La situación generada a consecuencia de la pandemia originada por la transmisión del COVID-19 es, sin duda, preocupante a todos los niveles: sanitario, económico, social… y a escala global.
En nuestro contexto europeo y español, y tras la aprobación del Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del COVID-19, tanto la Unión Europea como la Administración del Estado y de las Comunidades Autónomas, Instituciones y Organismos europeos, nacionales y autonómicos, entidades financieras, sociedades de garantía recíproca y otros organismos han iniciado ya el diseño y la implantación de programas y ayudas para contribuir a la liquidez de las empresas. Todos ellos están lanzando diferentes medidas y planes con la intención de minimizar en lo posible el impacto económico de esta crisis. En este contexto, se convierte en prioritario contribuir a la supervivencia a corto plazo del tejido empresarial y prever la situación con la que nos encontraremos «el día después».
En estas líneas pretendemos destacar unas primeras ideas de los programas y ayudas que a lo largo de próximas semanas debieran ir concretándose por todos estos actores. Esta nota tiene un carácter orientativo dado que en próximas semanas las administraciones, entidades financieras e instituciones irán definiendo con mayor detalle sus programas de actuación y nuevos organismos se sumarán a estas ayudas para el sostenimiento del tejido empresarial en el ámbito financiero.
El Gobierno de España, a través del mencionado decreto-ley, aprueba una línea de avales por cuenta del Estado para empresas y autónomos de hasta 100.000 millones de euros, que cubra tanto la renovación de préstamos como nueva financiación por parte de entidades de crédito, establecimientos financieros de crédito, entidades de dinero electrónico y entidades de pagos, para que empresas y autónomos puedan atender sus necesidades derivadas, entre otras, de la gestión de facturas, necesidad de circulante u otras necesidades de liquidez, incluyendo las derivadas de vencimientos de obligaciones financieras o tributarias, para facilitar el mantenimiento del empleo y paliar los efectos económicos de COVID-19.
Como complemento a la medida anterior, se permite ampliar la capacidad de endeudamiento neto del Instituto de Crédito Oficial en la Ley de Presupuestos del Estado en 10.000 millones de euros, para facilitar inmediatamente liquidez adicional a las empresas, especialmente a las pymes y a los autónomos, a través de las líneas de ICO de financiación ya existentes. Y con el fin de reforzar la liquidez de las empresas exportadoras, se refuerza la capacidad de CESCE para el aumento de las líneas de cobertura por importe de 2.000 millones de euros.
El Ministerio de Ciencia e Innovación lanzará, a través del CDTI, una serie de medidas urgentes para movilizar cerca de 500 millones de euros para pymes y midcaps con actividad en I+D+I. Estas medidas podrán ponerse en marcha, de manera inmediata, al ser aplicadas sobre los instrumentos CDTI ya en funcionamiento. El Estado apoyará, mediante la financiación del Instituto de Crédito Oficial (ICO) para las pymes, la compra y leasing de equipamiento y servicios para la digitalización y soluciones de teletrabajo, movilizando en los próximos dos años más de 200 millones de euros.
En el ámbito europeo, la Comisión Europea propuso el 17 de marzo a los Estados de la Unión Europea adoptar un «marco temporal» que les permitiría, de manera excepcional, canalizar ayudas en forma de ventajas fiscales, avales y préstamos públicos a empresas, y apoyos a la banca para hacer frente a la pandemia. En concreto, este marco permitiría cuatro tipos de ayudas: los gobiernos podrán conceder avales directos o beneficios fiscales por un valor de hasta 500.000 euros para las empresas que tengan problemas de liquidez. También podrán dar avales con tipos de interés inferiores a los de mercado para préstamos nuevos que las empresas, grandes o pymes, hayan solicitado como consecuencia del brote. En tercer lugar, podrán conceder directamente préstamos públicos o privados «subsidiados» a las empresas que lo necesiten. Y, por último, Bruselas propone permitir las ayudas públicas directas a la banca, de la que destaca «el importante papel» que jugarán para lidiar con los efectos económicos del COVID-19.
En cuanto a la entidades financieras, en los últimos dos días, la mayoría de las entidades bancarias españolas se han mostrado dispuestas a facilitar liquidez y financiación a las empresas. Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, Bankia y Abanca anunciaron programas de financiación y líneas de liquidez de crédito preconcedidas por un importe de aproximadamente 100.000 millones de euros. Entidades financieras como Kutxabank, Caja Laboral, Bankoa, Bankinter, etc., están trabajando en iniciativas que se sumarán a las aprobadas por el Gobierno con el objetivo de poder facilitar la financiación a empresas y autónomos.
Por otra parte, las sociedades de garantía recíproca tendrán, en el conjunto del Estado, un protagonismo especial para la canalización de toda la financiación que se pretende inyectar.
A este respecto, desde Norgestión queremos resaltar la relevancia que van a tomar las plataformas de tramitación online de ayudas. Con relación a la concesión de avales, las sociedades de garantía recíproca cuentan con la plataforma on-line www.conavalsi.com que posibilita la agilización de estos trámites frente a los métodos más tradicionales. Como hemos mencionado anteriormente, Elkargi, Sonagar y otras SGR como Avalis, Sogarpo y Garántia han dado forma a nuevas iniciativas a las que se sumarán próximamente otras entidades avalistas en el resto de España.
El resto de administraciones, comunidades autónomas, diputaciones, ayuntamientos, preparan, cada uno a su nivel, diferentes medidas y ayudas para contribuir a que, entre todos, vayamos poniendo los mimbres para recuperarnos lo ante posible. No queda otra. Ánimo.
Tribuna de José Antonio Barrena, director general de Norgestión
La pandemia global COVID -19 en pocas semanas ha alterado nuestra vida tal y como la conocíamos. Esto es cierto para nuestra población más joven que está adquiriendo su educación en línea desde sus casas; para los padres que ahora trabajan remotamente desde casa; y especialmente para aquellos que han dado positivo y se están recuperando o han perdido sus vidas por este enemigo invisible.
Mientras seguimos las noticias cada hora con gran preocupación y cierto pánico, tanto personas con seguros de vida como aquellas que consideraron asegurarse en algún momento, ahora temerosos por sus propias vidas y de la seguridad de sus familias, se preguntan: ¿Qué impacto podría tener el brote del coronavirus COVID-19 sobre mi póliza de seguro de vida o sigo siendo elegible para comprar una póliza de seguro de vida en medio de este caos?
Si ya tiene un seguro de vida…
Si ya tiene un seguro de vida, no tiene que preocuparse de que el coronavirus COVID-19 afecte su póliza existente. Sin embargo, si debe preocuparse de contraer el virus o de propagarlo. Por lo que, siga lavándose las manos y siga los consejos de los expertos sobre el distanciamiento social y los viajes restringidos.
Pero en el universo de preocupaciones introducidas por el coronavirus COVID-19, que incluye la caída de la bolsa de valores, los recursos limitados y una alarmante perspectiva económica, puede tachar la amenaza a su póliza de seguro de vida de su lista de preocupaciones.
En palabras de Ana Gómez, Presidenta de American Fidelity International Ltd.: “Una póliza de seguro de vida está diseñada para ofrecernos tranquilidad y brindar protección a nuestros seres queridos en el momento de nuestro fallecimiento. Nuestro portafolio de productos de seguros de vida están diseñados para ofrecer un beneficio a los beneficiarios designados en la póliza, en caso de fallecimiento del asegurado, incluso si el fallecimiento es ocasionado por un virus como el Coronavirus (2019-nCoV).”
Las pandemias globales no anulan su beneficio por fallecimiento, incluso si usted reside, trabaja o tiene la intención de viajar a los puntos críticos de COVID-19. El seguro de vida se suscribe antes de su emisión. Las condiciones de la póliza están garantizadas y ningún evento posterior puede alterarlas.
Aunque el coronavirus COVID-19 es una razón para preocuparse por su salud, definitivamente no es una razón para preocuparse por la salud de su póliza de seguro de vida. Incluso en el peor de los casos sus beneficiarios estarán protegidos.
Si está considerando comprar un seguro de vida…
Si está considerando adquirir una póliza de seguro de vida, tanto las compañías de seguros estadounidenses como las internacionales están aceptando nuevas solicitudes y aun podría solicutarla y obtener cobertura a través de una aseguradora de alta calificación con tarifas competitivas. Sin embargo, a medida que esta situación evoluciona, puede ser más difícil suscribirse bajo los mismos términos y en un plazo de tiempo razonable.
Hasta ahora, las tasas y condiciones siguen siendo las mismas específicamente para los productos de seguro de vida de término. Es importante señalar que los suscriptores establecen los términos de la póliza basándose en una evaluación de riesgos. Los factores que afectan a esta evaluación de riesgos incluyen su salud, estilo de vida y edad en relación con el promedio de vida actual.
La pandemia COVID-19 ha añadido incertidumbre a la ecuación de evaluación de riesgos, a lo que las compañías aseguradoras son adversas. Las principales aseguradoras ya han tomado medidas para reducir su exposición en medio de tanta incertidumbre.
La aseguradora Lincoln Financial Group (LNC) acaba de anunciar un período de espera de 30 días para las solicitudes presentadas por los aplicantes que han viajado a zonas «críticas » de la pandemia como China e Italia. American International Group (AIG) ha retenido de forma similar todas las solicitudes de viajeros recientes de zonas críticas hasta 30 días después de su regreso de los EE.UU. Otras compañías aseguradoras han añadido un breve cuestionario sobre el coronavirus COVID-19 a su aplicación.
Los residentes de América Latina o de los EE.UU. que estén considerando la compra de una nueva póliza de seguro de vida no deben esperar para contactar a su asesor de seguros antes de que la aceptación de nuevas solicitudes se cierre por completo.
LAS TRES PREGUNTAS MAS FRECUENTES…
Pregunta 1:
¿Mi póliza de seguro de vida cubre la muerte por una pandemia global como el nuevo coronavirus COVID-19?
Respuesta: Sí. No se aplican exclusiones por virus o pandemias globales. Las pólizas de seguro de vida existentes cubren a los beneficiarios incluso en caso de la muerte del titular de la póliza por una pandemia global como la COVID-19.
Pregunta 2:
No he visitado China, Europa u otro país fuertemente impactado por la pandemia del coronavirus COVID-19. ¿Puedo obtener un seguro de vida?
Respuesta: Absolutamente, pero debe actuar rápidamente ya que otras variables pueden afectar el proceso de evaluación de riesgo.
Pregunta 3:
¿La pandemia mundial de COVID-19 desmejorará la capacidad de mi aseguradora para pagar un reclamo?
Respuesta: No con una aseguradora altamente calificada y con solidez financiera. Las aseguradoras de alta calificación obtienen dichas calificaciones manteniendo reaseguro y una liquidez substancial, salvaguardando su capacidad de pagar sus responsabilidades por reclamaciones.
Pixabay CC0 Public Domain. Los metales preciosos están listos para un fuerte rebote
Los precios de las materias primas se han enfrentado a mucha volatilidad en los últimos meses. En principio, tuvieron que enfrentarse a un shock de la demanda (el coronavirus en China y su propagación en el extranjero), luego a un shock positivo de la oferta (la sobreproducción de la OPEP y Rusia). Ahora se producirá un shock negativo de la oferta debido a las paradas de las industrias de producción de materias primas que implican un procesamiento y una manipulación intensivas en mano de obra.
Son estas cuestiones logísticas y de producción las que comienzan a presionar ahora a los exportadores de materias primas en América del Sur. Algo que ocurre mientras China se recupera lentamente de la crisis y por lo tanto necesita importar más granos y carnes a medida que se normaliza la actividad. Sin embargo, vemos que cada vez más puertos de América del Sur y África se cierran por razones de seguridad. También las grandes empresas mineras de América del Sur, África e Indonesia comenzarán a trabajar con una capacidad reducida que reducirá la oferta introduciendo el riesgo de que China (el mayor consumidor de productos básicos) vuelva a los niveles normalizados y que los problemas de producción se mantengan en el resto del mundo.
Por su parte, el mercado de petróleo tiene que hacer frente a acumulaciones extremas de inventarios. En este contexto, la pregunta que cabe hacerse es cuándo se enfrentarán Rusia y Arabia Saudita a la realidad para decidir que su batalla no es una lucha en la que todos ganan. El actual exceso de oferta destruirá los planes de inversión y financiación a largo plazo de los productores de esquisto y las grandes petroleras, pero también pondrá precio a la demanda de energías renovables. Así que cuanto más tiempo permanezca el exceso de oferta a corto plazo, mayores serán las ganancias a largo plazo.
El gas natural sufrirá un contango extremo debido a la limitada capacidad de almacenamiento y a que las exportaciones de GNL se han detenido. Nuestro modelo de demanda de gas en EEUU refleja los patrones de demanda de los fines de semana, el suministro de gas asociado bajará lentamente pero esa respuesta ocurrirá a finales de este año.
Mientras tanto, los metales preciosos están listos para un fuerte rebote. Sí, el oro (precios en dólares) también se comportó peor que en las últimas semanas, principalmente porque los tipos nominales reaccionaron más rápido que los rendimientos reales y los fondos de cobertura y las economías emergentes se vieron obligados a liquidar el oro para tener liquidez en dólares. Pero una vez acabe la restricción de liquidez en divisa estadounidense. El metal preciosos experimentará una fuerte subida cuando veamos tipos negativos por parte de los bancos centrales, la llegada del dinero helicóptero, así como la expansión incontrolada de los balances de los gobiernos.
Pixabay CC0 Public Domain. Prevención ante el COVID-19: una crisis económica mundial sin precedentes
Muchas ciudades e instituciones de todo el mundo están anteponiendo la prevención a la producción, restringiendo actividades hasta marzo o más tarde para contener el virus. Las acciones locales y la prohibición federal de EE.UU. de viajar durante 30 días a/desde Europa y partes de Asia son conmociones económicas globales tremendas que traerán una gigantesca destrucción a corto plazo del lado de la oferta y la demanda.
Estas disrupciones son comparables o peores que las que se produjeron después del 11 de septiembre de 2001 y con la crisis financiera a finales de 2008. Sin embargo, esta conmoción y la recesión económica deben ser breves; sin guerras posteriores ni reparaciones prolongadas de los balances. El crecimiento del PIB debería repuntar con fuerza en la segunda mitad de 2020.
Además, pensamos que este choque económico será menos perjudicial para los beneficios del S&P que en recesiones pasadas; porque las perturbaciones de este shock de seguridad sanitaria se inclinan hacia los servicios en persona. Mientras, el S&P 500 se inclina hacia la economía virtual o los servicios electrónicos, como la tecnología, la comunicación y la venta minorista en internet; que son aproximadamente un tercio de los beneficios del S&P.
Los servicios virtuales y los esenciales de salud, bienes de consumo y servicios públicos son ahora cerca de la mitad de las ganancias del S&P. Aunque la industria manufacturera pesada y los servicios financieros siguen contribuyendo en gran medida a los ingresos, lo hacen mucho menos que en otro momento, la energía es minoritaria, y es poco probable que se produzca un aumento de los impagos de hipotecas y de las dificultades en el sistema financiero, como en 2008.
Recortes en las previsiones
Pronosticamos que el beneficio por acción (BPA) del S&P caerá alrededor del 10% respecto a los 164 dólares de 2019, hasta alcanzar los 150 dólares en 2020. Esperamos que el S&P del primer semestre baje entre un 15% y un 20% anual, seguido de ganancias planas en la segunda mitad del año. Nuestras estimaciones trimestrales del BPA del S&P son: 33+34+41+42 = 150 dólares. Introducimos el BPA del S&P estimado para 2021 de 171 dólares. Ajustando con unos tipos de interés más bajos, el precio del petróleo y las perspectivas de capex relacionadas, ahora estimamos el BPA del S&P normalizado de 2020 en 160-170 dólares.
Cuando ocurren recesiones, los inversores a largo plazo se centran en el BPA normalizado o de recuperación para medir las valoraciones, y también utilizan métricas como el BPA del S&P excluyendo los negativos. Aunque las ganancias negativas pueden amenazar con la quiebra en algunas empresas, no son perpetuas y enmascaran el poder de ganancias del índice. Prevemos grandes pérdidas en la primera mitad del año en aerolíneas, energía y hoteles, y caídas en las ganancias del sector minorista, automóviles, transporte, restaurantes y aviación. Muchas industrias recibirán liquidez del gobierno e indulgencia regulatoria y de los acreedores.
Durante las recesiones de 1982, 1991 y 2001, el BPA del S&P cayó cerca de un 20% desde su pico hasta su punto más bajo. Los descensos fueron liderados por caídas del 25-50% en energía, materiales e industrias. Las ganancias de los sectores de tecnología y consumo discrecional cayeron menos que los otros, aunque más que el promedio del S&P, pero sobre todo en hardware y automoción, que son partes mucho más pequeñas de estos dos sectores hoy en día. Excepto en 2008-2009, cuando el BPA cayó un 45% impulsado por el sector financiero, los ingresos de este, especialmente la banca, no suelen disminuir más que el promedio del índice.
Por otro lado, el S&P 500 descendió un 27% desde su pico de 3.386 del 19 de febrero hasta su reciente depresión de 2.480, una de las mayores caídas de su historia. Nuestra previsión es que volverá a sus mínimos a corto plazo, muy posiblemente más bajos, pero luego se negociará en un amplio rango de entre 2.500-3.000 hasta las elecciones estadounidenses. Nuestra estimación intrínseca de valor razonable para el S&P a finales de 2020 es de 3.150, nuestro objetivo de fin de año es de 3.100 y nuestro objetivo de 12 meses hasta finales de marzo de 2021 es de 3.200.
Incertidumbre y valoraciones
La viabilidad y la visibilidad de las estimaciones de las ganancias normalizadas serán cruciales para transitar este mercado. Nuestras preferencias sectoriales se inclinan hacia valoraciones atractivas donde tenemos más confianza en las estimaciones de ganancias normalizadas. Nuestra confianza se ve muy afectada en el sector industrial, el de materiales y el financiero y está destrozada en el energético.
Nuestra estimación de 150 dólares para el BPA del S&P en 2020 incluye solo 1 dólar de energía, cuando suele ser de aproximadamente 6. El sector de consumo discrecional -excluyendo las ventas por internet- y las aerolíneas dentro del industrial son los más afectados por este shock en los servicios prestados en persona. Aquí la incertidumbre es menor en cuanto a las ganancias normalizadas, pero más bien cuando se produzca un retorno a la normalidad. Es probable que las existencias del consumo discrecional sean las más sensibles a la evolución del virus a nivel nacional.
Regresar al trabajo será prioritario
Esperamos que el desempleo salte temporalmente, pero, siempre que las nuevas infecciones diarias se estabilicen en las próximas semanas, creemos que muchas empresas y empleados comenzarán a buscar formas seguras de regresar al trabajo con precauciones. Lavarse las manos frecuentemente, desinfectar las instalaciones, distanciarse, usar mascarillas y controlar la temperatura será la nueva norma. Pero no ir a trabajar es insostenible.
Tribuna de David Bianco, director de inversiones en América de DWS
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Pixabay CC0 Public DomainFoto: Benjamin Davies. Foto: Benjamin Davies
Los primeros datos de contagio por el coronavirus se dieron a conocer a finales de enero. En el epicentro de la enfermedad, Wuhan, la capital de la provincia de Hubei de China. Rápidamente comenzaron los primeros casos fuera del gigante asiático: antes de que finalizara el mes ya se habían reportado casos en Corea del Sur, Japón, Taiwán, Vietnam, Camboya, Tailandia, Malasia, India, Filipinas y Australia. Del corazón de Asia, se expandió a Europa y Estados Unidos. En la actualidad, la epidemia ya se ha extendido a todos los continentes y los países más afectados han establecido protocolos de contención.
El riesgo existe. Los mercados mundiales de renta variable iniciaron 2020 en condiciones ideales, con unos tipos de interés bajos y unos indicadores económicos de ciclo corto que habían tocado fondo. Los mercados se habían centrado sobre todo en la election put ―la idea de que la administración Trump no permitirá un desplome de los mercados antes de las elecciones― y en el enfoque de China en la estabilidad económica de cara a 2021. Los múltiplos subieron.
Luego, la mariposa batió sus alas y nos encontramos con el COVID-19, el nuevo coronavirus. El COVID-19 introdujo un riesgo mal gestionado por la política monetaria, la herramienta preferida en todo el mundo para la estabilidad económica. Junto con el virus, un shock de oferta empezó a expandirse desde China.
El COVID-19 parece muy contagioso, pero es relativamente leve comparado con virus como el ébola y el MERS, pero las pandemias traen sufrimiento y muerte y deben combatirse urgentemente. El control inmediato del COVID-19 es especialmente complejo, dado que muchas de sus víctimas no enferman o no lo hacen con la gravedad que permita identificarlas y aislarlas rápidamente.
Un virus más violento ―con el que la mayoría de contagiados enferman gravemente, como el MERS o incluso el SARS― podría ser más fácil de controlar y, por tanto, parece lógico que un virus con estas características pueda propagarse por todas partes. Al mismo tiempo, parece que el COVID-19 no supone una amenaza mortal para la mayoría de la gente. Lógicamente, se trata de una conjetura, puesto que no soy experto en virología o salud pública. Estamos muy atentos a la evolución de la crisis y modificaremos nuestro planteamiento en función de la situación.
Sin embargo, un virus que es nuevo y se expande a lo largo y ancho provoca pánico y volatilidad en los activos de los precios, al prestar riesgos imprevistos. Tenemos la tarea de gestionar una cartera de renta variable global dadas las circunstancias y, en momentos como este, estoy enormemente agradecido por nuestra plataforma de análisis global y nuestros recursos. Es un lujo contar con un ejército de expertos sectoriales en todo el mundo, por el debate enriquecedor que aportan.
Nuestro primer deber es actuar pronto. Hicimos movimientos para recoger liquidez de los componentes de riesgo de la cartera cuando el virus empezó a salir de China y el sudeste asiático y llegó a Europa. Esto nos permitirá reutilizar dicha liquidez en las mejores oportunidades cuando surjan. Incrementamos nuestros intercambios en mercados financieros y suministros públicos, que creemos que deberían comportarse ante el aumento de la volatilidad, y hemos reducido nuestro nivel de exposición a valores sensibles a los tipos de interés. Aunque es importante actuar con rapidez cuando cunde el pánico, la propia ventana de pánico suele ser breve antes de que los precios reflejan la situación y se mueven hacia extremos. Es obvio que estamos claramente más cerca de los extremos que hace un mes.
Estamos tratando de entender y evaluar el riesgo de que la reacción global al virus pueda provocar un evento de crédito. El desplome de los precios del petróleo y los aviones aparcados tendrán consecuencias en los flujos de caja y los balances. Los eventos de crédito son lo que provoca daños reales a los inversores en renta variable a medio plazo y estamos trabajando con nuestros analistas y gestores de carteras de renta variable y renta fija para evaluar y hacer un seguimiento de estos riesgos.
Es hora de usar nuestra imaginación y pensar en cómo estará el mundo dentro de un año. ¿Estaremos en cuarentena, ya no habrá tráfico aéreo y celebraremos nuestras reuniones a través de videoconferencia? Es una posibilidad extrema e improbable. En resumen, no creemos que el mundo haya entrado en un nuevo paradigma en el que no podamos viajar y reunirnos con otros, aunque el mercado pueda reflejar ese temor. Los viajes y las reuniones disminuirán considerablemente en los próximos seis meses más o menos, al igual que la actividad económica.
Dedicamos nuestro tiempo a encontrar oportunidades en acciones de gran calidad que generan valor, a través de nuestra plataforma de análisis. Hemos pedido a todos los analistas que se enfoquen en las dos o tres ideas que crean que pueden generar más valor económico de medio a largo plazo para nuestros clientes. Cómo ofrecer el mejor vehículo para que nuestros clientes conviertan las crisis en fuertes rentabilidades requiere un equilibrio de riesgo y rentabilidad, además de paciencia para medir nuestras decisiones.
Independientemente de la situación de incertidumbre actual, creemos que lo correcto es invertir en nuestras mejores ideas, asumiendo el hecho de que ello requiere tomar decisiones difíciles. El miedo a sufrir pérdidas es grande y puede llevar a tomar malas decisiones. El miedo a arrepentirse en el futuro es algo que a la gente que cuesta más dominar. ¿De qué se arrepentirá en el futuro? Esto sirve tanto en la vida como en la inversión. Lo que he visto a lo largo del tiempo es que los inversores se arrepienten de no haber comprado activos en tiempos de crisis. A corto plazo, puede suceder cualquier cosa, pero la historia nos dice que, a largo plazo, si nos centramos en activos excelentes para beneficiarnos de los cambios, estaremos dando un mejor servicio a nuestros clientes.
El virus ha trastocado las probabilidades de una aceleración económica moderada en la primera mitad de 2020 que esperábamos. Sin embargo, creemos que, dado el nivel de liquidez global y la probable respuesta política, es muy posible que, más que anularse, la aceleración económica se retrase. Una vez pase el brote del virus, puede haber un repunte importante de la actividad. Queremos ser moderadamente optimistas sobre esta hipótesis. Estamos empleando nuestros recursos y nuestro marco de inversión para tomar las mejores decisiones posibles para nuestros clientes, equilibrando el riesgo y la rentabilidad, el miedo a perder y a arrepentirse.
Columna de David Eiswert, gestor de carteras y analista en la división de renta variable estadounidense de T. Rowe Price.
Riesgos
Los riesgos siguientes son especialmente relevantes para la cartera:
Riesgo país (China): todas las inversiones en China están expuestas a riesgos similares a los de las inversiones en otros mercados emergentes. Además, los instrumentos adquiridos o mantenidos en relación con una licencia QFII (Inversores Institucionales Extranjeros Cualificados) o del programa Stock Connect podrían estar expuestos a riesgos adicionales.
Riesgo país (Rusia y Ucrania): en estos países, los riesgos relacionados con la custodia, las contrapartes y la volatilidad del mercado son mayores que en los países desarrollados.
Riesgo de divisas: las variaciones de los tipos de cambio de las divisas podrían reducir las ganancias o incrementar las pérdidas de las inversiones.
Riesgo de mercados emergentes: los mercados emergentes están menos consolidados que los mercados desarrollados y, por tanto, conllevan mayores riesgos.
Riesgo de pequeña y mediana capitalización: los valores de empresas de pequeña y mediana capitalización pueden ser más volátiles que los valores de empresas más grandes.
Riesgo de estilo: los diferentes estilos de inversión suelen gozar o no del favor de los inversores dependiendo de las condiciones de mercado y de la confianza de los inversores.
Riesgos generales de las carteras
Riesgo de capital: el valor de la inversión variará y no está garantizado. Se verá afectado por las variaciones del tipo de cambio entre la divisa base de la cartera y la divisa de suscripción, si fueran distintas.
Riesgo de renta variable: en general, la renta variable conlleva mayores riesgos que los bonos o los instrumentos del mercado monetario.
Riesgo de concentración geográfica: en la medida en que una cartera invierta una parte importante de sus activos en una región geográfica específica, su rentabilidad se verá más afectada por los acontecimientos que incidan en dicha región.
Riesgo de cobertura: los intentos de una cartera de eliminar o reducir determinados riesgos mediante cobertura podrían no dar los resultados esperados.
Riesgo de carteras de inversión: la inversión en carteras conlleva ciertos riesgos a los que un inversor no haría frente en caso de invertir directamente en los mercados.
Riesgo de gestión: en ocasiones, el gestor de inversiones o sus delegados podrían considerar que sus obligaciones con una cartera entran en conflicto con sus obligaciones con otras carteras de inversión que gestionan (aunque, en dichos casos, todas las carteras recibirán un tratamiento equitativo).
Riesgo operativo: los fallos operativos podrían provocar interrupciones en la actividad de las carteras o pérdidas financieras.
Información importante.
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Foto: NeedPix CC0. A 20 años desde el colapso de las punto-com: lo que es diferente hoy
La semana pasada se cumplió el vigésimo aniversario del estallido de la burbuja de las puntocom. A la luz de la corrección actual del mercado, es difícil no reflexionar sobre dónde estábamos, qué aprendimos y qué es diferente ahora. Lo que la historia nos ha enseñado es que centrarse en empresas de calidad a precios razonables ha servido bien a nuestros clientes. Nuestro enfoque de inversión disciplinado nos ha impedido ceder ante el atractivo de las tendencias más actuales y nos ha llevado de manera segura a través de ciclos completos de mercado.
Mirando hacia atrás en 1999 y 2000, estos fueron dos años muy divergentes para nosotros, tanto en términos de rendimiento como de posicionamiento de cartera. En 1999, tuvimos una exposición cero a las acciones tecnológicas, mientras que el S&P 500 tenía alrededor del 40% en tecnología. Muchas de las llamadas acciones tecnológicas tenían modelos comerciales endebles y poca o ninguna ganancia, pero los inversores estaban dispuestos a pagar precios exorbitantes por ellas. Ese año, nuestra Estrategia de Renta Variable de EE.UU. tuvo un rendimiento inferior al S&P por un amplio margen.
En ese momento, estábamos fuertemente invertidos en acciones de seguros, que creíamos que estaban muy infravaloradas, y pensamos que el ciclo estaba a punto de cambiar, pero todo lo «punto-com» estaba en boga, por lo que el mercado subió mucho, y nosotros acabamos con un bajo rendimiento.
A principios de 2000, estalló la burbuja tecnológica y enfrentamos un cambio de corriente. Como todos sabemos, las acciones tecnológicas se desplomaron, nuestras acciones de seguros se recuperaron y nuestra estrategia cosechó los beneficios. Lo que presenciamos fue realmente un revés único en la vida. Como sabemos en retrospectiva, muchas de las compañías tecnológicas no tenían ganancias. Aún así, el mercado estaba pagando cualquier precio por cualquier cosa con un aura punto com.
¿Qué es diferente hoy?
Las empresas tecnológicas de hoy no son las empresas tecnológicas que conocíamos hace 20 años. Hoy, estas compañías tienen modelos comerciales legítimos y rentables, como Amazon, Microsoft y Alphabet. Muchos de ellos dependen de la publicidad y se benefician de la transición a la nube.
El mercado en su conjunto también ha visto algunos cambios en los últimos 20 años. En primer lugar, hay menos empresas para invertir ahora. Muchas compañías se vuelven privadas y nunca se hacen públicas. Muchas han sido recompradas y simplemente sacadas del mercado. En segundo lugar, los mercados se han vuelto mucho más competitivos. Superar el mercado hoy es más difícil que hace 20 años. Wall Street ha sido un lugar muy rentable para estar, y por eso hay muchas más abejas atraídas por la miel, por así decirlo. Por supuesto, los datos están disponibles al instante ahora en comparación con hace 20 o 30 años. Retrocediendo más en el tiempo, por ejemplo, hace 40 años, las personas podían obtener una entrevista con el jefe de una empresa y obtener información mucho antes que otras. Hoy, la accesibilidad a los datos es drásticamente diferente.
¿Qué está en riesgo hoy?
Las burbujas siempre se manifestarán eventualmente en los mercados. Nos preguntamos si hay una burbuja hoy en el mercado de renta fija. Si bien el mercado de renta variable, hasta la corrección reciente, podría parecer un poco rico en función de las relaciones precio / ganancias y otras medidas tradicionales, el rendimiento del flujo de caja libre del mercado de renta variable en comparación con el rendimiento de los bonos del Tesoro hace que las acciones sigan siendo bastante atractivas, particularmente después del reciente recorte de tasas de la Fed. También una fuente de preocupación está en el private equity, que se ha disparado recientemente, porque el costo de la deuda ha sido tan bajo que las empresas de PE se han apalancado en una cantidad tremenda.
Las empresas de crecimiento de calidad pueden ayudar a llevar a los inversores a través de tiempos difíciles
Si bien es un ejemplo extremo, un evento de mercado trascendental como el del 2000 ilustra la importancia de apegarse a su disciplina de inversión, incluso cuando el mundo está haciendo otra cosa. Seguimos comprometidos con nuestro enfoque de alta convicción y no sucumbimos al atractivo de la última tendencia. Si bien mucho ha cambiado en el mundo de las inversiones en los últimos 20 años, la única constante que teníamos y que tenemos ahora es un enfoque sensato. En aquel entonces, estábamos comprando lo que pensábamos que eran compañías legítimas, viables y de calidad. Hoy estamos haciendo exactamente lo mismo: depender de una investigación bottom-up para encontrar y comprar lo que creemos que son empresas de buena calidad a precios razonables. Y con una mentalidad paciente y a largo plazo, podemos proporcionar a los inversores la seguridad de que pueden depender de un proceso repetible que ayude a obtener resultados sostenibles.
Independientemente de la década en la que se encuentre o de las condiciones del mercado, es imprescindible que los inversores conozcan las perspectivas comerciales a largo plazo de una empresa. No es suficiente considerar solo lo que podría suceder en los próximos seis meses o las próximas seis semanas. Lo que importa son las perspectivas a más largo plazo: el valor de cada empresa es simplemente el valor presente de sus flujos de efectivo futuros. Si bien no siempre es fácil apegarse a su disciplina, especialmente cuando su estilo de inversión no es favorable, un estómago fuerte es tan importante como la mente. Sea paciente y ejerza disciplina. Eso debería darle la confianza para el éxito a largo plazo.
Pixabay CC0 Public Domain. First Management, gestora especializada en oficinas flexibles, aterriza en España
El ‘quantitative easing’ (QE) -o expansión cuantitativa- está de vuelta en Europa desde finales del año pasado. En octubre de 2019 se anunció el último programa de compra de activos a un ritmo de 20.000 millones de euros al mes y hace unos días se sumaron unos 120.000 millones de euros adicionales. Anoche, además, el BCE anunciaba un nuevo programa de compras de deuda por 750.000 millones de euros, así que el QE sigue más vivo que nunca. Además, todavía hay cambios adicionales que llevar a cabo después de la llegada de Christine Lagarde y la confirmación de la revisión de la estrategia del BCE que tendrá lugar a lo largo de 2020.
Desde Tikehau, entendemos que una década con tipos de interés próximos a cero ha reducido el rendimiento esperado de todas las clases de activos y, al mismo tiempo, ha aumentado el riesgo de mantener activos por sus altas valoraciones. En este contexto, la mayoría de los fondos diversificados y flexibles tienen una cartera construida con una asignación a diferentes clases de activos (acciones, bonos corporativos y bonos del Estado).
Históricamente, este modelo de macro-asignación ha generado grandes rendimientos porque los bancos centrales han ido reduciendo de forma gradual los tipos de interés durante los últimos 40 años. Esto ha inflado los precios de todos los tipos de activos y ha impulsado su rendimiento. Actualmente, los fondos diversificados se enfrentan a que todas las clases de activos tienen un potencial de desempeño limitado debido a la alta valoración y los rendimientos bajos.
Además, los fondos con diferentes clases de activos también han experimentado reducciones limitadas, sobre todo porque las acciones y los bonos gubernamentales tienen tendencias de rendimiento opuestas cuando el mercado afronta condiciones volátiles. Sin embargo, como vimos en 2018, en ocasiones, las clases de activos pueden ir en la misma dirección, lo que anula los beneficios esperados por la diversificación. No nos sorprende que en los últimos años los fondos flexibles no hayan funcionado como antes, generalmente porque los tipos de interés no pueden ser mucho más bajos que cero.
El proceso de inversión de nuestro fondo de multiactivos Tikehau Income Cross Assets se basa en tres pilares: invertimos en una selección concentrada de compañías que consideramos de alta calidad, dirigidas por personas competentes, generalmente alineadas con la compañía que dirigen y con barreras de entrada, así como un elevado nivel de experiencia. Tenemos un enfoque global y flexible a través del cual invertimos en clases de activos cuando creemos que los riesgos son justamente recompensados. Por último, nos centramos en las oportunidades a largo plazo en lugar de las fluctuaciones a corto plazo.
Desde marzo 2018, el fondo no depende de la asignación entre diferentes clases de activos mientras el equipo de gestión considere que activos como los bonos continúan ofreciendo expectativas de rendimiento bajas debido a los tipos de interés próximos a cero. En lugar de diversificar las clases de activos, preferimos analizar los rendimientos en relación a los riesgos, lo cual es uno de los aspectos más importantes de nuestro proceso.
La construcción de la cartera del Tikehau Income Cross Assets se centra en la selección de acciones: invertimos en compañías de calidad cuando pensamos que ofrecen un perfil atractivo de riesgo/retorno a largo plazo. Además, gestionamos activamente nuestro nivel de liquidez y usamos instrumentos de protección cuando las valoraciones del mercado son altas para estar en posición de comprar acciones cuando, en nuestra opinión, la valoración es más baja.
Desde nuestro punto de vista, la asignación a finales de febrero aún era defensiva, a pesar de que se reinvirtió alrededor del 15% en renta variable tras la corrección de los mercados de renta variable provocada por los temores al coronavirus (a finales de febrero, las exposiciones netas/brutas de renta variable eran de 35%/58%, las de las coberturas de -22%/3% y 38% para efectivo y equivalente).
Es importante destacar la sólida experiencia de los equipos de investigación de Tikehau Capital que han estado cubriendo 800 bonos y 150 acciones durante años. Sabemos lo que queremos comprar y a qué precio, lo que nos da la flexibilidad de utilizar el capital cuando las valoraciones devuelven el rendimiento esperado en línea con nuestros objetivos de inversión. La naturaleza flexible del fondo, junto a su proceso de selección de acciones, ha estado generando uno de los mejores rendimientos ajustados al riesgo en la categoría Euro Flexible Global Morningstar durante los últimos tres y cinco años.
Tribuna de Vincent Mercadier, responsable de renta variable y estrategias balanced de Tikehau Investment Management, y Christian Rouquerol, director de ventas de Tikehau IM Iberia
Cada año, aumenta el número de mujeres brasileñas que abren su propio negocio. Hoy, hay 24 millones de empresarias repartidas por todo el territorio nacional (PNADC – GEM Brasil, 2018). Entre otros factores, las mujeres emprenden en la búsqueda de satisfacción laboral y de nuevas alternativas económicas. De la misma medida en que contribuyen al desarrollo de la economía, las mujeres emprendedoras invierten en la educación de sus familias, estimulando el crecimiento de toda la comunidad que las rodea.
A pesar del aumento del protagonismo femenino en la economía global, debemos hacer que la sociedad sea cada vez más consciente de invertir en el emprendimiento femenino como motor activo y generador de grandes negocios. Según el Banco Mundial, existe un déficit financiero de 1,7 billones de dólares (trillones en nomenclatura anglosajona) para las micro, pequeñas y medianas empresas lideradas por mujeres de todo el mundo. Estos temas se discutieron en el foro promovido por el evento Financial Alliance for Women, una alianza global de empresas del sistema financiero en favor del empoderamiento femenino, que ha juntado este año, en Ecuador, a 300 participantes de diferentes países interesados en el tema.
La comprensión de los participantes del evento es que las empresas e instituciones necesitan ofrecer más recursos y apoyar la educación financiera de las mujeres. Debemos celebrar el progreso logrado hasta ahora, pero aún es necesario alentar la construcción de una red más amplia de contactos para que las mujeres puedan tomar decisiones y puedan delegar tareas operativas, priorizando una visión más estratégica. También es necesario fomentar la adquisición, por parte de estas mujeres, de otros conocimientos además de los financieros y de nuevas actitudes que requiere la gestión de un negocio, tales como la audacia y la ambición.
Uno de los accesos más democráticos a estos contenidos es el material en línea que ofrecen los agentes financieros. Itaú Mulher Empreendedora, por ejemplo, recibió en su plataforma digital, hasta diciembre de 2019, más de 23 mil registros de mujeres que buscan capacitación para abrir o mejorar la gestión de un negocio. Nos damos cuenta de que a medida que evolucionan profesionalmente, todos los demás aspectos de su entorno – como el social y el familiar – por ejemplo, mejoran. Cuando reciben capacitación, ellas también invierten más y tienen tasas de incumplimiento más bajas en comparación con las mujeres que no participan en programas de capacitación y apoyo.
El emprendimiento femenino es un motor del desarrollo económico. El aumento de la inclusión financiera para micro y pequeñas emprendedoras a través de productos y servicios y la mejora de la gestión financiera de sus empresas – uno de nuestros ocho compromisos de impacto positivo firmados por Itaú el año pasado – genera más oportunidades de negocio al paso que mejora la autoestima y permite el logro de la ciudadanía y la independencia financiera. Apoyar a las mujeres en este camino, ofreciéndoles recursos y condiciones para que prosperen, debe ser, por todas estas razones, un compromiso de toda la sociedad, principalmente de organizaciones con poder y ganas de generar un impacto positivo.
Pixabay CC0 Public Domain. Crisis del COVID-19: nuevos riesgos y oportunidades para los inversores
Las crisis de las empresas frenan a los inversores. Cuando una compañía entra en crisis su principal problema es que pierde prestigio y genera dudas en el mercado. Las crisis que han sufrido algunas organizaciones alejan las inversiones e influyen en los planes de los grandes fondos. Nadie va a invertir en un avión que se cae (Boeing), en un banco que contrata mafiosos para controlar a la competencia (BBVA) o en una marca de coches que miente a los consumidores sobre las emisiones de sus modelos (Volkswagen).
El dinero puede callar las reclamaciones de los compradores y atenuar el descrédito mediático, pero no cambia la mala impresión en la confianza de los inversores. El tiempo puede jugar a favor de la recuperación de una marca porque, al fin y al cabo, los consumidores tienen poca memoria. Pero todos estos factores nunca conseguirán restablecer la confianza de los grandes capitales. En el historial de las empresas, las crisis se marcan con rojo que significa «peligro».
En el nuevo siglo, los fondos que controlan los grandes capitales han ido incorporando nuevos parámetros para asegurar más y mejor el destino de las inversiones. En los últimos años, observamos que el comportamiento de la economía y de las inversiones se ha visto alterado por circunstancias ajenas a los propios mercados. Las diversas y variadas crisis que sufrieron muchas empresas obliga a los fondos a comprobar con rigor si las grandes corporaciones son tan sólidas como parece, o de lo contrario, como ocurre en el mundo de la construcción tienen “vicios ocultos”, es decir, defectos que no se ven pero que, a la larga, afectan su posición en el sector o su reputación corporativa.
El COVID-19 arrasa con los mercados
En los últimos días todo ha cambiado con el virus COVID-19. La emergencia internacional declarada por la Organización Mundial de la Salud por la pandemia provocada por el coronavirus en la ciudad de Wuhan y proyectada desde allí al resto del mundo ha alterado todos los mercados, todas las bolsas y todos los proyectos. El extraordinario trabajo realizado por los chinos en los últimos 50 años, que han convertido a China en la segunda potencia mundial después de EE.UU., ha mostrado sus fisuras con la crisis del coronavirus y ha provocado que muchas empresas se hayan visto obligadas a buscar otros fabricantes en Asia o Europa. La llamada “fábrica del mundo” está sufriendo su mayor crack en un siglo.
De repente, una parte de esa gran nación se ha paralizado por un enemigo al que no vemos, no oímos, no olemos, no podemos tocar y tampoco sabemos cuál es su sabor. Un virus mide 0,00000002 cm o si lo prefiere 0,000015 mm, según la notación científica. Ese minúsculo agente infeccioso microscópico acelular ha alterado la vida de millones de personas y está provocando grandes pérdidas en el sector de líneas aéreas, el turismo, la educación, la gastronomía, la hostelería, el sector del automóvil y los espectáculos. En los países con focos infecciosos, recomiendan a la gente que no salga de su casa para evitar contagios y las empresas se defienden con «el trabajo a distancia»: los trabajadores no van a trabajar y conectan con la empresa vía internet.
Aprovechar la crisis y sacar beneficios
Mientras la raza humana se blinda o se esconde para evitar contagios, el dinero, que siempre es miedoso, mira atentamente a los laboratorios farmacéuticos porque en uno de ellos se descubrirá la vacuna y su precio se disparará en las bolsas. Sirva como ejemplo el caso del laboratorio Genomica, filial de PharmaMar, S.A. (en Colmenar Viejo, Madrid, España), filial a su vez de Pharmamar USA Inc. Ha mejorado su valor después de haberobtenido el etiquetado de la Comunidad Europea en un producto, acreditándolo con los requisitos esenciales descritos en la Directiva 98/79/CE, sobre productos sanitarios para diagnóstico in vitro. Ese producto no es ni más ni menos que un kit para detectar el coronavirus. Ya está listo y lo están ofreciendo a los hospitales urbi et orbe.
La pandemia se ha convertido en un nuevo e inquietante factor de análisis financiero. La crisis que se encuentra en pleno desarrollo está afectando a las empresas de China, Italia y España. Primero, muchas marcas tuvieron que salir de China a buscar nuevos fabricantes de sus productos debido al parón industrial en muchas ciudades. El pánico se infiltró en algunos consumidores que ahora desconfían de las marcas chinas y no se atreven a abrir los paquetes que llegan de Alibaba.com (el aspirante a competir con Amazon), por temor a que traigan el temerario virus. En España, miles de personas han dejado de comprar en los populares bazares chinos que proliferan en todos los barrios.
Los inversores se han apresurado a buscar en el mapa dónde está Wuham y analizar qué grandes marcas fabrican en China o se nutren de componentes fabricados en la gran nación de Mao. Tarde o temprano, tendrán que cambiar de proveedores y buscar alternativas para no correr riesgos. No deja de ser curioso y paradójico que el virus se haya convertido en el mejor aliado de EE.UU. y Trump en su guerra comercial con China. El deterioro que están sufriendo los productos «made in China» puede provocar una de las mayores crisis en el país asiático.
Sin embargo, como suele ocurrir casi siempre, toda crisis tiene sus perdedores y ganadores. La estrategia industrial, comercial, turística y hasta deportiva de Europa se ha visto alterada por el nuevo virus. La calma de los mercados y por lo tanto, del mundo, se ha trastocado y ha desatado la carrera en los laboratorios farmacéuticos. Las miradas de los fondos se vuelven ahora hacia las grandes marcas fabricantes de antibióticos, la primera que descubra la vacuna tiene asegurada la venta de millones de unidades.
Mientras tanto, aumentan sus beneficios los fabricantes de mascarillas, geles desinfectantes, papel higiénico, alcohol medicinal y guantes quirúrgicos que ahora la gente se pone para no tocar nada con las manos. Crecen los servicios externos para hospitales, las empresas de limpieza y desinfección, la venta de equipos y trajes de protección. Aumenta en los hogares el consumo de energía, de servicios telefónicos y de televisión, la compra online de comidas preparadas. Las ventas se alimentos perecederos e imperecederos se han disparado. En España el propietario de una de las principales cadenas de supermercados, Juan Roig, creador de Mercadona, ha tenido que salir a pedir tranquilidad porque le gente había duplicado sus compras de alimentos y no daba tiempo a la reposición en los lineales (estanterías) de las tiendas. Y crecen también los servicios de taxis con chofer (Uber, Cabify) porque le gente no quiere viajar en transportes públicos.
Se han suspendido bodas, bautizos, banquetes, fiestas populares, fiestas religiosas y festejos taurinos. Caen las recaudaciones en cines porque las grandes salas solo pueden vender una parte del aforo sentando al público dejando una butaca libre entre dos espectadores (esto, antes de su cierre tras decretarse el estado de alarma en España). Se han cancelado conciertos y giras de artistas, presentaciones de libros, películas y exposiciones. El alegre ruido de calles comerciales y grandes plazas de Italia y España se ha convertido en inquietante silencio. Desciende la actividad financiera, pierden las aerolíneas, cruceros, cadenas hoteleras y el turismo en general. Los museos han cerrado y también los teatros y grandes musicales. El gran negocio de los cursos en el extranjero y el sector educativo en general han perdido la temporada. Ante la crisis y posibles contagios los alumnos extranjeros cancelan el curso y vuelven a sus países a casa de sus padres.
Cuando la crisis del coronavirus acabe, habrán muerto muchos ancianos (los principales afectados) y también muchas pequeñas y medianas empresas que han tenido que cerrar. Una vez más la naturaleza hace su propia selección y como suele ocurrir, ganan los más fuertes, los más inteligentes y los que pueden aguantar el bajón de las ventas. Y quien ganará dinero seguro es “Mr. Cumbia”, Iván Montemayor, un mexicano residente en EE.UU. que se hace llamar el rey de las cumbias virales. Como dice el refranero “a río revuelto ganancia de pescadores”.
Tribuna de Mario Zóttola, autor del libro “Crisis. Cómo prevenir, actuar y comunicar en situaciones de crisis”, de próxima publicación.
Pixabay CC0 Public Domain. ¿Es el COVID-19 el cisne negro esperado?
Corría el cuarto trimestre de 2018 cuando la Fed y otros bancos centrales se vieron obligados a reducir los tipos de interés para frenar una incipiente desaceleración económica. Otra vez los bancos centrales al rescate del ciclo económico, como en 2012 y en 2016, tratando de eliminar una recesión vía política monetaria expansiva. Probablemente esa caída fue un primer aviso de lo que podría venir más adelante, aunque nadie esperaba a un virus.
En 2019, los mercados recuperaron todas las pérdidas del cuarto trimestre del 2018 y siguieron subiendo. Esta subida prosiguió durante 2020 aún cuando China ya estaba en plena crisis del COVID-19. Finalmente, los índices bursátiles detuvieron su subida el 19 de febrero y desde entonces no han dejado de caer. A 13 de marzo y después del rebote de la bolsa americana ese mismo día, las rentabilidades YTD son las siguientes:
¿Cómo hemos gestionado el riesgo en Global Quality Edge Fund?
Desde finales de 2018, decidimos implementar nuestra estrategia de riesgo de cola porque veíamos cómo el ciclo económico se empezaba a desacelerar y a la vez no existía una solución para el alto endeudamiento de gobiernos y empresas. Cuando esta estrategia está activa, supone un coste anual del 1,5%-2,5%, aunque lo financiamos parcialmente con la venta de puts sobre acciones de gran capitalización bursátil que queremos tener en cartera. Durante todo 2019 y principios del 2020, estuvimos cubiertos al 70% sin que ello representara un coste material para el fondo, alcanzando una rentabilidad bruta en el año del 18,5%.
En el gráfico 1, observamos cómo los indicadores adelantados de la US Conference Board estuvieron durante gran parte del año 2019 y 2020, indicando que existía cierta probabilidad de recesión en próximos trimestres. En cambio, los mercados prosiguieron su subida durante todo ese período.
A 19 de febrero, el fondo tenía compradas opciones PUT OTM 15% (fuera del dinero) sobre DJ EURO STOXX 50, Nasdaq 100 y Russell 2000. Con la caída de los índices bursátiles, el precio de nuestras opciones PUT llegaron casi al ATM (en el dinero) con un nivel de volatilidad elevadísimo.
Como observamos en el gráfico de arriba, el VIX alcanzó los 49 puntos durante la semana del 28 de febrero, nivel históricamente altísimo. Esa alta volatilidad reflejaba la desesperación de los inversores por comprar coberturas, pero lo realmente interesante es que nos permitió vender nuestra estrategia con una plusvalía altísima, es decir, cuando todo el mundo quería comprar protección nosotros la vendimos. Como ejemplo, ese viernes cerramos nuestra PUT sobre DJ EURO STOXX 50 a un precio superior a 100 euros cuando únicamente habíamos pagado 10 euros y porque le quedaba menos de un mes para el vencimiento, realizando una plusvalía del 900%. Con una parte de esa ganancia, compramos ese mismo viernes un PUT spread 3% OTM por si el mercado seguía corrigiendo fuerte, haciendo la misma operativa para nuestra exposición a EE.UU. Como la volatilidad implícita de las opciones era muy elevada y la curva de volatilidad estaba invertida, era mejor comprar un PUT spread porque nos pagaban muchísimo por la PUT vendida.
Cuando pensábamos que la corrección llegaba a su fin, los índices bursátiles alcanzaron los strikes (precio de ejercicio) de nuestras PUTs vendidas y nos vimos obligados a construir nuevos PUT spreads OTM 3% con vencimiento mayo de 2020. Nuestra sorpresa fue que tampoco resultó suficiente y continuaron las caídas, porque el COVID-19 se estaba extendiendo a nivel global y el desacuerdo entre Arabia Saudí y Rusia provocó una caída del 25% en el precio del crudo en un solo día.
Fue durante los días 11 y 12 de febrero cuando entendimos que el COVID-19 obligaría a revisar a la baja las estimaciones de crecimiento económico en Europa y Estados Unidos; por tanto, crecía la probabilidad de una recesión global durante los próximos dos trimestres. Nuestra cobertura vencería en mayo de 2020, horizonte temporal muy cercano para saber con claridad si la economía se podría encaminar a una recesión.
Aprovechando la extrema volatilidad del día 12 de febrero y con el índice VIX alcanzando los 76,83 puntos en intradía, tomamos una importante decisión. Esa decisión podría penalizar la rentabilidad del fondo a corto plazo, pero lo beneficiaría claramente a largo plazo. Cuando existe una crisis bursátil a corto plazo, la curva de volatilidad se invierte porque la demanda de cobertura a corto plazo excede la demanda de cobertura a largo plazo. Se genera entonces una oportunidad para reducir la cobertura con vencimiento más corto y extenderla a largo plazo reduciendo su coste total. Siguiendo con este racional, aprovechamos para vender nuestra cobertura a mayo, la cual nos financió íntegramente la misma cobertura a diciembre de 2020.
Con este último movimiento, nos aseguramos un plazo temporal suficiente para averiguar si esta crisis se alargará en el tiempo y si se extenderá también a los mercados emergentes creando un shock de oferta. Adicionalmente, si el precio del petróleo sigue bajo durante mucho tiempo, las empresas más endeudadas podrían empezar a caer y generar cierto contagio al resto de sectores.
Los bancos centrales ya han empezada a aplicar medidas monetarias expansivas y la Fed anunció una rebaja de los tipos de interés hasta el 0%-0,25% y una inyección de liquidez mínima de 700.000 millones de dólares. Esta nueva rebaja se sucede después de otra bajada de 50 puntos básicos y probablemente durante esta semana se anuncien más medidas fiscales. En Europa, el BCE también anunció medidas, aunque no tan contundentes, pero es de esperar que rectifique y que los países a nivel individual adopten medidas fiscales.
Pensamos que las recientes caídas podrían estar llegando a su fin gracias otra vez a los bancos centrales, pero no podemos saber cuál será el desenlace de esta crisis, es decir, si la economía entrará en una recesión global y eso podría provocar más caídas durante los próximos meses. En definitiva, en Global Quality Edge Fund nos hemos protegido durante parte de estas caídas y ahora estamos protegidos por si se produjera una recesión global. Si finalmente no se produce una recesión global, como siempre estamos invertidos al 85%-90%, el fondo también subirá.
Y si no hubiéramos vendido las primeras opciones PUT hasta el día 13/03, el fondo estaría casi en positivo.
Tribuna de Quim Abril Auladell, fundador y gestor de Global Quality Edge Fund.