Los mercados han comenzado 2016 con mal pie. La aversión al riesgo ha ido en aumento a medida que los precios del petróleo han caído y la moneda china se depreciaba. La situación parece muy similar a la vivida en agosto de 2015. Ante este panorama, los expertos de NN Investment Partners creen que la estabilización de los niveles de riesgo global será difícil de conseguir mientras haya fuertes oscilaciones del precio del crudo y de los tipos de cambio. Analizando los fundamentales, la firma estima que los mercados desarrollados seguirán mostrando resistencia a la atonía en los mercados emergentes y a la aversión al riesgo global.
“En general, la dirección tomada por las fluctuaciones del tipo de cambio del yuan y del petróleo es la deseable o bien es positiva a largo plazo para el crecimiento global. Aun así, está claro que existen a corto plazo consecuencias negativas para segmentos localizados del mercado de renta fija privada (p. ej., deuda high yield y deuda de mercados emergentes) que podrían inducir un alza general de la aversión al riesgo, sobre todo cuando estos movimientos se produzcan a una alta velocidad”, explica el equipo de análisis de NN IP en su último informe de mercado.
En este sentido, afirman, una rápida depreciación del yuan podría liberar el “genio de la depreciación en los emergente”. Si así ocurriese, esto podría suponer una perturbación considerable, ya que la fuerza determinante de esta depreciación, es decir, las masivas fugas de capitales, endurecerá las condiciones financieras internas y la oferta de crédito en estos países. En teoría, el equilibrio de estas dos fuerzas (depreciación del tipo de cambio y endurecimiento de las/la condiciones financieras/oferta de crédito) ejercerá un efecto ambiguo sobre el crecimiento. En la práctica, puede suponerse con certeza que en muchos de los emergentes el efecto neto será negativo.
Abaratamiento del petróleo es positivo
Mientras tanto, el descenso del precio del crudo supone un deterioro adicional de las relaciones de intercambio de los países productores de materias primas, que ha traído consigo una nueva depreciación de sus monedas. Como siempre, esto también podría tener repercusiones para las divisas de los emergentes en general. Además, los inversores pueden considerar perfectamente que la caída del precio del crudo es una señal de una nueva desaceleración del crecimiento de la demanda en los emergentes en particular y del crecimiento global en general. Esta percepción tiene su reflejo en los niveles crecientes de aversión al riesgo global.
Para NN IP, la cuestión estriba en si esta percepción está justificada. “Pensamos que no, ya que el descenso del precio del petróleo está relacionado, en gran medida, con el hecho de que la vertiente de la oferta del mercado de petróleo todavía no está ajustándose a la nueva realidad. Básicamente éste fue el mensaje que se desprendió de la reunión de la OPEP de diciembre. De hecho, a medio plazo el abaratamiento del crudo debería ser inequívocamente positivo para el crecimiento global», dicen.
En este sentdo, la firma holandesa señala que, junto con la variación del precio del petróleo, también importa su nivel absoluto. Este último es un factor determinante crucial de la incidencia de las quiebras en el sector energético y de la sostenibilidad fiscal en los emergentes productores de petróleo. Todo esto, combinado con la citada preocupación sobre el crecimiento global alimentada por la caída de los precios del crudo, presenta la posibilidad de llevar a la propensión al riesgo global a subirse al carro de los niveles negativos, lo que puede dar lugar a su propia realidad de un crecimiento negativo si se deja sin control.
Estabilización de los mercados
De este modo, el gran interrogante para NN IP es si este carro se detendrá y cuándo lo hará. Para llegar a entender, en cierta medida, esta cuestión, los analistas de la firma comparan la situación actual con lo experimentado en agosto de 2015. La estabilización de la propensión al riesgo global será difícil de conseguir mientras se produzcan aún fuertes fluctuaciones del precio del crudo y de los tipos de cambio. Comenzando por los tipos de cambio, la apreciación del dólar desde mediados de 2014 actuó claramente como un detonante de las turbulencias en agosto de 2015, a causa de la dependencia de la financiación en dólares mostrada por los emergente.
«A nuestro juicio, es improbable que asistamos a una reedición del alza del 20% del tipo de cambio del dólar estadounidense ponderado en función de los intercambios comerciales de los 18 últimos meses. Volviendo a agosto, la estabilización del tipo de cambio del yuan‐dólar desempeñó, sin duda, un papel importante en el restablecimiento de la confianza. Por el momento, sigue siendo una incógnita durante cuánto tiempo permitirá China que el yuan se deprecie frente al dólar. Por lo que respecta al petróleo, las fluctuaciones observadas entre junio y agosto, así como entre finales de octubre y la actualidad, son más o menos similares (de en torno al 30% de caída). Aunque no parece probable que vaya a producirse otro movimiento de una magnitud similar, es posible que todavía no haya tocado fondo», escriben en el informe de mercado.
La economía global se ha mostrado resistente hasta ahora
Está claro que la fortaleza de la dinámica de crecimiento económico global y de los emergentes a medida que nos adentramos en las turbulencias de los mercados financieros es muy importante. A este respecto, varios indicadores de momentum de los emergentes indican que se encuentra en un nivel algo mejor que el observado en agosto pasado. Una importante lección extraída de las turbulencias de agosto es la resistencia mostrada por los mercados desarrollados en contraste con la debilidad de los emergentes y el aumento de la aversión al riesgo global. La confianza empresarial y del consumidor apenas resultó afectada por todo lo anterior (sobre todo en Europa), lo que se tradujo en la continuación general de las tendencias positivas en los datos de empleo y consumo privado.
China y los emergentes
China se encuentra claramente en el epicentro de los emergentes en muchos aspectos. No solo es la mayor economía emergente, sino que también es, con creces, el mayor causante del alza del endeudamiento en los emergentes.
Sumándolo todo, la situación en este momento parece menos grave de lo que lo era en agosto, aunque los imponderables se concentran fundamentalmente en los países emergentes, donde el cóctel de procesos cuya naturaleza contribuye a su propio cumplimiento y de políticas erróneas podría hacer que las cosas lleguen a estar mucho peor que en agosto.