Pixabay CC0 Public Domain. El fondo de recuperación refuerza el Pacto Verde en Europa
La aprobación del Fondo de Recuperación de la UE de 750.000 millones de euros implica que se vaya a destinar más de 30% a proyectos verdes en tres años. Los beneficiarios incluyen empresas activas en energías renovables, edificios verdes y movilidad eléctrica, lo que, según Xavier Chollet, gestor de Pictet Clean Energy, puede traer importantes oportunidades de inversión y, además, refuerza el Pacto Verde de Europa, cuyo objetivo es que la región sea neutral en carbono en 2050.
En esta apuesta habrá, según Chollet, “grandes ganadores y perdedores”. El punto de partida es altamente atractivo: el presupuesto europeo 2021 a 2027 es de 1,04 billones de euros, dedicando ese 30% a acción climática, con objetivos de mejora del PIB y empleo, cambio climático y polución del aire, así como independencia energética. Según su visión, el fondo de recuperación acelera la tendencia hacia las energías renovables y movilidad eléctrica, generando oportunidades para las próximas décadas, con des correlación respecto al crecimiento del PIB global.
“Hay que tener en cuenta que el Pacto Verde pretende crear 700.000 puestos de trabajo para 2030 con prioridad en energías renovables (incluyendo hidrógeno limpio), redes eléctricas inteligentes, transporte -en particular vehículos eléctricos- mejora de conexiones ferroviarias y transporte público urbano, desalentar transporte aéreo para distancias de menos de 1.000 km, biodiversidad y protección y restauración de entornos naturales. Según la Comisión Europea el bloque necesita 260.000 millones de euros en inversiones verdes adicionales anuales para alcanzar el objetivo de 2030 de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero”, señala entre los datos más relevantes para entender la dimensión de este Pacto.
En su opinión, los grandes beneficiados serán “las empresas activas en energías renovables, sobre todo eólica y solar, que ya son las fuentes más baratas de energía en muchos países, con cada vez menos subsidios; edificios verdes, así como movilidad eléctrica, incluyendo vehículos, infraestructura e I+D”.
En este sentido, sostiene que las economías de escala han reducido los costes en un 80% en energía solar y 45% en eólica terrestre y para 2019-2040 puede darse una reducción adicional del 51 y 43% respectivamente. “En este segmento nos estamos fijando en empresas de servicios públicos como Orstel, que ha proporcionado una rentabilidad del 156% en tres años al haberse convertido en operador puro de viento solar marítimo, con un múltiplo de valoración que ha pasado de cinco veces beneficios en 2016 a 16 actualmente”, apunta.
La pandemia ha frenado la actividad de los inversores activistas en el primer semestre del año, pero el capital desplegado mantiene los niveles de 2019, según el informe de activismo accionarial del primer semestre de 2020 de Lazard.
En este periodo de tiempo, la gestora inició 100 operaciones de activismo, un 10% menos que en el período del año anterior, debido al COVID-19. “Tras el recorte de la actividad en abril con sólo 8 campañas iniciadas, en mayo y junio el activisimo de inversores registró 16 y 17 nuevas campañas respectivamente. El capital desplegado en el primer semestre está relativamente en línea con los niveles de 2019, a pesar de la reducción de la actividad. Las empresas industriales, tecnológicas y financieras han representado por sí solas las tres cuartas partes de todo el capital desplegado”, apunta el informe.
Respecto a las áreas geográficas donde la gestora ha mostrado su activismo destaca que la participación a nivel mundial aumenta a medida que las campañas de Estados Unidos se ralentizan. Las 42 campañas llevadas a cabo en Estados Unidos en el primer semestre representan una caída del 40% con respecto al mismo período del año anterior. Esta reducción significativa de la participación, deja a Estados Unidos con un 42% de la actividad global.
En cambio, la participación de Europa en la actividad de la campaña mundial ha aumentado hasta un 28% en el primer semestre, impulsada por la fuerte actividad previa a la crisis sanitaria y el aumento de la actividad en Alemania. Las campañas europeas del primer semestre fueron iniciadas principalmente por inversores institucionales y activistas ocasionales. Y en Japón, las 19 nuevas campañas iniciadas en el primer semestre alcanzan el nivel récord total de 2019, con una actividad impulsada por inversores centrados en la región asiática como Oasis y de activistas estadounidenses como Elliott y ValueAct”, señala el informe.
“Nueva normalidad”
Una de las conclusiones que apunta el informe de Lazard es que los activistas han ajustado sus objetivos en medio de los desafíos del COVID-19. El documento indica que solo el 34% de las campañas del primer semestre presentaban un objetivo de fusiones y adquisiciones, por debajo del 47% de 2019, debido a los vientos en contra provocados por la incertidumbre generalizada.
En este sentido, el 30% del total de la actividad de la campaña de fusiones y adquisiciones del primer semestre se ha llevado a cabo en febrero, antes de la extrema volatilidad de mercado de la crisis del coronavirus. Numerosos activistas han suspendido sus campañas en el primer semestre.
Desde Lazard también destacan que los inversores activistas elevaron a 86 sus puestos en órganos de gobierno en la primera mitad del año, un 6% más que el año anterior, a pesar de la reducción de la actividad. Starboard y Elliott representan 29 asientos, el 34% del total del primer semestre. Solo 10 puestos en Consejos de Administración, el 12% del total, se obtuvieron mediante una votación por representación, reflejando la presión por resolver las controversias pendientes en medio de la pandemia de COVID-19.
Pixabay CC0 Public Domain. Edmond de Rothschild AM entra en la categoría de vanguardistas del Índice de marca de Inversión Responsable
Edmond de Rothschild Asset Management, signatario de los Principios para la Inversión Responsable de las Naciones Unidas (UN PRI) desde 2010, ha entado en la categoría de vanguardistas, la calificación más alta posible del Responsible Investment Brand Index (RIBI por sus siglas en inglés), elaborado por Hirschel & Kramer.
La gestora ocupa, además, el tercer lugar entre las firmas suizas analizadas, lo que refleja, según la firma, “una dinámica de crecimiento positivo en 2020”. En este sentido, de entre las compañías analizadas, el 19% de las gestoras pertenecen a la categoría de vanguardistas con puntuaciones superiores a la media tanto en la vertiente de Compromiso como en la de la Marca.
El índice RIBI evalúa la capacidad de las gestoras para actuar como inversores responsables y comprometerse con el desarrollo sostenible. Para ello, agrega los datos de 284 gestoras de activos que operan en Europa y presentes en la clasificación IPE Top 500 a 31 de diciembre de 2019.
“La competencia sigue estando muy concentrada y los mercados son cada vez más impredecibles y cada vez más regulados, lo que exige una mayor responsabilidad en las acciones del capital empleado y una total transparencia hacia los clientes y el público en general”, aseguran desde el índice. Así, desde Hirschel & Kramer destacan la labor de aquellas firmas que expresan “claramente lo que representa y vinculan genuinamente sus esfuerzos más allá del beneficio”, como una forma de fortalecer la diferenciación, construir el reconocimiento y establecer la confianza.
“Es por ello que ahora, más que nunca, la inversión responsable y el propósito social representa mejores oportunidades para los inversores. Los cambios a los que nos enfrentamos en 2020 y se está produciendo a un ritmo que la mayoría de las industrias no pueden afrontar. Esto se aplica también a la industria de la gestión de activos en general y Edmond de Rotschild AM, en particular. Es así como queda demostrado que el camino que sigue Edmond de Rothschild AM en cuanto a la ISR es el correcto: esta vez de la mano de Hirschel & Kramer, que nos clasifica como vanguardistas, con una nota por encima de la media en cuanto a Compromiso y Marca en comparación con otras gestoras internacionales”, añade Sébastien Senegas, responsable para España e Italia de Edmond de Rothschild AM.
El último análisis de la firma de análisis Ecolatina ilustra la encrucijada en la que se encuentra Argentina, donde la brecha cambiaria entre el dólar oficial y el parlelo acumula cerca del 100% en lo que va de año. El Financial Times señaló esta semana el temor de los gestores de fondos a una devaluación, una medida que entra actualmente dentro de lo probable.
A inicio de noviembre y después de diversas intervenciones del Banco Central para contener la cotización del peso, las reservas de libre disponibilidad rondaron los 5.400 millones de dólares, alcanzando un mínimo desde comienzos de 2016.
Los analistas de Ecolatina resumen bien la situación: “Aunque los dólares paralelos no tienen un impacto significativo en la inflación, más allá de algunos bienes puntuales que puedan importarse con dólares propios, sí aumentan la percepción de que el tipo de cambio oficial está barato, invitando a comprar divisas a quien puede hacerlo. A la vez, fomentan la subfacturación de exportaciones y la sobrefacturación de importaciones, reduciendo la oferta neta de divisas en el mercado oficial. En la misma línea, impulsan la compra de “dólar ahorro”, en la búsqueda por arbitrar con los mercados paralelos y obtener rendimientos atractivos. Resultado de todas estas dinámicas, a mayor brecha, más difícil es frenar la sangría de reservas y contener las presiones cambiarias. A la vez, más brecha es más volatilidad e incertidumbre sobre el futuro de la economía y menos consumo e inversión. Por lo tanto, será casi imposible reactivar la economía con una brecha de tres dígitos, y será casi imposible bajar esta brecha sin pagar algún costo”.
La nota de Ecolatina señala que hay pocas opciones para el gobierno, la devaluación no parece descabellada pero la otra opción sería estrechar el cepo cambiario.
“El problema es que la devaluación no solo agravaría los problemas preexistentes, sino que, además, no garantiza frenar la corrida. En un contexto de reservas tan bajas, el punto de equilibrio entre la oferta y la demanda de dólares es incierto, aun cuando el ajuste por precios sea significativo y no haya razones “reales” para seguir devaluando. Por lo tanto, una corrección del dólar oficial sin un plan que genere confianza es más parte del problema que de la solución. No obstante, si nada cambia es un desenlace que se terminará imponiendo, casi de manera inexorable. Otra opción sería un nuevo endurecimiento del cepo, en la búsqueda por achicar todavía más la demanda de dólares en el mercado oficial. Los resultados registrados desde el último refuerzo del control de cambios fueron bastante negativos: la brecha saltó y la sangría de reservas se atenuó en el margen. A la vez, seguir fortaleciendo las restricciones trabaría todavía más el normal funcionamiento de la actividad productiva, minando el consumo y la inversión. Por último, y no menor, si no hubiera cambios de fondo, es probable que la misma situación se repita dentro de un par de meses”, explican los expertos”.
Así, Argentina evoluciona en un círculo vicioso del que no parece poder salir: una devaluación agravaría los problemas, pero extremar el cepo también. Ecolatina concluye fatalista: “El tiempo corre y el poder de fuego del Banco Central sigue agotándose. No hay razones para devaluar; tampoco reservas para contener una corrida”.
Foto cedidaJoaquín Garralda Ruiz de Velasco, presidente de Spainsif . En 2019, la inversión sostenible creció un 36% en España
La inversión sostenible alcanzó los 285.454 millones de euros gestionados en España durante 2019, un incremento del 36% respecto al año anterior, según los datos del estudio La Inversión Sostenible y Responsable en España 2020, elaborado por Spainsif.
El estudio se ha presentado en el XI Encuentro Anual de la entidad, evento patrocinado por Amundi, BBVA, Morningstar y VDOS. Por primera vez en formato online, el evento ha contado con más de 250 asistentes. En él se ha subrayado el crecimiento de la Inversión Sostenible durante 2019, incentivado por el Plan de Acción de Finanzas Sostenibles de la Comisión Europea, el desarrollo de la Taxonomía de actividades verdes, el estándar de bono verde europeo y el aumento de la demanda de las inversiones según criterios ambientales, sociales y de buen gobierno (ESG).
El estudio destaca la consolidación de la Inversión Sostenible en España, fruto de una mayor demanda del inversor ESG y de la tendencia hacia una Inversión Sostenible de calidad, alineada con el futuro marco regulatorio de la UE. Asimismo, subraya el crecimiento de la invesión minorista, que pasa del 15% en 2018 al 19% en 2019. Javier Garayoa, director general de Spainsif, subrayó durante la presentación la urgencia de contar con equipos de análisis y gestión formados en aspectos ESG y la necesidad de ofrecer productos sostenibles tanto para los inversores institucionales como para los ahorradores.
Joaquín Garralda, presidente de Spainsif, también ha resaltado que no sólo se aprecia un aumento notable en el volumen de activos gestionados bajo criterios ESG, sino que “se están experimentando cambios estructurales muy relevantes en la ISR, impulsados principalmente por la Unión Europea. Cambios que están siendo recibidos positivamente por el sector financiero en lo que atañe a la clarificación de los estándares de medición y, en consecuencia, permitiendo una clasificación más rigurosa de los tipos de ISR”.
En su ponencia especializada sobre la Ley de Cambio Climático y Transición Energética Española, Valvanera Ulargui, directora general de la Oficina Española de Cambio Climático, ha valorado el carácter anticipado de este proyecto, que supone “una muy buena carta de presentación para los fondos de recuperación europeos, y donde el sector financiero es tractor y protagonista, con un papel determinante en las decisiones de inversión que se tomen a lo largo de 2020 y 2021, para financiar aquellos sectores adecuados para la transición ecológica e identificar a aquellos sectores que necesiten de un mayor apoyo para avanzar”.
Además, Ulargui ha destacado lo oportuno de la celebración del evento, en un momento de confluencia de dos crisis globales como la pandemia COVID-19 y el cambio climático, que incentivan la aparición de nuevas formas de relacionarse con el sector financiero y apremian la aplicación de un marco normativo que “anticipa riesgos, evita daños y reduce costes de reparación”.
En el evento también se ha presentado el estudio Las inversiones y el cambio climático, que confirma la sensibilidad del inversor sostenible respecto a las finanzas ligadas con la transición energética. Javier Garayoa, director general de Spainsif, ha subrayado la oportunidad de acelerar en las inversiones de transformación y establecer los mecanismos necesarios para garantizar la transición justa.
El impacto del COVID-19 en la ISR
Por otro lado, en una mesa redonda moderada por José Manuel Marqués, director de la División de Innovación Financiera del Banco de España, se ha analizado el impulso que el COVID-19 ha tenido en las inversiones sostenibles durante la pandemia, que se han mostrado como un valor seguro y más rentable que otro tipo de inversiones.
Alberto Gómez-Reino, director de Sustainable Investment & Institutional Asset Allocation en BBVA; Jorge Diaz, responsable de Ventas para Cliente Institucional en Amundi; Dámaso Zagaglia, asociado del equipo Second Party Opinion de ISS ESG; Tomás Conde, ESG senior advisor en la Asociación Española para las Relaciones con Inversores (AERI); y Carlos Bravo, secretario confederal de Políticas Públicas y Protección Social de CCOO, han coincidido en destacar el protagonismo que tendrá la regulación sobre finanzas sostenibles en la recuperación económica y en la aceleración de la transición hacia una economía baja en emisiones de gases de efecto invernadero.
Ante las preocupaciones relacionadas al brote de COVID-19, las tensiones geopolíticas, y las expectativas relacionadas a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, entre otros factores de impacto global, la inversión total en capital de riesgo aumentó por segundo trimestre consecutivo, alcanzando los 73,2 mil millones de dólares en el tercer trimestre de 2020 con 4.861 acuerdos, según revela la última edición de Venture Pulse, un informe trimestral publicado por KPMG Private Enterprise que releva periódicamente las tendencias globales en capital de riesgo.
El fuerte nivel de inversión fue impulsado por un número significativo de grandes rondas de financiación de fase tardía en diferentes jurisdicciones, incluyendo tres mega acuerdos de más de mil millones de dólares: La empresa aeroespacial SpaceX (1.900 millones de dólares), de EE.UU.; la empresa automotriz Weltmeister (1.500 millones de dólares), de China; y la empresa minorista online Flipkart (1.300 millones de dólares), de la India.
La región de Américas atrajo 40.000 millones de dólares en este tipo de inversiones, manteniendo la recuperación observada en el segundo trimestre, siendo los Estados Unidos el responsable de la mayor parte (37.800 millones).
En la región de Latinoamérica, Brasil experimentó el tercer incremento consecutivo en este tipo de inversiones durante el trimestre de referencia, llegando a 683 millones de dólares (+13%).
Brasil y México alcanzaron en conjunto 744 millones de dólares en este tipo de inversiones durante el trimestre de referencia, lo que representó un incremento del +18% respecto al trimestre anterior, aun cuando la cantidad total de acuerdos, siguiendo la tendencia global, volvió a mostrar una merma.
En Asia-Pacífico, en tanto, la inversión en capital de riesgo continuó recuperándose, acumulando 21.100 millones en el tercer trimestre de 2020, lo que significó un incremento del 22% con respecto a la cifra del trimestre anterior inmediato. En Europa, finalmente, la inversión en capital de riesgo alcanzó un nuevo récord, 12.100 millones.
“Después de varios trimestres tranquilos, el mercado de IPO para empresas respaldadas por capital de riesgo se disparó en el tercer trimestre de 2020, con una serie de unicornios de alto perfil realizando salidas exitosas”, expresó Conor Moore, colíder de KPMG Private Enterprise Emerging Giants Network de KPMG International.
La inversión global en capital de riesgo aumentó en un 5%, pasando de 70.000 millones de dólares en el segundo trimestre de 2020 a más de 73.200 millones en el tercer trimestre de 2020. Sin embargo, el número de acuerdos se redujo por sexto trimestre consecutivo, hasta el volumen más bajo visto desde el cuarto trimestre de 2013.
Pixabay CC0 Public Domain. CaixaBank emite su primer Bono Verde para financiar proyectos de energía renovable
CaixaBank realiza la tercera emisión bajo el marco de bonos verdes, sociales y sostenibles (conocido como ODS Framework) que la entidad publicó en agosto 2019, para apoyar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En esta ocasión, CaixaBank ha colocado un bono verde de 1.000 millones de euros a seis años, con opción de cancelar anticipadamente el bono a los cinco años por parte del emisor.
El formato del bono ha sido deuda senior no preferente y, por tanto, elegible para el requerimiento de pasivos que pueden absorber pérdidas y para la normativa MREL. Es la primera emisión de deuda senior no preferente de un banco español, que incorpora una opción de amortización anticipada, con el objetivo de optimizar el tratamiento regulatorio de este tipo de instrumentos.
El precio del bono se ha fijado en 85 puntos básicos sobre el midswap, tras rebajar la indicación de precio inicial en 35 puntos básicos y el cupón ha quedado establecido en el 0,375%, el cupón más bajo ofrecido por una entidad española desde que se comenzó a emitir este tipo de deuda en 2017.
A través de esta emisión, CaixaBank canalizará fondos para financiar proyectos que contribuyan a la sostenibilidad medioambiental como, por ejemplo, la reducción de gases de efecto invernadero, la prevención de la contaminación y la adaptación al cambio climático. La entidad destinará los fondos a promover los ODS número 7 y 9. El ODS número 7, energía asequible y no contaminante, tiene como objetivo garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna. CaixaBank ya ha identificado unos 1.800 millones de euros en activos de energías renovables elegibles siguiendo los criterios definidos por el marco ODS del banco.
Por otro lado, el ODS número 9, industria, innovación e infraestructuras, persigue la construcción de infraestructuras resilientes, la industrialización sostenible y el fomento de la innovación. En este sentido, CaixaBank ya ha identificado unos 500 millones de euros en activos inmobiliarios con los requisitos de eficiencia energética necesarios para cumplir con lo estipulado en el marco de la entidad.
Además, desde el banco aseguran que el carácter verde de la emisión ha permitido reducir el coste en más de 10 pbs, con respecto al nivel de financiación tradicional. En el mercado, a este proceso se le conoce como greenium o prima negativa, conseguida por el elevado apetito inversor en activos verdes. La demanda ha alcanzado, además, los 4.500 millones de euros.
“Este bono vuelve a demostrar el alineamiento de la financiación con el modelo de banca social y responsable de CaixaBank. Esta estrategia está siendo reconocida por los inversores de renta fija que muestran cómo la entidad ha sabido reflejar esta estrategia en un marco de bonos verdes, sociales y sostenibles creíble y sólido”, añaden desde la entidad.
La emisión espera contar con una calificación Baa3/BBB/BBB+/A (low) por Moody’s, S&P, Fitch y DBRS, respectivamente. Los bancos colocadores de esta nueva emisión han sido CaixaBank, Citigroup, Crédit Agricole, Credit Suisse, y HSBC.
Se trata de la tercera emisión de bonos verdes sociales y sostenibles bajo el marco ODS de Caixabank. La primera, en septiembre de 2019, consistió en un bono social de 1.000 millones de euros a 5 años en formato de deuda senior no preferente. Tenía, además, el objetivo de luchar contra la pobreza y crear empleo. Esa operación inaugural incluía préstamos de microbank a individuos o familias cuya suma de ingresos disponibles fuese igual o inferior a 17.200 euros, con el objetivo de financiar necesidades diarias como gastos en salud, educación o reparaciones en los hogares y vehículos, así como préstamos a autónomos y pymes en las regiones más desfavorecidas de España.
La segunda emisión, realizada en julio de 2020, fue un bono social COVID-19 de 1.000 millones de euros a 6 años, en formato de deuda senior preferente. En este caso, el objetivo era mitigar los efectos del COVID-19 a través de financiación a pymes y microempresas domiciliadas en las regiones españolas con menos de 19.665 euros por cápita, o con tasas de desempleo superiores al 16.69%. En estas dos primeras emisiones, los fondos captados se destinaron a promover el ODS número 8 Trabajo decente y crecimiento económico.
Marco para la emisión de bonos verdes, sociales y sostenibles
En agosto de 2019, CaixaBank publicó en su web corporativa el marco para la emisión de bonos verdes, sociales y sostenibles en apoyo a los ODS de las Naciones Unidas. El marco obtuvo la verificación de Sustainalytics, como asesor experto independiente, que afirmó que CaixaBank había establecido una agenda “creíble y de alto impacto”. Además, la entidad realizó un roadshow por diferentes ciudades europeas para presentar a los inversores institucionales este marco.
Los ODS son 17 objetivos que se pusieron en marcha en 2015 para el cumplimiento de la Agenda 2030 de la ONU. CaixaBank, por su dimensión y compromiso social, contribuye a todos los ODS a través de su actividad, su acción social y sus alianzas estratégicas integrándolos en su Plan Estratégico y en su Plan de Banca Socialmente Responsable.
La entidad centra su acción en 12 de los 17 objetivos. Entre ellos, asume como prioritarios la lucha contra la pobreza, la generación de empleo y el crecimiento económico y,como destacados, el cambio climático, la igualdad de género, la producción y el consumo sostenible y la industria, innovación e infraestructura. Además, desde el banco buscan apoyar proyectos con los que promover la salud, la educación, la energía limpia y la paz, entre otros.
Foto cedida. El segundo retiro de fondos de pensiones más cerca de ser aprobado en Chile
El 10 de noviembre y tras un intenso debate, el Congreso chileno aprobó por 130 votos favorables, 18 en contra y dos abstenciones el proyecto que permite un nuevo retiro de fondos previsionales en las cuentas de los afiliados chilenos. El proyecto ha sido ahora despachado al Senado para su aprobación final.
Sin embargo, no todas las indicaciones fueron aprobabas. El texto inicial contemplaba, por ejemplo, el pago de impuestos para rentas más altas, pero esta opción fue rechazada por 60 votos a favor, 83 en contra y seis abstenciones. No obstante, si en su paso en el Senado se volviera a debatir este cambio, u otras modificaciones, el texto este debería volver al Congreso para volver a ser examinado.
Así, aunque muchos diputados de la oposición quieren que se apruebe antes de Navidad, el texto final aún tiene que ser votado por 3/5 del Senado y el gobierno podría recurrir al Tribunal Constitucional al haber hecho reserva de constitucionalidad del proyecto. Sin embargo, desde Credicorp Capital destacan que el apoyo masivo que ha recibido este proyecto » podría contener la intención del Ejecutivo de enviar el proyecto de ley al Tribunal Constitucional».
Pago en una sola cuota en 30 días hábiles y con opción de reintegro de forma voluntaria
En concreto, la iniciativa aprobada autoriza a los afiliados del sistema privado de pensiones, de forma voluntaria y excepcional, a realizar un segundo retiro de hasta el 10% de los fondos acumulados en su cuenta de capitalización individual de cotizaciones obligatorias.
La norma determina que, al contrario que el primer retiro donde el pago se realiza en dos cuotas, la entrega de los fondos se efectuará en una sola cuota y en el plazo máximo de 30 días hábiles desde que se presentada la solicitud ante la respectiva AFP.
Además, el texto contempla la posibilidad de resarcir los fondos retirados de forma voluntaria. En concreto, se especifica que los afiliados podrán reintegrar todo o parte de dichos fondos mediante una cotización voluntaria adicional equivalente a un 5% mensual calculada sobre la última remuneración cotizada y que podrá repartirse a lo largo de todo el período que sea necesario para restituir el saldo retirado reajustado, sin perjuicio de su facultad de suspenderlo o discontinuarlo.
Asimismo, se remarca que la presente facultad no es incompatible con el ejercicio del derecho de retiro del 10% establecido en la reforma constitucional ya vigente.
80% de los encuestados volvería a solicitar un nuevo retiro
El primer retiro, vigente desde el 30 de julio hasta el 30 de julio de 2021, ha sido solicitado, según cifras oficiales de la superintendencia de Pensiones, por más de 10 millones de personas, 91% de los afiliados al sistema. En términos de volumen, el importe asciende a 18.189 millones de dólares, de los cuales 17.548 millones de dólares ya han sido abonados.
Para este nuevo retiro, aunque el máximo puede alcanzar 19.000 millones de dólares, las estimaciones de Sergio Lehman, economista jefe de Bci Estudios se sitúan en torno a los 14.000 millones de dólares, «algo menor de lo que fue el primero, entendiendo que no habría restricciones importantes para el retiro”, añade. Las estimaciones de Credicorp Capital se sitúan en un rango similar «entre 14.000 y 17.000 millones de dólares, considerando que se podría alentar a las personas de altos ingresos que no retiraron recursos durante la primera vez a hacerlo ahora, después de que se rechazó la moción tributaria».
Con respecto al número de personas que se acogerían a este nuevo retiro, una reciente encuesta de CADEM demuestra que el 80% de los encuestados solicitaría esta opción en caso de ser aprobado, un 16% los mantendría y un 4% no ha respondido. En cuanto al uso de estos fondos, la encuesta recoge que los principales serían: 27% lo destinaria al ahorro y casos de emergencia, 18% a la compra de alimentos e insumos básicos, 17% solicitaría el retiro por desconfianza en las AFPs y el 16% para al pago de deudas. Solo un 3% afirma que aprovecharía la oportunidad para sacar los fondos sin pagar impuestos.
Tasas de renta fija a alza y presión bajista para el dólar
Durante sus respectivas presentaciones ante la Comisión de Constitución, las autoridades monetarias chilenas alertaron de los posibles riesgos que un nuevo retiro podría tener sobre los mercados financieros chilenos. En concreto, los activos más impactados serían los activos locales menos líquidos, la reputación de Chile en el exterior se vería afectada porque se aseguró que iba a ser un evento de una sola vez, unido a que las posibilidades de actuación del Banco Central para paliar estos efectos están más limitadas.
Así, Sergio Lehman, economista jefe de Bci Estudiosconsidera «que se trata de una medida mal focalizada y que compromete las pensiones futuras » . En cuanto al efecto en el tipo de cambio aclara que “ ya ha ido recogiendo esta posibilidad, dando cuenta de las presiones apreciativas que genera sobre el peso chileno» y espera nuevas medidas por parte del Banco Central que mitiguen «los impactos al alza que genera la medida sobre las tasas de largo plazo, que podría ser de hasta 50pb”.
En esta misma línea, desde BICE Inversiones señalan que la aprobación de un segundo retiro,” podría significar una presión bajista para el dólar, ya que al igual que en el primer retiro, las AFP intentarían liquidar activos internacionales denominados en dólares que son más líquidos, lo que implica que luego deberían vender los dólares de manera local, empujando hacia abajo el tipo de cambio”. No obstante, esta presión vendedora puede verse contrarrestada por una mayor demanda de dólares por parte de las AFPs “tras la recomendación de un asesor previsional que sugirió cambiarse del multifondo E a el multifondo A, lo que mantuvo al tipo de cambio con leves movimientos”.
Por su parte, Klaus Kaempfe, director de Portfolio Solutions en Credicorp Capital Asset Management señaló que : «En renta fija, creemos que puede generarse un movimiento puntual, pero creemos que el banco central apoyará para que el mercado funcione normalmente. En cuanto a las monedas: El peso podría tender a apreciarse, mientras que por la venta de activos internacionales, deberían entrar dólares al país».
Pixabay CC0 Public Domain. Diez enfoques activos ante los desafíos actuales del mercado
Tras un declive histórico del mercado y un rápido rebote, la rentabilidad del gestor activo se encuentra bajo la lupa. Sin embargo, según AllianceBernstein, los inversores deberían tener en cuenta múltiples perspectivas a la hora de evaluar a los gestores activos en una crisis internacional sin precedentes y un periodo indefinido de incertidumbre económica.
1. Encontrar los ganadores
“Habida cuenta de que la pandemia ha causado daños masivos a diferentes sectores, industrias y empresas, las carteras pasivas mantendrán acciones de muchas empresas gravemente afectadas. Los gestores activos pueden identificar empresas seleccionadas que tienen muchas más probabilidades de soportar la presión y comportarse bien a largo plazo”, asegura la gestora en un artículo publicado en su página web.
Esto resulta ahora más difícil porque la COVID-19 ha provocado dispersiones extremas en diversos indicadores de las empresas. Por ejemplo, las previsiones de beneficios para las empresas del índice MSCI World son ahora más dispersas que en cualquier otro momento en los últimos 20 años (véase el gráfico de la izquierda). Sin embargo, esta dispersión crea un “terreno fértil” para que los gestores activos seleccionen los candidatos más prometedores, basándose en el análisis de modelos de negocio, balances, tendencias de la industria y capacidades de gestión.
2. Las tendencias a largo plazo
Durante periodos más breves, los gestores activos no han obtenido resultados particularmente buenos; pero, a 10 años, la mayoría han superado a sus índices de referencia. “Esto es importante para los inversores con horizontes a largo plazo y puede ayudar a proporcionar el contexto adecuado para hacer frente a la tensión y la volatilidad a corto plazo”, afirma.
En el caso de las large cap estadounidenses, las tendencias de rentabilidad han sido menos impresionantes incluso en periodos de tiempo más prolongados, ya que, según AllianceBernstein, se trata de un espacio “altamente saturado”. Sin embargo, determinadas categorías de gestores activos (como las carteras concentradas) han obtenido unos resultados mucho mejores con el paso del tiempo.
3. La gestión del riesgo es más que una mera caja negra
Desde la crisis financiera mundial, la mayoría de los modelos de riesgo utilizados por los gestores de cartera son mucho más sofisticados, pero también se basan predominantemente en datos históricos. Como resultado, a muchos modelos estándar les costó hacer frente a los efectos sin precedentes de la pandemia, como la interrupción repentina de las cadenas de suministro mundiales, el confinamiento de ciudades o el colapso de la OPEP+.
“Combinar el análisis fundamental de las empresas con una visión holística acerca de cómo los valores, los sectores y los escenarios interactúan de formas nuevas e imprevistas puede ayudar a los inversores a gestionar riesgos sin precedentes para las carteras durante un acontecimiento histórico del mercado”, asegura.
4. Riesgo político: adaptarse a influencias exógenas
Muchos países se están viendo sacudidos por la inestabilidad y la polarización política, mientras que las tensiones geopolíticas se mantienen latentes. Las elecciones estadounidenses, el Brexit y las tensiones comerciales entre EE.UU. y China añaden incertidumbre a un mundo que se enfrenta a los efectos de la pandemia del coronavirus y la recesión.
Los regímenes políticos históricamente han tenido un impacto mínimo en la trayectoria a largo plazo de los mercados de renta variable estadounidense. Sin embargo, las medidas políticas pueden tener un profundo impacto en los sectores, las industrias y las empresas. “Y predecir los vericuetos políticos resulta particularmente difícil”, señala la gestora. En su opinión, los gestores activos disponen de la capacidad y flexibilidad necesarias para ajustar las posiciones que se han vuelto más vulnerables a esos riesgos, e inclinarse por los valores que pueden beneficiarse de las decisiones políticas. “Por el contrario, las carteras pasivas dejan a los inversores plenamente expuestos a sectores o empresas que podrían verse más perjudicados por un acontecimiento político”, advierte.
5. Evitar trampas de concentración
Los índices de referencia tienden a presentar una elevada concentración cuando determinados grupos de valores se ven favorecidos. Por ejemplo, durante la burbuja puntocom de 1999, las acciones tecnológicas representaban el 33% del índice S&P 500; cuando estalló, los inversores que tenían un exceso de ponderación en el sector resultaron muy perjudicados. En la actualidad, cinco de los principales valores estadounidenses representan el 22,6% del S&P 500 y casi el 37% del índice Russell 1000 Growth Index. Y el valor de mercado de las 100 mayores empresas de EE. UU. es ahora superior que el de todos los mercados desarrollados no estadounidenses. “Estas distorsiones pueden resolverse rápidamente cuando cambia la dinámica”, advierte.
Las tendencias aceleradas por la pandemia han impulsado el crecimiento del uso de la tecnología, que ha favorecido la rentabilidad de Microsoft, Apple, Amazon, Alphabet (matriz de Google) y Facebook. “Sin embargo, la historia sugiere que los líderes del mercado no mantienen esa posición para siempre. Los gestores activos pueden proporcionar a los inversores una exposición moderada a algunas de las principales empresas, garantizando al mismo tiempo que una cartera no presente una concentración excesiva en áreas triviales del mercado que pueden ser propensas a una corrección negativa”, sentencia.
Los otros puntos clave a tener en cuenta en un enfoque de gestión activa son:
6. Control de las exposiciones regionales en asignaciones globales
7. Consistencia y estabilidad en la captura alcista/bajista
8. Los ETFs sectoriales pueden conllevar riesgos ocultos
9. La integración de consideraciones ESG
10. La gestión pasiva es más activa de lo que se cree
Para profundizar en cada uno de ellos, puede acceder al artículo completo en este enlace.
Los mercados dan por buena la victoria de Joe Biden en las elecciones estadounidenses y lo que pueda pasar en la transición con Donald Trump tendrá un impacto limitado. La hipótesis más probable sigue siendo que el Congreso quede dividido y el próximo tramo alcista del mercado de acciones tendrá que ver más con sectores de la economía que con la política, escribe en una nota esta semana Mark Haefele, jefe de Inversiones, UBS GWM.
Como de costumbre, Haefele logra sintetizar en unos párrafos el momento que viven los mercados después de unas semanas intensas.
“En nuestro caso base, no vemos preguntas sobre una transferencia pacífica del poder presidencial como un importante impulsor del mercado, incluso si la historia nos dice que el presidente Trump continuará tuiteando con un efecto de acaparamiento de titulares. En cualquier caso, es probable que el impacto en los mercados sea limitado. A pesar de que habían sido probables varios resultados potenciales durante la semana y la noche de las elecciones, los mercados en su conjunto parecían tener un buen desempeño en cada uno”, señala la nota de UBS.
Operar bajo el supuesto de que las elecciones han terminado
Haefele piensa que es más probable que los republicanos controlen el Senado con una mayoría de uno o dos votos, y los mercados se están inclinando por esta opción: “Si los demócratas ganaran los dos escaños de Georgia, el resultado sería casi con certeza una división de 50 a 50 en el Senado. Si bien el vicepresidente tiene la autoridad para emitir el voto de desempate en situaciones en las que eso surja, es poco probable que los demócratas intenten aprobar una legislación importante de esa manera. Hacerlo sería políticamente impopular y podría costarle escaños a la Cámara de Representantes y al Senado de los demócratas en las elecciones de mitad de período de 2022. En consecuencia, creemos que los mercados seguirán valorando un gobierno dividido, con un escenario alcista de un gasto fiscal potencialmente mayor si el resultado del Senado es el control dividido”.
“En general, mantenemos una postura a favor del riesgo. Creemos que el mejor curso de acción es operar bajo el supuesto de que las elecciones han terminado y esperamos que el enfoque del mercado cambie a impulsores de crecimiento económico a mediano plazo. Estos incluyen COVID-19, desarrollos de vacunas y estímulos monetarios y fiscales”, añade UBS.
La llegada de una vacuna y un cambio continuo hacia un mundo tecnológico bipolar
Las últimas informaciones confortan una postura optimista sobre la llegada de una vacuna contra el coronavirus en la primera mitad de 2021. Desde UBS piensan que el próximo tramo alcista de las acciones será impulsado por partes del mercado más sensibles a la economía, como las de mediana capitalización, la industria y otros cíclicos selectos se ponen al día con los nombres del crecimiento secular.
Para los inversores que buscan reducir el riesgo de cartera tras la subida de la renta variable estadounidense la semana de las elecciones, o que ven preocupaciones sobre el riesgo en torno a la transición pacífica del poder en Estados Unidos, se recomiendan los productos estructurados como un medio eficaz de implementación.
Haefele piensa que el retroceso de la semana pasada en las acciones de energía renovable, movilidad inteligente y eficiencia energética es una oportunidad para ganar exposición a inversiones sostenibles: “Es probable que el presidente electo Biden adopte un enfoque más predecible y pragmático de las relaciones entre Estados Unidos y China, pero esperamos un cambio continuo hacia un mundo tecnológico bipolar, que aboga a favor de la diversificación dentro del sector tecnológico. Creemos que el retroceso en los rendimientos de los bonos del Tesoro después de las elecciones puede haber seguido su curso, pero vemos más debilidad del dólar en el futuro”, concluye.