Carrera presidencial en EE.UU.: unas elecciones poco convencionales llenas de incertidumbre

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Pixabay CC0 Public Domain. Carrera presidencial en EE.UU.: unas elecciones poco convencionales llenas de incertidumbre

A menos de 100 días para las elecciones presidenciales en EE.UU., todavía puede pasar cualquier cosa. Las declaraciones del presidente Donald Trump sobre la posibilidad de retrasar la jornada electoral no hacen sino añadir aún más incertidumbre. 

El presidente no tiene autoridad para cambiar la fecha de las elecciones, pero estas declaraciones, abriendo el debate sobre una posible impugnación legal del resultado de los comicios, amenazan con hacer el proceso electoral todavía más desordenado e incierto.

La situación de pandemia mundial, unida al perfil poco convencional de Trump, puede llevar a unos resultados inesperados, como ya avanzó el propio presidente estadounidense al afirmar que el voto por correo manipularía las elecciones, una declaración que Trump acompañó con un estratégico silencio sobre si aceptaría o no el resultado de estas votaciones.

Y es que el voto a distancia es una medida que se está extendiendo por algunos Estados para evitar los riesgos del coronavirus y se ha convertido en uno de los asuntos que amenazan con, no solo retrasar los resultados finales, sino también con aumentar el riesgo de procedimientos legales ligados a las elecciones. La supresión y abusos en la descalificación de votantes y el recuento de votos son otros de los asuntos que engrosan la lista de preocupaciones globales para los mercados.

Precisamente, el resultado de las elecciones extiende su impacto hasta los mercados, que ya deberían estar valorando la probabilidad real de una presidencia de Joe Biden. De hecho, si las votaciones fueran mañana, los sondeos sugieren que el candidato demócrata sería el ganador y que el partido del burro azul conseguiría el control tanto del Senado como del Congreso, con lo que Trump se sumaría a la pequeña lista de los presidentes estadounidenses que no fueron reelegidos por el electorado.

Pero, aunque actualmente las encuestas favorecen a Biden situándole 9 puntos de media por encima de Trump y otorgándole la victoria en cuatro Estados (Florida, Michigan, Ohio y Pennsylvania) que en 2017 proporcionaron hasta 75 votos electorales al actual inquilino de la Casa Blanca, la batalla está reñida en otras zonas e, históricamente, las presidenciales estadounidenses están plagadas de cambios de preferencia de sus votantes. Es demasiado pronto para extraer conclusiones. Mike Dukakis o George W. Bush son dos claros ejemplos de candidatos que lideraron los sondeos en campaña y terminaron derrotados en las urnas.

No obstante, el posible triunfo del demócrata puede dar lugar a una amplia reacción adversa en las Bolsas, dados los planes del candidato de elevar los impuestos individuales y corporativos, así como los de deshacer la desregulación que ha caracterizado la última legislatura. Las dudas actuales sobre si una Administración Biden sería efectivamente capaz de cumplir con las promesas descritas sugiere que los mercados pueden sentirse decepcionados sí estas finalmente se llevan adelante.

Sin embargo, aunque creemos que una presidencia de Biden se encontraría inicialmente una respuesta cautelosa de los mercados, a largo plazo, las expectativas podrían verse reforzadas, ante una perspectiva económica más sólida, que debería afianzar los fundamentos corporativos de EE UU, incluyendo un crecimiento más notable de los beneficios corporativos. Pero, sea cual sea la forma del Gobierno, nuestro escenario base es de un continuado apoyo fiscal, lo que debería apuntalar a los mercados.

En todo caso, lo que dominará la situación será la manera en que EE.UU. se recupera del coronavirus. Si en los próximos meses retoma el control sobre la pandemia dentro de sus fronteras, la economía da signos de mejora y el desempleo cae, las opciones de ser reelegido de Donald Trump se verán impulsadas. Aunque, como señal de advertencia, será improbable que el presidente pueda recuperar el voto de los desafectos.

 

Tribuna de David Page, Head of Macro Research Core Investments de AXA Investment Managers.

USA vs China: ¿Guerra comercial?

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Pixabay CC0 Public Domain. USA vs. China: ¿Guerra comercial?

Sin duda lo es para los noticieros, periódicos y furores de Trump, pero quienes trabajamos en la industria financiera sabemos que no es más que una gran distracción para ocultar la verdadera guerra: la de la supremacía tecnológica y del dominio mundial.

En el corriente mes fuimos todos testigos de ver cómo, mientras industrias y economías a nivel mundial se deshacen y luchan por no colapsar, las principales empresas tecnológicas de EE.UU. presentaban positivos resultados y, como si fuera poco, se posicionaban por primera vez en la historia como las top 5 más grandes compañías del índice S&P 500 (Microsoft, Apple, Amazon, Google, y Facebook).

Sumado a lo anterior, en un año tan especial como éste, vemos cómo post el ajuste tremendo de los mercados en marzo, el índice Nasdaq rebota subiendo más de un 50% desde su punto más bajo, rompiendo récords históricos en sus valorizaciones, al punto que ya muchos hablan de una posible burbuja, del tipo de la que vivimos en el 2001.

En definitiva, la tecnología parece ser “el tema” de hoy y de los próximos años.

Para quienes venimos de un mundo donde empresas de industrias completamente diferentes, como es el caso de Exxon, General Electric y Philip Morris, lideraban el empresariado americano y por qué no decir también el mundial, ha sido toda una revolución vernos frente a este nuevo orden, donde son las empresas tecnológicas las que toman la delantera.

Si bien las empresas tecnológicas chinas siguen aún con cierta distancia a las americanas, algunas como Alibaba y Tencent han crecido ferozmente y ya ascienden al top 20 corporativo mundial. Y hay varias más de la misma industria, entre otras JD.com, Meituan, PDD, Baidu, que siguen estos pasos y ganan cuotas de mercado, sobre todo en el mercado doméstico chino, que como bien sabemos no es para nada despreciable.

¿Recuerdan cuando hace algunos pocos años era recurrente escuchar hablar de China como “la fábrica del mundo”, al punto de que sarcásticamente se decía que trabajaban por “un plato de arroz” y era por tal motivo que cada vez teníamos más productos en nuestras manos “Made in China”?. Pues bien, esa ya no es la realidad de hoy.

La mano de obra en China se ha ido encareciendo, basta con ver a muchas multinacionales mudándose a Asia Emergente, migrando sus operaciones a países como Vietnam, Indonesia o Camboya.

A una más actualizada lectura del país asiático de hoy le agregaría el dato que en el 2019 hubo más egresados de doctorados en tecnología chinos que americanos, así como también el e-commerce en China, en términos dolarizados, triplicó al de EE.UU..

Así es, ya no trabajan por ese plato de arroz que muchos siguen creyendo.

Pero sigue habiendo una tremenda diferencia entre ambos países y es la que considero hoy debemos aprovechar: se trata de las divergentes características de sus mercados accionarios.

Por su parte EE.UU. sigue siendo la Bolsa más desarrollada del globo, es aún el centro financiero mundial, el mercado al cual todos acceden. Máquinas y algoritmos funcionan sin cesar haciéndolo tremendamente eficiente, por ende muy difícil de vencer para los administradores de fondos en su labor de elección de empresas a comprar.

Como contracara, en China el mercado está sumamente influenciado por personas naturales, personas comunes y corrientes, quienes desde aplicaciones varias en su celular acceden a la Bolsa y participan activamente en la compra y venta de acciones.

Y esto se traduce en un mercado sumamente ineficiente, ya que personas sin conocimientos ni estudios apropiados son quienes a diario mueven en masa las valorizaciones de las empresas.

Es por este motivo justamente que, a diferencia del americano, se hace mucho más factible para equipos preparados o “asset managers” obtener resultados mejores al índice como un todo.

¿Cómo seguirá esta guerra? Imposible de predecir, pero dado lo presentado, mi invitación es:

  1. A cambiar la forma de ver a China. Su poderío tecnológico es inmenso, ya no es un país agricultor / productor.
  2. A creer que puede tener sentido apostar por empresas chinas de este rubro.
  3.  Y ligado al punto anterior, a elegir con cautela equipos bien preparados que logren entregarnos ese retorno donde, posiblemente superen a quienes compran acciones en el tren camino a su trabajo.

 

El exceso de liquidez es un peligro para los mercados emergentes

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Recientemente, han sido varios los países latinoamericanos que han salido a los mercados de capital a buscar financiación externa. No les ha ido mal, pues además de lograr tasas de interés bajas a largo plazo vs las históricas que traían, sus emisiones han sido altamente sobredemandadas. Esto, lógicamente, ha dado pie para que las autoridades financieras y políticas, independientemente del país, repitan más o menos, la misma conclusión: “Esto demuestra la confianza que tienen los inversionistas extranjeros en nosotros”.

Ahí, empiezo a tener algunas dudas. Es cierto que hay confianza entre los inversionistas extranjeros sobre algunos de nuestros países (la debe haber por supuesto), pero también es cierto que el exceso de liquidez global está buscando destino, y un país latinoamericano que retorne algo por arriba del 3% o cercano a este nivel, es mucho “mejor negocio” que otras latitudes pagando por debajo de 1%, cero o, en no pocos casos, negativo.

Es claro al hacer cuentas que con un cupón que es más de tres veces el de sus pares, un bono de un país latinoamericano tienen muchos beneficios para ciertos inversionistas, especialmente, porque mantiene a la cartera de bonos en una duración promedio controlada, con un yield potencial relativamente atractivo. Eso, un gestor de bonos, no lo va a lograr fácilmente en otra parte.

Personalmente creo que los países emergentes verán un flujo de dólares en los próximos años, por cuatro vías principales:

 a.     Inversión extranjera directa.

b.      Inversión de portafolio.

c.       Una gran actividad de fusiones y adquisiciones.

d.      Endeudamiento externo.

De ellas, hay que saber controlar la última, pues no será un fenómeno nuevo (ciertamente), pero sí puede traer serias complicaciones. En un blog para el Banco Mundial de inicio de este año, Peter Nagle mostró cómo el endeudamiento del mundo emergente pasó de representar cerca del 90% del PIB en 2009, a más del 170% de ese mismo indicador en 2018; coincidiendo justo con la primera gran oleada de liquidez global, luego de la gran crisis financiera que ya todos conocemos. Esta vez, la liquidez existente es mucho mayor, no solo porque nunca se recogió la inicial (es decir, ya partimos con un stock muy grande), sino porque la misma se ha aumentado de forma exponencial en estos meses.

Cabe recordar que el gran aumento en las cifras de deuda de los mercados emergentes en los años pasados, no se dio por los gobiernos, sino por la deuda privada, por lo cual nuevas salidas de las empresas emergentes a los mercados de capital, supondrá un apalancamiento financiero mayor, con el consecuente riesgo que ello pueda traer. A todos les toca hacer muy bien las cuentas, para no dejarse deslumbrar por la situación actual, creándose problemas futuros. No es que endeudarse este mal; lo que sí está mal es hacerlo más allá de los límites razonables y saludables.

Vamos a ver flujos hacía los emergentes, no me cabe duda. Que las empresas no se sobreendeuden es una de las claves para evitarnos problemas. Que no tengamos gobiernos demasiado laxos en el plano fiscal, es la otra: muchos (por no decir todos) están desfinanciados, y esta liquidez se les puede “hacer agua a la boca”, pues finalmente, todos los gobiernos necesitan recursos en este momento, y hay alrededor del mundo un cheque en blanco, casi que interminable. Si alguno quiere salir a usarlo, casi que se lo van a permitir, sin mayor oposición.

No es que esté mal que nuestras autoridades piensen que el mundo confía en nosotros. Eso es clave para superar los problemas actuales. Pero hay que pensar que quizá no seamos los más atractivos, sino que podemos estar en un espacio donde somos los menos feos (son dos cosas muy diferentes)…me gustaría concluir con una reflexión, que muestra lo que trae el exceso de liquidez: Austria colocó a finales de junio, un bono de tasa 0.8% a 100 años…¡sí, pagadero en 2120!

Lo ‘curioso’ de esta historia es que si miramos hoy, 100 años atrás, Viena apenas salía de un conflicto bélico que acabó con el Imperio Austrohúngaro…realmente, el mundo ha cambiado, y la liquidez lo está cambiando aún más!!!

 

 

Las realidades carnosas de la producción de alimentos

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Las realidades carnosas de la producción de alimentos
Pixabay CC0 Public Domain. Las realidades carnosas de la producción de alimentos

La población es cada vez más consciente de que sus hábitos alimentarios tienen un coste ambiental y social dramático; por eso muchos se están volviendo veganos o vegetarianos, o adoptan una dieta sin carne. Esto es una señal de que los patrones de consumo de alimentos están cambiando. Como inversores, estamos particularmente interesados en cómo las compañías están manejando los riesgos ASG.

La industria alimentaria contribuye de manera significativa a los gases de efecto invernadero, la deforestación y la escasez de agua. Representa el 70% de la extracción de agua y la agricultura, mientras que la silvicultura y otros usos de la tierra suponen casi una cuarta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. A medida que la población mundial pase de los 7.000 millones de personas de 2010 a una cifra prevista de 9.800 millones en 2050, se prevé que la demanda global de alimentos aumente en más de un 50%.

Llevamos un tiempo comprometiéndonos con sistemas alimentarios sostenibles, centrándonos en la nutrición, el riesgo del agua y los aspectos laborales. Durante los próximos tres años, trataremos de impulsar el cambio en algunos de los mayores productores, comerciantes y minoristas de alimentos del mundo, promoviendo las mejores prácticas para ayudarles a satisfacer la demanda creciente de alimentos y, al mismo tiempo, reducir y evitar la degradación del medioambiente.

A nivel mundial, nos dirigimos a minoristas, comerciantes, productores, bancos y empresas de bienes de consumo y alineamos nuestros esfuerzos con otras iniciativas de compromiso, como la de los inversores FAIRR (Farm Animal Investment Risk and Return) sobre proteínas alternativas y Asia Research and Engagement (ARE) sobre proteínas animales.

La producción de alimentos:

  • Evaluaciones exhaustivas de los riesgos para el agua, incluyendo en las cadenas de suministro
  • Sistemas de gestión de aguas residuales, incluidos planes de gestión del estiércol
  • Objetivos en materia de agua; evaluaciones del riesgo climático, también en la cadena de suministro de piensos
  • Innovación tecnológica para aumentar la productividad y mejorar la eficiencia del uso de los recursos
  • Indicadores ambientes, incluidos los objetivos a largo plazo alineados con el acuerdo climático de París

El consumo de alimentos:

  • Evaluación de la inversión en el desarrollo de sustitutos de la carne y evaluaciones de riesgos en relación con las nuevas tendencias de las preferencias de los consumidores, como las proteínas alternativas
  • Mediciones de pérdidas de alimentos y reducción de desechos, así como objetivos de reducción
  • Soluciones tecnológicas para reducir el desperdicio de alimentos

Cadenas de suministro libres de deforestación:

  • Evaluación y transparencia en torno al riesgo de deforestación de las operaciones y cadenas de suministro propias
  • Compromiso de no deforestación
  • Compromiso con una trazabilidad plena con plazos claros
  • Sistema de gestión de la cadena de suministro totalmente sostenible

Experiencias con las tres principales industrias británicas de alimentos y bebidas con las que nos hemos comprometido:

Sainsbury’s: Su estrategia para lograr cero emisiones netas para 2040 incluye como pilares la gestión del agua y el carbono, reducir al mínimo los plásticos en los envases; dietas saludables y sostenibles y evitar residuos alimentarios. Cada tema cuenta con un grupo de trabajo que informa a una junta de Responsabilidad y Sostenibilidad Corporativas, presidida por el director general.

Si bien es cierto que la estrategia es un paso en la dirección correcta, destacamos la necesidad de evaluar más detalles sobre las huellas ambientales de los productos de la empresa. La compañía lo reconoce, pero afirma que tiene dificultades para obtener los datos correctos y está cooperando con un consultor externo para abordarlo.

Cranswick: Nos reunimos con la alta dirección de este productor de alimentos del Reino Unido para discutir su estrategia de sostenibilidad. La empresa esbozó sus compromisos de sostenibilidad, incluyendo un objetivo de cero emisiones netas para 2040. Discutimos algunos de los cambios en los patrones de consumo de alimentos, incluyendo una disminución en el consumo de carne roja y un mayor interés en las proteínas de origen vegetal.

En este momento, Cranswick no tiene la intención de entrar en el negocio de los sustitutos de la carne. Les hemos presionado para que al menos consideren la diversificación de su negocio, ya que es probable que las tendencias actuales se intensifiquen aún más. También discutimos la cadena de suministro de soja, que es el principal alimento de sus cerdos, y obtuvimos su compromiso de tener todo su suministro certificado para 2025.

Britvic: Su jefe de Sostenibilidad presentó su estrategia actual y sus logros. La empresa informa periódicamente al Carbon Disclosure Project (CDP) y se comprometió a hacerlo siguiendo los requisitos del Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras relacionadas con el Clima (TCFD). Destacamos la necesidad de mejorar las evaluaciones de riesgo de las fuentes de agua, la divulgación de los resultados y un compromiso de sostenibilidad más amplio para su cadena de suministro de azúcar.

Conclusión

La colaboración con estas tres empresas nos permitió examinar sus programas de sostenibilidad, comprender sus mejores prácticas y, al mismo tiempo, llevar a su atención algunos de los desafíos que aún deben superar, como la disponibilidad de datos y la presentación de informes. Compartiremos sus experiencias y mejores prácticas con las empresas de los mercados emergentes, donde las estrategias de sostenibilidad a menudo no están tan desarrolladas.

Tribuna de Nina Roth, directora de Inversión Responsable de BMO Global Asset Management

¿Cuál está siendo el impacto de la pandemia del COVID-19 en los países emergentes?

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Pixabay CC0 Public Domain. El volumen de transacciones de capital privado en el sector de la salud aumentó un 21% en 2020

El virus se ha propagado rápidamente en la mayoría de los países del mundo, incluidos los mercados emergentes. Es probable que el número real de casos siga siendo desconocido, ya que es más difícil realizar las pruebas en estos países, pero lo que sí se sabe ahora es que sus ganas de un confinamiento total y su capacidad de implementarlo y vigilar el proceso, son escasas. Los gobiernos de estos estados se enfrentan a un compromiso entre los costes sociales y económicos de intentar controlar el virus, y el impacto del virus en la salud de la población.

Es probable que esto tenga dos efectos principales. En primer lugar, las recesiones inducidas por el virus probablemente serán menos profundas. El segundo lugar, algo más especulativo, es que los países emergentes pueden aprender a vivir con el virus de manera más efectiva, pero es poco probable que lo controlen. Si la respuesta es la inmunidad de grupo, y si las tasas de mortalidad reales por el virus en la gran mayoría de estas zonas son menores, se aceptará vivir con él hasta que haya una vacuna. Este ha sido un camino que ya se ha seguido con otras enfermedades transmisibles a las que se enfrentan muchos de estos países todo el tiempo. Aceptar esto también disminuye la profundidad de la recesión. 

Eso no significa que los emergentes puedan evitar una recesión severa. Los costes que han tenido los intentos de confinamiento, el cierre del comercio mundial y la falta de inversión son muy altos y afectan directamente a estos países. Los que deberían ser más resistentes son aquellos que están más cerrados y menos expuestos a las tendencias mundiales. Irónicamente, muchos de ellos son las economías más pobres, más frontera.

Lo importante es entonces la recuperación económica. El escenario bajista espera que las recesiones en los países emergentes terminen siendo más profundas y prolongadas de lo que esperamos, lo que podría causar una disminución del crecimiento potencial.

La mayoría de los países de mercados emergentes han anunciado programas de estímulo monetario y fiscal, lo que tiene sentido desde el punto de vista del crecimiento, incluso si existen preocupaciones sobre las consecuencias para la deuda de algunos de ellos. Una hipótesis optimista sería que centraran el estímulo fiscal en proyectos de infraestructura y de largo plazo, lo que podría ser el motor de crecimiento que necesitan muchos de ellos. En circunstancias más «normales», existe una gran cautela en relación con la deuda y el endeudamiento, así como una prudencia fiscal de tipo prescriptivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) en la que los mercados se centran en gran medida; pero, por ahora, muchos países se enfrentan a una oportunidad para llevar a cabo algunos proyectos de infraestructura en gran escala que deberían haber realizado hace mucho tiempo.

Dado que muchos emergentes han seguido los pasos de la flexibilización monetaria de los países desarrollados, existe un riesgo muy real de que la carga de la deuda aumente y se convierta en insostenible. No hay duda de que habrá algunos países a los que esta situación los lleve a una crisis de deuda. Actualmente tenemos a cinco de ellos en default, en medio de programas de reestructuración o que probablemente se dirigen a uno, un número inusualmente alto. Curiosamente, cuatro de ellos ya se dirigían a una reestructuración antes de la crisis: Líbano, Argentina, Zambia y Venezuela. La única reestructuración desencadenada por la crisis actual fue la del Ecuador. Sin embargo, no es cierto que todos los emergentes caminan al borde del precipicio, o que debido a la emisión de deuda de los últimos años, toda esta clase de activos está a punto de implosionar.

Deuda y liquidez

Creo que hay tres razones principales por las que muchos emergentes son capaces de soportar un aumento de los niveles de deuda. En primer lugar, si bien la emisión de deuda agregada ha crecido considerablemente en la última década, en su mayor parte ha reflejado un incremento del número de países y empresas que emiten deuda, en lugar de que la carga se deba a uno o dos países (China es una excepción en este caso). Esto se ha visto favorecido por los programas de expansión cuantitativa (QE) en el mundo desarrollado y la demanda de rentabilidad. 

Muchos de los nuevos participantes en los mercados de bonos tienen niveles de deuda que son razonablemente bajos (iguales o inferiores al 50% del PIB), mientras que algunos tienen coeficientes de interés de la deuda que son insosteniblemente altos. Sin embargo, en esos casos, la mayor parte de los bonos se han emitido en su moneda nacional, por lo que la deuda puede imprimirse, inflarse o renovarse. Los niveles insostenibles de deuda interna se manifiestan en mayores costes de intereses, desplazamientos de la curva de rendimiento, devaluaciones de la moneda y deuda a más corto plazo. Todo esto es increíblemente costoso económicamente, pero no implica un incumplimiento de la deuda externa, algo que suele ser muy inusual.

En segundo lugar, en respuesta a la pandemia mundial, se han puesto en marcha varias medidas de liquidez. Entre ellas se han incluido las facilidades de crédito rápido del FMI, el aumento de los servicios de préstamo de la misma institución, el alivio de la deuda a corto plazo del G20 y las líneas de canje de dólares estadounidenses de la Reserva Federal, entre otras medidas. Éstas han dado al mercado la confianza de que se disponía de apoyo y sugieren que de alguna forma habría una acción más coordinada para los mercados emergentes, si se necesitara. Parece que hacer lo que sea necesario para prevenir una depresión mundial es la prioridad número uno de las autoridades de los mercados desarrollados y los países de economía de mercado se beneficiarán de ello. Obsérvese que el apoyo bilateral es otra posible forma de financiación para los países de economía de mercado, a cambio de la lealtad y, en algunos casos, el acceso a los recursos naturales.

Por último, el acceso al mercado es importante, y creo que el momento de temor de un cierre de los mercados de capital a los emergentes ha pasado. Si los países pueden emitir bonos a nivel interno y/o externo, con una prima de riesgo adecuada y un incentivo para reducirla, no habrá una crisis de deuda. A principios de abril, esto no estaba tan claro.  Los mercados se están abriendo y funcionando – todavía no para todo el mundo, y tal vez con una saludable y renovada volatilidad-, pero los bonos se están emitiendo, cotizando, comprando y, en general, van bien. Hay tanta liquidez a nivel mundial y el resultado es que el flujo de dinero fluye hacia la clase de activos. Creo que esta situación se mantendrá. Sin embargo, creo que el precio del riesgo seguirá siendo más elevado para los mercados emergentes que para otros activos de riesgo.

La rentabilidad de la deuda emergente en moneda local es la anomalía, ya que la mayoría están en sus niveles más bajos de todo el año. Algunos bonos en moneda local no se vendieron mucho, mientras que otros lo hicieron, pero volvieron a subir bruscamente. Esto tiene sentido  ya que por lo general los tipos de interés han sido recortados de manera significativa, reduciendo los rendimientos. Lo que es interesante en la mayoría de los países emergentes es que las curvas de rendimiento también se han empinado mucho, reflejando la incertidumbre económica y de la inflación y unos tipos de cambio más baratos. La estrategia en este caso, que prefiero en general, es tener una larga duración final en mercados selectivos con curvas pronunciadas, pero no estar sobreponderado en general dados los riesgos de la inflación. La excepción son bonos de países asiáticos con grado de inversión, en los que creo que los tipos pueden bajar más y los mercados se comportan de manera más parecida a la de los mercados desarrollados.

Tribuna de Kirstie Spence, portfolio manager de Capital Group.

¿Qué nos espera en el segundo semestre del año de la pandemia?

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Pixabay CC0 Public Domain. ¿Qué nos espera en el segundo semestre del año de la pandemia?

Empezando por Estados Unidos, tenemos una visión un poco más optimista respecto a la segunda mitad del año. Pero, por supuesto, también hay que tener en cuenta que todavía hay muchos vientos en contra que potencialmente van a afectar negativamente a nuestra perspectiva de crecimiento. 

Vemos como muy, muy acomodaticio el telón de fondo de la Reserva Federal. Ciertamente no esperamos ver a la Fed haciendo nada que le dé un giro negativo al crecimiento desde el punto de vista de la política de tasas de interés, por lo que esperamos que las tasas de interés se mantengan bastante relajadas hasta el final de este año y hasta bien entrado el próximo, y probablemente hasta 2022. En el aspecto fiscal, las cosas son más interesantes; aquí podría llegar potencialmente algún viento en contra, a medida que el impacto del virus continúa abriéndose camino, porque seguimos viendo una lenta recuperación, que se puede clasificar como desigual.

Por eso es importante el aspecto fiscal. Los planes presentados ayudaron a salvar la brecha para muchas de las personas que han sido despedidas definitiva o temporalmente en Estados Unidos. Si el Congreso empieza a reducir algunos de esos remedios fiscales, ofreciendo tal vez un seguro de desempleo más bajo, o incluso a recortarlo drásticamente, ese tipo de impactos van a empezar a filtrarse en las perspectivas de crecimiento; esa sigue siendo una de las preocupaciones que tenemos.

Pero, al mismo tiempo, las perspectivas de encontrar una vacuna siguen mejorando y eso también va a ayudar, va a constituir un factor de confianza que sostiene el telón de fondo de la economía americana.

Año electoral en EE.UU.

Otra de las cosas interesantes es qué va a pasar con la Casa Blanca. Tenemos que advertir a la gente que cuando se piensa en los riesgos de las elecciones en EE.UU., hay que tener en cuenta que es la mayoría de las cosas que son significativas para el contexto económico general tienen que pasar por el Congreso. El proverbio de que el Congreso controla los hilos de la Bolsa es realmente importante cuando pensamos en riesgos de las elecciones presidenciales. Ahora tenemos divididas las Cámaras, pero si los demócratas barren en las elecciones y controlan el Congreso y el Senado y, al mismo tiempo, Biden gana la presidencia; entonces el panorama cambia.

Creemos que el mercado está realmente preocupado respecto a las políticas que pueden venir: impuestos individuales y corporativos más altos. Pero cuando empezamos a pensar en la cantidad de déficits fiscales que se van a financiar en el futuro, no es sorprendente que el telón de fondo para la mayoría de los inversores sea que en algún momento van a empezar a tener en cuenta el aumento de los costos de financiación. Por lo tanto, no es algo realmente nuevo, per se; por lo que tal vez se ha ‘pensado demasiado’ en el impacto adverso con el telón de fondo de las elecciones de EE UU. Además, la compensación a esos vientos en contra, podría ser una política exterior mucho más conciliadora en marcha desde una potencial Casa Blanca de Biden.

Así que, para completar el círculo, una vez más, gran parte del riesgo electoral está ahí fuera, pero creemos que es muy conocido, probablemente ya se está descontando en algunas partes. Sin duda habrá algunas complicaciones, pero también habrá probablemente algunas mejoras positivas que compensen eso.

El contexto electoral estadounidense evidentemente afecta a Europa, donde que la parte más importante es que hemos comenzado la recuperación. Parece que lo peor ya ha pasado desde una perspectiva económica. Abril fue claramente el mes más bajo. Hemos tenido ese rebote inicial en forma de V. Probablemente no continúe tan rápidamente hacia adelante. Va a ser lento, va a ser gradual y va a ser desigual. La forma en la que estamos pensando es como la del logo de Nike whoosh; al principio tenías una V más grande y luego se va a ir reduciendo un poco con el tiempo.

El Viejo Continente

Y por supuesto, si hablamos de Europa no podemos dejar de mencionar el fondo europeo de recuperación que se acordó finalmente. Hay muchos debates sobre el porcentaje de subvenciones frente a préstamos. Pero lo más importante es que se va a conseguir una emisión de deuda común por parte de la Comisión Europea, y luego, probablemente, impuestos a nivel de la UE de una manera u otra para pagar esto. Por lo tanto, estás viendo un gran, gran paso y el mayor en años hacia una mayor cooperación e integración en toda la eurozona.

Ahora, la mayor parte de eso va a tomar tiempo. Sabemos que los europeos son lentos para poner las cosas en movimiento y el siguiente paso para una Unión aún más fiscal probablemente va a tomar mucho tiempo. Del mismo modo, el riesgo del Brexit no ha desaparecido completamente y podemos esperar cierta volatilidad. Pero las perspectivas de integración suponen un gran paso para Europa y realmente apoyarán las perspectivas a medio plazo. Algunos vientos en contra están apareciendo, pero mientras la recuperación no se detenga de nuevo, incluso si está llena de baches, si seguimos caminando por este camino, el apetito por el riesgo y los mercados se mantendrán respaldados.

En general, en Europa y también en Asia, por cierto, estamos teniendo una buena reapertura hasta ahora, quizá mejor de lo esperado. Hemos visto rebrotes aquí y allá; en Japón, Pekín, Barcelona, incluso en Alemania. Pero mientras no nos enfrentemos a otro cierre generalizado y realmente no creemos que eso sea probable, la situación es perfectamente manejable para las economías. La recuperación continúa.

Lenguaje y ahorro      

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“Nunca convencerás del todo a alguien de que está equivocado; solo la realidad podrá convencerlo. Pero a la realidad no le importan los argumentos ganadores: lo que le importa es la supervivencia… Pues, la maldición de la modernidad es que cada vez estamos más colonizados por una clase de personas cuya capacidad para explicar las cosas supera su capacidad de comprensión”  (del libro “Jugarse la piel” Nassim N Taleb )

 

En estos días que corren y a veces nos recorren, la lectura de los aportes de Nassim N Taleb (1960 – Líbano) me parece más que oportuna, su modelo mental casi transgresor aporta la necesaria incomodidad para formular nuevas preguntas que quizás nos generen nuevas respuestas, para la etapa de pospandemia.

Uno de los aspectos, entre tantos otros que seguramente sea necesario revisar en un debate amplio, abierto y sin dogmas inhibitorios es el referido a los sistemas jubilatorios para que logren ser sustentables y sostenibles.

Mientras tanto, la cada vez más urgente alfabetización financiera nos impone poner sobre análisis al ahorro voluntario e individual como verdadera herramienta social, colaborativa y complementaria de todo sistema previsional, para hoy y mañana.

En tal sentido, uno de los aportes de análisis más interesantes desde hace algunos años, lo trae el economista conductual, de familia china, Keith Chen (doctorado en Economía Harvard). Su mirada muy novedosa refiere al impacto de la estructura del idioma y el lenguaje en nuestra propensión respecto al ahorro.

En aquellas lenguas donde existe una brecha notoria entre momento y acontecimiento, expresando con suma nitidez al futuro, separado del presente, es menor la propensión al ahorro. Al contrario y tomando un ejemplo del mismo K. Chen , en chino mandarín se expresa: “ayer llueve; hoy llueve; mañana llueve”, en este tipo de lenguaje el ahorro está incorporado. En nuestro lenguaje la referencia a la lluvia ya sabemos refiere a cada momento bien taxativo como pasado, presente y futuro.

Con el análisis, así expresado K Chein y tomando la totalidad de países miembros de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) argumenta que de acuerdo a la característica particular de lenguaje, hay países con mucha más capacidad de ahorro que otros, precisamente aquellos sin brecha entre presente y mañana.

Culturalmente, los países de Latinoamérica suelen tener dificultad para asumir el hábito del ahorro. Desde niños nadie nos educó respecto a gastos y consumos, pero para ahorrar sí necesitamos entenderlo, disponer de un acto de voluntad, darle prioridad y disponer de paciencia para que el ahorro por goteo, sobre un flujo de ingresos pueda crecer y construir un stock de capital.

Evidentemente no podemos pensar y expresar, como lo hacen los chinos, en términos: “ayer ahorro, hoy ahorro, mañana ahorro”, y justamente al pensar en la jubilación, en general para los jóvenes generación Z y millennials es en referencia de, una etapa que llegará, pero para ello falta mucho aún y no es urgente hoy entonces ocuparnos.

También lo podemos expresar de esta manera, como brecha generacional:

A los 25 años, cuando podemos, no queremos –

A los 50 años, cuando queremos, no podemos –

Desde nuestra juventud, iniciando los primeros empleos, ahorrando poco capital cada mes, pero con muchos años por delante, el factor capitalización genera muchas posibilidades de acumular stock de capital. Ya en nuestra etapa madura, el factor tiempo obviamente menor, requiere fuertes aportes de sumas mensuales.

La enorme expansión de ecosistema digital, es una oportunidad para el acceso al ahorro de millones de jóvenes sea que puedan trabajar en la formalidad o informalidad. Los instrumentos tales como Fintech, Insurtech, Banca 100% digital pueden canalizar ahorro en escala, más allá de los montos y periodicidad de los mismos.

Quizás sea necesario cuando hablamos de alfabetización financiera enseñar que tener un proyecto personal es muy necesario para motivar un ahorro personal. Dicho proyecto personal es un verdadero puente entre presente y futuro.

Los fondos de pensiones están llamados a un rol cada vez más relevantes, aportando a la educación en finanzas personales y como instrumentos de canalización del ahorro de mediano y largo plazo para todos los jóvenes que, apenas pueden, deben querer desarrollar su cuenta de ahorro.

Seguramente el gran aporte del economista Keith Chen, no sólo es advertir y describir una relación como la expuesta entre lenguaje y ahorro, también es un significativo disparador para innovar respecto a la alfabetización financiera, para no quedar “atrapados” en un lenguaje que como el inglés y el español son definidos por K Chen como lengua con futuro fuerte, que percibe el mañana como muy lejano del presente.

En la actualidad hay jubilados que aportaron 30 años y perciben haberes previsionales casi por la misma cantidad de años… sistemas ya con mucha dificultad técnica para ser sostenibles y sustentables.

Inicié mi columna con Nassim N. Taleb y así la cierro: “hasta qué punto crees sinceramente en algo cuya verdadera entidad solo se pondrá de manifiesto en lo que estás dispuesto a arriesgar para obtenerlo”.

Podremos ayudar a las jóvenes generaciones a “arriesgar” hoy para creer que pueden hacerse cargo y responsables de una lejana etapa de retiro, a través del hábito del ahorro metódico y regular..??

 

Ernesto R. Scardigno

Asesoramiento y coaching en finanzas personales,protección familiar, planificación patrimonial/sucesoria y ahorro para etapa de retiro.PAS matriculado SSN, ICF Membership, Magíster en Políticas Públicas

Adoptando un punto de vista de largo plazo

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Adoptando un punto de vista de largo plazo
Pixabay CC0 Public Domain. Adoptando un punto de vista de largo plazo

Los mercados públicos han respondido con rapidez a los efectos actuales y potenciales de la crisis que ha provocado la pandemia, mostrando una extrema volatilidad, en particular en el caso de la renta variable. Pero, ¿cómo están respondiendo los mercados privados?

Dentro de los mercados privados, invertimos en capital privado, infraestructuras, mercado inmobiliario, recursos naturales y deuda privada. Cada clase de activo está más o menos expuesta al crecimiento, los tipos de interés y las expectativas de inflación de la economía mundial. Estamos considerando esta crisis y su impacto en tres etapas: confinamiento (el mundo trata de contener el virus); recuperación (buscamos tratamiento y una vacuna); y a largo plazo (tratando de identificar la «nueva normalidad»).

Nos hemos centrado en la liquidez durante el período de confinamiento, en cómo navegar por la recuperación que se avecina a medida que salimos del confinamiento, y en cómo posicionar las inversiones para que se adapten al nuevo entorno económico futuro.

El impacto del confinamiento

La pandemia está acelerando las tendencias ya existentes antes de la crisis. Las ventas de las empresas de comercio minorista a través de canales online se han magnificado. En el sector inmobiliario, los minoristas están teniendo dificultades para hacer frente a los alquileres; pero los activos logísticos son muy codiciados.  Se ha producido una aceleración del desarrollo de servicios en línea por parte del capital de riesgo y el capital privado en fase de crecimiento, donde las empresas se han beneficiado de la necesidad de reducir drásticamente el contacto humano.

Actualmente, hay incertidumbre en torno a las valoraciones de las propiedades inmobiliarias, y los agentes no pueden proporcionar estimaciones que permitan calcular el valor neto de los activos. Se realizan pocas transacciones y los inversores no pueden viajar para realizar las due diligence de las posibles inversiones. Por lo tanto, hay una liquidez limitada en el mercado.

La obtención de ingresos ha disminuido debido a que el impacto económico reduce los ingresos de los inquilinos. El sector del ocio, incluidos hoteles y restaurantes, se ha visto gravemente afectado por los altos costes de explotación. Mientras, la ocupación y la afluencia de clientes sigue siendo baja.

El sector de concesiones de infraestructuras se ha visto menos afectado. Este tipo de infraestructura suele permanecer en funcionamiento independientemente del clima económico, y está respaldada por contratos gubernamentales. Se trata de inversiones defensivas.

Algunas clases de activo del mercado privado utilizan el apalancamiento. Esto puede provocar que en tiempos de crisis financiera y económica sean más vulnerables que otras inversiones. Los mercados crediticios se han visto sometidos a una gran presión, y se están originando pocos préstamos nuevos. Los responsables de las políticas están tratando de evitar una crisis crediticia, y esto ha aliviado parte de la presión.

Dinero en efectivo en espera de ser invertido

En los últimos años, la cantidad de capital de inversión comprometido en inversiones del mercado privado que aún no se ha invertido ha experimentado un crecimiento espectacular: hay alrededor de 2,6 billones de dólares en efectivo. El hecho de que las oportunidades surjan al mismo tiempo que se ha produce una caída en el valor de las inversiones en los mercados públicos, ha suscitado cierta preocupación entre los inversores, ya que el capital podría verse obligado a invertir a un ritmo insostenible.

Es habitual que el número de transacciones se contraiga durante los períodos de recesión. Es probable que se produzca una escasez de oportunidades de inversión en los próximos meses, ya que los posibles vendedores intentarán evitar la venta de activos siempre que sea posible, los proyectos se retrasarán, los que aún no han comenzado se dejarán en suspenso, y los compradores serán cautelosos.

Planificación del nuevo entorno económico

Es probable que las tendencias seculares de formación de capital que se producen fuera de los mercados públicos se vean reforzadas por la crisis actual. Si bien la ruta de salida de las empresas privadas ha cambiado, en el caso del capital de riesgo y del capital privado en fase de crecimiento, sigue habiendo demanda institucional para acceder a oportunidades de inversión de alto crecimiento. De hecho, las crisis pueden ser la madre de la innovación. Por ejemplo, las empresas fundadas en 2008-2009 han llegado a tener un éxito extraordinario.

Si antes una salida a bolsa era la ruta preferida, las grandes empresas y los gestores de activos cotizados en bolsa ofrecen ahora otras oportunidades. A menudo, estas firmas privadas se centran en la tecnología o la atención sanitaria, por lo que deberían seguir siendo futuras inversiones atractivas.  

¿Cómo evolucionará la política fiscal?

El papel del capital privado en la inversión en infraestructura debería crecer, ya que la necesidad de inversión de capital en todo el mundo sigue siendo elevada. Al mismo tiempo, los estados pueden sentirse más inclinados a aplicar planes de gasto fiscal a largo plazo para impulsar la productividad.

Las inversiones en madera y agricultura pueden ofrecer a los inversores una cobertura contra la inflación a largo plazo. Este tipo de inversión podría desempeñar un importante papel en el futuro si la política fiscal se convierte en una fuerza dominante.

El desarrollo de los mercados privados ha provocado un aumento de la regulación y la supervisión. Al mismo tiempo, ha mejorado la claridad de los enfoques para abordar las cuestiones ESG. Dado que la base de inversores ha cambiado con el tiempo, y es predominantemente institucional, puede que haya llamamientos a una mayor transparencia, similar a la que vemos en las áreas de servicios financieros más reguladas.

La necesidad de diversificación y de generación de rendimientos ante unos tipos de interés muy bajos y una extrema volatilidad de las acciones cotizadas probablemente se ha visto reforzada por los acontecimientos recientes. Como la crisis actual ha debilitado a los mercados financieros, es probable que los clientes necesiten diversificar sus carteras y asumir exposición a los mercados privados. Sin embargo, tendrán que exigir una prima adecuada para asegurar su dinero. Es probable que la actual crisis cíclica cree oportunidades interesantes en los mercados privados.

Tribuna de Peter Mckellar, responsable global de mercados privados de Aberdeen Standard Investments

Regulación Best Interest: ¿Cómo actuamos ante el Formulario CRS?

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Durante nuestra última columna escribimos sobre Regulación Best Interest (Reg. BI) y lo que debe incluirse como parte de su análisis posterior a la implementación. En aquella ocasión, recomendamos seguir un proceso de tres pasos: Calibrar, Ajustar y Aprender. Ahora, nos gustaría centrar la atención en un área de Reg. BI que está recibiendo atención regulatoria y que creemos seguirá siendo objeto de mucha discusión: El Resumen de Relación con el Cliente o el Formulario CRS.

El Formulario CRS es uno de los dos requisitos de divulgación creados bajo la Obligación de Divulgación bajo Reg. BI. El documento está diseñado para proporcionar, de una manera simple, sencilla y sucinta, información sobre los tipos de relaciones y servicios que los corredores de bolsa o asesor de inversión pueden ofrecer a los clientes minoristas (retail/consumo). Los cargos/comisiones, estándares de conducta, conflicto de intereses y otro tipo de información adicional sobre la empresa necesitan ser incluidos.

La idea es que los clientes minoristas pueden utilizar la información no sólo para entender los estándares básicos de la relación a la cual van a entrar con el corredor de bolsa o asesor de inversión, pero que ahora pueden comparar entre diferentes proveedores de servicios.

Los corredores de bolsa y los asesores de inversión registrados en la SEC tienen muy poca flexibilidad sobre qué información incluir en el formulario CRS. Esto se debe a que la SEC estableció instrucciones detalladas con respecto a un formato y contenido específicos. La SEC llega hasta el punto de establecer preguntas que deben incluirse y responderse para servir como iniciadores de conversación, la longitud máxima (dos y cuatro páginas, si la empresa está registrada dualmente), y el estándar de contenido general.

El 27 de julio, el Comité de Normas de Conducta de la SEC publicó una declaración sobre la implementación de Reg. BI y el Formulario CRS. La SEC había llevado a cabo una revisión de los Formulario CRS que ya habían sido presentados y evaluó específicamente cómo los corredores de corretaje han implementado el Formulario CRS y la calidad de las divulgaciones contenidas en el mismo

Si bien encontró buenos ejemplos de formulario CRS también identificó ejemplos que podrían ser mejorados. La conclusión general de la SEC fue que los Formularios CRS revisados «refleja generalmente el esfuerzo de las empresas para cumplir los requisitos de contenido y formato» y que “las ciertas entidades puntuales deben de considerar formas de cómo mejorar sus Formularios CRS y determinar si cualquier modificación específica, o un cambio más amplio en su enfoque general, sería apropiado».

Como resultado de sus hallazgos, la SEC se pondrá en contacto con la industria para proporcionar orientación, llevar a cabo charlas y tertulias y proporcionar recursos adicionales para que los corredores de bolsa y asesores de inversiones comprendan mejor lo que se espera de ellos. 

Ciertamente, esta afirmación no es optimista, pero tampoco es totalmente pesimista, en el mejor de los casos, es tibia. Entonces, ¿por qué la conclusión del SEC debería ser motivo de preocupación? Por varias razones. 

El Formulario CRS era el único componente de Reg. BI que era de naturaleza objetiva y el cuál dejaba muy poco espacio para la discreción.

Fue el único requisito de Reg. BI que venía con su propia guía del SEC, sus propias instrucciones específicas sobre cómo completarlo y su propia página dedicada a brindar orientación específica

Por lo tanto, habría sido razonable pensar que la mayoría de la industria de valores habría tenido éxito en la aplicación del Formulario CRS.

Sin embargo, a juzgar por las declaraciones de la SEC, claramente no es el caso (es decir, hacer un buen esfuerzo no es un signo de cumplir las normas o expectativas reglamentarias sobre la obligación de divulgación). La buena noticia es que no todo está perdido, como dijimos en nuestra columna anterior, ahora es el momento de revisar su trabajo.

La primera recomendación es entender claramente el propósito del formulario para poder revisar y mejorar las divulgaciones en su CRS. El Formulario no está destinado a ser una divulgación legal común, pretende ser una herramienta de comparación de servicios para los inversionistas minoristas. 

Está diseñado para ser leído y entendido por un cliente minorista que puede no ser sofisticado en asuntos de inversión. En esencia es una herramienta para comparar y contrastar la oferta de servicios entre los diferentes corredores de bolsa y asesores de inversión.

Por lo tanto, el objetivo debe ser crear un documento que sea fácil de leer, fácil de entender, de un punto de vista transparente. Esta es la razón por la que las reglas y las instrucciones son estrictas.

La SEC pretendía crear un documento para la industria que sea homogéneo que pudiera utilizarse para poner de relieve la singularidad de cada entidad, con la esperanza de que proporcionara a los inversores minoristas una mejor comprensión de los diferentes servicios prestados y de qué esperar al entrar en una relación de inversión.  

Por lo tanto, al revisar el Formulario CRS intente no mirarlo como lo haría con un documento de divulgación regular, trate de verlo con los ojos del lector final. A modo de sugerencia, usted puede pensar en tratar de enmarcar el Formulario CRS como una herramienta de ventas.

¿Y por qué no?, después de todo, el documento es para comparar sus servicios con los de sus competidores; ¿por qué entonces no transformarlo en una herramienta de mercadeo para su firma?

En otras palabras, aprovechar la oportunidad y redactarlo de tal manera que pueda atraer al lector. Use gráficas o elementos visuales, manténgalo simple, sea conciso, sea transparente. Preste atención a la apariencia del documento, del cual tiene control. No tenga miedo de hacer referencia a otras fuentes de información para que el cliente puede investigar y aprender más de su empresa. Pero atención, se debe observar siempre a las normas de contenido y asegúrese de incluir todas las preguntas y declaraciones que la SEC requiere. 

Por último, recuerde actualizar sus políticas y procedimientos para reflejar esta nueva perspectiva sobre el Formulario CRS y no olvide en prestar atención a las de nuevas directrices regulatorias y recursos a ser publicados sobre el Formulario CRS

De los 29 CKDs pre fondeados, la mitad vencerá entre 2020 y 2021

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De un total de 114 CKDs que se han emitido desde 2009 a la fecha, 80 han sido de llamadas de capital, 29 pre fondeados y 5 de inversiones directas en 11 años de vida de los CKDs.

Los recursos comprometidos en los CKDs con llamadas de capital ascienden a 16.468 millones de dólares (mdd) que representa el 75% del total (80 CKDs), 4.708 mdd fueron en instrumentos pre fondeados (22%) y 721 mdd en inversiones directas (3%). En total los 114 CKDs tienen de capital comprometido por 21.897 mdd, mientras que los CERPIs 8.426 mdd al 30 de junio.

El mecanismo inicial de los CKDs en su nacimiento en 2009 fue de pre fondeo. A mediados de 2012 se comenzaron a ver los CKDs con llamadas de capital como es la práctica internacional en el capital privado. El pre fondeo frenó el desarrollo de los CKDs en sus inicios ya que solo aquellos proyectos que se visualizaron que podrían superar el carry negativo fueron los que se colocaron, por lo que cuando comenzaron las llamadas de capital esta clase de activo comenzó a tener un mayor dinamismo.

De acuerdo con estimaciones de Homero Elizondo, experto en CKDs y CERPIs, considera que el costo de los CKD pre fondeados se ubica entre 300 y 500 puntos base dependiendo de la velocidad en la que el administrador (GP) logra invertir el monto comprometido por los inversionistas. Esto sin considerar los gastos de emisión, legales y operativos entre otros.

De los 29 CKDs pre fondeados 22 fueron emitidos entre 2009 y 2012 y 7 entre 2014 y 2016. A partir de 2016 se ha visto la aparición de los CKDs de coinversión donde los recursos se canalizan a proyectos específicos que en muchos casos son pre fondeados ya que el dinero se utiliza inmediatamente.

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De los 29 CKDs pre fondeados, dos cerraron el ciclo durante 2020. Cuatro CKDs han generado una TIR superior al 10% y cinco llevan hasta junio de 2020 una TIR entre 8% y 9%. Cabe destacar que el resultado real se obtendrá cuando cada CKD concluya su ciclo de desinversión toda vez que hasta ahora se cuenta con las distribuciones realizadas y el rendimiento de acuerdo con las valuaciones independientes.

En cuanto a las fechas de vencimiento de los pre fondeados: 6 pre fondeados vencen en 2020 (2 ya vencieron); 8 en 2021 y 15 vencerán entre el 2024 y 2040. En la medida que vayan venciendo los CKDs pre fondeados se podrán observar si sus TIRs fueron competitivas.

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Columna de Arturo Hanono