Rastreando la recuperación con big data

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Pixabay CC0 Public Domain. Rastreando la recuperación con big data

Tras seis semanas en el mar, el granelero Anetos atracó en el puerto de Xiamen (China) el 11 de junio poco antes de las 22.00 horas, hora local. El buque registrado en las Islas Marshall transportaba una carga de concentrado de cobre procedente de Chile. Por sí sola, esta instantánea del comercio internacional no nos dice mucho sobre la economía mundial. Agregada a otros miles de ejemplos, y correlacionada con otros indicadores, tiene el potencial de reforzar, o desafiar, las convicciones de inversión sobre el comercio mundial.

Combinado con las habilidades analíticas adecuadas, el big data está abriendo nuevas oportunidades para las perspectivas de inversión. Las tecnologías de rastreo, instaladas en dispositivos que van desde los teléfonos móviles hasta el transporte marítimo comercial, han hecho que los datos sean a la vez muy granulares y oportunos. Los inversores que dependen de los datos tradicionales del transporte marítimo de las autoridades chinas, por ejemplo, tendrán que esperar por lo menos un mes para detectar una tendencia en las importaciones del país.

Las herramientas de big data pueden mostrarnos los cargamentos moviéndose a través de los puertos chinos en menos de 24 horas, y al comparar las fuentes oficiales con tales datos agregados «en tiempo real», vemos altas correlaciones con las estadísticas oficiales de comercio. Más importante aún, esto nos da una adecuada comprensión sobre la salud de partes clave de la economía internacional.

Con la primera ola de la epidemia del COVID-19 ahora bajo control, estamos intentando comprender el resurgimiento de las economías de todo el mundo a medida que los mercados reflejan la opinión de que lo peor del impacto de la pandemia ha quedado atrásEl desafío para los inversores es calibrar el progreso hacia la «normalización» en comparación con los niveles históricos de la oferta y la demanda. Como resultado, esta pandemia se está convirtiendo en la prueba más poderosa hasta ahora para el valor de la ciencia de datos.

Los grupos de datos adecuados pueden ayudarnos a mejorar nuestro diagnóstico en tiempo real de la recuperación y las tendencias del mercado. Eso significa que también puede ayudarnos a tomar decisiones de inversión y a construir carteras. Estamos trabajando con datos de todas las regiones que afectan a nuestras carteras y eligiendo nuestras fuentes cuidadosamente. Antes de que podamos incluir un conjunto de datos en nuestro análisis de inversiones, lo comparamos con otros indicadores para asegurarnos de que sus percepciones añaden valor a nuestras previsiones.

Podemos usar esto para llenar el vacío entre las cifras oficiales del gobierno, que a menudo informa de las estadísticas con un retraso de un mes o más. Las nuevas fuentes de datos también nos permiten captar medidas, como la contaminación y la movilidad, simplemente no disponibles hasta ahora. La pandemia está dando vida a estos avances estadísticos a medida que seguimos la recuperación económica y encontramos nuevas formas de entender los desarrollos económicos cada vez más cerca del tiempo real.

Los siete pilares de la sabiduría del big data

Observamos siete señales de alta frecuencia: importaciones y exportaciones, niveles de congestión en las ciudades, datos de movilidad, consumo de comercios minoristas y supermercados, presencia en el lugar de trabajo y niveles de contaminación del aire por la producción. En conjunto, pueden darnos una imagen del estado de la recuperación de una economía en comparación con un promedio de tres años previos a la crisis, o a partir de 2019.

El seguimiento de los niveles de calidad del aire puede indicar un repunte de la actividad industrial, y utilizamos índices que captan el número de personas que se encuentran en sitios comerciales, cruzados con datos de movilidad e indicadores de congestión urbana, en comparación con los promedios históricos. Estos pueden decirnos mucho sobre el ritmo de la actividad económica.

Los datos económicos en general, y el big data en particular, muestran que la recuperación se está produciendo en dos fases. Las diferencias nacionales muestran que inmediatamente después del levantamiento de los cierres, hay una fase de recuperación rápida. La segunda fase será mucho más larga, ya que ciertos sectores, como el de los viajes y el turismo, permanecen deprimidos durante más tiempo. Las tasas de desempleo, que se encuentran en niveles sin precedentes en muchas economías, deberían disminuir lentamente durante los próximos dos o tres trimestres hasta alcanzar niveles cercanos a los pre-pandemia.

Para finales de año, esperamos que la mayoría de las economías hayan vuelto a más del 85% de sus niveles de actividad pre-pandemia. Corea del Sur, Japón y China ya han cruzado ese umbral.

La mayoría de las economías del G20 ya han tocado fondo y existe una correlación entre la velocidad de los cierres y las recuperaciones. La mayoría de los países de la Unión Europea, incluidos Alemania, Francia e Italia, junto con Suiza, están acelerando después de levantar sus cierres. Reino Unido, el cual fue lento a la hora de imponer el confinamiento, se está retrasando con respecto a sus vecinos continentales. Está claro que existe una correlación entre la velocidad de implantación de los cierres y las recuperaciones. Así, las economías del noreste de Asia lideran el proceso de normalización, mientras que, en Europa, Reino Unido va a la cola del resto de Europa continental en términos relativos.

Riesgos y mercados

El principal riesgo para las recuperaciones económicas es, por supuesto, la posibilidad de una segunda oleada de casos del COVID-19. Los nuevos casos aumentaron en los EE.UU., incluyendo 25.000 registrados para el 13 de junio, en parte reflejó de un mayor número de pruebas. El aumento de nuevas infecciones en Beijing en los últimos cuatro días, después de un período de 55 días sin casos domésticos, ha llevado a cierres en algunas partes de la capital china. Aun así, vale la pena recordar que las herramientas para manejar un resurgimiento de infecciones son más fuertes, comparadas con las de hace tres meses.

A medida que los riesgos de la pandemia han disminuido, especialmente en Estados Unidos, la Unión Europea y los mercados emergentes, los mercados de valores han comenzado a cotizar en una recuperación en forma de V, dejando poco margen de rentabilidad del riesgo a disposición de los inversores del mercado de valores. Las expectativas de ganancias por acción para este año han caído en línea con la desaceleración económica más amplia, pero desde que los cierres han comenzado a levantarse, han empezado a estabilizarse.

El S&P500 ahora parece tener un precio justo. Asumiendo un rápido rebote económico, eso deja poco margen para los inversores de capital en los próximos 12 meses. Continuamos monitoreando nuestras señales de datos para confirmar que una recuperación en forma de V se está desarrollando efectivamente, junto con las ganancias del segundo trimestre y la orientación de la compañía, y ajustando las carteras de nuestros clientes a cualquier descenso potencial.

Tribuna de Stéphane Monier, Chief Investment Officer de Lombard Odier.

Aumenta el número de empresas improductivas a causa de la intervención de los gobiernos y los bancos centrales

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Pixabay CC0 Public DomainFoto: Sam Jotham Sutharson. Foto: Sam Jotham Sutharson

Hace unos pocos cientos de años, muchas sociedades empezaron a utilizar un modelo capitalista para asignar recursos. Un sistema en el que los productores buscaban el capital de los ahorradores para financiar proyectos y competían por dicho capital. Desde entonces, la tasa de rentabilidad mínima, es decir, la rentabilidad financiera que motiva a los ahorradores para arriesgar su capital, ha venido determinada por el mercado.

En mercados con un funcionamiento normal, el coste de capital de los gobiernos con balances débiles o las empresas con productos poco competitivos es muy diferente del de los gobiernos y las empresas con mayor dinamismo. En respuesta a la pandemia por el coronavirus, los bancos centrales han eliminado prácticamente la tasa de rentabilidad mínima de la inversión poniendo el préstamo a disposición de todo el mundo, y han otorgado prioridad a la «financierización» de los balances por encima de todo.

Las empresas y los mercados financieros están formados por personas que toman decisiones (y cometen errores). Las empresas, al igual que las personas, tienen una esperanza de vida, en algunos casos larga y en otros corta. Dado un periodo de tiempo lo suficientemente prolongado, todas las empresas sufren disrupciones o se ven desplazadas por la competencia.

Los proyectos nuevos absorben el capital que antes se destinaba a empresas poco rentables, puesto que los inversores buscan oportunidades más prometedoras. Nacen nuevas empresas, mientras que otras que estaban establecidas desaparecen. Así es el capitalismo. Sin embargo, la política monetaria se ha hecho con el control de la Parca capitalista, lo que se ha traducido en un periodo histórico de ampliaciones de capital en 2020. ¿Qué consecuencias tiene esto?

A medida que los ciclos económicos maduran, la destrucción creativa suele acelerarse y, por lo general, alcanza su velocidad punta durante las recesiones, cuando los propietarios del capital buscan oportunidades más prometedoras. Históricamente, las recesiones se han revelado procesos correctivos que se han llevado por delante a empresas redundantes, con lo que sus acciones han desaparecido de los índices de referencia.

Sin embargo, esto no ha sucedido durante esta recesión. En el gráfico siguiente se muestra el número de empresas que han salido de los índices S&P 500 y MSCI EAFE durante los últimos ciclos sobre la base de períodos móviles de 12 meses. La tasa de abandono de este ciclo hasta la fecha es muy baja en comparación con episodios anteriores gracias a las agresivas medidas de apoyo promovidas por los gobiernos

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La pandemia ha catalizado tendencias que ya existían. No ha creado la compra por Internet, pero ha incrementado de forma espectacular su tasa de adopción. No ha hecho aparecer la informática en la nube ni los pagos digitales, pero ha adelantado varios años un cambio en el comportamiento. Dado el gran cambio que nos ha traído actualmente la tecnología combinado con la peor recesión en casi 100 años, creo que la mayoría habríamos anticipado un número sin precedentes de empresas en quiebra e impagos en acciones y bonos.

La cantidad de empresas improductivas, o «zombis», se incrementó durante el ciclo que siguió a la crisis financiera mundial, puesto que la política excepcionalmente expansionista de los bancos centrales y la explosión de la inversión pasiva frustraron la destrucción creativa. Al igual que sucede con los cambios tecnológicos, la expansión de las vías de sustento financiero a negocios improductivos o no competitivos catalizó esta dinámica.

No soy economista, pero entiendo qué están intentando hacer los bancos centrales: evitar una espiral deflacionista. No los juzgo, pero boicotear el proceso de selección natural de los mercados no nos puede salir gratis. Prolongar la vida de empresas que, de otro modo, habrían abandonado el terreno de juego desemboca en un aumento de los costes de los recursos para las demás. También reduce la rentabilidad financiera y  desincentiva la aparición de nuevos competidores. Además, merma la competencia de precios al tiempo que crea ineficiencias.

El resultado es una excesiva abundancia de recursos improductivos y una rentabilidad del capital más reducida. Cada ciclo es diferente, pero hay un patrón: las recesiones son procesos que corrigen los excesos del ciclo anterior. El exceso del ciclo que siguió a la crisis financiera mundial consistió en ofrecer crédito a tipos reducidos a empresas nada competitivas para compensar el descenso de sus flujos de caja operativos en lugar de permitir que los desequilibrios se corrigieran. Y eso es todavía pero en la actualidad. En un entorno como el actual, corresponde a los gestores activos excluir a las empresas inviables de las carteras aunque los responsables de los índices las mantengan en sus indicadores de referencia. Lo contrario puede resultar insostenible. 

 

Columna de Robert M. Almeida, gestor de carteras y estratega de inversión mundial de MFS Investment Management.

 

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¿Hacia una nueva riqueza de las naciones?

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Foto cedidaODS- ONU. ¿Hacia una nueva riqueza de las naciones?

En la década de 1930, en plena crisis económica, se desarrollaron las normas contables para ayudar a los Estados a regular un sistema de comercio fuera de control. No ha pasado ni un siglo y de nuevo una crisis, esta vez sanitaria, nos lleva a replantearnos el propio concepto de contabilidad, incluyendo en él un componente ¡ecológico! 

Aunque todavía es poco conocida, la contabilidad ecológica parece poder ofrecer una respuesta a los interrogantes sobre el impacto del hombre y sus actividades en la sociedad y el medioambiente. La contabilidad de la riqueza de las naciones se encuentra en un nuevo punto de inflexión que esperamos que contribuya o incluso acelere la transición ecológica más necesaria que nunca para nuestras economías modernas.

Encontrar el equilibrio

Por su funcionamiento, sus productos y servicios, toda empresa genera múltiples externalidades. Estas pueden ser positivas (creación de empleo) o negativas (contaminación atmosférica, deterioro de la biodiversidad). Encontrar el equilibrio entre estas externalidades resulta difícil, lo que a menudo genera una deuda de la empresa con el medioambiente y la sociedad. Así, la industria del tabaco ahonda su deuda con los sistemas sanitarios públicos por el gasto que conlleva tratar a quienes sufren enfermedades ocasionadas por el tabaco.

Una deuda neta que, según cálculos, asciende a 120.000 millones de euros en Francia, lo que equivale a un impuesto indirecto anual de 1.846 euros por ciudadano, ya fume o no. ¡Imaginen si este sobrecoste se repercutiera sobre el precio de cada paquete de cigarrillos!

Internalizar las externalidades

La contabilidad ecológica tiene un doble objetivo. Al dar valor contable a la naturaleza, permite acelerar la concienciación de las empresas sobre la deuda medioambiental (y social) que acumulan año tras año. Aunque las políticas de responsabilidad social de las empresas, que generan diversas externalidades variadas, se consideraban principalmente hasta ahora una partida de gastos, esta nueva visión contable las legitima y les da un nuevo impulso. 

Al integrar en su contabilidad estos costes ignorados, las empresas deberán replantearse en profundidad su modelo de negocio y sus inversiones. Así, si los agricultores convencionales repercutiesen en el precio de sus productos el coste que tiene para la naturaleza sus prácticas agrícolas, ¡los productos biológicos parecerían mucho menos caros!

Una visión integral de la rentabilidad

En La Financière de l’Echiquier, estamos convencidos de que la rentabilidad de la empresa no es solo la rentabilidad financiera, sino una rentabilidad integral que incluye los factores financieros, sociales y medioambientales. Para nosotros, se trata de un factor clave de rentabilidad perdurable, que crea valor para todos los interesados. Por ello, nuestra metodología de análisis de la contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU propone una evaluación clara de la rentabilidad de las empresas. 

Esto nos permite invertir únicamente en las empresas cuyo impacto positivo supera a las externalidades negativas que generan por sus productos y actividades. Es una filosofía que compartimos con las empresas en las que invertidos durante todo el año y estamos orgullosos de ver el compromiso de algunas de ellas, como LVMH, a favor de la contabilidad ecológica. Para nosotros, esa es la prueba de la madurez de su enfoque de responsabilidad social de empresa y de la concienciación de su papel y del impacto de la empresa en el ecosistema. Con esta nueva perspectiva, ¡es seguro que ustedes no volverán a ver las obras de Adam Smith de la misma manera!

Tribuna de  Coline Pavot, directora de análisis de sostenibilidad de La Financière de l’Echiquier (LFDE).

Mirabaud reabre su fondo de deuda emergente Fixed Maturity 2025 con una TIR bruta estimada del 5,3% en euros

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Mirabaud reabre su fondo de deuda emergente Fixed Maturity 2025 con una TIR bruta estimada del 5,3% en euros
Pixabay CC0 Public Domain. Mirabaud reabre su fondo de deuda emergente Fixed Maturity 2025 con una TIR bruta estimada del 5,3% en euros

Desde el pasado 18 de septiembre y hasta el 16 de octubre hemos reabierto el fondo Mirabaud EM Fixed Maturity 2025 EUR a nuevas suscripciones. Con esta decisión, queremos responder a la búsqueda de rentabilidad por parte de muchos inversores en los mercados de deuda emergente. Una demanda que se ha visto acentuada por la crisis actual. 

El impacto del COVID-19 en la economía mundial ha exigido la implementación de un gran número de medidas monetarias y fiscales que, entre otras cosas, mantendrán los tipos en niveles muy bajos a nivel global durante un largo período de tiempo. Los mercados emergentes deberían beneficiarse de esta tendencia, a la vez que cuentan con un importante apoyo por parte de las agencias multilaterales e instituciones gubernamentales para prevenir mayores crisis de solvencia y liquidez.

A pesar de la fuerte recuperación de los mercados en los últimos meses, los yields y los diferenciales de la deuda emergente siguen siendo superiores a los registrados a principio de año. Con las perspectivas del US Treasuries a 5 años, que rozará el cero durante los próximos años, la inversión en deuda emergente ofrece retornos muy atractivos con un nivel de riesgo moderado.

En cuanto a la exposición de la cartera del fondo que hemos reabierto, se centra en las mejores ideas de inversión en deuda emergente, emitida por más de 50 emisores y 30 países diferentes; y es, además, un fondo muy diversificado en cuanto a tipología de bonos: corporativos (63%) y soberanos/cuasi-soberanos (37%). Del mismo modo, el fondo invierte el 50% de los activos en bonos denominados en euros y el 50% en bonos denominados en dólares, pero con cobertura permanente a euros, lo que libera al cliente de asumir el riesgo de los movimientos del dólar.

La cartera cuenta con una TIR bruta estimada del *5,3% en euros, con cupones del 4% y una calidad crediticia BB-. Las cifras tienen en cuenta una estimación de los costes de cobertura del dólar. El riesgo de impago de la deuda emergente se mantiene en niveles razonables; no obstante, el equipo gestor estima una TIR del 4% si este escenario ocurriese. El vencimiento medio de la cartera es de 4,2 años, con una duración modificada de 3,4 años, un período que no es demasiado corto y que consideramos interesante para invertir en deuda emergente, sobre todo en este momento.

El equipo gestor aprovechó la volatilidad reciente sufrida en los mercados para invertir en bonos con mejor calidad crediticia, y aumentar a su vez la diversificación de la cartera. Actualmente, el fondo cuenta con 130 posiciones (antes eran menos de 100), de las cuales más del 22% son investment grade, un elemento clave en una cartera bien diversificada.

El enfoque buy and hold de la estrategia de Mirabaud EM Fixed Maturity 2025 EUR revierte positivamente en la reducción de los costes por operaciones si los comparamos con los de los bonos individuales y los fondos tradicionales. Asimismo, al ser un fondo cerrado, se eliminan prácticamente los riesgos de liquidez con los que conviven estos mercados.

El equipo de Daniel Moreno pone su foco en gestionar los riesgos inherentes en los mercados de deuda emergente para optimizar los retornos que están implícitos en esta clase de activo y, a la vez, minimizar la volatilidad. La diversificación geográfica y de emisores, junto a una selección de activos diferenciada con rendimientos atractivos, baja duración y menor volatilidad definen el modelo de gestión del fondo. 

Su distribución está disponible en clase de reparto y en clase de acumulación, con los siguientes ISIN dependiendo del perfil inversor: A (clase retail), N (clase limpia), I (clase Institucional). El fondo es traspasable y, al tratarse de un fondo a vencimiento fijo, existe una comisión de reembolso del 2% si se reembolsa antes del vencimiento establecido, aspecto importante para proteger a los inversores.

  • Mirabaud – Emerging Market 2025 Fixed Maturity Euro A cap. EUR LU2051644214
  • Mirabaud – Emerging Market 2025 Fixed Maturity Euro A dist. EUR LU2051644305
  • Mirabaud – Emerging Market 2025 Fixed Maturity Euro N cap. EUR LU2051644644
  • Mirabaud – Emerging Market 2025 Fixed Maturity Euro N dist. EUR LU2051644727
  • Mirabaud – Emerging Market 2025 Fixed Maturity Euro I cap. EUR LU2051644487
  • Mirabaud – Emerging Market 2025 Fixed Maturity Euro I dist. EUR LU2051644560

Nuestro equipo gestor mantiene su convicción de que la inversión en deuda de mercados emergentes sigue teniendo buenas oportunidades, siempre que vaya acompañada de una estrategia definida, con enfoque global y una gestión muy selectiva.

En resumen, Mirabaud EM Fixed Maturity 2025 EUR intenta captar las mejores oportunidades de inversión de su mercado, focalizándose en la obtención de una rentabilidad superior, a largo plazo y ajustada al riesgo. El fondo ofrece flexibilidad y diversificación siguiendo un enfoque macroeconómico global “top down unconstrained”.

Elena Villalba, directora general de Mirabaud Asset Management para España, Portugal y Latinoamérica

*Basado en las condiciones de mercado a 31 de agosto. Para más información sobre otros riesgos asociados a este Subfondo, consulte la Sección «Factores de riesgo» del folleto del Fondo que pueden encontrar en la web.** Más información sobre el fondo en www.mirabaud.com/es

La inversión en el clima: si no es ahora, ¿cuándo? Si no eres tú, ¿quién?

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Pixabay CC0 Public Domain. La inversión en el clima: si no es ahora, ¿cuándo? Si no eres tú, ¿quién?

A pesar de todos los desafíos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) que enfrentan las empresas hoy en día, hay uno que los une a todos: un desafío que empequeñece a todos los demás en su urgencia. La «A» de ambiental.

La «A» de la amenaza a la que todos nos enfrentamos: el fracaso de nuestra civilización de combustibles fósiles para hacer frente al cambio climático. La urgente amenaza del calentamiento global exige una revolución en nuestros sistemas energéticos. Ya llegamos tarde, pero no demasiado tarde. Como gestores de activos e inversores, todavía tenemos el poder de cambiar el mundo ayudando a transferir billones de dólares a inversiones inocuas para el clima. La historia puede juzgarnos duramente si no lo hacemos. Afortunadamente, la ayuda está a mano en forma de benchmarks alineados con el clima, y los nuevos e innovadores ETF que los utilizan.

Al prever la limitación del calentamiento global a «muy por debajo de 2ºC por encima de los niveles preindustriales» y «proseguir los esfuerzos para limitar el aumento de las temperaturas a 1,5ºC», el Acuerdo de París de 2015 comprometió a 195 países a un cambio radical y significativo de sus emisiones y políticas climáticas.

Lograr esto será un desafío, pero todos podemos ser decisivos. Cuando se trata de las emisiones de CO2, el diablo está en los detalles. ¿Cómo puede saber si su cartera va por buen camino?

Estableciendo nuevos estándares

Gracias a la labor realizada por organizaciones como el CDP (anteriormente el Carbon Disclosure Project), el Taskforce for Climate-Related Financial Disclosure (TCFD) y la Science-Based Targets (SBT), existe ahora un marco transparente para calcular, prever y divulgar datos sobre las emisiones de carbono de las empresas.

Los SBT establecen el vínculo entre las emisiones de CO2 proyectadas por las empresas individuales y un aumento medio proyectado de la temperatura. Vincular una cartera de inversiones a una cifra de temperatura específica es una medida extremadamente sencilla de comprender por los inversores grandes y pequeños.

Lamentablemente, las cifras no son una lectura agradable tal como están. Todos los principales benchmarks de la renta variable implican actualmente aumentos de temperatura de alrededor de 4°C o más, lo que podría ser desastroso.1

La regulación de los benchmarks: el eslabón perdido

La UE está en proceso de actualizar su regulación sobre los benchmarks, obligando a los creadores de los índices a revelar si los principales puntos de referencia existentes están alineados con el escenario de calentamiento del Acuerdo de París.

También está respaldando la creación Climate Transition Benchmarks (CTB) y los Paris-Aligned Benchmarks (PAB). Estos benchmarks simplificarán mucho más la creación de instrumentos de inversión que cumplan con el Acuerdo y empiecen a financiar la transición a un mundo en el que el aumento medio de la temperatura se limite a 1,5º C por encima de los niveles preindustriales.

Creemos que estas etiquetas de CTB y PAB pronto serán tan comunes como las etiquetas orgánicas para los productos alimenticios, y servirán para un propósito similar: una manera de asegurar a primera vista que algo se está haciendo correctamente o es «limpio». El efecto indirecto será el de estigmatizar los índices «sucios», prácticamente todos los principales benchmarks que todavía utilizan los inversores institucionales.

La nueva reglamentación de los benchmarks de la UE podría provocar una auténtica revolución, y conducir a un mundo en el que los flujos de capital y las valoraciones de las empresas dependan de las huellas de carbono de las empresas.

Un círculo virtuoso

La publicación de los escenarios de temperatura de los principales benchmarks afectará a casi todo el mundo. Las instituciones y las grandes marcas, los gestores de fondos y patrimonios, los bancos privados y las redes de asesoramiento, podrían asociarse a un determinado escenario de temperatura y a una posición de facto sobre el cambio climático por parte de los clientes, los potenciales e incluso los medios de comunicación. Podríamos ver una carrera hacia el fondo del termómetro.

En medio de tal escrutinio, esperaríamos que las instituciones comenzaran a migrar sus inversiones hacia los CTB o PAB. Mientras tanto, si la valoración de una empresa está dictada por su huella de carbono, esperamos que sus accionistas presionen a su equipo directivo para acelerar su transición energética.

Así, nace un círculo virtuoso, alimentado por una regulación con visión de futuro y el tribunal de la opinión pública.

La operación de la década

Los mercados de valores de hoy en día están fijando los precios de la energía y la electricidad a un coste poco realista e insostenible porque no están teniendo en cuenta el «coste real» de las emisiones de CO2. Tampoco están teniendo en cuenta los billones de dólares necesarios para transformar la combinación de energía del mundo.

Algunas estimaciones actuales sugieren que debemos mantener el 80% de las reservas conocidas de combustibles fósiles bajo tierra o arriesgarnos a calentar nuestro planeta mucho más allá de las líneas rojas trazadas por los científicos y los gobiernos2.

Sin embargo, los mercados de valores siguen fijando el precio de algunas de esas reservas en los precios de las acciones de los productores de petróleo. Este podría ser el mayor riesgo oculto en sus carteras hoy en día, y es un riesgo que no se puede cubrir.

La descarbonización de las carteras no es posible sin reducir la exposición a un posible rebote de los combustibles fósiles. Para nosotros, ese es un riesgo de la cartera que vale la pena tomar. Aceptar el reto ofrece un potencial real para los que piensan en el futuro con la vista puesta en el panorama global. Creemos que será la operación de la próxima década, y más allá.

Por supuesto, ajustar las carteras a tal nivel es un desafío que llevará años para que esta experiencia sea ampliamente compartida, años que no tenemos. Un paso adelante los gigantes de la indexación del mundo y sus nuevos índices.

Los índices y los ETFs son la autopista de la transición

Creemos que un enfoque cuantitativo, basado en reglas, es la mejor manera de emplear la enorme (y cada vez mayor) cantidad de datos climáticos disponibles actualmente. Las principales compañías de índices del mundo, S&P y MSCI, han estado construyendo su experiencia climática a través de adquisiciones corporativas, y ahora la están compartiendo en índices climáticos elegibles para las etiquetas CTB y PAB de la UE.

Por supuesto, la simple construcción de estos índices no es suficiente para ganar la guerra. Los inversores deben usarlos. Cambiar el dinero en masa a estos índices es lo que nos ayudará a cambiar la corriente.

Los inversores influyentes y los pioneros pueden jugar un papel clave aquí. Sólo se necesitarían unos pocos propietarios de activos importantes, activos y comprometidos para alimentar ciertos índices y ETFs, y así incitar a muchos otros sin el tiempo y los recursos para construir sus propias carteras respetuosas con el clima a seguirles.

Una vez en la vida

Estamos en la cúspide de un cambio de paradigma para los mercados cotizados de una escala comparable al surgimiento de la era digital. Los cambios radicales en las regulaciones de los benchmarks podrían ser el catalizador para un futuro más limpio y más verde. Esta es una oportunidad única en la vida para que los proveedores de ETFs sean campeones del cambio y pongan el poder en manos de la gente con sólo pulsar un botón.  

Todo el mundo puede desempeñar un papel en esta revolución, desde los mayores propietarios de activos del mundo hasta el inversor individual que planea su jubilación en la comodidad de su sillón. Sólo piensa: una persona que pulsa ese botón y mueve sus ahorros a fondos de acción climática es mucho más impactante que esa misma persona que deja de volar o de usar el transporte público o se convierte en vegano.3 ¿Qué pasa si millones de nosotros lo hacemos?

Nunca pienses que es demasiado tarde. Nunca creas que tu contribución es demasiado pequeña. Nunca digas nunca. Todos tenemos el poder de cambiar el mundo.

Tribuna de Pedro Coelho, responsable para Société Générale de Lyxor ETF para España, Portugal y Latinoamérica.

 

1Fuente: EU Technical Expert Group (TEG) on Sustainable Finance Interim Report on Climate Benchmarks, June 2019

2Fuente: Bill McKibben, autor y líder del grupo ambientalista 350.org, https://350.org/why-we-need-to-keep-80-percent-of-fossil-fuels-in-the-ground/

3Fuente: https://www.nordea.com/en/sustainability/sustainability-news/nordeas-illustrative-analysis-on-carbon-footprint-from-savings.html

SÓLO PARA CLIENTES PROFESIONALES. CAPITAL EN RIESGO.

Esta comunicación es para uso exclusivo de los inversores que actúan por cuenta propia y están clasificados como «Contrapartes elegibles» o «Clientes profesionales» en el sentido de la Directiva de Mercados de Instrumentos Financieros 2014/65/UE. Estos productos cumplen con la UCITS Directive (2009/65/EC). Société Générale y Lyxor International Asset Management (LIAM) recomiendan a los inversores que lean atentamente la sección «riesgos de inversión» de la documentación del producto (prospecto y KIID). El prospecto y el KIID pueden consultarse gratuitamente en www.lyxoretf.com, y previa solicitud en client-services-etf@lyxor.com.

Con excepción del Reino Unido, donde la presente comunicación es emitida en el Reino Unido por Lyxor Asset Management UK LLP, que está autorizada y regulada por la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido con el número de registro 435658, la presente comunicación es emitida por Lyxor International Asset Management (LIAM), sociedad gestora francesa autorizada por la Autorité des marchés financiers y sometida a la reglamentación de las Directivas OICVM (2014/91/UE) y AIFM (2011/61/UE). Société Générale es una entidad de crédito (banco) francesa autorizada por la Autorité de contrôle prudentiel et de résolution (la Autoridad de Control Prudencial francesa).

Falta tiempo para evaluar los resultados de los CKDs y los CERPIs

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Foto: Pikist CC0. Foto:

El próximo mes de octubre se llega a 11 años de la primera emisión de un CKD en el mercado mexicano. RCOCB_09 emitido por Red de Carreteras del Occidente (sector infraestructura), fue el primer CKD que se colocó en la Bolsa Mexicana de Valores que le dio acceso al inversionista institucional al capital privado a través de un vehículo público.  RCOCB_09 presenta una TIR neta en pesos del 15,2% y si se consideran las entradas y salidas al tipo de cambio de cada movimiento la TIR neta en dólares es del 10,3% de acuerdo con estimaciones propias elaboradas con información pública del emisor. Estas TIR son buenas considerando que lleva 11 años la inversión y que vencerá en abril de 2038, es decir en 18 años más.

Así como tenemos esta historia de éxito para los 164 CKDs y CERPIs al 31 de agosto, tratar de evaluar el desempeño de toda una industria que vale 31.538 millones de dólares (mdd) en capital comprometido de los cuales ha sido llamado poco más de la mitad (57%) que equivalen a 18.012 mdd; el tema se vuelve más complejo ya que al ponderar a todos los CKDs y CERPIs, la TIR neta en pesos no llega a los dos dígitos ya que son diferentes los requerimientos de recursos y distribuciones y por supuesto la valuación de las inversiones que generan en lo individual los emisores y los diferentes sectores (7) a los que pertenecen.  Aunado a lo anterior se tiene la problemática que en los tres primeros años (2009 a 2012), los CKDs fueron pre fondeados al 100%.

Hasta el momento solo han vencido dos CKDS y se identifican otros seis que podrían vencer este año por lo que estos dos CKDs y seis por vencer no pueden contar la historia de los 164 que hay. No se puede descartar que algunos de estos CKDs ejerzan la posibilidad que tienen de posponer su vencimiento.

A nivel agregado, en toda la vida de los CKDs los mejores años han sido 2009, 2013, 2014, 2018 y 2019 que presentan una TIR entre el 7 y el 10% la cual se ha venido mejorando conforme pasa el tiempo.  Los años de 2009 y 2013 prácticamente ya llamaron el 100% del capital comprometido (100 y 96%), mientras que en 2014 van en el 71% y en 2018 y 2019 están entre el 30 y el 25% del capital llamado por lo que en la medida que se hagan las nuevas inversiones se modificarán las TIRs observadas.

Los sectores que mejor TIR en pesos presentan son los sectores de fondo de fondos, crédito, infraestructura y bienes raíces al 31 de agosto.

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Al revisar las 15 TIRs sectoriales más altas por año desde 2008 a la fecha se tienen TIRs que están entre 8,0% y 16,5%. El sector infraestructura es el que ha tenido cuatro años muy buenos como fue 2009, 2010, 2012 y 2015. El sector de crédito ha tenido tres años buenos (2012, 2014 y 2019), y con dos años buenos están los sectores de bienes raíces, energía y capital privado.

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Si bien las TIRs que se muestran aun no son sobresalientes en los promedios, existen 36 CKDs (al 31 de agosto) que presentan TIRs superiores al 10% que representan el 22% de los 164 CKDs. Otro dato interesante es que solo 46 CKDs han llamado el 100% del capital comprometido que significan 28% de la oferta total de CKDs y CERPIs.

Varios factores hacen ver a los CKDs con un bajo desempeño hasta el momento:

  1. Para que el inversionista institucional (aseguradoras y AFOREs, entre otros), pudieran participar en capital privado fue necesario crear un instrumento público que estuviese listado en bolsa. Esto significó incurrir en los gastos de emisión y colocación entre otros, que un fondo de capital privado a nivel global no incurre.
  2. El dinero no ha sido llamado al 100% por lo que muchas de las inversiones aún están en su fase inicial. A todos los CKDs y CERPIs las faltan 9 años en promedio donde 57 comenzarán a vencer a partir del 2030.
  3. Se tienen 29 CKDs que fueron pre fondeados (100% del capital llamado en su colocación).
  4. La oferta de CKDs promedio es de 13 por año donde se tuvo por ejemplo el caso que en 2018 se colocaron 38. Ese año la oferta fue importante ya que se permitió a los CERPIs invertir el 90% de sus recursos de forma global.

Por supuesto que hay años buenos y malos; hay sectores que requieren más tiempo para presentar resultados y también hay que reconocer que ha habido buenos y malos CKDs, pero esos solo se pueden ver conforme venzan.  Las TIRs observadas seguirán cambiando y poco a poco se verán resultados.

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Columna de Arturo Hanono

La necesidad de un propósito corporativo (y por qué este puede conducir al éxito)

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“¿Qué aspiramos a conseguir como compañía?”, podría preguntarse la dirección de una empresa en una reunión ejecutiva, a menudo de forma retórica. Hace unos 20 o 30 años, la respuesta más habitual podría muy bien haber sido aportar valor a los accionistas, pero hoy en día, es probable que dicha respuesta (y la que muchos accionistas esperarían) haya cambiado. No solo reconocemos que el propósito de una compañía puede ir más allá de la generación de beneficios, sino que debería hacerlo.

Esto es necesario en aras no solo de la sociedad, sino también de los inversores. Pero para poder prosperar a largo plazo, una empresa no solo debe tener un propósito claro: también necesita alcanzarlo.

¿Qué significa tener un propósito?

De la misma manera que ganar dinero no suele ser motivación suficiente para prosperar en nuestra carrera, es poco probable que el mero ánimo de lucro conduzca el éxito sostenible de una compañía. 

Un propósito puede adoptar muchas formas. Mientras que algunas empresas aspiran a transformar la vida de la gente en todo el mundo, otras pueden tener aspiraciones más humildes. Algunas están comprometidas a encontrar una cura para el cáncer, mientras que otras se proponen desarrollar baterías que duren más, o prestar servicios financieros a sus clientes.

Por parafrasear a Alex Edmans, de la London Business School, toda compañía debería responder la pregunta siguiente, sea cual sea su propósito: “¿Cómo contribuye nuestra existencia a hacer del mundo un lugar mejor?”.

Un propósito definido con claridad puede ser una fuerza motivadora para que el personal impulse a la compañía hacia el éxito. Su equipo directivo también debería utilizarlo como base a la hora de establecer y perseguir objetivos empresariales. Tiene sentido que los beneficios que genere este éxito se utilicen principalmente para respaldar la consecución de ese propósito.

Para que los trabajadores y la dirección compartan un sentido de misión, deben creer en él. Así, el propósito de una empresa debe estar en su ADN, consagrado como parte de su razón de ser. Un número cada vez mayor de compañías con la “certificación B Corp” llevan esto un paso más allá e incorporan en sus estatutos sus responsabilidades ante sus distintos grupos de interés.[1]

Tales aspectos gozan de un reconocimiento creciente en el mundo empresarial. En agosto de 2019, los consejeros delegados de 181 de los mayores grupos estadounidenses firmaron una nueva “Declaración sobre el propósito de la empresa [2]”. Este documento asevera que las compañías comparten un compromiso fundamental con todos sus grupos de interés —incluidos clientes, empleados, proveedores, comunidad y medio ambiente— en el marco de sus esfuerzos por crear valor a largo plazo para sus accionistas.

¿Cómo podemos distinguir entre propósito y relaciones públicas?

Está muy bien ver promesas audaces, pero al mismo tiempo es sano tomarse los enunciados de propósito corporativo con escepticismo. En el año transcurrido desde que se lanzara esta Declaración ha habido pocas acciones concretas, incluso durante un periodo en que la crisis ha brindado a estas compañías la oportunidad (y podría decirse que el deber) de mostrar un apoyo muy necesario a sus grupos de interés.

Resulta alentador que cada vez más empresas adopten objetivos no financieros para transmitir una idea de propósito social, pero estos compromisos tienen que ser más que un mero ejercicio de tachar casillas.

Por ejemplo, veremos seguramente a muchos proclamar cuánto han reducido su impacto ambiental durante 2020, pero, ¿quiénes de ellos habrán realizado este cambio de manera intencional y no obligados por las circunstancias? ¿Cuántos están comprometidos a realizar mejoras una vez cesen las restricciones del confinamiento?

Como inversores que intentan cribar las promesas audaces a fin de encontrar empresas que estén cumpliendo de verdad su propósito, necesitamos buscar indicadores de autenticidad. Los objetivos no financieros claramente definidos e integrados en la articulación de la estrategia principal de la compañía son un buen comienzo. Para evaluar lo bien que están alcanzando estos objetivos no financieros, debemos medir su progreso a largo plazo en base a parámetros relevantes.

A modo de ejemplo, supongamos que una empresa de logística global declara que su propósito es transportar mercancías de manera más sostenible. Sería razonable esperar que esta compañía demuestre lo bien que lo está haciendo a este respecto publicando indicadores de prácticas sostenibles, como el ahorro en emisiones de carbono y en árboles mediante palés reutilizables. 

Cuanto más transparente sea una empresa respecto a sus objetivos y su desempeño, más probable será que esté comprometida con su propósito. Igual de importante es lo ambiciosos y relevantes que sean los objetivos fijados desde un principio. Comparar objetivos con los de sus homólogas puede ser un modo útil de evaluar lo seria que es una compañía en cuanto al logro del cambio.

A la hora de invertir con impacto positivo, mis colegas y yo buscamos un propósito corporativo claro y auténtico, articulado por una misión y una declaración de intenciones que sea a la vez ambiciosa y alcanzable, diseñado para inspirar al capital humano de la empresa.

La clave es identificar las acciones que respaldan las palabras. ¿Están los incentivos de la dirección alineados con el cumplimiento del propósito? ¿Mencionan los directivos el propósito con claridad y regularidad? ¿Influye esto de manera genuina en la estrategia de la compañía? Existe un movimiento hacia la emisión de una “declaración de propósito” estatutaria, firmada por el consejo de administración y comunicada ampliamente a los grupos de interés. Esta es una idea que respaldamos sin reservas.

¿Muestra el propósito el camino hacia el beneficio?

Dar prioridad a los intereses de grupos de interés como los empleados y la comunidad no solo gira en torno a tener una brújula moral. Cada vez más casos demuestran que hacerlo redunda positivamente en los resultados. 

Estudios académicos han revelado que contar con un propósito puede ser determinante para el éxito a largo plazo, o como mínimo contribuir al mismo. Un estudio de Alex Edmans concluyó que las empresas con niveles elevados de satisfacción entre los empleados generaron rentabilidades de inversión de 2,3 a 3,8 puntos porcentuales superiores a las de sus homólogas cada año durante casi tres décadas[3].

En un estudio independiente[4], académicos de las escuelas de negocios de Columbia, Harvard y Wharton utilizaron las percepciones que tienen los trabajadores de sus empleadores para hacer un retrato del propósito de dichas compañías. Descubrieron que las empresas con un gran sentido de propósito —y, sobre todo, una gran claridad del mismo— registraron de forma sistemática un mejor rendimiento financiero y de inversión que aquellas que no lo tenían.

Esto se traduce asimismo en éxito comercial, ya que los consumidores se sienten atraídos por productos que reflejan sus propios valores personales. Por poner un ejemplo concreto, las “marcas de vida sostenible” del grupo de bienes de consumo Unilever (que respaldan activamente un cambio positivo para las personas y el planeta) crecieron un 69% más rápido que el resto de la compañía en 2018.[5] 

Así, los datos apuntan a que las empresas que tienen un propósito más allá de los beneficios tienden a generar rendimientos superiores en el largo plazo. De cara al futuro, no veo por qué debería cambiar esta tendencia.

A lo largo de la última década, la sociedad ha exigido cada vez más a las empresas. Se espera que las compañías participen de manera responsable en la economía global, y que lo hagan sin menoscabo del planeta y de las personas, incluidos los trabajadores y las comunidades en las que operan.

Las empresas que ignoren esto podrían acabar viendo revocada su licencia social para operar. Y los inversores que hagan caso omiso del valor del propósito corporativo no solo se arriesgan a sufrir pérdidas, sino que podrían asimismo perderse la rentabilidad a largo plazo que pueden brindarles las compañías con propósito.

Por citar a Alex Edmans de nuevo, “para llegar a la tierra de los beneficios, hay que seguir el camino del propósito”.

 

Columna de Ben Constable-Maxwell, director de inversión sostenible y de impacto en M&G Investments.

 

Anotaciones:

[1] https://bcorporation.uk/about-b-corps

[2] https://www.businessroundtable.org/business-roundtable-redefines-the-purpose-of-a-corporation-to-
promote-an-economy-that-serves-all-americans

[3] https://www.london.edu/think/how-great-companies-deliver-both-purpose-and-profit

[4] https://www.hbs.edu/faculty/Pages/item.aspx?num=54523

[5] https://www.unilever.com/news/news-and-features/Feature-article/2019/brands-with-purpose-grow-and-here-is-the-proof.html

 

 

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Las lecciones que nos llegan de China

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Pixabay CC0 Public Domain. ,,

En el noveno mes de un año loco, pensé que este sería un buen momento para recordar las lecciones que podemos aprender al observar la economía china y las relaciones entre Estados Unidos y China. Me centraré en las conclusiones de cinco temas: el enfoque de China para controlar el coronavirus; Fuerte recuperación económica de China después de la pandemia; los riesgos de que la naturaleza de esa recuperación agrave los problemas de desigualdad de China; El enfoque equivocado de Washington hacia China y el impacto potencial en la innovación en Estados Unidos; y los errores que está cometiendo Pekín al intentar desempeñar un papel más importante en el escenario mundial.

Lección 1: Tomar COVID-19 en serio salva vidas

Como he escrito muchas veces este año, mantener el coronavirus bajo control es clave para la recuperación económica de cualquier país. En China, hay razones para ser optimistas. En los EE. UU.  y en muchos otros mercados importantes, bueno, no tanto.

Al 14 de septiembre, China no había informado de un solo caso de COVID-19 transmitido localmente en 30 días. El 14 de septiembre, solo había 142 pacientes de COVID-19 en hospitales chinos, frente a 655 un mes antes y 58.016 en el pico del 17 de febrero.

Desde que comenzó la pandemia, Estados Unidos, que tiene aproximadamente el 4% de la población mundial, ha registrado el 21% de las muertes por COVID-19 en el mundo. China, hogar de aproximadamente el 18% de la población mundial, ha registrado el 0,5% de las muertes por COVID-19.

Recientemente, la imagen de la evolución de la pandemia en los EE. UU.  ha mejorado, pero parece haberse estancado a un nivel inaceptablemente alto. En los primeros 12 días de septiembre, hubo un promedio diario de 868 muertes en los EE. UU., O 3 muertes por cada 100,000 habitantes durante ese período de tiempo. (En comparación, durante el mes de agosto, el número promedio diario de muertes por COVID-19 fue de 986). Desde que comenzó la pandemia, EE. UU. ha registrado 59 muertes por cada 100.000 habitantes.

Sin duda, algunos de los métodos utilizados por el gobierno chino para combatir con éxito el COVID-19 serían difíciles de implementar en una democracia. Mi colega Julia Zhu ha escrito un excelente artículo sobre su experiencia reciente con la cuarentena cuando regresó a China para visitar a sus padres.

Taiwán y Corea del Sur se tomaron en serio el coronavirus en enero y los resultados son claros. Taiwán no ha informado de una muerte desde el 11 de mayo y una tasa de mortalidad de 0,03 por 100.000 habitantes. Corea del Sur ha reportado solo 31 muertes en los primeros 12 días de septiembre y una tasa de mortalidad general de menos de 1. Japón ha reportado 144 muertes este mes y una tasa de mortalidad general de 1.

Sé que algunos inversores se preguntan si se puede confiar en los datos del gobierno chino. Creo que hay dos razones para creer que, desde el 23 de enero, cuando el gobierno cerró la ciudad de Wuhan, donde se identificó el virus por primera vez, y que tiene una población mayor que la de la ciudad de Nueva York, el gobierno chino no ha falsificado deliberadamente sus datos.

Primero, si el número de hospitalizaciones y muertes fuera significativamente mayor que las estadísticas oficiales, estaríamos escuchando sobre ello en las redes sociales por parte de familiares y amigos de esos pacientes. En segundo lugar, las cifras informadas por China han sido consistentes con los datos de otros lugares de la región que realizaron esfuerzos igualmente agresivos para controlar el virus.

Lección 2: Tomar el COVID-19 en serio es clave para la recuperación económica

Con la pandemia en gran parte bajo control, la vida en China ha vuelto gradualmente a la normalidad desde marzo, y agosto fue el sexto mes consecutivo de una recuperación económica en forma de V.

La economía de China está cada vez más impulsada por la demanda interna, por lo que es importante que el gasto de los consumidores se haya recuperado. El año pasado fue el octavo año consecutivo en el que la parte de consumo y servicios (o terciario) del PIB de China fue la mayor parte. Aunque es probable que el gasto de los consumidores se mantenga más bajo de lo habitual hasta el próximo año, en términos relativos, es probable que China siga siendo la mejor historia de consumidores del mundo.

Los atascos y las largas colas fuera de los restaurantes populares han vuelto. Las ventas de automóviles han registrado un crecimiento interanual de dos dígitos durante cuatro meses consecutivos, y las ventas en línea de bienes aumentaron a un ritmo interanual de dos dígitos en cada uno de los últimos seis meses. Las ventas de viviendas nuevas han registrado un crecimiento interanual, en términos de volumen, durante cuatro meses consecutivos, luego de haber disminuido un 39% interanual durante los dos primeros meses del año. La producción industrial se ha recuperado por completo.

Las ventas en los servicios de alimentos y lugares para beber están comenzando a recuperarse, pero aún cayeron un 7% interanual el mes pasado, debido a los temores persistentes que tienen muchas personas de reunirse en interiores. Es probable que esta parte de la economía, así como otras empresas que requieren que los clientes se reúnan en espacios reducidos, tarden mucho en recuperarse por completo.

Es por eso que espero que la actividad económica de China regrese a alrededor del 80% de lo normal para fines de este año, y que el 20% final de la recuperación sea poco probable hasta después de un período prolongado de tiempo con muy pocos casos nuevos de coronavirus en China. pandemia bajo control, o el desarrollo y uso generalizado de una vacuna eficaz.

Lección 3: exacerbación del problema de desigualdad en China

La economía china se ha recuperado del coronavirus sin un drástico estímulo gubernamental. En la mayoría de los aspectos, esto es algo bueno. Pero, el gobierno no proporcionó una red de seguridad social adecuada para muchos de los más afectados por el impacto económico del coronavirus, que probablemente agravará el problema de desigualdad de ingresos del país.

Las empresas privadas de muy pequeña escala, representan aproximadamente el 28% del empleo no agrícola, y estas empresas representan aproximadamente las tres cuartas partes de los restaurantes, bares y empresas de servicios domésticos que más han sufrido por el COVID-19.

El gobierno no parece haber hecho lo suficiente para ayudar a estos trabajadores a sobrevivir al cierre y la continua renuencia de muchas personas a patrocinar negocios que se sienten riesgosos, a pesar de que la pandemia está en gran parte bajo control.

En el primer semestre del año, los ingresos netos por transferencias representaron el 18,8% del ingreso per cápita, apenas varió con respecto al 17,7% de hace un año, lo que refleja el esfuerzo mínimo del gobierno para reemplazar los salarios perdidos. En Estados Unidos, por el contrario, los beneficios sociales del gobierno representaron el 27,6% de los ingresos personales en el segundo trimestre de este año, un fuerte aumento desde el 16,6% del año anterior.

Otra forma de verlo es que los ingresos mensuales de los 178 millones de trabajadores migrantes de China, que son la columna vertebral de los sectores que más sufren el impacto, disminuyeron un 6,8% interanual hasta finales de junio, en comparación con un aumento de 6,9. % Hace un año.

Si bien no es una amenaza inmediata para el crecimiento económico o la estabilidad social, esta desigualdad es un desafío significativo a largo plazo.

Lección 4: el enfoque equivocado de Washington hacia China

En mi opinión, el enfoque actual del gobierno de Estados Unidos hacia China está equivocado y es casi seguro que dañará, en lugar de ayudar, a la economía estadounidense.

El enfoque está equivocado en parte porque no reconoce que, durante los últimos 40 años, el compromiso entre los dos países ha conducido al progreso. La mayoría de los chinos tienen una vida más sana y cómoda, y disfrutan de una libertad personal mucho mayor. China ha apoyado los esfuerzos de Estados Unidos para limitar la propagación de armas nucleares y resolver la disputa en la península de Corea.

Si bien China claramente no ha cumplido con todos sus compromisos con la OMC, ha hecho lo suficiente para permitir que GM venda más automóviles en China que en los EE. UU. Antes del brote de COVID-19, Nike disfrutó de 22 trimestres consecutivos de crecimiento de ingresos de dos dígitos. en China. Y China es especialmente importante para la industria estadounidense de semiconductores. Las ganancias de las ventas a China ayudan a financiar la I + D de las empresas tecnológicas estadounidenses.

Desde que China se unió a la OMC en 2001, las exportaciones estadounidenses a ese mercado aumentaron más del 500% en 2017, en comparación con un aumento del 100% para el resto del mundo. Antes de la disputa arancelaria actual, China era el mercado extranjero más grande para productos agrícolas estadounidenses, con un aumento del 1.000% desde que se unieron a la OMC.

La estructura de la economía china también ha cambiado para mejor. Cuando trabajé por primera vez en China, en 1984, no había empresas privadas; todos trabajaban para el estado. Ni siquiera se podía encontrar un restaurante de gestión privada. Hoy en día, casi el 90% del empleo urbano se encuentra en pequeñas empresas empresariales de propiedad privada.

De manera más general, debemos reconocer que no es posible desvincularse de la economía de China, que el año pasado representó el 40% del crecimiento económico mundial, mayor que la participación combinada del crecimiento mundial de Estados Unidos, la UE y Japón. Además, será muy difícil para Estados Unidos abordar problemas globales como el cambio climático, la proliferación nuclear y el tráfico de drogas sin la cooperación del gobierno chino.

Me gustaría discutir un ejemplo de cómo es probable que un enfoque diseñado para aislar o contener a China sea contraproducente para la economía estadounidense. El enfoque de la administración actual hacia la inmigración y los estudiantes extranjeros ya ha llevado a una fuerte disminución en la emisión de visas de estudiantes, y si esta tendencia continúa, es probable que resulte en menos innovación y menos creación de empleo en los EE. UU.

El Departamento de Estado de EE. UU. informa que la emisión de visas de estudiante (F-1) a solicitantes chinos disminuyó en un 29% en el año fiscal 2019 del gobierno en comparación con el año fiscal 2016. Y no solo los estudiantes chinos decidieron irse a otro lugar: durante el mismo período, las visas F-1 emitidas a estudiantes indios disminuyeron en un 30% y la emisión total de visas F-1 disminuyó en un 23%.

Un nuevo estudio publicado por la Oficina Nacional de Investigación Económica explica una de las razones por las que esta tendencia es preocupante: «los inmigrantes parecen ser muy emprendedores» y «los inmigrantes en los EE. UU. también tienen una probabilidad desproporcionada de tener STEM [ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas ] grados ”.

El estudio, escrito por profesores de las escuelas de negocios del MIT, la Universidad de Pensilvania y la Universidad de Northwestern, junto con un economista de la Oficina del Censo de EE. UU., encontró que “los inmigrantes crean empresas a tasas más altas que las personas nativas. En segundo lugar, los inmigrantes no simplemente inician pequeñas empresas. Más bien, tienden a iniciar más empresas de todos los tamaños, en comparación con las personas nacidas en Estados Unidos «.

“En general”, escriben los autores, “la inmigración en la red parece ser un generador de empleo neto en la economía de los Estados Unidos cuando se incluyen inmigrantes no autorizados. . . estos hallazgos sugieren que los inmigrantes-fundadores no solo son importantes creadores de empleo, sino que tampoco parecen crear empleos con salarios más bajos”.

Los inmigrantes también son importantes para la innovación estadounidense. “Los inmigrantes representan actualmente alrededor del 14% de la fuerza laboral de EE. UU., pero representan más cerca de una cuarta parte de las patentes de EE. UU... Las empresas con un fundador inmigrante tienen aproximadamente un 35% más de probabilidades de tener una patente que las empresas sin fundadores inmigrantes «.

Estos hallazgos son consistentes con los reportados en un estudio de 2019 de datos de la Oficina de Patentes de EE. UU. realizado por investigadores de la Universidad de Stanford: “Encontramos que, en el transcurso de sus carreras, los inmigrantes son más productivos que los nativos, según se mide por el número de patentes, citas de patentes y el valor económico de estas patentes. Los inventores inmigrantes también parecen facilitar la importación de conocimientos extranjeros a Estados Unidos, y los inventores inmigrantes dependen más de tecnologías extranjeras y colaboran más con inventores extranjeros «.

Un estudio de 2016 publicado en el Journal of Economic Perspectives encontró que «La migración global de inventores y la concentración resultante en un puñado de países han sido bien documentadas». Basándose en los registros de patentes de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, los autores concluyeron: «Estados Unidos ha recibido un enorme excedente neto de inventores del extranjero, mientras que China e India han sido los principales países de origen».

Lección 5: Beijing también está cometiendo errores importantes

China ha llegado claramente al escenario económico mundial. Como se señaló anteriormente, el año pasado China representó el 40% del crecimiento económico mundial.

Si el gobierno chino quiere un papel de liderazgo global acorde con su estatura económica, debe seguir los principios aceptados globalmente, tanto para el comercio como para la forma en que trata a sus propios ciudadanos.

Con respecto al comercio, señalé anteriormente que China ha cumplido muchos de sus compromisos con la OMC. Pero hay muchos otros compromisos no cumplidos.

Hace más de 20 años, el gobierno chino firmó el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ICCPR). Beijing aún no ha ratificado este tratado, pero al firmar el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el gobierno manifestó su aceptación de las mejores prácticas globales de gobernanza, incluida la protección de los derechos a la libertad de pensamiento, conciencia y religión; los derechos a la libertad de expresión y reunión pacífica; y protección de los derechos de las minorías étnicas, religiosas y lingüísticas. Al cumplir con estos compromisos, el gobierno chino se aseguraría un papel mucho más importante para sí mismo en la comunidad global.

 

Este artículo de Andy Rothman fue publicado en el blog Sinology de Matthews Asia

 

 

Biodiversidad en equilibrio

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En apenas seis meses, el 2020 se ha convertido en un año récord en cuanto a desastres naturales se refiere. Los devastadores incendios forestales australianos de enero, que batieron récords de calor; la plaga de langostas más dañina en 70 años en partes de África oriental; un súper ciclón en el Golfo de Bengala; y la peor sequía en siglos en Europa central.

Sin embargo, el más dañino de todos estos desastres ha sido el COVID-19, consecuencia de nuestro contacto cada vez más estrecho con ecosistemas hasta ahora remotos. La pandemia ha revelado la masiva e impredecible interconexión entre la naturaleza y las economías mundiales.

Los daños a los ecosistemas de todo el mundo y la consiguiente pérdida en la biodiversidad, han recibido menos atención que otros desafíos en materia de sostenibilidad: el cambio climático, la contaminación, la pobreza y los conflictos entre países. Sin embargo, la crisis de la biodiversidad es un riesgo directo para la humanidad. Es difícil de cuantificar dada la heterogeneidad de los ecosistemas, y es muy difícil de resolver. Sin embargo, lo que es seguro es que no hemos encontrado una forma de seguir creciendo y desarrollándonos que interactúe con el mundo natural de manera sostenible.

Los efectos de la acción humana sobre el mundo natural son profundamente perjudiciales: deforestación, degradación de la tierra, contaminación del agua, el aire y el suelo, caza y recolección, y cambio climático. A medida que nuestra población aumenta y nuestra búsqueda de crecimiento económico continúa, la amenaza se intensifica. Entre 1970 y 2014 perdimos un promedio del 60% de la población de especies vertebradas. Tres cuartas partes de la tierra han sido “severamente alteradas” por las acciones humanas, así como dos tercios del medio ambiente marino. Además, se calcula que alrededor de un millón de especies están en peligro si no hacemos nada.

Nuestra dependencia respecto a la biodiversidad para la alimentación, las materias primas, la medicina y la regulación del clima hace que esta tendencia sea extremadamente preocupante. Alrededor del 70% de los medicamentos contra el cáncer son orgánicos o derivados de productos naturales, por ejemplo: la producción de más del 75% de los tipos de cultivos alimentarios mundiales depende de la polinización animal. En términos económicos, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) estima que el coste de la inacción en el declive de los ecosistemas es de 9,87 billones de dólares estadounidenses para el período 2011-2050.

Al igual que otros muchos desafíos del desarrollo sostenible, la protección y la restauración de la biodiversidad sigue siendo extremadamente compleja, para los inversores, los legisladores y las comunidades de todo el mundo. Por lo tanto, tal vez existe el riesgo, a medida que las autoridades y las empresas se centran en hacer frente a la crisis del COVID-19, con el consiguiente aumento de las deudas, los daños en los balances y la debilidad de los beneficios, de que estas cuestiones de sostenibilidad pasen a un segundo plano.

Sin embargo, mientras tratamos de recuperarnos de la actual crisis social, económica y ambiental, tenemos la oportunidad de integrar una respuesta urgente y considerable a la crisis de la biodiversidad a nivel sistemático y mundial. En este sentido, consideramos que los inversores pueden tomar la delantera mediante tres vías clave.

En primer lugar, pueden apoyar la elaboración de una metodología sólida para medir la pérdida, conservación y mejora de la biodiversidad. Un mayor número de datos permitirá medir los riesgos para la biodiversidad y permitirá a los mercados integrarlos en la valoración.

En segundo lugar, los inversores pueden asignar activos a empresas que operan de forma sostenible desde el punto de vista ambiental y que desarrollan una tecnología positiva para la biodiversidad. Los análisis realizados indican que esas empresas han tenido un rendimiento superior en los últimos años.

Y en tercer lugar, las empresas de gestión de activos deberían incorporar la protección de la biodiversidad en el centro de su enfoque de la inversión responsable mediante la participación de los emisores, el voto por delegación y la divulgación de información.

En todo caso, la pandemia debería acelerar el enfoque en la inversión sostenible, en lugar de desviarlo. Mientras los gobiernos luchan contra el problema actual, los inversores pueden dar un paso adelante y desempeñar un papel fundamental, con posibles beneficios a largo plazo para ellos mismos, y para el planeta en su conjunto.

 

Columna de Ashim Paun, co-responsable de Global ESG Research en HSBC.

Mirabaud Sustainable Global Focus alcanza los 500 millones de dólares ante la apuesta del mercado por el quality growth y la inversión responsable

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Mirabaud Sustainable Global Focus alcanza los 500 millones de dólares ante la apuesta del mercado por el “quality growth” y la inversión responsable
Pixabay CC0 Public Domain. Mirabaud Sustainable Global Focus alcanza los 500 millones de dólares ante la apuesta del mercado por el “quality growth” y la inversión responsable

La calidad y consistencia de muchos años de trabajo del equipo de renta variable global está siendo premiada por el mercado. Nuestro fondo Mirabaud Sustainable Global Focus se ha ganado la confianza de muchos inversores, y muestra de ello es que, a comienzos de septiembre, el fondo alcanza los 500 millones de dólares bajo gestión, lo que supone un incremento de los activos por encima del 28% en nueve meses.

Una de las claves de este éxito son los 17 años de experiencia del equipo gestor detectando las temáticas y sectores que lideran el crecimiento estructural a largo plazo. Unos gestores que tienen la capacidad para detectar aquellas empresas con sólidos fundamentales y de calidad (“quality growth”), que, a su vez, son líderes en cada uno de estos sectores que marcan tendencia.

Este modelo de gestión se complementa con un proceso de inversión muy exigente que discrimina a aquellas compañías que no cumplen con los criterios ESG establecidos. Llevamos décadas defendiendo la inversión responsable y esta experiencia nos ha demostrado que las empresas con prácticas comerciales sostenibles tienen más probabilidades de ser líderes e innovadoras a largo plazo. Este enfoque ha permitido al Grupo Mirabaud alcanzar la máxima calificación (A+) en los Principios para la Inversión Responsable de las Naciones Unidas.

El 2020 está suponiendo un gran desafío para los mercados: la dispersión en los rendimientos a nivel sectorial y de compañías reclaman una apuesta por la gestión activa, enfoque multitemático y “quality growth”. Desde Mirabaud, apostamos por centrarnos en las ocho temáticas que liderarán el crecimiento global a largo plazo. Aquellas donde la demanda crece a un ritmo superior al de la oferta, registrando crecimientos por encima del PIB mundial. Nuestras temáticas comparten dos rasgos distintivos: cubren áreas que desafían los modelos de negocio tradicional; y entienden la tecnología como un facilitador.

Nuestra apuesta no se limita exclusivamente a la exposición temática, ya que invertimos en compañías que a su vez demuestran solidez y proyección. Nos referimos a compañías de referencia, con ventajas competitivas, sólidos balances y un elevado flujo de caja disponible. Empresas que mantienen el liderazgo en la tecnología del sector al que pertenecen y cuyo equipo directivo es capaz de generar resultados y aprovechar las oportunidades del mercado. En definitiva, buscamos a los líderes en su sector, porque el liderazgo marca la capacidad de una compañía de capitalizar o no su oportunidad temática.

La diversificación temática de nuestra cartera nos permite aprovechar los ciclos económicos y evitar los riesgos asociados a una sobreexposición a un factor. Así, por ejemplo, en un año marcado por la pandemia mundial, las temáticas enmarcadas dentro del concepto “Stay at Home” han sido las grandes beneficiadas por las medidas de confinamiento aplicadas de forma global. Concretamente, las temáticas de Explosión del Dato, Salud & Bienestar y Platform Companies que mantienen una posición privilegiada.

Asimismo, el peso otorgado al “quality growth” proporciona una ventaja competitiva en momentos como el actual, en el que además nos acercamos a publicación de resultados, donde podremos presenciar algunas correcciones, ya que algunos múltiplos podrían estar en niveles artificialmente altos.

Ahondando en las singularidades de Global Focus, es un fondo concentrado en 25 valores, con un active share del 96%, que en los últimos tres años ha capturado el 103% de las subidas y el 72% de los retrocesos de su índice de referencia. El fondo ha alcanzado una rentabilidad a tres años del 48,3%*, muy por encima del 25,5% que acumula su índice de referencia en este período (MSCI World).

Cuenta con el reconocimiento de la industria como “Mejor Fondo de Renta Variable Global” por el FT Adviser 100 Club 2019 (Londres) y Expansión/Allfunds en 2019 (España). Tiene el «Sello FundsPeople- Blockbuster» (España), y forma parte de la «Insight List» de la plataforma AllFundsBank. Por otro lado, la estrategia ha obtenido el reconocimiento de cinco globos Morningstar en el rating de sostenibilidad.

Nos encontramos en un ciclo económico complicado, donde la selección de sectores y compañías juagará un papel crítico. La aproximación temática a través del quality growth incorporando criterios ESG es hoy más pertinente de lo que lo ha sido nunca y confirma lo acertado de las decisiones de inversión de nuestro equipo de gestores en Global Focus. La confianza de nuestros inversores en este enfoque nos anima a continuar en esta misma senda.

Tribuna de Elena Villalba, directora general de Mirabaud Asset Management para la Península Ibérica y Latinoamérica

*Las rentabilidades pasadas no son indicativo o garantía de rentabilidades futuras. Rentabilidades Históricas – Mirabaud Equities Global Focus 2017 +27,67%, 2018 +3,39%, 2019 +28,58%