Cómo vencer la frustración en los mercados emergentes

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Foto: parenting.firstcry.com. parenting.firstcry.com

En tiempos volátiles, invertir parece una actividad de sprint, pero sigue siendo el mismo maratón de larga distancia que era antes. En ningún lugar es más importante marcar el ritmo correcto que en los mercados emergentes. Los movimientos que se producen en los mercados emergentes pueden ser extremadamente frustrantes. Las valoraciones se desacoplan del valor subyacente en los peores escenarios con regularidad. No es de extrañar que exista la tentación de rendirse a largo plazo y tomar un atajo. Tal vez, comprar algo menos volátil – como China o bonos de bajo rendimiento. Lo que es importante recordar, sin embargo, es que para los inversores a largo plazo, una menor volatilidad no implica un menor riesgo.

Los mercados emergentes han pasado por muchos desafíos: epidemias, escándalos políticos, disturbios, inflación, déficits, colapsos y subidas del petróleo y desastres naturales. Pero han demostrado que se adaptan y crecen.

Como recompensa por su paciencia, los inversores pasivos vinculados al índice MSCI EM, han recibido un escaso 1,5% de rendimiento anual promedio en 10 años en dólares estadounidenses1. Ese es un pésimo retorno para un relato tan potente. En ese escenario muchos gestores activos lo han hecho mejor, como deberían. Esta es nuestra opinión sobre por qué los mercados emergentes son una buena inversión, en los buenos y en los malos tiempos, e incluso mientras la incertidumbre del Covid-19 sigue dominando el mundo.

De todos modos, ¿qué son los mercados emergentes? Los 26 países que el MSCI define como emergentes no son generalmente débiles. Pueden ser volátiles, pero los principales mercados emergentes presentan opciones para los inversores, y no se enfrentan a las limitaciones que se encuentran más a menudo en los mercados frontera.  Combinados, estos 26 mercados son geografías inmensas en las que la dinámica de la oferta y la demanda se desarrolla justo como en los mercados desarrollados; sólo que en los emergentes se concentran 4.500 millones de personas, alrededor del 60% de la humanidad.  Estos mercados presentan una oportunidad considerable, pero no está distribuida de manera uniforme.

En términos de posibilidades, la simple realidad es que los mercados emergentes ofrecen crecimiento, un enorme potencial y riesgo en todas partes. Las oportunidades no están distribuidas de forma uniforme, sino que están concentradas en áreas concretas. Después de analizar una empresa de calidad con buena economía, gran parte del riesgo restante proviene de las oscuras políticas gubernamentales. No hay magia, un riesgo es un riesgo.  El siguiente gráfico muestra el rendimiento de las empresas MSCI EM en relación con sus calificaciones de ESG en los últimos cinco años. El crecimiento y la capacidad de ir por delante en los asuntos de gobernanza son vitales para el crecimiento del valor compuesto.

Dos preguntas que los inversores de mercados emergentes deben considerar:

  1. ¿Qué tipo de operaciones pueden ofrecer rentabilidades justas en los mercados emergentes sin un riesgo ridículo? 
  2. ¿Acumular en China reduciría el riesgo?

Libro de operaciones para mercados emergentes

El tipo de operaciones que se llevan a cabo en los mercados emergentes, tal como lo vemos, se basa en tres conceptos simples pero críticos: establecer el punto de equilibrio entre rendimiento y riesgo, encontrar el crecimiento y proteger la inversión de los problemas que puedan aparecer.  Un inversor de bajo riesgo y negocios de alta calidad debe considerar como alcanzable una rentabilidad a largo plazo en dólares en el rango de 8 a 12%.  Más que eso, la experiencia nos ha enseñado que el riesgo parece aumentar exponencialmente junto con pequeños desvíos en los objetivos de retorno, por lo que la disciplina es importante.

El crecimiento se ve apoyado por el creciente aumento de la demanda derivada de la aparición de cientos de millones de personas que se aferran a una mejor calidad de vida, y esto genera un incremento de la demanda de aquellas empresas innovadoras y bien dirigidas con marcas perdurables. A lo largo de 25 años, las empresas tradicionales que dominaban los mercados emergentes en sectores como energía, materiales y servicios públicos han sido sustituidas por una nueva generación de líderes de la economía del conocimiento y del consumo.  Las áreas donde se pueden encontrar empresas de crecimiento de calidad incluyen:

  • Líderes del mercado nacional: Estos mercados singulares ofrecen oportunidades para que las empresas locales inteligentes se hagan con una parte de los actores estatales ineficientes, como los bancos de la India. También hay una mayor tolerancia a que las empresas acumulen una alta cuota de mercado. Los oligopolios pueden reportar beneficios a múltiples interesados, incluidos los gobiernos, si comparten objetivos comunes y siguen siendo competitivos; entre los ejemplos figuran las compañías chinas de Internet, Alibaba y Tencent. También en este grupo se encuentran las filiales de mercados emergentes que cotizan en bolsa de multinacionales que suelen estar bien gobernadas y se benefician de las carteras de productos y el poder adquisitivo de su empresa matriz.
  • Líderes regionales dominantes: Un subconjunto relativamente pequeño de empresas que se han expandido con éxito más allá de su mercado nacional para convertirse en líderes regionales. Entre ellas figuran los minoristas latinoamericanos Wal-Mart de México y Femsa (tiendas de conveniencia), y el gigante asiático de los seguros AIA.
  • Líderes mundiales: Se trata de líderes mundiales avanzados basados en la economía de mercado que generan flujos de ingresos diversificados en todo el mundo. Entre los ejemplos figuran los gigantes de los semiconductores TSMC (Taiwán), Samsung Electronics (Corea), SK Hynix (Corea) y las grandes empresas de servicios de tecnología de la información de la India TCS, Infosys y HCL.
  • El mercado desarrollado se transformó en emergente: Varias empresas de mercados dearrollados generan ahora más de la mitad de su negocio en los mercados emergentes. Por lo general, es el resultado de un exitoso crecimiento orgánico, o debido a adquisiciones de grandes franquicias locales. Algunos ejemplos son las cerveceras AB Inbev (Bélgica) y Heineken (Holanda), y HSBC (Reino Unido).

Vigilar el crecimiento

Si bien las oportunidades se presentan de muchas formas, es cierto que en cuanto a los riesgos existe cierta concentración en torno a la gobernanza debido a que los accionistas minoritarios suelen estar en posiciones más débiles que en los mercados desarrollados. Para dar una idea de la gobernanza de los mercados emergentes en términos relativos, el gráfico que figura a continuación muestra la distribución de los ratings de las empresas del MSCI ESG entre los índices MSCI para China, los mercados emergentes y el índice mundial de todos los países (ACWI).  Más de un tercio (36%) de las empresas del ACWI tienen una calificación de A o superior (las calificaciones más altas), el mercado emergente está en el 16%, y China en sólo el 5%.  China se inclina hacia la parte más baja con el 58% de sus compañías con una calificación B o CCC (la más baja).

Los problemas de gobernabilidad suelen radicar en quién controla el negocio. Los principales tipos de empresas «controladas» son las empresas estatales y las empresas familiares.  En las empresas controladas, los accionistas minoritarios tienen menos, o en muchos casos, efectivamente ningún control. El MSCI China tiene el 85% de su peso en las empresas controladas.

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Las cuestiones de gobierno con las empresas públicas comienzan con la alineación de intereses entre el gobierno, los políticos y los accionistas minoritarios. Un desafío para los inversores a largo plazo es que los responsables de la toma de decisiones del gobierno, y las prioridades, pueden cambiar con poca antelación. Las cuestiones en torno a las empresas familiares son diferentes. Los objetivos financieros suelen estar más alineados, pero los desafíos suelen estar en torno a las decisiones sobre la asignación de capital (adquisiciones), la selección de ejecutivos (familia frente a profesional) y la rendición de cuentas. Los inversores en empresas controladas deben permanecer vigilantes y reaccionar si perciben problemas.

¿Mejor en China? 

A lo largo de la pandemia, China ha generado un cierto sensación de incomodidad pero también de estabilidad que descansaba sobre una base económica aparentemente segura.  Fue la zona cero del virus, pero también parece ser el primer paciente en salir. La moneda china es estable, apoyada por una balanza de capital cerrada que mantiene los ahorros en el país. Es el principal exportador del mundo y su economía doméstica parece crecer como el tallo de la planta de las judías mágicas de Jack. Seguro que tiene está muy endeudado pero, ¿cuál es el problema si nunca quiebra? ¿Tiene sentido capear la tormenta en China y aventurarse a salir cuando se haya despejado?

Sería genial que los mercados emergentes fueran una isla de serenidad que destacaran por su crecimiento y su estabilidad. Desafortunadamente, no es tan simple. China es una gran porción de los índices de referencia y las opciones de inversión parecen escasas. En un momento en el que China representa el 41% del índice de referencia MSCI EM, son pocos los que sugerirían que la sobreponderar al país aportará diversificación. Para tener una idea de la magnitud de China cabe destacar que ahora tiene dos compañías que individualmente tienen pesan más en el índice que Brasil.

Para cubrir los obstáculos que pueden surgir en torno a la calidad, como la previsibilidad de las ganancias y la gobernabilidad, es difícil encontrar convicción en grandes segmentos del mercado chino, algo normal en cualquier mercado. Pocas empresas ofrecen un crecimiento a largo plazo con una previsibilidad decente, y no es diferente en China. Pero con un mercado tan grande, y con una selección tan estrecha, hay que estar atento para evitar la acumulación de riesgos.

La presión geopolítica se está acumulando en contra de China, al mismo tiempo que su larga trayectoria alcista ha dejado a los hogares y las empresas muy apalancadas. A menos que se produzca un gran estallido con los EE.UU., hay empresas que deben tener el crecimiento estructural y la fuerza para manejar bien la recesión.  El desafío para los seleccionadores de acciones es la visibilidad en términos de gobernanza y la comprensión de los objetivos de los reguladores.  Los reguladores son una parte importante del análisis de las empresas en China.

En el gráfico que figura a continuación se examina la gobernanza a través de las puntuaciones de ESG (por sector) del MSCI China. Hemos agrupado las puntuaciones en grupos: A-y por encima como fuerte, BBB decente, BB territorio cruzado, y B y CCC como débil. Los grupos fuertes/decentes representan sólo el 17% de las empresas. El sector de la tecnología de la información es el tiene una mayor representación, con 21 empresas. Sin visibilidad, buena o un espejismo, no tenemos forma de diferenciar la resistencia si no podemos ver la dinámica sostenible que impulsa un negocio.

 

Conclusión

Seguimos viendo un escenario positivo para las empresas de alta calidad en mercados emergentes, ya que pueden proporcionar un crecimiento de varias décadas con catalizadores diversificados de rentabilidad. Para los inversores que encuentran las oportunidades de inversión, un elemento importante que protege de los problemas es centrarse en la gobernanza y la alineación de intereses con los accionistas minoritarios en particular. El desafío, por supuesto, es soportar la volatilidad durante las crisis. Una baja volatilidad no es lo mismo que un bajo riesgo, y eso es importante recordarlo a largo plazo hacia los resultados de la inversión.

Columna de Vontobel escrita por Sudhir Roc-Sennett

 

Cinco realidades de la recesión en Estados Unidos

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Pixabay CC0 Public Domain. Los activos invertidos en ETFs y ETPs cotizados en EE.UU. alcanzaron la cifra récord de 5,91 billones de dólares

Normalmente, las recesiones son difíciles de predecir, pero esta vez no ha sido el caso. La pandemia del COVID-19 que está arrasando el mundo ha llevado a la economía estadounidense a la recesión, con una caída del PIB estadounidense del 4,8% en el primer trimestre. Si bien la caída ha sido considerable, en mi opinión, en el segundo trimestre se producirá otra aún más pronunciada, ya que extensas zonas del país permanecen en confinamiento. En Estados Unidos se observa una fuerte reducción del gasto de los consumidores y de la producción industrial y, en este sentido, existen cinco realidades que hay que tener en cuenta.

1) Hemos pasado por esto antes (más o menos)

La mayor caída del PIB trimestral después de 1950 se produjo en el primer trimestre de 1958 y fue del 10%.

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Esta fuerte disminución del crecimiento se produjo en el contexto de la recesión de 1957-1958, provocada por una confluencia de factores, entre ellos una pandemia de gripe. Aunque la estructura de la economía actual es muy diferente, Estados Unidos no es ajeno a la agitación económica provocada por la pandemia. La economía estadounidense se recuperó con fuerza a finales de la década de 1950, con un crecimiento superior al 5%.

En vista de que en algunas zonas de Estados Unidos están tratando de reducir las restricciones, considero que la recuperación de la actividad podría comenzar a partir de junio en determinados sectores y, en términos más generales, en el tercer trimestre.

2) Las recesiones tienden a ser cortas y las recuperaciones, potentes

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La buena noticia es que, por lo general, las recesiones no suelen ser demasiado largas. Aunque en esta ocasión podría ser diferente, nuestro análisis de 10 ciclos desde 1950 refleja que las recesiones han durado entre 8 y 18 meses, con una duración media de 11 meses. Para quienes están directamente afectados por el desempleo o el cierre de empresas, puede parecer una eternidad. Sin embargo, a los inversores con un horizonte de inversión a largo plazo no les iría mal si adoptaran una perspectiva más amplia. La expansión media aumentó la producción económica en un 25%, mientras que la recesión media redujo el PIB en menos del 2%.

3) El comportamiento de los consumidores

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Los consumidores estadounidenses representan aproximadamente dos tercios de la economía. Teniendo en cuenta que las prestaciones por desempleo se han disparado -aunque muchas de ellas sean temporales-, y que los consumidores se quedan en sus hogares, no es de extrañar que la economía se debilite. El paquete de estímulo de 2 billones de dólares ayudará a sostener algunos niveles de consumo, pero es probable que la incertidumbre del empleo mantenga a muchos consumidores en un estado de ánimo austero.

4) La caída de los precios del petróleo puede ser otro factor favorable

La brusca caída de los precios del crudo ha ejercido una gran presión sobre el sector energético. Los contratos petroleros de mayo se volvieron negativos en abril, mientras los productores se esforzaban por encontrar almacenamiento para los abultados depósitos de suministros, debido a la fuerte reducción del uso de vehículos y del consumo de gasolina por parte de los consumidores. Si bien es probable que el impacto negativo de la caída de los precios se deje sentir en los yacimientos petrolíferos estadounidenses, la reducción de los precios de la energía puede suponer un aliciente para los consumidores y las industrias con un alto componente de transporte.

5) El tiempo podría no serlo todo

Esperar a que todo se aclare podría provocar que los inversores no aprovechen las ventajas del mercado. Desde la Segunda Guerra Mundial, en las recesiones con sus correspondientes correcciones bursátiles, el S&P 500 ha tocado fondo, de media, tres meses antes del final de cada periodo recesivo. No es un gran consuelo para los inversores que han soportado la volatilidad del mercado, pero incluso cuando la economía se debilita, hay oportunidades de invertir en grandes empresas con descuento.

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Aunque la máxima de que el mercado de valores no es la economía es cierta, la volatilidad del mercado tiende a reflejarse, con cierto desfase, en los datos económicos. Por lo tanto, incluso cuando los mercados financieros se encuentran en vías de recuperación, la economía puede tardar un tiempo en reaccionar. El hecho de centrarse en la inversión a largo plazo puede ayudar a los inversores a transitar por un entorno de volatilidad a corto plazo.

Tribuna de Darrel Spence, director de análisis de Capital Group

Una nueva era económica tras la crisis

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Pixabay CC0 Public Domain. Una nueva era económica tras la crisis

Los acontecimientos actuales probablemente marquen un punto de inflexión en la política económica y el fin de un período de 40 años de capitalismo de libre mercado. Nadie puede saber cuánto tiempo durará la crisis del COVID-19, pero creo que independientemente de esto, la crisis marcará un profundo cambio a largo plazo en la política económica.

Es probable que sea un punto de inflexión en la historia; los historiadores podrán mirar hacia atrás y decir que marcó el final del período 1980-2020 de un capitalismo efectivamente desenfrenado en Occidente. En este momento estamos viendo una intervención masiva del gobierno en el sector privado, ya sea obligando a los propietarios a ofrecer períodos de alquiler gratuito, dando instrucciones a los bancos para que cancelen los dividendos y concediendo directamente préstamos bancarios.

Todo esto marca el fin de la «mano invisible» del economista Adam Smith, que ha operado principalmente sin restricciones a lo largo de mis 30 años de carrera como inversor. Este término, popularizado en el influyente libro de Smith La riqueza de las naciones, se refiere a una fuerza de mercado inobservable que permite que la oferta y la demanda de bienes en un mercado libre alcancen el equilibrio.

En mi opinión, nos estamos moviendo hacia una nueva era para la elaboración de políticas macroeconómicas. La fusión de la política fiscal y monetaria está a punto de convertirse en la norma. Mientras tanto, creo que varias cosas están llegando a su fin en muchos países: la independencia de los bancos centrales, la flexibilización cuantitativa, la financiarización de los activos (en la que la política impulsa los precios de los activos y no la economía) y la creencia de que un capitalismo relativamente poco controlado es el mejor enfoque de la gestión económica.

A corto plazo, es probable que las economías que se derrumben sean deflacionarias y que los rendimientos de los bonos del Estado puedan caer aún más. Sin embargo, a medio plazo (de uno a dos años) creemos que las políticas para compensar la grave desaceleración causada por el COVID-19 probablemente sean similares, en última instancia, a alguna forma de MMT (Teoría Monetaria Moderna – básicamente donde el gasto fiscal se financia principalmente con la impresión de dinero).

Estas políticas pueden señalar en última instancia el fin de la deflación y el prolongado período de menor crecimiento económico (también conocido como estancamiento secular) que hemos visto desde la crisis financiera mundial de 2008.

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Es probable que se combinen otras tendencias con esto, entre ellas:

  1. El fin de la creciente globalización y la optimización de las cadenas de suministroLa globalización ya estaba empezando a invertirse (en términos de comercio como porcentaje del PIB mundial) a medida que los países cuestionaban cada vez más la excesiva dependencia de China y la complejidad y los riesgos de depender de cadenas de suministro en múltiples lugares lejanos. Es probable que la «repatriación» se convierta en la norma cada vez más frecuente, especialmente en ámbitos esenciales y críticos como los productos farmacéuticos, la infraestructura del sector salud y de defensa y la tecnología. Esto pondrá en tela de juicio el modelo de desarrollo que persiguen actualmente muchas economías emergentes.
  2. El gran gobierno será el nuevo mantra popularDe nuevo, como la tendencia de la globalización, esto estaba empezando de todas formas. Ya sea Trump en EE.UU. con sus políticas populistas o el nuevo gobierno conservador en el Reino Unido con sus planes para una sociedad mejor. Los Millennials y la Generación Z están claramente mucho más abiertos a los grandes gobiernos y al populismo, en comparación con las generaciones de los Baby Boomers y la Generación X, que recuerdan los males de los años 70. El gran gobierno significará que los estos aumenten el control y la inversión directa de capital, el gasto en investigación y desarrollo, y que posean o controlen la infraestructura económica crítica clave (transporte, servicios públicos, telecomunicaciones, bancos).
  3. Impuestos más altos. Se esperará que los ricos paguen más, ya sea a través del impuesto sobre la renta, las ganancias de capital, los impuestos sobre el patrimonio, los impuestos sobre la propiedad (los gobiernos pueden ser innovadores, al menos en lo que respecta a los impuesto). Las garantías de ingresos mínimos también pueden arraigarse en muchos países, especialmente en aquellos que las han introducido efectivamente debido a la crisis del COVID-19.
  4. Una Europa Federal. El euro finalmente se estabiliza o se salva ya que Alemania acepta la generosidad fiscal y pasamos a una Europa Federal. Sin esto, el euro probablemente colapsará si la crisis actual se prolonga. Las políticas de tipo MMT pueden entonces engendrar la necesidad de controles de capital/represión financiera (la tenencia forzada de bonos gubernamentales por parte de instituciones nacionales como los bancos y las compañías de seguros) en muchos países para garantizar que los gobiernos no se vean obligados a someterse a los mercados. 
  5. El capitalismo «amiguista» se acabará Las recompras serán penalizadas al igual que las compensaciones exageradas de los directores generales. La tendencia según la cual la remuneración de los directores generales multiplica cada vez más los ingresos medios de los empleados se invertirá.

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Claramente, lo anterior es una especulación, pero estamos bastante convencidos de en qué dirección vamos respecto a los temas anteriores, aunque no de a qué velocidad. En realidad, el mundo dentro de dos años puede parecerse más al período posterior a la Segunda Guerra Mundial, cuando los gobiernos de Occidente se enfrentaron a una enorme carga de deuda y las poblaciones, agotadas y cansadas de la guerra, recurrieron a las políticas mencionadas para crear una sociedad más justa y poder soportar unas cargas de deuda insostenibles. Es interesante que se trata de un régimen político no tan diferente del que prevalece en China hoy en día.

Las implicaciones en la inversión

Siguiendo adelante, ¿qué significa esto para la inversión? Si estamos en lo cierto en nuestra tesis anterior, no es un telón de fondo muy favorable para los activos financieros. Claramente es poco probable que el dinero en efectivo y los bonos vayan bien. Algunas áreas de la renta variable y el inmobiliario deberían ser una mejor cobertura de la inflación, pero la clave será centrarse en aquellas áreas menos propensas a la intervención del gobierno.

Las acciones asiáticas me parecen uno de los mejores lugares para estar a medida que avancemos en la crisis y se dé la respuesta política. Los niveles iniciales de deuda pública en Asia son mucho más bajos que en Occidente, por lo que el alcance del reajuste de políticas mencionado anteriormente puede ser menor en Asia.

Aunque no sean inmunes a los cambios estructurales mencionados, me preocupa menos el impacto del nuevo «Gran Gobierno» en los valores asiáticos. Y, por supuesto, en China el «Gran Gobierno» ya es la norma.

Tirbuna de Robin Parbrook, codirector de inversiones alternativas de renta variable asiática en Schroders

Tu negocio durante y después de la cuarentena

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«Quédate en casa» se puede comparar a la etapa de capullo en el ciclo de vida de una mariposa. Creo que todos estaríamos de acuerdo con decir que estar dentro de un capullo puede ser aburrido, triste y simplemente desmotivador. Como estar inmovilizado en un lugar.

No te dejes engañar, las mariposas atraviesan por un proceso de transformación llamado metamorfosis para completar su desarrollo que les permite emerger más fuerte y hermoso que su forma larval.

Mientras que estamos encerrados en nuestros hogares durante la crisis de COVID-19, es tentador presionar el botón de «pausa» en nuestras vidas y simplemente encender Netflix y esperar a que pase la crisis.

¡No es así! Esta interrupción en nuestra vida profesional es el momento perfecto para prepararnos para el próximo paso en nuestras carreras, más robusto y satisfactorio que el anterior. ¡Ahora es el momento de trabajar más, no menos! Ahora es el momento de dejar de ser una oruga y convertir su negocio en una mariposa.

Después de una muy necesaria temporada de descanso y reflexión, aquí comparto cuatro pasos de acción que son críticos para ayudar a tu negocio de seguros a salir de la crisis del coronavirus más fuerte que nunca.

 1. Prepárate para los cambios que llegan a tu industria.

Las compañías de seguros de vida aún están aceptando nuevas solicitudes, pero la industria está haciendo ajustes a su portafolio de productos, guías de suscripción y procesos de implementación para seguir trayendo nuevos negocios.

Si bien todos estamos acostumbrados a hacer negocios de cierta manera, ser forzado a salir de nuestra zona de confort puede traer nuevas oportunidades antes no identificadas.

¿Como aprovechar esta oportunidad?

  • Ponte en contacto con tus aseguradores y manténgase al tanto de cualquier cambio o limitación de productos.
  • Comunícate con los líderes de la industria y colegas para comprender sus estrategias a corto, mediano y largo plazo.
  • Analiza cuidadosamente tus oportunidades de ventas y redirije su estrategia encontrando soluciones viables para cada potencial cliente.

2. ¡Llama a todos!

¡Revisa cada archivo de tus clientes, piensa en lo que podrían necesitar y luego comienza a marcar! Hazle seguimiento a su estado de salud, su familia, su opinión ante la situación actual de cierres y cuarentenas. Tus clientes internacionales pueden enfrentar bloqueos mucho más estrictos y experimentar condiciones de atención médica mucho más difíciles. Olvídate de realizar una venta y simplemente confirma que todos estén seguros. Al hacer el esfuerzo, te destacarás del resto: ¡Una mariposa en medio de orugas!

He pasado mi tiempo de inactividad obligatorio por la regla de «quédate en casa» llamando a todos los clientes de mi lista. Muchos de ellos están agradecidos por la llamada y comentan: «Estoy muy contento de que hayas llamado, esta crisis ha resaltado el hecho de que definitivamente necesito más seguro de vida.”  ¡Todos ganamos!

3. Actualiza tu presencia en línea

La industria de los seguros se mueve como una melaza en respuesta a los avances tecnológicos, y prefiere confiar en estrecharse la mano y las reuniones en persona. Irónicamente, estas son exactamente las vías de conexión que COVID-19 ha cortado.

La interrupción de COVID es una oportunidad perfecta para adelantarse al resto y mejorar tu presencia digital:

  • Invierte en una plataforma de videoconferencia accesible y profesional que te permitirá reunirte con tus clientes «cara a cara», incluso si no pueden reunirse en persona. CONSEJO PROFESIONAL: no confíes en la cámara web incorporada. Una buena cámara y un telón de fondo profesional mejorarán la experiencia de la reunión.
  • Si tu página web tiene más de dos años, considera actualizara. Una apariencia elegante y una interfaz de usuario facilitarán las ventas y el mercadeo digital.
  • Ordena tus cuentas de redes sociales con su perfil de marca en todos los canales (Facebook, Twitter, LinkedIn, Instagram, YouTube, etc.)
  • ¡Invierte en contenido! Videos de YouTube, fotografías, blogs, contenido de redes sociales, etc. Contar con contenido firme y constante en línea muestra autoridad.

Subcontrata cualquier cosa y todo lo que tiendes a postergar o que caiga fuera de tu ámbito de experiencia … pero considera ponerte frente a la cámara tú mismo. Eres la cara de tu marca. ¡Deja que te vean!

4. Cambiar a un enfoque de ventas digital

Las agencias de seguros también tienden a quedarse atrás de otras industrias en la implementación de sistemas digitales. Esto se convierte en un cuello de botella, frenando su crecimiento y (nuevamente) cerrándolos a mercados actualmente desatendidos. Nuevas oportunidades.

Las iniciativas digitales deben incluir:

 ● Nueva forma de generar prospectos. Solo puedes estar en tantos eventos sociales a la vez … y en este momento, los eventos sociales están suspendidos hasta nuevo aviso. Explora maneras de capturar clientes potenciales que no requieren de tu presencia física, como las redes sociales y el mercadeo digital. Asegúrate de tener una estrategia de mercadeo específica que te permita llegar a tus contactos con contenido valioso que captará su atención.

 ● Nueva forma de organizar tu estrategia de mercadeo. Un sistema digital de gestión de relaciones con clientes (CRM) y una plataforma de automatización de mercadeo de correo electrónico pueden incrementar tu negocio, permitiéndote administrar más clientes con menos esfuerzo. Estas herramientas pueden ayudarte a hacerle seguimiento y saber dónde se encuentra cada cliente en el proceso de ventas y te permiten enviar propuestas y comunicaciones por correo electrónico con tan solo un click.

5. Prepárate para reabrir

Muchas empresas operan bajo estrechos márgenes y con mínimas redes de seguridad y las agencias de seguros no son la excepción. Todos hemos sentido la ruptura de estabilidad durante esta crisis, lo que hace que ahora sea el momento perfecto para abordar la reapertura de tu agencia.

Puede que esta no sea la última vez que nos enfrentamos a cierres este año si nos golpea una segunda ola de COVID.  Ahora es el momento de analizar detenidamente tu plan de continuidad, que incluye:

  • Provee un entorno seguro para tus empleados y habla personalmente con cada uno de ellos.
  • Invierte tiempo en ajustar las proyecciones financieras y prepárate para los déficits inevitables. ¡Protege tu nómina!
  • Como líder, acepta la nueva normalidad y enfrenta cada día con entusiasmo y resistencia.

¿Cómo se verá afectada la gestión de activos por la crisis del COVID-19?

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¿Cómo se verá afectada la gestión de activos por la crisis del COVID-19?
Pixabay CC0 Public Domain. ¿Cómo se verá afectada la gestión de activos por la crisis del COVID-19?

La pandemia del COVID-19 no se parece a nada que ninguno de nosotros haya experimentado jamás. La crisis tendrá, sin duda, implicaciones de gran calado para las personas, las empresas y para la sociedad en su conjunto. La industria de la gestión de activos también afronta desafíos colosales, ya que aspira a seguir convirtiendo los ahorros en inversiones para clientes grandes y pequeños. Esta tarea tal vez nunca haya sido tan ingente, y las lecciones que hemos aprendido serán vitales para ayudar a reconstruir el mundo que nos espera. Creo que estaremos a la altura del desafío.

Sin embargo, primero debemos hacernos algunas preguntas y quizá ninguna sea tan importante como la forma en que nos vemos a nosotros mismos como industria. Los bancos centrales y los gobiernos han hecho todo lo posible para tratar de estimular el crecimiento y aliviar el dolor económico. El sector financiero debe ver cómo puede desempeñar su papel. La forma en la que la industria de gestión de activos se comporte en este entorno será objeto de un escrutinio nunca visto hasta ahora.

Tanto nosotros como las empresas en las que invertimos hemos considerado siempre que tenemos un deber con un conjunto más amplio de «stakeholders» que va más allá de ser meros accionistas. Esto incluye a los clientes, los reguladores y las comunidades en las que las empresas operan y atraen a sus equipos. En el entorno actual, todas las miradas estarán puestas en el cumplimiento de esa responsabilidad más amplia.

De manera parecida, vemos el impacto de la pandemia como un acelerador de las tendencias económicas, de mercado y sociales existentes. Por ejemplo, creemos que la agenda ASG se mantendrá en la vanguardia del concepto de inversión. Esta es una de las líneas que nosotros deseamos seguir y, lo que es más importante, se trata de una tendencia que nuestros clientes quieren que pongamos en práctica aún más.

En Aberdeen Standard Investments siempre hemos defendido el compromiso y la gestión minuciosa de las inversiones que nos confían nuestros clientes. Es probable que el panorama actual de los beneficios corporativos sea el más complejo de mi carrera en el sector. Se espera que las ganancias caigan alrededor de un tercio. Desafortunadamente, sospecho que esto puede ser demasiado optimista. Del mismo modo, los dividendos, uno de los verdaderos referentes en el análisis de la salud y las perspectivas de una compañía, están desapareciendo a un ritmo sin precedentes a medida que las empresas se comprometen con sus recursos de liquidez y reflexionan sobre el futuro incierto que tienen por delante.

Como inversores a largo plazo, podemos ayudar a las compañías a recuperarse y volver a obtener beneficios. Después de todo, los buenos negocios no se convierten en malos de la noche a la mañana. Ayudarles a transitar esta situación será importante en los próximos meses. Como hemos visto en las últimas semanas, a pesar de los altos niveles de volatilidad y los bajos niveles de liquidez, los mercados de renta variable y de bonos han permanecido abiertos a las empresas y emisores que tienen planes y estrategias claras para superar los problemas actuales.

Conversar, conversar y conversar

Este es también un momento en el que, como gestores activos, debemos seguir demostrando nuestra valía y cómo podemos cumplir las expectativas de nuestros clientes. La comunicación y la transparencia son fundamentales. Esto incluye hacer bien las cosas básicas; caminar con nuestros clientes y ser honestos sobre cómo vemos el paisaje económico y de mercado.

El panorama es incierto. Sin embargo, jamás ha sido más importante ser abiertos sobre lo que pensamos que serán los resultados potenciales y cómo construimos las carteras para reflejar estas eventualidades. Tenemos que seguir «haciendo los deberes» cuando analizamos las acciones, la deuda y otros activos en los que invertimos. Si bien el contexto económico y de mercado puede cambiar, el valor de un buen análisis sigue siendo vital. Esto es especialmente cierto en un mundo en el que todo apunta a que los gobiernos, las empresas y los individuos terminarán más apalancados.

Trabajar de manera más ágil, pero no más tiempo

No hay duda de que, a medida que salgamos de esta crisis, muchos sectores se enfrentarán a numerosos cambios. Uno de los mayores impactos para el sector de la gestión de activos se producirá probablemente en sus prácticas de funcionamiento. Ya habíamos adoptado el trabajo flexible, y parece probable que estas tendencias continúen. También estamos aprendiendo a conectarnos de una manera ligeramente diferente, que sea favorable para las familias, clientes y empresas. Creo y espero que esta mentalidad perdure durante los difíciles meses que tenemos por delante.

Nuestra responsabilidad

Vivimos en una época sin precedentes. La crisis actual está lejos de haber terminado y se presentan muchos desafíos en el futuro. Estos nos impondrán una responsabilidad considerable tanto como custodios del ahorro y propietarios de las acciones y de la deuda así como miembros de nuestras sociedades que irán cambiando. Sigo confiando en que estamos a la altura de la tarea que tenemos por delante.

Tribuna de Richard Dunbar, responsable de investigación de Aberdeen Standard Investments

Hagamos lo que nos toca: ventas en concurso y M&A

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Pixabay CC0 Public Domain. Hagamos lo que nos toca: ventas en concurso y M&A

Tanto por número de operaciones como por volumen de inversión, 2018 y 2019 fueron años de intensa actividad de M&A en España. Aunque todavía no hay datos agregados fiables, 2020 empezó manteniendo esta tendencia hasta que nos ha golpeado el COVID-19 dejándonos, literalmente, paralizados. Es hora de volver a salir a la calle, al mercado, y es importantes saber con qué nos vamos a encontrar y tener una estrategia para afrontarlo.

La existencia de liquidez, de capacidad inversora, ha sido uno de los elementos dinamizadores del M&A en estos años, y los datos indican que sigue existiendo esa capacidad y ese apetito, por lo que la demanda de operaciones sigue presente, aunque en estado latente, ya que, como es natural, la prudencia responde a la actual incertidumbre ralentizando las decisiones de adquisición.

Si bien hay liquidez en el lado inversor, muchos proyectos empresariales valiosos han quedado gravemente afectados por esta crisis, muy particularmente en cuanto a liquidez operativa, al haber sufrido una drástica y súbita reducción de sus ingresos. Se anuncia así para los próximos meses una oleada de concursos de acreedores para los que es necesaria una solución.

La coincidencia de liquidez inversora y de empresas con valor de mercado pero en situación concursal, propiciará la oportunidad de compra de unidades productivas en concurso. Se trata de operaciones particulares, distintas al M&A tradicional, pero que presentan numerosas ventajas y cuyo régimen jurídico ha ido mejorando a través de modificaciones legales y resoluciones judiciales que han buscado proteger este régimen que coadyuva a la pervivencia de la empresa y al mantenimiento del empleo. 

Entre las ventajas de estas operaciones están, junto al precio, la ausencia de pasivos distintos a aquellos que quiera adquirir el inversor, la no asunción de contingencias fiscales, la cesión obligatoria a su favor de los contratos vinculados a la actividad o la depuración de la plantilla pudiendo incorporar solo a la estrictamente necesaria. Aun así, no son operaciones al uso y, por ejemplo, no se podrán imponer pactos de no competencia o de non solicitation; y en las que hay zonas de riesgo, como la sucesión laboral, lo que exigirá realizar un cuidadoso análisis legal.

En todo caso, jueces y administradores concursales, con la experiencia acumulada en la crisis anterior y el aprendizaje que se extrae de los numerosos casos de éxito vividos, van a facilitar estas adquisiciones cuyo resultado dependerá en gran medida de la celeridad con la que se articule esta solución. Las operaciones serán más exitosas para todas las partes implicadas cuanto antes se pueda consumar la transmisión y, para ello, la mejor opción es poder presentar la solicitud de concurso voluntario junto a la oferta de adquisición. Así, el proyecto se podrá transmitir con menor deterioro y devaluación, el concurso será más sencillo en su tramitación y con menos riesgos para la concursada, beneficiando a la misma pero también a los acreedores, al adquirente y al mercado en su conjunto.

Toca hacer los deberes. Asomarse al mercado, ver qué empresas están pasando dificultades que ponen en peligro su viabilidad, analizar si el concurso es la salida y la venta de la unidad productiva la solución para la continuidad empresarial. En muchos casos será así, quienes primero vean la oportunidad y den los pasos negociales y jurídicos para materializarla podrán beneficiarse de adquisiciones en buenas condiciones que ayudarán además a que la crisis cause menos daño a nuestro tejido empresarial.

Tirbuna de José María Rojí, abogado y socio CMS Albiñana & Suárez de Lezo

El concepto de “short duration” en un entorno desafiante

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El concepto de “short duration” en un entorno desafiante
Pixabay CC0 Public Domain. El concepto de “short duration” en un entorno desafiante

En este entorno desafiante, vamos a recorrer 5 puntos cruciales para un fondo de duración corta: dislocaciones de precios, baja duración de crédito, efecto pull back, riesgo de liquidez y diversificación de cartera.

En esta crisis, fuimos testigos de lo que se denomina un aplanamiento de las curvas de crédito, por el cual la parte corta ofrece rendimientos mayores que la parte larga. En los primeros días/semanas de ventas, el único juego para los inversores era el de recaudar la mayor cantidad de efectivo posible para hacer sus fondos más resilientes y estar preparados para las salidas.

¿Y qué preferiría vender? ¿Un bono a largo plazo que acaba de perder 30 puntos? ¿O un bono a muy corto plazo que hasta ahora solo ha perdido un par de puntos? Todos tienen la misma respuesta a esa pregunta, por lo que todos intentan hacer lo mismo al mismo tiempo: vender bonos a los que solo les quedan unas pocas semanas o meses de vida. Muy rápidamente, los compradores marginales se evaporaron provocando que los precios de esos bonos a corto plazo cayesen en picado. Los precios ya no reflejaban sus fundamentales, sino más bien el coste de la liquidez inducido por el pánico. En ese punto, los precios están completamente dislocados.

Lo que es importante entender es que una caída de 10 puntos en un bono a tres meses conduce a un rendimiento al vencimiento mucho mayor (en términos anualizados) que una caída de 10 puntos en un bono a cinco años. Tikehau Taux Variables tenía una gran liquidez en el momento de las ventas masivas y no solo no vendimos nada, sino que nos pusimos delante de los inversores desesperados por vender a cualquier precio. De esta manera, aprovechamos puntos de entrada atractivos en bonos a corto plazo con el objetivo de aumentar el rendimiento de la cartera y mantener la duración de crédito baja.

En momentos como este, es imposible escapar de la volatilidad y las correcciones del mercado. La pregunta es: ¿cuánto tiempo tardará en recuperarse? Aquí necesitamos identificar los diferentes tipos de bonos a corto plazo. Hay bonos «bullet» (el emisor no tiene opción de refinanciarlos antes de su vencimiento) con un vencimiento corto (entre 1 y 12 meses). Hay bonos «yield-to-call» (el emisor tiene la opción de refinanciarlos antes) con un vencimiento a largo plazo o incluso a perpetuidad, pero en el que tiene una fuerte convicción de que el emisor los refinanciará dentro de los próximos de dos a 12 meses. Y hay bonos “called” (el emisor ha anunciado oficialmente que refinanciará los bonos entre los próximos 10 a 30 días hábiles).

Si hiciste bien tu trabajo seleccionando créditos, siguiendo un enfoque fundamental, logrando evitar “defaults” y acertando en las refinanciaciones, entonces la respuesta a la pregunta anterior es bastante sencilla: cuanto menor sea la duración de su crédito, menor será el tiempo de recuperación. ¿Por qué? Porque a medida que pasa el tiempo, sus bonos a corto plazo eventualmente vencerán o serán reembolsados, lo que le permitirá recuperar toda su caída de precios. Eso es lo que llamamos el efecto pull-back-to-par.

Esa es exactamente la razón por la cual Tikehau Taux Variables entró en la corrección con una duración de crédito muy baja de 0,6 años y la mayoría de sus bonos vencen o serán reembolsados en 2020 (al menos el 56% del fondo debería vencer o ser reembolsado este año).

Ya hemos hablado acerca de cómo los mercados de crédito pueden dejar de funcionar a medida que la liquidez se evapora y conduce a precios dislocados. Es fácil entender que ser un vendedor forzoso para recuperar liquidez en este tipo de entorno puede ser muy perjudicial para los inversores. Entonces, ¿cómo tratar de garantizar un flujo de liquidez constante sin tener que vender nada? La única forma de hacerlo es beneficiarse de la liquidez natural de los bonos que se posee. Esta es la consecuencia directa de tener una duración crediticia baja.

Por ello, gestionamos Tikehau Taux Variables con un modo “run-off”: a medida que pasa el tiempo, los bonos a corto plazo se mantienen hasta vencimiento o son reembolsados. Recuperamos así la corrección del mercado y reinvertimos el efectivo «naturalmente» generado en otros bonos a corto plazo. Y así sucesivamente.

Finalmente, una característica muy importante es la diversificación: no poner todos los huevos en la misma cesta limita el impacto en el rendimiento de un fondo en caso de “default”. Es por eso que Tikehau Taux Variables tiene más de 120 posiciones (a fecha 30 de abril).

A 30 de abril, la estrategia tenía un 16,6% de efectivo y equivalentes, una duración de crédito de 1 año y un rendimiento a vencimiento del 4,2% con una calificación promedio BBB- Investment Grade.

Tribuna de Laurent Calvet, gestor de estrategias de crédito en Tikehau Investment Management

La economía china después del COVID-19: ¿es posible una recuperación rápida?

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Pixabay CC0 Public Domain. Renta variable china: las claves para entender un mercado con 18,8 billones de dólares de capitalización bursátil

Solo unas semanas después de la brusca paralización de la segunda economía del mundo, el motor chino comienza a ponerse en marcha lentamente. Su Gobierno se ha mostrado bastante optimista ante la posibilidad de una rápida recuperación económica, aun cuando algunas de las principales economías del mundo han entrado en punto muerto. En un entorno de pesimismo y de caída de los precios del petróleo, muchos se preguntan: ¿es posible que la economía china sufra un impacto de tal calibre, se recupere rápidamente y vuelva a la normalidad?

No creo que la economía china vaya a normalizarse con rapidez. Tras marcar un mínimo histórico en febrero, el PMI manufacturero mostró en marzo los primeros indicios de recuperación con 52 puntos, cifra que indica una expansión y aleja las previsiones de una contracción. Aun así, pensamos que China, cuya tasa de crecimiento ya era la más lenta de los últimos 30 años antes del brote de COVID-19, seguirá registrando un crecimiento económico negativo durante otro trimestre más. Es probable que la economía experimente una ligera recuperación en la segunda mitad de 2020.

La incertidumbre que rodea a las perspectivas de la economía mundial también amenaza la rápida recuperación de la economía china. El país ya no depende tanto de las exportaciones, lo que le permite estar más aislado de las circunstancias externas. Pero su sector manufacturero no podrá evitar verse afectado por la reducción de la demanda provocada por la ralentización de la economía mundial. Mucho va a depender de la duración de la pandemia de COVID-19 en todo el mundo, y eso es algo que aún se desconoce.

Si la economía mundial comenzara a recuperarse en los próximos cuatro meses, el restablecimiento de los gastos aplazados podría favorecer la recuperación parcial del déficit de consumo. Sin embargo, una crisis de mayor duración podría provocar la quiebra de muchas empresas en todo el mundo y el cierre de la capacidad de producción.  Esta situación tendría un impacto mayor sobre la economía china. En este caso, la clave de la recuperación económica estaría en la disposición que mostraran los consumidores para gastar en un periodo de debilidad general del crecimiento económico.

Más allá del entorno de incertidumbre, China cuenta con numerosos mecanismos para restaurar el crecimiento de su economía. En comparación con otros países, las autoridades chinas cuentan con un mayor arsenal de herramientas para estimular su economía. Entre las muchas opciones de las que disponen están los gastos en infraestructuras, con la emisión de deuda destinada a financiar proyectos, la relajación de las restricciones a la concesión de préstamos, el fomento de la inversión privada en la propiedad y la capacidad productiva, las reducciones y bonificaciones fiscales, la aplicación de condiciones menos estrictas a las cotizaciones de jubilación y las subvenciones directas al consumo.

Asimismo, el Banco Popular de China podría volver a reducir los coeficientes de reservas de capital y aplicar nuevas medidas de estímulo. Por ejemplo, podría recortar en 200 puntos básicos sus tipos de interés, que aun así seguirían situándose muy por encima de cero. El Gobierno también puede ofrecer medidas de estímulo fiscal, ya que el déficit del país es inferior al 5% del PIB. Recientemente, las autoridades han pedido a los bancos que amplíen los plazos de reembolso de los préstamos a pequeñas y medianas empresas cuyo vencimiento esté próximo, para facilitar la liquidez.

Sin embargo, la caída de los precios del petróleo podría ser un arma de doble filo para China. El país podría verse favorecido por dicha caída, ya que importa en torno al 60% del petróleo. Además, si los precios se mantuvieran en los niveles actuales, el Gobierno podría optar por aumentar sus reservas de petróleo. Sin embargo, las grandes petroleras estatales chinas se verían enormemente afectadas por la caída global de los precios del petróleo, al igual que los sectores de las energías renovables, como la eólica o la solar, cuyo crecimiento se ha visto impulsado en los últimos años por los elevados precios de otras fuentes de energía, como el petróleo.

Aunque somos optimistas al respecto, aún es pronto para saber si estamos cerca de una rápida recuperación de la economía china.

Tribuna de Steven Watson, gestor de renta variable de Capital Group en Hong Kong

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Una estrategia defensiva y flexible como escudo contra la crisis

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Una estrategia defensiva y flexible como escudo contra la crisis
Pixabay CC0 Public Domain. Una estrategia defensiva y flexible como escudo contra la crisis

Las recientes turbulencias del mercado del petróleo han puesto en alerta a los fondos multiactivo y, en particular, a su capacidad de adaptar rápidamente sus asignaciones a los cambios repentinos de precios. En este entorno, el fondo defensivo flexible ODDO BHF Polaris Moderate ha visto su rendimiento mantenerse particularmente bien. El fondo tiene como objetivo evitar grandes retrocesos en los precios mediante una asignación flexible a la renta variable (generalmente entre el 0 y el 40%) y generar rendimientos superiores a los de una inversión en bonos.

A finales de marzo de 2020, el fondo fue galardonado por sus buenos resultados con cinco estrellas Morningstar y, además ha obtenido flujos positivos de más de 50 millones de euros hasta la fecha, llevando su total de activos a más de 800 millones de euros.

La principal fortaleza del fondo es su flexibilidad, combinada con una gestión activa del riesgo en tiempos de crisis. A finales de febrero, cuando los mercados bursátiles eran muy volátiles, utilizamos futuros para reducir la exposición a renta variable hasta en torno al 20% de la cartera. A partir de marzo, volvimos a la renta variable con el objetivo de participar en la fase de recuperación. De esta manera, el fondo ha batido claramente a su índice de referencia y a la mayoría de los demás fondos, con una caída de sólo el 4% en lo que va de año (a 15 de abril de 2020, la clase de acciones DRw-EUR) en comparación con una pérdida media del 6,8% registrada por los fondos de la categoría Morningstar y del 4,4% por el índice de referencia.

En este sentido, las inversiones en renta variable del fondo se centran en empresas que, en nuestra opinión, solo se han visto ligeramente afectadas por la crisis del coronavirus o incluso se han llegado a beneficiar del entorno actual. De hecho, se hace mayor hincapié en las empresas de los sectores de la informática y la salud, mientras que los fabricantes de automóviles, los bancos y las acciones de productos básicos no están representados en la cartera.

Si bien la gestión del riesgo a corto plazo sirve para estabilizar, los valores solo se adquieren con una perspectiva de medio a largo plazo. En el caso de las acciones, la atención se centra en empresas de calidad de Europa y Estados Unidos que se caracterizan por las perspectivas de crecimiento estable y la baja vulnerabilidad a las fluctuaciones del mercado. En la situación actual, la atención se centra particularmente en aspectos como la resistencia que muestran esas empresas frente a las crisis económicas o exógenas. Cabe subrayar que, tras las fuertes caídas de los mercados, nuestras carteras demostraron ser robustas y se recuperaron rápidamente, en particular gracias a nuestra selección de valores orientada a la calidad.

La cartera de bonos, en vista de los tipos de interés negativos en los bonos soberanos, se centra en productos de grado de inversión cuidadosamente seleccionados de empresas con balances sólidos. Tras los anuncios del programa de compra del BCE, que también cubre los bonos corporativos, hemos reducido nuestra liquidez en las últimas semanas para entrar en bonos de emisores estables en condiciones que consideramos atractivas. Por último, su posición en oro, que tuvo una gran demanda debido a la crisis, también contribuyó a la resistencia del fondo.

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Tribuna de Peter Rieth, CFA, gestor y analista de ODDO BHF TRUST GmbH

El confinamiento por el coronavirus y la ruptura de los hábitos

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Pueden los criterios ESG sobre los gobiernos reflejar el éxito o fracaso de la gestión del COVID-19?

A medida que los gobiernos empiezan a reflexionar sobre las estrategias para permitir que la mitad de la población mundial abandone sus hogares, la atención se centra en la tarea de reconstruir las economías y en las tendencias sociales que se acelerarán a causa de la pandemia. 

A medida que se desarrollan los efectos del COVID-19, los cambios a largo plazo en el comportamiento de los consumidores y las repercusiones en los sectores que van desde el turismo a la tecnología están atrayendo una atención crítica. Muchos de los intentos por proyectar los efectos a más largo plazo de la actual pandemia de coronavirus dependen en gran medida de que los cambios en las pautas de comportamiento de los consumidores resulten permanentes una vez que se empiecen a levantar los confinamientos.

¿Cuánto tiempo se tarda en adquirir hábitos que se mantengan? El consenso es que, de acuerdo con investigaciones psicológicas, se requiere alrededor de dos meses para que un hábito se forme. La ciudad china de Wuhan vivió un período de casi dos meses de encierro y muchos de los estados europeos más afectados por la crisis están trabajando para aliviar las restricciones después de una experiencia similar. 

Históricamente, las crisis han ido acompañadas de un cambio social. Tras las guerras mundiales del siglo XX, se establecieron servicios de salud universales (aunque no en Estados Unidos), las mujeres obtuvieron el derecho de voto en muchas democracias (aunque no en Suiza) y se incorporaron en gran número al mundo laboral. Tras los atentados terroristas de 2001, nos ajustamos a las restricciones de seguridad en los aeropuertos y la crisis financiera de 2008 agravó las desigualdades, desencadenando un aumento generalizado de los nacionalismos y la xenofobia. Esta vez, podemos prever amplios cambios en las tecnologías de conectividad, la globalización, la geopolítica y la sostenibilidad. 

Dependientes de la tecnología 

Nuestra dependencia de la tecnología ha sido obvia en las últimas semanas. El comercio online se ha incrementado, exigiendo más a la logística y a los servicios postales y de mensajería para mantener las entregas mientras que la demanda de citas médicas a distancia, o servicios de telemedicina, ha aumentado. Las ventas de ordenadores, monitores e impresoras se han incrementado a medida que nos adaptamos a trabajar desde casa y los niños aprenden por sí mismos desde su confinamiento. 

La demanda de una capacidad de red cada vez mayor puede seguir impulsando las redes móviles de 5G, especialmente teniendo en cuenta la perspectiva de un estímulo fiscal destinado a la conectividad. Las plataformas de intercambio digital, así como las posibles implicaciones para el valor de los bienes inmuebles comerciales, evolucionarán a medida que ajustemos las expectativas de nuestros espacios de vida y de trabajo tanto dentro como fuera del hogar. 

El crecimiento del teletrabajo también expuso las vulnerabilidades de la seguridad online. Zoom, un sistema de videoconferencias, vio aumentar por 20 el número de abonados en las primeras semanas de confinamiento en Europa, y muchas empresas prohibieron su uso por motivos de seguridad unas semanas más tarde. Inevitablemente, también surgirán temores sobre la solidez de la arquitectura de Internet, tanto de su infraestructura basada en la nube como del almacenamiento físico de datos y los cables en los que se apoya. 

Habrá que insistir en el hecho de que muchos gobiernos no han actuado con la antelación suficiente como respuesta a la pandemia. Por ejemplo, gran parte del mundo no ha podido seguir el «simple mensaje para todos los países: tests, tests, tests» de la Organización Mundial de la Salud desde el pasado 16 de marzo. Tampoco todos los gobiernos han podido proporcionar equipos de protección, incluidos guantes y mascarillas que son la primera línea de defensa para los sanitarios. Por no hablar de los sistemas de información más sofisticados como las herramientas de vigilancia del comportamiento en pacientes contagiados. 

La tecnología será parte de la respuesta, en forma de pruebas médicas masivas y monitoreo de la población. Aunque sea problemática desde el punto de vista de las libertades civiles, es seguro que se hará más común, incluso se espera que sirva para contener brotes adicionales. Ya se están desplegando nuevas tecnologías de rastreo en China y se están estudiando en Europa con el respaldo de Google y Apple. 

Es probable que la pandemia actúe como catalizador, acelerando las tendencias existentes en el comercio electrónico, la logística y la seguridad cibernética, y subrayando la fragilidad de otras. 

Desglobalización 

La globalización se ha intensificado desde la II Guerra Mundial. Pero la liberalización del comercio de bienes y servicios, facilitada y vigilada por los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio y la adhesión de China, ha sido cuestionada desde la gran crisis financiera de 2008/2009. La mayor amenaza para una respuesta coordinada a la crisis actual es el colapso de la confianza política en el sistema multilateral, provocado por el aumento de las desigualdades y explotado por los políticos populistas. El último ejemplo es la decisión de Estados Unidos de retirar la financiación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

Es importante porque los gobiernos están al mando de la economía, asumiendo el control, al mismo tiempo que gran parte de los servicios del sector privado se han paralizado. Esto tiene sentido ya que los gobiernos pueden recibir pagos para pedir préstamos y proporcionar estímulos fiscales y monetarios. 

En 2019, la atención económica se centró en la reacción de la industria manufacturera ante las dificultades de hacer frente a la disputa comercial entre EE.UU. y China. Ahora, esperamos ver que la producción de artículos críticos, que antes se daban por sentado, se reoriente a nivel nacional. La producción de mascarillas médicas, por dar un ejemplo obvio y oportuno, se centra en Asia. Francia sólo tiene cuatro centros capaces de fabricar mascarillas de grado quirúrgico porque hasta la crisis actual el país suponía que siempre podría importar lo que fuera necesario para cubrir cualquier déficit. El Gobierno francés está ahora quintuplicando la producción. Además, ahora los temas de cooperación y competencia internacional están claramente centrados en el regateo comercial del suministro de mascarillas. El presidente Trump por ejemplo, invocando su política de «America First», bloqueó el envío de tres millones de mascarillas a Canadá. 

Otras industrias quizás traten de reducir su dependencia de la fabricación de bajo coste en Asia y China, recurriendo a la producción y a la obtención de nuevas soluciones para la cadena de suministro. Otro ejemplo puede ser el de los componentes químicos de bajo valor añadido, considerados repentinamente esenciales porque son la materia prima de medicamentos básicos sin patente. Es posible que veamos la misma tendencia en el abastecimiento de alimentos a medida que nos ajustemos a los niveles cambiantes de suministro y nos enfrentemos a la fragilidad de nuestras redes de suministro actuales, que dependen de la “just-in-time delivery”, lo que ha contribuido a la disminución de los niveles de stock. 

Sin duda, la automatización de los procesos industriales, el almacenamiento y la solución de los cuellos de botella logísticos se acelerarán para hacer frente a las nuevas urgencias y es probable que sigan siendo una prioridad para las empresas mucho después de la pandemia. 

Los viajes son una baja obvia a corto plazo y plantean dudas sobre la rapidez con la que se recuperará el sector una vez que las restricciones de movimiento comiencen a levantarse. Podríamos ver más restricciones en los viajes corporativos y un impacto prolongado en los viajes de ocio, en particular los de larga distancia. Es probable que esto se combine con las crecientes sensibilidades ambientales de los viajeros, y puede generar algún cambio de los viajes aéreos a los ferroviarios. A corto plazo, cualquier cambio duradero en el comportamiento de los viajeros de negocios y de ocio puede prolongar la presión sobre los precios del petróleo, a pesar del reciente acuerdo entre la OPEP y Rusia, que hace que sus precios bajen aún más, pues el combustible de aviación representa el 7% de la demanda mundial. 

¿Un nuevo eje geopolítico? 

Dadas las muy diferentes experiencias de gestión de la pandemia y el control de su narrativa en China y EE.UU., ¿mirarán los historiadores este período como un punto de inflexión en el equilibrio geopolítico de poder entre EE.UU. y China? Esto ocurre cuando algunas democracias occidentales liberales parecen especialmente debilitadas a causa de líderes populistas y las preguntas sobre la interferencia de las elecciones extranjeras, mientras los EE.UU. se preparan para otras elecciones presidenciales en noviembre de 2020. 

Por último, la solidez de la cohesión de la Unión Europea está bajo un escrutinio aún mayor. El tiempo que se tardó en acordar una respuesta común a la pandemia en toda la zona euro, que sigue siendo bastante limitada en comparación con el nivel de gasto de emergencia que se ofrece en Asia, no contribuyó demasiado a reforzar los argumentos de los federalistas. Después de haber tropezado con un compromiso y de haber dejado de lado la idea de los coronabonos, el resultado final puede resultar eficaz con la potencia de fuego adicional del Banco Central Europeo. 

En los mercados emergentes, el impacto de la reducción de los precios del petróleo probablemente generará una serie de vías de crecimiento muy diferentes, que pondrán a prueba la vulnerabilidad económica de los productores de petróleo y contribuirán a la recuperación de los países importadores de petróleo, como la India y China. 

Sostenibilidad en tiempos del COVID-19 

¿Seguirán los líderes mundiales considerando el cambio climático como una prioridad con sus economías en recesión o en recuperación? La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, prevista para noviembre, se aplaza hasta el año 2021. 

Desde el punto de vista de la ciencia del clima, la crisis actual va a ofrecer a los investigadores una oportunidad sin precedentes para estudiar el impacto del comportamiento humano en el medio ambiente. Hay una oportunidad de aprender lo que sucede con los gases de efecto invernadero en la atmósfera cuando el mundo vuelva a los niveles de transporte internacional de los años 50. ¿Se debilitarán los compromisos de reducción de los gases de efecto invernadero ante la ralentización de las economías? ¿O la experiencia de niveles más bajos de contaminación, incluso en el mundo emergente? ¿La comprensión de los efectos positivos para el crecimiento de la inversión en infraestructura ecológica estimularán la adopción de más medidas? 

Dado que los residentes de muchas ciudades han estado disfrutando de un aire más limpio durante el confinamiento, es probable que disminuya la tolerancia del público a la vuelta a la normalidad, junto con una mayor consciencia de los efectos de la contaminación atmosférica en la salud pública. En la actualidad, las investigaciones vinculan la exposición a la contaminación con la propagación y la tasa de mortalidad del COVID-19, por el efecto de la contaminación atmosférica en la respuesta inmunológica del cuerpo y en las condiciones de salud subyacentes, que se agravan. Una revisión de las causas y los factores que contribuyen a la crisis puede dar un nuevo impulso a los esfuerzos por hacer más estrictos los controles de las emisiones, especialmente en el transporte. 

Además, los paquetes de estímulo fiscal pueden dar un impulso a la infraestructura ecológica. Al menos en la UE, parece probable que cualquier programa de apoyo a largo plazo se ajuste al Acuerdo Verde de la UE anunciado el año pasado. En otros lugares, el aumento de la disponibilidad de préstamos y capital de bajo coste hará más atractivas las inversiones en eficiencia energética y tecnologías renovables, las cuales requieren un desembolso de capital inicial pero ofrecen un rendimiento económico positivo. 

Desde el punto de vista de la sostenibilidad empresarial, la pandemia está poniendo de relieve las deficiencias en infraestructura y la necesidad de más inversiones. Hasta ahora, los planes de continuidad de la actividad empresarial daban por sentado que cualquier cierre forzoso de las oficinas de una empresa sería compensado en otros lugares y no preveían la posibilidad de que todos los sitios quedaran fuera de juego simultáneamente. La sostenibilidad de numerosas empresas será examinada de nuevas maneras y ofrecerá oportunidades para los más destacados, incluidas las empresas del sector tecnológico. 

En general, estamos observando con atención la reactivación económica de China y Asia, no sólo desde el punto de vista de la experiencia del virus, sino también con la mirada puesta en la evolución de las preferencias, el enfoque y las posibles oportunidades de los consumidores. 

Se avecina un cúmulo de cambios sociales y políticos, hábitos de consumo y demandas tecnológicas, aunque sólo sea porque esperamos, personal, nacional y globalmente, estar mejor preparados por si se repite la experiencia.

Tribuna de Stéphane Monier, Chief Investment Officer de Lombard Odier.