Víctor Soto, director de Wealth Management de Invex, basado en Miami, dejará la firma para comenzar su emprendimiento independiente de family office a partir del 2021.
Según un comunicado al que accedió Funds Society, la nueva firma será nominada como Trust Beyond Family Office.
El advisor tiene más de 25 años de experiencia en la industria en los que trabajó pasó por diversas compañías entre las que se destacan: Banco de Crédito de Perú, entre el 2001 y 2003; Credicorp, donde se desempeñó como Portfolio Manager entre el 2006 y el 2009.
Además, cumplió el rol de Head of Wealth Advisory and Multi Family Office Business en el Banco de Crédito BCP durante cuatro años entre junio de 2009 y diciembre de 2013, en Lima hasta llegar a Invex, puesto que ocupa hasta ahora, informa su cuenta personal de Linkedin.
Invex es una firma de asesoría y corredora de bolsa mexicana que atiende casi por completo a clientes no estadounidenses. Se entiende que la oficina de la firma en Miami atiende principalmente a clientes mexicanos con cuentas en el extranjero.
Fundada en 1991, Invex ofrece a personas adineradas, familias y clientes institucionales acceso a los mercados de capitales y servicios de gestión de activos.
Foto cedida. Bice lanza un fondo de activos alternativos para llegar a pequeños inversionistas
BICE ha anunciado el lanzamiento del Fondo BICE Alternativos, el primero de su tipo dirigido a pequeños inversionistas o inversionistas retail, en el marco de su estrategia de ofrecer productos innovadores y que están a la vanguardia para sus clientes.
El instrumento está conformado por Activos Alternativos de todas las categorías (Private Equity, Private Debt, Infra, PE) y por todas las estrategias de inversión, (Primarios, Secundarios y Co Inversiones) sin Capital Calls, Evergreen y con una liquidez parcial.
“Con esto, le podremos ofrecer al retail un producto que hasta ahora sólo lo podían tener los institucionales o grandes inversionistas. Es una gran noticia”, afirmó el gerente de Activos Alternativos de Bice Inversiones, José Antonio Sanhueza.
Explicó que “esta es una nueva categoría de productos, que combina los Alternativos con algo de los líquidos. No hay una competencia idéntica, así que aquí tenemos un muy buen producto. Bice Alternativos es el primer vehículo que invertirá al mismo tiempo en activos inmobiliarios, de deuda privada, de capital privado y de infraestructura”.
Este fondo es un feeder de un fondo de la gestora estadunidense Stepstone, pero la diferencia es que no es necesario firmar un contrato de suscripción de cuotas a largo plazo y es evergreen, es decir, todos los meses puede recibir nuevas inversiones y por cualquier monto, y sin un periodo finito de inversión, así siempre estará disponible para invertir en él.
El retorno esperado del instrumento es de entre 9 y 11% anual y se espera recaudar unos 20 millones de dólares durante el primer año de operación del fondo.
Foto cedidaDe izquierda a derecha, Manuel García-Riestra y Rogelio Fernández.. alter
El despacho de abogados Alter Legal, especializado en el asesoramiento jurídico de fondos de inversión privados, incorpora a Rogelio Fernández para expandir la práctica especializada en estructuración de fondos, inversiones de primario, secundarios y coinversiones.
Rogelio cuenta con una dilatada experiencia en private equity e inversiones alternativas con un enfoque internacional: ha trabajado durante los últimos 10 años en Londres, Guernsey y Singapur desarrollando funciones directivas, de ejecución de transacciones y de asesoramiento en cuestiones regulatorias, ESG y políticas internas.
Antes de su incorporación a Alter Legal, Rogelio fue vicepresidente y director regional de servicios jurídicos en Partners Group, gestora de inversión global con más de 96.000 millones de dólares en activos bajo gestión. Anteriormente, fue asociado en el departamento de fondos de la firma internacional SJ Berwin, trabajando en diversos proyectos tanto en Madrid como en Londres.
Su práctica está enfocada en la estructuración y negociación de fondos de capital riesgo nacionales e internacionales, fondos de infraestructura, fondos inmobiliarios, fondos de deuda y otros vehículos de inversión. Ha participado en la estructuración diversos fondos de capital privado y dirigido inversiones en fondos con gestoras de gran prestigio internacional y diferentes estrategias de inversión, incluyendo, entre otras Advent, HG Capital, KKR, Cinven, Bain Capital, EQT, Carlyle, FSN Capital, PAI Partners o iCON Infrastructure.
Con este fichaje Alter Legal cierra el año 2020 con la contratación de tres abogados senior dentro de una estrategia de crecimiento y especialización ante el mayor protagonismo que está adquiriendo la inversión en activos alternativos por parte de inversores institucionales, family offices y grandes patrimonios, en un momento en el que los fondos de inversión privados van a jugar un papel clave en la recuperación económica.
Para Manuel García-Riestra, socio de Alter Legal, «la incorporación de Rogelio es un hito muy importante para Alter Legal como parte de su crecimiento y liderazgo en el asesoramiento especializado a entidades gestoras e inversores en fondos. Es un privilegio poder atraer talento internacional y aún más alguien como Rogelio, que cuenta con una gran capacidad técnica, conocimiento de mercado y visión comercial”.
Por su parte, Rogelio Fernández señala que “es un honor entrar a formar parte del equipo de Alter Legal y contribuir al crecimiento y consolidación de una firma que reúne a los mejores profesionales del sector en un momento clave para el desarrollo de la industria del capital riesgo en nuestro país”.
Edmond de Rothschild continúa fortaleciendo su presencia en el mercado catalán con la incorporación de Alessandra Beccaria. Se unirá al equipo como banquera privada bajo la supervisión de Marcos Belil, Head of Private Banking en Cataluña.
Alessandra Beccaria cuenta con más de seis años en el sector. Anteriormente desempeñó el cargo de Financial Advisor en Abante Asesores (Wealth Management). También trabajó en WI Harper Group (venture capital) en Beijing, China. Alessandra tiene un grado de Business Administration por ESADE Business School en Barcelona.
Marcos Belil, Head of Private Banking en Cataluña de Edmond de Rothschild, afirma que ”la incorporación de Alessandra es un paso más en nuestra firme apuesta por un mercado que es clave para nosotros y para conseguirlo necesitamos contar con el mejor talento. Alessandra es muestra de ello”.
”Estamos muy satisfechos de dar la bienvenida a una profesional como Alessandra, que atesora una experiencia internacional en el sector. Este paso nos permite seguir avanzando en Cataluña, mercado clave en la estrategia de Edmond de Rothschild”, comenta Pablo Torralba, CEO en España de Edmond de Rothschild.
Foto cedida. A la espera de más orientado sobre el futuro y pocos cambios en la la última reunión del año de la Fed
Si la semana pasada le tocaba al Banco Central Europeo (BCE), ahora es la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) la que se enfrenta a su última reunión de 2020. Según indican los analistas, no es probable que anuncie una ampliación de sus programas de compras, pero sí se espera que dé un mensaje claro de hacia dónde cree se dirigen las cosas.
Las actas de noviembre revelaron que la Fed está analizando la posibilidad de aumentar el estímulo monetaria con mayores compras de deudas para apoyar la recuperación económica tras el impacto que ha supuesto la pandemia del COVID-19, pero todo dependerá de su visión sobre la evolución de la economía y la pandemia.
En este sentido, los analistas de Bank of America explican que las claves de la reunión de hoy y mañana son que la Fed ofrezca una orientación cualitativa sobre su programa QE, vinculando las compras de activos a sus objetivos de inflación; y las previsiones económicas que comparta sobre la economía estadounidense.
“La reunión de diciembre debería proporcionar un nuevo lenguaje en torno al QE, así que toda la atención estará puesta en este cambio que esperamos sobre sus política y programa de compras. Creemos que ni las condiciones económicas ni financieras son lo suficientemente graves como para justificar una flexibilización adicional de la política en este momento. Esperamos que el FOC dé una nueva orientación cualitativa basada en los resultados para la compra de activos. También esperamos que la declaración revisada vincule el ritmo y la composición de las compras de activos de la Fed con la consecución de una mayor inflación. Esto permitirá a la institución monetaria utilizar el QE como una palanca macro y reforzar la orientación futura de los bajos tipos de interés, para lograr una mayor inflación sostenida”, señala en su último informe.
Esta visión es la opinión generalizada de qué esperar de esta última reunión. Es decir, la previsión es que haya algo más orientado sobre el futuro, pero sin grandes cambios. Una opinión que también comparte Christian Scherrmann, economista para Estados Unidos de DWS. Según su visión no habrá cambios sustanciales, sin embargo, las actas de la reunión de noviembre dan fuertes indicios de que los participantes están deseosos de proporcionar más claridad sobre el futuro de la política monetaria.
“Quieren proporcionar una orientación más clara sobre el ritmo y la duración de las compras de activos a gran escala y el nivel de los tipos de interés. Esto se podría lograr estableciendo de forma verbal altos estándares en el curso de la recuperación económica y la sanación del mercado laboral, el requisito para cualquier tipo de reducción, que no esperaríamos antes de 2022. Por lo tanto, no esperamos un cambio significativo de la trayectoria proyectada de la tasa de los fondos federales en la próxima actualización de su Resumen de Proyecciones Económicas”, explica Scherrmann.
El experto de DWS añade que la propia Fed espera que el gobierno estadounidense haga más y también tome medidas para apoyar la economía. “Han expresado reiteradamente su llamamiento a un mayor estímulo fiscal, ya que la política monetaria por sí sola no puede apoyar plenamente la recuperación. Basándose en las actuales negociaciones en curso en Washington, un acuerdo de último minuto después de la reunión del FOMC de diciembre parece factible pero no es seguro. Seguimos siendo cautelosamente optimistas”.
Sin embargo, Scherrmann considera que las actuales condiciones financieras deberían implicar que la Fed tampoco está bajo una gran presión para aumentar significativamente el tamaño de sus compras de activos ni para extender su vencimiento. “Una gran lección que nos deja 2020 es que la Reserva Federal interviene en función de las circunstancias, no como lo dicta el calendario de reuniones. Por lo tanto, esperamos que la Fed mantenga su postura flexible, probablemente haciendo hincapié en la necesidad de otra ronda de estímulo fiscal, al tiempo que señala los riesgos a corto plazo para las perspectivas económicas”, añade.
Algunos analistas apuntan que la Fed reiterará su apoyo a la economía ante la desaceleración de la actividad en Estados Unidos. “El acta de su reunión del 5 de noviembre no reveló ningún detalle claro sobre las medidas futuras. Los inversores esperan más apoyo mediante cambios en los parámetros del programa de compra de activos, incluida una extensión del vencimiento medio de los activos para respaldar el mercado inmobiliario.Creemos que la Fed debería fortalecer su orientación a futuro condicionando su programa de compra de activos al logro de sus objetivos de empleo e inflación”, explica Franck Dixmier, Director de Inversiones Global de Renta Fija de Allianz Global Investors.
Expectativas sobre la reunión
Sobre qué esperar y qué no esperar de esta reunión, François Rimeu, estratega senior de La Française AM, apunta: «Esperamos que se extienda el vencimiento promedio de las compras de bonos en curso. Esta es una decisión difícil. De hecho, varios presidentes de bancos regionales han cuestionado recientemente la necesidad de tomar más medidas para apoyar la economía. No esperamos que el FOMC vincule el fin de las compras de activos a ningún tipo de evento o momento. Algunos miembros desearían indicar que el alivio cuantitativo no está aquí para siempre, pero creemos que esperarán a que haya más claridad en el frente fiscal y respecto al virus antes de hacerlo».
En opinión de Yves Bonzon, CIO del banco privado suizo Julius Baer, la Fed necesita abordar la inclinación de la curva de rendimiento, por lo que podría ser tema a tratar en la conferencia de prensa. “Entendemos que el rebote de los precios de los commodities, incluidos los precios del petróleo, está provocando algunos temores de inflación. También vemos la lógica de que algunos precios de los bienes estén bajo presión alcista debido a la fuerte demanda. Sin embargo, creemos que estos no son signos de una reflación de base amplia de la economía estadounidense, y observamos que hay muchos sectores que se enfrentan a la erosión del poder de fijación de precios. Dada la aceleración de las infecciones por coronavirus y la ralentización del crecimiento del empleo visible en el informe del mercado laboral de noviembre, esperamos una fuerte señal de la Reserva Federal para limitar la subida de los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense», sostiene Bonzon.
Por último, Pedro del Pozo, director de inversiones financieras en Mutualidad de la Abogacía, señala que «todas las miradas están ahora en Norteamérica», no solo por la reunión de la Fed sino porque “es más que probable aprobación de un nuevo paquete de estímulos, por casi un billón de dólares». Respecto a la reunión de la Fed de hoy y mañana, comenta que “no se esperan importantes novedades» ya que, «aunque los últimos datos macroeconómicos publicados sugieren una cierta desaceleración en la recuperación de la economía estadounidense, todo apunta a que el crecimiento, en general, se mantiene sólido». Del Pozo señala que buena «prueba de ello son los indicadores avanzados (ISM), que siguen sugiriendo actividad económica en términos positivos». Sin embargo, advierte que «preocupa la creación de empleo. En ese sentido, habrá que esperar un poco para ver cómo comienza la macro americana el año y las primeras medidas del nuevo presidente» ya que, «en función de eso, la Fed adaptará las nuevas medidas monetarias».
Sobre el apoyo que previsiblemente dará el gobierno estadounidense, Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers, apunta que la actual segunda ola de la pandemia hace que la continuación del apoyo fiscal de emergencia sea aún más necesaria.«La semana pasada el Presidente Trump firmó una extensión de 7 días de gastos, pero el progreso en el plan de estímulos sigue siendo difícil de alcanzar. El proyecto de ley bipartidista de 900.000 millones de dólares ha sido respaldado por el presidente electo Biden y los líderes demócratas del Congreso, pero el líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, quiere añadir una legislación que otorga inmunidad a las empresas contra futuros litigios de sus empleados relacionados con el COVID, lo cual es rechazado por los demócratas. Para confundir aún más las cosas, el actual Secretario del Tesoro, Mnuchin, apoyó un versión del paquete de estímulo que no incluye la continuación del desempleo de emergencia federal beneficios – una línea roja para los demócratas. Seguimos convencidos de que se llegará a un acuerdo, ya que el impacto de la segunda oleada de la pandemia en la economía se está haciendo más manifiesto – las peticiones de subsidios de desempleo de la semana pasada salieron otra vez peor de lo esperado. Sin embargo, puede que tengamos que esperar al principio del próximo año”.
Más sobre bancos centrales
La Fed compartirá titulares estos días con el BCE que, según recuerdan los analistas de BancaMarch, hoy anunciará sí amplía el veto a la banca para repartir dividendos. “Tras la prohibición impuesta por el supervisor bancario a raíz de la pandemia, la expectativa es que el BCE elimine el veto, al menos parcialmente, para repartir dividendos. Esta restauración se haría de forma estricta, con un pay-out -porcentaje del beneficio destinado al pago de dividendos- que se situaría entre el 10% y 20%, sensiblemente inferior al que acostumbra a pagar la banca española”, apuntan.
Según indican, esta decisión llegará solo unos días después de conocer la del Banco de Inglaterra, que ha levantado el veto imponiendo unas restricciones que supondrían un pay-out de hasta el 25%. Las entidades, que consideran clave el pago del dividendo para mantener su base accionarial, esperaban repartir 8.000 millones de euros este año frente a los 7.300 millones distribuidos en 2019, hasta que la llegada de la pandemia provocó la suspensión del dividendo por parte del supervisor.
La reapertura de las economías durante el tercer trimestre, junto con las continuas medidas de respaldo fiscal adoptadas por los gobiernos y los tipos de interés mundiales en niveles persistentemente reducidos que apuntalan las valoraciones de la renta variable, siguieron impulsando los mercados tras la espiral de ventas de marzo hasta situarlos en terreno positivo en el conjunto del año.
En este entorno, según indican Pauline Grange, gestora de carteras de renta variable mundial, y Jess Williams, analista de carteras de inversión responsable de Columbia Threadneedle Investments, la estrategia Global Sustainable Outcomes se anotó un sólido trimestre, con un avance del 12,6%, y superó en un 4% la rentabilidad del índice MSCI ACWI (1). Las compañías cuyos productos y servicios contribuyen a la descarbonización mundial figuraban entre las acciones más rentables de la cartera durante el trimestre.
Entre ellas, destacan sus posiciones en los líderes de energías renovables Nextera Energy y Orsted, así como el fabricante de baterías para vehículos eléctricos Samsung SDI y la firma de aislamiento de edificios Kingspan, cuyas soluciones ayudan a crear edificios más eficientes desde el punto de vista energético (2).
De hecho, dada la continua tendencia bajista del sector del petróleo durante el trimestre, la capitalización de mercado de Nextera (que podría definirse como “nueva energía”) excede ahora la de Exxon Mobil (“vieja energía”) por primera vez en la historia (gráfico 1).
Estas compañías de “nueva energía” se han visto propulsadas por los gobiernos de todo el mundo a través de favorables cambios en las políticas ambientales y la introducción de objetivos de neutralidad de carbono.
Por ejemplo, el Parlamento Europeo votó a favor de aumentar su objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2030 del 40% al 60% con respecto a los niveles de 1990. También adoptó un estímulo fiscal para incentiva la inversión en tecnologías verdes por medio de su fondo de recuperación post coronavirus (3).
El gobierno del Reino Unido se comprometió a elevar su objetivo de energía eólica marina para 2030. En efecto, el primer ministro, Boris Johnson, prometió fomentar la energía eólica marina del país como parte de una “revolución industrial verde” (4).
Tanto Japón como Corea del Sur pactaron nuevos objetivos de reducir a cero las emisiones netas para 2050, y un componente clave de la estrategia consistirá en la sustitución del carbón por energía renovable (5).
Sin embargo, el país que sorprendió a los mercados fue China, al anunciar durante una Asamblea General de las Naciones Unidas su compromiso de conseguir la neutralidad de carbono antes de 2060, y su intención de incluir este objetivo en su plan para los cinco próximos años. También se esforzará por alcanzar el pico de emisiones de carbono “antes de 2030” (6).
Esta es la primera vez que China ha establecido un objetivo específico de neutralidad de carbono a largo plazo, una medida que tendrá un efecto transcendental en los esfuerzos internacionales para limitar el cambio climático, dado que el gigante asiático emite en torno al 27% de los gases de efecto invernadero del planeta (7).
De hecho, según los análisis independientes del consocio científico Climate ActionTracker, que realiza un seguimiento de las medidas climáticas de los gobiernos y las compara con los objetivos del Acuerdo de París, si China alcanza su objetivo de neutralidad de carbono, esto ayudaría a reducir las previsiones de calentamiento mundial en alrededor de 0,2-0,3 grados Celsius y supondría un paso más en la consecución del objetivo del Acuerdo de París de reducir a cero las emisiones netas antes de 2050 (8).
Incluso a nivel microeconómico, las compañías siguen anunciando objetivos de neutralidad climática e inversiones directas que promueven un alejamiento de los combustibles fósiles. Las compañías energéticas mundiales han aumentado significativamente sus compromisos de asignación de capital a las energías verdes, al tiempo que los fabricantes de equipos originales (OEM, por sus siglas en inglés) del sector de la automoción han acelerado sus objetivos de vehículos eléctricos y han lanzado nuevos modelos.
Hasta las grandes compañías de servicios financieros están introduciendo cambios: JP Morgan, por ejemplo, ha prometido alejar sus carteras financieras de los combustibles fósiles (9).
Entretanto, el gigante de bienes de consumo Unilever, una posición de la estrategia Global Sustainable Outcomes, estableció en junio el objetivo de reducir a cero las emisiones netas de carbono de sus operaciones y proveedores para 2039 (10). Más tarde, en septiembre, anunció una inversión de 1.000 millones de euros (1.200 millones de dólares) destinada a ayudar a sus proveedores a adoptar tecnologías para eliminar el uso de combustibles fósiles en la producción de productos de limpieza antes de 2030, es decir, para sustituir el petróleo en el proceso de producción (11).
Otra posición, Croda, fue aún más lejos al desvelar durante su jornada sobre sostenibilidad su objetivo para 2030 de tener un efecto positivo en “el clima, la tierra y las personas” (12). Mediante el desarrollo de innovadoras soluciones de productos, la firma pretende ahorrar más carbono del que emite, y garantizar la disponibilidad de más tierras aptas que las que utiliza para cultivar sus productos biológicos.
Una aspiración clave de la estrategia Global Sustainable Outcomes consiste en invertir en aquellas compañías que contribuyen de forma positiva al tema de transición energética y climática, con lo que pretende respaldar tanto a los gobiernos como a las compañías a lograr sus objetivos de neutralidad de carbono y a combatir el cambio climático.
Anotaciones:
(1) Columbia Threadneedle Investments, 1 de octubre de 2020.
(2) La referencia a valores específicos no debe interpretarse como recomendación de compra.
(3) Politico.eu, “European Parliament backs 2030 emissions cuts of 60 percent”, 7 de octubre de 2020.
(4) Gov.uk, “New plans to make UK world leader in green energy”, 6 de octubre de 2020.
(5) AsiaNikkai.com, “South Korea joins Japan in making 2050 carbon-neutral pledge”, 28 de octubre de 2020.
(6) BBC.co.uk, “Climate change: China aims for ‘carbon neutrality by 2060’”, 22 de septiembre de 2020.
(7) Climatewatch, datos históricos – 2016 PIK-PRIMAP.
(8) Climate Action Tracker, “China going carbon neutral before 2060 would lower warming projections by around 0.2 to 0.3 degrees C”, 23 de septiembre de 2020.
(9) FT.com, “JPMorgan Chase promises to shift portfolio away from fossil fuels”, 7 de octubre de 2020.
(10) Unilever.com, “Unilever sets out new actions to fight climate change, and protect and regenerate nature, to preserve resources for future generations”, 15 de junio de 2020.
(11) Unilever.com, “Unilever to eliminate fossil fuels in cleaning products by 2030”, 2 de septiembre de 2020.
(12) Croda.com, seminario de inversión sobre sostenibilidad, 20 de octubre de 2020.
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Pixabay CC0 Public Domain. Allfunds refuerza su presencia en Norteamérica gracias a un acuerdo con Interactive Brokers
Joe Biden ha sido elegido el 46º presidente de Estados Unidos y es probable que presida un Congreso dividido, con los republicanos manteniendo su mayoría en el Senado. Según Amundi Pioneer Asset Management, los votantes de EE.UU., al igual que los mercados, parecen preferir un equilibrio de poder.
En uno de sus últimos informes «Investment Talks», la gestora apunta que esto dará lugar a cambios de políticas menos extremos que los contemplados en el escenario preelectoral de la «ola azul». Otra ronda de estímulo fiscal debería aprobarse poco después de la toma de posesión de Biden y es poco probable que pueda promulgar la mayoría de sus propuestas de aumento de impuestos, lo que elimina un obstáculo potencial para las ganancias corporativas.
Aún más importantes para el crecimiento económico mundial y los mercados para 2021 son los anuncios de vacunas de Pfizer, Moderna y AstraZeneca. «Estos son acontecimientos que podrían marcar un hito tanto para Estados Unidos como para la economía mundial», destaca el documento, elaborado por el CIO para Estados Unidos de la gestora, Ken Taubes.
Mercados de renta fija
En su opinión, los mercados de crédito corporativo deberían seguir disfrutando de unos diferenciales cada vez más estrechos y de unos rendimientos positivos en 2021: «Deberían beneficiarse de los vientos de cola significativos, incluyendo la recuperación del crecimiento económico mundial y nacional, la política monetaria acomodaticia y la continua demanda mundial de rendimiento». Aunque la actividad de compra de bonos corporativos de la Fed ha sido relativamente limitada, la «presencia» del banco central ha tenido un impacto positivo significativo en la confianza de los inversores y en los diferenciales.
Amundi AM considera que un mayor crecimiento y una perspectiva fiscal estable deberían beneficiar a las ganancias de las empresas, que, ya en el tercer trimestre, vieron su mayor sorpresa alcista en una década. Del 92% de las empresas del S&P 500 que reportaron ganancias en dicho periodo, un 84% superó las estimaciones de EPS. «Consideramos que tanto los mercados estadounidenses con grado de inversión como los de high yield son moderadamente atractivos, mientras que la deuda soberana y las divisas de los mercados emergentes ofrecen un valor relativo más atractivo», asegura. Dentro de los emergentes, los valores y las divisas asiáticas pueden tener un rendimiento superior, ya que China lidera la salida de la recesión a nivel mundial.
Asimismo, considera que los mercados de securitización relacionados con la vivienda en Estados Unidos son particularmente atractivos a la luz del mejor mercado inmobiliario en 14 años. Los precios de las viviendas han aumentado más del 6% anual, impulsados por una fuerte demanda, inventarios ajustados y tasas bajas récord. Los títulos hipotecarios residenciales también han disfrutado de una reducción a la mitad de las tasas de indulgencia desde su máximo de mayo, ya que el desempleo ha disminuido y los consumidores han recuperado su equilibrio financiero.
Mercados de renta variable
La gestora cree que las acciones seguirán siendo más atractivas que la renta fija porque, a 30 de noviembre, los rendimientos de las ganancias superaban los de las empresas con grado de inversión y la diferencia entre los rendimientos de los dividendos y el de los bonos del Tesoro a diez años fue la mayor desde la década de los 50. «También creemos que la recuperación económica de 2021 debería impulsar una rotación de las acciones de crecimiento de mega-capitalización hacia las de crecimiento más cíclico y de valor cíclico», añade.
A largo plazo, la renta variable estadounidense podría superar al resto de mercados desarrollados por una simple razón: es más rentable. Medida por el Russell 1000, en 2019, ofreció un rendimiento del 2,9% frente al 1,3% del MSCI EAFE. «Esta mayor rentabilidad significa que las empresas estadounidenses tienen más capital para reinvertir en el negocio para crecer y/o devolver a los accionistas en forma de dividendos y recompras de acciones», destaca. Sin embargo, a corto plazo, las acciones no estadounidenses pueden beneficiarse de los vientos de cola de la mejora del crecimiento, la disminución de la intensidad de la pandemia y una rotación de las acciones de crecimiento a las cíclicas.
Las acciones value y cíclicos frente a las growth
Amundi AM hace hincapié en que los títulos value deberían superar a los growth en 2021, beneficiándose de la recuperación económica, el mayor gasto en infraestructura y la menor sensibilidad a los tipos de interés. Las acciones de valor se negocian con un descuento de 12 puntos porcentuales en relación con las de crecimiento en los índices Russell 1000 Value y Growth, a 30 de noviembre, lo que representa la mayor disparidad de valoración desde el 2000.
A medida que se afiance la recuperación económica, espera que el índice S&P 500 registre una mayor participación en el mercado de las acciones cíclicas, que están más representadas en los índices de valor. Además, el gasto en infraestructura bajo la administración Biden puede beneficiar desproporcionadamente a los valores cíclicos.
«Creemos, dentro de la renta variable estadounidense, los inversores deberían considerar desplazar la exposición a las acciones de hipercrecimiento, que creemos que están valoradas en exceso, a las de crecimiento estable a un precio razonable (es decir, acciones de dispositivos médicos) y a las value de alta calidad (automatización industrial, entrega de paquetería)», asevera.
La inversión ESG
Biden ha señalado el cambio climático» como una de sus cuatro prioridades principales y esto puede extenderse al ámbito de las inversiones, con un mayor enfoque en las estrategias ESG. Según la gestora, la capacidad del poder ejecutivo para aumentar la regulación debería ejercer una presión significativa sobre las empresas para mejorar sus perfiles ESG.
«Dicho esto, un gobierno dividido, con una respuesta más moderada a la política medioambiental, puede tener mayor sentido económico para el crecimiento de los ingresos a largo plazo, los márgenes operativos y la eficiencia del capital de Estados Unidos», sentencia.
Pixabay CC0 Public Domain. La pandemia sitúa la “antifragilidad” como la preocupación más importante para la industria de pensiones europea
Con la economía mundial lastrada por una elevada incertidumbre, los planes de pensiones se encuentran en un viaje hacia lo desconocido. Como resultado, los planes de pensiones ahora valoran la resiliencia de las carteras por encima de todo, según un nuevo informe publicado por CREATE-Research y la mayor gestora de activos europea, Amundi.
Para la elaboración del informe se ha entrevistado a 158 encuestados de 17 mercados de pensiones tanto públicos como privados, que gestionan colectivamente 1,96 billones de euros. Su objetivo es arrojar luz sobre cómo están respondiendo los planes de pensiones de todo el mundo mientras la economía mundial lucha por recuperarse del equivalente económico a un paro cardíaco masivo.
El COVID-19 ha lastrado las finanzas de las pensiones, se espera una recuperación irregular y el regreso de la inflación. La extraordinaria respuesta política de los bancos centrales y sus gobiernos fue oportuna y vital. Pero también ha infligido efectos secundarios tóxicos en la solvencia de las pensiones por el aumento de los pasivos y la caída de los retornos por los tipos de interés cero (zero-bound). Junto con el colapso del mercado en marzo de 2020, éstos han deteriorado las ratios de financiación en todo el mundo.
Según el 85% de los encuestados, los mercados financieros tendrán una recuperación en forma de W o en forma de acordeón: ambas muy volátiles. La mayoría de los encuestados cree que es probable que los bancos centrales pierdan su independencia frente a sus gobiernos (84%) y que la inflación seguirá a la deflación una vez termine la crisis actual (77%). Finalmente, la inmensa mayoría de los encuestados considera que los rendimientos de los activos serán más bajos en esta década que en las anteriores (90%).
Según el profesorAmin Rajan, de CREATE-Research, que dirigió el proyecto: “Evaluar el daño macroeconómico del COVID-19 es similar a mirar a través de un caleidoscopio: aparecen diferentes imágenes con cada giro de la esfera. Sin embargo, hay una cosa que es cierta: cuanto más dure la pandemia, mayor será el daño económico a los planes de pensiones”.
La inversión se reduce ahora a un único imperativo: la “antifragilidad”
La asignación de activos tendrá dos pilares adicionales: liquidez y resiliencia. En esta era de mayor incertidumbre y volatilidad, la inversión tiene que ser a largo plazo, como destacan las tres cuartas partes (76%) de nuestros encuestados.
El 75% de los encuestados acudirá a los mercados privados en busca de una resiliencia a medida, mientras que el factor flujo de caja de alta calidad en renta variable global encabezará la elección en asignación de activos para el 76% de los encuestados que buscan incorporar un componente “antifragilidad” en sus carteras.
Más de la mitad (58%) recurrirá a la inversión temática en busca de resiliencia inherente a través de temas seculares. Un plan de pensiones del Reino Unido destacó algunas áreas. En primer lugar, demográficas: centrándose en la atención médica y la urbanización. En segundo lugar, tecnología: centrada en inteligencia artificial, redes 5G y la nube. En tercer lugar, la inversión ESG: centrada en energías renovables, prácticas laborales y gobierno corporativo.
Dado que se espera que los bonos soberanos generen rendimientos totales mínimos, las herramientas de riesgo dependerán demasiado de otros medios. Una mayor planificación de escenarios será el enfoque preferido utilizado por los planes para gestionar el riesgo en las carteras durante la próxima década (61%), mientras que casi dos tercios (57%) dependerán principalmente de la gestión de liquidez. La diversificación seguirá siendo una piedra angular masiva en la inversión, ya sea basándose en clases de Activos (55%) o en factores de riesgo (54%).
SegúnPascal Blanqué, Director de Inversiones de Amundi, “el COVID-19 ha obligado a los gobiernos y a los bancos centrales a embarcarse en una respuesta monetaria del tipo «cueste lo que cueste» (“whatever it takes”) de tiempos de guerra. Los impactos a largo plazo en los mercados financieros solo se hacen evidentes en retrospectiva. Ante tal incertidumbre, la resiliencia de la cartera y la “antifragilidad” guiarán a los inversores de pensiones».
Los planes de pensiones favorecerán la renta variable global para el crecimiento del capital
Se favorecerán cinco clases de activos para obtener rentas: infraestructuras (58%), bonos investment grade de EE. UU. (44%), bonos investment grade de mercados emergentes (41%), deuda privada (38%) y deuda investment grade europea (36%). Las infraestructuras, en particular, se beneficiarán de un estímulo fiscal a gran escala con un enfoque especial en las energías renovables y su mejora de la dinámica de costes. Un encuestado apuntó, «dada su resiliencia inherente, las infraestructuras serán el mayor ganador de esta crisis».
En cuanto a protección contra la inflación, la renta variable y las infraestructuras volverán a verse beneficiadas; las materias primas y la deuda inmobiliaria mucho menos, con sólo el 4% y el 29%, respectivamente.
Los bonos soberanos se verán favorecidos por una pequeña minoría (18% para la deuda pública de EE. UU. y 17% para la de mercados emergentes) y solo aquellos con buenos ratios de financiación que permitan un elevado grado de reducción de riesgo de la cartera.
Los fondos ESG pasan de señalar virtud a señalar valor
La pandemia ha dado a los inversores una idea real de cómo los shocks físicos pueden hundir las carteras. En este contexto, la inversión ESG ha demostrado ser resiliente, registrando también buenos rendimientos ajustados al riesgo.
El crash del mercado de marzo fue una verdadera prueba de si la inversión ESG es sólo un lujo en mercados alcistas, careciendo de resiliencia frente a grandes caídas. Los resultados de nuestra encuesta muestran lo contrario. Para la mayoría de los encuestados, sus fondos ESG se comportaron mejor que el resto de la cartera (52%) o igual (45%).
Además, el mediano de los criterios de la inversión ESG, ignorado durante mucho tiempo, el factor «S», ha cobrado fuerza, ya que el COVID-19 ha expuesto los bajos salarios, los trabajos precarios y la explotación laboral en ocupaciones de primera necesidad, especialmente en los sectores retail, transporte y sanitario.
Según afirmó otro participante de la encuesta, “las compañías se están dando cuenta de que necesitan permiso social para operar. Los viejos métodos ahora son inaceptables para sus clientes «.
Con estas consideraciones sociales saliendo a la luz, el componente «S» en la inversión ESG cobrará más importancia en el futuro, ya que se está poniendo bajo el foco cómo las compañías globales gestionan sus cadenas de suministro en particular. Por lo tanto, el factor social (30%) ahora ha aumentado y los factores ambientales (41%) y de gobierno corporativo (29%) han disminuido levemente en importancia relativa desde la encuesta de 2018.
Pixabay CC0 Public Domain. La emisión de bonos sostenibles bate un nuevo récord en el tercer trimestre gracias a la recuperación de los bonos verdes
La emisión de bonos sostenibles, es decir el conjunto de bonos verdes, sociales y de sostenibilidad, alcanzó los 127.000 millones de euros durante el tercer trimestre de 2020. Esta cifra supone un 30% más respecto al máximo registrado en el trimestre anterior, según el Moody’s Investors Service.
“El volumen global de financiación sostenible se acercará a los 425.000 millones de dólares en 2020 tras el tercer trimestre. Creemos que la distribución aproximada será de 250.000 millones de dólares en bonos verdes, 100.000 millones de dólares en bonos sociales y 75.000 millones de dólares en bonos de sostenibilidad para todo el año», apunta Matthew Kuchtyak, analista de AVP en el Grupo ESG de Moody’s Investors Service.
Los bonos de sostenibilidad representaron un 6,1% de la emisión de deuda global en el tercer trimestre, también un nuevo récord trimestral. En concreto, los datos de Moody’s señalan que la emisión de bonos sostenibles ascendió a 288.200 millones de dólares en los primeros nueve meses del año, un 24% más que en el mismo período de 2019.
Por su parte, la emisión de bonos verdes experimentó una subida del 31% respecto al segundo trimestre, hasta los 72.300 millones de dólares en todo el mundo en el tercer trimestre, a medida que las condiciones económicas mejoraron un poco. Los activos de “deuda verde” están evolucionando, gracias “a los instrumentos de capital verde y el sukuk verdes que están emergiendo”, añade Kuchtyak.
Además, la emisión de bonos sostenibles también estuvo impulsada por la emisión de bonos sociales y de sostenibilidad que alcanzaron los 28.100 millones de dólares y 26.900 millones de dólares respectivamente. Desde Moody’s señalan que si bien los emisores públicos siguieron utilizando principalmente este tipo de bonos para financiar los proyectos con los que piensan dar respuesta a la pandemia del coronavirus, un número de mayor de empresas ha comenzado a emplear estos activos para mostrar sus objetivos de sostenibilidad. Esta tendencia sugiere, según el Moody’s Investors Service, que la tendencia de emisión de bonos sostenibles continuará cuando acabe la pandemia.
Por último, destaca la emisión de bonos soberanos sostenibles, que sigue creciendo a medida que los países responden a la demanda de los inversores y recaudan capital para actividades de desarrollo sostenible, afirman desde Moody’s. Tras varias emisiones debutantes en el tercer trimestre, los volúmenes de bonos soberanos sostenibles ascienden a 33.100 millones de dólares en lo que va de año, frente a los 21.800 millones de dólares de todo el año 2019.
La innovación financiera adquiere cada día más protagonismo. Por ello, los bancos estudian la posibilidad de emitir una nueva forma de dinero: una moneda digital de banco central, conocida como CBDC (central bank digital currency, en inglés). Para coordinar esta labor de estudio e investigación, los bancos centrales de Canadá, Japón, Suecia, Suiza, Reino Unido, Estados Unidos y el Banco Central Europeo y el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) han emitido un informe conjunto sobre esa emisión.
En el informe, se considera esencial cooperar para prever los efectos indirectos internacionales que pueden generarse por la emisión de dinero digital de bancos centrales, dado que la emisión y las opciones de diseño dependerán de cada banco central.
En primer lugar, las entidades destacan que el uso del dinero digital supondría un mejor medio para distribuir y utilizar el dinero, ya que mitigaría riesgos como la falsificación, fomentaría la inclusión financiera y podría mejorar los pagos transfronterizos y la transparencia en los pagos.
Asimismo, la emisión de dinero digital también requiere un equilibrio entre reducir riesgos, como el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, y mantener el anonimato de determinadas operaciones. Por otro lado, la existencia de una CBDC remunerada generaría cambios en las tasas de interés. Para que este sistema sea eficaz, el BIS advierte que las tasas de interés tendrían que ser competitivas, lo que también afectaría a la estabilidad financiera.
No obstante, el informe también señala también el posible efecto para la estabilidad financiera si la emisión del dinero digital afectara a la intermediación de los bancos supervisados por aumentar la adquisición del dinero digital con las consecuentes pérdidas de depósitos.
A la hora de emitir una moneda digital de estas características, el BIS subraya que se deben apoyar el cumplimiento de los objetivos de políticas públicas, así como han de complementarse entre sí con las formas de dinero ya existentes. Además, han de aportar innovación y eficiencia para otorgar seguridad a los usuarios.
Para poder cumplir con estos principios, el informe enumera una serie de características de la CBDC, el sistema y su marco institucional. En primer lugar, el instrumento ha de ser convertible, conveniente, aceptado, disponible y de bajo coste. Además, en lo referente al sistema, este ha de ser, según las entidades, seguro, instantáneo, resistente a interrupciones operacionales, disponible, capaz de procesar elevado número de transacciones, capaz permitir el flujo entre sistemas públicos y privados y flexible ante el cambio de condiciones.
Por último, el BIS subraya que, en lo referente al marco institucional la CBDC ha de contar con una autoridad sólida que respalde la emisión y ajuste del sistema a las normas reglamentarias apropiadas. Por otro lado, el informe define una serie de características en relación al diseño de esta moneda. En cuanto a los instrumentos, el BIS considera “fundamental saber si la moneda digital devengará intereses y si se impondrán límites a las existencias individuales”. En lo referente a los libros de cuentas, la entidad destaca cinco factores clave para su diseño: la estructura, la autenticación del pago, la funcionalidad, el acceso y la gobernanza.
Además, el informe advierte que emitir una CBDC requerirá “un gasto de capital y existirán costes de funcionamiento, por lo que la clave del diseño será definir quién soportará esos gastos: los usuarios públicos, los bancos o los proveedores de servicios”. Para que la tecnología empleada sea la adecuada, las entidades recuerdan que debe ofrecer una variedad de opciones de pago fáciles para que todo el mundo tenga acceso a su uso y no sea exclusivo de los que cuenten con instrumentos tecnológicos modernos.
Asimismo, ha de proporcionar seguridad y resistencia para la protección de los datos comparando entre la tecnología de libro mayor distribuido (DLT) o un libro mayor centralizado con un número reducido de centros de datos. También, debe de contar con un sistema rápido y expansible, que pueda ejecutar un elevado volumen de transacciones a un coste ajustado; ser interoperable, es decir, que cuente con acuerdos de pago que permitan las transacciones entre cuentas; y ser flexible, adaptándose a los cambios producidos por la evolución del entorno.
“Los bancos centrales que han participado en este informe reconocen la prioridad de este asunto para responder a la innovación constante en los sistemas de pagos y la tecnología. Por ello, quieren continuar con el estudio de las implicaciones prácticas de las CBDC”, añaden desde el BIS. En este contexto, la entidad pide la colaboración y el intercambio de información y seguirá promoviendo que cooperen otros bancos centrales y agentes.