El término exponencial se reiteró y se reitera aún en el ámbito sanitario, dadas las características tan particulares de la pandemia que aún recorre enormes regiones de nuestra común aldea global. Hablar de COVID-19, es hablar de contagios y hablar de contagios, es hablar del factor exponencial.
En tanto fuimos pasando por procesos de aislamiento/cuarentena, fuimos tomando dimensión de dos fenómenos de alto impacto, en lo individual, en lo familiar, en lo comunitario, en lo social, en lo profesional y laboral.
Uno refiere a nuestra salud física y el otro, a nuestra salud financiera. Para el primer caso ya conocemos que en pocos meses llegarán las primeras vacunas a poner un marco de mayor certidumbre, en tanto la incertidumbre se muestra, entre nosotros, arrogante. Respecto al segundo caso, la única vacuna, ya lleva siglos entre nosotros tomando distintas formas y dimensiones, se trata de la vacuna del ahorro.
En el año 2014, Erik Brynjolfsson y Andrew Mc Afee escriben el libro titulado “La segunda era de las máquinas”. Muy brevemente los autores expresan tres conclusiones. Veamos, compartido en cita textual:
La primera, “es que estamos viviendo en un momento de impresionante progreso con las tecnologías digitales: las que tienen en su centro hardware, software o redes informáticas. Estamos en un punto de inflexión, un punto donde la curva se empieza a doblar mucho, debido a las computadoras. Estamos ingresando en la segunda era de las máquinas”.
La segunda, “es que las transformaciones producidas por la tecnología digital serán profundamente beneficiosas. Nos encaminamos a una era que no sólo será diferente: será mejor, porque seremos capaces de aumentar tanto la variedad como el volumen de nuestro consumo”.
La tercera, “la tecnología va a traer con ella desafíos espinosos. A medida que las computadoras se vuelvan más poderosas, las empresas tienen menos necesidad de cierto tipo de trabajadores. El progreso tecnológico va a dejar atrás muchas personas, mientras sigue avanzando”.
Vivimos inmersos en medio de una dinámica e inercia muy propia de cambios tecnológicos exponenciales. El factor trabajo requiere adaptación y modernización.
En tanto fluir de cambios que no dejan de acelerar, la pandemia nos aportó un “stop and go” a las economías de todos los países, con un cierre de año 2020 con caídas del PIB generalizadas y recuperaciones de distinto nivel, según región y país para 2021.
Es oportuno y necesario volver la mirada a nuestros sistemas de seguridad social. En tal sentido para la generación Z o Millennial, incluso la X, ¿la jubilación tendrá rostro de oasis o de odisea ?
Oasis, viene del griego o’asis y este del egipcio –aua- relacionado con el árabe –wah-, habitación. Se trata de un refugio, descanso y pausa.
Odisea, odysseus. La historia de Homero en “La Odisea”, donde Ulises soporta todo tipo de adversidades y aventuras para llegar a su patria, la isla de Itaca en el mar Jónico.
Mientras se discuten en términos políticos e ideológicos, posibles y necesarias reformas para mejorar los sistemas de pensiones, asumiendo: la nueva dinámica del entorno digital, del mundo del empleo, del mundo de las inversiones con tasas de interés históricamente tan bajas, los excepcionales retiros de fondos permitidos en algunos sistemas de capitalización para ayudar a generar flujo de ingresos urgentes a sus afiliados, los bonos demográficos, la cantidad de jóvenes sin empleo, ni formación educativa, la posible tasa de sustitución en mediano plazo, la sustentabilidad y sostenibilidad fiscal para los sistemas de reparto…..Mientras ello se discute, necesitamos enseñar y demostrar que es el ahorro personal y metódico el único medio y remedio que pueda alejarnos de una Odisea y acercarnos a un Oasis.
La tarea educativa respecto al ahorro, requiere de 4 etapas:
Evocar, bucear en nuestras historias personales, para muchos padres y abuelos, el ahorro fue siempre fuente de previsión y bienestar.
Provocar, pensamiento deductivo y pensamiento crítico para acompañar con datos, y arribar a la conclusión de la imperiosa necesidad del ahorro metódico de largo plazo.
Inspirar, las verdaderas ventajas emocionales al evitar una vejez con el dolor de no tener ni tiempo, ni recaudos financieros para, entonces…. torcer la historia.
Despertar, la conciencia de lo posible y factible que es ocuparnos de nuestro bienestar, individual/familiar como construcción a lo largo de toda la vida laboral activa.
“Finalmente el viejo despertó. – No se levante – dijo el muchacho-
Tómese esto… Le echó un poco de café en un vaso. El viejo cogió el vaso y bebió…
Me derrotaron Manolín –dijo- Me derrotaron de verdad…
Cierto. Él no lo derrotó. El pez, no.
No, cierto. Fue después…
-Me han estado buscando?- preguntó el viejo
Desde luego. Con los guardacostas y con aeroplanos…”
“El mar es muy grande y una barca es pequeña y difícil de ver –dijo el viejo.
Notó lo agradable que era tener alguien con quien hablar en vez de hablar sólo consigo mismo y con el mar…
Te he echado de menos –dijo el muchacho- Qué habéis pescado?
Uno el primer día, otro el segundo y dos el tercero…
Muy bien…. Ahora pescaremos juntos otra vez….
-No. No tengo suerte. Yo ya no tengo suerte….”.
De la novela “El viejo y el mar” “de Ernest Heminway (1899-1961)
Suerte, hoy es para muchos jóvenes advertir a tiempo un rol activo del ahorro porque su jubilación es presente, aunque nos hagamos la trampa de la brecha temporal, que indicaría cierta falta de urgencia….
Ernesto R. Scardigno, coaching en Finanzas Personales, asesoramiento en protección familiar y ahorro para etapa de retiro, productor Asesor de Seguros Matriculado SSN, ICF Membership, Miembro AAPAS, Magíster en Políticas Públicas
Pixabay CC0 Public DomainJohn Pattullo, codirector de renta fija estratégica de Janus Henderson Investors. John Pattullo, codirector de renta fija estratégica de Janus Henderson Investors
Mientras salimos de la crisis del COVID-19, la gente empieza una vez más a preocuparse por la inflación. Hace un par de años, escribí que la curva de Phillips ―indicador de las presiones inflacionistas en una economía utilizado por los bancos centrales para fijar su política― se había roto (“Curvas rotas: ¿provocan errores políticos las mediciones erróneas de la inflación?”). En junio de 2020, escribimos “Entonces… ¿qué pasa con la inflación?” A continuación, ofrecemos una actualización de la perspectiva de nuestro equipo de renta fija estratégica sobre la inflación.
Indicios visibles de reflación “de cuello de botella”
Casi diez meses después del inicio de la crisis de la COVID-19, estamos pasando de un shock de demanda desinflacionista (primera fase) hacia una reflación “de cuello de botella” de recuperación cíclica (segunda fase). Ahora bien, una reflación cíclica esperada y previsible no debe confundirse con un episodio de inflación y expectativas de inflación estructural a largo plazo. Esta confusión ofrece oportunidades y amenazas para los inversores, pero dolores de cabeza para los responsables de los bancos centrales.
De cara a la primavera y el verano de 2021 y el fin del confinamiento por la pandemia, esperamos ver un repunte de la inflación tanto subyacente como general. Esto se debe al repunte cíclico de la actividad, a medida que las economías se reactivan y la gente vuelve a salir y a empezar a gastar y a vivir (¡bravo!).
Creemos que esta será más bien una inflación de costes (inflación mala o equivalente a un impuesto), debido principalmente al cuello de botella en la producción. En pocas palabras, la tasa de variación de la demanda podría superar la tasa de variación de la producción durante un breve periodo. Los niveles de los inventarios son actualmente bajos y reducidos debido al confinamiento, y llevará tiempo restablecerlos.
Basta con fijarse en los precios del cobre o la madera. El “doctor cobre” se encuentra en su nivel más alto en seis años (véase el gráfico 1), mientras que la oferta de madera es escasa debido a la fortaleza del mercado de la vivienda estadounidense. Además, si todos empezamos a volar de nuevo, el suministro de combustible de aviones no puede activarse de la noche a la mañana. Cuando fui a llenar el depósito de mi coche por cuarta vez este año, la gasolinera era un lugar desolado, pero esto puede cambiar totalmente muy rápido. Los patrones de consumo volverán en cierto modo a los niveles anteriores: menos bicicletas estáticas y estufas de exterior y más crema solar y vacaciones.
Como ha señalado nuestro asesor económico, Simon Ward, el ciclo de inventarios ha tocado fondo, al igual que el ciclo de gasto en bienes de equipo, mientras que estamos más o menos a la mitad de un ciclo de la vivienda muy largo. Además, como resulta evidente, tenemos un ciclo monetario y fiscal sumamente flexible.
En un periodo de reflación, cabría esperar que las materias primas subiesen con fuerza, que la curva de tipos se pronunciase, que las rentabilidades de los bonos aumentasen, que el dólar se debilitase y que las acciones value/cíclicas (¡al menos!) se comportasen mejor que el growth. Como decimos a menudo: “vivan en el growth, pero váyanse de vacaciones al value”. Son unas vacaciones, pero las vacaciones nunca duran lo suficiente. Por esa razón, tenemos muchos bonos corporativos a corto plazo con unas rentabilidades razonablemente elevadas en nuestros fondos y hemos cubierto parte del riesgo de tipos de interés, algo muy poco habitual para la codirectora, Jenna Barnard, y yo, ya que al fin y al cabo estamos abiertamente convencidos del estancamiento secular.
Lo importante es distinguir siempre entre lo cíclico y lo estructural: abiertamente, en todos los aspectos de la inversión (o incluso en la vida), pero sobre todo en la selección de crédito, de acuerdo con nuestro mantra de “ingresos razonables” y, lógicamente, en la gestión de los tipos de interés.
No se muevan con las variaciones de la inflación general
El otro aspecto importante de la inflación es, por supuesto, que el dato general oscila ―y mucho―, debido al precio del petróleo. En abril, el precio del petróleo cayó a negativo, por lo que cuando esto haga descender la cifra interanual de 12 meses, manteniéndose igual todo lo demás, el precio aumentará. ¡Hagan números! Estoy deseando que en verano los analistas de la CNBC nos digan que estamos en una fase inflacionista.
Un dólar débil también tiende a elevar el precio de los bienes importados para los estadounidenses y, en general, provoca reflación en el mundo. Además, con el confinamiento, los componentes de los datos de la inflación han variado, a saber, los precios de los coches de segunda mano y los costes de la vivienda en el cálculo de EE. UU.
En Europa, las perspectivas de inflación son, como siempre, más favorables y más bajas que en EE. UU., pero siguen dependiendo de los efectos básicos. En el gráfico 2 se muestran las expectativas del mercado en cuanto a la inflación en la segunda mitad de la próxima década, en Europa y EE. UU. Los niveles siguen siendo favorables en ambas regiones.
En realidad, creemos que el repunte podría ser bastante virulento. Australia y Nueva Zelanda parecen estar repuntando con fuerza. Ya se había advertido del enorme crecimiento de la masa monetaria, pero este se ha visto compensado hasta hace poco por un desplome de la velocidad de circulación (1), ya que el ratio de ahorro se ha disparado. En EE. UU., el ratio de ahorro subió al 33,7% en abril, pero volvió a caer el 13,6% en octubre (un nivel más normal es de aproximadamente el 8%). Hay billones de dólares de gasto acumulado listos para gastarse.
Y ahí es donde esto se pone interesante para los gestores de renta fija, confuso para los analistas de mercado y difícil para los responsables de los bancos centrales. La Reserva Federal estadounidense ha señalado públicamente que dejará que la economía se caliente (Janet Yellen también dijo lo mismo hace años, pero sin éxito). Con ello, espera rebajar la tasa de desempleo y la brecha de producción con su última innovación política de la meta de inflación simétrica. En el gráfico 3 se muestra la inflación del gasto de consumo personal (PCE) real en EE. UU. en los últimos años, con las previsiones para 2021 de Credit Suisse.
Debemos tratar de diferenciar entre lo que podría ser un gran repunte cíclico del gasto “de desquite” y todos los demás factores estructurales a largo plazo que explican por qué estamos en una economía de bajo crecimiento y baja inflación. Dicho de otro modo, algunas personas podrían confundir la volatilidad de precios, de costes, “de cuello de botella” a corto plazo con una inflación impulsada por la demanda. Esta se da cuando los precios suben constantemente debido a la falta de bienes, servicios, capital o mano de obra. En una situación de inflación impulsada por la demanda, la gente exigiría salarios más altos, debido a la escasez de mano de obra, para poder permitirse los productos más caros en las tiendas. El precio del capital ―los tipos de interés― podrían o deberían subir para empañar el exceso de demanda en una espiral alcista de precios clásica de la década de 1970.
Entonces, ¿cuál es la situación actual de la inflación?
Seguimos pensando que el escenario de inflación impulsada por la demanda es muy improbable, debido a toda la experiencia que hemos adquirido observando la dinámica de crecimiento e inflación tanto en Japón como en Europa. Además, como escribí en mi artículo de junio, sigue habiendo la amenaza de un cambio de régimen, con la adopción de estrategias del tipo de política monetaria moderna (TMM)(2) (aunque dados los recientes resultados electorales estadounidenses, creemos que ese riesgo ha desaparecido en cierto modo). Sin embargo, seguimos viviendo en un mundo de creciente represión financiera (3), con rentabilidades reales negativas, que será cada vez más complicado para todos nosotros.
Por tanto, mantenemos posiciones largas en el riesgo de crédito y cortas en el riesgo de tipos de interés/gobierno. La posible reacción de los bancos centrales a la inevitable inflación de costes “mala” será fascinante y planteará amenazas y oportunidades para todos los inversores. Seguimos pensando de forma flexible y, al mismo tiempo, nos mantenemos fieles a nuestra estrategia fundamental de ingresos razonables, a la vez que somos prudentes con respecto a un repunte reflacionario cíclico, aunque solo por un tiempo…
Estén atentos a la rotación de la renta variable, los precios de las materias primas, el dólar estadounidense (el último aviso) y las expectativas de inflación para ver hasta dónde dura. Recuerden: traten de no confundir un impulso reflacionario cíclico a corto plazo, con un continuo entorno estructural deflacionario.
Columna de John Pattullo, codirector de renta fija estratégica de Janus Henderson Investors.
Glosario de términos
(1) Velocidad de circulación (del dinero): frecuencia a la que se utiliza una unidad de divisa para comprar bienes y servicios en un periodo de tiempo determinado. Dicho de otro modo, es el número de veces que se gasta un euro para comprar bienes y servicios por unidad de tiempo.
(2) Teoría Monetaria Moderna (TMM): enfoque heterodoxo de gestión económica que, simplificando, defiende que los países que emiten su propia moneda “nunca pueden quedarse sin dinero” como sí las personas o las empresas.
(3) Represión financiera: dicho de forma sencilla, utilizar la normativa y las políticas para forzar una bajada de los tipos de interés por debajo de la tasa de inflación; también se le denomina “impuesto encubierto”, que recompensa a los deudores, pero castiga a los ahorradores.
Información importante:
Los valores de renta fija están sujetos al riesgo de tipo de interés, inflación, crédito e impago. Cuando los tipos de interés suben, los precios de los bonos normalmente bajan, y viceversa. Los bonos high yield o «bonos basura» conllevan mayor riesgo de impago y una mayor volatilidad de precios. Los valores extranjeros, como la deuda soberana, están sujetos a fluctuaciones de divisas, incertidumbre política y económica, mayor volatilidad y menor liquidez, factores que cobran mayor relevancia en los mercados emergentes.
Este documento recoge las opiniones expresadas por el autor en el momento de su publicación y podrían ser diferentes de las de otras personas y otros equipos de Janus Henderson Investors. Los sectores, los índices, los fondos y los valores que se mencionan en este artículo no constituyen ni forman parte de ninguna oferta o invitación para comprarlos o venderlos. La rentabilidad pasada no es indicativa de rentabilidades futuras. El valor de las inversiones y las rentas derivadas de ellas puede disminuir y aumentar y es posible que los inversores no recuperen la cantidad invertida inicialmente. La información recogida en este artículo no reúne las condiciones para considerarse recomendación de inversión.
Emitido por Janus Henderson Investors. Janus Henderson Investors es la denominación con la que ofrecen productos y servicios de inversión Janus Capital International Limited (número de registro: 3594615), Henderson Global Investors Limited (número de registro: 906355), Henderson Investment Funds Limited (número de registro: 2678531), AlphaGen Capital Limited (número de registro: 962757), Henderson Equity Partners Limited (número de registro: 2606646) (registradas en Inglaterra y Gales, con domicilio social en 201 Bishopsgate, Londres EC2M 3AE y reguladas por la Autoridad de Conducta Financiera) y Henderson Management S.A. (número de registro: B22848, con domicilio social en 2 Rue de Bitbourg, L-1273, Luxemburgo y regulada por la Commission de Surveillance du Secteur Financier).
Pixabay CC0 Public Domain. La seguridad de los activos digitales y los servicios de custodia: principales obstáculos que frenan la inversión en criptoactivos de los inversores institucionales
Los grandes players tradicionales del mundo de la inversión han comenzado a llamar a la puerta de las criptomonedas. El incremento de la confianza en el futuro de los activos, las políticas monetarias expansivas, la aparición de regulación específica y la menor oferta disponible de bitcoin han provocado que los inversores institucionales y particulares hayan aumentado su interés.
El aumento del interés de particulares por el uso de las criptomonedas es una tendencia que llevamos viviendo desde el nacimiento del bitcoin. Sin embargo, el 2020 será recordado como el año en el que los grandes inversores institucionales entraron el mundo de las criptomonedas.
El debate sobre cómo será la adopción de las criptomonedas, (unos esperan poder pagar un taxi con Bitcoin y otros ven a este activo como el oro del siglo XXI), no ha afectado a la entrada de inversores institucionales que comienzan ya a formar parte de este ecosistema. Estos grandes inversores empiezan a jugar el papel de “ballenas”, término utilizado en el mundo cripto para hablar de aquellos que cuentan con una posición tan fuerte como para influir en los mercados.
Este aumento del interés de los inversores se ha visto fomentado por la intervención y la búsqueda de una mayor regulación por parte de las instituciones y organismos públicos. Como resultado, la imagen de las criptomonedas se ha fortalecido, generando mucha más confianza y permitiendo a inversores institucionales incluirlo como un nuevo “asset class”. El bitcoin ha dejado de ser un espacio reservado para unos pocos y su capitalización de mercado es ahora mayor que la de grandes empresas tradicionales como Coca-Cola o Intel.
Este crecimiento en el valor de bitcoin y otras criptomonedas también ha venido motivado por noticias como el anuncio de PayPal de incorporar las criptomonedas como método de pago. Hemos llegado a un punto de no retorno: las criptomonedas se han convertido en un activo que ha llegado para quedarse. Ya no existirá un mundo sin ellas. Las criptomonedas siempre estarán ahí y el Bitcoin será desde ahora su nuevo patrón oro.
No obstante, esto no significa que el Bitcoin sea todo en el mundo de las criptomonedas pues hay otros muchos activos que están ganando popularidad y atracción. Los llamados “altcoins” están empujando también este mercado, dando lugar a nuevos proyectos muy innovadores y que traerán grandes beneficios al sector financiero.
Por primera vez los grandes inversores comienzan a tomar posiciones también en criptomonedas más incipientes, consiguiendo un aumento considerable de su valor. Una subida positiva, pero también con mayores riesgos al tratarse de monedas con menor liquidez y expuestas a cierta especulación de inversores particulares.
En definitiva, el ecosistema cripto comienza a ser cada vez más protagonista en los portfolios de los inversores institucionales. Una gran noticia que ayuda a posicionar a este sector de manera atractiva, demuestra el potencial que tienen estos activos y refuerza la visión de Bitpanda sobre la importancia de democratizar las inversiones y hacerlas accesibles para todos.
Desde el lanzamiento de Bitpanda, hemos podido ver un cambio en el perfil del inversor. Los activos digitales han dejado de ser atractivos únicamente para millennials, para ganar peso entre personas de mayor edad y con perfiles conservadores. Es increíble ver cuánto ha madurado este mercado en los últimos 2 años. Cuanto más tiempo pueda demostrar bitcoin y el resto de criptomonedas su atractivo, será más difícil para los pocos inversores institucionales que todavía no lo han añadido a sus carteras explicar la ausencia.
El interés de los inversores institucionales en las criptomonedas ha derivado en un aumento considerable en la demanda de estos activos. Una consecuencia de ello es que el Bitcoin alcanzase su máximo histórico de 42.000 dólares, siendo el activo estrella del 2020.
Wikimedia CommonsJoe Biden, presidente de Estados Unidos. ,,
La nueva administración del presidente Joe Biden tendrá una influencia fundamental sobre la agenda económica bilateral entre Estados Unidos y México. Si bien muchos de los temas que conforman esta agenda han quedado plasmados en el texto del T-MEC, aún está por verse el grado de flexibilidad que el gobierno de Biden mostrará en la aplicación de ciertas disposiciones comerciales, laborales y ambientales que han sido suscritas en el tratado.
Industria automotriz
Uno de los temas de mayor relevancia económica para México será la flexibilidad de la futura administración estadounidense en la aplicación de las regulaciones para el cumplimiento de las reglas de origen en la industria automotriz. Es importante mencionar que las principales diferencias entre el TLCAN y el T-MEC sobre reglas automotrices incluyen un incremento gradual en el contenido de valor regional, reglas actualizadas para los vehículos de tecnología avanzada y nuevas reglas sobre el contenido de valor laboral.
Para cumplir con las nuevas reglas de contenido de valor regional, la industria automotriz cuenta con un periodo de gracia de tres y siete años para vehículos ligeros y pesados, respectivamente. Por ejemplo, los porcentajes de contenido regional mínimo se irán incrementando gradualmente hasta llegar a 75% y 70% a partir del 1 de julio de 2023 y 2027, respectivamente. Una mayor flexibilidad por parte de la nueva administración estadounidense en la aplicación de estas nuevas regulaciones permitirá que continúe la producción eficiente de la industria automotriz en la región de Norteamérica, su competitividad global y mejores precios a los consumidores de productos automotrices.
Disposiciones laborales
Otro de los temas económicos importantes de esta nueva agenda económica bilateral se desprende de las nuevas disposiciones laborales contenidas en el T-MEC. Entre estas destacan, el nuevo mecanismo laboral de respuesta rápida, la eliminación de que el incumplimiento de la disposición tenga que ser recurrente y la carga de prueba que ahora recae sobre la parte acusada.
El nuevo mecanismo laboral busca remediar la negación a derechos laborales como la libre asociación y la negociación colectiva por parte de una entidad privada en un sitio de trabajo. A través de un panel se determina si a los trabajadores les están siendo negados sus derechos laborales, no si un gobierno rompió alguna disposición laboral del acuerdo. Por su parte, la eliminación de la recurrencia del incumplimiento baja el umbral para demostrar que ha habido una infracción por violencia, amenazas e intimidación laboral. En lo referente a la carga de prueba, la parte acusada es quien tendrá que demostrar que las aludidas violaciones laborales no están afectando de alguna manera el comercio y la inversión.
Las nuevas disposiciones laborales podrían traer un caudal de demandas laborales en contra de empresas operando en México. El relativo activismo de la administración de Biden con respecto a castigar el incumplimiento de estas nuevas disposiciones jugará un papel clave en la agenda económica bilateral entre Estados Unidos y México.
Energías limpias y justicia ambiental
El plan de Biden para una revolución de energías limpias y justicia ambiental contempla un fortalecimiento en la colaboración con países del continente americano en materia de iniciativas de mitigación de cambio climático y energías renovables. Al interior de esta estrategia de mayor colaboración sobresalen los siguientes aspectos: i) un marco para limitar la emisión de gases de efecto invernadero en las actividades agropecuarias; ii) nuevos estándares comunes para el reverdecimiento de la manufactura, la minería y el turismo; y iii) grandes inversiones en tecnologías de energías limpias.
Es importante mencionar que Biden tiene la intención de que Estados Unidos se convierta en un gran exportador de tecnologías de energías renovables y ello pueda contribuir a enfrentar los grandes desafíos globales en materia de cambio climático y contaminación.
El Acuerdo de Cooperación Ambiental suscrito en el T-MEC busca apoyar el crecimiento verde y el desarrollo sustentable mediante, entre otras cosas, la promoción de la eficiencia energética y de recursos, incluyendo las fuentes alternativas y renovables de energía. En su afán por promover el liderazgo de Estados Unidos en acciones de mitigación de cambio climático, el gobierno de Biden podría velar por un cumplimiento más estricto de este acuerdo ambientalista en la región de Norteamérica.
En los últimos meses, las energías renovables variables en México han estado sujetas a una política energética no amigable por parte del gobierno actual. Entre estas acciones se incluyen la cancelación de la cuarta ronda de subastas de electricidad de largo plazo, la modificación de certificados de energías limpias, cambios a los derechos de conexión a la red de transmisión y mayores tarifas en esta red. Si bien la implementación de varias de estas políticas se encuentra suspendida por órdenes judiciales, el clima de incertidumbre regulatoria sin lugar a dudas afectará inversiones futuras en este tipo de energías.
En virtud de que este tipo de políticas energéticas nacionalistas a favor de la CFE podrían estar violando el capítulo de Empresas Propiedad del Estado y Monopolios Designados contenido en el T-MEC, un activismo de la administración de Biden en apoyo a empresas estadounidenses afectadas podría ayudar a empezar a revertir este tipo de políticas.
Valoración
La relación económica entre México y Estados Unidos dependerá fundamentalmente de la flexibilidad que demuestre el gobierno de Biden en el cumplimiento de disposiciones comerciales, laborales y ambientales que han sido suscritas en el T-MEC.
El activismo internacional del nuevo gobierno de Estados Unidos en materia de mitigación del cambio climático determinará en gran medida el futuro de las energías renovables. Para que el gobierno mexicano empiece a revertir su política energética en detrimento de este tipo de energías, será necesario que el gobierno de Biden se involucre decididamente en el apoyo a empresas estadounidenses afectadas por las modificaciones regulatorias en materia de electricidad.
Arnulfo Rodríguez es Economista Principal de BBVA Research
Pixabay CC0 Public Domain. El Ibex-35 alcanza un aprobado justo en 2020 con un 30,9% de mujeres en los Consejos
El rally final de las empresas del Ibex en 2020 alcanza por los pelos la cuota recomendada por el anterior código de buen gobierno de las sociedades cotizadas (30% de mujeres en el consejo para 2020), con un 30,9%(138 de 447 consejer@s), frente al 27,5% en 2019 y 23,9% en 2018.
El nuevo código de la CNMV, renovado en junio del 2020, persigue un objetivo más ambicioso y recomienda que las consejeras representen al menos un 40% del total de miembros no más tarde de 2022.
Al finalizar esta larga y tortuosa temporada, el porcentaje de consejeras aprobadas en junta era del 29% pero desde entonces ha habido cambios. Por un lado, algunos accionistas significativos han sustituido sus representantes por mujeres y, por otro, se han nombrado nuevas consejeras que tendrán que ser ratificadas en las próximas juntas. Este ha sido el caso en Banco Santander, que el 22 de diciembre anunció la entrada de Gina Díez Barroso como consejera independiente, recuperando el 40% que ostentaba antes de la última junta (33%) tras la salida de Esther Giménez-Salinas.
Solamente 21 empresas del Ibex cumplencon el mínimo del 30% recomendado por la CNMV, y tan solo tres con la nueva recomendación del 40%. Red Eléctrica Corporación (50%), CaixaBank y Banco Santander (40%) lideran el podio, que completa Indra Sistemas (38%). Les siguen, con un 36%, Inditex, Bankinter, Pharmamar, Cellnex Telecom, Iberdrola y Merlin Properties.
Los aprobados justos son Siemens Gamesa y Arcelor Mittal con un 30%. A las puertas se quedan catorce compañías, siendo los farolillos rojos Solaria y Ferrovial con un 17%, que tienen una y dos mujeres en sus consejos, respectivamente.
A nivel global, nuestro 30,9%contrasta con el 28,6% en Estados Unidos, 24,9% en Suecia, 24,5% en el Reino Unido o un 12,8% en Alemania. La presencia es superior en países donde existen cuotas obligatorias, como Noruega (41%), Francia (37%) o Bélgica (30%). Es decir, las cuotas cumplen su objetivo. En Alemania, donde las medidas voluntarias establecidas en 2005 no han tenido éxito, se acaba de establecer una histórica obligación del 30% para sus cotizadas y, lo que es mejor, introduciendo medidas para eliminar la brecha de género al exigir también un 30% de mujeres en puestos directivos.
En efecto, este objetivo alcanzado en los consejos no llega a todos los niveles. Según la información sobre diversidad publicada por las compañías, la media de presencia de mujeres en puestos de dirección ronda el 15%, mientras que en la alta dirección no llega al 10%. Es ahí donde se encuentra la mayor brecha. El nuevo código de la CNMV se limita a recomendar, como es su objeto, que las sociedades cuenten con una política de promoción de la diversidad que incluya medidas para conseguir un número relevante de altas directivas.
Seguiremos de cerca la evolución de la normativa y de los pasos que den las compañías para reducir esta brecha en los puestos directivos, promocionando mujeres que nutran al mismo tiempo la cantera del consejo para alcanzar esta importante meta.
Gráfico de la diversidad de género en los consejos del Ibex-35 en 2020
Columna de Alicia Prieto Angulo, analista de gobierno corporativo en Corporance Asesores de Voto.
Pixabay CC0 Public Domain. Cómo optimizar la asignación a deuda emergente
Los mercados emergentes ofrecen a los inversores en renta fija potenciales beneficios en cuanto a diversificación y rentabilidad, pero consideramos que maximizar estos beneficios a largo plazo requiere un enfoque sin restricciones en la construcción de la cartera. Con la economía global paulatinamente saliendo de la ralentización provocada por el COVID-19 y volviendo a mostrar indicios de crecimiento, los inversores están considerando la deuda emergente como una clase de activo que ofrece beneficios.
La asignación a deuda emergente puede resultar un gran elemento diversificador para la cartera, ya que es amplia en cuanto a los impulsores de los rendimientos económicos, que pueden ir desde compañías chinas de Internet hasta la deuda nigeriana en moneda local. A su vez, puede servir como una fuente de valor potencial: los rendimientos actuales oscilan entre el 4% y el 7% en instrumentos ligados a los índices y suben a alrededor del 8% en aquellos con una calificación crediticia de B o inferior. Esta prima se hace más evidente si observamos instrumentos con una calificación y un perfil de riesgo similar en mercados desarrollados.
En un mundo con sed de crecimiento, creemos que las buenas valoraciones de la región, las perspectivas de mayor rentabilidad y la sólida recuperación prevista para 2021, en comparación con los mercados desarrollados, hacen a la deuda emergente considerablemente más atractiva.
Los mercados emergentes también están altamente infraponderados por los inversores internacionales, que han favorecido un sesgo doméstico durante la incertidumbre generada por la pandemia. Sin embargo, con una Reserva Federal prudente, un dólar estadounidense más bajo y Biden en la Casa Blanca, esperamos que la región tenga un mejor rendimiento en 2021.
Pero, ¿cuál es el mejor enfoque para acceder a la región? Históricamente, la mayoría ha optado por mantener la inversión en deuda emergente a través de índices de referencia, ya sea mediante la exposición a una clase de activos o mediante multiactivos. Ambas posturas ofrecen ventajas durante fases específicas del ciclo económico, pero el enfoque óptimo es aquel que pueda funcionar en todos los entornos. El ser agnóstico en cuanto al índice, sin restricciones, amplía el conjunto de oportunidades de la cartera y, por lo tanto, el potencial para añadir valor.
Cómo lidiar con la volatilidad
Como todos los activos volátiles, la deuda emergente es propensa a sufrir períodos de devaluación, lo que hace que los rendimientos suban. Esta inestabilidad indica que los inversores no deben esperar rendimientos positivos ininterrumpidos únicamente a través del carry. También se ve influida por factores técnicos como movimientos en el posicionamiento y los niveles de liquidez, más que otros sectores de renta fija.
Por lo tanto, aunque las soluciones long-only que siguen al índice pueden funcionar muy bien, dependen de la precisión del momento del mercado y la habilidad del gestor para evitar la volatilidad periódica; un enfoque sin restricciones está mucho menos limitado en este sentido.
La asignación a los diferentes tipos de activos
El universo de deuda emergente comprende cuatro subactivos:
Deuda soberana denominada en USD
Deuda corporativa denominada en USD
Deuda soberana en moneda local
Deuda corporativa en moneda local
Si bien todas ellas tienen una alta correlación a largo plazo, durante períodos de recesión pueden moverse en direcciones muy distintas. Las diferencias entre la deuda soberana y la corporativa son también significativas: tanto la corporativa denominada en moneda local como la denominada en moneda fuerte tienen por lo general una menor volatilidad. Por lo tanto, una asignación activa a las cuatro clases puede convertirse en una importante fuente de valor.
Si los inversores pueden beneficiarse de estas dispersiones mediante una asignación activa y la selección de valores, debería ser posible obtener mayores rendimientos. En nuestra opinión, solo una estrategia sin restricciones puede explotar sistemáticamente todo el espectro de oportunidades, convirtiéndose en la mejor solución para los inversores que buscan rendimientos superiores.
Oportunidades inexploradas
Los índices de referencia en todo el universo de emergentes son robustos y están diversificados, pero normalmente encontramos mayor valor fuera de estos. Su incorporación al índice puede ser una potente fuente de rendimientos: por ejemplo, en 2018, países como Qatar y Arabia Saudita se beneficiaron notablemente del apoyo técnico debido a su esperada inclusión en el JP Morgan EMBI Global Diversified, del que comenzaron a formar parte en febrero de 2019.
Aunque algunas de estas inversiones pueden incluirse en una cartera que siga al índice de referencia, solo una estrategia sin restricciones puede sacar provecho de estas oportunidades, debido a la posibilidad de tener una posición muy superior a la que le correspondería al seguir al índice.
En busca de rendimientos óptimos
Las estrategias que siguen a los índices de referencia dan la sensación de tener una rigurosa disciplina dados sus estrictas directrices y presupuestos en relación con el riesgo, pero pueden restringir la capacidad de los inversores para generar y preservar rendimientos en todos los ciclos del mercado.
Dados los numerosos giros de esta clase de activos, su naturaleza técnica, el amplio conjunto de oportunidades y la ineficiencia que conduce a la asimetría de los rendimientos, creemos que una estrategia sin restricciones es la más adecuada para satisfacer las necesidades de los inversores en mercados emergentes que buscan aprovechar los rendimientos óptimos ajustados al riesgo.
Tribuna de Polina Kurdyavko, jefa de mercados emergentes y gestora sénior en Bluebay Asset Management; y Anthony Kettle, gestor sénior
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En México hay un proceso para establecer un control de precios en el sector financiero. El Senado ya aprobó una iniciativa de ley que controla las comisiones que cobran las Afores y existe una iniciativa que busca regular las comisiones y tasas de interés que cobran los bancos en los créditos. El objetivo de esta última iniciativa es que gente de menores recursos pueda tener acceso al crédito con costos más bajos. Es verdad que se necesita mayor oferta de crédito, que el costo del mismo se reduzca y facilitar que la gente tenga acceso a los préstamos formales para evitar el agio. Sin embargo, el objetivo que se busca no se va a conseguir regulando las tasas de interés.
Como con cualquier servicio, cuando se establece un precio por debajo del equilibrio, que es el caso del control de precios, aumenta la cantidad de gente que estará dispuesta adquirirlo pero al mismo tiempo disminuye la cantidad que se ofrece, se genera un exceso de demanda que se traduce en escasez. Dependiendo del servicio que se trate, la escasez terminará provocando hacer colas para adquirirlo, menor calidad al momento en que se presta el servicio, cobros adicionales para poder adquirirlo, o una combinación de ellos.
En el caso concreto de los créditos, el exceso de demanda implicará que aparezcan costos adicionales para los clientes que deseen adquirir los créditos a tasas controladas. Por ejemplo, otorgar garantías adicionales a las requeridas, que tienen que adquirir otros servicios, mantener un saldo mínimo en algún otro producto o de plano que tengan que pagar a algún funcionario de la institución financiera para que les autoricen el crédito.
Si el objetivo es incrementar la disponibilidad del crédito y que el costo del mismo sea menor, lo que se requiere es analizar las causas del costo del crédito y buscar la forma de reducir los mismos. Un elemento que incide de manera importante en el costo de los créditos es la capacidad para poder recuperar el dinero cuando el cliente deja de pagar. En la medida en que ejercer las garantías del crédito para recuperar lo que se ha dejado de pagar sea lento y costoso, a todos los clientes se les cobrará parte de ese costo para cubrir el riesgo de los incumplimientos presionando las tasas hacia arriba. Por lo tanto, realizar una reforma legal que permita ejercer de manera más rápida las garantías de los créditos que se dejan de pagar redundará en menor costo de los créditos y permite reducir el interés que se cobra por los créditos.
Hay dos tipos de crédito que nos reflejan esta situación. El crédito hipotecario se encuentra bien garantizado, es relativamente ágil ejercer la garantía y por tanto se ha observado una reducción sustancial en la tasa que se cobra, una gran competencia entre los bancos y mayor oferta. Sin que se hubiera controlado o fijado la tasa de los créditos hipotecarios, aumentó su oferta y el nivel que se cobra por los mismos es bastante reducido. En el extremo opuesto tenemos el crédito de las tarjetas de crédito, tanto bancarias como comerciales. El crédito no se encuentra garantizado, si la persona deja de pagar el proceso para recuperar la deuda es larguísimo, tedioso y costoso; en la mayoría de los casos no se alcanza a recuperar el saldo de la deuda. La falta de garantías, lo costoso en tiempo y recursos que implica la recuperación de la deuda, cuando el cliente deja de pagar, convierte a las tarjetas de crédito en un producto riesgoso que se traduce en elevadas tasas de interés.
En este caso, si se establece un control de precios para las tarjetas de crédito provocará que las instituciones financieras dejen de ofrecer el producto o, para otorgarlo, pedirán garantías que puedan ejercer fácilmente en caso de incumplimientos de pago, reduciéndose la población que podrá tener acceso a las tarjetas de crédito. Al final habrá escasez del producto y menor número de usuarios. La mejor forma de reducir las elevadas tasas de las tarjetas de crédito es que en el momento en que el cliente deje de pagar tres meses la institución pueda embargarlo inmediatamente o ejercer acciones penales en su contra, de esa manera se reduce el riesgo de falta de pago del crédito y aumenta la capacidad de recuperar las deudas, lo que se traduciría en menores tasas de interés.
En conclusión, controlar las tasas de interés va a provocar escasez de crédito, mayores requerimientos para concederlo y las empresas y personas de menores ingresos, al tener menores activos, van a ser las más perjudicadas. No es el camino para aumentar la oferta de créditos y disminuir su costo.
Pixabay CC0 Public Domain. La temperatura, una forma potente de medir el impacto climático
El concepto de temperatura puede ser entendido por cualquier persona, desde un estudiante hasta un director ejecutivo, desde un periodista hasta un político y, por supuesto, por los inversores de todos los tipos y tamaños. Por lo tanto, vincular una cartera de acciones, fondos o inversiones a un escenario de aumento promedio de la temperatura tiene un gran potencial para una comunicación clara de los objetivos climáticos.
Asignar escenarios de temperatura a empresas y carteras cambia el foco y ejerce presión sobre la reputación de las empresas y los gestores de fondos. Ahora, si estas exceden sus presupuestos de emisión de carbono y se dirigen hacia un escenario de calentamiento de 3ºC, 4ºC o 5° C – y los ejemplos, lamentablemente, abundan – no hay forma de esconderse.
Las convenciones de mercado pueden evolucionar hasta donde las empresas que no estén alineadas con el rango de temperatura de 1,5° C – 2° C, o al menos no tomen medidas para rectificar el rumbo, pueden ser nombradas, avergonzadas y potencialmente incluso penalizadas por los reguladores. Y dado que los inversores institucionales, como los fondos de pensiones y las compañías de seguros, gestionan con relación a índices de referencia (que pronto podrían incluir los CTB y los PAB de la UE), se les podría exigir que asocien sus carteras con un escenario de temperatura.
Algunos de los inversores más activos ya han comenzado a publicar los escenarios de temperatura asociados a sus carteras. A continuación, vemos un ejemplo del Fondo de Pensiones del Gobierno Japonés (GPIF). Utilizando datos de Trucost, líder en análisis de cambio climático y ESG, parte de S&P Global, el GPIF describió la trayectoria de calentamiento de los activos en cartera, tanto a nivel agregado (lado izquierdo) como desglosado por clase de activo.
Si bien los datos de GPIF muestran que los activos en cartera están en una trayectoria de calentamiento superior a 3°C, es un primer paso importante para ser transparentes sobre el tema, a fin de tomar las medidas adecuadas utilizando los marcos TCFD y SBT.
Todos sabemos que unos pocos gigantes tecnológicos de EE. UU. estuvieron al frente del repunte del mercado en 2020, lo que situó a muchos índices bursátiles en máximos históricos o en niveles cercanos. Los inversores también fueron testigos de cómo las compañías estadounidenses superaban a sus homólogas mundiales en muchos sectores en el marco de una rotación hacia títulos percibidos como seguros por parte de los inversores de todo el mundo. Las empresas tecnológicas estadounidenses dominantes a escala mundial —y, en algunos casos, sus homólogas chinas— han pasado de constituir un posicionamiento de crecimiento a uno apreciado por todos, dado que se las considera seguras.
Sin embargo, los «valores para todo tipo de situación» no existen. Si bien no podemos decir que las acciones tecnológicas de gran capitalización corren el peligro de convertirse en «valores para ningún tipo de situación» —presentan sólidos fundamentales, a diferencia de las acciones tecnológicas durante la burbuja puntocom—, existe la tendencia a que surja una fuerza contraria cuando las cosas van extremadamente bien para un determinado subconjunto de valores durante un largo periodo de tiempo.
El mercado actual recuerda a la burbuja tecnológica de finales de la década de 1990. ¿Es sostenible que los valores FANGAM valgan más que los mercados de Europa y Latinoamérica juntos? ¿O que Apple pueda ganar más capitalización bursátil en unos pocos días que la de todas las empresas japonesas excepto unas pocas?
Con los tipos de interés en niveles prácticamente nulos, algunos inversores están dejando de tener en cuenta el precio y confían en que el entorno de tipos bajos siga haciendo las veces de catalizador. Si bien los tipos reducidos justifican unos múltiplos ligeramente por encima de sus niveles históricos, mantenemos nuestra firme convicción de que la valoración importa, y seguimos centrándonos en encontrar empresas que puedan crecer a un buen ritmo durante los próximos años.
En este contexto, hay muchas compañías que cotizan con múltiplos muy razonables. Cuando consideramos los múltiplos que pagamos frente a la calidad de las empresas, estamos satisfechos con las oportunidades que se están creando a medida que cada vez más inversores se centran en un grupo cada vez más pequeño de empresas. Los inversores no tienen que pagar precios astronómicos para tener empresas sólidas si están dispuestos a buscar en los lugares adecuados.
Si bien la pandemia y los cierres de muchas compañías y colegios como consecuencia de esta han afectado sin duda alguna a los resultados de las empresas, no creemos que la pandemia vaya a cambiar drásticamente el universo de inversión de manera permanente.
Existen oportunidades atractivas más allá de las acciones tecnológicas más en boga, y hay tres temáticas que nos resultan interesantes: los títulos «antitecnológicos», las oportunidades atractivas a escala mundial y los títulos de calidad infravalorados.
Dado que muchos inversores están participando en el repunte de las empresas tecnológicas, existe un número de compañías atractivas que categorizaríamos como «antitecnológicas». Estos negocios pueden parecer aburridos o anticuados, pero lo aburrido resulta interesante cuando conlleva un crecimiento compuesto a largo plazo que redundará en beneficio de los inversores.
Berkshire Hathaway es un gran ejemplo de ello. Cuando los detractores sugieren que Warren Buffett es un dinosaurio, ello suele constituir una señal para comprar. Estamos volviendo a asistir a comentarios que apuntan a que la compañía ha perdido su atractivo, aunque Apple sea su mayor posición de inversión. El título se negocia cerca del valor contable y presenta su valoración más atractiva de la última década.
Estamos encontrando oportunidades interesantes a escala mundial en áreas como la salud, los productos de consumo básico y otras a las que se les ha dado la espalda, incluso cuando el mercado en su conjunto alcanzaba nuevos máximos. Se trata de empresas con fundamentales favorables y valoraciones atractivas.
Como muchos inversores se centran en Estados Unidos y en los títulos que más avanzan del mercado, estamos identificando mejores oportunidades en Europa y Asia, donde todavía se pueden encontrar gangas.
Una tercera área que presenta oportunidades es la de títulos de calidad infravalorados. Si bien no tratamos de elegir ganadores y perdedores de la pandemia a corto plazo, hemos observado algunas situaciones en las que la realidad a corto plazo ha llevado a los inversores a replantearse la trayectoria a largo plazo de un sector o negocio.
La industria del cable es una de las principales beneficiarias del creciente uso de Internet en los hogares, acelerado en gran medida por la pandemia y las exigencias del teletrabajo. En algunos trimestres, se ha considerado que empresas como Comcast, en la que invertimos, eran títulos de riesgo debido a la aceleración de la cancelación de suscripciones de la televisión por cable. Sin embargo, hemos observado que estas empresas están pasando a ser más rentables a medida que continúan las cancelaciones, ya que la televisión de pago se ha convertido en un negocio de menor margen con el tiempo debido al aumento de los costes de programación. A medida que aumenta el número de abonados a la banda ancha y los clientes contratan velocidades cada vez más rápidas, las empresas de cable están logrando más ganancias con los abonados a Internet que las que obtenían con los paquetes de videocontenido en el pasado.
La pandemia de COVID-19 fue el mayor acontecimiento de 2020. En cuanto a la media de los principales títulos, parece que superaron cualquier preocupación sobre el virus al entrar en el otoño en o cerca de los máximos históricos o en niveles cercanos. Creemos que muchos inversores han adoptado una mentalidad demasiado a corto plazo al tratar de determinar los «ganadores» y los «perdedores» de la pandemia, cuando existe una oportunidad mucho mayor a largo plazo que puede encontrarse buscando en todo el mundo con un enfoque centrado en el valor.
Tribuna de Brian Krawez, Brian Krawez, presidente de Scharf Investments, socio de iM Global Partner.
Sólo para fines de debate: la información y los datos contenidos en el presente documento no constituyen en modo alguno una oferta o recomendación o asesoramiento para la compra o venta de instrumentos financieros.
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¿Qué hicieron las Afores en el año de gran convulsión en marzo y sendas oportunidades posteriores, para buscar el objetivo de las Siefores Básicas (SB) generacionales que planteó el regulador: “…ofrecer más alternativas de inversión en búsqueda de mayores rendimientos…”?
La composición se recargaría en renta variable (RV), que potencia la consecución de la meta. Así se hace con los target date funds, TDF, el modelo adoptado: a los jóvenes, RV plena; conforme la generación avanza, graduación de RV y cabida creciente a instrumentos de deuda (glide path).
A un año de operación de los generacionales ¿Cuánto subió la RV y cómo varió la composición?
Variación de inversiones del SAR
En el cuadro general se percibe que el sistema redujo principalmente los activos de deuda (RF), privada y gubernamental; marginalmente, RF internacional, renta variable nacional (RVN), estructurados y fibras. La disminución de RF fue 5,54% en tanto que la de RNV 0,31% y la de “alternativos” 0,60%. Aumentó la renta variable internacional, RVI, 6,14% y mercancías, 0,19%. En cifra neta, el rubro de RV creció 6,14%.
La RF gubernamental sigue siendo superior al 50% en el sistema y mayoritaria en todas las generacionales. Aun con sus bajas, de 72,4% a 66,86% en total, de 66,53% a 59,6% en la generacional más riesgosa, los activos de deuda son el pilar del SAR.
De especial interés era ver cómo y en qué medida cambiaría la composición de las SB 90-94. Su límite normativo de RV es 60% (menor a lo aplicado por los TDF internacionales), con aumento de 15% respecto del tope de las SB 4. Se esperaría que los fondos más riesgos acarrearan, en proporción, una utilización más alta de activos de mayor riesgo y potencial. ¿Qué vemos?
El grupo de las SB 90-94 redujo la RF en 3,97%; la privada en 1,94%, los alternativos en 1,34%, RF internacional en 1,02%, y, en forma marginal, la RVN, Fibras y Mercancías, para aumentar con eso la RNVI en 8,37%.
La RV conjunta de las SB4 terminó en 24,09%, con una explotación del 53,53% del tope normativo. La de las SB 90-94, un año después, era de 32,37%, que significaba el 53,95% del total permitido. O sea, las Afores elevaron la RV para acoplarla a la misma proporción de aprovechamiento.
En lo particular, el promedio (simple) de RF de las SB 4 terminó en 68,47%; el de RV, de 22,31%.
Inbursa era la de más RF (81,60%) y gubernamentales (54,02%). Pensionissste, la de menos, aunque era más de la mitad de su tenencia (60,45%).
Coppel (27,71%) y Banorte (27,64%), era las de mayor RV, con una explotación de 62% y 61%, respectivamente, del límite. Inbursa, que movía abajo el promedio, fue la de menos (11,23% de inversión y 25% del tope).
Pensionissste llamaba la atención por su alta proporción de alternativos (17,80%). En el otro extremo, Coppel (4,77%).
¿Qué hizo cada Afore a su “generacional” 90-94?
A noviembre de 2020, la deuda seguía por encima del 50% en cada uno de los fondos más riesgosos. El promedio simple bajó a 60,32%; la gubernamental, a 44,62%. La RV aumentó a 31,56% en tanto los alternativos apenas se modificaron.
Inbursa fue la de mayor carga (67.53%) pese a la gran reducción que hizo. XXI Banorte fue la de menos tenencia, con 55,07%.
Profuturo e Invercap tenían más de la mitad de su inversión total en gubernamentales: 56,60% y 52,48%. Coppel (35,52%) y Pensionissste (32,98%) incluso la incrementaron.
Sura era la de más RV (35,98%) con un aprovechamiento de 60% del límite opcional; Inbursa, que la subió a más del doble, la de menos posición (25,48%), con 42% de uso.
A modo de conclusión, dos referencias para contrastar tenencias, en especial de las SB 90-94: el sistema chileno, arquetipo del SAR, y algunos TDF de EUA, prototipo de nuestros generacionales:
En la inversión consolidada de las AFP, al cierre de 2020, la deuda era menor que la del SAR y la RV, lo doble. La RF, se dividía, principalmente, en gubernamental (20,3%), bancaria (13,6%) e internacional (16%).
Los dos grupos de fondos más riesgosos son “A” y “B”. Los conservadores, “D” y “E”. Los fondos “C” se conocen como “intermedios”: ni tan conservadores ni muy riesgosos; sus proporciones de RF se asemejaban a las SB 90-94, las más riesgosas del SAR (58% vs 59,60%) aunque su carga de RV era más grande (40,5% vs 32,37%).
Y las posiciones de RV de algunos TDF de fecha 2055 (alrededor de ese año se retirarían los nacidos entre 1990 y 1994) de Estados Unidos: