El clima y la remuneración centraron la atención de BNP Paribas AM durante las juntas de accionistas

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Voto activismo

Ahora que la temporada 2022 de juntas generales anuales de accionistas (JGA) llega a su fin, BNP Paribas Asset Management ha analizado sus votos, así como las principales tendencias de buen gobierno. Como dato, la gestora destaca que, en la primera mitad de 2022, votó en 1.608 juntas generales en todo el mundo, el 48% en Europa, el 29% en Norteamérica y el resto fundamentalmente en Asia.

Según indica, guiado por su filosofía de accionista activo, BNP Paribas AM votó en contra del 33% de las propuestas, una cifra similar a la registrada en 2021, lo que pone de manifiesto su exigente política de voto. Además, destaca que la remuneración de los directivos fue la cuestión que acaparó una mayor oposición, con un 61% de votos en contra o abstenciones.

La gestora explica que este año ha reforzado aún más sus expectativas en materia de clima y ha desarrollado una tabla de evaluación de propuestas de las denominadas “say on climate”, que defienden el derecho de los accionistas a emitir un voto sobre las cuestiones relacionadas con el clima en las juntas generales. Además, la entidad ha incorporado nuevos requisitos de biodiversidad.

Con un 61% de votos en contra, ligeramente superior al 60% registrado el año pasado, la remuneración fue una de las cuestiones con mayor nivel de oposición. Desde la gestora exigen una comunicación exhaustiva y transparente de las políticas de remuneración, que deben ajustarse al rendimiento a largo plazo de las empresas e incluir objetivos no financieros relacionados con cuestiones sociales y medioambientales. La entidad votó también en contra del 39% de las propuestas relacionadas con las operaciones financieras y del 36% de las relacionadas con el nombramiento de consejeros.

Este año, el clima ha vuelto a ser el foco de atención. En concreto, BNP Paribas AM presentó cuatro propuestas a empresas estadounidenses para exigir que las actividades de lobby en materia de clima se ajustasen a los objetivos del Acuerdo de París. “El diálogo colaborativo trajo consigo la retirada de tres propuestas antes de la celebración de la junta, tras el compromiso por parte de las empresas de publicar un informe al respecto”, indica.

La gestora destaca que los resultados de las propuestas climáticas también cobraron protagonismo: de entre las 34 propuestas sobre las que votó la entidad, el voto a favor ascendió al 24%, frente al 71% registrado el año anterior. “Este menor respaldo se explica por el desarrollo de una tabla de análisis aclarando y reforzando los requisitos establecidos por BNP Paribas Asset Management”, añaden.

Una política de voto reforzada

BNP Paribas Asset Management revalúa de forma anual su política de voto y de buen gobierno para adaptarla a las nuevas cuestiones y desafíos de sostenibilidad. En 2022, la gestora reforzó sus expectativas en materia de clima con el desarrollo de una tabla de evaluación de propuestas climáticas.

En cumplimiento de su adhesión a las iniciativas Climate Action 100+ y Net Zero Asset Managers, BNP Paribas Asset Management tuvo en cuenta si las empresas: habían comunicado todas las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con sus actividades (alcance 1, 2 y 3, en su caso); habían fijado objetivos a corto y medio plazo para lograr un nivel de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050 como máximo, en línea con los compromisos para limitar el calentamiento global a 1,5º C; y habían informado sobre su política de buen gobierno, su estrategia, su proceso de gestión de riesgos, sus indicadores y sus objetivos climáticos, según lo establecido por el TFCD.

Entre las novedades de este año, la gestora ha incorporado nuevos requisitos relacionados con la preservación de la biodiversidad, en línea con la hoja de ruta que la gestora publicó en 2021. La entidad espera que las empresas evalúen y comuniquen sus principales impactos medioambientales y dependencias de la naturaleza, comenzando por aquellas que pertenecen a sectores de gran impacto y centrándose en las cuestiones relacionadas con el agua y la deforestación.

En aquellos casos en los que las empresas no cumplieron estos requisitos, BNP Paribas AM votó en contra de la reelección de consejeros, la aprobación de la gestión o la aprobación del presupuesto. En concreto, la gestora votó en contra de 1.231 propuestas en 216 empresas por motivos de naturaleza medioambiental o social, sobre todo por argumentos relacionados con el clima o la biodiversidad (1.144).

“La emisión de voto y el diálogo con las empresas conforman el núcleo de nuestra estrategia como inversor sostenible, y la temporada de JGA constituye una oportunidad importante para hacer oír nuestra voz en materia de transición energética, protección medioambiental, igualdad y crecimiento inclusivo. Este año, la cuestión de la remuneración ha vuelto a acaparar la atención de los inversores, después de haber estado en un segundo plano ante los problemas económicos a los que hemos tenido que hacer frente durante los dos años de pandemia. Además, la integración sistemática de las consideraciones sociales y medioambientales en nuestro exigente enfoque de votación nos ha llevado a votar en contra de más de 1.200 propuestas”, ha señalado Michael Herskovich, director global de stewardship de BNP Paribas Asset Management.

¿Por qué la estanflación podría polarizar el oro y la plata?

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oro

En opinión de Nitesh Shah, Head of Commodities & Macroeconomic Research Europe de WisdomTree, si bien las perspectivas del oro y la plata están obstaculizadas por los mayores rendimientos de los bonos y la apreciación del dólar, la inflación tenazmente elevada debería hacer que sus precios continúen subiendo. “Enfatizamos que, si bien una recesión no es nuestro escenario base, los mercados están cada vez más preocupados respecto a que la economía decaiga. La rentabilidad del oro podría superar a la de la plata en dicho escenario”, destaca Shah.

Según el experto, ante el riesgo de que los bancos centrales se excedan en sus medidas, el oro respondería disparando su valor, pero sobre todo lo haría si la inflación permanece elevada mientras el crecimiento económico continúa “herido”. Además añade que, en un escenario base en el que la inflación se modera sin una recesión, la plata debería mantenerse bastante en sintonía con el oro. “Sin embargo, una contracción del sector industrial la podría golpear desproporcionadamente”, matiza.

El análisis que hace la gestora sobre el oro señala que los rendimientos más elevados de los bonos y la fortaleza del dólar repercuten de manera negativa sobre el precio del oro, mientras que los mayores niveles de inflación lo hacen de manera positiva. “Nuestro modelo indica  que, de cara al primer trimestre de 2023, los precios del oro aumentarán, pero no tanto como se hubiese esperado anteriormente (alrededor de los 2300 dólares la onza) cuando los obstáculos para los bonos y el dólar eran menores. Asumimos, en nuestras proyecciones revisadas, que los rendimientos de los bonos a 10 años subirán al 3,2% y la cesta del dólar se aprecia a 105 para el primer trimestre de 2023, mientras que la inflación solamente se modera al 4,3% (desde el 8,3% en abril de 2022. Los escenarios bajistas y alcistas no se ven alterados por estos cambios”, afirma Shah en su último análisis.

estimación del oro

En este sentido añade: “Hemos observado que el oro se está manteniendo bien en relación a los mercados de bonos, rompiendo la fuerte relación tradicional que mantiene con los bonos del Tesoro de protección inflacionista”.

Una de las reflexiones más interesante que hace este experto de WisdomTree es que la estanflación podría ser buena para el oro. Según explica, tradicionalmente, las recesiones tienden a moderar las presiones de precios. Sin embargo, cuando los incrementos de precio están generados por choques externos, esto puede no llegar a darse. Los expertos de mercado están hablando cada vez más respecto a la “estanflación”, es decir, una recesión combinada con una inflación elevada.

“Los episodios de estanflación son extremadamente raros y, por lo tanto, es muy difícil la extracción de conclusiones cuantitativas a partir de ellos. Entre el tercer trimestre de 1973 y el primer trimestre de 1975, el PIB estadounidense decayó en términos reales y, además, la inflación subió de un 7,4% al 10,3%. Por su parte, los precios del oro se incrementaron en dicho período en un 73%. A finales de la década de 1970, también se constató una desaceleración económica combinada con una aceleración de la inflación, con los precios del oro duplicándose con creces en  1979”, afirma.

Un comportamiento del oro que no dejaría atrás a la plata. Según explica Shah, basándose en el escenario base de la gestora, es probable que los precios de la plata aumenten a los 28,89 dólares para el primer trimestre de 2023. “El gasto de capital minero ha estado aumentado recientemente y esto podría llevar al mercado de la plata a un déficit de oferta durante el año que viene. Asumimos que la actividad manufacturera (representada por los Índices de Gestores de Compra) continuará moderándose, pero no caerá por debajo de 50 (es decir, no se contraerán en términos absolutos). Nuestra proyección para la plata indica que la relación oro/plata, que actualmente es elevada, podría moderarse un poco”, concluye.

Pictet AM votó en 3.800 juntas y entabló diálogo con 270 empresas en 2021

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Dialogo

Pictet AM ha publicado su informe de Propiedad Activa, correspondiente a 2021. Según informa, votó en 3.800 juntas de accionistas y apoyó más de la mitad de las propuestas de los accionistas, muchas relacionadas con preocupaciones ambientales y sociales.

En total sus fondos gestionados activamente votaron en el 98 % de las empresas, la mayor tasa en cinco años. Además, lideró o apoyó el diálogo con 270 empresas (166 en 2019), directamente, en colaboración con otros inversores institucionales o mediante servicios de terceros. Actualmente, la gran mayoría de sus estrategias de inversión integra factores ASG y riesgos de sostenibilidad y hasta mayo de 2022, excluyendo mandatos, 78 % de 250.000 millones de euros bajo gestión promueven características ambientales o sociales o tienen objetivo de inversión sostenible según la regulación de finanzas sostenibles (European Union’s Sustainable Finance Disclosure Regulation, SFDR).

Según explican, para identificar factores ASG los equipos de Pictet AM recopilan información de múltiples fuentes, contando con herramienta propietaria, Pictet ESG Score Board. Excluye de sus estrategias de gestión activa las empresas que generan ingresos significativos de la minería de carbón para centrales térmicas, sector de margen limitado para la descarbonización y alto riesgo de activos sin valor.

Además, añaden que Pictet AM proporciona informes de impacto ambiental y social en sus estrategias temáticas/de impacto positivo, con activos bajo gestión de 28.800 millones a finales de 2021. Para ello ha desarrollado metodologías basadas en el marco de Límites Planetarios y en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.

La gestora tiene como objetivo votar en 100 % de las empresas participadas en sus fondos de gestión activa y 80 % de los gestionados pasivamente. En caso de cuentas segregadas, mandatos y fondos de terceros, los clientes que delegan voto eligen entre directrices de Pictet AM o suyas propias. Pictet AM emplea especialistas externos, pero se reserva el derecho de desviarse de las recomendaciones. Las divergencias pueden ser iniciadas por equipos de inversión o de ASG, con justificación. En fondos multiactivos el voto se ejercita en los fondos de renta variable subyacentes gestionados por Pictet AM y las participaciones directas. En fondos de renta fija Pictet AM vota en las reuniones de tenedores de bonos. En el diálogo activo prioriza por exposición a riesgos y oportunidades ASG materiales y cómo se gestionan, exposición y respuesta a controversias, alcance de resultados y naturaleza estratégica y/o tamaño de la participación.

Pictet AM forma parte de CA100+, con 700 inversores con activos bajo gestión de 68 billones de dólares- u grupo de dialogo con 166 empresas globales críticas o de mayor potencial para contribuir a la transición a una economía baja en carbono. En 2021 CA100+ lanzó Net Zero Company Benchmark para el progreso en emisiones netas cero. Pictet AM también forma parte de Net Zero Asset Managers y Science Based Targets Initiative (SBTi), asociación entre CDP, Pacto Mundial de las Naciones Unidas, Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que guía a las empresas en el establecimiento de objetivos basados en ciencia respecto al calentamiento global. Además, Pictet AM respalda el Grupo de Trabajo para Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima (TCFD), que promueve flujos de capital hacias empresas que aportan soluciones a problemas medioambientales.

Entre otras iniciativas, Pictet AM forma parte de Valuing Water Finance Initiative, lanzada y coordinada por Ceres, que proporciona pasos para que las empresas de sectores clave mejoren su gestión del agua. También es signataria de Investor Expectations on Diets, Nutrition and Health de Access to Nutrition Initiative, que evalúa y clasifica a los mayores fabricantes de alimentos y bebidas del mundo por sus compromisos y prácticas relacionados con la nutrición. A ello se añade que es firmante de la iniciativa PRI-Ceres sobre Silvicultura Sostenible, que aborda riesgos de inversión relacionados con la deforestación y su impacto en la biodiversidad y cambio climático y ha firmado la Declaración de Inversores sobre Deforestación e Incendios Forestales en la Amazonía e Iniciativa de Seguridad Minera.

Mujeres e inversión: cómo la industria de wealth management puede ayudar a que las mujeres tomen el control de sus finanzas

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mujer estatua

La riqueza de las mujeres está creciendo, y hay una tendencia a que las mujeres quieran y tomen el control de sus finanzas. En este contexto, UBS ha analizado cuál puede ser el papel del sector de la gestión de patrimonios para apoyar a las mujeres. “Reconocemos que las mujeres, como segmento, no deben ser un único grupo homogéneo. Los modelos de asesoramiento deben adaptarse a sus necesidades y preferencias personales, y también destacamos la importancia del asesoramiento integral”, apunta como principal conclusión.

El documento, titulado Women and investing Reimagining wealth advice, advierte de que las mujeres no están satisfechas con el asesoramiento actual que reciben, y tienden a valorar más que los hombres la importancia del asesoramiento experto. Un estudio realizado en 2022 por BNY calculó que si las mujeres invirtieran al mismo ritmo que los hombres, podría haber más de 3,22 billones de capital adicional para invertir a nivel mundial, con más de 1,87 billones destinados a una inversión más sostenible y de mayor impacto. “Para ofrecer la experiencia y el asesoramiento patrimonial que buscan las mujeres, los gestores de patrimonio deben reimaginar su propuesta de valor”, sostienen desde UBS.

La entidad reconoce que, desde 2017, han detectado un aumento en el número de mujeres interesadas en tomar el control de sus finanzas. Sin embargo, la llegada de la COVID-19 ha supuesto un reto para las mujeres, dadas las mayores tasas de desempleo que experimentaron durante la reciente «sucesión» y la carga añadida de las responsabilidades de cuidado de los hijos que muchas asumieron como consecuencia del cierre de las escuelas y de la clausura. Sin embargo, consideran que la pandemia también ha tenido un lado positivo. “La mayor precaución ha llevado a las mujeres a tomar más medidas. Ha impulsado a muchas a revisar su situación financiera y a buscar el control de sus destinos”, destacan.

UBS AM

Un factor relevante, según UBS, es que las mujeres muestran menor satisfacción con el asesoramiento patrimonial que existe actualmente, en parte porque consideran que “sus gestores no entienden sus necesidades”. La entidad explica que esta insatisfacción también queda demostrada por la constatación de que el 70% de las mujeres cambian su relación patrimonial por una nueva institución financiera en el plazo de un año tras el fallecimiento de su cónyuge.

Una encuesta de PIMCO sugirió que el 72% de las mujeres, y el 81% de las mujeres millenarias, afirmaron que el sistema de inversión estaba «preparado para ser confuso»; y un factor que contribuyó a ello fue el uso de la jerga. Según las encuestas, a las mujeres les resultaba más desagradable esa jerga que a los hombres, ya que más de un tercio afirmaba sentirla, frente a una cuarta parte de los hombres. “Además de la jerga, las mujeres también solían afirmar que no recibían el tipo de asesoramiento que buscaban y que les ayudaría a tomar el control de sus finanzas. Los gestores patrimoniales deberían tomar nota de que, además de las consideraciones éticas y los claros beneficios de la igualdad de género para la sociedad, el segmento femenino está creciendo rápidamente y presenta una enorme oportunidad de negocio”, indica UBS en su informe.

Según su experiencia hay varios aspectos que hacen que “el viaje inversor” de la mujer sea diferente como, por ejemplo, situaciones vitales como la maternidad, ser algo más reacias a asumir riesgos y preferencias y objetivos de inversión diferentes.

Tres ideas para crear valor

Siendo conscientes de que se tratan de generalidad, el informe de UBS señala tres ideas para mejorar la propuesta de valor de la gestión del patrimonio para las mujeres. En primer lugar, proponen crear un plan de inversión en el contexto de sus objetivos y necesidades. “El impacto de la brecha salarial entre hombres y mujeres y la mayor duración de la vida en el patrimonio de las mujeres puede reducirse si se tienen en cuenta las circunstancias individuales, incluidos los objetivos financieros; si se definen y recomiendan carteras que maximicen la probabilidad de alcanzar esos objetivos;y si se ayuda a las mujeres a sentirse más seguras a la hora de invertir y a comprender la relación entre riesgo y rendimiento”, explican. El documento apuesta por un asesoramiento de inversión personalizado y pertinente que se ofrezca de forma sistemática.

En segundo lugar, proponen focalizarse en el hecho de que las mujeres prefieren invertir en consonancia con sus valores, y a medida que aumenta su riqueza, “están bien posicionadas para impulsar el crecimiento de las inversiones sostenibles y efectuar un cambio social significativo con sus dólares de inversión”. En concreto, según datos recientes de RBC Wealth Management, el 74% de las mujeres afirmaron estar interesadas en aumentar la proporción de inversiones sostenibles en sus carteras.

“Dada la transferencia de riqueza a este segmento de inversores, también esperamos ver un crecimiento continuo de las inversiones sostenibles. En particular, también esperamos un aumento importante de la inversión con perspectiva de género. Se trata de una estrategia o enfoque de inversión que tiene en cuenta los factores de género para avanzar en la igualdad y fundamentar mejor las decisiones de inversión. Las mujeres tienden a tener más confianza en que se invierta su dinero cuando sus valores están alineados con sus inversiones y cuando ven un beneficio social. Las ofertas de asesoramiento y soluciones centradas en la sostenibilidad pueden impulsar un impacto positivo no sólo alentando a más mujeres a invertir, sino también a través de la capacidad de ciertas inversiones subyacentes de contribuir a un progreso social o medioambiental positivo”, argumentan.

Por último, UBS apuesta por un “asesoramiento integral y de confianza en momentos cruciales de sus vidas”. Se refiere a tener en cuenta que, para las mujeres, es fundamental contar con un asesor de confianza que les ayude a afrontar la abrumadora tarea de tomar el control de sus finanzas. “Además, el asesoramiento debe ser integral y reflejar toda la situación financiera. Debe incluir la planificación del patrimonio, la planificación de la herencia y una oferta de seguro de vida. Los objetivos, las experiencias y las expectativas difieren, y los asesores deben abordar cuidadosamente sus respectivas necesidades. Esto incluye las necesidades de las viudas, las hijas de la siguiente generación con herencias y las empresarias. Para este último segmento, por ejemplo, es importante comprender e incorporar las necesidades empresariales a un plan patrimonial y ofrecer un asesoramiento verdaderamente holístico”, concluyen.

Southeast contrata a Juan Martín llovet, quien se desempeñará como Business Developer en Chile

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Foto cedida

Southeast Wealth Planning & Investment Solutions suma a su equipo a Juan Martín Llovet, quien se desempeñará como nuevo Business Developer en Chile.

“En momentos de incertidumbre política y tributaria, la firma redobla la apuesta y el compromiso en el país sumando un profesional joven y capacitado, con el fin de seguir expandiendo el mercado chileno”, anunció la empresa en un comunicado.

Juan Martín es Contador Público con un Diplomado en Finanzas y se encuentra viviendo en Chile hace más de 9 años. Dado su conocimiento tributario y su experiencia en el mercado interno chileno, se sumará al equipo para trabajar junto con Alex Bermúdez (CEO de la firma) e Ignacio Piñeiro (Head of Investments).

Southeast es una consultora especializada en Wealth Planning a través de PPLI (Private Placement Life Insurance). La firma trabaja con familias de alto patrimonio de Chile, México, Perú y Ecuador junto a los principales Family Offices, Instituciones Financieras y Estudios Jurídicos de la región.

 

 

El fututo entorno de la inversión: menor estabilidad, nuevos modelos de inversión y escasez de activos atractivos

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Escasez de activos con precios atractivos, menor estabilidad y nuevos modelos de inversión que combinen activos públicos y privados mientras se abraza la diversidad regional, son algunas de las claves de mercado que muestra Maria Vassalou, Codirectora de Inversiones y Soluciones Multiactivos en la firma Goldman Sachs AM insights.

Las últimas décadas han sido buenas para la mayoría de los inversores. El sólido crecimiento económico, la relativa estabilidad geopolítica, la inflación y los tipos de interés persistentemente bajos y el apoyo de los bancos centrales de todo el mundo tradujeron en un sólido rendimiento de las carteras con una volatilidad relativamente baja.

Hoy, el mundo se encuentra en un punto de inflexión. La pandemia del COVID-19 aceleró la digitalización en muchos sectores, perturbó las cadenas de suministro y contribuyó a desencadenar cambios demográficos al convertirse el trabajo a distancia en la norma para muchos profesionales. Los tipos de interés están subiendo para combatir la persistente inflación, mientras las economías buscan asegurar las cadenas de suministro y revertir décadas de globalización. La elevada sensibilidad a las cuestiones climáticas está estimulando la inversión en la descarbonización y la sostenibilidad, mientras que la inestabilidad geopolítica ha agitado los mercados energéticos y ha aumentado la incertidumbre general.

Siguiendo las líneas dibujadas por el informe, aunque las interrupciones del suministro deberían remitir a medida que las restricciones y la escasez relacionadas con la COVID-19 se desvanezcan y la guerra de Ucrania acabe por resolverse, es probable que estas presiones de la digitalización, la desglobalización, los cambios demográficos, la descarbonización y la desestabilización geopolítica perduren durante algún tiempo, lo que provocará un aumento de la dispersión en varias dimensiones y cambiará las perspectivas de los inversores.

En este nuevo entorno, el manual de construcción de carteras que ha funcionado tan bien en las últimas décadas puede ser menos eficaz en el futuro, lo que obliga a replantear el enfoque. Desde la firma se cree que la gestión activa y un enfoque dinámico de la construcción de carteras que combine activos públicos y privados pueden contribuir a mejorar la resistencia de la rentabilidad mientras los mercados se enfrentan a estas perturbaciones que probablemente tendrán profundos efectos en la economía mundial.

Tendencias actuales

El reporte señala varios acontecimientos estructurales que pueden provocar cambios profundos en la economía mundial generando incertidumbre y, potencialmente, contribuyendo a un elevado nivel de volatilidad en los mercados.

En primer lugar, lo que se puede llamar desglobalización: un alejamiento parcial de un mundo en el que los bienes, las personas, el capital y las ideas fluyen libremente a través de las fronteras. Esta tendencia comenzó antes de que se produjera la pandemia, con el aumento de los movimientos populistas de ambos lados del espectro político y el repliegue de los países hacia el interior, adoptando políticas inflacionistas como los aranceles por encima del libre comercio y las restricciones a la inmigración llegando incluso a Estados Unidos y Europa, que han tratado de restringir las inversiones extranjeras, sobre todo las procedentes de China, que se dirigen a la adquisición de empresas tecnológicas consideradas importantes para la seguridad nacional. La traducción empresarial del fenómeno muestra que distintas empresas han comenzado a abastecerse de materiales a nivel local cuando es posible

Por otra parte, la digitalización: el comercio de servicios digitales sigue en aumento, una tendencia que puede contrarrestar cualquier presión inflacionista derivada del proceso de desglobalización. Las exportaciones de ordenadores y servicios de comunicación han aumentado considerablemente desde principios de la década de 1990, y el ancho de banda transfronterizo de Internet se ha multiplicado por 115 desde 2008. Esta tendencia también la suscriben investigadores de Goldman Sachs Global Investment Research, declarando que la globalización puede estar ralentizándose en las áreas tangibles, pero acelerándose en las intangibles. La mejora en cuanto a productividad derivada del teletrabajo puede contribuir a alargar el ciclo económico natural y conducir a un entorno de inflación decreciente. El avance de la telemedicina y otros tipos de atención sanitaria digitalizada, así como el comercio digital y el auge de la tecnología financiera son otros elementos que pueden contribuir a este fin.

En cuanto a la descarbonización, la firma espera que se aceleren los esfuerzos para abandonar los combustibles fósiles y señala que el proceso también puede provocar una mayor inflación, al menos a corto plazo. La producción de energía sostenible aún representa sólo una fracción de la demanda total, y la puesta en marcha de fuentes adicionales requerirá tiempo y cantidades significativas de metales y minerales cada vez más caros. Por supuesto, la necesidad de invertir en infraestructuras energéticas verdes también debería ser buena para el crecimiento económico futuro y puede presentar atractivas oportunidades de inversión.

Tratando la actual desestabilización del orden geopolítico, se señala que el estado actual de cosas: una suerte de bipolaridad con un bloque atlántico y otro vertebrado por Rusia, China e India puede incrementar mucho más fácilmente la inflación. Ya existen ejemplos: la guerra en Ucrania y las amplias sanciones impuestas a Rusia por los países de un bloque han reducido el suministro de energía y otras materias primas, como metales, sales, alimentos y fertilizantes, lo que podría provocar escasez de alimentos en los países en desarrollo. La retirada del suministro de productos básicos del mercado durante períodos prolongados sugiere que algunos de los componentes temporales de la inflación se harán más persistentes.

Traducción al ámbito financiero

Cualquiera de estos puntos de inflexión y la incertidumbre que conllevan podrían conducir a una revalorización estructural del riesgo en todas las clases de activos. Por ahora, las expectativas de beneficios empresariales se mantienen. Pero como la inflación sigue siendo alta y los salarios reales luchan por mantener el ritmo, algunas empresas ya están luchando por trasladar los aumentos de costes a los consumidores, lo que puede dar lugar a un reajuste de la rentabilidad empresarial con implicaciones negativas para los precios de las acciones. La desglobalización de la cadena de suministro multinacional o el traslado empresarial a ciudades de segundo nivel puede ser algo muy interesante a la hora de decidir futuras inversiones.

GSAM cree que los inversores pueden sacar provecho de estas tendencias adoptando una visión estratégica holística que busque oportunidades en todos los mercados, que combine los recursos y los objetivos y que, en su caso, utilice una lente temática en lugar de una clase de activos específica. Teniendo en cuenta algunas de las tendencias a las que se enfrentan los mercados, como el retroceso parcial de la globalización y el cambio hacia la energía verde, pueden aprovecharse mejor a través de alternativas privadas, como el capital privado, las infraestructuras y el sector inmobiliario, tanto residencial como comercial.

Otros, como el crecimiento de la industria de la tecnología financiera, la digitalización de la sanidad y otros sectores y la creciente atención de las empresas y los inversores a la sostenibilidad, sugieren oportunidades para las estrategias de renta variable pública que miran más allá de los índices de referencia para encontrar empresas en sintonía con las principales tendencias de crecimiento secular. La combinación de activos privados y públicos también puede permitir a los inversores aprovechar los diferenciales de valoración, las oportunidades de crecimiento y el acceso.

Algunos consejos finales de la firma son apoyarse en la transformación económica a largo plazo, adoptar la diversificación regional y aplicar la creatividad ante estos nuevos entornos tan cambiantes.

Los activos brasileños tienen viento a favor, pero la volatilidad aumentaría en los próximos meses

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Pixabay CC0 Public DomainPor Funds Society

A diferencia de México, Colombia y Chile, donde la inflación sigue escalando, la economía brasileña está mostrando una moderación en la subida de precios, convirtiéndose en un oasis en pleno contexto de alza inflacionaria. Sin embargo, aunque hay espacio para el optimismo en Brasil, en el banco de inversiones Julius Baer advierten que la dinámica podría estar volátil en los próximos meses, considerando una serie de factores externos e internos, incluyendo las elecciones.

Mientras que las cifras de precios al consumidor de julio muestran que, mientras otras economías regionales no logran contener la subida de precios, Brasil experimentó una deflación mensual, de 0,68%.

“El fuerte descenso de la inflación, que se debe a los últimos recortes fiscales, sitúa a Brasil en una situación favorable en comparación con sus pares regionales, ya que el banco central ha llevado su tipo de interés oficial al 13,75% tras la subida de tipos de la semana pasada en 50 puntos básicos y considera que su ciclo de endurecimiento ha llegado a su fin”, escribió en un comentario Nenad Dinic, estratega de renta variable emergente de la firma.

Haber llegado a su peak inflacionario le juega a favor a los activos brasileños, mejorando el panorama para ese mercado, sumado a las revisiones alcistas del crecimiento en el país y la mejora del mercado laboral.

Sin embargo, Julius Baer ve nubes oscuras en el horizonte. “Creemos que la incertidumbre política, a medida que nos acercamos a las elecciones de octubre, va a impactar la confianza de los inversionistas”, indicó Dinic.

Si bien los inversionistas están digiriendo desde hace meses una potencial presidencia del exmandatario Luiz Inácio “Lula” Da Silva, las últimas encuestas muestran que la ventaja que tiene frente al actual presidente, Jair Bolsonaro, se está acortando.

Con todo, la estratega asegura que hay una serie de factores, globales y locales, que impulsarían la volatilidad hacia delante. “El riesgo de un crecimiento global desacelerado, presiones inflacionarias, precios de materias primas más bajos y las elecciones presidenciales en octubre lastran el pronóstico de corto plazo”, agrega.

Pese a que los niveles de valorización de las bolsas latinoamericanas están en niveles que describen como “atractivos”, la visión de Julius Baer con la clase de activos –y con la bolsa brasileña, en particular– es neutral, citando el riesgo político local, las preocupaciones de una recesión global, y la reciente caída en los precios de las materias.

 

 

«Cash is King»… un rey con el que hoy nadie sabe qué hacer pero que determinará muchas tendencias

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A nadie le cabe duda de lo positivo del efectivo en una cartera de inversión, especialmente cuando de aprovechar oportunidades se trata. Sin embargo, esta relación «de amor» puede convertirse en una «de odio», particularmente cuando empieza a ser tan abundante que se convierte no en un activo para usar de forma táctica, sino un encarte y a veces en una representación de un sentimiento negativo que impacta sobre la correcta localización de recursos dentro de los mercados financieros.

Hoy en día, la economía de EE.UU. está llena de efectivo por donde se la mire: las cuentas bancarias tienen un exceso (ver gráfica, donde el M1 es esa variable), y los managers tienen aún altas proporciones de efectivo sin utilizar, por citar solo algunas métricas.

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Antes de la pandemia había en las cuentas bancarias unos 4 billones de dólares («trillones» en la nomenclatura inglesa). Sin embargo, hoy en día esos recursos superan los más de 21 billones de dólares. Es decir, en menos de dos años se quintuplicó, generando problemas a su paso: claramente la economía no necesita niveles tan altos de efectivo, y hoy nadie sabe qué hacer con él, porque cualquier decisión conlleva efectos que se deben analizar y que pueden ser potencialmente muy peligrosos.

A pesar del incremento de la tasa de la Fed, las cuentas bancarias siguen retornando básicamente el cero a sus tenedores (ver gráfica). Estos niveles no son nuevos, vienen desde hace años, pero hoy el costo de oportunidad de esos recursos es más alto (en el absoluto) para el conjunto de la economía que años atrás (hasta antes de la pandemia, el efectivo en absoluto no solo era menor, sino que tenía usos como recompras, fusiones y adquisiciones, capex, etc., que proporcionalmente usaban mucho más efectivo que hoy en día). Usar el efectivo sería lo correcto, pero nadie quiere que salga de manera intempestiva, pues eso crearía un desequilibrio aún mayor en alguna parte: más inflación, seguramente, no solo en los precios al consumidor final, sino en precios como el de activos financieros o incluso en algunos sectores inmobiliarios, ya de por sí en niveles muy altos.

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Como tener tanto dinero a cero no es una gran idea, los inversionistas buscan vehículos que quizá gestionen de manera más rentable los recursos, ofreciendo seguridad, y recurren a los money markets, lo cual no soluciona totalmente algunos inconvenientes. Las ventanillas de repos inversos de la Fed, utilizadas desde 2013 para «cuadrar» los cierres trimestrales, se han convertido en el refugio de muchos managers de este tipo de fondos, que encuentran como única alternativa prestarle noche tras noche recursos a la Fed a cambio de un interés mayor que el bancario (ver gráfico).

Hoy en día duermen por noche en las arcas de la Reserva Federal más de 2 billones de dólares, en una tendencia que ha sido sostenida durante el último año -a diferencia de otros muchos indicadores, este no empezó con la pandemia, sino que se hizo evidente una vez la emisión monetaria masiva empezó a generar estragos en varios mercados-.

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La pregunta clave de todo esto es ¿qué hacer con tanto efectivo? Y temo que nadie lo sabe. Anteriormente, Funds Society ha dado cuenta de que la localización de efectivo en la cartera de muchos managers es la mayor desde el 11-S, preocupados por las altas valorizaciones de algunos activos. Sin embargo, y por más que los activos sigan con métricas muy altas, no hay otra opción que seguirlos comprando, aunque por supuesto todos queremos aprovechar las oportunidades que se presenten.

Durante julio tuvimos un repunte en las últimas semanas de flujos de inversión hacia acciones, contrarrestando lo observado en los meses de mayo y junio, cuando los flujos tendieron a ser negativos. Consumo discrecional, de lejos el sector más impactado desde finales de 2021 con la desaceleración de inversiones, fue el sector que durante julio recibió la mayoría de los flujos, lo que muestra que «lo golpeado» es atractivo… aunque no es la única consideración aquí: al hacer zoom a los flujos del año, se encuentra que las acciones globales han recibido flujos positivos de inversión por más de 170.000 millones de dólares, aunque esta cifra dista mucho de los 1,6 billones de dólares del año anterior. Los bonos son una historia muy diferente, con un negativo de inversión de cerca de 200 billones de dólares en lo corrido de 2022 al 3 de agosto, si bien han empezado a recibir flujos positivos en las últimas semanas, especialmente los bonos gubernamentales y los corporativos de grado de inversión, que son uno de mis activos preferidos hoy.

Analizar el tema de lo que está sucediendo en los flujos de los mercados accionarios es bien interesante y da una perspectiva de los interrogantes de muchos inversionistas en la actualidad: cuando se observa con atención las posiciones abiertas en futuros sobre los mercados estadounidenses, son los fondos apalancados los que muestran posiciones negativas (los demás están con posiciones positivas en futuros). Esto me lleva a pensar que, ante el encarecimiento del apalancamiento, y tratando de mantener la rentabilidad de esta estrategia, estos fondos apalancados han seguido a los inversionistas que han movido el mercado este año, especialmente los CTA, que estuvieron muy cortos hasta el mes de julio, cuando compraron y dieron vuelta al mercado accionario. Y todos entendemos que en un mercado que da la vuelta, los que apuestan por los cortos deben cerrar posiciones rápidamente, potencializando el retorno positivo del mercado (compre a lo que sea, para tratar de perder lo menos posible).

A hoy creo que el efectivo contenido no aguantará mucho tiempo de esa manera. Saldrá a buscar mejores destinos (acciones, procesos de M&A que también están retenidos, private equity, entre otros) y determinará mucho de lo que suceda hacia final de año. Mi perspectiva es positiva para la mayoría de mercados, empezando por el de bonos, y seguirán en ese orden de ideas las acciones, las cuales considero que entrarán en el último trimestre del año y en 2023 con un modo altamente positivo; especialmente porque los aún hoy cortos deberán cerrar posiciones y potenciarán el mercado.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad de su autor, y no representan necesariamente la perspectiva de Skandia sobre los temas tratados.

La desaceleración, la inflación y la subida de tipos crean tendencias divergentes en las calificaciones soberanas

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La economía mundial se está desacelerando y, como otras muchas entidades, Scope Ratings ha tenido que revisar sus perspectivas. La entidad espera que el crecimiento se ralentice hasta alrededor del 3,1% este año, frente al 4,5% de sus proyecciones de diciembre de 2021. Para 2023 pronostican un crecimiento mundial del 3,6%, aunque advierten de que siguen existiendo riesgos a la baja para estas previsiones.

«Prevemos un crecimiento global más débil para 2022. Aunque existe una probabilidad significativa de recesión técnica en 2022-23 en algunos países, es probable que tales recesiones sean en su mayoría poco profundas y que las tasas de crecimiento anual sigan siendo moderadamente positivas», afirma Giacomo Barisone, responsable de calificaciones del sector público y soberano de Scope Ratings.

«El crecimiento anual para 2023 mostrará una mayor ralentización o normalización en muchas economías, aunque China es una excepción importante en este sentido, ya que los altos precios restringen el poder adquisitivo mientras los repuntes post-Covid se desvanecen», añade.

El impacto de la inflación en los ratings

Uno de los legados de la crisis del Covid-19 ha sido un excesivo endeudamiento público. En este sentido, desde la entidad consideran que una inflación elevada puede ser positiva a corto plazo para los ratings soberanos al reducir los coeficientes de endeudamiento.

Sin embargo, la inflación desbarata el crecimiento económico real y, con el tiempo, limita cada vez más el margen de maniobra de los bancos centrales en caso de que los mandatos de estabilidad de precios se vean comprometidos. «Por ello, si la inflación persistente limita las funciones de prestamista de último recurso de un banco central para intervenir en caso de problemas del mercado, las actuales condiciones se inclinan a ser negativas desde el punto de vista crediticio», apunta Dennis Shen, analista de Scope Ratings.

El escenario de estanflación tiene efectos positivos y negativos divergentes para las calificaciones soberanas y desde la escalada de la guerra entre Rusia y Ucrania son más los países que han sufrido revisiones a la baja de sus ratings que al alza.

Desde el 24 de febrero de 2022, Scope Ratings ha revisado a la baja las calificaciones de tres países: Rusia (retirado), Ucrania (CCC/Negativo) y Turquía (B-/Negativo). Han cambiado tres perspectivas de calificación a negativas: Japón (A), China (A+) y la República Checa (AA) y han revisado al alza únicamente las calificaciones/perspectivas de tres países: Croacia (BBB+/Estable), Portugal (BBB+/Positivo) y Chipre (BBB-/Positivo). Rusia ha entrado en suspensión de pagos, mientras que Ucrania contempla la reestructuración de su deuda.

Queda descartada una crisis financiera mundial

Algunos de los obstáculos al crecimiento mundial son los elevados precios de la energía y las materias primas, el debilitamiento de la confianza económica y la desaceleración de los socios comerciales. Además, la inflación sigue siendo elevada incluso con una política monetaria más restrictiva. «Aún cuando la inflación llegue a su punto máximo y comience a moderarse en los próximos trimestres, es probable que se produzca una inestabilidad y una corrección significativa del mercado, aunque no prevemos una crisis financiera mundial», tranquiliza Shen.

Para Barisone, «la desaceleración económica y la disminución gradual de la elevada inflación harán que el endurecimiento monetario de los bancos centrales se desacelere, se detenga o incluso se invierta en algunos casos de aquí a 2023. Se cree que la depreciación de las divisas forzará un ajuste por parte de los bancos centrales más dovish, como el BCE, o se arriesgan a importar más inflación».

En este contexto, también han recortado las previsiones de crecimiento del PIB para este año, hasta el 2,8% para la eurozona, el 3,5% para Reino Unido, el 1,7% para Estados Unidos, el 3,6% para China y el 1,8% para Japón.

Para 2023, prevén una continua moderación de las tasas de crecimiento anual para la eurozona hasta el 1,8%, para Reino Unido al 1,0%, para Japón al 1,7%; para EE.UU. al 2%. Mientras que China se recuperará hasta el 5,1%. Se espera que la economía rusa se contraiga más del 10% este año, mientras que el crecimiento de Turquía se vio marcado por la recuperación impulsada por el crédito.

Tres riesgos que vigilar 

Uno de los principales riesgos para las perspectivas económicas de Scope es un mayor endurecimiento de las condiciones financieras mundiales en forma de un aumento de los rendimientos de los bonos a largo plazo, una nueva corrección de los mercados mundiales de renta variable y/o una apreciación del dólar estadounidense. Esto podría ser el resultado de que la actual inflación, muy elevada, siguiera sorprendiendo al alza y/o de que los bancos centrales endurezcan su política monetaria más rápidamente de lo que se ha señalado.

«Un endurecimiento más rápido de la política reduce el riesgo de que la inflación se arraigue más, pero también aumenta el riesgo de que los errores de política exacerben la inestabilidad financiera», recuerda Shen.
 

¿Qué tendencias dominarán la renta variable mundial a largo plazo?

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La pandemia del COVID-19 y la invasión de Ucrania por parte de Rusia han provocado una mayor volatilidad en los mercados financieros, poniendo a prueba las previsiones que las firmas de inversión y entidades financieras elaboran de forma periódico, sobre todo en aquellos en los que intentan identificar megatendencias. 

Uno de esos documentos de tendencias es el que elabora, cada cinco años, Credit Suisse bajo el título de Credit Suisse’s Supertrends. En su última edición, la entidad financiera reconoce que la reciente volatilidad del mercado no ha afectado significativamente a las convicciones generales que la firma proyecta a largo plazo, aunque puntualiza que algunos ciertos eventos han ejercido de catalizadores para favorecer el desarrollo de algunas tendencias sobre otras. 

Según explica Michael Strobaek, director global de inversiones de Credit Suisse, «hemos identificado estas supertendencias, que trasciendan los ciclos económicos, con el fin de ofrecer a los inversores oportunidades de inversión en renta variable a lo largo de varios años. Aunque los catalizadores a corto plazo tienden a favorecer algunas sobre otras, queremos que los inversores miren más allá del sentimiento a corto plazo y de la volatilidad de los mercados financieros. Estas ofrecen una oportunidad para ayudar a los inversores a alcanzar sus objetivos financieros, sociales y medioambientales. Como cada vez más inversores se mueven en esta dirección, creemos que han llegado para quedarse». 

En este sentido, la primera de las supertendencias que señalan desde Credit Suisse tiene que ver con el descenso de la ansiedad provocada por la pandemia. «Aunque el COVID-19 sigue siendo una preocupación para muchas personas, ahora se sitúa por debajo de la preocupación por la pobreza, la desigualdad social y el desempleo. Las empresas, así como los inversores, tienen un importante papel que desempeñar en la búsqueda de soluciones. El reciente repunte de la inflación ha supuesto un mayor reto para la asequibilidad, especialmente de la vivienda y los alimentos, lo que abre el camino a las empresas que pueden abordar este desafío«, explican.

Gráfico 1 Credit Suisse

En segundo lugar, Credit Suisse considera muy relevante la importancia creciente del sector infraestructuras, y la sitúa como la segunda de sus supertendencias. Según la entidad, 2022 parece ser el inicio de un boom de infraestructuras de varios años de duración, ya que el gasto público en nuevos programas de infraestructuras se pone en marcha en Estados Unidos y Europa. En sentido, argumenta: «La mayor parte del gasto se destinará al transporte, la transición energética y las infraestructuras de comunicaciones. La inflación tiende a ser positiva para el sector de las infraestructuras porque las empresas de transporte y de servicios públicos regulados tienen escalas de precios incluidas en sus contratos».

En tercer lugar sitúa el sector tecnológico, sobre el que estima que «experimente una revalorización de sus valores». A partir de noviembre de 2021, estas compañías han pasado de revalorizarse a sufrir un importante ajuste en su precio, lo que refleja que las elevadas tasas de crecimiento dadas durante la pandemia no son sostenibles en el futuro. Sin embargo, afirman que la revolución digital aún tiene mucho recorrido, con nuevos catalizadores como el metaverso, que impulsan esta tendencia. «Las inversiones en marketing digital, producción y venta y distribución en el metaverso deberían aumentar, a medida que la población de este mundo virtual se expande», matizan desde Credit Suisse.

Su cuarta supertendencias es la llamada «silver economy», es decir, aquella que hace referencia a la actividad económica que generan las personas mayores y que está asociada a un tipo concreto de bienes de consumo y servicios. El motivo de su relevancia es que se estima que la población mundial de personas mayores se duplicará hasta alcanzar más de dos mil millones en 2050. Según explican, este cambio creará una demanda, pero también planteará retos que exigen soluciones innovadoras, en la asistencia sanitaria, los seguros y los mercados de consumo e inmobiliarios. «Las áreas terapéuticas de especial importancia son las enfermedades cardiovasculares, la oncología y la neurología. Fuera del sector sanitario, la economía de plata también está expuesta a las empresas financieras, que deberían beneficiarse del entorno de subida de los tipos de interés, junto con determinados nombres de consumo», afirman. 

Gráfico 2 Credit Suisse

La siguiente supertendencia que identifica Credit Suisse es la generación de los Millennials. «Las generaciones más jóvenes está dispuestan a integrar los entornos digitales simulados en las actividades cotidianas. En este sentido, la sostenibilidad también desempeña un papel fundamental para las generaciones más jóvenes en sus hábitos de consumo diarios, ya que están muy preocupados por el medio ambiente y motivados para impulsar el cambio adoptando estilos de vida más sostenibles, especialmente en los mercados emergentes, donde vive la mayoría de esta cohorte», apuntan desde la entidad financiera. 

Por último, la megatendencia que cierra este listado es, justamente, el cambio climático; un fenómeno que ya se refleja en el reciente aumento de los precios de la energía y que debería servir de catalizador para reducir la dependencia mundial de los combustibles fósiles para la producción de electricidad y el transporte. «El sistema alimentario mundial, responsable de más del 20% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), también está en proceso de reducir su huella de carbono y ofrece oportunidades a largo plazo para una amplia gama de industrias», concluye el documento. 

Ante estas conclusiones, Nannette Hechler-Fayd’herbe, directora de Economía Global e Investigación de Credit Suisse, añade: «Todos los temas de las supertendencias están mapeados con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Con el fin de captar este vínculo de manera efectiva, seguimos el progreso del marco general de los ODS de la ONU y supervisamos de cerca la alineación de nuestros temas de inversión con los ODS. Es alentador ver que nuestras supertendencias contribuyen positivamente a los objetivos de desarrollo más amplios, a la vez que ofrecen rendimientos a los inversores».