Un nuevo ciclo político se consolidó en Chile. O al menos esa es la impresión que la industria financiera tiene de los resultados de la elección presidencial del país andino, que terminó el domingo 14 de diciembre con el candidato ultraconservador José Antonio Kast coronado como el próximo mandatario del país. Ahora, con los activos en calma –luego de haber pasado meses interiorizando un cambio de signo político en sus precios–, el mercado está mirando los desafíos y alcances de la futura presidencia de Kast y qué efectos podría tener en la economía.
No era un misterio que Kast era la carta de los inversionistas. Enfrentado a la candidatura de continuidad de Jeannette Jara –ex ministra del Trabajo del gobierno de Gabriel Boric y miembro del Partido Comunista–, el líder del Partido Republicano consiguió una victoria contundente. Con más de siete millones de sufragios, obtuvo un 58% de los votos, marcando un amplio margen sobre Jara.
Si bien la visión general es que este resultado es positivo para los activos chilenos, los mercados locales no vivieron grandes movimientos el día después de la elección presidencial. Si bien la bolsa abrió con una moderada subida, el pasar del día borró las ganancias y el benchmark accionario S&P IPSA terminó la jornada con una baja de 0,94%. El peso chileno, por su parte, se fortaleció levemente, con la paridad cambiaria elevándose cerca de 0,6%, hasta los 915,7 pesos por dólar.
¿Qué pasó? Actores del mercado concuerdan en que los precios ya tenían incorporada la victoria de Kast. La expectativa de un gobierno con una agenda de corte pro-mercados ha sido uno de los ingredientes del rally que ha vivido la bolsa chilena este año. El IPSA acumula una subida de más de 50% en lo que va de 2025 y cerró la última sesión bursátil antes de la segunda vuelta en el nivel inédito de 10.400 puntos. Mientras tanto, el peso chileno pasó de los 993 pesos por dólar –superando los 1.000 pesos a inicios de enero– en que cerró 2024 a los 915 pesos en los que terminó la sesión este lunes. La visión de los operadores: con la elección en el retrovisor, varios aprovecharon de tomar ganancias.
Optimismo en lo económico
La presidencia de Kast empezará en el cambio de mando del 11 de marzo del próximo año. Desde entonces, la esperanza del mercado es que impulse políticas a favor del crecimiento. Dentro de sus promesas, destacan la reducción del impuesto corporativo, del 27% actual a 23%–, un agresivo plan de recorte de gastos fiscales, de 6.000 millones de dólares para los primeros 18 meses de su mandato y una reducción de la burocracia.
Para Principal, la combinación de una mejora en la confianza y condiciones financieras más favorables da espacio para una “perspectiva moderadamente optimista” para 2026 en Chile. “Se proyecta que el PIB crezca 2,1%, impulsado por la recuperación del ingreso real y una sólida inversión minera, mientras que la inversión no minera se mantiene moderada ante la incertidumbre regulatoria y los elevados costos laborales”, indicó la firma en un reporte reciente.
Con la amplia ventaja con que ganó el presidente electo, acota Mauricio Guzmán, Head de Estrategia de Inversión de SURA Investments, el panorama político se vuelve más claro. “El foco del mercado se trasladará hacia la capacidad de una eventual administración para implementar y cumplir sus principales promesas de campaña”, augura.
Fuera de lo económico, las prioridades que delineó en la campaña presidencial incluyen el delito y el crimen organizado, la modernización de las cárceles y políticas migratorias más restrictivas.
Los principales desafíos de Kast
Mirando hacia delante, el tema de la gobernabilidad –con un Congreso en el que la capacidad de negociar será importante– está en la mente de la industria financiera. El tema es que, parafraseando al musical hit Hamilton: ganar es fácil, gobernar es más difícil.
“Su principal desafío será gobernar con un Congreso profundamente dividido, en el que su partido no tiene una mayoría clara y deberá negociar con la facción de centro derecha y usar bloqueos para pasar reformas clave”, indicó Eirini Tsekeridou, analista de renta fija de Julius Baer.
Desde Principal concuerdan en el diagnóstico. “En términos generales, Chile inicia 2026 con mayor confianza y una dirección de política más clara, pero el panorama dependerá en gran medida de la ejecución”, advirtió el informe de la firma.
En ese sentido, ven que la capacidad para gestionar la consolidación fiscal y simplificar la regulación de la futura administración de Kast “definirá si el repunte en la confianza se traduce en aumentos sostenidos en la inversión y en un mejor desempeño económico de mediano plazo”.
Con todo, considerando el rally que han tenido las acciones y los posibles alcances de una presidencia de Kast, hay dudas sobre qué tanto combustible tengan los activos locales para seguir subiendo.
Lo que viene para los activos chilenos
En Julius Baer son optimistas, manteniendo el sesgo comprador con las acciones locales. “El premio por riesgo de la renta variable sigue bastante por encima de los niveles vistos en el último régimen estable (2010-2018), ofreciendo una atractiva compensación, además de que las acciones chilenas tienen una exposición limitada a las tensiones comerciales globales y un momentum sólido en ganancias”, indicó Tsekeridou.
Respecto a los bonos chilenos, el banco de inversiones europeo también mantiene la recomendación de “mantener”, debido a una “consolidación fiscal más lenta”, según explicó el analista. Y con la moneda, la expectativa es que el peso se siga fortaleciendo.
Guzmán, de SURA Investments, por su parte, es menos optimista. “Dado que la victoria de José Antonio Kast era ampliamente esperada, anticipamos avances en la bolsa dentro de un rango más acotado, considerando que el escenario base ya se encontraba en gran medida incorporado en los precios”, dijo. En ese sentido, en la firma de matriz colombiana tienen una “postura neutral” con la bolsa local, “dada la significativa revalorización que ha exhibido el índice durante el año”.
En renta fija, la recomendación de la firma es invertir en instrumentos de mediano plazo, entre 3 y 5 años, “lo que permitiría capturar un premio relevante respecto de las tasas de corto plazo”, según Guzmán.
Para el tipo de cambio, si bien no ven mayores movimientos en el corto plazo, tienen una visión “constructiva” para el peso chileno. La predicción de SURA es que la moneda chilena se apreciará gradualmente, ajustándose a sus fundamentos económicos y ofreciendo un “premio relevante” a inversionistas. “Esta visión se sustenta en una menor incertidumbre política, un mayor interés de inversionistas no residentes y un entorno macroeconómico favorable, que incluye sólidos términos de intercambio y un dólar globalmente más débil”, indicó el profesional.



