La demanda de fondos de mercados frontera domiciliados en Europa recupera ritmo tras el impacto de la pandemia

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La demanda de los inversores de fondos domiciliados en Europa que invierten en mercados frontera ha mejorado en 2021, pero las perspectivas siguen siendo dispares, según recoge Cerulli Associates en uno de sus últimos informes. Según explican, los mercados fronterizos presentaban oportunidades para los inversores antes de la pandemia, pero los riesgos asociados a la inversión en estos mercados son considerables, lo que ha contribuido a reducir el apetito inversor a lo largo del año pasado y de este.

«Los riesgos existentes antes de la pandemia, combinados con la incertidumbre que rodea el COVID-19, no fueron un buen augurio para la demanda de inversión en los mercados fronterizos el año pasado. Dada la incertidumbre en torno a la pandemia, los inversores buscaron inversiones más seguras y menos arriesgadas orientándose hacia los mercados desarrollados. Aunque los flujos hacia los fondos domiciliados en Europa que invierten en mercados fronterizos volvieron a ser positivos en los primeros seis meses de 2021, las perspectivas para los mercados fronterizos siguen siendo mixtas, ya que los inversores siguen preocupados por las continuas perturbaciones que la pandemia del COVID-19 ha provocado en estos mercados», explica Fabrizio Zumbo, director asociado de análisis de activos y wealth managemente europeo. 

El informe de la Cerulli Associates indica que los inversores están preocupados por el impacto del coronavirus en las economías de los mercados fronterizos, donde el despliegue de las vacunas es lento. «El turismo, que contribuye de manera fundamental al PIB de muchos mercados fronterizos, se ha visto muy afectado por las restricciones a los viajes internacionales. Además, los cierres han interrumpido masivamente las cadenas de suministro, lo que ha afectado a las empresas de los mercados fronterizos y ha mermado el apetito de los inversores. De esta manera, indican que la preocupación por la lentitud en el despliegue de las vacunas y la continuación de los cierres persistirá entre los inversores en fondos de mercados fronterizos en un futuro previsible», sostiene el documento en sus conclusiones.

No obstante, el estudio señala que los gestores de activos no han realizado cambios significativos en cómo y dónde invierten en los mercados fronterizos. Los gestores siguen apostando por invertir en empresas que se centran en temas como la inclusión financiera, la atención sanitaria y lo digital. Los inversores están especialmente interesados en los mercados fronterizos africanos debido a la infraestructura subdesarrollada del continente y a la creciente clase media.

PEP y SSRP en Estados Unidos

En EE.UU., los recientemente introducidos Planes de Empleadores Agrupados (PEP) y los planes de jubilación patrocinados por el Estado (SSRP) podrían crear un nuevo impulso para los administradores más pequeños. Con el tiempo, los PEP podrían convertirse en una opción atractiva para las pequeñas empresas y, con 46 de los 50 estados de EE.UU. adoptando o considerando los SSRP, es probable que más pequeñas empresas tengan pronto acceso a esta opción. En muchos sentidos, los SSRP pueden servir como «ruedas de entrenamiento» del plan de jubilación para las pequeñas empresas que, con el tiempo, se graduarán en planes de jubilación más complejos. Para los gestores, esto representa una oportunidad de retener a estas organizaciones como clientes en un momento crítico de la evolución de sus programas de beneficios y su crecimiento como empleadores.

En Asia, la rivalidad entre Hong Kong y Singapur se ha extendido a los ámbitos de la inversión ecológica y la gestión del patrimonio. Dadas las perspectivas positivas de la gestión de patrimonios en la región y los continuos esfuerzos regulatorios, Cerulli cree que hay buenas oportunidades para que tanto el Puerto Fragante como la Ciudad del León se hagan con una parte importante del pastel mundial de los grandes patrimonios. Los gestores de activos de ambos centros financieros pueden ganar negocio de las oficinas familiares desarrollando relaciones con los bancos privados, ya sea directamente o a través de sus equipos institucionales.

De SFDR a MiFID II: los asesores descifran la normativa para hacer más accesible la ISR

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Pixabay CC0 Public Domain. El asesor financiero se convierte en guía de la ISR haciendo fácil el laberinto de la normativa

La regulación en torno a la inversión sostenible es una carrera de relevos, ya que se va modificando y actualizando según las necesidades que detectan los reguladores. Por ahora, una de las metas que tienen en la mente las gestoras es el 2 de agosto de 2022, día en el cual los distribuidores y asesores necesitarán ser capaces de ofrecer carteras ESG aptas para MiFID II a los clientes con preferencias por la sostenibilidad.

El gran catalizador de la regulación de estos últimos años responde al compromiso político por parte de los países, en particular la Unión Europea, pero también a que los clientes están pasando a la acción. Desde Nordea AM destaca que la “sostenibilidad está en lo más alto de la agenda”. Según los datos de su última encuesta, el 89% de los encuestados considera que la sostenibilidad es un tema que la sociedad debe abordar y un 77% cree que sus decisiones de inversión pueden tener una influencia importante en ello. 

Esta declaración de intención tiene una traducción práctica, ya que el 76% de los inversores encuestados reconoce que ha aumentado su exposición a inversiones ESG en los últimos 12 meses. “Para los inversores más jóvenes, lo que más les importa es la parte social de sus inversiones y las oportunidades de inversión en la parte de derechos humanos”, explica Lorenzo González, director de ventas institucionales de Nordea AM

En su opinión, en este encaje entre los intereses del inversor, la regulación y la ISR, los asesores financieros tienen un rol central, ya que se les considera la fuente más importante de información ESG. Según los datos de su encuesta, el 97% de los clientes percibe que el nivel de conocimiento de su asesor es bueno o muy bueno, y un 31% como muy bueno. González considera que se han convertido en un elemento clave a la hora de enfrentarse a los tres principales obstáculos de la inversión ISR: la falta de experiencia, la falta de información y la falta de productos atractivos. 

¿Qué ha facilitado la normativa?

En opinión de Cristian Balteo, especialista senior de producto en Nordea AM, la normativa trata de aumentar la transparencia y limitar el greenwashing, reforzando así la confianza del inversor y que los productos se alineen con sus intereses. “De cara al inversor, la entrada en vigor del reglamento SFDR en la Unión Europea ha hecho una diferenciación muy clara entre inversiones que son sostenibles, bajo el artículo 9; aquellas que tiene características ESG, contempladas en el artículo 8; y otros productos financieros, contemplados en el artículo 6”, resume el experto. 

De cara al próximo año, el reto que tendrán los asesores financieros y los distribuidores de fondos es adecuarse a los cambios que habrá en MiFID II y que entrarán en vigor a partir de agosto de 2022. “Los asesores tendrán que determinar si el cliente tiene preferencias en materia de sostenibilidad. Y si la respuesta es sí, puede ofrecerles únicamente productos adecuados para clientes con preferencias de sostenibilidad. Por lo que deberán confeccionar listas de productos aptos. Por su parte, las gestoras deberán cribar y revisar sus productos”, señala Balteo. 

La complicación reside, según el experto, en que no siempre los productos que cumplen con el artículo 8 del reglamento SFDR son los requerimientos que se van a establecer en la revisión de MiFID II. “Sería esperable que entre MiFID II y el reglamento SFDR hubiera cierto alineamiento. Pero lo que vemos es que solo los fondos bajo el artículo 9 serían aptos, pero los que estén bajo el artículo 8 no tienen por qué. Esto ocurre porque MiFID II se centra más en cómo es la estrategia del producto y no tanto con una clasificación”, explica. 

En concreto, MiFID II exigirá que los fondos cumplan alguno de los tres requerimientos para ser ofrecidos a un inversor sostenible. Estos requisitos son: proporción mínima de inversiones sostenibles; proporción mínima de inversiones alineadas con la taxonomía; y reflexión sobre las PIA (Principales Incidencias Adversas), en las que el cliente establece los elementos empleados para validar la reflexión. “El tema central estará en ver en qué medida los fondos bajo el artículo 8 del reglamento SFDR cumplen esos tres requisitos cuando el inversor indique en su test de idoneidad que quieren incluir inversiones sostenibles en su cartera”, añade Balteo.  

Por último, el experto destaca que un cambio positivo tiene que ver con las PIA. Según indica, “esto ha provocado que las gestoras oficialicen cómo están integrando la ESG en los fondos. Miden cuantitativamente el impacto de su ESG en aspectos concretos y obliga a reportar el impacto adverso. Además, tener esos datos te lanza a hacer un buen trabajo de engagement con las compañías”. Y destaca que en Nordea AM han montado una “maquinaria” para reportar ese impacto año a año.

Las grandes compañías ajustan sus protocolos ante el avance de Ómicron

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El aumento de los contagios a causa de la nueva variante Ómicron ha llevado a las firmas de Wall Street y otras compañías a reconsiderar sus planes de regreso a la oficina.

Morgan Stanley les dijo a los empleados que tenían que estar en la oficina durante las dos primeras semanas de enero que se cubrieran la cara cuando no estuvieran en sus escritorios y que limitaran las reuniones grandes en persona.

«Esta guía se aplica a todos los lugares (incluso aquellos donde todos están completamente vacunados)», solicitó a los empleados en un memorando emitido por la entidad esta semana, informa Advisorhub.

Además, el texto exclamaba que «siempre se recomienda el uso de máscara para cualquier persona que tenga un mayor riesgo o que tenga un miembro del hogar que no esté vacunado o que tenga un mayor riesgo».

Por otro lado, Citi anunció la semana pasada a los empleados, que sus tareas se lo permitan, del área metropolitana de Nueva York que podrían volver a trabajar desde casa durante las vacaciones de invierno.

Jefferies Financial Group, en cambio, pidió a sus empleados que trabajaran de forma remota y recibieran un refuerzo de la vacuna para fines de enero, y el director ejecutivo Rich Handler se puso en cuarentena después de dar positivo a principios de este mes, informa el medio especializado.

Si bien la nueva variante no es de alto riesgo para quienes esten vacunados, es altamente contagiosa, lo que ha llevado a que se suspendan cientos de vuelos por las vacaciones y muchas empresas y servicios esten tomando nuevas medidas para evitar contagios masivos.

 

 

Santander destinará 6.000 millones de dólares a transformación digital y tecnología hasta 2024 en Latinoamérica

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Banco Santander anunció que destinará unos 6.000 millones de dólares (5.300 millones de euros) a la transformación digital y tecnología entre 2022 y 2024 en Latinoamérica para expandir el negocio y seguir mejorando el servicio al cliente.

En un encuentro con periodistas latinoamericanos, la presidenta de Banco Santander, Ana Botín, confirmó la inversión y destacó la importancia de la región para el grupo: «Latinoamérica forma parte de nuestra historia y de nuestro presente, y será una parte importante de nuestro futuro. La región cuenta con los recursos, el capital social y la experiencia necesaria para progresar y vamos a apoyar a las comunidades, los clientes y las empresas en la región, como hemos hecho durante las últimas tres décadas».

Latinoamérica representa el 40% del beneficio de Santander, que da servicio a casi 80 millones de clientes (de los 152 millones que tiene el grupo) en la región, principalmente en Brasil, México, Chile, Argentina y Uruguay.

Además, en Latinoamérica trabajan la mitad de los 193.000 empleados del grupo. En Brasil, el retorno sobre el capital tangible (RoTE) ha aumentado hasta el 22% actual desde el 14% de 2015. Recientemente, la entidad también ha recomprado o presentado ofertas para recomprar participaciones de sus bancos locales en Brasil en 2014 o México y Argentina en 2021.

En el Investor Day de Santander en abril del 2019, Santander anunció que invierte 5.000 millones de euros (unos 5.600 millones de dólares) al año en todo el mundo en transformación digital y tecnología.

Botín señaló que la transición energética representa una oportunidad para Latinoamérica por el uso intensivo de materias primas que abundan en la región, que cuenta con el 30% de las reservas mundiales de agua, el 25% de las reservas mundiales de cobre, el 15% de las de hierro, tierras raras, plomo, entre otros.

Santander ha avanzado en inclusión financiera en los últimos años en Latinoamérica. Sus programas de microfinanzas Tuiio y Prospera han concedido créditos a cerca de 1,5 millones de personas desde su creación, dentro de sus planes de ofrecer acceso a servicios financieros a más de 10 millones de personas entre 2019 y 2025.

Además, Santander da servicio a más de 700.000 clientes por medio de Superdigital, una plataforma de inclusión financiera cuyo objetivo es llegar a cinco millones de clientes activos para 2023 en varios países latinoamericanos, como Argentina, Brasil, Chile, México, entre otros.

 

Argentina: el ancla que no fue (y los peligros de que intente serlo en el futuro)

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La brecha cambiaria entre el peso y el dólar sigue siento del principal problema de la economía argentina, y como muestran los analistas de Ecolatina, este año electoral los intentos del gobierno de establecer un ancla cambiaria fracasaron. Nuevamente, la clave está en restablecer la confianza y para ello sería esencial un amplio consenso político y un acuerdo con el FMI:

Una inflación acelerada

Con la normalización de la actividad económica y la demanda de dinero tras la etapa de restricciones más estrictas, el impacto rezagado del financiamiento monetario del déficit y la suba de precios internacionales, la inflación en Argentina se aceleró sustancialmente: pasó de promediar 3,1% en el segundo semestre de 2020 al 4,1% -con un máximo del 4,8% en marzo- en los primeros cuatro meses de este año. Ante el temprano desvío respecto de la meta oficial (29%) y los peligros de un mayor deterioro del poder de compra ante la aceleración inflacionaria en un contexto de año electoral, el Banco Central respondió modificando su estrategia cambiaria y transformó el tipo de cambio oficial en la principal ancla nominal de la economía para intentar contener la escalada de los precios.

¿El fin del ancla cambiaria?

De este modo, el dólar oficial pasó de correr casi al mismo ritmo que la inflación para quedar “anclado” en un 1,1% mensual promedio en los últimos siete meses. Sin embargo, y aun contando con la ayuda del congelamiento de precios reciente y del fuerte atraso de precios regulados (corren 10 p.p. por detrás del nivel general en el 2021, 42 p.p. desde diciembre 2019), la inflación se mantuvo en niveles muy elevados, sólo logrando bajar un pequeño escalón: del 4,1% promedio en el primer cuatrimestre del año retornó a la zona del 3% promedio de los últimos siete meses. Como consecuencia, la competitividad cambiaria cayó varios pisos: el tipo de cambio real multilateral se volvió un 17% menos competitivo en lo que va del año y el 2021 será el año de mayor atraso cambiario real de los últimos 13 años.

Esta heterogeneidad nominal, en un contexto electoral y de elevada incertidumbre, hizo eclosión en el mercado cambiario (acentuando la demanda de divisas) y el BCRA debió desprenderse de las reservas que había acumulado en la primera parte del año -en parte gracias al boom de precios internacionales y el ingreso de DEGs- para sostener la estrategia.

Finalizada la dinámica electoral, la situación del mercado de cambios oficial mostraba importantes vulnerabilidades: un elevado nivel de brecha cambiaria de casi 100% (más de 40 puntos superior a la brecha promedio del 2015), un muy limitado margen de maniobra en materia de reservas (caen un 55%/67% desde diciembre 2019 – según si se contemplan o no los DEGs ya descontando el pago al FMI de diciembre – y se dirigen a niveles mínimos históricos) y la credibilidad del Gobierno deteriorada (en noviembre el Índice de Confianza en el Gobierno de la UTDT marcó el menor nivel de los últimos dos años y cae un 26% desde la asunción del Gobierno).

En este contexto, en los últimos días la autoridad monetaria pasó de defender el ancla cambiaria sacrificando reservas a defender las reservas sacrificando el ancla: luego de los comicios se tomaron varias medidas apuntadas a apuntalar el stock de reservas (fin de las cuotas en pasajes al exterior, modificación de la PGN de los bancos, fin de la intervención en el dólar MEP) y en paralelo comenzó a acelerar el ritmo de depreciación del dólar oficial.

¿Sigue siendo “competitivo” el nivel actual del tipo de cambio real?

Durante el 2020 el tipo de cambio oficial corrió en gran medida a la par de la inflación (se apreció menos de un 3% punta a punta). Esto permitió que el tipo de cambio real multilateral (TCRM) no pierda el nivel de competitividad que recibió el Gobierno en diciembre 2019. Incluso, al analizar la evolución histórica del TCRM post-Convertibilidad, el nivel de diciembre 2020 estaba en línea con el promedio histórico, es decir, a mitad de camino: ni muy apreciado, ni muy depreciado. Lamentablemente, el atraso electoral afectó la competitividad cambiaria en 2021. Pero, a pesar del deterioro del 2021, se argumenta que el mismo sigue ubicándose en niveles competitivos: ¿lo sigue siendo?

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Si bien desde la salida de la Convertibilidad a la fecha en casi un 80% del tiempo el TCRM fue más competitivo que el actual, el nivel de hoy se ubica en torno al promedio de la última década y 40% por encima del nivel mínimo alcanzado en 2015. Asimismo, si solo contemplamos años de cepo recientes (2012-2015 y el período vigente), el nivel actual del TCRM está en línea con el promedio de dichos años. Entonces, a pesar del retraso que el tipo de cambio oficial tuvo contra la inflación en 2021, pareciera que aún se cuenta con “colchón” cambiario. Sin embargo, este “colchón” puede continuar erosionándose por dos motivos.

En primer lugar, porque a pesar de la reciente aceleración del ritmo de depreciación, el dólar oficial continúa corriendo muy por detrás de los precios, por lo que la estrategia actual sólo reduce la velocidad del deterioro de la competitividad cambiaria, pero no lo interrumpe. En segundo lugar, porque incluso aunque se detenga la apreciación en 2022, en el electoral 2023 podrían volver a surgir presiones e incentivos para volver a utilizar al dólar oficial como ancla nominal.

Si esto último ocurriese, ¿es suficiente el colchón? Aún si el Banco Central lograse mantener el nivel actual del TCRM estable durante todo el 2022, si nuevamente se viera políticamente obligado a repetir el atraso del 2021 en el 2023, prácticamente se agotaría por completo la competitividad cambiaria ganada en años recientes: se arribaría a un TCRM tan solo un 13% superior al de diciembre 2015. En este escenario podría ponerse en jaque a la competitividad real del tipo de cambio y condicionando el superávit externo actual.

Conclusiones

Para reducir las tensiones cambiarias actuales, frenar con la pérdida de competitividad cambiaria real -e incluso intentar recomponerla- es condición necesaria, pero no suficiente. La brecha del orden del 100% sigue siendo uno de los principales problemas a resolver en materia cambiaria: la misma refleja la incertidumbre a corto y mediano plazo, potenciando las expectativas de devaluación y la consecuente demanda de divisas para cobertura.

En este sentido, restaurar la credibilidad con un amplio consenso político respecto del rumbo económico de los próximos dos años y alcanzar un acuerdo con el FMI que aleje la probabilidad de entrar en una situación irregular de deuda son insumos necesarios para apuntalar la confianza, despejar la incertidumbre y descomprimir tanto el frente financiero como la demanda de divisas para cobertura, que en última instancia son factores los que empujan la brecha cambiaria. Estos elementos son además insumos necesarios que la actual trayectoria cambiaria que el BCRA intenta administrar pueda ser llevada a cabo sin sobresaltos.

 

 

El aumento de la riqueza proporciona una plataforma sólida para el crecimiento de EE.UU.

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La economía estadounidense se ha recuperado notablemente bien del colapso inicial de la actividad provocado por la pandemia, dice un informe de ING Bank.

La economía es ahora alrededor de 1,4 puntos porcentuales más grande que antes de comenzar y, aunque todavía hay millones menos de puestos de trabajo, el repunte del empleo también es impresionante.

Sin embargo, a pesar de todo el daño económico, los datos de flujo de fondos de hoy de la Fed muestran que la riqueza de los hogares ha aumentado en 29,4 billones (o trillions en idioma anglosajón) desde fines de 2019 y, de hecho, ha aumentado 35,5 billones desde el punto más bajo del primer trimestre de 2020.

Los activos no financieros, principalmente bienes raíces, pero también automóviles, joyas y equipos, ahora totalizan 48,6 billones de dólares frente a 40 billones a fines de 2019. Mientras tanto, los activos financieros suman 114 billones, frente a 93,4 billones en 2019, un aumento del 22% en 21 meses.

Dentro de los activos financieros, las categorías más grandes son acciones corporativas y fondos mutuos (42,6 billones) fondos de pensión y vida (32,9 billones), capital de pequeñas empresas (14,4 billones) y depósitos a plazo y de ahorro (10,7 billones).

Los balances de los hogares nunca han sido más sólidos

Es cierto que la mayoría de los aumentos de riqueza se habrán producido en hogares con mayores ingresos y ya ricos, ya que habrán invertido mucho en las clases de activos «ganadoras».

La mayor contribución a las ganancias de riqueza financiera provino de las acciones corporativas y los fondos mutuos debido principalmente a la recuperación del apetito por el riesgo y al alza de los mercados de acciones gracias a un estímulo sin precedentes de la Fed y del gobierno. Las mismas razones llevaron a buenos resultados para los fondos de pensiones y seguros de vida. Por el contrario, el valor de las tenencias de títulos de deuda ha disminuido debido a que los bajos rendimientos llevaron a los inversores a vender.

Además, los hogares con mayores ingresos y más ricos gastan proporcionalmente más en servicios y «experiencias» como viajes, salir a comer, teatro y cine, cosas que las medidas de contención de COVID-19 han evitado. En consecuencia, es probable que hayamos visto un aumento significativo en el ahorro no planificado entre este grupo con el dinero invertido en varios activos financieros y físicos.

También hubo un aumento sustancial de la riqueza en efectivo, cuentas corrientes y depósitos de ahorro. Dadas las tasas de interés tan bajas que se pagan sobre los saldos, podemos decir con seguridad que esto se debió abrumadoramente a que las personas pusieron cada vez más dinero en estas cuentas: 3 billones de dólares desde el primer trimestre de 2020 y 3,4 billones desde el cuarto trimestre de 2019.

Los hogares de menores ingresos también se habrán beneficiado en cierta medida con los cheques de estímulo del gobierno de 1.200, 600 y 1.400 combinados con beneficios de desempleo extendidos y mejorados que contribuyeron a aumentos significativos en los ingresos familiares durante los últimos 18 meses.

Esto se puede ver en el cuadro a continuación con las barras naranjas que representan el aumento de ingresos de los cheques y las barras grises que representan los beneficios por desempleo ampliados.

Un documento del NBER (Buró Nacional de Investigación Económica, según sus siglas en inglés) calculó que el 69% de los beneficiarios de prestaciones por desempleo en realidad ganaban más dinero estando desempleados que cuando estaban trabajando.

El beneficiario medio recibió el 134% de su compensación previa después de impuestos. Es alentador que ahora estamos viendo un crecimiento positivo de los ingresos a partir de sueldos y salarios más altos y, con suerte, esto significará que los ingresos pueden seguir aumentando a pesar de la reducción de las prestaciones por desempleo adicionales.

Más municiones para gastar

Dado que el crecimiento del empleo parece resistente y un aumento de los ingresos cada vez más evidente a medida que las empresas compiten por el personal, las perspectivas para el gasto de los consumidores siguen siendo positivas. La evidencia actual de una mayor acumulación masiva de riqueza solo se suma a la munición de gasto potencial del sector doméstico, lo que nos da más confianza en que la economía de EE.UU. puede expandirse en más del 4% en 2022.

HSBC Uruguay emitió Notas de Crédito Hipotecarias en UI por el equivalente a 19,8 millones de dólares

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El banco HSBC Uruguay colocó la segunda serie de su segundo programa de emisión de Notas de Crédito Hipotecarias en unidades indexadas (UI) por el equivalente a 19,8 millones de dólares a través de la Bolsa Electrónica de Valores de Uruguay (BEVSA).  

Los fondos obtenidos de la colocación serán destinados por el HSBC a la financiación de créditos hipotecarios para la construcción o adquisición de viviendas.

La serie de Notas de Crédito Hipotecarias suscrita a través del procedimiento de licitación de BEVSA, recibió una demanda total de 272 millones de UI (unos 31,6 millones de dólares) para los UI 170 millones ofrecidos, a un precio medio de 100,49, con un máximo de 103,58 y un mínimo de 93,40.

La emisión se realizó en dos tramos: uno mayorista competitivo inicialmente por el 90% de la emisión, unos 153 millones de UI (17,8 millones de dólares), con adjudicación mediante sistema inglés, donde a cada orden se le adjudica el precio que ofrece hasta completar el monto a emitir. El precio de las ofertas presentadas en ese tramo determinó un precio de 101,94 para la colocación en el tramo minorista no competitivo, que finalmente no tuvo demanda, por lo que asignó la totalidad de la emisión en el tramo competitivo.  

De esta forma, la adjudicación de los 170 millones de UI se realizó en el tramo mayorista con un precio medio de 101,81, y un precio mínimo adjudicado de 100,67, determinando en promedio una tasa interna de retorno efectiva anual para el inversor del 2,95%anual en UI.

La colocación realizada bajo el segundo programa de emisión de Notas de Crédito Hipotecarias de HSBC tiene un plazo de 25 años contados desde el día de la emisión. La tasa de interés de la emisión de la serie II es de 3,09% anual, calculado a partir del nodo de 15 años de la curva en UI (CUI) del décimo día hábil anterior a la emisión más 25 puntos básicos, y se amortizará el capital en 50 pagos semestrales, iguales y consecutivos. El programa recibió la calificación de riesgo AAAsf (uy) por parte de Fix SCR Uruguay Calificadora de Riesgos SA.

“Realizamos en el día de ayer la quinta colocación de Notas de Crédito Hipotecarias en unidades indexadas en el mercado local; en esta oportunidad por un equivalente a 19,8 millones de dólares y a 25 años de plazo. Los fondos obtenidos de esta colocación se destinarán a la financiación de créditos para vivienda. Agradecemos el apoyo de BEVSA y la confianza que los inversores continúan depositando en nuestra institución. Desde hace más de 20 años estamos comprometidos con el crecimiento del país y con los uruguayos que confían en nosotros para concretar el sueño de la casa propia”, comentó Geoffrey Fichte, Gerente General de HSBC en Uruguay.

“Una vez más tenemos la satisfacción de aportar el ámbito para la colocación y operativa de una herramienta como las notas de crédito hipotecarias que permiten canalizar fondos de mercado para brindar a los uruguayos la posibilidad de tener una vivienda”, afirmó Eduardo Barbieri, gerente general del BEVSA.

 

La gestora Imantia y el custodio de criptoactivos Onyze, seleccionados en la II edición del sandbox

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Pixabay CC0 Public Domain. blockchain

Imantia, gestora de fondos de inversión y pensiones que basa su negocio en la experiencia e innovación, y Onyze, plataforma española de custodia de criptoactivos, han sido seleccionados en la II edición del sandbox, el espacio controlado de pruebas promovido desde el Gobierno de España para probar proyectos de base tecnológica en el ámbito financiero.

La iniciativa Imantia-Onyze, una de las cuatro elegidas por la Secretaría General del Tesoro y Financiación Internacional, consiste en la creación del primer fondo de finanzas descentralizadas (DeFi) de préstamos. Concretamente, la política del fondo será invertir en el mercado de préstamos descentralizados a través de las stablecoins, un activo que minimiza la volatilidad de los activos digitales al ligar su valor al dólar.

El objetivo de rentabilidad del fondo será el tipo de interés generado en el mercado de préstamos de stablecoins. Actualmente, los protocolos de lending de DeFi permiten generar unas rentabilidades que están muy lejos de los tipos negativos existentes ahora mismo en el mercado convencional, situándose entre el 5% y el 10% de interés.

Criptoeconomía accesible

Mario Díaz, director de desarrollo de negocio de Imantia, señala que “queremos que la criptoeconomía sea accesible a los inversores. Es un mercado con un gran potencial, los primeros activos digitales (como el bitcoin) ya están consolidados y vemos que el desarrollo de servicios financieros a través de blockchain y de los activos digitales ha provocado un crecimiento exponencial con gran recorrido”.

La propuesta de Imantia-Onyze es entrar en el mercado desde el lado más estable: no con el valor directo de las cripto, sino con el valor del préstamo y de la utilidad.

Álvaro Alcañiz, COO y cofundador de Onyze, explica que «hace tiempo que el mercado de los criptoactivos han dejado de ser únicamente bitcoin, y una gran muestra de ello es al amplio espectro de productos financieros que están surgiendo de la mano de esta nueva generación de activos digitales. En Onyze hemos tenido claro desde nuestro origen que nuestro objetivo es formar parte de esa vanguardia. Y para ello, debemos trabajar con entidades que comparten ese mismo espíritu; dando como resultado proyectos tan ambiciosos como este».

Según Imantia y Onyze, el paso lógico es trasladar las reglas del mercado convencional a la criptoeconomía, a la tokenización y al regulador.

Ninety One: “La volatilidad crea una gran cantidad de oportunidades en las valoraciones de la renta fija emergente corporativa”

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Victoria Harling Ninety One
Victoria Harling, responsable de deuda emergente corporativa en Ninety One. Victoria Harling, responsable de deuda emergente corporativa en Ninety One

En el último trimestre de 2021, los mercados de deuda corporativa emergente han experimentado un repunte de la volatilidad impulsado en gran medida por la mayor incertidumbre en torno a la situación macroeconómica global. Aunque esta mayor volatilidad también viene determinada en parte por la situación individual de cada uno de los países y los cambios en materia de política monetaria que están siendo anunciados.

Por otro lado, en opinión de Victoria Harling, responsable de deuda emergente corporativa en Ninety One y principal gestora de la estrategia Ninety One Emerging Markets Corporate Debt, también existen otros factores positivos que están influyendo en la deuda corporativa emergente como la sincronización en la reapertura de las economías tras la irrupción de la pandemia y otros indicadores adelantados de crecimiento que se irán materializando en 2022.

Otro aspecto para considerar es la poca visibilidad que se tendrá debido a que se esperan una serie de elecciones en los mercados emergentes en el transcurso del año. Así, la deuda corporativa emergente se verá afectada por las expectativas de voto de los electores y por los nuevos gobiernos, creando más volatilidad, en particular en la región de América Latina.

La calidad de sus fundamentales va en aumento

La deuda corporativa emergente ha sorprendido gratamente con la solidez de los balances de sus empresas en los últimos años. Sus beneficios han sido impresionantes y, en todo caso, su apalancamiento ha disminuido de forma significativa. Las buenas noticias son que la tendencia de fortalecimiento de los fundamentales continúa.

Recientemente, los resultados de las empresas han revelado un panorama general de retorno de los beneficios a niveles más normales tras los resultados récord de finales de 2020. Esto ha ayudado a que las métricas de apalancamiento vuelvan a caer a los niveles de 2015. Con unos márgenes elevados y un fuerte crecimiento de los beneficios, muchas empresas entrarán en 2022 con unas bases muy sólidas.

Además, el incierto panorama está pesando en el apetito de las empresas por el gasto de capital y la expansión, reforzando su capacidad para soportar futuros vientos en contra. Esto ha llevado a muchas empresas a mejorar su calificación crediticia. Junto con las bajas tasas de impago globales, el resultado es un entorno favorable para los tenedores de bonos.

Los riesgos y oportunidades

El motor dominante ha sido la reacción del mercado a la evolución de la política en China. Aunque a lo largo de este año se ha prestado mucha atención a la evolución de la deuda corporativa en el gigante asiático -en concreto, al impacto del endurecimiento de la normativa y a la liquidez en el sector inmobiliario-, esta atención se ha intensificado en las últimas semanas, con un aumento de los diferenciales de los bonos corporativos inmobiliarios chinos hasta sus niveles históricos más amplios en la última década, durante el mes de noviembre.

A pesar de ello, el mercado de deuda corporativa de los mercados emergentes en su conjunto se ha mostrado notablemente resiliente; el índice CEMBI de JP Morgan sigue subiendo en el año, con un estrechamiento de los diferenciales en todas las categorías de calificación crediticia en el momento de redactar esta nota. Esto subraya la profundidad y la amplitud de un mercado que ofrece a los inversores un conjunto de oportunidades muy diversas.

Las perspectivas económicas mundiales para 2022 parecen relativamente positivas. A medida que la pandemia mundial se convierte en una enfermedad endémica, el desarrollo de vacunas y nuevos medicamentos para combatir el virus debería ayudar al mundo a volver a un estado más normalizado, proporcionando un telón de fondo relativamente positivo para el crecimiento y la actividad.

Sin embargo, muchas facetas de la vida aún no han vuelto a la normalidad, y las secuelas de la pandemia han provocado trastornos en las cadenas de suministros y escasez de recursos, que están impulsando el crecimiento de la inflación. Aunque Ninety One espera que las presiones inflacionistas se reduzcan con el tiempo, existe una gran incertidumbre sobre el momento en que se producirá y es probable que varios factores se mantengan a medio plazo.

La inflación: factores e incertidumbre

Una de las fuentes de perturbación en las cadenas de suministros que está provocando subidas en la inflación es el carácter de reinicio y parada que se está viviendo con la reapertura y cierre de las economías con el receso y avance de la pandemia. Este fenómeno puede persistir en el corto y medio plazo. Además, es probable que el retraso asociado a la crisis del transporte marítimo y de los contenedores tarde muchos meses en desaparecer antes de que se resuelva y se reduzcan las presiones inflacionistas.

Otro motor que fomenta la inflación y sobre el que se tiene una visibilidad limitada es el mercado laboral a nivel global. El cambio de mentalidad de los trabajadores que han optado por abandonar la mano de obra tras la pandemia ha creado presiones inflacionistas en los salarios y escasez de capital humano. A medida que pase el tiempo, se podría ver una mayor disposición por parte de las personas que han abandonado la mano de obra para regresar a la población activa, pero hay poca visibilidad al respecto.

Por último, el creciente impulso de los compromisos gubernamentales para reducir las emisiones de carbono ha provocado algunas presiones inflacionistas en los costes de la energía, que podrían seguir siendo elevados a medida que las nuevas tecnologías tarden más en ponerse en marcha y la producción de combustibles fósiles se reduzca, lo que provocará un desequilibrio entre la oferta y la demanda.

Aunque en Ninety One ven posible que los cuellos de botella en las cadenas de suministro se suavicen, cuanto más tiempo pase y la incertidumbre permanezca en torno al ritmo de crecimiento nominal y real, mayor será el riesgo de que la inflación se afiance. Esta incertidumbre está haciendo que la Reserva Federal de Estados Unidos sea reacia a subir los tipos de interés hasta que haya una mayor claridad sobre el alcance y el momento en que se disipen estos vientos en contra. Por lo tanto, en Ninety One creen que el riesgo de que la Fed realice un cambio brusco en su política monetaria es limitado.

Dicho esto, si la economía estadounidense vuelve a crecer plenamente y la Fed confía más en la persistencia de un mayor crecimiento, se esperarían unos tipos de interés más altos y mayores rendimientos en todo el mundo de la renta fija. En un entorno así, en Ninety One creen que el universo de la deuda corporativa de los mercados emergentes -con su menor duración y sus mayores diferenciales que el crédito de los mercados desarrollados- también ofrece un atractivo potencial de rentabilidad ajustada al riesgo dentro del universo de la renta fija.

Lo anterior, unido a los sólidos fundamentos de esta clase de activos, lleva a la gestora a pensar que el nuevo año anunciará un entorno favorable desde la perspectiva de los inversores en deuda corporativa de los mercados emergentes.

Los riesgos soberanos

La pandemia ha cambiado el equilibrio político de muchas conversaciones. Los gobiernos de todo el mundo están teniendo que adoptar políticas más populistas y de izquierdas en respuesta a la demanda de sus electores. Esto ya ha traído mucho riesgo de titulares a los mercados emergentes este año, y con ello, la volatilidad de los precios de los activos a medida que el clima político se vuelve menos amigable para el mercado.

En Ninety One esperan que este riesgo siga siendo elevado en 2022, especialmente en América Latina, donde las próximas elecciones están dando lugar a una retórica que socava la prudencia fiscal. En otros países, como Turquía, la vulnerabilidad externa sigue siendo elevada.

Sin embargo, los mercados ya han absorbido gran parte de este nuevo riesgo y se ha observado que tanto las primas de riesgo de las acciones como los diferenciales de los bonos corporativos se han ampliado, ya que los titulares relacionados con la política en países como Brasil y China han provocado volatilidad en los mercados renta fija y variable emergentes. Esta revalorización en algunos segmentos del universo de la deuda corporativa emergente ha creado valoraciones atractivas para los bonos de algunas empresas y ha aumentado el número de oportunidades de valor relativo que los gestores activos tratarán de aprovechar en 2022.

El posicionamiento de cara a 2022

El equipo gestor de Ninety One busca aprovechar las oportunidades de valor relativo que se presentan en el mercado de crédito corporativo de los mercados emergentes, centrándose en los fundamentales a medio plazo y buscando fortaleza en los balances que no esté siendo debidamente valorada en los mercados.

Teniendo esto en cuenta, la gestora ve importantes oportunidades en China, ya que los temores de una recesión parecen exagerados y la flexibilización de las políticas podrían estar ayudando a mitigar los vientos adversos macroeconómicos. Según Ninety One, el error de valoración más pronunciado se está viendo en el sector inmobiliario de China, representando un importante potencial para captar alfa tanto por la sobreponderación del sector como por el posicionamiento dentro del mismo. También buscan aprovechar las oportunidades de descuento generalizadas que se derivan del efecto contagio a otros sectores en China, especialmente entre los bonos con calificación BBB.

Por otra parte, en Ninety One siguen sobreponderados en América Latina, concretamente en Brasil, donde creen que las primas de riesgo son excesivas en relación con la fortaleza en los fundamentales de las empresas en las que invierten. Este error de valoración se debe a la preocupación por el deterioro de la disciplina fiscal de Brasil y las próximas elecciones. Por eso, en Ninety One se centran especialmente en las empresas de materias primas no energéticas, donde esperan que la demanda y los precios sigan siendo elevados.

Desde el punto de vista sectorial, se centran en los sectores cíclicos, como los metales básicos, la industria y el consumo, al tiempo que mantendrán una infraponderación en el sector financiero debido a su correlación con el entorno macroeconómico y soberano, que podría estar sujeto a titulares políticos negativos. Siguen infraponderando el sector del petróleo, dada la disminución de la demanda de inversiones en combustibles fósiles y el carácter típicamente de larga duración del sector (alta sensibilidad a las subidas de tipos). En la misma línea, esperan aumentar su exposición a los bonos verdes y a las empresas más limpias que ofrecen a los países la posibilidad de hacer la transición hacia una menor huella de carbono, ya que esperan que la demanda de estos bonos siga siendo muy fuerte.

En términos más generales, si bien les complace poseer bonos de una mayor duración cuando las curvas son pronunciadas, buscarán cubrir el riesgo de tipos de interés si ven mayores posibilidades de subidas de estos a medida que se acerca 2022. Intentarán proteger sus estrategias en caso de que se vean riesgos de un cambio general hacia rendimientos más altos en el universo de la renta fija.

En resumen, en Ninety One tratarán de obtener rendimientos adoptando su enfoque habitual de inversión: adoptando una perspectiva ascendente y buscando oportunidades de valor, impulsadas por sus fundamentales, en todas las curvas de rendimiento, calificaciones y países.

La normalización monetaria provocará un menor apetito por el riesgo en 2022 aunque la inflación no preocupa a Andbank

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Foto cedidaAlex Fusté, economista jefe del Grupo Andbank, y Marian Fernández, responsable macro de Andbank España . Alex Fusté, economista jefe del Grupo Andbank, y Marian Fernández, responsable macro de Andbank España

Uno de los grandes miedos del mercado es que los bancos centrales se equivoquen a la hora de normalizar las políticas monetarias. Por ello, desde Andbank insisten en la importancia de entender qué economías pueden hacerlo y cuáles no. Empezando por Estados Unidos y analizando los movimientos de la Fed, los expertos de la entidad consideran que sí era el momento normalizar la situación.

“No vemos tan grave que retire estímulos, es algo normal en una economía que se estabiliza y es buena señal”, señala Alex Fusté, economista jefe del Grupo Andbank y director de Inversiones de Andbank España, en un encuentro con periodistas. “Nuestro escenario base es una normalización que a su vez deberá rebajar las expectativas de inflación. La mejor manera de neutralizar un riesgo es acabar con él; si la normalización mitiga el riesgo de inflación, bienvenida sea”, añade.

El experto insiste en que esta normalización significa que la Fed ve una recuperación robusta, y que, evidentemente, tendrá un impacto en los mercados. “Ese cambio será en forma de un cierto menor apetito por el riesgo, algo que puede hacer que los mercados estén más dubitativos sin una tendencia alcista tan clara como en 2021”, analiza.

Desde la entidad esperan que la actividad económica de EE.UU. crezca un 6% en 2021 y un 5% para 2022. Con una tasa de desempleo que se ha reducido al 4,6%, esperan que se alcance el pleno empleo el próximo año.

El debate de la transitoriedad de la inflación

Respecto a la inflación y el debate de su transitoriedad, Fusté admite que en Andbank no “hacen mucho caso” a los datos de inflación que se han facilitado, ya que son lecturas interanuales y que han tomado como base 2020, un año que fue “una anomalía e incluso una deformidad en términos económicos”. Ante este contexto, el experto señala que no están muy preocupados, y consideran que la inflación se moderará de forma visible a lo largo de 2022, aunque advierten de que es posible que durante unos meses persista la inflación, porque los primeros meses de 2021 también fueron muy anómalos.

En definitiva, desde Andbank esperan una relajación de la inflación en el segundo y tercer trimestre de 2022, que continuará en 2023 y 2024 llegando a lecturas casi prepandémicas. “Este escenario nos permite pensar que el mercado no tiene que levantar su tasa de descuento y perjudicar al precio de los activos”, advierte Fusté.

Europa: vientos de cola e incógnitas

Si pasamos a analizar Europa, Mariam Fernández, responsable de macro de Andbank España, señala que la región comparte parte del mensaje de Estados Unidos que tiene que ver con el crecimiento o la inflación, con diferencias en cuanto a políticas monetarias.

Según pronostican, Europa crecerá menos que en 2021 pero aún continuará la recuperación con niveles en torno al 4,3%. Comparándola con Estados Unidos, Fernández señala que la región reúne una serie de singularidades en positivo, como, por ejemplo, que aún nuestra tasa de ahorro no se haya normalizado, por lo que tenemos un colchón que en 2022 pueda dar sorpresas en el crecimiento. Otro viento de cola es el fondo de recuperación que, según señala, podrá aportar hasta un 0,4% al PIB, acompañado de la recuperación en curso del empleo.

Por otro lado, Fernández localiza varias incógnitas, como la expansión de nuevas variantes o la inflación, que considera que será, aproximadamente, del 2,2%. “Más que el 2% de ese nivel en el que se mueven los objetivos del BCE, pero nada que suponga un riesgo”, asegura.

“Esperamos que el BCE siga adelante con el plan de dar por finalizado el plan específico de la pandemia, aunque no estamos tan avanzados en recuperación como en Estados Unidos, lo específico de la pandemia ha pasado y los programas llegan a su fin. El BCE quiere evitar un efecto acantilado de caída brusca, para ello incrementa las compras del programa tradicional, dotando al esquema de una cierta flexibilidad”, explica Fernández respecto a la política monetaria.

Las criptomonedas en un entorno de tipos de interés más altos

Respecto al tema de moda, la inversión en criptomonedas, Fusté advierte de que no sabe si las criptomonedas aguantarán un entorno de subidas de tipos de interés ni qué papel ocuparán una vez los bancos centrales lancen sus propias criptomonedas.

“Preferimos esperar a ver cómo aguantan un entorno de subidas, pero ya avanzamos que creemos que no lo aguantarán bien”, señala el director de Inversiones. “Están muy bien en un entorno donde el dinero no vale nada, pero ¿qué pasa cuando empiece a valer y la Fed vuelva a la normalidad? Habrá problemas y preferimos esperar y ver, y más adelante, una vez hayan subido los tipos de interés y el dólar vuelva a ser una moneda que paga, tendremos que valorar el papel de estas criptos privadas frente a otras públicas sí respaldadas por los bancos centrales”.