Pixabay CC0 Public Domain. El cambio a largo plazo en los mercados de capital generará oportunidades inmobiliarias
El efecto provocado por la pandemia ha impactado en todas las compañías, y, según el informe Impacto del COVID-19 en las áreas de negocio, elaborado por el equipo de Growth & Customer Value de Axis Corporate, la mayoría de ellas se ha visto obligada a cambiar sus planes estratégicos. Así el 70% de las empresas encuestadas se han replanteado su propuesta de valor debido a la situación de crisis sanitaria.
Además, el 40% afirma que está trabajando en cómo adaptar su portfolio actual a las características del nuevo contexto y a los cambios de prioridades de sus clientes y potenciales. De hecho, algunas manifiestan que ya están enfocadas en el desarrollo de nuevos productos o servicios.
No obstante, estos cambios se han producido siempre después del confinamiento, momento en el que el 50% de las empresas reconoce “haber centrado su plan de acción en la búsqueda de planes de contingencia con impacto a corto plazo para dar respuesta inmediata a la situación y garantizar la viabilidad del negocio”.
“Un factor competitivo de las organizaciones es su capacidad para anticipar qué es lo que verdaderamente aporta valor, seguridad o calidad de vida a sus clientes actuales y potenciales. La prioridad de las organizaciones es definir estrategias que permitan la recuperación del negocio o su reorientación en un contexto caracterizado por un sentimiento de la demanda de bajo optimismo”, explica Vanessa Sarrà, directora de Marketing & Comunicación y gestora senior del área de Growth & Costumer Value de Axis Corporate.
Distribución y área comercial
Desde el punto de vista comercial, más de la mitad de las organizaciones (52%) cree que el COVID-19 ha empujado a los departamentos comerciales a reenfocar de forma ágil la estrategia que tenían planificada. Sin embargo, cerca del 15% subraya que el contexto actual ha acelerado algunas iniciativas ya planteadas que se han combinado con nuevos planes de acción que se van diseñando y ejecutando por semanas.
Para Carlos Ferrer, director del área de Growth & Costumer Value de Axis Corporate, lo más importante en estos momentos es “enriquecer el conocimiento de cliente, re-segmentar cartera y ajustar propuesta de valor”. “También hay que redimensionar las fuerzas de ventas y re-carterizar clientes mediante las herramientas que tengamos disponibles en la compañía, además de rediseñar el plan de comunicación interna relativo a clientes y ventas y gestionar el cambio”, apunta, como claves para esta nueva normalidad.
El estudio también muestra la realidad de las compañías en la distribución. A un 64% de empresas, el COVID-19 les ha forzado a replantearse este apartado. Como resultado, las firmas se han volcado en la mejora y la evolución de los canales de comunicación y distribución digital. En este ámbito, sólo el 7% de las empresas encuestadas afirma que su modelo de distribución digital ya era maduro antes del impacto de la pandemia.
Indosuez Wealth Management, la división global de gestión de patrimonios y Banca Privada de Crédit Agricole, ha reforzado su equipo en Madrid con la incorporación de Ana Pérez Carbajo como nueva banquera senior.
Licenciada en Derecho por la Universidad de León y Master en Asesoría Fiscal de Empresa y acreditada por EFPA, Ana Pérez inició su carrera profesional en 2005 en Fortis, entidad que posteriormente se integraría en BNP Paribas. Durante su etapa profesional ha desempeñado diferentes cargos como especialista en el segmento UHNW y responsable de equipo de banqueros.
Para Antonio Losada, consejero delegado de Indosuez Wealth Management en España, “recibimos con gran ilusión a Ana como integrante de nuestro equipo de banqueros localizado en Madrid y que reporta a Iñigo Calderón como director regional Centro. Estoy convencido de que la unión de su experiencia y profesionalidad con las sólidas capacidades de oferta y servicio de nuestro grupo, serán bases seguras de su éxito en el asesoramiento y gestión discrecional de nuestros clientes en España, contribuyendo a consolidar nuestra senda de crecimiento de los tres últimos años”.
Indosuez Wealth Management tiene un fuerte arraigo local en España, basado en una trayectoria de 25 años realizada por Banque Indosuez en el área de Wealth Management en dicho país.
Cuenta con oficinas propias en Madrid, Bilbao, San Sebastián, Valencia y Sevilla. Su equipo, formado por 75 empleados altamente cualificados, combina el conocimiento del entorno local con una amplia experiencia en el sector y las posibilidades que ofrece la red global Indosuez Wealth Management y el Grupo Crédit Agricole.
Pixabay CC0 Public Domain. Tikehau Capital nombra a Laura Scolan como responsable para Francia del área de deuda privada y directora de operaciones
Tikehau Capital, gestora de activos e inversiones alternativas, ha anunciado el nombramiento de Laura Scolan como responsable para Francia del área de deuda privada y directora de operaciones.
Según explica la firma, desde este nuevo cargo, Scolan será responsable de las actividades de inversión y la gestión operativa para el área de deuda privada del Grupo en Francia. Scolan reportará a Cécile Mayer-Lévi, responsable de deuda privada de Tikehau Capital.
Laura Scolan se incorpora procedente de Messier Maris & Associés, donde fue socia y codirectora del área de Asesoría de Deuda y, desde 2013, desarrolló labores de dirección. Anteriormente, Laura ocupó varios cargos en el Departamento Financiero de Royal Bank of Scotland y ocupó cargos en los equipos de M&A de Edmond de Rothschild y Lazard. Scolan es graduada por la Universidad París-Dauphine, con especialización en finanzas corporativas e ingeniería financiera.
«Estamos encantados de dar la bienvenida a Laura Scolan, a quien conocemos desde hace muchos años y cuya sólida experiencia nos ayudará a seguir desarrollando nuestra plataforma de deuda privada. La gran experiencia de Laura nos permitirá implementar una mejor estructura operativa dentro de nuestro negocio de deuda privada, lo que nos permitirá optimizar aún más nuestra estrategia, que hoy en día representa 8.900 millones de euros en activos bajo gestión, y en la que Tikehau Capital es pionera y reconocida en Europa», señala Cécile Mayer-Lévi,responsable de deuda privada de Tikehau Capital, a raíz de este nombramiento.
Pixabay CC0 Public Domain. Union Bancaire Privée anuncia la adquisición de Millennium Banque Privée - BCP
Hasta ahora, los bancos europeos han demostrado su capacidad de recuperación ante los estragos económicos causados por el COVID-19. Según Scope Ratings, no ha habido ninguna crisis bancaria, ya que «las políticas de apoyo fiscal, monetario y de supervisión han neutralizado el riesgo de crédito, financiación y solvencia».
Según apunta en su último análisis,es muy improbable que se produzca una crisis bancaria generalizada en esta primera prueba de estrés real desde que el sector se desmarcó de la crisis financiera mundial. “El apoyo fiscal y monetario se mantendrán, al igual que el enfoque pragmático de los reguladores bancarios. Los sólidos fundamentales del sector serán clave para evitar el peor de los escenarios”, afirma Dierk Brandenburg, responsable del equipo de instituciones financieras de Scope Ratings.
“La calidad de los préstamos se deteriorará, pero la preocupación por la calidad de los activos está fuera de lugar. Las autoridades se equivocarán siendo extremadamente cautelosas al endurecer su postura regulatoria, pues la mayoría de los bancos podrán absorber los altos costes del crédito a través de sus beneficios antes de provisiones”, comenta Brandenburg.
Scope espera que la rentabilidad de los bancos siga siendo baja en 2021, pero el sector debería poder evitar grandes pérdidas y la erosión del capital en su conjunto. De todas formas, considera que la combinación de curvas de rendimiento bajas y planas y los altos requerimientos de capital continuarán persiguiendo la rentabilidad de los bancos. «Con muy pocas excepciones, los bancos no podrán compensar su costo de capital», señala.
La prohibición general de los dividendos fue una medida de supervisión racional para conservar el capital del sector ante la escasa visibilidad de la magnitud de las pérdidas crediticias. La liberación del capital atrapado por la prohibición de los dividendos irá de la mano de la visibilidad de los beneficios. “El actual enfoque general puede transformarse en uno más específico, pero esperamos que los supervisores se resistan inicialmente a los llamamientos de la industria para que se restablezcan los dividendos y las recompras mientras persista la incertidumbre sobre las pérdidas crediticias. Eventualmente cederán a medida que mejore la visibilidad de los beneficios del año 2021”, indica Marco Troiano, director adjunto del equipo de instituciones financieras de Scope.
En este sentido Troiano advierte: “Apresurarse a distribuir el exceso de capital puede ser imprudente”. Mantener cierto grado de flexibilidad financiera en un momento de gran incertidumbre no sólo es una opción prudente para proteger a los bancos en caso de nuevas caídas cíclicas, sino que también representa un impulso para comprar a los nuevos competidores a precios de saldo.
Desde una perspectiva temática, la firma apunta que la reducción de costes y las fusiones y adquisiciones caracterizarán al sector bancario en 2021. «Ante la creciente presión de los ingresos, y dado que los confinamientos relacionados con el COVID-19 han catalizado la penetración de los canales digitales, los bancos se esforzarán por acelerar la reducción de sus costes de distribución física para proteger la rentabilidad.Las fusiones y adquisiciones nacionales pueden favorecer esto al mismo tiempo que permiten economías de escala en las inversiones en tecnología de la información«, apunta en su último informe.
Scope ve tres fuerzas que impulsan las fusiones y adquisiciones. Primero, un replanteamiento de la distribución es más apremiante ahora que en cualquier momento desde la gran crisis financiera. Según explica, el COVID-19 aceleró el paso a los canales digitales, aumentando el coste de tener redes de distribución obsoletas. Esto es especialmente relevante en sistemas caracterizados por un alto número de sucursales bancarias, como Alemania, Francia, España e Italia.
En segundo lugar, los impulsores económicos son muy fuertes. «La recesión provocada por el COVID-19 todavía no ha producido impactos catastróficos en la calidad de los activos o en el coste del riesgo, pero ha consagrado la perspectiva de la curva de tipos negativos/planos. Esto es perjudicial para los ingresos de los bancos, y el recorte de costes es la principal palanca para proteger el resultado final. El valor de las sinergias de costes es mayor que antes.», añade.
En tercer lugar, el exceso de capital acumulado y los bajos precios de las acciones hacen que las adquisiciones sean más atractivas. Incapaz de pagar dividendos, recomprar acciones o encontrar suficientes oportunidades de préstamo para desplegar el capital de forma orgánica, la dirección del banco está recurriendo al crecimiento inorgánico para desplegar el exceso de capital.
“Esperamos que la tendencia hacia una mayor consolidación continúe en 2021, con los acuerdos a nivel doméstico protagonizando la mayor parte de la actividad. Sin embargo, los bancos estarían mejor si invirtieran el exceso de efectivo en la mejor tecnología escalable, dadas las tendencias seculares hacia la digitalización, y trataran de conquistar clientes mediante mejores productos y precios competitivos, en lugar de adquirir redes de distribución anticuadas que pueden terminar por sobrecargar el negocio a largo plazo”, concluye Brandenburg.
Pixabay CC0 Public Domain. Morningstar prepara el lanzamiento de una nueva familia de índices sobre estilos de inversión
A lo largo de este mes, Morningstar lanzará formalmente una nueva familia de índices: los Morningstar® Broad Style IndexesSM. Según explica la firma, han sido diseñados para representar con mayor precisión el tamaño y las dimensiones de estilo del mercado de renta variable estadounidense.
Los datos y la metodología subyacentes de los Morningstar® Broad Style IndexesSM están diseñados para ser coherentes con el Morningstar Style Box, que se ha convertido en el estándar del sector para la categorización y el seguimiento de las carteras de inversión gestionadas. Por este motivo, apunta que los nuevos índices son un “complemento natural” para informar las decisiones de inversión relacionadas con la inversión por estilos.
«La inversión por estilos es la base de las carteras de muchos inversores. Inspirados en más de 30 años de investigación y análisis independientes, los nuevos Índices Morningstar Broad Style tienen como objetivo potenciar a los inversores a través de un marco más flexible e intuitivo para la construcción de carteras de renta variable estadounidense. A medida que buscamos ampliar nuestro conjunto de índices de estilo en el nuevo año, estamos orgullosos de nuestra mejor relación con iShares», ha señalado Ron Bundy, presidente de los Índices Morningstar.
Para dar peso a esta nueva gama de índices, BlackRock ha anunciado que sus nueve fondos del conjunto de ETFs iShares Morningstar US Equity Style Box comenzarán a realizar el seguimiento de los nuevos Índices Morningstar Broad Style. En este sentido, Armando Senra, director general y jefe de iShares Américas en BlackRock, ha señalado: “iShares lidera la industria de ETFs gracias a nuestro compromiso con ofrecer una combinación de innovación, calidad y valor. Nuestra relación continua con Morningstar refuerza nuestra propuesta de valor y nuestra voluntad de utilizar la escala de nuestra plataforma para ofrecer mejores soluciones y resultados a nuestros clientes. En el centro de esta colaboración está nuestra misión de ofrecer simplicidad, diversificación y flexibilidad”.
Según los datos que recoge Morningstar, desde noviembre de 2020, se invirtieron 753.000 millones de dólares en activos en fondos de índices de value o growth de Estados Unidos, y otros 284.000 millones de dólares a nivel mundial. Además, en su opinión, los gestores activos siguen buscando alfa a través de estos estilos de inversión, con 2,2 billones de dólares de activos gestionados activamente comparados con los índices de value o growth de Estados Unidos. “La inversión por estilos es una disciplina bien establecida para invertir en acciones de los Estados Unidos. Décadas de investigación académica y experiencia de los inversionistas han confirmado las características distintivas de rendimiento de las acciones en función de su tamaño y valoración”, apuntan desde Morningstar.
Pixabay CC0 Public Domain. Los inversores institucionales ven en el bitcoin un activo para protegerse de la inflación y de la devaluación de las divisas
Durante la primera semana de 2021, el bitcoin alcanzó la barrera de cotización de los 30.000 dólares, lo que presenta un nuevo máximo histórico para esta criptomoneda. No es algo aislado, sino que desde finales de año ya venía marcando una importante tendencias al alza, que comenzó en el verano de 2020.
Las criptomonedas ganan popularidad, en particular el bitcoin, lo que ha hecho que los inversores institucionales se fijen en ella y se planteen si puede tener cierta utilidad en sus carteras. Según un estudio realizado por Evertas, compañía de seguros de criptoactivos, este tipo de inversor considera que el bitcoin podría ayudar a proteger sus inversiones contra la inflación y la devaluación de las divisas. Sin embargo, reconoce que no es un activo seguro ni saben cómo cubrir el riesgo que conlleva estar expuestos.
Según la encuesta en que se basa este estudio, el 80% de los inversores institucionales cree que las recientes políticas de relajación cuantitativa de los bancos centrales y gobiernos puestas en marcha ante la crisis generada por el coronavirus podrían provocar un aumento de la inflación. Ante esta tendencia, el documento apuesta que los inversores institucionales buscarán cada vez más invertir en bitcoin para protegerse de la inflación y de la devaluación de las divisas.
Los resultados también revelan que entre 2021 y 2025, el 90% espera que los inversores institucionales inviertan más en criptoactivos como el bitcoin, y el 80% espera que los inversores minoristas hagan lo mismo.
Sin embargo, uno de los mayores obstáculos para el crecimiento del mercado de inversión en criptoactivos es el bajo nivel de seguros adecuados para cubrir estos activos. Más de la mitad de los inversores institucionales están “fuertemente de acuerdo” con que la falta de un seguro adecuado para cubrir los criptoactivos está frenando dramáticamente su nivel de inversión, así como a los gestores de fondos de cobertura y a los inversores minoristas en criptoactivos.
«Un nivel inadecuado de coberturas o seguros está frenando el crecimiento del mercado de los criptoactivos. Los aseguradores necesitan invertir fuertemente en sus procesos de gestión de riesgos y de suscripción para desarrollar una fuerte comprensión de los riesgos que implica la propiedad y la presencia de criptoactivos en la cartera”, apunta Raymond Zenkich, presidente y director de operaciones.
Wikimedia Commons. Los fondos de pensiones chilenos cierran 2020 con rentabilidad real de 4,32%
Pese a la alta volatilidad que el año pasado experimentaron los mercados financieros a nivel global debido a la crisis económica gatillada por la pandemia del COVID-19, el desempeño de los multifondos de pensiones chilenos igualmente terminó siendo positivo, cerrando al 31 de diciembre último con activos 213.676,46 millones de dólares.
De acuerdo a los datos de la superintendencia de Pensiones, el Fondo E (más conservador) tuvo el mejor desempeño de 2020, con una rentabilidad real anual de 4,47%, secundado por los fondos C (intermedio) y D (conservador), los que cerraron con un retorno real anual de 4,32% y 4,12%, respectivamente.
El rendimiento de estos fondos se debió principalmente a las ganancias obtenidas por las inversiones en instrumentos extranjeros y títulos de deuda local. Los fondos A (más riesgoso) y B (riesgoso) también terminaron con cifras en azul, al obtener rentabilidades reales anuales de 1,74% y 3,38%, respectivamente. En este caso, dicho resultado tuvo directa relación con los retornos de las inversiones en instrumentos extranjeros.
Fondos de Pensiones en diciembre 2020
En diciembre pasado, los fondos de pensiones A, B y C terminaron con pérdidas mensuales reales de 1,88%, 1,30% y 0,45%, respectivamente. En este desempeño influyeron principalmente las pérdidas de las inversiones en instrumentos extranjeros. Al respecto, la rentabilidad en pesos del índice MSCI mundial cayó 4,03% en diciembre pasado.
Por su parte, los fondos D y E rentaron 0,39% y 0,54% real, respectivamente, en especial por el retorno positivo de las inversiones en instrumentos de renta fija nacional. En diciembre 2020 las tasas de interés de los instrumentos de renta fija nacional cayeron, lo que implicó un aporte positivo a la rentabilidad por la vía de las ganancias de capital.
En relación a la inversión en el extranjero, pese a que en diciembre de 2020 hubo resultados positivos en los principales mercados internacionales, estas inversiones fueron castigadas por la apreciación del peso chileno respecto de las principales monedas extranjeras, lo que afectó negativamente a las posiciones sin cobertura cambiaria.
Medido en pesos, las bolsas de Estados Unidos y Alemania cayeron 4,84% y 2,25%, respectivamente. Mientras que las de Japón y China también cayeron 3,99% y 4,01%, respectivamente. Brasil, en tanto, tuvo un alza medida en pesos de 3,08%, mientras que el IPSA chileno subió 3,58%. En tanto, el dólar se depreció frente al peso chileno un 7,23%.
Fondos de Pensiones en enero-diciembre 2020
Al analizar el desempeño anual de los fondos de pensiones chilenos, los buenos datos del fondo A se explicaron principalmente por las inversiones en instrumentos extranjeros. Como referencia, el índice MSCI mundial tuvo una rentabilidad en pesos de 9,21% en 2020.
Los retornos de los fondos B, C, D y E se debieron principalmente a las ganancias de las inversiones en instrumentos extranjeros y títulos de deuda local. En 2020, las tasas de interés de los instrumentos de renta fija nacional cayeron, lo que contribuyó a la rentabilidad por la vía de las ganancias de capital. El retorno positivo de los multifondos, sin embargo, fue parcialmente contrarrestado por las pérdidas de las inversiones en acciones locales. En 2020, el retorno anual de los títulos accionarios locales medido por el IPSA cayó un 10,55%.
A nivel global, en 2020 hubo resultados mixtos: medidos en pesos, los mercados desarrollados subieron 9,21% y Latinoamérica cayó 19,36%. Asimismo, las bolsas de Estados Unidos y Alemania ganaron 10,66% y 8,31%, respectivamente, mientras que Japón avanzó 17,20% y China un 28,39%. Brasil, sin embargo, retrocedió 23,14%. En tanto, en 2020 el dólar se depreció frente al peso chileno un 4,48%, lo que repercutió negativamente sobre las inversiones en instrumentos extranjeros sin cobertura cambiaria.
Pixabay CC0 Public Domain. BID Invest apoya a las medianas empresas de la región andina con el Fondo HMC Deuda Privada Andina
BID Invest, el banco multilateral de desarrollo comprometido a promover el desarrollo económico de sus países miembros en América Latina y el Caribe a través del sector privado, firmó un compromiso de inversión de capital de hasta 20 millones de dólares en el Fondo de Inversión HMC Deuda Privada Andina, administrado por HMC, S.A. AGF.
El Fondo, con un plazo de hasta 7 años, proporcionará soluciones financieras a empresas medianas en Perú, Colombia y Chile, contribuyendo a cerrar la brecha de financiamiento en este segmento. El financiamiento estará dirigido a empresas que requieran soluciones financieras hechas a la medida y de mediano plazo, para respaldar oportunidades de crecimiento, o reactivación de sus operaciones en el caso de las empresas impactadas negativamente como resultado de la actual crisis sanitaria generada por el COVID-19.
Esta transacción busca aumentar la oferta de deuda privada, la cual consiste en una fuente alternativa de fondeo que complementa el financiamiento de la banca comercial, reduciendo la brecha de financiamiento disponible para empresas medianas.
Se espera que la interacción del Fondo con las empresas las prepare para un potencial uso del mercado de capitales en el mediano plazo, por medio de asesoramiento y una debida diligencia más detallada y enfocada en los requisitos para realizar emisiones en los mercados de capitales. La participación de BID Invest en el Fondo será clave para atraer más inversionistas institucionales y para que el Fondo alcance un tamaño que le permita ejecutar eficazmente su estrategia de inversión.
Adicionalmente, BID Invest brindará servicios de asesoría enfocados a fortalecer los esfuerzos de HMC para cerrar brechas de inclusión, diversidad y equidad de género en el Fondo, incluyendo el establecimiento de un programa de reclutamiento y tutoría de analistas diversos. Adicionalmente, se promoverá el uso de herramientas de diagnóstico y monitoreo de prácticas y políticas de igualdad de género a nivel del Fondo y, de manera selectiva, a nivel de las empresas del portafolio del Fondo.
Con esta transacción se espera contribuir a tres Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas: Igualdad de género (ODS 5), trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8) y reducción de las desigualdades (ODS 10).
Pixabay CC0 Public Domain. El nuevo año comienza con alboroto y sorpresa
El pasado miércoles una multitud de miles de ciudadanos afines a Trump asaltaron el Capitolio (Washington) -símbolo de la democracia estadounidense- en un intento infructuoso de obstaculizar el conteo de votos delColegio Electoral, que certificaba oficialmente la victoria de Joe Biden en la madrugada del jueves. Las consecuencias del ataque (donde4 personas perdieron la vida) generaban estupor entre congresistas (que huyeron buscando refugio) y medios de comunicación especializados y dejaban pasmado al resto del mundo.
Casi al mismo tiempo, pero a más de 1.100 kilómetros de distancia, los demócratas Jon Ossoff y Ralph Warnock se proclamaban vencedores en Georgia, y facilitaban la mayoría de su partido en el Senado al apuntarse el voto de la vicepresidenta, Kamala Harris (50+1). Más que una ola, una “olita azul”, porque si bien es cierto que, al menos, hasta 2022 mantendrán el control de ambas cámaras del Congreso, los demócratas tendrán un margen de maniobra limitado: empate técnico en la cámara baja y una mayoría débil en el House of Representatives (solo 11 diputados más que los republicanos, de los cuales al menos cuatro se han pronunciado de forma desfavorable respecto a algunas de las propuestas de campaña de Biden como el Green New Deal o la suspensión delvoto filibustero).
En cualquier caso, es razonable pensar, en base a su ideología, que Biden exprimirá su ventaja para posicionarse ligeramente a la izquierda del centrismo socialista que defendió Barack Obama.
Esto significa, en primer lugar, que la aplicación de propuestas fiscales más generosas es ahora más probable (máxime cuando las iniciativas políticas encaminadas al equilibrio presupuestario pueden ser aprobadas en el Senado con 50+1), y esto gusta a los inversores: un incremento en la cuantía de los cheques de estímulo a los hogares a 2.000 dólares (desde 600 dólares) y la ejecución del proyecto de leyHEROES de los demócratas (que podría significar ayudas adicionales que superen los 1,5 billones de dólares -trillones anglosajones-) podrían catapultar el crecimiento del PIB estadounidense en 2021.
No obstante, el efecto neto de la “olita azul” acabe muy probablemente resultando neutro (o ligeramente negativo) sobre la economía.
Recordemos que, sin quitar mérito al programa de gasto en infraestructura de 1 billón de dólares en 10 años que defiende el presidente electo, en EE.UU. ya se dedican 0,5 billones/año a este fin, de forma que el beneficio marginal de la iniciativa puede ser menor que el que parece estar descontando el mercado.
Adicionalmente, la nueva administración buscará cuadrar las cuentas, y para ello acudirá antes o después a las subidas de impuestos (para empresarios e individuos). Esta fue una piedra angular del discurso de Joe Biden a lo largo de toda su campaña; la tasa impositiva (efectiva) para empresas del S&P 500 se sitúa en el nivel más bajo de los últimos 30 años y la desigualdad social es cada vez mayor (la tasa marginal más alta es del 37% cuando la media desde 1920 ha estado cerca del 50%); el nuevo presidente buscará apuntarse el tanto con sus bases en un momento en el que, además, un incremento en la presión fiscal estaría justificado políticamente; de acuerdo alInstituto Pew, un 78% de los votantes azules y un 61% de los ciudadanos mayores de edad consideran que EE.UU. enfrenta un problema de desequilibrio socioeconómico.
Una subida moderada del ~4% en la tasa estatutaria del impuesto sobre sociedades (hasta 25%; antes de 2017) drenaría ~9 dólares a los beneficios por acción (BPA) que el S&P 500 producirá en 2021 (que el consenso estima serán de 168 dólares). Si somos más pesimistas y tomamos a Biden al pie de la letra, el impacto sobre el bolsillo de los empresarios resultaría más grave al movernos desde el 21% al 28% (o incluso por encima, con un mínimo efectivo del 15%). Este escenario, menos probable, restaría un 11% al BPA de las grandes multinacionales norteamericanas (18,5 dólares) impactando con especial virulencia sobre las de bienes raíces y de tecnología.
Para el ciudadano de a pie con rentas por encima de la media el panorama no es mucho más prometedor (el tipo más alto se movería hasta el 40%). Como ya hizo Trump con su Tax Cuts & Jobs Act, esta iniciativa tan solo necesitaría de una mayoría simple en el Senado (50+1) y podría ser aprobada en 2021 y puesta en práctica en el ejercicio fiscal 2022.
El efecto en el mercado de valores es confuso, pero la historia (como mostramos eneste foro el pasado mes de noviembre, no es favorable en los primeros dos años de un gobierno demócrata con mayoría en el Congreso). Las ondas expansivas serán más evidentes a nivel sectorial, vía expectativas de inflación y pendiente de la curva (cosa que, por cierto,la Fed ve con buenos ojos, que nosotros anticipamosaquí y que comienza a serconsenso entre analistas e inversores profesionales).
Un mayor estímulo, un dólar más débil y lecturas de inflación más altas ayudarán a industriales, materiales básicos y bancos y perjudicarán a tecnológicas y compañías de crecimiento en general. Asimismo, es probable que los inversores exijan una mayor prima de riesgo a empresas farmacéuticas y de salud; la reactivación del Obamacare (Affordable Care Act) será una prioridad para los demócratas, que buscaran limitar el incremento en el precio de las medicinas y estimular el uso de genéricos y de producto importado más barato.
El aumento en el déficit y su impacto positivo en el crecimiento a corto plazo es, sin embargo, negativo para el dólar americano. Con una Reserva Federal que se mantiene firme en su intención de no cambiar de política hasta 2023, es probable que el impulso al crecimiento levante las expectativas de inflación y ejerza presión a la baja sobre los tipos de interés reales. Esto es positivo para el rendimiento relativo de la bolsa europea respecto a la norteamericana y también refuerza los argumentos para seguir apostando por el oro – a pesar de su reciente comportamiento- como activo diversificador del riesgo del portafolio.
Pixabay CC0 Public Domain. Crecimiento económico y más estímulo fiscal tras el ruido político en Estados Unidos
Tras el episodio vivido esta semana en el Capitolio, llega un nuevo giro en la política estadounidense: Donald Trump se muestra indignado por lo ocurrido y reconoce su derrota, comprometiéndose a garantizar una transición ordenada. En un contexto más relajado, el foco vuelve a situarse en lo relevante: el control de la pandemia y las oportunidades de inversión que traerá la administración Biden.
Los analistas Banca March destacan el buen comportamiento que tuvieron ayer las bolsas del país, que dejaron a un lado lo ocurrido y marcaron nuevos máximos históricos. “La renta variable de Estados Unidos parece así descontar nuevas políticas expansivas, que traigan consigo una reactivación del crecimiento y el retorno a ciertos niveles de inflación”, señalan en su análisis diario.
El que sí ha sufrido ha sido durante este evento político ha sido el dólar, muestra de ello fue la caída de medio punto del índice DXY el pasado 6 de enero. “Esta acción crea un precedente de crisis constitucional severo en los EE.UU., provocando una mayor desconfianza en el dólar y otros activos domésticos”, explican los expertos de Monex Europe, que además destacan: “En el ámbito fiscal, este resultado podrá permitir a los demócratas llevar a cabo un programa de estímulos favorable a la recuperación de la economía y del mercado laboral, lo que quita presión de la Reserva Federal como protagonista en el frente de política económica. En consecuencia, podría esperarse un rebote del dólar en el horizonte de mediano plazo”.
En este sentido, Keith Wade, economista jefe de Schroders, recuerda que el control del Senado y la Cámara de Representantes por parte del Partido Demócrata le permitirá a Joe Biden implementar gran parte de su agenda. En este sentido, señala que aunque los acontecimientos del miércoles por la noche significan que continúan los riesgos para una transición tranquila de poder, la probabilidad de una recuperación global en forma de V ha aumentado.
“Si bien todavía hay por delante un invierno difícil, con el aumento de los contagios por COVID-19, y habrá que ver los detalles del estímulo fiscal, los multiplicadores normales sugerirían añadir un punto porcentual al PIB de EE.UU. este año y el próximo. Esto llevaría nuestras previsiones al 4,8% y al 4,5% para 2021 y 2022, respectivamente (desde el 3,8% y el 3,5%). Tal crecimiento reduciría el desempleo y cerraría la brecha de producción más rápidamente, lo que a su vez significaría una mayor presión inflacionaria. En consecuencia, se buscaría un aumento más temprano de los tipos de interés de la Reserva Federal, potencialmente en 2023, en vez de 2024”, argumenta Wade.
También se espera que la nueva administración realice un mayor gasto fiscal. “Las implicaciones políticas del llamado blue sweep son numerosas. Esperamos que la administración de Joe Biden, con mayoría en el Congreso, impulse una ayuda fiscal adicional relativamente pronto. Después del paquete de 900.000 millones de dólares aprobado a finales de diciembre, se podría acordar una ayuda fiscal adicional de emergencia de hasta 1 billón de dólares cuando el nuevo gobierno asuma el poder, incluyendo transferencias más generosas a los hogares estadounidenses. Esto conducirá a un mayor repunte del consumo cuando las perturbaciones del COVID-19 se alivien y estimulará el crecimiento en el segundo y tercer trimestre por encima de nuestras previsiones reales”, explica Sandrine Perret, economista de Vontobel Wealth Management.
Además, Perret considera que, en una segunda etapa, Biden impulsará un paquete de gastos en infraestructura con una inclinación de inversión verde a finales de este año. “Por último, podrá aprobar un aumento del impuesto de sociedades para las grandes empresas. Aquí la ley final probablemente será diluida de la propuesta inicial de un aumento al 28% (desde el 21%), dada su escasa mayoría en el Congreso y los demócratas moderados nombrados en el gabinete de Biden”, añade.
“Más allá de la política fiscal, la atención de los inversores se centrará ahora en otras áreas del programa político demócrata, como el gasto en infraestructura, los aumentos de los salarios mínimos y una mayor intervención reguladora en una serie de industrias clave”, comenta Paul O’Connor, responsable de Multiactivos en Janus Henderson. Su compañero Matt Peron, director de análisis de Janus Henderson y Jim Cielinsky y responsable global de renta fija, destaca que el estímulo fiscal ayudaría a apoyar la economía y podría compensar los efectos negativos de una regulación más estricta y unos tipos impositivos más elevados. «Ambos elementos del programa demócrata. Estas medidas podrían verse retrasadas por la pandemia, mientras que las tendencias seculares de crecimiento y la política monetaria ultramoderna siguen siendo fuerzas igualmente fuertes en la economía«, añade Peron.
En opinión de Christine Todd, directora de renta fija EE.UU. en Amundi, y de Paresh Upadhyaya, director de estrategia de divisas y gestor de fondos EE.UU. en Amundi, un mayor estímulo fiscal y la consiguiente emisión de bonos, así como un posible presupuesto de infraestructura, presionarán al alza los rendimientos estadounidenses. «La curva debería continuar empinándose a medida que aumenten las expectativas de un crecimiento más sólido y la tasa de los fondos federales se mantiene cerca de cero. Los diferenciales crediticios corporativos pueden estar respaldados inicialmente por un mayor gasto en estímulos y una demanda contenida de los servicios. Posteriormente, afrontarán un viento en contra con una rentabilidad más débil asociada con mayores gastos impositivos, los costes del endeudamiento y la regulación. El QE de la Fed seguirá respaldando los agency mortgage-backed securities (MBS). El riesgo de dislocaciones crediticias en las finanzas de los gobiernos estatales y locales es materialmente menor con los Demócratas impulsando la asignación de estímulos adicionales. Si bien los incrementos de productividad podrían servir para contrarrestar las presiones inflacionistas a medio plazo, el aumento de los déficits y la debilidad del dólar respaldan a largo plazo una mayor inflación en Estados Unidos. Es probable que el mercado bajista del dólar estadounidense gane momentum, ya que el creciente déficit presupuestario lastra al dólar«, explican ambos.
Biden, sin carta blanca
Pese a que el ruido político se ha calmado y la victoria de los demócratas no tiene discusión, Biden tiene por delante un laberinto político que sortear para sacar todas sus medidas con éxito. Según explica David Page, jefe de Macro Research de AXA Investment Managers, el control demócrata del Senado es un hecho material e inesperado. Sin embargo, Page advierte que no le dará a Joe Biden carta blanca para aplicar su manifiesto.
“En primer lugar, este control permitirá a los demócratas controlar la agenda del Senado, lo que significa que elegirán qué temas se votarán (y cuáles se pueden evitar). En segundo lugar, le dará a los demócratas una mayoría en los comités. Sin embargo, el control demócrata es muy débil. Cualquier complicación, desde las ausencias de Covid a las renuncias prematuras o las muertes eliminaría esta mayoría. Además, los demócratas (e independientes) tendrían que estar unidos para garantizar una mayoría, algo que no se puede garantizar en una variedad de temas. Lo que es más importante, los demócratas están muy por debajo de la supermayoría (60) necesaria para impedir el filibusterismo republicano, que puede bloquear eficazmente la aprobación de legislación”, explica Page sobre el contexto político.
Y añade como conclusión: “Dicho esto, los demócratas todavía pueden utilizar el llamado proceso de reconciliación para aprobar legislación con una mayoría simple, aunque las condiciones en que se puede aplicar la reconciliación han cambiado en el último decenio y son restrictivas”.