Pixabay CC0 Public Domain. ¿Cuál es el valor del arte como vehículo de inversión?
BBVA Global Wealth (GW), el área global de banca privada del Grupo BBVA, ha llegado a un acuerdo con la firma de asesoramiento en arte We Collect para ampliar el servicio de asesoramiento en arte para sus clientes en España y Suiza. BBVA GW tiene como uno de sus objetivos impulsar la propuesta no financiera en torno al arte, incorporando nuevas propuestas a lo largo de 2020.
We Collect es una galería de arte, con sede en Madrid y Londres, y es el primer club para coleccionistas de arte en España. A través del acuerdo con We Collect, los clientes de banca privada de BBVA, en España y Suiza, tendrán asesoría especializada en la compra de obras de arte, gestión de colecciones, valoraciones, tasaciones o aspectos relacionados con la fiscalidad, entre otros. Asimismo, contarán con acceso a programas de formación, charlas y talleres impartidos por especialistas.
El primer evento de colaboración con We Collect tuvo lugar el jueves 27 de febrero en la feria ARCO en Madrid cuando un grupo de clientes visitó los stands más relevantes de la feria, guiados por Enrique del Río, director general de We Collect.
Además del servicio de consultoría, la propuesta en arte de BBVA incluye experiencias únicas a través de acuerdos con los principales museos de España: el Museo del Prado y, más recientemente, el Museo Thyssen, con visitas exclusivas a puerta cerrada para los clientes de banca privada.
Asimismo, BBVA GW pone a disposición de sus clientes acceso a la colección de arte del Grupo, en colaboración con el área de Patrimonio Artístico de BBVA. La oferta incluye visitas a museos que tienen obras cedidas o en depósito de la colección; visitas a los talleres de artistas cuyas obras están en la colección, y visitas a los talleres de restauración de pintura, papel, escultura y artes decorativas que tiene el banco. En febrero, por ejemplo, BBVA organizó dos eventos privados para clientes en el Museo Carmen Thyssen en Málaga.
Pixabay CC0 Public Domain. Del SARS en 2003 al colapso de 2008 y al coronavirus: no hay dos crisis exactamente iguales
Son muchos los analistas que durante la última década han advertido de que estamos ante el mayor experimento económico de la historia, refiriéndose a la intervención de los bancos centrales y al entorno de bajos tipos de interés que se ha instaurado en la economía global. Pues bien, este experimento se enfrenta a una nueva prueba: cómo esquivar una recesión.
Muchos analistas han tomado como referencia crisis sanitarias pasadas, comenzando por la más próxima y parecida, el brote de SARS de 2003. Al inicio de este brote, en enero de 2020, la mayoría de las firmas de inversión cuantificaban el impacto del coronavirus en el crecimiento económico a raíz de las cifras que dejó el SARS entre 2002 y 2003. Incluso, se ha usado este marco para anticipar la trayectoria del coronavirus. Pero, ante el desarrollo de los acontecimientos, las gestoras avisan que hace falta ajustar las previsiones tras el fracaso de las autoridades para contener los contagios.
“En el caso del virus del SARS, transcurrieron aproximadamente seis semanas desde que la OMS dio la alerta mundial por primera vez hasta que se recabaron datos suficientes para llevar a los inversores a considerar que lo peor había quedado atrás”, recuerda Andrew Graham, responsable de Asia de Martin Currie, filial de renta variable de Legg Mason.
Sin embargo, aquel 2003 no es este 2020. Según destaca Graham, en la actualidad, las valoraciones se sitúan en niveles más elevados que en 2003. “El ratio precio/beneficio para el ejercicio completo del índice MSCI AC Asia (excl. Japón) es de 15 veces, frente a las 11,6 veces de febrero de 2003, y el ratio precio/valor contable es de 1,56 veces, frente a 1,23 veces en 2003. No tenemos claro que esta brecha de valoración se vaya a cerrar por completo durante esta fase de aversión al riesgo, puesto que los tipos de interés se sitúan en niveles más bajos en la actualidad y los Gobiernos se muestran hoy más preparados para responder a la volatilidad del mercado que en 2003”, explica.
Y es que el 2020 ya había empezado con la sombra del fin de ciclo mundial, lo que lleva a muchos otros analistas a comparar lo que están viviendo en los mercados con la última crisis vivida, y viva aún en el subconsciente de los inversores: la crisis de 2008. “Históricamente, el problema se localizaba en un área o país y luego se extendía según su peso en la economía global. Por lo tanto, durante la última crisis económica de 2008, las economías emergentes se vieron menos afectadas porque estaban menos vinculadas a los mercados inmobiliarios estadounidenses y porque los respectivos sistemas financieros estaban menos integrados. Sin embargo, el presente caso no tiene precedentes porque la marcada desaceleración de la actividad se está produciendo de manera global y simultánea debido al bloqueo y las medidas de cuarentena aplicadas en países clave”, explican desde Unigestion.
Muy diferente a 2008
Richard Woolnough, gestor del equipo de renta fija de M&G, considera que estamos ante un evento de mercado diferente al que provocó el colapso de 2008. En su opinión, veremos una recesión relámpago en forma de T provocada por las políticas de confinamiento. “Esta recesión es diferente. Sabemos por qué está ocurriendo, tenemos una idea mucho más clara de lo habitual sobre su duración y podemos trazar hipótesis de gran solidez sobre cómo terminará. Por tanto, los distintos Gobiernos y bancos centrales están trabajando en medidas para poder capear el colapso relámpago (flash crash) del PIB a corto plazo. Ello ha permitido a las autoridades actuar de forma audaz, contundente y diferente a las intervenciones previas”. En este sentido, Woolnough, no descarta que los paquetes de estímulos sin precedentes que se están aprobando, probablemente, se mantenga después del colapso de cara a garantizar que la economía pueda situarse lo más cerca posible de sus niveles anteriores.
“En los 37 años que he pasado como inversor profesional en Capital Group, he vivido en varias ocasiones inestabilidad en los mercados, como la crisis de ahorros y préstamos a finales de la década de 1980, la burbuja tecnológica y de telecomunicaciones que terminó en marzo de 2000 y la crisis financiera mundial de 2008 y 2009. Cada una de estas crisis fue muy diferente y presentaba condiciones subyacentes muy distintas. Pero en todos los casos, los mercados se recuperaron. Creo que los mercados y las grandes empresas sobrevivirán al descenso y el repunte actuales del mercado”, afirma Tim Armour, presidente y CEO de Capital Group.
Misma opinión comparten desde BlackRock, que también defiende que esta crisis no tiene nada que ver con la de 2008. “Es probable que el impacto del choque del virus sea grande y agudo, pero creemos que los inversores deben ser sensatos, adoptar una perspectiva a largo plazo y seguir invirtiendo. La economía está en una base más sólida y, lo que es importante, el sistema financiero es mucho más robusto hoy en día que al entrar en la crisis de 2008”, argumenta.
Sobre esta misma crisis, Evan Brown, responsable de estrategias en UBS AM, recuerda que la profundidad de cualquier recesión depende del aumento del apalancamiento previo a esa recesión. “En 2008 los hogares estaban muy endeudados y los bancos muy poco capitalizados. Hoy en día los hogares y los bancos están en una situación mucho más saneada. No cabe duda de que, tras el ciclo económico más largo de la historia, se ha producido una excesiva asunción de riesgos, una reducción de la calidad del crédito y un aumento del apalancamiento en el sector empresarial, pero la necesidad actual de desapalancamiento no es ni parecida a la sufrida en la última recesión”, explica.
En este sentido, Brown destaca que la deuda de las empresas no financieras con respecto al PIB es mucho menor que la de los hogares, que a nivel macroeconómico significan ahorros preventivos para amortiguar el golpe de la falta de ingresos. “Además, en última instancia, los precios del petróleo y los tipos de interés bajos proporcionarán un impulso a los consumidores cuando las tensiones sanitarias y económicas se alivien”, espera.
Según los expertos, el contexto actual también puede remitir nuestro imaginario a la pandemia de gripe de 1918. «Por muy grave que resulte esta crisis, no es la Gran Crisis Financiera. La Gran Crisis Financiera fue una recesión de balances provocada por el hundimiento del mercado de la vivienda y la falta de confianza en los bancos», señala Aditya Khowala, gestor de fondos de Fidelity International, para explicar por qué la crisis COVID-19 se parece más a la de 1918.
En su opinión, en lugar de remontarnos doce años, deberíamos estudiar los acontecimientos ocurridos hace 102 años. «Ello es debido a que la crisis del covid-19 viene dada por un suceso y, en algunos aspectos, es comparable a la pandemia de gripe de 1918-1919. Entonces, la recesión duró tan solo siete meses, a pesar de que la segunda oleada de infecciones en el otoño de 1918 fue más mortífera que la primera. Durante la pandemia de 1918-1919, el 5% de la población murió y un tercio se infectó en un mundo que padecía todavía los efectos de una Guerra Mundial. Estamos ya en el segundo mes de este suceso de ámbito mundial y nuestros sistemas de salud están mucho más preparados que en 1918, pero no se sabe cómo va a evolucionar el virus ni lo pronto que se contendrá», argumenta Khowala.
Otros momentos históricos
Los analistas también diferencian esta crisis del coronavirus con el 11S en 2001. Sobre ello desde Mapfre señalan que lo que ambos momentos tienen en común es el “miedo desenfrenado”. Según explica en su último informe, “nuestros recuerdos de la gravedad de aquel tiempo podrían haberse desvanecido con los años, pero hoy nos encontramos en medio de niveles similares de miedo e incertidumbre. Hoy la economía es significativamente más fuerte que en 2001, pero el miedo a lo desconocido, en particular a lo que vendrá después, está sembrando el terror en los corazones de los ciudadanos medios, así como en la comunidad financiera. Los índices han bajado significativamente desde sus máximos históricos, pero hasta ahora solo han vuelto a donde estaban en 2018”.
Lo mismo ocurre al comparar la crisis del coronavirus con los momentos de guerra que han vivido las economías de los países a lo largo de la historia. En este sentido, desde el multifamily office EFE & ENE señalan que la principal diferencia de una situación de guerra es que ahora mismo «la seguridad jurídica permite el funcionamiento institucional y empresarial con garantías, y facilitará la recuperación». E insiste: «La liquidez garantizada es fruto de habernos inmunizado de otra «enfermedad»: el sistema financiero aprendió la importancia de mantener la liquidez a toda costa tras la crisis financiera, y se nota». En su opinión, lo que diferencia esta crisis de las demás es que, en general, las crisis tienen una causa endógena que puede ser cíclica (enfriamiento, recesión) o más súbita (pinchazo de una burbuja). «No es el caso. Esta crisis tiene una causa exógena, como una guerra mundial. Empezó paralizando las cadenas de suministro que empezaban o pasaban por China y después se ha extendido sin fronteras, en tiempo récord y a todos los sectores», apuntan.
Pixabay CC0 Public Domain. China encabezará la recuperación económica ante el COVID-19
Las empresas chinas parecen las mejor posicionadas para dejar atrás, es decir antes y en mejores condiciones, la pandemia del coronavirus. Esta es la principal conclusión que arroja el último sondeo de opinión realizado por Fidelity International, en el que han participado 152 analistas de renta variable y renta fija.
Los encuestados aseguran que la crisis del coronavirus recortará los beneficios de las empresas que normalmente cubren. En concreto, el 85% de los analistas de China prevén que el impacto se limite al primer semestre del año. En otras regiones, el 42% de los encuestados espera que los efectos del COVID-19 se prolonguen también durante la segunda mitad de 2020.
No obstante, pese a que el 87% de los analistas de China prevé que el virus afecte a los beneficios, el porcentaje más alto en todas las regiones, también esperan que su magnitud sea menor que en otras áreas geográficas. Así China sería la zona que antes se recuperará, pero donde el impacto en los beneficios de sus empresas será mayor.
“Dado que China fue el primer país aquejado por el virus, parece lógico que sea el primero en recuperarse, pero el tiempo necesario para reactivar la actividad empresarial en países que están luchando con el virus también dependerá en gran parte de las medidas de contención que adopte cada gobierno”, señala Fiona O’Neill, directora adjunta del departamento de Análisis de Renta Variable de Fidelity International.
En este sentido, las medidas de restricción de los desplazamientos en las áreas afectadas, impuestas por el gobierno chino en una fase relativamente temprana del brote, provocaron un bajón generalizado en el sistema, pero también han hecho posible “una recuperación relativamente rápida y con un impacto menor en el conjunto de los beneficios, siempre que no se produzca una segunda oleada del virus”, subraya O’Neill.
Mientras, en los países occidentales, los esfuerzos se han centrado en ralentizar la propagación, pero evitando los cierres económicos durante el mayor tiempo posible. O’Neill asegura que la diferencia entre los enfoques es difícil de predecir en estos momentos.
El sector tecnológico: en condiciones de gestionar las perturbaciones causadas por el virus
Otra área del mercado que parece estar en mejor situación que otras para gestionar las perturbaciones provocadas por el virus es el sector tecnológico. En este sector, los analistas esperan que el golpe a los beneficios sea más leve que en otros sectores.
“El sector tecnológico cuenta con ingresos más recurrentes que atenuarán los posibles problemas de liquidez, mientras que los subsectores como los videojuegos y el teletrabajo recibirán un impulso mientras los países intentan limitar los viajes y los contactos sociales”, añade O’Neill.
Además, la experta también señala que estas empresas se encuentran entre las más preparadas para un posible aumento del brote: ya existe una cultura de teletrabajo y cuenta con la tecnología necesaria para trabajar a distancia con normalidad.
Pixabay CC0 Public Domain. Los fondos de pensiones de empleo de los 22 mayores mercados del mundo alcanzaron los 47 billones de dólares en activos en 2019
Ahora puede parecer lejano, pero 2019 fue un buen año en términos de rentabilidad y así lo experimentaron también los fondos de pensiones de empleo. Según un estudio de Thinking Ahead Institute, de Willis Towers Watson, los activos de los fondos de pensiones de empleo de los 22 mayores mercados del mundo (P22) experimentaron una recuperación del 15% en 2019, alcanzando los 46,7 billones de dólares.
Según explica la firma, este dato supone un cambio significativo frente a la disminución del 3,3% que el sector sufrió en 2018. El informe Global Pensión Assets Study indica que la recuperación de la senda de crecimiento fue impulsada, en gran parte, por las fuertes ganancias que se produjeron durante el año en los mercados, con México (22,2%), Canadá (18,9%) y Estados Unidos (17,8%) a la cabeza.
Según el informe, los 7 mayores mercados de activos de pensiones (P7) -Australia, Canadá, Estados Unidos, Japón, Países Bajos, Reino Unido y Suiza- han llegado a constituir el 92% del total del P22 en 2019, por encima del peso que tuvieron en el ejercicio de 2018. Estados Unidos mantiene el liderazgo del P7, representando el 62% de los activos de pensiones a escala mundial. Le siguen, de lejos, Reino Unido (7,4%) y Japón (7,2%).
El estudio del Thinking Ahead Institute también muestra que la tendencia hacia activos alternativos continúa a buen ritmo y marca dos décadas de cambios considerables en la asignación de activos de fondos de pensiones a nivel mundial. En este sentido, solo el 6% de los activos de los fondos de pensiones del P7 estaban invertidos en mercados privados u otros activos alternativos. En cambio, la cifra en 2019 se situó en el 23%, casi una cuarta parte del total. Este movimiento ha sido el contrario para la renta variable y los bonos, que descienden un 16% y un 1% respectivamente, en este periodo, si bien ambos activos siguen manteniendo el liderazgo en cuanto a inversiones del P7 en 2019: renta variable (45%), bonos (29%), alternativos (23%) y liquidez (3%)”.
Una cuestión de interés que también se desprende de este estudio radica en que los activos totales de los fondos de pensiones de aportación definida han continuado creciendo, y representan ya algo más del 50% del total de los activos de fondos de pensiones del P7. De hecho, en 2019, este tipo de activo superó a los de prestación definida por primera vez, tras diez años observando la situación contraria, lo que refleja una mayor cobertura de los miembros y, en algunos mercados, mayores aportaciones.
Foto cedidaSebastián Redondo es director de Inversiones de Bankia AM.. sebastianredondo
La crisis del coronavirus está suponiendo fuertes retos sociales, sanitarios, económicos y financieros, pero en algún momento veremos la luz al final del túnel. En los mercados, esa luz podría empezar a verse no muy tarde, según explica Sebastián Redondo, director de Inversiones de Bankia AM.
Para el experto, al igual que ha ocurrido en China, “los mercados empezarán a recuperarse cuando veamos el pico en el número de contagios”. Según el siguiente gráfico, los aumentos diarios en el resto del mundo el día 17 de marzo ya disminuyeron con respecto al día anterior, lo que supone “una buena noticia que ha de consolidarse en los próximos días”.
Con todo, explica, los mercados siguen inestables, con caídas similares, históricamente, a las vividas en fuertes crisis como la de 2002 (la de las puntocom), 2009 (la crisis financiera) y 2012 (cuando España estuvo a punto de ser intervenida).
Para Redondo, esto “parece exagerado cuando la situación en España de las empresas y bancos a día de hoy es más favorable que entonces”. En Europa, el Eurostoxx 50 está lejos de los mínimos de 2009 pero la caída del 25% en las últimas semanas parece exagerada, dice el experto, mientras el S&P 500 ha sufrido una caída menor.
Los motivos del cambio
Pero, ¿cuáles serán los motivos para que la situación cambie?, se pregunta Redondo, y habla de dos en concreto: el primero, que se alcance el pico en número de contagios diarios y, el segundo, que empiecen a surtir efecto las medidas que los bancos centrales y gobiernos han establecido en los últimos días.
“Pensamos que todo esto es un shock temporal, menos grave que la crisis financiera de 2008, y que, más pronto que tarde, los mercados se deberían recuperar por varias razones: la caída de los tipos abaratará las hipotecas en Estados Unidos, liberando recursos para que las familias puedan consumir más; la caída del precio del petróleo -para países dependientes como los de Europa, India o China- supone una rebaja de impuestos tácita y siempre que ha ocurrido el crecimiento se ha acelerado; y, en tercer lugar, porque los bancos centrales inyectan liquidez para sostener a las empresas, sobre todo a las pequeñas”, explica el director de Inversiones de Bankia AM.
“Por ahora, el mercado no está teniendo en cuenta estos factores, pero en el futuro próximo debería empezar a hacerlo”, apostilla Redondo.
Les invitamos a leer la entrevista que realizamos a dos generaciones de administradores de patrimonio de IPG, la firma con sede en San Diego y oficinas en Miami y Tucson, enfocada a clientes latinoamericanos.
Adolfo Gozález-Rubio Beckman, Alberto Berney, Alfonso Aldrete y sus respectivos hijos están preparados para atender a las nuevas generaciones porque lo experimentan en el día a día de su empresa.
En nuestra revista Américas 22 publicamos las miradas cruzadas entre la OldGen y la NertGen. En realidad, son diferentes, pero no tan distintos…
Pixabay CC0 Public Domain. Invertir en renta variable sostenible: cinco claves para el éxito
La estrategia europea de renta variable sostenible de NN Investment Partners, el NN (L) European Sustainable Equity, registró una rentabilidad absoluta del 36% y una rentabilidad relativa del 10% respecto a su índice (MSCI Europe Net) en 2019. En un artículo publicado en su página web, el responsable de inversión sostenible y renta variable de impacto de la gestora, Hendrik-Jan Boer, destaca este “logro que demuestra la calidad del enfoque de la inversión” e identifica cinco factores clave que contribuyeron a este éxito, entre ellos, el fuerte énfasis en el trabajo en equipo.
Lanzado en diciembre de 2013, el fondo invierte en una cartera diversificada de acciones europeas y combina los riesgos y oportunidades vinculados a factores ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) con un análisis financiero exhaustivo de las empresas. De este modo, se tienen en cuenta factores que a menudo quedan fuera del alcance del análisis financiero tradicional, pero que pueden tener un impacto significativo en el rendimiento a largo plazo.
1. Un esfuerzo de equipo
Incluso antes de 2019, la estrategia tenía un historial sólido de resistencia y de numerosos períodos de rendimiento superior, a pesar de las tensiones mundiales como la crisis financiera, el Brexit y la elección de Trump. “Aunque los mercados se pusieron de nuestro lado el año pasado, ya que las acciones en general registraron un buen rendimiento, para mí, las razones están más cerca de casa”, dice Boer.
En gran medida, atribuye el éxito a los esfuerzos combinados del equipo. “Todos tenemos la misma mentalidad, los mismos criterios y objetivos, y eso nos lleva a un alto nivel de convicción en nuestra cartera”. El éxito de la estrategia se basa en el análisis profundo y colaborativo: antes de invertir en cualquier empresa, todo el equipo discute los factores positivos y los posibles escollos a los que se enfrenta. “El objetivo final es crear una cartera con la que todo el equipo se sienta realmente cómodo”, añade Boer.
2. Una perspectiva a largo plazo
En opinión de NN IP, adoptar una perspectiva a largo plazo en las inversiones de renta variable es la mejor manera de generar retornos superiores a la media. Para contribuir a ello, el equipo utiliza HOLT, un sistema exhaustivo de comparación de empresas que se centra en la contabilidad y las métricas de valoración, para construir su universo de inversión elegible. Según Boer, utilizan un modelo de flujo de fondos descontados que supone “un lente poderoso para mirar a largo plazo”.
El equipo evalúa el rendimiento del flujo de caja de la inversión y el crecimiento de los activos, con lo que determina los cambios en el beneficio económico de las empresas. “En última instancia, preferimos un horizonte a largo plazo, digamos de cinco años. Entonces se pueden evaluar grandes cambios sociales como la transición energética o las nuevas tendencias en el consumo y las comunicaciones, e identificar las principales desviaciones entre nuestras expectativas y la percepción del mercado”, aclara Boer.
3. La materialidad importa
Cuando se trata de la sostenibilidad, NN IP considera que los factores materiales son primordiales. Estos pueden diferir significativamente entre sectores. Por ejemplo, para las empresas del área de la salud, los temas importantes tienen que ver más con la privacidad de los datos de los clientes, la fiabilidad, el acceso a una atención sanitaria asequible, o trabajar por el bien de la sociedad.
Por el contrario, para las empresas que se dedican a la producción de nuevas energías o tecnologías, el medioambiente es una preocupación crucial. Firmas como Microsoft utilizan cantidades masivas de energía, pero, según Boer, al trasladar todo a los servidores en la nube, el almacenamiento puede llegar a ser muy eficiente. “Combinándolo con la ambición de abastecer todas sus necesidades energéticas de forma sostenible en unos pocos años, esto representa un enorme paso hacia una menor huella de carbono”.
4. Más allá de calificaciones ASG
Cuando se evalúa la sostenibilidad, también es crucial mirar más allá de las calificaciones de ASG de proveedores externos. “Proporcionan muy poco alfa porque el resto del mercado también tiene acceso a ellas. Además, suelen estar orientadas hacia el pasado y a menudo no existe un vínculo lógico o material entre estas calificaciones y el modelo de negocio de una empresa”, destaca Boer. En cambio, mirar de cerca a una empresa y comprometerse con la dirección puede conducir a nuevas percepciones de las que el mercado en general no es consciente.
Las puntuaciones ASG también tienen un sesgo de capitalización de mercado, ya que las empresas más grandes tienen más recursos para producir informes anuales. Sin embargo, advierte Boer, a menudo son las más pequeñas las que están haciendo grandes avances en materia de sostenibilidad. “SolarEdge, un productor de optimizadores e inversores solares, es un buen ejemplo. Pero debido a que es una empresa pequeña sin capacidad de crear un extenso informe anual de ASG, recibe una calificación más baja de los proveedores externos”.
5. La calidad es clave
En última instancia, NN IP cree que es la calidad a largo plazo de los retornos y el crecimiento empresarial lo que impulsa el rendimiento. “A lo largo de décadas, los inversores más exitosos son aquellos, como nosotros, que se centran en la calidad a largo plazo”, insiste Boer. Esto incluye la calidad económica de las empresas, pero también la calidad vinculada a las preocupaciones u oportunidades materiales de ASG.
A su juicio, la mayoría de los inversores todavía no prestan atención a esto, sino que quieren algo que funcione bien inmediatamente. Pero la alta calidad conduce a una corriente de ganancias subyacentes más fuerte y, a su vez, a un éxito bursátil a largo plazo. “Si tienes una empresa que puede financiar internamente su alto crecimiento y continúa generando excelentes rendimientos de flujos de caja, obtienes un buen efecto compuesto en las ganancias”.
Wikimedia CommonsFederal Reserve Bank of New York. ,,
La Reserva Federal anunció en un comunicado que contrató los servicios de BlackRock Financial Markets Advisory (FMA) para comprar activos en su nombre a los principales distribuidores del mercado estadounidense. FMA asesora a instituciones financieras, reguladores y entidades gubernamentales en la gestión de sus balances y exposición a mercados de capitales y es independiente del área de asset management.
La institución se comprometió a hacer compras masivas de bonos corporativos y valores respaldados por hipotecas comerciales como medida para frenar el impacto de la propagación del coronavirus.
«BlackRock fue seleccionado a corto plazo para servir como gerente de inversiones después de considerar su experiencia en el negocio y el análisis de la agencia CMBS en el mercado secundario y sus sólidas capacidades operativas y tecnológicas», señala el comunicado de la Fed publicado el martes.
“BlackRock Financial Markets Advisory tiene el honor de haber sido seleccionado para ayudar al Banco de la Reserva Federal de Nueva York durante este tiempo extraordinario», dijo la firma por su lado en un comunicado.
La gestora ya había recibido un mandato similar por parte de la Fed durante la crisis del 2008, una decisión que recibió críticas porque se hizo sin previa licitación.
Según el Financial Times, BlackRock actuará como administrador de inversiones de dos vehículos respaldados por la Fed que comprarán bonos corporativos y un programa que comprará valores respaldados por hipotecas emitidos por agencias del gobierno de EE. UU.
Así, la firma dirigida por Larry Fink actuará en la compra tanto de deuda corporativa nueva con grado inversor como de los bonos corporativos ya existentes.
BlackRock señaló que «para el mercado primario se publicarán términos y condiciones más detallados del programa lo antes posible. Los detalles de las circunstancias específicas del emisor solo pueden abordarse después de esa publicación. Hasta esa la publicación, BlackRock FMA no entablará conversaciones con los participantes del mercado y los emisores».
“La intervención en el mercado secundario está diseñada para lanzarse lo más rápido posible, en cuyo momento se notificará a los participantes del mercado. Hasta entonces, BlackRock FMA no entablará conversaciones con los participantes del mercado sobre la instalación», señala la empresa, añadiendo que «las consultas relacionadas con la compra de la agencia CMBS deben dirigirse a la Reserva Federal de Nueva York».
La Fed ha incluido por primera vez en sus planes la compra de ETFs de renta fija, un instrumento sometido a grandes presiones en el mercado en los últimos días. BlackRock es el mayor administrador de ETFs del mundo y hasta ahora no se ha determinado si sus productos aparecen en el programa de compras de la Reserva Federal.
Pixabay CC0 Public Domain. Más de 200 analistas, gestores de activos y banqueros preparan en Escuela FEF su certificación en ESG
Más de 200 analistas, gestores de activos y banqueros españoles apuestan por el centro de formación del IEAF-FEF, Escuela FEF, para preparar la certificación internacional Certified ESG Analyst (CESGA), concedida por la federación europea de sociedades de analistas financieros (EFFAS, por sus siglas en inglés).
Escuela FEF es el único centro en España con un programa para formar y certificar a los profesionales del sector financiero en la integración de aspectos relacionados con cuestiones ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG). Los participantes en los programas de Escuela FEF, tanto en modalidad presencial como en formato online, podrán obtener el Certified ESG Analyst (CESGA) al superar el correspondiente examen de EFFAS. Se trata de una acreditación CESGA pionera en este campo y reconocida internacionalmente en Europa, Estados Unidos y Hong Kong, entre otros.
Más de 600 especialistas del sector financiero en todo el mundo se han acreditado ya con este certificado. Asimismo, Jesús López Zaballos, presidente de la European Federation of Financial Analysts Societies (EFFAS), prevé que a mediados de este año serán ya más de 1.000 los profesionales que cuenten con este prestigioso título a nivel internacional.
En Europa, los países con mayor número de profesionales certificados en ESG a través de EFFAS son Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Finlandia, Portugal y España. Esta certificación está siendo demandada por los principales bancos europeos para formar y acreditar a sus profesionales, especialmente analistas financieros y gestores de activos.
CC-BY-SA-2.0, FlickrFoto: John Brighenti
. John Brighenti
Luego de que el Dow Jones tuviera su mayor aumento desde 1933 y el S&P500 su mayor alza desde hace 12 años en respuesta de las políticas económicas estadounidenses, la Casa Blanca y los líderes del Senado llegaron a un acuerdo poco antes de las 2 de la mañana en el que se utilizarían 2 billones de dólares (trillones en nomenclatura anglosajona) para combatir el impacto económico del brote del COVID-19.
«Por fin, tenemos un acuerdo. Después de días de intensas discusiones, el Senado ha llegado a un acuerdo bipartidista sobre un paquete de ayuda histórica para esta pandemia», anunció el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, poco antes de las 2 de la mañana del miércoles, añadiendo que «en efecto, este es un nivel de inversión en tiempos de guerra para nuestra nación».
James McCann, Senior Global Economist de Aberdeen Standard Investment comenta: «Se mida de la forma que se mida, este es un enorme paquete de estímulos. Pero hay una cosa que no puede detener, y es la recesión que se avecina. Con todo, cabe esperar que actúe como un cortafuegos para frenar la propagación de esta crisis a través de la economía y evitar que se apodere del sistema financiero. Que este paquete sea suficiente en definitiva depende en gran parte de cuánto tiempo dure el encierro. Hemos visto al Presidente Trump ya presionando para relajar el bloqueo porque sabe que gran parte de su oferta de reelección depende de la fuerza de la economía. Está acorralado. Relajar estas medidas pondría casi seguro en peligro vidas y podría hacer aún más daño a largo plazo. Sin embargo, su expediente económico parece cada vez menos creíble cuanto más tiempo dure el actual cierre. En cualquier caso, si los datos económicos de las próximas semanas son mucho peores que las predicciones actuales, este paquete podría terminar siendo insuficiente y el Congreso se encontrará de nuevo en el punto de partida. Ya hemos visto mercados inestables de la noche a la mañana debido a los temores sobre la velocidad de propagación de la pandemia. El desafío para el paquete de estímulo es mantener el ritmo de la pandemia«
¿Qué hay en el paquete de estímulo?
Aunque aún no se conoce el texto completo del proyecto de ley, los legisladores indicaron el martes que incluiría la propuesta inicial del Partido Republicano para pagos directos en efectivo a los estadounidenses.
Se espera que las personas que ganan hasta 75.000 dólares al año reciban cheques de 1.200 dólares. Las parejas que ganen 150.000 dólares recibirán 2.400 dólares con un adicional de 500 dólares por niño. Los pagos disminuirían para aquellos que ganan más de 75.000 dólares, con un límite de ingresos de 99.000 por persona o 198.000 dólares para parejas.
También se espera que el proyecto de ley incluya aproximadamente 100.000 millones de dólares en asistencia para hospitales, 350.000 millones en asistencia a pequeñas empresas para ayudarlos a cumplir con la nómina, y 500.000 millones de dólares en ayuda para corporaciones, como compañías aéreas y líneas de cruceros.
El seguro de desempleo también se reforzaría para aumentar los pagos y extender el beneficio a aquellos que generalmente no califican, como los trabajadores de la economía del trabajo, los empleados despedidos y los trabajadores independientes.
El paquete de ayuda, que es la tercera ronda de legislación de emergencia aprobada para combatir COVID-19, ahora debe ser aprobado por la Cámara estadounidense.
La presidenta Nancy Pelosi aún no ha intervenido en el acuerdo final, pero señaló en múltiples entrevistas televisivas el martes que apoyaba una serie de disposiciones que sabía que estaban incluidas en la legislación. Si se aprueba, el paquete de ayuda sería la tercera ronda de legislación de emergencia que el Congreso aprueba para combatir el brote. Los legisladores aprobaron un proyecto de ley de 8.300 millones de dólares para las agencias de salud y un proyecto de ley de aproximadamente 100.000 millones de dólares destinado a proporcionar pruebas gratuitas de coronavirus, así como algunos permisos pagados y beneficios de desempleo, y fondos adicionales de Medicaid y asistencia alimentaria.
Antes de irse del Senado, McConnell dijo que esperaba que se aprobara la legislación la tarde del miércoles, mientras que el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, dijo a periodistas que el presidente Donald Trump lo firmaría «absolutamente» si el Congreso lo aprueba.
Según los analistas de MONEX Europe, «la noticia de que demócratas y republicanos finalmente acordaron una propuesta de paquete fiscal para mitigar los efectos de la crisis ofrece optimismo a los mercados, después de un par de intentos fallidos… Aunque no existe total claridad de la agenda parlamentaria para pasar la propuesta, las perspectivas del acuerdo de rescate son ahora muy positivas… La pregunta más importante ahora es cuánto tiempo puede durar este repunte incipiente en los mercados y la fortaleza del dólar estadounidense, sobre lo cual la evolución del virus tendrá un rol dominante».
Por su parte, Ronald Temple de Lazard Asset Management comenta que para recuperar la confianza en la economía y los mercados, existen tres requisitos principales:
Un tratamiento para el COVID-19 que reduzca su contagio, duración y gravedad lo suficiente como para que nos sintamos seguros para reunirnos nuevamente en lugares de trabajo y tiendas;
Un apoyo fiscal para sostener el sistema económico mientras la gente no puede trabajar ni comprar;
Unos estímulos monetarios para mantener el flujo de liquidez mediante el mercado crediticio y la economía.
«Con la legislación actual, tenemos por ahora dos de los tres ingredientes clave para recuperar la confianza necesaria», señala.