Angelo Colombo, foto cedida. Swiss Re Corporate Solutions nombra a Angelo Colombo como CEO en América Latina
Swiss Re Corporate Solutions eligió a Angelo Colombo como CEO para la operación de la compañía en América Latina, a partir del 7 de octubre del presente año.
En esta función, Colombo será el encargado de la gestión del negocio de seguros comerciales de la compañía en la región. Asimismo, será responsable por Swiss Re Corporate Solutions México; Compañía Aseguradora de Fianzas “Confianza», una joint venture entre Swiss Re Corporate Solutions Ltd y Seguros Confianza en Colombia; Swiss Re Corporate Solutions Brasil, así como una joint venture entre Swiss Re Corporate Solutions Ltd y Bradesco Seguros, empresa controlada por el Banco Bradesco.
«Estamos muy contentos de que Angelo dirija nuestro negocio en América Latina y nos ayude a proporcionar protección financiera a los clientes en toda la región. Con su experiencia y conocimiento del mercado local, comprende mejor que nadie los desafíos de gestión de riesgos que las compañías enfrentan», comenta Andreas Berger, CEO Swiss Re Corporate Solutions.
Colombo sustituye a Axel Brohm, quien ha sido nombrado Head of Actuarial and Data Science en Swiss Re Corporate Solutions y trabajará de la mano con Colombo para asegurar una transición fluida.
«También me gustaría agradecer a Axel por su contribución en los últimos tres años», continuó el Berger. «Bajo su liderazgo, concluimos el joint venture con Bradesco Seguros, obtuvimos la licencia de seguro directo en México y ampliamos nuestra oferta regional para ayudar a más clientes en América Latina a proteger sus negocios.»
Colombo cuenta con más de 20 años de experiencia en la industria aseguradora, ha ocupado numerosos puestos de liderazgo dentro del mercado latinoamericano de seguros comerciales. Es licenciado en Ciencias en Ingeniería Civil de la Escola Politécnica de la Universidade de São Paulo y una licenciatura en Administración de Empresas de la Fundação Getúlio Vargas en Sao Paulo, Brasil.
Swiss Re Corporate Solutions atiende a clientes y corredores en toda América Latina desde oficinas en Bogotá, Cali, Medellín, Ciudad de México, Miami, Río de Janeiro y Sao Paulo.
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. ¿Existen oportunidades en la montaña de deuda con calificación BBB?
El fuerte crecimiento de la deuda con grado de inversión de menor calidad registrado en todo el mundo desde la crisis crediticia ha generado oportunidades interesantes además de los riesgos ya conocidos, asegura Adrian Hull, responsable de renta fija en Kames Capital.
El temor a una posible saturación de bonos con calificación BBB se ha visto agravado por la última hornada de emisiones, que ha elevado la cuota de estos instrumentos en los mercados mundiales de deuda hasta casi la mitad del total de emisiones. Esta situación ha llevado a los inversores a centrarse en el impacto potencial de las subidas de tipos, que podrían encarecer cada vez más tanto la emisión como el cobro de esta deuda.
Hull señala además que la ingente cantidad de deuda empieza a asustar a los inversores, a quienes les preocupa que algunas empresas están alcanzando niveles de endeudamiento excesivos. “El aumento de la deuda con calificación BBB empezó a resultar preocupante en la segunda mitad de 2018 porque cuadraba con un contexto de ampliación de diferenciales de crédito, correcciones en renta variable y unos tipos de interés más altos en Estados Unidos: una profecía autocumplida de crisis provocada por el exceso de deuda”, explica.
Sin embargo, asegura que este énfasis en la deuda neta pasa por alto un detalle importante: que hay tanta deuda simplemente porque a las empresas les resulta barato emitirla. “Esto no es algo nuevo, la situación actual viene gestándose desde hace años. El aumento de la deuda responde a diversas razones pero una de ellas es que está muy barata”, añade.
En vez de temer el crecimiento de la emisión de deuda corporativa, el experto cree que la situación ofrece numerosas oportunidades de inversión, siempre y cuando las empresas puedan hacer frente a sus compromisos. “Como bien saben los propietarios de una vivienda, lo importante no es la cantidad nominal de deuda sino la capacidad para repagarla”, explica.
Por último, recuerda que aunque la deuda gubernamental se ha multiplicado en los últimos diez años, el coste de financiación de los gilts se ha reducido considerablemente a consecuencia de las políticas de tipos de interés cero, la expansión cuantitativa y el entorno de baja o nula inflación. “Las empresas con mejor calificación crediticia, cuyos costes de financiación están referenciados al tipo de interés del bono gubernamental, han salido beneficiadas, mientras que las empresas con calificaciones más bajas se han visto favorecidas por la búsqueda de rentabilidad de los inversores”, concluye.
No obstante, advierte de que “el exceso de deuda acaba lastrando tanto el balance gubernamental como el de las empresas”. Aunque ambos están indisolublemente relacionados, las soluciones pueden ser muy diferentes, por lo que los inversores deben ser muy selectivos a la hora de invertir en bonos calificados como grado de inversión.
Pixabay CC0 Public DomainOlichel. ¿Ha llegado el fin del mercado bajista para las divisas emergentes?
Los mercados emergentes vuelven a ganar atractivo entre los inversores, después de un 2018 duro. Y lo mismo ocurre con sus monedas. Según las estimaciones de Pictet AM, las divisas emergentes, tras siete años de mercado bajista, finalmente “están en remontada”. El motivo sigue siendo el mismo: los países emergentes han hecho sus deberes.
Según los principales indicadores, la desaceleración del crecimiento en mercados emergentes puede ser mucho menos pronunciada que en desarrollados y esta brecha es compatible históricamente con la recuperación de estas divisas. Así, aunque el crecimiento del PIB del mundo desarrollado sea aún 2,1% positivo, tiende a descender y por nuestro principal indicador puede caer más los próximos meses. Una considera que según Patrick Zweifel, economista jefe de Pictet AM, hay que tener muy presente. “Vemos una tendencia similar en mercados emergentes, pero parten de un crecimiento del 4,2% y su desaceleración puede ser menos pronunciada”, apunta Zweifel.
De hecho, se observan períodos desde 1994 en que esta brecha de crecimiento ha favorecido a los mercados emergentes. Se han dado en tres modos: cuando ha habido una desaceleración del crecimiento del PIB emergentes más lenta, cuando el crecimiento de los emergentes se ha ampliado mientras que se ha reducido el de los desarrollados o cuando ambos han crecido, pero en emergentes más rápidamente.
“Las acciones emergentes han superado a las de desarrollados en los tres regímenes y los diferenciales de rentabilidad a vencimiento de los bonos gubernamentales de emergentes en dólares se han reducido. Como era de esperar, tanto acciones como bonos emergentes se han comportado mejor y en mayor grado cuando el crecimiento ha sido fuerte globalmente. Sin embargo típicamente el mejor entorno para las monedas emergentes ha sido una situación como la actual”, argumenta el economista jefe de Pictet AM.
Según el análisis que hace Zweifel, efectivamente, las divisas emergentes en períodos de igual régimen que el actual en estas dos décadas, se han apreciado respecto al dólar en todos ellos menos el actual. En su opinión, ya han empezado a volver la tendencia, con modesta recuperación los últimos meses. “Lo que esperamos continúe”, añade.
Además, desde Pictet AM consideran que las condiciones macroeconómicas en períodos de recuperación de estas monedas se caracterizan por una disminución del crecimiento de Estados Unidos, caída de la rentabilidad a vencimiento de la deuda del Tesoro estadounidense a diez años y un razonable aumento de las exportaciones de los emergentes, como actualmente. “La excepción se da con las materias primas, típicamente fuertes en los otros períodos, mientras que el en el actual han mostrado debilidad precios recientemente. Pero incluso en este caso hay razones para la esperanza, pues el índice S&P GSCI de materias primas ha llegado a subir 11% hasta el 15 de febrero”, concluye.
El Janus Henderson Global Equity Market Neutral Fund tiene como objetivo generar un rendimiento absoluto positivo en periodos de 12 meses, en todas las condiciones del mercado. El Fondo emplea un enfoque neutral del mercado a través de transacciones de alta convicción identificadas a través de un análisis fundamental. El Fondo puede aprovechar la capacidad de selección de valores de los profesionales de inversión experimentados de alto nivel dentro de la división de capital de Janus Henderson Investor, combinando así una gama de estilos y procesos de inversión.
Esta estrategia apunta a un bajo nivel de volatilidad y bajas reducciones, utiliza un proceso sistemático de construcción de cartera de paridad de riesgo para garantizar que el fondo esté equilibrado. La construcción de la cartera es supervisada por un administrador dedicado, así como por equipos de riesgo independientes.
Richard Brown es un portfolio manager de equities europeas de Janus Henderson Investors, una posición que ha ocupado desde 2015. Brown se unió a Henderson en 2007 como especialista de producto y comenzó a trabajar en el equipo de acciones paneuropeo como especialista en inversiones en 2009. Se graduó con una licenciatura (Hons) en matemáticas con estudios de administración de la Universidad de Sussex. Es titular de la designación de Analista Financiero Autorizado y del Certificado de Gestión de Inversiones (IMC).
Janus Henderson tiene 328.500 millones de dólares bajo administración, más de 2.000 empleados y oficinas en 28 ciudades de todo el mundo.
La sexta edición del Investments & Golf Summit organizado por Funds Society se llevará a cabo entre el 6 y el 8 de mayo en el Streamsong Resort and Golf con los gestores de las principales firmas de la industria. Para más información y asegurar su lugar, siga este link.
Pixabay CC0 Public DomainFoto: SteenJepsen. Risk Control and Diverse Coupon Structures: ASG Capital’s approach to Investing in the Subordinated Debt Market
Controlar el riesgo y apostar por distintas estructuras de cupones para poder hacer frente a los cambios constantes de las políticas monetarias en Estados Unidos y Europa: son las claves de ASG Capital para invertir en deuda subordinada con éxito. “Estamos viviendo un momento atípico: ha habido mucha intervención por parte de los bancos centrales, así que tenemos que apostar por una estrategia flexible”, asegura Steven Groslin, miembro ejecutivo del consejo de administración de la gestora, donde también es co-gerente de varios fondos.
En un webinar organizado por SharingAlpha, Groslin indaga en las claves de este instrumento y, en concreto, de su fondo LFP ASG Dynamic Income, junto a Ygal Cohen, presidente, director ejecutivo y fundador de ASG Capital. Ambos insisten en la importancia de gestionar el riesgo en esta estrategia, tanto el específico del mercado de renta fija como el de este producto concreto, sobre todo teniendo en cuenta los giros monetarios que ha habido en los últimos años, especialmente en Estados Unidos, pero también en Europa.
Groslin asegura que su estrategia se centra en “blue chips” y entidades sistémicas, lo que hace que tengan una valoración media de BBB-. Al mismo tiempo, apuestan por la diversificación, por lo que, nunca asignan más de un 3% a las cerca de 90 posiciones con las que cuentan.
Una de las claves que hacen que el fondo, a su juicio, sea único son los distintos tipos de cupones que se ofrecen: a tasa fija (10,4%), a tasa flotante (22,4%) y, sobre todo, a tasa fija que puede transformarse a flotante (67,2%). La ventaja principal de estar sobreponderados en este último tipo de cupón es que les permite “optimizar la posición, según los tipos de interés”.
El control del riesgo
Groslin apunta que no existe ningún riesgo adicional más allá del inherente al mercado de renta fija y a la deuda subordinada: “no hay derivados, no hay apalancamiento y no hay repos”. Además, si aparece el riesgo divisa, se cubre para convertir el instrumento en uno de “dólar puro”.
“La gestión del riesgo es completamente esencial para poder beneficiarse del atractivo de este tipo de activo”, añade Cohen, quien apunta que hay soluciones alternativas para obtener un nivel de rentabilidad similar, como los mercados emergentes o el high yield, pero su nivel de riesgo es “sustancialmente más alto” que el de su estrategia.
En ese sentido, hace hincapié en que la rentabilidad media de la cartera del fondo, lanzado en 2014, es del 6%. A esto se une el otro atractivo esencial: “el componente de ganancias de capital”. Todo ello lo logran, señala, con un enfoque bottom-up que selecciona emisores con fuertes fundamentales económicos y gran capitalización. “El 90% proceden del espacio del grado de inversión”, afirma antes de apuntar que, tras seleccionar los emisores idóneos, eligen aquellos instrumentos de deuda que generan la mejor relación riesgo-beneficio.
Cohen revela que invierten, principalmente, en mercados de la OCDE, evitando los emergentes porque, de esa forma, no tienen que “lidiar con los riesgos geopolíticos potenciales”. De ahí que sobreponderen el espacio europeo- con un 37,1% en países de la Eurozona y un 29,7% de los que no lo son- y el norteamericano, con un 23,3%.
Según cuenta, la diversificación geográfica les permite contar con distintos tipos de exposiciones para poder hacer frente a los cambios en las políticas monetarias y, al mismo tiempo, tener acceso a una gran diversificación por sectores. En este ámbito, el financiero es el más sobreponderado (60,5%), ya que, como declara Cohen, los bancos son los emisores principales de este instrumento. Por detrás están el sector de la gestión de activos y de seguros (20,2%) y, ya de lejos, el industrial (5,8%).
El hecho de que el fondo esté gestionado en dólares les permite contar con mayores oportunidades de inversión que con cualquier otra divisa. Este es otro de los factores que hacen que su estrategia sea “única”, a lo que se suma que apenas hay unos pocos fondos especializados en este producto en Europa y Estados Unidos y que, por ende, cumplan las expectativas de los inversores a los que se dirigen: minoristas, family offices, bancos privados e institucionales.
Todo ello, siempre, con un enfoque “prudente, flexible, ágil y transtlántico”, sentencia Cohen.
Pixabay CC0 Public DomainFoto: kyh4120. Los gestores en EE.UU. quieren ofrecer sus ETFs a través de estructuras no transparentes
Los mercados de fondos mutuos y fondos cotizados en bolsa (ETF) han cambiado considerablemente en los últimos años, y de acuerdo con la edición 100 del análisis mensual de Cerulli Associates, lo más destacado hoy en día es que «varias firmas compiten por ofrecer estructuras de ETF no transparentes con diferencias clave en la mecánica utilizada para ofuscar las participaciones».
Según la firma, «los gestores activos están muy interesados en ofrecer sus estrategias a través de estructuras no transparentes, ya que presentan una oportunidad de distribución única con pocas desventajas». De los administradores de activos encuestados por Cerulli, el 46% indica que desarrollarían capacidades de ETF no transparentes si una propuesta fuera aprobada por la SEC.
Mientras tanto, los activos de los fondos mutuos están listos para romper la barrera de los 15 billones de dólares (triillion en inglés), cerrando en marzo tan sólo 12.000 millones por debajo de la marca. En octubre de 2010, cuando inició el análisis de Cerulli, los activos totales de los ETFs se mantuvieron por debajo del umbral de 1 billón, situándose en 924.000 millones. En menos de nueve años, el total de activos de la ETF cerró marzo en 3,8 billones. Los flujos netos de fondos mutuos superaron a los ETF durante el 1T 2019, atrayendo 80.700 millones en comparación con los 52.700 millones de dólares que fluyeron a los ETFs en el mes.
Equipo de Izilend. Imagen cedida.. Izilend desembarca en España con 200 millones de euros para ofrecer financiación alternativa a proyectos inmobiliarios
Izilend, que forma parte del grupo FS Capital Partners quien ya opera en Iberia desde el año 2007 a través de Finsolutia, servicer independiente en la adquisición y gestión de grandes carteras de deuda hipotecaria y activos inmobiliarios, ha lanzado un vehículo de inversión de hasta 200 millones de euros para ofrecer soluciones financieras alternativas a promotores e inversores inmobiliarios. La firma, que está especializada en financiar proyectos de entre uno y diez millones de euros, ha realizado ya diez operaciones por valor de 20 millones de euros y en 2019 prevé financiar 50 millones de euros.
Así, Izilend ofrece financiación alternativa y complementaria a la tradicional y se caracteriza por la rapidez y la flexibilidad frente a otros actores del mercado. Con los servicios que ofrece, los clientes pueden destinar fondos propios limitados a varios proyectos simultáneamente sin tener que renunciar a buscar otras opciones en el mercado, así como mantener el control del capital evitando la entrada de socios financieros.
Izilend financia distintos proyectos de varios tipos de activos tales como viviendas, oficinas, retail y suelo en las principales ciudades españolas y portuguesas y en las zonas costeras de ambos países.
La firma está también presente en Portugal, a través de una plataforma de crowdfunding inmobiliario regulada por la CMMV. De esta forma, Izilend se convierte en la única propuesta de financiación ibérica con estas características, respaldada por un equipo con más de 12 años de experiencia en el mercado.
Los próximos años se prevé un crecimiento de la financiación alternativa en Europa, tal y como se refleja en el informe European Alternative Finance Industry Report. Según este estudio, en España los últimos cinco años este tipo de financiación ha aumentado un 313% hasta alcanzar los 131 millones de euros en la región en 2016. En este contexto y teniendo en cuenta que en el mercado español actualmente el 90% de la financiación proviene de los bancos tradicionales, se requieren otros players que apoyen el desarrollo del sector inmobiliario en la región.
«Somos una firma diferencial que ofrecemos a los promotores e inversores inmobiliarios españoles una solución para que puedan desarrollar sus proyectos en los cuales la banca tradicional no accede ya sea por tipo de producto, situación o tiempos de decisión», señala Francisco Jonet, corresponsable del negocio de Izilend en España. «Por el momento hemos financiado desde pequeños promotores a socimis, y desde suelo a bloques de viviendas ubicados en diferentes provincias del territorio nacional», añade Jonet.
Gonzalo Gutiérrez de Mesa, corresponsable del negocio de Izilend en España, asegura que “estamos creando un nuevo nicho en el que creemos que existe un gran potencial. Prevemos que en 5 años la demanda de financiación alternativa se duplique, acercándonos paulatinamente a tasas de penetración de mercado más cercanas a mercados más maduros en Europa, donde este tipo de financiación representa entre un 30% y un 40% del mercado total. Para entonces, si cabe, seremos un actor más consolidado aún en el sector con un track record y un posicionamiento destacable bajo la marca de Izilend”.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: Koshinuke. La mejora de los fundamentales en Japón pasa desapercibida
El sentimiento de los inversores extranjeros con respecto al mercado de renta variable japonés es extremadamente negativo: en 2018, las ventas netas de acciones niponas por parte de inversores extranjeros marcaron su nivel más elevado desde 1987, año del infame desplome del Lunes Negro. Según explica Alex Lee, gestor de carteras de renta variable en Columbia Threadneedle, este sentimiento no se ha visto contrarrestado por las señales de la creciente fortaleza de la economía interna y los cambios en la conducta corporativa que han impulsado los márgenes de beneficios hasta cotas históricamente elevadas.
La razón principal que subyace a esta prudencia de los inversores es la opinión generalizada de que la economía del país del Sol Naciente está estrechamente orientada hacia el ciclo económico mundial. Por lo tanto, cuando se observan indicios de ralentización del crecimiento mundial, los argumentos a favor de la renta variable japonesa se ponen en entredicho.
No cabe duda de que Japón sigue constituyendo un mercado cíclico y que su reciente rentabilidad y sus perspectivas a corto plazo dependen en gran medida del entorno exterior. No obstante, esta visión no tiene en cuenta el alcance de las transformaciones que han tenido lugar en la economía japonesa y en la mentalidad de las compañías y los consumidores, lo que sugiere que, con el tiempo, el país está reduciendo en cierta medida su vinculación al ciclo mundial.
Esto no basta para desligar completamente a Japón de las influencias cíclicas de mayor envergadura, pero sí está contribuyendo a reforzar las perspectivas de las compañías niponas, además de sentar las bases para la generación de un crecimiento de los beneficios más robusto cuando el entorno mundial resulte más halagüeño.
Japón ha logrado dejar atrás el estancamiento deflacionario
Tras dos décadas de enquistada deflación, el país ha retornado a la senda del crecimiento del producto interior bruto (PIB) nominal (véase el gráfico 1). Un importante giro se ha observado en el deflactor del PIB, que se mantenía obstinadamente en terreno negativo desde mediados de la década de 1990, pero que ha arrojado datos positivos en los últimos años.
Se trata, en parte, de un efecto cíclico, que refleja una aminoración de las presiones deflacionarias a escala mundial y un crecimiento internacional más acelerado. Sin embargo, también se han producido cambios de calado a nivel nacional.
Con un entorno de deflación y endeble economía como telón de fondo, el aumento de los precios en Japón se consideraba socialmente inaceptable durante muchos años. En efecto, en 2016, la empresa de repostería Akagi Nyuguyo emitió un famoso anuncio televisivo en el que pedía disculpas a los consumidores por elevar los precios por primera vez en 25 años.
Así pues, en 2017, cuando Yamato Holdings, una prestigiosa compañía de mensajería, subió sus precios por primera vez en 27 años, la medida se reveló, como cabía esperar, polémica. No obstante, debido a la fuerte demanda y la escasez de conductores, Yamato explicó que, para pagar a sus empleados un salario justo y ganar dinero, tenía que dejar de ofrecer un servicio de mensajería de renombre mundial a precios mínimos. En la actualidad, la compañía afirma que la actitud de los consumidores ha cambiado: la mentalidad deflacionaria que rechazaba todo aumento de los precios ha sido sustituida por una aceptación de que la inflación se revela, en ocasiones, adecuada.
Las firmas pueden, por fin, subir los precios para reflejar la calidad de sus bienes y servicios sin tener que disculparse ante los consumidores. Estas subidas ayudan a proteger sus márgenes y sustentan una tendencia de mejora de la rentabilidad.
Sin embargo, el envejecimiento y la disminución de la población continúan representando un obstáculo para un aumento pronunciado de la inflación. En consecuencia, el regreso a un entorno más inflacionista será un proceso progresivo y moderado. Las presiones inflacionarias seguirán revistiendo un cariz cíclico, y no prevemos que la inflación alcance el objetivo del 2% del Banco de Japón en un futuro próximo. No obstante, el mero hecho de dejar atrás una dinámica de deflación resulta sumamente elocuente y alentador.
¿Cómo está abordando Japón la contracción demográfica?
El envejecimiento de la población nipona está plenamente documentado. El mercado de trabajo se encuentra ya enormemente tensionado, y esta situación no hará sino agravarse con la continua contracción de la población en edad de trabajar. Esto supone un importante escollo para el crecimiento económico.
Ahora bien, Japón se ha dado cuenta de que se está quedando sin mano de obra y ha comenzado a reaccionar para corregir la situación. El país ha logrado con sumo éxito incorporar al mercado laboral a personas antes inactivas, sobre todo mujeres y personas mayores. La tasa de participación en la fuerza laboral sigue aumentando con celeridad, y con un dato del 61,4% a finales de 2018 está rápidamente acortando distancias con Estados Unidos, cuya cifra asciende al 63,2% (véase el gráfico 2).
Por lo que respecta a las mujeres, la participación en la fuerza laboral nipona es ya más elevada que en Estados Unidos, gracias a las políticas gubernamentales destinadas específicamente a incrementar la tasa de participación femenina (estas medidas recibieron el nombre de «Womenomics»).
También se observan señales de que las actitudes tradicionalmente recelosas de Japón con respecto a la inmigración y los trabajadores extranjeros están cambiando. Las iniciativas turísticas del Gobierno nipón representan un indicador clave de esta transformación.
En 2008, Japón fijó el aparentemente ambicioso objetivo de atraer a 20 millones de turistas extranjeros al año hasta 2020. Esta meta se alcanzó con cinco años de antelación, por lo que el Gobierno duplicó su objetivo a 40 millones de visitantes hasta 2020 y a 60 millones hasta 2030.
El turismo no solo constituye una positiva fuente de demanda de consumo importado, sino que además aumenta la exposición de la sociedad japonesa a las influencias extranjeras. En la actualidad, el Gobierno está comenzando a reformar las normas relativas a inmigración —las últimas medidas han facilitado la concesión de visados y han permitido a los trabajadores extranjeros traer a sus familias a Japón en determinadas circunstancias. Se trata de tendencias incipientes; hoy en día, los trabajadores extranjeros tan solo representan el 2% de la fuerza laboral total.
No obstante, en 2017, los extranjeros representaron el 30% del crecimiento en el número de trabajadores en Japón3. No debería menospreciarse la importancia de estos primeros pasos hacia una sociedad más abierta a la inmigración, ya que esta podría suponer un factor muy relevante para el rendimiento económico futuro del país asiático.
Pese a estos avances positivos, no anticipamos que el crecimiento de la fuerza laboral impulse el crecimiento económico de cara al futuro, dadas las características demográficas niponas, aun cuando la inmigración contrarrestara con creces el impacto de una menguante población en edad de trabajar. La productividad se convertirá en un factor determinante de la capacidad del país para catapultar el crecimiento de su economía. En este sentido, y hasta la fecha, la situación arroja luces y sombras.
Los ámbitos de la economía más expuestos a la competencia mundial, notablemente las manufacturas, han exhibido un crecimiento de la productividad muy vigoroso desde la crisis financiera mundial, lo que ha permitido al sector mantener su competitividad a escala internacional. En cambio, en los sectores no manufactureros orientados a la economía nacional que no están expuestos a la competencia mundial, el crecimiento de la productividad ha descendido muy por debajo de otras economías importantes.
Desde Columbia Threadneedle prevén que la economía nacional basada en el sector servicios registrará las mejoras de productividad más significativas en el futuro, ya que la escasez de mano de obra y la inflación de costes obligarán a las compañías a mejorar su eficiencia si desean sobrevivir.
El universo corporativo japonés ha cambiado su manera de actuar
Ante los crecientes costes y el reto que plantea un mercado de trabajo en el que el desempleo casi ha desaparecido, las compañías japonesas han reaccionado introduciendo oportunos cambios de conducta. Tradicionalmente, las empresas niponas han tendido a invertir enormemente cuando la economía se situaba en fase de expansión, lo que se traducía en un perjudicial exceso de inversión en el punto álgido del ciclo, seguido de un desplome en la rentabilidad y un significativo aumento de las depreciaciones cuando el crecimiento daba un vuelco.
No obstante, en la actualidad, observamos que las compañías están adoptando un enfoque mucho más comedido, en parte porque tratan a duras penas de conseguir la mano de obra necesaria para crecer. En consecuencia, sus inversiones están cada vez más enfocadas a la eficiencia, en lugar de al crecimiento de la capacidad.
Las empresas están otorgando prioridad a la rentabilidad, en detrimento de una inoportuna expansión de las ventas. Esta asignación del capital más eficiente ayuda a proteger los márgenes y respalda los precios. Este alejamiento de unos patrones de inversión sumamente procíclicos reviste importancia, ya que contribuirá a incrementar la resiliencia del sector corporativo durante periodos económicos bajistas y, por ende, reducirá su orientación al ciclo económico mundial.
En Columbia Threadneedle constatan este cambio de enfoque en la pronunciada caída del porcentaje de compañías japonesas con un resultado neto negativo y en el notorio descenso del número de filiales corporativas que generan pérdidas. Son conscientes de que estas tendencias presentan, en parte, un carácter cíclico. Sin embargo, también consideran que estos cambios ponen de relieve que las compañías están comenzando a especializarse en sus áreas más fuertes y están destinando la mano de obra a las actividades que generarán las rentabilidades más sólidas.
Aumento de los beneficios y de los márgenes
Los márgenes empresariales están aumentando y la rentabilidad japonesa se sitúa en su nivel máximo histórico. Esto se debe, en parte, a los cambios de comportamiento en el mundo corporativo mencionados con anterioridad. También es el resultado de varios años de dolorosas reestructuraciones tras la crisis financiera mundial, ya que la fortaleza del yen y la competencia de bajo coste procedente de China obligaron a las compañías niponas a pasar a escalafones más elevados en la cadena de calidad y dar la espalda a negocios de escaso valor añadido. Cuando la Abenomics empezó a debilitar la moneda, los beneficios japoneses se dispararon.
El actual periodo de menor crecimiento mundial ha reforzado la persistente prudencia de los analistas en relación con la renta variable japonesa, debido a su exposición cíclica. No obstante, en Columbia Threadneedle están convencidos de que las reformas descritas con anterioridad han incrementado la resiliencia del sector corporativo japonés. En efecto, durante la ralentización china de 2015-2016, la rentabilidad nipona solo descendió ligeramente, mientras que en el pasado se habría anticipado un desplome.
No cabe duda de que Japón sigue orientado al ciclo mundial, pero creemos que esto no tiene un efecto tan bajista como en el pasado, en parte porque las compañías niponas han aprendido las dolorosas lecciones de su tradicional sesgo hacia patrones de inversión sumamente procíclicos.
En resumen, Japón está mejor posicionado hoy en día que durante ralentizaciones anteriores, aunque esto no se refleja en las valoraciones de la renta variable porque los inversores están ignorando los cambios desde las bases («bottom-up») adoptados por las empresas.
Las valoraciones vuelven a situarse en niveles mínimos
Pese a los cambios descritos, a finales de 2018 el mercado nipón volvió a situarse en mínimos históricos en términos de los ratios precio/beneficios (PER), que rondaban 12 veces. La ingente ola de ventas por parte de los inversores extranjeros puso en evidencia la desconfianza en las mejoras que se han adoptado en los últimos años.
Si se compara Japón con otros mercados, durante la década de 1990 el mercado nipón cotizó con una significativa prima de valoración respecto al resto del mundo. No obstante, el mercado sufrió una notoria caída, y en 2012 ya no ofrecía tal prima. Desde entonces, mientras que otros mercados importantes han experimentado un aumento de sus múltiplos de valoración, el mercado de Japón ha mantenido su trayectoria descendente, pese al vigoroso crecimiento de los beneficios corporativos.
En este contexto, Columbia Threadneedle considera que Japón exhibe una atractiva valoración. La caída del mercado significa que, en el futuro, cuando los beneficios reanuden su avance, la renta variable nipona ya no tendrá que lidiar con una tendencia bajista a largo plazo y los precios de las acciones podrían aumentar de manera proporcional.
Conforme se disipan los obstáculos cíclicos mundiales, creemos que el entorno de reducidas valoraciones del mercado y un sector corporativo más robusto allanarán el camino para que el mercado coseche sólidas ganancias.
Japón está posicionado para sacar partido de la reflación
Japón se vio muy perjudicado durante el colapso deflacionario que siguió al hundimiento de Leman Brothers. La feroz competencia de China y el fortalecimiento del yen obligaron a las compañías a acometer procesos de reestructuración y abandonar las actividades de escaso valor añadido. Esto ha dado sus frutos.
Desde 2013-2014, la cuota de Japón en el total de exportaciones mundiales se ha estabilizado. A pesar de los problemas estructurales a escala interna, los fabricantes japoneses han incrementado su competitividad a escala internacional y se han centrado en mayor medida en la producción de elevado valor añadido.
Además, el comportamiento de las compañías niponas nacionales también está cambiando. El sector servicios ha atravesado dificultades por la irrisoria productividad registrada durante muchos años, ya que el entorno de deflación alentó la inversión en exceso en personal. La escasez de mano de obra y los precios al alza están ahora modificando la forma en que estas empresas hacen negocios. Las firmas están prestando más atención a la eficiencia y la productividad, y los márgenes están incrementándose de forma paulatina.
Foto cedidaJackie Maubré, CEO de BNP Paribas AM. Tres preguntas sobre Argentina con Jackie Maubré, CEO de BNP Paribas AM
Argentina sigue en la montaña rusa preelectoral, con el peso en caída libre y las primas de riesgo disparadas. Para aclarar el panorama, entrevistamos a Jackie Maubré, CEO de BNP Paribas Asset Management, una persona con una larga experiencia en el mercado argentino.
La mayoría de los interlocutores señalan que estan turbulencias están relacionadas con el escenario político de 2019, pero cabe también preguntarse si Argentina no está instalada en un escenario de inestabilidad a mucho más largo plazo.
“Si bien es cierto que el riesgo país de los mercados emergentes en general viene registrando un cierto incremento, en el caso de la Argentina el spread se ha ampliado aún más. Cuando el riesgo país se amplía, implícitamente el mensaje que el mercado está dando es que cree que hay un deterioro de la calidad crediticia del país. En el caso de la Argentina, la posibilidad de deterioro no se explica únicamente por la dinámica macroeconómica sino más bien por el momento político que atraviesa el país. Los argentinos se enfrentarán a las urnas el próximo mes de noviembre y el resultado definirá el modelo de país elegido por el conjunto. Las últimas encuestas no son favorables para la reelección del gobierno actual. El mercado teme que el abandono del modelo corriente pueda llevar a un cambio de reglas de juego que abran la posibilidad de una renegociación de la deuda. Una vez dirimida la cuestión política, podremos comprender si la escalada en el riesgo país responde a la incertidumbre electoral temporaria o no”, explica la CEO de BNP Paribas AM.
¿Se está especulando con un posible default?, ¿el default es un escenario posible según quién gane o pierda las elecciones?
“Argentina aún guarda en su memoria la experiencia dolorosa del default del 2001. Es muy poco probable pensar que cualquiera de los candidatos, conociendo las consecuencias de aquella experiencia, pueda considerar como válida esta opción. Por otra parte, el FMI (Fondo Monetario Internacional) está conversando con los candidatos de todo el arco opositor y el escenario más razonable que se podría esperar, en caso de ser necesario, es que la Argentina busque conservar su relación con los inversores internacionales acordando una fórmula consensuada y voluntaria para ambas partes y que, en todo caso, enfoque una renegociación más profunda con los organismos multilaterales”, señala Maubré.
Argentina volvió a colocar deuda entre los inversores locales e internacionales con éxito: ¿cómo explicar este voto de confianza a pesar del nerviosismo que se percibe en la subida del riesgo país?
“En el corto plazo, y por el año 2019, Argentina tiene asegurado el financiamiento. Con lo cual, los inversores de corto plazo continúan participando de las propuestas de roll-over que van surgiendo siempre y cuando los vencimientos se produzcan dentro del mandato de Mauricio Macri. Particularmente, considerando los atractivos rendimientos que ofrecen las tasas locales en pesos”, concluye Jackie Maubré.
. Cuanto más conocimientos tienen los inversores españoles, más arriesgan
Los inversores españoles tienen casi la mitad de su cartera (49%) en inversiones de bajo riesgo, por encima de la media europea (45%) y sólo por debajo de Italia (51%) y Portugal (57%), según una encuesta elaborada por Schroders. Además, están por encima de la media en la exposición que tienen a efectivo, con un 27% de la cartera en comparación con el 25% de la media de Europa. Con este enfoque tan conservador, es sorprendente que las expectativas de rentabilidad anual de los inversores españoles se sitúen en un 9%, una cifra que no se ajusta a la realidad.
Según revela el Estudio Global de Inversión 2018 de Schroders, hay claras diferencias entre los españoles que se consideran inversores avanzados/expertos y los principiantes en cuanto a la exposición al riesgo en sus inversiones. Podemos decir que aquellos que se consideran avanzados o expertos adoptan un nivel de riesgo superior, invirtiendo un 23% de su cartera en inversiones de alto riesgo en comparación con los que cuentan con conocimientos de nivel principiante o básico, que solo tienen una exposición del 9% en esta clase de activos.
Por otro lado, los inversores avanzados o expertos dedican al bajo riesgo un 42% de sus inversiones, mientras que los que tienen menos conocimientos invierten de media casi un 60% (58%). Esto indica que los inversores con más conocimientos confían más en la posibilidad de obtener beneficios a través de un mayor riesgo.
En términos demográficos, los millennials españoles—aquellos de entre 18 y 36 años— invierten más en productos de alto riesgo, con una asignación media del 21% de sus carteras, que los españoles mayores de 37, que se muestran claramente más cautos y asignan tan solo un 14% de sus inversiones a activos de alto riesgo. Esto supone un enfoque más prudente en vista de sus perfiles de inversión ya que el 51% de la cartera de estos últimos está en activos de bajo riesgo mientras que los millennials asignan algo menos, el 45% de media. Si analizamos las respuestas de los mayores de 65 años, las diferencias son aún más claras especialmente en la exposición a activos de bajo riesgo, con un 56% de la cartera asignada aquí.
Además, los inversores españoles avanzados o expertos también cuentan con una asignación a efectivo significativamente inferior a la de los principiantes. En total, de media invierten un 20% de sus carteras en efectivo, frente al 37% de los inversores con menor conocimiento financiero. La asignación a efectivo de los inversores de nuestro país en general (27%) es ligeramente superior a la media de los inversores europeos con un 25% de sus carteras en efectivo.
Así pues, los inversores españoles avanzados o expertos presentan una mayor exposición a la renta variable (39%), la renta fija (15%), los fondos inmobiliarios -no activos inmobiliarios como tal- (11%) y las inversiones alternativas (14%).
En general, un 23% de los inversores españoles con conocimientos financieros de nivel avanzado o experto cree que sus carteras están muy bien diversificadas, en comparación con el 6% de los de nivel principiante o básico. Pero los datos totales señalan que el 81% de los inversores españoles, sin tener en cuenta sus conocimientos de inversión, creen que sus carteras están muy o bastante bien diversificadas (79% en Europa).
Si añadimos algunas comparaciones globales, los inversores asiáticos, independientemente de sus conocimientos de inversión, son los que tienen la asignación media más alta a efectivo: invierten un 29% de sus carteras en estos activos. Por el contrario, los inversores en América son los que tienen menos exposición: asignan una media del 20% de sus inversiones a efectivo.
Reacciones ante las caídas
La encuesta revela datos interesantes en cuanto a las reacciones de los inversores españoles ante las caídas de los mercados bursátiles y cómo responden en sus carteras. Más de la mitad de los españoles, ante esta situación, aumenta su asignación a la renta variable, la renta fija, los activos inmobiliarios y el efectivo ya que un 56% responde que invierte más o mueve el dinero. Un 37% no hace nada cuando los mercados caen y el 7% reconoce no prestar atención a los mercados. Es importante destacar cómo los inversores con mayores conocimientos tienen más posibilidades de reaccionar con mayor rapidez a estas caídas ya que el 71% invierte o mueve el dinero frente al 32% de los que tienen un nivel principiante o básico. El 68% de los inversores con conocimientos básicos o de principiante no hace nada, incluyendo un 20% que afirma no prestar atención a los mercados.
Las temáticas de inversión más interesantes para los inversores españoles son las tecnologías disruptivas, la sostenibilidad, las materias primas y la salud. Los millennials españoles y los inversores avanzados o expertos muestran especial interés por la sostenibilidad como temática de inversión, respectivamente. Para los españoles mayores de 37 la temática más importante son las tecnologías disruptivas.
«Por norma general, para obtener mayores rentas, deberás asumir mayores riesgos, y es interesante ver cómo los inversores que describen sus conocimientos de inversión como avanzados o de nivel experto tienen más posibilidades de exponerse a más riesgo. Sin embargo, creemos que los inversores deberán mantener sus inversiones durante más tiempo del que están acostumbrados. Se trata de una manera de recuperarse ante caídas a corto plazo del valor del capital y de obtener rentas», señaló Carla Bergareche, directora general de Schroders para España y Portugal.
Pagar por asesoramiento
En cualquier caso, todos los inversores, independientemente de su nivel de conocimientos, deberían evaluar cuánto riesgo adicional están dispuestos a asumir para lograr sus objetivos, así como analizar sus circunstancias personales y su propia predisposición al riesgo. Es clave descubrir que un 62% de los inversores españoles pagaría por recibir asesoramiento financiero profesional, y especialmente los avanzados o expertos, con un 71% respondiendo que estaría dispuesto a pagar.
Algo que facilitaría que logren sus objetivos de acuerdo a sus particularidades. «Volvemos a comprobar que los inversores tienen expectativas demasiado elevadas sobre sus ahorros: hacen planes de cara al futuro y mantienen la esperanza de que sus inversiones crecerán para que estos planes se hagan realidad. No obstante, si los cálculos sobre sus rentas se distancian demasiado de la realidad, los planes pueden desmoronarse rápidamente», añadió Bergareche.