Pixabay CC0 Public Domain. ¿Pueden los criterios ESG sobre los gobiernos reflejar el éxito o fracaso de la gestión del COVID-19?
¿Pueden los datos ESG de los países ayudar a identificar fisuras potencialmente peligrosas y determinar su preparación para las crisis? Según Max Schieler, analista senior de inversión sostenible RobecoSAM, desde luego pueden ayudar a prepararse ante eventos devastadores, como por ejemplo está siendo el COVID-19.
En su opinión, el coronavirus ha sacudido los cimientos de muchos países, con efectos devastadores. Sin embargo, muchas de las debilidades estructurales que ha exacerbado la crisis ya resultaban claramente visibles en los datos de evolución ESG de los países. “Un análisis más detallado pone de manifiesto una serie de sorprendentes paralelismos entre las puntuaciones ESG y la eficacia en la gestión de la crisis. Resulta llamativo que las puntuaciones elevadas en los parámetros relacionados con el sistema sanitario resultan insuficientes a la hora de predecir la capacidad de reacción de los países, lo que evidencia que no existen indicadores mágicos con plena capacidad predictiva”, apunta.
Según el análisis de los datos que realiza Schieler, “se observa que unos niveles elevados en los indicadores institucionales y de gobierno se correlacionan claramente con la capacidad de reacción de los países, lo que ayuda a explicar los sorprendentes éxitos y fracasos de muchos países en la gestión de la crisis. Pero un gobierno sólido no debe confundirse con un gobierno absolutista: los regímenes autoritarios no han tenido más éxito que las democracias occidentales en la lucha contra el coronavirus ni en el control de su propagación e impacto”.
En este sentido sostiene que, aunque la pandemia actual comenzó como un riesgo para la salud pública, aparentemente circunscrito a variables relacionadas con la salud y el bienestar (dimensiones sociales, en lo que respecta a los datos ESG), se contaminado y paralizado rápida y agresivamente el conjunto macroeconómico. Ante las consecuencias que está teniendo para la macroeconomía, los mercados financieros, el panorama geopolítico y la sociedad, queda muy patente que el perfil ESG de un país debería ser una pieza esencial de las consideraciones de inversión y la toma de decisiones.
“Al examinar el número actual de casos confirmados de COVID-19 y compararlos con la figura 1, vemos que los países mejor clasificados conforme a los principales indicadores relacionados con el sistema sanitario se encuentran entre los focos críticos de esta pandemia, especialmente Estados Unidos, España, Italia y Francia”, apunta. “Aunque la salud y los sistemas sanitarios se encuentran en el epicentro de esta crisis, a resultas de ella han quedado expuestas una serie de fracturas más profundas que tienen que ver con otras vertientes del concepto ESG”, sostiene.
En su opinión, queda patente que cuando una enfermedad contagiosa golpea con tanta fuerza, incluso los sistemas sanitarios más avanzados pueden verse sobrepasados si no se cumplen también otras condiciones (medidas conforme a otras dimensiones ESG). “En los países más gravemente afectados, la propagación de la enfermedad podría haberse contenido de manera más eficaz si se hubieran tomado medidas rápidas y decisivas desde un principio. En la figura 2 se ofrece una indicación preliminar de los países que han logrado gestionar la crisis del coronavirus con más éxito hasta ahora”, añade.
Conclusión
Con esta visión sobre la mesa defiende que, para los inversores, las implicaciones están claras: “Si los datos ESG pueden ofrecer valiosos conocimientos sobre una pandemia mundial, también pueden constituir una potente herramienta para comprender y mitigar los riesgos geopolíticos y nacionales en el seno de una cartera de inversión. Y, como han puesto de manifiesto con tremenda claridad los acontecimientos vividos este año, y el anterior, los riesgos sociales y geopolíticos pueden ser demoledores e inmensamente perjudiciales para los países, las empresas y las carteras por igual”.
Para Schieler, la pandemia global es una oportunidad también para aprender y poner en valor la información que nos dan los criterios ESG sobre los países. “Cabe albergar la esperanza de que la magnitud y la agudeza de la conmoción inicial y las sacudidas posteriores, aunque nos dejen profundamente heridos, también nos hagan estar mucho más atentos a las advertencias tempranas que puedan ayudar a evitar este tipo de riesgos en el futuro; un buen consejo para los ciudadanos, los países y los inversores”, concluye.
Ante la preocupación de muchas empresas por la liquidez y la deuda, debido a la prolongación de los confinamientos, ¿hay forma de distinguir entre los ganadores y perdedores? Luke Newman, gestor del fondo United Kingdom Absolute Return de Janus Henderson Investors, expone sus ideas sobre las oportunidades y riesgos para los inversores, tanto a largo como a corto plazo.
Actualmente hay muchos interrogantes, tanto sobre el impacto del coronavirus como por las respuestas de los gobiernos en sus esfuerzos por «aplanar la curva» (reducir la tasa de contagio).
Por su parte, el equipo de gestión liderado por Luke Newman ha dedicado las últimas semanas a mantener conversaciones con los equipos directivos y asesores de las empresas de diversos sectores, para tratar de entender el impacto económico de la paralización económica en su modelo de negocio. En concreto, se han centrado en los efectos que tienen en los balances las restricciones de las autoridades y los daños que puede provocar un apalancamiento operativo excesivo en los modelos de negocio con capacidad limitada para racionalizar los costes. En las últimas semanas, las empresas han tenido que tomar decisiones increíblemente difíciles; para muchas, a corto plazo el objetivo era simplemente la supervivencia. Muchas empresas han sufrido fuertes parones que, lejos de plantear una desaceleración, apuntan a unos ingresos nulos.
Ahora es evidente reconocer los riesgos potenciales a los que se enfrentan y deben responder a las cuestiones sobre liquidez y apalancamiento. Las empresas se enfrentarán a nuevos retos ante la ausencia de test de anticuerpos eficientes o una vacuna oportuna que se apruebe y produzca en grandes cantidades. En este contexto, en Janus Henderson esperan que muchas empresas respondan a las presiones sobre los balances.
La prueba de la refinanciación
La magnitud o el impacto diluido de cualquier posible solicitud de capital supone especular de momento. Pero, aunque a muchas empresas les costará lidiar con los importantes cambios en las condiciones económicas, habrá oportunidades para que los inversores participen en la recapitalización de empresas por lo demás bien posicionadas que podrían salir de esta situación con una posición competitiva más fuerte que antes de esta crisis.
En el mercado actual, el equipo gestor de Janus Henderson considera cuatro categorías amplias de posibilidades de refinanciación:
1) Las empresas que iniciaron la crisis con una deuda importante podrían requerir una reestructuración significativa. Ahora mismo apenas hay ganas de que los bancos «recuperen las llaves» y fuercen un impago, por lo que, a corto plazo, muchos acuerdos de deuda probablemente se relajarán o aplazarán, dejando unos valores del capital muy reducidos para negociar eficientemente como opciones ante unos niveles de deuda mucho mayores.
2) Empresas con problemas de liquidez que, por su actividad, se han visto muy perjudicadas por la paralización impuesta por los gobiernos. Entre ellas estarían las empresas relacionadas con los viajes y las que requieren mucho capital, que han tenido problemas de flujo de caja al agotarse el negocio. En circunstancias normales, cabría esperar una emisión de derechos para refinanciar las operaciones de la empresa. Sin embargo, las emisiones de derechos pueden llevar varias semanas, ya que se necesita que los auditores y otras partes implicadas aprueben la estructura, lo que sugiere una mayor demanda de colocaciones de acciones para cubrir el déficit de financiación. Esto conlleva riesgo de dilución para los accionistas existentes, ya que podrían no respetarse automáticamente los derechos preventivos (por los que los accionistas existentes pueden rechazar primero cualquier emisión de nuevas acciones).
3) Aunque muchas empresas podrían no tener problemas de liquidez inmediatos, las perspectivas de una recuperación en forma de «V» se han moderado y las consecuencias del alto desempleo y una relajación gradual de las restricciones sociales probablemente rebajarán las previsiones para 2021. Aunque las luces se mantienen encendidas para las que a menudo son empresas de gran calidad, una tolerancia cada vez menor al apalancamiento alentará la demanda de reducir la deuda neta con el tiempo. Las valoraciones probablemente tendrán en cuenta cualquier riesgo de dilución, aunque no sea inmediato, ofreciendo a los inversores a largo plazo la oportunidad de acumular posiciones en empresas que, por lo demás, están bien posicionadas.
4) Las ayudas estatales son una vía probable para empresas importantes que no logran convencer a los inversores de que pueden superar las restricciones políticas y sociales del mundo tras la covid-19. Aunque el Gobierno británico ha dejado claro que prefiere el capital privado a una solución estatal, parece difícil que las emisiones de derechos de las compañías aéreas, por ejemplo, se vean respaldadas, debido a la incertidumbre sobre las reservas, junto con el alto coste de las devoluciones de tarifas, obligaciones de pedidos de aviones y el repliegue de las coberturas de combustible.
Más riesgos compensados por oportunidades
La duración de las paralizaciones y cómo los gobiernos elijan gestionar las restricciones económicas y civiles ejercerán claramente una mayor presión sobre los balances corporativos en las próximas semanas y meses. La respuesta de los gobiernos a picos temporales de las tasas de contagio del coronavirus, con posibles paralizaciones y continuas restricciones, supondrá riesgos adicionales para el valor del capital. Pero también habrá oportunidades para los inversores que acumulen posiciones a largo plazo en empresas resistentes suficientemente bien capitalizadas para sobrevivir en este periodo y generen valor para los accionistas en los próximos años. Para los inversores que operan en mercados a largo y corto plazo, ambas situaciones ofrecen oportunidades.
Información importante:
Este [documento] está destinado únicamente para ser utilizado por profesionales, definidos como contrapartes elegibles o clientes profesionales, y no está dirigido al público en general. Las llamadas telefónicas pueden ser grabadas para protección mutua, para mejorar el servicio al cliente y para mantener registros con fines regulatorios.
Emitido por Janus Henderson Investors. Janus Henderson Investors es el nombre bajo el cual se proporcionan los productos y servicios de inversión por parte de Janus Capital International Limited (reg. n.º 3594615), Henderson Global Investors Limited (reg. n.º 906355), Henderson Investment Funds Limited (reg. n.º 2678531), AlphaGen Capital Limited (reg. n.º 962757), Henderson Equity Partners Limited (reg. n.º 2606646), (cada uno registrado en Inglaterra y Gales en 201 Bishopsgate, Londres EC2M 3AE y regulado por la Financial Conduct Authority) y Henderson Management S.A. (reg n.º B22848 en 2 Rue de Bitbourg, L-1273, Luxemburgo, y regulado por la Commission de Surveillance du Secteur Financier).
Nate Hurst, foto cedida. Nate Hurst se une a Wells Fargo
Nate Hurst se unirá a Wells Fargo el 1 de junio para encargarse de una nueva división que combina Responsabilidad Corporativa, Filantropía, Relaciones con la Comunidad y Sostenibilidad. También servirá como presidente de la Fundación Wells Fargo.
«Nate aporta a Wells Fargo una gran cantidad de ciudadanía corporativa, donaciones caritativas, asuntos públicos y experiencia en sostenibilidad en los sectores privado, público y sin fines de lucro», dijo Bill Daley, vicepresidente de Asuntos Públicos de Wells Fargo. «Esperamos que Nate continúe avanzando en el compromiso de Wells Fargo de abordar las necesidades de las comunidades desatendidas, particularmente a medida que trabajamos para garantizar la seguridad de la vivienda, la estabilidad de las pequeñas empresas y la salud financiera del consumidor a raíz de la pandemia de COVID».
En su nuevo cargo en Wells Fargo, Hurst supervisará la alineación de los esfuerzos de sostenibilidad y responsabilidad corporativa de Wells Fargo con la filantropía corporativa y las relaciones comunitarias.
La organización combinada impulsará la innovación y maximizará el impacto social, ambiental y económico positivo que Wells Fargo trae a las comunidades a las que sirve. Bajo el liderazgo de Hurst, la compañía integrará aún más la sostenibilidad y la responsabilidad corporativa en todos los aspectos de su negocio y explorará cómo utilizar aún más la experiencia empresarial para ayudar a resolver problemas sociales.
Hurst se une a Wells Fargo desde HP, donde fue director en jefe de Sostenibilidad e Impacto Social, responsable de impulsar las donaciones globales, la administración ambiental y la responsabilidad social de HP en sus negocios principales. Hurst dirigió un equipo global de expertos para innovar soluciones sostenibles en colaboración con clientes, socios, gobiernos y organizaciones sin fines de lucro. En 2019, HP subió al número 1 en la lista de empresas más responsables según Newsweek.
Anteriormente, Hurst se desempeñó como director de Sostenibilidad, Asuntos Públicos y Relaciones Gubernamentales de Walmart, donde ayudó a integrar la sostenibilidad en el negocio y alinear la estrategia de donación comunitaria con las necesidades centrales de los clientes. Como miembro del consejo de Calidad Ambiental de la Casa Blanca para el ex presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, ayudó a desarrollar la agenda de política ambiental de la administración y ejecutó un plan de participación de las partes interesadas en temas importantes como el cambio climático; y como portavoz nacional de The Ocean Conservancy, Hurst encabezó grandes ideas para reducir el plástico oceánico y dirigió estrategias de comunicación, limpiezas costeras internacionales y campañas comunitarias de base.
Un fuerte defensor de la diversidad y la inclusión, Hurst tiene un historial probado de ser inclusivo de diversas perspectivas. Fue un aliado ejecutivo de la comunidad LGBTQ de HP y ha liderado los esfuerzos para avanzar en los programas de igualdad de género y garantizar el acceso al aprendizaje para mujeres y niñas. Formó parte de la Coalición Global para la Innovación de las Mujeres de las Naciones Unidas para el Cambio, y mientras estuvo en HP defendió los productos tecnológicos y los programas externos que se centran en la igualdad de género, la educación y los logros, el emprendimiento juvenil y los negocios socialmente responsables.
En los últimos años, Wells Fargo ha profundizado su compromiso con la filantropía en comunidades de ingresos bajos a moderados. En junio de 2019, la compañía comprometió 1.000 millones de dólares en filantropía para el 2025 que se utilizarán para abordar la crisis de asequibilidad de la vivienda en el país. También en 2019, Wells Fargo invirtió 455 millones de dólares a través de filantropía corporativa y la Fundación Wells Fargo en subvenciones, financiando organizaciones nacionales para ofrecer programas a escala y sin fines de lucro que aborden específicamente las necesidades de los mercados locales. En marzo, la compañía anunció que otorgará 175 millones de dólares en ayuda para el alivio de COVID-19 para ayudar a abordar la estabilidad de alimentos, salud financiera, pequeños negocios y vivienda, así como para proporcionar ayuda a las organizaciones de salud pública.
Foto cedidaFoto: Julian Howard, gestor de GAM Investments. Foto: Julian Howard, gestor de GAM Investments
Según Julian Howard, gestor de GAM Investments, el establecimiento de un marco para capear el brote del coronavirus resulta de gran utilidad, además de la constatación de que la historia de los mercados, al igual que la del ser humano, suele reaccionar de forma exagerada, lo que da lugar a oportunidades para realizar inversiones adicionales a medio/largo plazo cuidadosamente seleccionadas.
Este año, los mercados se han sumido en una prolongada caída debido al brote de un nuevo virus que se ha propagado con celeridad en todo el mundo. Buena parte de la población europea está confinada. Los Juegos Olímpicos corren el riesgo de no celebrarse si el coronavirus persiste en el próximo año. Entre todo este ruido, tratar de comprender las posibles repercusiones para la economía y los mercados resulta tan complicado como establecer modelos sobre la evolución del propio virus. No obstante, los inversores deben dotar de cierto sentido a la situación y mantener algunos principios básicos para capearla.
Valorar la posible gravedad de las repercusiones económicas del coronavirus, al menos, establece un punto de partida sobre el que trabajar. En teoría, sus efectos deberían ser, sin duda, de gran magnitud. La diferencia entre el coronavirus y los impactos en la demanda más tradicionales, como la crisis financiera mundial de 2008, es que el suministro también se está viendo amenazado. Si bien los empleados del sector servicios y los trabajadores del conocimiento pueden a menudo trabajar desde casa, muchos sectores críticos, como la producción, el transporte, la sanidad y sus cadenas de suministro asociadas, siguen requiriendo una presencia física para funcionar. Los inversores británicos recordarán las huelgas petroleras de 2000, que se caracterizaron por compras de pánico, el desplome de las cadenas logísticas y un coste económico total de 1000 millones de libras esterlinas. Ese año, el mito de la «economía inmaterial» se derrumbó por completo. Los efectos para el suministro también suponen una dificultad porque suelen complicar la respuesta desde el plano político. Si se echa la vista atrás y se analiza las crisis petrolera y de alimentos de la década de 1970 y principios de la de 1980, se observa que la inflación se descontroló y la respuesta de la Reserva Federal bajo el mandato de Paul Volcker fue incrementar drásticamente los tipos de interés (véase gráfica 1).
Se trató de una acción no exenta de riesgo y el periodo estuvo caracterizado por una recesión, dado que la demanda se vio afectada. Esta vez, si la inflación repunta debido a la limitación de la oferta de mano de obra y materiales —y el mercado estadounidense de bonos vinculados a la inflación ha empezado a sugerir que esta podría ser la situación—, los bancos centrales podrían verse obligados a revertir la flexibilización de sus políticas de forma repentina, con consecuencias desfavorables para los mercados y la economía real.
En cuanto a esta última, el impacto simultáneo en la oferta y la demanda también podría provocar un incremento del desempleo, dado que las empresas harán lo que puedan para mantener su solvencia durante la crisis, lo que resultará en una contracción de la liquidez a medida que las hipotecas y los préstamos incurran en impago. Se produciría un efecto en cadena para el sistema financiero en su conjunto. En ese sentido, Howard cree que, en este escenario, sería inevitable que se produjese una recesión, en la que el crecimiento mundial quedaría totalmente estancado.
En los mercados, el gestor de GAM Investments cree que la renta variable será la víctima más evidente, dado que las perspectivas de beneficios futuros de las empresas caerán junto con las de la economía. La concesión de crédito a las grandes empresas a través de los mercados de deuda corporativa sufriría marcadas tensiones a medida que los acreedores demanden una prima, o «diferencial», cada vez superior por financiar a las empresas en una economía en recesión.
No obstante, resulta probable que la deuda pública mantenga su ascenso, en vista de la forma en que el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a diez años descendió sin dificultad por debajo de la barrera del 1% sin ofrecer resistencia. Y el resto de fuentes de «protección de liquidez», como el oro y el yen japonés, también podrían registrar una evolución favorable cuando los inversores entren en pánico y acudan en masa a activos percibidos como seguros.
Esta hipótesis esboza un desolador panorama en el peor de los casos, pero no creen que sea probable que se materialice. El experimentado economista Robert Shiller acuñó recientemente el término «economía de la narrativa» (Narrative Economics) para describir la forma en que las historias se transmiten y mutan en todo el mundo, como los virus, afectando al comportamiento de las personas y, en última instancia, a la economía y los resultados de inversión.
Por ejemplo, después de que el Imperio austrohúngaro declarara la guerra a Serbia en julio de 1914, las bolsas de EE.UU. y Europa reaccionaron cerrando sus puertas, lo que aumentó el pánico y provocó marcadas caídas en los precios de mercado, así como la salida de oro desde EE. UU. hacia el Viejo Continente. En la actualidad, la historia del coronavirus incluye un sólido elemento propio del comportamiento humano. Han vuelto a producirse adquisiciones de pánico —esta vez, de papel higiénico y paracetamol— en el Reino Unido, a pesar de que el asesor jefe de medicina del Gobierno del país declarase que «no existe nada en la situación actual que pudiera llevar a las personas a salir y comprar provisiones».
Del mismo modo, las personas llevan mascarillas en los países más afectados a pesar de que no existan pruebas de su eficacia. En algunos casos, las medidas para paliar los riesgos parecen fuera de lugar e incluso contraproducentes. La transmisión de estos excesos conductuales se ve exacerbada por las redes sociales. 280 caracteres dejan escaso margen para matices, lo que fomenta la histeria y reacciones igualmente impulsivas. Resulta importante constatar que el pánico, en ausencia de pruebas, rara vez se mantiene en el tiempo.
Si bien la predicción de la evolución del virus constituye una tarea poco envidiable, durante los meses estivales se podría asistir al descenso simultáneo de los nuevos casos y, además, al desarrollo de una nueva vacuna. El contexto es clave. El virus no presenta la virulencia de la muerte negra o la peste: la potencia de este último patógeno fue tal que se guardan cepas bajo la supervisión de guardias armados en los laboratorios Porton Down del Ministerio de Defensa británico. El norovirus de la gastroenteritis mata a 200.000 personas cada año, lo que contextualiza las casi 288,000 personas fallecidas por coronavirus a mediados de mayo. En algún momento, esta situación pasará a ser un oscuro capítulo del pasado, como tantos otros.
Entretanto, no debería infravalorarse la capacidad de respuesta de las autoridades. Si bien puede que los tipos de interés no sean decisivos en la propagación del virus, deberían garantizar que la demanda reprimida se recupere y desempeñan un importante papel en la financiación de las empresas. Además, el apoyo directo en forma de liquidez por parte de los bancos a los consumidores es inminente, como ocurrió durante el reciente cierre del Gobierno estadounidense, cuando muchos bancos del país de gran relevancia decidieron posponer los pagos de hipotecas y tarjetas de créditos para los empleados federales. En Europa se ha adoptado un enfoque similar, junto con un ambicioso plan de asistencia salarial.
Asimismo, en GAM Investments creen que probablemente se impongan límites políticos a la envergadura del parón económico. Resulta sorprendente que apenas se hayan realizado análisis prácticos que equilibren el coste humano del confinamiento con el del propio virus, pero sin duda alguna llegarán. En el norte de Italia, donde se impusieron por primera vez en Europa las políticas de cuarentena, esta cuestión del equilibrio fue objeto de un intenso debate, mientras que el Gobierno estadounidense ha declarado en fechas recientes que su objetivo es evitar que la cura sea peor que la enfermedad. A medida que el parón mundial se intensifica, su duración bien podría ser limitada.
En este contexto, los inversores pueden analizar con mayor tranquilidad el panorama general del mercado. Muchos mercados bursátiles se encuentran ahora en terreno de corrección y los rendimientos de los bonos están por los suelos (o incluso por debajo). Ello hace que las perspectivas para los activos de riesgo sean increíblemente atractivas. A 23 de marzo, las previsiones de rendimiento de los beneficios del S&P 500 superaban el 7 %, mientras que el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a diez años era inferior al 0,9 %, lo que apunta a una prima de riesgo en el mercado bursátil (ERP) de casi el 6,4 % (véase gráfica 2).
En otras palabras, los inversores reciben una recompensa superior al 6 % por mantener acciones en vez de bonos. Se trata de un nivel elevado en términos históricos, y el análisis de los datos pasados sugiere que esta situación casi siempre da lugar a una sólida rentabilidad absoluta por parte de la renta variable durante los siguientes dos años. Y este horizonte temporal resulta clave. Resulta poco probable que la inversión especulativa en el mercado a la espera de una «recuperación en forma de V» por arte de magia se vea recompensada. El virus y la respuesta para combatirlo no terminarán de forma repentina, sino que, en la opinión del gestor, se disiparán a lo largo del tiempo a medida que las autoridades apliquen medidas. Entonces, la historia podría empezar a cambiar.
Pero reconocer que la historia de los mercados, al igual que la del ser humano, suele reaccionar de forma exagerada da lugar a oportunidades para realizar inversiones adicionales a medio/largo plazo cuidadosamente seleccionadas. Los inversores deberían, al menos, tomárselo como un llamamiento para no dar por perdidas sus inversiones actuales en renta variable. Y, cuando todo termine, podrán hacer balance sobre la situación. Se mantendrán serios debates sobre la aptitud de las carteras y sobre cómo lograr una mejor diversificación con base en la experiencia de los acontecimientos recientes.
Valorar los impactos en curso en los mercados siempre ha comportado un sesgo psicológico hacia la negatividad. Los gestores de inversiones que describen un contexto sombrío suelen parecer mejor informados y haber sopesado con atención las probabilidades. Por el contrario, parece que los que establecen un contexto optimista no han entendido bien los riesgos o, lo que es peor, hacen caso omiso.
No obstante, por definición, invertir requiere contar con una mentalidad positiva. Asignar capital a finalidades distintas a su función principal —esto es, pagar alimentos y vivienda— exige contar con un cierto optimismo de cara al futuro y con confianza en la capacidad de la humanidad para progresar económicamente. Pese a todas las guerras y episodios de insensatez que han marcado la historia del ser humano, siempre se logra progresar y, lo que es más importante, es posible invertir en este progreso. En ocasiones, el futuro a largo plazo queda interrumpido. Pero no suele ser por mucho tiempo.
Advertencias legales importantes Los datos contenidos en este documento tienen simplemente el objetivo de la información y no constituyen asesoramiento de inversión. Por la veracidad y exactitud del contenido de esta información se declina toda responsabilidad. Cualquier recomendación u opinión contenida en este documento puede cambiar y refleja el punto de vista de GAM en las actuales condiciones económicas. Se declina toda responsabilidad por la veracidad y exactitud de los datos. La rentabilidad pasada no es un indicador de la rentabilidad actual o futura.
La pandemia de coronavirus y el colapso de los precios del petróleo exacerban las debilidades crediticias subyacentes de los países. Por ello, en Fitch Ratings consideran que probablemente habrá más impagos de bonos. Argentina, Ecuador y Líbano ya han caído en default en 2020, igualando el récord de tres incumplimientos de los bonos soberanos calificados por Fitch en 2017.
Los bonos soberanos más expuestos son aquellos con fundamentos crediticios generalmente débiles, como deuda alta y credibilidad política débil; y aquellos que dependen de exportaciones de productos básicos, del turismo, o con grandes requisitos de financiamiento externo, como las emisiones en moneda extranjera y la falta de reservas.
Fuerte presión a la baja sobre las calificaciones
Solo en los cuatro primeros meses de 2020, hubo un récord de 29 rebajas crediticias (de las cuales ocho han estado dentro del rango «CCC / CC / C / RD»). También ha habido un cambio brusco en las perspectivas a un saldo negativo neto de 28 (a pesar de las rebajas), comparando con las cuatro de finales de 2019. Esto amplifica la tendencia a largo plazo de la disminución de las calificaciones promedio de los mercados emergentes (EM). Alrededor del 29% de todas las calificaciones están ahora en las categorías «B / C / D».
Pocos soberanos «CCC» / «CC» evitan el valor predeterminado
Esto incluye a los bonos soberanos calificados en «CCC / CC / C» post-default. Solo cinco bonos degradados o originalmente asignados a una calificación de «CCC» han evitado un incumplimiento. Para los que no pagan, el tiempo promedio de incumplimiento para ingresar al rango «CCC / CC / C» es de solo siete meses, en comparación con 40 meses para los bonos soberanos del rango B.
Los casos de default son relativamente raros
Fitch ha registrado solo 23 incumplimientos de bonos soberanos en 14 países desde que comenzó su cobertura de este activo a mediados de la década de 1990. Ha habido un marcado aumento en los valores predeterminados desde 2016.
Las causas de los incumplimientos
Los valores predeterminados son multifacéticos y reflejan factores idiosincrásicos y comunes. Pueden reflejar la capacidad y la disposición a pagar; solvencia y liquidez; predominantes factores macroeconómicos, de financiamiento externo y fiscales; y / o gobierno, desarrollos del sector político o bancario; choques abruptos o tendencias de combustión lenta.
El pequeño tamaño muestral de los incumplimientos soberanos impide nuestra capacidad de llevar a cabo un análisis estadísticamente significativo de su causa.
Sin embargo, al observar las medianas para incumplimientos calificados por Fitch, el crecimiento del PIB y la gobernanza disminuyen drásticamente antes del incumplimiento, los déficits presupuestarios se amplían y la deuda gubernamental aumenta bruscamente a niveles altos.
Pixabay CC0 Public Domain. El FMI recomendará aprobación de línea de crédito flexible para Chile por 23.800 millones de dólares solicitada por el Banco Central
El Fondo Monetario Internacional (FMI) dio a conocer que el Directorio Ejecutivo del organismo se reunió en una sesión informal para discutir la solicitud del Banco Central de Chile referida a una Línea de Crédito Flexible (FCL, por sus siglas en inglés) de dos años por un monto de 23.800 millones de dólares.
Estos recursos permitirán aumentar en más de 60% la disponibilidad de liquidez internacional de acceso inmediato para el Banco Central.
De acuerdo con el comunicado publicado el 12 de mayo, esta línea de crédito, que está disponible solo para países que tienen muy sólidos fundamentos macroeconómicos, tiene por objeto proteger a las economías ante eventuales shocks externos al proporcionar un acceso amplio y por adelantado a los recursos del FMI, sin condiciones ex post.
Asimismo, señala que, de acuerdo con el sólido marco de política y la trayectoria de Chile, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, recomendará al Directorio Ejecutivo del organismo la aprobación de la solicitud del acuerdo FCL cuando próximamente esta instancia considere formalmente la solicitud del Banco Central.
La FCL es una facilidad de carácter precautorio, complementaria a las fuentes propias de liquidez externa provenientes por ejemplo de las reservas internacionales. Su disponibilidad tiene por objeto ayudar a alcanzar los objetivos del Banco Central ante eventuales situaciones de shocks externos severos, como los que podrían acompañar a un agravamiento significativo de los efectos globales de la crisis originada por el Covid19. La facilidad no está destinada a financiar gasto público. Esta línea no está sujeta a la condicionalidad de los tradicionales programas de ajuste del FMI para países que enfrentan una crisis de balanza de pagos.
La FCL no impone acciones previas al país que la contrata ni condicionalidades ex post en caso de que se realicen desembolsos. Basta con que el país cumpla con los exigentes criterios de calificación.
Desde su creación en 2009, México, Polonia y Colombia han contado con acceso a esta línea, a los que se agregaría Perú, país que también está a la espera de la aprobación formal.
Pixabay CC0 Public DomainPhoto: Jools-Black . Piqsels CC0
BlackRock decidió desarrollaruna innovadora gama de productos con cobertura cambiaria a pesos mexicanos.
«Hace un año lanzamos productos de renta fija internacional y ahora estamos lanzando 4 ETFs de renta variable internacional para que los inversionistas mexicanos puedan invertir en acciones de empresas de Estados Unidos, Europa y Japón sin volatilidad cambiaria», explicó Giovanni Onate, director del Segmento Institucional para BlackRock México.
Los 4 ETFs son los siguientes:
CSPXX – US Equities (S&P 500)
IJPAX – Japanese Equities
CEUX – European Union Equities
IMEAX – Developed Europe Equities
Otra ventaja que destaca Onate sobre estos productos es que se apalancan de la estructura UCITS, por lo que el costo para el inversionista mexicano es atractivo.
«Estamos expandiendo el universo de opciones para que el inversionista mexicano tenga acceso a instrumentos mediante los cuales pueda materializar su perspectiva de inversión incluyendo la variable del tipo de cambio. Como fiduciarios a nuestros clientes, es parte de nuestra obligación ayudar a nuestros clientes navegar en aguas tempestuosas, no solo en aguas tranquilas», añadió.
De acuerdo el responsable de BlackRock, el escenario actual presenta retos importantes para los grandes inversionistas institucionales.
La volatilidad se ha incrementado de forma drástica, con el índice VIX subiendo a niveles cercanos al 12% en febrero, por arriba de 80% en marzo, y actualmente en 35%. Esta volatilidad ha sido aún mayor en países emergentes, en donde las divisas se han depreciado de forma significativa mediante el dólar, como es el caso de México, donde el peso se ha depreciado más de 30% en menos de un mes.
«En México, por ejemplo, las Afores tienen el 80% de sus activos concentrados en México, lo que limita la posibilidad de acceder a los beneficios de un portafolio más resiliente con una mayor diversificación internacional. Además, uno de los factores clave de la inversión en activos internacionales es el nivel de tipo de cambio y la volatilidad cambiaria. Una inversión en un activo internacional que haya tenido un buen rendimiento en un determinado año, pero que la divisa de ese activo se haya depreciado mediante el peso mexicano, va a afectar nuestro rendimiento en pesos mexicanos», concluye el directivo que considera que «en tiempos de volatilidad, hay cosas que podemos controlar».
Pixabay CC0 Public Domain. La superintendencia de Pensiones chilena aprueba cambios en el régimen de inversión de los fondos de pensiones
La Superintendencia de Pensiones de Chile ha informado que los fondos de pensiones chilenos cuentan con una nueva alternativa de inversión en activos nacionales, lo que permitirá aumentar la diversificación de los recursos previsionales de los trabajadores y generar mejores condiciones para la capacidad de acumular ahorros en el largo plazo.
Además, se autoriza una nueva inversión en el extranjero en títulos representativos de oro. Las medidas toman en consideración la evolución del mercado financiero nacional e internacional, los cuales experimentan una importante volatilidad en los instrumentos de renta fija y de renta variable.
Los cambios, en los cuales la superintendencia viene trabajando desde el año pasado, introducen perfeccionamientos al régimen de inversión de los fondos de pensiones para ampliar las alternativas de inversión, dar mayor flexibilidad a estas operaciones, homologar criterios entre inversiones en Chile y en el extranjero, y generar mayores eficiencias.
De esta manera, se amplían las posibilidades para que los fondos construyan portafolios de inversión más diversificados en la perspectiva de lograr una adecuada rentabilidad y seguridad de las inversiones que se realizan, facilitando, entre otros aspectos, la opción de financiamiento indirecto a pequeñas y medianas empresas chilenas.
Las modificaciones al régimen de inversión de los fondos de pensiones fueron aprobadas por el Consejo Técnico de Inversiones y visadas por el ministerio de Hacienda. Esto se suma a la reciente decisión del Banco Central de Chile de aumentar el límite para la inversión en activos alternativos, el pasado 15 de abril.
En línea con esta medida, la superintendencia considera adecuada la incorporación de nuevos instrumentos dentro de la clase de activos alternativos, lo que permitirá ampliar las posibilidades de inversión en el mercado nacional a través de cuotas de fondos de inversión públicos que invierten en títulos de emisores nacionales como pagarés, mutuos hipotecarios con fines habitacionales y facturas. Todos estos deben ser regidos por la Ley Única de Fondos.
Además, los cambios al Régimen de Inversión de los Fondos de Pensiones incluyen lo siguiente:
1. Se aprueba una nueva alternativa de inversión en títulos Representativos de Oro. Esto abre una opción de protección en escenarios de incertidumbre, permitiendo de esta manera una mayor diversificación y rentabilidad en los fondos de pensiones. Esta inversión también se computará dentro del límite para activos alternativos.
2. Se excluyen del límite estructural de renta variable las inversiones extranjeras en los sectores inmobiliario e infraestructura. Esto homologa este criterio ya aplicable a las inversiones nacionales.
3. Se permite contabilizar los saldos en cuenta corriente en moneda extranjera dentro de las inversiones autorizadas para tener cobertura cambiaria. Esto evitará ineficiencias y costos adicionales para los fondos de pensiones, específicamente cuando se producen descalces de fecha entre compra y venta de instrumentos que tienen exposición a la misma moneda.
4. Se modifican los criterios de significancia para determinar si un vehículo de inversión de renta variable, con inversión poco significativa en títulos restringidos, es susceptible de inversión por parte del fondo Tipo E.
5. Se modifica la metodología de medición del riesgo de contraparte para derivados que operan fuera de Bolsa (over the counter), pasando desde una metodología de nocionales a una medición a valor de mercado (mark to market). Esto, con el objetivo de lograr mayor precisión en la medición de este riesgo.
6. Se elimina la exigencia de traducciones de los contratos enviados a la superintendencia de Pensiones asociados a inversiones en el extranjero.
Con el objetivo de implementar lo anterior, se modificará el compendio de normas del sistema de Pensiones, para lo cual con esta fecha se publica una nueva norma en consulta que recibirá comentarios hasta el próximo lunes 18 de mayo.
En dicha norma complementaria se destaca la disposición que establece que cuando un activo alternativo cuente con un porcentaje de garantía estatal, esa parte garantizada no computaría en el límite de activos alternativos, pasando a ser parte del límite aplicable a los instrumentos estatales. Esto último, en la proporción para la cual se establezca esa garantía respecto del capital. Lo anterior significa que, por ejemplo, si un activo es garantizado en un 60% por el Estado de Chile, ese 60% se contabilizaría dentro del límite de inversión en instrumentos estatales. De esta manera, sólo el 40% restante se contabilizaría en el límite de activos alternativos.
Foto cedidaJoaquín Fabré, nuevo socio responsable de Banca & Finanzas en Baker McKenzie. Baker McKenzie refuerza su oficina en Barcelona con la incorporación de Joaquín Fabré y Gemma Piqué
La oficina de Barcelona de Baker McKenzie anuncia la incorporación de Joaquín Fabré como nuevo socio responsable de Banca & Finanzas y de Gemma Piqué como counsel de Laboral. “Con estos fichajes, Baker McKenzie refuerza su equipo y presencia en Barcelona y da un fuerte impulso estratégico a ambas áreas de práctica”, aseguran desde la firma.
Joaquín Fabré cuenta con amplia experiencia en asesoramiento de operaciones financieras complejas nacionales y transfronterizas, así como operaciones de financiación sindicadas sometidas a ley extranjera, productos alternativos de financiación y diseño y ejecución de estrategias de reestructuring. En los últimos cinco años ha trabajado en Latham & Watkins y posee amplia experiencia profesional en otras firmas y despachos internacionales.
Fabré asegura estar “muy satisfecho de poder unirme a la oficina de Barcelona del principal despacho global para asesorar a nuestros clientes en un área tan relevante como Banking & Finance. Vivimos un contexto con importantes retos para nuestros clientes y poder ayudarles en estos momentos constituye, sin duda, un desafío apasionante para mí”.
Licenciado en Derecho y con un máster en Estudios Jurídicos Internacionales por la American University, Washington College of Law, Fabré es experto en asesoramiento a bancos y otras instituciones financieras, así como a prestatarios y emisores corporativos en una amplia gama de operaciones financieras.
«Estamos muy satisfechos de poder incorporar a Joaquín Fabré y contar con su experiencia y conocimiento para poder asistir a nuestros clientes en esta área tan relevante. Con su incorporación y la de Gemma Piqué como counsel de Laboral, nuestro despacho reafirma su ambiciosa estrategia en estos complejos momentos, con la clara vocación de poner a disposición de nuestros clientes toda nuestra experiencia y talento, reforzando de forma muy relevante las áreas financiera y laboral, especialmente relevantes en la actual coyuntura», subraya Javier Menor, socio director de Baker McKenzie en Barcelona.
Asimismo, Gemma Piqué se incorpora como counsel de Laboral desde Deloitte Legal, donde ejercía como gestora principal senior en Barcelona. Es licenciada en Derecho en ESADE y cuenta con un máster en Derecho Laboral y Seguridad Social por la misma institución. Además, Piqué cuenta con amplia experiencia nacional e internacional asesorando a empresas del sector público y privado en asuntos laborales (contratación, procedimientos disciplinarios, geográficos y movilidad funcional, modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo), transacciones, due diligences y reestructuración de negocios.
Foto cedidaJosé María Roldán (AEB), Emilio Ontiveros (AFI), José María Méndez (CECA), de izquierda a derecha.. AEB: “Los bancos tendrán que hacer un gran esfuerzo para acometer la transformación que exigen los principios de banca responsable”
Expertos del sector financiero, inversores, ONG y autoridades abordaron en Madrid los desafíos que afronta la banca para cumplir con los principios de banca responsable, una iniciativa del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP FI) que establece un estándar mundial sobre lo que es un banco responsable y representa el primer marco global del sector para incorporar la sostenibilidad a todas las áreas de negocio. El evento se produjo antes de que estallara la crisis del coronavirus.
A través de su adhesión a los principios de banca responsable, medio centenar de bancos firmantes, entre los que figuran entidades españolas como Santander, BBVA, CaixaBank y Bankia, formalizaron su compromiso para alinear sus actividades empresariales con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas y el Acuerdo de París sobre cambio climático.
Para el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, “el gran desafío ahora es cómo aplicar los seis principios en la operativa diaria de los bancos. De nuevo, los bancos tendrán que hacer un gran esfuerzo para acometer la transformación que exigen estos principios. Se necesitan cambios profundos en la gestión, el proceso de toma de decisiones, la cultura de las organizaciones y el desarrollo de capacidades de liderazgo responsable y ético”.
El presidente de AFI, Emilio Ontiveros, destacó en su ponencia que “la banca española tiene la ocasión de hacer suyo el reto de integrar los riesgos derivados del cambio climático en su actividad, al igual que ya hacen los bancos centrales y los supervisores, que evalúan el impacto de estos riesgos sobre la estabilidad financiera. Estos riesgos, asociados al cambio climático son singulares y analíticamente complejos, dado que su distribución temporal y la estimación de sus probabilidades no es fácil”.
En opinión de Ontiveros, “la comunidad inversora es cada día más consciente de esas exigencias y la banca, lejos de actuar de forma reactiva, puede liderar la adaptación a estos nuevos criterios. Las preferencias por las modalidades de financiación verde, desde los bonos a otros tipos de inversión crediticia, constituyen una oportunidad que ya aprovechan algunas empresas españolas”.
El director general de la CECA, José María Méndez, aseguró que “la construcción de una economía más sostenible será clave en la próxima década: la sostenibilidad en todas sus dimensiones sociales y ambientales debe convertirse en parte integral de nuestra economía”.