras altas: 94% y 99%, respectivamente. La cuestión es que Coppel casi duplicó sus clientes mientras que Inbursa perdió 9,6%. Previo a la asignación masiva, Azteca tenía también solo a registrados. PensionISSSTE, como Coppel, se favoreció de su buena racha de rendimientos para multiplicar sus cuentas.
  • Sin el caso extraordinario de Azteca, las de mayor incremento fueron Coppel, 73,6% y PensionISSSTE, 62,9%.
  • La más baja proporción de cuentas registradas es de Sura, con 56%. Sigue sumando con las distribuciones. Exceptuando, claro, a Azteca, cuyo 33,2% se explica párrafos arriba.

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A inicio de 2014 las expectativas de la economía se describían favorables. Los pronosticadores fallaron. El fiasco de la reconversión del sector energético, el desplome del precio del crudo, la irrupción de Trump, y diversos males internos fueron mazazos duros. A inicio de 2020 todos se empeñan en augurar que el nuevo ciclo será difícil. En ese entorno transitará el sistema de pensiones, con sus reformas impostergables. Ojalá se amplíe el régimen de inversión, para potenciar rentabilidad, aprovechar oportunidades externas y cubrir adversidades.

Columna de Arturo Rueda

Perspectiva para 2020: más allá de las oportunidades habituales

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CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Josh Calabrese. Foto: Josh Calabrese

De cara a 2020, el crecimiento económico mundial parece suficientemente sólido para evitar una recesión, pero también parece estar ralentizándose lo suficiente como para llevar a muchos gobiernos a desplegar programas de estímulo fiscal. Si bien la economía estadounidense sigue contando con el respaldo de un consumo sólido y China se está estabilizando con estímulos mínimos, creemos que los ámbitos más atractivos trascienden los habituales: Las oportunidades para 2020 parecen centrarse en regiones como Japón y el Reino Unido, que carecen del favor de los inversores desde hace años.

Estados Unidos: crecimiento lento y estable

El consumo en Estados Unidos goza de buena salud, pues el país genera empleo y los salarios suben con fuerza, en especial, en puestos con salarios menores que deben ocuparse a escala local, por ejemplo, en los ámbitos del ocio, la atención sanitaria y la asistencia social. Los hogares, que en la actualidad poseen más acciones de compañías cotizadas que nunca por los bajos tipos de interés que ofrecen los bancos, también están experimentando un efecto patrimonial positivo por la fuerte alza del S&P500 durante 2019.

La demanda de viviendas también está repuntando. Al descender los tipos de las hipotecas a 30 años más de 100 puntos básicos (pb) en los últimos 12 meses, la demanda de dichos préstamos ha crecido significativamente (Gráfico 1). Cuando se compra una casa, también se adquieren muebles y demás bienes y servicios conexos, lo cual refuerza en mayor medida el consumo y el crecimiento.

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El eslabón más débil en Estados Unidos ha sido la inversión en inmovilizado, lastrada por la incertidumbre relativa a la cuestión de los aranceles y demás obstáculos idiosincráticos. Sin embargo, de cara a 2020, percibimos diversos factores que podrían rebajar estas presiones:

  • Las inversiones relacionadas con el petróleo cayeron por el debilitamiento de los precios en 2018. Al cierre de 2019, pensábamos que los precios del petróleo se habían estabilizado, por lo que debería reducirse el peso que este factor ejerce sobre la economía. Se trata de un elemento aparte con respecto a las presiones al alza sobre los precios del petróleo derivadas de las tensiones geopolíticas a comienzos de 2020.
  • La inversión en bienes de equipo se paralizó por el desplome de las inversiones en aeronaves, después de que dos accidentes con aviones Boeing 737 Max conllevaran una paralización de la producción. Es de esperar que la estabilización de la inversión en aeronaves devuelva el conjunto de las inversiones en bienes de equipo a terreno positivo.
  • La inversión en propiedad intelectual está saliendo bien parada del alza en el segmento tecnológico de la economía.

Al combinar estas observaciones con la madurez del capital social estadounidense y las dotaciones temporales que todavía pueden utilizarse para consignar plenamente como gasto las inversiones en inmovilizado a corto plazo, auguramos que la inversión no residencial permanecerá constante o aumentará moderadamente en 2020. Es probable que el último componente del PIB estadounidense, el gasto público, permanezca relativamente plano, aumentando las partidas de defensa.

El efecto neto de estos factores es un crecimiento positivo, si bien lento, de Estados Unidos. Nuestro modelo, que se remonta a 2004, nos indica un supuesto de referencia de crecimiento de los BPA en 2020 del 5,5% (Gráfico 2). La estimación se basa en una previsión de crecimiento del PIB del 2,1% y de crecimiento de las recompras de acciones del 3,5%. Se desvía significativamente de las estimaciones de consenso sobre crecimiento de los BPA, del 9,8%. Incluso nuestro supuesto alcista indica un crecimiento de los BPA de tan solo el 8,0%. Esta discrepancia sugiere una importante decepción entre los inversores que esperan que el crecimiento de los beneficios vaya en línea con las estimaciones de consenso que descuentan las ratios actuales de precio-beneficios.

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China: control de los estímulos para mantener la estabilidad

Si bien la ralentización de China indica la necesidad de adoptar estímulos, la política de su gobierno se ha centrado en pasar de inversiones indiscriminadas a un crecimiento de mayor calidad.

Con el fin de equilibrar estos factores contrapuestos, es posible que China continúe aplicando estímulos controlados que permitan que la economía siga creciendo a un ritmo moderado, pero no mucho más rápidamente.

En noviembre, el Banco Popular de China rebajó inesperadamente 5 pb el tipo de los mecanismos de crédito a un año (medio plazo), lanzó una repo inversa de siete días con la que rebajó su tipo al 2,5% por primera vez desde 2015 y posteriormente redujo sus tipos de préstamo a uno y cinco años. En enero, dicho banco central prosiguió con sus estímulos inyectando 115.000 millones de USD en el sistema financiero del país (1). Prevemos que el Banco Popular de China mantendrá su cauta moderación monetaria.

En términos fiscales, dos años de desapalancamiento del sector público han brindado a China margen para incrementar los estímulos y posteriormente establecer una cuota razonable de emisión de bonos, lo cual le otorga las herramientas necesarias para mantener el crecimiento. Sin embargo, ante la mejora de los datos de PMI, la aceleración del sector de servicios y que la actividad manufacturera se expandiera en noviembre a su ritmo más rápido en tres años, el gobierno chino parece menos preocupado por que el crecimiento económico sea inferior al 6%.Asimismo, las tensiones comerciales han comenzado a moderarse, tal y como pone de manifiesto el repunte de las importaciones chinas en los últimos meses (Gráfico 3). Por tanto, en definitiva, es probable que solo asistamos a estímulos fiscales específicos acompañados por más reformas estructurales.

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Resto del mundo: otro viraje hacia la política fiscal (2)

Las expectativas de ralentización del crecimiento en las dos mayores economías están impulsando al fin estímulos fiscales significativos a modo de respuesta, si bien proceden de ámbitos que los inversores podrían no esperar habitualmente:  

  • Japón: estímulos fiscales por valor de 120.000 millones de dólares (en torno al 1,9% del PIB) durante 15 meses
  • Alemania: en vista de un amplio superávit presupuestario, el nuevo gobierno se está planteando estímulos fiscales por encima del paquete climático, anunciado recientemente, valorado en 60.000 millones de dólares, quese suma al Acuerdo Verde Europeo, que prevé más de 100.000 millones de dólares en inversiones específicas
  • Reino Unido: planes para adoptar estímulos fiscales de entre el 1,2% y el 2,4% del PIB a partir de 2020 con el fin de contribuir a que la economía se recupere del lastre que ha supuesto la incertidumbre en torno a la salida de la Unión Europea
  • Corea del Sur: presupuesto más expansivo desde 2008-2009, en torno al 1,9% del PIB
  • India: estímulos de 20.000 millones de dólares

Esperamos que estos paquetes de estímulos y otros similares impulsen el crecimiento global, incluso en ausencia de actuación de Estados Unidos y China.

Perspectiva: las acciones superan a los bonos…

La estabilización de los datos de manufacturas, la aceleración del crecimiento del crédito, cierto reabastecimiento de existencias en Asia y la moderación de las tensiones comerciales apuntan a fundamentales globales sólidos, con cierto potencial alcista, según el giro de políticas de estímulos monetarios a estímulos fiscales.

La renta variable, en general, parece más atractiva que los bonos. Los tipos de interés se encuentran en niveles tan bajos que parecen descontar una recesión y el posicionamiento en acciones permanece orientado a una evolución bajista. De hecho, las salidas de fondos minoristas de renta variable se encuentran en máximos, por encima de sus niveles de 2008, claro testimonio de percepción negativa (habitualmente, indicador positivo). Es posible que, a medida que comencemos a ver evidencias de crecimiento moderado, repunten las rentabilidades de los bonos, las acciones suban y los inversores roten de bonos a renta variable.

. . . en mercados con precios razonables

A pesar de la solidez de los fundamentales y el sentimiento negativo —lo cual implica la posibilidad de que se produzcan sorpresas positivas—, los inversores en acciones deberían ser cautos. Algunos mercados, incluidos Estados Unidos, India, Taiwán, Corea del Sur, Australia y el mundo en general, muestran valoraciones muy elevadas. Si nos fijamos en las ratios de precio-beneficios de 12 meses de todo el mundo, comprobamos que Estados Unidos se encuentra en el percentil 95, solo superado por Australia.

Como indicamos anteriormente, la ratio de Estados Unidos ilustra una previsión de crecimiento de los beneficios del 9%, que consideramos excesiva.

Otros mercados ofrecen un dato mejor. Numerosas de las regiones que ofrecen precios atractivos llevan tiempo sin contar con el favor de los inversores; es el caso de Europa, América Latina, Reino Unido, China, Europa oriental y, muy especialmente, Japón. El cuadro 4 muestra las implicaciones de nuestro posicionamiento en los principales mercados.

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Renta fija: perspectiva negativa para activos de larga duración

Los mercados de renta fija descuentan un crecimiento extremadamente lento, si no una recesión. Creemos que se trata de una reacción exagerada. En vista de que los bancos centrales están alejándose de unas políticas monetarias agresivas y los estímulos fiscales están reforzando el crecimiento, auguramos una presión al alza sobre las rentabilidades, lo cual resulta negativo para los efectos a plazo más largo. Mientras tanto, la probabilidad de mayor inflación en Estados Unidos está aumentando, impulsada por el alza de los salarios y los efectos residuales de las tensiones comerciales. 

Nos encontramos infraponderados en deuda soberana de mercados desarrollados; los bonos de alta calidad y duración larga son especialmente vulnerables. Nos encontramos sobreponderados en deuda de mercados emergentes. Dado que es probable que se pronuncie la curva de rentabilidades de Estados Unidos, las divisas de mercados emergentes son asequibles y la duración de la deuda en monedas fuertes es mayor que la duración de su homóloga en moneda local, también preferimos esta última frente a la deuda en monedas fuertes.

El Gráfico 5 muestra por qué.Las ratios de Sherman de estos bonos —la cuantía de ingresos por intereses que se genera con respecto al riesgo de tipos de interés que se asume o el incremento porcentual de los tipos que anularía la rentabilidad— favorecen claramente a la deuda de alta rentabilidad y la deuda soberana de la esfera emergente.

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Resumen: Un año para inversores exigentes

La situación de los fundamentales, decentes, pero no excepcionales, todo el mundo apunta a que 2020 será, en general, un año de crecimiento lento, pero sostenido. Sin embargo, la rentabilidad potencial en los diversos mercados difiere en gran medida por las circunstancias únicas de cada uno. Además, la primera semana de 2020 ha demostrado la capacidad de los acontecimientos, que los inversores no pueden prever, de influir en los mercados, elevar la volatilidad y, en el caso del aumento de las tensiones entre Estados Unidos e Irán, disparar los precios del petróleo y la demanda de activos refugio.

Nuestro proceso de inversión nos permite ajustar con flexibilidad nuestra asignación de activos en caso de prever que tales episodios se prolonguen en el tiempo, ya que nuestro objetivo es proteger las carteras de la volatilidad a la baja. También tenemos la opción de fijarnos en la que puede resultar ser volatilidad a corto plazo. En el momento de redactar este texto, mantenemos una exposición prudente a activos de riesgo y una exposición ligeramente más alta al oro, como cobertura frente al riesgo geopolítico, al tiempo que seguimos atentos a la evolución de los acontecimientos. Creemos que, según su atención vuelva a centrarse en los fundamentales subyacentes, los inversores encontrarán oportunidades especialmente atractivas en la renta variable japonesa y su homóloga británica (especialmente, acciones de compañías de mediana capitalización del Reino Unido) frente a la zona euro y Estados Unidos. En el seno de la renta fija, creemos que la deuda en moneda local de mercados emergentes ofrece oportunidades más atractivas que el crédito con grado de inversión y de alta rentabilidad o los bonos de duración larga.

 

Columna de Andrew Harmstone, es senior portfolio manager en el equipo Global Multi-Asset de Morgan Stanley Investment Management, donde dirige la estrategia Global Balanced Risk Control (GBaR).

 

Anotaciones:

(1) Fuente: Financial Times 5 de noviembre de 2019 y 2 de enero de 2020

(2) Fuente: Haver, FT, Morgan Stanley Research, MSIM a 6 de diciembre de 2019

(3) Fuente: Bloomberg, diciembre 2019

(4) Fuente: Reuters, 5 de diciembre 2019

 

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Los claroscuros de la balanza comercial de México

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Foto: PxHere CC0. Los claro oscuros de la balanza comercial de México

Durante 2019 la economía mexicana registró un superávit en la balanza comercial de 5.820,3 millones de dólares, lo cual significa que entraron más dólares de los que salieron por motivos comerciales. El último año en que México había registrado un superávit comercial fue 2012, que ascendió a 18 millones de dólares. Si analiza uno las causas del superávit comercial, la noticia no es tan favorable, se trata de un claro oscuro de la economía.

Las ventas al exterior no crecieron gran cosa, en 2019 las exportaciones totales aumentaron en 2,3%, que se compara desfavorablemente con el crecimiento de 10,1% de 2018. El menor dinamismo de las exportaciones se explica en buena medida por la reducción en las exportaciones petroleras (-15,1%) resultado de una baja en el precio de la mezcla mexicana del petróleo y la reducción de 6,7% en el volumen de exportaciones de crudo. 

De cada dólar que generan las exportaciones, solamente 5 centavos provienen del petróleo, su importancia como generador de divisas se ha disminuido sustancialmente. Las exportaciones no petroleras aumentaron en 3,6%, que también es menor del 8,9% que se registró en 2018. El sector más dinámico en las ventas al exterior fue el agropecuario, sus exportaciones crecieron en 9,7%, casi tres veces más que el año anterior, lo cual nos indica que la política agropecuaria debería enfocarse a fortalecer los cultivos que se exportan en lugar de estar buscando la autosuficiencia alimentaria.

Las exportaciones automotrices crecieron en 3,9%, una tercera parte de lo que habían registrado en 2018, como consecuencia de la desaceleración de dicho sector a nivel mundial.  Las exportaciones del resto de las manufacturas crecieron en 3,1%, la mitad que en 2018.

Como las exportaciones totales crecieron muy poco, el superávit comercial se debe más bien a una reducción de las importaciones, las cuales en 2019 disminuyeron en 1,9%.  La baja se debe a la reducción de 12,3% de las importaciones petroleras y a la contracción de 0,6% de las importaciones no petroleras.  Las menores importaciones petroleras se debieron a que el volumen de ventas de productos petrolíferos de Pemex disminuyó en 7,8%, el cual incluye el volumen de gasolinas que se contrajo en 5,7%

Las importaciones de bienes de capital disminuyeron un 8,9%, que es el resultado de la disminución en las inversiones. Mientras no haya inversión no se comprarán maquinaria y equipo, ni siquiera para reponer el que se va desgastando.  Las importaciones de bienes de consumo e intermedios no petroleros se mantuvieron casi estables, aumentaron 0,5%.

El dinamismo de las importaciones registrado en 2019, es un fiel reflejo de la falta de inversión en la economía y a la baja en los gastos de consumo de la población.  Las cifras son totalmente consistentes con la contracción en la producción de bienes y servicios de la economía, ya que el PIB de 2019 disminuyó en 0,1%.

Columna de Francisco Padilla Catalán

 

¿Cómo puntúan las compañías japonesas en ESG?

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Cómo puntúan las compañías japonesas en ESG?

A menudo se dice que Japón va a la zaga del resto del mundo desarrollado en lo que respecta a las prácticas corporativas ambientales, sociales y de buen gobierno (ESG). Si comparamos las calificaciones de sus empresas con las de otros países, podemos concluir que efectivamente es así. Sin embargo, un análisis más profundo muestra que esta no es la historia completa.

De los principales mercados de valores del mundo, Europa tiene un desempeño considerablemente mejor que los demás en lo que se refiere a las calificaciones de ESG, con la mayor proporción de empresas mejores en su clase y una proporción significativamente menor de empresas con calificaciones bajas. El sesgo positivo en la distribución de las calificaciones de las empresas europeas en materia de ESG puede explicarse por su compromiso de larga data con los asuntos de ESG. Por el contrario, hay una marcada escasez de empresas mejor calificadas en Japón, aunque su distribución general de calificaciones no es materialmente diferente de la de los Estados Unidos.

Desglosar individualmente los componentes de los factores ESG nos da una mayor comprensión de las diferencias entre las regiones. En el informe elaborado por SYZ AM podemos observar, por ejemplo, que las empresas japonesas tienen un desempeño similar al de las europeas en cuanto a sus prácticas sociales y ambientales, pero están muy por debajo de las empresas europeas y estadounidenses en cuanto al buen gobierno. La deficiente puntuación del Japón en materia de gobernanza tiene su origen en las prácticas históricamente diferentes de sus empresas en otras partes del mundo.

En general, el modelo japonés de gobierno corporativo se ha caracterizado históricamente por las fuertes relaciones industriales y laborales, el predominio de personas con información privilegiada y la falta de supervisión independiente, en detrimento de los intereses de los accionistas. Sin embargo, desde el final de la burbuja económica de los años noventa, estas características se han debilitado considerablemente debido a la presión de los inversores extranjeros y, más tarde, de los fondos de pensiones, que promueven modelos más favorables a los accionistas.

Todo esto hace que la gobernanza empresarial japonesa esté avanzando en la dirección correcta, con una creciente independencia de la junta directiva, participaciones cruzadas en una tendencia descendente de 30 años y un aumento de los beneficios para los accionistas. Pero a pesar de estas mejoras, todavía hay mucho por hacer. Es más, a pesar de los progresos realizados en los últimos años, o tal vez debido a ellos, el impulso de las mejoras parece estar disminuyendo. La proporción de miembros independientes de la junta directiva parece estar estabilizándose en un tercio, y después de un largo período de importante desarrollo, la participación cruzada ha ido disminuyendo a un ritmo algo más lento en los últimos años.

El enfoque de gobierno corporativo orientado a las partes interesadas frecuentemente utilizado en Japón ha hecho que sus empresas obtengan una mala puntuación en las matrices orientadas a los accionistas que examinan la composición y la supervisión de las juntas, la distribución de dividendos para los accionistas, la propiedad y el control. Además, a pesar de que las reformas han sido eficaces, las prácticas siguen estando a la zaga de las de otros países industrializados. Para los inversores, los datos de buen gobierno pueden ayudar a calibrar la calidad de la gestión y la supervisión de la misma. Una buena supervisión puede ayudar a reducir el riesgo, y alinear los intereses de los accionistas y del gobierno corporativo puede mejorar los rendimientos.

En lo que respecta a las cuestiones ambientales, la cuestión más importante es el cambio climático y la inminente introducción del precio del carbono, que tendrá un importante impacto financiero en algunas empresas. Por lo tanto, es importante tener en cuenta estas cuestiones en el análisis y ajustar las valoraciones en consecuencia. Esto evita que los reglamentos se equivoquen y reduce el riesgo.  

En la esfera social, aparte de las cuestiones sociales universales de los derechos humanos, la gestión de la cadena de suministro y las repercusiones locales, la escasez de mano de obra de Japón, que está impulsada por el cambio demográfico, representa un importante desafío para las empresas.  En un mercado portuario altamente competitivo, el poder de negociación se traslada a los trabajadores, por lo que las mejoras en las condiciones de trabajo se han convertido en algo esencial en la lucha por el talento.

Tribuna de Joel Le Saux responsable de renta variable japonesas y gestor de carteras SYZ Asset Management.